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1,470 Muertes

De estas muertes, 1,470 fueron por envenenamiento accidental por drogas o sustancias psicotrópicas, mientras que 327 fueron por alcoholismo y cirrosis hepática. Además, hubo 227 muertes por homicidio relacionado con el narcotráfico y 6 muertes por suicidio relacionado con el consumo de drogas y alcohol.

¡Todo esto en nuestros jóvenes de 12 a 17 años!

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Es más que evidente que estos números son preocupantes, pero desde nuestra mirada, no sólo destacan la necesidad de una mayor educación y conciencia pública sobre los peligros del abuso de sustancias, sino de una adecuada función parental; y las preguntas que vienen enseguida son:

¿Qué habrá pasado con la mamá o papá de estos chicos? ¿Cómo están?

¿Qué pasó y por qué no pudieron enseñar el amor propio y autocuidado?

¿Fueron irresponsables? ¿Sabían como ejercer su maternidad o paternidad?

¿Recibieron amor maternal? ¿paternal?

¿La madre recibía apoyo de su pareja o familia?.

La Teoría de las Relaciones Objetales, que se ha especializado en desmenuzar y profundizar la forma en que podemos crear relaciones humanas más sanas; sostiene que el ser humano tiene la necesidad innata de establecer relaciones significativas con los demás. Estas relaciones son esenciales para el desarrollo psicológico y emocional del individuo. La figura materna es fundamental en este proceso, es la primera relación significativa que establece el niño, considerando que esta relación comienza desde el vientre materno, vivencia única en la que la madre va integrando a su psique y literalmente a su cuerpo, la relación con este nuevo ser.

El vínculo afectivo que se establece entre la madre y el niño en los primeros años de vida es fundamental para el desarrollo del apego seguro, éste se refiere a la capacidad del individuo de crear relaciones saludables y significativas con los demás a lo largo de su vida. Es sabido que quienes han disfrutado de una madre amorosa, han recibido el modelado de un comportamiento empático y sensible a las necesidades del otro. Ante este tipo de interacción, los niños pueden integrar y modelar el comportamiento empático de sus cuidadores, lo que ayuda a desarrollar su propia capacidad de empatizar, misma que propicia una sensación de seguridad emocional con lo que los niños pueden desarrollar mayor capacidad para percibir y comprender las emociones de los demás, de ahí su futura posibilidad de ser más empáticos y afectuosos, lo que crea ese círculo virtuoso que nos puede llevar a ser una mejor sociedad. Teorizando un poco más sobre la función maternal, no podemos dejar de citar que una madre con un ejercicio medianamente sano de su función, lleva a sus hijos a experimentar relaciones de apego seguras y estables esa vivencia le hace más conscientes de lo que se siente ser tratados así, permitiéndo mayor capacidad para regular sus propias emociones y estar más abiertos y receptivos a las emociones de los demás como reflejo de lo que la madre les modeló, generando así el desarrollo de una mayor capacidad empática.

En este contexto, el día de las Madres es una celebración que no debemos dejar pasar. Si tienes una madre que te ha nutrido con todo esto que mencionamos… corre a ella, abrázala, reconócele y agradece por su papel fundamental en tu desarrollo emocional y psicológico pues te ha brindado un legado que te aseguro, llegará hasta tus nietos si es que tus hijos logran matener y honrar esta función.

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