ANTOLOGÍA CÓSMICA DE OCHO POETAS CUBANAS
por
Fredo Arias de la Canal
Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México, 1998
ANTOLOGÍA CÓSMICA DE OCHO POETAS CUBANAS
por
Fredo Arias de la Canal
Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México, 1998
© FRENTE DE AFIRMACIÓN HISPANISTA, A.C. Castillo del Morro # 114 Lomas Reforma 11930 México, D. F. Tel. y FAX 596-24-26 MÉXICO Ilustraciones por Rafael Soriano (Matanzas, Cuba en 1920). Portada: Mágico Encuentro . Óleo de 40 x 50".
PRÓLOGO Nietzsche (1844-1900) en Génesis de la tragedia dijo: Fue en sueños, dice Lucrecio, que las gloriosas y divinas visiones primero aparecieron ante el alma de los hombres; en sueños el gran formador contempló los cuerpos espléndidos de los seres superhumanos; y el poeta helénico, si cuestionado acerca de los misterios de la inspiración poética hubiera, así mismo, sugerido sueños y dado una explicación como la de Hans Sachs en el Meistersinger: El quehacer del poeta es este, mi amigo, leer sus sueños y comprender. La vera humana fantasía parece que se nos revela en sueños: no son los poemas y la versificación más que interpretación de los sueños.
¿Qué es lo que motivó a Freud a escribir su libro La interpretación de los sueños (1900)? Desde luego los estudios que sobre el inconsciente desarrollaron en torno a la creación estética Goethe, Schiller, Schelling, Hartmann, Schopenhauer y Nietzsche. El sueño era el camino real al inconsciente, por lo tanto, el análisis onírico le daría la clave de la conducta humana, especialmente de la sublime o la neurótica.
VII
En 1911 añadió su opinión sobre los símbolos oníricos a su obra Sobre los sueños (1 901): Hacia éstos se ha dirigido un interés muy particular, porque se ha notado que los soñantes que hablan el mismo lenguaje hacen uso de los mismos símbolos, y que en algunos casos, en verdad, el uso de tales símbolos se extiende más allá del uso del mismo lenguaje . Puesto que los propios soñantes desconocen el significado de los símbolos que usan, es difícil a primera vista , descubrir la fuente de la conexión entre los símbolos y aquello que reemplazan y representan . El hecho en sí, sin embargo, está fuera de duda y es importante para la técnica de la interpretación onírica; puesto que con la ayuda del conocimiento de los simbolismos del sueño es posible comprender, ora el significado de elementos separados del contenido del sueño, ora las partes separadas de un sueño, o en algunos casos sueños enteros, sin tener que preguntarle al soñante sus asociaciones. Aquí nos estamos acercando al ideal popular de traducir los sueños y por otro lado estamos regresando a la técnica de interpretación de los antiguos, para quienes la comprensión de los sueños era idéntica a la deducción mediante los símbolos.
En Norte N° 388 analicé por primera vez la riqueza cósmica de cuatro fragmentos del poema de Juana Inés de Asbaje que tituló Primero sueño y que así termina:
V111
Consiguió, al fin, la vista del Ocaso el fugitivo paso, y en su mismo despeño recobrada esforzando el aliento en la ruina en la mitad del globo, que ha dejado el sol desamparado, segunda vez rebelde determina mirarse coronada, mientras nuestro Hemisferio la dorada ilustraba del sol madeja hermosa, que con luz judiciosa de orden distributivo, repitiendo a las cosas visibles sus colores iba, y restituyendo entera a los sentidos exteriores su operación, quedando a luz más cierta el mundo iluminado , y yo despierta. Contemplemos la visión onírico-cósmica de Juana de Ibarbourou (1895-1980) en su poema Angustia de su libro Las lenguas de diamante: Hemorragia de luna sobre el parque plateado. Todo duerme, hasta el loco surtidor de la fuente. El mastín, taciturno, nos contempla callado y una brisa de encanto posa el ala en mi frente. Al andar, nuestros pasos no rechinan la arena. ¿Llevamos las sandalias de gamuza del sueño? Nuestra sombra se alarga, majestuosa y serena, como un manto de corte junto al muro costeño. IX
¿Esto es limbo o estamos sobre el haz de la tierra? ¿Somos sombras y un círculo de Plutón nos encierra? El silencio me oprime, como un aro, las sienes. ¡Abre el grifo a la fuente, el mastín azucemos, bésame, y al misterio con lascivia ahuyentemos! ¡Si parece de muerte la blancura que tienes! Alfonsina Storni (1892-1938) en su poema La dulce visión: ¿Dónde estará lo que persigo ciega? -Jardines encantados, mundos de oroTodo lo que me cerca es incoloro.
Hay otra vida. Allí ¿cómo se llega? Un perfume divino el alma anega: olor de estrellas , un rosado coro de Dianas fugitivas; el esporo viviente aún de la delicia griega.
¿Dónde estará ese mundo que persigo? El sueño voluptuoso va conmigo y me ciñen las rosas de su brazo. Y mientras danzo sobre césped fino fuera del alma acecha mi destino y la Gran Cazadora mueve el lazo.
x
Delmira Agustini (1887-1914) en su poema Las coronas: ...¿Un ensueño entrañable? ... ¿Un recuerdo profundo?... ¡Fue un momento supremo a las puertas del Mundo!
El Destino me dijo maravillosamente: -Tus sienes son dos vivos engastes soberanos: elige una corona , ¡todas van a tu frente!Y yo las vi brotar de las fecundas manos, floridas y gloriosas, ¡trágicas y brillantes! Más fría que el marmóreo cadáver de una estatua,
miré rodar espinas y flores y diamantes como el bagage espléndido de una Quimera fatua. Luego fue un haz luciente de doradas estrellas; -¡Toma! -dijo- son besos del milagro, entre ellas ¡florecerán tus sienes como dos tierras cálidas!... ... Tal, pupilas que mueren, se apagaron rodando... Yo me interné en la Vida, dulcemente , ¡soñando hundir mis sienes fértiles entre tus manos pálidas!... Y ahora presento la antología cósmica de ocho grandes poetas cubanas.
Fredo Arias de la Canal XI
AMELIA DEL CASTILLO (Matanzas, 1923)
Flor Astral. Ă“leo de 50" x 60". 2
i FUEGO
SONETO ILUMINADO
Todo el canto del mundo se deshizo por mi izquierda de LUZ Y MARIPOSAS, todo un verde indefenso entre las cosas hurgándome el recuerdo QUEBRADIZO. Un gris de angustia y de condena quiso rociarme con sus AGUAS SALITROSAS: una LANZA , UN COLMILLO unas FILOSAS ARISTAS DESGARRANDO sin aviso. Pero un coro de BRISAS y campanas gritó su voz de LUZ en mis ventanas HAMBRIENTAS de ENCENDIDOS arreboles, y mi raíz
de levadura altiva creció aferrándose a la LLAMA viva llenándome el jardín de GIRASOLES. De Las aristas desnudas
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[STADÍSTICAS ¿De qué lado del HAMBRE ANOCHECIÓ LA LUZ? ¿Quién la vistió de escamas y coronó de ESPINAS? ¿Quién decretó el castigo? Le pregunté a la PIEDRA, al polvo, al cauce duro , a la MORDIDA, a la ciudad, a sus hombres, sus duendes, sus LAGARTOS, a sus PIEDRAS , sus MUERTOS, su FUEGO , sus cenizas. Y confesaron todos sus culpas a latidos. Todos menos los hombres: afanados en asentar -cuidadosa, estadísticamentelo que piensan y comen y andan y desandan las HORMIGAS.
De Las aristas desnudas
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VARIANTE FINAL Vi No sé dónde ni cuándo anocheció el trópico fugaz que entre los hombros, con verdes y con SANGRE nos tatuaron:
entre las dos ARDIENDO, entre las dos ARDIDO. Era mucha raíz y muy frágiles las ALAS que de espaldas al RELÁMPAGO y al intento de vuelo nos nacían. Del vuelo en cruz de arena a risco, de canto a queja,
de mar a pozo . Desarropado intento sin medida. Era mucha raíz y muy débiles las UÑAS del trasplante. Cuando creció el afán de mis dos manos faltó el aliento de tu voz y tu pisada ; donde sembré un jirón de mí -blando y rojo- sacaste entre los DIENTES
el acero por siglos enterrado. Nació una FLOR cuando CORTÉ la rama,
y en tus dedos sin ramas y sin flor brotó la ESPINA. Cuando el grito y la guerra y golpe y odio se imponían comulgaron mis dudas y tus rezos, mis sombras y tu LUZ, el hoy y el luego: deshilachadas, mansas, casi una, comulgamos de espaldas y de frente a la mentira. 7
Hincaste la rodilla cuando TAJÉ LA PIEDRA; donde eché la simiente recogiste hormiguero de CUCHILLOS cuando alargué las manos, de tanta cal y tanto polvo mis manos te dolieron; cuando fui yo, tú me negaste y me perdí buscándome por dentro cuando fuiste. ¿Quién guarda las cenizas de aquel trópico ARDIDO? ¿Cuándo se QUEBRÓ EL ESPEJO? ¿Qué LANZA HAMBRIENTA reversará el trasplante? ¿Qué CICATRIZ NOS QUEMA la memoria? ¿Qué LLAGA GANGRENO el tatuaje? Era mucha raíz y muy poca la fuerza que nos dimos.
De Géminis deshabitado
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VARIANTE FINAL VIII ¿Cómo llenar un MAR deshabitado? ¿Devolviendo la sal, el canto , las escamas, el hondón de la espera, el gemido de todas las renuncias, el AGUA QUE NOS ARDE EN LA MIRADA, las playas todas y todas las orillas? ¿Cómo hacernos un MAR , un tiempo, un arco IRIS...? Voy a inventarle un nombre al MAR.
Un nombre largo y lento donde se enrede el aire, donde se hastíen rutas, mapas, velámenes , tormentas. Un nombre manso donde duerman al fin las algas y los PECES. Voy a inventarle un corazón al tiempo . Un corazón que lata al primer llanto y se detenga allí hasta el grito final. El de la bienaventuranza. Voy a inventarle otro color al arco IRIS: un color que me inunde los rincones todos y todas las ESPINAS. Voy a inventar un nombre para el vuelo dormido entre las ALAS, 9
para el HAMBRE QUE CRECE EN LA MORDIDA, para el charco de SED donde se PUDRE el desamparo. Para el PÁJARO DE LUZ que PICOTEE EL VIDRIO de todas mis ventanas. Voy a inventarme un yo que me cobije. Un comprensivo yo sin estatura que llame pan al pan aunque lo crea vino,
que llame vino al vino aunque lo sepa pan. Un yo sin PEDESTAL y sin rendijas. Un yo sin miedo que me sienta, me busque, me abrace y me sonría desde todas mis sombras y todos mis ESPEJOS.
De Géminis deshabitado
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ESTRELLA
VARIANTE fINAL 11 Estoy de frente a todas las verdades DESNUTRIDAS y ni alcanza mi vuelo la selva de los PÁJAROS HAMBRIENTOS ni alimentan mis dudas el mito de ESTRELLAS y de oráculos. ¿De qué sirven ahora mapas, bitácoras y brújulas si se hundieron de un golpe las NAVES ancestrales? Que no vuelva a engañarte la astucia de otra voz, otro luego, otro quién sabe: el horizonte está donde termina el tedio y no hay grito ni LANZA que te ayude a alcanzarlo. ¿No ves que estamos de regreso , sin abrigo ni costra, ni siquiera el gemelo tatuaje que por siglos -desde el primer eclipse y la primera LUNA- nos enseñó a encontrarnos? No, no bastará TAJAR LA SED PARA MORIR SEDIENTAS. No bastarán ajenos dioses, ni cábalas, madejas, laberintos... No bastará la sal. Ni el AGUA, ni el milagro. ¿Dónde dejar las redes y esta carga de PECES que se ASFIXIAN? De Géminis deshabitado 13
VARIANT[ FINAL V No voy a pedir cuentas . Tampoco voy a darlas. Tú sabes y yo sé del cauce SECO y del dique incapaz de contener el desamparo. Quizás, uniendo fuerzas, empinadas al golpe, inventariando tus PIEDRAS y MIS LODOS,
logremos desviar la subterránea FUENTE, encarar el festín de las HORMIGAS y deshacer la IRIDISCENTE telaraña multiplicada al SOL. Derribarás entonces torres de humo, escalaré MURALLAS, y al fin en paz con los ESPEJOS te bañarán mis LODOS, compartiré tus PIEDRAS, y aunque fijas al VIDRIO, atravesadas, quietas, obedientes y mansas, haremos otro ciclo y otro y otro, iguales y distintos desde el Junio primero y la primera yo.
De Géminis deshabitado
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fSiRfLLA - fUfGO
ANOCHECER
Siempre un parto de ESTRELLAS en mi frente cuando ARDÍAN cenizas por mi piel. ASCUA viva el camino de mis huellas, ARDIDO el SUEÑO y rojo, de un rojo espeso el horizonte... (¿no es siempre rojo el horizonte antes del anochecer?) No sabía mi voz ni mi estatura ni el grito de la PIEDRA por el SOL. Sólo el parto de ESTRELLAS en mi frente y la SANGRE del tiempo amaneciéndome cuando ARDÍAN cenizas por mi piel.
De Las aristas desnudas
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VÁRIÁNtf fINAL 1 A ver qué dice la semilla de este surco de HAMBRE anochecido y qué respuesta tiene esta cigarra que se afana sin tregua pisoteándole el brío a las HORMIGAS. A ver qué fantasma de LUNA sisea nuestros nombres por las sombras,
a qué POTRO DE SAL se le encabrita el tedio, qué aullido o qué balar acecha en el recodo del camino, en qué SOL QUEMAREMOS nuestras ALAS, qué costra de intemperie nos cobija. A ver
qué MARIPOSA AZUL nos desafía, qué cápsula de LUZ traspasará la niebla, qué trompeta , qué voz derrumbará los MUROS. Qué azogado CRISTAL se atreverá a decirnos lo que soy, lo que eres , lo que fuimos.
De Géminis deshabitado
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IS«ÑA
No te extrañe el calor de mi presencia: soy de ceniza ARDIDA y derramada, me corren por la piel todos los ríos y las mareas todas y todos los RELÁMPAGOS. El calor que te traigo es de la tierra que duerme con el SOL todos los días y que todos los días se levanta. El calor que me ABRASA es de simiente, de surco HAMBRIENTO, de LUZ, de sementera. Calor isleño que no cesa nunca, que nunca escapa ni se entibia nunca. El calor que me alienta irá conmigo más allá de mi losa y de mi puerta. Soy de ceniza ARDIDA y derramada: no te extrañe el calor de mi presencia.
De Las aristas desnudas
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iv fS1RfLlAS - 0105 - LUZ
XV
Crucé descalza tu jardín extraño. Hubo fiesta de SOLES y rocíos en madrugadas vírgenes y caricia de alas despeinándome los SUEÑOS no nacidos. Crucé descalza, con las plantas leves y los OJOS DE ESTRELLAS desvelados. ¿Sabes...? Aún me duelen ESPINAS Y GUIJARROS, pero crucé descalza por tu jardín extraño.
De Agua y espejos
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PORQUE... Porque mi vida empieza en el silencio de todo lo que callo sin olvido; porque el silencio es HAMBRE y la palabra es FLECHA y PEZ Y PÁJARO extraviado; porque quedan los OJOS DE LOS MUERTOS mirándonos sin prisa las espaldas; por el niño empinado hasta la ESTRELLA, por el llanto sin LUZ de aquel anciano; porque soy sin saber por qué ni hasta qué MUERTE; porque sí -sin cartilla y sin ANZUELOme doy, me estreno, me desato el hilo sin medida que me sobra y soy yo para siempre, sin motivo y soy yo desde siempre , sin razones.
De Cauce del tiempo
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MONÓLOGO
Hoy sé que vivo porque tengo las sonrisas todas del mundo en mi ventana,
porque canta un PÁJARO de tiempo no importa dónde, porque en la MIRADA AZUL de cada niño
hay el BRILLO EN LOS OJOS de la niña que fui ya no sé cuándo. Atravieso el umbral de todas las angustias para soltar al VIENTO mis palomas, y es canto el VIENTO y es el canto, nido y es torre el nido y es la torre , ESPEJO. INMÓVIL, desde adentro , descubro las cansadas rutas de mares y GALAXIAS, crepúsculos, tormentas, ideas y palabras. Me trenzo por la espiral de todas las tristezas y las tristezas todas se me vuelven hilo de seda AZUL. AZUL como la FLOR que me creció de pronto para hacerme vivir y traspasar umbrales y descubrir las viejas y cansadas rutas nacidas a mi paso. De Las aristas desnudas
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ALIANZA
No, no anochezcas su paso, no DESGARRES su aguda transparencia. Deja que la palabra atraviese montañas. Deja que viaje intrépida sobre el lomo del tiempo horadando el silencio milenario de las PIEDRAS y de los sordos de alma. Deja que vuele, tan ligera y blanca, que se deshaga en polvos ESTELARES. Que se vista de música y de auroras estremeciendo las conciencias huérfanas de palabras. Deja que truene en furia,
que se desate en cólera estrenada, que golpee y se encone y se DESGARRE en FLECHAZOS DE LUZ, hasta de LUZ cegar a los que mueren a sorbos de CEGUERA de palabras.
