EL CONCEPTO DE LAICIDAD ABIERTA EN EL INFORME BOUCHARDTAYLOR PARA QUÉBEC
Por MARÍA ELÓSEGUI ITXASO Catedrática de Filosofía del Derecho Universidad de Zaragoza elosegui@unizar.es Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado 23 (2010)
SUMARIO: 1. Introducción, 2. Los interrogantes sobre la laicidad, 3. Síntesis del debate sobre la laicidad en el informe Bouchard-Taylor, 4. La propuesta de Bouchard y Taylor, 5. La laicidad y su neutralidad, 6. Los principios de la laicidad abierta y su jerarquización, 7. El origen del concepto de laicidad abierta, 8. Laicidad abierta versus laicidad rígida, 9. La neutralidad se exige a las instituciones pero no a los individuos, 10. ¿Por qué la laicidad abierta?, 11. El uso de símbolos religiosos por funcionarios públicos, 12. El patrimonio histórico religioso.
1. INTRODUCCIÓN El 8 de febrero de 2007, el Primer Ministro de Québec Jean Charest del Partido Liberal anunció la creación de una comisión de consulta sobre las “Prácticas de Acomodación” relacionadas con las diferencias culturales, en respuesta al descontento 1
público en relación con los “acomodamientos razonables” . 2
Este Informe ha sido elaborado por dos intelectuales quebequeses de gran nombre, 3
4
Gérard Bouchard, sociólogo e historiador , y el filósofo Charles Taylor , copresidentes
1
Agradezco al Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá y al Consejo Internacional de Estudios Canadienses (CIEC), por la concesión de una beca de investigación en estudios canadienses, que me ha permitido investigar sobre la elaboración del informe de la Comisión Bouchard-Taylor en la Universidad de Laval en agosto de 2009, bajo el patrocinio del profesor Guy Laforest. Esta estancia me ha brindado la oportunidad de entrevistarme (Universidad de Laval, Universidad de Québec à Montreál (UQAM) y la Universidad de Montréal), entre ellos varios de los que han participado directamente en la elaboración del informe de la Comisión Bouchard-Taylor. Todas las páginas web citadas en el artículo se encuentran disponibles a fecha de 15 de noviembre de 2009. 2
BOUCHARD, Gérard y TAYLOR, Charles. Fonder l´avenir: le temps de la conciliation, rapport final de la Commission de Consultation sur les Practiques d´Accommodements Reliées aux
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de la Comisión, junto con 15 miembros que han formado parte de la misma . Durante el período consultivo se puso a disposición de la ciudadanía una guía de consulta con las pautas a seguir, las pregunta y los modos de participación, que incluía un calendario de 6
audiencias públicas .
Différences Culturelles, Québec, Editeur officiel du Québec. 2008. Building the future. A Time for reconciliation. Report Bouchard-Taylor. (A partir de aquí será citado como informe en su versión completa siguiendo la paginación de la versión francesa. <http://www.accommodements.qc.ca/documentation/rapports/rapport-finalintegral-fr.pdf>). Consta de 310 páginas en su versión completa y de 99 en la versión sintetizada ( se citará como informe abreviado). Fue publicado en el año 2008. Los textos de ambos informes están disponibles en Internet en francés e inglés. <http://www.accommodements.qc.ca> Están disponibles también en la web los 13 informes de investigación encargados por la Comisión <http://www.accommodements.qc.ca> <http://www.accommodements.qc.ca/index-en.html> (versión inglesa). 3
<http://www.accommodements.qc.ca/commission/bouchard-bio-en.html>
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<http://www.accommodements.qc.ca/commission/taylor-bio-en.html>
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Miembros del Comité Asesor
Rachida Azdouz, Vicedecana, Faculté de L´éducation permanente, Facultad de Educación, Université de Montréal; Jacques Beauchemin, Director de Investigación y Profesor Titular, Canada Research Chair sobre globalización, Ciudadanía y Democracia, Departamento de Sociología, Université du Québec à Montréal (UQAM); Pierre Bosset, Catedrático, Facultad de Ciencia Política y de Derecho, Université du Québec à Montréal (UQAM); Bergman Fleury, Consejero de Educación y asesor de relaciones interculturales, Profesor Titular, Ministerio de Educación, Ocio y Deporte; Jane Jenson, Cátedra de Investigación en Ciudadanía y Gobernanza, Cátedra Jean Monnet en integración europea, Université de Montréal; Aïda Kamar, Presidente de CEO, Vision Diversité; Solange Lefebvre, Profesor Titular y Director, Centro de Estudios de las religiones (CÉRUM), titular de la Cátedra de religión, cultura y sociedad, Facultad de Teología y de Ciencias de las Religiones, Université de Montréal; Roderick MacDonald, Profesor Titular, F.R. Scott Chair en Derecho Público y Derecho Constitucional, McGill University; Mare McAndrew, Profesor Titular, Cátedra Canadiense de Investigación sobre Educación y Relaciones Étnicas, Université de Montréal; Micheline Milot, Catedrática, Departamento de Sociología, Université de Québec à Montréal (UQAM); Céline Saint-Pierre, Vice-Presidente, CEFRIO-Innovación y Transferencia; Daniel Marc Weinstock, Director del Centro de Investigación en Ética (CRÉUM) y profesor Titular, Departamento de Filosofía, Université de Montréal; Jose Woehrling, Profesor Titular, Facultad de Derecho, Université de Montréal. <http://www.accommodements.qc.ca/comission/comité-conseil-en.html> 6
BOUCHARD, Gérard y TAYLOR, Charles. Document de consultation. Acommodements et différences, vers un terrain d´entente: La parole aux citoyens, document de consultation sur les practiques d´accommodement reliées aux différences culturelles, Québec, Editeur officiel du Québec, 2008. Versión inglesa. Consultation Document. Accommodation and Differences. Seeking Common Ground: Québecers Speak Out. Commission de Consultation sur les Pratiques d´Accommodements Reliées aux Différences Culturelles. www.accommodements.qc/documentation/document-participation-en.html Citaremos como “Consultation Document” siguiendo para la citación la paginación de la versión inglesa.
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Si bien lo que ha suscitado la elaboración del informe ha sido la inquietud que se ha producido en la sociedad quebequesa por las exigencias de acomodación
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surgidas por
el aumento repentino de una mayor inmigración que no proviene de países occidentales, el informe establece un marco teórico sobre las identidades culturales y recomienda la adopción de un marco legal que va mucho más allá del problema suscitado a raíz de la 8
inmigración . En este artículo nos vamos a centrar en el concepto de laicidad abierta, tal y como es desarrollado en el informe de la Comisión Bouchard-Taylor, si bien podemos con certeza asignar la paternidad de esta parte del documento al filósofo Charles Taylor, junto con 9
alguno de sus colaboradores o discípulos más directos, como Jocelyn Maclure . El concepto de laicidad abierta se debe situar en el contexto del modelo intercultural quebequés tal y como se construye en el informe, cuestión que hemos tratado en otro artículo
10
.
Los comisarios reconocen que no existe un marco jurídico definido, sino una práctica de hecho que ha sido la pauta de los organismos públicos, pero las audiencias públicas a raíz de los trabajos de la Comisión han mostrado los desacuerdos entre los ciudadanos sobre el modelo de laicidad deseable para Québec en el futuro. Bouchard y Taylor
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La Comisión de derechos de la persona y de derechos de los jóvenes define en un documento de 1995 titulado Le pluralisme Religieux au Québec: un défi d´éthique sociale, la noción de acomodamiento razonable; “Historiquement, la notion « d'obligation d'accommodement » s'est développée au Canada dans le cadre de la définition des conditions d'application de la liberté de religion. Elle ne lui est cependant pas exclusive, puisqu'elle apparaît régulièrement, par exemple, dans des cas de discrimination fondée sur le handicap. Cette notion, mal comprise, donne la plupart du temps lieu à des controverses particulièrement vives et avant qu'elle ne soit davantage galvaudée, il nous semble utile de la dédramatiser. « L'obligation d'accommodement » signifie l'obligation de prendre des mesures en faveur de certaines personnes présentant des besoins spécifiques en raison d'une caractéristique liée à l'un ou l'autre des motifs de discrimination prohibée par la Charte. Ces mesures visent à éviter que des règles en apparence neutres n'aient pour effet de compromettre, pour elles, l'exercice d'un droit en toute égalité. Il ne s'agit toutefois pas d'une obligation illimitée de se plier inconditionnellement à tous les particularismes, et encore moins à toutes les intransigeances, puisque selon l'ensemble de la jurisprudence envigueur, l'accommodement doit être « raisonnable », en ce sens qu'il « ne doit pas représenter une contrainte excessive » pour l'organisation qui en a l'obligation” (p. 9). 8
Los procesos de adaptación son comunes desde hace más de treinta y cuatro años, y están claramente reflejados en la Carta de Derechos y de Libertades de la persona de Québec, de 1975. Cfr., también el documento Au Québec pour vivre ensemble. Enoncé de politique en matière d´immigration et d´intégration, Ministère des Communautés culturelles et de l´immigration, Ministère des Communautés culturelles et de l’Immigration du Québec,1990, pp. 82-86. Se encuentra disponible en web la reimpresión realizada en el año 1991 que reproduce el documento de 1990. <http://www.micc.gouv.qc.ca/publications/fr/ministere/Enonce-politique-immigration-integrationQuebec1991.pdf> 9
Con quien he podido entrevistarme en esta estancia de investigación confirmándome este punto que se intuye al leer el informe. 10
De ello me he ocupado en otro artículo, cfr., ELÓSEGUI, M. “El modelo de interculturalidad en el informe de la Comisión Bouchard-Taylor para Québec”, pendiente de publicación.
