GANADORES DEL I CONCURSO LITERARIO EL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR

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Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la Federación de Rusia Centro Cultural Latinoamericano Simón Bolívar

I CONCURSO LITERARIO “EL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR”

Moscú, 2012


La presente obra es una edición de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la Federación de Rusia, a través del Centro Cultural Latinoamericano “Simón Bolívar”, en la que se recogen los trabajos ganadores del I Concurso Literario “El Libertador Simón Bolívar”. La Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la Federación de Rusia, no se hace responsable de las opiniones emitidas por los autores de los trabajos publicados, siendo por tanto, responsabilidad exclusiva de los autores. Las modificaciones realizadas por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la Federación de Rusia, a los trabajos presentados por los autores, corresponden sólo de estilo y forma, así como ajustes propios del idioma castellano, los cuales no afectan las ideas o planteamientos originales de los autores. Los derechos de propiedad intelectual otorgan al autor, la plena disposición y explotación de la obra creada. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los textos publicados, sin la debida autorización de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela.


Primer Lugar

Yo nada deseo en el mundo tanto como hacer a Venezuela todo el bien que dependa de mis facultades. Simón Bolívar

Simón Bolívar, El Libertador

Autora: Kalmykova Alexandra Estudiante de la Universidad Estatal Lingüística de Irkutsk


El tiempo es el mejor juez para los héroes históricos y sus logros. El tiempo, honra a todos por sus méritos y le asigna a cada uno el lugar que le corresponde. Bolívar, murió como paria en La Quinta de San Pedro Alejandrino --un lugar olvidado por Dios--, pero rodeado por sus más fieles amigos. Al morir, sus enemigos dijeron: “Bolívar, el genio del mal, la antorcha de la anarquía, el opresor de la patria, dejó de existir”. Durante doce años los restos del Libertador estuvieron fuera de Venezuela; fue en el año 1842, cuando su familia transportó sus restos a la patria, cumpliendo de tal modo con su última voluntad, expresada en su testamento: que sus restos fueran llevados a Caracas. Mucho después, sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional, donde también están enterrados otros héroes y figuras ilustres de Venezuela. ¿En qué consiste la verdadera grandeza de Simón Bolívar, reconocida hoy por toda la humanidad? En primer lugar, merece prestar atención a dos momentos. Por un lado, los resultados objetivos de su variada actividad: jefe militar, hombre de Estado, reformador social y diplomático. Esto ha contribuido a que los pueblos del continente hayan hecho un gran salto, desde el mundo feudal hasta un nuevo mundo, más progresista. Por otro lado, la herencia de Bolívar contiene “un mensaje al futuro”. En otras palabras, en sus búsquedas y aspiraciones ideológicas, Bolívar luchaba por ideales nobles, que inclusive hoy en día la humanidad entera aspira a tener: libertad, justicia social, igualdad de derechos para todas las razas y nacionalidades, cooperación amistosa entre los Estados y los pueblos. Simón Bolívar, se dio cuenta de la imposibilidad trágica de escapar a los límites de su tiempo, pero nunca traicionó sus grandes ideales. A la cabeza de las masas populares y junto con éstas, Bolívar venció el enorme imperio colonial que duró más de tres siglos. El hecho de que la América española pudiera engendrar a un hombre histórico de tal escala, ha servido como parte de la sumatoria de la victoria. Bolívar, por supuesto, no hacía milagros, como un personaje de cuentos. Él sólo utilizaba valientemente los procesos objetivos y las circunstancias, captaba los impulsos del pueblo y, como un resonador potente, los reforzaba, los expresaba en los lemas y en las ideas que, apoderándose de las masas, se hacían invencibles. Al final de la opresión extranjera, los territorios fueron liberados con una población de unos 16 millones de habitantes, que superaba varias veces la de las trece colonias inglesas en América del Norte. Así, los pueblos del continente han hecho un paso importante para hacerse dueños de su propio destino y partícipes activos de la historia mundial. Estos acontecimientos han ampliado los marcos de acción de las leyes del capitalismo, han acelerado los ritmos del progreso


