La insurgencia estudiantil en el 68 - T.A.E.

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La insurgencia estudiantil en el ‘68 Índice Prólogo, por Tendencia Anarquista en Educación....................3 Por un movimiento estudiantil basado en los métodos del sindicalismo revolucionario.....................................................10 La Revolución de Mayo...........................................................17 El movimiento 22 de marzo......................................................19 La revolución estudiantil..........................................................20 Carta programática de la Universidad Estatal de Milán............23 Manifiesto político del movimiento estudiantil florentino...........27 La juventud belga de pie..........................................................29 Recortes significativos............................................................31

Tendencia Anarquista en Educación Mayo de 2009 En base a textos seleccionados del libro La insurgencia estudiantil en el mundo, Ediciones Anarquía, 1968. 2


Prólogo, por Tendencia Anarquista en Educación

El Mayo Francés Muchas veces se soslaya el peso de los anarquistas en los procesos que se dieron en importantes sectores de la juventud a fines de los años 60', peso como individuos y organizaciones involucrados en los hechos, pero también peso en cuanto al “espíritu” libertario que asumieron las luchas concretas llevadas a cabo en aquellos años. Es por eso que nos pareció relevante reproducir algunos de textos que fueran recogidos en aquella época en el libro “La insurgencia estudiantil”. Sin embargo, también queremos aprovechar la oportunidad para realizar una serie de reflexiones críticas sobre dichos textos, sobre la época y sobre el anarquismo, con miras a que las mismas permitan realizar un aporte a los intentos de construcción revolucionaria y libertaria, en particular en el ámbito educativo. También cabe mencionar que, como el libro que inspira el cuadernillo recoge las experiencias europeas y estadounidenses en la época, nos hemos atenido en el análisis a esas áreas del mundo, esperando, no obstante, poder profundizar en próximos cuadernillos en las experiencias que en esa etapa histórica atravesaron nuestra Latinoamérica. El movimiento anarquista francés en los 50' y 60' Iniciada la postguerra en el suelo francés había dos grandes ramas libertarias, los anarquistas españoles obligados al exilio por la dictadura franquista, y la organización denominada Federación Anarquista (FA). Sobre los primeros no nos detendremos, pues si bien se puede criticar su “nostalgia” (y más si se compara con el aporte que otros anarquistas españoles realizaron en los 50' al movimiento revolucionario en Latinoamérica) es entendible que en su afán de combatir como pudiesen al franquismo no prestasen mayor atención a los sucesos que acaecían en la sociedad gala. Sí, en cambio, nos detendremos en la segunda pues su historia nos permite hablar sobre una serie de constantes en el movimiento anarquista, que tanto daño han hecho a su capacidad revolucionaria. Dicha Federación se caracterizaba por un discurso y práctica alejadas de las masas y que en nombre del purismo terminó admitiendo por omisión aberrantes hechos. En relación al proletariado francés, prestaba más atención a todo lo que este se alejaba de su ideal que al hecho de que eran explotados, desatendiendo las luchas sindicales pues las llevaban adelante