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aportan argumentos a favor de consolidar el modelo de laicidad abierta que de hecho existe en la práctica en Québec y rechazan la propuesta de algunos ciudadanos y académicos de avanzar hacia un modelo de laicidad estricta, más similar al republicanismo francés. Tampoco aceptan una vuelta a la normativa en educación anterior al informe Prouxl. Para entender la aportación de ambos intelectuales al concepto de laicidad, y la situación antes y después del informe debemos tener en cuenta las siguientes claves interpretativas: 1. El concepto de laicidad no se había definido jurídicamente de un modo preciso. 2. Los dos comisarios realizan una relectura de las normas jurídicas anteriores dándoles un significado propio, entendiendo la laicidad según el modelo filosóficojurídico que ellos mismos diseñan en el informe. 3. No apoyan sus tesis en otros autores, sino en la trayectoría de sus propias obras, si bien remiten al final del informe a normativa y autores del contexto cultural canadiense. Es una propuesta original y no una relectura de fuentes. Por ello no usa un gran aparato bibliográfico. 4. El informe no es una norma jurídica, sino un punto de partida de discusión para que el legislador defina el concepto de laicidad en el futuro a través de nueva legislación o a través de un documento político, Libro Blanco, que en ese caso tampoco sería una norma jurídica, sino que recogería recomendaciones de política interpretativa realizadas por el legislador basadas en la experiencia de la práctica real de las soluciones adoptadas por las instituciones públicas y privadas. 5. El informe esta dirigido a toda la ciudadanía, luego adopta un tono de divugación, evitando la erudición académica y de técnica-jurídica. 6. La exposición del informe que hacemos en el artículo es descriptiva y expositiva. No recoge de momento una valoración crítica del mismo, ni hemos introducido nuestras propias opiniones a lo largo de la exposición para evitar posibles confusiones entre lo que afirma el informe y nuestra valoración del mismo. Más allá del análisis detallado de la argumentación del texto, la situación ha llevado a debatir una vez más el modelo de laicidad que desean los ciudadanos para Québec, a raíz de la visibilidad que vuelve a tener la religión, suscitada más en concreto por la petición de las personas de determinadas religiones de utilizar la vestimenta exigida por
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Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
su religión, como el foulard, el kirpan (daga que llevan los Sikhs), el turbante (Hindú y Sikh), la kipá judía, unidos a otros muchos requerimientos de excepciones por motivos 11
religiosos . Como punto de partida debe sentarse la base de que el malestar y la crisis que ha conducido a esta consulta pública no está producida de un modo directo por la inmigración y las nuevas religiones aportadas por los mismos, ya que el fenómeno de la diversidad religiosa está en los propios orígenes de la historia de Québec
12
. En el
informe se han mezclado muchos temas que requieren un tratamiento conceptual y jurídico distinto. De hecho, el título parece referirse a la diversidad cultural, sin embargo todos los ejemplos que se utilizan se refieren a la diversidad religiosa. Por otra parte, se trasmite una idea de que exista ahora una mayor diversidad religiosa desde el aumento de la inmigración por las políticas de apertura y de reclutamiento de inmigrantes a raíz de los años 90. Un estudio serio de las estadísticas oficiales detalladas desmiente absolutamente esa idea
13
. Con independencia de que
11
Varios académicos canadienses atribuyen esta alarma en su país sobre la religión islámica a los atentados terroristas, especialmente a partir del 11 de septiembre de 2001. Entre ellos, KYMLICKA, W. “Tester les limites du multiculturalisme libéral? Le cas des tribunaux religieux en droit familial”, número monográfico sobre “L´aménagement de la diversité culturelle et religieuse. Débat des accommodements raisonnables”, Éthique Publique. Revue internationale d´éthique societales et gouvernementale, Éditions Liber, printemps, Vol. 9, nº 1, (2007), pp. 27-39. CÔTE, P. “Québec and Reasonable Accommodation: Uses and Misuses of Public Consultation”, en Lori G. Beaman y Peter Beyer, Religion and Diversity in Canada, Leiden-Boston, Brill, 2008, pp. 41-65. WEINSTOCK, D. “La <<crise>> des accommodements au Québec: hypothèses explicatives”, número monográfico sobre “L´aménagement de la diversité culturelle et religieuse. Débat des accommodements raisonnables”, Ëthique Publique. Revue internationale d´éthique societales et gouvernementale, Éditions Liber, printemps, Vol. 9, nº 1, (2007), pp. 20-27. 12
Para los datos sobre la inmigración desde el origen y recientes, cfr., ELÓSEGUI, M. “La política legislativa de inmigración en Québec y su reflejo en el informe Bouchard-Taylor”, nº 22, Derecho de inmigración y extranjería, (2010), en prensa. Las estadísticas oficiales de las que proceden los datos proporcionados son; Données sur la population recensée en 2001 portant sur la religion. Analyse sommaire. Direction de la population et de la recherche. 27 mai 2003. Disponible en <http://www.micc.gouv.qc.ca/publications/fr/recherchesstatistiques/Recensement2001-Religion-AnalyseSommaire.pdf> Portraits statistiques des groupes ethnoculturels, <http://www.quebecinterculturel.gouv.qc.ca/fr/diversite-ethnoculturelle/stats-groupes-ethno.html> Dictionnaire du recensement de 2001, Statistique Canada, catalogue 92-378- XIF, 424 pages. Disponible en <http://www.quebecinterculturel.gouv.qc.ca/fr/diversite-ethnoculturelle/stats-groupesethno.html> Que se encuentra a su vez dentro de <http://www.quebecinterculturel.gouv.qc.ca/fr/diversite-ethnoculturelle/index.html> Tableaux sur l'immigration au Québec 2003-2007, Mars 2008. Disponible <http://www.micc.gouv.qc.ca/publications/fr/recherches-statistiques/Immigration_Qc_20032007.pdf> 13
en
Tabla 3
Población total y población inmigrante según la religión Québec, 1991 y 2001 …………………………………..…….1991………………………………………...2001 Religion….….……..Population totale.Population immigrée.Population totale..Population immigrée
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sean practicantes o no
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en la actualidad el 80% de la población de Québec se declara
como católicos, en una población de siete millones de habitantes, es decir 5.900.000
15
.
Además existen 90.000 ortodoxos. A ello hay que añadir todas las denominaciones anglicanas y protestantes (luteranos, presbiterianos, calvinistas, baptistas y metodistas etc) de las cuatro comunidades fundadoras; que son la francesa, inglesa, escocesa e irlandesa. Hay una inmigración desde los orígenes de Québec de países europeos todos ellos de religiones cristianas, como italianos, griegos, alemanes, polacos, ucranianos, rusos, suizos etc (hoy denominados Comunidades Culturales). De los 83.000 autóctonos (que incluyen Amerindios e Inuits), la mayoría son de religión cristiana (católicos, anglicanos y pentecostales). Sólo unos 10.000 afirman seguir algunas de las costumbres ancestrales de su religión de origen, lo que en ocasiones se hace compatible con su pertenencia a la religión cristiana. De la inmigración reciente una gran parte proviene de países latinoamericanos de religión cristiana. Los datos de las religiones que suscitan semejantes polémicas son de un número de miembros bajísimo; en concreto los Sikhs son sólo 8.000. Hay 25.000 hindúes y 40.000 budistas. Los judíos ortodoxos (hassidish) son un 0,01% de la población. Además está población está instalada en Québec desde principios del siglo XX, y en mayor medida
……………….……………...n…………%……...n……….%………..n..…….….%……..….n……..…% Catholique……………...5.861.205…86,1…..301.555...51,0….5.939.715….83,4…...324.795...45,9 Protestante....................398.730.......5,9.......83.430.....14,1.....335.595........4,7........73.995.....10,5 Musulmane....................44.930.........0,7.......29.050.....4,9.......108.620........1,5........75.280.....10,6 Orthodoxe.chrétienne....89.285.........1,3.......52.200.....8,8.......100.370.......1,4.........59.600.......8,4 Juive..............................97.735.........1,4........35.320....6,0.......89.920.........1,3.........29.045.......4,1 Bouddhiste.....................31.635........0,5........25.145....4,3.......41.375..........0,6.........29.600......4,2 Hindoue..........................14.120........0,2........8.955......1,5.......24.530..........0,3.........16.480......2,3 Sikhe..............................4.525..........0,1........2.510.......0,4.......8.220...........0,1..........5.315.......0,8 Autres.religions...............5.335.........0,1........1.830.......0,3......64.050..........0,9..........18.240.....2,6 Aucune appartenance religieuse...262.800....3,9....51.215...8,7..413.185....5,8.…..….74.615..10,6 Total............................6.810.300....100,0....591.210...100,0.7..125.580....100,0.....706.965...100,0 Source : Statistique Canada, Recensement de 1991, cat. 93-319 (tableau 8) et Recensement de 2001, 97F0022XCB2001004. Compilation : Ministère de l'Immigration et des Communautés culturelles, Direction de la recherche et de l'analyse prospective. 14
Cfr., GAUTHIER, M. “Croyances religieuses “, en La société québécoise en tendances 19601990, sous la direction de Simon Langlois, Institut québécois de recherche sur la culture, 1990, pp. 423 ss. 15
Consultation Document, p. 25. La propia guía inicia el apartado dedicado a la laicidad comenzando por afirmar que de acuerdo con el Censo de 2001, hay 11 religiones con 30.000 miembros o más, para a continuación reconocer que el 80% de la población es católica.
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desde la segunda guerra mundial. Desde el inicio han vivido sus costumbres y han sido toleradas sus prácticas sin causar mayor problema en la sociedad de Québec
16
.
En realidad lo que ha creado mayor controversia es el aumento de población islámica (el dato es que ha aumentado de un 0,8 % en el año 1991 a 10, 6% en el 2001), que pone en tela de juicio la separación Iglesia-Estado y la igualdad entre hombres y mujeres, exigiendo espacios separados en los lugares públicos. Esto último también sucede con los judíos conservadores, la diferencia es que en general los judíos de esa comunidad se desenvuelven en sus propios espacios. Tienen sus colegios y hospitales ajustados a sus normas de vida y no han exigido en general que el espacio público se acomode a sus prácticas, salvo con algunas excepciones. Además hay que tener en cuenta que su número es muy pequeño. En el fondo, se entremezclan una gran diversidad de cuestiones que afectan al modelo de sociedad y de Estado, y a la identidad cultural de Québec. Por una parte, muchos nacionalistas quebequeses no han asimilado una correcta separación de Iglesia y Estado, y siguen anhelando un modelo confesional o por lo menos una presencia de la religión católica en el espacio público como una señal de la identidad québécois, frente a una Canadá anglófona protestante y a los nuevos ciudadanos provenientes de la inmigración. Frente a esta población, se sitúa el sector laicista, que apoyándose en algunos hechos reales de exigencias desproporcionadas de excepciones por motivos religiosos, han aprovechado el malestar para exigir un modelo de estado laicista al estilo francés, con la eliminación total de la religión del espacio público
17
.
16
Una información detallada del número de creyentes de cada una de estas confesiones se encuentra en LEFEBVRE, S. WEINSTOCK, D. y GRONDIN, J. Tête-â- Tête, Manuel de l´élève de Éthique et Culture Religieuse, Laval (Québec), Éditions Gran Duc, 2009, pp. 164-174, 208-209, 230-231, 240, 272, 290, 299. Estadísticas oficiales en Source : Statistique Canada, Recensement de 1991, cat. 93-319 (tableau 8) et Recensement de 2001, 97F0022XCB2001004. Compilation: Ministère de l'Immigration et des Communautés culturelles, Direction de la recherche et de l'analyse prospective. También en la página web del gobierno dedicada a la inmigración. 17
El texto del informe que reproducimos a continuación refleja bien como grupos totalmente contrarios y por distintas razones terminan criticando el interculturalismo. Este fenómeno se da también en países europeos, cuando laicistas por el motivo de ver desaparecer la religión y católicos consrvadores porque no admiten las consecuencias de la libertad religiosa, coinciden en no aceptar la protección de la diversidad religiosa; “ Il faudra attendre des analyses plus fines pour mettre en relief un trait singulier des argumentations que nous venons de passer en revue. Il s’agit du phénomène d’osmose entre les appartenances ou les familles idéologiques. Ainsi, dans l’opposition aux demandes d’ajustement pour motifs religieux, on a vu à quelques occasions des laïcistes durs et des catholiques conservateurs emprunter le même langage. Ailleurs, on a vu parfois l’hostilité envers l’étranger se draper dans la vertu des valeurs libérales (l’égalité hommesfemmes, la protection de l’espace civique). Dans la critique du multiculturalisme, on a vu des militants de centre-gauche mêler leurs voix à celles de nationalistes de droite. La dénonciation du foulard islamique a elle aussi trouvé écho parmi diverses allégeances: celle de certains courants féministes, celle de l’égalitarisme républicain et - nous en avons entendu certaines expressions celle de l’intolérance” (Informe completo de la Comisión Bouchard-Taylor, p. 187).
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En la guía de consulta elaborada por la Comisión como marco para el debate con la ciudadanía se afirma que los descontentos sobre los acomodamientos razonables han reavivado la discusión sobre el modelo de laicidad de Québec. Admitiendo que esa noción es compleja y que caben distintas definiciones de la misma, cualquiera que se elija afectará a las reglas del gobierno de los ciudadanos. Según el texto de la guía, cuando se define la laicidad como la separación entre la Iglesia y el Estado esta noción puede identificarse con la idea de neutralidad del Estado con respecto a todas las religiones o visiones del mundo. Otras veces la laicidad puede entenderse como la eliminación más o menos completa de la vida religiosa en la esfera pública. Ya en el punto de partida, Bouchard y Taylor se decantan por la defensa de una laicidad abierta o laicidad integral. Refiriéndose a la época en la que se produjo la aconfesionalidad de la sociedad de Québec en el años 1960, añaden que entonces se trataba de redefinir los poderes y la división entre el Estado y la Iglesia Católica, mientras que el debate actual se realiza en una circunstancias distintas, ya que se da en un contexto de la existencia de un pluralidad de confesiones
18
.
Pero lo cierto es, que al margen de las numerosas críticas realizadas por ciudadanos y académicos, el concepto de laicidad abierta defendido en el informe ha sido elaborado de un modo clarificador y brillante
19
.