De Cauce del tiempo
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y MÁS Para saber el grito de la PIEDRA hay que rasgar su piel de tiempo, morder el polvo de su HERIDA, CRUCIFICARSE AL SOL sin credo , ni perdón , ni Padre Nuestro. MORDER el áspero sabor de un llanto seco que lastima la SED y en remolinos llega a los OJOS Y EN LOS OJOS de sal cristales se te vuelve. Empinarse,
empinarse sabiendo que te escupen, que te aplastan y QUIEBRAN LAS HORMIGAS. Hurgarse dentro, vaciar el alma, tajar el propio grito, MORIR CLAVADO al yo... para saber el grito de la PIEDRA.
De Las aristas desnudas
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PIRO NO PUIDI SIR
Si tuviera el valor de ser cobarde, de echarme atrás, volver la espalda, poner cerrojos a las puertas, tapar hendijas
y, puesta a ser, ser sin saberme. Colgada a un hoy tan hueco que no asomen AGUIJONES de ayer y se descuelguen
de una vez todas las ESPADAS. Sin este empeño de empinarme al golpe, cuajado el llanto y el ay quebrado entre los DIENTES. Doliendo el norte en la MIRADA y el guijarro en la planta y el hurgar de la ESPINA en el cerebro y el caer sin la cruz y el levantarse a medias. Doliendo este pecar con la oración LLAMEANTE. Doliendo la sonrisa del costado y los hombros tan anchos y tan débiles. (Martillo y golpe y el golpear doliendo). Si tuviera el valor de ser cobarde me tendería al SOL quieta, tan quieta, que andarían por mí las lagartijas y VIENTO y lluvia trazarían mapas de siglos por la PIEDRA. 28 De Las aristas desnudas
El limbo del silencio. Ă“leo de 50" X 60".
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i fUfGO
CONSTANCIA DE LA MUERTE
Inevitablemente me TRASPASA un MAR enorme y DURO amaneciendo, un PÁJARO QUE ESTALLA sin estruendo: raíz de remolino y furia y BRASA. Un no dormir cansado que me pasa entre PAREDES de temblor tremendo: algo que aunque se acaba va viviendo y está dentro de mí como en su casa. ¡Ah, tempestad de TULIPANES huecos que arrastra confusión de niños SECOS y MUERTE DE MANZANAS GOTA A GOTA: cuando me llega en vértigo y latido con su viaje de angustia repetido, hasta creo yo misma que estoy ROTA!
De Memoria de la fiebre
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1 ESTRELLA - fUfGO
11 CANTO
RÓMPANME los vestidos, quítenme la locura, pulan con ese látigo mi sitio de estar sola, tráiganme los INFIERNOS , pongan mi cama dura; no temo a los tiranos ni al CÁNCER ni a la OLA. Déjenme sin pecado, sin SOL, sin biblioteca; ya huérfana de todo no sentiré ni tedio. Escóndanme ese pan, CLAVEN MI BOCA SECA: nada podrán hacerme que no tenga remedio. No importará la cárcel porque BEBÍ delirio, hasta en el mismo polvo suele nacer el lirio, ninguna MUERTE sabe PODRIRME la mañana. Mi corazón no tiene gravámenes ni dueño. Nunca podrán quitarme el ALA con que SUEÑO. Y seguiré cantando cuando me dé la gana.
De Discurso de Eva
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ISiRfLIAS - 0105 - LUZ
DONDE fALTA EL SINSONIE
Agosto, miércoles tres. Ingreso casi temprano. Siempre me agobia el verano, siempre me vuelan los pies. Dicen que en el vientre es donde el mal raro se instala. (¿Será que me sobra un ALA?) El aire de una violeta y mi libro de poeta entran conmigo a la sala. Son las diez . Estoy pendiente del CÁNCER de la vecina mientras el SOL asesina ilusiones en su frente. La enfermera y un sirviente con termómetro y con tedio van turnándose el asedio. ¿Danzará la MUERTE, eufórica, en la ÚLCERA pilórica o en el bocio sin remedio? Y va metiéndose el día por la noche , enamorado. Me juego el SOL con un dado y sale melancolía. 41
¡Ay, vísperas de agonía! ¿Dónde te has ido, SED fiera? ¿Tendré al final de la espera un lápiz RESPLANDECIENTE, MORDIDA para mi DIENTE, cielo feliz, primavera? El jueves llega y no llega, mas llegará, ya ha llegado. Mamá es un CIRIO apagado, un susto que no se entrega. («Hasta pronto, LUZ QUE CIEGA; hasta pronto, maravilla
de UNIVERSO, sien que BRILLA») Voy de morfina y de bronce, desamparada a las once, viajera de una camilla. Mi esposo besa esta frente con un beso en que se inclina su soledad repentina. Es un beso diferente. Nos mira pasar la gente casi con morbosidad.
Les opongo mi humildad: mucha sería la pena de no portarme serena y morir sin majestad. «Luego nos vemos, cariño, novio de mi SANGRE DURA; 42
luego nos vemos , LOCURA, gorila, jardín, mi niño...» La LÁMPARA me hace un guiño, después pinta el cirujano un RÍO por donde gano mi crepúsculo tremendo mientras la sombra cayendo con suerte mueve su mano.
Sudor, trabajo, fortuna, PINZAS y TIJERAS, yodo, y yo aprendiéndome el modo de ir más allá de la LUNA. Tal vez no recuerdo alguna MIRADA definitiva; quizás escapé -cautiva de un demonio insuficienteo estuve alternadamente muerta, viva, MUERTA, viva...
(«Mi amor..., ¿ dónde estás, mi amor?») ¡Qué silencio sobrehumano! Y yo buscaba tu mano en el no ser y el horror. («Dame la mano, mi amor, que me caigo de la vida y voy rodando perdida en pentotal , bisturíes, en gasas sin alelíes, que me celebren la HERIDA.
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»Dame tu mano que en ella está el mundo todavía y el calor y la alegría; dame tu mano que es bella y tiembla como la ESTRELLA. Dame tu mano . Procura regalarme esa dulzura. Dame tu mano o me enfermo sin paraíso y no duermo ni en la misma SEPULTURA»). Desvivo... la MUERTE crea para mí su nardo negro. Voy al abrazo y me integro como a una total marea. Pero la MUERTE AZULEA cuando en su ternura habito y hay como un beso infinito QUE ME DEVUELVE EN GOZOSAS PUÑALADAS ARDOROSAS cuando a las dos resucito. Se fue la anestesia. Puedo oír música en mi padre. No hay presagio que me ladre pues amanece en mi dedo. Se fue la anestesia. Miedo no existe sino dolor, me HINCA adentro alguna flor, algún CUCHILLO volando.
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No importa: dolemos cuando la vida nos tiene amor. ¡Ay, martillo por la sien, que en mi corazón no entre! ¡Ay, CLAVO que da en el vientre y da en el alma también! Quiero un bálsamo en que estén presentes mis hermanitos. ¡Venid, quimeras y mitos, venid, cuentos y alabanzas; venid y hacedme esperanzas en los momentos malditos! Pasa un minuto, una hora, pasa un día lentamente; pasa una noche inclemente, tropical, ABRASADORA. Y así me encuentra la aurora: miseria en vez de mujer. Me viene el médico a ver y se burla: «Palideces, Carilda, y te pareces a Margarita Gautier...» Mi cuarto es suave y sin CRUZ, tiene dos lechos vacíos, nostalgias, SUEÑOS , hastíos, y hasta de noche entra LUZ.
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Es verde y limpio y en sus soledades me reparto; pero no me gusta el cuarto: le falta adentro un SINSONTE, la brisa fresca del monte; le falta, no sé, un LAGARTO. Del hospital ya cansada, del jugo y la medicina; con insomnio y niebla fina me coge otra madrugada. Debo ser dulce, callada; aunque la angustia me toma. Esperanza, ven, asoma para volver a ser rubia: ¿cuándo me dará la lluvia?, ¿cuándo veré una PALOMA? Los puntos y esparadrapos ¿no se irán para la mierda? Tengo prisa, aquí en mi izquierda, como dichoso entre trapos,
amigo del sur, de sapos, con sus HAMBRES deliciosas está volviendo a las ROSAS un corazón renacido,
un corazón bienvenido de nuevo a todas las cosas...
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Dejadle ir por la calle para que juegue en los charcos con los diminutos barcos de un niño ... ¡ Dejad que estalle para que enloquezca el valle con su libertad sonora! Quiero el vértigo y la hora, en los PÁJAROS despego; quiero gastar todo el FUEGO, la vida comienza ahora.
De Calzada de Tirry 81
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LA CITA 1 Sin mi parco vestido de ceniza, sin mis OJOS de nunca, sin la ROTA gravedad de violeta que me triza, sin mi tedio romántico de gota. Con el HAMBRE Y LA SED, con una LANZA de sostenido FUEGO diminuto, con una blusa nueva, con un FRUTO con la misma PALOMA que ahora danza. Ignorante de qué, cómo ni cuándo, vine a la cita del amor cantando; y RELÁMPAGO fiel, ASTRO viajero, bajo la noche estática y BRILLANTE, ILUMINANDO todo el paradero como un destino apareció mi amante.
De Discurso de Eva
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DU[RM[ El SOLDADO
En medio del desvarío: «¡aquí no se rinde nadie!» dijiste. (El SOL irradie tu voz y su desafio.) Aquel grito tan bravío contagió montaña y tropa. ¡Qué brindis sin una copa! Primer bautismo de FUEGO. Cansancio, LLAGA, SED luego y el peligro como ropa. Por la CIÉNEGA, sin queja, por el PEDREGAL, estoico; tú, nuevo soldado heroico, sastre de mambisa ceja. Con honra y un arma vieja -el mosquito alrededor, HAMBRE tragando hasta florarrastrando tus visiones, con el alma y los cojones a la vanguardia, invasor. En pino del agua: tallo de vergüenza parecías. Los güines, las peonias te ciñeron el caballo. 49
¡No te paraba ni el RAYO! ¿Quién duda aun si la bala dejó de ser plomo, y mala, al tocarte nada más? Con la yagruma quizás te confundió , con un ala. Por los llanos del Oriente la hazaña fue tu pasión; desde el pie hasta el corazón, loca CENTELLA imponente. ¡Qué LUZ te parió la frente! ¿Cuál palabra -que no haydijo tu lengua? ¿Qué ¡ay! conprometido con gloria; qué grito diste de euforia cuando cayó Yaguajay?
No se sabe, obrero, obrero, que rebelde te volviste, y macho , rural y triste debutaste en guerrillero. No se sabe qué aguacero te mojó la sombra en vilo ni qué suerte sin pistilo te dio un abrazo de tuna ni el pésame que la LUNA puso en tus OJOS , Camilo! Por el alba, enamorado, de prisa -que VIENTO eras50
con un nudo de banderas enredándote el costado, jugando vida en un dado, saliste, testa de rey, carne de pueblo... la ley del milagro se cumplía: un hombre vuelto poesía al volar en Camagüey. Comandante: ¡cuánto FUEGO te estaba ARDIENDO en el hombro! Descalzo, barbudo, asombro, en nuestra historia te pego. Pero hay un retrato luego donde -PÁJARO al azarsalió la muerte a cazar apuntándote su FLECHA. Desde entonces ... ¿ quién no echa alguna ROSA en el MAR?
Y dicen CORALES, peces, delfines, algas marinas; también lo dicen las minas otra vez y muchas veces: aquí en las AGUAS te meces, estás libre y no cautivo,
no estás MUERTO y estás vivo: SUEÑAS con Cuba, tu amante. ¡Duermes tan bien, Comandante, que el MAR es ya verde olivo! De Tú eres mañana
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JU[V1S Cogí un recuerdo para soportar la fatiga, pasé la página de mi libreta y escribí: te amo. Pero era para no enseñar a todos mi PUÑAL. (Váyanse a la madre que los parió, ustedes quieren regalarnos una sentencia de MUERTE, ustedes nada saben del hombre; métanme presa, no importa: pintaré en las paredes de la cárcel). Así ha pasado el jueves. Huí al campo, pero no era como lo hizo Van Gogh: llovía, los PÁJAROS SE FUSILABAN unos a otros; la tarde sirviendo qué postal estupefacta. En fin, no queda otro remedio y vine para casa. Aquí ARDEN los rincones y no ha llegado la orden de alzamiento, los mosaicos de MÁRMOL forman LUTO, ponen la radio, no hay teléfono para comunicarse con el absurdo, guisan lentejas, me desnudo. 52
Comprendo que es jueves, entonces salgo. Los ómnibus están llenos, camino sonambulescamente, fracaso en un semáforo; aunque eso sí me da la noche con sus ASTROS, y cuando iba a sonreír por casualidad o porque Dios nos tiene siempre asco: apareces
como un personaje de Deschau. Te articulas a mi PODREDUMBRE, el tedio entumece las corbatas, el HAMBRE se te ha vuelto una tina ignominiosa. Por venganza en un descuido, te adornas con el hueso de tu hombro poliomielítico. Verdad que es jueves, que hay que ORINAR contra las ceibas. Montamos el mismo cerdo de tortura, tenemos la exacta humildad de locos atropellados, te MIRO FLAMEAR sobre la mesa del café; debajo duermes. Ya no te pareces al as de bastos, tiemblo, nace el VINO, das un tropiezo con mi tristeza y vuelves los OJOS al humo sin desquite. (¡Amor mío: vamos a SUICIDARNOS!)
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De pronto el crepúsculo suelta un ARCOIRIS y MORDEMOS la vida. No sé qué más ocurre aparte del jueves.
Me pones en un automóvil con la misma ternura que comemos PECES en el almuerzo y quizás me he MUERTO cuando das órdenes: llévela a su casa; vive en la otra cuadra de mi suerte. Luego se me tupe la pluma con esta lágrima.
De Antología poética
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DESNUDO Y PARA SIEMPRE
Errática, sin vino,
profesional del fósforo, cuando tú haciendo un remolino de ilusiones, con ese estruendo del laurel, desnudo y para siempre entraste bajo el AGUA.
Un poco desasida, como mirándome los pies, cuando tú, domingo rápido, parada del VIDRIO, HINCASTE el baño con tu gesto de animal profundo. El AGUA, ay, quedó colgando entre mis OJOS y tu carne como una telaraña, desnudándome más. Entendida por el demonio, bárbara, tuve un acceso de LOCURA, un punto apenas de explosión atómica, un apogeo del clavel preciso y creí. 55
(Creer es desear tu SEXO y darle de comer a una PALOMA) Se fue cayendo la mañana. El vicio de la ESTRELLA saliendo así de entre tus PÁRPADOS era la LUZ que yo he llamado lágrima; RELÁMPAGO que empieza aquí y después de verle no morimos. (Vete, dolor que lo menciona: al innombrable se le pone TUMBA, en paz quedamos y luego va una por el mundo , como quien nunca tuvo cosas inmortales). Estaba, sí, después del beso, pidiéndole perdón a las PAREDES; estaba como pariéndome otra vez, como de niña bajo el vientre,
como palideciendo mucho, como casi, como empezando a ser cuando desnudo y para siempre entraste bajo el AGUA. Todo el NAUFRAGIO se paró de pronto, todo en octubre se hizo pan, misericordia el tiempo. 56
Otoño, ESTATUA germinal del cuarto, lúgubre hermosura de los huesos; sin usarme, sin yo misma, naciendo a los temblores importantes, a la pequeña abertura de la dicha si llueve y canto; más tú que nada, médula del presagio, sólo un negocio del asombro, sólo un trémulo palacio donde goteaban noes ineluctables, sólo la música que escuchó el verdugo, azucenado nervio, estaba cuando desnudo y para siempre entraste bajo el AGUA.
De Desaparece el polvo
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AMOR, ESTÁ ATARDECIENDO
Amor: está atardeciendo. La ROSA más grande y rosa se SECA como una ROSA al crepúsculo tremendo. Y yo, que voy casi HERIDA como ese cielo violeta, cuando estoy así de quieta parezco viva y sin vida.
Ay, esta tarde es la tarde para vestirse de gasa y estar soñando en la casa con una vela que ARDE. Hoy es el día; ese día donde llorar por un MUERTO que no se nos haya MUERTO todavía, todavía... Amor: ¡déjame en la cama! vete a buscar una ESTRELLA para que juegues con ella.
La muchacha que te ama
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es tan extraña y tan loca que tiene un dolor remoto y está como un vaso ROTO: se le ha borrado la BOCA. Échame el humo que arrancas o una sábana de lino o la sombra de algún pino o flores del campo, blancas. Ponme una semilla trunca en la mano cenicienta, y que ni yo me dé cuenta de que no nacerá nunca. MÍRAME así: rodeada de CLARIDAD como un nido de temblores... ya me he ido: soy lo que queda de nada. No tengo carne ninguna. Ya ni mis lágrimas peso. Estoy cubierta de LUNA. ¡Me MATARÍA algún beso!
Vete a fumar a la sala... mira que está atardeciendo y al crepúsculo tremendo me gusta tener un ALA. De Discurso de Eva
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AINA KOSA N1 /T - TT_1_ - _ - 1 /1/1
Flor de la Metรกfora. ร leo de 48" x 36".
