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JUEVES, 30 DE ABRIL, 2009

✒ ARTE

❧ Los

principios estéticos en la muestra sobre Grecia

La exposición del MARQ de Alicante sobre «La belleza del cuerpo» permite mirar hacia la globalidad del pensamiento y conocer, además, los principios estéticos que dieron origen a la cultura occidental. Página 8

✒ MÚSICA

❧ La

lectura y el cine, dos universos que se unen

A partir de la película «El lector», Joaquín Quílez habla de dos universos que están hechos de la misma materia de la que están hechos los sueños: la lectura y el cine. Diferencias y Página 14 relaciones, a debate.

Tesoros en la red ✒ Páginas 2 y 3


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Jueves, 30 de abril, 2009

✒ EN PORTADA ❍ ANA AITANA FERNÁNDEZ

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n fondo virtual que abarcaría desde textos clásicos de Lope de Vega, Calderón de la Barca o Miguel de Cervantes hasta contemporáneos como Mario Benedetti. Títulos que estarían avalados por un consejo científico, formado por profesores universitarios y académicos, y arropados por materiales de referencia como estudios de investigación o artículos de revistas científicas. La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes colocaba, así, a los internautas a un «clic» de acceder a una obra de la misma forma que en una biblioteca tradicional. Diez años después, ese espíritu no permanece intacto. Hay luces y sombras, como en todo proyecto. Con más de 100.000 registros bibliográficos –entre el material que ellos mismos han digitalizado y los enlaces a otras plataformas– y 715 millones de páginas servidas desde sus inicios, este espacio se ha convertido en todo un templo virtual de la literatura en castellano. Ahora, su futuro

Con más de 100.000 registros bibliográficos y 715 millones de páginas, la Biblioteca Miguel de Cervantes se ha convertido en un templo virtual de la literatura en castellano ra. Una aportación material que se irá incrementando progresivamente: «La Cervantes irá ofreciendo en fases sucesivas ediciones electrónicas de los ejemplares custodiados en su fondo con colecciones tan destacadas como las de Gayangos, Osuna, Durán o La Barrera, desde autógrafos a copias manuscritas». Paralelamente a esta iniciativa, este archivo virtual inaugurará un portal complementario junto al Institut del Teatre de Barcelona que cuenta con un fondo antiguo teatral. «Probablemente –señala González– el más notable en su género después del de la Biblioteca Nacional de España». El segundo proyecto, «Fondos antiguos y colecciones singulares de las universidades españolas e iberoamericanas», surge de acuerdos con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la de Barcelona, la Complutense de Madrid y, en breve, también las de Cádiz, Murcia y Valencia. Un portal de portales que pondrá a disposición de investigadores y universitarios manuscritos, incunables y obras impresas hasta 1830 en formato digital. En este sentido, la colaboración con la Menéndez Pelayo permitirá a los usuarios acceder a las conferencias de los cursos de verano celebrados, desde los años 80, en las distintas sedes universitarias por tres vías: en formato escrito, visual y en audio. Todo ello, sin dejar de lado la conmemoración de su aniversario. En su agenda ya hay marcadas dos importantes citas que se llevarán a cabo en Madrid y Alicante, sedes principales del desarrollo de la institución. «Estamos preparando dos actos –adelantan desde la entidad– uno en la Biblioteca Nacional en el mes de junio y el otro en la Universidad de Alicante (UA) para octubre o noviembre». Entre ambas ciudades está repartida la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes que es la en- ➜

Una década

( ) Desde su aparición, Internet ha sido un caldo de cultivo de la cultura gratuita, un vehículo con el que democratizar las artes y el conocimiento. En este marco de infinitas posibilidades, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes nació con el objetivo de difundir la cultura iberoamericana más allá de las fronteras físicas. Trascurrida una década, Arte y Letras hace balance de un proyecto único, analizando su origen y su trayectoria. pasa por seguir engrosando los fondos de sus estanterías cibernéticas y continuar la senda didáctica y científica que emprendió en marzo de 1999. Durante el primer semestre de este año, la Cervantes incorporará dos nuevos portales a los que ya posee. El primero es una nueva colaboración con la Biblioteca Nacional de España –meses después de su apertura se cerró el primer compromiso con esta institución por el que se digitalizaban unas mil obras de sus fondos. Un portal dedicado al Teatro del Siglo de Oro que «aspira a convertirse en la biblioteca digital de referencia de las fuentes textuales del teatro español de esa etapa», explica el responsable de Comunicación de la entidad, Rafael González. Manuscritos, impresos e instrumentos bibliográficos, en su mayoría de género teatral, que marcaron la historia de la literatura española al alcance de cualquie-

La Biblioteca Virtual incluye en su catálogo portales dedicados a autores como Lope de Vega y Benedetti

A lo largo de este año, sumará un portal dedicado al Teatro del Siglo de Oro que será todo un referente


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traspasando el papel

PILAR CORTÉS

Instalaciones de la Biblioteca Miguel de Cervantes en la UA

Los datos de la página web

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diario la Miguel de Cervantes recibe unas 470.000 visitas gracias a un completo fondo documental y bibliográfico que engloba más de 150 portales. Entre este material el usuario encuentra poesía, narrativa o teatro, periódicos y revistas, colaboraciones con bibliotecas nacionales de ambos lados del Atlántico –España, México, Argentina o Brasil–, obras como «Cantar de Mío Cid» o «Tirant lo Blanc» e incluso estudios dedicados a Cristóbal Colón o Simón Bolívar. Contenidos a los que se accede no sólo en formato escrito sino también audiovisual a través de una videoteca –grabaciones de obras de teatro– y una fonoteca con 700 archivos sonoros. Las voces de actores y locutores se unen a las de Nicolás Guillén, Pablo Neruda, Gloria Fuertes o Julio Cortázar. Además, la virtualidad de la Cervantes ayuda a vencer discapacidades auditivas con la divulgación del lenguaje de signos. Así, los niños sordos pueden iniciarse en esta lengua viendo vídeos signados de «Caperucita Roja» o «El gato con botas».

➜ cargada de tutelar el proyecto. Aunque es en Alicante donde se encuentran los miembros del comité científico de este archivo virtual –compuesto por profesores de la UA– y el Taller Digital de la misma universidad, que es la empresa que la desarrolla y la mantiene. El 2009 es también el año del eBook o libro electrónico, un aparato que permitirá al lector compulsivo llevar numerosos libros en el bolsillo, igual que el mp3 funciona con la música. «Tenemos pensado realizar la creación de un catálogo fundamental con obras de la literatura en español que el usuario pueda descargar en su eBook», aseguran en la Cervantes. De momento, esto es sólo una idea ya que cada soporte digital utiliza una tecnología diferente y en España todavía se desconoce qué dispositivo gozará de las preferencias de los usuarios. Un problema que plantea al equipo de la biblioteca la cuestión de cómo trabajar en un formato que sirva para la mayor parte de aparatos: «Si preparamos un catálogo de mil títulos con Sonic o Philips queremos asegurar que van a poder ser leídos por el mayor número de personas posible». El prometedor futuro que auguran al eBook junto a la completa oferta de libre acceso en Internet hace peligrar el futuro del libro tradicional. Ante este temor, este templo virtual de las letras apuesta por la convivencia de lo analógico y lo digital: «Somos amantes del libro en papel hemos llegado a él en este formato y estamos convencidos de que habrá una coexistencia. El libro, tal y como lo conocíamos hasta hace unos años, es un instrumento perfecto, una maravilla de la creación humana». Además, gracias al convenio de colaboración con la Federación de Gremios de Editores de España, la Cervantes mantiene el portal «Primera Vista» en el que participan 80 editoriales españolas. Una de sus principales tareas es la difusión de las novedades editoriales que van saliendo al mercado mediante la publicación de las portadas, el acceso a las primeras páginas del libro e, incluso, permitiendo al interesado comprarlo a través de la página de la editorial. Pese a todo, en los planes a largo plazo de esta plataforma el libro electrónico todavía parece estar muy lejos. Eso sí, en una fase más avanzada se halla otro de los retos de los responsables de la Cervantes: las redes sociales. «Ahora es una biblioteca, pero somos conscientes de que el reto es convertirla en un espacio web 2.0, es de-

cir, un espacio que los usuarios puedan usar como herramienta social, al igual que Facebook o MySpace». Así, concluida la transformación, cualquier persona podrá crear contenidos propios o recomendar libros, incluso poder colgar en su red un texto de Benedetti recitado por el mismo autor. Otra herramienta con la que transmitir la cultura de los libros y demostrar que no forman parte del pasado.

Otras bibliotecas virtuales

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a Cervantes comparte espacio virtual con multitud de plataformas similares. El libre acceso a tesoros literarios en diferentes lenguas, la vocación de fomentar y divulgar valores educativos y científicos, así como la conservación de las obras las definen.

❧ El Proyecto Gutenberg fue la primera

biblioteca digital, impulsada en 1971 por Michael Hart. En la actualidad engloba unos 28.000 libros, con enlaces a 100.000 títulos más, la mayoría en inglés.

❧ La Biblioteca Digital Hispánica es el espejo

virtual en el que se mira el archivo nacional y permite consultar, leer o descargar un total de 10.000 obras –manuscritos, libros impresos del siglo XV al XIX, grabados, dibujos, carteles o fotografías y mapas, entre otros.

❧ Europeana, la Biblioteca Digital Europea es la

más joven, con menos de un año de vida, aunque empezó a gestarse en 2005. Este proyecto de la Comisión Europea cuenta con cuatro millones de enlaces entre imágenes, textos, sonido y vídeo, así como accesos a obras de arte en museos y galerías. Su próximo reto es reunir material de cada país miembro de la Unión Europea y convertirse en el mayor fondo europeo en Internet.

❧ La mayor base de datos bibliográfica es

propiedad del polémico buscador de libros Google Books con siete millones de enlaces, más de un millón de libros que el propio Google ha digitalizado.


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NOVEDADES

✒ NARRATIVA

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Una extensa novela con tintes de autobiografía

orster (1879-1970) mostró predilección por esta novela de formación que incluye tintes autobiográficos. Dividida en tres partes, cada una de las cuales transcurre en una ciudad distinta, como Cambridge, Sawston y Wiltshire, su protagonista, Rickie Elliot, es heredero del Julián Soriel de «Rojo y negro».

❧ «El más largo viaje». E. M. Foster. Alianza. Madrid 2009.

❍ MAR LANGA PIZARRO

❧ «La luna roja». Luis Leante. Alfaguara. 2009.

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ace apenas dos años desde aquel mediodía en que un grupo de profesores de un instituto alicantino compartía almuerzo. El móvil de Luis Leante (Caravaca de la Cruz, Murcia, 1963) sonó y, al otro lado de la línea, Mario Vargas Llosa le comunicó que acababa de ganar el Premio Alfaguara por la excelente novela «Mira si yo te querré» (2007). Leante tuvo que abandonar el almuerzo, delegar sus obligaciones vespertinas, y esperar un coche con chófer. Comenzaba así su periplo por España e Hispanoamérica. No siempre resulta fácil asumir el precio de la fama: algún ganador del Alfaguara dilapidó los 175.000 dólares durante la promoción, además de quedar seriamente dañado. Parece que Leante se lo tomó con más calma. Mientras sus obras anteriores, publicadas en pequeñas editoriales, eran rescatadas, él trataba de compatibilizar la docencia con la escritura y los viajes. Durante ❍ ÓSCAR MORA

❧ «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina». Stieg Larsson. Destino, 2008.

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Dos relatos de terror del primo de Tolstoi ❧ «El vampiro. La

familia del Vurdalak». Alekséi Tolstoi. Alianza Bolsillo. Madrid 2009.

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a obra de Alekséi Tolstoi (1817-1875) ha quedado eclipsada por la de su afamado primo segundo Tolstoi. Alianza recupera, en su Biblioteca de Fantasía y Terror, dos relatos del autor ruso con debilidad por las novelas góticas, que toman como base leyendas populares de vampiros siguiendo el gusto romántico de la época.