2. LOS INTERROGANTES SOBRE LA LAICIDAD El Primer Ministro Jean Charest ha recordado en varios momentos que Québec es una sociedad laica; eso significa que la esfera del Estado (incluyendo o haciéndolo extensivo a sus instituciones) y la esfera de la religión son independientes y cada una de ellas posee su propia autonomía. El principio de separación (laicidad), sin embargo, puede ser entendido de diversas formas. En un sentido estricto, la esfera pública puede referirse a las instituciones públicas como el sistema educativo público y los hospitales públicos. En un sentido más amplio, se podría extender a todos los espacios públicos, como las calles, parques, centros comerciales y otros lugares. Ambas son dos formas muy distintas de entender la laicidad.
18 19
Consultation Document, p. VI.
Es evidente la actualidad de este dabate en Europa. Precisamente en noviembre de 2008 se presentó en el curso de un seminario de expertos organizado por el Consejo de Europa, celebrado en la Haya, el manual sobre el uso de símbolos religiosos en la esfera pública, basado en los criterios jurisprudenciales del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, véase EVANS, M. Manual on the Wearing of religious Symbols in Public Areas, Leiden- Boston, Martinus Nijhoff Publishers, Council of Europe, 2008.
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La separación entendida según la segunda versión puede ser invocada para prohibir la presencia de la religión en todas las esferas públicas o, en el caso de la primera visión, sólo de las instituciones que son parte de las estructura del Estado o del Gobierno. Incluso, este último caso se presta a ambigüedades. La prohibición de la religión en las instituciones públicas estatales puede entenderse como la total eliminación de cualquier expresión o signo religioso en esas instituciones (laicismo radical o integral
20
) (la religión pertenecería a la esfera privada) o la aceptación de una
presencia religiosa de un modo que no ponga en cuestión la neutralidad de esas instituciones (laicidad abierta
21
). En este caso, la laicidad no exige que la religión esté
ausente del espacio público. El derecho de libertad religiosa incluiría la manifestación 22
libre de los grupos religiosos o de las creencias de los individuos en el espacio público . Aun admitiendo esta segunda interpretación, habrá que resolver algunas cuestiones como por ejemplo hasta qué punto los estudiantes y profesores pueden manifestar sus creencias en la escuela. Si las instituciones públicas deben ser neutrales, ¿implica ésto a su vez que los individuos que las frecuentan están sujetos a la obligación de neutralidad? y ¿en el caso de los funcionarios públicos?
23
Esta última posibilidad debe ser clarificada
24
. Una presencia mitigada religiosa en las instituciones públicas puede manifestarse de
modos muy distintos. Algunos ejemplos, serían el uso del velo por parte de estudiantes musulmanas, la existencia en instituciones educativas de lugares para rezar, la preparación de regímenes alimenticios especiales para miembros de grupos religiosos, la concesión de permisos con la finalidad de cumplir con obligaciones y fiestas religiosas. Por tanto, para poder establecer un diálogo intercultural debe precisarse qué modelo de laicidad es el que deseamos para nuestras sociedades.
20
En el Informe de la Comisión, y también en el Documento de Consulta se publica un Glosario, con la definición de algunos de los términos utilizados en el mismo. En el Documento de Consulta en su versión inglesa se definen: Open secularism. A form of secularism aimed at banishing religión from State institutions while allowing certain religious expresión, e.g. in schools and hospitals, among students or patients. Secularism (como traducción del término francés Laicité). The separation between Church and State (Guía de consulta, 2007, pp. 43-44). 21
Radical secularism: A form of secularism Aimed at banishing all religious expresión to the private sphere. Secularization: The act or process of eliminating any confessional spirit from State institutions (Consultation Document, pp. 43-44). 22
Consultation Document, p. 43.
23
Consultation Document, p. 44.
24
Véase en anexo al final de este artículo el test que se propuso a los ciudadanos para que quien quisiera lo enviara cumplimentado a la Comisión.
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Además del principio de neutralidad del Estado y de separación entre Iglesia y Estado, la laicidad implica también la regla de la neutralidad del Estado en relación con las religiones. Sin embargo, esta regla debe ser matizada. Una consecuencia de la neutralidad es que en una sociedad que es a la vez igualitaria y diversificada no se puede reconocer sólo una religión oficial, como por ejemplo, en el caso de Québec. El cristianismo
25
si
hiciera eso situaría a los miembros de otras religiones como ciudadanos de segunda clase
26
.
Además, el deber de mantener la neutralidad en relación con todos los creyentes debe extenderse a todos los no creyentes. Deben ser reconocidas y tratadas de forma igual, la no-religión, como la religión, como todas las visiones del mundo sean o no espirituales. En virtud del principio de laicidad, el Estado no debe de comprometerse con las visiones del mundo y las creencias profundas de todos los ciudadanos, que son numerosas y a veces difíciles de reconciliar. El Estado puede, sin embargo, promover valores derivados de esas visiones y creencias que apoyan la vida democrática. En síntesis, la separación Iglesia-Estado puede entenderse como una neutralidad del Estado en relación con las diversas religiones o visiones del mundo o entenderse como una eliminación además más o menos completa de la vida religiosa en el espacio público. 3. SÍNTESIS DEL DEBATE SOBRE LA LAICIDAD EN EL INFORME BOUCHARDTAYLOR La discusión de los acomodamientos razonables por motivos religiosos ha conducido al debate sobre el modelo de laicidad deseable para la sociedad de Québec en el momento actual. Algunos ciudadanos entienden que una exigencia de la separación 25
El sujeto “el cristianismo” en este texto resulta algo confuso, porque ¿quién es aquí el cristianismo? No está claro si se refieren al Estado confesional, a las Iglesias cristianas de diversas confesiones, o a los ciudadanos cristianos. 26
No parece ser éste el mejor argumento para invocar la neutralidad. La separación IglesiaEstado es un principio de las sociedades democráticas, también en el caso de que una religión fuera absolutamente mayoritaria. No debe existir una religión oficial, ni un Estado confesional en ningún caso, aunque todos los ciudadanos ostentaran una misma religión. A lo largo de esta introducción de la Guía de Consulta da la impresión de que el argumento fundamental para justificar la separación Iglesia-Estado es le existencia de una nueva pluralidad de religiones en la sociedad. Como hemos señalado en la introducción de este artículo, éso lleva a forzar también los datos queriendo presentar una diversidad religiosa de un modo artificial y distorsionante. El argumento principal para la neutralidad debería ser el hecho de que los ámbitos de actuación del Estado y el de las Iglesias son distintos, con independencia de que todos los ciudadanos sean absolutamente creyentes y practicantes de una misma religión. La razón de la separación no es tampoco la descristianización. El principio de la neutralidad y la aconfesionalidad del Estado es independiente del nivel de religiosidad o de decadencia de la religión en las sociedades.
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entre Iglesia y Estado, y del principio de neutralidad es que la religión se manifieste sólo en la vida privada. Para éstos no está justificado utilizar medidas flexibles de ningún tipo en la vida pública con la finalidad de adaptar determinadas normas a las prescripciones religiosas que deban seguir los individuos por motivo de sus creencias religiosas. El documento parte de la premisa de que no todos entienden la laicidad del mismo modo. Por ello, es crucial clarificar cómo definir la laicidad o qué modelo se propone, antes de decidir cuál es el papel del Estado ante la laicidad. Esta segunda cuestión, dependerá de la primera. La opción por un modelo de laicidad está supeditada a la elección previa de ciertos valores y principios que queremos que configuren nuestra sociedad. No existe un modelo puro o estándar de laicidad porque éste se inserta a su vez en el contexto de cada sociedad concreta. Québec ha ido construyendo su modelo dentro del marco del respeto a la libertad religiosa previsto en el derecho internacional, y lo va adaptando a sus condiciones particulares. El informe presenta primero los principales elementos para permitir la comprensión, de forma general, de la elección del modo de gobierno político que supone la laicidad. A continuación se analizará la laicidad o la neutralidad en sociedades como la de Québec, en la que la población adopta una rica gama de valores y modos de vida. Los dos comisarios Bouchard y Taylor elaboran su propia propuesta, que consiste en la defensa de un modelo de laicidad abierta como el más adecuado para Québec. Para ello argumentan que en la práctica Québec ha ido configurando ese modelo, que incluye los acomodamientos razonables, aunque no haya existido un marco jurídico explícito. Luego, concretarán las consecuencias de este modelo de laicidad en el empleo de símbolos religiosos en el espacio público, especialmente en el caso de funcionarios del Estado y por último, la relación entre la laicidad y el patrimonio histórico de Québec. Su propuesta final consiste en afirmar que Québec debe de continuar con su modelo de laicidad abierta y profundizar en el mismo. Para ello recomiendan al Gobierno que elabore un Libro Blanco en que se defina el modelo de laicidad abierta aplicable en Québec. 4. LA PROPUESTA DE BOUCHARD Y TAYLOR El modelo de laicidad propuesto por Bouchard y Taylor se basa en cuatro principios, que priorizan después en orden inverso al que exponen al comienzo del informe
27
.
1. El Estado y la religión deben de actuar con independencia uno del otro, cada uno en su respectiva esfera. 27
Consultation Document, p. 26.
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2. El Estado no debe de identificarse con una religión o con una visión particular religiosa o no religiosa del mundo (o de creencias sobre los fundamentos últimos sobre la existencia) porque es el estado de todos los ciudadanos, no de todos los que suscriban una misma religión o visión. El principio que debe guíar este dilema es que la neutralidad exige un mismo respeto para con todos los ciudadanos. Este es un requerimiento de justicia impuesto por una sociedad que es diversa no sólo por el punto de partida de sus religiones, sino, más generalmente, por el punto de partida de sus distintas visiones del mundo ( y por el fundamento de sus creencias)
28
.
3. La regla de neutralidad e igualdad debe tenerse en cuenta también en la obligación del Estado de proteger a todos los ciudadanos de la opresión que una religión o grupo secular puede ejercer sobre otros miembros o ciudadanos, así como en su obligación de evitar todas las diferentes formas de opresión ejercidas por cualquier razón por algunos ciudadanos sobre otros ciudadanos. En otro lugar del informe denominarán este regla como principio de la igualdad moral de los ciudadanos. 4. Siguiendo lo previsto en las Cartas de Quebec y de Canadá en relación con la libertad de religión y libertad de conciencia, el Estado debe defender el derecho de cada ciudadano para expresar a través de su conducta tanto su religión, como su visión del mundo, dentro de los límites prescritos por la ley y el respeto por los demás. Estas cuatro propuestas están basadas respectivamente en cuatro principios que son: el principio de separación, que es la esencia de la relación entre el Estado y la religión, el principio de neutralidad, la protección de los derechos, y la libertad de conciencia y de religión
29
.
28
Esta idea está tomada de Rawls, como indicaremos a continuación. No la comparto porque parte de la base de que no podemos buscar unos fundamentos comunes, o una ética con unos principios comunes, entre personas de diversas religiones y creencias o no creencias. 29
Las preguntas sobre este punto de la laicidad realizadas a la ciudadanía.
1. En su opinión, ¿qué tipo de laicidad debe adoptar Québec? En otras palabras, ¿cómo debemos definir la relación que debe de prevalecer entre el Estado (o las instituciones públicas) y la religión? 2. ¿Es deseable excluir toda señal de vida religiosa de las instituciones públicas o incluso de los espacios públicos? En otras palabras, ¿debe de ser aplicado el modelo de laicidad integral? 3. ¿Qué tipo de laicidad piensa usted que recoge mejor la igualdad y el pluralismo como ideales deseables y evitar la discriminación y que animen al respeto mutuo?