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i FUEGO El Humo es la conciencia del espejo. Las LLAMAS inextinguibles de la SANGRE, atizarán el FUEGO DEL HAMBRE. De Uno y veinte golpes por América
LA TUMBA DE ABEL
Mucha es la SANGRE que te distingue desde tu MUERTE, Abel, tu nombre de espejo, torre y ruina, tiene TUMBA reconocida en cada corazón. Alguien descubrió el viejo secreto de la bondad entre los puros, desplazados del escondido FUEGO de los que diariamente se QUEMAN en la PIRA de la aurora,
en la PIRA del crepúsculo. Sin más pala que el propio corazón hemos cavado en silencio tu fosa en la imagen secreta de los rostros. La tierra agradecida de la SANGRE buena devuelve en sombra la raíz. Todos parecemos -tener suerte viviendopero el hermano, el milagro del hermano, nace de buena sombra, como tú de buena LUZ. Y un día la carne se subleva entre los ESPEJOS, las torres y las ruinas y es cuando el secuestro del vuelo nos obliga a romper con el SUEÑO. Yo te he visto Abel, deformado en una lágrima.
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Te he descubierto el fantasma debajo de una uña, escondido de la carne, de los OJOS como de la SANGRE en el SUEÑO imposible de hacer el día la Ruta de Damasco. Te he conocido preferido en la mirilla asesina, en la violenta SANGRE que tiñe los maniquíes de las grandes ciudades. MUERTO en vida, vivo en MUERTE. Olvidarte sería romper con la vida y regresar de tu nombre, -al ESPEJO, a la torre , a la ruina a la mano asesina, a la primera MUERTE, a la MUERTE primogénita. Regresar a nosotros , primitivos sin nombres en el tiempo,
reconocidos en el deseo , en el calor del hermano, calentándonos en la torre del FUEGO, en la SANGRE con destino de río, en la infinita hermandad del sacrificio.
De Sol de un solo día
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fSiRfLLA
a[ROLIJO La HERIDA es la noche porque la noche no SANGRA. Como campanas mudas son nuestros oídos. (La letanía es el silencio y el olvido). Una ESTRELLA termina su agonía mientras el hombre despierta a la tierra. Es el mismo desgarrón entre el SOL y la nueva huella en la arena vieja. La misma esencia, la misma sorpresa de la LUZ ante el CRISTAL, o del ESPEJO ante la sombra. El temor de ser descubiertos un día sin más vestimenta que la sombra o el ESPEJO, con la misma desnudez de la noche. Mientras desciende, asciende, se deshace con dignidad la ESTRELLA, LA LUZ, el polvo y hasta la caída digna levanta el corazón.
De Sol de un solo día
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LA fU[NT[ Df LA INDIA Compréndela, acéptala, acércate como a la ESTRELLA con temblor. Tiene la inmensidad del OCÉANO y la ascendencia virreinal, de quien se sabe constante en su soledad y ausente en la BRILLANTEZ de la escama. Sabe del prisionero, prisionera de su LÍQUIDA continencia de espiral sin algas.
Sube alcanzando en el aire la imagen que quiere perder de la tierra. La esencia que la rodea es su cuerpo desdoblado en ESPEJISMOS. Si aúlla, los delfines generosos le prestan sus mitos, sus compañías de náufragos solitarios, de tritones de FAUCES abiertas como HERIDAS tiene el mundo, de fábulas primogénitas como orígenes tienen Neptuno o Venus. Si despoblada en su prisión te recuerda al hombre de hoy, compréndela, surge y resurge , álzate en su espiral LÚCIDA, porque has de permanecer en su propia integridad. En esta trilogía, hombre, SURTIDOR, FUENTE hay una esperanza de papel en blanco, una desnudez de tinta,
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igual desnudez de la SANGRE que es parte de su eternidad. Acéptala, compréndela, sube y baja con ella. Daño no es. Simplemente una FUENTE, un SURTIDOR en alguna parte, en alguna zona sin sal , en un pueblo dulce, en una ciudad, en un momento del hombre y del OCÉANO.
De Viaje al casabe
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Asia{LLA - fufGo
SOL DI UN SOLO DÍA
El SOL tiene su casa de días y de noches. Una casa de milagros y de misterios, una casa de horcones de LUZ, una sombra de casa sin cimientos. Un poco la casa de todos. Un poco la casa del Laberinto. El habitáculo de la leña y el FUEGO, no el hogar porque el SOL SECA lágrimas y, no hay hogar sin risa y su envés. Pero esta casa tiene puertas y ventanas que se abren al tiempo. Y en el rodar de su intimidad hay pasos cortos y hay pasos largos. La medida está en la sombra. Nadie conoce como el SOL la sombra de cada uno. Dueño de esta religión ingeniosa es el trapecio que hace con la SANGRE; el coloquio de la QUEMADURA con el RESPLANDOR. EL SOL ES LA MEDIDA DEL FUEGO, la longitud del BRILLO, la dimensión de la ceniza y el polvo, la firma de la sombra encarcelada. El día es el argumento para el sencillo drama de ALUMBRAR Y ENCEGUECER: de QUEMAR hojas, de reventar flores, de inquietar los veranos, de hacer hombres con deshielos; desarmar la conciencia y estructurarla sobre la ceniza de la esperanza. ¡Bendita ceniza, hermana de la LUMBRE, la leña y la sombra, cuando el FUEGO Y LA LUZ se arman! SOL de un solo día entra, convidado de esperanza, a mi sombra. Mi sombra te espera, mi sombra te desespera. De Sol de un solo día
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iv fsrafÂŤAs -ojos -pul
R£QUI[M PARA UNA ISLA
Yo sé que en el afán de lo mudable, en este ir tras el tallo porque urge la FLOR, hay un FUEGO embozado en la sombra, CRISTALIZANDO EN ARENA y una MIRADA húmeda yéndose en los RÍOS. Yo sé de un viejo careo tras la escondida fuente de la India y de la ruta de un humo que asciende equidistante de los centros para llegar a ser y nada ser. Yo sé de un murmullo en la hora del primer llanto, en la vocal aislada que debajo se alza prudente , temerosa en la garganta.
Sé de un SUEÑO fino, ingenuo, dulce, transparente y gigante siempre ceñido al reloj de la tristeza; pequeño siempre en la avaricia de la HORMIGA, en la misma cuna de un vuelo ancho. ¿Cómo juzgar el silencio de las GARZAS? ¿Cómo aclarar el clima de sus lechos en la imagen ausente de la ola? Hay un silencio construido por los PECES; y muchas horas tirando del puerto, antes que la tierra abriera espacio a nuestros hombros; y antes que el MAR usara sus CARACOLES
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para sacarle al VIENTO la historia de su PECHO. Salen al paso las hojas y la edad de las PIEDRAS calzadas con ESPUELAS DE REPTILES ARTICULADAS AL FANGO. Y salta la pregunta como salta el JAZMÍN a la noche: ¿Dónde tu mural de palmas para establecer la libertad, tu friso de AGUAS ciudadanas, la fraternidad insomne de tus CEIBAS cobrizadas al crepúsculo? Con tu ropaje de integral primavera aceptaste el convite de la tierra, el pavimento indestructible de un cielo de AZUL invicto, el cruce de la noche; la ingrávida voluntad de la brisa, la FLOR de inasible armonía, el MAR de gracia prodigiosa,
y el nido de la LUZ. Yo sé que te llamaron fiel , cuando la primera esclavitud; y que echaron en tu escudo una llave de AGUA para salvaguardar la LUZ del Golfo. Y hoy, en el pedazo de SOL que marca el regreso de la aurora, nosotros , gente de isla, podemos hablar con la SALIVA de la espuma, sin temor que apague nuestras voces el incesante reptar de las olas. Y decimos hoy, porque la llave ha abierto su puerta a la sombra: este tiempo que bifurca nuestra SANGRE; este pórtico de censos y galileos en marcha; de sillas y valijas venideras a otros cantos,
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es -y oídnos bien- el atrio del huésped de la MUERTE, y el doble que practica la campana. La lluvia es el FUNERAL de la nube -ESTATUA DE LA NOCHE O DANZA DE ROCAS ALUCINADAS desde la espalda del AGUA-. La lluvia tiene su voz de breves campanas sobre nuestra carne contraria a la suerte del carbón y al destino de las MORTAJAS. Acaso somos hoy, los inesperados argonautas de la lluvia, AGUDOS como la vena de los MUERTOS barrenada al sentido de la YESCA; arrodillados , desnudos MINOTAUROS antillanos, arrodillados al peso de nuestras escamas; hijos legendarios de un REPTIL anochecido. Y, porque somos gente de isla, apuntada a su cuerpo, en su zona de fechas, en su gozne longevo de eterno regreso, lloramos la infatigable tierra. Dime, isla donde la sombra es moneda de la MUERTE, ¿qué AGUAS te han hecho tu nueva estatura de ESCORPIÓN; o qué mares prefieren tu LUZ que se oxida? La lluvia es el gesto seguro de las islas, solamente ancha en la claridad que nos encuentra. Yo te digo que tu destino de AGUA es incompleto; hoy te sobra la SED EN EL POLVO DE TUS RÍOS QUE ESTALLAN, como ESTALLAN las nubes de Occidente.
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Sobre nuestra piel de escamas vacilantes está la HERIDA del antiguo ARPÓN de pescadores de falacias que no tienen sitio en nuestras PIEDRAS salvajemente reunidas, colonialmente vencidas, republicanamente alzadas. Nosotros -gente de isla- con nuestro origen en el origen mismo de la escama, desechamos el plomo panorámico que levanta PEDESTALES a la ignominia y a la SANGRE detenida. Nosotros -gente de la isla-
que preferimos la angustia del ALA desplegada que cabe en la sonrisa, sabemos que los GORRIONES no usan escafandras ante el miedo, ni los totalitarios del orden mesiánico se detienen ante el pétalo de una ROSA; sabemos que los dioses también lloraron la MUERTE de Aquiles y que otros BAILARON SOBRE SU TUMBA para crecer dentro del siglo. Sabemos que los nuevos Antíocos no podrán hacer sino los Macabeos de siempre, llorados tras máscaras de CORAL talladas con la SANGRE de sobrada humedad. Sabemos que una ofrenda de espuma bastará para el FUNERAL de las ROCAS -como FLECHA ordenada para interrumpir el vuelo de las GOLONDRINAS.
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Sabemos, que para los prosélitos de la barbarie los astronautas no cantarán jamás al amor de los zapatos. Sabemos que en tierra de LUZ y color nuestra sombra vale como nuestra MUERTE y nuestra vida es un eco que se finge,
la palabra que se QUEMA. Sabemos que nuestro grito es el parto inútil de la PIEDRA, es la FLECHA empenachada que tuerce su rumbo porque una bandada de GAVIOTAS les heló el FUEGO prometido. Sabemos que el Sputnik -corazón del cosmosha repartido su SANGRE en los paredones. Nosotros -gente de isla- Sabemos que los faraones tienen TUMBAS DE PIEDRAS PARA SUS CORAZONES DE PIEDRAS. Nosotros lo sabemos y lo decimos: nosotros, los grandes muralistas de lo efimero...
De Las siete lunas de enero
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HATU[Y, CACIQU[, AUS[NT£ Tu ausencia a la mía unida, corazón envuelto en LLAMAS. El odio no ha de saltar de esta batalla reina del mundo. Para responderte de mi ausencia
yo no fabrico horizontes, ni muertes que no sean de transparencias probadas, ni HOGUERAS tiernamente ENCENDIDAS en el cuerpo del prójimo. Para justificar mi ausencia
voy a darme otra HOGUERA tras el AZUL que nos dejó la tierra cuando usábamos OJOS LÚCIDOS como los peces de la costa y el PAN SE PARECÍA AL SOL. La verdad entra con humo cuando el FUEGO es la única realidad reconciliada en todo lo que fluye: VIENTO, RÍO, PÁJAROS, palabras, compañeros dignos, dignos comunicantes de la crueldad que nos espanta. Casi RÍO te dirá mi imagen la prisa que llevo porque todos se entiendan. Casi LUNA te besaré desde mis LABIOS CALCINADOS para que se haga LUZ y calor en tu frente.
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Casi SOL, ¿cómo negarte la tierna CHISPA, el dulce humo, leyenda en tinieblas? Casi horizontes, ¡cómo no acercarte al milagro de tu hermano! ¡Yo que no rompo rodillas, seres, seres cristianos! Casi tierra siénteme recorriendo los párpados de la niebla. Casi HURACÁN álzame solo frente a mis cenizas. ¡Recógeme, cubano! Libre al fin, casi bestia...
De Viaje al casabe
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LA SFMÁNÁ DI LOS JUSTOS Nos llega en esta AGUA nueva la distancia grávida de la PIEDRA que devuelve el eco vertical del POZO Y SU MORTAJA. Nos llega la distancia de todos los errores cometidos en nombre de la noche y de los más próximos, de tanta duda y alegría de no SOÑAR, de no pensar dos veces lo mismo. La tristeza conoce su sitio y es exacta en su caída, estática y fuerte en la caída, decidida a una tensa y limpia diafanidad de altura.
Hoy es viernes y la Buena Samaritana ha escogido el día para enterrar sus lágrimas. Ni siquiera sabe que devuelve llantos. Los días la ven sentada al borde de las palabras cuando todos MORIMOS un poco en el brocal de su SED diaria. La noche la espera, la esconde, QUEMÁNDOLE el sitio y la sombra torciéndole, venciéndole, la niebla, el humo y el rocío en las gargantas extrañas.
Llora la Buena Samaritana, para caer como la bruma, llora, o quizá para crecer hacia abajo en raíz de contento. Se le ha vuelto el corazón horizonte en su destierro. La tierra cercana va en su SANGRE que no se conquista sin un golpe redentor. Llora la Buena Samaritana.
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El ÁRBOL viejo se empeñó
en darle lecciones de aire nuevo y la PIEDRA del camino en alzarle la raíz de su alegría. Una voluntad y otra voluntad y el VIENTO sobre las hojas con el antiguo siniestro de las voces. Las puertas son como siempre para dar a los hombres la SED que le sobra. Tiene el alma de AGUA la Buena Samaritana. La MUERTE se escapa empapada,
la vida regresa en sus lágrimas. No dejes que la sombra desdibuje tu rostro que retenga tu humedad el musgo de ningún POZO ni que la arena del desierto se contente con tu huella. nadie hará mejor el FUNERAL de tus lágrimas que la SED que sacias. Llora, llora Buena Samaritana, en nombre de todos llora. Mañana podremos acompañarte como nuevos pescadores para pescar tus lágrimas, en el COSMOS, en el horizonte, en las mismas AGUAS, o en la SANGRE que nos sobra y en la carne
que nos DESGARRA con los nombres que tienen frío. La soledad te nombra y la LUZ te encuentra aunque siglos te retiren del POZO. Tu voz así, con la caída de los OJOS se QUEMA en los corazones con el mismo fragor del otoño con el mismo final del FUEGO que vence a la primavera. Entierra tus lágrimas, hoy, pero llora, llora por nosotros en medio de la paz que se empeña
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en inventarte otro rostro,
y alargarnos un poco del abismo en que te sientas. Tus lágrimas son nuestras , nos pertenecen, como nos pertenecen el pan y el espanto. Abrazalas tierra en su caída, que ninguna se pierda antes de la MUERTE. Ofréceles el vendaval constante y llevadero de tus palmas. Esa ciudad fantástica que crece en los crepúsculos como la madre de otro MUNDO , de otro sitio.
De Las siete lunas de enero
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SINfONiA EN MEGATÓN MENOR Busco, en mi mano de cazador de hipogrifos, el último aletazo del aracari CRUCIFICADO y el primer arpegio beatificante de la alondra diluida. Busco, en mis OJOS confidentes, un poco el texto de la noche, espectacularmente ASESINADA; y en mi cuerpo de siempre -astronómicamente breveel jinete apocalíptico para el íntimo trote.
Para la invicta DANZA tenebrosa del talón de Aquiles consulto el indeleble "Libro de los muertos" y el armónico "Libro de las horas". -¿Qué espera el loto rescatado entre las PIEDRAS, dificilmente alerta entre los estambres de la noche y los pistilos del alba, para entregarse , con singular entereza agrícola, a la DANZA germinante de salas hipóstilas?Las COLUMNAS fitomorfas vencidas hacen el pentagrama de los sirios con rasgos faraónicos se escribirá en papiros de PIEDRA la cadencia más alta del silencio. La CRUZ ansada rubricará el eco de recién inventada hegemonía. El AGUA, incorporada al RÍO, me ofrecerá su BATRACIO monstruoso
para los hombres ; el atlante paralítico de sus AGUAS.
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Será el momento para HINCAR mis ijares transparentes en la cadera opaca de la primera sombra para poner en el borde de mis dedos la señal insoluble del Nilo, la frágil servidumbre del papiro y la visión extraordinaria de un Thot resucitado. El corazón del sonido está allí, junto a los vasos canópicos. El PÁJARO del alma será el solista de mi atlante paralítico; y el horizonte , mi atril de espaldas AZULES. Por la senda incorrupta del espacio conjugaré el tono violento de la ARENA,
con el ESTALLIDO RUTILANTE de este indestructible jeroglífico. La Torre de Pharos; la INCANDESCENTE batuta de cuerdas duplicadas llegará de la aurora , para la iniciación hermética de la nueva sinfonía. No habrá nada manso entre las hierbas y la clave de SOL. Comenzará entonces la DANZA enloquecida de la tierra, hecha de nuestras primicias huérfanas de canastillos. No habrá facistol en el templo para la risa y el llanto en esta hora de pentagramas nucleares.
Bastará cualquier nube atómica para muceta de Karnac. Andaremos repetidos en la sombra, mimetizados en el carbón de esta nueva sinfonía. Ha de MORIR EL CISNE; (y la MUERTE vendrá después de la DANZA).
