de Carlos Flores R. Editorial Isidora Cartonera Edición a cargo de Juan Carlos Vásquez y Carlos Flores Diseño y diagramación a cargo de Germaín Loyola Ilustración de portada: Fabiola Rojas Impreso en Santiago de Chile por Editorial Isidora Cartonera Primera Edición 2015 Contacto con el autor: www.facebook.com/cfloresr1 floresr.carlosh@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas-3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor 2
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LA MIRADA DEL FLÂNEUR ENTRE LAS PIEDRAS DE LA CIUDAD Cuando Walter Benjamin piensa al flâneur como una figura que puede asemejarse al detective, más en Poe, pero también en Baudelaire, dice para este último, en relación el conocido poema A une passante, “el encanto del habitante urbano es un amor no tanto a primera vista como a última vista”. De memoria, el poemario de Carlos Flores sobre el que van estas líneas, participa también de eso. Asisto, asistirán quienes lo lean, a un flâneur que radicaliza la fatalidad de la ciudad. Uno que escarba entre las piedras de la ciudad, al modo del proceso de composición de una pintura. No es la fotografía, no es la imagen en tanto visualidad el fundamento de esta poesía, como se ha leído mal en Millán. Es la pintura como narración, es la poesía como narración de la experiencia en la ciudad. Es como un amor, a última vista, un amor a esta tierra, la “tierra del olvido, tierra próxima, de la/ que nos enamoramos con horror”, dice otro poeta, René Char. Es el poeta frente y dentro de su pintura. Frente y dentro de la ciudad. De memoria del poeta Carlos Flores representa una vuelta a la poesía de Millán, de Lihn, del Rosamel del Valle de la urbe, entre algunos nombres. Representa y justifica la pertenencia de distinguir poema y poesía. Como pensaba Gonzalo Rojas, la verdadera poesía es esa que no pierde la metáfora, que no pierde el ritmo, el pulso de la saliva, el latido de la sílaba, ese grafema, ese fonema que constituye el susurro, el movimiento de la palabra. En este sentido, es poesía De memoria en la medida que distingue justificando la diferencia entre describir la ciudad e interpretar, poéticamente, la ciudad. Estas ideas, sobre las que voy brevemente leyendo entre versos, considerando el elogio anterior, estas ideas sobre la 5
poesía, el poeta y la autenticidad, el poeta que escarba la fatalidad entre las piedras y no las ruinas de la ciudad, tienen en el poema “Hospital”, un centro de atracción, culminación significativo. Es ese poema uno de esos que totalizan la interpretación de un texto. Su título, de entrada, cincela el lugar observado. Tomo la estrofa del comienzo: “Aquí Vienen a callarse a veces Las voces dulces de esta vida Donde vienen a apagarse Las almas que entregaron algo Aquí aparece esa “luz” Al final del pasillo Aquí se da la última vuelta Sin derecho a repetición” Estos versos son ante todo una interpretación de lo que se ve. Si asumimos que la distancia le permite a la escritura su carácter diferido, reflexivo, si asumimos que esta distancia constituye el principio de la representación de la ficción -asunto que tanto le complicaba a Platón en su República, comprenderemos que lo que hace el poeta es reinterpretar. De memoria no es la transcripción de la ciudad, es la memoria acerca de la experiencia de la ciudad. Es memoria escrita. Y en tanto que no es transcripción, es la representación subjetiva de la ciudad. Por eso en este poemario el poeta se aleja y se adentra, se despersonaliza y asume su posición de yo. Y es que De memoria es eso, poemas que vuelven a lo mismo, que vuelve a cavar entre las piedras de la ciudad. Esas rocas que parecieran no tener pulso. Pero tienen, la ciudad vive, palpita doliente, siente. Es tan fatal como estos cuadros líricos, y por lo mismo esta escritura es
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realista, incluso tal vez naturalista, como la prosa, que he leído poco, de un escritor al que el poeta tiene cercanía, José Donoso. Para ir terminando y para que se vaya entendiendo tomo otro poema. Éste no aparece en el poemario, corresponde a la primera versión. Sin embargo, corriendo el riesgo de la distancia entre las rescrituras, lo tomo. Lo tomo porque significa el movimiento de la pluma como pincel. La pluma que, como se titula el poema, Fantasmas de noche, traza las sombras de una misma persona, ella, que “es tan triste el cuadro de verla pasar”. Es decir, es tan triste el cuadro de verla pasar como “es tan triste el cuadro como verla pasar. Es tan triste verla pasar como es tan triste la escritura que dice que la vio pasar. Trabajo solitario el de la escritura. Juan Carlos Vásquez. Escritor. 07 de septiembre del 2015.