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5. LA LAICIDAD Y LA NEUTRALIDAD Como punto de partida, el informe comienza describiendo el concepto de laicidad tal y como se entiende en los países occidentales, reiterando lo que se había expuesto en el Documento de consulta. La neutralidad del Estado no implica que éste sea indiferente ante ciertos valores, como los derechos humanos fundamentales, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y la soberanía popular. La democracia liberal implica unos valores intrínsecos a ella misma. Estos valores no son neutrales y además deben de ser exigidos a todos los ciudadanos. Personas con convicciones profundas tanto religiosas como seculares pueden estar de acuerdo sobre estos valores, los cuales permiten que los ciudadanos convivan juntos de un modo pacífico aunque tengan concepciones del mundo muy diferentes. Aunque las personas adopten estos valores por motivos o fundamentos diferentes están de acuerdo en defenderlos. En su argumentación Bouchard y Taylor recurren a uno de los conceptos extraídos de la filosofía de John Rawls, en su obra El liberalismo político, a quien citan explícitamente 30
. Los comisarios en un texto significativo sostienen que: “La presencia de un consenso
entrecruzado (más que integral) sobre los valores públicos fundamentales es la condición de existencia de las sociedades pluralistas como la de Québec. Una persona creyente podrá, por ejemplo, defender los derechos de libertad de la persona invocando la idea de que el ser humano ha sido creado a imagen de Dios; un humanista ateo o agnóstico dirá que hace falta proteger la igual dignidad de los seres racionales, mientras que un Autóctono se puede remontar a una concepción holística del mundo sosteniendo que los seres vivos y las fuerzas naturales son complementarias e interdependientes
4. ¿Qué valores pueden adscribirse a la vida religiosa, que al margen de su contenido doctrinal, que pertenezcan a nuestra herencia cultural? ¿Percibe en esto una fuente de humanismo y de valores que pueden ser útiles para la sociedad? 5. ¿Ha ido Québec muy lejos en relación con el establecimiento de un sistema de educación secular no confesional? ¿O debemos seguir, por el contrario, adelante en esa dirección excluyendo cualquier trazo de vida religiosa en las instituciones educativas? 6. ¿Piensa que es legítimo en Québec darle un estatuto especial al Catolicismo, dado el lugar que ha ocupado en la historia de la sociedad? ¿Piensa que la sociedad en su conjunto lo aceptaría? 7. ¿En qué consistiría ese estatuto especial para el Catolicismo? Ponga ejemplos concretos. 8. ¿Hasta dónde podríamos avanzar en esa dirección? 30
En la nota a pie de página del informe se explicita que el concepto de consenso entrecruzado ha sido elaborado por Rawls, en su obra El liberalismo político. Este planteamiento es totalmente Rawlsiano, como lo ha confirmado Jocelyn Maclure en la conversación que hemos mantenido, ante el posible asombro de que Taylor acepte el consenso entrecruzado como una posible fundamentación del consenso político sobre los valores. También en el informe se utiliza una idea similar al concepto de “ Doctrinas comprehensivas”, creado por Rawls, aunque sirviéndose de otros términos, como por ejemplo “concepciones del mundo” y “razones profundas”.
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unas en relación con las otras y que hay que conceder a cada uno un respeto igual, incluyendo a los seres humanos. Estas tres personas están de acuerdo sobre los principios sin estar de acuerdo sobre las razones que lo justifican”
31
.
Continuando con los argumentos del informe, el Estado por su parte puede identificarse con esos principios políticos comunes sin necesidad de hacer suyas ninguna de las razones profundas, múltiples y a veces irreconciliables, por las que los ciudadanos se adhieren a esos principios. Entienden por razones profundas las razones o los motivos que dependen de las concepciones del mundo y del bien que permiten a los individuos comprender el mundo que les circunda y dar un sentido y una dirección a sus vidas, dándose unos valores, una jerarquía entre ellos y unos objetivos en la vida, un sentido, que les conduce a estructurar su vida y a guiar su conducta. Es en esta esfera de razones profundas en la que los individuos apoyan su libertad de conciencia y de religión, protegidas por las Cartas de Derechos. Estas convicciones de conciencia incluyen tanto las convicciones profundas religiosas como las seculares. El Estado debe evitar jerarquizar esas distintas convicciones del mundo y del bien que motivan la adhesión de los ciudadanos a los principios que son el fundamento de su asociación política
32
. El Estado debe de permanecer neutral, no sólo en relación con la
religión, sino en relación con las diferentes concepciones filosóficas porque de lo contrario, no actuaría con verdadera neutralidad: “En efecto un régimen que reemplaza como fundamento de su acción a la religión por una filosofía moral y política totalitaria hace de todos los que se adhieren a una religión, cualquiera que sea, ciudadanos de segunda categoría, porque éstos no fundamentan sus razones profundas en la filosofía oficialmente reconocida. En otros términos, este régimen reemplaza la religión establecida, así como las razones profundas que le acompañan por una filosofía moral laicista antirreligiosa, que establece a su vez un orden de razones profundas. Una tal filosofía moral y política se convierte en una religión civil “
33
.
La convivencia no debe de apoyarse en un equivalente secular de la doctrina religiosa, sino sobre el conjunto de valores y principios que puede ser objeto de un consenso entrecruzado. El apoyo en valores públicos comunes lleva a asegurar la igual
31
Informe Bouchard-Taylor, p. 134. Este punto del razonamiento, muy extendido, no resulta muy convincente, ya que a mi juicio, como he sostenido en reiteradas ocasiones si estas tres personas (mencionadas en el texto que acabamos de trascribir) están de acuerdo es porque sus razones de fondo y sus argumentos son los mismos. Sólo un acuerdo en los fundamentos permite construir una ética común que es el fundamento de la democracia. Ello es compatible con la aceptación de la idea de consenso entrecruzado desde un punto de vista pragmático o de la política práctica mientras no se renuncie a la vez a buscar el fundamento racional. 32
Informe Bouchard-Taylor, p. 134. Este vocabulario recuerda bastante al concepto de las doctrinas comprehensivas de Rawls. 33
14
Informe Bouchard-Taylor, p. 135.
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dignidad de los ciudadanos, de manera que todos puedan adherirse a las grandes orientaciones del Estado según su propia concepción del mundo. Hace falta por tanto evitar confundir la laicidad de un régimen político con la secularización de la sociedad. La laicidad es el proceso por el que el Estado afirma su independencia en relación con la religión, mientras que la secularización hace referencia a la erosión de la influencia de la religión en las costumbres sociales y en la conducta de la vida individual. Si la laicidad es un proceso que se inscribe en el derecho, la secularización es más bien un fenómeno sociológico que se encarna en las concepciones del mundo y en los modos de vida de las personas. Por tanto, el Estado debe de ser laico sin promover la secularización. De todos modos, como el modelo de neutralidad es propio de un modelo liberal de Estado, éste fomenta la libertad y autonomía de los individuos, así como el espíritu crítico. Esto puede resultar más complicado para visiones del mundo que prefieren perpetuar un estilo de vida dando prioridad a la tradición por encima de la autonomía personal. Esta toma de postura ante ciertos valores como punto de partida es constitutiva de las democracias liberales. Eso significa que la neutralidad del Estado liberal no es absoluta. Permite que las razones profundas de los ciudadanos para asumir ciertos valores de la convivencia sean diferentes, pero exige la adhesión a ciertos valores, sin los que la democracia sería imposible; como por ejemplo, la igualdad de todos los ciudadanos y su autonomía en cuanto a la búsqueda de sus propios fines dentro de los límites marcados por el derecho. El Estado toma partido a favor de estos dos principios permitiendo que los ciudadanos elijan su modo de vida. Los ciudadanos son libres para elegir sus modos de vida como creyentes o ateos, pero no pueden imponer sus elecciones a los otros. En resumen, la idea propuesta aquí es la de una sociedad pluralista que a través del consenso entrecruzado acepta unos principios políticos, un acuerdo solidario entre los ciudadanos sobre principios, con independencia de que los motivos por los que se adhieran a ellos se fundamenten en una diversidad de razones de fondo, diferentes entre sí. 6. LOS PRINCIPIOS DE LA LAICIDAD ABIERTA Y SU JERARQUIZACIÓN El informe retoma los cuatro princios de la laicidad abierta que se habían apuntado anteriormente al señalar la propuesta de Bouchard y Taylor, invirtiendo el orden de exposición y atendiendo a la jerarquización entre los cuatro, según la tesis de ambos autores.
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La aportación novedosa de Bouchard y Taylor es el orden de prioridad o de jerarquización que establecen entre los cuatro principios, ya que este hecho marcará la diferencia entre el modleo de laicidad abierta frente al modelo de laicidad rígida. 34
La laicidad comprende según el informe cuatro grandes principios
. Los dos
primeros reflejan los fines que se persiguen. El tercero y el cuarto son estructuras institucionales de la laicidad cuyo fin es alcanzar los dos primeros objetivos
35
. Pueden
adoptar un modelo más restrictivo o más permisivo en relación con la práctica religiosa. 1. El primer principio es la igualdad moral de las personas como objetivo premisa fundamental en la que se apoya la protección de los derechos. El Estado debe ser neutral ante la pluralidad de concepciones del mundo. No puede identificarse con ninguna religión o visión del mundo particular porque es el Estado de todos los ciudadanos. Es autónomo en sus campos de jurisdicción. No debe favorecer ni desfavorecer a ninguna religión, ni convicción profunda. Deberá justificar las decisiones que tome. 2. El segundo principio consiste en la libertad de conciencia y de religión. Defenderá la libertad de conciencia y de religión de sus ciudadanos, siempre que sea legítimamente constreñida. 3. El tercer principio es el de la separación entre Iglesia y Estado
36
.
4. El cuarto principio se refiere a la neutralidad del Estado en relación con las religiones y las convicciones profundas seculares
37
. Esta autonomía es recíproca.
El Estado está libre de toda tutela religiosa y las asociaciones religiosas son autónomas en sus campos de jurisdicción, están sometidas a la obligación de respetar los derechos fundamentales y el orden legal. Las religiones no tienen un trato privilegiado por parte del Estado, pero también son autónomas y no deben de estar bajo el control del mismo.
34
Informe Bouchard-Taylor, pp. 135-136. Como hemos señaladio en el epígrafe cuarto, la laicidad incluye, según Bouchard y Taylor, cuatro grandes principios. Dos de ellos definen algunos de los objetivos profundos; a saber, la igualdad moral de las personas o el reconocimiento del igual valor moral de cada una de ellas, y la libertad de conciencia y de religión. Los otros dos se traducen en las estructuras institucionales esenciales para realizar estos fines, a saber; la neutralidad del Estado en relación con las religiones y la separación de la Iglesia y el Estado. Las estructuras institucionales de la laicidad, siendo indispensables, pueden definirse, como veremos, de diferentes formas, de un modo más o menos permisivo o restrictivo, en relación con la práctica religiosa 35
Informe abreviado, p. 45.
36
Lo que ya ha sido expuesto en el punto anterior.
37
Informe Bouchard-Taylor, p. 20 y p. 135.
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Las dificultades vendrán al tratar de encontrar el equilibrio y la armonía entre esos cuatro principios, lo que ha dado lugar a soluciones distintas en los diversos países democráticos. Los cuatro principios pueden entrar en conflicto y conducir a situaciones límites pero se deben encontrar caminos y criterios para hallar soluciones. En el modelo de laicidad abierta que se defiende en el informe los dos primeros principios son objetivos a alcanzar y los otros dos son instrumentales. Algunos sistemas restringen la expresión de la libertad de religión subordinándola a la neutralidad del Estado
38
.
Bouchard y Taylor no están de acuerdo con ese sistema, porque la neutralidad del Estado debe ser diseñada de manera que permita la expresión de las convicciones, no para ocultarlas
39
.
Hay tres razones por las que piensan que ese tipo de laicidad restrictiva no es apropiada para Québec. 1. El modelo de laicidad restrictiva no pone las instituciones al servicio de los dos primeros fines. 2. La atribución a las escuelas de una misión de emancipación dirigida contra la religión no es compatible con el principio de neutralidad del Estado en relación con los creyentes y no creyentes. 3. El proceso de integración en una sociedad diversificada se alcanza a través de los intercambios entre ciudadanos, que así aprenden a conocerse unos a otros (ésta es la filosofía del modelo de interculturalidad de Québec definida en el informe), no dejando las identidades de los individuos relegadas a la vida privada. La laicidad abierta busca desarrollar los dos primeros objetivos a través de los otros dos principios. Ese es el camino que ha seguido Québec históricamente como lo atestigua el Informe Proulx, que promueve también la laicidad abierta. La posición que adopta el informe es la de mantenerse en el camino que ha seguido Québec desde la elaboración del informe Prouxl
40
.