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Ha de MORIR el aire sin tiempo para recordar
el color de sus huesos ; (y la MUERTE vendrá después de la DANZA). Ha de MORIR LA HORMIGA en su coherente ruta opuesta al capitel; (y la MUERTE vendrá después de la DANZA). Ha de MORIR el pétalo -SANGRE alzada sin fecha exacta(y la MUERTE vendrá después de la DANZA). MORIRÁ la lluvia bizantina, entre las COLUMNAS alzadas; el poema de EXTRAMUROS; el CALCINADO mensaje de la sombra; las alas de abril; la MARIPOSA, aguinaldo de la LUZ; las LLAGAS de la sombra umbros de la estela FUNERARIA y el CARACOL- sagrario del VIENTO. Convocaremos a los DEVORADORES de corazones, para que salten de sus PIEDRAS. Hay que dar faraónica sepultura a las cenizas de la MUERTE. Hay que inventar el inesperado sepelio, con hombres y mujeres tocados con las máscaras de la diosa Hathor...
De Las siete lunas de enero
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LALITA CURBELO BARBERÁN (Holguín, 1930)
La búsqueda de la soledad. Óleo de 50" x 60".
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i fUfGO
11 LIBRO DI LA D[SP[DIDA
Te lanzaré a los VIENTOS , SUEÑO mío, para que aprendas a desagraviar canciones, habrá un ARCÁNGEL claro junto al puente y un encuentro de LUZ junto al camino. Yo te diré que alcances las vivencias que quedaron dormidas en el tiempo, y apagaremos esas LLAMAS locas que trae el enemigo.
Te dejaré la herencia de mis trinos y esta manera de soñar ternuras, seré en el VIENTO instrumento fácil para darme en amor a los que esperan... atrás se quedarán esos PANTANOS que te entristecen la MIRADA y esas FIERAS QUE ARAÑAN tu sonrisa... no habrá sistemas ni leyes mentirosas que influyan en las formas y en los ritos... se romperán fronteras hacia el VIENTO y habrá un modo distinto de decir los adioses... estaremos seguros de lo que va en la tarde y borraremos nombres y premios y prejuicios... ya no nos sentiremos extraños en el siglo, vagaremos cantando la canción esperada... La LUZ vuelta a la tierra de eternales caminos habrá evolucionado para caer al alma y estaremos en todo vertical y sin sombra. De Catedrales de hormigas
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MI ESCUDO DI YERBA f ROSCA Ven enternecido y nuevo hasta este sitio de mariposas donde siempre cantan las hojas de los ARBOLES, que no te sofoque la angustia, ni la noche sientas que cogiendo las últimas cenizas de la tarde te reencuentras. Algo anda deshecho por el mundo y vamos con nuestros SUEÑOS como si fueran ramas ARDIENTES QUE QUEMARAN los hombres y en la esparcida lluvia vuelve todo a empezar y la tierra se siente agradecida con nuestra piel. Y va ascendiendo por nosotros una emoción distinta que viene del oscuro mundo de esos silencios que guardamos como secretos DEVORANTES. Pasa el tiempo o pasamos nosotros y cuando nos miramos en el fondo del pozo ya no es el mismo rostro. Algo entonces nos DESGARRA
pero seguimos caminando por la vida como si nunca lo supiéramos. Seguimos entonando los himnos que amábamos y nos ALIMENTAMOS DE LA MISMAS FRUTAS QUE DEVORÁBAMOS de niños. Cierto que nos vamos cansando de algunas palabras de algunos gestos , de algunos rostros, cierto que ante el despiadado paso de los días no sabemos a veces qué hacemos en un grupo hablando de cosas ajenas a nuestros SUEÑOS.
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Porque seguimos siendo criaturas HAMBRIENTAS de ternura, y limpiamos todas las ma帽anas las armaduras. Por eso hoy, en esta estaci贸n de lluvia y fr铆o ven enternecido y nuevo. Que todo lo que el mundo tiene derrumbado y HERIDO nos duela hasta SANGRARNOS pero no nos enturbie la MIRADA. No lloremos por los que dejaron de amar lloremos acaso por los que MURIERON amando y en el espanto de las tardes sin respuesta volvamos al sitio de las mariposas donde nunca hay abandono y la palabra adi贸s se desconoce.
De Oficio del recuerdo
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Y El OTRO ÁNGEL Dormido en el silencio quieto de BOCAS ENCENDIDAS cantó su última ola, apuró con tristeza el VINO del otoño y lanzó su corazón entre las olorosas ramas de los eucaliptos. Yo estaba entre los rostros quietos de la espera sobre pilotes donde las GAVIOTAS reposaban, lo veía llegar
saliendo de una habitación ILUMINADA donde las paredes de sal parecían fabulosas montañas. Un PÁJARO extraño y negro PICABA con desesperación un cangrejo MUERTO en la ARENA. La costa era un abrazo de ALAS y sargazos
y el perfume del MAR lo inundaba todo. Llegó DEVORANDO palabras y atravesando noches dejó su AMARGO testimonio.
De Fijo testigo: el mar
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fSiRfLLA
CICIo ¿Qué brisa va golpeando los tejados? ¿Qué rostro encuentro en la noche oscura? CABALLOS con sus crines agitadas se van robando en el espacio ESTRELLAS. Un tronco cae en algún lugar cercano o una huella de amor crece en el AGUA se doblan mis fantasmas y comienzo la historia de caminos olvidados. Vencidos quedan todos los reclamos y ya no se soporta ni la brisa que limpia como un beso va pasando su caricia de MAR por nuestra cara. PETRIFICADOS ÁRBOLES se alzan dejando confundidas las palabras y el silencio nos duele como un grito que cruel se AHOGARA en la garganta. La madrugada va por calles altas con un inútil SUEÑO desvelado. Una nostalgia hosca nos PENETRA hasta dejarnos en la ARENA AMARGA.
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La brisa sigue AZUL por los tejados violentas las canciones se agigantan y volvemos a ser una noticia que dice de silencios y NAUFRAGIOS.
De Sonata inconclusa
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1 ESTRELLA - fUfGO
AQUELLA ROCA SALVA]f
Como gigante solitario, bañada por las noches, por la LUNA, CALCINADA, en soledad HIRVIENTE, salvaje, aquella ROCA. Aquella ROCA DEVORANTE. Quieta, salpicada de MAR en su perenne sitio , hundida en siglos.
Aquella ROCA estremecida por una FLOR lejana, contemplando la ESTRELLA solitaria con el áspero VIENTO en su cintura. Allí, como gigante, salvaje ROCA, y sin embargo, basta un pétalo, una canción, un giro
para ver brotar desde su entraña DURA unas FLORES extrañas y muy blancas. Milagro de la LUZ. ROCA salvaje convertida en SED por el perfume.
De Sonata inconclusa
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DE 15105 SU[ÑOS Yo que también me sé con estos SUEÑOS que se hacen poesía de repente reanudo este camino que recién se ha vuelto necesario y verde y cierto. También yo te hablaré de las GAVIOTAS y de esa CARACOLA donde MUEREN silencios que no digo. Y de las cosas que a diario duelen y pasamos por ellas. Pero no todo es triste , suele a veces estar mi rostro alegre y si de pronto me sorprendo viva todo parece que se ENCIENDE. La amapola era roja, luego rosa, y ahora es de un color indefinible pero se abre a diario con sus pétalos que tienen la costumbre de lo tierno. Porque mientras logremos conmovernos la vida QUEMARA dándonos fuerzas y en cada MORDEDURA DE BELLEZA se irá resucitando. Que la tarde , que el SOL, que el AGUA limpia, que el MAR, que un niño, que el amor, que un SUEÑO algo nos llegará e irá ENCENDIENDO las madrugadas y los atardeceres.
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Y seguiremos siendo LLAMA pese a la noche y pese a tanta MUERTE y seguirá esta antigua costumbre de los versos golpeándonos de SED en el silencio. Yo que también me sé con estos SUEÑOS seguiré siendo poeta.
De Oficio del recuerdo
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ISiRfLIAS - 0105 - LUZ
DE ESOS AR[NALIS Más allá de esos arenales estás con tus OJOS de MAR como queriendo ROMPER la magia de los aguaceros es un grito de animal HERIDO el que llega con la noche pasarán las ciudades y en todas ellas encontraré tu nombre traído por aquel verano donde el MAR fue nuestro secreto mientras en el puerto ARDÍAN LAS ÚLTIMAS LUCES. No puedo olvidar aquella playa donde iban a MORIR maderos tristes y aquellas GOLONDRINAS que venían a las ventanas de aquella casa nuestra golpeada por la lluvia en los amaneceres. Desafio del tiempo que no trae el olvido y aquellas ARENAS que todavía guardan nuestras pisadas. Tierna, rabiosamente, con una tristeza diferente llegas y los MUROS guardan las palabras de entonces cuando la lejanía era palabra inútil. Tú sigues en algún lugar de aquel puerto donde llegaban barcos de países lejanos borrados por la niebla de un MAR fuerte y distinto. 113
Alguna palabra traída por el VIENTO y las GAVIOTAS cerca de los mástiles. Yo he tenido tus OJOS. Siguen conmigo pese a que las bestias del tiempo lo han TRAGADO todo. Acaso sin quererlo te volviste algo eterno el fijo testigo de toda una época. El VIENTO seguía rompiendo los techos de las pequeñas casas de los pescadores. Guardada por los SUEÑOS aquella dulzura que se volvía nostalgia cuando tus OJOS se perdían en el MAR. Nombrándome me volviste oleaje verde
y toda la BELLEZA del MUNDO nos pertenecía. Por eso estás más allá de esos ARENALES y la crueldad de esta hora no puede borrarnos.
De Fijo testigo: el mar
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VOLVER Al MAR
Volver al MAR para encontrar tus OJOS tu figura dibujada en el viejo MURO la sombra de los árboles y aquella forma de andar por los caminos AMARILLOS. SOL QUEMANDO LOS OJOS mientras los DEMONIOS AZULES ENCENDÍAN la piel, paisajes por donde nos hicimos sombra
aquel peno negro que respondía a nuestras voces en aquel verano diferente. Sentir el azote de la BRISA marina refugiarnos en la casa a medio construir, amor, amor querido, las olas del Atlántico nos señalan en la mejor hora.
Una marea cálida nos envuelve y todo es posible porque el tiempo se detiene y nacemos en un gesto, en una palabra, en una MIRADA que se confunde con las AGUAS. Oh, sí, volver al MAR para encontrar tus OJOS y ser entonces irreversible canción que se TRAGA la tarde.
De Fijo testigo: el mar
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D[SD[ LA FLOR AMARILLA Repósame, regresa desde el duro minuto que ahora vivo, desde este SUEÑO señalado por mis dedos, desde este existir entre PIEDRAS y AMAPOLAS, repósame en la existencia inútil de unas frases; yo quiero sostenerme con tus OJOS, ir al impuro grito de los otros,
resbalar por la SANGRE de los hombres, olvidar que la noche es como hombro donde se quedan quietas las ESTRELLAS. Aspírame, no me hables en parábolas, que la mentira sea cosa ya olvidada, que vayan paralelos los minutos absurdos y el ROTO juego de los lirios... quiero tener conmigo un retazo de LUZ y paz y rosas. Quiero olvidar rutinas y entreabrir los caminos olvidados y tristes. Estoy de sombras . Exigiendo a la vida una palabra o una FLOR ARDIENTE. Fantaseando en medio de lo real, con una fecha colgada de los labios y un color extraño en las PUPILAS.
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No me preguntes por nombres y por rostros. Las grietas arrinconan. Aliméntame. Quiero vivir la hora que me toca. Olvidar las HORMIGAS y las sombras. Repósame. No seré Jeremías en medio de los otros. Repósame. Guárdame este legajo de AMARGURAS. ¡Quiero ser objetivo de canciones!
De Catedrales de hormigas
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DI UNA CARACOLA Moneda que no conoce las LLAMAS y que termina en el trazo de una ola milagrosa de siglos fuera del hosco corazテウn de la tierra las tardes de invierno fueron dejando una espiral de SUEテ前S que ahora se enrosca en mis dedos no terminando nunca su PUPILA DE MAR. Confundida en la arena es un OJO menudo que desconoce las guerras
y que sabe de mi solitaria manera de guardarla. Contenida criatura que anduvo entre los PECES alguna vez y que ahora olvida la mテコsica de las olas. Y si supieran los otros si nos contara de tantas despedidas que guarda bajo su pedazo de soledad porque es una ESTRELLA ya olvidada una PUPILA como un gigante abismo 118
y lo que calla como un secreto muerto es PIEDRA y nada. OJO único y amigo, CARACOLA. Más allá de las AGUAS, de la madera de la soledad que conoce de ese cerrar su voz al VIENTO de ese ir dentro de la tierra como suspendiendo los reclamos interiormente como un reloj menudo más allá de los SUEÑOS, CARACOLA así para que yo la guarde. Moneda que no conoce las LLAMAS.
De Oficio del recuerdo
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N[S[BÁR Callado el rostro junto a tu soledad, voy a enlazar el litoral con mi recontada manera de soñar mientras los otros hacen juicios y juegan a seres humanos, porque voy por la arena como si fuera el último camino y supieran mis pasos de los secretos de las olas, no hay más que este istmo estrecho enlazando la costa huérfana de HORMIGAS con esta tierra ROCOSA que conoce de las trágicas canciones de los siglos pasados. ¿De dónde me viene este amor por los molinos? Acaso de mi niñez mojada de lluvia, del agua limpia de los días AZULES, de su presencia tierna, de tantas presencias desveladas y puras. Ahora, con el asombro que me dan las dunas de fina y dorada arena empiezo a escribir el retrasado poema que tenía en la SANGRE. ¡Cuánto camino para llegar! Es el AZUL LUMINOSO de la Bahía de Burgas, es la permanencia de las viejas iglesias de Nesebar.
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Oh, penetrar por el largo ESPEJO tener dos milenios sobre la espalda, y caminar por las calles entre las casas de madera de los pescadores y las imponentes ruinas de los templos de PIEDRA, ahora, venir del tiempo para el otro tiempo, hacer posible la apresurada canción, encontrar al compañero de los primeros juegos, tocar un poco la eternidad. Y en lo simple, en lo más simple aspirar el olor del pescado y del MAR salado . Del MAR salado que siempre fue mi grito , mi llamada. Que troto con mis SUEÑOS por todos los caminos y arrastrando los recuerdos, con la fórmula escrita en la BRISA, desenterrar una cerámica AZUL, negra tracia que me entrega su secreto. Estar como asomándome al alba mientras me esperan criaturas
de cerrados OJOS bajo las TUMBAS DE PIEDRA. Oh litoral amigo , amigo de la LUNA, del SOL, de la ARENA, de mi SANGRE, conversación apretada contigo hombre de OJOS AZULES y cabellos rojizos, contigo, pescador, contigo, hermano. Porque me penetra una alegría distinta, un himno de primavera 121
y quisiera quedarme aquí contigo y BEBER EL VINO rosado, el RUBIO VINO que alegra las arterias, conocer los peligros, lo dificil, lo bueno, apresurarme para que el tiempo no se rompa, desvelarme, ir por tu ceniza, y al final, quedarme quieta frente a las olas sujetando el escudo. Oh esta serenidad de mi rostro junto a tu soledad, estas MURALLAS DE MÁRMOL que no dan sensación de angustia ni de MUERTE. Oh costa occidental del Mar Negro cómo penetra el SOL de la ciudad por mis poros y dejo mis manos en las AGUAS poco profundas de tu orilla para tocar la historia que guardas. Cómo pasé mi juventud, toda mi vida deseando una casa con los balcones al MAR, y siempre la ciudad cerrada, las calles iguales, la ausencia de AZUL, y ahora, al fin, definitiva, TRAGARME el mar con las PUPILAS y saber que tus MURALLAS adquieren el viejo sentido que siempre guardaste debajo de las PIEDRAS, MURALLA amiga, ciñendo los contornos
de la península, dejando PEDAZOS DE LUZ para que entrara el MAR, destino de AGUA que me conoce.
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Florecer de lo antiguo, recuerdo de años felices, regreso mío para dejarte trigo, MIEL y cera. Aquí, Nesebar, callado el rostro junto a tu soledad y tu alegría. Enlazando el litoral con mi recontada manera de soñar. Definitiva.
De Oficio del recuerdo
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JUANA ROSA PITA (La Habana, 1939) Fundar una mirada para el dテュa que los OJOS se cierren para siempre.
Viajar el infinito por su LUZ: pasajeros de nuestra propia ausencia. Traspasar las fronteras del dolor y pisar el distrito de los SUEテ前S. El arca de los sueテアos
Naturaleza onĂrica. Ă“leo de 50" x 60".
126
i fUfGO
[SP[JISMOS
ANGELES no de cumbres solitarias sino de exilios CARACOL o patria volandera vienen tejiendo imágenes -trenzadores trenzadossin saber que este MAR supera en espejismos al DESIERTO: abrevadero de árboles su bruma es eficiente siempre que lo sorprende Debussy acotando la partitura al VIENTO. Hay isla para todos (calzado de gigantes o tamaño de un SENO) y no vale atenerse a las señales: bergantines sembrados y FOGATAS en el hogar de AGUA GAVIOTAS consejeras tormenta adormilada y caminable. MAR ALUCINANTE Y ALUCINADO: los ÁNGELES cautivos son la reserva del cielo y trafican en SUEÑOS soltándole a los hombres la MIRADA dirimiendo tinieblas. De Crónicas del Caribe
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1515 lo soy la que funda huertos y regala las LLAMAS el nombre de Dios tiene por HALO mi cintura suelo navegarte SANGRE y SUEĂ‘OS hacernos a la vida resucitarte.