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CICLOS CĂrculo perfecto, completo, sin fugas, Movimiento incesante que no conoce el tiempo Va formando devenir tras devenir La historia de una humanidad acelerada Demasiado inconsciente de su vida Ăştil. Manejados por otros maratonistas del tiempo Que basan su estancia en la tenencia Y solo en la tenencia de lo perecedero; Movimientos chocantes acumulados en el tiempo Infinita plenitud de los espasmos con estallido Repetidos incesantemente en estos ciclos, Ciclos supuestamente cerrados de la vida Ininterrumpidos hasta la fecha de vencimiento Inevitable como cierre del telĂłn escurridizo Zurcido por todas las manos invisibles Esparcidas por la capa que nos envuelve En el transcurso silencioso de nuestro ciclo.
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LAS LUCES Rayos inmateriales que cruzan la materialidad Sin cruzarla explícitamente Exponiendo lo mejor o lo peor De todo lo que hemos creado Líneas rectas dirigidas por la razón humana Dirigidas por la reflexión y una sensación De inseguridad aplastante: Miedo al vacío a la amenaza De las ratas nacidas en las alcantarillas del abandono Miedo supremo a la penumbra A las calles largas sin pies hirientes en las noches A los vacíos llenos de hediondo silencio Encerrado durante eternidades indescifrables. Miedo supremo escondido detrás de los soles En miniatura que salvan a los caminos De ser los culpables de absorber a los invasores En ese vacío inocuo visitado esporádicamente Por la muerte única libre del tránsito Única libre del miedo única libre de verdad En este cubículo atravesado por luces Infinitos haces entrelazados Sin principio final ni respuesta.
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UN MAR DE DUDAS Se mueven sin siquiera saber cómo El tiempo pasa y los aplasta Algunos se quedan quietos en las escaleras Algunos creen que no hay nada más. El día empieza de nuevo como siempre El polvo se mueve con el aire Como todos se mueven con los pies No perciben el peligro de no pensarse Que a la vez trae el peligro de entenderse Cavilaciones traídas de lugares lejanos Dudas envueltas en capullos incoloros Salen a comerse los últimos pedazos de tranquilidad De aquellos que no miran con qué pie se levantan Encontrándose a ellos mismos multiplicados En laberintos oscuros con salidas imposibles Algunos logran salir y se dan cuenta Devastados, que acá no hay nada Que los vacíos suelen estar rellenos De esta materialidad incesante Porque la verdad todo ha sido Mojado por un mar de dudas.
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INDIVIDUO Detrás de cada muralla caída Se encuentran sus ojos mirando un punto. Círculos que le rodean Y sus inmensas palabras desviadas de rumbo No llegan a ningún lado Exiliadas caminando entre vidas enteras Enfrentándose a miles y Diversas realidades que se cruzan Cuadros colgados en otras murallas Éstas, sin pintar Al menos le dan un refugio Una leve sensación de protección al Individuo caído en los juegos de las burbujas Quieto mirándose en espejos quebrados Reinventándose cada vez con menos intensidad Rindiéndose a la parálisis de los sueños Observando desde un puente partido en dos Al resto de los individuos Que se desenvuelven como individuos Sin ser individuos.
