EL UNIFORME ESCOLAR: ARGUMENTANDO
El Uniforme Escolar El uniforme escolar vuelve a querer ser implantado en las escuelas. Lo que la gente no sabe es que el uniforme puede ser un arma contra la discriminación social, los problemas con los compañeros; pero, por otra parte, también una capa que nos hace a todos iguales y sin ninguna personalidad. Por lo que a mi respecta, he de decir que estoy en contra de llevar uniforme escolar. Es cierto que en determinadas zonas la diferencia entre, por así decirlo “ricos y pobres” es abismal, y también es cierto que el uso del uniforme reduce las disputas sobre la ropa entre los jóvenes. Sin embargo, el que se lleve o no esta prenda no solucionará los problemas que se quieren resolver. Es verdad que los adolescentes de hoy en día visten ropas muy ceñidas: las chicas llevan unos escotes que les llegan hasta el ombligo y unas faldas o pantalones cortos con los que exhiben la mayor parte de sus piernas; los chicos, los pantalones casi por debajo del trasero enseñando todo el estampado de sus calzoncillos. Ambas cosas son totalmente despreciables. Y hay que reconocer que, con el uniforme escolar, este problema desaparecerá. No obstante, y si lo que les molesta al claustro de profesores es que los jóvenes vistan así, que únicamente prohíban llevar esas ropas tan escotadas en horario escolar. Porque por mucho que se imponga el uniforme, la ropa interior se podrá seguir mostrando sin ningún problema. Así que, como ya he dicho antes, no resolverán sus problemas con las vestimentas ajustadas de los alumnos. Otro de los argumentos mencionados a favor del uniforme es que con él se ocultan las diferencias económicas y sociales de los estudiantes, sin embargo,
lo
que
también
hay
que
tener
en
cuenta
es
que
anula
completamente la personalidad de una persona. ¿Sólo porque alguien pertenezca a un estatus social más bajo que sus compañeros debe aceptar llevar el uniforme porque de ese modo dejarán de meterse con él? En ese caso,
el uniforme fomenta la cobardía. Uno tendría que darse cuenta de que si todos vistieran igual en el colegio, uno no podría expresar lo que realmente es, ya que nadie puede dar a entender mejor a los demás cómo es que a través de su ropa. Así que yo lo encuentro una total privación de libertad de expresión. Y si la gente tiene problemas por no vestir a “la moda”, en mi opinión, si se dejan influenciar por sus fantásticos compañeros que van “a la última”, es que merecen bien poco respeto. Cada uno debe aprender a valorarse y aprender a valorar a los demás. Si a uno le apetece llevar los pantalones por debajo de las nalgas y a ti te parece horroroso debes respetarlo, porque a aquella persona le gusta vestir así. Y si otro, en cambio, prefiere llevar ropas viejas y tres tallas más grandes que la suya, es su estilo, y no hay nada de qué avergonzarse. Si llevar uniforme escolar te va a ayudar a dejar de sentirte un aislado (en lo que a la moda respecta), no lo lleves: sé tú mismo, y demuéstrale al mundo lo que vales con tu estilo y con tu manera de vestir. Porque si todos vistiéramos igual, ya no existirían personas únicas. En conclusión, el uniforme escolar no va a resolver los problemas que pretende solventar y, por si eso fuera poco, aun fomentará más: cobardía entre los alumnos, anulación de la personalidad de cada uno, pérdida de la libertad… Anna B.