mundial histórico en el siglo XIX y han provocado importantes cambios en la política mundial. En la vida internacional, se han incorporado muchos Estados recientemente liberados, y en el primer cuarto del siglo XIX, no había gran potencia que no estuviera involucrada, de una u otra manera, con los mismos. Bolívar, no se limitó solamente a la conquista de la independencia nacional mediante la ruptura de los vínculos de subordinación esclavista con los Estados dueños de las colonias. Según el pensamiento y las acciones del Libertador, esto fue un proceso multilateral que incluía una tríada inseparable: la soberanía nacional, la construcción de las formas sociales más progresistas del Estado y el logro, por los pueblos de la América española, de la igualdad de derechos en el foro internacional. Así, la diplomacia ejercida en relación a la liberación nacional, fue llamada no sólo a servir de instrumento para la conquista de la independencia política, sino también para ser en América del Sur, el componente esencial de una sociedad nueva, transformada. Bolívar fue uno de los revolucionarios más grandes de su tiempo: persona de acción, su vocación le exigía la puesta en práctica de sus ideas de avanzada. Esto se refiere en plena medida a la diplomacia, en este campo, como en otros asuntos, él seguía su propio camino. Él no tuvo la posibilidad de apoyarse en la experiencia positiva de sus antecesores, excepto en Francisco de Miranda, quien se llamaba a sí mismo, en sus años errantes, “el ministro plenipotenciario de los pueblos y las ciudades de América española”. Esta circunstancia, destaca también el aporte de Bolívar a la teoría y a la práctica de las relaciones internacionales. La diplomacia de Bolívar, sobrepasó la fase de formación, o sea, “de aprendizaje”, que prácticamente coincide con la primera etapa de la guerra de independencia. En la segunda fase, la final, la capital de la Gran Colombia, ya desempeñaba el papel del nuevo centro importante de la actividad internacional. Las iniciativas diplomáticas, las empresas y los proyectos de Bolívar hacían que los ministerios de asuntos exteriores de todas las grandes potencias trabajaran más intensamente. El Libertador, preveía las consecuencias negativas para los destinos históricos de los pueblos del continente, debido a que la América española se quebró políticamente para formar muchos Estados dispersos. Él creía que los jóvenes Estados independientes, serían objeto de pretensiones colonizadoras de las grandes potencias europeas y del vecino del Norte. Por eso, el Libertador luchó tan apasionadamente durante toda la vida, por la creación de la confederación de las repúblicas latinoamericanas, desde México hasta Argentina. Durante toda la historia de la humanidad, las uniones de los Estados se creaban para la guerra, para la conquista de territorios ajenos y sus riquezas y para la dominación de


las colonias. Bolívar, ofrecía un nuevo tipo de unión en la política exterior, en el lenguaje moderno, se trataba de la construcción de “la casa común para los pueblos latinoamericanos¨. Es decir, de la tentativa de unir a los jóvenes Estados independientes para la defensa de su propio sistema de valores, como lo son: la soberanía nacional, el republicanismo, la igualdad social, la solidaridad, el patriotismo y la cooperación fraternal. El significado fundamental de la integración, se confirmaría luego por toda la experiencia de la humanidad. La lucha diplomática de Bolívar con respecto a esta unión sagrada perseguía, ante todo, objetivos concretos: recibir el reconocimiento diplomático de Europa y aislar a Fernando VII, quien rechazaba todas las propuestas de paz. Al mismo tiempo, ésta fue una lucha en contra de la legitimación reaccionaria, por la confirmación en las relaciones internacionales de tal universal principio humano, como la libertad de elección de la vía del desarrollo de los pueblos. Pero la lista de todos los logros de Bolívar estaría incompleta, si no mencionamos su aporte personal. Por ser un individuo tan ocupado, no podía participar diariamente en asuntos de la política exterior. Pero a pesar de ello, alrededor de Bolívar creció toda una pléyade de diplomáticos talentosos, que podían compararse con los más destacados profesionales en las relaciones internacionales de aquella época. Pero es poco probable, que alguno de ellos pudiera elevarse a la grandeza de los proyectos innovadores de Bolívar, que adelantaba frecuentemente a su tiempo. Él rechazó decididamente los métodos de “la diplomacia monárquica”, que predominaron en su época y fue uno de los primeros en la historia que comenzó a democratizar las relaciones internacionales. A diferencia de los ministros extranjeros y de los embajadores de los Estados monárquicos, los dirigentes del servicio de política exterior y representantes diplomáticos de Bolívar en el extranjero, no poseían títulos aristocráticos de Duques, Condes o Barones. La política exterior de Simón Bolívar fue exitosa, forjó la lucha en contra de España, ha defendido y ha fortalecido la independencia nacional de los Estados hispanoamericanos. Pero tal apreciación no abarca la totalidad, pues la política exterior del Libertador también tenía el sello del final trágico. Dos proyectos ambiciosos, a los cuales les dedicó muchos años de trabajo infatigable, no cumplieron con sus esperanzas: 1) No pudo realizar su proyecto de unificar la política exterior de los países latinoamericanos y 2) La Gran Colombia, tan anhelada por Bolívar, no sobrevivió a su fundador y se desintegró. Viendo las ruinas, él dijo con amargura un poco antes de su muerte que: araba en el mar. Sin embargo, la tragedia personal de Bolívar no pudo tachar el significado histórico de sus proezas. Las hazañas heroicas del Libertador, su