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DESHILVANADO Vivir, qué constante búsqueda de respuestas salidas de ese afán De no encontrarse en ningún lugar de no sentirse perteneciente Abrir una puerta tras otra para terminar saliendo por las ventanas Pisando algún jardín desconocido con unos pies que no se cansan de caminar Pero que sin embargo están divagando sobre su propio eje, caídas todas las palabras Que puedan ser satisfactorias para responder cualquier cosa cualquier cosa Que por qué escribo que por qué estoy acá que por qué me veo así hoy Entre tantos iguales me resalta la diferencia de la voz que no tiene voz De la palabra que no se puede transformar en palabra, de lo hilvanado Que se va desarmando con el tiempo para no volver a armarse, para no volver A aparecer en el vaso de cerveza consumido con los restos de espuma en los bordes Para no aparecer en las colillas de los cigarros consumidos con la frenética angustia de Atrapar el humo como a veces se intentan atrapar algunas cosas que hace un tiempo dejaron de
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Estar a nuestro alcance, cerdos desnutridos de capa caĂda andan sueltos por las calles Y no veo nada mĂĄs que el perdido brillo de sus ojos que se deshilvana una y otra vez Y se pierde asĂ definitivamente la palabra que puede transformar la nada en algo.
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LOS LIMITANTES Los limitantes de mi propio ser me incitan a actuar, me hacen perder el rumbo, me obligan a moverme. Me dicen lo que tengo que hacer y lo que no; me obligan a caminar por las calles llenas de caras que no conozco, que se mueven como si anduvieran en stand by permanente. Respirar por respirar, se mueven porque sí, mientras busco calles que no conozco, y que imagino con luces permanentes y una presencia que me espera libre de todo pesar. Los limitantes de mi propio ser me regalan espejos empañados en los que no se ve mi reflejo, apenas sombras, difusas, vestidas de formas que no puedo descifrar y con las caras vacías. Intento romper esos espejos, quebrarlos con martillos oxidados, pero me detienen, me hablan al oído y me arrastran a sus rincones, a los que no llega la luz. Todo se viste de negro, y las ideas tratan de huir buscando un lugar donde anidar, pero ellas también tienen sus propios limitantes que les impiden moverse
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DÍAS DIFÍCILES Cuánto queda, cuánto falta en estos días de extrema necesidad De moverse entre el mismo suelo los mismos lugares los mismos olores Los mismos panoramas las mismas personas las mismas murallas Que me han visto crecer y decrecer construirme y deconstruirme Una y otra vez al derecho y al revés sin detener el ciclo, el círculo Del acto automático de respirar y desentenderme de dejar de respirar Porque así es como nos han enseñado a estar acá presos de fotografía Instantánea que tienen que sonreír a cada instante, entorno gris Maquillado a media ni a tercera ni a cuarta parte se mueven todos aquí Desesperados sin desesperarse, fachadas vacías con altoparlante. Cuánto tiempo queda viviendo así, viviendo, forma Que se presenta como unidimensional pero tiene una lista infinita De multiplicidades, encontrones y desencontrones evitar evitarse Y ser evitado, morir sin verse como un muerto y verse solo como uno
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Más de los que están acá sobreviviendo corriendo maratones Orfeos venidos a menos que ya ni siquiera buscan a su Eurídice Y caen en pozos profundos, en ríos profundos en lo pérfido del vacío Disfrazado de lleno y que huele a muerte y a memoria a evocación De pasado lejano disfrazado de yunque peso y más peso en las espaldas De los Muditos que se arrastran con un carro recogiendo cachureos O simplemente buscando recogerse a sí mismos hasta desaparecer Y perder la voz perder la cara perder la identidad perder la muerte Y ser arrastrados por una nube de olvido de invisibilidad de nada Desaparecen las fechas en el calendario, los días se restan Hasta desaparecer en ese mar de desmemoria de quienes transitan Y transitan se mueven y se quedan quietos se desarman se rompen Se trisan buscando disolverse buscando resurgir como algo nuevo Pero siguen desapareciendo los días en el calendario y el tiempo de ellos Se hace viejo y el cuerpo va llamando los monólogos a las cabezas
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Que se desviven maquineando el momento del último estallido Del último pedazo del acto del ser y de estar en los días difíciles Que nacen y renacen cada día se renuevan cambian la fachada Pintan su cara con colores opacos no se miran al espejo porque Yacen todos rotos en los cementerios generales de la infamia Y se sumergen todos en los ríos profundos de los días sin fecha Sin hora sin tránsito fijo a pesar que lo fijo es lo que acaba Con toda la voluntad del existir primigenio de luz.
