Cuadernos de Militancia #005

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DE

...rompiendo los dientes de este engranaje...

¿DONDÉ ESTÁ

SANTIAGO

MALDONADO? EXIGIMOS AL ESTADO SU APARICÓN CON VIDA

#005 - AÑO 2 - OCT. 2017 - ISSN 2525-0434

CUADERNOS MILITANCIA



CUADERNOS DE MILITANCIA

...rompiendo los dientes de este engranaje...

Dirección Editorial José Giavedoni Sergio Marioni Equipo de Trabajo Valentina Bona Emiliano Fagotti Martin Gaviniz Luciana Ginga Santiago Palarich Martin Podetti Virginia Stradolini Agradecemos la participación Eber Molina Leandro Juarez

La Revolución Rusa de octubre de 1917 y la historiográfica. Una primera síntesis. Emiliano Fagotti

Edición Número 005 - Año 02 Saavedra 667 Rosario, CP. 2000 Santa Fe, Argentina.  Cuadernos de Militancia Cierre de edición Octubre 2017 ISSN 2525-0434 Producción

1917 El año en que el mundo temblo. Leonardo Juarez

Neoliberalismo y Violencia: el huevo de la serpiente

José G. Giavedoni / Luciana N. Ginga

Entrevista a Norma Rios. Presidenta Nacional APDH. Norma Ríos

La Revolución Rusa y el Cine. Eber Molina

Apuntes sobre el Realismo Socialista y sus antecedentes en la URSS. Valentina Bona

Octubre, la educación Apuntes sobre la problemática y las artes. Notas para seguir socio-habitacional. charlando… Lic. Florencia Brizuela

El fetiche del dinero y el calmante de nuestro tiempo. José Giavedoni

Martín Gabiniz

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Editorial Una vez más salimos a la calle con esta propuesta editorial de ofrecer una trinchera desde la cual dar batalla a esta contienda en el campo de las ideologías. Puede parecer una frase vacía hablar de batalla de ideas, sin embargo, cuando reconocemos que el enemigo es quien la enuncia y quien se dispone a dar batalla en ese terreno (entre otros), la perspectiva se modifica por completo. Hayek es uno de los que señala la necesidad de batallar en el campo de las ideas, esto por considerar que el marxismo había ganado la batalla cultural, y por lo tanto, como un grito de guerra, expresa “hemos de alcanzar la victoria en la guerra de ideologías” en su clásico Camino de servidumbre de 1944. De mediados de siglo para acá los programas de investigación, los planes de estudio de las carreras universitarias, las propuestas editoriales, las becas para financiar formación y el arsenal de medios de divulgación se han constituido en una trinchera de avanzada de la ideología neoliberal que, en la década del ‘70 comenzó a tornarse hegemónica. Milton Friedman, premio nobel de economía en 1976, hombre pragmático, de gran capacidad intelectual pero mayor capacidad propagandística, estará muy atento a los modos a partir de los cuales hacer de los principios neoliberales una fe que sea entendida, comprendida y compartida por los hombres y mujeres de toda la sociedad. En los hombres de la cultura pensados por Gramsci, sin duda Friedman será uno de esos intelectuales del poder económico: “Cada grupo social, al nacer en el terreno originario de una función esencial en el mundo de la producción económica, se crea conjunta y orgánicamente uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función, no sólo en el campo económico sino también en el social y en el político: el empresario capitalista crea junto a él al técnico industrial y al especialista en economía política, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc.”. Friedman será ese especialista en economía política y, al mismo tiempo, ese organizador de la cultura. Sabrá reconocer con inteligencia

cuáles son los espacios a ocupar para hacer de las ideas neoliberales un nuevo sentido común. Conferencias, tal vez como el resto de los neoliberales, pero también libros de divulgación, artículos periodísticos y, sin duda, programas de televisión, intervenciones periódicas en la televisión. En el Prefacio de “Libre para elegir” Friedman comenta que precisamente este libro es resultado de la serie de TV que se emitió en el Public Boadcasting Service en 1980 durante 10 semanas. Asimismo, esta serie es resultado de 15 conferencias públicas que Friedman brindó entre septiembre de 1977 y mayo de 1978, a las que siguieron sesiones de preguntas y respuestas donde se lo ve con mucha facilidad respondiendo e interpelando a su auditorio. Para dar cuenta de la importancia que Friedman le daba a este recurso, “cinco profesionales de la TV estuvieron con nosotros durante la mayor parte de la filmación y la edición” señala, lo que expresa que no se trató de unos improvisados. La función básica de un intelectual, dice Friedman, es desarrollar alternativas a las políticas existentes, mantenerlas vivas y estar disponibles hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable. Instalar ideas, transformarlas en sentido común, preparar el terreno para que, aún si no es posible implementarlas en ese momento, que vayan inscribiéndose en los modos de ser, de pensar, de hablar, de comportarse, de manera que cuando la crisis ofrezca la oportunidad, aquello que se pensaba como políticamente imposible de lograr, se naturalice de tal manera que aparezca como algo inevitable. La batalla de ideas no reemplaza, desde luego, la batalla en las calles, más bien se necesitan una a la otra. Después de lo dicho, se comprende la importancia y la centralidad de la batalla ideológica en la confrontación en nuestras sociedades. Este nuevo número de Cuadernos de Militancia aparece en el marco de transformaciones globales de gran calibre, el ascenso de Trump a la presidencia de EEUU, el aumento de la escalada violenta sobre la península coreana que ha obligado al gobierno de Corea del Norte

a tomar posiciones de defensa y, al mismo tiempo, de control militar de la situación. Siria sigue siendo un problema acuciante y también lo son los refugiados. Regionalmente nos encontramos con procesos políticos que han sido truncados bajos diversas formas. En Honduras a través de un golpe a la vieja usanza, deteniendo al presidente Manuel Zelaya y tomando el poder de facto. Un año después, en 2010, un fallido golpe policial-militar en Ecuador casi le cuesta la vida al entonces presidente Rafael Correa. En Bolivia, el referendum contra Evo Morales para que la llamada medialuna se independizara del resto habla a las claras de las intenciones desestabilizadoras y destituyentes de las derechas en el continente. En Paraguay bajo una farsa institucional el parlamento destituye a Fernando Lugo a raíz de la matanza de Curuguaty. En Brasil otra pantomima institucional destituye a Dilma Rouseff para comenzar a ser dirigido por lo que podríamos denominar sin miedo a la exageración, una banda de ladrones, carente de escrúpulos y legitimidad pero que, aún así, se anima a tomar decisiones de gran importancia como es una reforma laboral. En Argentina el golpe blando que llevaron a cabo en 2008 los poderes económicos concentrados en el marco de la asonada de los productores agropecuarios y, también, el levantamiento de gendarmería en 2012, que pusieron en jaque el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, no dieron resultado y optaron por la vía democrática. Sea como sea, en todos estos casos se pone de manifiesto que las derechas no son democráticas y que los medios a través de los cuales acceden al poder se encuentran condicionados por las circunstancias. Si las mismas son favorables para una forma golpista y desestabilizadora que les allane el camino al poder del Estado, no dudarán en utilizarla, caso contrario prepararán el terreno para poner en práctica otros mecanismos. En este contexto un párrafo aparte merece la situación de amenaza que está sufriendo la República Bolivariana de Venezuela. Desde el cenáculo de cierta academia y algunos sectores políticos cla-


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man por el restablecimiento del Estado de Derecho, la libertad de presos políticos y el fin de la represión a las protestas populares. Sin embargo olvidan que la violencia en la Venezuela Bolivariana no es nueva, que han sido constantes los actos violentos desestabilizadores entre los que cabe mencionar dos: el golpe de estado fallido de abril de 2002 y la guarimbas en febrero de 2014. La violencia que se ha vivido en los últimos meses se debe inscribir en línea de continuidad con esos acontecimientos promovidos por esa fracción violenta y golpista de la oposición que trajo aparejada cientos de muertes, mayormente simpatizantes chavistas, muchos de ellos quemados vivos como práctica generalizada que se ha dado la oposición para generar amedrentamiento. La oposición venezolana, que algunos hablan en nombre de ella como si fuese una oposición democrática, ha asesinado, saqueado, quemado escuelas y maternidades, incendiado personas. Al mismo tiempo, como ha señalado hasta el hartazgo Atilio Borón, estas formas de golpe de estado han sido estimuladas, amparadas y financiadas por el gobierno de EEUU, como sus mismos funcionarios han reconocido, tal es el caso de Mike Pompeo como Director de la CIA, Rex Tillerson como Secretario de Estado y el presidente Donald Trump. De esta manera, no comprender estas violencias en el marco de la ofensiva imperial en el continente, es adolecer de una miopía galopante o de un cinismo brutal. Si a esto le sumamos los demás hechos trágicos que se suceden en el continente, los 250.000 muertos resultado de la ‘guerra contra las drogas’ en México, con su alta cuota de desaparecidos (cerca de 30.000), la masacre de Ayotzinapa y el asesinato de periodistas. Si a ello le sumamos la sistemática práctica del fraude electoral, resultaría que todas las acusaciones que se vierten sobre Venezuela le cabrían con mayor justeza a México. Sin embargo, quien ocupa las tapas de los medios concentrados y de los canales de TV, quien roba la atención de intelectuales preocupados es Venezuela.

Reiteramos, o un brutal cinismo o estos sujetos son hablados, hablan la voz de otro, el imperialismo. Viniendo más acá, pero en el marco de lo que se está mencionando, es de atender con sumo cuidado la columna de Morales Solá en La Nación del domingo 3 de septiembre. La Nación es una tribuna que permite generar las condiciones ideológicas y culturales, la sensibilidad para evitar que el aumento en la represión no tenga un costo político relevante. En esta columna Morales Solá agita fantasma sobre la violencia política de los ‘70 y enuncia la casi certeza de que “esa nueva marea de violencia no concluya con las urnas del mes próximo” (por las elecciones de octubre). Se habla de terroristas en Argentina y menciona sin cavilación: “Lo que está en juego es la ruptura del ‘contrato de 1983’ que consistió en ponerle un fin definitivo a la violencia”. La sola mención a la ruptura del contrato democrático de 1983 por un fiel exponente de la derecha en Argentina, amigo de Domingo Bussi a partir de lo cual pudo cubrir directamente el Operativo Independencia de “aniquilamiento” de la subversión en Tucumán, la sola mención ya estremece. Considerando que la ruptura de un contrato tiene el efecto de volver las condiciones a la situación pre-contractual y que ésta no es más que la mención a los años de plomo, de los 30.000 desaparecidos, del cercenamiento de la libertad de expresión y de los derechos civiles, políticos y económicos, esa sola mención basta para condenar sus dichos. Porque como ya lo hemos mencionado, no hay una descripción de los hechos, sino la construcción de un escenario para garantizar legitimidad al accionar represivo del Estado. ¿Por qué razón Morales Solá se ve conducido a escribir esto? Intentemos caracterizar la etapa por venir en Argentina. La etapa estará signada por una serie de ‘reformas’ (entre comillas porque, en el caso de llegar a ser exitosas, implicarán transformaciones profundas, de gran calibre y estructurales) en el marco de un paulatino deterioro económico. La

Nación lo está diciendo, el ajuste que se viene será aún peor que el presente1. Entre ese conjunto de reformas, hay dos centrales y dignas de mención. En primer lugar, la reforma laboral. Para hablar con claridad, en el orden del Capital, en el capitalismo, la protección al trabajo ocupa temporalmente una porción menor en su historia. A lo largo del arco temporal en que se despliega el capitalismo, los momentos de desprotección al trabajo son mayores que los de protección. Aún, cuando se da la protección al trabajo en el capitalismo, ésta deviene de cierta inevitabilidad y necesidad política que se traduce en las fórmulas welfaristas. El capitalismo guarda en su seno la constante y permanente necesidad de superexplotación del trabajo, es un modo de dominación social que siempre está pujando por la superexplotación del trabajo ajeno. Es en este marco que debemos observar con cuidado la reforma laboral que Cambiemos pretende llevar adelante. Para el gobierno nacional, Brasil es antecedente y modelo de esta reforma laboral. La misma apunta a la “modernización” de las relaciones laborales con el fin de mejorar la “competitividad” de las empresas. Como nos tienen acostumbrados, todo ello vía superexplotación del trabajo. La reforma brasileña incorporó una serie de elementos que conviene tener presente: • las empresas pasan a tener ‘representantes de trabajadores’ para facilitar el entendimiento y buscar soluciones a los problemas que se les presenten. Esta medida pretende debilitar la fuerza de las organizaciones sindicales. • ¿qué pueden negociar esos representantes? Duración de la jornada laboral, vacaciones, descansos entre otras cosas. Estevez, Ricardo, “El desafío del Gobierno es que la sociedad perciba que tras los sacrificios de un ajuste llegarán los beneficios”, Diario La Nación, 04 de septiembre de 2017. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/2059372-sin-equilibrios-no-habra-desarrollo 1

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La reforma habilita a una jornada de trabajo de 12 horas hasta llegar a las 60 horas semanales. El tiempo de descanso o almuerzo durante la jornada será reducido a 30 minutos. Las vacaciones podrán ser fraccionadas en tres, según la conveniencia de la empresa. El tiempo de traslado al trabajo en lugares remotos con transporte provisto por la empresa ya no será computado como parte de la jornada laboral. Es necesario no olvidar esto para advertir la virulencia que probablemente tendrá la reforma laboral y, por ello, los atentos y organizados que debemos estar para enfrentarla. Karl Polanyi, en su gran obra La gran transformación, señaló: “El laissez faire fue planificado, la planificación no”. En otras palabras, la creación de una sociedad de libre mercado sólo fue posible gracias a la acción desmesurada del Estado (en clave represiva y en clave legislativa), ha sido una batería de leyes lo que ha hecho posible la sociedad del libre mercado. Nosotros no hemos sido ajenos a esta dinámica y, una vez más, pretenderán a través de una reforma legislativa, acompañada con una alta dosis represiva, crear esa sociedad de libre mercado con su costo en fuerza de trabajo desocupada y subocupada, desprotegida y sumida en la pobreza. Este es uno de los puntos que signarán la confrontación sindical, política y social en el próximo tiempo. En segundo lugar, la reforma educativa. Dirá Marx, no basta con la producción del capital, se debe garantizar la reproducción de las condiciones de producción. Una de esas condiciones es la reproducción de la fuerza de trabajo, reproducir trabajadores y trabajadoras, pero no cualquier tipo, sino el que está requiriendo el Capital en estos momentos. La reforma educativa tiene un doble impacto o doble punta de lanza: en su forma y en su contenido. En su forma, con la pretensión de mercantilizar la educación pública, de ponerla a jugar con las reglas del mercado. Se conoció el proyecto de mecenazgo para la ciencia. El ministro Lino Barañao dijo: “En Argentina la in-

versión privada en ciencia y tecnología es baja, inferior al 30%, cuando en países desarrollados supera el 50%”, con el fin de dar impulso a una mayor inversión privada en investigación y desarrollo. Para ello, por un lado lanzó en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires la plataforma Mercado de Innovación Argentina, una página web que permitirá impulsar mediante el crowdfunding (micromecenazgo es una red de financiación colectiva, normalmente online, que a través de inversiones se financia un determinado proyecto a cambio de recompensas, participaciones con acciones, participación en los beneficios, etc. Esta modalidad está amparada en la Ley de Emprendedores, recientemente sancionada) que empresas y fondos privados contribuyan a investigaciones proyectos científicos y tecnológicos. La cuestión investigación también nos conduce al conflicto CONICET que repercute en la universidad a través de ese acuerdo que las/os investigadores que no ingresaron al CONICET en 2016 sean incorporadas/os a las universidades girando los fondos necesarios. Además del problema de bola de nieve que esta “solución” supone, también crea muchos otros problemas, evidenciando que el problema no es presupuestario porque fondos hay y, en segundo lugar, evidenciando la pretensión de desjerarquizar al sistema científico-tecnológico. En su contenido, ‘despolitizándola’, es decir, menos pensamiento crítico, menos formación de ciudadanía, más formación de mano de obra con la capacidad de adaptarse a las exigencias cambiantes del mercado. Se conoció la reforma educativa para los colegios públicos de la CABA que prevé un quinto año de trabajo gratuito obligatorio para sus estudiantes: dos años de ciclo básico, dos años de ciclo orientado y un quinto año formativo más allá de la escuela destinado a aprendizajes dentro de empresas y otro al desarrollo de habilidades relacionados al emprededurismo. En otras palabras, trabajo no remunerado para las empresas, trabajo gratuito, lo que dio lugar a la toma masiva de colegios en CABA que saludamos y acompañamos.

Aquí entra la nueva LES que pretende el gobierno, en palabras de Albor Cantard: “La nueva LES tendrá que regular la educación a distancia, las nuevas tecnologías y adaptarse a un sistema globalizado: hay que integrarse a la internacionalización de la educación superior que se da hoy, con movilidad de docentes, estudiantes, investigadores y personal de gestión”. Claramente la internacionalización de la educación supone inscribirse en los acuerdos de Boloña y su traducción nuestramericana Alfa Tunning. Sin embargo, también hay que salir a discutir contra un sentido común que ve en la formación en el extranjero recursos inestimables y el deseo de todo estudiante y profesor. Si vemos en ello más bien una forma de imperialismo intelectual y comenzamos a trabajar en este sentido, estaremos en mejores condiciones para afrontar esa batalla de ideas. Respecto al Plan Maestro, el mismo insta a “la reducción de la duración teórica de las carreras […] requiere una agenda conjunta que vincule a los sectores socioproductivos con las universidades en la estructuración del sistema académico y las carreras de grado y posgrado, respecto de plazos y contenidos, flexibilizando trayectorias e incrementando terminalidad”, es decir, producir egresadas/os con las capacidades suficientes para dar respuestas a las exigencias del sector socioproductivo. Este matrimonio entre conocimiento y empresa encuentra su expresión en el Expte.Nº 56598/014 - Ordenanza Nº 715 aprobada por el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario el 8 de marzo de 2016. En su artículo 1° dice: “La presente reglamentación se aplicará a las actividades de vinculación tecnológica que se realicen a través de servicios que lleve a cabo la Universidad, financiados total o parcialmente por la propia Universidad o por terceros. Se entenderá por actividades de vinculación tecnológica a aquéllas que tengan por objeto la transmisión de conocimientos entre la Universidad y el medio en general, y el sector productivo en particular, tales como asesoramiento; asistencia


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técnica; servicios educativos, de laboratorio y documentales; y, en general, todo otro tipo de vinculación que implique la transferencia de conocimientos científicos, tecnológicos y culturales”. La universidad se presenta como una prestadora de “servicios” y, como bien señala en sus artículos siguientes, se trata de servicios tecnológicos especializados (trabajos de alta especialización que incluyen actividades de investigación aplicada, desarrollos tecnológicos específicos, innovación tecnológica, transferencia de tecnología y asistencia técnica, art. 4), servicios de capacitación y formación de recursos humanos (programas o cursos de capacitación y formación, art. 5) y servicios directos (los que constituyen una actividad frecuente para la Unidad Ejecutora y pueden ser solicitados por diferentes comitentes, art. 6). Del pensamiento crítico al oferente de servicios, el salto es gigante, entre ello han mediado décadas de colonización cultural, sujeción ideológica.

el contexto de su propia actividad académica, científica y tecnológica, guardando reserva y absteniéndose de publicar y/o utilizar datos, logros y antecedentes que explícitamente se establezcan, con el comitente, por Convenio”. Se trata de un artículo que al referir de manera reiterada a la confidencialidad del conocimiento lo que pone en cuestión es, precisamente, el carácter público del mismo. Asistimos de esta manera a una suerte de privatización del conocimiento. De esta manera, cualquier producción de conocimiento, desde la creación de una vacuna para el tratamiento de enfermedades hasta el descubrimiento de algún novedoso procedimiento de ahorro de energía, no podrá ser publicada en función de la confidencialidad que guarda el convenio. La universidad producía conocimiento público, lo hacía con fondos públicos y tenía como finalidad el bien público. Esta privatización del conocimiento va horadando las bases sobre las cuales se construyó “lo público”.