Y te AMAMANTARĂ?A cada cinco minutos o cada cinco siglos pero todo lo hago por tu amor: soy nada.
De Manual de magia
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VÍA POTICA
" ,Quién besará mis OJOS en la noche?" preguntaba la niña al AGUA de la fuente: la FUENTE SE HIZO MAR y le ARDIERON LOS OJOS. Llegó a tener tres hijos maternales un PÁJARO sembrado el anono en su patio no dio frutos y era tan ella misma todavía que no podía dormir sin el beso en los OJOS de la noche. Si acaso no despierta de algún SUEÑO será entonces que han besado sus OJOS.
De Crónicas del Caribe
131
DI TU fU[NTE
Me ARDEN las palabras he perdido la cuenta de mi alma: me BEBIERA CRISTALINA LA FUENTE donde ya te soñaba de pequeña con tal fuerza puedes llamarme madre: ¿acaso no naciste al patio de GORRIONES en la trastienda gris de medio siglo? Mírame aunque es de noche guardando pan de mayo perdí de vista mi alma: con bíblica ocurrencia entré en poesía
y salí al mundo pastoreando LUCES: si la ves a tu puerta dale AGUA.
De Eurídice en la fuente
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11
fSiRfLLA
23
Cuando al doblar un filo gris del VIENTO vislumbré entre las ramas tu LUZ adolescente tinieblas abolidas sacudieron CRISTALES: editaron un cielo (para mis pies un reto una congoja un miedo de pisotear ESTRELLAS) sobre el asfalto la grama las aceras. Y en esa encrucijada húmeda todavía de PÁJAROS y FUENTES me sembré bien adentro por sentirme semilla que ve en la tierra alta su ansiado firmamento: su intocable promesa. Por sentirme semilla como el SUEÑO.
De El arca de los sueños
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NOCTURNO
Da una impresión de perfección que aleja cuando llama
el árbol que GOTEA LUZ de FRUTOS que alimentan sin manchar el recóndito SOL: da una impresión de AZUL pero no sabe hablar ni pedir techo solitario en su savia el árbol que gotea LUZ tan desamparado en su hermosura: de día pierde gracia de noche bate el VIENTO sus raíces su follaje es en vano no logra darte sombra el árbol que GOTEA LUZ no logra darte sombra.
De Crónicas del Caribe
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ÍCARO
Hay quienes quieren LUZ en ese día que no puedo nombrar, hay quienes quieren sal, tú quieres VIENTO que nazca de los pies y siembre entre las nubes los cabellos. Yo quiero solamente en ese día un PÁJARO EN EL SOL, un piano bajo el MAR y un súbito NAUFRAGIO desde el tiempo.
De Eurídice en la fuente
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MUNDO EN ACCIÓN Ambariciosamente te daría la LUNA que no pides cuando MUERES DE SOLEDOSA SED, amor, no puedo darte lagos despeinados de palmas a ilusiones ni puedo darte noches de par en par ni tiempo inagotable. Todavía me infunden los relojes pavor de brujerías, dejo que mi niñez haciendo cruces transporte toda música a la clave de amor. Arropa esta alegría: no tengo más riqueza que tus brazos, tu pasado, tu voz, UNIVERSO en potencia a punto siempre de la dádiva LUZ, al gozo inaugural de nuestro amor que expande una brizna de SOL en tristeza infinita. De Eurídice en la fuente
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ESTRELLA - fUfGO
1
515
9 Atízame este FUEGO ENTRE LOS DIENTES, con tus labios resume el arco iris por mi piel, a tu sombra déjala estremecerse entre mis dedos: de aquí y de allá nos lloverán los SUEÑOS. Alma me sobra: estoy entre tus brazos y en la ESTRELLA.
De Manual de magia
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54 Sobre tu ausencia caen sollozos: llora a cántaros la garganta del tiempo, caen los TIGRES dormidos como LUNAS borradas de tormenta, cae el SOL COMO UN RAYO
MUERTO EN AZUL POR UN PUÑAL DE NIEVES. Sobre una casa que no tiene LUMBRE caen los copos de SUEÑO.
De El arca de los sueños
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MAYORÍA DI ÍCARO
¿Qué buscas tú tan lejos cuando el AZUL y el SOL son transportables? Tanta avidez de mundo conocido: ILUMINAR por fuera porque cuesta más caro hacerlo dentro donde el espacio duele. Adopta el SOL: tu carne alienta un caos suficiente donde ya son lo mismo ASTRO y cielo y el FUEGO es transparente. Tú no te dejes ir: déjate ser.
De El sol tatuado
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14
ESTRELLAS -ojos -pul
RUMBO Df DISCURSO
Una LLAMA de talla me contempla con su carga de polvo, SOL y tiempo. Palomitas de loza la custodian: OJOS insomnes y color silvestre. La sombra de la noche impone su AZULADA esbeltez entre dos ENSUEÑOS de Botticelli: Simonetta en olor de primavera, Simonetta con tocado de Virgen. Al lado, un jarroncito de Murano RESPLANDECE SIN FLOR Y SIN ARENA. Todo esto sucede en el alféizar de mi ventana. Día y noche. Del otro lado del CRISTAL, en el barrio de desaparecidos, un cielo persistente oculta qué hace invierno en primavera; el que nació GORRIÓN ahora es petrel. Dentro de mí se alza la FUENTE, embozada de LUZ, transportándolo todo a la otra plaza sin dejar de verter. De Plaza sitiada
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UN AMOR
Justo al filo del aquí y el ahora, de la vida y la MUERTE: al filo del destino y sus ESPADAS. Inmune a las materias brutas que se interponen entre los amantes: mesas, terror y mundo. Más allá de las claves aprendidas para pasar de infierno a paraíso: un amor que nos piense y que nos haga. Conocedor del rumbo de los SUEÑOS y sus cartografias que se ENCIENDEN con los OJOS cerrados. Más veloz que el Te quiero y el Nosotros: amor que le haga un nido AZUL al SOL en nuestra carne. Acaso sea preciso vivir un amor que se nos va de ser de tanto que se arraiga.
De El sol tatuado
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EL SOL TATUADO 1 Suficiente no fue que se posara el SOL sobre mi cuerpo: no tiene fundamento el SOL COMO PALOMA en plena mayoría. Teniendo casi en dedos la ternura fue preciso dejar a las AGUJAS bordar con desenfreno para que tanto AZUL no se perdiera.
2 Tu vocación de abrazo lo tatúa en mi piel más recóndita: mi SANGRE prueba el SOL, ya no podré tener miedo a la noche. Para lavar tus OJOS te has llevado a lo lejos el misterio mientras bañas de LUZ mi soledad. Acudo a ti: ¡devuélveme la noche!
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3 Ya todo está en su sitio: el SOL en mí y yo sin mí. ¿Acaso es de maíz el SOL sembrado en esta FLOR de tiempo? Peregrinando hacia lo que no es me madura un apego al horizonte.
De El sol tatuado
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PORQUE TODO 15 DI DIOS
Devolveremos todo a su ESPLENDOR original: la LUNA a sus asuntos de nocturna inflexión, nuestras MIRADAS A LA ESTRELLA náutica que nos mantiene unidos en la misma pasión de LUZ y viaje, cielo y MAR a los arbitrios
de idéntico color, y la ciudad a sus serenas PIEDRAS de montaña; las palabras juguetonas de Cristo al SOL DE SOLES, es decir: a la FRAGUA interior.
De Plaza sitiada
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Quinto milenio. Ă“leo de 50" x 54". 154
i FUEGO
DONDE SOY CARNE ILUMINADA
El deslizar de la LUZ allá donde amanece la mañana y el gesto revela tu cuerpo resbalando intacto entre las sábanas tu cuerpo periplo de prodigios sometido y rebelde de reverberaciones inminentes. Tu cuerpo de animal fecundo que ahora retengo en la MIRADA se desborda en ajetreos hasta mis manos. Tu cuerpo y la LUZ que se apronta amanecido espacio. Tú que eres la FUENTE Y LA SED artesa de librar mis gozos, saltas de tu silencio como una herejía y la mañana se deshace en soliloquios; se yergue tu cuerpo aullido en el trajín del tiempo y la ciudad en su génesis y la piel sometida consuma el éxtasis del tacto. 157
Entre las sombras te extravías arteria adentro de la SANGRE navegas los sucesivos los resquicios donde soy la carne ILUMINADA que tu mano deletrea y la piel RÍO nocturno que se abre palabra inesperada y entras con tu arcabuz de guerrero, en tus OJOS los abismos crecen LUCIÉRNAGAS acantilados JAURÍAS y yo me precipito como un jadeo de oleajes me precipito y te siento súbita LUZ BRASA QUE LAME LLAMA QUE ABRASA te siento cuerpo tendido sometido ofrecido lengua que rueda rodante lengua tu cuerpo y mi cuerpo se reconocen
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sílice alba que brota en racimos ESPEJEANTES AGUA de LIRIOS galopantes tu cuerpo ESTALLA la mano tantea reclama carne de pálido AZAFRÁN en el PECHO los predestinados CABALLOS casquean la LUZ la LUZ y tu cuerpo SIGNO que la lengua escarba desviste inaugura. La mañana te recorre y es mi boca la mañana mi boca ufana estremecida boca de libar tu pálido FUEGO el vino de tu país de penumbras congregar demasías
boca de subir hasta tu ÁRBOL de FRUTOS antiguos. Boca de entrar a tu desnudez y ser la desnudez y tu ÁRBOL ÁRBOL QUE ESTALLA tallo y LACERA la corteza de mi noche y estar así abismados sometidos al aspaviento y el delirio y volver a reclamar
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el gesto de revelaciテウn la boca que escapa y retorna ondoneo de los cuerpos como SUEテ前S agitados de las AGUAS y sentir allテ。 cテウmo te derramas y mi SEXO tiembla sometido.
De La amante del pintor de Leticia la ciudad del tiempo
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SOY LA MUI[R QUC D[ST[J[ SIL[NCIO
Soy la mujer que desteje silencios en las manos el secreto del mal y del bien armazón de memoria sin palabras desmemoriada armazón. Habito los recodos las sombras me gusta el camino que da al MAR la libertad en el silencio acuoso de los peces tus OJOS resbalando ceremoniosamente íntimos por mis SENOS. Mientras el frío de enero se abstiene en la mirada es una indecencia tanto frío. Tal vez no sería enero si estuvieras. Mi hijo creció en mi vientre y ya pregunta por el nombre de las cosas. Lo peor no es lo que se dice sino lo que tenemos que ocultar. Tú no has vuelto y mi espera perdió su virginidad. "Me sacaron de tu corazón yo que estaba tan cerca de él". Un perro vuelve a orinar mi silencio mi silencio hinchado y giboso es una PUNTA DE FUEGO voluptuosa que me persigue. Alguien pasa imprecando respiro su olor el CADÁVER de sus nostalgias.
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Yo quería ser raptada que los enemigos me vendieran. Briseida fue vendida y amada por su dueño la posesión de los hombres es cruel, grotesca. Yo quería... pero nada resultó siempre habrá cosas que no resulten. Y ocurre que el mundo me espanta con su corte de comediantes y altruistas con su suerte de tarot ALUCINADO. Mi voz que es sólo oficio del aprendiz y cada soledad en que mi cuerpo se descompone en roncos trazos de existencia. Hay un mundo que puede derrumbarse y nosotros ser tontos equilibristas que aplauden eufóricos. Estoy a mitad del camino aprendiendo lecciones que no quiero. Tampoco deseo ser juzgada. También negocié con mentiras oscuras palabras que negaron mi voz y preferí la apariencia anquilosada de las ESTATUAS EN LOS OJOS DE LOS MUROS. Yo que ando torpe y llena de sustos BEBÍ tres veces en la copa del inquisidor mi nombre es una celda de transparencias peligrosas. He pernoctado todos los caminos donde quedaron restos de lo que soy y siempre no faltó una culpa, una respuesta y sigo desconociendo mis verdades que me obligan a preguntar 162
quién soy, cuando sé que todo se cumple irremediablemente a pesar de nuestros intentos. II Todo mi pasado es el presente mi viaje nunca llegó a su destino. Olvidé de dónde venía del otro costado, la orilla con sus bordes inalcanzables los inacabados recuerdos mis OJOS hartos de infidelidad el pasado el laberinto en la huella que no cicatrizó. Yo que necesito la LUZ, necesito las tinieblas recobrar mi cuerpo después de cada entrega. Quédate y duerme esta noche a mi lado una mujer es una soledad plena de ternuras. Quédate nunca se sabe si la vida podrá alcanzarnos para mañana. Soy el canto desesperado de las AGUAS que regresan devastadas de tanta resequez, y temo a la humedad que estalla y surca la piel, a la música infinita de las olas en su continuo volver, a los hombres que usaron mi cuerpo y no limpiaron sus cicatrices, a las orugas del tiempo que paren en mis OJOS. Sé que habrá noches que nadie socorra mi llamado. Es increíble cómo todo responde a una vieja profecía pero yo siempre seré la mujer que desteje silencios. De Pasos de ciegos
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APOCALIPSIS
¿Quién quitará la PIEDRA de los hombros de Sísifo? ¿Quién salvará al caminante de la apoteosis del camino, el OJO DEL RESPLANDOR DEL ESPEJO la violencia de la locura de las bestias la carne de los DIENTES violentos ALUCINADOS? La voz ROTA inexplicable sin curso en la garganta perdida en sus propias vestiduras empozadas en las distancias que fueron en los exilios innombrables. Ocurre que estoy triste mi canto sabe a BARRO SUCIO. Todo es extraño el corazón es moldeado por la ausencia. La LINTERNA descansa junto al pozo en el fondo alguien nos llama y el eco estremece nuestros huesos. El viaje no es el camino que anduvimos sino el pedazo de tierra que falta por recorrer nadie que no sea uno conoce y desconoce su camino. Soy mi propia sombra con su CADÁVER en andas y unos OJOS que rabian el FULGOR DEL RELÁMPAGO.
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¿Quién salvará la soledad del poeta que huye dejando la esperanza colgada de la incertidumbre de su tiempo? El poeta condenado al cinismo de la HOGUERA a la lengua de sus verdugos al silencio de la PEDRADA. Los años que nada pueden perdonamos nos arrastran en su LAVA incontenible. Descubrí que estoy hecha de MORDEDURAS y mentiras oscuras GAVIOTAS en la voluptuosidad de los MUROS que soy el hombre y la mujer de mis actos mis OJOS CIEGOS peligran en la balanza. No hay que acostumbrarse a la liturgia de las palabras a la llovizna que siempre golpea los CRISTALES. ¿Quién se atreve a decir hasta aquí? ¿Qué ley justifica que alguien decida lo que debemos hacer? ¿Quién estará para salvamos de la LENGUA BICÉFALA DE LA SERPIENTE de la vejez de los retratos de la MUERTE Y SUS ÁNGELES. Hoy soy una más que viste su soledad y se mira largamente en los ESPEJOS sólo un VIENTO SECO recortado estremece las pestañas. Elegir es equivocarse es una suerte de ser mientras lo intentamos. De Pasos de ciegos
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fL ROSTRO Y 11010 DEL 19110
El rostro se pierde en el OJO DEL ESPEJO busca la pequeñez del equilibrio el gesto meticuloso del silencio al final sólo el límite el espacio cerrado. El rostro animal solitario con sus pequeñas pretenciones humanas camino que se deshace
en el hechizo de la altura en el odio sucio del viajero a la mansa oscuridad del viaje. Su intento animal se pierde cuesta un tropiezo una profunda pesantez solemne. Las PAREDES SON DEVORADAS POR EL HAMBRE DE LAS RATAS. El niño vendedor de MARIPOSAS HA MUERTO se tiró del séptimo piso de su inocencia los sicarios cenan su CADÁVER. A veces olvidas quién eres
y huyes del semejante pero sólo tú eres el náufrago en el centro de tus posibles sólo tú eres el bosque y la humanidad. Ahora pronuncia tu diatriba de hombre que ha visto vender 166
sus OJOS en los mercados sin proferir palabra en su defensa porque temes a la soledad, al regreso del argonauta derrotado por la desidia del bellocino, a la SERPIENTE QUE DANZA y levanta su cola de bestia obsecada. La señal se perdió la historia te arrastra al desvarío ensayas tu postura de comediante y comes el pan de cada día con noble indiferencia suicida. Tus cantares fueron ignorados y la garantía de estar es sólo un pretexto una esperanza enferma. ¿Quién te puede asegurar: ésta es la existencia?
Sabes que existe una verdad , una mentira que no necesitas para ser testigo tampoco la existencia es una profecía. También el hombre emigra como los PÁJAROS. Y quién sabe si volverá y podrá ENCENDER EL FUEGO de su casa acariciar el lomo de sus hijos asegurar el rostro a la LUZ el OJO al equilibrio del paisaje el OJO CEGADO por el canto de los perros el OJO animal de rostro enorme en su infinitud imposible.
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Pero el hombre es el OJO y el rostro, nadie impedirรก que vuelva sobre la tierra que dejรณ olvidada su tierra y reconozca sus propios instintos sus propias cรกrceles
su propia libertad su propia MUERTE.