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SIN VUELTA ATRÁS Algo que no se puede recuperar Que no puede tomarse de nuevo Con las manos chorreando sudor Algo que no tiene solución Una última mirada que no se dio Un portazo sin retorno Con el eco retumbando siempre En mis oídos Algo que cae para no volver a levantarse Una pesadilla que no termina nunca De la que nunca se ha despertado Una voz grabada con una cinta vieja Que cada vez que se reproduce Vuelve a sonar más gastada que la vez anterior. Y corren las horas galopando Sobre las manecillas del mismo reloj De pared que una vez colgaste En esa muralla amarillo mostaza Que parece no agrietarse jamás Que parece no querer morir Y un Moisés que camina sin parar Para encontrar algo tuyo Pero camina en línea recta como tonto Con la vista fija, tan fija que se queda ciego al poco tiempo Un sol que parece brillar para sí mismo Que se retrae cada día Que va muriendo sin morir cada día que pasa Es algo que no se puede recuperar Una caída de la cama un costalazo 19
Que duele más que cualquiera Una toma de conciencia como un tirón de pelo: Repentino, doloroso, que caga la psiquis Una mirada a un pozo oscuro sin fondo Que pareciera ser la última; Es algo que no se puede recuperar.
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HOSPITAL Aquí Vienen a callarse a veces Las voces dulces de esta vida Donde vienen a apagarse Las almas que entregaron algo Aquí aparece esa “luz” Al final del pasillo Aquí se da la última vuelta Sin derecho a repetición Aquí nos dan la última chance Para que nos miremos a los ojos Si es que se puede, siendo realistas, Aquí se despiden los ingratos que nunca saludan Que les gusta pasar por el lado sin ser vistos Ahora cargan ramos de flores y toda clase de avisos La extrañeza es una constante la incredulidad Se ha hecho mi amiga de un día para otro No la quiero, la necesito Para mantenerme un poco en pie y no resbalar Para no pegarme en la cabeza con la cuneta Y no abrirme el cráneo en dos o más partes Para no dejar que se vayan las ideas Por la otra puerta todos salieron alguna vez Caminando serenos altivos con la frente en alto Pero por esta todos salen acostados inmóviles Jugando a estar dormidos mirando a un vacío En el que todos damos vueltas Una lluvia inunda mis ojos y cae suave 21
Se ha convocado una marcha pero no es para protestar Si pueden muĂŠvanse para el lado que voy pasando Con los ojos ciegos y las manos temblorosas Hoy no respondo por mĂ, mejor que responda el de al lado.
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LAS CARAS DEL DIABLO 1) La paz perdida en calles y callejones oscuros, rodeados de gente que no conozco y que a veces quisiera no conocer, no topármela en ninguna parte ni en mi propia vida reencarnado en quizá que otro sujeto de mayor o menor fortuna.
2) Coincidencias; muchas veces las cosas pasan disfrazadas de coincidencias, y frente a nosotros se desarrollan los micro caos que nos componen, pedazos de carne que suenan mediante las palabras armadas mediante el uso de la guturalidad configurada como código inmanente e intangible.
3) Verte y a la vez no verte: desconocerte en cada gesto, cada palabra, cada olvido constante de nuestras situaciones y de nuestro estado. El dolor apaciguado por un par de encuentros que no dejan nada más que las cortinas negras de la noche desalineadas.
4) Pasarse el día completo configurado la memoria en base a un eje articulador que ya está lejos o directamente no existe. Un sinfín de gestos en forma de sistema inalcanzable a los vestigios descabezados de la no-existencia.
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5) Viajar sólo con el cuerpo. La cabeza se quedó atrapada por el peso de los pensamientos. 6) La vuelta en círculos a un lugar común, concebido como una atalaya en el suelo. 7) Pasar la noche vaciando una caja de vino, engullendo el humo del cigarro que se menea como si fuera la mejor bailarina árabe, la puesta en escena de lo humano disfrazado de lesa inhumanidad, las garras de la noche limadas por la presencias que van mutando cada vez más rápido en colores desfigurados que se expanden hasta explotar dejando de nuevo el mismo vacío que prendíamos dejar atrás. 8) Dormir amarrado a las sábanas, esperar que de la oscuridad absoluta de la noche nazca un hijo medianamente deseable.