En su art. 14 los convenios que suscriba la universidad deben contemplar: “a) La confidencialidad: La confidencialidad debe ser acordada debidamente en cada caso, estableciéndose, cuando corresponda, si los resultados podrán ser publicados y la forma en que la publicación se efectuará. En el caso de trabajos de carácter confidencial las copias de los informes serán depositados en la Secretaría Vinculación Tecnológica. b) Publicaciones. La Universidad podrá hacer uso de los resultados en

No se privatiza la universidad sino sus funciones (del conocimiento crítico al oferente de servicios), no se privatiza la institución sino el conocimiento, de conocimiento público a conocimiento privado o, mejor expresado, un conocimiento público, generado con recursos públicos, formados en “lo público” pero apropiados de manera privada. Todo ello no se logra sin represión. La necesidad de contar, no sólo con un apa-

rato represivo aceitado, sino con la condescendencia de una parte de la sociedad es fundamental para el éxito del gobierno nacional. En este marco adquiere sentido y coherencia la persecución a dirigentes sindicales y sociales, su encarcelamiento (recordemos que Milagro Sala sigue presa), el ingreso de las fuerzas de seguridad a comedores escolares, a institutos educativos, a la universidad Nacional de Jujuy llevándose detenido al presidente del Centro de Estudiantes de una de sus Facultades, a la Universidad Nacional de Mar del Plata, la represión a los maestros mientras instalaban la Escuela Itinerante y, finalmente, la represión a Mapuches en la Patagonia con la desaparición de Santiago Maldonado. Mientras se realizaban marchas en todo el país pidiendo por la aparición con vida de Santiago Maldonado secuestrado por Gendarmería y cuya causa en el juzgado se encuentra caratulada como desaparición forzosa, infiltrados de las fuerzas de seguridad irrumpen en la manifestación de Plaza de Mayo en CABA y provocan desmanes y destrozos. Frente a todo esto, la indiferencia no debe ser admitida. Nos encontramos en un escenario de disputa política, un escenario de contienda y desde Cuadernos de Militancia nos sumamos a dar batalla contra la desaparición de personas, la violencia del Estado, los despidos que es decir dar batalla contra el capitalismo y por el socialismo.

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La Revolución Rusa de octubre de 1917 y la historiográfica. Una primera síntesis.

EMILIANO FAGOTTI


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El centenario de la Revolución Rusa tiene lugar en una época como la actual donde la idea de revolución no tiene muchos adeptos, mucho menos la idea esta presente en el horizonte ideológico de la clase trabajadora. La caída de la Unión Soviética en el umbral de la década de los noventa y la consiguiente expansión de las relaciones capitalistas no solo en los ex países socialistas sino también en sociedades capitalistas como la nuestra, periférica y dependiente, modificaron notablemente la correlación de fuerzas entre el trabajo y el capital a favor de este ultimo. La pérdida relativa de importancia de la industria y su correlato en el número de obreros industriales ocupados alentaron a numerosos intelectuales al servicio de la burguesía a vaticinar el fin del trabajo. Ante ese cuadro adverso la idea de revolución fue cediendo posiciones y quedando en los márgenes de la sociedad, por el contrario el discurso de los derechos humanos fue ganando –no sin justificación- cada vez mayores audiencias y seguidores. Sin embargo, a pesar de las transformaciones ocurridas en los últimos cuarenta años la relación fundamental de la sociedad capitalista sigue siendo la misma que operaba en Octubre de 1917. La relación contradictoria y antagónica entre el trabajo y el capital sigue siendo la piedra de toque de toda la sociedad actual en la cual la burguesía está todo el tiempo tratando de ver cómo pueden aumentar sus ganancias a cualquier costo. Las intenciones de reforma laboral hoy día en Argentina es expresión de esa relación en este momento histórico particular. Por todo ello, y a pesar de que el contexto cultural e ideológico no sea el más propicio para conmemorar los cien años de la Revolución Rusa, queremos compartir algunas reflexiones sobre ese acontecimiento fundamental del siglo XX porque muchas de las causas que llevaron a las masas desposeídas rusas a tomar el destino en sus propias manos todavía se encuentran más que vigentes. En lo que sigue repasaremos los ejes que desarrolla V. I. Lenin, en su “Informe de la Revolución de 1905”1, ante un auditorio de trabajadores suizos en Zurich en enero de 1917, y nos detenemos en una mención que hace Lenin sobre el papel de un intelectual importante de esa época respecto la valoración y caracterización de la revolución de 1905 porque prefigura una problemática que estará presente una vez que estalle la revolución de Octubre. En lo concreto abordaremos, en líneas generales las representaciones que de la revolución y de la sociedad pos revolucionaria se construyeron en el ámbito de la historiográfica en el mundo no soviético. http://archivo.juventudes.org/textos/VladimirIlichLenin/Informe sobre la Revolucion de1905.pdf 1

1. En lo fundamental en esta conferencia Lenin aborda el significado de la revolución de 1905, los métodos y las consecuencias de ese gran acontecimiento histórico. En este sentido, la masacre del 22 de enero de 1905, conocida como Domingo Sangriento, en la cual las fuerzas represivas del zar arremetieron contra una manifestación obrera, prendió la chispa para que comience la revolución y la modificación irreversible de la correlación de fuerzas que sostenían el status quo imperial. Efectivamente, el proceso revolucionario va profundizándose con el correr de los meses hasta llegar a su cenit con las huelgas que entrelazan reivindicaciones económicas y políticas que tienen lugar entre los meses de octubre y diciembre cuyo epicentro fue San Petersburgo pero que se extendieron a todo el vastísimo imperio. Conducidos por un sacerdote, los obreros masacrados en las puertas del palacio del zar reclamaban a éste que intercediera ante los abusos y atropellos tanto de los fabricantes privados como de los funcionarios estatales. Solicitaban la satisfacción de una serie de reivindicaciones que, desde el punto de vista político e ideológico, eran típicamente burguesas como libertad de pensamiento y expresión, sufragio universal, jornada de 8 horas entre otras. Sin embargo, resalta Lenin, la especificidad de los acontecimientos rusos de 1905 radica en el hecho de que a la vez fue una revolución proletaria. Además de la composición mayoritariamente obrera de la movilización, la huelga fue el principal medio de lucha de las masas movilizadas. Para tener una idea de la masividad e importancia del método

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huelguístico, solamente durante el mes enero la cantidad de huelguista fue superior al número de obreros involucrados en huelgas durante los diez años precedentes. La masacre del Domingo Sangriento significó el nacimiento de la conciencia política de las inmensas masas proletarias y campesinas. La revolución del 1905 finaliza cuando los efectos de la desocupación contribuyeron a debilitar la participación de los trabajadores en la revolución y se materializa en la feroz represión sobre el soviet de Moscú en diciembre a manos de tropas traídas de San Petersburgo ya que la guarnición militar de Moscú simpatizaba con el movimiento. Este elemento nos permite captar que la revolución había alcanzado a las propias fuerzas armadas imperiales2. Es por ello que a pesar de la derrota de la revolución el movimiento no pudo ser detenido y las relaciones que posibilitaban la evolución de la estructura imperial se rompió definitivamente en 1905. El crecimiento sostenido de los partidos obreros en el proletariado ruso y la politización del campesinado y el avance de la corriente socialista revolucionaria entre sus componentes son expresiones de aquellos acontecimientos.

desafío abierto por la insurrección obrera. En este sentido, decía “la sabiduría académica de la cobarde burguesía… es aficionada a escarnecer y motejar de artificios” la lucha de los trabajadores a través de académicos y científicos sociales como el prestigioso Max Weber que, desconociendo la profunda movilización obrera, campesina y militar durante la revolución de 1905, la calificaba como un “pucht” organizado por el ala bolchevique del partido obrero socialdemócrata ruso y los socialistas revolucionarios. También desconocía que ninguna esas agrupaciones políticas tenía la capacidad ni la influencia para motorizar semejante acontecimiento. Será precisamente a partir de esa revolución que las distintas formaciones políticas comiencen a ganar masividad de adeptos y seguidores. El desafío radical que supuso la revolución de octubre acentuó aun más esa tendencia y generó las condiciones que posibilitaron el reemplazo del análisis honesto por la furibunda propaganda. Todo ello se vio agravado y reforzado a partir de comienzo de la Guerra Fría a fines de la década de los cuarenta. Esta dinámica costo muy caro a ambos bandos pero sobre todo a la Unión Soviética porque perdió la capacidad para comprender y descifrar el mundo que la rodeaba3. En cuanto al otro bando, en particular los Estados Unidos, exceptuando algunos estudiosos que llevaron adelante investigaciones muy rigurosas4 la mayoría de las representaciones que se elaboraban sobre el mundo soviético estaban influidas por la realidad política e ideológica de un mundo polarizado donde las agencias gubernamentales y los medios de comunicación apoyaban interpretaciones o declaraciones sin recurrir a comprobaciones o argumentos, en una dirección de franca hostilidad hacia la revolución de Octubre y sus desarrollos a lo largo del tiempo. Con la caída de la Unión Soviética se produjo la apertura de sus enormes fuentes documentales que hasta ese momento eran inaccesibles para la mayoría de los estudiosos occidentales. Con ello asistimos a una proliferación de trabajos y debates en la propia Federación Rusa pero también en países como Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña que abordan diversos aspectos de la revolución de Octubre y su evolución posterior5.

2. En su conferencia de enero 1917 Lenin mostraba una de las facetas con que la burguesía internacional respondía al Además del caso que cita Lenin en su conferencia se puede consultar Anwailer (1975, 56:57) cita el caso del ejercito transmanchuriano cuyo contacto con los ferroviarios huelguistas estimularon la formación de consejos de soldados.

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Lewin, Moshe (2006)

Por ejemplo, La historia de la Rusia bolchevique, 1917-1929 obra pionera y monumental del británico Eduard Hamlet Carr compuesta por 12 volúmenes que vio la luz en lengua inglesa en 1956. 4

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Smith, Steve (2015)


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Foto del 9 de mayo de 2017. Desfile en Rusia de la arma y el publo por Día de la Victoria Rusa contra la Alemani Nazi.

A la hora de analizar el desafío que supuso la revolución de las trabajadoras y los trabajadores rusos encontramos una serie de ideas fuerzas que están muy presentes en la mayoría de las investigaciones. En primer lugar, fue recurrente identificar a los líderes y agencias estatales como actores privilegiados del proceso, desconociendo los motivos que los movían o para quién trabajaban, desconectados de una base objetiva. No pudiendo responder el interrogante de porqué para millones de personas fue tan atractivo el ideario de una sociedad socialista. Otro tópico es el estudio de la experiencia nacida de Octubre como fenómeno fundamentalmente no democrático que da inicio a un ciclo de violencia que llevo indefectiblemente al estalinismo y al nazismo. Más esforzados en demostrar como una revolución minoritaria desemboca en una régimen dictatorial feroz que en profundizar las cosas que salieron mal, que quedaron a mitad de camino o que nunca se pudieron implementar. Un tercer mojón, lo constituye el ahistoricismo de muchos trabajos que tienden a pasar por alto el contexto histórico en que se desarrollaban las acciones de los líderes o de las masas y las opciones concretas que enfrentaron. Atento a resaltar el irracionalismo y la violencia entre las motivaciones para la movilización social y descartar la indignación ante la injusticia y la falta de libertades.

3. En líneas generales esta es la matriz de la producción historiográfica elaborada en Occidente desde octubre de 1917

a la actualidad. El impacto de la revolución rusa –a pesar de que quedó muy por debajo de los objetivos que se había propuesto y de las esperanzas que despertó- fue tan amplio que a casi 30 años de caída de la Unión Soviética sigue obnubilando el análisis histórico. Al respecto, si bien la apertura y estudio de los archivos soviéticos oxigenó la investigación sobre el problema, un mayor conocimiento no se tradujo en una mayor comprensión del fenómeno. Muchos de los prejuicios existentes se vieron reforzados todavía se encuentra pendiente capturar las contradicciones de la revolución y escribir su historia como si fuese una tragedia y no como cuento moral. BIBLIOGRAFIA ANWEILER, Oskar Los soviets en Rusia 1905-1921, Biblioteca Promoción del Pueblo Serie P. Núm. 77, Madrid, febrero 1975. CARR, Eduard H: La Revolución Rusa: de Lenin a Stalin, 1917 a 1929 LANE, David “La estructura y la actividad de la socialdemocracia en San Petersburgo”, en Las raíces del comunismo ruso, Siglo XXI, México, 1977 LENIN, “Informe sobre la revolución de 1905” en URL http://archivo. juventudes.org/textos/VladimirIlichLenin/Informe sobre la Revolucion de1905.pdf LEWIN, Moshé El siglo soviético, Crítica, Barcelona, 2006 SMITH, Steve, “La historiografía de la Revolución rusa 100 años después” en Kritika: Explorations in Russia and Euroasian history, vol.16 N° 4, 2015 pp. 733-749 (Traducción Antonio Oliva)

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1917 el año en el que el mundo tembló. LEONARDO JUAREZ

Profesor de historia, Miembro del consejo de redacción de la revista comunista Centenario.


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El calendario Ruso (llamado de estilo viejo) de aquél entonces se diferenciaban en 13 días del calendario contemporáneo usado en todo el mundo. La revolución estalló el 25 de octubre de 1917 y de aquí su denominación: Revolución de Octubre. En el nuevo calendario (de estilo nuevo) esta fecha corresponde al 7 de noviembre. La fecha explica que la recordemos y recordarlas nos obliga a hacer algunas consideraciones: La Revolución Rusa, fue la síntesis casi no previsible de todas las contradicciones del sistema capitalista, de un capitalismo desigual y combinado (Petrogrado era un espacio moderno, de un país atrasado).Se ha querido mostrar por muchos años la idea de una revolución lejana, hecha en el último rincón del mundo, de manera deliberada, para dar idea de marginalidad geográfica (espacial) y económica y por lo tanto de escasa significación política en el concierto de las naciones. Las repercusiones de la revolución rusa fueron de alcance universal. Rusia era Europa, pero era también ajena a Europa, e incluso opuesta a ella. Si hacia 1900 era el menos desarrollado de los grandes países europeos, era al propio tiempo, la parte más desarrollada, industrializada o modernizada del mundo no europeo( en vísperas de la primera guerra mundial estaba avanzando en la misma dirección que occidente, sus industrias se desarrollaban, sus ferrocarriles se extendían, sus exportaciones alcanzaban un valor casi igual a la mitad de las exportaciones de EEUU). La revolución podía ganar simpatía de la izquierda de Europa, porque reforzaba la vieja oposición socialista europea al capitalismo. Suscitaba el interés de pueblos sometidos de otros continentes, porque también denunciaba el imperialismo(es decir la posesión de colonias por los europeos), y al afirmar que el imperialismo es la fase superior del capitalismo, sostenía que había que derribarlos juntos. Lo cierto es que la revolución Bolchevique,se mundializó y se instaló en todos los despachos de las grandes corporaciones económicas y se convirtió en faro y en bandera de todos los luchadores y revolucionarios del mundo, que eran unánime a la hora de reivindicar su ejemplo, desde la revolución mexicana, a los obreros de la Patagonia rebelde y la semana trágica en la Argentina, pasando por los anarquistas Sacco y Vanzetti, por los obreros europeos y la de todos los continentes, que la tenían como inspiradora y guía,porque había hecho realidad el poder obrero. Junto a este reconocimiento, es bueno señalar que fue una revolución contra el dogmatismo, el mismísimo Gramsci se animó a calificarla como una revolución contra el Capital de Marx, porque no se sometió a los cánones teóricos de época que pontificaban que la revolución proletaria tendría lugar en países con mayor desarrollo de fuerzas productivas(Inglaterra o Alemania).El genio de Lenin,del partido bolchevique, y los

consejos de obreros, campesinos y soldados(soviets),volvieron a demostrar la importancia del valor de la acción consciente de los hombres, en la posibilidad real transformar las sociedades. El desarrollo del proceso revolucionario estuvo asentado sobre dos pilares fundamentales, el Partido Bolchevique y los Soviets, estos últimos no solo proponían sino que también decidían y por eso fueron las más modernas de todas las formas de gobierno, porque supieron expresar las mayorías, pero también sintetizaron el pensamiento de la vanguardia. Solo así se pudo lograr la epopeya de tomar el poder, sostener una guerra civil incentivada por todo occidente que le costó 14 millones de personas muertas. La Rusia de Lenin es un símbolo, canaliza pasiones e ideas, Octubre cautiva la imaginación de los hombres de aquél tiempo, el siglo xx se inaugura bajo esta luz deslumbrante en la que muchos de estos ven una ruptura decisiva y beneficiosa con el capitalismo, Octubre de 1917 pone en el orden del día, la lucha de clases y la revolución. (Y es a Lenin a quien corresponde franquear el paso de la teoría a la práctica, y ese paso también significa, y no debe olvidarse, un progreso teórico, pues lleva de lo abstracto a lo concreto). A partir de la Revolución Rusa las relaciones humanas jamás fueron iguales en el mundo, se puede considerar la revolución de la igualdad, la primera que otorgó el voto femenino integral, que legalizó el aborto, y que por lo tanto le permitió a más de la mitad de su población (las mujeres) alcanzar estas conquistas de carácter absolutamente de vanguardia. En muchos análisis y recordatorios se afirma que la revolución bolchevique tiene una matriz política organizativa que hay que ubicarla en la revolución francesa. En contrario de esta opinión, me permito sostener que la rusa fue una revolución no Jacobina (el jacobinismo usó el terror contra la aristocracia para arrebatarle sus privilegios, y luego uso el terror contra los sansculotes, convirtiendo los privilegios aristocráticos en privilegios de la burguesía).La revolución burguesa se hizo inmediatamente conservadora porque quería mantener la propiedad privada. La revolución soviética fue a diferencia de la francesa, la primera revolución total de la humanidad, porque no cambió la Autocracia Zarista, por una constitución burguesa: cambió el capitalismo por un nuevo sistema. La confusión de la revolución bolchevique con el jacobinismo nos conduce al infantilismo de izquierda. Lenin desarrolló y transformo en un elemento de primer orden del marxismo ciertas teorías del imperialismo y del desigual desarrollo del capitalismo, que habían sido propuestas solo en términos generales por Marx y Engels. En la interpretación marxista-leninista, el imperialismo era exclusivamente un producto del capitalismo monopolista, es decir

