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Circulación de ideas e implementación
Circulación de ideas e implementación en el plano local
El comienzo del siglo xx encuentra a Mendoza en pleno proceso de ebullición. Como el resto del país, el escenario originario de los pehuenches y de los huarpes muta al ritmo de las sucesivas inmigraciones. Esta dinámica influye directamente en los modelos de producción y en la cultura material, que transforman la fisonomía del medio y las costumbres.
El panorama productivo es incipiente y está liderado por españoles, italianos y franceses, nucleados alrededor de la agricultura –en particular, la vitivinicultura–. Gran parte de los objetos de uso presentados en el terreno comercial proviene de otras latitudes y no tiene su correlato en las tradiciones locales o en ciertas expresiones o estéticas regionales. En la arquitectura y la planificación urbana sí, en cambio, se ven ciertos factores identitarios, como el sistema de riego constituido por acequias que recorren la ciudad.
La información circula a través de los periódicos y las emisiones radiales. Los acontecimientos políticos y sociales figuran en las páginas del diario Los Andes, fundado en 1883 por Adolfo Calle, o se escuchan por la Radio Parque y la lv10 Radio de Cuyo, creadas en 1924 y 1931, respectivamente.
En la esfera de la literatura, personajes comprometidos como el imprentero Gildo D’Accurzio hacen de mecenas, al publicar a noveles escritores que carecen de dinero para difundir sus obras. La diagramación y los aspectos formales de la comunicación están resueltos directamente por los talleristas y el personal interno de las redacciones.
En las escuelas de orientación técnica se brinda la enseñanza de oficios, como tejido en telar, carpintería o metalurgia. El tipo de capacitación práctica viabiliza la obtención de piezas únicas de indumentaria, mobiliario, utensilios y máquinas, a veces para uso propio y, otras, como salida laboral del alumnado. La instrucción artística, por su parte, gana recién en 1915 un modesto espacio con la Academia de Dibujo, Pintura y Modelado, impulsada por Vicente Lahir Estrella y cerrada en 1920 por falta de fondos.
Frente a esta radiografía situacional, el surgimiento de instituciones terciarias y universitarias en la década del 30 es crucial para el inicio de un vertiginoso tiempo de avances.En 1933, un grupo de intelectuales y de gente ligada al poder, encabezado por los hermanos Manuel y Arturo Civit, funda la Academia Provincial de Bellas Artes y Escuela de Artes Decorativas e Industriales (apba-eadi). Mediante sus clases y sus actividades sociales, el establecimiento se acerca al arte aplicado y la decoración bajo el método maestro-discípulo.
Si bien la primera experiencia de educación superior emerge en 1920 con la Universidad Popular de Mendoza –de iniciativa privada y otorgante de títulos de Construcción, Farmacia, Química Industrial, entre otros–, la aparición en 1939 de la Universidad Nacional de Cuyo (uncuyo) y de su Escuela Superior de Artes (esa) es la que marca un quiebre en la formación regional.
A diferencia de lo que sucede a principios del siglo, el entorno académico posee apoyo estatal y empresarial, y se robustece. Se ejecutan grandes obras de
infraestructura a nivel gubernamental y, en el ámbito privado, el núcleo de bodegueros cuenta con capacidad para avalar el medio, en especial, cuando supone una vidriera de legitimación de su estatus.
Por las flamantes casas de estudio transitan profesores de un nivel excepcional. Algunos, contratados desde Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán y Córdoba; otros, recién llegados de una ruta liada, iniciada con su exilio de la Segunda Guerra Mundial. Artistas y arquitectos conforman una trama intelectual vinculada a diversas esferas del saber, como la literatura y la filosofía.
