CARTOMANCIA Bases operativas: filos贸ficas, psicol贸gicas y metaf铆sicas
Ismael Berroeta
- Santiago de Chile - abril de 2007 - mayo 2011 -
2 Agradecimientos El autor dirige sus agradecimientos a Jaime Hales D., abogado, tarotista, escritor y poeta, director de la Academia Syncronia, de Santiago de Chile.
Perfil Ismael Berroeta es el seudónimo registrado de Antonio Muñoz Pereira. Titulado de Ingeniero Agrónomo en 1979 en la Univ. De Chile. Diplomado en 1988 en Pedologie Tropicale en la Univ. Catholique de Louvain (Louvain La Neuve). Diplomado en 2004 en Estudios Holísticos en la Academia Syncronia, Santiago de Chile. Practicante de la consulta de tarot, profesor de cartomancia, colaborador de la revista SOMOS (Santiago de Chile). Autor de “SOMOS SUFRIDOS. Por qué consultamos el tarot. Estudio empírico” (2016).
3 CONTENIDO 1. MODERNIDAD Y DESACRALIZACIÓN DEL MUNDO 1.1 Operación y especulación 1.2 Deificación de la ciencia moderna 1.3 Era moderna y gnosis numeral 1.4 Cartomancia contemporánea y gnosis numeral 2. NUMEROLOGÍA PITAGÓRICA 2.1 Importancia del pitagorismo. 2.2 Filosofía del pitagorismo. 2.3 Doctrina pitagórica de los números. 2.4 Significado pitagórico de los números El Uno, la Ley de la Unidad, su símbolo es el 1. El Dos, la díada, el binario, La Ley de la Oposición, su símbolo es el 2. El Tres, la tríada, el ternario, la Ley de la Relación, su símbolo es el 3. El Cuatro, el cuaternario, la Ley de la Reciprocidad, su símbolo es el 4. El Cinco, el quinario, el pentagrama, la Ley de la Forma, su símbolo es el 5. El Seis, el senario, el hexagrama, la Ley de la Armonía, su símbolo es el 6. El Siete, el septenario, La Ley de la Evolución Cósmica, su símbolo es el 7. El Ocho, el octonario, La Ley de la Evolución Superior, su símbolo es el 8. El Nueve, el novenario, la Ley de la Integración Universal, su símbolo es el 9.
El Diez, la década, la Ley de la Unidad Trascendental, su símbolo es el 10. 3. NUMEROLOGÍA HERMÉTICA 3.1 La figura de Hermes 3.2 Fuentes herméticas. 3.3 Los conceptos esenciales del hermetismo. 3.4 Los números como símbolos herméticos 3.5 Haciendo operativo el hermetismo. 4. NUMEROLOGÍA ALQUÍMICA 4.1 En busca de la Alquimia. 4.2 Los conceptos esenciales de la Alquimia y su relación con el símbolo número. 4.3 Alquimia mística y numerología 4.4 ¿Será posible hacer operativa la alquimia? 5. EL TAROT Y LOS NÚMEROS 5.1 Cuestiones generales 5.2 Escarbando en las raíces. 5.3 Tarot y Alquimia 5.4 Las figuras simbólicas y los números en el Tarot. 5.5 El “juego” del Tarot 6. EL LENGUAJE OCULTO DE LOS ARCANOS MAYORES. El Uno en el Tarot: El Mago El Dos en el Tarot: La Sacerdotisa El Tres en el Tarot: La Emperatriz El Cuatro en el Tarot: El Emperador El Cinco en el Tarot: EL Sumo Sacerdote El Seis en el Tarot: El Enamorado El Siete en el Tarot: El Carro El Diez en el Tarot: La Rueda de la Fortuna 7. DIMENSIÓN FUNCIONAL DE LA GNOSIS NUMERAL. 7.1 El esfuerzo predictivo de la modernidad frente a las mancias tradicionales. 7.2 Operatividad de los símbolos: los arquetipos. 7.2.1 Los símbolos
4 7.2.2 7.2.3 7.2.4 7.2.5
Los arquetipos ¿qué son? Lo que no son los arquetipos El papel de los arquetipos Nociones sobre algunos arquetipos. a) El arquetipo de totalidad b) El arquetipo sombra c) Los arquetipos anima y animus. d) El arquetipo madre. e) El arquetipo de la dualidad opuesta o conflicto f) El arquetipo de cuaternidad. g) El arquetipo número. 7.2.6 A modo de síntesis sobre el “funcionamiento” de símbolos y arquetipos 8. LA MAGIA DE LOS NÚMEROS EN EL TAROT 8.1 Numerología determinística en el Tarot a) Obtención del número personal b) Obtención del número del año c) Obtención del número del mes d) Obtención del número del día e) El significado del número del día 8.2 La experiencia del Tarot y la lectura mental a) La experiencia del Tarot b) ¿Cómo leer el Tarot?. La lectura mecánica o mental 9. YO SOY EL TAROT 9.1 Las dimensiones o formas de trabajo con el Tarot 9.2 El control de lo mental 9.3 Las formas de trabajo meditativo en el Tarot 9.4 El método de la Meditación Activa ANEXO. EL LENGUAJE OCULTO DE LOS ARCANOS MAYORES. Este anexo es la continuación de la descripción de los símbolos contenidos en los Arcanos Mayores iniciada en el Capítulo 6.
5 1. MODERNIDAD Y DESACRALIZACIÓN DEL MUNDO 1.1 Operación y especulación Es costumbre oír o leer afirmaciones relativas al carácter especulativo de la masonería contemporánea, carácter cuyo nacimiento se hace remontar aproximadamente al siglo XVIII. Se pretende que dicha denominación es para diferenciarla de la antigua o primitiva masonería operativa, aquélla que se ve reflejada en los “manuscritos” o “constituciones” aparecidos entre los siglos X al XVII. Además, se suele vincular –por tradición, por error o por afición a las leyendas- la incorporación de los masones aceptados en las logias de los masones de oficio o constructores al origen de la transformación de la masonería operativa en masonería especulativa. Operar (Lat. Operare) significa “producir cierto efecto”. Su palabra derivada operativo significa “capaz de surtir efecto o de funcionar”. Por su parte, especular (Lat. Speculari) significa “meditar, raciocinar, pensar”. Su derivada, especulativo significa “que tiene por objeto la especulación”, es decir, “que tiene por objeto el examen o estudio teórico”. Está claro que la separación de una masonería operativa -ligada exclusivamente a los maestros, oficiales y aprendices de la construcción– respecto de una masonería especulativa –ligada preferentemente a los intelectuales y artistas liberales- es completamente abusiva y podría constituir nada más que el reflejo de la opinión dominante en una época y una cultura entre los masones. La masonería, su método y su tradición nunca han dejado de ser operativos, aunque en grado menor que antaño y quienes afirman y/o se enorgullecen de que hoy sólo sea especulativa no hacen sino gala de una profunda ignorancia cuando no de superficialidad. Si la masonería fuese solamente especulativa, haría mucho tiempo que hubiese abandonado su carácter iniciático y su contenido simbólico, e incluso, desaparecido. Su carácter iniciático es el que le permite mantener, continuar y transmitir la tradición. Su contenido simbólico es el que permite desencadenar el proceso operativo en la “materia filosófica”, o sea, el desarrollo de la personalidad o psiquis del adepto. Además, la combinación de lo iniciático y lo simbólico vienen a envolver y proteger el secreto masónico, concepto muy alejado de la simple circunspección. La iniciación es un rito de profundo contenido esotérico, el cual, para algunos extraviados no constituye más que una ceremonia de ingreso o de elevación de grado del tipo “requisito administrativo”. Sin embargo, si se analiza con detención, se podrá ligar con él de manera inteligible, descubriendo una buena parte de su simbolismo. El iniciando es un héroe o viajero que emprende una aventura por una ruta sembrada de pruebas que implican un costo: morir el que se es para nacer transformado en alguien diferente, más maduro, más integrado interiormente, abierto o dispuesto a conectar con el conocimiento de otras dimensiones de la realidad. La vida misma es una perpetua y recurrente iniciación. Cada
6 etapa, cada proceso, cada experiencia tanto de la existencia de una persona o de un grupo social, tienen un carácter iniciático y se desenvuelve la mayoría de las veces en el ámbito del inconsciente, tanto individual como colectivo. Por ejemplo, el simple trabajo de preparar un informe, un estudio o realizar una práctica, implica enfrentarse con lo oscuro (nuestra ignorancia y desorientación); viajar por el aire (hacer uso de las ideas, la lógica, la voluntad, sentir la agudeza de la opinión ajena); viajar por el fuego (tener iniciativa, chispa, energía); viajar por el agua (comprometerse emocionalmente con la tarea venciendo el temor, la angustia, el desaliento); y vincularse con la tierra (usar nuestro cuerpo a expensas de nuestra salud y utilizar medios materiales). Por su parte, los símbolos tienen una importancia crucial, tanto en conjunto como considerados por separado, como veremos más adelante en detalle, y operan respecto del inconsciente del adepto, tanto en el interior como en el exterior de la logia. El desafío es acentuar la comprensión consciente y darse cuenta de su mensaje y de su potencial de tipo funcional sobre la entidad psíquica humana individual y colectiva. En síntesis, la iniciación y los símbolos operan, quiéralo o no un individuo o un grupo que represente una tendencia o una opinión. De allí que la masonería siempre será operativa sin tampoco renunciar a la especulación. Y, bien considerado, buen cuidado con el uso del lenguaje habrían de tener quienes insistan que la masonería no es operativa, lo cual, estrictamente, significa que “no es capaz de surtir efecto ni de funcionar”. Pero, ¿de dónde viene esta pretensión reduccionista del contenido que puede ofrecer una cofradía surgida y canalizada en la tradición?. Acontece que, si bien la masonería ha influido en la sociedad y en la historia de su época y lugar, también ha experimentado la influencia de la sociedad, la historia y la cultura de su época, más focalizadamente, de la modernidad y del cientificismo. 1. 2 Deificación de la ciencia moderna. Gracias a la intuición de algunos y, más propiamente, por el trabajo de investigación infatigable de otros, cada vez existe mayor consenso en aceptar que la mayor parte de la historia de la especie humana ha sido vivenciada por sus actores como una realidad sagrada, entendiéndose lo sagrado tanto como inviolable, como inspiración de veneración, como ligado de manera esencial a la divinidad, como formando parte de la divinidad. Más aún, para los antiguos y para los restos de culturas que actualmente sienten y perciben el mundo de esta forma, el mundo sagrado es la realidad, siendo, por oposición, el mundo profano la cotidianeidad y las mezquindades diarias del individuo, un mundo de ilusión, el mundo de la forma o de la manifestación, una instancia transitoria, vana y casual. Con el correr del tiempo -siglos y milenios-, la humanidad fue desembocando paulatinamente en una consideración o percepción inversa, proceso que puede denominarse desacralización de los infinitos espacios antes considerados como sagrados. Una expresión de esta actitud
7 ha sido el nacimiento de la religión o del esoterismo organizado en grupos o sectas, naciendo como necesidad consagrar espacios específicos y localizados, atribuyéndoles dedicación a los dioses, al culto de los mismos o de la espiritualidad. Sin embargo, no es esta categoría relacionada con lo sagrado la única en la cual se han experimentado cambios importantes. Por ejemplo, se puede advertir fácilmente la tendencia del hombre contemporáneo por la cuantificación de su mundo. Por el contrario, el hombre antiguo se desenvolvía en la esfera de la cualificación. Esto se verifica en la importancia que tienen hoy la necesidad de medir y mensurar, de usar estadísticas, de definirse el presente y el futuro de cada persona por cuánto tiene o cuanto acumulará. “Entre los rasgos característicos de la mentalidad moderna,… [se encuentra]… la tendencia a reducirlo todo al punto de vista cuantitativo, tendencia muy marcada en las concepciones “científicas” de estos últimos siglos, y que, por lo demás, se destaca también claramente en otros dominios, concretamente en el de la organización social, de suerte que… nuestra época casi se podría definir como siendo esencialmente y ante todo “el reino de la 1
cantidad” “.