Una aventura con mucha reflexión una estancia veraniega en la evocadora Estambul surgió «La Luna Roja». Cuenta Leante que, de las paredes de un viejo café, copió un texto de Emin Kemal. Más tarde, pidió que se lo tradujeran, se dedicó a desentrañarlo, recopiló datos sobre Kemal. «La luna roja» arranca con la extraña muerte de ese escritor. Como hiciera en sus obras anteriores, Leante construye de modo arquitectónico: cada pieza, cada hilo aparentemente disperso, acaba encajando en una estructura que recuerda a las novelas policiacas, y que tiene mucho de metaficción. Desde sus páginas, podemos recomponer el plano de Alicante, las calles de Munich, los barrios de Estambul. En ocasiones, sus protagonistas –Kemal y su traductor, René Kuhnheim– se acercan a través de sus vivencias, se funden y se confunden: aman los mismos libros y a la misma mujer;

pero siempre hallamos la vía para separarlos, gracias a la misteriosa Aurelia, o al juego de un narrador omnisciente con otro limitado. Probablemente hay mucho de Leante en este relato sobrio y cuidado, que huye del tentador exotismo para hacernos cómplices de los personajes, para atraparnos con los saltos temporales y las descripciones cinematográficas. Podemos encontrar al autor en los protagonistas y en sus libros; y podemos descubrir tras otros nombres a diversas personas del Alicante actual. Porque, en «La luna roja», la verdad y la invención se funden hasta devenir una amalgama. Como en «Mira si yo te querré», la locura, la degradación y el amor subyacen bajo una escritura fragmentada, capaz de moldearse para interesar tanto a quien espera una obra de aventuras con final sorprendente, como a quien disfruta de las reflexio-

nes sobre el acto de la escritura, concebido como un proceso duro y catártico. Seguro que ese proceso le sirve también a Leante para superar la presión que le ha llevado a la ansiedad, a los periódicos y a la polémica.

Continúa la Larssonmania

unque se ha repetido en todas y cada una de las crónicas sobre el primer libro, cabe recordar de nuevo que Steig Larsson, autor de la trilogía «Milennium», murió al poco de entregar los tres libros a su editor. Y cabe también recordar que estos libros son la ópera prima del periodista sueco. Es pertinente recordarlo porque se ha de tener en cuenta al leerlo: no estamos ante una obra «viva», donde cada uno de los tomos se ha escrito después de conocer la aceptación del anterior o, al menos, suficiente tiempo después de la redacción del anterior. Así pues, podemos decir que Steig Larsson escribió una novela de casi tres mil páginas. Si tenía intención de corregir el segundo y tercer volumen, nunca lo sabremos (aunque, a tenor de

los problemas legales entre los herederos, quizá sí veamos publicada cualquier cosa que Larsson dejase escrita, desde su correspondencia a sus listas de la compra), pero es evidente que concibió las novelas como una sola: «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» es un «más de lo mismo» con respecto a «Los hombres que no amaban a las mujeres». Ambos libros comparten sus numerosas virtudes, y en «La chica…» se acentúan los defectos, lo que nos lleva a pensar que quizá Larsson sí tenía intención de corregirla. Las virtudes también han sido glosa-

das hasta la saciedad: ritmo trepidante, intriga bien conducida, personajes trabajados e interesantes, tramas cruzadas entre sí, numerosos misterios a resolver… en definitiva, una buena novela negra. En este caso, el interés por el enigma principal tarda en ser mostrado, y se diluye un poco en las tramas secundarias. El problema que eso acarrea es que Larsson ha tenido que recurrir a más «trampas» literarias, sobre todo argumentales, para mantener el interés del lector a la altura del de la primera novela, que causan algo de decepción, y los personajes principales vuelven a ser demasiado arquetípicos: los buenos tienen unos

conceptos éticos irrenunciables, y los malos parecen sacados de una saga de videojuegos de acción. El lector agradecerá que no hayamos revelado hasta ahora ningún detalle de la trama, únicamente destacaremos que si bien la violencia hacia las mujeres sigue siendo central, en este caso se centra en denunciar las redes trata de blancas y la prostitución de mujeres del Este. Lo que Larsson sí debió ver claro es que el dúo protagonista Mikael Blomkvist-Lisbeth Salander estaba desequilibrado a favor de ella. En esta novela adquiere más protagonismo (incluido en el título, que hace referencia a ella y que, al igual que en la primera novela, no es una traducción exacta del original), y algunas de las intrigas principales giran en torno a averiguar sus orígenes y en cómo se convirtió en una hacker de nivel mundial y en una «outsider». Ella vuelve a ser la principal atracción de la novela, y quizá esta nota debería, en justicia, llamarse «Continúa la Salandermanía».


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Familia, identidad y desaparición en Argentina ❧ «Ministerio de casos especiales». Nathan Englander. Mondadori, 2009.

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na historia sobre la familia, la identidad y la desaparición, donde tras cada pregunta sólo reina el mas absurdo silencio. Eso es «Ministerio de casos especiales», una obra centrada en la época de la guerra sucia en Argentina, donde Kadish Poznan hace desaparecer de las tumbas los nombres de familiares de judíos influyentes.

❍ XIMO ESPINÓS

❧ «Naïve». Emili Rodríguez-Bernabeu. Instituto Alicantino de Cultura Juan GIl-Albert.

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embla mentida, però allà pel 1981, quan la democràcia espanyola tot just es deixondia de la llarga nit franquista, va córrer la brama que les terres del litoral alacantí serien engolides per una gegantesca onada, un tsunami de dimensions colossals que arribaria fins les muntanyes de l’interior. Tot fugint d’aquest desastre imaginari –ben simptomàtic, d’altra banda, de l’agitació ideològica del moment–, diversos grups pròxims a la teosofia o l’esoterisme es van refugiar a les serres. És a partir d’aquesta sorprenent al·lucinació col·lectiva que Emili Rodríguez-Bernabeu basteix la seua primera incursió novel·lesca. El protagonista de «Naïve», un jove i exitós arquitecte, arriba casualment a una d’aquestes comunitats alternatives, situada al cor de la serra Aitana, amb la intenció de caçar un senglar, i la seua actitud escèptica provoca tot un seguit de conflictes amb el

El somni, la passió amorosa, la utopia adopten una temptadora forma femenina grup. Conflictes que es veuen agreujats per l’inevitable idil·li amb una de les xiques, una misteriosa i visionària bellesa cobejada per bona part del mascles muntanyencs. L’ambient clautròfòbic d’aquesta comunitat esdevé un marc ideal per al debat ideològic.

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La difícil tarea de la libertad de elección

os crónicas de sucesos, la desarticulación de una banda adolescente de falsificadores de moneda y el suicidio de un colegial ante sus compañeros, fueron la primera inspiración de esta novela que narra la odisea de un hijo ilegítimo que abandona la casa paterna para vivir toda una «aventura» vital.

❧ «Los falsificadores de moneda». André Gidé. Clásicos Modernos. Alba Editorial, 2009.

La novel·la del poeta Les conviccions racionalistes del protagonista i narrador xoquen amb el pensament màgic del grup, però durant l’intens cap de setmana que passarà al Mas del Rector, l’arquitecte veurà trontollar els seus principis. El somni, la passió amorosa, la utopia, el retorn al primitiu adopten una temptadora forma femenina, i revelen la part romàntica de l’apol·lini caçador. Rodríguez-Bernabeu aconsegueix una novel·la psicològica de factura clàssica, convencional de vegades, però amb personatges ben perfilats que van consolidant-se al ritme dels treballats diàlegs, tot configurant en les seues diferents actituds davant de l’imminent apocalipsi una comèdia humana diversa i alliçonadora. El caràcter filosòfic que subjau a l’obra i la importància que el joc d’aparences i realitat té en la seua estructura ens ha fet pensar, irremeiablement, en Llorenç Villalonga, i especialment en «Desenllaç a Monleó», on la visió científica i religiosa del món eren també subtilment enfrontades. Però a més d’una novel·la d’idees, «Naïve» constitueix un petit tractat de la passió amorosa, en què cada personatge juga les seues cartes i n’amaga alguna que altra. També resulta remarcable l’ambientació de l’obra, que si en la primera part reïx a situarnos en els paisatges d’Aitana, a la segona recrea plausiblement els carrers de la ciutat d’Alacant, on el mar adquireix, com s’esdevenia en la seua poesia, una força simbòlica creixent. La primera provatura novel·lística d’Emili Rodríguez-Bernabeu s’ha resolt, doncs, amb solvència. Esperem, però, què en les pròximes i desitjables incursions –sens dubte és un creador amb moltes coses a dir– resolga millor els problemes plantejats per la credibilitat del model de llengua, i que l’editor que trie tinga més cura en l’acabat final.

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✑ TRAVESSIES

«Una educación francesa»

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e llegit, amb fruïció, «Una educació francesa», de Joan-Daniel Bezsonoff (L'Avenç, 2009). Es tracta d'un recull d'estampes de la infantesa, cadascuna de les quals comença amb la frase: «quan jo era petit...». Els textos varen aparèixer, prèviament, a les pàgines de la revista L'avenç, en capítols curts que pauten el recorregut de manera prou simètrica i ordenada. La infantesa de l'autor estigué marcada pels diversos llocs de la geografia francesa on va viure, pel divorci dels pares i, sobretot, per la petjada que varen deixar escoles, liceus i professors. El títol, atenent aquest darrer component que centralitza el recorregut, està ben triat: «una educació francesa». En efecte, el record de professors, de classes, de matèries, de companys i d'experiències escolars es dilata de manera abassegadora. «Per què són els professors bons conductors del record?» –es preguntava Roland Barthes en la seua autobiografia. No ho sé, però així és: el llibre de Bezsonoff ho mostra amb eficàcia. El repàs del novel·lista, nascut a ENRIC Perpinyà el 1963, BALAGUER passa per la geografia que va recórrer, des d'Alsàcia a la Provença, i de Massy La infantesa de l’autor a Niça i, per descomptat, per la Cataestigué marcada pels lunya d'enllà dels Pidiversos llocs de la rineus; per la literageografia frances on va tura que, poc a poc, viure, pel divordi dels va anar descobrint-li pares i, sobretot, per la tot un món –no popetjada que varen deixar dia ser d'altra maneescoles, liceus i professors ra tractant-se d'un escriptor; i força important també és la música, que el va proveir d’una enciclopèdia sentimental candorosa i potent. Al pròleg l'autor hi deixa caure unes petjades de nostàlgia en avançar-nos que parlarà d'aquells temps: «antediluvians sense Internet, mòbils, fotocòpies, ni targetes de crèdits, [quan] els trens trigaven quinze hores per unir Perpinyà a París i calia esperar tres o quatre anys per tenir el telèfon a casa. Els cantants sabien cantar. Els actors pronunciaven admirablement el francès. El cinema feia somiar. Els gendarmes us demanaven la documentació amb la veu de Fernandel...» En fi, un temps que visitat per la memòria, i contraposat amb el present, traspua una melangiosa pèrdua de puresa i un esvaïment d'essències molt destacat. ❏


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✒ POESÍA ❍ JOAQUÍN JUAN PENALVA

❧ «Andanza». María Negroni. Pre-Textos. Valencia, 2009.

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Entre la nostalgia y el tango

a lírica es tan sólo una de las vertientes creativas de María Negroni (Rosario, Argentina, 1951), una autora que también ha dado a las prensas ensayos, una novela y un buen número de traducciones. Como poeta, ha publicado «de tanto desolar» (1985), «Per/canta» (1989), «La jaula bajo el trapo» (1991), «Islandia» (1994), «El viaje de la noche» (1994), «Diario extranjero» (2000), «Camera delle Meraviglie» (2002), «La ineptitud» (2002), «Night journey» (2002) y «Arte y fuga» (2004); como ensayista, «Ciudad Gótica» (1994), «Baudelaire, Drácula y las flores del mal» (1999), «Museo Negro» (1999), «La invención del desierto» (2000) y «El testigo lúcido: La obra de sombra de Alejandra Pizarnik» (2003); y, como novelista, «El sueño de Úrsula» (1998). Además, ha colaborado con el artista plástico Jorge Macchi en «Buenos Aires Tour» (2004) y ha traducido, entre otros, a Georges Bataille, Valentine Penrose, H. D., Robert Duncan, Marianne Moore, Sylvia Plath, Charles Simic, Louise Labé, Elizabeth Bishop, Anne Sexton o Denise Levertov. Es codirectora, junto a Jorge Monteleone, de la revista poética «Abyssinia» y enseña Literatura Latinoamericana en el Sarah Lawrence College de Nueva York.

❍ LUIS BAGUÉ QUILEZ

❧ «Memoría». Ben Clark. Huacanamo. Barcelona, 2009.