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obreros que no eran la encarnación del “anarquista” puro. Gravísimo error que aún hasta hoy sostiene buena parte del anarquismo, que cree que la revolución autoorganizada la va a llevar a cabo la minoría pura que no tiene contacto con el mundo, con lo cual de hecho se niega la posibilidad de dicha revolución, pues es difícil pensar en una sociedad libertaria que no sea fruto de una revolución de masas. En relación a otra clase de eventos, el purismo la va a llevar a, por ejemplo, despreciar las luchas anticoloniales que llevaban adelante los pueblos de Indochina y Argelia, pues dichos pueblos iban a generar nuevos Estados. Así en nombre de los dogmas, se era aliado de hecho de la opresión más desaforada, sin buscar el modo de a la vez de oponerse a la opresión promover las prácticas e ideas libertarias del modo más eficaz posible. Pero habiendo sectores que abrazaban el anarquismo como ideología capaz de revolucionar el mundo y no como mera religión personal, se produjo una escisión en nombre de la lucha concreta contra la opresión, contra el colonialismo y la explotación económica. Así surge la Federación Comunista Libertaria (FCL), sin embargo, así como el anarquismo es acechado por las corrientes que obvian que la única razón de existir del anarquismo es su capacidad de destruir el mundo que nos explota y oprime y construir un mundo nuevo, también es acechado por las prácticas y tendencias burocratizantes a las que todos estamos expuestos por el mero hecho de haber sido conformados en este mundo. Así la misma degeneró hasta devenir en la presentación a elecciones municipales. En la búsqueda del equilibrio entre horizontalidad, eficacia, apertura al mundo y reafirmación de los principios, que creemos que es la búsqueda que los anarquistas que pretendemos una revolución social debemos constantemente profundizar, es que de dentro de FCL se escindirá un nuevo grupo, Noir & Rouge (NR). Así, los 60' encontrarán al movimiento anarquista francés dividido entre la FA, empecinado en dar la espalda al pueblo oprimido y explotado pues cualquier acción con terceros (incluido dicho pueblo) era reformismo, y NR, que buscaba realizar un análisis serio de la situación, que posibilitase un accionar concreto, no negándose para ello al uso de herramientas teóricas originalmente no anarquistas pero que pudiesen ser incorporadas a la matriz de pensamiento libertario sin hacer mella en los principios, así como tampoco negándose al accionar coordinado con grupos e individuos no anarquistas. Creemos muy elogiable y reivindicable este modo de proceder de NR, que a su vez impactó en su época. Los grupos de jóvenes de la FA con más ganas de “hacer cosas” fueron expulsados, y se nuclearon en torno a NR, entre ellos estudiantes de la Universidad de Nanterre. Fue justamente allí donde estos anarquistas llevarán desde principios de 1968 una serie de luchas junto a izquierdistas de otras tendencias, en el marco de una organización donde todos estaban en pie de igualdad. Allí se mezclaba toda la tradición práctica y teórica de décadas de anarquismo con los aportes de autores tan disímiles como W. Reich, Marcuse, los movimientos estudiantiles norteamericano y

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alemán, sin perder por ello su especificidad. Fue en estas luchas que se dio la represión policial del 22 de Marzo, que luego daría lugar al movimiento 22 de Marzo (con anarquistas, trotskistas, los llamados “independientes”, etc.), responsable de un conocido volante lanzado el 4 de Mayo de ese año y que describe muy bien la clase de lucha que se desarrollaba y sus objetivos: “Estamos luchando [...]porque nos negamos a convertirnos: En profesores al servicio de la selectividad en la enseñanza con los hijos de la clase obrera que serán los que paguen los platos rotos; en sociólogos fabricantes de esloganes para las campañas electorales gubernamentales; en psicólogos encargados de hacer “funcionar” los “equipos de trabajadores” según los intereses de los amos; en científicos cuyo trabajo de investigación se utilizará de acuerdo a los intereses exclusivos de la economía del provecho; rechazamos este porvenir de “perros guardianes”. Rechazamos las clases que enseñan a serlo. Rechazamos los exámenes y los títulos que premian a quienes aceptaron entrar en el sistema. Rechazamos ser reclutados por esas mafias. Rechazamos mejorar la Universidad burguesa, queremos transformarla radicalmente.” De hecho, fue la amenaza de expulsar a 3 estudiantes, dos de los cuales eran de Sociología y miembros de NR, lo que desató la rebelión en el Barrio latino de París. Creemos que este modo de teorizar y de actuar es una senda que debemos retomar hoy los anarquistas, horizontales pero para hacer la revolución de signo libertario, principio máximo al que no podemos nunca renunciar. Recapitulando el Mayo No es nuestra intención aquí hacer una minuciosa cronología de los hechos, sino basándonos en la realizada por el español Javier Ortiz en su texto “El mayo real y el Mayo imaginario” describir algunos elementos en particular. Un factor central para entender el proceso es la existencia de un partido con un importante control sobre la principal central sindical y también sobre muchos intelectuales vía las prebendas de los municipios que controlaba1. Este partido era el PC y esa central sindical era la CGT. A su vez, anarquistas y trotsquistas tenían serias dificultades para organizar a sectores sustanciales de los obreros. En este contexto es que, como dijimos, en Mayo se dan los choques del Barrio Latino que devienen luego en la convocatoria a huelga general en el ámbito educativo. La respuesta por parte del PC fue abogar por la necesidad de desenmascarar a esos "grupúsculos anarquistas, trotskistas, maoístas, etc., compuestos por hijos de grandes burgueses" que "sirven objetivamente a los 1 Cabe señalar que en el sistema centralista francés un municipio se equipara en potestades a una provincia argentina.