En este clima vibrante, arriba a Mendoza el arquitecto César Jannello. Su primer acercamiento al campo profesional mendocino tiene lugar en 1947, en ocasión de un concurso de proyectos para la realización del Centro Universitario de la uncuyo, del cual es jurado. Luego, en 1949 y contratado por el director de la apba, Manuel Civit, ya viaja desde Buenos Aires para radicarse con su pareja y colega, Colette Boccara. Ambos vienen de compartir un estudio con Amancio Williams, Delfina Gálvez y Jorge Butler. Se trata de jóvenes intelectuales destacados, integrantes de la ola renovadora que continúa la modernización comenzada a fines de los años 30 por el grupo Austral de Juan Kurchan, Jorge Ferrari Hardoy, Antonio Bonet y otros representantes de la herencia corbuseriana, como Mario Roberto Álvarez, Jorge Aslán, Héctor Escurra y Federico Peralta Ramos.
Una vez instalado en la provincia, Jannello es profesor de Escenografía y de Composición Plástica, en la que imparte sus conocimientos sobre el novedoso concepto de la «visión». Vale detenerse en este término, ya que es quizá el que sienta las bases para el desarrollo disciplinar del diseño en el país. Sus contenidos se relacionan con la divulgación conceptual del docente y artista plástico Héctor Cartier sobre la mirada gestáltica de la percepción y el análisis de la forma desde variables técnicas y científicas. Cartier, padrino de su hijo Bruno Jannello, enseña en las escuelas de Bellas Artes Manuel Belgrano, Ernesto de la Cárcova y Prilidiano Pueyrredón –emplazadas en la ciudad de Buenos Aires– y la perteneciente a la Universidad Nacional de La Plata (unlp). Allí tiene de alumnos a prominentes artistas, como Julio Le Parc, Víctor Grippo y Alejandro Puente.
A tono con el discurso internacional del diseño, la actualización teórica domina la escena. En este sentido, la correspondencia resulta una vía insustituible de intercambio, gestión y reflexión. Por estos días, Jannello mantiene comunicación epistolar con importantes figuras, como Josef Albers y Tomás Maldonado. Albers, antiguo estudiante y joven maestro de la clausurada Bauhaus de Alemania, es docente en el Black Mountain College de Carolina del Norte, en ee.uu., adonde escapa tras el ascenso del nazismo en Europa. Tipógrafo, diseñador y fotógrafo, trabaja con la mutabilidad del material a través de la modificación de la forma y el color y desarrolla teorías sobre la enseñanza del arte y el diseño.
Tomás Maldonado, artista, diseñador y teórico, es creador del Movimiento Arte Concreto-Invención y fundador en Buenos Aires de la revista Nueva Visión (19511957), dedicada al arte, la arquitectura, el diseño industrial y la gráfica, con representación comercial de Jannello en Mendoza y de Félix Pineda en San Juan. Es, además,
1-3. Estudios de color de la cátedra de Composición del Instituto de Artes Plásticas, esa, uncuyo (c. 1947). Collage con papeles de colores, 10 x 10 cm. Material pedagógico para dictado de clases. Profesor: César Jannello.
4. Afiche Escuela de verano para maestros para la Facultad de Filosofía y Letras, uncuyo (1951). Serigrafía a dos tintas sobre papel; 59 x 41,3 cm. Impresión: Gildo D'Accurzio. Pieza de difusión para actividades educativas. Hogar y Club Universitarios, uncuyo. Diseño: atribuido a César Jannello.
5. Sala de juegos del Palacete Acevedo (1929). La ambientación y el equipamiento integral recrean en miniatura una ciudad con estética expresionista y fantástica a través de un techo con signos zodiacales, lámparas con forma de nubes, rejas con figuras de la naturaleza y estanterías sostenidas por animales. Av. Alvear, Buenos Aires. Diseño: Victor Delhez.