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en su etapa de grandes negocios, en su fase superior, que se desarrolla en diferentes modos y en diferentes momentos en cada país. El capitalismo monopolista tiene que exportar su capital excedente e invertirlos en áreas subdesarrolladas, en busca de mayores beneficios. El incesante afán de colonias y de mercados en un mundo ya casi completamente repartido conduce, de un modo inevitable, a guerras internacionales imperialistas para la redistribución de las colonias, así como a la intensificación de las luchas nacionales de las colonias por su independencia; unas y otras facilitan nuevas oportunidades revolucionarias al proletariado. Cuando las personas moderadas, por lo general atentas sólo a sus propios asuntos, llegan a la conclusión de que la situación sólo puede resolverse por la fuerza, es cuando la revolución se convierte en una posibilidad política. Los Bolcheviques percibieron este cambio en la situación de las masas y adaptaron su programa a lo que parecían querer los elementos más levantiscos del pueblo revolucionario. Lenin se concentro en cuatro puntos: primero, la paz inmediata con las potencias centrales; segundo, redistribución de la tierra a los campesinos; tercero, entrega de las fabricas, de las minas y de otras instalaciones industriales de los capitalistas a los comités de obreros de cada entidad; y cuarto, reconocimiento de los soviets como poder supremo, en lugar del gobierno provisional. Lenin era un táctico flexible y audaz; y su programa de 1917 estaba dictado por la situación inmediata de Rusia, más que por consideraciones de marxismo teórico. Lo que se necesitaba era conquistar a los soldados, a los campesinos y a los obreros, prometiéndoles Paz, Tierra y Pan. Con este programa, los bolcheviques alcanzaron una mayoría en los soviets de Petrogrado y en los soviets de todo el país. Lenin lanzó inmediatamente la consigna ¡Todo el poder para los Soviets!, para aplastar a Kerensky y convocaron a un Congreso de los Soviets de toda Rusia. El congreso de los soviets, declaró depuesto al gobierno provisional, y nombró en su lugar, un consejo de comisarios del pueblo, cuyo presidente fue Lenin, Trotsky fue nombrado comisario para asuntos exteriores, y Stalin, comisarios para las nacionalidades. En el congreso de los soviets Lenin introdujo dos resoluciones. Una exhortaba a los gobiernos beligerantes a negociar una “paz democrática justa, sin anexiones ni indemnizaciones”; la segunda abolía inmediatamente y sin compensación “toda la propiedad de la tierra”, los millones de acres pertenecientes a las grandes haciendas que ahora se expropiaban venía a proporcionar una base de apoyo campesina al nuevo régimen, sin la que este difícilmente hubiera podido sobrevivir. “La mayoría de las revoluciones que han ocurrido y triunfado, empezaron con “acontecimientos” más que como producciones planeadas. A veces crecieron

rápida e inesperadamente a partir de lo que parecían normales manifestaciones de masas; otras, a partir de la resistencia frente a las acciones de sus enemigos, y a veces de otras maneras, pero raramente- si es que alguna vez ha sucedido-adoptaron la forma esperada por los movimientos revolucionarios organizados aún cuando estos hubieran predicho el inminente estallido de la revolución. Esta es la razón por la que la prueba de la talla de los revolucionarios ha sido siempre su capacidad de descubrir las características nuevas e inesperadas de las situaciones revolucionarias y de adaptar sus tácticas a las mismas”.1 A partir de Octubre y los bolcheviques, la revolución adopta un papel inédito. Ya no enarbola el estandarte de la burguesía, sino el de la clase obrera. Al menos bajo esta proclama avanza, como realización de la demostración marxista de la caída de la burguesía y el capitalismo. Pero el poder de Octubre sobre el imaginario colectivo, se debe en parte a la puesta nuevamente sobre la mesa, de la más poderoso representación política de la democracia moderna: la idea revolucionaria, ¿por qué es tan fascinante la revolución?, es la afirmación de la voluntad en la historia, la invención del hombre por sí mismo, figura por excelencia de la autonomía del individuo democrático. Es cierto que Lenin hace la revolución de Octubre en nombre de Marx en el menos capitalista de los grandes países de Europa. Pero a la inversa, esta contradicción entre la fe en la omnipotencia de la acción y la idea de las leyes de la historia bien puede ser lo que le da a Octubre de 1917 parte de su influencia sobre los hombres, al culto de la voluntad, pasado por el filtro del populismo ruso, añade Lenin las certidumbres de la ciencia tomadas del capital. La derrota transitoria de esta experiencia histórica ha sido acompañada de las necesarias autocríticas y también de negadores desgarramientos y flagelaciones, porque lo sabemos; cuando los procesos vienen adornados con el encanto irresistible de la victoria, suelen estar acompañados de anteojeras que no permiten ver y justifican errores, desviaciones y hasta claudicaciones; los reveses por su parte llegan en muchas ocasiones con su carga de frustración y negaciones absolutas. Luego de la muerte de Lenin y en el transcurso de la segunda guerra mundial (en donde murieron entre veinte y veinticuatro millones de personas, la flor y nata de la clase obrera rusa, y del partido bolchevique), la revolución fue tornándose cada vez más rusa y menos soviética y menos bolchevique y esto tal vez explique (entre otros muchos factores) su implosión en la última década del siglo veinte. 1

Revolucionarios, Eric Hobsbawm Pág. 131, ed. Crítica Barcelona


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La Vigencia de la Revolución y la tarea de los revolucionarios Estamos próximos a conmemorar los 100 años de la Revolución Rusa y el balance de los revolucionarios argentinos nos tiene que llevar a aquilatar nuestra actuación surcada por heroísmos y por limitaciones, en este sentido es pertinente marcar con respeto y con dolor que nuestra tragedia esta cimentada por ejemplo en enfoques ingenuos en torno al gobierno y en el enfoque liberal del poder. Hay que tener idea de una construcción de alternativa integral de poder. Desde como mínimo la caída de la URSS, el campo de los revolucionarios se ha visto inficionado por enfoques que tendieron a desacreditar y dificultar la lucha por el poder revolucionario, podríamos señalar la tercera vía de Anthony Guidens y Tony Blair que en argentina expresaron políticamente el frente grande y el frepaso, y las ideas de John Holloway que centralizaba sus enfoques en la importancia de construir poder y espacios de contrahegemonia de espaldas al poder estatal. “Todas las corrientes oportunistas tienen en común el hecho de que nunca consideran los acontecimientos desde el punto de vista del proletariado, y así desembocan en un “Realpolitik” ecléctica, a-histórica y no dialéctica, siempre sacrifica los verdaderos intereses del conjunto de la clase obrera (y califica como utópica a toda defensa consecuente de esos intereses)”. 2 Interpelados a reflexionar en esta perspectiva hay que decir que el reformismo que encarnó el peronismo de época ( kirchnerismo), intentó cristalizar la reforma del capitalismo dependiente, no para que pierda su carácter de dependiente sino para limar sus aristas más agresivas; no se trató aquí de golpear las puertas de la historia con el puño rojo de la revolución socialista, sino mostrar un camino edulcorado, pasteurizado y homogenizado, que nos planteo de que es posible luchar sin que la muerte amenace a los antagonistas, sin que la victoria de las clases subalternas aterrorice a las clases dominantes; empoderarnos es el “grito de guerra” que asume la decisión política de no combatir.

Los Caminos de la Alternativa Hay que crear contrahegemonia cultural, hay que crear autonomía de pensamiento y de reflexión para que los trabajadores y el pueblo, los afectados por el imperialismo y el capitalismo, no piensen con las ideas y la cultura de los imperialistas, pero mágicamente no se va a producir un derrumbe del poder estructurado del capitalismo en ningún lado del mundo. Para que esto suceda se debe emprender una dura lucha, y la construcción de contrahegemonía ideológica, política y cultural debe ser acompañada por la creación de la capacidad política organizativa, entendida como fuerza 2

Lenin, Georg Lukács, pág. 95, ed. La Rosa Blindada, 1968, Bs As.

material organizada con capacidad de producir la ruptura revolucionaria, es decir tomar el gobierno y estar dispuestos a defenderlo de cualquier manera, tomar el gobierno y el poder en un solo movimiento como ha ocurrido en mucha revoluciones de la historia. Pero en realidad, este tema de gobierno y de poder nos lo han divorciado, nos han desjerarquizado la idea de ruptura revolucionaria y en ese callejón aparecen los que simulan construir alternativa y luego resulta que no es así y eso nos retrasa y nos obliga a empezar una y otra vez. La otra cuestión es que no se puede hacer una fuerza política alternativa pensando en que esa fuerza se puede constituir en un solo aspecto de la lucha de clases. No podemos pensar en crear alternativa considerando solo la urgencia electoral. Poner por delante la urgencia electoral en la construcción de alternativa nos lleva a permanentes frustraciones, dado que el campo electoral es el campo donde el enemigo ejerce con mayor vigor el conjunto de su fuerza social, política económica, de violencia y también ideológica cultural, ha sido uno de los terrenos donde se han producido las desarticulaciones y deterioros de nuestras fuerzas (no solo en términos numéricos, sino fundamentalmente en la perdida de atributos). Aplicando esa experiencia, tenemos que pensar que la alternativa tiene que trabajar en el conjunto de la lucha de clases. Debe ser una fuerza que tiene que ser muy eficaz en el conflicto, eficaz en la reorganización/ recomposición del movimiento popular, que tiene que ser eficaz en lo electoral y que no puede ignorar la batalla ideológica cultural, es decir que la fuerza alternativa tiene que actuar con una visión de globalidad. Si nosotros pensamos construir una fuerza alternativa solamente en términos electorales, nos conduce a una aporía, porque en general lo electoral tiene una coyunturalidad que No impulsa el accionar solido, permanente y profundo. Necesitamos que la alternativa que se construya sea una alternativa de carácter histórico y por lo tanto tenemos que pensar en términos de tiempo: no podemos pensar que este desafío es para las calendas griegas, hay que pensar que debíamos haber empezado ayer, y en rigor hemos empezado ayer, lo que pasa es que hemos tenido tropiezos, fracasos, frustraciones. Lo que debemos hacer es recomenzar, porque no hay otro camino.

Con Pasión de Octubre Hemos mantenido en altos las banderas en tiempos de derrotas, sabemos de las dificultades de ser revolucionarios en tiempos de no revolución, pero ante el nuevo escenario mundial, recuperemos en nuestro arsenal ideológico el convencimiento de ser portadores de la razón histórica- el advenimiento de una sociedad de productores libres-y herederos de aquellos revolucionarios, que abrieron una nueva época en la historia de la humanidad y que inauguró la Revolución de Octubre. El futuro libre y comunista de la humanidad, que aspiramos construir tiene y tendrá una deuda imperecedera con la revolución y esto nos permite afirmar que sus lecciones la hacen hoy más viva que nunca.

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Neoliberalismo y Violencia: el huevo de la serpiente.

Ilustraciรณn: Maximiliano Theiler. Montaje: Luciana Lacorazza.


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“Sólo una crisis real o percibida produce un cambio real. Cuando ocurre esa crisis, las acciones que se toman dependen de las ideas que se encuentran alrededor, en el aire. Así, la función básica de un intelectual es desarrollar alternativas a las políticas existentes, mantenerlas vivas y estar disponibles hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable” Milton Friedman

existía había que crearla, si no era real debía parecerlo, pero no había manera de llevar adelante cambios significativos y con ese nivel de profundidad en lo económico, lo social, lo político y lo cultural, sin una crisis que oficiara de soporte. Desafortunadamente, un poco más cerca nuestro, Miguel A. Boggiano, economista formado en la Escuela de Chicago, publicó el día 10 de julio de 2017 en su cuenta de twitter: “Deseo que venga una crisis peor que 2001 para que Argentina achique el Estado, los impuestos y los sindicatos. Por las buenas, nunca se dará”. Desde luego que, ni Miguel Boggiano, ni Alfonso Prat Gay, ni tampoco Nicolás Dujovne son Friedman, tampoco Marcos Peña, ni tampoco la década del ‘80 era lo mismo que nuestro presente y, sin embargo, la filiación genética se advierte en el empecinamiento y el esfuerzo por construir la crisis como soporte necesario para la transformación económica, política y cultural de la sociedad que ellos imponen, sean cuales sean, los costos humanos que resulten. El neoliberalismo no sólo produce crisis como resultado de sus políticas llevadas adelante con altísimos costos humanos y ambientales, también produce crisis como modo de gobierno, lo que transforma un modelo en un perverso círculo de destrucción de vidas. El neoliberalismo no pretende resolver las crisis, las produce porque vive de ellas, las consume vorazmente. Por este motivo, la hipótesis que nos interesa, no es tanto la de un matrimonio entre violencia y neoliberalismo, una unión que en otros momentos se disuelve, se rompe, se fractura, se divorcia. Intentamos mostrar más bien la consustancialidad entre violencia y neoliberalismo. ¿Por qué esta consustancialidad? Porque acaso nos preguntamos

JOSÉ G. GIAVEDONI 1 LUCIANA N. GINGA 2 Milton Friedman enuncia estas palabras en el prólogo a la edición de 1982 de su libro Capitalismo y Libertad publicado por primera vez en 1962. El neoliberalismo olfatea crisis y Friedman reconocía muy bien esas condiciones. Sus dichos que abren este artículo lo figuran como un felino, sabía con certeza que debían desarrollar esas políticas alternativas y estar agazapados esperando el momento de crisis. Sólo una crisis de gran envergadura puede transformar algo políticamente imposible en algo políticamente inevitable. Si esa crisis no Doctor en Ciencia Política (UNR) e investigador del CONICET, Coordinador del Programa de Estudios sobre Gubernamentalidad y Estado (PEGUES).

1.

2. Licenciada en Ciencia Política (UNR), Maestrando en Criminología (UNL) y Doctoranda en Ciencia Política (UNR). Integrante del Programa de Estudios sobre Gubernamentalidad y Estado (PEGUES)

Tweet de Miguel A. Boggiano

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si la absolución del neoliberalismo sobre aquellas muertes que lo han acompañado históricamente no ha sido, precisamente, una de las razones que le ha dado vía libre para su expansión a nivel global. Se debía despojarlo de cualquier responsabilidad para hacer de él un conjunto de principios recostados sobre la libertad y la limitación del gobierno. Las dictaduras han sido limitados en el tiempo, las interrupciones de gobiernos constitucionales fueron por determinado espacio de tiempo y, sin embargo, el modelo económico que las mismas promovieron, sostuvieron y consolidaron se extendió más allá del regreso a la vía constitucional. Orlando Letelier, miembro del gobierno de la Unidad Popular con Salvador Allende, llegó a decir en agosto de 1976 durante su exilio: “...la necesaria conexión entre política económica y su marco sociopolítico parece estar ausente de muchos análisis sobre la actual situación chilena. Para decirlo brevemente la violación a los derechos humanos, el sistema de brutalidad institucionalizada, el control drástico y la supresión de toda forma de disenso significativo se discuten -y a menudo condenan- como un fenómeno sólo indirectamente vinculado, o en verdad completamente desvinculado, de las políticas clásicas de absoluto ‘libre mercado’ que han sido puestas en práctica por la junta militar”. Unos meses más tarde, en su impactante carta a la Junta Militar del 24 de marzo de 1977, Rodolfo Walsh afirmaba: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”. Si esto había sido advertido por Orlando Letelier y por Rodolfo Walsh en los ‘70, en los ‘80, con la vuelta a la democracia, los estudios que monopolizaron el pensamiento político con el nombre de “transición a la democracia”, se centraron casi con exclusividad en los aspectos político-institucionales del régimen, sin mencionar prácticamente los aspectos económicos. Se consuma esa separación, era necesario pensar los rasgos institucionales para crear democracias sólidas y estables, pero de los aspectos económicos sólo se mencionaban sus consecuencias sociales, nada sobre el estigma de su origen ni de la violencia que lo acompañó. Esto mismo fue una confirmación de aquel pretendido divorcio, las dictaduras del Cono Sur llegaron a su fin y se alumbró un nuevo período democrático en el continente, en algunos casos menos cierto que en otros, sin embargo, la política económica neoliberal siguió su curso completamente separada de ese pasado ignominioso del que había nacido. El triunfo del neoliberalismo es echar raíces más allá de las violencias que lo acompañan y que han sido condiciones de su posibilidad. La condena política a los golpes de Estado y a la brutalidad de los mismos, no se condice con la continuidad de

los funcionarios que ocuparon cargos gravitantes en los gobiernos de facto y continuaron haciéndolo en los gobiernos democráticos. Tal vez el caso más emblemático, pero desde luego no el único, es el de Ricardo Zinn, creador intelectual del plan de ajuste implementado en 1975 por el Ministro de Economía Celestino Rodrigo conocido como el Rodrigazo. Trabajó para la denominada Revolución Libertadora, para la Revolución Argentina, para Rodrigo, asesor de Martínez de Hoz en la Dictadura del ‘76, reconociéndose como uno de los responsables del plan económico producido por el Grupo Azcuénaga. En su libro La segunda fundación de la república publicado en agosto de 1976 expresa: “...el 24 de marzo de 1976 triunfa el país civilizado y ético sobre la anarquía y el desorden”. También participó en el armado de la Ley de entidades financieras de la dictadura e impulsor del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina) en ese momento. Más adelante Ricardo Zinn será el responsable de diseñar los esquemas para la privatización de las emblemáticas empresas del Estado: YPF, ENTEL y Somisa; en los primeros años del menemismo. Como se observa, si en el plano de la producción de conocimiento se establece una distancia entre lo político y lo económico, en la dimensión de la política concreta no hay posibilidad de distinción alguna.

La influencia de la Escuela Chicago en Nuestra América En línea similar, la Escuela de Chicago participó activamente en el armado de los equipos y las propuestas económicas durante el régimen autoritario de Pinochet en Chile a partir de 1973. La Escuela de Chicago hacía ya unos largos años que realizaba un fino trabajo de producción y promoción del neoliberalismo a través del convenio con la Pontificia Universidad Católica de Chile firmado en 1956: el llamado Proyecto Camelot. Se funda el Departamento de Economía de dicha Universidad a instancias de Chicago y entre 1957 y 1970 se formaron cientos de estudiantes chilenos por medio de becas y programas de intercambio. Todo un aparato financiero para la propagación y la proliferación del neoliberalismo en la región. Se trata de una suerte de imperialismo intelectual, la Universidad de Chicago extiende su programa de becas a casi todos los países de América Latina, teniendo mayor acogida en estudiantes argentinos, brasileños y mexicanos. Como se sabe, la cabeza visible de Chicago era, lo fue durante mucho tiempo, Milton Friedman, quien se reunió con Pinochet en 1975 como modo de dar un gesto al camino de transformación económica que había iniciado Chile y, al mismo tiempo, alentar su profundización: privatización, desregulación y recorte del gasto social.


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Reunión de Milton Friedman con Pinochet en 1975.

Así, lo que aparecía pegado debía ser separarlo. En el año 1976, tres años después de la toma del poder por Pinochet, con presos políticos atestando las cárceles y los estadios de fútbol, con cuerpos flotando cotidianamente en el Mapocho, con el asesinato como práctica generalizada de las Fuerzas Armadas, Milton Friedman ganaba el Premio Nobel de Economía, premiado como el mejor aporte realizado al conocimiento económico en 1976. Primer acto en el proceso de consumación del divorcio. Un año después, en 1977, Amnistía Internacional ganó el Premio Nobel de la Paz por su denuncia a las violaciones de los DDHH en las dictaduras militares de Chile y Argentina. El divorcio estaba consumado definitivamente, se podía condenar radicalmente las violencias políticas y los crímenes de lesa humanidad perpetrados por las dictaduras del cono sur, pero al mismo tiempo, se premiaba con todas las pompas a la ideología que les había dado sustento y sentido a esos crímenes. Lo que en la mayoría de los trabajos del pensamiento político se encuentra divorciado, esto es, los programas económicos de las formas políticas violentas, no es sólo posible, sino también necesario, reconocer los lazos de parentesco y filiación. No hay manera de arrebatarle la conquista de sus derechos a un pueblo de manera amable y benévola. No hay un modo pacífico de arrancarle su presente y, también, su porvenir. A la gran mayoría de la sociedad argentina se les arrebatará no sólo sus conquistas materiales, sus derechos ganados producto de cruentas luchas a lo largo de décadas, también se les pretenderá arrebatar su propia identidad, arrebatar su memoria y truncar su legado de luchas y resistencias.

Constelaciones de la violencia estatal en la Argentina actual Supongamos que nos tiráramos en el pasto y miráramos un largo rato el cielo estrellado, descubrimos una constelación combinando diversas estrellas brillantes, encontrándole una forma clara, nítida, diáfana. Es de esta manera que se nos presentan algunos acontecimientos actuales. Así como una constelación la formamos uniendo estrellas que, inicialmente, no tienen ninguna relación, un acontecimiento social es resultado de lograr unir hechos que, inicialmente, tampoco guardan vínculos necesarios entre ellos. Si pudiésemos unir diversos acontecimientos como parte de un mismo fenómeno y si esas líneas entre diversos puntos tuvieran una morfología, indudablemente, la de nuestro presente sería la de la Violencia. Una doble advertencia. En primer lugar, cuando comenzamos la escritura de este ensayo, nos propusimos mencionar y articular los hechos de Violencia Institucional que hayan acontecido en el último tiempo en nuestro país. Ocurre que, debido a la brutalidad que muestra a diario el actual gobierno nacional, no hay manera de seguir la gimnasia represiva del mismo. Optamos por mencionar sólo algunos, dejando una extensa cantidad de acontecimientos de lado. Esto, lamentablemente, no evidencia un problema metodológico propio, sino el aumento constante y permanente en la escala represiva del gobierno. Contrariamente a lo que podría suponerse, en pleno año electoral, a fines del mes de junio y principios de julio de 2017 la represión a las diversas manifestaciones sociales se han incrementado notablemente, conforme se incrementan los despidos y el conflicto social general.