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CANSANCIO CRÓNICO Me cansé de escribir siempre lo mismo De pensar siempre lo mismo De caminar en línea recta siempre Quiero un ladrillazo en la cabeza partir de cero Olvidar quién soy reinventarme y salir de aquí Me cansé de los fantasmas abusivos Que aparecen en las noches de sueño Desafortunados desubicados y odiosos Moviéndose impunes sin sentir culpa Matando el sueño de los que no podemos cerrar Los malditos ojos opacos Sin poder cerrar un poco la mente Me cansé de no cansarme Y seguir haciendo esto Me cansé de la constante Búsqueda de la cordura De parte de esos viejos Que viven en sus catedrales Con sus lagunas mentales, Nunca fueron jóvenes Y ahora se dedican A plantar mala semilla De la condenada monotonía!
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MIRÓN Pasear por las calles de la ciudad Esquivando miradas fruncidas Y otras de indiferencia La suciedad de las calles es la misma Que tienen en sus cabezas Palomas picoteando aburridas El suelo que les regala comida Son más entretenidas cuando vuelan Y se quitan esas anclas Que llevan como lastre Los rebaños de gente Parecen salir de la tierra Siguen la misma dirección Que los hedores constantes Que emanan de todos Y de todos los lugares Caminar Mirando a cualquier parte Preguntarse, dónde van? Cansarse de buscarlos Ya van muy lejos Aunque si fuera con ellos No sabría cómo volver.
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SEMÁFORO /Los pasos de la gente se multiplican/ /Los zapatos se estancan en la línea que separa la vida de la muerte/ /Se queda quieto el color rojo mirando pasar a los autos/ /Uno a la vez a la vez a la vez no vez/ /Los sujetos esperan sin mirarse/ /Van solos algunos y otros en compañía/ /Desglosan su vida con el acto de la palabra/ /Hablan hablan hablan sin parar/ /El bla bla constante que el receptor no recibe de verdad/ /Muévanse, cámbiense de lugar rápido/ /Que corra el que le gusta vivir al límite/ /No se miren a los ojos cuando se crucen/ /No se verán de nuevo y si se ven no importa/ /Son un punto más en ese hormigueo que no para/ /Los pasos de millones en el concreto de la ciudad/
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Teniendo en consideración: que el aire de Santiago en invierno siempre es malo que la gente suele no preocuparse de estas cosas o la mayoría de las veces parece no importarles nada porque el tiempo corre como un loco cabalgando sobre un caballo esquizofrénico persiguiendo un anzuelo que nadie entiende que los días se suceden y el tráfico no cambia las micros son las mismas con los mismos pasajeros colgados de las manillas como pedazos de carne colgados de los ganchos de las carnicerías que la gente se pelea en las calles por sobrevivir y llegar rápido a su refugio, a su cueva, a su guarida, aquellas en las que se refugian del hastío creándose otro hastío comprimido Habiendo visto: la algarabía de las masas en las calles el fruto de la rabia diseminado en barricadas de fuego y escombros opacos por la muerte de la creación humana la defensa de lo insólito, la defensa a la violencia del oprimido contra el que se deja oprimir las mentiras diseminadas en torrentes de conciencia floja que corren e invaden las venas de la inteligencia de los consumidores a pie que son engañados con una verdad que se viste a la moda la horrible indiferencia de predicadores de ideas vacías inventando maneras para huir de la muerte buscando la manera de no sufrirla ahogándose a sí mismos en la experiencia del vivir entre murallas de prisiones que tapan la luz que emana el resto de lo que vive
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Habiendo conocido: el poder de la palabra muchas veces menospreciada el poderío absoluto de la muerte sobre la vida la perfidia del indirecto abandono, el azote del dolor contra las líneas de la conciencia desgarrada la vida que no deja estar quieto a quienes le piden un espacio prestado la multitud de voces que componen el trajín de los días, de las calles, los colores amalgamados unos con otros, el fluir de lo que es y no se puede explicar pero es lo que nos toca, lo que nos queda y nos envuelve