38
En el Informe abreviado se indica que Francia ha adoptado una legislación restrictiva en relación con el uso de símbolos religiosos en las escuelas, y que se aproxima a ese tipo de laicidad restrictiva, pero que en la práctica es mucho más flexible que lo que sugiere su fama (Informe abreviado, p. 45). 39
En el Informe abreviado se recoge el actual debate en Francia, donde la laicidad se ha presentado como un componente esencial de la identidad Republicana. Algunos republicanos franceses creen que la misión de las escuelas laicas es emancipar a los estudiantes de la religión. Otros creen que la cultura y las identidades religiosas impiden la integración social, que debe basarse en una ciudadanía que excluye cualquier particularidad (cfr, Informe abreviado, p. 46) 40
Rapport PROUXL. Groupe de travail sur la place de la religión à l´école, Laicité et religions: perspective nouvelle pour l´école québécoise. Rapport du Groupe de travail sur la place de la religión à l ´école. Québec: Ministère de l´Éducation, 1999, 296 pp.
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7. EL ORIGEN DEL CONCEPTO DE LAICIDAD ABIERTA En relación con el origen del término laicidad abierta, los Comisarios se inspiran en el informe Proulx de 1999 sobre el lugar de la religión en la escuela: “Una laicidad abierta reconoce la necesidad de que el Estado sea neutral -las leyes y las instituciones públicas no deben favorecer ninguna religión ni concepción secular -pero reconoce también la importancia para muchos de la dimensión espiritual de la existencia y, por tanto, de la protección de la libertad de conciencia y de religión”
41
.
A la luz de esta concepción el informe sugirió suprimir las clases de religión católica y protestante confesionales o moral no confesional, y su sustitución por un curso de “Ética y cultura religiosa”
42
. La finalidad es que todos los alumnos tengan un conocimiento
mínimo de las religiones de los ciudadanos de Québec, para que les ayude a comprenderse y convivir. Según el informe, este consejo de la Comisión Prouxl refleja uno de los aspectos de la laicidad abierta
43
. En síntesis, la laicidad abierta permite a los ciudadanos expresar
sus convicciones en la esfera pública siempre que respeten los derechos de los demás. Los comisarios afirman que el concepto de laicidad que ellos proponen es más liberal que republicano, en el sentido de que tiende a proteger al máximo las expresiones de la libertad religiosa. Su finalidad es proteger los derechos y está al servicio de éstos. No es un principio constitucional, ni una nota de la identidad a defender
41
44
. La neutralidad y la
Informe completo de la Comisión Bouchard-Taylor, pp. 140-141.
42
CONSEIL SUPÉRIEUR DE L’ÉDUCATION, Pour un aménagement respectueux des libertés et des droits fondamentaux : une école pleinement ouverte à tous les élèves du Québec. Avis au ministre de l’Éducation, 2005, 51 pages. También véase COMITÉ SUR LES AFFAIRES RELIGIEUSES, La Laïcité scolaire au Québec, un nécessaire changement de culture institutionnelle. Avis au ministre de l’Éducation, du Loisir et du Sport, 2006, 62 pages. 43
Sin embargo, debemos señalar que precisamente el informe Prouxl ha recibido muchas críticas por su recomendación de suprimir los cursos de religión porque la laicidad abierta no implica necesariamente esa supresión, como lo demuestra el sistema que existe en la mayoría de los países europeos con modelos de laicidad abierta o laicidad positiva en la que existen acuerdos entre el Estado y las distintas confesiones para la impartición de clases doctrinales de cada religión concreta. Por otra parte, académicos, como la profesora Pauline Côte de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Laval, critican que no existe un cuadro jurídico formal en el que se haya definido el concepto de laicidad abierta en la normativa de Québec, ni de Canadá. La única base jurídica son las Cartas de Derechos y Libertades. El informe Prouxl no es ninguna norma jurídica. Véase, CÔTE, P. “Québec and Reasonable Accommodation: Uses and Misuses of Public Consultation”, en Lori G. Beaman y Peter Beyer, Religion and Diversity in Canada, Leiden-Boston, Brill, 2008, pp. 41-65. 44
Según se recoge en el Informe, como ha subrayado Micheline Milot, en Québec y en Canadá, la «séparation des pouvoirs politique et religieux, l’absence de religion d’État, la neutralité et la laïcité (on retrouve toutes ces expressions dans la jurisprudence) apparaissent comme des exigences qui s’imposent à l’État et aux institutions publiques, mais elles ne sont pas définies comme des principes constitutionnels ni comme des valeurs en surplomb (comme c’est le cas en France pour la laïcité qui est non seulement un principe constitutionnel mais une valeur qui définit la République). Elles apparaissent en quelque sorte subordonnées à des droits reconnus comme
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separación Iglesia-Estado no son fines en sí mismos, sino medios que permitan lograr los dos primeros objetivos de la igualdad moral y de la libertad de conciencia. Por otra parte, los comisarios reconocen que no existe un marco jurídico definido, sino una práctica de hecho que ha sido la pauta de los organismos públicos, pero las audiencias públicas a raíz de los trabajos de la Comisión han mostrado los desacuerdos entre los ciudadanos sobre el modelo de laicidad deseable para Québec en el futuro. Bouchard y Taylor aportan argumentos a favor de consolidar el modelo de laicidad abierta que de hecho existe en la práctica en Québec y rechazan la propuesta de algunos ciudadanos y académicos de avanzar hacia un modelo de laicidad estricta, más similar al republicanismo francés, tampoco aceptan una vuelta a la normativa en educación anterior al informe Prouxl. Ello no obsta para que los Comisarios diferencien entre una enseñanza aconfesional y una enseñanza laicista por lo que en las primeras páginas del Informe sientan la base de que “La atribución a la escuela de una misión de emancipación dirigida contra la religión no es compatible con el principio de neutralidad del Estado ante la religión y la no religión “
45
.
8. LAICIDAD ABIERTA VERSUS LAICIDAD RÍGIDA Para Taylor la religión forma parte de la expresión de la propia identidad. Son aspectos que no se pueden separar, por tanto no se debe relegar la religiosidad a la vida privada. Esto último supondría en el fondo un atentado a la identidad de la persona, a su integridad moral. Taylor atribuye a las creencias un lugar fundamental en la formación de la identidad de la personas, como se demuestra en su famosa obra Las fuentes del yo
46
. Como
consecuencia del desarrollo de esta idea ha escrito a raíz del informe un nuevo libro, junto con el profesor Jocelyn Maclure, sobre la laicidad y la libertad de conciencia
47
.
La crítica de una laicidad de Estado como un nuevo modo de religión es clarividente. Taylor lleva tiempo trabajando estas ideas, como se demuestra también en el erudito,
fondamentaux.» (MILOT Micheline. « Les principes de laïcité politique au Québec et au Canada », dans Micheline Milot (dir.), Bulletin d’Histoire politique, numéro spécial: « La laïcité au Québec et en France », vol. 13, no 3, 2005, p. 13-27. Aquí p. 19). La laïcité «ouverte» se rapproche de ce que Milot appelle la laïcité «de reconnaissance». Selon elle, la laïcité de reconnaissance «est sans doute, parmi les différentes modalités de mise en œuvre de la laïcité, la plus exigeante socialement, éthiquement et politiquement»(MILOT M. La Laïcité, Montréal, Novalis, coll. 25 questions, 2008, 128 pages. Aquí p. 65). 45
Informe Bouchard-Taylor, p, 20.
46
TAYLOR, C. Sources of the Self. The Making of the Modern Identity, Cambridge, Cambridge University Press, 1989. Traducción al castellano, Fuentes del yo. La construcción de la identidad moderna, Barcelona, Paidós, 1996. 47
La publicación del libro está prevista para enero de 2010. Será editado por Éditions Boréal en Montréal (Québec).
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complejo y extenso libro A Secular Age, publicado en el año 2007
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48
. Por el conjunto de
su trayectoría ha recibido merecidamente el premio Templaton. Del mismo modo resulta brillante ese retrato del republicanismo de Estado ciego a la diferencias, que pretende igualar en una falsa neutralidad a todos los ciudadanos prescindiendo de su identidad religiosa y cultural, con un asimilacionismo en la ética republicana de Estado, que se convierte en una religión de la vida pública, que no permite el ejercicio de una verdadera libertad de conciencia. Un sistema de laicidad estricta prioriza la neutralidad del Estado sobre las manifestaciones de la libertad de los individuos. Como contraste, un régimen de laicidad abierto defiende un modelo cuyo gozne es la protección de la libertad de religión y de conciencia, y un modelo de neutralidad del Estado más suave o flexible, permitiendo posiciones más dúctiles y acomodamientos de las prácticas religiosas en la esfera pública. Según los modelos que adopte cada Estado, caben hacer compatibles actuaciones rígidas en algunos supuestos y más flexible en otros. Francia por ejemplo ha sido rígida en la prohibición de símbolos religiosos en la escuela pública, pero continúa subvencionando a las iglesias católicas, a las protestantes y a las sinagogas, también financia con un 75% las escuelas privadas confesionales. El documento pasa a continuación a realizar una crítica abierta del modelo laicista de Estado (laicismo rígido) porque esta postura no es neutral, sino que en el fondo considera a la religión como algo negativo. Un modelo de laicidad puede buscar favorecer o bien la emancipación de los individuos en relación con la religión, y por tanto la secularización o la erosión de la creencia religiosa, o bien, como mínimo, la relegación estricta de la práctica religiosa al confín de la vida privada y de la vida asociativa. Esta concepción de la laicidad defiende una opinión o un punto de vista negativo, con diferentes grados, sobre la religión en si misma, vista como incompatible con la autonomía racional de los individuos. La laicidad se convierte así en un instrumento de la emancipación de los individuos por la crítica o la puesta a distancia de la religión.
48
TAYLOR, C. A Secular Age, Harvard, Harvard University Press, 2007. Para Taylor, depender completamente de puntos de vista secularizados sólo conduce a resultados fragmentados y defectuosos, incapaces de percibir la comunidad global en su complejidad. Según el resumen que ofrece la editorial Harvard: “Taylor, long one of our most insightful thinkers on such questions, offers a historical perspective. He examines the development in "Western Christendom" of those aspects of modernity which we call secular. What he describes is in fact not a single, continuous transformation, but a series of new departures, in which earlier forms of religious life have been dissolved or destabilized and new ones have been created. As we see here, today's secular world is characterized not by an absence of religion -although in some societies religious belief and practice have markedly declined- but rather by the continuing multiplication of new options, religious, spiritual, and anti-religious, which individuals and groups seize on in order to make sense of their lives and give shape to their spiritual aspirations”. Cfr., <http://www.hup.harvard.edu/catalog/TAYSEC.html>
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Esta visión es problemática en sociedades plurales como la de Québec. La idea subyacente de que la razón sólo puede cumplir su función emancipadora únicamente si se desgaja de toda fe religiosa es muy contestable. Hay todo el derecho a pensar que una persona puede hacer uso de su razón en su vida para otorgar un lugar en ella a la fe. Además el riesgo de que este valor de emancipación entre en conflicto con los otros principios de respeto igual a todos los ciudadanos en relación con la libertad de conciencia es bastante alto. El Estado laico, que pretende ponerse a distancia de la religión, adhiriéndose a la concepción del mundo y del bien de los ateos y de los agnósticos no trata en consecuencia con una consideración igual a los ciudadanos que otorgan un lugar a la religión en su sistema de creencias y valores. Esta forma de laicidad no es neutral en relación con las razones profundas que animan a los individuos. El compromiso del Estado a favor de la autonomía de los individuos implica que estos últimos sean reconocidos como soberanos en relación con su conciencia y que tengan la posibilidad de hacer sus propias elecciones existenciales, tanto si éstas son seculares, como si son religiosas o espirituales. Se puede también pensar que un modelo de laicidad más duro puede ser necesario al servicio de la finalidad de la integridad cívica, por encima del igual valor de las personas y de la libertad de conciencia. En ese sentido la integración comprende la aceptación de una identidad cívica común y dentro de ésta la persecución de un bien común. Para algunos, la integración y la cooperación entre los ciudadanos en aras a la integración exige borrar o neutralizar todas las marcas identitarias que diferencian a los ciudadanos (tanto la religión, como la etnicidad). Esta posición republicana supone que borrar la diferencia es una condición previa de la integración
49
.
