REFLEXIÓN METALITERARIA
El narrador omnisciente es aquel que está presente en todo momento, sabe las emociones de los personajes a la perfección. Pero él no está involucrado en la acción que se realiza; es omnipresente, pero no actúa. Los problemas, el dolor, el sufrimiento no le afectan directamente: simplemente, los narra. Aquello es una especie de curiosidad morbosa, ya que se nutre y disfruta de aquellas sensaciones de los personajes después de un momento vivido, pero él no lo experimenta; es… solo un espectador. El narrador en primera persona es un peligro para el escritor y para sus personajes, ya que las emociones se comienzan a mezclar; porque el escritor piensa y siente igual que su personaje y así el personaje siente y piensa igual que el escritor. Esto hace que los acontecimientos reales, y no los ficticios, sean los que influyan al personaje; sacándolo de su mundo y haciéndolo pensar como si estuviera en el nuestro. La historia y aquel personaje protagonista se convierten en una salida para el escritor, que tiene a alguien que siente y piensa igual que él… que lo entiende. Crea a través de este medio, poniendo y quitando partes de sí.
Laia Alba Ceballos