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Automoribundia

emoría» es la última entrega poética de Ben Clark (Ibiza, 1984) después de «Los hijos de los hijos de la ira» (2006), ganador del premio «Hiperión». Publicado por la joven editorial Huacanamo, «Memoría» se acoge a una estética alejada de los cauces generacionales que determinaban en buena medida su anterior propuesta. Menos deslumbrante que su declaración de parentesco con Dámaso Alonso, pero más personal y madura, su nueva obra se adentra en un territorio de difícil acotación: el de una «automoribundia» –en antiguo neologismo de Gómez de la Serna– que alterna el retrato subjetivo, el relativismo ante la escritura y la conciencia de un finalismo que requiere una tonalidad más displicente que exasperada. El libro se abre con un prólogo-homenaje a Maïakovski donde el autor se presenta como un «hombre de la calle» que ha profesado fe en el estoicismo y que defiende una estética de

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gunas lecciones / al sitio más esquivo de su adónAvalada por tan curiosas. A sa- de?»– presenta un yo lírico femenino impresionante traber, no importa que enseguida se encontrará con un yectoria, María Necuán bien se tú masculino que puede entenderse groni acaba de puescriba la an- como su pareja de baile en el tango o blicar en la editorial danza femeni- como su amante en la vida. Como valenciana Pre-Texna, la danza es ocurre en los tangos –y en la vida–, tos su última entreimposible si el la pasión inicial se convertirá en desga poética, «Andanvarón no sabe encuentro, primero, y en odio y disza», donde reúne llevar. Eso, tancia, después. El erotismo que apacuarenta y una commás las pre- rece en muchos de los versos proceposiciones escritas a guntas de de del baile, que va trazando la «ancaballo entre Buenos siempre, el danza» de un desamor, de un amor Aires y Nueva York amor, el de- entendido como destrucción: «qué durante los cuatro seo, los aquí desastre me digo cómo fue / que me últimos años (2005que son allá y dejé poner la lengua encima / sin 2008). Todos los poeviceversa, el más anzuelo que tu contradanza / mas adoptan una imán de la sin más ganancia que la sed entera». misma forma estrófijerga porteña callejera, y el espejo de Cuando los amantes se alejan, algo ca: constan de ocho endecasílabos, casi todos ellos blan- Buenos Aires, adonde tal vez pueda se ha roto en ella: «No seré más y cos, aunque a veces aparece la aso- encontrarme –como dice el tango acaso para nunca / la misma muñenancia. La cita inicial de Homero Ex- «María»– con la más mía, la lejana, quita dulce y rubia»; «Sin duda también esto pasará / y yo estaré divina pósito, importante letrista de tangos, la que siempre se me escapa». Apenas hay puntuación en los poe- como nunca»; «quedaron cicatrices ofrece una pista sobre la clave de lectura adecuada para todo el volumen: mas de «Andanza», si exceptuamos poco exactas / escritas como brújula «Primero hay que saber sufrir, / des- la mayúscula inicial y el punto final sin norte / y un silencio en la noche pués amar, después partir / y al fin de cada composición; en ocasiones, imaginaria / la realidad es el arte de andar sin pensamiento...». No es la aparecen signos de interrogación o la herida». Al cabo, la vida es un tanletra de un tango, sino el esquema guiones, pero lo habitual es que no go que siempre acaba en pérdida, que siempre tiene su organizativo del libro, que, según la propia aul libro reúne 41 composiciones escritas entre Buenos despedida. Por eso, el último poema de tora, nació «de una auda«Andanza» sólo podía cia: la de aprender a bai- Aires y Nueva York durante los últimos cuatro años terminar con estos lar el tango. Sin porqué, como un complejo ejercicio de nos- aparezca ningún signo en los ocho versos: «yo me voy te vas vos nos hetalgia, me dejé embeber por esos endecasílabos de cada pieza. La pre- mos ido / qué importa la impresión movimientos que el cuerpo de la gunta lanzada en los primeros versos de haber fallado / la despedida es mujer dibuja, cuidadosamente, para –«¿Esa mujer soy yo? ¿la que en el parte del encuentro / el poema lo saabandonarse al goce mayor: el de ser baile / levanta como luz su inexpe- be antes que nadie». Es, claro, el llevada a lo que ignora. Y, de paso, al- riencia / y se dirige leve como pluma adiós de un tango.

mínimos retóricos para una época de mínimos vitales. Así, la primera sección, «Breve Historia de la Muerte», ha de leerse en una clave discursiva que, como apunta Prieto de Paula en su prólogo, parte de «una esencial identidad entre la belleza y la muerte». En este sentido, los signos externos del «memento» se sacrifican en aras de una particular reflexión sobre los trampantojos de la memoria («La mamparra», «Memoria de papel»), la dudosa ley de las edades («26» y «50», respectivos homenajes a John Keats y Roberto Bolaño), las paradojas utópicas y distópicas («1984»), y el absurdo al que está abocada toda existencia («Breve Historia de la Muerte»). También se filtra en ocasiones una mirada comprometida con la realidad circundante, que cristaliza en remozados tratados de urbanismo («Mis instrucciones para amar las ciudades») o se proyecta sobre un horizonte social que diluye las fronteras entre víctimas y verdugos («Cuando era pequeña, Du’a Khalil Aswad...» y «34.500 corazones»). El segundo apartado, «Hai excomunión», se interna en el ámbito de las fábulas literarias. Aquí conviven la meditación sobre la falta de expectati-

vas cotidianas («En una biblioteca de Salamanca»), la sátira a ciertas figuras o instituciones («Aclaración para antólogos», «Vivat academia, vivant profesores») y un humanismo irónico y desencantado («Poema para un espermatozoide vago», «Doce versos para Maupassant»). La perspectiva deformante de Ben Clark se orienta a veces hacia la propia identidad («Apunte sobre Houllebeq») o se dirige hacia la denuncia de algunos vicios patrios («Homo spains spains»). La tercera sección, «Omenages», introduce una impronta burlesca que puede rastrearse en diversas composiciones. De hecho, el homenaje suele incluir aquí su reverso (la parodia) o su disolución (el exabrupto). En este apartado, destacan las dudas ontológicas de «Omenage a la geografía», el

renovado pastiche lorquiano de «Omenage a Grito hacia Roma», la desnuda emoción de «Omenage a Eric», o el reflejo metaficcional de «Omenage a Enrique Garcés Blancart», que resucita al Belano y al Lima de «Los detectives salvajes» para reproducir uno de los relatos sin desenlace habituales en Roberto Bolaño. El libro se cierra con un «Epílogo (A un poema extraviado en correos)», donde el autor se pregunta sobre el destino literal de sus escritos, y concluye con un encogimiento de hombros: «Es igual: al final todo es lo mismo». Aunque este corolario se integra en una tradición escéptica que abarca desde Manuel Machado a Roger Wolfe, Clark no renuncia a la lucidez de quien ha decidido caminar solo, a sabiendas de que el sendero conduce a la constatación de un fracaso anunciado. En definitiva, con «Memoría», Ben Clark ha dejado de ser un poeta joven para convertirse en un poeta a secas. «Gaudeamus igitur».


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NOVEDADES

✒ ENSAYO

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Lo esencial del Tercer Reich en 101 preguntas ❧ «El Tercer Reich. 101 preguntas fundamentales». Alianza. Madrid, 2009.

❍ RAFAEL TERUEL

❧ «Naturaleza muerta con brida.

Ensayos y apócrifos», Zbigniew Herbert. Acantilado, 2008.

E

❧ «El estante vacío. Literatura y política en Cuba». Editorial Anagrama. Barcelona, 2009.

H

cMahon describe en 8 capítulos, aderezados con mapas e ilustraciones y acompañados por un útil índice analítico, la Guerra Fría desde 1945 hasta el desenlace del enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1990 y elucida tendencias, temas y acontecimientos con destinado al lector no especializado.

❧ «La guerra fría. Una breve introducción». Alianza de Bolsillo. Madrid, 2009.

Toda esta belleza sin sentido

l filósofo alemán Theodor Adorno escribió, refiriéndose a la pintura, que los alemanes en el siglo XIX pintaron sus sueños y en todos los casos les salieron hortalizas; a los franceses, sin embargo, les bastó con pintar hortalizas y el resultado fue un sueño: el Impresionismo pictórico. Otro de esos luminosos momentos en que la historia de la pintura occidental va a recrear el cotidiano brillo de humildes hortalizas es el que tiene lugar a lo largo del seiscientos europeo en Holanda. Momento y lugar en los que se detiene el poeta polaco Zbigniew Herbert (1924-1998) en su «Naturaleza muerta con brida», donde se recogen seis ensayos que son a la vez la historia de su descubrimiento de ese «siglo de oro» holandés y la emoción ante el mismo, además de diez apócrifos de carácter narrativo que recuerdan al Michon de «Señores y ❍ ENRIQUE GIMÉNEZ

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Una síntesis de un período clave del siglo XX

structurado en diez apartados, como Ascenso al poder, Ideología, Estructuras o Persecución y Resistencia, para facilitar el acceso a un tema determinado, Benz aborda lo esencial de la ideología del nacionalsocialismo y su dominio en el Tercer Reich. Aunque deja temas en el tintero, como las escuelas de elite o la medicina.

sirvientes», al Schwob de las «Vidas imaginarias» o, remontándonos aún más, a las «Memorias biográficas de pintores extraordinarios» de Beckford, recientemente reeditadas por Sexto Piso. Los ensayos indagan en una Holanda seguidora del «non placet Hispania» erasmiano, en la hemorragia de talento pictórico que se produjo entonces y en el hambre de realidad de unos artistas que en una época llena de grandes acontecimientos históricos renunciaron casi siempre a la representacion de estos en beneficio de un arte hecho a medias de retratos de mujeres leyendo cartas y de naturalezas muertas con unos sencillos tulipanes puestos en un jarrón de cristal junto a unas frutas. Los apócrifos por su parte forman una colección de vidas –ofrecidas como desde el ojo de Dios– que evocan diferentes tipos

representativos de la época: el militar, el científico, el filósofo (Spinoza), y sobre todo el artista (Vermeer) y el rico comerciante, a cuyo través atrapa Herbert la esencia de la bur-

guesa Holanda del XVII. No se piense en ningún momento que nos hallamos ante un texto para especialistas, aburrido y literalmente empedrado con un centón de notas al pie, pues desde la primera hasta la última de las vidas y pinturas leídas que aquí se ofrecen no son sino una gozosa celebración del hecho de estar en el mundo sin dejar por ello de evocar tambien su misterioso vacío. Aunque no pretendemos desvelar al sobrio los secretos de la embriaguez, conviene señalar que la lectura de este libro posee la virtud de operar nuestros sentidos de cataratas, después de leerlo vemos todo mucho más claro y con mayor intensidad. En fin, dejemos ya que la vida sea, mientras mirando a nuestro alrededor contemplamos de otra manera las sillas abandonadas en la terraza del café o celebramos la transparencia de las rodajas de limón en los vasos vacíos.

La estafa cubana

ay gente seria y culta que por sentido doctrinario no reconocerá que Cuba es una dictadura. No consideran relevante que en la isla sea imposible leer a escritores cubanos de la talla de Cabrera Infante, Severo Sarduy o Reinaldo Arenas. Si les mencionáramos la opinión que sobre Galdós tenía el jesuita Ladrón de Guevara, quien lo consideraba «dominado del espíritu de odio», y «antipático defensor de disolventes ideas», una sonrisa conmiserativa aparecerá de inmediato. «Cosas de curas reaccionarios», nos dirían. Pero no les provoca rechazo alguno que no se puedan encontrar en la librerías ni en las bibliotecas cubanas novelas de Vargas Llosa, V. S. Naipul, Martin Amis, Susan Sontag, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Jorge Edward, Álvaro Mutis, Enrique Krauze o J. M. Coetzee. Rafael Rojas ha escrito un libro sobre

lo que se lee y lo que no se puede leer en Cuba, y el resultado es una radiografía de la estafa cubana, que todavía sigue engatusando a quienes creen que el esfuerzo en materia educativa y sanitaria puede justificar que ningún cubano residente en la isla haya podido leer a pensadores fundamentales para la cultura del siglo XX como Arendt, Bobbio, Ricoeur o Isaiah Berlin, además de serle imposible ejercitar otras libertades de mayor fuste, como las políticas. Rojas, un cubano exiliado en México (cómo si no hubiera podido escribir este libro), pone el acento en los efectos del estrechísimo vínculo del régimen castrista con la Unión Soviética, y los efectos que en las élites cubanas tuvo la desaparición de la URSS en 1992. No hay

duda que los lazos culturales en las décadas de alianza cubanosoviética dieron un resultado estremecedor en el terreno de las ciencias sociales. El materialismo dialéctico e histórico, «el comunismo científico», era la escolástica que se enseñaba en las Universidades cubanas, o lo que es lo mismo, la versión más acartonada, fallera y dogmática del marxismo. Ni un marxista heterodoxo pudo editarse en Cuba. Cuando el sistema comunista se vino abajo con estrépito en Europa, en Cuba se limpiaron los estantes de la farfolla editada por las academias soviéticas y versionada al castellano con disciplina marxista por esforzados stajanovistas de la traducción. Según Rojas el aparato intelectual soviético adoptó un nacionalismo posmarxista que tiene sus concomi-

tancias con el invento de Hugo Chávez de intentar fundir en el caliente crisol del caribe a Marx con Bolívar, y es oportuno que Rojas nos recuerde que Bolívar era autoritario, defensor de las presidencias vitalicias y de los senados hereditarios. Como dice Rojas, «frente a Bolívar, Marx quedaría como un demócrata liberal». Pero Bolívar, añadimos nosotros, frente a Castro y frente al Chávez que está llegando quedará como una ingenua hermanita de la caridad. La conclusión a la que llega el lector del libro de Rojas es que en la Cuba castrista, sea la de Fidel o la de Raúl, la literatura está dividida en «buenos» y «malos». Son «buenos» García Márquez, Mario Benedetti, Eduardo Galeano y José Saramago, y «malos» todos los que hemos mencionado más arriba, y muchos más. El P. Pablo Ladrón de Guevara (por el que siento una devoción sin límites) escribió en 1928 su vademecum de novelistas buenos y malos, que tengo siempre a mano. Los segundos, que se contaban por miles, eran ejemplo de impiedad, inmoralidad, y de deshonestidad asquerosa y desvergonzada, y son los únicos que vale la pena leer. Para el castrismo todo es más simple: se trata de «aliados del imperialismo» y «agentes de la CIA», y sospecho que esos también son los mejores.


