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y al buen humor

Walter Matthau, fue otro único e ¡irrepetible! que en su día formó con Jack Lemmon una de las parejas cómicas más memorables de la historia, participando juntos en varias producciones cinematográficas.

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Los amantes del cine -entre muchos otros títulos- lo recuerdan por “Flor de Cactus”, “Charada”,” “Piratas” -bajo las órdenes de Roman Polanski- y tantos otros como “Hello Dolly!”, film en el que -quién lo diría- durante el rodaje, tuvo enfrentamientos con Bárbara Streisand, negándose a estar a su lado a no ser que lo obligara el guion.

Cuandoapenas tenía tres añitos, su padre Milton Matthow, ruso, electricista, casado con Rose Berolsky, de Lituania y empleada en una tienda de caramelos, abandonó el hogar lo que hizo que, desde temprana edad, nuestro protagonista comenzara a ponerle la otra mejilla a la vida y, entre trabajo y trabajo (por ejemplo: fue cajero en un puesto de comida), descubrió su pasión por la actuación llegando a participar en diferentes espectáculos.

Al llegar la Segunda Guerra Mundial, según nos recuerdan sus biógrafos “a bordo de un bombardero, fue operador de radio en la Octava Fuerza Aérea estadounidense destinada en el Reino Unido en el mismo grupo de operaciones que James Stewart, llegando al rango de sargento, hasta que por fin, regresó a los Estados Unidos para intentar continuar su carrera como actor”.

Para afianzar aquella pasión y aspirar a ser un cotizado profesional, Matthau comenzó su carrera tomando clases en un taller dramático y después de varios intentos, debutó en Broadway. Desde entonces, fue subiendo peldaños, llegando a ser un actor de teatro respetado y merecedor del Premio Tony al mejor actor.

En el séptimo arte, su primera oportunidad se la dio Burt Lancaster en “El hombre de Kentucky.” www.algente.com

En teatro llegó a disfrutar de un clamoroso éxito: “La extraña pareja” que después llevaría al cine junto a Lemmon cobrando 300.000 dólares, diez veces más de lo que cobraba diez años antes. Sobre esa historia llegó a decir: «Todo actor se pasa la vida esperando el papel que combine su talento y su personalidad. ‘La extraña pareja’ fue el mío. Fue el plutonio que necesitaba. Ahí empezó todo para mí».

Además de sufrir diferentes ataques coronarios, padecía graves problemas estomacales por sus conocidos atracones, pero él, con su acostumbrada dosis de humor, solía decir que «si comes solo apio y lechuga, no te pondrás malo. Me gusta el apio y la lechuga, pero ¡con embutidos, carne en conserva, patatas, guisantes y me chiflan los pasteles y el helado de vainilla con cobertura de chocolate!”.

A lo largo de su vida, Matthau, tal como escriben quienes se ocuparon de repasar su biografía, “tuvo problemas por su adicción al juego, habiendo confesado que, en totalidad, llegó a perder aproximadamente la friolera de cinco millones de dólares”. Aficionado a la vida donde fue auténtico protagonista de sí mismo, lamentablemente -tras sufrir un nuevo ataque al corazón, el 30 de junio de 2000-, falleció a los 79 años de edad. Su última aparición en pantalla fue ese mismo año en “Hanging Up”, bajo la dirección de Diane Keaton.

©Bayres/ALGENTE www.algente.com

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