En el ámbito del trabajo, esta categoría está hoy asociada a su intercambio por dinero como cualquiera otra mercancía, a su medición en horas como empleo de fuerza de trabajo y no, como antiguamente, a un valor específico vinculado a determinada tarea que involucraba un compromiso cualitativo. El arte es una categoría estética mas bien reciente y antiguamente no se hacía diferencia entre arte y artesanía. El artista griego –lo consideraba deshonrosonunca hacía dos piezas iguales y no cabía en sus metas la fabricación en serie. El “…carácter cuantitativo… de la industria moderna… al rodear constantemente al hombre de los productos de esta industria, al no permitirle por decirlo así ver ya otra cosa…, se le obliga verdaderamente a encerrarse en el círculo estrecho de la “vida ordinaria” como en una prisión sin salida. En una civilización tradicional, al contrario, cada objeto, al mismo tiempo que era perfectamente apropiado como es posible al uso al que estaba inmediatamente destinado, estaba hecho de tal manera que, en cada instante,…en lugar de tratarle en cierto modo como una cosa muerta… podía servir de soporte de meditación al ligar al individuo a algo más que la simple modalidad 2
corporal…”
La concepción antigua –y sagrada- del universo consideraba a éste como a una esfera, cuyo centro podía estar en cualquiera de los innumerables puntos del todo y a partir del cual se extendía la realidad en múltiples direcciones y distancias infinitas. El centro podía estar en cualquier parte y podía ser tanto el propio individuo como un lugar consagrado, como un templo o un sitio relevante de una ciudad. Por eso el mundo se representaba a través de un punto, cruce de dos líneas o cruz, o un círculo, representación este último en el plano de la esfera universal. “…la esfera es la forma primordial, por que es la menos “especificada” de todas, al ser semejante a ella misma en todas las direcciones, de suerte que, en un movimiento de rotación cualquiera alrededor de su centro, todas sus posiciones sucesivas son siempre rigurosamente superponibles las unas a las otras. … esta forma esférica es, en todas las tradiciones, la del “Huevo del Mundo”, es decir, lo que representa
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Guénon, René. 1945. El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. Guénon, René. 1945. La degeneración de la moneda, en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos.
8 el conjunto “global” en su estado primero y “embrionario”, … por lo que, … la forma esférica perfecta, o la forma 3
circular que se le corresponde en la geometría plana… no se encuentra nunca realizada en el mundo corporal”.
Si los conceptos geométricos anteriores los ligamos con el de cuantificación del mundo, vemos que la tendencia a la cantidad no podrá considerar los espacios como infinitos, sino como mensurables y reductibles a tramos o a distancias acotadas. Este enfoque es el que se relaciona con los ejes cartesianos en dos o tres dimensiones y con una representación opuesta a la esfera, como es el cubo o el paralelepípedo recto. “… el cubo es al contrario la forma más “fijada" de todas,… la que corresponde al máximo de “especificación”; esta forma es también la que se atribuye, entre los elementos corporales a la tierra, en tanto que ésta constituye el “elemento terminal y final” de la manifestación en este estado corporal; y… corresponde también… a lo que hemos llamado el “punto de detención” del movimiento cíclico. … esta forma es en cierto modo la del “sólido” por excelencia, y simboliza la “estabilidad” en tanto que ésta implica la detención de todo movimiento; por lo demás, es evidente que un cubo 4
que reposa sobre una de sus caras es… el cuerpo cuyo equilibrio presenta el máximo de estabilidad”.
Otra manifestación de los cambios que hacemos notar es relativa a los planos en los cuales se desplaza la psiquis humana. El hombre antiguo se desenvolvía –y esto se liga con su concepción sagrada del mundo- en el plano de la intuición, más propiamente de su inconsciente y del inconsciente colectivo, es decir el de la especie. Los hechos eran interpretados como señales de la divinidad y podían ser faustos o infaustos, afortunados o desgraciados, auspiciosos o desfavorables. La potencia o los designios de la divinidad así como los mitos eran considerados categorías de pensamiento válidas para preparar todo tipo de emprendimientos que iban desde un parto o nacimiento, pasando por una boda hasta una guerra. No en vano los oráculos eran consultados por el más modesto de los miembros de la comunidad hasta por el más rico y poderoso. Esta manera de enfrentar el mundo fue siendo paulatinamente desplazada por el uso de la razón y lo mental. No digamos por el uso de la inteligencia, pues eso sería caer en el mismo desprecio que los modernistas han caído en los últimos tres o cuatro siglos por quienes nos precedieron. El punto de discusión no está en el uso de la lógica y de la información, sino en cuál es la dimensión en la que se mueve el ser, cuáles son las categorías conceptuales que corresponden a ella y cuál es el tipo de información que se está dispuesto a usar. “… cuanto más estrechamente limitada es una concepción, tanto más estrictamente “racional” se la considera; por lo demás,… desde los enciclopedistas del siglo XVIII, los más acérrimos negadores de toda realidad suprasensible aman particularmente invocar la “razón” a todo propósito y proclamarse “racionalistas”. No obstante, cualquiera que sea la diferencia que haya entre ese racionalismo vulgar y el racionalismo propiamente filosófico, no es en 5
suma más que una diferencia de grado…”
El hombre actual está mucho más expuesto al daño psíquico, más expuesto a la desorientación y al terror al vacío espiritual. Ello se debe a su alejamiento de su propio inconsciente, al no saber cómo encontrarse a sí mismo. El hombre antiguo podía vivir con 3
Guénon, René. 1945. De la esfera al cubo, en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. Guénon, René. 1945. De la esfera al cubo, en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. 5 Guénon, René. 1945. Los postulados del racionalismo, en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. 4
9 mayor conformidad, pues la ligazón con su inconsciente era un proceso natural. El ejemplo más a mano lo constituyen los sueños. Para más de algún contemporáneo los sueños no son más que fantasías, sin embargo, para el antiguo, o un habitante actual originario del Amazonas o del África Central, los sueños son parte de su mundo real. Los sueños son recordados, relatados en comunidad e interpretados como mensajes de lo divino que está en el interior del ser, cosa tan difícil para nosotros. Cuando se es niño o ser inmaduro, se vive en el mundo de lo colectivo, tanto del inconsciente como del consciente colectivo. El ser inmaduro carece de opinión propia u original, por eso que cuando se le interroga o debe tomar una decisión reacciona entregando juicios que no son más que las opiniones de los adultos y que le han sido transmitidas consciente o inconscientemente. Con el tiempo, en la medida que se conozca más a sí mismo, estará en condiciones de ir madurando y desatar su proceso de individuación, o sea, de determinarse como un individuo diferente dentro de la especie porque tiene un mayor conocimiento y dominio de sí mismo, capturando la dignidad y el aplomo para hacerse un espacio y un respeto. El proceso de individuación es el esfuerzo y la acción de conectar con el aspecto inconsciente y –a través de lo mental- comprender los mensajes del personal lado oculto y del lado oculto de nuestra especie. Aunque no debería ser así, el concepto no es fácil de manejar en términos académicos, por lo cual hemos recurrido a la descripción que de él hace Nichols: “… es fácil comprender por qué Jung escogió para este proceso de autorrealización el nombre de individuación. Enfrentándonos a los arquetipos y liberándonos a la vez de las coacciones a las que nos someten, uno se vuelve cada vez más capaz de responder a la vida de una manera individual. Como hemos visto, el comportamiento de aquellos que desconocen los arquetipos está condicionado por fuerzas invisibles. Es algo tan rígidamente programado como el comportamiento instintivo de los pájaros y de las abejas, que reaccionan siempre de una manera preestablecida a idénticos estímulos; aparearse, anidar, emigrar, etc., que efectúan según modelos idénticos generación tras generación. Así pues, cuando un ser humano ha completado un cierto grado de conocimiento de sí mismo, es capaz de efectuar elecciones distintas de la bandada y expresarse de una manera que es la suya propia. Al haber establecido contacto con su propio y verdadero sí-mismo ya no se agobiará más por las críticas de los demás, sean internas o externas. …Será capaz de examinar las costumbres sociales y las ideas, y adoptarlas o no según su elección. Será libre de actuar de manera que colme sus necesidades internas más profundas y de expresar lo más auténtico de sí mismo.6”. Y agrega: “…a medida que una persona gana independencia para ser inconformista, gana a la vez seguridad personal para ser conformista. Como Jung señaló frecuentemente, una persona individuada no es lo mismo que una persona individualista. No trata de conformarse con las costumbres, pero tampoco siente la necesidad de desafiarlas. No trata de separarse de sus compañeros adoptando vestimentas extrañas o comportamientos fuera de lugar. Por el contrario, se siente realmente como expresión única de la divinidad, no tiene necesidad de demostrárselo a 7
nadie.