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intereses del poder gaullista"; en consonancia, los medios de comunicación hablaban de pequeños grupos, en referencia a manifestaciones de miles. La CFDT, sindicato próximo al Partido Socialista, rechazó "cualquier solidaridad con los grupos cuya acción incoherente compromete una verdadera reforma". Incluso un autor como Althusser, que se dedicó a teorizar sobre el rol reproductor del orden burgués, y alineado con el PC, se negó a participar con los estudiantes que querían acabar con ese rol reproductor, inclusive con la sociedad burguesa. Millones de obreros espontáneamente se plegaron a la lucha, aún sin tener reivindicaciones especificas planeadas de antemano, debiendo los sindicatos y partidos de izquierda parlamentarios, para no ser barridos por la marea, aceptar una jornada de lucha para el 13. En París marcharon un millón de personas, y pese a que el PC y la CGT intentaron evitar la unión entre estudiantes y trabajadores, así como los choques con las autoridades, no lo lograron. Para el 20 de Mayo el país estaba paralizado, pero a la par las fuerzas de derecha comenzaron a movilizarse, pudiéndose ver en las calles bandas de corte netamente fascista. Para fines de Mayo, el PC y la CGT, pese a que la marea obrera seguía en ascenso, controlaron la situación, utilizando la marea de movilizaciones para luego sentarse a negociar y sacar la tajada para ellos mismos lo más grande posible. En la práctica: que la derecha tome el control. El acuerdo entre sindicatos y gobierno fue rechazado por millones de obreros, mientras los grupos de la izquierda combativa intentaban sin éxito coordinar su acción. Sin embargo, carente de salida el movimiento fue mermando, y de Gaulle paso de casi renunciar a disolver el parlamento, convocar una marcha de un millón de personas y llamar a elecciones, en las que las “mayorías silenciosas” a las que son tan adeptas las derechas le diesen la victoria. Esta evolución de los acontecimientos no deja varias reflexiones. Hoy día muchos recuerdan el mayo francés, hasta en el diario “La Nación” se publican notas sobre estos acontecimientos como si hubiera sido un movimiento romántico e inofensivo, ocultándose el hecho de que fue un movimiento político dirigido a destruir el orden capitalista y autoritario. Y que no dudo para ello en recurrir a la violencia, inevitable por otro lado, pues la burguesía siempre recurre a ella cuando se ve realmente amenazada. De hecho, si el movimiento no mermaba, el enfrentamiento social abierto parecía cada vez más inevitable. Como decía Ricardo Flores Magón, en Los Ilegales: “Las libertades conquistadas por la especie humana son la obra de los ilegales de todos los tiempos que tomaron las leyes en sus manos y las hicieron pedazos. Por eso los revolucionarios tenemos que ser forzosamente ilegales. Tenemos que salirnos del camino trillado de los convencionalismos y abrir nuevas vías. Rebeldía y legalidad son términos que andan de la greña.

