ESCENA
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Fanzine de la muestra estatal de teatro / 07 de agosto 2016
La comedia Fotos: Humberto Anaya
tiene la capacidad de dejar una
enseñanza La historia La jaula de las locas es una obra maravillosa, muy familiar: se habla del amor, de los valores, de la aceptación. La historia va sobre una pareja de homosexuales que tienen un hijo y de cómo defienden su entorno. Es un tema que está en tendencia; no la monté por eso, pero sí porque es una obra que tenía muchas ganas de hacer. Creamos una adaptación de lo que es la película La jaula de las locas y le sumamos el texto original; hicimos una cosa muy loca, pero muy padre. Esta es una obra escrita a principios de los 70, un clásico del teatro; ¿su discurso sigue vigente? ¡Súper vigente! Su argumento hoy en día es muy importante: han sucedido cosas horribles en tantos lugares, discriminación, matanzas. Creo que es importante hablarlo y el texto nos va maravilloso; defendemos el tema muchísimo e invitamos a la gente a que vea la puesta en escena.
¿Desde qué punto se aborda el respeto a la diversidad? El texto y la dirección están trabajados de una manera muy fina; para nada es una obra grotesca ni ofensiva. Nadie se sentirá ofendido al verla, al contrario, van a amar a esta pareja, a su hijo y la forma en la que defiende a sus padres. Suele suceder en la televisión, incluso en el teatro, la mofa hacia la homosexualidad, con personajes que no representan a la comunidad LGBTTTI, ¿cómo se abordan estos personajes en la puesta? ¡Claro, justo eso es lo que buscamos evitar! Son sumamente comunes estos desfiles, despliegues de agresiones; esta obra está abordada desde el punto de vista del amor, del respeto que debe haber en una pareja, es una historia muy linda. Por otra parte, existen también los personajes que parece ser que no distan tanto de la realidad, como los que provienen de la clase política, ¿cómo son abordados? ¡Exacto, ellos tienen totalmente otra connotación! Justamente en esta obra, se habla de un senador recalcitrante, que busca el voto bajo la consigna de ir en contra de los homosexuales. Este senador que proviene de una familia ultraconservadora, tiene una hija que se enamora del hijo de una pareja gay; entonces sucede el encuentro de estas dos familias, pero donde finalmente el senador se da cuenta de cómo viven y se desenvuelven con base en el amor, en el respeto y logra entender la situación. ¿Qué tan parecido es lo que vemos en escena con la realidad que vivimos? ¡Muchísimo! Hay una coincidencia tremenda; cuando nosotros hicimos este trabajo, dijimos ‘qué grueso’, porque nos dimos cuenta que todo lo que sucede en esta obra está sumamente ligado a todo lo que sucede ahorita. Lo sorprendente es que está escrito muchísimos años atrás y sigue vigente; el tema entonces estaba muy tapado, pero ahorita se está abriendo y se está aceptando. Con este texto tratamos de divertir, pero también dejar claro que la comedia tiene la capacidad de dejar una enseñanza. Vivimos en un país desigual en cuanto al tema de las preferencias sexuales, la familia diversa, etcétera, ¿qué mensaje esperan dejar en el público? El respeto ante la diversidad, sobre todo y el derecho a la igualdad. Porque justamente nos han sucedido muchas cosas al respecto de este montaje; cosas muy tristes y no por eso vamos a dejar de presentar la obra. Pero sucede que sí hay mucha gente homofóbica, mucha gente que no respeta y solamente pedimos eso, respeto. Cuando manejas temas de este tipo de una manera agresiva, burda, grotesca, ahí nadie te lo agradece, al contrario; si alguien hizo el intento de acercarse a estos temas tan controversiales, acaban por no querer saber nada. Debemos tener mucho cuidado en abordar de buena manera los temas que escogemos. Nosotros no queremos darle un sermón a nadie, hacemos esto porque nos apasiona el teatro. Con cada puesta nos llevamos sorpresas y nos han sucedido cosas muy raras; ha habido gente que al terminar la obra, pide disculpas, eso es padrísimo porque nos damos cuenta que con el teatro de verdad podemos decir cosas. Ha habido también mucha gente que se identifica, gente que nos ha acompañado todas las veces que hemos presentado la obra.