6. Jarrón para la Escuela de Cerámica, esa, uncuyo (c. 1953 ). Cerámica colada con terminación esmaltada. Diseño: atribuido a Colette Boccara. 7. Vaso con corset (c. 1953). Cerámica colada con terminación esmaltada blanca y negra. Diseño: Colette Boccara y César Jannello. 8. Aceitera de oliva de la Escuela de Cerámica, esa, uncuyo (1952). Cerámica colada con terminación esmaltada y aplicación de marca, 22 cm de alto. Producción de baja escala. Primer premio del concurso para un envase de la Facultad de Agronomía. Diseño: José Carrieri.
integrante de Axis, la primera oficina de diseño y comunicación de Argentina. En sus cartas, donde desglosan y reformulan doctrinas, Maldonado le pide colaboración a Jannello para definir criterios relativos al delineamiento de mobiliario.
En el plano nacional, la incipiente promoción del diseño se acentúa con la publicación de notas en el boletín cea, del Centro de Estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires (uba), acompañadas por una gráfica de vanguardia. «Diseño Industrial y su proyección social», escrito en 1949 por Maldonado, es un artículo pionero en exponer la disciplina con su actual significado. Libros como Max Bill (1955), de la editorial Nueva Visión y con autoría de Maldonado, son clave para la introducción en Argentina de manifiestos europeos. El suizo Max Bill –arquitecto, diseñador, pintor, escultor, pedagogo, ensayista, editor– tiene una injerencia decisiva en la teoría profesional, a través de la creación y desglose de expresiones como la «nueva visión» y el «buen diseño». Es el primer rector de la Hochschule für Gestaltung, escuela crucial para la construcción del perfil del diseñador. Asentada en Ulm, Alemania, entre 1956 y 1966 está dirigida por Maldonado, quien le estampa un hondo perfil tecnológico-cientificista.
La fluidez de novedosos postulados motiva la organización de charlas y de muestras en Mendoza. Con la Galería Giménez como escenario, Jannello dicta en 1949 el ciclo de conferencias «Introducción al Color» y, en 1951, se lleva a cabo la «Exposición de muebles contemporáneos», con la participación de Williams.
En tanto, las instituciones locales reciben la visita de exponentes icónicos, como el dibujante, guionista, productor, director y empresario estadounidense Walt Disney y músicos de la talla del compositor alemán Paul Hindemith. La planificación de eventos de relevancia pone a la uncuyo en un lugar notorio. Acaso el más trascendental sea el 1º Congreso Nacional de Filosofía (1949), un acontecimiento de enorme proyección internacional al que adhiere una selección variopinta de pensadores, como Karl Jaspers, Martin Heidegger, Benedetto Croce, Bertrand Russell,
José Vasconcelos y Julián Marías. De fuerte carácter político, reforzado por la concurrencia del presidente de la Nación Juan Domingo Perón y de su esposa Eva Duarte, las 200 ponencias reúnen a 147 referentes de 19 países. Durante el cierre del encuentro en el Teatro Independencia, y en plena revisión propia de la posguerra, Perón lanza el histórico concepto de la Comunidad Organizada y las bases filosóficas de la tercera posición de su movimiento.
La irrupción de nuevas corrientes genera, naturalmente, tensiones dentro del ámbito académico. Intercambios orales y escritos entre Jannello y Victor Delhez plasman un debate que enfrenta la abstracción a una línea más representativa. El caso de Delhez reviste cierta particularidad: pese a ser en Mendoza un firme detractor del arte abstracto, en Bélgica ha sido uno de sus precursores y, en Buenos Aires, imaginó la sala de juegos futurista y el bar art déco del palacete de la familia Acevedo.
Actividades como la Escuela de Verano para Maestros, coordinadas por Jannello para generar un espacio de reflexión teórica, cosechan burlas desde la academia tradicional. El enfrentamiento de posiciones trepa a situaciones inusitadas, como la ejecución de una xilografía de un loro «parlanchín» (en la obra Sección áurea, de la serie Danza macabra), con la que Delhez ironiza sobre la supuesta liviandad de la producción contemporánea.
