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ESCENA

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Fanzine de la muestra estatal de teatro / 05 de agosto 2016

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elas para sus muertitos, cuentos balaceados, historias sin importancia, la única y auténtica última noche de una reina condenada, esperanzas esbeltas, pero esperanzas al fin, ¡se veeeenden reliquias de la guerra! ¡Lléeeevelas!

Conversamos con Eva Lugo, actriz y codirectora de Para soñar que no estamos huyendo. Eva, la reseña de la obra: Es una obra basada en Ricardo III de William Shakespeare, de donde Ana Francis Mor extrae a los personajes femeninos que no son protagonistas y crea Para soñar que no estamos huyendo. Es la historia de dos mujeres –la reina y su criada– que huyen porque el rey Ricardo III ha mandado a matar a la reina; vemos cómo la sororidad, la complicidad entre estas mujeres y las estrategias que arman, son fundamentales para que puedan lograr sus objetivos. ¿Cómo interviene el personaje masculino de la obra en la relación entre estas dos mujeres? El hombre es uno de tantos asesinos mandados por Ricardo para buscarlas; él es la clave para que las mujeres muestren cómo este apoyo, esta complicidad y estas estrategias y artimañas que tienen, son tan importantes para poder zafarse.

¿Qué temas tocan y de qué manera? ¿Qué mensajes lanzan a los espectadores? Son un chorro de temas; bajita la mano, estamos hablando también de política y de la sociedad. Ana Francis es cabaretera de corazón, –directora y actriz de cabaret, de la compañía Las Reinas Chulas– y en esta obra que ella ha escrito, no deja de lado la visión política, el punto de vista social y el tema de la mujer: cómo ha sido sobajada, puesta en un lugar donde no se le permite pensar, donde no se le permite opinar. En esta obra, eso es lo que presenciamos, el cómo la mujer opina y qué tan importante es su opinión, la mujer que no está dispuesta a quedarse más callada ni a seguir siendo sometida, la mujer que es valiente por naturaleza; solamente que cultural y socialmente nos han dicho que nosotras no podemos y no tenemos por qué ir tras nuestros sueños, más bien quedarnos en casa, limpiando ropa y cuidando a los hijos. En esta ocasión, estas mujeres tienen sus sueños y metas y van tras ellos, al precio que cueste. Durante la trama, hay momentos discursivos en los que, por ejemplo, se mencionan los números 43 y 49 en un conteo que hace el asesino, ¿cómo es que logran, a través de estos mensajes abordar esos temas? ¿Funcionan la farsa, la ironía? Justo es eso, el jugar. La victimización es una de las características que tenemos como mexicanos y mexicanas, jugamos con eso, ser víctimas para conseguir

Fotos: Juan Casanova

¡Mujeres desobedientes, uníos!

nuestros objetivos. Esa parte específica de la obra, es algo que estaba escrito desde que Ana Francis la creó hace muchos años, tiempos en los que no había los 43, no había los 49; pero justo en el conteo decidimos que había que nombrarlos, decidimos que había que nombrar a los 43 y nombrar a nuestros 49, entonces, sin decir qué son, sabemos que es algo que la gente conoce y sabe de qué estamos hablando. No son números que se dicen al azar, sino que son números que tienen un propósito y tienen un dolor; esto ya es fundamental en la historia de México. ¿Cómo ha sido esta dualidad que llevas en la obra como actriz y como directora a la vez? Es una cosa medio compleja de pronto, pero también muy interesante porque con Ana Francis yo aprendí a ver muchísimas cosas como directora; ella es una persona sumamente meticulosa, cuidadosa con los detalles y eso me ha hecho también tener ojo en ese sentido. También he aprendido a verme a mí como actriz con detalles que de pronto dejaba pasar, detalles que son básicos y que he aprendido con la convivencia con mis compañeros actores y con la coproducción, porque por primera vez Café con leche está haciendo una coproducción con Sociedad Activa; es un aprendizaje constante, todos tenemos algo que aportar, ha sido una experiencia muy enriquecedora. ¿Cómo conjugan el trabajo de Café con Leche Producciones con Sociedad Activa? ¿Qué hacen como equipo? En principio, compartimos la producción y tomamos decisiones en conjunto –que eso está un poco complicado porque todas somos cabeza de nuestras compañías y ponernos de acuerdo es un poquito difícil, pero no imposible– y es una experiencia increíble porque todas somos mujeres, excepto Enrique (López), precisamente porque esta obra habla sobre eso, sobre las mujeres, sobre la fuerza, sobre el poder y el empoderamiento de las mujeres, justo es lo que estamos haciendo nosotras: aprender a trabajar como mujeres, en conjunto, a echarnos la mano, a ser sorirarias. Ana Francis, que es directora, productora, actriz, es feminista y es una activista increíble, entonces nos ha enseñado un chorro de cosas, sobre todo viéndolas reflejadas en el texto y que podrán ver en escena. (Por Astrid Arellano)