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Queden, pues, la ley y el orden para los conservadores y los farsantes.” Si bien había millones dispuestos a luchar, la falta de organización general impidió que la energía de esos millones permitiera una consolidación del levantamiento, y que los burócratas utilizasen el movimiento en su favor. Una vez más, el mejor remedio contra la burocracia y la reacción es la organización de los de abajo. Suele pensarse que toda la sociedad se veía revolucionada, pero aún en las épocas más convulsionadas hay mayorías silenciosas dispuestas a salir a la luz a la primer oportunidad (y si que las había) y encontraron su oportunidad en una herramienta que les resulta muy cómoda: las elecciones, que De Gaulle ganó apenas un mes después que millones se manifestaran en las calles en su contra. Sobre los textos presentados y nuestra propuesta hoy En este apartado no pretendemos cerrar las posibles lecturas, asociaciones y reflexiones que puedan surgir luego de leer los textos, si no que, ante la posible inclinación a considerar que lo que dicen los mismos, nosotros lo afirmamos en su totalidad, preferimos exponer cuales son las cuestiones que creemos necesario retomar hoy y cuales no. Respecto al texto de Carl Davison (“Por un movimiento estudiantil basado en los métodos del sindicalismo revolucionario”), debemos señalar la fuerte impronta libertaria de la organización SDS, que fue de las más importantes de la época en el movimiento estudiantil norteamericano y que viene a abonar la idea que en el inicio de este texto indicamos acerca del peso de las ideas y practicas libertarias en la época sobre la que reflexionamos. Se trata de un texto en general reivindicable en cuanto a las estrategias que propone, así como en los errores que señala por parte del movimiento estudiantil. También su critica al reformismo, a la mercantilización de la educación (a lo cual nosotros agregaríamos directamente el fenómeno del mercado de títulos), la idea de instrucción de la burguesía a expensas del pueblo y la educación como generadora de mano de obra. Sin embargo debemos señalar la ausencia de un análisis de clases al interior de la Universidad, lo cual lleva a plantear como estratégico una reivindicación que alcance a todos los estudiantes. Creemos que siendo el sistema educativo policlasista, y estando nosotros identificados con la clase trabajadora, debemos sostener reivindicaciones que surjan de un análisis de clases, aunque las mismas alcancen al conjunto del estudiantado. Así, por ejemplo, sostenemos que lo central en abolir el sistema de notas no es que este afecte a todos los estudiantes sino que es un mecanismo central en la reproducción de clases al interior del sistema educativo. En cuanto a la estrategia, es menester aclarar que, como escribimos en nuestro texto “La Organización de los estudiantes”, en la etapa actual (sobre todo en la