Es compatible estar de acuerdo con la idea de que la laicidad debe de servir de integración cívica, a la vez que se niega la premisa según la cual el borrar la diferencia sea necesariamente una condición para la integración. Desde este punto de vista, el diálogo, la comprensión mutua y la cooperación entre los ciudadanos de una sociedad diversificada exigen al contrario que sus semejanzas y sus diferencias sean reconocidas y respetadas. El desarrollo de un sentimiento de pertenencia y de identificación en una sociedad como la de Québec debe tener en cuenta “el reconocimiento razonable” de las diferencias y no debe de relegarlas estrictamente a la esfera privada. Esta es una de las implicaciones del modelo de interculturalidad que se defiende en el informe Bouchard-
49
Informe Bouchard-Taylor, p. 138.
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Taylor. Esta concepción abierta de la laicidad, además de proteger el derecho a la libertad de conciencia y de religión, contribuye subsidiariamente a la integración cívica
50
.
9. LA NEUTRALIDAD SE EXIGE A LAS INSTITUCIONES PERO NO A LOS INDIVIDUOS Según los Comisarios, la neutralidad del Estado supone que las instituciones públicas deben ser neutrales, pero ésto no implica que los ciudadanos en cuanto tales deban de prescindir de sus creencias en la vida pública
51
porque en el modelo de la laicidad
abierta, la exigencia de neutralidad se dirige a las instituciones pero no a los individuos 52
. Sin embargo, según el modelo de laicidad estricta los individuos deberían abstenerse
de manifestar su fe cuando hacen uso de las instituciones públicas, o de un modo más amplío en cuanto entren en el espacio público. Por el contrario, el modelo de laicidad abierta justifica que los individuos reclamen ciertos acomodamientos razonables dentro de las prestaciones que reciben a través de las instituciones públicas para hacerlas compatibles con su religión. Ciertamente los ciudadanos son más sensibles con acomodamientos basados en minusvalías físicas que en ajustes debidos a motivos religiosos. Hay una tendencia generalizada a diferenciar ambas situaciones basándose en el razonamiento de que las minusvalías no es algo de lo que los individuos puedan prescindir, ni se han elegido libremente, y por todo ello se justifica una inversión especial del Estado para acomodar (adaptar) los espacios públicos, mientras que se entiende que las prescripciones religiosas son elegidas y además se puede prescindir de ellas en determinados ámbitos. Según este razonamiento, la sociedad no debe de hacer ningún esfuerzo para adaptarse a las consecuencias derivadas de elecciones relacionadas con la religión. Los Comisarios consideran que tratar de este modo las prescripciones religiosas de 50
En la introducción del Informe en su versión completa se afirma desde un inicio que “Favorece a la integración cívica que los ciudadanos puedan intercambiar entre ellos sus culturas y creencias, que puedan así conocerse y manifestar sus identidades en la vida pública” (Informe BouchardTaylor, p. 20) . 51
En esta línea, como ya se ha indicado anteriormente, los Comisarios consideran que el régimen anterior a la ley 95 de 2005, en el que se enseñaba sólo dos religiones concretas en la escuela pública, la católica y la protestante, contravenía el principio de neutralidad de las instituciones públicas. La ley 95 de 2005 pone fin a la instrucción en los colegios públicos de religión confesional católica, protestante o el curso de moral alternativo, por la nueva asignatura obligatoria a partir del curso 2008/2009. National Assembly (Québec) Parliamentary Proceedings, Committee on Education, 37th Legislatura, 1st Session, www.assnat.qc.ca/eng/37legislature1/commissions/ce/index.shtml . National Assembly (Québec) 1st Session, 37h Legislature, Bill 95 An Act to amend various legislative provisions of a confessional nature in the education field (2005), c. 20), <www2.publicationsduQuébec.gouv.qc.ca.home.php> 52
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Informe Bouchard-Taylor, p. 142.
Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
los individuos es discriminatorio debido a que una consecuencia del ejercicio de la libertad es poder desarrollar la identidad en aspectos que se relacionan con las convicciones profundas de las personas y de sus conciencias, no sólo en relación con los aspectos religiosos, sino también conforme a ideas humanistas o filosóficas. Todas esas manifestaciones externas forman parte de la “integridad moral” de la persona y no se pueden separar de la misma. La persona es soberana en las elecciones basadas en su conciencia. Ello es compatible con un margen de adaptación, de negociación recíproca en las instituciones públicas. En ocasiones quienes defienden un modelo de laicidad estricta utilizan el argumento de que la religión es fuente de opresión, cuando por ejemplo, puede exigir prácticas que conduzcan a rechazar tratamientos médicos con peligro de muerte, o exijan prácticas contrarias a la igualdad entre los sexos. Por ello estos últimos consideran que habría que prohibir como prevención no sólo las prácticas contrarias a los derechos fundamentales, sino también ciertas manifestaciones que en apariencia también serían contrarias a estos principios fundamentales de nuestra sociedad. Un ejemplo de este tipo es la discusión sobre el uso del foulard por parte de mujeres musulmanas
53
. Muchos ciudadanos han manifestado su opinión a favor de la prohibición
53
COMMISSION DES DROITS DE LA PERSONNE ET DES DROITS DE LA JEUNESSE. Le Pluralisme religieux au Québec. Un défi d’éthique sociale, cat. 7.113-2.1.1, Montréal, 1995, 30 pages. Ce document a été publié par la Commission des droits de la personne. Le 29 novembre 1995, cette commission a été fusionnée avec la Commission de protection des droits de la jeunesse. Le nom du nouvel organisme est Commission des droits de la personne et des droits de la jeunesse. Ce document a été préparé par un comité composé de : Pierre Bosset, Direction de la recherche, Gisèle Cloutier, Direction des Communications, Muriel Garon, Direction de la recherche, Monique Lortie, Direction de l'éducation, Monique Rochon, Direction des communications Rédaction, Première partie : Monique Rochon , Deuxième partie : Pierre Bosset . Document adopté à la 389e séance de la Commission, tenue le 3 février 1995, par sa résolution COM-389-4.1. Disponible en <www.cdpdj.qc.ca/fr/publications/docs/hidjab.pdf> Le Pluralisme religieux au Québec. Un défi d’éthique sociale, p.18, sobre “Le port du foulard islamique Dans les écoles publiques: “ On a rapporté récemment le cas d’une jeune fille, habitant sur le territoire de la Commission des écoles catholiques de Montréal, qui a dû s’inscrire dans une école autre que celle de son choix. Cette mesure était apparemment fondée sur le fait que la jeune fille portait le foulard islamique,en contravention possible des règles vestimentaires en vigueur dans l’école qu’elle désirait fréquenter. Sans se prononcer sur ce cas précis, dont la Commission n’est pas saisie, le présent avis analyse cette problématique dans ses aspects généraux. Il vise à dégager les principes juridiques applicables, tels qu’ils découlent de la Charte des droits et libertés de la personne et de la législation scolaire québécoise. Sont notamment prises en considération les dispositions pertinentes de la Loi sur l’instruction publique, et celles de la Charte qui consacrent les droits et libertés suivants : - les libertés de conscience et de religion (art. 3); - le droit à l’égalité dans la reconnaissance et l’exercice des droits et libertés (art. 10); - le droit à l’instruction publique gratuite, dans la mesure et suivant les normes prévues par la loi (art. 40).
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del uso del pañuelo en los espacios públicos porque consideran que es un signo de la inferioridad y sumisión de la mujer con respecto al hombre, que se le impone a la primera como una prescripción exigida por la religión musulmana. Esta opinión presupone una interpretación única del significado del foulard realizado por “una interpretación del otro a partir de los propios esquemas”, sin escuchar al otro. Las mujeres que utilizan el foulard pueden hacerlo por múltiples razones. Muchas de las musulmanas consultadas
54
durante las audiencias públicas afirman usar el foulard voluntariamente e insisten en que es su elección personal en relación al modo como quieren vivir su vida y su fe
55
.
La problématique est analysée dans le contexte législatif et réglementaire propre à l’école publique. En ce sens, elle doit être distinguée de celle que soulève le port obligatoire du foulard islamique pour le personnel des écoles privées musulmanes, question qui fait l’objet de l’avis portant sur les contraintes vestimentaires d’ordre religieux applicables au personnel de certaines écoles privées, qu’on trouvera reproduit plus loin. Nous sommes conscient que, sans soulever la même controverse que dans certains pays, tels la France (où le principe de la laïcité scolaire est inscrit dans la Constitution), le port de vêtements comme le foulard islamique soulève la question, plus large, des rapports devant exister entre les normes en vigueur dans les institutions publiques et les exigences de certaines religions. La question mérite un débat de société, en raison des enjeux en présence. Elle déborde cependant le cadre du présent avis, qui analyse d’un point de vue strictement juridique les problèmes que pose le port d’un vêtement particulier - le hidjab - dans un contexte bien précis, celui de l’école publique. 54
FOURNIER, P. “La femme musulmane au Canada, un être visible cache?”, Número monográfico sobre “La religión dans l´espace public”. Éthique Publique. Revue internationale d´éthique societales et gouvernementale, Éditions Liber, printemps, Vol. 8, nº 1, (2006), pp. 44-51. 55
Le Pluralisme religieux au Québec. Un défi d’éthique sociale, pp. 20-21:
“2.2 Le foulard islamique et la Charte Sous l’angle du droit à l’égalité, l’interdiction du foulard islamique peut être envisagée de deux manières. 2.2.1 La discrimination directe Si seul le port du hidjab est interdit, il s’agit d’une forme de discrimination directe, au sens où l’entend la Cour suprême du Canada. Il n’appartient pas à la Commission de trancher la question qui relève moins du droit positif que de l’exégèse coranique - de savoir si le hidjab est bel et bien obligatoire du point de vue du dogme islamique. Comme le prévoient les lignes directrices de la Commission et la jurisprudence du Tribunal des droits de la personne, la conformité au dogme dans les cas où il en existe un - n’est pas essentielle à la recevabilité d’une plainte de discrimination. Que le port du hidjab soit ou non formellement requis par le Coran ou par l’une ou l’autre des interprétations qui en sont faites,seul importe le fait que l’interdiction expresse de ce vêtement stigmatise des personnes de foi musulmane, et les astreint à des conditions d’exercice du droit à l’instruction publique moins avantageuses par rapport à d’autres. Une telle discrimination est incompatible avec la Charte. Le caractère confessionnel - catholique ou protestant - d’une école ou d’une commission scolaire justifie-t-il une telle interdiction ? Même si, pour les fins de la discussion, on admet qu’une école publique puisse se prévaloir des dispositions de l’article 20, seules sont permises les distinctions justifiées au sens objectif par le caractère religieux d’une institution sans but lucratif. Il est douteux qu’une école commune, ouverte par définition à tous, puisse interdire le port de signes d’appartenance religieuse autre que catholique ou protestante. Dans un système qui reconnaît à l’élève, non seulement le droit de choisir entre l’enseignement moral et l’enseignement religieux, mais aussi le droit de recevoir un enseignement religieux autre que catholique ou protestant lorsqu’un tel enseignement est dispensé à l’école, une telle prohibition ne peut être considérée comme objectivement justifiée.