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En segundo lugar, si bien aquí nos concentramos en los acontecimientos ocurridos desde la asunción del gobierno de la Alianza Cambiemos, desde luego, es posible reconocer varios otros ocurridos desde la recuperación de la democracia. Por nombrar sólo algunos: la masacre de Ingeniero Budge el 8 de mayo de 1987, donde la policía bonaerense remató a 3 jóvenes del conurbano bonaerense. Hecho este que ocasionó que comenzase a conmemorarse cada 8 de mayo el Día Nacional de Lucha contra la Violencia Institucional. El asesinato de Walter Bulacio en manos de la policía Federal; los asesinatos de Kosteki y Santillán en Puente Pueyrredón, la desaparición y asesinato de Luciano Arruga por la policía bonaerense; el desalojo, represión y asesinatos en Parque Indoamericano en el año 2010, llevado adelante conjuntamente por la Policía Metropolitana y la Policía Federal y un largo etc.

como lastimaron a los dos primeros nenes, rozándolos con el coche, mientras pasaban de prepo por el medio”, explicó Gustavo “Marola” González, director de la Murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo” (En Orsai, Andrés Brown redacción, 02/02/2016). Al día siguiente, la Ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich, no sólo no pidió disculpas ni repudió el accionar de gendarmería sino que, en un gesto de notoria generosidad empática, visitó a dos gendarmes en el Sanato-

Dicho esto y frente a la evidente pérdida de soberanía del Estado nacional en aspectos claves -reflejada por un lado, en un feroz endeudamiento externo en dólares y por el otro, por la avalancha de productos importados que compiten y desplazan a los productos nacionales al ritmo escandaloso del cierre de pequeñas y medianas industrias y del aumento de las personas desempleadas- el fortalecimiento de las agencias del sistema penal deviene una estrategia imprescindible para mostrar autoridad frente a la debilidad que adquiere para decidir sobre cuestiones nodales de la vida del país y para “contener” la creciente protesta social que se incrementa al ritmo de la desocupación y de la pauperización general de la vida. Puede notarse un contundente cambio en la correlación de fuerzas. La alianza que tejen las autoridades gubernamentales con las “fuerzas de seguridad” es contundente. Este marco de alianza férrea entre el gobierno nacional y algunos gobiernos provinciales y las agencias del sistema penal, apunta a fortalecer su accionar dotándolas de poder, recursos e impunidad. En los primeros meses del año 2016, a pocos días de asumir el nuevo gobierno de la Alianza Cambiemos entre el Pro y la Unión Cívica Radical, la gendarmería atacó con balas de goma, sorpresiva e inexplicablemente, a los integrantes de una murga que estaba ensayando para participar del carnaval, en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores de CABA. “Pasadas las nueve de la noche, estábamos con los pibes y las pibas de la murga ensayando sobre la calle Bonorino, en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, cuando vimos que venía hacia nosotros un patrullero de Gendarmería, por la calle Charrúa. Al llegar hasta donde estábamos, les pedimos por favor que esperara un ratito y, luego, si podía salir hacia atrás, porque no se podía pasar por ahí, ya que había muchos chicos y chicas bailando. Pero no alcanzó con decirles por favor… Avanzaron, sin importarles que hubiera menores. Y así fue

Post-represión de Gendarmería. Heridos de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores.

Visita de la Ministra Patricia Bullrich a dos Gendarmes heridos.


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rio Churruca que, según la versión oficial, habían resultado heridos en ese operativo, en el cual, supuestamente estaban buscando cuatro autos robados. Este hecho fue retomado por los medios de comunicación quienes ilustraron esa nota con fotos de la visita. Bullrich declaró: “Gabriel y Ezequiel, dos magníficos gendarmes, fueron atacados en la Villa 1-1114, mientras cumplían su deber en el Operativo Cinturón Sur”, avalando la versión de la gendarmería. Los gestos son claros, las fotos nítidas, el apoyo desbalanceado hacia las policías, la solidaridad reconfigurada, la brutalidad del accionar de gendarmería enaltecida, la justicia dañada, los/as pibas de la Villa reprimidos/as y los gendarmes cuidados y avalados por la investidura del Estado nacional. Durante los primeros meses del año 2016, también sucedió la represión a los/as trabajadores/as de la empresa Cresta Roja y a los/as trabajadores/as del municipio de La Plata.

varon secuestrados a cuatro personas de las cuales dos de ellas eran niños/as. Atacaron con bastones, balas de goma, también encontraron perdigones de balas de plomo y gas pimienta. Diego Kravetz, el Secretario de Seguridad de Lanús, gobernado por Néstor Grindetti, importante hombre del PRO a nivel nacional, remarcó la necesidad de respetar a la policía. La cocinera del merendero, Laura Zaracho, que se encontraba embarazada en el momento de la irrupción ilegal, perdió su embarazo días después por el momento de extrema tensión que se vivió. En abril de 2017, la policía de Jujuy irrumpe ilegalmente –debido a la autonomía universitaria- con disparos al aire en la Facultad de Ciencias Agrarias y se lleva detenido al presidente del Centro de Estudiantes y a otro estudiante que, estaban presentes allí a raíz de una cena por el ingreso a la carrera.

En octubre de 2016 se llevó adelante el Encuentro Nacional de Mujeres, en la ciudad de Rosario. El último día, como es habitual, se lleva adelante una marcha por las principales avenidas de la ciudad donde se realiza el encuentro. Frente a la Catedral de Rosario, la policía reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a un grupo que estaba marchando.

En el mismo mes, policías de CABA ingresaron armados al Colegio Mariano Acosta, luego de llevarse adelante en la institución una clase pública. Según la denuncia de la Directora Raquel Papalardo, se trató de un claro gesto de amedrentamiento porque no había razón alguna para el ingreso. La directora durante los primeros días del mes de julio de 2017 fue despedida de su cargo por el Gobierno de la ciudad.

En marzo de 2017, en el barrio de Lanús en el merendero llamado “cartoneritos” perteneciente al Movimiento de Trabajadores Excluidos donde estaban por comer 70 niños/as y unos 100 adultos/as esperaban por su ración de comida, irrumpieron ilegalmente agentes de la policía local. Se lle-

También en el mes de abril, en el marco de la lucha docente, la policía de CABA se hace presente violentamente en la instalación de la Escuela itinerante en la Plaza de los Dos Congresos, intentando impedir el armado, reprimiendo con gas pimienta. Se llevaron detenido a 4 manifestantes.

Represión de la Policia Bonaerence contra los Docentes que se manifestaban en la Plaza los dos Congresos.

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En mayo de 2017, 5 policías bonaerenses ingresaron con armas a la Escuela Normal Antonio Mentruyt de Banfield. La comunidad de la escuela denunció que los policías ingresaron sin autorización y sin identificación, tratando de llevarse detenidos a dos jóvenes que estaban persiguiendo desde fuera de la institución. Según el relato de los jóvenes, la policía comenzó a perseguirlos y disparar de la nada, sin motivo alguno, construyendo evidentemente, las condiciones de posibilidad para ingresar a la Institución educativa. En junio de 2017, agentes de la prefectura naval argentina ingresaron a la Plaza de la Memoria del complejo de la Universidad Nacional de Mar del Plata con el pretexto de saber si estaba todo en “orden”. A las 7 de la mañana del día 2 de abril de 2017, en el Distrito Oeste de Rosario, en el llamado “Barrio Toba”, la represión se hizo presente con un brutal operativo policial a través del Comando Radioeléctrico, que tuvo como blanco a integrantes de la Comunidad Qom de esta ciudad. “Catorce personas –diez hombres, dos mujeres y dos menores– terminaron en

la comisaría 19ª, algunas visiblemente golpeadas, e incluso una joven terminó internada, por múltiples fracturas en el cuerpo. Nada de eso quedó asentado en las 14 constancias que hizo ayer el médico policial, lo que movilizó a legisladores a denunciar apremios” (El ciudadano, 2 de abril de 2017). El 8 de mayo de 2017, en Rosario, en el marco del Día Nacional de lucha contra la Violencia Institucional, la policía ingresa al Museo de la Memoria, por la denuncia de vecinos que, temerosos de la presencia en el barrio céntrico de jóvenes varones y pobres, acudieron a ella. Estos jóvenes, familiares de Jonathan Herrera, víctima de Violencia Institucional, estaban representando una obra de teatro en el patio del Museo que da a la calle. Cargado de un fuerte mensaje simbólico e intimidante, los agentes de la Policía de Acción Táctica y del Comando radioeléctrico se hicieron protagonistas ese día, tan caro para quienes luchamos contra la Violencia Institucional. Estos acontecimientos que irrumpen violentamente nuestro presente contribuyen a ampliar los umbrales de sensibilidad frente a lo que es posible tolerar de cara a una contundente

Policia Santafesina irrumpe en el Museo de la Memoria de Rosario, por denuncia de vecinos temerosos de dos jovenes que asistian a un actividad.


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presencia armada del Estado. Uno de los efectos, creemos, más buscados de la repetición de estos hechos reside en generar acostumbramiento de estas prácticas. La aceptación de estos hechos se vuelve efectiva a través de la regulación que habilita la ininterrumpida ocurrencia de ellos. Efectivizar la presencia sistemática, espectacular y grandilocuente en la vía pública y en barrios céntricos de las principales ciudades, en espacios cotidianos donde antes no solían estar, es otra de las instalaciones a la que quieren acostumbrarnos. Parar jóvenes que, en general, son varones y pobres, haciendo gala de su poder y de toda la simbología que esto conlleva, no hace más que advertirnos de la cercanía asfixiante de su accionar. Mientras tanto, Milagro Sala, sigue presa, expuesta a todo tipo de humillaciones y eso también es Violencia Institucional. Santiago Maldonado continúa desaparecido en manos de la Gendarmería Nacional, la fuerza que Patricia Bullrich llama a no estigmatizar al tiempo que todos/as los/ as testimonios coinciden en que fueron gendarmes quienes se lo llevaron. A su vez, el pueblo Mapuche históricamente perseguido, vuelve a colocarse en el centro de la escena de la peligrosidad social y política. Detrás de esta fábula, los enormes negocios de tierras y agua dulce de nuestra Patagonia, la de los Mapuches. Cualquiera que haya viajado en el último año por las ciudades del país pudo advertir que, sin el DNI, incluso se metería en problemas. Se trata de espectacularizar la presencia, de hacernos cómplices de sus acciones y de los enemigos que inventa, de jugar con nuestra tolerancia y con nuestros umbrales de sensibilidad, de pedagogizar un modo de vivir basado en la sospecha, en la fuerza, en el temor. La moral policial es la moral hegemónica, es la moral de la “gente de bien”. Pero no hay hegemonía si no hay práctica cotidiana, incesante repiqueteo de ideas, un profundo emprededurismo moral que se basa en evangelizar y en ejercitar microfísicamente la eliminación del otro/a. Somos testigos de un momento histórico signado por una formidable arremetida por rejerarquizar y fortalecer el aparato represivo del Estado y por apañar e intensificar prácticas violatorias de los Derechos Humanos bajo el ala del mismo Estado que las ampara que, digámoslo una vez más, es el único que puede violarlos. La presencia de la represión a la protesta social, del ajuste brutal a los trabajadores/as, de presas/os políticos, de torturas, de persecución y vigilancia a militantes sociales, políticos y gremiales, a los pueblos originarios, a las mujeres y a los jóvenes pobres indica que el orden político se encuentra atravesado por un proyecto visceralmente antidemocrático, aunque ese gobierno haya logrado el poder a través de las urnas.

La represión con balas de goma y gases lacrimógenos, junto al desalojo de los/as trabajores/as de la fábrica Pepsico en Vicente Lopez, el 13 de julio de 2017, por parte de la policía bonaerense, fue ordenada por la jueza Andrea Rodriguez Mentasty fuertemente vinculada al PRO de la provincia de Buenos Aires. El gerente, Marcelo Eduardo Bombau, quien también forma parte del directorio de la empresa francesa Milkaut (altamente beneficiada con licitaciones millonarias de parte del Ministerio de Desarrollo Social de Carolina Stanley), es parte del directorio de Torneos y Competencias, una de las grandes empresas pertenecientes al Grupo Clarín. 691 Trabajadores/as quedan en la calle. La función que desempeña el Poder Judicial hoy, es habilitar y facilitar la concreción material del neoliberalismo. La creación de democracias liberales requiere de acciones violentas, las sociedades libres, por paradójico que parezca, se producen desgarrando cuerpos, cercenado derechos y rompiendo todo lazo de filiación con las luchas del pasado. Estos son los rostros del neoliberalismo que mostrará de manera descarnada, los rasgos que lo acompañarán y lo constituirán en una particular manera de gobernar a nivel global: borrar vidas a través de los asesinatos y desapariciones, borrar derechos adquiridos a través de los planes de estabilización económica y del ajuste, borrar memoria a través de la proscripción y la persecución ideológica. Se trata de rasgos que deshacen los cuerpos a través de esas formas de eliminación que, al mismo tiempo, tienen como correlato modos de producción de nuevas subjetividades individuales, libres y democráticas. Ahora bien, si esto es posible en nuestro día a día, es porque hay un sólido cerco de legitimidad social que avala, que aplaude, que mira y no ve, que cree estar protegida por las vallas de la clase social. Históricamente las escaladas de violencia rebalsan los blancos de siempre, exceden fronteras y envuelven fatídicamente destinos inimaginables de barrios distintos. ¿Existe, acaso, algo peor que gritar y no ser escuchados/as? Decimos que sí, lo peor es que esos gritos se escuchen y que sus ecos no logren articular preocupación pública ni puedan ser reconfigurados masivamente como problema político. Sin embargo, decenas de organizaciones, mayoritariamente formadas por jóvenes, se han puesto al hombro la lucha por visibilizar las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos. Estas luchas actuales también encuentran su filiación genética con las luchas de Las Madres y Las abuelas de Plaza de Mayo, emergidas durante el terrorismo de Estado y vigentes hasta hoy. Nunca la malla de poder es lo suficientemente sólida para evitar su fisura. Sabemos, pues, que la lucha es para siempre.

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Apuntes sobre la problemรกtica socio-habitacional. LIC. FLORENCIA BRIZUELA (UNR/CONICET/PEGUES)


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El espacio urbano, sostiene Castel (2012) se ha convertido en el receptáculo privilegiado de la cuestión social, esto es, del desafío que interroga la capacidad de una sociedad para existir como un conjunto integrado. Si dicho desafío estuvo medianamente saldado durante la segunda mitad del S.XX a través de la condición salarial, la desocupación y la instalación de la precariedad actuales ponen en entredicho los elementos requeridos para tener un lugar en la sociedad.

que determinan el acceso desigual a una vivienda y a un hábitat adecuado1.Es decir, nos interesa puntualizar que el problema habitacional no radica tanto en la escasez de viviendas como sugiere la noción de déficit2, ni en la capacidad individual que cada familia/individuo tenga para acceder a la misma, sino, por el contrario, en un conjunto de procesos sociales entre los que tienen vital importancia aquellos que implican acumulación de capital, precariza-

Las ciudades, en este marco, aparecen territorializando los problemas sociales. Las villas, los hoteles, las plazas, los edificios tomados, los barrios cerrados o los countries en altura, espacializan trayectorias de desintegración social y conforman el heterogéneo campo de otro de los aspectos fundamentales de la cuestión social actual: la “problemática socio-habitacional”.

1 Según el Comité de las Naciones Unidas de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el derecho a una vivienda adecuada se consolida si reúne los siguientes requisitos: seguridad en la tenencia; disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; asequibilidad; habitabilidad; accesibilidad; ubicación; adecuación cultural (ONU-Hábitat, S/F).

Contrariamente a la noción ampliamente utilizada de déficit habitacional, con “problemática socio-habitacional” nos interesa señalar aquí el conjunto de procesos sociales

2 El déficit habitacional es entendido como la brecha entre los requerimientos (problema de habitabilidad o falta de vivienda) y la disponibilidad de viviendas adecuadas.

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Vista de la ciudad desde el Museo de Arte Contemp. de Rosario (Macro).

ción laboral, descolectivización y re-individualización. En todos ellos el Estado asume un rol esencial. En lo que respecta a los procesos de acumulación de capital, en el caso de Rosario, según el Ceso (Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, 2016), 80.000 viviendas se encuentran vacías mientras más de 52.000 familias residen en viviendas que necesitan una solución habitacional. La deshabitación de las viviendas se debe a que el mercado inmobiliario, actualmente oferta, en función de inversores que, en su mayoría, no demandan vivienda para habitar sino como refugio de valor. Este particular uso de los inmuebles, “alimenta en forma ficticia la demanda y aumenta el parque habitacional desocupado, limita el suelo urbano y, por consiguiente, impulsa los precios para el conjunto de la sociedad” (Lewkowicz, 2011) haciendo que sea cada vez mayor el esfuerzo que debe hacer unx asalariadx promedio para acceder a un inmueble dentro del mercado. Similares estrategias de acumulación se registran en el mercado de alquileres. Según el informe del Ceso arriba citado, alrededor del 50% de los hogares rosarinos no puede afrontar con sus ingresos el alquiler siquiera de un departamento de 1 dormitorio sin comprometer la satisfacción de otras necesidades. Ello se debe a que el precio de los alquileres es fijado por las cámaras inmobiliarias en función de la maximización de la tasa de ganancia, sin control alguno ni relación con las paritarias laborales. El rol que ocupa la urbanización y la vivienda en la absorción del excedente de capital, también repercute en el aumento de asentamientos informales en la ciudad. Si en 1996, según la

Fundación del Banco Municipal, existían 91 asentamientos informales, en 2017, según el Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana3, existen 111 asentamientos. Éstos barrios, presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento, un déficit en el acceso formal a los servicios básicos (red de agua corriente, red de energía eléctrica y/o red cloacal) y una situación dominial irregular en la tenencia del suelo. El incremento en el número asentamientos, es decir, el incremento de la llamada “informalidad urbana”, es resultado de la actual dinámica inmobiliaria del “mercado formal” y no, como suele argumentarse, producto de una falla del mercado, de una disfuncionalidad del mismo, consistente en no satisfacer una demanda de tierras y viviendas a precios accesibles. A contramano de esta última afirmación, el funcionamiento del mercado inmobiliario formal al aumentar exponencialmente el precio del suelo expulsa a los sectores populares a los suburbios de Rosario en busca de algún pedazo de tierra donde habitar. El reverso de la valorización de la tierra, no es otro que la desposesión de las riquezas comunes. Asimismo, como sugerimos en las primeras líneas de este artículo, las intervenciones del Estado cumplen un rol estructurante en el acceso a un hábitat adecuado, si entendemos por tal no sólo la concepción clásica de vivienda (techo y paredes), sino también la relación de las viviendas con el acceso, y efectivo goce, a la ciudad, a los servicios, al transporte, a la infraestructura, a las oportunidades de trabajo, a la cultura, etc. Mediante sus diversos programas, desde el planeamiento urbano, la regulación económica, la política fiscal y la inversión infraestructural, hasta la provisión diferenciada espacialmente de bienes y servicios públicos, el Estado establece la amplitud de la distancia entre la cumbre y la base del orden urbano; los vehículos, caminos, y la facilidad con que se puede cruzar esa distancia; y qué formas de exclusión socio espacial echan raíces y crecen (Wacquant, 2012). En Argentina, en los últimos dos años, el rol del Estado en la configuración de la problemática se ha tornado visible en los llamados tarifazos. Desde la llegada de la Alianza Cambiemos al ejecutivo nacional, más precisamente desde inicios de 2015 a mayo de 2017, los incrementos en las tarifas de luz, agua y gas han sido respectivamente del 515%, 392% y 313% (Minutouno, 2017).Estos aumentos exorbitantes y coincidentes con una orientación gubernamental que apunta a privilegiar la acumulación de las empresas proveedoras de servicios, en Rosario se ha traducido en un incremento de la llamada pobreza 3 Relevamiento lanzado entre agosto de 2016 y mayo de 2017 por diferentes organizaciones sociales en forma conjunta con la Jefatura de Gabinete de Ministros del Gobierno Nacional.