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Universidad) nos inclinamos por la segunda de las tácticas de las que habla Davison. Como dato, quizás un poco pesimista, nos preguntamos cuantos docentes y estudiantes consideran hoy que el sistema de notas es contrario a una buena enseñanza y aprendizaje. Otros textos, como el de Sylvanet Nihilno o “La juventud belga de pie”, sirven para ilustrar hasta que punto llegaba la politización del momento y el grado de combatividad. En tanto que el fragmento del discurso del trotskista Mandel indica la unidad del momento, aunque cabe decir que la fragmentación no pudo ser superada, como lo muestra que no se haya podido coordinar una acción común frente a la burocracia y la derecha. Respecto al texto de Cornelio Negro, si bien creemos rescatable su propuesta de organización para los lugares de estudio, no coincidimos en su hincapié en el humanismo y preferimos la mirada clasista del sistema educativo y de la sociedad en general. Por ello, creemos rescatable el hincapié que realiza Jerome en la unidad obrero-estudiantil con el objetivo final de una sociedad sin clases. Pero no solo una unidad en la calle, sino también en la abolición de la separación entre estudiantes y trabajadores en uno de sus aspectos centrales (que muchas organizaciones suelen reproducir) que es la separación entre trabajo manual y trabajo intelectual. Con una lucha a la par por una Universidad abierta a todos en la medida de lo posible (ya que es imposible la plena igualdad en este sistema pues sino la educación formal no podría cumplir su rol de legitimar la desigualdad social), que Jerome ejemplifica en la medida de abolir los exámenes. También es reivindicable, como ya hemos señalado anteriormente, el esfuerzo en pos de la unidad de múltiples tendencias en horizontalidad, donde ninguna domina aunque hay formas organizativas libertarias. En el aspecto de cómo organizar el estudio también merece especial atención la “Carta programática de la Universidad Estatal de Milan, Facultad de Humanidades”, aunque no es claro si pide que se pague por el solo hecho de estudiar o dice que los seminarios deben adaptarse a las necesidades de quienes trabajan. La primera opción podría parecer justa, pero es imposible en este sistema que se le pague por estudiar a todos los trabajadores, dejando estos por ello de serlo. Del mismo texto, también merece ser resaltada la definición de Universidad (y del sistema educativo en general) como aparato de control social, de formación de cuadros burgueses, verdadera fabrica de ignorantes políticos, de hombres y mujeres serviles, de burócratas. Como también lo dice el “Manifiesto político del Movimiento Estudiantil Florentino”, aunque este último texto, pese a que ciertamente señala que la autonomía universitaria solo puede realizarse en la autoorganización, tiene un aspecto en el que disentimos, que es posible idear instituciones educativas en el actual orden social en la cual el individuo pueda formarse libre de toda presión que lo limite. Respecto a ello sostenemos, al igual que lo hace el chileno José Antonio Gutiérrez Danton en su artículo “Consideraciones generales respecto a la

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autogestión como proyecto estratégico en la educación chilena”, que la autogestión solo tiene sentido en el marco de un proyecto revolucionario contra las relaciones de propiedad y jerárquicas, permitiendo cada proceso autoorganizativo favorecer dicho proceso general, o sea, a diferencia de quienes ven en la autogestión solo un espacio de resistencia frente al actual Estado, para luego facilitar la toma de este, la autogestión es vista como una estrategia creadora que prefigura la futura sociedad. Y como dicha sociedad surgirá de una revolución de masas, la autogestión no es para emparchar al Estado, sino para avanzar en su destrucción y la de la burguesía, por eso una muestra del avance de la autogestión es la hostilidad por parte del orden dominante. Por ello, más que en la autofinanciación (que en la sociedad libertaria la hará el conjunto social) en lo que hay que afirmarse es en la autogestión pública por parte de la comunidad, ni estatal ni privada, arrancándole al Estado su financiación, o sea, en definitiva recuperando paso a paso lo que nos roba. Consideraciones finales En definitiva, creemos necesario la publicación de estos textos para reivindicar el peso de las ideas libertarias en los procesos de los años 60´, sus aciertos y sus errores, errores y aciertos que hoy día siguen ocurriendo. También lo creemos pues hoy es bastante general la reivindicación de aquellos jóvenes, ocultándose su objetivo y espíritu revolucionario. Y por último, porque hoy pululan los supuestos herederos, que se valen del lenguaje de bases, participación, democratización, para seguir con sus prácticas “rosqueras” de siempre o para justificar su individualismo y rechazo de cualquier compromiso político. Palabras que sin objetivos y prácticas revolucionarias, que necesariamente implican insertarse en las luchas concretas, son vacías.