Dentro de los defensores de las vanguardias está el artista Abdulio Giudici. Desde su llegada de Buenos Aires en 1947, explora las vertientes del cubismo en camino a la figuración concreta. Traduce y publica con la editorial Nueva Visión –mediante la gestión de Jannello– Walter Gropius y el Bauhaus, la obra del italiano Giulio Carlo Argan.
Con un estilo antiburocrático y despojado de poses academicistas, transita por los pasillos de la apba y la esa el profesor de dibujo y amigo del escritor Julio Cortázar, Sergio Sergi. El grabador, que viene de fundar y dirigir la Escuela de Bellas Artes de Santa Fe, posee una holgada experiencia en la publicidad: afiches para la Cervecería Santa Fe y el desarrollo tridimensional de la cabeza atornillada del medicamento Geniol, ideada por Lucien Mauzán, son algunos de sus trabajos.
Ante este cuadro de ruptura con la enseñanza tradicional, Jannello añade la condición de la funcionalidad a los parámetros englobados por la visión –la forma, la composición y el color–, a la vez que analiza las fases y los destinos de la producción. El diseño aún es un término difuso, un significante carente de límites que envuelve las artes aplicadas y la arquitectura.
Para su diferenciación, resulta determinante la Escuela de Cerámica, creada en 1942 y, desde 1949, dirigida por Jannello. Su configuración programática toma las vitales innovaciones materializadas en los años 20 en la escuela alemana de arte, diseño y arquitectura Bauhaus, con inclinación hacia la dinámica de taller. Instaurada bajo esta modalidad, la realización de piezas ornamentales abre paso a la fabricación de elementos que responden a necesidades del entorno, como vajilla y botellas de vino y de aceite. Con la atención puesta en la economía de medios, se racionalizan el proceso productivo y la matricería; se aminora el modelado y se hacen las primeras piezas por colado. Surge en la academia provincial, así, el eslabón entre el diseño y la industria: la producción seriada.
9-10. Juegos didácticos del Taller Infantil de Estética Merceditas de San Martín (c. 1954). Madera policromada. Objetos lúdicos de formas geométricas puras para composición libre. Calle Paso de los Andes, Ciudad de Mendoza. Proyecto: Santiago Barbuy, José González, Leonor Rigau y Julia Saló.
En el equipo de profesores se encuentra José Carrieri, quien concursa su puesto ante el artista rosarino Lucio Fontana. En 1952 aplica sus conocimientos de diseño en una aceitera de oliva, con la que gana un concurso organizado por la Facultad de Agronomía y de la que se producen siete unidades en los talleres de la universidad. Al poco tiempo, recibe una beca del gobierno francés y viaja a París para ser aprendiz de Constantin Brâncuși durante un año. Frustrada la oportunidad por dificultades de salud del artista rumano, ingresa al taller de Antoine Pevsner. Con él, se sumerge de lleno en el constructivismo, vivencia que aprovecha a su regreso para investigaciones morfológicas e intervenciones sobre piezas utilitarias y de moldeado dentro de la Escuela de Cerámica.
En paralelo, y como parte de un proceso expansivo, Jannello conforma la cátedra de Morfología en el reciente Departamento de Arquitectura de la sede sanjuanina de la uncuyo.
Al igual que sucede con las cartas, las bibliotecas también son un espacio de actualización. En este contexto, José González, bibliotecario de la Facultad de Filosofía y Letras (ffyl), tiene un rol activo. Junto a Santiago Barbuy, Luis Quesada, Leonor Rigau y María Filomena Moyano, integra un grupo de estudiantes ávido de revisar premisas que juzga anticuadas. A sus reuniones, lleva libros de temática proyectual, filosofía y psicología. Tal es el caso de La decadencia de Occidente (1918), de Oswald Spengler, que desde su trasfondo negativo los impulsa a buscar soluciones creativas para un modelo que consideran obsoleto.