legado político-ideológico, el dinamismo de su persona y el ideal de la libertad e igualdad de derechos y de la igualdad soberana de todos los Estados, inspiraban y continúan inspirando a las nuevas generaciones de luchadores por la libertad y el progreso social en América Latina y en todo el mundo. En América Latina, después de la muerte de Bolívar, se desarrolló una aguda lucha ideológica alrededor de su legado, la cual continúa hasta nuestros días. La posición de las fuerzas progresistas en esta lucha fue expresada muy claramente por José Martí, héroe nacional del pueblo cubano, quien dijo que lo que no había hecho Bolívar queda por realizarse en América. No todo el legado de Bolívar ha resistido la prueba del tiempo, pero la imagen del Libertador conserva una fuerza de atracción imperecedera y muchas ideas suyas son cónsonas con las exigencias de nuestro tiempo. En 1983, en la capital de Venezuela, se celebró el congreso internacional consagrado al pensamiento político latinoamericano. Sus participantes aprobaron la Declaración de Caracas, donde apuntaron que el proyecto latinoamericano de Bolívar, que él definía como “comunidad fraternal de las repúblicas”, adquiere un significado histórico por ser la garantía más adecuada del desarrollo, la liberación económica, la verdadera independencia política y la defensa de la invaluable identidad cultural. Éste es sólo uno de los numerosos ejemplos para de acudir en nuestros días al legado de Bolívar. Las nociones de política exterior ofrecidas por Bolívar, su idea de la cooperación latinoamericana y la solidaridad y de la política exterior independiente, ocupan un lugar destacado en el arsenal diplomático de los Estados de la región, que intervienen como participantes activos de la vida internacional. Y hoy, el nombre del Libertador Simón Bolívar, se iza en las banderas por verdaderos seguidores de sus ideales patrióticos en América Latina, defensores de la renovación social de la sociedad, la paz y la amistad entre los pueblos.


Segundo lugar

HĂŠroe de todos los tiempos

Autor: Baklanovskaya Anastasia Estudiante de la Universidad Militar de MoscĂş


Era una tarde muy especial, no como todas las otras. El chico miraba por la ventana muy impaciente, esperando a su padre. Hacía tiempo que no lo veía, hacía cinco largos meses, porque su padre era un militar y tenía que viajar mucho. Pero esa tarde, por fin, llegaba a casa. La madre ya tenía preparada una cena muy deliciosa y se acercó al chico para abrazarlo. ¡Él era tan parecido a su padre! Aunque eso le gustaba mucho, la mujer temía que algún día él también eligiera el mismo camino, pues ella perdería a su hijo en las innumerables misiones del servicio militar. Pero así es la vida. Ella no podía estar más orgullosa de su marido, también ella sabía que algún día sentiría el mismo orgullo por su hijo. En este momento, mientras ella estaba pensando en el futuro de su hijo, se abrió la puerta y el viento entró con violencia. El chico se lanzó hacia la puerta y saltó en los brazos del hombre, que había entrado. Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas y ella abrazó a los dos hombres que más amaba en su vida. La cena transcurrió perfectamente. Hacía tiempo que ellos no estaban juntos y tan felices. El padre les contaba cómo había sido su misión, les contó las cosas más impresionantes e interesantes. El chico le hacía hablar casi sin parar, haciendo nuevas y nuevas preguntas. Era una tarde magnífica. Unas horas luego, cuando ya era tarde, el chico tenía que ir a la cama, pero no quería perderse ni un minuto de la compañía de su padre, así que los dos decidieron hablar un poco más antes de dormir. Al chico le gustaba mucho escuchar diferentes historias, que le contaba su padre, pero esta vez él tenía preparada una pregunta muy especial. ---¿Por qué decidiste hacerte militar? --Le preguntó a su padre. ---Es una pregunta muy difícil y muy importante, pero creo que ya eres mayor para saberlo. Cuando yo era como tú, mi padre --tu abuelo--, me contó la historia de un héroe. Este héroe cambió mi mundo y desde entonces yo no quería ser nadie más que militar. ---¿Pero qué tan especial era esta persona? ---Ahora te lo cuento. Pero al principio, quiero que sepas que “esta persona”, cambió el mundo en el que vivimos. --- ¿De verdad? ---Sí, hijo. Sabes… era un hombre de acción que no dudaba ni un solo minuto de sus convicciones. Su acción político-militar marca la historia del continente suramericano, desde el Mar Caribe hasta la cordillera andina, desde el Orinoco hasta el Potosí.