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En la Tendencia Anarquista en Educación nos agrupamos estudiantes y docentes libertarios que hace tiempo venimos militando en diversos espacios dentro del ámbito educativo. Nos proponemos, desde el anarquismo, realizar la crítica al sistema educativo y a su rol dentro del capitalismo, así como impulsar la organización de estudiantes y docentes en base a principios libertarios. Creemos que el movimiento estudiantil, hoy débil y desmovilizado, debe construirse en la calle, encontrarse en la lucha, uniendo sus reclamos y reivindicaciones con el conjunto de los trabajadores, los oprimidos y explotados por este sistema, para así ir avanzando hacia una transformación social de fondo, una revolución que de paso a la libertad y la igualdad. El sistema educativo en el que estamos inmersos no es una institución neutra, ni mucho menos ha sido constituido para lograr el bien común. El problema no es educación de mayor calidad (genérica, neutra) sino evitar que el punto de llegada del sujeto que pasa años en el sistema educativo sea el analfabetismo político y la renuncia a un compromiso de clase por un cambio social. Es por esto que es necesario volver a vincular política con educación. La forma de hacer esto, además de la denuncia del carácter del sistema educativo, es el compromiso por la organización gremial docente y estudiantil y la puesta en práctica por parte del docente de una pedagogía crítica. Del mismo modo, es tarea de estudiantes y docentes organizarnos para luchar por la democratización en el acceso, la trasmisión y generación de conocimientos. Como estudiantes debemos intervenir activamente en la definición de lo que estudiamos, lo que producimos y para qué y quién lo hacemos, abandonando así el lugar de autómatas incapaces de cuestionarse su rol o participación. Pero de igual modo siendo conscientes que la trasmisión y generación de conocimientos nunca podrán ser lo que queremos mientras exista el orden social actual.

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Por otra parte, vemos que, hoy en día, sólo ciertos sectores sociales acceden a la educación formal, es decir, la que brinda el sistema a través de instituciones estatales y privadas. A la vez, sólo ciertos sectores dentro de los que acceden pueden terminar, por ejemplo, la educación secundaria, y menos aún son los que alcanzan los niveles superiores, como la Universidad. Ante éste estado de cosas, creemos que la lucha dentro del sistema educativo también debe estar dirigida a lograr el acceso real a la educación pública de todos los sectores que hoy se encuentran marginados de la misma. No por las supuestas bondades de la educación de hoy, sino porque, lamentablemente, al usurpar el Estado todos los espacios públicos, es el único lugar donde es posible adquirir las herramientas necesarias para salir a laburar o hacerlo en mejores condiciones. A la vez, buscando socializar los saberes que deberían estar en manos de todos y no en los de una élite intelectual como en la actualidad. En cuanto a la forma organizativa que nos demos para construir un movimiento estudiantil que sea a la vez herramienta de lucha y participación, creemos que ésta debe permitirnos tomar las decisiones que afectan a los estudiantes, a la vez que traspasar las paredes que se levantan entre las distintas instituciones y los distintos niveles y confluir con las organizaciones que se den en el seno de los trabajadores del ámbito educativo. Por ello consideramos como principios básicos, la participación horizontal y democrática, con línea política y de acción directa definida en asambleas como máxima instancia de decisión. Así, buscamos la organización de un movimiento estudiantil de izquierda y revolucionario. Propugnamos una organización propia de los estudiantes, que pueda durar en el tiempo, y no sólo para la coyuntura de un conflicto. Que se funde en el principio de la democracia directa y no en el de la delegación o democracia representativa. La organización de los estudiantes debe ser independiente de todo partido político o agrupación, pero en el sentido de que su línea política es decidida por todos los que participan y no es impuesta externamente. Pero la práctica horizontal por si sola no alcanza para construir una herramienta de lucha. Junto a la autoorganización de los estudiantes debemos realizar la crítica a la manera en que la sociedad y el sistema educativo se encuentran constituidos, permitiendo que algunos pocos exploten y opriman a la mayoría, a los que estamos abajo. A la vez edificando una propuesta de transformación junto a todos los oprimidos y explotados, una revolución de corte libertario que termine con la injusticia social para que nazcan la libertad y la igualdad para todos.

www.tendenciaanarquista.com.ar tendencia.anarquista@gmail.com 33


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