Han sido los cambios históricos y culturales que hemos descrito tan rudimentariamente los cuales explican la importancia que da la sociedad actual al desarrollo de la mente, con un olvido y desprecio sorprendentes por el inconsciente –la verdadera conciencia-. Al respecto,
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Nichols, Sallie. 1988. Jung y el Tarot. Un viaje arquetípico. Editorial Kairós, Barcelona. 537 p. Edición original 1980. 7 Nichols, Sallie. 1988. Jung y el Tarot. Un viaje arquetípico. Editorial Kairós, Barcelona. 537 p. Edición original 1980.
10 entendemos por conciencia la facultad de poder conectar con el alma, interpretando los mensajes de lo oculto o inconsciente. Un analista jungiano diría que el hombre o la mujer modernos sufren una psicopatía caracterizada por la inflación o hipertrofia de lo mental. Por tanto, el gran desafío para el hombre actual es lograr avanzar en su proceso de individuación y mantener la conciencia de sí. Los cambios a los cuales nos hemos referido se fueron dando en contextos históricos definidos y alcanzaron su expresión más clara con el advenimiento de la modernidad. La modernidad, como época, y el modernismo, como corriente de pensamiento, tuvieron sus albores en Europa en el siglo XVI y se afianzaron en los siglos XVII y XVIII, teniendo como base el movimiento ilustrado, el racionalismo y la aspiración de libertad. El modo de producción capitalista pudo dar un gran salto a partir de la circunnavegación del globo y realizar el proceso de acumulación originaria, efectuando la explotación de los territorios coloniales y sus habitantes. La concentración de riqueza en una nueva clase en ascenso, ávida e industriosa –la burguesía- ligado ello a la acumulación de conocimientos y nuevas técnicas, marcaría el lanzamiento de una nueva era. La inspiración del nuevo enfoque de la vida y del mundo que superaba la visión medieval europea, tiene un hito en las formulaciones cartesianas, las cuales permiten resolver las aspiraciones cognitivas separando la voluntad y el pensamiento individuales de la voluntad o designio divino, representado este último por el poder ideológico del catolicismo. El aspecto revolucionario de las nuevas ideas y la violencia con la cual fueron perseguidas así como la violencia con la cual a su turno fueron impuestas tuvo en gran medida su origen en la dictadura de la religión, devenida una autoridad asfixiante y cruel, una ideología institucional que se arrogaba la intermediación entre el individuo y la divinidad, entre el individuo y su propio ser más íntimo y, para peor, impedía razonar libremente encontrando explicaciones fundadas en la realidad tangible, pues toda interpretación ajena a lo aceptado por el clero se definía como herética y penalizable, incluso mediante castigos cruentos. El ser había sido considerado por la ideología religiosa dominante como una gracia otorgada por la divinidad y el pensamiento debía mantenerse dentro del esquema de verdades autorizado por la tiranía espiritual ejercida desde el papado. El planteamiento cartesiano vendría a ser la primera piedra del edificio mental que albergaría dos estructuras en el plano de las ideas: el principio de libertad del individuo para raciocinar en forma independiente y la creación del pensamiento científico. El principio de libertad representa el ansia de romper con las cadenas ideológicas de la religión y se ampliaría a la libertad social, política y económica, esta última en el sentido de libertad para emprender y contratar. La creación del pensamiento científico, por su parte, requirió de un agregado, la técnica, por eso se acostumbra a mencionarlos juntos. La ciencia fue estableciendo su método y sus metodologías en todas sus ramas. Se levanta una o varias hipótesis y éstas se comprueban mediante experimentos o verificaciones repetibles; se usan estadísticas y pruebas de
11 confianza. La ciencia sostiene -y así lo demostró- que repitiendo o reuniendo las mismas condiciones podrán repetirse o reproducirse los hechos que esas condiciones determinan. La ciencia fue así construyendo su visión paulatinamente, de la mano de la técnica, circunstancia que potenció y multiplicó la eficacia del capital y el sometimiento del trabajador a aquél. Tal fue la potencia, dominio y arrogancia de los adoradores de la ciencia que la erigieron en una nueva fe, sin cuyo tamiz no se daba ninguna afirmación por cierta, incluidos los hechos o estados relativos al espíritu del ser humano o Uno Mismo. La ciencia prestó herramientas al análisis de la sociedad, naciendo la sociología e incluso, una escuela psicológica, el conductismo, tuvo la pretensión de ser la única tendencia de carácter científico dentro de esta rama del saber. Considerando la potencia e influencia del pensamiento moderno, surgido en paralelo con el establecimiento de la francmasonería del rito escocés, no es de extrañar que esta última, así como sus miembros en particular, hayan sido influidos como para desorientarse respecto de la significación o trasfondo operativo de sus propios ritos y símbolos. Sin embargo, son estos mismos ritos y símbolos, su espacio consagrado, su vinculación con la tradición universal o unánime los que han contribuido a su existencia actual. Si no hubiera sido así, si la francmasonería hubiese abdicado completamente, sustituyendo su doctrina por conceptos extraídos del mundo profano, del mundo de la razón y la cantidad, habría pasado a la historia como una de tantas instituciones que desaparecen en el espacio mercantil de la sociedad capitalista. Una de las expresiones de esa influencia modernista ha sido la pretensión –ya señalada- de que la masonería es “especulativa” y habría superado a la antigua masonería “operativa”. No ha sido una casualidad que los propios símbolos y ritos impidan que la francmasonería sea sólo especulación. Es que los símbolos y ritos no tienen otro objeto o significación que ser operativos, es decir, operan en los adeptos en la misma dimensión que operó en su momento lo sagrado en el hombre antiguo. 1.3 Era moderna y gnosis numeral. Por Gnosis, debemos entender –dice René Guénon8- ese Conocimiento Tradicional que constituye el fondo común de todas las iniciaciones, cuyas doctrinas y símbolos se han trasmitido, desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, a través de todas las Fraternidades secretas cuya extensa cadena jamás ha sido interrumpida. La iniciación – continúa Guénon- tiene como fin la conquista del Conocimiento Integral, que es la Gnosis en el verdadero sentido de la palabra. Por su parte, para Oswald Wirth9, la Gnosis o conocimiento iniciático tiene por características ser progresivo, personal, incomunicable y mistérico.
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Guénon, René. 1910. “La Gnosis y la Francmasonería”. Artículo publicado en “La Gnose”, número de marzo de 1910, con la firma de Palingenius. 9 Wirth, Oswald. Ver L'Initiation Maçonnique, artículo publicado en L'Initiation, 4º año, nº 4, enero de 1891. Citado por Guénon.
12 La Numerología parte de la base que los números no son sino símbolos, que constituyen una forma particular de acceder a ese Conocimiento Tradicional o Integral al cual hace referencia Guénon. Se cuenta que los pitagóricos10 enseñaban que los números tienen una significación independiente de la que indican sus signos. Los números representan cualidades; los signos representan cantidades. Es decir, los números son símbolos o acordes que operan en el plano espiritual; en cambio, los signos numéricos son grafismos utilitarios para ser usados por la mente y medir las cosas en el plano material. Ahora bien, la expresión Gnosis Numeral no hace sino relacionar conocimiento iniciático con Numerología dejando explícita su especial condición de método para tener acceso a un saber oculto a través de los símbolos numéricos. Ahora bien, la Gnosis Numeral conlleva dos aspectos muy relacionados, los cuales es preciso distinguir, pues a menudo se presentan ante la conciencia humana tan entrelazados que podrían confundirse como si fueran lo mismo. El primero de ellos, es el aspecto filosóficohermético, perfilado como un conocimiento holístico o arte de reflexionar sobre el macrocosmos y las relaciones del hombre con el cosmos. El segundo de ellos, es el aspecto alquímico o psicológico-arquitectural, considerado como un conocimiento de la psiquis humana o Uno Mismo y de las claves operativas para construir la personalidad del adepto. El enfoque filosófico-hermético estima que el acceso al Conocimiento no sería un proceso racional o simplemente mental, sino un proceso espiritual, quizás una expresión un tanto vaga para definir algo que tampoco ha podido ser desentrañado ni por la ciencia ni por la sicología, que consiste en una actividad de la psique, íntima e individual, intransferible, a través de la cual se accede a la comprensión del cosmos y de la relación de éste con el ser humano por mecanismos tales como la manifestación, la revelación, la intuición, la analogía. El enfoque alquímico de la Gnosis Numeral, en cambio, es un ámbito de conocimiento que tiene, a su vez, dos campos complementarios. Uno de ellos, el proceso racional de análisis e identificación de los diversos aspectos de la personalidad o psiquis humana. El otro, una praxis para contribuir al perfeccionamiento de este complejo microcosmos que es la entidad humana, proceso denominado Gran Obra o Piedra Filosofal, que conduciría a la búsqueda del Arquetipo o Ser Humano Ideal. Esta aspiración, para quien quisiera aceptar el desafío, no tiene más que una palabra que pueda sintetizarla: rigor. Pero nada tiene que ver con el rigor o el poder de la autoridad o la capacidad de administrar a las otras personas, sino el rigor sobre el propio adepto o Uno Mismo. Las operaciones alquímicas no son sólo mentales, espirituales o energéticas, sino que son también materiales pues la búsqueda del perfeccionamiento incluye la estructura corpórea densa o cuerpo físico. Evidentemente, estas afirmaciones caen en el campo de la alquimia mística o espiritual, fuera del campo de la alquimia metálica.
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Aristóteles, Capítulo V. De los Pitagóricos. Doctrina de los números. Parménides, Jenófanes, Meliso. Libro I de Metafísica.