El uniforme escolar En los colegios, acostumbra a haber debates y discusiones sobre la incorporación o no de los uniformes. Existen muchos motivos a favor y muchos en contra, no obstante, no creo que debiera ser una obligación, ya que en la adolescencia nos encontramos en una edad en la que con lo que nos identificamos más, es con la forma de vestir, y si nos la quitaran, nos robarían un trozo de identidad. Los especialistas y algunas experiencias, de personas, en las escuelas públicas, demuestran que si los padres lo apoyan y si el debate sobre este tema no causa conflicto en el centro, se prefiere llevar un uniforme. Aunque, sin embargo, sigue habiendo gente que le encuentra inconvenientes. La gran mayoría de los chicos y chicas asocian uniforme con camisa blanca, falda de cuadros y tablas y pantalón. Y como eso lo ven anticuado y poco sofisticado, se niegan a llevarlo. Aunque no piensan que un uniforme también puede ser; una sudadera y unos tejanos, como en un instituto de Fuenlabrada. Un uniforme puede ser válido siempre y cuando el alumno se sienta a gusto. Aunque, realmente, eso es lo menos importante, ya que un alumno con su forma propia de vestir se puede sentir cómodo y así trabajar más a gusto, pero uno con un uniforme no confortable, se puede sentir incómodo y por ese motivo ser revoltoso y no trabajar bien en clase. Las escuelas argumentan que el uniforme, al ser duradero, y como solo té has de comprar uno o dos, o hasta lo puedes heredar, a la larga acaba siendo mucho más económico que comprarte ropa de marca. Sin embargo, el uniforme, al hacerse con ropas muy resistentes y especiales, hace que sea bastante caro, y, además, te has de seguir comprando ropa, ya que no estamos siempre en la escuela, y tenemos días festivos y vacaciones. Los profesores están hartos de repetir que debemos llevar una ropa apropiada para asistir a la escuela, pero los niños más rebeldes y desafiantes, lo ignoran como si les entrara por un oído y les saliera por el otro. Quieren marcar tendencia llevando, las chicas, escotes que les llegan asta el ombligo, y los chicos, llevando los pantalones bajos para mostrar su ropa interior. Y, al obligarlos, se lo podrían tomar como si fuera un favor para los profesores y se podrían rebotar más a la ligera, poniendo como excusa que les han de devolver el favor de alguna manera. O también lograrían amoldarlo a su manera con el fin de llevarles la contraria.
Los adolescentes se expresan a través de la ropa y es su manera de exteriorizarse, pero, con un uniforme, anulan esta dimensión de construcción de la personalidad, y eso hace que aún se sientan más reprimidos y con menos ánimos de seguir con osadía y audacia los estudios. Para concluir, hay diferentes tesis que argumentan aspectos negativos y positivos de llevar uniforme, aunque, lo realmente importante es que la implantación del uniforme sea siempre el fruto de un debate, donde los jóvenes tengan voz y voto y puedan decidir si quieren llevarlo o no y qué tipo de uniforme estarían dispuestos a llevar.
Lídia A. T.
EL UNIFORME ESCOLAR Es un tema de actualidad y mucha gente se siente molesta por ello. Josep Antoni Duran Lleida quiere volver a los tiempos de antes, que los alumnos lleven uniforme. Su motivo es: “Los escolares no pueden mostrar su ropa interior”. No estoy a favor de llevar uniforme en la escuela. No me gusta nada la idea de ir con el mismo vestuario que los demás. No me gusta vestir igual que otros. Mirar a mi alrededor y encontrarme clones de mí misma. Cada uno tiene unos derechos para ir
como quiera, a su manera y a su gusto. Somos libres de
escoger cada mañana si preferimos llevar falda o pantalón, un jersey de lana o una camisa. Según mi estado de animo escogeré una cosa o la otra. Pero no es lo mismo esto, que llevar siempre la misma ropa. Por añadidura, nuestra ropa habla sola. Nos describe. Según el estilo de ropa que tiene cada uno se puede saber si alguien es un creído/a, independiente, pijo/a, etc. Además, cada uno tiene su estilo y nunca un uniforme será a gusto de todos. Y aún menos en una edad como la adolescencia, donde casi nunca se esta de acuerdo con nada. En esta etapa marca mucho el estilo de vestir y este varia muchas veces. Llevar uniforme nos haría dudar más de qué estilo escoger. Uniforme, no he llevado nunca, pero chándal escolar sí. Este chándal es poco aceptable, no solo por su aspecto, sino también porque produce mucho calor, y si el uniforme de la escuela lo hacen igual, no estoy dispuesta a llevarlo. Si el uniforme que nos imponen es como el de el instituto Barrio de Loranca, de Funelabrada, aún lo aceptaría y lo llevaría. Un uniforme apto para todos los alumnos, tengan o no tengan problemas económicos en su familia. Consta de unos vaqueros y de una sudadera sin marca. El centro decidió llevar este uniforme porque estaba al alcance de todos e intentó amoldarse un poco en la compostura de cada estudiante y sus padres. Josep Antoni Duran Lleida defiende el uniforme para que los alumnos no muestren su ropa interior. Esto no es verdad. Si un alumno quiere llevar más escote, se hará más escote en el jersey, si un alumno quiere enseñar sus calzoncillos, se comprará los pantalones de una talla más y seguirá enseñando los calzoncillos. Lo que Duran Lleida pretende, es que los alumnos no muestren su ropa interior. Sin embargo, es mas fácil establecer unas normas en que se prohíba mostrar este tipo de prendas.