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NOVEDADES

✒ ARTE

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Una investigación sobre la parte experimental y visual de la poesía

na exposición que investiga sobre la parte visual, experimental, de la poesía. Las puestas en escena de Ramón Gómez de la Serna, en España, y Marinetti en Europa, a principios de siglo, son el antecedente de la poesía de acción de Joan Brossa, Juan Hidalgo, el grupo Zaj, y otros muchos autores destacados que experimentan con la poesía visual.

❧ «Escrituras en libertad.

Poesía experimental española e hispanoamericana del siglo XX». Instituto Cervantes. Madrid, hasta el 24 de mayo.

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Algunas de las sombras que más alumbran el arte

emontándose a una visión poética de Plinio el Viejo sobre el efecto de la sombra en la creación pictórica, se concibe esta exposición en dos centros distintos de la capital, donde podemos ver obra de diferentes momentos de la historia, algunas de excelente calidad: Rembrandt, Goya, Jan van Eyck, Picasso, Hopper, Richter, Andy Wharhol y Man Ray.

❧ «Sombras». Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid. Hasta el 17 de mayo.

ISABEL RAMÓN

La belleza del pensamiento ❍ GUILLERMINA PERALES

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través de una exquisita selección de piezas, desde el arte de las islas Cícladas y las diferentes etapas de la Grecia antigua, nos trasmiten una visión del mundo que se concreta en la elaboración estética del cuerpo. Como es de todos conocido, el Discóbolo de Mirón, siglo IV a. C., no existe, no existe el original. Las tres versiones conservadas en Roma, Copenhague y Londres son copias romanas del s. II d.C. Quien conozca mínimamente el trabajo de reproducción escultórica, por el sistema de puntos, podrá darse cuenta de las diferencias

que define nuestro espacio vivo. Muerto el cuerpo ya no existimos. Sin cuerpo no hay pensamiento, no hay vida, no hay arte. El hombre deja toda su información en esta concreción estética como la visualización de la existencia, como testigo de su inmortalidad. En la reconstrucción de nuestro pasado, el cuerpo de la Venus del Espejo o de la Victoria de Samotracia son los textos donde podemos contrastar los datos y los hechos que nos han legado sus contemporáneos. Podemos ver la imagen de sus protagonistas. El Discóbolo es una pieza clave en la relación de objetos artísticos conocidos de la cultura griega. Mirón desarrolla su modelo escultórico dentro del canon clásico, que establece unas medidas y proporciones. Un ideal de belleza con el que un pueblo se identifica. Pero esta pieza contiene, aparte de esa conclusión de la forma, la idea del movimiento. El personaje realiza una acción que está dentro de las disciplinas del deporte, en una modalidad que expresa la excelencia propia de estas representaciones pero que ya tiene más en cuenta la realidad física del hombre, desligado de la representación religiosa. Esta pieza tan singular que recoge la tensión previa al momento del lanzamiento se ha convertido en un icono cultural de primer orden, porque contiene en si mismo todo el conocimiento de la época, todo el espíritu cultural de un pueblo, en esa interrelación en la que el planteamiento estético conecta con el filosófico, el literario y el científico. En esa concepción geométrica del cuerpo, en esa relación volumétrica con el espacio, en la concepción de un movimiento en el que el cuerpo es un instrumento de la física, puesto al servicio de las leyes de la fuerza centrífuga de un peso y de su trayectoria al ser lanzado. La exposición del MARQ es un montaje extraordinario que ha conseguido la creación de un espacio neutro, donde la luz potencia la visión de unas obras que cobran una gran significación, aun estando aisladas de su contexto original. La arquitectura efímera creada nos guía por las diferentes concepciones estéticas de la cultura griega, con la disposición de las piezas que crean ritmos e impactos visuales, potenciando el disfrute con la ilustración de ese conocimiento que se desarrolla en el recorrido de la exposición, además de hacerla más en-

( ) El MARQ nos ofrece, con una información que mira hacia la globalidad del pensamiento, una visión sobre los principios estéticos que dieron origen a nuestra cultura occidental

que deben de haber en los tres modelos atribuidos. La versión que ha llegado a Alicante, la del British, fue restaurada modificando la postura de la cabeza, que mira al frente, seguramente por razones estéticas que condicionan cada momento de la historia. Estas acciones posteriores sobre las obras clásicas forman parte de la transmisión de una cultura. Hoy, esta es la imagen que tenemos del Discóbolo griego y es una imagen universal. Pero toda esta reflexión que evidentemente nos llevaría a otro artículo, no quita ni un ápice de valor e interés a la exposición que podemos disfrutar en el MARQ, «La belleza del cuerpo». El cuerpo es nuestro ser visible, nuestro ser existencial. A lo largo de la historia, nos hemos hecho visibles en él como elemento

El Discóbolo de Mirón que se puede ver en el MARQ

el ciudadano que forma parte de tendible al público, apoyada por escritos y guías. No es suficiente con mos- un cuerpo colectivo importante donde nacen las escuelas, las artes. trar, es necesario ilustrar. Después de las tres salas que ocupan este Un recorrido que nos introduce en las diferentes maneras de perpetuarse del pueblo magnífico viaje por la antigüedad, en la bigriego, a través de materiales como el már- blioteca del MARQ, nos encontramos con mol, el bronce, de trasmitir su imaginario a una muestra de investigación propia, más través de la cerámica, donde representar el modesta pero no menos importante. «Las cuerpo, su espiritualidad, su religiosidad, huellas griegas en la Contestania ibérica», como se conocía a esta su sensualidad y eroparte del Mediterráneo tismo. La cultura de l museo ofrece un montaje que habitamos. Nos la fundición en bronce, de la piedra, la de- extraordinario que ha conseguido presentan piezas y restos de escritura únicos coración vegetal, la crear un espacio neutro que reflejan la elaborarepresentación del ción de un lenguaje héroe, del atleta, del dios, nace del deseo de conocimiento de propio con la asunción creativa de la inuna cultura, que produce una estética del fluencia griega. Nos muestran los datos pacuerpo humano basada en el lenguaje infi- ra asomarnos a una investigación arqueolónito de las proporciones, en el lenguaje uni- gica que, indagando en nuestros orígenes, versal de la geometría. Desde la ejecución es un conocimiento también global de la de un torso a una crátera, los ritmos de los cultura. Emocionante, y valioso, en cuanto módulos de su composición pertenecen a nos adentramos en la relación intercultural una ecuación exacta con la que se busca la y el desarrollo de los pueblos en este marmedida de todas las cosas. El hombre como gen del Mediterráneo, concretamente en la personaje central de una sociedad, la civis, provincia de Alicante y alrededores.

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✑ MIRADAS

Otras formas de hacer arquitectura

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l premio Pritzker que, como el lector sabe, es el equivalente al Nobel en arquitectura, ha recaído este año en el suizo Peter Zumthor. Zumthor no es, en propiedad, un arquitecto al uso. Quiero decir que sus obras no se caracterizan por el efectismo que hoy se exige a la arquitectura moderna y que tanto alaban los medios de comunicación. Quizá por ello, su nombre resulte poco conocido para el gran público, aunque no entre los miembros de su profesión donde Zumthor tiene un notable prestigio. Hace diez años, obtuvo el premio Mies van der Rohe por el Museo de Arte de Bregenz, en Austria y puede afirmarse que todas sus obras, sin excepción, han despertado interés. Nacido en una familia de artesanos JOSÉ RAMÓN –su padre fue carpinGINER tero– se ha querido ver en la circunstancia una característica de su estilo. Zumthor, han dicho los críticos, trae la artesaPeter Zumthor, han nía al movimiento dicho los críticos, moderno, y corrige trae la artesanía al su frialdad. Habría movimiento que añadir a ello la contención, que es la moderno y corrige primera virtud del arsu frialdad. Habría tesano cuando mereque añadir la ce tal nombre. Zumcontención, que es thor es un virtuoso la virtud del artesano cuyas construcciones jamás gritan: se recogen sobre sí mismas, pues no han sido concebidas para la exhibición, sino para el usuario. Nos encontramos, como el lector habrá advertido, en las antípodas de los aclamados Zaha Hadid o Santiago Calatrava. La concesión del Pritzker a Zumthor, en un momento de crisis económica, se ha querido interpretar como una llamada de atención hacia una arquitectura más sobria, menos espectacular. Estas conjeturas son inevitables, lo que no supone, ni mucho menos, que sean ciertas. La prensa las utiliza porque ofrecen al lector un mensaje sencillo de entender, ocurrente, y formulado al hilo de la actualidad. Pero no hay que hacer excesivo caso de estas afirmaciones. Como todos los premios, el Pritzker tiene sus vaivenes, y se ha otorgado a arquitectos de muy distinta clase. ¿No lo recibía, hace unos años, Glenn Murcutt, que también es un hombre de obra sobria, preocupado por el uso de sus construcciones? En cualquier caso, está bien que el premio venga a recordarnos la existencia de otras formas de hacer arquitectura, distintas a las que la prensa ha puesto de moda. Quizá de esa manera, el público llegue a entender que los edificios son algo más que espectáculos visuales y que su función es servir al hombre. El olvido de esta condición ha sido el pecado de buena parte de la arquitectura edificada en los últimos años. La soberbia de algunos arquitectos ha creado imágenes de una gran vistosidad, pero ha deshumanizado su trabajo. Parecía que el único objetivo de un edificio era hacerse notar, lo que en realidad sólo interesaba a los políticos y a los capitalistas. Las consecuencias extremas de esta situación, acabamos de verlas en Barcelona, donde acaba de inaugurarse una obra (¡) de Toyo Ito: la fachada de un edificio de apartamentos. A este punto ha llegado la arquitectura contemporánea. ❏

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✒ ARQUITECTURA

Dos archivos y una biblioteca ❍ SANTIAGO VARELA BOTELLA

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Alcázar, siendo coordinador de las obras el también arquitecto Enrique López, ha sido inaugurado en el año 2006, responde a las características del entorno. Queda espacialmente organizado mediante un patio claustral alargado que otorga recogimiento a las estancias del interior, adecuadas a los investigadores. Por su parte, la biblioteca sanvicentina, que se encuentra en un entorno urbano de nulo interés arquitectónico, responde al elevado nivel alcanzado por los nuevos edificios públicos y de uso comunitario, con que en los últimos años se ha venido dotando la localidad. En este sentido, la implantación de la biblioteca supone un revulsivo en su contexto. Inaugurado en el año 2005, fue el resultado de un concurso de ideas resuelto en 2001, del que resultó ganador el equipo constituido entonces por Paco Leiva, Lillo Llopis, Daniel Solves, Campos Rosique, Alicia Parra y Helena Velasco, quienes constituyen el Grupo Aranea, participando en la dirección de la obra J. M.