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energética, es decir, de las dificultades que afrontan los hogares para hacer frente a los gastos energéticos. Según Cepa-Indep (2016), en 2016 el 30.55% de la población de Rosario y el Gran Rosario se encontraba en situación de pobreza energética, esto significa que ese porcentaje de población convivía en hogares que debían destinar más de un 10% de su ingreso disponible (luego de descontar los gastos básicos alimentarios) a enfrentar los gastos de gas y electricidad. El ser pobre por ingresos, es decir, el no poder cubrir con los ingresos corrientes el costo de una canasta básica, multiplicaba por nueve veces y media la probabilidad de que un individuo tuviera dificultades para acceder a la canasta energética, implicando una doble vulnerabilidad en los hogares de menores ingresos. Ahora bien, los problemas habitacionales antes mencionados - las dificultades para la compra y alquiler de una vivienda adecuada y el aumento de la informalidad urbana, debido a la dinámica del mercado inmobiliario, y el incremento de la llamada pobreza energética, derivado de los tarifazos-como tantos otros no mencionados4, se ahíncan en una historia de progresiva descolectivización. Si en el pasado reciente fue posible proveer energía públicamente y a bajo costo así, como crear un fondo solidario para otorgar vivienda a las familias que no podían acceder a ella5, cabe preguntarse qué sucesos imposibilitaron y siguen imposibilitando la construcción de estrategias solidarias para proteger a lxs ciudadanxs de la inseguridad habitacional. La respuesta a esta pregunta, radica en la profunda individualización social que acompaña la consolidación de la racionalidad neoliberal. Ésta última, se erige como una normatividad práctica que sujeta las relaciones sociales al modelo del mercado, crea maneras de vivir y subjetividades atravesadas por la competencia generalizada y empuja a justificar desigualdades cada vez mayores (Dardot y Laval, 2013). En lo que compete a los habitacional, bajo esta racionalidad, se generaliza el principio liberal de responsabilidad individual de acceso a la tierra y a la vivienda, promoviendo sociedades fuertemente patrimonialistas. Lxs buenxs vecinxs, lxs propietarixs, se jactan: “Quien no tiene una vivienda adecuada es porque no quiere”. La población viviendo en situación de calle, los desalojos, el estado de vulnerabilidad social e infraestructural de la vivienda social colectiva,los altos niveles de hacinamiento que registrancárceles e institutos de encierro, etc. 4

En su gestación, el Fondo Nacional de Vivienda se constituyó como un fondo solidario, sostenido a partir de un gravamen sobre remuneraciones de sueldos y salarios a cargo de los empleadores, destinado a proveer vivienda a las familias de recursos insuficientes. 5

De cara a la naturalidad con que circula esta última frase, sostenemos la necesidad de reivindicar el carácter social de la producción del hábitat y, en ese sentido parafraseando a Harvey (2013), el derecho colectivo de todxs aquellxs cuya labor está dedicada a producirla y reproducirla, no sólo a disponer de lo que se produce, sino también a decidir qué tipo de vivienda y hábitat se debe crear, dónde y cómo. Para hacerlo, resulta primordial, en primera instancia, problematizar las nociones con las que el tema aparece en agenda (como las de déficit habitacional o fallas de mercado), historizarlo y resituar las coordenadas sociales de su producción, señalando las formas de apropiación privada de los frutos del trabajo y la cooperación colectiva. Estas tareas, creemos, constituyen el primer paso para imaginar formas alternativas de construir sociedades menos desiguales y más justas en su habitar cotidiano. Bibliografía Castel, Robert (2012): El ascenso de las incertidumbres. Trabajo, protecciones, estatuto del individuo, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. Cepa- Indep (2016): “INFORME ESPECIAL ROSARIO (CEPA-INDEP): Efecto de los incrementos tarifarios en los hogares de Rosario. Una mirada desde la pobreza energética”. Recuperado de: http://centrocepa. com.ar/informe-especial-rosario-cepa-indep-efecto-de-los-incrementos-tarifarios-en-los-hogares-de-rosario-una-mirada-desde-la-pobreza-energetica/. Ceso (2016): “Situación del mercado de viviendas en Rosario”. Recuperado de: http://www.ceso.com.ar/sites/default/files/situacion_del_mercado_ inmobiliario_rosario.pdf. Dardot, Christiany Laval Pierre (2013): La nueva razón del mundo, Gedisa Editorial, España. Harvey, David (2013): Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana, Ediciones Akal, España. Lewkowicz, Javier (2011): “El papel de los desarrolladores inmobiliarios. Inversión como refugio de valor”. Recuperado de: https://www.pagina12. com.ar/diario/suplementos/cash/subnotas/5510-992-2011-10-16.html Minutouno (2017): “¿Cuánto aumentó el gas, la luz y el agua desde la asunción de Macri?, Recuperado de: http://www.minutouno.com/notas/1545376-cuanto-aumento-el-gas-la-luz-y-el-agua-la-asuncion-macri. Wacquant, Loïc (2011): “El diseño de la seclusion urbana en el siglo XXI” en Revista Herramienta N°48, Buenos Aires, Argentina

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El fetiche del dinero y el calmante de nuestro tiempo. A 150 años de El Capital, entre sus golpes y su vigencia. JOSÉ G. GIAVEDONI


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¿Qué es El Capital? Desde su aparición hace ya 150 años del primer tomo de El Capital, Marx ha sido incluido en la categoría de sujeto peligroso, montándose sobre él y los propios un conjunto muy variado de mecanismos de control, vigilancia y persecución, desde formas soft hasta el asesinato y la desaparición. Las formas de prohibición del marxismo no se apoyaban, desde luego, en un conocimiento superior con el afán de discutir el basamento epistemológico de aquel, sino que tenía y sigue teniendo como finalidad ordenar el escenario político. En otras palabras, las razones de su persecusión (sea esta soft o dura) no es de índole epistemológico, sino político. La quema de sus libros, su prohibición, la censura del marxismo lo ha constituido en el campo de adversidad por excelencia del siglo XIX y el siglo XX. Si los economistas austriacos de fines del siglo XIX identifican con claridad ese campo de discusión para minarlo y debilitarlo, como lo veremos en un momento, Keynes no es menos claro en su consejo al presidente Roosvelt en 1933: “Usted acaba de convertirse en el fideicomisario de aquellos que, en todos los países, tratan de arreglar los males de nuestra condición por medio del experimento razonado y dentro del marco del sistema social existente. Si fracasa, el cambio racional se verá gravemente perjudicado en todo el mundo y lo único que quedará será una batalla final entre la ortodoxia y la revolución”. Keynes está diciendo que se debe dar lugar a una nueva manera de pensar y hacer el mundo que se distanciara de la ortodoxia y de la revolución, es decir de la Escuela de Manchester1 y de Marx. A esta nueva manera de ver el mundo Harvey la llamará, acertadamente, liberalismo embridado, como modo de refinar el liberalismo clásico y, al mismo tiempo, cerrarles las puertas a Marx y cualquier salida por izquierda. Reiteramos, las maneras en que se ha exorcizado a Marx han sido variadas. Desde los años de plomo en Nuestra América que secuestró y asesino trabajadores, militantes, docentes, intelectuales, desmantelando institutos, clausurando programas de investigación, normalizando universidades. Con el resurgir del neoliberalismo en su forma “democrática” un nuevo modo de vigilancia y control se hizo presente: becas de investigación, ofertas de programas de posgrado en el extranjero, criterios de validación de las carreras, validación de programas de posgrado, publicaciones con referato, indexaciones (índices de jerarquía de las revistas científicas para publicar que, desde luego, hacerlo Doctrina económica liberal que promueve un libre cambio sin condiciones y una libertad económica ilimitada. Presupone al egoismo como única fuerza motriz de la economía y de la sociedad.

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Tapa del libro "El Capital" de Karl Marx.

en una revista de habla inglesa ofrece un colchón de puntos inestimable para la carrera de investigador), es decir, un conjunto de dispositivos institucionales que tendieron a normalizar el saber, seduciendo a los viejos rebeldes de la academia, exorcizando y domesticando a quienes se atrevieran nuevamente a levantar las banderas aparentemente sepultadas de Marx. Pero no sólo se trató de domesticar a los viejos rebeldes de la academia, también a los viejos combatientes de Nuestra América. Como lo menciona el combatiente del FMLN, Ramiro Vázquez: “Antes, aquí en El Salvador, los que salían en camionadas a pasar cursos en el exterior eran los militares, los areneros, los democratacristianos, los del PCN. Al terminar la guerra eran los revolucionarios los que salían becados para Francias, para Alemania, para los EEUU. Todos a ser sometidos intensamente al tratamiento de desmontaje ideológico” (Echegaray 2013: 323). El propio Ramiro Vázquez reconocer el fenomenal aparato ideológico que se monta después de la guerra y que provoca una derrota cultural sin precedentes.

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Necesitamos reconocer que frente al argumento del fracaso del marxismo, lo que hay es una derrota política. Astucia y fuerza, la zorra y el león intervinieron en el conjuro del marxismo revolucionario y, en el mejor de los casos, nunca renuncian a su pretensión de transformar al mismo una pieza de museo. Como se observa, el marxismo no se repliega producto de su debilidad epistemológica, sino producto de una derrota política. En términos nietzscheanos, en el campo del conocimiento el vector que juega es el del poder, por lo tanto frente a los argumentos de la debilidad epistemológica o el retraso de los argumentos marxistas, se erige la evidencia de la derrota frente al neoliberalismo y su expresión cultural en el posmodernismo. Reconocer la táctica del enemigo para mejorar nuestras armas, lograr victorias y reconfigurar el campo de nuestra correlaciones de fuerza con el fin de dar cuerpo a la tarea del propio Marx: asestar un golpe a la burguesía de la que nunca se repondrá. Esa sigue siendo la tarea de un revolucionario. Entonces ¿Qué es El Capital? El nombre alrededor del cual se reunieron todas las fuerzas reaccionarias en santa cruzada con el fin de acosar a ese espectro que, como tal, nunca deja de acechar: Karl Marx. El Capital es un libro y, al mismo tiempo, es una experiencia donde se condensan memorias, luchas, resistencias, clandestinidades, sueños y derrotas, amistades y militancia.

Estas dos ideas son centrales: por un lado, el principio de universalidad borrando todo rasgo histórico con el fin de fundar una teoría económica universal y atemporal. Por el otro, la estocada a la teoría objetiva del valor de Marx, ya que los bienes de producción adquieren valor porque los bienes finales son valorados dirá Manger. Las consecuencias políticas de admitir estas conclusiones saltan a la vista: la producción no tiene historia, carece de especificidades, no se reconocen mutaciones y transformaciones, tampoco revoluciones, se trata de un continuo. Lo eterno se constituye en norma, el capitalismo no es transitorio, ha estado presente desde el principio de los tiempos y, por lo tanto, forma parte de la naturaleza de las cosas, carece de historia, es del orden de lo natural y, por lo tanto, toda pretensión de modificarlo resulta vana. La liquidación de la teoría objetiva del valor trabajo saca del centro, precisamente, al trabajo y, con ello, la relación capital-trabajo. El capital es una relación social, un orden social que se produce y se reproducen las relaciones sociales imponiendo trabajo. Esta imposición de trabajo

¿Cómo se llama la obra? Es posible reconocer al menos tres momentos específicos y diferenciables, tres actos que pretendieron debilitar a Marx como pensador y como experiencia política. En un primer momento, fines del siglo XIX con los fundadores de la Escuela autriaca de economía. Caracteriza este momento la pretensión de deslegitimar a Marx desde una posición de debilidad epistemológica, es decir, el argumento que se usa es el de las equivocaciones o sesgos de la teoría marxiana. Carl Menger (1840-1921) podemos considerarlo el fundador de la Escuela austíaca de economía. En 1871 publica Principios de economía política. En este libro, Menger pretende liquidar los postulados de la Escuela Histórica Moderna por un lado y los postulados de la teoría objetiva del valor por el otro. Ambos objetivos se encuentran emparentados. A la Escuela Histórica, porque Menger argumenta a favor de la existencia de leyes económicas universales y atemporales que, desde luego, no eran admitidas por dicha escuela. A la teoría objetiva del valor trabajo, porque Menger argumenta contra la determinación objetiva del valor de las mercancías para sostener una determinación subjetiva, las mercancías tienen valor porque son deseadas.

Karl Marx


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implica una relación social que se expresa en la lucha de clases, por lo tanto, no se trata de una dominación maciza, sino de una relación sujeta a tensiones, resistencias, desplazamientos. Si entendemos el capitalismo como una relación social, una relación social de lucha de clases, la mercancía es fundamentalmente la imposición de esa relación social de dominación, es la forma que encierra las relaciones sociales de lucha de clases. Las relaciones de poder en el capitalismo se expresan en la forma mercancía, obligando a la clase trabajadora a convertirse en fuerza de trabajo. Estos corrimientos traen aparejados el deslizamiento hacia la figura del consumidor, hacia la esfera de la circulación, hacia el intercambio como actividad gravitantes. Se desmonta la figura del trabajo, la fábrica y la producción, con ello, queda borrado todo rasgo de explotación, plusvalía y lucha de clases. En síntesis, el capitalismo emerge en condiciones históricas precisas de expropiación, de lucha de clases, de propietarios y no propietarios como condición del mismo. El Capital es una relación social, se encuentra vinculado al trabajo común indiferenciado que permite homogeneizar los diversos bienes que satisfacen necesidades y hacer de ellos mercancías. Los sujetos se relacionan a través del trabajo. Se trata de un trabajo realizado y organizado para producir valor, no para producir valores de uso, por ende, se trata de una forma de organización social que construye las relaciones entre las personas, la relación social a través del trabajo, a través de los productos del trabajo (mercancías). No establecemos relaciones manifiestas, abiertas y directas con otras personas, pese a que así parece ser, sino a través de un inacabable rodeo. Nos relacionamos a través de las cosas, las cosas expresan valor, el valor expresa trabajo abstracto. El otro austriaco es Eugen Böhm-Bawerk que, en un libro publicado en 1896 llamado “La conclusión del sistema marxiano”, el cierre, la muerte del sistema marxiano, intenta marcar la contradicción entre el Tomo I y el Tomo III de El Capital como el síntoma de una propuesta más de carácter panfleataria, ideológico y político que científica: “... revelan casi tantos errores científicos de fondo cuanto son los anillos del razonamiento, que no son pocos, y denotan claramente que son una invención artificiosa a posteriori cuyo único objeto es presentar como resultado natural de un trabajo de investigación lo que no pasa de ser una opinión prefabricada” (2000:109). La pregunta obligada que debemos hacerle es, cuando ellos hablan en nombre de la ciencia, qué conocimientos pretenden deslegitimar y en qué juego estratégico se plantea esa deslegitimación. Se debe exorcizar el fantasma de Marx, en este primer momento la manera de hacerlo es poniendo en discusión sus basamentos epistemológicos. “El Capital no es ciencia!!!”, braman los gendarmes del orden y el statu quo.

El pensador austriaco se inscribe en esa gran polémica que se inicia en sus días y que continúa hasta la actualidad: “Entre 1885, año de la publicación del segundo volumen del Capital de Marx, y 1894, año en que se publicó el tercer volumen, tuvo lugar un auténtico concurso literario sobre la ‘tasa media de beneficio’ y su relación con la ley del valor” (2000:32). Esta suerte de contradicción entre el Tomo I y el III refiere a la relación entre la teoría del valor trabajo sostenida en el primer tomo con la teoría de los precios del tercero y, como correlato, la relación entre la teoría de la plusvalía y la teoría de la ganancia. Claramente Böhm-Bawerk se inscribe entre quienes plantean la inconciliabilidad entre el primer y el tercer tomo: “...no percibo aquí la explicación y conciliación de una controversia, sino tan sólo una pura y simple contradicción. El tercer volumen de Marx desmiente al primero” (2000:59). La posición de la contradicción entre primer y tercer tomo que sostiene, entre otros, Böhm-Bawerk, introduce una lectura deslegitimadora de Marx en la siguiente clave. Si Marx en el tercer tomo sobre la tasa media de ganancia recupera las discusiones de aquellas escuelas económicas que ha defenestrado, entonces, tenemos un Marx más cercano a la teoría de los costos de producción como expresión del valor y, como consecuencia, la desactivación del primer tomo para explicar el sistema capitalista: un Marx marginalista y una teoría del valor trabajo políticamente estéril: “...si al final hay que volver en todo caso a los costes de producción para poder explicar el beneficio, ¿para que sirve entonces todo el complicado aparato de la teoría del valor y de la plusvalía?” (2000:60). Para el austriaco, que recupera palabras de Loria, la publicación del tercer tomo es la renuncia formal de Marx a su doctrina y la más completa adhesión a las ortodoxas doctrinas de quienes eran sus despreciados economistas. Como veremos más adelante, la teoría del fetichismo permite explicar la aparente contradicción entre el Tomo I y el Tomo III de El Capital, entre valores y precios, entre plusvalor y ganancia. “Es la realidad social del capitalismo la que oculta en los precios de mercado (accesibles a la vista y a la representación inmediata del sentido común de los consumidores individuales y los economistas vulgares y neoclásicos), determinados a su vez por los precios de producción, las heridas ocultas y las ‘cicatrices’ invisibles de la explotación (sólo observables desde la teoría crítica científica), la que borra de la ganancia toda remisión a la producción y a la extracción de plusvalor, por lo tanto al valor, en consecuencia al trabajo abstracto que lo determina y al empleo de la fuerza de trabajo (en última instancia siempre forzado y despótico, a pesar de su apariencia contractual)” (Kohan 2013:504).

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Como se observa, las claves de deslegitimación de Marx vienen de la mano de su presunta debilidad epistemológica. El segundo momento lo podemos graficar con la figura descollante del neoliberalismo global, Friedrich Hayek y la dedicatoria en su libro, Camino de servidumbre. Totalitarismo del Estado versus totalitarismo del Capital. El neoliberalismo constituye como campo de adversidad, espacio de disputa teórica y política al marxismo. Puede resultar anecdótico, sin embargo es una referencia indicativa de lo que estamos enunciando, la dedicatoria de Hayek al comienzo de su Camino de servidumbre: “A los socialistas de todos los partidos”. ¿Qué quiere decir? Socialistas no sólo son quienes profesan concientemente esa ideología, quienes participan activamente en algún Partído Socialista, quienes leen atentamente las obras de Marx, sino también quienes han sido convencidos de la superioridad de la organización centralizada de la economía por parte del Estado. Hayek es uno de los que señala la necesidad a mediados del siglo XX de batallar en el campo de las ideas, esto por considerar que el marxismo ha ganado la batalla cultural, ha llevado hacia sus filas a quienes uno no podría sospechar de profesar o simpatizar con esa ideología. Pero ello no es lo único. Para el neoliberalismo, la organización económica centralizada guarda el secreto del Estado totalitario, porque lo que comienza con un control de precios, termina en la completa regulación total de la vida económica y el cercenamiento de las libertades. Lo que comienza con el recorte de las libertades económicas, termina con la clausura de todas las demás libertades, por la razón que la libertad económica es, para estos señores, la madre de todas las libertades. Freadman en su libro Capitalismo y Libertad se dedica a trabajar este asunto, el matrimonio entre los arreglos económicos y los arreglos políticos: “Economic arrangements play a dual role in the promotion of a free society. On the one hand, freedom in economic arrangements is itself a component of freedom broadly understood, so economic freedom is an end in itself. In the second place, economic freedom is also an indispensable means toward the achievement of political freedom” (1982:15). Es decir, los acuerdos económicos desempeñan un doble papel en la promoción de una sociedad libre. Por un lado, la libertad en los arreglos económicos es en sí misma un componente de la libertad ampliamente entendida, por lo que la libertad económica es un fin en sí mismo. En segundo lugar, la libertad económica es también un medio indispensable para lograr la libertad política. Mientras se mantenga la libertad efectiva de intercambio en el mercado, se impedirá que una persona interfiera con otra en relación con la mayoría de sus actividades. Atentar contra la libertad económica es, por lo tanto, un atentado contra la vida misma. De esta manera, en Marx se encuentra el gérmen del totalitarismo, en Marx ya se encuentra presente el stalinismo y sus crímenes, dirán, en Marx se puede reconocer el gulag. La crítica es de carácter político.

Finalmente, el tercer momento remite a la inutilidad de Marx para pensar un capitalismo financierizado que lejos está de ser el capitalismo competitivo que Marx analizó en el siglo XIX. El capitalismo financiero es el amo de nuestro tiempo y, con ello, la existencia de finos y complejos mecanismos para lograr que el dinero engendre dinero. Este asunto lo trabajaremos en el punto siguiente.

