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Los nuevos Areópagos de la Catequesis
CURSO ÁMBITOS DE LA CATEQUESIS ITEPAL 2013
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LOS NUEVOS AREÓPAGOS DE LA CATEQUESIS
La misión y por lo mismo la catequesis, en virtud del mandato universal de Cristo no conoce confines. Es necesario delinear varios ámbitos en los que se realiza, de modo que se pueda tener una visión real de la situación. Rmi 37.
OBJETIVO
Descubrir los nuevos areópagos de la misión de la Iglesia y por lo mismo de la Catequesis, con el fin de tomar conciencia de la necesidad que tenemos de catequizar estos nuevos ámbitos.
DESARROLLO DEL TEMA
Mundos y fenómenos sociales nuevos Las rápidas y profundas transformaciones que caracterizan el mundo actual, influyen en el proceso catequético. Donde antes existían situaciones humanas y sociales estables, hoy día todo está cambiado. Por ejemplo en la urbanización y en el incremento masivo de las ciudades, sobre todo donde es más fuerte la presión demográfica. Hoy en día en no pocos países, más de la mitad de la población vive en algunas megalópolis, donde los problemas humanos a menudo se agravan incluso por el anonimato en que se ven sumergidas las masas humanas. Hoy la imagen de la catequesis quizá está cambiando: lugares privilegiados deberían ser las grandes ciudades, donde surgen nuevas costumbres y modelos de vida, nuevas formas de cultura, que luego influyen sobre la población. Es verdad que la “opción por los últimos” debe llevar a no olvidar los grupos humanos más marginados y aislados, pero también es verdad que no se pueden evangelizar las personas o los pequeños grupos descuidando, por así decir, los centros donde nace una humanidad nueva con nuevos modelos de desarrollo.
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Hablando del futuro no se puede olvidar a los jóvenes, que en numerosos países representan ya más de la mitad de la población. Cómo podemos hacer llegar el mensaje de Jesús a los jóvenes que viven sin Cristo, que son el futuro de nuestro país. Es claro que ya no bastan los medios ordinarios de catequesis y pastoral; hacen falta asociaciones e instituciones, grupos y centros apropiados, iniciativas culturales y sociales para los jóvenes. Aquí tenemos un campo en el que los movimientos eclesiales modernos, la catequesis, tienen un amplio espacio para trabajar con empeño. Entre los grandes cambios del mundo contemporáneo, las migraciones a la ciudad han producido un fenómeno nuevo, personas que no viven su ser de cristianos, que viven hasta cierto punto alejados de la Iglesia por su misma situación, esta situación exige de la Iglesia, de parte de la comunidad parroquial, acogida, diálogo, ayuda, en una palabra la fraternidad. Aquí también debemos de hablar de las situaciones de pobreza extrema, a menudo intolerable, que se dan en nuestro país y continente, que son la causa de las migraciones en masa. La comunidad y por lo mismo la catequesis se ve interpelada por estas situaciones inhumanas: el anuncio de Cristo y del Reino de Dios debe llegar a ser instrumento de rescate humano para estas personas.
Áreas culturales o areópagos modernos Pablo después de haber predicado en numerosos lugares, una vez llegado a Atenas se dirige al areópago donde anuncia el Evangelio usando un lenguaje adecuado y comprensible en aquel ambiente. El areópago representa entonces el centro de la cultura del docto pueblo ateniense, y hoy pude ser tomado como símbolo de los nuevos ambientes donde se debe proclamar el Evangelio y llevar un proceso catequético.
El primer areópago del tiempo moderno es el mundo la comunicación que está unificando a la humanidad y transformándola, en una aldea global. Los medios de comunicación social han alcanzado tal importancia que para muchos es el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales. Las nuevas generaciones sobre todo, crecen en un mundo condicionado por estos medios. Quizás se ha descuidado un poco este areópago: generalmente se privilegian otros instrumentos para el anuncio evangélico y para la formación cristiana en la
4 catequesis, mientras los medios de comunicación social se dejan a la iniciativa de individuos o de pequeños grupos, y entran en la programación pastoral sólo a nivel secundario. El trabajo en estos medios, sin embargo, no tiene solamente el objetivo de multiplicar el anuncio, se trata de un hecho más profundo, porque la evangelización y catequesis de la cultura moderna dependen en gran parte de su influjo. No basta pues usarlos para difundir el mensaje cristiano y el magisterio de la Iglesia, sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta “nueva cultura” creada por la comunicación moderna. Es un problema complejo, ya que esta cultura nace, aun antes que de los contenidos, del hecho mismo de que existen nuevos modos de comunicar con nuevos lenguajes, nuevas técnicas, nuevos comportamientos sociológicos. Pablo VI decía que: “la ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo”, y el campo de la comunicación actual confirma plenamente este juicio. Existen otros muchos areópagos del mundo modernos hacia los cuales debe orientarse la actividad evangelizadora y catequética de la Iglesia. Por ejemplo, el compromiso por la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos; los derechos del hombre, de la mujer, de los pueblos, sobre todo los de las minorías; la promoción de la mujer, del niño; la salvaguarda de la creación, son otros tantos sectores que ha de ser iluminados con la luz del Evangelio. Está el vastísimo areópago de la cultura, de la investigación científica, de las relaciones internacionales que favorecen el diálogo y conducen a nuevos proyectos de vida. Conviene estar atentos y comprometidos con estas instancias modernas. Los hombres y mujeres de hoy se sienten como navegantes en el mar tempestuoso de la vida, llamados siempre a una mayor unidad y solidaridad: las soluciones a los problemas existenciales deben ser estudiadas, discutidas y experimentadas con la colaboración de todos. Por eso los organismos y encuentros internacionales se demuestran cada vez más importantes en muchos sectores de la vida humana, desde la cultura a la política, desde la economía a la investigación. Los cristianos que viven y trabajan en esta dimensión internacional, deben recordar siempre su deber de dar testimonio del Evangelio. En realidad esta situación de los nuevos areópagos son un verdadero reto para la Evangelización y la Catequesis, pues constatamos que es muy poco el influjo que hasta hoy se tiene en estos ámbitos. Nuestro tiempo es dramático y al mismo tiempo fascinador. Mientras por un lado los hombres y mujeres dan la impresión de ir detrás de la prosperidad material y del sumergirse cada vez más en el materialismo consumístico, por otro, manifiestan la angustiosa búsqueda de sentido, la necesidad de interioridad, el deseo de aprender nuevas formas y modos de concentración y de oración. No
5 sólo en las culturas impregnadas de religiosidad, sino también en las sociedades secularizadas, se busca la dimensión espiritual de la vida como antídoto a la deshumanización. Este fenómeno así llamado “del retorno religioso” no caree de ambigüedad, pero también encierra una invitación. La Iglesia tiene un inmenso patrimonio espiritual para ofrecer a la humanidad: en Cristo, que se proclama “el Camino, la Verdad y la Vida” Jn 14,6. Es la vía cristiana para el encuentro con Dios, para la oración, la ascesis, el descubrimiento del sentido de la vida, también éste es un areópago que hay que evangelizar y catequizar. Podemos constatar que la catequesis que vivimos en nuestras parroquias y aún en la misma diócesis aun no logra entrar en estos ambientes y ámbitos tan necesarios e importantes para que Jesús sea anunciado y reconocido por todos.