Además, llevar uniforme me hace pensar en que voy a una escuela privada. E ir a una escuela privada es una idea que no me ha gustado nunca. Los profesores son muy estirados y te marcan unas normas muy estrictas. Incluso, supone un gasto más para los padres. Hay alumnos que gastan mucho dinero en ropa, otros no tanto. Llevar uniforme supone un gasto más y encima con tan solo un uniforme no tiramos. Se necesitaría dos, mínimo. Además, los padres tendrían que comprar más ropa para los fines de semana.
Mireia H.
LA IMPLANTACIÓN DEL UNIFORME ESCOLAR
El uniforme escolar también llamado guarda polvo o delantal, es una indumentaria peculiar y distintiva, utilizada por el alumnado de algunos centros educativos, que consideran su uso obligatorio. Actualmente hay gente que quiere implantarlo y gente que no, yo por mí parte creo que no se debería implantar. La gente que lo quiere implantar es, o para mejorar el rendimiento escolar o meramente para dar un punto estético, yo creo que estamos en tiempos modernos y que se tendrían que usar otros métodos. Es verdad que esta prenda de vestir ahorra un 40% en ropa a las familias, por lo tanto eso implica un gran ahorro a lo largo del año, pero esta prenda presenta una gran desventaja en los tiempos en los que estamos, esta sería el poco tiempo del que se dispone para lavarlo y eso implica gastar mucha agua en muy poco tiempo. Ahora el gobierno quiere implantarlo. Una de las razones es para que no se vea la ropa interior. En mi opinión la ropa interior se puede ver igual lleves uniforme o no, porque los pantalones tú te los puedes bajar igual, sean del uniforme o unos tejanos de esos que todos tenemos. La mayoría de alumnos que tienen que usarlo no están de acuerdo porque dicen que no está de moda, que es incómodo, y que quieren vestir su propia ropa. En mi opinión tienen razón en invierno si el uniforme es de falda, en el caso de las niñas, pasarían frío. También tienen razón en lo de que cada uno debe vestir sus prendas favoritas porque es tu estilo, tu forma de ser, una cosa más que define tu carácter. En fin, el uniforme es una prenda de vestir que el gobierno quiere implantar y que en mi opinión y la de mucha gente más, no tendría que implantarse. Arnau C.
EL UNIFORME ESCOLAR Desde hace ya unos años son habituales los debates realizados en los colegios, normalmente de enseñanza primaria, sobre la obligatoriedad del uniforme escolar. Hay muchos argumentos en contra y a favor de éste. Los partidarios del uso obligatorio del uniforme escolar son mayoritariamente centros privados y también un colectivo importante de padres de alumnos. Consideran que sería una solución para evitar la poca formalidad en la ropa de los alumnos, que van, en el caso de los chicos con los pantalones caídos, mostrando la ropa interior y en el caso de las chicas con pantalones muy cortos y camisetas excesivamente ajustadas o escotadas. También, muchos de los padres explican que les es de gran comodidad el uniforme, ya que es mucho más económico para ellos. Por contra, la gran mayoría de niños asocian la idea del uniforme escolar con la típica camisa blanca y falda y/o pantalón de cuadros. Por eso, muchos de ellos se niegan a llevarlo ya que piensan que es ropa anticuada que les ridiculiza. En mi opinión, creo que el uniforme sólo debería utilizarse cuando la mayoría de padres y profesores estén de acuerdo y siempre teniendo en cuenta la opinión del alumno, ya que es en la etapa de la pubertad cuando se crea y se va consolidando la identidad de la persona. Se debería ofrecer, quizás, cierto margen de personalización del uniforme, como por ejemplo poder escoger entre pantalones o falda, diversidad de colores, etc. y siempre de una línea más conforme con las tendencias actuales.
Maria T. S.