Alto fetiche! Si fuese posible periodizar la escritura de El Capital, ésta comenzaría a partir de 1857 con la confección de las notas de 1857 y 1858 que fueron publicadas recién en la década del ‘30 del siglo XX y conocidas como los Grundrisse. El primer tomo de El Capital, el único editado en vida de Marx, sale a la luz el 14 de septiembre de 1867 en alemán. La segunda edición del Tomo I en alemán, también editado en vida de Marx y, por lo tanto, corregida por el autor, sale en 1873. Por otro lado, lo que se conoce como el Tomo II, Tomo III ambos editados por Engels y Tomo IV (Teorías de la plusvalía) editado por Kautsky, son manuscritos que los realiza en la primera mitad de los ‘60. De esta manera, por un lado, hay 16 años que separan los Grundrisse con la segunda edición alemana del Tomo I (que es la más acabada y trabajada). En estos 16 años siempre está presente el problema del fetichismo. Por otro lado, si en la primera edición de 1867 la teoría del fetichismo estaba incorporada al cuerpo del primer capítulo, en la segunda edición alemana de 1873 se encuentra separada, distinguida y, por lo tanto, revalorizada con un subtítulo: “El fetichismo de la mercancía y su secreto”. Para otorgar centralidad a la teoría del fetichismo, debemos reconocer que las relaciones sociales en el capitalismo son indirectas, impersonales, relaciones de poder que se dan a través de los mecanismos del Capital, en otras palabras, no nos relaciones directamente cara a cara sino a través del dinero, del intercambio de mercancías, etc. Por ello, creemos que uno de los objetivos políticos de El Capital es lograr transparentar, visibilizar el carácter político e histórico del modo de producción capitalista y, para ello, es necesario pensar en la forma social que adquiere el trabajo en el orden social capitalista, no en su forma técnico-material. Esta forma social del trabajo en el capitalismo es lo que Marx denomina “trabajo abstracto”, este trabajo se encuentra estrechamente relacionado con la teoría del valor y ésta nos conduce a la teoría del fetichismo. En el Tomo II Marx señala una característica central del capitalismo: “Lo característico no es que se pueda comprar la mercancía fuerza de trabajo, sino que la fuerza de trabajo aparezca como mercancía” (2012a:36). No es menor,


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permitirse preguntar porqué los trabajos y el producto del trabajo adoptan la forma de “valor”, la forma de mercancía, porque en esa respuesta se encuentra el nudo del modo de producción capitalista y su modo de dominación. El valor de una mercancía está dado por el tiempo de trabajo social que encierra, así en toda mercancía se esconde trabajo humano y tiene más o menos valor según la cantidad de trabajo que encierra, medible por el tiempo. El trabajo, no refiere a cualquier trabajo ni al trabajo en general sin determinaciones históricas y sociales, sino al trabajo abstracto, es decir, histórico, que expresa esa sociabilidad indirecta propia del modo de producción capitalista. Que el trabajo sea abstracto no significa que sea indeterminado, general y transhistórico, sino que refiere a la particular característica que adquiere en el modo capitalista de producción. No es una categoría biologicista. El trabajo abstracto es un trabajo social pero que posee una sociabilidad indirecta, como lo hemos mencionado, se trata de múltiples trabajos privados en los diferentes sectores de la producción, realizados de manera independiente unos de otros, sin planificación y que, recién a través de ese rodeo del intercambio en la esfera del mercado, el trabajo adquiere su forma social. Lo hace cuando se encuentra con otros trabajos privados, lo que permite constatar si esa porción de trabajo global que se empleó en el sector específico de la producción (pero que hasta el momento no puedo abandonar su carácter privado) fue suficiente, escaso o, por el contrario, fue inútil desperdiciando una porción de recursos sociales. El trabajo abstracto permite dar cuenta de la sociabilidad indirecta y, por lo tanto, fetichizada de las relaciones sociales capitalistas. Se trata de un proceso social

impersonal, despersonalizado, no consciente o planificado que sintetiza producción y circulación. Marx se pregunta de dónde proviene ese atributo enigmático de las mercancías, ese atributo que además de ser un valor de uso satisfactor de necesidades es, al mismo tiempo y sobre todo, algo que guarda secretos, enigmas, un jeroglífico: “¿De dónde brota, entonces, el carácter enigmático que distingue al producto del trabajo no bien asume la forma de mercancía? Obviamente, de esa forma misma. La igualdad de los trabajos humanos adopta la forma material de la igual objetividad de valor de los productos del trabajo; la medida del gasto de fuerza de trabajo humano por su duración, cobra la forma de la magnitud del valor que alcanzan los productos del trabajo; por último, las relaciones entre los productores, en las cuales se hacen efectivas las determinaciones sociales de sus trabajos, revisten la forma de una relación social entre los productos del trabajo” (2012:88). La teoría del fetichismo no indica un fenómeno de la conciencia social, sino un fenómeno propio de las relaciones sociales capitalistas, relaciones materiales. No es un velo de la realidad, es la expresión misma de esa materialidad. El fetichismo para Marx remite a un rasgo mágico, secreto, enigmático en el mundo de las mercancías, el tomar una cosa por otra que no refiere a un error o una equivocación de los hombres, a un engaño en el que nos han sumido. El fetichismo refiere a un rasgo de esta formación social, el capitalismo, donde la mercancía adopta vida propia, es humanizada, se erige sobre los hombres y empieza a dominarlos, las mercancías se erigen sobre los hombres comenzando a ser los sujetos. El fetichismo tiene sus raíces en la realidad

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misma, no es una apariencia o un engaño, se asienta sobre las modalidades de relación social, relaciones sociales que ya no son entre personas sino entre cosas, mediadas por el trabajo. Si fuese un error o una mera apariencia, acabar con el fetichismo implicaría una acto de liberación espiritual encomendado a los intelectuales con el fin de develar las verdaderas relaciones que se ocultan detrás de este telón. Por el contrario, está encomendado a los sujetos políticos ya que lo que se debe trastocar, cambiar para eliminar el fetichismo es la realidad misma donde éste se encuentra anclado: “A éstos, por ende, las relaciones sociales entre sus trabajos privados se les ponen de manifiesto como lo que son, vale decir, no como relaciones directamente sociales trabadas entre las personas mismas, en sus trabajos, sino por el contrario, como relaciones propias de cosas entre las personas y relaciones sociales entre las cosas” (2012: 89). Los bienes no son en sí mismo mercancías, sino en el marco de las relaciones sociales en donde se encuentran inscriptos. Trabajar y producir de manera independiente, separada, desvinculada de los otros productores, no teniendo plena consciencia de la porción de trabajo social global que compone ese trabajo solitario e individual, pero que sin embargo existe una instancia posterior de encuentro y articulación. Es la esfera del intercambio, cuando las mercancías salen del espacio de la producción y llegan al mercado, donde se manifiesta el carácter social de esos trabajos privados, pero lo hace a través de las relaciones entre los productos, entre las mercancías, entre las cosas. Finalmente, la particularidad del fetichismo es que no supone que las relaciones entre cosas velan y encubren las verdaderas relaciones entre las personas, sino que las relaciones sociales en el capitalismo son efectivamente relaciones entre cosas. Las cosas asumen

formas humanizadas y los hombres y mujeres asumen formas cosificadas. Entonces, el fetichismo no refiere a un engaño de la mente, sino a una organización estructural, a condiciones estructurales del mundo de las mercancías. Marx dice: “Al equiparar entre sí en el cambio como valores sus productos heterogéneos, equiparan recíprocamente sus diversos trabajos como trabajo humano. No lo saben, pero lo hacen. El valor, en consecuencia, no lleva escrito en la frase lo que es. Por el contrario, transforma a todo producto del trabajo en un jeroglífico social” (2012:91). Es en este momento del intercambio donde se manifiesta con mayor fuerza el fetichismo de la mercancía, al equiparar entre sí valores de productos heterogéneos y, por lo tanto, al equiparar recíprocamente sus trabajos, pero sin saberlo, es decir, con una completa desnaturalización de trabajo humano contenido en la mercancía y una naturalización de un bien sensible, de un valor de uso, una humanización de las cosas y cosificación de los hombres y mujeres, fetichismo. Cuando vamos al supermercado para abastecer nuestra heladera, adquirimos una serie de bienes que satisfacen nuestra necesidades y lo hacemos por medio del dinero. Entre el dinero que poseo y el paquete de tallarines que compro existe una relación social, a través del precio que es la expresión monetaria del valor (admitamos esto inicialmente) y éste es, al mismo tiempo, tiempo de trabajo socialmente necesario y trabajo abstracto. Es decir, la relación entre dinero y tallarines es una relación social entre trabajos, ambos encierran trabajo y, por lo tanto, es una relación social entre personas. Sin embargo, el acto de intercambio de mercancías encierra la ignorancia sobre los trabajos contenidas en las mismas. La mercancía nada dice sobre su valor, como señala Marx no lleva escrita en la frente lo que es, no dice nada sobre los trabajos contenidos en ella, nada sobre las y los trabajadores. Cuando compramos un par de zapatillas, el mismo no trae escrito el trabajo realizado para producirla, menos que menos las condiciones de trabajo en las que se produjo. Por este motivo el intercambio de mercancías que, en realidad posee un fondo de intercambio de trabajos objetivados en ellas, termina siendo un intercambio entre cosas, por ello la cosificación de las relaciones humanas y la humanización de las relaciones entre cosas. La mesa se pone a bailar con sus patas, las mercancías toman vida, se transforman en los sujetos de la vida social, su enigma y secreto se encuentra en que si bien se presentan como sujetos, encierran trabajo, encierran vida, dolores, miserias, sufrimiento, maltrato, esclavitud. Desde el punto de vista de la teoría del fetichismo, entonces, es posible dar cuenta de una objetividad fetichizada, espectral, que se inscribe en las relaciones sociales y materiales mismas, no se trata de un mero fenómeno de la conciencia. Al mismo tiempo, así como es posible reconocer una objetividad festichizada, también es posible reconocer una subjetividad


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da y fetichista. […] en el capital que devenga interés queda consumada la idea del fetiche capitalista, la idea que atribuye al producto acumulado del trabajo, y por añadidura fijado como dinero, la fuerza de generar plusvalor en virtud de una cualidad secreta e innata, como un autómata puro...” (2010:499-509), en la Historia Crítica de la Teoría de la Plusvalía Marx dice: “El fetichismo más absoluto nos lo revela el capital usurario o productor de intereses. […] En el capital usurario, el fetichismo automático es ya perfecto y estamos ante el dinero que se valoriza a sí mismo, ante el dinero que pare dinero. Aquí el pasado se ha borrado del todo. La relación social desaparece para ser sustituida por la relación entre un objeto material, dinero o mercancía, y el objeto mismo” (1956: 367).

fetichizada, modos del ser, modos del pensar y modos del decir generados por esas relaciones de poder que se condensan en las mercancías y que expresan el valor como relación social. Objetivación de la subjetividad y subjetivación de la objetividad. Pensemos en las enunciaciones: “esta zapatilla vale...”, “los mercados sintieron el impacto...”, “los mercados no parecen sentirse cómodos con...”, formas del habla que expresan y construyen subjetividades enajenadas, subordinándose a la lógica despótica del trabajo abstracto, de la producción de valor, de metamorfosearse en mercancía, etc. Soy en cuanto tengo, en cuanto poseo, en cuanto consumo, la subjetividad se subsume o, más bien, se construye a parir de las lógicas impersonales del trabajo abstracto, el Capital, el Dinero. Adquiero ser a partir de lo no-ser, adquiero subjetividad a partir de la objetividad, el trabajo muerto (pretérito, trabajo objetivado) se levanta sobre el trabajo vivo para dominarlo, sojuzgarlo, obligarlo a operar a través de su lógica. Ese objeto se le emancipa de su creador y se vuelve contra él, pero la objetivación no es el problema. Todo momento histórico implica una objetivación del sujeto a través del trabajo, sin embargo, cuando ese objeto se emancipa del sujeto y tiene la capacidad de hablar en nombre de ese sujeto, lo reemplaza hasta terminar invisibilizándolo, el problema no está en la objetivación sino en la historia, en las relaciones sociales de dominación histórica. Ese objeto se vuelve contra el sujeto no en tanto sujeto, sino en función de las determinadas relaciones sociales de producción que le otorgan un lugar, una lógica y un sentido. Si en el Tomo III Marx dice: “En el capital que devenga interés, la relación de capital alcanza su forma más enajena-

Ahora bien, todo ello viene de la mano de los efectos que este fetichismo del dinero trae aparejado. En el Tomo III se dice que en el capital que devenga interés “...se halla cristalizado en forma pura, en una forma en la que ya no presenta los estigmas de su origen” (2010:500), y en Historia Crítica dice que “...el pasado se ha borrado del todo”. Ambas afirmaciones son vitales para reconocer la relación fetichista por excelencia, el dinero que engendra dinero, la fórmula D-D’, donde no hay mediación productiva, no hay trabajo, no hay explotación del trabajo, no hay proceso productivo donde un capitalista debe adquirir medios de producción y ponerlos en movimiento con fuerza de trabajo, no hay plusvalía, no hay descenso a los oscuros rincones de la fábrica. La explotación del trabajo se vuelve irreconocible, no hay relación trabajo vivo-trabajo muerto, la relación es entre trabajo muerto, el Capital es fuente misma de dinero. Al borrarse el pasado de la explotación que es el estigma de origen del Capital, lo que se borra es la lucha entre capital-trabajo, el reconocimiento de la necesidad que tiene el Capital de ser atravesado por trabajo, lamido por el fuego del trabajo vivo, el reconocimiento de no ser nada de nada sin trabajo. ¿Por qué insistir en la teoría del fetichismo? Para revitalizar la lucha de clases entre Capital y Trabajo. Si a fines del XIX el ataque a Marx proviene de invalidar la teoría objetiva del valor trabajo, a fines del XX y comienzos del XXI se emprende el mismo objetivo pero se toma otro camino. Se pretende borrar todo rasgo del trabajo en la forma de acumulación de capital a través de la idea que el capital financiero ya no requiere de la explotación del trabajo ajeno para autovalorizarse. Debamos reconocer que el fetichismo de la mercancía es la posibilidad del capitalismo, en la medida que la explotación queda recubierta de la luminosidad de las mercancías, lo que exonera al capitalismo de los crímenes, los saqueos, la colonización y la apropiación del tiempo de vida de las personas sin ni siquiera remunerarlas por ello. El fetichismo de la mercancía es nuestro malestar en la cultura, en tanto y en cuanto es lo que la hace posible.

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SR. PRESIDENTE, queremos saber ¿dondé está Santiago Maldonado? NORMA RÍOS

Santiago Maldonado esta desaparecido. Y está sufriendo una desaparición forzada. Que no es cualquier desaparición. Es una cuya responsabilidad no puede obviar el Estado, que es quien debe buscarlo, encontrarlo y castigar a los culpables. Santiago fue detenido y desaparecido por fuerzas represivas del Estado, en este caso Gendarmería Nacional (incluso antes testigos civiles). Y el Estado se dedicó sistemáticamente a negarlo, mentir, desviar la investigación, entorpecer, esconder pruebas, generar teorías de violencia conspirativa, investigar a la victima, etc, etc. Son las dos condiciones necesarias para determinar una desaparición forzada. Desde el Gobierno, y sus secuaces de la prensa basura, organizaron y difundieron una campaña de demonización sobre la víctima - tal es la costumbre- en este caso un joven solidario que estaba pidiendo que dejen de reprimir una comunidad de pueblos originarios y por la libertad de Facundo Jones Huala, lonko mapuche de la Pu Lof Cushamen, injustamente detenido hace meses, y en huelga de hambre en ese momento, el día 1º de agosto de 2017Hoy certificamos por las indiscutibles pruebas que aparecen día a día, lo que denunció esta Asamblea Permanente por los Derechos Humanos a través de Julio Saquero, miembro de la MD. Nacional y vecino del lugar, ese primer día en la Fiscalía de Esquel, que abre la “Causa 8232/2017, Santiago Andrés Maldonado, desaparición forzada”. Carátula que

tardaron más de dos semanas en dar, por cuanto hay otra causa paralela, a cargo del Juez Otranto (hoy separado luego de ser recusado por la familia) que nunca quiso juntarlas, la 8233 /2017, por “Maldonado sobre Habeas Corpus”! Que el Gobierno de Macri, a través de la ministra de inseguridad Bullrich, con el Jefe de su gabinete, Nocetti, presente en el lugar, en las puertas de la estancia Leleque, propiedad de Benetton, da prueba de un operativo ilegal, es decir sin orden judicial, armado sobre un falso corte de ruta, que no existía, con el objeto de “meter bala” a “los mapus”, como les dicen con desprecio, “para que no jodan más”. Todo perfectamente grabado para los medios radiales de la zona, el gobierno es consciente de toda la situación aún de antes que suceda, pues hay pruebas que prepararon la represión para “terminar con esos tipos” en un reunión un día antes. En esa reunión estaban, además… “los dos ministros de seguridad de Chubut y Río Negro, los jefes policiales de las dos provincia, la procuradora de Río Negro y otros funcionarios, más jefes de Gendarmería de los tres cuarteles de la zona” …cuentan algunos memoriosos… A partir del momento en que desaparecen a Santiago, con la decisión tomada de tapar y negar, una brutal Ministra Bullrich se despacha contra la comunidad mapuche de la zona, defensores de derechos humanos, abogado/as y pueblo solidario, incluso llegando a decir con el desprecio de los poderosos, que había un bando que buscaba a Santiago (nosotros/as) y un bando que no buscaba a Santiago (ella, Ministra de seguridad, su gente, la prensa amarilla, las fuer-

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zas represivas que se lo llevaron y el juez Otranto y la fiscal Avila, insensibles a toda verdad y justicia que se encargaron de mentir y esconder y no tomar pruebas mientras miraban para el lado equivocado.), seguida por fascistas o simples alcahuetes como el ministro de seguridad de Chubut, que comenzó a preguntar si un organismo como la APDH no era terrorista y que de dónde recibíamos el dinero para funcionar. Estas infamias lanzadas al aire, sólo serían graciosas de no mediar una política que intenta justificar una desaparición forzada, acaecida en un territorio en conflicto. Territorio recuperado de unas centenas de hectáreas frente a la 900.000 que tiene un latifundista extranjero como Benetton, comprada a una empresa inglesa, que a su vez la habían comprado en años remotos en la inmobiliaria de un tal Bullrich, que se las había apropiado luego del genocidio de la campaña del desierto! La historia redonda, redonda, da vueltas y vuelve al mismo lugar, en tanto no seamos capaces de cambiarla. La bronca no era casual: Porque fue denunciada de inmediato por compañeros de APDH del lugar, APDH Regional no del Chubut y APDH Regional Esquel, que habían estado a la entrada de la Pu Lof en el brutal operativo, uno más de los tantísimos que venían llevando adelante en los distintos territorios recuperados, y en éste en particular. Que habían de alguna

manera intentado paliar la situación y recibieron la versión de la comunidad cuando pudieron entrar. Matías Santana y otros hombres de la comunidad, dijeron desde el primer día sin equivocarse, lo que habían visto y lo grabaron y lo entregaron al juez Otranto, que desestimaba los testimonios si no se presentaban, pero no daba las mínimas garantías, siendo nuestros compañeros investigados sin orden judicial. El día 4 /8 nuestro compañero Julio Saquero tiene en el expte. una presentación de la Gendarmería sobre su auto y su persona, que nadie había pedido, no obstante lo cual le rechazan el 25/8 un pedido de HC preventivo. Lo mismo resuelven sobre Habeas Corpus preventivos presentados por nuestra organización, por la comunidad mapuche, los defensores de DDHH, los abogados/as y la familia de Santiago, ya que somos querellantes en la causa por la desaparición forzada, pero además y por sobre todas las cosas, no dejamos de movilizar y acompañar. Así, hemos sido veedores de incursiones por búsqueda de pruebas, allanamientos a cuarteles gendarmería, etc. etc., dando testimonio hasta con fotos de lo que allí pasaba. Y todo a pedido de la comunidad MAPUCHE. Porque esta lucha por la aparición con vida de Santiago es una lucha mucho más política que legal. Así multiplicamos las denuncias con conferencias de prensa en todo el país, presentaciones en el congreso, medios de todo el mundo,


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movidas, charlas y una impresionante marcha nacional que sin dudas se multiplicara en unos días, al cumplirse dos meses. Es nuestra única arma. Con conciencia de lo que significa, salir a la calle. Sabemos que este gobierno aplica la misma feroz política de represión y ahogo económico, muy similar a la de la dictadura militar, pero es un gobierno elegido por los votos y constitucional, pese a que los únicos que escupen todos los días sobre la Constitución Nacional, son el presidente y sus ministros, en función de hacer negocios, como si nuestra patria fuera una zona de saqueo después de una guerra, donde víctimas inocentes vemos irse sin pena ni gloria NI MANERA DE RESISTIR, NUESTRO FUTURO Y EL DE NUESTROS HIJOS Y NIETOS. En ese camino y en este contexto, la desaparición de Santiago Maldonado, ha sido un antes y un después, ha generado un golpe tremendo al corazón de la sociedad, que trasciende ideologías y pone en un verdadero aprieto a la cúpula gobernante. Con un final abierto, el domingo saldremos como siempre lo hicimos por todos/as Y cada uno/a de nuestros compañeros/as, pidiendo al único responsable, el gobierno de Macri:

¿DONDÉ ESTÁ SANTIAGO MALDONADO? ¡APARICIÓN CON VIDA YA! Rosario, 29 de setiembre de 2017.Norma Ríos Presidenta APDH Argentina

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La revolución rusa y el cine EBER MOLINA

“De todas las artes, el cine es para nosotros la más importante” (Lenin - 1922)


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El cinematógrafo inventado por los hermanos Lumiere y presentado en París el 28 de diciembre de 1895, con la exhibición de 10 cortos de los cuales ellos mismos eran autores, llegó a la Rusia de los zares en mayo de 1896, cuando se filmó la coronación de Nicolás II. Esto no significó un desarrollo de este nuevo arte tal como ocurriría en el resto de Europa y, por supuesto, en Norteamérica. Por lo contrario, a pesar de poseer una incipiente industria cinematográfica, el contenido decadente y ramplón de los filmes editados puso de manifiesto la decadencia y la ramplonería de un sistema monárquico-feudal incapaz de avanzar en el terreno artístico. Fue necesario que se produjera un acontecimiento de resonancia ecuménica, como fue la revolución rusa de octubre de 1917, para que afloraran jóvenes talentosos que producirían incontables obras en el terreno de la música, de la literatura y del cine. El nuevo poder soviético nacionaliza la industria del celuloide. Se estrenan películas cuyos títulos reflejaban el momento de euforia revolucionaria que se vivía, tales como “Hambre... hambre... hambre” (1921), “La hoz y el martillo” (1922), “La cruz y el fusil” (1925), etc. Pero serían cuatro autores que lograrían alcanzar logros de tal magnitud que aún hoy podemos disfrutar. Uno de ellos fue Dziga Vertov que proponia un “cine ojo” (“Kino-glaz”), es decir un cine absolutamente documental; su obra más destacada es “El hombre de la cámara” (1929). Otro sumamente popular fue Vsievolod Pudovkin quién realizó una versión libre del celebérrimo libro “La madre” de Maximo Gorkii (1926). También tenemos a Alexandr Dovjenko que con “La tierra” (1930) demostró ser un auténtico poeta del cine. El enorme valor artístico de estas películas, su éxito popular, su perduración en el tiempo fueron holgadamente superadas por las que realizó el más genial de todos ellos. Nos referimos a Serguei Mijailovich Einsenstein. “La huelga” (1924), primer largo, de características vanguardistas y de claro mensaje proletario; “El acorazado Potemkin” (1925) que narra la epopeya de la sublevación de los marineros del buque de marras en junio de 1905

Poster. El Acorazado Potemkin (1925)

y que fue un hito en el proceso de la primera revolución rusa; y “Octubre” (1927) donde ficciona con la participación de miles de extras de la ciudad de Leningrado (San Petersburgo) los acontecimientos que van de febrero a octubre de 1917 en Rusia. “El acorazado...”, película considerada por muchos críticos como una de las diez mejores de la historia del cine y su director como uno de los más geniales. Así piensa el autor de estas líneas que valora a este ingeniero frustado, nacido en la pequeña ciudad de Riga, en Letonia como uno de los más inspirados y creativos de toda la historia del séptimo arte. Filme revolucionario tanto por su temática como por su estilo cinematográfico, capaz de mostrarnos imágenes que en su simpleza contienen toda la densidad histórica que se propone. La secuencia de casi ocho minutos de duración de la represión de las tropas zaristas en las escalinatas de la ciudad de Odesa, no ha sido superada ni por las más recientes producciones.