Nosotros no queremos darle un sermón a nadie; hacemos esto porque nos apasiona el teatro: Dommy Flores
Sin embargo, ha habido quienes dicen que no les interesa, que qué asco, que no a la homosexualidad, que dice “No a La Petaka”, y que nos han roto nuestros volantes en la cara. Nosotros les decimos ‘vayan, permítanse ver el trabajo y vean de qué manera vamos a contarles esta historia’. (Por Astrid Arellano)
ESCENA
Fanzine de la muestra estatal de teatro / 07 de agosto 2016
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Edición: Carlos Sánchez Corrección: Rosy Orozco Diseño: Argelia Juárez
C
uando parece que la vida está resuelta, cuando los prejuicios aparentemente se esfumaron, cuando todo fluye con naturalidad, las diferencias ideológicas, las posturas conservadoras, trastocan la también aparente armonía familiar. Esta conclusión es quizá la anécdota central de La jaula de las locas, puesta en escena de la compañía La Petaka Teatro, de Ciudad Obregón, Sonora, que dirige Dommy Flores y que se presentó la noche del sábado seis de agosto, en el Teatro de la Ciudad de Casa de la Cultura, en el marco de la Muestra Estatal de Teatro 2016. La escenografía, la iluminación, la música incluso, es una apuesta al juego espectacular que significa el planteamiento del montaje donde los personajes, excéntricos los más, van por la vida asumiendo su rol, sin ambages, sin actitudes vergonzantes.
La jaula de las locas Personajes estridentes, altoparlantes, extravagantes. La recurrencia constante de la exageración en el parlamento. Porque es una comedia, porque es una farsa, porque es el estilo para intentar conectarse con los espectadores. ¿Lo logran? A veces la risa desde la butaca es síntoma de conexión. A veces la complacencia de un espectador que asume que el teatro es un divertimento, una recompensa a esas jornadas laborales extenuantes. Asistir para reír. ¿Y la reflexión? En un mundo caótico, donde la violencia es pan de todos los días, en una sociedad cada vez más devastada por los diversos actores gubernamentales, narcotraficantes, la miseria como un vehículo para enriquecer al poderoso, ¿qué trascendencia cobran los conflictos internos de una familia que pretende maquillar la realidad para lograr un matrimonio en paz? Ni siquiera es una metáfora, ni siquiera un atisbo de la crueldad que impera en el mundo. Afuera del teatro, la pobreza carcome, las diferencias de clase predominan, la perversidad de los medios coludidos con empresa y religión, cada vez más nos ganan la carrera, el embrutecimiento social es su apuesta. Para controlarlo todo. ¿Tiene su mérito este montaje de La jaula de las locas? Por supuesto, hay un trabajo detrás, una buena cantidad de tiempo invertido, la entrega de dirección y actores, la apuesta quizá con pasión y convicción. Mis preguntas, como espectador, son: ¿Para qué debe servir el arte? ¿Acaso no tiene el compromiso de formar sociedades, incitar al análisis, incomodar? ¿Necesitamos el humor como un relax para fin de semana? ¿No deseamos regresar a la vida después de ver una obra de teatro, con una o varias interrogantes que nos irriten los intestinos? (Por Carlos Sánchez)
Rrrugidos Compañia Rosa Vilá Font Dirección: Rosa Vilá Font Teatro Íntimo “Xicoténcatl Gutiérrez”, 17:00 horas
Hoy DOMINGO 7 Admisión gratuita
Tiburón Gibrán Portela, Aurelio Vargas y Marusia Estrada Dirección: Ricardo Rodríguez Teatro de la Ciudad, 19:00 horas