l hacer referencia a las bibliotecas, dado su elevado número y calidad en los contenidos y en los contenedores arquitectónicos, nos puede suceder como a Nikolaus Pevsner, que no sepamos a cuántas y cuáles hacer referencia, puesto que la nómina es abundante. De la antigüedad, resulta obligada la referencia a la de Alejandría, que alcanzó fama mítica, incluso, más allá de su desaparición. También de las que, como pieza intrínseca de los edificios, surgieron en los conjuntos monásticos y en las abadías de todos los tiempos. Por no decir de cuantas pertenecen a universidades y museos. En todas ellas se acumuló el saber. De tiempos más modernos, la construida por Asplund en la ciudad de Estocolmo, resulta objeto de culto entre los arquitectos. Legendaria, en el futuro, llegará a ser la Biblioteca Nacional de Francia, con los cuatro edificios situados en las esquinas, imágenes potentes que sugieren de libros abiertos, es obra de Dominique Perrault. Entre las de Alicante, hay que hacer referencia al valor de los fondos custodiados en los Archivos estatales en Orihuela y Alicante. Ambos resultan de la mayor importancia para conocer la memoria y la his- Chofre, como arquitecto municipal. toria de estas poblaciones y de la provincia a que dieEl exterior del edificio se aprecia a modo de un caron origen. jón opaco, cerrado por los paramentos de hormigón, Los depósitos están custodiados en edificios de re- constituyen a su vez el soporte de textos a modo de ciente construcción. No tanto es el archivo oriolano, cartelería, visualizando el uso, a modo de arquitectuque fue edificado en el año 1992, sobre el solar que ra parlante. Fachadas en las cuales solo algunas rasocupó la casa solariega de gaduras permiten establePinohermoso, sobre el cer la comunicación visual os archivos estatales de Orihuela cual Alberto Campo Baeentre el interior y el exteza realizó una obra muy y Alicante resultan de la mayor rior. Resulta relevante la ambiciosa, reinterpreta- importancia para conocer la memoria presencia del lucernario soción tipológica del palabre la cubierta, mediante el cio oriolano, quizás fallicual se remata la rampa da en el hiperdimensionado espacio común, realiza- que, en el interior de manera continua y transmitiendo en detrimento de los específicos demandados pa- do una sensación dinámica y de aproximación hacia ra el cometido concreto del inmueble. el libro como objeto, desde el acceso principal articuMás recientes, de construcción casi simultánea, la el espacio diáfano en el interior. Constituye esta son el archivo de Alicante y la biblioteca de San Vi- rampa el elemento protagonista que conduce hacia cente del Raspeig. El primero está en una zona urba- los diferentes ámbitos abiertos, que se hacen más na resuelta en edificación abierta, por lo que el edifi- particulares y reservados a medida que se gana en alcio, que fue proyectado por Francisco Javier García tura y se distancia de la entrada.

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F. L. I.

Boceto del espacio interior


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NOVEDADES

✒ TEATRO

El desencanto de la transición por Miguel Signes ❧ «Así fuimos». Miguel Signes. Diputación de Salamanca.

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l valenciano Miguel Signes Mengual ha publicado en la colección Lengua y Literatura nº 24 de la Diputación de Salamanca su obra «Así fuimos» en una pulcra edición, con una lúcida introducción del profesor José Antonio Pérez Bowie. Signes dialoga en trece escenas el desencanto de una generación curtida en la oposición a la dictadura.

Juguetes para las fieras ❍ CARLOS FERRER

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aloma Pedrero (Madrid, 1957) se dio a conocer con «La llamada de Lauren» y, desde entonces, su teatro se ha caracterizado por la elección del desarraigo social y de la marginalidad como tema, que entronca con el realismo crítico, y por la introspección de sus personajes y la poética con la que los alumbra, aderezado con un compromiso de orientación feminista. Su escritura conoce la eficiencia escénica, puesto que Pedrero ha sido directora, profesora, actriz (fundó el grupo Cachivache en la época del teatro independiente) y ha impartido talleres de dramaturgia, uno de ellos en la Muestra de Teatro de Alicante. Es, por lo tanto, una autora que escribe «desde la actriz que llevo dentro», no para deleitar al público, sino para transformarlo con la sinceridad en la cabeza y con el deseo en la ma-

La obra está basada en la historia de la indigente que fue quemada en un cajero no, empleando el «dolor de la vida» como «materia prima» de su obra. De tal modo que, en «Caídos del cielo», el personaje de Marcelo llega a decir que «el arte tiene esa función: despertar conciencias».

Con «Caídos del cielo», I Premio Talía de Teatro, sigue la línea iniciada con «Magia café» de aprovechar la docencia impartida en un taller de teatro con un amplio grupo de personas sin hogar, algunos de los cuales participan luego en el montaje, y así crear una obra, que en esta ocasión versa sobre el proceso de creación de una representación teatral, también interpretada por indigentes. La obra, que fue estrenada en el pasado Festival de Otoño, está basada en la historia de Rosario Endrinal, una indigente catalana que dormía en un cajero y que fue asesinada por varios jóvenes al rociarla con gasolina y prenderle fuego. En esta pieza metateatral de final previsible, el personaje de la escritora, Luz, un trasunto de la propia autora, escribe la obra enredada en prisas y nervios. Una noche, mientras Luz intenta resolver la escritura de una escena en su estudio, Charito, la protagonista, «cae del cielo» para echarle una mano a modo de musa con espíritu burlón y de paso resolver los múltiples conflictos que surgen con los actores en los ensayos, personajes desgarrados y caídos en pozos de marginación, miembros de un reparto que en la calle son juguetes para las fieras y que en escena son seres con dignidad, la dignidad de los perdedores, que a veces buscan redimirse por medio del amor. La intención de Pedrero era «transmitir que ellos y nosotros no somos distintos». Y lo logra con emoción.

Análisis de la obra completa de un creador total ❧ «La literatura

dramática de Fernando Fernán-Gómez»». Manuel Barrera Benítez. Fundamentos. Colección Arte.

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l profesor Barrera publica su tesis de doctorado sobre Fernán-Gómez y analiza toda su obra, desde «Pareja para la eternidad» hasta «Morir cuerdo y vivir loco». La grandeza de la obra de Fernán-Gómez no consiste sólo en su perfección, sino en el aliento que transmite, en la intensidad de la vida y la experiencia que contiene y que hace revivir.

✒ MÚSICA INFORMACION

De Rob Lowe a lo nuevo de Digital 21 ❍ SERGIO ILLESCAS

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En 1983, el bueno de Francis Ford Coppola, acuñaba un auténtico «hit» cinematográfico y generacional denominado «The Outsiders» («Rebeldes»). Con un reparto de actores guapetones, entre los que se encontraban unos primerizos Matt Dillon, Patrick Swayze, Rob Lowe y Tom Cruise, daba vida al libro de S. E. Hinton, que retrataba la historia de un grupo de jóvenes inadaptados que siempre andaban de camorra con otra banda. Más de veinte años después, en los terrenos sonoros españoles, también tenemos a nuestros propios «outsiders». Una serie de músicos que aparte de rastrear nuevas dimensiones sonoras en la electrónica, apuestan por una imagen transgresora. Entre ellos podemos encontrar ejemplos divertidos como el de Guille Milkyway, que se esconde tras una formación virtual llamada La Casa Azul. O Joe Crepúsculo, un

Miguel López Mora, el artífice de Digital 21

nuevo arquitecto de tecnopop que en sus videoclips, en sus canciones y en él mismo roza el surrealismo buñuelesco. A Miguel López Mora algunos lo definen como un Leonardo Da Vinci de la electrónica. Exagerado o no, lo que sí está claro que este señor compone, produce, arregla, canta, toca, se encarga de los clips y del artwork de todo lo que concierne a Digital 21, su nombre artístico. Acaba de publica su cuarto trabajo, «Outsider» (Algoenblanco Records / Pias Spain), en el que ha contado con colaboraciones de otros inadaptados y amados musicales como Ana Curra (Parálisis Permanente / Alaska y los Pegamoídes), Silvia Superstar (Killer Barbies) o Big Toxic (Silvia Superstar). Su primer single es «Sálvame», cuyo remix le ha hecho Stefan Olsdal bajista del grupo Placebo. Se trata de un tema frenético, que utilizando un ritmo agónico encuentra un punto de conexión con el oyente que lo hace pegadizo. «Alarma», «Rock Guitar Sex» o su particular versión de «Quiero ser Santa», que décadas cantantaba Parálisis Permanente, dan fe de la revisión que pretende hacer este artista sobre la Movida Madrileña, sin duda, un momento en el que en la capital madrileña aparecieron «outsiders» reales, y no comerciales.


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✒ CINE ❍ JOAQUÍN QUÍLEZ FORTEZA

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o es sencillo. P a r e c e n mundos antitéticos, caminos que divergen y que sólo en raras ocasiones se entrecruzan. La lectura y el cine, dos universos que, sin embargo, están formados por la materia de la que están hechas los sueños. Las diferencias son claras: la lectura es una vocación solitaria, que requiere de un cierto esfuerzo, concentración, voluntad de reconstrucción, de naturaleza esencialmente intelectiva, que necesita de una muy especial actitud, sensibilidad y constancia; el cine es, por

Lecturas en una sala de cine y estímulo de la curiosidad) y «El libro de las ilusiones» centrada en la historia del cineasta Hector Mann. En el camino inverso, viajamos al otro lado del espejo para tratar de vislumbrar cómo el paisaje cinematográfico ha acogido la figura del lector. Es un viaje que se hace desde la subjetividad, desde el recuerdo (recordar que, según su etimología poética, es volver a pasar por el corazón), desde la parcialidad. Nadie ha leído todos los libros del mundo ni visto todas las películas del mundo, y la memoria es un curioso instrumento construido,

de Homero a Shakespeare, en una plasmación hermosa de la redención (en genérico) que proporciona la lectura. Pero la dimensión «práctica» (moralmente) que podemos intuir o entrever en esta obra es sólo una de las muchas facetas y caras de la lectura. La dimensión placentera, gozosa, trascendente, no utilitarista son sólo lados de una realidad poliédrica, que también hallamos en otras películas. Uno de los ejemplos canónicos es «Fahrenheit 451», la cinta de Truffaut que traslada los hombres libro que imaginara Ray Bradbury a imáge-

La actriz norteamericana Kate Winslet, en un fotograma de la película «El lector»

el contrario, básicamente colectivo; el espectador, además, tiende a replegarse en una actitud más pasiva, y su naturaleza presenta vertientes de índole más sensorial, visual; algunos códigos narrativos son comunes, pero son distintos en lo más decisivo. Sus relaciones, por ello, resultan complejas, multidireccionales, y en ocasiones paradójicas. En ese camino de doble sentido a la ficción (la poesía, el ensayo o el documental quedan fuera de nuestro campo de visión), sabemos de algunas novelas que se han acercado al cine como eje temático: podemos remitirnos al Paul Auster de «Un hombre en la oscuridad» (las páginas en las que narra unas escenas de «El mundo de Apu», «Cuentos de Tokio», «La gran ilusión» son deliciosas, un prodigio de capacidad de emoción

también, con los mimbres del olvido. Este destilado a veces impredecible de lagunas e imágenes borrosas o fulgurantes contribuye a que cada uno de nosotros, si se aplica el deber de visualizar lectoras y lectores en una pantalla, realice un inventario único, particular y, por fortuna, transferible. La reciente adaptación de un título tan explícito como «El lector», la novela de Bernard Schlink, llevada al cine por Stephen Daldry (no es casualidad que su anterior película, «Las horas» fuera en realidad el retrato vibrante y lúcido de la lectura de «La señora Dalloway» de Virginia Woolf), se convierte en el vínculo más inmediato y más diáfano sobre el tema. La obra (la novela, la película) contiene escenas donde el personaje protagonista lee para sí y para Hanna, des-

nes. Sin embargo, una de las escenas más poderosas sobre la lectura en el cine pertenecen a una obra del mismo director: toda la psicología y toda la educación sentimental del protagonista de «El amante del amor», que actúa como motor de la historia tiene un origen claro: la pasión por la lectura, en fotogramas contagiosos, de contenida emoción. Pero la lista no termina ahí: a vuelapluma surgirán películas como «La lectora» de Michele Delville, protagonizada por Miou Miou, que reivindica la lectura en voz alta, la lectura (paradójica) compartida y sonora; «Roma» de Adolfo Aristarain; o «La carta final», basada en la deliciosa novela «84 Charing Cross Road», los vecinos devotos de Faulkner en «Amanece que no es poco»... El siguiente paso, en la humilde vorágine de curiosidad que a veces nos sobreviene, y que hemos de posponer, es aguzar la vista y tratar de descifrar qué títulos, en qué novelas, qué poemarios, qué ensayos leen los personajes de la película que nos fascinan... Mientras tanto habremos de conformarnos con comenzar este inventario de lectoras y lectores en un universo de celuloide, en la región donde la realidad está hecha con la materia de los sueños.