De Pasos de ciegos
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{sraILLAs -ojos -pul
ACOSTUMBRARS[ A LA CEGUERA DI LOS ANDENES Acostumbrarse a la CEGUERA de los andenes carcomidos de polvo y adioses cuando cualquier sitio podía ser la razón del viaje la estación del viajero. El corazón que vacila pausado y los ESPEJOS que nos revelan el animal indefenso que somos acorralados al vicio y la costumbre a la trampa en las palabras. Los OJOS que no encuentran el paso fálico de la LUZ en el vientre desnudo de la tierra. Nadie oye la canción del flautista que el céfiro arrastra en su carrera. Quedamos sordos y CIEGOS infinitamente CIEGOS ante la frialdad redonda de los sicarios infinitamente ajenos y yacentes
en nuestra mansa AGONÍA. Cantemos aún es tiempo que la música llene de alegres PÁJAROS la ciudad. En la montaña las ovejas SUEÑAN junto al cuerpo del pastor que DECAPITÓ LA JAURÍA. 171
Tú no olvides proteger tus OJOS del BRILLO DE LAS PIEDRAS. Tus OJOS que no vieron el arcoiris de la gran esperanza y sus lágrimas mancharán las FUENTES donde las mujeres desovan la aridez de sus sexos marcado por el olvido y la desmemoria. Pero no olvides, alguien vendrán a compartir la fábula de la espera y beberá de nuestro VINO SEDIENTO, DERRAMARÁ EN SU PECHO la sórdida tristeza que guardan nuestras cráteras. Y el silencio con su OJO absoluto dejará de ser un posible en nuestra piel. Silencio está gritando mi voz y duelen las palabras que una vez estuvieron cosidas a mi lengua. Sobre mi espalda el tiempo ha tatuado sus letras en mis OJOS se denuncia la profecía de la nigromante. Todos los sitios concitan mis pasos. Y mi casa no es mi casa. Y en las noches me duele la voz del desconocido tañedor que marcha a mi lado. Nada podrá calmar mi pasión
ni esta casa y sus silencios habitables ni la ternura de sus paredes. Estoy sola desafiando la insanía de los MUROS donde pernoctan los guerreros ignoro hasta dónde conduce la lealtad de los hombres. Su paso por la tierra nunca dirá la última verdad escrita por su boca. 172
Ignoro lo que existe del otro lado de las tentativas el mundo es un horizonte demasiado lejano al tacto de mis OJOS. Y cada día la sibila anuncia su oráculo mientras mis manos descubren la sal que ARDE cada noche mi cuerpo. He perdido mis OJOS están muertos de tanto buscar mis hermosos OJOS inculpos. Por favor: alguien saque su LINTERNA y ALUMBRE el camino.
De Pasos de ciegos
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MU][R fR[NT[ A LA CIUDAD
La mujer de rostro claroscuro esconde los pasos en el cuerpo de la ciudad la noche es un OJO DE LUZ que se despeña calle abajo de sus SUEÑOS. La CABEZA UNIVERSO de sombras inescrutables. Nada hay detrás del OJO que mira desde su pálido silencio silencio leve como música que pasa desvelando el instinto de los sentidos en un inquieto rumor de nostalgias. La CABEZA de la mujer está sostenida sobre un lago de tiempo. A cada paso zozobran sus manos en la tosudez de las PAREDES y ella olvidó su pacto con la llovizna hasta donde pertenecen las palabras las indóciles palabras que ajusta a la costilla de su lengua. El insomnio es una enorme mancha que pesa en sus piernas sortea las AGUAS de sus párpados que se extravían en un mundo paralizado peligrosamente en las fotografias de la memoria. Y la mujer se fuma el último recuerdo.
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Los amigos partieron llevándose sus augurios de sibila de la buena fortuna. Hay letreros en toda la ciudad y no es tiempo de GIRASOLES. Ella sólo habita del otro lado del vértice donde la primavera no es un sortilegio y los OJOS son eco de voces perdidas que los hombres segaron en sus noches de vigilia y desamparo. Pero la mujer sabe que la soledad es más que una trampa doméstica que nos duele hasta la violencia hasta la esperanza que no es hasta el olvido que aplasta con su silencio de escarabajo. La mujer y la noche son un paisaje que la niebla tratará de borrar y nadie estará para socorrer. Mientras en sus PUPILAS DE SOLES nocturnos un MAR de peces es DEVORADO por el ANZUELO de la barbarie. Entonces qué importará la noche amanecida los LOBOS aullando en las ventanas quién podrá calmarles tanto miedo QUEBRADIZO en las gargantas. Y la mujer podrá llamarse Blanche tener un hijo sin OJOS doblándole la ternura hasta el delirio. Acaso podrá decidir la imagen que estrenarán sin asombro los ESPEJOS pero nada cambiará que su cuerpo sea el VIENTO atravesado por el bronce de los cazadores poseído por el poder oscuro de la pasión. 175
El pecado habitará la NAVAJA de su lengua la costumbre no perdonará su melancolía y no volverán a crecer los LIRIOS en su PECHO. En el fondo nada es verdad sólo cuenta el presente y su naturaleza MUERTA sólo cuenta el recuerdo como un ESPEJO donde se denuncia la mansedumbre de las imágenes. Y la mujer olvidó ir por AGUA y humedecer la mirada hasta el vértigo que es suave rumor de LUNAS mientras la noche se abriga en su sexo HERIDO por la soledad y le nacen horizontes en el vientre le crecen LUCIÉRNAGAS en las palabras y nada impedirá que intente lo desconocido. Ahora vuelve el rostro a la ciudad todo es reposo AHOGADO en la oscuridad las sombras son figuras compactas sin contornos que se confunden con los arabescos que sigilosamente la memoria va tejiendo. Después llegarán los fantasmas de la vigilia y ¿quién la salvará del precipicio de la cuerda? Ahora la mujer es una más frágil, pequeña rompiéndose contra el silencio. Afuera la ciudad indiferente se despereza en un trazo breve de LUZ. De Pasos de ciegos
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MI AMANTE 11 QUE CONVERSA CON LOS PÁJAROS TIENE OJOS DE ÁNGEL M i amante y yo nos conocimos un último abril de 1997 vestía el aliento de las selvas como un salmo remoto y perverso mi amante que es suave y lacio como una espiga entre dos tardes de sombra recostada tiene OJOS calmos reposados de ÍGNEAS nostalgias sus OJOS que recuerdan la anunciación del alba entienden el gorjeo de la lluvia sobre las hojas del silencio mi amante que sostiene mis miedos como si sostuviera sus SUEÑOS sabe de armadillos y DANTAS de LUNAS flotando como horizontes a la deriva él que también soñó la cara taciturna de la noche en ESPEJOS de saboreada intimidad el enamorado de Valeria la de los PELÍCANOS verdes macera sus DIENTES para alimentar mis ALUCINACIONES no blasfema 177
pero duda de mis manías de única hija ególatra y consentida y yo rozo sus labios y el MUNDO se recorta en sus OJOS y su cuerpo es una filigrana indefensa que el VIENTO de la ROSA estremece yo lamo su vientre y mi amante gime como una ROCA despeñada mi amante suele cantarme en francés canciones de Edith Piaff para que sanen mis tristezas mientras mayo en su MIRADA es sudor de FUEGOS
mi amante el que conversa con los PÁJAROS y tiene OJOS de ÁNGEL es el chamán que lava su corazón en mis ROCÍOS antiguos donde el amor es el fervor de una herejía.
De La amante del pintor de Leticia la ciudad del tiempo
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EL PINTOR DE LETICIA LA CIUDAD DEL TIEMPO DONDE LAS DANTAS SON REVELADOS ESPEJISMOS Vi sus OJOS miopes rodar por las AGUAS como un SUEÑO en el desvelo del ESPEJO donde las IMÁGENES se truecan
en sombras ALUCINADAS SERPIENTES dantas PÁJAROS ebrios deslizándose sobre el blanco de la página donde la mano es un gesto consentido. Yo conocí su delgadez hirsuta sus OJOS oblicuos ARDER sobre el caparazón del SUEÑO la oscura LENGUA de la SIERPE en el rictus de la boca insomne donde es el CIERVO y la FIERA que acecha y el lienzo inerte como una pregunta REFULGE en la bondad del verde en el oscuro ocre de un pensamiento perpetuado. Yo vi al pintor de Leticia la ciudad del tiempo soñar tendido sobre la cerviz BLONDA de la tierra como el hombre de Chagall 179
soñar con LAGARTOS flotantes MARIPOSAS sobre el CUERNO AZAFRÁN de la tarde. SOÑAR con el vientre laxo de una muchacha de provincia. Yo vi su sombra huir CIERVO en el sobresalto del mediodía el abrazo opulento del amigo y sus OJOS de mirar donde la mano de la mujer es un recuerdo navegando por su tallo de SOL. Yo lo vi reminiscente desnudo frágil rozar el mediodía y escapar definitivo.
De La amante del pintor de Leticia la ciudad del tiempo
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YO LA AMANTE DEL PINTOR DE LETICIA LA CIUDAD DEL TIEMPO Yo, la amante del pintor de Leticia la ciudad del tiempo, donde LAS DANTAS SON ESPEJISMOS REVELADOS, confieso haber sido una mujer de costumbres atraída por la herejía y la penuria de las sombras. Una mujer que pretendió ser cuerda y feliz y odia el verbo endeble de ritual jerigonza mujer de disipada renuencia suelo sentarme frente al MAR mi MAR de huesos a zurcir las tristezas con la levedad de un anciano mientras contemplo mi cara polvorienta de atardecidos silencios y alzo mis palabras y digo cuánto aquejo digo lo que ESTALLA y acostumbro digo lo que asusta y procuro.
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Tengo miedo a los corregidores con caritas lujosas. Yo, la amante del pintor de Leticia a esta edad en que la costumbre es un vicio peligroso confieso mi estar a solas con el desamparo verso de solemne raíz y no fui única hija sólo tuve un hermano y nada con qué desafiar el tiempo sólo esta pasión por los hombres el VINO y tus OJOS , Roberto,
tus OJOS de armadillo enamorado. Desleal y advenedizo mi corazón no es una santa palabra pero sí la orilla de gemir mis sequías mi corazón animal de evidencias de transparente oscuridad. Yo, la mujer del pintor habito una ciudad ojerosa y abstracta donde el VIENTO ávido del sur descuaja las quimeras de los hombres y escribo versos que tiro al rostro hinchado de la noche. Yo, la amante del pintor ARRANCO MIS OJOS chorros de vacíos mis OJOS arranco y los pongo al SOL 182
para que la oscuridad los tibie mis OJOS CEGADOS por el rojo paso del CIERVO que el pintor dibujó en el SUEÑO del árbol donde todo insomnio es el fervor del PEZ y su canto de criatura sagrada. Yo, la amante amo su corta edad sin aspavientos su cabeza de CISNE sometido. Su cuerpo es el jardín de precipitar mi terca mansedumbre los nombres llovidos de mi soledad mi soledad de amante vertiginosa mi soledad de SALAMANDRA salamandra voraz mi soledad de amante que SUEÑA que entra a tu SANGRE como un RÍO peligroso de CORRIENTES inasibles.
De La amante del pintor de Leticia la ciudad del tiempo
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Obelisco nocturno. Ă“leo de 48" x 36". 186
i fUfGO
CONVERSACIÓN CON HANS CASIORP EN LA PROA DEL SUEÑO 1 Bajo el puente del susto he SOÑADO como una catedral un rostro claro. No sabía del eco a la deriva, de la sombra en las veras del espanto, del ESPEJO en el vórtice, naciéndonos. ASAETADA de dudas mi casa era una HOGUERA. Llovíale la ausencia. Mis padres QUEMABAN a diario las espigas del alma. Yo escapaba al silencio, mas las lenguas de FUEGO me esquilmaban el labio. Luego el grito era sólo un eco perdido en la espesura de una biblioteca. El asombro CALCINABA mi piel, se me pegaba en la frente como al hueco de un sauce. Bajo el polvo con él me escondía SEDIENTA y dejaba a la noche fluir por mi costado. Ya no podré sentir, Hans Castorp, en mi apretado párpado el animal transido que en esas noches núbiles amuraban mis aguas. Él otra vez ha muerto. Nada me hará volver. MORDIÉNDOME la sombra por los ríos del SUEÑO una madeja gris se va tejiendo.
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II Desde siempre me he mirado en tu nieve. Caminabas blanco sobre blanco la soledad del hombre. Allá, en la montaña, la tisis y la MUERTE. Abajo de la PIEDRA, la poesía y la muerte. Detrás, a tus espaldas, el amor y la muerte. El iris de tus OJOS, el AVE al horizonte Dios y la muerte, Hans Castorp y la MUERTE. Si alguna vez mi PECHO se hizo ala si cierta vez el SUEÑO sobre el pozo me alzó en el CRISTAL de tu verbo hube de hallarme. En el cuenco del alma la tierra que bebí, la paja que hice ver, la mía que QUEMÉ, la PIEDRA que no puse, la que tiré al silencio, las sílabas que armé sobre la espuma; Francis, esa sutil metáfora que asiste mis miserias; la noche inmarcesible en que leí a Borges y en el SUEÑO fui Borges, el Aleph, su Tahir, la raya sobre el TIGRE, la otra, el laberinto; las infinitas gotas del MAR donde me unge la rosa que canté, también la que callé; me llevarán a ti en ese día, ese inefable día, único, en que tu paso sobre el blanco fue mi sombra.
De Libro de lo inasible
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TR[NlADO CON C[NIMA
Desde el borde FILOSO de esta ROCA me hundo en el silencio, se fuga todo ESPLENDOR soñado para gritar tu nombre. No me tocó a mí brindarte la respuesta. Yo no podía CORTAR esos alambres, evadir todas las trampas, con el MAR de mis OJOS COMER toda esa tierra sucia tatuada en tu inocencia. No pude asir mi libertad, sus vírgenes auroras, el cáliz que manaba de su cuerpo BEBERLO bien al fondo con mis manos. Las mismas que amasaban el hierro, el tizne, la lujuria; las mismas que sostenían el cielo en nuestra casa, sus sombras más intensas, apenas si podían con tanta levedad. No miraban mis OJOS al que huye, al que cae y no gime, el que vuelve del polvo con una SED pura y se sacia de polvo. No aguantaba esa HERIDA, esa voz inasible. Yo quise alguna vez abrirte cada puerta para que tú pasaras, con mi SANGRE blanquearte los caminos, bordar un MAR abierto. Yo no quise un cauce de sombras para ti, ni ROCAS, ni pavor a la demasiada LUZ. No quise serte infiel. Bajo los bastos círculos de la única LÁMPARA que he logrado ENCENDER 191
viene a mí la certeza; había trampa, hijo, sí había trampa. Y duele este vacío de estallado corazón porque también como tu pregunta podría ser mentira. No siempre con la MUERTE se alcanza la verdad. Sobre la PIEDRA aciaga donde hablo lo confieso; la palabra es mentira mayor, un MAR sin horizontes, como un tiro en la espalda. ¿Qué podría decirte? La letra era sólo una culpa sobre la inmaculada sábana del SUEÑO. Mi PECHO se hizo LUMBRE para habitar las ruinas, los números, voz que como un eco de nieblas me envolvía. Pero de tanto FUEGO se me hizo un vacío en el centro del AGUA. Y, cuando se tiene HAMBRE de carne, es imposible hacer la carne. Yo no entendía, hijo, perdóname, quizás desde esta muerte jamás logre entender. ¿Dónde rondaba el aire imprescindible para soliviantar los INMÓVILES PÁJAROS del silencio y la ausencia. ¿Cómo huir de la ceniza trazada con tus miedos sin antes no dejar un pedazo de sí,
el corazón maloliente atravesado, una pregunta nueva, ¿cómo? De Oscura cicatriz
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fSiRfLIA
INDAGACIÓN
En esos laberintos que nos tejen las almas hay un lugar oculto donde descansa el nombre de la mujer que soy. Un nombre que me alza cuando soy arrojada al fondo del hastío rugoso, inamovible de las horas. El nombre me define. No he tocado su rúbrica, mas mi PECHO ha sentido el eros de su forma. Un nombre como árbol, como bajel, un arco de islas INSOÑABLES. Nombre siendo cima del infinito vientre que me parió franqueable, semejante a aquel útero donde todos los MARES confluyeron. Cuando MIRO LA ROSA me viene la AMARGURA de penetrar su centro en un ir al paraje donde yace mi ser adormecido, recóndito. Mas la ROSA es imagen y duele entorpecer los sutiles adagios de su vuelo. Cuando llega la noche y la LUNA ES UN CUERNO derramado sobre la piel del solitario, del ávido hacedor de los caminos, creo ver en su rostro los PECHOS maternales de la mujer que soy.
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Paridora de mí misma BEBIENDO LA LECHE más antigua, crisol de todas las mujeres que han sido, que serán. Eva, Sara, Salomé, Cleopatra, Juana, Marilyn, María, Ileana... aquí estamos, tan una misma que la lluvia en mis manos se hace cuerpo de todas, viva, simple, eterna como aquella del Cristo. Remoto, disuelto en cada SUEÑO, cercano, tangible en cada HERIDA, como un tapiz en el que hubieran tejido todas las mañanas, así es mi nombre y nunca lo he escuchado. Lo busco como busco el de Dios -quizás sean lo mismo. El día en que sus sombras y su LUZ en mí se hagan haré de mis silencios el Silencio Mayor.