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Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)


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“Octubre” realizada como homenaje al décimo aniversario de la revolución, filmada durante seis meses y que tuvo una duración de unas tres horas. aunque la versión que finalmente quedó una vez cosumada la tropelía de cortar casi una hora por la burocracia estalinista y que demoró su estreno hasta el año 1928, es no obstante una obra monumental, cargada de simbolismos y -aunque algo barroca-, nuevamente Einsestein muestra su musculatura a la hora del montaje, de filmar las acciones con notable fidelidad y verosimilitud. No se agotó la inventiva de Einsestein con estos “tanques”. Sumó otra película magistral (terminada muchos años después de su filmación y ya fallecido el mismo, por su colaborador Alexandrov). Se trata de “Que viva México” (1930/1931) que aunque se reconstruyó en base a restos sigue siendo tan excelente como otras del autor. No puedo dejar a mencionar la trilogía de Iván IV (llamado “el terrible”) de los años 1943/1945. Se filmaron las dos primeras partes, pero nuevamente la censura impidió la proyección de la parte dos y clausuró la posibilidad de filmar la tres. SERGUEI MIJAILOVICH EISESTEIN muero en febrero de 1948 y nos dejó la enseñanza de que todo arte (el cine) va de la imagen al sentimiento y de allí a la conciencia.

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

Escena de la película. El Acorazado Potemkin (1925)

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Apuntes sobre el realismo socialista y sus antecedentes en la URSS. VALENTINA BONA


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El método estético de composición para la literatura y el arte del Realismo Socialista, surge en la URSS y se declara como tal luego del Primer Congreso de Escritores Soviéticos en 1934. A partir de 1928, la Rusia soviética comenzaba a atravesar un período muy importante en términos político-económicos: se inauguraba el Primer Plan Quinquenal de Iósif Stalin que se llevaría a cabo desde 1929 hasta 1934. Dicho plan estaba signado, fundamentalmente por una fuerte industrialización en el terreno económico y por la creencia –antes inverosímil– de que podía constituirse el socialismo en un solo país. En el contexto mundial de crisis económica de 1929, el Plan Quinquenal consiguió mucho prestigio, incluso de los países capitalistas, principalmente por la inmunidad de la URSS ante algunos síntomas de la crisis. De este modo se extendió la idea del colapso capitalista bajo el peso de sus contradicciones intrínsecas. En 1932, ya a punto de finalizar el primer Plan Quinquenal, las bases económicas de la Unión Soviética se habían vuelto colectivistas: los últimos restos del sistema capitalista y de la clase burguesa quedaron descartados. Sin embargo, esto acarreó que el arte y, esencialmente, la literatura quedaran a merced de algunos dignatarios influyentes del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), quienes –en apoyo a miembros de la RAPP (Asociación Rusa de Escritores Proletarios) y algunos partidarios de la LEF (Frente de Izquierda de las Artes) más radicalizados– sostenían que el arte debía apoyar el Plan Quinquenal. A los artistas se los impulsaba a visitar fábricas o granjas colectivas, o cualquier lugar donde fuera notorio el proceso de industrialización que se estaba llevando a cabo: centrales de energía, represas, laboratorios químicos, entre otros y así obtener material para sus pinturas, poemas, esculturas. Durante todos estos años, el clima dentro de las esferas del arte fue extremadamente complejo, ya que la tentativa de imponer un Plan Quinquenal dentro de la literatura en el contexto de las tantas organizaciones literarias y artísticas que existían, no permitía una actividad y un control homogéneos dentro de la estructura estatal por lo cual, el Partido comenzó a intervenir más cabalmente. De este modo, en 1932 se conformó, en detrimento de la RAPP y de cualquier otra organización de escritores, la Unión de Escritores Soviéticos. La conformación de la Unión y la importante incidencia que comenzaron a tener el Estado y el Partido dentro de las artes y la literatura, llevaron a la formulación de una doctrina literaria, de la cual Máximo Gorki iba a ser uno de sus creadores más indiscutibles: el Realismo Socialista. Esta formulación literaria devenía del concepto inicial de que el arte es un reflejo de la realidad objetiva; en el país socialista por excelencia, pues, el único realismo que se debía practicar era el que reflejara las condiciones de vida de la sociedad

en el socialismo, en detrimento de la época anterior. En el discurso que Máximo Gorki proclama en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos en 1934 quedan asentadas las características y la metodología que la doctrina del realismo socialista debía tener. Partiendo de la descripción de la cultura burguesa, de la literatura burguesa y de los héroes que empapan dicha literatura, Gorki determina que el héroe central de la literatura socialista –del realismo socialista– debía ser, ni más ni menos que el hombre que trabaja:

“El héroe de nuestros libros debe ser el trabajo personificado en el obrero, quien cuenta ya entre nosotros con la potencia de la técnica contemporánea; el hombre que a su vez organiza el trabajo haciéndolo fácil, más fructífero, elevándolo a la altura del arte. Debemos entender el trabajo como creación (...)” Gorki, 1968, p.44

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Asimismo, el autor plantea que la temática de la literatura no puede ser más la de la literatura burguesa del siglo XIX: el individuo en oposición a la naturaleza, la sociedad y el Estado, ya que en la URSS toda la población participa en la nueva cultura del trabajo. No puede haber gente que no contribuya al proceso, en el sentido en que todos los ciudadanos poseen la posibilidad de desarrollar su talento, siempre y cuando contribuya a la realización de la sociedad sin clases. De este modo, los temas del realismo socialista deben abarcar la construcción del socialismo; la lucha y el conf licto para exaltar el entusiasmo, el sacrificio y el heroísmo; el lugar de la mujer y de los niños en la nueva sociedad comunista. En este último punto, es importante mencionar que la idea de la descripción del trabajo y la psiquis femenina dentro de la literatura socialista venía a erradicar el lugar que poseía la mujer en la sociedad burguesa –lugar de reproductora, solamente capaz de realizar el placer carnal en el hombre y de administradora, en el mejor de los casos–, ya que Gorki plantea que la Historia posee una deuda enorme con más de la mitad de los habitantes de la Tierra, por lo tanto, si el hombre soviético puede saldarla, serviría de ejemplo para los hombres del resto de los países del mundo. Algo similar sucede con el lugar que los niños ocupan dentro de esta sociedad socialista y que debe ser representada en el realismo socialista. El autor plantea que en la Unión Soviética los niños pasan de ser herederos de los bienes materiales de sus padres a ser herederos de algo mucho más profundo que posee un valor real: el Estado Socialista que sus padres y madres le han legado. Por esta razón, el lugar de las mujeres y los niños

en el Realismo Socialista se torna fundamental para la proyección de una sociedad que se pretende constructora de la equidad entre seres humanos. Estas temáticas descriptas escuetamente aquí, así como el método del Realismo Socialista en general fue aprobado en el Congreso de Escritores Soviéticos y, luego de eso, Stalin proclamó dichas consignas como obligatorias para todo el arte soviético, se declara como doctrina o arte oficial en toda la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. De este modo, se indica que la importancia residía no en lo específico de cada una de las prácticas artísticas, sino esencialmente en el contenido socialista que venía a ofrecer. Así, se puede observar en todo el arte: literatura, pintura, escultura, teatro, arquitectura, entre otros, desde mediados de la década del 30 en la URSS, una realización de esa lógica real-socialista que estaba determinada por la imposibilidad y negación por parte del gobierno de producir otro tipo de obras, que fueran en contra del proceso revolucionario o que no trabajaran las temáticas de la sociedad del momento. Por último, nos parece importante destacar, además de la figura de Máximo Gorki como fundamental exponente del Realismo Socialista en literatura, a Mijail Sholojov quien ha sabido reflejar con enorme profundidad el ambiente y las circunstancias históricas de un momento y lugar específico, fundamentalmente de la lucha contra el nazismo antes y durante la Segunda Guerra Mundial. En pintura, la figura de Aleksandr Deineka es de gran envergadura para pensar temáticas como el heroísmo de la guerra. Dejamos aquí algunas imágenes:


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Derribado (1942)

Defensa de Sebastopol (1941)

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Octubre, la educación y las artes. Notas para seguir charlando… MARTÍN GABINIZ


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El 26 de Octubre de 1917, el Comité Central bolchevique comunicó al II Congreso de los Soviets de Petrogrado los nombres de los miembros del nuevo gobierno. Los encabeza Lenin como presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom) y Anatoli Sergei Lunacharski1 era el encargo del Comisariado del Pueblo para la Educación (Ilustración) – Narkomprós2.” En sus manos y, en la de un pequeño grupo de “intelectuales” pertenecientes o ligados al joven partido bolchevique, quedó la responsabilidad de dirigir el proceso de transformación de la educación y de las artes en la Unión Soviética. Tarea inconmensurable, que encontraría en aquellos primeros años, más defensores del status quo que aliados al proceso cambio. Abriría a la par, el paso hacia discusiones e ideas centrales que renovarían las formas de pensar y actuar en el proceso educativo, y la conformación de una arte de vanguardia con rupturistas y modernizadas estéticas. Hoy, a cien años de la primera revolución socialista del mundo, nos proponemos ofrecer algunas pinceladas sobre los estudios dedicados a la relación entre educación y revolución en el primer quinquenio del proceso revolucionario. Sin las intenciones de hacer una defensa apologética, ni una crítica sistemática, pero con la firme convicción de la urgente necesidad de pensar y repensar muchos de los problemas que aquel proceso trajo aparejado. La generalización de las lógicas del sistema capitalistas a todo el planeta en el último cuarto del siglo XX, y su profundización en el presente siglo bajo el rostro del neoliberalismo, no han hecho más que acelerar el proceso de acumulación de las riquezas en cada vez menos manos y reactualizar viejas inequidades. Simplemente, pretendemos presentar algunos de los problemas que la revolución enfrentó en el terreno educativo y de las artes entre 1917 – 1921/22, prefiriendo no perder de vista el proceso internacional en el que se concretaron éstas transformaciones. Retomamos de la sección “Notas Biográficas” del libro de S. Fitzpatrick; “Lunacharski y la organización Soviética de la educación y de las artes (1917 – 1921)”. Siglo XXI: Barcelona, 1977. una semblanza de éstas figuras políticas: “Lunacharski, Antoli Vasilevich (1875 -1933):…conoció a Lenin en 1904, y con Bogdánov, se afilió a los bolcheviques… Nombrado comisario de educación en octubre de 1917, retuvo ese cargo hasta 1921, dejo el Narkompros después de la derrota de su política educativa el paso de las escuelas técnicas a la Vesenja… (P. 357). 1

2 Extracto elaborado a partir de Fitzpatrick, S. Ídem: (pp. 394). El nombre completo del comisariado era Nardoni Komissariat Proveschéniia… la palabra prosveschenie puede traducirse por “educación”, o bien por “ilustración”. La información de la nota al pié es también extraída de la página 16 del libro citado.

La tensión puesta en estos primeros tramos del proceso revolucionario y la ampliación territorial, lejos de presentar un capricho del autor, es una deuda contraída con los trabajos de los historiadores que dan contenido y nutren estas líneas. En este sentido hacemos nuestras las palabras de Moseh Lewin: “…Si consideramos que uno de los rasgos principales de la realidad económica y social rusa de 1917 es el hecho de que la gran mayoría de la población aún no había entrado en la era industrial, no queda otro remedio que destacar la extraordinaria importancia del atraso y del subdesarrollo que trajo consigo la guerra civil (…) En lo que respecta a los indicadores económicos, demográficos, políticos y culturales, el punto de partida del régimen en 1921 llevaba, en efecto, cincuenta años de retraso. Muchos terratenientes y empresarios habían sido asesinados durante la guerra civil, y muchos otros habían emigrado. Los terratenientes, que totalizaban unas 500.000 personas, incluidos sus familiares, y la gran burguesía, unas 125.000 personas, habían desaparecido. Tan sólo entre un 11 y un 12 por 100 de los antiguos propietarios agrícolas, en su mayoría pequeños propietarios, seguían en el medio rural, y trabajaban como campesinos. Las pérdidas en las filas de las profesiones intelectuales también habían sido de importancia. En vísperas de la primera guerra mundial, unas 136.000 personas con un título universitario trabajaban en la economía, y una cifra superior ejercía de semiprofesionales. La gran mayoría eran contrarios al nuevo régimen y se cree que una gran proporción emigró (…) a raíz de la guerra y de los hechos de 1917, unos 17,5 millones de personas, más del 12 por 100 de la población, se vieron desplazadas y condenadas a una existencia precaria. Estos acontecimientos desarraigaron a varios millones más en los años siguientes. Las grandes ciudades perdieron a la mayoría de su población. Entre 1917 y 1920, la suma de los habitantes de Petrogrado y de Moscú pasó de 4,3 millones a 1,96 millones (más de 2 millones de personas habían emigrado). Durante la hambruna de 1921-1922, muchos de los que se habían quedado se convirtieron en refugiados en busca de comida. Alrededor de 3 millones de soldados murieron en combate o a causa de las heridas recibidas o de enfermedad. Unos 13 millones de civiles fallecieron prematuramente, sobre todo a causa de la hambruna de 1921-1922 y de una serie de epidemias que se declararon en Rusia, como la gripe española que asoló a toda Europa. En enero de 1923, la población de la URSS alcanzó su cota más baja, y se situó entre 6 y 9 millones por debajo de los números de enero de 1914. La combinación de los hechos de 1914 y de 1921 sumió a la población de Rusia en la miseria y provocó unas pérdidas colosales (…) Nunca en la historia del país se había alcanzado un punto tan

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bajo. Los efectos políticos de esta extraordinaria regresión provocaron una «arcaización » de la sociedad, con la destrucción de muchos elementos de civilización que se habían ido acumulando en el pasado...”3

El Narkompros: planes y realidades en la transformación: La tarea organizativa central que afrontaba el Narkompros, como Comisariado de Educación, era la administración del sistema escolar; y este fue el campo de su fracaso más evidente durante el periodo de la guerra civil. Pero el Narkompros se apuntó cierto número de éxitos. Las Universidades, la Academia de Ciencias, los institutos de investigación científica y los teatros se mantuvieron abiertos con subvención estatal y sin excesivas interferencias del Narkompros en vista de las considerables provocaciones. Las bibliotecas públicas, los museos y las colecciones de arte se protegieron y abrieron al público. El Narkompros formulo los principios básicos de la reforma de la enseñanza y creo gran cantidad de jardines de infancia y una red de escuelas experimentales y colonias infantiles. Subvenciono las artes con criterios bastante liberales, que, de hecho, favorecieron el arte experimental y vanguardista, pero al mismo tiempo impidió que la vanguardia persiguiera a los conservadores. Los dirigentes del Narkompros estaban excepcionalmente bien preparados para su trabajo, eran democráticos en sus métodos y valoraban la opinión y la cooperación de los expertos.4 Sumadas a las dificultades materiales económicas que trajo aparejado el ciclo de la primera guerra mundial, más la guerra civil y el cerco del resto de las potencias al régimen, terminada la guerra, el Comisariado de Educación tuvo que enfrentar el desconocimiento y la rebeldía del conjunto de la Intelligentsia rusa, en diversos niveles. Situación que no solo vivó la revolución en educación sino que se equipara a diversos organismo que había sido recientemente creados bajo la revolución de febrero, o tenían cierta continuidad desde las reformas iniciadas en 1905.5 Así el sindicato de maestros Lewin, Moshé: “Rusia en su contexto histórico. Atraso y recaída” (pp.195 – 196) en “El Siglo Soviético ¿Qué sucedió realmente en la unión soviética?”. Crítica; Barcelona, 2006. Pp. 501. 3

El balance aquí presentado sobre la temática pertenece a: Fitzpatrick, Sheila; “Lunacharski y la organización soviética de la educación y de las artes” Edit. Siglo XXI, España: 1977 (pp. 400). 4

Ver; Serge, Victor: “El año I de la Revolución Rusa”, Razón y Revolución: Buenos Aires; 2011. 1era Edición 1930. 5

luego de diversas huelgas y de negarse a reconocer las nuevas autoridades y reformas educativas, fue desarmado teniendo que buscar nuevos trabajadores de la educación en las escuelas medias y primarias. En el caso de los institutos universitarios, las instituciones científicas y las escuelas técnicas, el poder de negociación de las corporaciones se mantuvo casi intacto haciendo imposible las transformaciones de fondo hasta la llegada de la NEP (Nueva Política Económica). Mientras que en relación a los diferentes comisariados, el Narkompros sufrió de diversas discriminaciones en relación a la poca importancia que en los primeros tramos del proceso revolucionario les otorgará el gobierno bolchevique. Esta situación se derivaba tanto de las prioridades dadas por la guerra, como por el poco peso específico que tendrá su dirigencia. Si bien su comisario, Lunacharski, era el principal especialistas del partido sobre educación y su comité central contara con figuras como Kruspaia – mujer de Lenin – y otros destacados compañeros de los cuadros bolcheviques en el exilio, ninguno fue un dirigente destacado del bolchevismo antes de la revolución. Por lo tanto, su peso específico en la instituciones del partido, traducido muchas veces en la organizaciones del régimen, será limitado perdiendo impulso en las posibilidades de educación. A la par, la política de tolerancia respecto de las instituciones y personajes intelectuales de la época, le harán un fama de poco ortodoxós, que terminará produciendo para 1923 la intervención sobre el comisariado en 1923, reformulando sus políticas.

