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Alcarazfenómeno

sin igual… Carlos Alcaraz Garfia es el segundo de cuatro Sergio, de 11; y Jaime, de 9. “Todos juegan al tenis y los de ellos, también podría llegar”, comenta su padre, Carlos, de El Palmar, Murcia... “Con apenas tres años -recuerda su días acaba de pasar a formar parte de la historia al derrotar un partido de ensueño… en el consistorio que resume el sentimiento que todos pudimos ver en televisión, cuando todo El Palmar saltaba de alegría al ver que este crack del tenis mundial conseguía el triunfo en Wimbledon.

Allí, en su lugar de nacimiento, Alcaraz disfruta de la admiración de toda una localidad que espera ansiosamente cada una de las visitas del ídolo, encuentros que -lamentablemente por razones obvias-, son cada vez más espaciados. El joven tenista está recogiendo lo que merece, lo que ha ido logrando desde sus “primeros pasos” en el tenis, hasta su volcada preparación que ha ido consumando en la academia que su entrenador: Juan Carlos Ferrero (uno de los mejores tenistas de la historia de España), tiene en Villena (Alicante), donde entrenan y viven varios jóvenes tenistas que cuentan con todas las comodidades: pistas de tierra batida y cemento, restaurante y zonas de recreo, piscinas y clases para no dejar de lado los estudios.

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“Carlos cae bien a todo el mundo… Es un joven que merece lo mejor; el propio Djokovic -que no suele adular a ningún contrincante- tuvo palabras increíbles para quien acababa de derrotarle…”

Y no es para menos, ya que en solo tres años -en el circuito ATP-, Carlos ha conseguido (con tan solo 20 años: nació el 5 de mayo de 2003) “hacer realidad -como él dice- lo que siempre había soñado”.

Y además (como todos pudimos verle en televisión), tuvo la simpatía y el desparpajo que tanto se agradece al dirigirse al Rey Felipe, diciéndole: “Me has visto en dos encuentros y en los dos he ganado… ¡trata de venir siempre a verme!”.

Una ocurrencia sencilla y campechana que -tuteo incluido- hay que firmar, sin duda, como made in Alcaraz…, natural de la pedanía más grande de Murcia donde creció y tuvo una infancia feliz junto a su madre, Virginia Garfia y a su padre, Carlos Alcaraz que supo contagiarle, como decíamos, el amor por el tenis a sus cuatro hijos: Álvaro -el mayor de 23 años que suele acompañarle en las recordado que Carlos comenzó desde muy pequeño a darle a la raqueta: “Y ahí, en esos años juveniles, es cuando vas viendo que, desde pequeño, demuestra que tiene cualidades, llegando incluso a destacar en futuras etapas y que, al cumplir los 14 o 15 años, ya conseguía situarse en un nivel muy alto”. En realidad, como su progenitor recuerda: «Con siete años, a Carlos, ya se le veía que tenía algo especial y diferente», comentó quien sabe de tenis.

Y así fue, porque nuestro joven protagonista, como nos lo recuerdan: “logró sus primeros puntos como profesional en febrero de 2018, cuando tenía tan solo 14 años en el ITF Futures del Murcia Club de Tenis. En ese entonces, su nombre ya resonaba entre los seguidores más especializados del tenis nacional, pese a que aún estaba en edad de cadete. De hecho, pocos meses después, se proclamó campeón de Europa sub-16 en Moscú, sumando varios títulos nacionales, internacionales y con la selección en categorías inferiores”. No hay más que escuchar a sus mentores y al propio Carlos hablar con emoción del día en el que levantó su primer trofeo profesional: “Fue en Denia. En la final del Futures, derrotando al kazajo y un año más tarde se hizo con su primer Challenger (un escalón por encima de los ITF, aunque ambos por debajo del circuito ATP) en Trieste ante Riccardo Bonadio. Acto seguido conquistó tres títulos más”. A partir de ahí su estela de triunfador fue creciendo hasta el último histórico triunfo en Wimbledon. Un triunfo que -además de mencionar a Ferrero, alguien fundamental en su carrera- es justo recordar otros

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