AMOR EN CONSERVA

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❍ JUAN HARPO

Según hechos reales

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ace años el espectador del cine parecía poseer un talante tranquilo, alejado de la pasión por el vértigo y de la capacidad de asombro ilimitada que hoy le caracteriza. Se conformaba, tan solo, con películas inspiradas en buenas historias, contadas con funcional pulcritud e interpretadas por un elenco de actores competentes. El espectáculo, reducido a la utilización del color y algunas dosis de acción, era un regalo excepcional recibido con agradecimiento. Reinaba, todavía, el blanco y negro y, en casi todas las cinematografías, una profesionalidad a prueba de bomba, intentando ajustarse a los cánones clásicos de la narración. Recientemente el cronista ha podido visionar una serie de aquellas películas, hoy olvidadas, que poseen todas un rasgo común: el profundo respeto al espectador global, sin otra ambición que la de hacerle pasar un rato agradable y dar por bien pagado el precio de la entrada. Se trata, casualmente, de tres obras centradas en la II Guerra Mundial e inspiradas, como se decía antes, a modo de tirón publicitario, en «hechos reales»: «Yo fui el doble de Montgomery», según las memorias de Clifton James y dirigida por John Guillermin (1958), «El hombre que nunca existió» de Ronald Neame (1956) ciñéndose al libro de Edwing Montagu, y «El infierno de los héroes» de José Ferrer (1954), donde se cuenta la llamada Operación Frankton que protagonizó un comando británico para destruir una flota de acorazados alemanes en un puerto francés. Las dos primeras comparten el tema bélico con el de espionaje: un actor de vodevil haciéndose pasar por Montgomery para confundir al Tercer Reich ante la invasión de Normandía; y la historia del cadáver de un oficial ingles, aparecido en la playa española de

El espectáculo, reducido a la utilización del color y algunas dosis de acción, era un regalo excepcional Puerto Umbria, portando una falsa documentación en torno a la invasión de las tropas aliadas en Grecia. Sin bombas, ruidos, ni aparatosidades de ningún tipo, son dos filmes redondos, con la emoción asegurada, y que habrían alcanzado, probablemente, la categoría de obras maestras de haber caído en manos de Hitchcock. La tercera «El infierno…» es un magnífico precedente, nada más y nada menos, que de la espectacular «Doce del patíbulo» de Robert Aldrich. Un filme muy entretenido, con más acción que los anteriores, cuatro efectos especiales y una carga emotiva que movía al aplauso masivo en la platea cuando aparecía el inevitable «The end». Olvidar estas películas es un pecado mortal, continuar ignorándolas, por parte de los jóvenes cinéfilos que no han podido gozarlas, resulta algo parecido a «fugarse» una clase de Matemáticas el día que se explican las ecuaciones de primer grado ¿Cómo seguir con los logaritmos?


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✑ MONÓLOGOS DEL JARDÍN

¿Qué fue de Sabino Ordás?

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ltimamente he observado en mí dos rasgos propios de la edad venerable. Uno, la inclinación a regresar al lugar donde nací, me pelé las rodillas jugando a las chapas y leí desaforadamente a Richmal Crompton. Otro, el gusto de releer los libros que me hicieron feliz, en detrimento de los que me llueven diariamente encima. No siempre la relectura es premeditada; a veces se debe al puro azar. Así me sucedió anoche, cuando buscaba información sobre la defensa que Sabino Ordás había hecho de la revista leonesa Claraboya, que condujeron en el tardofranquismo jóvenes poetas (José María Merino, Luis Mateo Díez, Agustín Delgado...), algunos reconvertidos hoy en novelistas. En un artículo sobre lírica de posguerra publicado en 1978, Guillermo ÁNGEL L. PRIETO Carnero dictaminó DE PAULA que lo de Claraboya era un «marxismo de secano». Dolido por el juicio, Sabino Ordás Empecé buscando una arremetía contra la cita y terminé prendido en antología donde José María Castellet «Las cenizas del Fénix» había reunido a los «novísimos» –Carnero entre ellos–, autores de «desahogos juveniles y escurriduras de “ismos” francamente decrépitos». Al analizar aquella antología de «cuatro barceloneses, dos valencianos y tres comparsas», se quejaba amargamente de la escisión maniquea entre lo veneciano, elegante, barcelonés, bello y marilyniano, por un lado, y lo estepario, mesetario, interior, marxista y de secano, por otro. Así que empecé buscando una cita para un trabajo académico, y terminé prendido en «Las cenizas del Fénix», libro sabio y a veces desternillante. Allí se reunían los artículos que, entre 1977 y 1979, había publicado en el suplemento literario del diario Pueblo Sabino Ordás, que luchó con la República, padeció el exilio, dictó cátedra en universidades norteamericanas, y había retornado a España a la muerte de Franco. Desde entonces vivía retirado en Ardón, en un silencio sólo interrumpido por esos artículos que escribía en la mesa de la cocina, aromada por cecinas y morcillas matanceras dignas del Altísimo, con las que había decidido suicidarse poco a poco. En los asuetos vacacionales, yo había seguido con unción aquellos artículos de Pueblo, ignorante de que, en realidad, Sabino Ordás era el pseudónimo colectivo de Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo Díez y José María Merino. No sólo fui yo el engañado: algunos enteradillos llegaron a elogiar los inexistentes libros de Ordás, como antaño hicieron con los cuadros de Jusep Torres Campalans, el imaginario compañero de Braque y de Picasso ideado por Max Aub. Los urdidores de la patraña llegaron a programar una conferencia de Ordás, no recuerdo si en el Ateneo madrileño. La sala estaba atiborrada media hora antes del comienzo, así que los muñidores, enredados en su propia broma, tuvieron que impedir que Ordás se personara en la conferencia, para lo cual inventaron un accidente del coche que lo conducía a Madrid, del que se dio noticia por un telegrama que enviaron ellos mismos. Hoy, cuando releo «Las cenizas del Fénix», siento algo parecido a la felicidad ante este «inocuo atentado de impostura», equidistante entre la verdad de la fábula y la fábula de la verdad. ❏

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✒ SUELTO DE LENGUA ❍ CARLOS FERRATER

Caro Palau de les Arts

Abrir las puertas del Palau de les Arts supone un gasto de once mil euros al día

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l Palau de les Arts no ha logrado convertirse en el reclamo cultural encargado de llevar el nombre de la Comunidad Valenciana por el mundo, como se pretendió en su día. En cambio, los cuatro millones de euros anuales que se necesitan para su funcionamiento, lo han convertido en un dolor de cabeza para la Generalidad. Abrir cada mañana las puertas del Pa-

lau, supone un gasto de once mil euros dedicados exclusivamente al día a día del inmueble, es decir, sin contabilizar los costes artísticos o administrativos. A ello, hay que añadir los continuos retoques realizados por el arquitecto Calatrava al edificio, o los dieciocho millones de euros destinados a reparar los desperfectos producidos por la última inundación.

Nuevo autor para el poema de El Cid L

os estudios de literatura medieval se han visto sacudidos en sus cimientos después de que la investigadora Dolores Oliver Pérez, profesora de la Universidad de Valladolid, haya afirmado que el autor de «El Cantar de Mío Cid» fue Abu l-Walid al Waqqashi, famoso poeta y jurista árabe que la escribió en vida del Campeador, en el año 1095. Waq-

qashi –asegura la profesora Oliver Pérez– viajó a Valencia desde Toledo, huyendo de la corte de Al-mamum, y fue el encargado de establecer las cláusulas de la rendición de Valencia, momento en el que hizo un pacto con El Cid, por el cual le ayudaba a impartir justicia, le creaba una corte literaria y le componía el cantar. ¡Ahí es nada!

Pintar después de morir T

ras su muerte, Frida Kahlo esta logrando pintar un número de cuadros muy superior al que pintara en vida. El interés que despierta la artista entre el público ha creado un mercado de obras falsas que, probablemente, sólo sea superado por el que genera Salvador Dalí. En el actualidad, se cree que hay más de cuatrocientos cuadros falsos de Frida Kahlo en el mercado del arte y cada mes se incorporan obras nuevas. Los compradores de estas obras falsas de Kahlo son reacios a admitir el fraude, por lo que el número de exposiciones de Kahlos falsos se está convirtiendo en un suceso habitual, especialmente en México y quien sabe si en un futuro los falsos Frida Kahlo no llegarán a tener un valor superior a los verdaderos, dado los caprichos de los coleccionistas de arte.

Exposición milagrosa L

a exposición la Luz de las Imágenes, que se celebrará en Alcoy el próximo año, tendrá un efecto milagroso sobre el patrimonio religioso de la ciudad. Los diez millones de euros que la Generalitat Valenciana invertirá en la muestra convertirán en importante un patrimonio sin valor apreciable al día de hoy. Con la inversión está previsto reformar

las iglesias de Santa María y de la Mare de Déu, la fachada lateral norte de San Mauro y San Francisco, y dotar de un sistema de iluminación a la cúpula de San Jorge. El patrimonio industrial de la ciudad, que los especialistas consideran de una gran importancia, no recibirá, sin embargo, ninguna inversión.

La pintora mexicana Frida Kahlo


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NOVEDADES

✒ LECTURAS PARA LA PRIMAVERA

Un relato para explicar qué le sucede a la Tierra ❧ «Gran Historia. Del

big bang a nuestros días». Cynthia Stokes Brown. Alba Editorial. Barcelona, 2009.

Voces y estilo propio desde la soledad más urbana ❧ «Playstation».

Cristina Peri Rossi. XXI Premio Fundación Loewe. Colección Visor de Poesía, 2009.

El relato de un situación extrema en Los Andes ❧ «La sociedad de la nieve». Pablo Vierci. Editorial Debate. Barcelona, 2009.

El poder sin límites y la culpa, entre reflexiones ❧ «Tierras de

poniente». J. M. Coetzee (Premio Nobel de Literatuta). Editorial Mondadori. Barcelona, 2009.

Un secreto inconfesable basado en un hecho real ❧ «El col•leccionista de Fades». Josep Ballester. Premi Ciutat d’Alzira. Colección L’Eclèctica. Edicions Bromera, 2009.

Un «thriller» policíaco en el corazón de EE UU ❧ «El patriota de

Dios». Ian West. Editorial La factoría de las ideas, 2009.

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l libro es un relato a gran escala de los sucedido en la Tierra desde su creación. Gracias a su amena combinación de saberes, resulta revelador descubrir, por ejemplo, que la deforestación ha acompañado el desarrollo de todas las sociedades, y que el 99 por ciento de las especies que alguna vez vivieron se han extinguido.

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Misterio y esplendor en plena Alta Edad Media ❧ «Guía de la España Misteriosa». Pedro Amorós. Libros Cúpula. Barcelona, 2009.

ristina Peri Rossi, la primera mujer que ha recibido el Premio Internacional de Poesía de la Fundación Loewe, explora en este singular poemario, entre otros temas, la soledad urbana, el anecdotario irónico de la vida de una escritora que contrapone la poesía a la realidad de su escasa presencia en la vida diaria.

Paisajes muy íntimos para perseguir un paraíso

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n texto definitivo sobre la historia más increíble jamás contada. El 13 de octubre de 1972 un avión se estrelló en Los Andes, y a los pocos días se suspendió la búsqueda y todos los ocupantes fueron dados por muertos. Setenta y tres días después del accidente, los dieciséis supervivientes volvieron al mundo y a la vida.

Crónica de unos años decisivos para España

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n su primera novela en castellano, hasta ahora inédita, profundiza sobre los efectos del poder sin límites y realiza un retrato despiadado de la obsesión y de la culpa. Además, ya hay claras evidencias de que Coetzee es dueño de un inteligencia impactante que le convierte en uno de los escritores más conmovedores.

Juego de palabras para una historia ingeniosa

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La condición humana desnuda y sin máscaras

arra la historia de un secreto inconfesable y está ambientada excepcionalmente en el Oxford victoriano y basado en hechos reales, esta obra, llena de lirismo, revela la personalidad atormentada e inquietanbte de un escritor que, con el tiempo, se convertirá en célebre por su obra dirigida precisamente a los niños.

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an West (seudónimo de un agente de la US Capitol Police) nos adentra en el complejo mundo de Washington con sus miserias y grandezas, con una novela censurada en EE UU por seguridad nacional, pero que no dejará indiferente a los que se atrevan a descubrir qué se esconde detrás del mayor imperio del mundo.