El sistema educativo: Al analizar el desenvolvimiento del Comisariado del Pueblo para la Educación, entre las tantas tareas y áreas asignadas a este organismo, si nos detenemos específicamente en el tema educativo, podemos ver el fracaso de las políticas encaradas en ésta materia. La autora señala que el Narkompros sufrió una derrota no puntualmente por la NEP, sino que derivada de las nuevas realidades económicas, que se degradan paulatinamente entre 1918 y 1923. Y ubica el retroceso de las planificaciones de 1918, en cuatro etapas de realización históricas diferentes. La primera, en el fracaso de organizar la enseñanza sobre bases de participación popular e iniciativa local mediante los soviets de enseñanza. Según Fitzpatrick, N. Kruspkai – que además de ser la mujer de Lenin, era un antiguo cuadro del partido bolchevique en su organización educativa –, que formaba parte del Comité Central del Comisariado desde su fundación, nunca acepto la derrota en este asunto, y siguió considerando la participación y las iniciativas populares como fundamento esencial de toda la administración soviética. Mientras que la puesta en cuestión y el parcial abandono de las políticas de enseñanza politécnicas ensayadas entre 1920 y 1921, cuestión que le costó la dimisión a V. V. Lunacharski, aparece como la segunda etapa de este retroceso.


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La tercera etapa ubicada en el otoño de 1921, fue la desaparición de la responsabilidad última de la administración central, encarnada por el Comisariado del Pueblo para la Educación, en el financiamiento del sistema educativo. Significando que ya no hubiera una política educativa formulada por el Narkompros, y puesta en práctica por sus organismos locales. La imposibilidad de sostener, al menos temporalmente – las sentencias es de Lunacharski –, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza para toda la población, aparece como la última etapa de este proceso. Esta situación se dio primero de facto, o sea derivada las dificultades económicas en las que se vio comprometido el Comisariado para competir económicamente en una situación de retroceso de las partidas económicas del gobierno central y la importancia relativa al resto de los comisariados, y luego de jure, cuando ya se habían instalados los impuestos directos e indirectos en las diferentes regiones con el objetivo de sostener la educación primaria, y no hubo más remedio que reconocer la situación legalmente.

Ecos y discusiones sobre las concepciones de ciencia y educación: Entre las discusiones sobre las nuevas concepciones respecto de la ciencias y la educación, y el rol que estos espacios de reproducción jugaran en el proceso revolucionario, sin dudas se destacan los aporte de A. A. Bogdánov6, en su libro sobre “Arte y Cultura proletaria”7, que significan un aporte inestimable sobre la experiencia de la revolución respecto de éstas temáticas. Tanto por su origen, concepciones, métodos de estudio y exposición, el tipo de ciencia criticada no puede concebir la forma superior de fraternidad colectivista propia del trabajo. Esta imposibilidad, producto de su carácter de clase, profundiza su ruptura entre la ciencia y su base real, el trabajo social. Desarrollándose así lo que el autor llama ‘fetichismo abstracto del conocimiento’, que 6 Retomamos de la sección “Notas Biográficas” del libro de S. Fitzpatrick, una semblanza de éstas figuras políticas: “Bogdánov, Alexander Alexándrovich (1873 – 1928);…Socialdemócrata ruso desde 1896. Figura central de los marxistas exiliados del Vologda, donde se convirtió en amigo y cuñado de Lunacharski… se afilio a los bolcheviques en 1904, en Suiza… fue expulsado en 1919… Fue uno de los fundadores del Proletkult en Moscú en 1918 y participó en la organización de la Universidad Proletaria de Moscú; formó parte del comité central del Proletkult hasta diciembre de 1920, en que fue expulsado a resulta de las presiones de Lenin y del Comité Central del Partido Comunistas. Por último abandonó el Porletkult y la actividad política a fines de 1921…” (P. 339)

Bogdánov, Alexander Alexándrovich: “La ciencia y la clase obrera” y “Un ideal para la educación”, Cap. 4 y 5 respectivamente de; “El arte y la cultura proletaria” Edit. Alberto Corazón, Madrid: 1979.

a su vez acentúa la especialización y le impide “elevarse a una organización integral, sistemática y armoniosa”8, debilitando y retardando la creación a partir de la estrechez corporativa que surge en los hombres de ciencia. Este conjunto de características la hace poco accesible a la clase obrera también por su densidad en lenguaje y su condición de bien transable, propia de una concepción individualista del mundo, que la encarece. Sin embargo, a diferencia de las posiciones más radicalizadas entre los ‘prolekulturistas’, el antiguo director de escuelas del partido bolchevique en Capri y Bologna, nos propone un “reexamen desde el punto de vista del proletariado, tanto del contenido como de la forma de exposición; así como, la creación de una nueva organización, tanto como para reelaborarla como para difundirla entre la masa obrera”9. Esta vuelta a examinar la ciencia está alineada con la idea de enmendar su ruptura con la base colectiva del trabajo, para también acercar las diferentes ramas en las que está divida entre sí, y simplificar en un primer momento sus formas de exposición. Esta tareas son la base sobre las que propone la construcción socialista de la ciencias, para que de la unión entre la construcción del conocimiento y la su difusión nazcan tanto la ‘Universidad Obrera’ como su ‘Enciclopedia’. No es casualidad que la resolución final de esta nueva ciencia, que debe estar constituida por “un sistema de instituciones culturales y educativas escalonadas de modo que converjan hacia un centro único de formación y organización de las fuerzas científicas”10, cristalicen en organismos referidos a la tradición histórica de la Revolución Francesa. En ‘Un Ideal de Educación’, este antiguo antagonista de Lenin, retoma una parte significativa de la crítica ya trabajada para la concepción burguesa de la ciencia, pero la ubica en el marco más general de educación. Entiende a ésta última como un trabajo organizador, como aquella tarea que transforma la larva humana en un verdadero miembro de la sociedad. Pero en los marcos de la cultura burguesa solo puede desarrollar un tipo de individualidad que esta segada, donde los individuos aislados y el desarrollo de la especialización no les permiten observar los lazos objetivos sociales de colaboración que no obstante siguen existiendo. Las tareas de la educación están claramente delineadas por el carácter de la estructura social, por lo tanto 8

Ídem; P. 80

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Ídem: P. 82

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Ídem: P. 83

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en la nueva sociedad socialista, es necesario, “…prepara al hombre para que elija libremente una función especial en la sociedad, para que la cumpla, para que la perfeccione, y todo se debe ir unido a la defensa por parte del individuo de sus propios intereses, lo cual, sin embargo, no debe destruir el lazo social…”11 Al igual que con la ciencia, la propuesta que supera la mera critica pasa por resaltar el carácter colectivista del nuevo mundo, que al igual que el mundo burgués nació en el seno del feudalismo, esta nueva cultura obrera creció en la entrañas del mundo burgués. Así el nuevo ideal de educación, debe preparar al hombre no solo para elegir su función, sino para participar también en la definición de las funciones de los demás miembros de la colectividad. Por lo tanto, desdibujando la idea de especialización propia del reinado individualista, para él la educación debe dar conocimiento y los métodos generales del trabajo que se forman en este grado de desarrollo. Así la especialización se encuentra subordinada a la educación general, la completa y la ensancha, “… ella constituye la evolución de la educación general en una dirección particular de la praxis…”.12 Bogdánov reconoce las dificultades pedagógicas de esta nueva concepción de la educación, y ubica al educador en un rol del principal, ya que cerrando el círculo lógico de su argumentación, lo pone en el lugar del gran transformador social, el encargado de llevar esa larva humana hacia la realización de un hombre auténtico. Paradójicamente, este ideal de educación se quedará como una de las realizaciones menos concretadas en estos años del desarrollo soviético. En una clara ironía del desarrollo histórico, las argumentaciones que este prolekulturista realizó en 1918, solo se mantendrán en el nivel de la ideas, siendo el ámbito educativo el terreno donde las realizaciones fueron la menos significativas.

La Proletkult: arte proletario e independencia institucional A iniciativa de un conjunto de intelectuales moscovitas, no pertenecientes al ‘Partido Bolchevique’, donde descollaba la figura de A. A. Bogdánov, se crea a principios de 1918 la “Organización Cultural Proletaria de Moscú” – Porletkul. Siendo una de las organizaciones dedicadas al desarrollo cultural más tempranas del nuevo orden soviético, se nuclearon desde allí sectores de artistas, escritores, profesores, cineastas, que alejados de la intelligentsia rusa apoyaron la revolución de Octubre desde un primer momento. 11

Ídem: P. 88

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Ídem: P. 90

Su grado de especialización en el desarrollo de la nueva cultura proletaria, dedicándose a los aspectos de la “creatividad” y no a la educación masiva, así como su subordinación respecto del “Comisariado del Pueblo para la Educación” – Narkompros – estarán constantemente en discusión y sufrirán diferentes vaivenes hasta 1921. Aunque muchas de estas idas y venidas pueden explicarse como al resultante de diversas discusiones sobre las orientaciones que debían tomar los organismos culturales y consecuentemente las políticas para el sector, también gran parte de este derrotero estuvo orientado por las dificultades económicas propias en el desarrollo de la guerra civil, la NEP, y la superposición o no de los organismos referidos al convulsionado ambiente cultural soviético. La separación de las organizaciones culturales y educativas soviéticas se justificaba alegando que éstas últimas no “reflejaban completamente el punto de vista de clase del proletariado”. Sectores de los ‘prolekulturistas’, celosos de su independencia respecto del nuevo estado obrero, sostenían entre sus posiciones más extremas que toda cultura del pasado puede ser llamada burguesa y que dentro de esta no había nada que debía sobrevivir, y que el proletariado debía iniciar la obra de destruir la vieja cultura y crear la nueva inmediatamente después de la revolución. La preciada independencia de la Proletkul, así como de diversos sectores intelectuales, e instituciones dedicadas al arte – teatros, escuelas superiores, etc. – como individuos destacados que tenía una sistemática producción ámbitos culturales, será discutida, rediscutida y vuelta discutir desde la dirigencia partidaria como de las instancias superiores de Estado, pero defendida con firmeza por la dirección del Narkompros. Por ejemplo, Máximo Gorki desde su diario hará una crítica sistemática a la política Bolchevique y sin embargo su publicación, y la relación privilegiada con el comisario para la educación, que mantendrá como medio para la relación entre el comisariado y la intelligensia no relacionada con el régimen, serán una salvaguarda para su continuidad y albedrío. En este sentido otra destacada historia sobre la revolución rusa, Sheila Fitzpatick, al comparar la política tomada por el régimen durante el giro cultural entre 1928 – 1931 y la actitudes de los bolcheviques en la década de 1920, nos dice; “…A pesar de la tradición revolucionaria de la intelectualidad rusa, casi ninguno de sus miembros apoyó a los bolcheviques en los primeros meses después de octubre. Incluso los estudiantes se opusieron abrumadoramente a la Revolución de Octubre; maestros en Petrogrado y Moscú fueron a la huelga; asociaciones profesionales se negaron a reconocer el poder soviético. Durante la guerra civil, los intelectuales de la provincia apoyaron en gran medida a los Blancos, y muchos


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siguieron a los ejércitos blancos en su retirada. Un gran número de personalidades de la cultura fluyeron hacia el sur desde las capitales: algunos más tarde salieron de la Crimea con la evacuación del ejército de Wrangel, mientras que otros, aun dudosos y sospechosos del nuevo régimen, regresaron a Moscú o Petrogrado. Los viejos bolcheviques estaban sorprendidos e indignados por la sólida hostilidad de la intelectualidad, pero se mantuvieron cautos sobre la clasificación de los intelectuales como un enemigo declarado de la revolución….”13 Esta salvaguarda sostenida a los sectores de la intelectualidad, si bien mantiene separada del curso revolucionario a diversos actores del campo intelectual y cultural, permite el florecimiento de renovadas concepciones que tienden a modificar estéticas más allá del campo específico del arte. Un fiel ejemplo de éstos avances lo encontramos en el trabajo de A. Lunacharski, “Arte y Producción”, que pensando el lugar que la producción de objetos cotidianos debe jugar para el momento de la NEP (Nueva Política Económica por siglas en Ingles), aparece una concepción diferente del lugar social que el artista habrá de ocupar en la producción cotidiana. Así, “…El nuevo ideal ético incluía el colectivismo, las relaciones de camaradería, la limitación racional libremente consentida de las necesidades, y el rechazo de lo superfluo (…) La simplicidad de todas las formas exteriores se volvió no solo una norma ética sino estética…”14. La utilización del talento y del saber hacer del artista a la hora de establecer las formas y elaborar los objetos es una de las ideas que irrumpen en la escena soviética, exigiendo nuevas metodologías de trabajo. Este clima de época, aparece reflejado constantemente en el escrito del Comisario del Pueblo para la Educación, cuando afirma la necesidad de que los objetos producidos por los técnicos, los objetos industriales, no solo deben tener una utilidad – vulgarmente en términos marxianos poseer un valor de uso – sino que a la vez deben orientarse cada vez más a ofrecerle un valor agregado estético que le proporcione a sus usuarios la intangible alegría. “…Alegre debe ser el vestido, alegre debe ser el mueble, alegre debe ser la vajilla y alegre debe ser la vivienda. El técnico Fitzpatrick, Sheila: “Revolución Cultural en Rusia, 1928-1931. Revolución cultural como Lucha de clases” Indiana University Press; EE. UU., 1978.

artista y el artista técnico – no hay aquí un juego de palabras sino más bien un intercambio de roles que supone una superación – hermanos de sangre, llegara el día en que se preocupen de que la producción de máquinas no disminuya, antes eleve el gusto de la masa humana, y que la masa humana, al dejar de ser muchedumbre gregaria, se torne exigente a este respecto…”15 Arribar a ésta ideas es posible a partir de desandar las concepciones más antiguas, que veían en la irrupción de la industria sobre la naturaleza un factor disruptivo que implica, necesariamente, estropear el paisaje. Y orienta la idea de lo poético ya no como la nostalgia producida por las ruinas antiguas en un paisaje, sino en las capacidades de la creación que pueden adquirir una forma totalmente utilitaria. Por lo tanto, si pretender vicios de originalidad y buscando orientar la estética que traerían las nuevas orientaciones revolucionarias; “…es indispensable una unión entre industria y arte…”16 No es un dato menor que la máxima autoridad del proceso revolucionario en área cultural sostenga éstas posiciones respecto de los cambios en curso del proceso de producción y sus relaciones con las nuevas estéticas. Esta situación estuvo acompañada de proceso de institucionalización que aparece ahora como la conformación de nuevas corrientes artísticas, produciendo uno de los aportes más significativos al arte moderno que va a ofrecer el pueblo ruso. Producto de estas discusiones e intercambios de ideas nacen concepciones teóricas como objetivismo, el constructivismo y el racionalismo. Concepciones que al pasar los años se convertirán en corrientes teóricas y prácticas importantes alrededor del viejo mundo.

Vanguardias, tradición y agitación revolucionaria:17 Durante estos primero años de la década del 20’, los artistas tuvieron un rol significativo a la hora de llevar la 15

Ídem; p.131.

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Ídem: p. 128.

13

14 Lunacharski, A.: “Arte y Producción” en “Las artes plásticas y la política artística de la Rusia revolucionaría”. Edit. Seix Barral, Barcelona: 1969. (p. 50)

Las producción sobre éste parágrafo refieren a: Strigalev, Anatoli; “Arte y producción”, en Revista Debats, Nº 34, Diciembre de 1990/04. Del mismo autor; “El arte de propaganda revolucionaria. El agitprop, en, Revista Debats, Nº 34, Diciembre de 1990/04. Sarabianov, Dimitri; “El arte ruso y soviético, 1900-1930”, en, Revista Debats, Nº 34, Diciembre de 1990/04. 17

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CUADERNOS DE MILITANCIA

revolución a la inmensa geografía rusa, por intermedio de la agitación y la propaganda. Siendo las necesidades de acercamiento entre arte y producción uno de los temas principales de la propaganda. La necesidad de llegar masivamente más allá de las grandes ciudades y núcleos productivos, transformaron los métodos de la propaganda, convirtiendo al arte más que un vehículo del desarrollo propagandístico, sino un medio para transformar las relaciones interpersonales y cambiar los roles entre espectadores y productores, a partir de la participación masiva en la expectación como en la producción. Los debates sobre el rol de las estéticas en la producción o de la nueva función propagandística medios como el cine y el teatro masivo, no se produjeron en un vacío de producción artística. Pues, los grupos de pintores y escultores rusos tenían una amplia tradición que se puede remontar a la Edad Media y que se reconfiguró a mediados del siglo XIX, llegando a vislumbrar corrientes vanguardistas que tuvieron un fluido nexo tanto con los pintores franceses, como con los alemanes. En este sentido, según algunos autores18, podemos proponer un recorrido de la pintura rusa entre 1900 y 1930, tomando como punto de partida la célebre muestra “París-Moscú, 1900-1930”, e incluso observar cómo hacia fines del siglo XIX incluso, se había generado una diferenciación de grupos entre tradicionalistas y vanguardistas. La “Sociedad de los Ambulantes” – por dar un ejemplo – se encontraba entre los primeros y se caracterizaron por una perspectiva impresionista. En una matizada paleta que se inclinaba hacia la vanguardia, se hallaban también “La Escuela de Pintores de Moscú” y “La Unión de Artistas Rusos”. Estos grupos tuvieron conocimiento del arte francés y alemán, además de algunos contactos, pero al iniciarse el siglo XX, los nexos se hicieron más fluidos. Los rusos, con nuevos grupos y exposiciones demostraron que podían aportar una característica singular incluso en perspectivas vanguardistas. Entre estos grupos podemos encontrar a la agrupación “Mundo del Arte” y las exposiciones “Toison d’Or”, “Exposición de Izdebski” y la “Exposición del Valet de Carreau”. Serán estos grupos, que tenían una mirada particular de las revoluciones de 1905 y de octubre de 1917, pero que sumados a los constructivistas como Tatlin y los pintores de la “tendencias de izquierda” delinear los bocetos sobre los que luego, entrado el siglo, se desarrollara el arte soviético. Sobre estos trazos previos y sobre las corrientes que se despliegan durante la década de 1920, en pleno desarrollo de la Revolución Rusa, se construye el futuro arte 18

Sarabianov, Dimitriv; Op. cit., pp. 32-45.

soviético. Las corrientes que surgieron de los trabajos previos y que se redefinieron al calor revolucionario fueron la “Asociación de Pintores de la Rusia Revolucionaria (AKhRR)”, la “Sociedad de Pintores de Caballete (OST)” y “La Unión de las Cuatro Artes”. Estos grupos tomaron una perspectiva entre realismo y compromiso social, redefiniendo su interés centrado en lo artístico. Así la “AKhRR” lanzó como slogan el “realismo revolucionario” y se nutrió de la tradición de Los Ambulantes. Este grupo, en plena crisis revolucionaria logró cautivar al público que acudió en masa a los museos, aunque fueron acusados por otras agrupaciones de retornar al tradicionalismo ruso. Serán los que sentaron las bases de la posterior iconografía sobre la revolución y las figuras del movimiento obrero, como los grandes líderes revolucionarios, a pesar de tomar temas costumbristas y presentar líneas sencillas. Si bien recrearon escenas tradicionales y batallas, también tomaron temáticas como la juventud y a la mujer en la Revolución. Aunque entre los pintores OST y los ubicado en ahora en la AKhRR, se pueden establecer muchas diferencias respecto de los temas y su tratamiento, es indudable que la revolución los afectos a todo profundamente. Sin dejar de sostener ciertas discusiones que iban más allá de propia coyuntura como el tema de la profesionalización artística, o la difícil relación con el estado. Estos recorridos les permite sostener a los historiadores sobre arte soviético en estos primeros años que “los años veinte marcaron los primeros pasos del arte soviético (…). Comparado con los primeros años del siglo XX, este periodo manifiesta a la vez una unidad que tiene sus raíces en las tradiciones nacionales, y un aire de novedad que le viene dado de la revolución”.

A Modo de Colofón Aunque con pocas realizaciones en esto primero años, sobre todo con el déficit de no poder transformar totalmente el sistema educativo y morigerar o cambiar el diagnóstico que los marxistas europeos tenían sobre el atraso del pueblo ruso, los cambios en cultura y educación sentaron las bases para lograr después saltos significativos durante la NEP. Sino perdemos de vista las dificultades en las que se encontró los primeros años del régimen, el sostenimiento de las artes y el mecenazgo hacia nuevas discusiones y vanguardias artísticas, fue la base para lograr importantes realizaciones luego. Las pocas realizaciones en la educación masiva deberán esperar el cambio de un sistema con un conjunto de actores resistentes, pero que evolucionaran para conformar luego una de las potencias insoslayables en el concierto de naciones durante gran parte del Siglo XX.




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