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¡El amor no tiene edad! Blanca, 90 años, SE

Casaron Por La Iglesia Y Por El Juzgado Y Viv An En Una Precaria

Nuestra compañera Liliana Cozzi, viajera incansable durante años, como reportera volante de la revista Lecturas, ahora que tanto se habla de “intereses creados” en determinadas parejas, nos recuerda el día que descubrió a Blanca Correa y a Juan Espinoza, de 90 y 26 años -respectivamente- a la que localizó después de un duro viaje desde España a Chile, “donde llegué -nos recuerdadespués de 14 horas de avión y, desde allí, embarcar en otro Boeing que me dejó a unos 1500 kilómetros…Como mi destino final era la localidad de Arica -límite con Perú- debiendo cruzar antes el desierto de Atacama, tuve que convencer a un piloto para que, en su avioneta, me llevara hasta allí donde, por fin, en el llamado barrio “11 de septiembre”, en una destartalada vivienda de madera y cartón, di con los dos enamorados… Ella, además de sus 90 años, era ciega. Al recibirme, lo primero que me dijo fue: ‘Juan y yo nos casamos por puro amor… Como verá (sonrió) no hubo móvil económico ¡Y casados como Dios manda: por la iglesia y por el Juzgado también!”.

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Juan me decía: “Todo el pueblo de Arica puede atestiguarlo y aquí está nuestro libro de familia. Todas las tardes salimos a dar un paseo cogidos de la mano y nadie puede comprender que entre los dos exista el amor, sin sexo ni dinero”.

¿En qué trabajas, Juan?

“De jornalero”.

¿Y usted Blanca?

“Apelo a la caridad humana todas las mañanas en la puerta del Banco del Estado”.

Al despedirnos, con un cálido y emotivo acento chileno me dijo:

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