ESCENA

Fanzine de la muestra estatal de teatro / 05 de agosto 2016

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Para soñar que no estamos huyendo

Edición: Carlos Sánchez Corrección: Rosy Orozco Diseño: Argelia Juárez

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esde el título, por demás poético, se percibe la incertidumbre: Para soñar que no estamos huyendo.

Desde el inicio: la iluminación, la atmósfera, la utilería, las actuaciones, la transmisión de las emociones nos hacen su presa. Abrimos más los ojos y disponemos nuestros oídos. Porque, a todas luces, es previsible que aquí algo va a pasar.

Aquí la metáfora es permanente. ¿Quién no se ha visto envuelto en abusos de autoridad, en engaño desde los políticos?, ¿quién no ha sido presa de la ambición de poder que devasta? Como bien lo apunta la sinopsis del programa, esta propuesta nos sugiere reflexionar sobre la bondad (entre comillas) de la vocación de víctima de la cultura mexicana.

Algo está pasando desde tercera llamada, ante un recinto repleto de espectadores. Cada vez somos más quienes asistimos al curso de la Muestra Estatal de Teatro 2016. La energía que se construye desde las butacas, también es magnánima.

No es de a gratis que el personaje que encarna el actor Enrique López, quien es un asesino de profesión, en un instante de contabilizar el tiempo, haga una pausa en el cuarentaitrés y cuarentainueve. Números estos que nos desgarran.

Y en esa expectativa de la próxima escena, el siguiente diálogo, permanecemos y entendemos, encontramos.

Aquí, en estos detalles, radica la inteligencia de la dirección de la puesta en escena.

Encontramos que Café con leche producciones y Sociedad Activa, retoman la propuesta dramática de Ana Francis Mor y con la utilería apenas indispensable, una cama como vehículo encima del desierto, el vestuario y los actores, nos propone una historia de violencia, de agandalle; nos propone una radiografía perfecta de lo pequeño que resultamos ser como personas.

Eva Lugo nació para actuar. Su desempeño en los escenarios así nos lo sugiere. Y en particular en esta obra, uf, toma las riendas del reparto, da lecciones de entrega, los espectadores le creemos todo y nos sumergimos junto a ella en esta historia de la que, claro, también deseamos soñar que lo que ocurre en la puesta no es realidad. Empero la realidad nos clarifica que así es esto. El poder político, la manipulación de los medios de comunicación desde el poder económico, el exquisito olor a mierda que los dueños de las vidas del pueblo generan por placer, es también nuestra realidad. Asistir al Teatro de la Ciudad, el jueves por la noche, quizá debió ser un aliciente para enterarnos de que sí estamos huyendo: de la violencia, del pánico, del desprecio por la vida, la facilidad burda con la que se puso de moda la palabra asesinato. Asistir a esta puesta en escena, también puede ser un motivo para saber que huimos de nosotros mismos.

Hoy viernes 9 Tócala de nuevo Cacho, Compañía La nova on stage Dirección: Óscar Fernández 20:00 horas, Teatro de la Ciudad

El festín de los pecados, de la Compañía Cachora solar Dirección: Yadira Buendía 18:00 horas, Teatro Íntimo “Xicoténcatl Gutiérrez


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