--- ¿Quién es? --- Se llama Simón Bolívar. Era hombre de una familia noble y nadie esperaba que él, iba a cambiar el mundo. Tal vez, fue influido por las palabras de su padre que dijo, cuando bautizaban a su hijo, que iba a ser el Libertador de Venezuela. Pero siempre estaba muy solo. Cuando era pequeño, se quedó huérfano y para olvidar sus problemas tenía que concentrarse en algo. Él eligió los estudios. Bolívar era un hombre muy educado. Tuvo los mejores maestros, entre ellos, Andrés Bello y, sobre todo, Simón Rodríguez, pedagogo rousseauniano que influyó decididamente en su modo de pensar. Ambos fueron partidarios de la revolución, así que el destino del pequeño Bolívar ya estaba forjado. A pesar de su riqueza y de su origen, los Bolívar eran criollos, así que siempre dependían de los españoles. Al igual que otros, el padre del Bolívar estaba obligado a vender casi por nada el cacao y otros productos de sus plantaciones. Simón Bolívar viajó mucho, ampliando sus conocimientos. En Europa, encontró su futura mujer, la que amaba mucho. Pero el héroe siempre estaba solo. Poco después de que ellos volvieron a Venezuela, ella murió. Tras esta pena, él decidió volver a Europa. Allí Bolívar, vio a Napoleón llegar al poder. Si al principio hubiera pensado en él como en una persona de la república, después de que Napoleón se proclamó como emperador, se hubiera convertido en un tirano hipócrita, pero Bolívar entendió que ya habían llegado tiempos de cambios. En 1810, el ejército francés ocupó la mayor parte de España. Y en ese momento, cuando España era débil, las colonias se rebelaron. Así empezó la guerra por la independencia, que duró 15 años. En Venezuela, mientras tanto, fue creada la Sociedad Patriótica, encabezada por Francisco de Miranda y Simón Bolívar. Entre los miembros estaban los venezolanos libres, hombres y mujeres. La Sociedad estaba en sesión cada día, discutiendo todas las cuestiones de actualidad de la vida política de Caracas. La noche del 4 de julio de 1811, Bolívar pronunció un discurso ante «La sociedad Patriótica», el cual fue muy criticado por la mayoría de los miembros del congreso. Pero Bolívar, tenía claro que 300 años de dominación española habían sido suficientes y que ya era el momento de cambios y de la lucha por su libertad. Bolívar, propuso crear una delegación encargada de presentar ante el congreso la exigencia de la independencia. Al día siguiente, bajo la presión de los miembros de la Sociedad Patriótica y el pueblo, el congreso aprobó casi unánimemente la resolución, que proclamaba la independencia de Venezuela. Así fue creada la Primera República de Venezuela.


---¿Entonces así, los latinoamericanos, encabezados por Simón Bolívar, obtuvieron su libertad?, preguntó el chico bostezando. ---No, todavía no es el fin de la historia. Pero ya es tiempo de dormir así que terminaré mañana, te lo prometo. ---Pero... ---Sin peros, buenas noches. --- Buenas noches. Al día siguiente toda la familia estuvo junta. Ellos fueron al zoológico, después al cine, pasearon por el parque y no había en el mundo entero una familia más feliz que ellos. Por la tarde, cuando terminaron de cenar, el chico se fue inmediatamente a su cuarto. La madre estaba muy sorprendida, porque él siempre se quedaba un rato para ver la tele. Pero el padre le guiñó el ojo, como si supiera algo, que ella no sabía y siguió al chico. --¿Qué tal? Preguntó él. --¿Ya estás cansado? Claro, era un largo día. Que duermas bien, y ya iba a salir, pero el chico exclamó: ---Pero la historia.... ¡Quiero saber, que pasó después! ---¿Historia? ¿ Cuál historia? ---La de Simón Bolívar. ---¡Ah! La del Gran Libertador. Sabes, este nombre se lo dio la gente de Caracas a Simón Bolívar. Es que después de la proclamación de la Primera República, Caracas fue ocupada de nuevo por los españoles encabezados por el general Juan Domingo Monteverde, así que los patriotas tenían que empezar desde cero. Pero Bolívar nunca perdía el ánimo. Él le repetía a sus compañeros: "El arte de vencer se aprende en las derrotas." Esta persona siempre estaba llena de entusiasmo y de ardor y podía transmitir la energía a sus partidarios de la guerra de liberación. Simón Bolívar, entendía que Caracas es un punto muy importante, porque también fue un punto a través del cual los españoles recibían ayuda. Al principio, tenía un poco más de 100 personas en su ejército, cuando decidió volver a empezar la guerra por la independencia , pero muchos buenos soldados, que seguían creyendo en la idea de la independencia, se incorporaron. Así, más con habilidad que con fuerza, liberaron Caracas. Sin embargo, la atmósfera en la República de Venezuela era intensa. Estallaron las revueltas contrarrevolucionarias, no había unidad entre los jefes militares republicanos, el título de “El Liberador” que el pueblo de Caracas le dio a Bolívar y del que él sentía orgullo,


