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“Deseo fervientemente

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Lounge un lugar

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Lainolvidable Lola Flores, hoy tendría 100 años.

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Una Lola a la que nuestra compañera Liliana Cozzi acompañó en diferentes viajes a América, disfrutando, más allá de su popularidad mediática, de su apa- bullante sencillez.

“Había que tratarla en las distancias cortas y vivir esos momentos inéditos para saber por qué era única y mucho más al comparar ciertas conductas con algunos populares o famosos de hoy día”. Lola fue y es irrepetible.

“En su piso de María de Molina, por ejemplo, tenía su teléfono privado. Nada de móviles. Ella, con voz de recién despertada, te atendía directamente por eso no es exagerar decir que el día que nació ¡rom- pieron el molde!”

Una mujer de raza y temperamento, “algo que en plena etapa de su problema con Hacienda o cuando comenzó a padecer la enfermedad que acabó con ella, supo poner -una y mil veces- su otra mejilla”. Hoy, entre tantos recuerdos, la vemos “el día que celebraba su 31 aniversario de boda con ‘El Pescaílla’, su marido, coincidiendo con el cumpleaños de su nieta Alba y disfrutando de la presencia de su madre, doña Rosario, que entonces tenía 88 años”.

Ese día hubo varios deseos que transcribimos literalmente. Así los dijo: “ Deseo fervientemente poder trabajar hasta desfallecer…Seguir mereciendo el cariño del público…Que la salud acompañe siempre a todos los míos…Que se arregle mi asunto con Hacienda y un deseo con el que sueño cada día: volver a tener mi propio

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