De Libro de lo inasible
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fSiRfLLAS - 0105 - LUZ
BAJO El PISO DE LA SOMBRA El SOLO 51 DILATA IN PEREGRINOS SUEÑOS La isla era una sombra por el patio, la espuma de sus OJOS dibujaba fantásticos contornos por la tierra en celo: FAUCES, harapientos, castillos, bestezuelas, una cruz tambaleándose como palma HERIDA, una corona trunca, la LUNA aprisionada, el mascarón de proa, los pozos del silencio. Sobre el tedio del polvo las umbrías lenguas de los árboles saborean lo azur que tal hileras de HORMIGAS penetran por sus copos. Es el FUEGO callado de las cercanas crestas, esas ambicionadas tras los CRISTALES sucios, olidas con lujurias en los lienzos ajenos, el mágico paisaje de la infancia, perdido. Allá en la cuerda tornasol, finísimo trazado, el torvo bajel sobre la onda se asegura, y en el trapecio un PÁJARO se SUEÑA PEZ. Acá, al centro del país, mi centro, los postigos se nublan, se dilatan las voces. En los MUROS la hiedra va enhebrándose, de las ranuras cuelgan como ÁSPIDES. Los animales del patio y las AVES se ovillan bajo las PIEDRAS hasta formar la híbrida criatura del temor. 199
Adentro todos. La brisa entre los labios. Por los huesos abiertos. Atajados. Incienso es el olvido en el hedor del día. La hora lasciva enseña las aguas calmas, la penumbra AGUIJONEANDO la estancia del solo su faz tal una FLECHA INMOVIL, como raído LIRIO goteando por los belfos del VIENTO que nos trae sahumerios, profecías. Mi igual y yo, solos, fugaces trasnochados, ¿del desliz quién nos salva, en el desierto del verbo quién nos dará el maná? Profanando el límite de la quietud el solo se levanta, otea el instante sigiloso, diríase que en ello la vida se le crispa, se le hace pistilo, PAVESA, nadería. La hora por el patio lo mira con fijeza: -Fugada efervescencia, torpe pompa del undoso rincón donde yace el ENSUEÑO, ¿qué ocaso te penetra por los límpidos pasos? ¿qué ESPINA te aprisiona el hombro, la MIRADA? el leve gesto ¿quién lo EMPEDRA? -Me SUEÑO una errabunda hoja, asombrada, feliz de andar sin rumbo, avernos descubriendo, cimas, inasibles, el madero primero, la ESPADA, el ulular, la PEZUÑA DEL TIGRE sobre el verso, el RAYO sobre el arco de la ROSA. Y heme aquí. bajo el peso de la sombra siendo apenas el eco de la palabra árbol. De Libro de lo inasible
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Al MIRAR [SCURRIRS[ UN LAGARTO POR LA HOJARASCA 1 Como CANARIO enfermo aullando tal un perro vueltas las ALAS adentro, sumergidas en el grosero aire nulo de la jaula, la insondable levedad del eco se me encima. El MURO son mis pasos, debajo las palabras se sumergen desnudas en el sudor del polvo, rehaciendo con sus huesos el ágape del día. Farallón estos dedos sin labios con que asir la oscura CICATRIZ que al alba platea hondamente la PUPILA en el tiempo. Pasar, entreabrir el laberinto undoso que las Parcas tejieron con finísimos ríos emanados del SUEÑO triste y solo de algún Dios soñador, taciturno, cenizo, ya quisieran mis agrios párpados nubosos, deshojados en el FULGOR que nunca alcanzan.
II Han puesto GOTAS DE LECHE sobre la piel HIRVIENTE, cual arpegios de plata caen pedazos de LUNA y sin tocar la tierra velan los cabellos de árboles y PÁJAROS , animales y sombras. 201
¿Y qué puede este PECHO ante tanto velamen? ¿Y qué puede este MURO, ESTA PIEDRA que soy donde todo se huye, donde nada penetra, donde tan sólo el eco me DESLUMBRA con el altivo rostro de una isla inexistente? Musgo que se enhebra en los maderos del camino, eso es cualquier gesto que emprendo. Agotado, en las SEDIENTAS lenguas que me habitan, yace el cuerno que una vez manó el agua de un país finísimo como la noche, duerme el raído manto AZUL de la doncella que son todos los SUEÑOS tangibles, incurables. Se está SECANDO EL LAGO en que me miro, debajo de sus AGUAS turbulentas, ¿qué OJO se despierta? ¿Qué bestia se agazapa junto al FANGO? ¿Qué manso sortilegio parirán las arenas que al fondo, bien al fondo, sin sombras se hacinan con las celdas abiertas, al acecho?
III Todos han pasado sin mirarme, y estoy aquí enhiesta en el ropaje, adentro como un ALA HERIDA como una liebre tiritando
en la pezuña de la noche, semejante a la cruz circuncidada, ulular infinito del Cordero. Estoy, lisa y PÉTREA como todas las máscaras.
De Libro de lo inasible
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PRESENCIA DE UN GA10 EN 11 10ADO VECINO MI HACE MEDITAR SOBRE EL TIEMPO La SERPIENTE del día se enreda en mi garganta, y si intento la fuga me penetra su lengua. HIERE la voz adentro y un aire de SOLES ocres ensaliva los meandros tendidos al albur. Llueve agrio sobre el pozo de las manos que prestas se tendían a CORTAR la madeja de los íntimos ríos , turbios, descausados. La ÁRIDA PUPILA absorbe el negro GOTEAR su centro, las riberas se anegan gris a gris, hasta torpes parir unos cansinos tallos que crecen arrastrados a la sombra del PECHO. Para qué cualquier paso, apenas lo simulo se me encima el hastío , largo, la carne HENDIDA, ciega de la noche, apegada al intento.
Mis párpados pesados, sumideros de abulias, rondan el mismo SUEÑO MORDIÉNDOSE la cola. Espesan, se desgranan las manchas por los bordes y llegan invertidas al corro las visiones que una vez semejaron variantes de la rosa y hoy umbrías, anillas cabizbajas exhiben. Ya se agota la plata, el VÍTREO cascabel de las palabras va QUEBRÁNDOSE a la par de la égida labrada por el gesto balbuciente, feliz en mi primer rubor. 203
Ya seca la arena en la clepsidra, una última gota se apresta presurosa a la caída . Márchanse las horas, vuelven en su partir , jamás parten. Les veo el rostro alegre , impasibles los OJOS, livianas en la DANZA eterna de los días mientras yo compungida me vuelvo a los ESPEJOS y contemplo las cuencas rellenas de mi doble.
De Libro de lo inasible
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SUSURRO EN LA HIERBA
No podrán doblegar los fervores nocturnos mis silencios, el horizonte limpio que su música teje en las noches de angustia. Temerán acercarse a las riberas albas animales impuros, el vacío, la abulia de la multitud apisonada por un rostro sin nombre, su propia máscara. La SANGRE del que huye de su propio DARDO, del que nunca creyó en una puerta fiel, en un gesto inocente, desasido del mundo me encontraré INMOBLE y ocultaré la SAVIA de la imagen que soy. Manchas de PECES indelebles formarán ante mí los infinitos círculos del HAMBRE en el espíritu, insaciable. Se elevarán al SOL, vanidosos, para luego caer hechos falsas ESTRELLAS. El ÁRBOL que crece como laberinto CIEGO en la GARGANTA se enredará a mis pies y me hallará impasible. En mi cuerpo, ni un solo agujero para los OJOS fieros que no miran al otro, un MURO para la oreja infértil. Ni un solo pliegue, un derrubio sutil donde APAGAR LA LASTIMOSA SED, los agrios SIGNOS.
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Vendrá la ESPINA a sobarme las PIEDRAS, los salmos que se vierten sobre la cicatriz, el aliento a hojarasca . Hurgará bajo el manto de las sílabas recias y caerá ante el temblor de una MIRADA fija. Amorosa MIRADA. Con parsimonia labran los GUSANOS del SUEÑO mi memoria . La estela de METAL ENDURECE el lago transparente de la infancia. Voy padeciendo como una ronda sin niños, un candelabro en el desván , siempre apagado. Mas no podrán del todo, algo de AGUA queda, algún FULGOR se salva,
alguna brizna permanece, un CRISTAL intacto donde la ESPINA no logró agrietar los pistilos de la inocencia.
De Oscura cicatriz
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ÚLTIMO DESGARRÓN DI LUZ
Como la ARAÑA presa entre sus propios hilos que alejada del vórtice imagina ser libre, así vuelvo a este punto donde se espesan los trazos del tapiz. Allí, cuando el crochet teje una isla sola, MUERE y renace este musgo que soy,
me encadena al hontanar inefable de tu voz. Por imantados corredores las albas me persiguen. Una SED impura de CUCHILLOS sin filo monda el grito y deja en mi garganta la vergüenza como un SIGNO de Caín. Quise probar en mis huesos la intemperie, silencios del espíritu bajo el MAR, sobre un cielo estrellado. Desde la condición de siervo sentir la plenitud. Torre de Babel y yo en la punta, fija, como un DIAMANTE. Desde el dulce paisaje que en libros contemplaba hasta ese recóndito que al asombro se oculta quise BEBER. Aún mis OJOS no comprendían los matices cuando HERIDA de sombras volví el rostro. Apacible tal un árbol en la estación más cruel aquí estaba el tuyo, égida de mis pasos. Osé librar las entrañas del CISNE preso en ti con una DAGA antigua forjada en el insomnio, 207
libre, desdichado lo hice, y no pude evitar la SANGRE seca, el párpado cerrado al horizonte. Quise no ser tú, sacarme ese olor a PIEDRA vetusta, a FUEGO triste y costumbre. Bogar hacia el olvido , amordazar al padre, su voz como una sombra en la nívea espuma de la infancia, poseyéndome. Padre que con el tiempo , desde la ausencia cubría el LODAZAL florecido al centro de la mesa donde jamás nos reunimos. La MUERTE, el humo en el recuerdo que se rajaba sobre el sudario, adolescente , tímido. De ti, tus SECOS OJOS , ingrávidos siempre ante la inmensidad del sufrimiento. De los ubícuos círculos del AGUA, la nieve que no vería ni en SUEÑOS, el SOL VIOLÁNDOME feroz las nuevas máscaras.
Huir, partir, irme de ustedes sin saber que era de mí de quien mis ALAS torpes se escondían. Cómo pegaba, hasta hacerme daño, el labio a la PARED rugosa, para que no vieras el dolor infantil QUEBRÁNDOSE en un CÁLIZ muy fino. Como una culpa inefable he vagado demente por los laberintos de la memoria , buscando algún hondo rumor que me diluya 208
dulce, calladamente en él, mas el fagot del PECHO me lo impide. Ahora aprieto mis dedos de espaldas al vacío hasta verter un líquido oscuro, espeso y sin SANGRE que dibuja en el mosaico un rostro absoluto. Vuelvo a ROMPERME en el círculo del que nunca salí sin que nadie cante mis pérdidas, el DESGARRÓN DE LUZ que he sido. He aquí la diferencia entre nosotras, MADRE, aun cuando las valvas del tiempo broten de nuestros PECHOS, intensas como las ROSAS ocultas largamente bajo el FANGO.
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PASO
Mis OJOS se detienen en el árbol viejo que a orillas del camino vierte su sombra endeble como el CRISTAL rojizo de un VINO. Por el tronco agrietado, hileras de HORMIGAS serpean la redondez infinita de la memoria. Y allá en lo alto, donde el SOL con desgano se anida, ramas canijas luchan por asir torpemente la LUZ y las sombras que caen abandonadas sobre la PIEDRA gris del trillo.
Son bajos los OJOS de este árbol, y por ellos se filtran aquellos otros, hondos, posados en el interminable PECHO del solitario. Sin tocarlo, puedo sentir su corazón, ya ENDURECIDO sobre el mío latir parsimonioso, casi al silencio yendo. ¿Cómo gotas de pétalos y panales de LUMBRE, a cuántos, a la hora del polvo y del transido paso, cáliz brindó? A aquellos que escapaban al batir anacoreta del dolor, derramable raudo los arpegios de un VIENTO inmemorial colgado como FRUTO de sus ramas.
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Sobre su piel rugosa anídanse las frentes cansinas del viandante, del prófugo, del PÁJARO cimbrando en el AMARGO mediodía. Cerca del fin se empoza el espanto de este árbol y dulce es, tal el eco del órgano que escucho con el alba. Vuélvense oscuras mis manos sobre su sombra blanca y quieta, sin distinción, acogiendo perseguido y perseguidor, por igual otorgándoles su perlado sosiego. Fijo en la contemplación del siempre, cual Narciso se mira eterna, felizmente en la aparente calma de las mismas AGUAS, mas a diferencia de Narciso, sólo percibe por la espuma de su lago de tierra el hermoso REFLEJO de los otros.
De Libro de lo inasible
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ÁRBOL INVIRTIDO Volverme pies arriba, ramas adentro , raíz al cielo como un árbol invertido. Volverme, sí, confundiendo los PÁJAROS que torpes anidaban mi pequeñez. Confundir a los VIENTOS el envés de la noche , los arcos indomables, la tarde , su jauría. Las profundas gargantas de los CUERVOS sosegar, las SUCIAS transparencias, el salto no escuchado del suicida, los nudos , las vacías ofrendas. Mostrarles la dureza de mis líneas más íntimas, mi piel de polvo y LLAMA, unas cuantas metáforas de praderas y CIERVOS, islas, blancos tallos que cuecen mi estrenada SANGRE. Como en un laberinto de ESPEJOS, infinito, confundirlos a todos, que no logren llegar jamás hasta la ESTRELLA que en el centro muere y renace , infinita también, que no toquen sus giratorias ESPADAS, el FUEGO LÍQUIDO en los labios. Abrazar la lluvia con mis piernas. BEBERLA luego mis cabellos, los OJOS. ¡Ah! Verlo todo distinto. De Oscura cicatriz
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RESPIRACIÓN DEL ORO COMO UN DESLINDE DEL SER Pusiera el PECHO a respirar el ORO, calmo, como una isla muda y sorda a BEBERSE las parábolas del FUEGO, los indolentes zumos que lo ensalzan. ¡Pusiera, ¡ ay!, la mano sobre el FILO de la niebla, los CRISTALES del tedio, los OJOS ROTOS, la noche y sus galgos bajo las PIEDRAS ! ¡Como un SOL la mano abierta! Atravesar los lindes PECHO y mano buscan en el intento enferman. Sobre el arco de mi frente, una esfinge sin vida teje una respuesta errónea. Mi cuerpo también es de LEÓN, MUTILADO, sin cauces donde tejer la interrogante, las ARCILLAS y el gesto, asir el equilibrio. Como nadie busco los grávidos contornos, la imagen que define, la exacta huella de la LUZ. Mas mi PUPILA, ese otro animal deforme, se DESLUMBRA ante el eco y enceguece. Para entonces, ya la voz que en mí nace
es un rastro de SANGRE que se esfuma. Yo como la ESFINGE sé el polvo que me aguarda. De Oscura cicatriz
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Cl ACEITE VIVO TRATA UN ARCO DE BRUMA Al final de toda senda nos espera una isla, mitad amanecer, mitad FRUTA MORDIDA en su color impuro. Al final el PECHO, la transida máscara exhibe su falaz BELLEZA con desdén como después de la ventisca el sauce humedecido se abre al SOL. Un aceite se crece en el desprendimiento de las nuevas auroras. En él mojas los labios, BEBIENDO los tañidos de su DANZA espiral. Un aceite que es también un árbol y es la noche mirándose en el árbol. Un aceite y otro trazan un arco de pasiones contra tu puño coronado de ESPINAS. Ahora que conoces del otoño la hoja última, y dialogas al trueno y a la LUMBRE, a la ROCA que fluye como RÍO de espuma, qué se siente, peregrino, bajo la macerada carne, adentro, qué nuevo ayer te asalta. Miras frío, la niebla no te impide el verde de una isla que de tanto imaginarse es casi olvido. Te miras con un OJO de ceniza y PIEDRA atrás, con un OJO DE AGUA y ciervo adelante. 214
Ya ausencia, ya espesor de pétalo cernido lo contemplado; ya horizonte, REFLEJO de MARES vírgenes, toda la duda. Allí, cuando el DESIERTO en la mano, en el verbo, el suspiro rezume; cuando el azar y el temblor de la GOTA que cae sobre la oculta LLAGA, el ÁSPID que de tu carne respira, se toman una sola boca revelada en el grito, como una CICATRIZ inmarcesible a CONTRALUZ resurges.
De Oscura cicatriz
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[SIMAS
1 Apenas sé nombrar de un solo lado. Escapa el otro a ras del VIENTO dejando unas migajas de hostia turbia, gotas de VINO como estrenada SANGRE cayendo sin terneza sobre la arruga íntima. Apenas de la senda nombro su ingravidez como si toda LUZ en mí se hiciera eco AHOGADO , con el labio en las ARENAS del insomnio y la espalda infeliz bajo la noche. Una FRUTA MORDIDA en su lugar más puro, un ÁRBOL dentro de insumisas raíces, el AMARGO ademán del que no vuelve los OJOS a la ciudad ARDIENDO; se balancean juntos, temblorosos por los entresijos de la memoria. Multiplicados devuelven un rostro agrio y pesaroso, un HALCÓN sin alas. Mis OJOS, esos mismos que de humo se hicieron y no tornan al humo, dejan caer ESPINAS sobre los pies enfermos de un dios que duerme. Él, apretado bajo su propia LUZ, me hace nombrar lo ya nombrado.
