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Pedagogía para la transmisión de la Fe
Material del curso “Pedagogía para la transmisión de la fe”, Curso pedagógico para formadores, Nivel I, modalidad Online. Instituto Pastoral Apóstol Santiago.
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TEMA 4.
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE E INTENCIÓN PEDAGÓGICA “Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda su vida”. Lao-Tsé
1. Introducción Uno de los objetivos más importantes de los formadores/mediadores, en los procesos de formación religiosa, es generar las condiciones y espacios apropiados para crear condiciones de posibilidad, para el encuentro con Cristo: Para ello, es necesario que el formador, al iniciar una actividad formativa, establezca qué enseñará y cómo creará esas condiciones para la experiencia religiosa, es decir, tiene que definir los objetivos de aprendizaje. Efectivamente, no se puede iniciar una actividad formativa, en la cual se utilizarán distintos recursos, si el objetivo no se ha preestablecido de antemano, es decir, no se ha definido qué es lo que se quiere lograr con el formando Es decir, el proceso de aprendizaje se inicia cuando el formador clarifica cuál es la meta que desea lograr con sus formandos en el proceso formativo. Para definir los objetivos el formador debe tener en cuanta un cúmulo de elementos, que facilitarán el procesos de asimilación en los formandos. A estos elementos facilitadores y que deben quedar expresados en el objetivo le llamaremos intención pedagógica. Ella se define como El marco teórico/práctico con que el formador realiza la reflexión pedagógica que le permite fijar los objetivos de aprendizajes. Entre estos elementos están: Conocimiento profundo y amplio de lo que enseñará, las actividades con los cuales facilitará el aprendizaje, los contextos en que podrán ser aplicados los nuevos conocimientos. Estos elementos articulados, en relación a los objetivos de aprendizajes conformarán el proceso formativo.
2. Contenido temático En términos generales los objetivos de aprendizaje se pueden definir como una meta o un logro que se quiere alcanzar. Ellos definen lo que cada alumno deberá lograr, como consecuencia de haber realizado las actividades planificadas por el formador. Para que los objetivos puedan constituirse como una herramienta que guía y facilita el proceso de formación, es fundamental que cuenten con las siguientes características: 1) SER PERTINENTE: Los Objetivos deben relacionar los conocimientos previos de los formandos, con conceptos/principios que formarán la base de los aprendizaje que realizarán. Material del curso “Pedagogía para la transmisión de la fe”, Curso pedagógico para formadores, Nivel I, modalidad Online. Instituto Pastoral Apóstol Santiago.
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2) SER CLARO: No debe haber ambigüedad en las palabras usadas para describir los Objetivos. Definir sin lugar a dudas qué es lo que se quiere lograr 3) SER FACTIBLE: Los Objetivos de Aprendizaje deben describir lo que el formando puede aprender con el tiempo y los recursos disponibles. 4) SER EVALUABLE: Debido a que los objetivos describen lo que el formando debe ser capaz de demostrar, tienen que describir cómo será evaluado, es decir, los contenidos, actitudes o procesos aprendidos deben ser medibles. Para estos efectos, el formador tiene que determinar con qué indicadores evaluará el proceso de aprendizaje. En un proceso formativo, los objetivos se pueden definir de dos formas: 1. Prescrita: Esta forma se da cuando a un formador se le solicita enseñar un contenidos específico. 