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Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
La cuestión crucial es si el Estado está autorizado a decidir el significado que los ciudadanos dan a ciertas expresiones de las personas en cuanto ciudadanos o si es algo que pertenece a las personas mismas. El Estado posee ciertas competencias de interpretación cuando ciertos símbolos son contrarios al orden público
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o lesionan los
2.2.2 La discrimination indirecte L’interdiction du hidjab peut aussi découler de règles en apparence neutres, applicables à l’ensemble des élèves. Il en est ainsi, en particulier, des règles qui interdissent le port de vêtements risquant de « marginaliser » l’élève, règles que certaines directions d’école, à tort ou à raison, interprètent comme visant aussi le foulard islamique. La Cour suprême du Canada a jugé que même une norme d’apparence neutre et d’application générale peut porter atteinte au droit à l’égalité. Statuant dans le contexte particulier d’une norme d’emploi, le plus haut tribunal du pays a affirmé qu’une telle norme « peut quand même être discriminatoire si elle touche une personne ou un groupe de personnes d’une manière différente par rapport à d’autres personnes aux quelles elle peut s’appliquer ». Il ne fait pas de doute que ce principe s’applique aussi en matière scolaire. Une école qui, s’autorisant d’une règle de conduite interdisant les vêtements qui marginalisent l’élève, prend des sanctions à l’endroit d’une jeune fille portant le hidjab, porte donc atteinte, en principe, au droit de celle-ci à l’égalité. Ce droit est violé même lorsque la substance du droit invoqué à titre principal - ici, le droit à l’instruction publique gratuite - n’est pas détruite ou compromise : « Lorsque l’égalité n’est qu’une modalité de particularisation d’un autre droit, il n’est toutefois pas nécessaire que sa violation constitue une négation de ce droit pour donner ouverture à un remède. Il suffit qu’une distinction incompatible avec la règle d’égalité soit établie dans la détermination des modalités de ce droit. ». L’une des modalités d’exercice du droit à l’instruction publique gratuite veut que l’élève ait, en principe, le libre choix de son école. Ainsi conçue, la liberté de religion comprend le droit de porter un type particulier de vêtement pour des motifs religieux. Ce droit est enfreint, en principe, par l’interdiction faite à une élève de foi musulmane, contrairement à ses convictions, de porter le hidjab “. 56
Le Pluralisme religieux au Québec. Un défi d’éthique sociale, p. 24: “L’ordre public et l’égalité des sexes. Plus délicates sont les considérations portant sur ce qu’on pourrait appeler la « symbolique » du hidjab, dans lequel plusieurs voient le signe, sinon le véhicule d’une oppression des femmes au sein du monde musulman. Le principe d’égalité des sexes figure parmi les droits et libertés que l’école et l’enseignant ont l’obligation de promouvoir, tout comme ils doivent préserver un ordre interne essentiel à l’accomplissement de leur mandat. La question de savoir si le port du foulard islamique est incompatible avec ces obligations, au point de justifier son interdiction comme moyen d’expression des convictions religieuses dans un milieu donné, doit nécessairement faire l’objet d’un examen contextualisé, où il convient de distinguer le foulard proprement dit de l’usage symbolique et idéologique qui en est fait. En lui-même, le port du foulard islamique témoigne d’une conviction religieuse dont la légitimité intrinseque n’est pas contestée. C’est faire injure à celle qui le porte de l’assimiler à un symbole à proscrire, au même titre que la croix gammée par exemple. De manière générale, le port du hidjab doit donc être considéré licite. Il ne devrait faire l’objet d’une interdiction ou d’une réglementation que dans des circonstances où il est démontré que l’ordre public ou l’égalité des sexes sont en péril. Ce serait le cas, par exemple, s’il s’avère que des élèves sont forcées de porter le hidjab contre leur volonté. Si l’école doit respecter la liberté de celles qui désirent porter le hidjab, elle doit aussi appuyer celles qui désirent ne pas le porter. L’école serait également justifiée d’intervenir, à notre avis, lorsqu’un port orchestré du hidjab vise, de toute évidence, à créer ou à aggraver des tensions entre groupes d’élèves, ou à inciter à la discrimination fondée sur le sexe. Dans de telles circonstances, une intervention coercitive, de nature temporaire et proportionnelle à la gravité des faits, serait justifiée. L’existence de telles situations mettant en péril l’ordre public et le principe
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derechos de los demás, como el discurso del odio o la propaganda racista
57
. Tiene por
ello obligación de asegurar y vigilar que la práctica religiosa no comprometa los derechos de los demás, ni ataque los fines legítimos dentro del marco legal dirigidos a preservar el bien común. Todo ello cuando esos actos en si mismos son contrarios a derecho. Pero el Estado no puede ser el intérprete de la postura que cada ciudadano toma con respecto a la religión. No puede presuponer que toda persona que use el foulard lo hace forzadamente y con ese significado de sumisión
58
.
Tampoco la actitud del Estado debe limitarse a la de evitar los casos en los que por motivos religiosos se viole el orden público, sino que debe de proteger con acciones positivas las convicciones filosóficas, humanistas o religiosas, las ideas morales profundas de los ciudadanos. Éstas aportan e influyen en los valores sociales del espacio público y han sido en muchas ocasiones los motores de cambios sociales beneficiosos a favor de la democracia. Entre los ejemplos citados por el documento se encuentran el hinduismo pacifista de Gandhi, que se ha inspirado a su vez en ciertas corrientes cristianas, reflejado a su vez más tarde en otros movimientos de no violencia, como el de Martin Luther King o Nelson Mandela. La propia filosofía laica y racionalista
d’égalité des sexes doit cependant être démontrée, le principe de base devant être le respect de la volonté individuelle de porter le hidjab. Ce principe n’exclut pas, en fait il exige, la vigilance face aux utilisations politiques ou idéologiques qui peuvent, par ailleurs, être faites de ce vêtement”. 57
El Consejo de Europa ha presentado un Manual sobre el dicurso del odio, basado en la jurisprudencia del tribunal Europeo de Derechos Humanos, véase el texto WEBER, A. Manuel sur le discours de haine, Leiden- Boston, Martinus Nijhoff Publishers, Council of Europe Manuals, 2008, 97 pp. 58
Le Pluralisme Religieux au Québec: un défi d´éthique sociale, pp. 12-13; “ À cet égard, nous constatons qu'une part importante de la discussion publique des derniers mois touchait l'interprétation du Coran proprement dit, notamment quant à l'obligation de porter le foulard. Nous estimons qu'il ne nous appartient pas de nous prononcer sur cette question particulière qui, nous semble-t-il, relève au premier chef d'une réflexion à poursuivre dans la communauté musulmane. Cependant, plusieurs personnes se disent inquiètes du sort réservé au droit à l'égalité des jeunes musulmanes portant le hidjab et qui, consciemment ou non, le porteraient plus ou moins librement. Quelques précisons s'imposent. Au-delà des divergences quant à l'interprétation du Coran et par respect pour les personnes qui choisissent de porter le hidjab, nous devons présumer que ce choix constitue une façon d'exprimer leur appartenance et leurs convictions religieuses. C'est, à notre avis, faire injure aux jeunes filles et aux femmes qui portent le hidjab de présumer que leur choix n'est pas éclairé ou qu'elles le font par militantisme contre le droit à l'égalité. C'est également leur faire injure que d'assimiler le hidjab à un symbole à proscrire au même titre que la croix gammée, par exemple, ou de le banaliser en le plaçant au même niveau qu'une simple casquette. De manière générale, le port du hidjab doit donc être considéré licite et il ne devrait faire l'objet d'une interdiction ou d'une réglementation que dans des circonstances où il serait démontré que l'ordre public ou l'égalité des sexes sont en péril. Ce serait le cas, par exemple, s'il s'avérait que des élèves sont forcées deporter le foulard contre leur volonté. Si l'école doit, au nom de la liberté de conscience, respecter la liberté de celles qui désirent porter le hidjab, elle doit aussi, pour la même raison, appuyer celles qui désirent ne pas le porter. Il faut convenir toutefois que ce qui se passe dans le secret de la vie privée peut échapper aux possibilités d'intervention de l'école à cet égard”.
26
Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
de Jürgen Habermas reconoce que ciertas ideas morales propias de la tradición cristiana han sido traducidas en términos seculares
59
. En resumen, las religiones no son
enemigas de los valores democráticos, sino que son instituciones de transmisión de valore sociales y morales. 10. ¿POR QUÉ LA LAICIDAD ABIERTA? La laicidad es hoy una dimensión indispensable en el modo de gobernar de los estados democráticos y liberales, pero se encarna siempre dentro de contextos particulares. Los Estados interpretan y aplican los valores y los principios estructurales de la laicidad a la luz de su propia realidad. Los modelos de laicidad se estructuran en un abanico que va desde los más restrictivos a los más liberales en relación con el lugar que debe ocupar la religión y la práctica religiosa en la sociedad
60
.
El modelo de laicidad abierta que se defiende en el informe hace posible armonizar los cuatro principios de la laicidad, logrando tratar a todas las personas por igual sin favorecer ninguna religión, pero garantizando a la vez una protección amplia, pero razonable de su libertad de conciencia. La razón fundamental por la que optan por la laicidad abierta es porque es el modelo que mejor lleva a cabo los cuatro principios de la laicidad; el respeto a la igualdad moral de las personas, la libertad de conciencia y de religión, la autonomía recíproca de la Iglesia y el Estado y la neutralidad de este último. Nadie puede rebatir el hecho de que la laicidad abierta es la que ofrece la protección más amplia a la libertad de conciencia y de religión. Los críticos de este tipo de laicidad consideran que este modelo atribuye una importancia demasiado grande a la libertad de religión, lo que podría comprometer a la neutralidad religiosa del Estado y como consecuencia a la igualdad de los ciudadanos. Los Comisarios creen, por el contrario, que desde ese punto de vista, una laicidad abierta bien concebida logra el equilibrio apropiado y ofrece ventajas a la igualdad de las personas
61
.
Una ley, asociada a una laicidad más restrictiva, prohibiendo, por ejemplo, el uso de símbolos religiosos en los establecimientos públicos, puede entenderse como un tratamiento uniforme porque se aplicaría sin excepción a todos, pero no sería neutral,
59
HABERMAS J. « Foi et savoir », dans L’Avenir de la nature humaine: vers un eugénisme libéral ?, Paris, Éditions Gallimard, 2002, 180 pp. 60
Informe Bouchard-Taylor, p. 148.
61
Informe Bouchard-Taylor, p. 148. Según la nota número 32 de la p. 148, la adaptación necesaria a la diversidad cultural está haciendo que Francia se mueva, en los hechos, hacia un modelo de integración más multicultural y hacia una laicidad más abierta. La ley francesa prohibiendo el llevar símbolos religioso en los colegios públicos, según el sociólogo Jéan BAUBERÒT, no es representativa del proceso en el que Francia está envuelta.
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porque favorece a aquellos para los que las convicciones filosóficas, religiosas o espirituales no exigen el uso de tales símbolos. Un régimen de laicidad abierta favorece por su parte un acceso igual a las instituciones públicas, tanto por parte de los usuarios, como por parte de los empleados, centrando el análisis de la neutralidad del Estado sobre los actos que realiza este último más que sobre la apariencia (porte externo) de sus empleados y de los usuarios. Una laicidad abierta logra mejor el principio según el cual el valor de la igualdad debe de ser aplicado a todos, con independencia de sus convicciones filosóficas o religiosas. Esta característica de la laicidad es considerada en el informe como de un importancia fundamental en el contexto de sociedades que no cesan de diversificarse en el plano cultural y religioso. La participación de las instituciones determinantes como son los colegios públicos, los lugares de trabajo (en particular, la función pública) es uno de los factores susceptibles de reducir el riesgo de conflictos y de fragmentación social. La laicidad abierta no sacrifica la separación del Estado y de la Iglesia y la neutralidad del Estado en relación con las religiones en beneficio de la libertad de religión de los creyentes. Ofrece más bien una interpretación que permite alcanzar la mayor compatibilidad entre los dos fines
62
.
11. EL USO DE SÍMBOLOS RELIGIOSOS POR LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS El informe afronta también dos cuestiones concretas que han sido fuente de controversia desde hace uno años; el uso de símbolos religiosos por los funcionarios del Estado y si este modelo de laicidad exige hacer tabla rasa con el pasado histórico de Québec, y la duda sobre si el hecho de proteger el patrimonio del pasado podría suponer una transgresión de la laicidad o de la neutralidad del Estado hacia las religiones. La laicidad exige que haya una separación entre la Iglesia y el Estado. El Estado laico debe ser representado a través de los parlamentarios elegidos democráticamente, y no a través de las Iglesias. También se ha insistido anteriormente en que la neutralidad del Estado requiere que éste no favorezca ninguna religión pero no exige que los individuos releguen las manifestaciones de su pertenencia a una religión a la esfera privada. ¿Debe un régimen de laicidad abierta permitir que los empleados del gobierno usen símbolos religiosos? ¿Exige la neutralidad de las instituciones públicas la prohibición de estos signos? Para responder a esta cuestión antes se debe de discutir qué tipo de neutralidad es la que corresponde a los servicios públicos.