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La torre que no alcanzo a levantar, las torcidas líneas de mi piel mirándose en el ASFALTO frío, el temblor de la cruz apisonado en la frente como grano de mostaza: FUEGOS sombríos, los CUCHILLOS del miedo hinchando mi otro cuerpo bajo el FANGO.
II Al otro lado del tapiz, con el hilo invisible de la noche, alguien se dibuja a sí mismo. Las albas , centinelas del olvido, aguardan mi llegada. Como Tántalo huelo las FRUTAS casi siento en los LABIOS RESECOS el frescor de la transparencia, mas, ¡ay! , no me es dado alcanzarla. Sólo el parpadeo , apenas el cascabel de las palabras trazan mis círculos en una DANZA DE MUERTE. Mi brazo MUTILADO sostiene terco una punta de seda. En el FUEGO de la mano ausente se va haciendo metal. Si lo hiciera rodar como una moneda antigua, podría ver el surco de niebla que dejara.
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Entre la MAR y mi PECHO descansa una ESTRELLA DE ROCA. Nunca logro entrever el ORO del PÁJARO dormido que borda la memoria.
Nunca el horizonte bajo un SOL hecho carne: árbol invertido de las pasiones dejándose BEBER con inocencia. Una ESTRELLA FRÍA, PUNZANTE me impide ese lado distinto en que las cosas se deshacen de sus formas y apenas sin notarlo escapan a la vida.
De Oscura cicatriz
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Ave sideral. Ă“leo de 20" x 24
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i ESTRELLA
Te escribiré una carta de amor en la penumbra. Sólo con mis UÑAS rasgaré las letras.
Lloraré y las lágrimas LAMERÁN MIS SUEÑOS, mis ALUCINACIONES de loco moribundo. He creído en Dios, pero Dios no me salva, no me trae tus manos para que me alivien. Te escribiré una carta así, sin LUZ apenas. Una historia en la noche cerrada RESPLANDECE su LUZ ES UNA ESTRELLA que seguirán los magos hasta cualquier cueva. Te escribiré una carta y MORIRÉ tranquilo en este extraño sitio que huele a misterio. Es mi destino, desaparecer sin verte. De en medio de los MUERTOS volveré por ti.
De La gaceta de Cuba N° 3. Año 34
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u ESTRELLAS -ojos -pul
MENSA][ A ESMIRNA
Esmirna, mi mensaje es horrible; nada me produce más placer que anunciarte alegría y he aquí que sólo he venido a mostrarte tristezas. Ciudad TRANSLÚCIDA de contornos vagos como SUEÑOS, Esmirna, tus mendigos son príncipes y tus príncipes visiones. Extraños comerciantes plantan sus tiendas al SOL o bajo los portales de ALUCINANTES fresnos y venden todo tipo de magia, toda clase de encantos para los que, como yo, se dejan poseer. Ahora, escucha: ojalá sólo tuvieras oídos para escuchar el tañer del címbalo, las voces de júbilo. Un ángel de Dios vino a mi encuentro y dijo que todas estas cosas, que todos estos hombres, en verdad, nunca existieron. Yo conozco tus obras y tu tribulación. He venido a librarte del peso infinito de la gloria, perdóname pero mis órdenes son estrictas, nada ha de quedar,
ni PIEDRA SOBRE PIEDRA. 227
Tus almenas serán el encanto de los arqueólogos
de otro tiempo; los esqueletos de tus mujeres , joyas antiguas, y la ceniza que ahora veo perderse, sólo un pobre recuerdo de este hombre infame que Dios ha elegido para ser odiado de generación en generación. Esmirna, no eres tú la única que muere; poco falta para que la oscuridad invada por siempre mis OJOS y mi memoria, la aciaga profecía está por cumplirse: MORIRÉ esta noche , QUEMADO por descuido. El corazón quedará intacto de tanto odio; cubierta estará mi TUMBA por un polvo eterno.
De Un libro raro
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POEMAS EN 11 ÚLTIMO S[NDfRO
En el último sendero el iniciado piensa: He sido un hombre mínimo que se MUERDE la sombra; un hombre tan raro (vendedor de quesos), estudioso, callado discípulo de Blavatsky. He repasado en SUEÑOS todas las doctrinas y he escogido la más terrible: estar despierto. Vivo sujeto al azar, a la incertidumbre que me muestra inocente la mañana. Tengo dos o tres amigos pero no tengo ESPEJOS. Los ESPEJOS son vicios, sutiles arrogancias y me destruyen. Me dejan sin aliento las nubes y el futuro. Soy un hombre pequeño, tan inmenso es el mundo. La CLARIDAD ME HIERE, atraviesa ventanas, es osada, desnuda la LUZ, es como el FUEGO. Soy un hombre pequeño, tan inmenso es el mundo. Nilda, Nilda, no me dejes a oscuras, dame una LUZ siquiera, una extraña penumbra donde pueda sumirme, donde me quede intacto, perseguido, vacío.
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Donde encuentre tus manos para que me protejan de este SOL tan cambiante, de este PLANETA SECO. Fuera de tus OJOS no me imagino nada, ni noviembres, ni LUNAS, ni rarísimos gatos. Aquí tienes mi anillo, ojalá te sostenga, ya puedes encerrarlo en la carne del dedo. En la mano pequeña he dibujado en ORO un talismán BRILLANTE que resbala en el MAR. Soy un hombre pequeño, me admiro de todo. He orado sin descanso por los vagabundos, he llorado por Dios que no sabe que existo, me han perseguido rostros. En las oscuras tardes te he visto sigilosa, junto al MÁRMOL antiguo, dibujar con tus manos el círculo del ORO. Y hablar, hablar, hablar del hijo que tendremos, de sus callados OJOS iguales a los tuyos. De los eternos puentes, del MAR azul que hondo se traga los recuerdos, se tragará tu anillo. Una figura extraña emerge de la niebla, es el amigo MUERTO que nunca conocimos. La niebla se deshace como tus propias lágrimas. La niebla precipicio nos curará del miedo. No me dejes así confundido y aislado, regálame un anillo para que me sostenga yo también. Serán dos los hechizos, las manos dos, lejanas pero tendré un anillo y tendré una promesa. No me abandones, Nilda, la puerta se ha cerrado. 230
Yo no tengo jardines, ni hechizos poderosos, mi anillo es el hechizo de la nada cambiante. Hazte lenta , hazte sombra, pero déjame el alma. En mi cárcel de árboles no le temo a la MUERTE, la MUERTE no conoce las caras en la niebla. Ya no sé si mi meta fue llegar al sendero. Estoy solo, callado a la LUZ de mi anillo. Tengo frío, la vida me abandona de prisa. Estoy solo, callado, tan inmenso es el mundo.
De La gaceta de Cuba N ° 3, año 34
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ORÁCULO DE DIOS
Laudes: Se está apagando la noche, en todas partes resuenan cánticos; los rincones de PIEDRA se estremecen; la LUZ empieza. Yo que he vivido tanto en este lugar, no lo conozco. Yo, que he dedicado mi vista, mi oído y mi fe a estudiar las lenguas de los hombres y de los ÁNGELES, cada mañana siento nacer el SOL con una esperanza nueva; la esperanza de mi MUERTE. ¡He orado tanto al altísimo y no me escucha! ¿Cómo tendré que suplicarle? ¿Cómo tendré que enviarle mis oraciones? ¿Bajo qué acertijo, sobre qué máscara, si ya no soy capaz de leer a Platón, de descifrar a Aristóteles, de seguir cultivando mi sabiduría; si ya mis OJOS están cansados y no son capaces de divisar los inmensos montes que se dibujan fuera? Altos son los montes y fuertes como el poder de Dios. Cuando era joven, quizás demasiado, soñaba con alcanzarlos, con ver todo desde lo alto. Pero ahora estoy conforme; ya mis piernas no soportarían semejante caminata. Sólo me queda escuchar, rebosante de gozo, esos salmos que como ellos, en otro tiempo yo supe entonar. Me contento con seguirlos con el corazón y la mente absorbiendo esa fuerza que inunda mi espíritu, limpiándolo todo. Ahora estoy, como tantas otras mañanas de mi vida, sentado apaciblemente bajo la MIRADA extraña de las ESTATUAS, que se me 232
antojan más grandes que de costumbre. Creo haber perdido el sentido real. He olvidado la verdadera proporción de las cosas. El banco frío me entumece la espalda. El MÁRMOL ME QUEMA y pienso en Jesús y en aquella tarde del monte Calvario, cuando supo que su padre lo había llamado, cuando se entregó a morir burlando la muerte, haciéndonos partícipes. No siempre fui un buen monje, lo confieso. Fui ambicioso, soñé con el poder. Ahora sé que todo no es más que un engaño. El poder no significa nada, al menos ése poder. Sé qué es la expansión y todo lo que encierra; dejar que cada milímetro de tu cuerpo se purifique, dejarte habitar, dejar de ser tú para ser LUZ, melodía de ÁNGELES en el oído, la sabia extrañeza de las mañanas de invierno. Ya lo soy todo, y ese sentimiento es algo que no me deja. Sé que cuando no esté, entre tantas cosas también seré Dios, lo habitaré todo y todo habitará en mí por siempre. Nunca me entenderán porque nadie se ha preocupado jamás por entenderme. ¿Cómo es que se puede llegar a conocer enteramente a los demás? "Ama a tu prójimo como a ti mismo"; pero en este largo camino el prójimo te ignora y goza tu desdicha y salmodia al que te humilla. Dios mío, concédeme la MUERTE, la vida verdadera, todo lo que esperé desde antiguo, lo que ansié desde antiguo. Tantas veces he querido preguntarte: si acaso no hubiera sido monje, si me hubiera faltado valor para aceptar esta entrega, ¿qué habría sido? Tal vez un noble sin justicia, un carcelero humano, un guardia palatino, un jardinero humilde. En otra vida; ¿qué seré? ¿Acaso una muchacha vivificante y bella? Creo que antes, mucho antes fui un gran árbol y a mi sombra se sentaron los vagabundos, los 233
monjes pobrísimos de Gautama . Ahora que mis dedos acalambrados no pueden sostener la pluma, me veo precisado a memorizar mis versos y mi rostro . ¿ Cuánto habré envejecido desde entonces, desde la última vez que la OBSIDIANA retuvo mi imagen insegura?... "Sombras y todo es una eterna noche". Sé que la verdad no es velada, que esta forma transitoria no es sino algo engañoso . Pero tú decidiste que así fuera y te perdono. Ampárame, guárdame de mis palabras . La memoria es una máquina imperfecta que reproduce y mata y me confunde y se está apagando en mí . Cuando llegué a este lugar tenía OJOS altivos, manos de muchacha, me perdía dormido por los grandes pasadizos, por las huecas escaleras ; el silencio me era casi insoportable. Tenía miedo, un miedo que me hacía frágil como de cera. "Aquí voy a MORIR". Me veo en el portón , entre la nieve alta de noviembre, a punto de entrar. Si Dios fundó en principio tanta existencia vana, entonces no es esta la fe que ha sustentado mi vida. El principio fue sólo un soplo , un extraño procedimiento donde se fundió el hombre y la vigilia, las BESTIAS y los frutos . Sé que no entiendo el mundo, Señor y no es mi culpa: tanto error humano que se extiende ; tanto desamor que nos acosa. Afuera caen las hojas y ahí empiezan los recuerdos . Mundo, vida, Dios, todo se une y permanece como el FUEGO . Monasterios sombríos ocultaron sus juicios y hubo culpables . Deshicieron sus voces: los QUEMARON en tu nombre. Esas cruces ARDIENTES son magia del maligno , hechizo de esos hombres que destruyen lo vivo . Y si hoy hubieras estado entre nosotros , aquellos hombres oscuros habrían 234
esparcido tus cenizas, y las mías con las tuyas. Si es que no me quedan más cosas que contarte te diré, también, que estoy cansado, que no sé de dónde vienen esas LUCES tan fuertes ; que me siento ligero, padre mío, tan ligero . Y que hay ÁNGELES que cantan y me toman de la mano.
De Un libro raro
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M[NSÁ][ A TIATIRA Jezabel ha ENVENENADO EL AGUA; ha paseado desnuda por Tiatira; cometido adulterios. El Maligno ha hablado por su BOCA, escudriña la mente y el corazón de los hombres y ahora ha ENVENENADO EL AGUA. No le miren a los OJOS, guárdense de sus manos, de sus labios. El peor VENENO ES EL QUE MATA DULCEMENTE. No toquen ese cuerpo o MORIRÁN como a de MORIR Jezabel, víctima de su propia FUENTE. Dios nos ha salvado; Tiatira ya no es más el reinado de la bruja. QUEBRADA ha sido su vida como vaso de alfarero; ha pasado el peligro. Nos ha sido prometida la ESTRELLA de la mañana, la recompensa es poca por haber perdido a Jezabel. Bien lo dicen todos y es seguro: Dios también a veces se equivoca.
De Un libro raro
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INDICE
PRÓLOGO Fredo Arias de la Canal
VII
AMELIA DEL CASTILLO (Matanzas, 1923)
1 FUEGO Soneto iluminado Estadísticas Variante final VI Variante final VIII
II ESTRELLA Variante final II Variante final V
!II ESTRELLA-FUEGO Anochecer Variante final I Isleña
IV ESTRELLAS-0105-LUZ xv Porque... Monólogo Alianza Y más Pero no puede ser
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CARILDA OLIVER LABRA (Matanzas, 1924)
1 fUEGO Constancia de la de muerte
II ESTRELLA-FUEGO El canto
III ESTRELLAS-OJOS-LUZ Donde falta el sinsonte La cita 1 Duerme el soldado Jueves Desnudo y para siempre Amor, está atardeciendo
ANA ROSA NÚÑEZ (La Habana, 1926)
1 FUEGO La tumba de Abel
II ESTRELLA Aerolito La fuente de la india
111 ESTRELLA-FUEGO Sol de un solo día
IV ESTRELLAS-OJOS-LUZ Réquiem para una isla Hatuey, cacique, ausente La semana de los justos Sinfonía en megatón menor
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LALITA CURBELO BARBERÁN (Holguín, 1930)
1 FUEGO
95 97 98 100
El libro de la despedida Mi escudo de yerba fresca Y el otro ángel
II ESTRELLA
101
Ciclos
103
111 ESTRELLA-FUEGO
105 107 108
Aquella roca salvaje De estos sueños
IV ESTRELLAS-O105-LU1
111 113 115 116 118 120
De esos arenales Volver al mar Desde la flor amarilla De una caracola Nesebar
JUANA ROSA PITA (La Habana, 1939)
1 fUEGO
127 129 130 131 132
Espejismos Isis 10 Vía poética De tu fuente
II ESTRELLA
133 135 136 137 138
23 Nocturno Ícaro Mundo en acción
239
III [STRRILA-fU[GO
139
Isis 9 54 Mayoría de Ícaro
141 142 143
IV [STR[LLAS-OJOS-LUZ
145 147 148 149 151
Rumbo de discurso Un amor El sol tatuado Porque todo es de dios
ZOELIA FRÓMETA MACHADO (Bayamo, 1960)
1 fU5G0 155 Donde soy carne iluminada 157 Soy la mujer que desteje silencio 161 Apocalipsis 164 El rostro y el ojo del espejo 166
II [SIR[LLAS-OJOS-LUZ 169 Acostumbrarse a la ceguera de los andenes Mujer frente a la ciudad Mi amante el que conversa con los pájaros tiene ojos de ángel El pintor de Leticia la ciudad del tiempo donde las dantas son revelados espejismos Yo la amante del pintor de Leticia la ciudad del tiempo
240
171 174 177
179 181
ILEANA ALVAREZ GONZÁLEZ (Ciego de Ávila, 1967)
1fUEGO
187
Conversación con Hans Castorp en la proa del sueño Trenzado con ceniza
II ESTRELLA
189 191
193
Indagación
195
III [STRELLAS-O1OS-LU1
197
Bajo el peso de la sombra el solo se dilata en peregrinos sueños Al mirar escurrirse un lagarto por la hojarasca Presencia de un gato en el tejado vecino me hace meditar sobre el tiempo Susurro en la hierba Último desgarrón de Luz Paseo Árbol invertido Respiración del oro como un deslinde del ser El aceite vivo traza un arco de bruma Estigmas
199 201 203 205 207 210 212 213 214 216
LIUDMILA QUINCOSES CLAVELO (Sancti Spíritus, 1975)
1 ESTRELLA 221 Te escribiré una carta de amor en la penumbra 223
II [STR[ILAS-OJOS-LUZ 225 Mensaje a Esmirna 227 Poemas en el último sendero 229 Oráculo de dios 232 Mensaje a Tiatira 236
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Esta ANTOLOGÍA CÓSMICA
DE OCHO POETAS CUBANAS se terminó de imprimir el día 20 de mayo de 1998
a cien años de la afirmación hispánica de la isla.
Tiraje: 1000 ejemplares.
La edición de la presente obra estuvo a cargo de Berenice Garmendia. Diseño de Iván Garmendia R. Captura y corrección de texto Juan Ángel Gutiérrez.
La impresión fue supervisada por L. A. E. Alfonso Sánchez Dueñas.
Para la formación de los textos se utilizó la tipografía Times New Roman de 13 puntos y la Architecture de 18 puntos en el programa Word Perfect 7. Los interiores se imprimieron en tinta color azul Pantone 5405C sobre papel couché Bellmat de 125 gramos y la portada en cartulina sulfatada de 16 puntos en selección de color.