despertaba la envidia de otros jefes militares. Bolívar, decidió dividir con ellos este honor. Él creó «la orden de los liberadores de Venezuela» y condecoró a los jefes de los grupos que participaban en la lucha contra los españoles. La orden representaba la gran medalla, sobre la que estaba grabado un nombre: «El Liberador de Venezuela». En Angostura, Bolívar reclutó a los voluntarios europeos para la lucha contra los españoles. Su participación era muy importante, desde el punto de vista ideológico. Al llamado de Bolívar, acudieron miles de hombres que valoraban los ideales de libertad. Al asegurarse el apoyo del congreso y de los voluntarios extranjeros, Bolívar decidió de nuevo realizar las operaciones ofensivas contra los españoles. Esta vez, él pensaba en una de sus mejores operaciones militares, aunque también fue una de las más arriesgadas. En mayo de 1819, el ejército de Bolívar contaba con cerca de 1.300 soldados y 800 caballos. Estos tenían que liberar a la Nueva Granada. Hacía mal tiempo, llovía y nevaba sin parar. Durante siete días, los soldados de Bolívar soportaron el agua fría. Muchos volvían atrás. Para evitar el encuentro con los grupos españoles, que protegían los senderos más accesibles, Bolívar eligió la vía más difícil: el páramo de Pisba. A la altura en 2 mil metros, las personas perdían la vista y el sueño, se volvían locos. Murieron todos los caballos, pero nadie perdía el ánimo. Parecía como si el entusiasmo de los combatientes crecía, mientras se desvanecían sus fuerzas. Todos ansiaban luchar pronto en contra del enemigo y alcanzar la victoria. El primer combate con los españoles, tuvo lugar en la Batalla del Pantano de Vargas. Los soldados de Bolívar, a pesar de que estaban cansados, peleaban con enorme entusiasmo. Sabían que la derrota significaba para ellos no sólo la pérdida de la batalla, sino también el fin de la esperanza de liberar la Nueva Granada y Venezuela. Ellos ganaron el combate, pero ésta no fue la victoria decisiva, todavía quedaba un ejército grande cerca del río Boyacá. Así que muy pronto, las tropas de Bolívar atacaron las de Barreiro. El 7 de agosto de 1819, tuvo lugar la famosa batalla cerca del río Boyacá. El ejército español tenía 2.940 soldados, el de Bolívar, 2.630. Dicen que ellos pelearon en completo silencio. Para todos era claro que, precisamente allí, cerca de este puente sobre el río, se decidiría el destino de la Nueva Granada. La voluntad de ganar de los patriotas fue más fuerte y los españoles no pudieron aguantar la presión. El enemigo comenzó a retroceder. ¡Por fin obtuvieron la victoria! Al volver a Angostura, Bolívar propuso al congreso unir Venezuela la con Nueva Granada, en una república que llamaría Gran Colombia. El congreso, aprobó unánimemente la ley de crear la República de la Gran Colombia. Para el puesto de presidente, fue elegido Simón Bolívar. Pero no todo era tan bueno. El precio de la libertad era demasiado alto. La guerra por la


independencia duró 15 años. Murió casi la quinta parte de la población de las colonias. Durante la guerra fueron destruidas las ciudades, los puertos, los puentes y las industrias. Las leyes republicanas que proclamaban libertades democráticas, no se cumplían. Pero muchos dirigentes del movimiento independentista veían la raíz de los problemas precisamente en las nuevas leyes, en su liberalismo excesivo. Bolívar, apoyaba un fuerte gobierno centralizado dentro de los límites de las repúblicas separadas; la unión podía asegurar la independencia. Los partidarios del movimiento independentista trataron de eliminar a Simón Bolívar. Ellos lo acusaron de querer establecer un imperio y proclamarse emperador, pero Bolívar no tenía esa intención. Ellos sabían que sería más fácil eliminar al Bolívar-emperador que al Bolívar-liberador. Al enterarse de esto, Bolívar se dirigió al congreso, renunciando a su candidatura como presidente. Nadie puede llamar a esta persona “un codicioso”, porque cuando se enteró de las dudas de la gente en sus puros pensamientos, él dejó el poder, aunque lo merecía. Pero el objetivo de su vida, de liberar a América del Sur del dominio de los españoles, lo consiguió. Se sabe que Bolívar participó en 472 batallas. En la mayoría de ellas, las fuerzas del enemigo superaban a las de los patriotas, pero esto no detuvo a Bolívar, quien a pesar de las derrotas reiteradas, volvía para derrumbar a sus enemigos. El mérito de Bolívar, fue luchar por las esperanzas del pueblo y expresar su opinión y ese pueblo se levantó para luchar en contra de los colonizadores. Bolívar era una persona muy ambiciosa, y a menudo, tuvo la oportunidad de actuar como dictador; pero él siempre subordinaba las ambiciones personales a los intereses del pueblo. Él negaba categóricamente el poder dictatorial. El título de "El Libertador" era, para Bolívar, la expresión más honorable de la gente. No hay duda que Bolívar, fue una de las principales figuras que liberó a América Latina del yugo colonial. Él creó la base ideológica del movimiento: escribió proclamas y cartas que publicaba en los periódicos y pronunciaba los discursos. Él no tuvo descanso para buscar los medios necesarios para obtener el apoyo a la lucha por la independencia. Él fue el principal líder militar de las fuerzas revolucionarias; así fue esa persona. Su ejemplo llegó a ser para mí el símbolo de la libertad por la que siempre tenemos que luchar. Terminó así su cuento el padre. El chico se quedó en silencio por unos segundos, pero su mirada expresaba admiración. ---Yo no sabía nada de eso. Dijo él por fin. ---Ahora lo sabes. Y tenemos que darle las gracias a él, por el mundo libre en que vivimos. Nunca podemos olvidar eso. La historia es siempre la experiencia que sirve para aprender de los errores del pasado.