13 Este conocimiento al que nos estamos refiriendo, entonces, involucra diversas formas de abordarlo o de conectarse con él. Una manera sería intentar comprenderlo mediante la razón o entendimiento, lo cual sería una ganancia desde el punto de vista erudito, y convertiría al interesado en una persona más culta o versada en estas materias, digamos capaz de especular o raciocinar con estas imágenes y conceptos. Otra, sería vincularse con el tema en un nivel o esfera diferente a la razón, en la espiritualidad o intuición, accediendo a una comprensión íntima y subjetiva, como corresponde al plano iniciático o del secreto al cual se conecta por revelación o espontaneidad, forma de apropiarse en forma operativa de estos conocimientos. Cada expresión de la “materia filosófica” o individualidad o iniciando tendrá que adoptar una opción o camino para seguir al respecto. La Numerología o Gnosis Numeral o Simbología Numérica, ha constituido parte sustantiva del conocimiento esotérico, la tradición iniciática o tradición unánime, en las múltiples manifestaciones culturales que se han expresado desde tiempo inmemorial: el pitagorismo, el hermetismo o doctrina hermética, la alquimia o expresión operativa de la anterior, la Cábala o tradición judía, el Tarot y, por lo demás, el simbolismo masónico. Realizados esos comentarios de tipo general, cabe acotar los alcances del presente trabajo. Algunos estudios sobre numerología se orientan en un sentido mas bien conceptual o filosófico, manteniéndose dentro de la herencia pitagórica o de la tradición cabalística. En este medio, la propuesta consiste en vincular los números naturales a determinados conceptos, los cuales están estructurados de tal forma que llegan a ordenarse en un sistema o modelo, el cual sería tanto un reflejo del universo como del ser humano. Para fundamentarlo, se acostumbra a citar la célebre frase tomada de la Tabla Esmeraldina: “Como es arriba, es abajo”. Estos enfoques dedican un espacio menor a los aspectos operacionales o aplicaciones numerológicas, dejando la impresión que su uso es materia de especialistas con un don o gracia natural, vedado a quienes carecen de aptitudes para este arte. Un tipo diferente de estudios, por el contrario, dejan a un lado las consideraciones sistémicas o conceptuales, centrándose en la aplicación práctica de la Gnosis Numeral. En esta categoría entran los libros sobre el tarot, el uso del I-Ching y aquéllos que propenden a realizar juegos con matrices o aritmológicos. Ahora bien, en el nivel contemporáneo que se encuentran los grupos hermetistas –entre ellos la francmasonería-, habría conformidad con simples descripciones o conceptualizaciones con diferente grado de profundidad. Se tiende a reconocer que hay un valor cualitativo de los números que se encuentra contenido en los símbolos masónicos, digamos coagulado o cristalizado, y que –de alguna forma que nadie describe exactamenteva a penetrar en el adepto como una especie de proceso osmótico. En ocasiones, un aprendiz más inquieto se preguntará si debiera permanecer como un bobo mirando las figuras y representaciones establecidas en el interior de la logia, esperando recibir la luz desde una dimensión desconocida.
14 La pretensión de este trabajo, en lo que pudiera considerarse de distinto a la moneda corriente es –partiendo de una conceptualización general- disponer de una mirada que vincule el símbolo número con el símbolo figurativo de una manera funcional y operativa, usando métodos que permitan activar los símbolos, haciéndolos presentes en la realidad virtual o psiquismo del adepto, en el marco de un proceso que podría ser desencadenado a voluntad. El objetivo obvio será proporcionar pistas, señales, criterios útiles para contribuir a conocerse a sí mismo, controlar el entorno personal y colectivo, e incluso la producción de mensajes de tipo oracular o adivinatorio. 1.4 Cartomancia contemporánea y gnosis numeral. El empleo de la cartomancia y, más específicamente, del Tarot, implica la vivencia de una contradicción, la cual tendría su causa tanto en el método de usarla (las tiradas de cartas) como en los elementos presentes en las cartas. Los elementos de contenido son, por una parte, los arcanos expresados mediante personajes o escenas y, por otra, los números de las cartas. En la operación cartomántica los opuestos que conviven en forma dialéctica son el desorden (la aparición al azar de los arcanos) y el orden (los números y la disposición de las cartas en la tirada). Desde el punto de vista corriente o mental, en la experiencia vital se da tanto el orden (una estructura o una enumeración o una serie física o temporal) como el desorden (la ausencia de estructura o de una cantidad, luego, la falta de una lógica). Sin embargo, desde el punto de vista espiritual o del alma o de la intuición, sólo existe el orden, el cual podría ser, en primer lugar, de tipo absoluto o sincrónico (aquél dado sin razón de causa y atemporal) establecido en forma universal tanto en el mundo real como en el de las ideas, por una razón que se encuentra más allá del intelecto humano y, en segundo lugar, de tipo relativo o restringido o mental (establecido por la razón o intelecto humano para comprender un fragmento de un realidad demasiado vasta). En el juego del Tarot –decimos juego en sentido amplio pues se requiere una actitud lúdica del participante, un involucrarse- se van combinando el orden y el desorden, lo determinado y lo indeterminado, lo estructurado y el azar. El tarotista puede escoger una tirada cualquiera, es decir, un esquema u orden de disposición para las cartas que les establece lugares y funciones específicas (diagnóstico, sugerencia, pronóstico, etc.) pero las cartas mismas son seleccionadas al azar por el interesado (pues están vueltas boca abajo). Un segundo elemento de orden es el número que aparece en cada carta seleccionada y que aporta conceptos y pronósticos. Sin embargo, usando esos números, se puede, mediante juegos aritmológicos, obtener nuevos números, que conducen de manera inesperada a nuevas cartas y, por tanto, a nuevas sugerencias y pronósticos. Y un elemento de azar siempre presente: la lectura la realiza una persona y es por intermedio de las complejidades de su espíritu, a través de su mente, de su subjetividad y su intuición que se manifiesta el mensaje que jamás deja de tener un sentido. Este segundo elemento de caos es la
15 inspiración estimulada por las escenas, personajes y símbolos, la cual favorece la constelación de arquetipos diversos, sin un concierto preestablecido. Los números como cualidades y simbolismo arcano pueden tener una interpretación según un patrón o tipo más generalmente aceptado, sin embargo, también pueden tener diversos sentidos o concepciones según las culturas, las épocas, localidades y también según el entender de las personas que descifran los símbolos e intentan explicar estos conceptos. Podrán coexistir diversos enfoques, los cuales tendrán puntos en común –pues parece haber una raíz compartida en la gnosis numeral- pero que podrán diferenciarse e identificarse las fuentes así como los matices que las distinguen. En la materia que nos atañe, la gnosis numeral ligada a la cartomancia, se tendrá en consideración a tres fuentes: el pitagorismo, el hermetismo y la alquimia, pues poca duda hay respecto a la carga simbólica que esas corrientes espirituales han aportado a los números. Aunque el Tarot tiene un potencial de inspiración basado esencialmente en sus personajes y sus escenas y el número es un elemento adicional o complementario, la presencia del número en una carta de tarot le agrega una carga o potencia adicional nada despreciable. Ahora, ese potencial arquetípico no es especulativo o erudito sino que cuenta con fines operativos, es decir, con una acción y resultado efectivos en el sí mismo del adepto y no meramente en su mente. Probablemente alguien podrá echar en falta que no se haga referencia en este trabajo al punto de vista cabalístico. No podremos darle en el gusto. A nuestro entender la Cábala hebraica ha tenido un desarrollo aparte de las otras escuelas de pensamiento, focalizada en áreas restringidas de Europa occidental y mas bien bajo su expresión como Cábala Cristiana. La Cábala carece de una relación inmemorial comprobada con las otras fuentes y con el tarot. Por ejemplo, la vinculación entre Cábala y hermetismo es reciente y se sabe que el inicio del intento de síntesis se encuentra en la Italia renacentista. Recién “alrededor de 1460 un manuscrito griego procedente de Macedonia llegó a Florencia traído por un monje, uno de los muchos agentes destacados por Cosme de Médicis para la búsqueda y recopilación de manuscritos. En el manuscrito se hallaba 11
incluida una copia incompleta del Corpus Hermeticum ”
Cosme ordenó a Marsilio Ficino (1433-1499) que emprendiera inmediatamente la tarea de traducir la obra de Hermes Trismegisto. El Corpus fue impreso por primera vez en 1471 y provocó un verdadero revuelo tanto en Italia como en otras partes de Europa conociendo numerosas ediciones, sea por separado o incluido dentro de recopilaciones. Ficino, un filósofo neoplatónico cristiano, asimiló la doctrina hermética, la incorporó en su pensamiento y la reflejó en sus obras. Faltaba un paso y éste lo dio su discípulo Giovanni Pico Della Mirandola (1463-1494). “…contemporáneo de Ficino aunque algo más joven que él,… adquirió de su maestro el entusiasmo por la magia naturalis, que Pico aceptó y propugnó de forma mucho más vigorosa y abierta que el propio Ficino. Sin embargo, la importancia de Pico, dentro de la historia de la magia renacentista, es debida a que añadió a la magia naturalis un nuevo tipo de magia complementario. Este otro tipo de magia con el que Pico enriqueció el bagaje de los magos renacentistas fue la cábala práctica o magia cabalística”12.
11
Yates, Frances. 1983. Giordano Bruno y la Tradición Hermética. 529 p. Ariel Filosofía. Barcelona. Ed. Original en inglés de 1964. 12 Ídem.