2. Autónoma: Cuando se le da al formador un tema general o se le plantea una necesidad que deberá abordar, por medio de un proceso de aprendizaje. En cualquiera de los dos casos anteriormente señalados, la tarea pedagógica del formador, es relacionar dos aspectos esenciales en el proceso formativo, ellos son: 1. Realizar un diagnóstico de los formando. En él debe clarificar los contenidos y experiencias previos de los alumnos y las estrategias de aprendizajes más apropiadas, 2. El formador debe definir, cuáles serán los contenidos, los métodos y actividades más apropiados, para lograr las metas propuestas, ya sean éstas prescritas o definidas en forma autónoma. Según lo que hemos mencionado en el tema anterior, el formador es un facilitador del proceso de aprendizaje de sus formando, que han sido definidos en los objetivos. Para ello, él debe relacionar los contenido y las actividades de aprendizaje que realizarán sus formando, con las metas de aprendizajes preestablecidos en los objetivos. La tarea pedagógica del formador, es ofrecer las herramientas de aprendizaje adecuadas para que cada de ellos logre alcanzar, a partir de sus propios conocimientos y posibilidades, las metas propuestas para el proceso formativo. Los objetivos deben ser definidos en forma muy precisa Para ello, es fundamental que el formador pueda anticipar las situaciones de aprendizajes, que se le presentarán en la conducción del proceso formativo. Para estos efectos, el proceso de definición de los objetivos debe considerar los siguientes pasos: 1. Identificar: Las competencias que se espera que el formando demuestre al final del período de aprendizaje. 2. Elaborar: Una lista de temas que se consideran importantes para ese período de aprendizaje. 3. Identificar: Rn relación con estos temas los conceptos y principios que el
formando debería aprender en relación con las competencias identificadas en el Paso 1. Este paso permite la identificación de lagunas y la eliminación de material redundante. 4. Definir: Los indicadores con que evaluará si las metas propuestas han sido alcanzadas por los formandos.
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Los objetivos así definidos, se entienden como la formulación concreta, cuantificable y evaluable de la intención pedagógica, ya que pretenden reflejar el énfasis que se le dará a los contenidos en el proceso formativo. Entre las preguntas más relevantes para el diseño de una acción pedagógica guiada por objetivos, están las siguientes: 1. Respecto de qué tiene que enseñar un formador: El formador debe conocer muy bien la materia que enseñará. Esto implica conocer los conceptos esenciales de su disciplina, cómo se relacionan entre sí, cómo pueden ser aplicados a la vida de la persona, y cómo se vinculan con otras ideas de campos disciplinarios distintos. Algunas preguntas que ayudan para este propósito son: - ¿Cuáles son los conceptos esenciales que ayudan a definir los contenido que el formador enseñará? - ¿Cuáles son las preguntas que se pueden hacer al concepto para abrirlo, aclararlo y profundizar en su significado y relaciones? - ¿Con qué otros conceptos (bíblicos, teológicos, magisteriales) se pueden relacionar estos conceptos para establecer nexos y ampliar sus significados? - ¿Qué relación tiene este concepto con las experiencias de vida de los formandos? 2. Respecto de las actividades de enseñanza: El formador, debe conocer cuáles son las mejores estrategias, actividades y procedimientos más adecuadas, para relacionarlas con los contenidos y las habilidades previas que el formando posee, para realizar el proceso de aprendizaje. También debe conocer los puntos difíciles del contenido, los obstáculos más conocidos para su aprendizaje. Las preguntas que nos pueden ayudar son: - ¿Cuáles son las actividades que se utilizan para la apropiación de dichos conceptos? - ¿Qué formas de organización del trabajo en el aula se propone y son pertinentes con los propósitos de la enseñanza? - ¿Los procedimientos del proceso de aprendizaje, son utilizados articuladamente para establecer la relación entre concepto, realidad y propósitos que se intentan alcanzar? A partir de lo que hemos reflexionado, se comprende que la definición del objetivo es fundamental en los procesos formativos. Ella, se entiende como los argumentos o razones que tiene un formador para organizar y orientar los contenidos hacia un objetivo preestablecido por un programa de formación y/o de estudios. Estos contenidos orientados intencionalmente posibilitan procesos formativos que implican el acercamiento del formando a un nuevo conocimiento. Es decir, el objetivo de aprendizaje es una comprensión que tiene el formador de cómo ayudar a los formando a interiorizar un nuevo concepto, conducta o modo de relacionarse con su medio sociocultural.
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