Los encuentros informales entre docentes y alumnos son recurrentes, especialmente en la Casa Boccara-Jannello. Los debates se prolongan por varias horas y germinan proyectos extracurriculares, sociedades temporales y hasta la preparación de fiestas performáticas.
Con visible influencia del Ballet Triádico de la Bauhaus, Barbuy presenta en el Patio de Honor universitario una obra de teatro titulada Los Magos. Adoración y fiesta (1952). El planteo escénico está dominado por una estética integral de rasgos constructivistas. Según reza el propio catálogo, supone una experimentación respecto a los límites y las posibilidades de un nuevo teatro. El desarrollo va desde el guion a la gráfica, la escenografía y el vestuario. La coreografía y el coro están dirigidos por Moyano, mientras que el resto de los estudiantes colabora con la puesta. El acto se desenvuelve en medio del escándalo que despierta la malla color piel de la bailarina principal en el ambiente más conservador.
En línea con esa búsqueda de respuestas creativas y la ampliación de horizontes, Barbuy, González, Rigau y Julia Saló funden sus saberes de diseño y de pedagogía en el Taller Infantil de Estética Merceditas de San Martín. El espacio académico pretende estimular en los niños pensamientos sin prejuicios formales y semánticos. Para lograrlo, delinean mobiliario, juegos didácticos –como el Teatro de la Forma, el Ticotic y el Cori-Cori–, material de estudio y actividades colectivas de innovación. Su programa libre, sin evaluaciones, se fusiona con la lectura de textos muy diversos, que alcanzan la física cuántica y la astrología. Allí asisten los hijos de Jannello y Boccara, de Jorge Vico y de Enrico Tedeschi, además de algunos vecinos del barrio. Su carácter no diferencial
posibilita la participación de Lucrecia, hija de Jannello y Boccara, a quien su situación de discapacidad no le impide recibir los mismos contenidos que sus compañeros.
El derrocamiento de Perón en 1955 en manos de la autodenominada «Revolución Libertadora» no pasa inadvertido en la uncuyo. Ese año, Jannello es despedido por la Comisión Reguladora militar en su plan de remoción del personal alineado con el peronismo, pese a no ser su caso. Esta circunstancia provoca su retorno a Buenos Aires.
A cargo de su puesto en San Juan queda Carrieri. El escultor toma los principios curriculares desarrollados por Jannello y le imprime a la enseñanza mayor énfasis artístico. Los trabajos de generación morfológica, propios y de alumnos, forman una colección de amplia heterogeneidad. En el campo de la investigación académica, su pareja, Rigau, crea la Máquina de color-luz, un artefacto que divide el espectro lumínico en canales R, G y B y realiza fusiones ópticas por medio de filtros.
Por su parte, la tarea inmensamente renovadora que Jannello cumple hasta entonces en Mendoza es seguida por el profesor de Historia del Arte Giudici. En consonancia con el manifiesto «Hacia una Escuela de Artes Aplicadas», que presenta años antes en las Jornadas de Pedagogía de San Luis (1952), Giudici problematiza la función de las artes plásticas, a las que encuentra desvinculadas de la sociedad, y brega por superar la fase contemplativa de las formas «artísticas» para insertarlas en la vida práctica y en los objetos del entorno. Su gestión obtiene el máximo logro en 1958, cuando se aprueba la creación de la Escuela de Diseño y Decoración (edd) de la esa, uncuyo, la primera de su tipo en el país. La incorporación de la palabra «decoración», con una lectura más familiarizada, pretende atenuar posibles resistencias académicas.
11-12. Vista de la obra y gráfica de Los Magos. Adoración y fiesta (1952). Evento teatral de carácter vanguardista cuya puesta integral comprende guion, coreografía, escenografía, vestuario, utilería, imagen y filmación. Hogar y Club Universitarios, uncuyo. Participantes: José González, Filomena Moyano, Leonor Rigau, Marcelo Santángelo, entre otros. Dirección general y diseño gráfico: Santiago Barbuy.