16 Por su parte, las opiniones que pretenden ligar la Cábala con el Tarot son aún más recientes, algunas del siglo XIX y otras del siglo XX, nacidas de inspiraciones entre 500 a 600 años posteriores a la aparición de la baraja esotérica. No tienen nada de histórico, ni cultural, ni antropológico. Tampoco de tradicional, en el sentido estricto, pues carecen de una transmisión inmemorial ininterrumpida de maestro a discípulo. Nos referimos a la opinión de Papus13, la cual es absolutamente intuitiva, proviene de su inspiración en la magia. Otra, la de Federico González, representante contemporáneo del “tradicionalismo” quien, aunque dedica un libro completo a vincular el Tarot con la Cábala14, no aporta ninguna prueba real, salvo su profunda fe en el vínculo. No pretendo desprestigiar ni confundir a nadie. Ambos pensadores tienen en común un vasto conocimiento erudito de la Cábala Cristiana y de la filosofía hermética, el primero destacado por su convicción y trabajos sobre la magia y, el segundo, por su conocimiento alquímico y sus trabajos sobre el simbolismo antiguo americano. A mi modo de ver, Papus no ha realizado más que una hábil superposición o acomodo de las cuatro letras hebraicas de la palabra sagrada “javé” (iod, he, vau, hé), convertida en un cuaternario que coincide con los cuatro elementos alquímicos, con las cuatro letras latinas de la palabra INRI (lesus Nazareus Rex ludeorum), con las cuatro letras de la palabra TARO y con las cuatro cartas de la corte del Tarot (rey, reina, caballero, paje), para continuar asimilando los 22 arcanos mayores del Tarot con los 22 senderos del árbol sefirótico cabalístico. Papus afirma que este libro sagrado en imágenes que es el tarot, proviene del Libro Sagrado de Toth del antiguo Egipto, que oculta la sabiduría hebraica y que ha sido conservado por los gitanos. “Los bohemios poseen una biblia; esta biblia les facilita el diario vivir, pues con ella predican la buenaventura; esta biblia es también un motivo continuo de ocio, puesto que les permite entretenerse jugando. Sí, ese juego de cartas denominado Tarot, que poseen los bohemios, es la biblia de las biblias. Es el libro de Thot-Hermes-Trismegisto, es el libro de Adán, es el libro de la revelación primitiva de las antiguas civilizaciones”
15
. Para dar mayor fuerza a sus afirmaciones sobre la palabra sagrada que le sirve de fundamento, agrega: “Este nombre que los israelitas no pronuncian jamás, y que el gran sacerdote decía una vez al año en medio de los gritos del pueblo profano, es aquel que se halla en la cima de todas las iniciaciones, aquel que irradia en el centro del triángulo resplandeciente correspondiente al grado 33 de la Masonería Escocesa, aquel que se instala sobre el pórtico de nuestras viejas catedrales; está 16
formado por cuatro letras hebreas y se lee: iod-hé-vau-hé”
.
Federico González explica la relación de los arcanos o láminas del tarot, tanto los mayores como los menores (cartas numerales y cartas cortesanas) con los sefiroth del Árbol de la Vida cabalístico. Además, señala la identificación que realizan algunos tarotistas de las letras del alfabeto hebreo con cada uno de los arcanos mayores. Sin embargo, tiene la prudencia de advertir que “No todos proceden exactamente de la misma manera en la cuestión de las equivalencias, y esto puede dar lugar a distintos diagramas sefiróticos en que los senderos queden signados por
13
Seudónimo del ocultista francés Gérard Anaclet Vincent Encausse (1865-1916). Obra “El Tarot de los Bohemios”. 14 González, Federico. “El Tarot de los Cabalistas”. Vehículo Mágico. Buenos Aires. Kier, 1993. 190 p. 15 Papus. “El Tarot de los Bohemios”. 16 Ídem.
17 cartas del Tarot distintas”
17
, como intuyendo que no es difícil caer en formulaciones artificiosas cuando se intenta ligar productos culturales diversos cuyo origen y conocimiento se manejan en forman fragmentaria, por carecer de una transmisión verdadera. En definitiva, la relación entre Cábala y Tarot se basa en una actitud de profunda fe y de intuición, la cual, aunque respetable, no es demostrable. Sin embargo, como la función de los oráculos es operativa, o sea, inducir al iniciado o practicante a conectar con el sí mismo o inconsciente o alma, si dicha conexión es operada y se encuentra una respuesta que proporcione serenidad, plenitud, madurez, no habría nada que objetar.
17
González, Federico. “El Tarot de los Cabalistas”. Vehículo Mágico. Buenos Aires: Kier, 1993. 190 p.
18
2. NUMEROLOGÍA PITAGÓRICA 2.1 Importancia del pitagorismo. Al acudir a una librería o buscando libros digitales en Internet, usted podrá descubrir textos tanto de numerología como de matemáticas. Al consultarlos, se encontrará con que ambos tipos de obras, en su mayoría, tratan sus materias sin más. Será muy extraño que expliquen y fundamenten el origen -y si no el origen al menos un punto de inflexión histórico- de tales conocimientos, como si mágicamente el logos numérico y el logos matemático hubiesen nacido con el autor. Nada más mezquino ni presuntuoso que tal realidad literaria, pues ambas ramas de conocimiento son deudoras, al menos en su fuente occidental, de un movimiento espiritual e intelectual conocido como pitagorismo, cuyo inicio histórico tuvo lugar con la vida y obra de su primer líder: Pitágoras. Dudar de la existencia histórica de Pitágoras es como dudar de la realidad histórica de una persona llamada Jesús de Nazaret. Una cosa distinta será polemizar sobre los detalles de su existencia, pues nada hay al respecto que pueda probarse de manera documentada, en atención a que quienes opinaron sobre ellos vivieron en forma muy posterior y sin aclarar sus fuentes. Los pitagóricos florecieron entre los siglos VI y IV antes de nuestra era. Se distinguirían varias generaciones de sabios pitagóricos18 entre los años 530-360: 1ª 2ª 3ª 4ª 5ª
Generación Generación Generación Generación Generación
(530-500): (520-480): (480-430): (440-400): (400-360):
Pitágoras. Hipaso de Metaponto, Alcmeon. Matemáticos anónimos. Filolao, Teodoro. Arquitas de Tarento
Desplegaron actividad múltiple: filosófica, científica y social. Filosófica, al raciocinar sobre los fundamentos últimos y primeros principios de la existencia; científica, al trabajar intelectualmente con las matemáticas y aplicarlas por primera vez a la física; y social, al fundar comunidades, sectas o grupos organizados, estratificados en grados de evolución personal, y con una proyección moral y política sobre el entorno humano. El líder y maestro fundador, Pitágoras, habría tenido una vida dedicada al estudio laborioso de conocimientos filosóficos, científicos y esotéricos de fuentes egipcias y quizás babilónicas, existencia que tuvo ribetes azarosos y novelescos, regresando del oriente medio a su natal Grecia para asentarse en las colonias griegas de itálica. Dejó una huella profunda entre sus contemporáneos y las generaciones posteriores, tanto de la antigüedad como de épocas más recientes, hecho reconocido actualmente no sólo por los historiadores,
18
De Guzmán Ozamiz, Miguel (Universidad Complutense). “Lecciones Pitagóricas para El Siglo XXI”. Capítulo “Orígenes del Pitagorismo”. 1986. Cita de van der Waerden.
19 sino por filósofos y matemáticos ilustres, quienes no dudan en sostener que ese pensamiento ha sido, seguramente sin proponérselo, uno de los más influyentes en el desenvolvimiento intelectual de occidente. La secta pitagórica original tuvo un término trágico, pues su sede fue destruida y sus líderes fueron asesinados, bajo la justificación de mezquinos intereses materiales, además, de paso, aprovechando de librarse de la influencia de una ideología de estricta ética orientada al bien común. No se sabe en verdad si el maestro Pitágoras falleció en ese exterminio o si logró exiliarse. Lo que sí hay que reconocer es que los pitagóricos, de ahí en adelante, continuaron como discretas escuelas de pensamiento y nunca más tuvieron una expresión política, tal parece que fueron reprimidos y prohibidos en Grecia en ese ámbito. Su doctrina permitía elevar a los cargos públicos a los mejores, o sea, era aristocrática19, lo cual se oponía al modelo democrático de la época, el que, tal como hoy, mezclaba el voto ciudadano con los intereses de poderes fácticos de tipo plutocrático. Nunca otra escuela filosófica otorgó tanta importancia al concepto número, al extremo que su cosmovisión se fundamenta esencialmente en lo numerológico. Pero no hay que confundirse, pues cuando los pitagóricos afirman que el número es la esencia de todas las cosas, se están refiriendo a lo conceptual-cualitativo, que para ellos es filosófico-esotérico, reservado a los iniciados de alto grado y, por tanto, difiere de lo material-cuantitativo, concepción reservada al entorno exotérico. Esto no siempre fue bien comprendido por otros filósofos helenos, a excepción de intelectuales de la talla de Sócrates y Platón. Variadas son las ramas del saber que recibieron aportes de los pitagóricos: geometría, matemáticas, física, música, arte, filosofía…, así como variados son los grupos que se sintieron herederos del conocimiento esotérico aportado por aquéllos: “los Ofitas, de los Esenios, de los Carnitas, de los maniqueos, de los paulicianos, de los bogomiles, albigenses, cabalistas, 20 rosacruces, las sectas masónicas…”
2.2 Filosofía del pitagorismo. En su filosofía, los pitagóricos abordaron diversidad de temas, según se desprende de la analítica y la exégesis de los escasos fragmentos que se conservan de sus obras o de las citas que dejaron otros autores y comentaristas de la antigüedad. Algunos de los temas de su interés fueron los que mencionaremos a continuación. Conocimiento iniciático: “Todo conocimiento debe ser iniciático. La iniciación es exigible para evitar que los indignos recorran los caminos del conocimiento tomando rumbos desviados, que puedan servir más para el mal
19
Aristocracia: término derivado de palabras griegas significando excelente y ser poderoso: dominio de los mejores, los más importantes o notables (Diccionario en línea XMLittré v1.3). 20 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000.
20 21
De allí que la iniciación, independientemente de sus aspectos rituales, sería “toda operación gógica” (de goggia), acción de indicar, de guiar, de ahí pedagogía (conducir a los jóvenes), que que para el bien” .
22
indica el camino para alcanzar la suprema instrucción (Mathesis) .
Amor al saber: Los pitagóricos parecen ser los primeros en referirse a una tarea intelectual llamándola filosofía y a un oficio denominado filósofo. “El que ama el saber es el filósofo. El saber supremo, la Suprema Instrucción, es la Mathesis. La filosofía es el afanarse del hombre para 23
alcanzarla.”
.
El Ser supremo: Los pitagóricos gastaron mucha reflexión sobre la naturaleza de Dios, evidentemente no para darle a su doctrina una justificación religiosa, sino como un ejercicio intelectual sobre conceptos esenciales referidos a lo trascendente. “Dios es el Uno Supremo y el Uno Supremo es trascendente a todo ser finito”. “El Uno Supremo e infinito escapa a nuestro conocimiento”
24
.