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EL AFANOSO AFÁN DE SER INVISIBLE Y comienza a moverse dentro de él la maquinaria del tiempo El paso de los años retratado en cuadros grises fotomontajes De película muda en slow motion que se sacuden a la misma velocidad Que el contoneo de dos cuerpos en la cama haciéndose el amor sin vuelta Sin pensar en mañana en el qué va a pasar con nosotros concentrados en la única Y pequeña muerte que les espera y les depara a todos los que deciden amar o ser Amados al menos por un miserable momento un par de horas apenas unos minutos Mañana volcada en nada mañana volcada en día en tarde en ocio con despropósito Pero con el propósito explícito de vivir de enmascararse y desenmascararse el uno con el otro (Montón de palabras hediondas a vida adornadas de un pasado en el que la única idea era pasar Desapercibido esconderse detrás de los cortinajes del mundo pasar por debajo de los puentes Y las escaleras de la ciudad morir un poco para no ser visto. Evitar ser escuchado por la vergüenza Paradigmática de ser escuchado. Rizoma disminuido sin expandirse en el árbol de la vida y de la Mundanidad explosiva alcohol negado por el afán de vivir escondido en un caparazón Construida con un material que apenas existe que no se mueve que nadie quiso tocar 30
Esfuerzo vano de resaltarse en un cielo contaminado por los dientes de los perseguidores sierras Eléctricas sin dientes cortando todo lo que no se puede cortar mientras a los lados yacen los Cuerpos de un montón de perseguidos que murieron por ser demasiado invisibles). Y el que cruza Aquí mira hacia los lados y se le desprenden las retinas en un loco afán por mirar por primera Vez el mundo por maravillarse ante un gris que nadie nunca ha disfrutado que nadie nunca quiso Crear pero que está aquí invisibiliza todo el color todo lo que cambia o quiere cambiar aquí se Desvanece se eclipsa infinitamente hasta perderse, hasta morir sin que nadie lo vea como los Gatos agónicos que buscan los laberintos humanos alejados de la luz para morir y no ser vistos de Nuevo nunca a pesar que los encontraremos sin el aire de la vida dentro de sus cuerpos todo aquí Sigue su curso aunque el aire existe o aunque no circule todo aquí está frente a la presencia del Afán de ese afán que mueve pero mueve mal mueve como a un torturado lo mueven sus torturadores Grita como el moribundo que no puede morir (aunque no escuchemos sus gritos) grita como El animal arrinconado frente a un fuego que nadie puede apagar grita sin controlarse grita sin Que lo controlen. La maquinaria del tiempo se sigue moviendo dentro y fuera. Los afanes se mueven. Los poemas se cierran.
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A LA CIUDAD La ciudad se ha rebelado Ha enloquecido Ha abierto los miles de ojos Que observan a los caminantes Ha salido de su sigilo Ahora su susurro tiene ecos Miles de ecos que podemos oír De cualquier lugar en que nos situemos Cuenta nuestros pasos con sus oídos Eternos llenos de cemento y restos De civilización acelerada y maltrecha Cuerpos cansados manchando su ropa Con los pies armados de suelas sonoras Única música que esta ciudad puede oír Única música monótona y tan muerta Con tan pocas melodías para el deleite ¡Cuánto quisiera ella escuchar otras cosas! Sentir de mil maneras distintas Mirar a los transeúntes de formas distintas Pero por ahora no puede Está quieta mirándose a sí misma Quieta buscando una salida que no sabe si quiere Montón de cemento fierros tubos cables Milagro de la civilización Las manos del hombre te hicieron Al gusto de él para satisfacerse Pero tú quieres emprender un vuelo Quieres asumir tu vida propia Desligada de quienes te habitan De quienes te mueven 32
O te obligan a moverte Quieres salir de ese estado hipnótico De ojos que persiguen millones de sombras Pero que no pueden identificar ninguna Quieres conocer una voz que te guste Pero en vez de eso escuchas una masa Una masa sonora sin forma Eso es lo que te han dado Campo de batalla constante Haces que todos corran Para llegar a sus aburridos destinos A concretar sus oscuros devenires Las construcciones de sí mismos Que todos hacemos Pensando que en ello Justificamos nuestra respiración Nuestros pasos nuestras palabras Nuestro maquineante pensamiento. Y mientras tanto te observo Parando en algún balcón extraño.