❧ «Fragmentos de inmensidad». Antonio Gracia. Introducción de Luis Bagué Quílez. Poesía Devenir, 2009.

❧ «Anatomía de un

instante». Javier Cercas. Editorial Mondadori. Barcelona, 2009.

❧ «Marabajo». Pablo Albo, con ilustraciones de Jesús Aguado. Colección El duende verde. Editorial Anaya, 2009.

❧ «Al final del mar». Gabriel Sofer. Colección Narrativa. Editorial El olivo azul. Córdoba, 2009.

El mito del laberinto y la cultura occidental ❧ «El laberinto. Historia y mito». Marcos Méndez Filesi. Alba Editorial. Barcelona, 2009.

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spaña es una tierra mágica repleta de inquietantes misterios y leyendas. En esta obra, Pedro Amorós nos guía por los lugares de sucesos inexplicables, místicos y paranormales que aún hoy plantean numerosos enigmas. Así, se suceden increíbles relatos para ir comprendiendo sucesos extraños y enclaves mágicos.

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l alicantino Antonio Gracia (Bigastro, 1946) llega ahora con «Fragmentos de inmensidad, donde muestra el trayecto hacia la reconstrucción de un yo eglógico y donde se realiza una persecución del paraíso. «Mis poemas –ha asegurado Antonio Gracia–, son los paisajes íntimos que veo; mis libros, un intento de ordenarlos».

E

ste libro es la anatomía del instante en que Adolfo Suárez permaneció sentado en la tarde del 23 de febrero de 1981 mientras las balas de los golpistas zumbaban a su alrededor en el hemiciclo del Congreso de los Diputados y todos los demás parlamentarios –excepto Gutiérrez Mellado y Carrillo– buscaban refugio.

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on esta obra el alicantino Pablo Albo logró el Premio de Narrativa Infantil de Ibi 2008. Es una historia ingeniosa, divertida, ágil, con un estilo narrativo propio y personal, y un buen gusto por jugar con las palabras y utilizar el lenguaje como divertimento, que invita en todo momento a la participación del lector.

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os relatos de «Al final del mar» llevarán al lector, después de hacerle transitar por una geografía variada e incierta, al centro del laberinto, a un lugar donde se reconoce la condición humana desnuda de vestidos y de máscaras. El texto corresponde a la primera novela de Gabriel Sofer que se publica en España.

E

l mito del laberinto es sin duda uno de los más fascinantes y complejos de la cultura occidental. Su historia suele iniciarse en la antigua Grecia y en la Creta minoica, pero el autor rastrea sus orígenes en el Egipto de los faraones y en la Mesopotamia de Gilgamesh. Ilustraciones y variados caminos para llegar al ser humano.

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Clarence King en España (1883)

❍ JAIME LORENZO

Clarence King

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n 1883, el geólogo norteamericano Clarence King (1842-1901) recorrió España en compañía de un intérprete, «un hidalgo empobrecido» llamado Salazar, «aunque rico en aquellas cualidades del ánimo que distinguen a los hombres de bien y a los buenos amigos». King contaba en los Estados Unidos con uno de tales amigos: Horace F. Cutter. «Don Horacio», como le gustaba oírse llamar, era un lector entusiasta de la obra de Cervantes. ¿Qué mejor regalo podía llevarle King de España sino una bacía como la que don Quijote tomó por el yelmo de Mambrino? En una extensa carta fechada en 1885 y dirigida a Cutter, King relata el hallazgo de la reliquia cervantina: Salazar y él han dormido en cierto mesón de La Mancha. Desayunan chocolate, «último recurso a que se aferra el viajero que naufraga en el océano de la hambruna española». Salazar le explica a la posadera que «el caballero americano» busca una bacía de barbero, tan antigua que pueda ser la del mismísimo don Quijote. La posadera comienza a liar un cigarro y al fin señala las ruinas de una posada. Hubo allí una barbería; siendo niña, le llamaba la atención la bacía que colgaba sobre la puerta. Es posible que aún esté. «Los más pobres de los pobres ocupan [en España] las posadas abandonadas, mientras éstas se mantienen en pie». King y Salazar se dirigen al lugar indicado. Allí se cobijan la viuda Barrilera y su hijo Crisanto. Un fuerte olor a ajo y cebolla impregna el ambiente. Cuando la viuda oye que King es americano, exclama: «¡De Cuba, pues! Un primo de mi padre estuvo de soldado allí y se casó con una mujer tan negra como una sartén». Salazar le explica que King desea comprarle la vieja bacía colgada en el patio; se trata de un regalo para cierto americano «que jamás ha visto una bacía de barbero. No las hay en América». «¡Caramba, qué país!» replica la viuda. «¡Lleno de mujeres negras como sartenes y sin barberos! La jofaina es suya, señor». King entrega a la viuda «unas monedas de oro» y dos duros de plata al niño Crisanto. Salazar observa entonces que el hallazgo de la bacía no será tal a menos que puedan adjuntar algún documento que certifique su origen, y los cuatro se dirigen a la «alcaldería». El secretario del ayuntamiento toma café mientras Salazar describe la solicitud como un «capricho inocente». Una discreta gratificación allana la renuencia del funcionario, que manda en busca de papel, pluma y tintero. Mientras aguardan, el secretario observa, dirigiéndose a King: «Han pasado ustedes por una terrible guerra en su país». Responde King que «a Dios gracias, norte y sur vuelven a ser amigos». Se interesa el secretario por el bando de King, y al identificarse éste como nordista, el funcionario municipal inquiere cómplice: «¿Y cómo pueden ustedes soportar a todos esos chilenos paseándose ahora por Lima, señor?».

SEMBLANZA

SIN MOVERSE DE CASA

✒ MISCELÁNEA

Vetusta Morla La otra realidad

❍ ISRAEL QUÍLEZ FORTEZA

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osiblemente Radiohead es uno de esos grupos que pone una pica en la historia musical para que desde ahí empecemos a contar. Antes de su trabajo más reconocido, «Ok Computer», tienen una serie de discos en los que ya estaba cuajada su auténtica fuerza, que no era formal, sino sociológica. En «Pablo Honey y The Bends» ya está presente toda la fuerza de cuestionamiento de una realidad personal y a la vez universal muy determinada. Se trata de poner al descubierto una serie de bienestares tan débiles que son translucidos y muy quebradizos. Ahora mismo la compañía con la que rompieron hace un año, Emi, ha reeditado estos trabajos con material extra. Un material, por otra parte, excepcional. Paradojas de la industria: aquellos de los que pretendían alejarse Radiohead para ser más integros nos dan ahora por unos euros grabaciones excepcionales y que nos acercan un tanto más de comprensión de sus ideas. Coincidiendo con ésta, encontramos una reedición aún más emocionante si cabe, la del primer disco de la banda de Eddie Veder, Pearl Jam. Estas canciones atraye-

ron a jóvenes que tenían una pa- hay demasiado material disponible, sión de lucha contra lo establecido tan sólo un corto con cuatro canciomuy certera. Tenía el punto justo nes. Aunque estos si pondrán en de dirección: no se alejaba del fon- breve su disco a la venta. Son heredo del problema como puede ocu- deros de esa tradición musical jorrir con muchas propuestas, pero vén, que nació a mediados de los tampoco caía en utopías muy peli- 90. Standstill fueron con su último grosas, tan peligrosas como la que disco, «Viva la guerra», quienes en acabó con la vida de Holderlin. 2008 consiguieron rozar más de Jalea Real es un colectivo musi- cerca el alma de muchos desilusiocal que en realinados sociales. dad no existe. Estos cuatro uando pasen los años Se reunen en grupos los senlugares de Cata- descubriremos que esas timos hoy tan luña y Valencia, músicas fueron nuestro Sartre cercanos como y allí descargan a un hermano todo su entenque necesita dimiento social, su certera visión ayuda, mostrándonos a la vez todas del fracaso. No han publicado ni las miserías y alegrías que el munpiensan hacerlo. Su disco es des- do nos tiene reservadas. El cedé cargable vía web. Super Submarina que en este momento se acerca es otro grupo del que todavía no más a toda esa corriente de auténti-

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INFORMACION


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✑ EQUIPAJE DE ARENA

«Warlock», la épica de las pistolas

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co cambio es «Un día en el mundo», de Vetusta Morla. Una serie de personas que hacía diez años que venían perfilando ese trabajo en el que debería uno morir y renacer. Su éxito más agridulce. Si algo tienen la poesía y la música frente a otras artes es permitir llamar tantas ocasiones como deseamos al ser. En algunas ocasiones incluso llamar a ese ser y decirle: «voy a cambiarte, en algo nimio o en lo más íntimo, y gracias a eso voy a seguir». El truco de magia de ese «Un día en el mundo» era perfecto, definitivo. Un agujero negro del que emerger a no se sabe dónde y no se sabe cómo. Como agujero negro, concentraba mucha literatura y mucha música, toda la literatura y toda la música. Desde Beckett y su incompleción, a Scott Fiztgerald y su éxito social/fracaso espiritual. Desde los Beach Boys a Radiohead, pasando por Dj Shadow y el recordadísimo Jeff Buckley. Reconociendo una afinidad directa con otras propuestas músicales de crítica de la existencia más recientes como Band of Horses y Arcade Fire. Estos dos últimos cuentan además con propuestas tímbricas excepcionales. Todo esto lo escucha hoy gente que sale cansada de trabajar, que se dirige a casa convenientemente hastiada. Es el impulso, el estímulo que mantiene el hálito de esa filosofía moribunda desde hace tiempo que es el existencialismo. Cuando pasen años descubriremos que esas músicas fueron nuestro Sartre. Cuando esas gentes lleguen a casa poco habrá cambiado, pero se habrá mantenido de alguna forma imperceptible la capacidad de oponernos a lo que no hemos aceptado.

El grupo musical Vetusta Morla

n la mesa de las novedades, el libro llamaba poderosamente la atención: sólido, voluminoso, bien encuadernado. La portada era esplendida: un dibujo a color de un vaquero disparando, en escorzo, a un enemigo invisible, mientras sus cananas volaban por el aire. Parecía una ilustración antigua, de Blasco, Freixas, de alguno de aquellos dibujantes que iluminaban las viejas novelas de Editorial Molino, allá por los años cincuenta del siglo pasado. Después estaba la faja publicitaria que ceñía la portada con una frase tan tópica como eficaz: «El mejor western de todos los tiempos». Y un comentario, escueto, de Thomas Pynchon –ese hermético escritor que habita de incógnito en lo más alto del Parnaso estadounidense–: «Una de las mejores novelas americanas». ¿Qué amante de la literatura, ante los días ociosos de la Semana Santa, podía resistirse a comprar este libro? ¿Quién demonios evitaba la tentación de sumirse en una aventura de 687 páginas? ¿Y si se producía el prodigio de la lectura absorbente, del placer hipnótico de vivir en otro mundo como ocurre en excepcionales ocasiones? Así fue como compré «Warlock», la novela de Oakley Hall que, en 1959, fue galardonada con el premio PulitMARIO zer, y que hoy edita MARTÍNEZ «Galaxia GutenbergGOMIS Círculo de Lectores». Y durante una semana estuve cabalgando con los viejos héroes de la Frontera por las Durante una semana calles y alrededores de estuve cabalgando la ciudad de Warlock, con los viejos héroes asistiendo a la historia de la Frontera compleja, intensa, de la implantación del orden y la justicia en su recinto, abierto a todas las inclemencias propias del proceso colonizador en las tierras del Oeste americano. Una música familiar que, no por escuchada en cientos y cientos de «westerns», dejaba de fascinar, gracias a una serie de virtudes del relato: la complejidad, ya citada, de la trama; el análisis psicológico de los personajes que proporcionaba dimensión humana a los estereotipos del pistolero, el vaquero, el sheriff, la prostituta, el viejo juez, el jugador de ventaja, el comerciante honrado; el aliento épico fundado en los discutibles valores morales de los pioneros que, un contexto salvaje, pusieron los cimientos de un mundo nuevo. Todo uno homenaje a esos conceptos elementales que continúan fascinando al hombre y que constituyen los ideales sobre los que se forja la idea de civilización: la libertad, la amistad, la lucha contra el mal y la opresión. Si el estribillo de «Warlock» no resulta en exceso original y el lector puede reconocer, incluso, que se trata del material que inspiró a Edward Dmytryk para filmar, en 1959, «El hombre de las pistolas oro» con Henry Fonda, Anthony Quinn y Richard Widmark, la partitura, extensa y minuciosa, se presta a una interpretación de más profundo calado que no defraudará al lector de este tipo de libros y le hará pasar muchas horas agradables. Otra cosa es que el juicio generoso de Pynchon sea cierto. Si este hombre escribe como los ángeles, como lector debería ser más prudente. «Warlock» no es la mejor novela americana, a pesar de sus cualidades. Ni siquiera el mejor «western» de la historia. Ese honor le corresponde, aunque se trate de un «western» moderno, o crepuscular, a Cormac McCarthy en su excelente trilogía formada por «Todos los hermosos caballos», «En la frontera» y «Ciudades de la llanura». Solo que McCarthy es contemporáneo de Pynchon y aspirante, también, al premio Nobel: un escritor, igualmente, de vida oculta a la manera de Salinger. Pynchon no debería olvidar, tampoco, tratándose de novelas sobre las grandes praderas y la conquista del Oeste, a Larry McMurtry, el autor de la bellísima saga de «Paloma solitaria», otra obra ganadora del Pulitzer que suena como una balada legendaria de pólvora y cabalgadas que no desmiente a la Historia. ❏

