BIOGRAFÍA DE INÉS LAUSÍN
Me llamo Inés. Tengo 17 años. Escribo. Mucho. En autobuses, por la calle, en los bares, por las noches, a veces en clase. Llevo siempre conmigo un boli y alguna hoja de papel. Mi primer gran amor fue la poesía. Mis padres me regalaron con cuatro años mi primer libro de poemas y yo lo recitaba a todo el mundo de memoria. (Aún sigue conmigo y lo leo a veces). Los años de colegio pasaron demasiado lentos y fue en aquel momento de vacío cuando descubrí una nueva forma de expresarme. La pintura formó parte de mi vida durante más de seis años. Llegar al instituto me sirvió para empezar de cero. Una vida nueva para una chica nueva. Fue entonces cuando descubrí la música. Descubrí que podía erradicar todo el miedo guardado, toda la inseguridad, por medio de mi voz. Poco después el rap entró en mi vida. Y fue así como, poco a poco, la poesía regresó a mí: mediante el amor (del que quema, del que desgasta) y canciones protesta. Un día decidí que si aquellos cantantes lo hacían, yo podía también, y escribí, mucho, una rima tras otra. Gracias a clases posteriores de psicología y filosofía poco a poco perdí parte del miedo que aún guardaba y aprendí a mirar el mundo tal y como era en realidad. Fue durante esos meses cuando comprendí que la poesía había formado siempre parte de mí, de una manera u otra, y que necesitaba escribir. Se convirtió en algo vital. He participado desde entonces en varios concursos, y he ganado alguno. No pienso dejar de escribir, pase lo que pase. Me encanta el café con mucha leche, quejarme, los domingos de sol y libertad, Maldita Nerea, y el olor de los libros nuevos. Cometo errores, soy humana. Tengo miedo a la oscuridad por la neutralidad que transmite. Muchas veces quiero sin pensar y si quiero, lo hago en serio, me lanzo a las personas. Dudo. No se me da muy bien olvidar, echo de menos, y no me gustan las despedidas. Huyo, pero siempre acabo volviendo. Me encantan las películas de miedo (pero sólo si son con mi hermana en el sofá, si no pierden la gracia), darle vueltas a las cosas y las películas ñoñas. (Lo admito). Leo mucho.