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Una nueva relación con el público

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Bibliografía

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incorporando nuevas tareas y capacitación permanente, no ya en lo que hace a su tema de incumbencia, sino en relación con los dispositivos y plataformas que deben utilizar. Ya no se trata de la destreza en el dominio del lenguaje, sino también de las TIC´s. No alcanza con estar al tanto de la actualidad y poder organizar la información para hacerla más comprensible para los públicos; también hay que ser un diestro operador de los dispositivos y plataformas tecnológicas disponibles; las cuales, además, van cambiando permanentemente.

En los medios que pretenden estar a la vanguardia de los cambios, los periodistas deben ser reporteros, camarógrafos y editores de videos, para luego tomarse un tiempo en incluir en las notas las etiquetas, los enlaces, las palabras claves para los buscadores de la web, agregar los contenidos relacionados, subirlo a las diferentes redes sociales e interactuar con los públicos que comentan. Todas tareas difíciles de realizar en una jornada de trabajo para un nativo digital, y mucho más para un periodista de la generación Remington.

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La prioridad de las empresas de medios, casi todas con fines de lucro, parece tener más que ver con salvar el negocio que sostener el periodismo. Los medios comienzan a tener una mayor participación de comunicadores especializados en administración de comunidades digitales (community managers), creadores de contenidos para redes sociales (influencers) y redactores de contenidos de interés no noticioso (copywriters); mientras que los periodistas parecen ser una nostálgica categoría en vías de extinción.

Una nueva relación con el público

Algunos autores resaltan los aspectos positivos de este cambio, como que “en el nuevo ecosistema de la prensa se combinan el trabajo específico de los periodistas y el debate democrático del público, suscitando su interacción y su fructífera confrontación” (Plenel, 2012:5). Los que, convencidos de esta necesidad, están construyendo esa renovada relación con el lector, afirman que dentro del presupuesto para esa construcción se impone la desaparición de esa línea vertical entre medios, periodistas y el lector. Pero aclaran que “No se trata de satisfacer los caprichos del público hacia lo sexual, lo criminal, lo morboso, lo simple, lo que no tiene antecedentes ni consecuencias” (Gallo, 2014).

Con el cambio tecnológico, el periodista dejó de tener la exclusividad del aquí y ahora, para pasar a ser un curador de contenidos, un profesional que debe brindar información de calidad, datos, profundidad y contexto, y en exclusividad si quiere obtener ingresos. El desafío del oficio en esta era, parece ser el de entregar una verdad lo más completa posible.

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