“El Ser Supremo, Dios, es la Mónada Suprema. Es También el Señor y Padre, y Solo, fuente del Uno (la sustancia 25 universal, lo que da sustentación y engendra todas las cosas, lo que corresponde a la creación) ”. El Uno y la díada26: Para los pitagóricos la denominación Uno tiene varias aplicaciones, evidentemente detrás de ellas hay algo en común: el carácter de unidad. “El primer Uno es simplemente Uno, el Ser Supremo. El segundo Uno es Uno-múltiple, pues de él surge la Díada segunda, pues la primera es formada por el primer Uno y por el segundo Uno.”
Repasémoslo intentando comprender la abstracción de este sutil ejercicio intelectual, el cual, por lo demás, no tendría por qué representar una realidad concreta y podría significar solamente una realidad virtual, como tantas otras. Para los pitagóricos, el Uno Supremo o Ser Supremo sería el padre de todo. Si éste es capaz de generar otro Uno, ambos constituyen una primera díada. El primer Uno es infinito y es simple. No es propiamente un número, pues no es numeroso o múltiple. El segundo Uno, o hijo, tendría la capacidad generativa, la potencialidad de crear. El conjunto de estos dos primeros Uno forma la primera díada (o díada indeterminada de los pitagóricos), lo podemos llamar el “Dos” o “ambos”. La díada indeterminada o el Uno múltiple con su capacidad de procrear las cosas finitas podría dar origen al tercer Uno, al “tres”, el cual, si lo consideramos un conjunto con el segundo Uno o Uno múltiple, constituiría una segunda díada. Ahora bien, al cobrar existencia un tercer elemento, podemos hablar no sólo de “Tres”, sino de “Todos” y, de aquí en delante de “cosmos”, una totalidad múltiple. Los números: Los verdaderos especialistas afirman, como se dijo antes, que la expresión “números” tenía para los pitagóricos una doble concepción: cualitativa o trascendente y 21
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 22 Ídem. 23 Ídem. 24 Ídem. 25 Ídem. 26 Pareja de dos seres o cosas estrecha y especialmente vinculados entre sí (Diccionario de la Real Academia Española).
21 cuantitativa o concreta (en las cosas). La visión cualitativa entiende que los números son formas eternas, por tanto, están contenidos en lo indeterminado, en el Ser Supremo27. En cambio, los números que pueden venir de la adición son los números en y de las cosas. La lista de los temas abordados por los “amantes del saber” es larga, y en ella se despliegan conceptos como creación, crisis, ser, forma y sustancia, etc., etc., y quién sabe cuánto más, pues son tan escasos los fragmentos de sus trabajos llegados hasta nosotros. 2.3 Doctrina pitagórica de los números. Corrientemente se entiende al número como una simple señal y, en el mejor de los casos, como una designación que permite indicar el lugar en que algo o alguien se halla con respecto a una serie, o la cantidad en que se tiene una especie de cosas o seres. Se dice que Aristóteles definía número como la multiplicidad medida por la unidad. En cualquier caso, ambos enfoques son meramente cuantitativos. La expresión número tiene su origen en el término griego nomos, que significa regla, ley, orden. Sin embargo, los pitagóricos habrían empleado una palabra distinta: “Pitágoras usaba la 28
palabra arithmós, como número en sentido genérico”
. La diferencia parece pequeña pero la segunda expresión está enriquecida conceptualmente, pues si el orden es la relación entre el todo y sus partes, existe, además de cantidad y distribución, coherencia... “Así, arithmós (el número) era cantidad, relación, función, tensión, ley, orden, regla.”29 Del Uno Supremo o Único (Solo) provendrían los arithmoi arkhai (arkhé = supremo), los principios supremos o fundadores, de donde surgiría la organización del Cosmos (orden universal). El número pitagórico sería una base de realidad en el mundo sensible: “Todo está arreglado 30 (construido) según el número” . Las cosas copiarían a los o por los números: “Todas las cosas son 31
modeladas por el número”
. Los números serían una fuente de conocimiento de los objetos del
mundo sensible: “Todas las cosas se tornan conocidas por los números”32. Existiría una relación dialéctica entre el concepto de número cualitativo (idea eterna abstracta) y el cuantitativo (concreción en el mundo sensible). “Hay… el número que está en la cosa, in re (concreto), y el número que antecede a la cosa, ante rem, que la cosa copia…”. “las cosas sensibles son
27
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 28 Ferreira Dos Santos, Mario. “Tratado de Simbólica”. San Pablo, Brasil, Año 1956. 29 Ídem. 30 Frase atribuida a Pitágoras según Aristóxeno de Tarento, citada por Ferreira Dos Santos. 31 Frase atribuida a Pitágoras por Platón, citada por Ferreira Dos Santos. 32 Fragmento 3 de Filolao, citado por Diels, luego por Ferreira Dos Santos.
22 construidas por los números, y, a su vez, copian los números”. “Las cosas… copian el número eidético, que corresponde a la forma platónica. Este número es inmutable y eterno, como inmutables y eternas son las formas 33
platónicas.”
Para comprender la distinción entre unos y otros conceptos o tipos de números, considérese el caso de un triángulo. Su número concreto es el tres en atención a que lo integran igual número de trazos rectos. Sin embargo, estos tres elementos no están dispuestos de cualquier manera, por ejemplo, paralelos o uno a continuación de otro, de allí que la visión pitagórica considera que el triángulo “copia”, además de la cantidad de tres, una idea eterna de “triangularidad”, un orden o esencia (arithmós)34 de “triangularidad”. La afirmación de Aristóteles en su Metafísica “Los pitagóricos conciben las cosas como números, 35 porque conciben los números como cosas ”, sería una opinión errada, de acuerdo a lo que se ha expuesto sucintamente más arriba, probablemente sin ánimo de tergiversar, pero basada en la lectura de pitagóricos menores y no en escritos de Pitágoras y sus discípulos directos36. Si bien el concepto de número es importante y esencial en el pensamiento pitagórico, no es para él la base de todo o la causa primera. Otras ideas fueron elaboradas y consideradas como fundamentos, tales como lo finito e infinito y lo par e impar. Debido a que desde nuestra infancia en la cultura moderna se nos enseña que lo par y lo impar se asimilan solamente a un ejercicio cuantitativo37, sugiero que, para acercarse a una mayor profundidad del concepto par e impar, se considere a lo par “igual” o “similar” y se considere a lo impar “distinto” o “disímil”. Además, sugiero que se siga un ejercicio como el siguiente. Si se suma algo par (similar) con algo par (similar), el resultado será también par (similar). Si se suma impar (disímil) con algo impar (disímil) el resultado será par (similar), pues ambos comparten la disimilitud (son similares entre sí). Si se suma par (similar) con impar (disímil), el resultado será impar (disímil), pues los sumandos son de naturaleza diferente. Por otro lado, los pitagóricos afirmaban que lo par es infinito y lo impar, finito. ¿Por qué se asocia lo par a lo ilimitado y lo impar a lo limitado? Cuando la serie de los números impares se coloca alrededor de la unidad en forma de cuadrantes, la figura resultante es siempre un 33
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 34 De allí, Aritmética: Ciencia que tiene por objeto el estudio de la formación de los números, de sus propiedades y de las relaciones que existen entre ellos (teoría de las operaciones; las cuatro operaciones de la aritmética: adición, sustracción, multiplicación, división). Diccionario del Centre National de Ressources Textuelles et Lexicales; http://www.cnrtl.fr 35 Aristóteles, Metafísica, 1083b 8. 36 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 37 “Par es el entero que es exactamente divisible por dos”; “Impar es el entero que no es exactamente divisible por dos”.
23 cuadrado (permanece “la misma”); cuando los números pares se colocan de la misma manera, la relación entre los lados de las figuras formadas ofrece infinitas variaciones.
Por eso, estimaban que al adicionar un impar, el producto o resultado es siempre el mismo (luego, finito). En cambio, al adicionar un par, el resultado será siempre diferente, nunca terminará en algo igual (luego, infinito). Sobre la relación entre numerología y divinidad hay que señalar que los antiguos –entre ellos los seguidores de los pitagóricos- atribuían ciertos números a determinados dioses o diosas. Por ejemplo, a Saturno se le dedicaba la serie 3.9.15.45. Esta atribución no sería antojadiza, sino provendría de realizar “juegos” aritmológicos usando matrices. “Los sabios antiguos distribuían los cuadrados colocándolos en aquel orden en que si se les sumaba, en cualquier dirección,… siempre daban el mismo producto y la suma de todos ellos representaban también un misterio. Se llamaban sellos o misterios de los dioses,… por el hecho de que bajo ellos se encontraba de forma maravillosa su dominio y potestad sobre todas las cosas”.38
La primera matriz perfecta se originaba en el cuadrado de 3 (3 casillas * 3 casillas = 9 casillas) y se dedicaba a Saturno. “Colocaban los números dentro de las nueve casillas con tal disposición que, cada una de las filas de los números, la vertical, la transversal y la diagonal al sumarse daban el mismo número…”
39
4 3 8
9 5 1
2 7 6
Efectivamente, los números naturales enteros del 1 al 9, instalados en la matriz de la forma indicada, sumados en cualquier dirección dan un total de 15 y, a su vez, la suma del total de tres filas o de tres columnas nos da 45.
38
Kircher, Athanasius (1601-1680). 1665. Arithmologia sive de abditis Numerorum mysteriis. “Aritmología, Historia Real y Esotérica de los Números”. Trad. del latín por Atilano Martínez Tome. Ed. Breogan Madrid. 1984. 39 Ídem.
24
4 + 3 + 8 + 15 +
9 5 1 15
+ + + +
2 7 6 15
= 15 = 15 = 15 = 45
2.4 Significado pitagórico de los números Las fuentes para presentar el significado pitagórico de los números son de dos tipos. La más corriente es aquélla que procede de autores modernos que han realizado una recopilación de citas e ideas recogidas de fragmentos atribuidos a autores antiguos, algunos de ellos pitagóricos, como Filolao y Arquitas de Tarento, además, escarbando en opiniones del propio Aristóteles quien dista mucho de ser pitagórico. Otra fuente es la de especialistas, quienes estudiando la filosofía pitagórica, han reconstruido o reelaborado la significación numerológica en un todo que trata de ser coherente y, además, consecuente con los postulados pitagóricos. En esta línea está el filósofo latinoamericano Ferreira Dos Santos, quien vincula cada número cualitativo o trascendente con una ley pitagórica, de carácter universal, con respecto al cosmos, la totalidad, el ser y su origen. El Uno, la Ley de la Unidad, su símbolo es el 1. El signo “1” es la expresión gráfica o señalizada del concepto “uno” o “unidad”, de esta forma, “El número 1 es símbolo del Uno, pero también de la unidad en general, pues toda unidad es 1”40 y, siendo así, “…el número aritmético 1 simboliza la Unidad y, por eso, puede simbolizar todo cuanto es y del 41
modo que fuera uno.”