---Hasta hoy en día, los líderes políticos de los países de América Latina, han llegado al poder usando el nombre Simón Bolívar, para justificar sus acciones dictatoriales. A menudo, representando a Bolívar como dictador, tratan de mostrar que otro método de gobernar llevaría a consecuencias catastróficas. Pero ya esa es otra historia. --- Yo también quiero algún día ser tan valiente e inteligente como Simón Bolívar. --- Ja-ja-ja. Sabes, lo que dices está muy bien, pero ahora tú tienes todo el tiempo del mundo para decidir quién quieres ser y qué es lo más importante para ti, para formar tus pensamientos y convicciones por los que tendrás que luchar. El niño se quedó inmóvil pensando. ---¡Pero ahora ya es tiempo para dormir, chiquitín! Veo que se te cierran los ojos, dijo el padre sonriendo. ---Yo voy a ser muy fuerte y valiente, cuando sea grande. Contestó el chico con la voz semidormida y se durmió. El padre salió del cuarto sin ruido y cuando cerraba la puerta, estaba seguro de que su hijo podría alcanzar todo lo que quisiera en su vida.


Tercer lugar

Caminando por los siglos llevamos tus ideas al futuro

Autora: Minaeva Maria Estudiante del Instituto de HotelerĂ­a y Turismo de MoscĂş


“Libertad”. ¡Qué palabra tan fascinante! ¡Cuánta esperanza nace sólo con su sonido! “Libertad”. ¡Y cuántas esperanzas se rompen! Desde siempre, miles de personas han tratado de explicar qué es la libertad y qué sentido tiene. ¿Libertad de quién? ¿Libertad de qué? ¿Libertad para qué? Los grandes filósofos buscaban la respuesta a esta pregunta, y en mi opinión, solamente los pueblos que han sufrido por alcanzar su libertad no tienen necesidad de explicar el sentido de la libertad. Con su vida y con sus destinos, mostraron al mundo qué era la libertad. La libertad no es realizable absolutamente: la libertad es la lucha. Simón Bolívar —el pensador, el jefe militar y el estadista—, le ha mostrado al mundo que ser libre es posible, él le ha regalado al mundo la posibilidad de ser libres, él ha dirigido la libertad de los pueblos. De la misma manera, recordemos al héroe de la mitología griega, Prometeo, quien robó el fuego de los dioses para regalárselo a los hombres y por esto Zeus lo castigó. Asimismo, en “La vieja Izerguil” de Máximo Gorky, se narra la historia del héroe Danko, quien para sacar a la gente del bosque oscuro y salvaje, se arrancó su corazón ardiente y así iluminó el camino para su salvación. Estos ejemplos, muestran que cada uno de nosotros lleva por dentro un destino especial; una importancia que tiene cada persona, cada ser humano. Podemos encontrar héroes similares en la historia de cualquier pueblo, por más pequeño que sea o por más lejano que se encuentre. Pero Simón Bolívar es el ejemplo excepcional, y no proviene de cuentos o de mitos; es el héroe real, que se educó y forjó su espíritu con personas como él. Pero él no era como todo el mundo, nació para sembrar la felicidad de los pueblos y por eso fue como el rayo de luz que ilumina los milagros. Él se convirtió en un faro para los pueblos y su luz atrajo los barcos abandonados. Él le dio protección a todos los pueblos y a las almas humilladas, y esta protección es la posibilidad de la esperanza y de la libertad, la cual nos entregó como un derecho desde el nacimiento. Él, como aurora de una hermosa mañana veraniega, junto con sus pensamientos, su actividad, su temeridad inigualable y su ímpetu de desafío,


despertó la razón de los pueblos dormidos y cansados. Él devolvió a los pájaros el cielo; él devolvió a los pueblos el derecho de ser libres. ¡Y los pueblos gritaron sobre esta libertad a todo el mundo! El mundo está tejido de los hilos con múltiples colores, pero en particular de negros y blancos, como contrarios que siempre luchan. La idea de Bolívar estaba tejida de hilos blancos como la luz, y por eso fue dirigida a la victoria, a la fiesta de la justicia, a la salvación de los pobres. Pero hay en el mundo los que quieren opacar las victorias, los que no quieren que la libertad exista. Pero ya la lucha por la libertad nos hace libres: la libertad es luchar. Bolívar, siempre obró como un ser íntegro: nunca traicionó sus ideales, porque no hay mayor traición que la traición a las ideas. Bolívar, fue un hombre de principios del siglo XIX, pero se convirtió en un hombre contemporáneo para las generaciones futuras y hoy sigue siendo más actual que nunca. Su vida estaba llena de sentido, porque él entendía adónde iba y su corazón y fuerzas resplandecían sin descanso. Pero hoy la mirada de la gente sólo habla del vacío interior y de la vida sin felicidad. La sociedad del presente persigue valores falsos, puesto que se encuentran en el lugar de los valores que nos hacen vivir más cómodos. Vivimos en un tiempo donde la ganancia económica y los intereses propios, están por encima de la felicidad y del desarrollo del pueblo. Hoy somos como sombras que no pueden decir sus palabras, que hacen lo que ordenan los dueños. Parece que ya algo igual pasó en la historia de la humanidad y Bolívar vuelve a ser actual! Bolívar, luchaba en primer lugar en contra de la idea criminal cuya base supone la existencia de “señores y esclavos”. Esto es, la idea que presupone que “la riqueza de unos siempre será a cuenta del trabajo esclavista de otros”. Aquí quiero recordar al escritor Thomas Mayne Reid, quien se encontraba en el continente americano y se aterró de cómo los que se llamaron más civilizados en el mundo, convirtieron en esclavos a los nuevos pueblos con el precio de la sangre de estos pueblos. No hay más horror y crimen que la sangre sin culpa. En su obra “El Jinete sin cabeza”, él dijo con ironía: «¡Ustedes, los fanáticos que luchan contra la esclavitud! ¿Por qué ustedes se levantan contra esclavitud? ¿Puede ser que ustedes no entienden que unos tienen que sufrir, tienen que trabajar y sufrir el hambre para que otros disfruten del lujo y el ocio? ¿Puede ser que ustedes no entienden que