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PASILLO El tiempo que pasa observado Por una única lámpara de mala marca Colocada en una pésima ubicación Balanceándose sin que nadie se lo pida Sin que haya motivo alguno El cielo blanco manchado de negro Anunciando el luto permanente del lugar. Un niño que juega en el pasillo Con la inocencia impregnada en la piel Corre con la imaginación desprendida Haciendo correr autos de juguete por el piso de madera Mustio cansado de aguantar tantos pasos: Los del padre diligente los de la dueña de casa atenta Los de la hija inquieta los de la abuela que huye sin saberlo De la muerte que la espera en el sueño de una cama sucia de hospital Con un marcapasos que le alargó la vida apenas un suspiro La muerte que se esconde detrás de los visillos de las cortinas De ventanas con los vidrios empañados y trisados El pasillo que espera expectante que todos pasen por él Negro túnel sin salida conocida más allá de la material El exterior que se presenta como amenaza Las paredes que se muestran como claustro oscuro En el que nadie reza al menos en voz alta 34
El pasillo en el que rebota el silencio y se queda instalado El pasillo repleto de oscuridad que se somete A una transubstanciación voluntaria Para renacer en la figura implícita de un refugio Escondido entre un millar de pasillos Inventados por la cabeza de un loco habitante Rodeados de luz involuntaria Que atraviesa las ventanas como rayos Y se queda pegada a las murallas De piel descascarada señal inequívoca del paso del tiempo.
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MIÉRCOLES 29 Cúmulo de sábanas negras pegadas que conocemos; noche Que ha dejado caer su velo y lo ha hundido en las visiones de todos. Las palabras comienzan a mutar en balbuceos con hedor a alcohol Agua maldita para los vagabundos de la noche y para los que en el día Andan vestidos como para bailar en todas las galas posibles Noche oscura cabeza distraída por un mar tan oscuro que en él no se puede nadar Ni descifrar una sola palara turbiedad de lo absoluto ideas sin extremidades que No se mueven, no hay avance aquí en este terreno divagación absoluta A través de un recuerdo una fecha en la que deberías estar pero no estás Hace mucho sucumbiste a la absoluta ausencia de luz, memoria frágil que se sostiene Sin embargo sola, cabizbajo el andar de algunos en la noche y en una micro gris Un acordeón que intenta emular un carnaval entre tantas derrotas con rostro humano Pareciera que todo terminara en esa construcción que cruza calles y calles muertas de cansancio Por ver tanta vida deslucida pero acá estás memoria frágil recordándome lo que a veces omito
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Acá estás borrando la perfección de un día, cambiándola por el dolor del recuerdo, memoria frágil de capa caída Hasta cuando te verás forzada a sobrevivir?
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EVADIR (TE) A veces fingir un poco de vida Acostarme en la orilla de la cama Cerrar los ojos para tratar de esquivar los pensamientos Uno a la vez Fingir un poco de alegría Mirar el techo de mi pieza En este vacío que se disfraza de casa Fumar y fumar sin descanso Evadir es toda una tarea Cuando la cabeza da vueltas aunque no lo sintamos Evadirte es aún peor Estar solo en un lugar concurrido Aunque crea sentirme bien tan bien como podría Si la vida fuera un poco más llevadera y no se sintiera Como un dolor punzante en el costado A veces como por ansiedad a veces no lo hago Porque no quiero hacerlo prefiero desaparecer de los Mapas de la convencionalidad y fingir alegría con algún amigo Evadir y evadir (te) Juego de la locura de mi propia locura Por los errores de las miradas Torbellinos de palabras Evadir: palabra que no conozco Y no sé manejar
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DE MEMORIA de Carlos Flores R. se terminรณ de imprimir en el mes de octubre de 2015 en los talleres de Editorial Isidora Cartonera Santiago de Chile. isidoracartonera.yolasite.com
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