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Informe Bouchard-Taylor, p. 148.
Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
En un régimen de laicidad estricta en el que incluso se prohíbe en algunos casos a los usuarios de los servicios públicos el empleo de símbolos religioso, con mayor motivo se les prohibirá esto mismo a los funcionarios del Estado. Parece difícil exigir eso en un sistema de laicidad abierta. El argumento para la prohibición ha sido en ocasiones que los funcionarios deben de encarnar los valores del Estado, y como el Estado es neutral, ellos también deben de serlo. Un empleado público que llevara un signo religioso podría dar la impresión de que existe un vínculo entre el Estado y esa comunidad religiosa. Antes de avanzar en la argumentación para discutir esta tesis, se debe tener en cuenta que esa prohibición arrastraría consigo dos consecuencias; la restricción de la libertad de esas personas, y la restricción del acceso en igualdad a los servicios públicos. Aunque en una democracia liberal ningún derecho es absoluto deben existir razones serias para restringir los derechos. La apariencia de neutralidad es importante, pero los comisarios no creen que eso justifique una regla general que prohíba el uso de símbolos religiosos a los funcionarios del Estado. Puede justificarse en ciertos casos, pero en general lo que importa es que los funcionarios den prueba de imparcialidad en el ejercicio de sus funciones. Un empleado del Estado debe cumplir la misión atribuida por el legislador a la institución a la que sirve; sus actos no deben estar dictados ni por la fe, ni por sus creencias filosóficas, sino por la voluntad de realizar las finalidades asociadas al cargo que ocupa. Se espera que los funcionarios cumplan con sus obligaciones de un modo leal e imparcial
63
. Bouchard y Taylor piensan que por el hecho de que lleven algún símbolo
religioso no estamos autorizados a prejuzgar que entonces les faltarán esas cualidades. ¿Por qué pensar que la persona que lleve un símbolo religioso vaya a ser menos imparcial, menos profesional y menos leal que la persona que no lo lleve? Si se empieza por no permitir la expresión externa de la fe, ¿no se acabará exigiendo también la prohibición de cualquier convicción de conciencia? Esto sería evidentemente absurdo. ¿Por qué pensar a priori que los que se adhieren a una religión son menos capaces de hacer las cosas correctamente que aquellos que no las exteriorizan o lo hacen de un modo menos visible (pensemos por ejemplo, en las personas que llevan la cruz católica)? ¿Por qué rechazar la presunción de imparcialidad en uno y acordarla en el otro?
63
Esta cuestión en relación a los funcionarios españoles en el marco de la Legislación sobre funcionaros, así como su código deontológico se encuentra expuesta en ELÓSEGUI, M. Derechos humanos y pluralismo cultural, Madrid, Iustel, 2009, pp. 205-252. En España la Ley 3/2007, del Estatuto Básico del Empleado Público ha recogido unos principios éticos específicos de los funcionarios en el ejercicio de su profesión y además unos principios de conducta (cfr., arts 53 y 54).
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Los agentes del Estado deben ser juzgados a la luz de sus actos y en la práctica de la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones. Es posible evaluar la neutralidad de los actos de los funcionarios sin necesidad de restringir su libertad de conciencia y de religión. Se podrá prohibir, por ejemplo, que un empleado público haga proselitismo en su trabajo pero no el hecho de que lleve un símbolo religioso, que en sí no es un acto de proselitismo. Se puede establecer algunas reservas en algunos puestos específicos. A algunos usuarios parece molestarles que les atienda un empleado que no oculta su pertenencia religiosa. Los comisarios se preguntan si eso no será más bien un signo de intolerancia hacia la religión en si misma o hacia religiones minoritarias. Aunque dejan la pregunta en el aire sin dar una respuesta directa, afirman que en una sociedad diversificada con una variedad de religiones habrá que aprender a convivir favoreciendo la comprensión y el respeto mutuo. Para alcanzar ese fin, no parece que lo más adecuado sea restringir la libertad religiosa de las personas. Una laicidad restrictiva excluiría a esas personas del acceso al funcionariado y dificultaría la integración. Pueden estar justificadas ciertas restricciones en algunos puestos. Por ejemplo, una profesora no podría dar clases vestida con un burka (cubre toda la cara) o un niqab (cubre la cara, menos los ojos) porque eso impediría el contacto visual con sus alumnos. Esto puede aplicarse a otros servicios públicos, que exigen una comunicación con el usuario. Por el contrario, el foulard (pañuelo o velo que recubre sólo el pelo) no compromete la comunicación, ni la socialización. A veces se argumenta que en el caso de niños de primaria éstos no son autónomos para distinguir las cosas, pero según los Comisarios si esa es la diversidad que van a encontrar fuera del aula también eso puede servir para desmitificar las diferencias y dejar de verlas como una amenaza. Puede haber puestos como los de los jueces, fiscales, policías, en el que sea más conveniente no usar esos símbolos, pero no se pueden hacer reglas generales prohibiéndolo por sistema a todos los funcionarios. Aunque la Comisión no otorga una solución cerrada tampoco en estos casos, siguiendo las opiniones recogidas de los ciudadanos a lo largo de la elaboración del documento, reflejan que el sentir mayoritario es el de no prohibir de un modo general a todos los funcionarios el uso de símbolos religiosos, pero sí hacerlo en el caso de este tipo de puestos con un mayor poder coactivo porque representan de un modo más tangible a los poderes del Estado. Sopesando todas las razones, en este tipo de cargos concretos, encontrarían razonable imponer un deber de reserva limitada a quienes ocupen esos puestos, teniendo en cuenta la situación actual de la sociedad quebequesa, pero abiertos también a que pueda cambiar en el futuro.
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Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
Si se prohibiera todo uso de símbolos religiosos a los funcionarios, excluiríamos a ciertas personas del servicio público, contraviniendo la libertad de conciencia y de religión (segundo principio) y se complicaría la tarea de construir un servicio público que refleje la variedad sociológica de la población de Québec, cada vez más diversificada. También contravendría el primer principio de tratar con igualdad a todos los ciudadanos 64
. Como conclusión, no creen que una prohibición general de usar símbolos religiosos
en los empleados del Gobierno esté justificada. Sin embargo, reconocen que ciertas funciones pueden implicar alguna obligación de autorestricción. El Bloque québécois en un informe emitido a la Comisión hace notar que por su naturaleza ciertas funciones de cuerpos del Estado y su esencial neutralidad lo requieren. Especialmente, los jueces, los fiscales, la policía y el Presidente de la Asamblea Nacional. A las personas concretas que ocupan esos puestos se les puede pedir que restrinjan su derecho a mostrar su filiación religiosa con el fin de preservar la apariencia de imparcialidad en sus funciones 65
. En resumen, los individuos como ciudadanos y también como empleados públicos a
título individual pueden usar símbolos religiosos como expresión de su identidad cultural o religiosa
66
. Algunos funcionarios en cargos especialmente institucionales, como los
jueces, deberían de autorestringir esa libertad en el uso de símbolos externos. Finalmente, las instituciones públicas no deben de adornarse con símbolos religiosos. 12. EL PATRIMONIO HISTÓRICO RELIGIOSO El catolicismo ha dejado una profunda huella en la historia de Québec. Sus huellas están presentes en todo. El principio de neutralidad del Estado exige que las instituciones públicas abandonen las manifestaciones religiosas. Entre ellas, la Comisión ha aconsejado que se quite el crucifijo de la Asamblea Nacional de Québec y que no se recen oraciones cristianas en la apertura de las sesiones municipales porque no lo consideran adecuado en un Estado laico. La razón estriba en que esas instituciones están al servicio de toda la ciudadanía
67
.
Como contrapartida sería absurdo extender el principio de neutralidad a todos los signos históricos que no cumplen ahora una obvia función religiosa, por ejemplo muchos
64
Informe abreviado, p. 47.
65
Informe abreviado, p. 48.
66
Utilizando el marco jurídico español, he concluido que el derecho español permite también el uso de símbolos religiosos en el caso de funcionarios públicos en España, cfr, ELÓSEGUI, M. o.c., p. 241. 67
Informe abreviado, p. 49.
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monumentos religiosos de las ciudades, como la cruz de Mont-Royal o las cruces en antiguos edificios que tienen hoy usos civiles. Lo mismo es aplicable a la toponomía de Québec, que está ampliamente inspirada en el calendario de los santos. La Comisión espera que el sentido común de los quebequeses prevalezca en este aspecto. ANEXO
68
Para cada una de las siguientes situaciones, por favor elija una de las siguientes respuestas; estoy de acuerdo, estoy de acuerdo con ciertas condiciones, estoy en desacuerdo con ciertas condiciones, en desacuerdo, no se. 1. Permitir por razones religiosas a un niño comer comida diferente a la que está ofrecida en el menú en la guardería o en el comedor del colegio. 2. Permitir un esfuerzo especial por parte del profesor y de los estudiantes en una clase para facilitar el aprendizaje de un niño inmigrante que no habla ni francés, ni inglés. 3. Autorizar a un estudiante cambiar la matrícula de un curso opcional a otro porque el contenido del primer curso entra en conflicto con algunas de sus creencias religiosas. 4. Eximir a un estudiante de un curso obligatorio porque su contenido entra en conflicto con algunas de sus creencias religiosas. 7. Modificar para ciertos estudiantes el horario de un examen, que coincide con una fiesta religiosa. 9. En un colegio, usar cristales esmerilados en las ventanas de alrededor de la piscina o del gimnasio para prevenir que chicos u hombres vean a las niñas en traje de baño o en ropa de deporte. 10. Si las condiciones son factibles, designar oficialmente una habitación o lugar de oración en una universidad. 11. En una empresa, proponer a los empleados que tienen responsabilidades familiares específicas (niños pequeños, enfermos crónicos) medios para conciliar trabajo y vida familiar. 12. En una empresa, permitir a una mujer embarazada ausentarse del trabajo para ver al médico en cuestiones relacionadas con el embarazo. 68
Consultation Document. Accommodation and Difference. Seeking Common Ground: Quebecers Speak Out, p.34. <http://www.accommodements.qc.ca/documentation/documentconsultation-en.pdf>
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Ilósegui Itxaso - El concepto de laicidad abierta en el informe Bouchard-Taylor para Québec
13. En una empresa, autorizar permisos pagados por motivos religiosos. 14. Eliminar la oración cristiana al comienzo de las reuniones de los municipios. 13. Quitar el crucifijo de la pared de la Asamblea Nacional de Québec. 14. Eliminar las decoraciones cristianas en el lugar de trabajo porque entran en conflicto con ciertas convicciones religiosas. 15. Eliminar las decoraciones de Navidad en una institución pública porque entran en conflicto con ciertas convicciones religiosas. 16. Permitir a los padres de inmigrantes temporalmente comunicarse con el colegio en un idioma diferente al francés en un lugar francófono, o al inglés en una zona anglófona. 17. Permitir a las estudiantes musulmanas llevar el velo en las clases. 18. Permitir a los policías de seguridad de Québec llevar turbantes 19. Permitir a las musulmanas llevar velo en torneos deportivos, en el caso de que esto no cree ninguna ventaja ni desventaja, y ningún riesgo de accidente. 20. Asegurar que las comunidades culturales estén más presentes en los libros de texto de los colegios. 21. Autorizar en una universidad el establecimiento de asociaciones de estudiantes que pertenezcan a una misma religión. 22. Permitir que el kirpan (daga) sea llevado a la escuela como parte de la vestimenta cosido y cerrado bajo el uniforme. 23. Por motivos religiosos, un horario de lecciones de natación separado de niñas y niños en las escuelas.
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