SERENDIPIA

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❍ MARIO-PAUL

Capeando el temporal

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endemos a pensar que las nuevas tecnologías transmutan todo aquello que tocan. Pocas cosas escapan a su patógeno influjo y, las que lo consiguen, no les queda otra que aprender a convivir como una minoría «outsider» alejada de correos electrónicos, geolocalizadores, bancas electrónicas, sistemas multimedia y multitud de otros servicios que ensanchan la «brecha digital» entre los que se conocen estas aguas y los que no. Razón no nos falta, pero en este paisaje tan digitalizado, no deberíamos olvidarnos de que, aunque las tecnologías reinventan por doquier, quien verdaderamente alienta estos cambios es una fuerza, desatada y sin freno, a la que, en su momento, no tuvimos problemas en poner a la cabeza: les hablo de Neoliberalismo, de arramblar con todo, de crisis y de migrañas, de sálvese quien pueda y me quedo corto. Nada que no sepan. Esta doctrina de apetito voraz, ha sido la auténtica artífice de la reconversión tecnológica que conduce la actualidad. Pero si neoliberalismo se vio fuerte en su momento para hacerse con el mundo, fue porque ante sus ojos se revelaron las mejores bazas para conseguirlo. La tecnología podía inclinar a su favor el futuro financiero, pero no gracias a sus «gadgets» o artificios, sino a su facilidad para controlar la nueva moneda de cambio: la Información. En la Sociedad de la Información hemos contemplado la paulatina absorción de las plataformas de comunicación por parte de los grandes consorcios empresariales, y como éstos, en su fomento de las tecnologías como recurso financiero, han llevado al periodismo a una reconversión constante que muchas veces plantea callejones sin salida. El «traumático» paso del papel a la pantalla o la parquedad de los nuevos formatos informativos, son el resultado, entre otras cosas, del bajo índice de lectura o los excesos del imperio digital, pero sobretodo, de un sistema financiero que estrangula y exprime.

Ejemplo de ello es la reciente estrella del periodismo digital, la página web www.ShortFormBlog.com. Una plataforma que utiliza el microblogging (microformatos de lectura) para resumir las noticias de actualidad en apenas tres o cuatro frases. Quien desee saber más, sólo tiene que pulsar sobre éstas y será enlazado a una nueva página externa en la que encontrará la noticia completa y que, por cierto, ha sido redactada por otro noticiario. Este condensado panóptico de titulares, genial para estos tiempos y su economía de medios, se deriva de una situación de escasez muy similar. Cuando el periodista Ernie Smith, recientemente despedido por la gran debacle que están pasando los medios tradicionales, tuvo que transformar Internet en su nuevo despacho de trabajo. O la página www.plebstv.com, un concepto periodístico también innovador que, gracias a un sistema de geolocalización, despliega las noticias situándolas en un mapa generado con «Google Maps». Pinchando en cada localización del territorio que vemos en pantalla, una ventana emergente muestra la noticia (en texto, imágenes o vídeo) que allí acontece. Periodismo directo, sintetizado y, como en el caso anterior, a coste reducido, porque la mayor parte de las noticias las suben a la página los mismos usuarios. Ese «Quinto poder», el del periodista ciudadano, fue el que impulsó al reconocido portal www.ohmynews.com a desarrollar un noticiario alimentado por las entregas de sus propios lectores, convertidos en eventuales reporteros gracias a Internet. Pero tampoco este ejemplo de nuevo periodismo ha podido capear los estragos de las crisis y, si antes remuneraba económicamente a sus participantes según la repercusión de la noticia, ahora ha rescindido pagos sustituyéndolos por un concurso mensual entre los mejores reportajes. Así van, las tecnologías del periodismo «económico».


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✒ LIBROS DE UNA VIDA ❍ GERARDO MUÑOZ LORENTE

Novelas que invitan a pensar

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o tengo uno, dos o media docena de libros preferidos o que me hayan marcado de una manera u otra. Son más, y me temo que no tengo espacio para hablar de ellos con la extensión que se merecen. Además, hasta ahora la verdad es que no había pensado en ello con detenimiento. Hacerlo, supone abrir una compuerta en mi memoria por la que fluirá un torrente casi ilimitado de recuerdos y sensaciones. ¿Cómo encauzar y limitar este torrente? Acaso convenga empezar por el principio; es decir, cronológicamente. Mi primer libro no de texto que recuerdo es «Corazón», de Edmundo de Amicis. No recuerdo quien me lo recomendó. Entonces yo tendría ocho o nueve años y vivía con mis padres en la periferia de Albacete. En casa no había apenas libros. Mi padre leía novelillas del oeste y mi madre de Corín Tellado. Y en mis colegios tampoco había más libros que los obligatorios de texto (como los de «El florido pénsil»). De modo que tenía que ir hasta una biblioteca pública que había en el centro de Albacete para leer algo de mi agrado. Recuerdo a propósito que ya por entonces despertaba mi afición Jarama», la única novela de por escribir. Como me aburría du- Sánchez Ferlosio (en mi opirante las horas de estudio en la aca- nión él y Agustín Gª Calvo son demia Aristos y, si hablaba con mis los últimos sabios que nos compañeros, podía ser castigado, me quedan en España); «Imán», entretenía escribiendo cuentos en de Sender (un tío mío murió una libreta. Un día esta libreta fue a en el desastre de Annual) y parar al director, don Pascual, quien «La montaña mágica», por ser llamó a mis padres a capítulo. «Esto la primera novela que, además está muy bien, pero en casa. Aquí se de entretenerme, me invitó a viene a estudiar», les dijo, entregán- pensar. Luego, ya de vuelta en doles la prueba del delito. Yo debía Barcelona, empecé a trabajar y tener diez u once años. Mis lecturas mi presupuesto para lectura se increentonces se ceñían preferentemente mentó considerablemente. Dejé mis a Salgari, Verne y Mark Twain. Lue- estudios en primer curso universitago, ya en Barcelona, compré mi pri- rio, cuando me percaté de que me mer libro: «La isla del tesoro», de había equivocado al escoger la rama Stevenson. Con él inauguré mi bi- de ciencias en el bachillerato supeblioteca personal. Tenía trece años. rior en vez de la de letras (nadie supo Después llegaron algunos más, sien- o se molestó en orientarme a su debido tiempo) y a do Dickens y su partir de enton«Oliver Twist» on «La isla del tesoro» ces me convertí del que guardo en autodidacta. un mejor y más inauguré mi biblioteca En aquella época grato recuerdo. personal. Tenía trece años creció mi biblioEntre los 16 y los teca a un ritmo 18 años estudié en un internado de Madrid. Durante casi desenfrenado.Fue en 1979 cuanlos fines de semana compraba libros do leí mi primer diccionario, un sode saldo. De aquella época guardo li- pena con el que mi mujer contribuyó bros de muchos autores y géneros, a engrosar la biblioteca común, junto que hablan de mi apetito voraz (pese con otros libros. Ya sé que resulta raal limitado presupuesto que tenía) y ro, quizás pedante, pero es la verdad. desordenado. De todos ellos destaca- Desde entonces he leído muchos ré cuatro novelas: «La ciudad y los más. Por supuesto, el de la RAE, peperros» (me impresionó porque yo ro también temáticos (Americanisestaba en un internado muy parecido mos, Autoridades, De las Dudas…). al que describe el autor peruano); «El Desde hace años poseo el etimológi-

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co breve de Corominas, con el que disfruté tanto que, estas navidades pasadas por fin me regalé el completo, de seis tomos, aprovechando el buen precio que me hizo mi amigo Fernando Linde. No tengo tiempo aquí para describir el placer que me proporciona su lectura (estoy empezando el tercer volumen). Fruto de esta afición por los tumbaburros, como los llaman en América, he publicado dos glosarios, el último hace sólo unos meses, y estoy preparando

otro de curiosidades («Curiosidario» se titulará) dedicado a mis nietos. Aquel primer diccionario me llevó a la lectura de casi toda la novela picaresca del Siglo de Oro. Fruto de ello fue «El Manuscrito», un pastiche de aquella época que conformaría la primera parte de mi trilogía «La plica de Balbino el Viejo». Ya en Alicante, viví un paréntesis político durante el cual mi lectura se constriñó mucho. Aun así, tuve tiempo para leer algunas obras muy recomendables: los «Ensayos» de Montaigne; Baltasar Gracián al completo; «Masa y poder», de Caneti; «El hombre rebelde», de Camus; y, sobre todo, «El malestar en la cultura», de Freud. Pero una vez liberado del yugo político recuperé el tiempo. Fue por fases: poesía, teatro, historia, filosofía (desde los clásicos hasta los filósofos actuales, pero sobre todo Nietzsche); biografías (que me enseñaron a aborrecer a algunos genios, sin dejar de admirar sus obras:

Wagner y Dostoyevski son los principales); clásicos (Ovidio y sus maravillosas «Metamorfosis»; la «Ilíada» traducida por García Calvo, una joya para los que no tenemos la fortuna de conocer el griego clásico, obra para leer en voz alta, escrita con el mismo ritmo que Homero); religión («Las máscaras de Dios», de Joseph Campbell, afianzó mi agnosticismo y me animó a releer la Biblia, a escudriñar el Corán y a introducirme en las religiones orientales, que propiciaron dos ensayos propios); algunos autores españoles contemporáneos: Montalbán (ah, su «Galíndez») o sudamericanos (Amado y su «Gabriela, clavo y canela»); novelistas del XIX: Balzac, Hugo, Flaubert, Galdós, Brönte, Stendhal, Tolstoi, Dostoyevski…, obras deliciosas que te invitan a reflexionar. Como la durísima «Memorias del subsuelo», de Dostoyevski, que tanto impactó a Nietzsche; o como la única novela de Wilde, «El retrato de Dorian Gray», salpicada de multitud de frases ingeniosas. Y, especialmente, «En busca del tiempo perdido», de Proust, una obra que ningún editor actual se atrevería a publicar si no fuera un clásico. En la industria editorial actual, donde prima la comercialidad, cómo encajaría una novela de siete volúmenes en la que hay varias páginas dedicadas a describir un jardín o el carácter de un personaje. Cuando ahora los editores te venden una novela asegurando que en cada una de sus páginas pasa algo supuestamente emocionante, a un ritmo casi frenético, en obras como la de Proust el lector puede recrearse durante muchas páginas con situaciones nada excepcionales, cotidianas, pero auténticamente deliciosas y escritas con frases a veces tan contundentes y profundas que te obligan a detener la lectura, a releer, a pensar durante un buen rato. Sólo de la segunda parte, «A la sombra de las muchachas en flor», mi favorita, espigaré estas pocas muestras: «La sabiduría no se transmite, es menester que la descubra uno mismo después de un recorrido que nadie puede hacer en nuestro lugar y que no nos puede evitar nadie, porque la sabiduría es una manera de ver las cosas». «Es un hecho constantemente observado en la vida corriente que la persona a quien van dirigidas nuestras palabras las llena de una significación que extrae ella de su propia sustancia y que es muy distinta de aquélla con que nosotros las pronunciamos». Y, por último: «No se debe conocer a los escritores más que por sus libros». Por suerte, hay más novelas que invitan a pensar, aunque dediquen un capítulo a algo tan aparentemente intrascendente como el deambular de una tortuga («Las uvas de la ira», de Steinbeck) o a describir la estepa calmuca («Vida y destino» de Grossman). «El curioso incidente del perro a medianoche», de Haddon, y «La elegancia del erizo», de Barbery, son dos ejemplos más recientes.

❧ La autora Gerardo Muñoz Lorente es escritor.


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