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gran hombre

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Talento,

constancia…

¿Concuántos años descubriste tu amor por el estilismo?

Desde pequeña siempre he tenido la pasión por el cabello. Me hacía mis propios peinados cortándome el pelo y creando cosas con él. Me gustaba innovar y ser diferente a los demás y solo tenía 9 años. Creaba mechas en mi pelo con pintalabios de colores. Cuando llegué a España con 16 años desde la República Dominicana, cambié mi perspectiva de solo realizar brushing (peinados lisos), extensiones, trenzas etc. a vivir en plenitud el mundo del color y me enamoré de la colorimetría.

¿Llegas con 16 años y qué haces?

¿Cómo te buscas la vida?

Estudié en una academia de formación técnico profesional en mi país durante un año, pero cuando llegué a España se me hizo muy complicado trabajar debido a que mis papeles solo eran de estudiante. Me sentía muy inquieta y con ganas de trabajar.

¿Y qué haces para poder lograr tu sueño de ser una gran estilista?

Un día esperando el autobús para ir al instituto en el que estudiaba me fijé que en las paradas de autobús la gente ponía cartelitos ofreciendo sus servicios, unos para trabajar, otros para alquilar habitaciones, y un sinfín de cosas, pues fui dando papelitos a la gente por la calle ofreciendo mis servicios de peluquería a domicilio.

¡Qué bueno! ¿Y te llamaron?

¡Sí! empezó la gente a llamarme. Me daba igual dónde estuvieran, aunque tardase 2 horas en llegar necesitaba que la gente me conociera, que me dejaran enseñarles lo que sabía hacer.

Y, así, sin darme cuenta, pasó el año para que mis papeles cambiasen y poder trabajar. Gracias a una de esas clientas que me recomendó ver a una amiga que tenía una peluquería. Para mí era difícil que me contrataran en un salón en España por no tener experiencia laboral. Me cogieron, empecé a trabajar y todo mereció la

Solo

pena. Y entonces fui enfocándome en esta especialidad con diferentes tipos de formaciones en el mundo de la belleza.

Y ahora tu propio salón, tu propia academia. Se podría decir que has cumplido tu sueño.

Sí, puedo decir que sí, que estoy en el momento donde me visualizaba 16 años atrás, siempre soñé con tener mi propio salón donde pudiera ofrecer una experiencia de belleza a mis clientes.

Yo como clienta de este salón, podría decir que esto no es solamente una peluquería. Es toda una experiencia. Aquí no vienes únicamente a cortarte las puntas, a teñirte la raíz. Sales renovada y renovado.

Acompañamos mucho al cliente, intentamos ver cuál es su personalidad, su día a día, para poder recomendarle el corte que logre crear un estilo desde su esencia.

Vosotras conseguisteis que yo me atreviese con algo que nunca me imaginé. Y es que para una boda que oficié me pusisteis una trenza de raíz; yo nunca suelo ir con recogido. Podéis verlo espectacular en mis redes, como si fuese una espiga dorada larguísima. Tengo que decir que hice sombra a la novia, que eso no suele estar bien visto, pero es verdad, nunca me hubiese imaginado un peinado tan increíble en un pispas.

Lo que intentamos es que el cliente se sienta cómodo y seguro con cada look, sobre todo para esos eventos especiales que siempre quedan marcados con el recuerdo de las fotos! Me llena el alma porque formamos parte de muchos momentos especiales de la gente cuando tienen una boda, un evento, un cumpleaños, son fechas que al final están marcadas siempre por el peluquero. Siempre estamos ahí acompañando de forma indirecta esos eventos de nuestros clientes.

A mí me enamoran los detalles. Esa limonada exquisita, esos masajes… es un cuidado, una experiencia. Muchas veces llego aquí súper agobiada, y el rato que estoy, me hacen olvidarlo todo y disfrutar mi momento de mimos. Eso es importante, que tiene que estar también dentro de ese cambio. ¿Habéis notado que ha habido un antes y un después con respecto a la pandemia, ha cambiado el modo en el que las clientas y los clientes se cuidan antes y ahora?

Sí, todo ha dado un giro de 180 grados. Después del covid muchos han necesitado reanimar su autoestima y viéndose bien por fuera lo hacen interiormente. La gente se cuida más y nosotros ayudamos a que se sientan bien a nivel emocional aparte del cambio de imagen que se llevan del salón.

¿Y crees que al haber estado tanto tiempo en nuestra casa, nos hemos observado, crees que eso también ha influido mucho?

Durante el covid nos hemos valorado más, nos hemos observado más y hemos tenido mucho tiempo para pensar. Yo creo que darle valor al cabello es fundamental porque es tu imagen, tu esencia, lo que habla de ti. Recuerdo que una de las cosas en las que más hincapié hacía el cliente al volver después de la cuarentena era el deterioro del cabello, necesitaban tratamientos, mimos, masajes capilares, extrañaban los acabados del cabello, la calidad del producto. Trabajamos con productos de gran calidad.

Lleváis todas unos looks maravillosos, cada dos meses os veo con un peinado diferente.

Eso creo que es fundamental. Todo estilista debe reflejar lo que realmente ofrece, somos espejos para nuestros clientes, y es mucha la satisfacción cuando nuestras clientas nos preguntan si ellas podrían hacerse algún look como los que llevamos en el pelo. Hace unos 10 años de los 14 que llevo en España, muchas clientas comentaban la limitación de los colores en el cabello por el puesto de trabajo, pero todo está cambiando poco a poco. La gente cada vez está más atrevida con los colores. Y qué mejor que verlos en tu estilista.

Háblanos de tu faceta como formadora, porque también tienes una academia.

ANTES DESPUÉS

Si! Hemos empezado justo este año con todo el proyecto de NOELIA BROWN ACADEMY. Donde ofrecemos todo nuestro conocimiento tanto a estilistas con experiencia como a principiantes que quieran realizar formaciones de peluquería online o presencial. Y habéis creado también como una agencia de modelos con vuestras redes sociales porque las clientas se convierten en modelos.

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