, una idea, una cosa, un ser, un conjunto, “yo”, “tú”, etc. Pero, además, en
consecuencia con el pensamiento pitagórico, tiene un enfoque doble o en diferentes ámbitos: el cualitativo (trascendente) y el cuantitativo (concreto). Por eso, “No se debe confundir la unidad trascendental con la unidad cuantitativa, pues la primera es de naturaleza metafísica, en 42
tanto la segunda es de naturaleza corpórea .”
Como categoría o ley filosófica, se considera al Uno como ley de la unidad, pues “La Ley de la Unidad es la ley de lo integral, pues que todas las cosas que son, del modo que fueren, constituyen una unidad. 43
Ser, de cualquier manera, es unidad, es ser uno”
.
Para los pitagóricos, se da un proceso de generación trascendente de los números iniciado con la unidad o uno supremo: “El Ser Supremo, Uno, como forma, es el Padre, genera el Uno como
40
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 41 Ídem. 42 Ferreira Dos Santos, Mario. “Tratado de Simbólica”, San Pablo, Brasil. Año 1956. 43 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000.
25 operación, a través de una procesión44 in intra, pues el Uno creador es el Hijo, generado por aquél. En las religiones, el Padre y el Hijo surgen como símbolos de la correlación más estrecha, pues el Hijo es hijo del padre y el Padre es padre del hijo, de modo que la afirmación de uno es la afirmación del otro.45”
Se afirma que los pitagóricos otorgaron numerosas designaciones al uno como entidad o ser trascendente. Wescott, citando a Photius46, menciona una larga lista: “1.- Dios, el primero entre todas las cosas, el Autor de todo. 2.- La Inteligencia, fuente de todas las ideas. 3.- Macho y hembra. - Juntos, lo producen todo; de lo impar sale lo impar y lo par. 4.- Materia, el último desarrollo de la universalidad. 5.- El Caos, que se parece a lo infinito. 6.- Confusión, 7.- Mezcla, 8.- Obscuridad; porque en el inefable principio de las cosas del cual es la imagen, todo es confuso, vago y está en la obscuridad. 9.- El Vacío. 10.- El Hades o infierno; por estar en la extremidad más baja es desigualmente parecido a Dios, que está en el extremo más alto de la serie. 11.- El Styx, por su inmutable naturaleza. 12.- Horror; perfectamente desconocido y sin embargo, terrible. 13.- La falta de mezcla, por la simplicidad de la naturaleza de lo inefable. 14.- Las corrientes del olvido; ignorancia. 15.- Una virgen, por su naturaleza pura. 16.- El Atlas, que une, soporta y separa todas las cosas. 17.- El Sol. 18.- Apolo. 19.- Pyralios, que mora en el fuego. 20.- Morpho. 21.- El Axis. 22.- Vesta o el fuego en el centro de la Tierra. 23.- La Razón Espermática. 24.- El punto dentro de un círculo. «La Deidad central de fuego».”
El dos, la díada, el binario, La Ley de la Oposición, su símbolo es el 2. Habiendo sólo uno, hay infinitud, pues todo lo que existe o es o pudiere existir potencialmente, está contenido en él. Solamente desde que aparece un segundo uno, o sea, formando dos, es que aparece lo numeroso, las cosas contables o enumerables. “Es como el dos que surgen las cosas finitas, y el dos, aquí, simboliza la Díada.
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“47
Procesión = Acción de proceder algo de otra cosa (Diccionario de la Real Academia Española). Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 46 Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. 47 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 45
26 Pero el dos se encuentra presente en todo cuanto es uno, en cuanto representa la contradicción interna de la cosa, ser o uno. “…todo cuanto es finito es producto de esa oposición… ”48 La oposición o contradicción es entre potencia o determinante o voluntad o querer infinito del Uno o Padre (el generador) y el acto o determinable o consecuencia del Hijo (lo generado). Entonces, hay un determinante (un padre) y un determinado (un hijo). “De la oposición entre el principio activo-pasivo del determinante y del pasivo-activo del determinable surge toda la heterogeneidad de los seres finitos.”
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Por tanto, todo ser o toda cosa puede ser concebida como uno y, al mismo tiempo, como dos, “…las cosas pueden ser visualizadas como… una totalidad, y pueden ser visualizadas como… oposiciones de los 50 contrarios, afirma el pitagorismo” Los pares de opuestos están presentes en las filosofías o cuerpos de ideas de numerosas culturas desde la más remota antigüedad, varias de las cuales usted está recordando o reconociendo mientras lee este texto. Así, “…la oposición fundamental, que se manifiesta en todos los seres, es el principio de todos los entes finitos. Es por esa razón que la oposición es la segunda categoría de los pitagóricos”
51
.
El tres, la tríada, el ternario, la Ley de la Relación, su símbolo es el 3. Lo numérico cualitativo es siempre esencial para los pitagóricos, pues así como uno y dos están en cada cosa, también lo está el tres. “Todo ser es uno en su unidad, dos en la polaridad de los 52 contrarios; tres… por el relacionamiento de los opuestos” . La expresión “tres” no es más que la denominación de un estado o situación que nace ante la presencia de dos. “De la referencia que se forma entre uno y otro,… de ese estar ante otro,… de ese referirse a otro,… surge la relación, que constituye la ley de todas las cosas, la ley de la serie.”
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La relación a la que se hace referencia no es unilateral, es una correlación pues automáticamente los involucra a ambos. “Pero esa relación no es como las relaciones accidentales que el ente después mantendrá con otros seres, a los cuales se refiere. Esa relación es principal, pues, sin ella, el ser no surge. Es por esa razón que la relación es la tercera categoría pitagórica. Y ningún ser puede ser, debidamente conocido si no fuera considerado del ángulo de la unidad, de las oposiciones intrínsecas y de las 54
relaciones entre las oposiciones, que le dan origen y ser”
48
.
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 49 Ídem. 50 Ídem 51 Ídem. 52 Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. San Pablo, Brasil. Año 1956. 53 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 54 Ídem.
27 El tres sería fuente de conocimiento: hay dos opuestos y un punto de referencia que permite distinguirlos, por ejemplo, futuro y pasado se oponen y su punto de referencia es el presente. Los pitagóricos reconocían diversos (tres) ternarios: ternario inferior, ternario superior, y ternario superior de la divinidad. “…el ternario inferior es dado, en cuanto a las cosas sensibles, por 1) las cosas sensibles en su corporeidad individual, 2) como estructuras geométricas; 3) como reductibles a 55
números matemáticos.” Por su parte, la triada superior es formada: “1) por el arithmós eidéticos (las formas o las ideas de Platón); 2) por las eidola (las estructuras de conocimiento formadas por las formas de 56
las cosas sensibles); 3) por los arithmoi arkai, (los números arquetípicos).
La triada no es para nada exclusiva de los pitagóricos, repase usted rápidamente las múltiples trinidades residentes en religiones, filosofías y cuerpos de pensamiento de culturas de todos los tiempos de los más diversos lugares del mundo: cuerpo, alma y espíritu, trinidades divinas, etc. El Cuatro, el cuaternario, la Ley de la Reciprocidad, su símbolo es el 4. Los estudiosos de los pitagóricos afirman que la amplitud de los conceptos sobre los números o la forma de abordar esos conceptos para alcanzar una mayor profundidad o, dicho de otra manera, ir desde lo más concreto, cuantitativo y mental hasta lo más sutil, cualitativo e intuitivo, se correspondía con una gradualidad en la enseñanza y una gradualidad de nivel dentro de la escuela o secta. En uno de los niveles menores, para inducir a los adeptos a la comprensión de los números, se les presentaba el uno como referido al punto, el dos como referido a la línea, el tres como referido a una superficie (un triángulo es la primera figura geométrica plana) y el cuatro como referido a un volumen (el tetraedro es la primera figura de tres dimensiones). En grados más avanzados, la visión del cuaternario se ampliaría hacia conceptos más abstrusos, por eso, se afirma que “Los pitagóricos consideraban cuatro los números sagrados, la tetractys, pues la divinidad puede también ser vista cuaternariamente… La tetractys es simbolizada por los cuatro primeros guarismos, 1 + 2 + 3 + 4 = 10, cuya suma 57
es la gran década, la unidad suprema.”
El jesuita Athanasius Kircher58 también hace su aporte para explicar lo que se considera la cuádruple unidad o raíz intelectual de la relación entre número y figura o entre numerología y geometría, afirmando: “Hemos creído conveniente exponer en este lugar la cuádruple unidad; la primera es la simplísima unidad monádica; la segunda es la decádica denaria, la tercera es la hecatontádica o centenaria y la cuarta la chilática o milenaria. La primera es la simplísima e indivisible unidad, 1; la segunda es la unidad denaria, que es conocida como la raíz de las siguientes, es el 10; la tercera se refiere a la unidad centenaria, que 55
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 56 Ídem. 57 Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. 1956. 58 Kircher, Athanasius (1601-1680). 1665. Arithmologia sive de abditis Numerorum mysteriis. “Aritmología, Historia Real y Esotérica de los Números”. Trad. del latín por Atilano Martínez Tome. Ed. Breogan Madrid. 1984.