unos tienen que ser los esclavos para que otros sean libres?...». Esta idea terrible, no permitía que la revolución de Bolívar triunfara rápidamente. Desde sus primeros pasos tuvo muchos adversarios y obstáculos. La Primera República de Venezuela, existió por poco tiempo. La revolución fue apagada por el ejército español más potente y profesional. Bolívar estuvo fuera de su país, pero en 1813, volvió ya encabezando los cuerpos de los voluntarios patriotas armados. El ejército de Bolívar, crecía tras cada nueva victoria y al final entró a Caracas y fue proclamada la Segunda República de Venezuela; pero las fuerzas de Bolívar todavía eran pequeñas y tenían demasiados enemigos. Y de nuevo Simón Bolívar sufrió otra derrota. Él se fue a Jamaica, para reunir de nuevo las fuerzas y organizó el ejército liberador compuesto de voluntarios ingleses, irlandeses, franceses, alemanes y rusos. Al mismo tiempo, Bolívar anunció el Decreto de la Abolición de la Esclavitud, lo que significaba que él no solamente llevaría la liberación real al país, sino también a otros pueblos. La primera derrota… la segunda derrota… otra persona ya dudaría y se rendiría. Pero no, Bolívar sentía fe y confianza en los humillados y abandonados. En los fracasos hay un crecimiento, mientras más difícil sea, es más útil. Con la cantidad de obstáculos y fracasos crece el precio de la victoria futura. Los obstáculos significan que la tranquilidad del enemigo se ha quebrado. Lamentablemente, aquella idea criminal de los esclavos triunfa hoy. Y de nuevo recordamos el nombre de Bolívar y su lucha mortal contra los adversarios de la libertad. El nombre de Bolívar, estoy segura, dentro de muchos siglos va a animar a los pueblos que no se rindieron en su lucha por el futuro. “Jamás serán vencidos”, esto significa que nunca perderán su dignidad humana. El mundo, ha avanzado gracias al valor de pensadores como Bolívar. En aquel tiempo, él extendió su mano de salvación a las naciones desprotegidas y hoy esa mano salva a las naciones del mundo. Pienso que él no imaginaba cuánto significaría en los siglos XX y XXI. Su presencia hoy, demuestra de nuevo la eternidad y majestad de sus ideas. Entre todos los pueblos a los que me refiero, pienso también en la historia de mi patria. Una vez abolida la esclavitud, la gente conoció la igualdad social, la igualdad de oportunidades y los derechos. A mi pueblo, fueron regalados la libertad y el honor para que, con el


trabajo, mejorara la vida de nuestro país y avanzara el mundo. Pero las riquezas de los ricos se agotan, cuando sus esclavos dejan de escucharlos. Y nos anuncian hoy: «el modelo del hombre soviético es anticuado. Era el hombre-creador. Hoy la nueva sociedad necesita uno nuevo, el hombreel consumidor». Entonces, el esclavo, el esclavo del analfabetismo, de la cultura baja, el esclavo de la ausencia de leyes, el esclavo de las necesidades primarias y bajas. Por eso quiero que mi pueblo conozca el nombre de Bolívar, que yo pronuncio con esperanza. Se puede privar a los pueblos de la dignidad, pero es imposible privar sus esperanzas. Queríamos construir nuestro país. Queríamos darle un futuro. Para nosotros no había profesiones malas, cada trabajo era respetado. Respetábamos el trabajo. El trabajo que te movía hacia adelante en Rusia. Y nos engañaron. Y ya hace 20 años mi país tiene fiebre .En 20 años nos hicimos pobres, los pobres de nuestro espíritu moral. En 20 años, solamente se han abierto centros comerciales, en las viviendas no puede vivir la familia honesta, se cierran las mejores universidades del país y del mundo, mueren las ciudades y la industria. En medio de la tristeza apareció un punto claro, ¿y quién lo ha puesto? Sí, Simón Bolívar. Aquí, en la capital de Rusia, fue abierto el Centro Cultural Latinoamericano Simón Bolívar. ¿Cómo fue posible? Es la persona que no muere en los siglos. La persona y la luz para cada pueblo del mundo. Nuestros enemigos trataron de hacernos ciegos y débiles. Pero renació la esperanza. Nos recordaron que la esperanza existe, ¿quién lo recordó? Venezuela; la América Latina. Y el Centro Cultural es un nuevo nivel de lucha por la libertad, no con las armas y la sangre, sino con el renacimiento y el conocimiento de la historia, el conocimiento de la cultura, la sabiduría. En la inauguración de este centro, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, dijo: “Es momento de sacar de nuevo, viejas, antiguas ideas; nuevas, frescas ideas, alimentar la acción con las reflexiones… inaugurar el Centro Cultural Latinoamericano Simón Bolívar en el corazón de Moscú, forma parte pues de esa lucha, de esa batalla cultural”. Y realmente esa es la lucha, pues pretenden “borrar de nuestras mentes, de nuestras almas el amor por nuestra esencia, el conocimiento de nosotros mismos”, como notó el Presidente Chávez. Como lo hicieron en el tiempo de Bolívar, también lo quieren hacer igualmente hoy. Y el arma principal de nuestro enemigo:


nuestro analfabetismo. El analfabetismo de la mayoría de las masas sociales. Por eso, abrir el Centro Cultural Latinoamericano con el nombre de Simón Bolívar en Moscú, significa entrar en esta lucha, la lucha cultural. Es el año 2011. Tengo en mis manos el «Manifiesto a las Naciones del Mundo» de Simón Bolívar, el cual fue escrito en el año 1813. En este manifiesto, Bolívar explica las causas de la derrota de la primera revolución venezolana. Él ha dejado este manifiesto porque comprendía que sus enemigos tratarían de denigrarlo, pero, sabiamente, él no les ha dejado a sus adversarios el motivo para ennegrecer sus ideas. Pasarán siglos y parece, como si no se fuesen a recordar estos acontecimientos y los años de dura lucha, pero renacerán en el “Manifiesto” del Liberador. Para mí, sus ideas se reavivaron en un episodio que leí en el “Manifiesto”. Me encontraba en el hotel, esperando a los turistas, y mis ojos dejaron el libro y vieron lo siguiente: toda la decoración del interior sorprendía por la riqueza. Sorprendía como la gente está acostumbrada a este lujo, que no le pertenece. Y los trabajadores del hotel tenían que cumplir cada capricho de los huéspedes, que tienen dinero. Mi mirada, al pasar todos estos cuadros vivos, encontró un par de ojos tristes. Los ojos grandes, profundos, que ciegan, que sin palabras dicen demasiado, como un golpe por la cabeza en el silencio. Fue un joven de piel negra. Él estaba sentado en la silla ante "el trono" del dueño, cuyos zapatos tiene que limpiar hasta el brillo. ¿Y qué es esto? Pensé yo. ¿Me transporté en los siglos? ¿Dónde estoy? ¿En la América Latina? ¿O en África? ¿En qué siglo estoy? En el siglo XXI, ¿donde los ciudadanos de hoy se parecen a sus antepasados en muchas cosas? No, parece que me encuentro en las páginas de la obra de Julio Verne. Donde el capitán de 15 años de edad, al llegar a África, vio que el mundo está dividido por el color de la piel: «… se abrió el mercado. Por la plaza pasaban los grupo de los esclavos, los hombres, las mujeres, los niños … Para estas personas los esclavos eran un ganado, nada más; los compradores aprobaron sus músculos, los miraban de todas partes, miraban la boca; echaban al camino el palo y ordenaban que corriera para comprobar si el esclavo podía correr rápidamente. Nadie fue liberado de estas pruebas humillantes. Todos los esclavos sentían la vergüenza y las ofensas porque su dignidad humana fue ultrajada».


¿Que pasó hoy con nosotros que permitimos caer tan bajo? Pasó tanto tiempo desde los eventos que cuenta Julio Verne, desde los eventos que hicieron a Bolívar levantarse en contra de la injusticia y defender el derecho a vivir; pasó mucho tiempo. Pero la humanidad tiene bastante sabiduría para tomar ejemplos de la historia y hacerlo todo para que nunca se repita el dolor de los pobres y el de los abandonados. Que no sea el color de la piel lo que nos oriente en este mundo, sino la calidad de nuestra alma. El Libertador hizo todo en su vida para que la humanidad se moviera por la escalera que viene desde arriba. Y haciendo conclusiones qué podemos decir: nuestra escalera todavía viene de arriba. Bolívar: eres la esperanza del futuro! Y en aquellos días pudiste saber que vas a vivir por siglos! Tú vives en las almas salvadas por tu mano. Tú, América, la que tanto tiempo trataban de hacer sin personalidad, sin propia cara, trataban de hacerla esclava. Tus enemigos no te permitían florecer como la flor, por la riqueza de tu tierra y el alma de tu pueblo americano. Tú padre fue Bolívar. Él no tenía hijos. Pero él te tenía, América Latina, su creación principal en la vida. Sus mejores años, toda la vida, él te ha dado. Y hoy continúas con tu gente hermosa, que hoy nace en tu tierra clara. Y nadie puede apagar tu luz encantada.


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