28 es el cuadrado de la precedente unidad denaria, es 100; la cuarta es el 1000, que hace referencia a la unidad milenaria y es el cubo de la unidad denaria precedente. Estas cuatro mónadas explican maravillosamente el tránsito del punto a la línea, de la línea a la superficie y de la superficie al cuerpo; así se puede decir correctamente que la primera es la unidad central, la segunda la superficial, la tercera la cuadrada y la cuarta la sólida.” Cada una de las mónadas tiene una relación analógica con conceptos ontológicos: “En la unidad monádica se contempla la simplísima mente creadora de todo y la divina esencia; en la segunda unidad
Y, además, tienen formas de representación geométrica: “La primera unidad se representa en forma de punto, la segunda radica la inteligencia y en la tercera el alma; en la cúbica se representa el cuerpo.”
en forma de línea, la tercera en forma de superficie y la cuarta en forma de cuerpo o cubo… Las tres primeras unidades no son sensibles, ni discernibles más que a través de la mente, que es capaz de considerar separadamente el punto, la línea y la superficie; los sentidos solamente captan lo corpóreo.”59
Como se señaló, el concepto de volumen está a un paso del concepto de corporeidad, o sea el mundo que se capta a través de los sentidos, el mundo de la concreción, que no sólo se siente sino se puede comprender mediante el intelecto y concebirse como desplazándose en términos temporales. De allí que el pitagorismo entienda que “El cuaternario es el número del 60 tiempo y de las cosas temporales… el número del universo cósmico”. La explicación de esta afirmación se basa en que “De la oposición (dos) surge la relación (tres). La relación entre los opuestos da el surgimiento del ser serial y evolutivo, el ser cuaternario, el ser cósmico, que sucede en la temporalidad. Todo el ser corpóreo es triádicamente compuesto, porque es el producto de un relacionamiento. Mas tal relacionamiento no es 61
estático, sino dinámico, y el ser corpóreo sucede, por lo tanto, en el tiempo…” “El ser corpóreo es para los pitagóricos aquel que tiene un principio, un medio y un fin, y se desenvuelve, en sus procesiones activas y pasivas, 62
en el tiempo y en el espacio”
Ahora bien, la interacción entre los opuestos es aprovechada para expresarla como una relación objetiva, de donde surge la cuarta ley pitagórica, la ley de la reciprocidad. “… en las 63 relaciones que se forman entre los opuestos, hay una… reciprocidad interactiva.” Esta ley rige la evolución primaria de los entes finitos. “…ese interactuar de los opuestos no surge apenas cuando el ser principia, sino también en el decorrer del proceso de su duración, de su existir, pues, en cuanto el ente es, en él hay un polemós, una lucha constante entre los opuestos, los cuales se determinan mutuamente, de modo diverso, lo que genera la heterogeneidad del ser singular”
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.
Las variadas denominaciones que los pitagóricos dieron al número cuatro las obtenemos de Wescott, quien expresa que “Los Pitagóricos, según Nicómaco65, llamaban al número cuatro el mayor milagro, «un nuevo Dios», «una inmensa Divinidad», «la fuente de la Naturaleza»…. El 4 es el introductor y causa
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Kircher, Athanasius (1601-1680). 1665. Arithmologia sive de abditis Numerorum mysteriis. “Aritmología, Historia Real y Esotérica de los Números”. Trad. del latín por Atilano Martínez Tome. Ed. Breogan Madrid. 1984. 60 Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. 1956. 61 Ídem. 62 Ídem. 63 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 64 Ídem. 65 Nicómaco de Gerasa (circa 50-150 d. de C.), autor de “Introducción a la Aritmética”.
29 de la permanencia de la disciplina Matemática. Es «más masculino» y «fuerte», es Hércules y Eolo. Es Mercurio, Vulcano, y Baco. Urania entre las Musas… Lo llamaron Justicia, como primer número con paridad par.”
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Para cerrar el tema del cuaternario lo invitamos nuevamente a que repase rápidamente los múltiples cuaternarios residentes en religiones, filosofías y cuerpos de pensamiento de culturas de todos los tiempos de los más diversos lugares del mundo: 4 puntos cardinales, 4 elementos constitutivos de la materia, 4 estaciones del año, etc. El Cinco, el quinario, el pentagrama, la Ley de la Forma, su símbolo es el 5. El conocimiento humano directo alcanza hasta el cuaternario, hasta la concreción o volumen en desplazamiento. La penetración de orden intelectual, abstracta o especulativa exige un paso más allá del cuaternario, simbolizada en el pitagorismo por el cinco: “…el cinco es también 67 el símbolo de lo mental, cuando ve lo que los ojos y los sentidos no captan” . La idea del “quinto elemento” no es privativa de occidente y las doctrinas orientales también dan cuenta del concepto de “quintaesencia”, un elemento ordenador o integrador, inteligente, que aporta una estructuración consciente del cuaternario básico. Aunque no nos consta que los pitagóricos hayan expresamente formulado una “ley del quinario”, los estudiosos han realizado un esfuerzo por reconstruir su pensamiento, desarrollándolo en forma consecuente con sus postulados básicos. Por eso, parten afirmando que todos los seres, cosas, ideas, tienen una expresión o forma concreta. Esta forma no es una casualidad, sino que está derivada de la esencia de la cosa. “Todas las cosas son determinadas como tales por la forma que tienen. Esta, en conjunto con su materia, es constitutiva de la 68
naturaleza de la cosa.”
En el ente o cosa se expresa la “ley de la proporcionalidad intrínseca o ley de la Esta ley que determina una forma de expresarse que proviene de la esencia, que permite acceder a un conocimiento más profundo del ente, proviene de la existencia de un quinto elemento. “una cosa, para ser debidamente conocida, exige que sea quinariamente considerada 69
forma concreta”
según su ley de proporcionalidad intrínseca, por tanto de sus posibilidades, bien como su actuar son proporcionales a la forma concreta que ella tiene”
70
.
Un enfoque con un nivel menor de abstracción, lo conseguimos de Wescott. En él se obtiene una confirmación de cómo los pitagóricos consideraban al cinco fuente de conocimiento o luz intelectual: “De los Extractos Nicomáquicos derivamos nuestro conocimiento de la doctrina Pitagórica con respecto al número 5. Es un número eminentemente esférico y circular, pues en cada multiplicación se recupera a sí mismo y continúa al final del número que resulta. Es cambio de cualidad, pues cambia cuanto tiene tres dimensiones en la identidad de una esfera moviéndose circularmente y produciendo luz. De aquí que la palabra
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Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. San Pablo, Brasil. Año 1956. 68 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 69 Ídem. 70 Ídem. 67
30 «Luz» se refiere al número cinco. También es «Privación de Contienda», pues une entre sí las dos formas de 71
números: pares e impares. Ejemplo: 2 y 3 igual a 5.”
Sin embargo, lo anterior no es todo: “El Número 5 tenía un gran simbolismo para los pitagóricos, como conjunción de los principios masculino y femenino y por tanto símbolo del matrimonio (2+3=5); como menor número cuyo cuadrado es suma de cuadrados (5 2=32+4 2, representación aritmética del triángulo divino, en relación con el Teorema de Pitágoras). Además, cinco son los sólidos poliedros regulares (tetraedro, octaedro, cubo, dodecaedro e icosaedro), conocidos más tarde por el nombre de Cuerpos Platónicos al ser tomados por 72
Platón de los pitagóricos.”
La expresión pitagórica figurativa o geométrica del cinco era el pentalfa o pentagrama. “El número 5 corresponde al Pentagrama místico pitagórico, Pentalfa, o estrella de cinco puntas –obtenida al trazar las diagonales de un pentágono regular o prolongando sus lados –emblema de la salud y símbolo de identificación de los pitagóricos como miembros de una comunidad. El Pentagrama místico fue uno de los tópicos geométricos más importantes de la Escuela Pitagórica por sus bellísimas propiedades geométricas de las que nace su simbolismo místico. Esta figura geométrica pudo estar en la base del más importante hallazgo científico de los 73 74
pitagóricos, el descubrimiento de las magnitudes inconmensurables.”
En un capítulo más avanzado de este texto volveremos a reflexionar sobre el pentagrama. El Seis, el senario, el hexagrama, la Ley de la Armonía, su símbolo es el 6. Al referirse al seis desde el punto de vista pitagórico, Wescott expresa que “Nicómaco lo llamó «la forma de la forma», el único número adaptado al alma, la unión distintiva de las partes del Universo, el autor 75
del Alma; también lo llamó «Armonía» y «Venus» propiamente dicha.”
La representación geométrica del seis corresponde al hexagrama, una figura tipo estrella pero con seis puntas, nacida de la superposición de dos triángulos equiláteros. Sería la expresión gráfica de “la tríada inferior y la tríada superior. La armonía entre ambas es la presencia de los seis términos de las dos tríadas… También simboliza esa figura la perfección del conocimiento porque lo que “está abajo es igual a lo que está encima”
”.76
71
Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. González Urbaneja, Pedro Miguel. “Pitágoras, el filósofo del número” (Versión resumen en la WEB). Ideas extraídas de diversos autores antiguos. 73 Ídem. 74 Obsérvese que el Pentalfa tiene sus vértices identificados con las letras: u g e i a, las cuales conforman la palabra griega “Salud”. 75 Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. 76 Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. San Pablo, Brasil. Año 1956. 72
31 Para Ferreira dos Santos, siguiendo con su enfoque de “leyes pitagóricas”, la ley del seis o sexta ley es la Ley de la Armonía y lo explica de la siguiente manera: “Todo ser finito constituye una unidad formada por su totalidad, o arithmós plethos, número de su totalidad. Ésta tiene una cohesión, que coherencia sus partes, los elementos constitutivos, díadicamente opuestos. Como totalidad, hay una función principal, la que pertenece al todo, a la cual se subordinan las subsidiarias de los opuestos, que se analogan en la sustancia universal, que es el hipokeimenon del ser. Las funciones subsidiarias subordínanse a la principal, que es obediente al interés de la totalidad. Cuando el funcionar de todas las partes, con las respectivas subsidiarias, 77
subordínanse a la normal dada por la totalidad, tenemos entonces, la armonía del ser” . Y agrega: “La sexta Ley… no es el resultado de una simetría de los opuestos, sino la subordinación de las funciones subsidiarias de 78
los opuestos analogados a la normal dada por la función principal, que es del interés de la totalidad ”
.
Ahora bien, no se puede concebir un mundo o realidad estática, al contrario, sólo corresponde reconocer su movilidad constante, de tal manera que “… cuando una cosa rompe esa ley, tal rompimiento es apenas aparente, porque, propiamente rompe la armonía de un conjunto, para integrarse a la armonía de otro”
79
.
El Siete, el septenario, La Ley de la Evolución Cósmica, su símbolo es el 7. Respecto de la consideración pitagórica del Siete dice Wescott: “Según Nicómaco, se le llamó «Minerva» por ser solo y virginal, careciendo de madre (número par) y de padre (número impar). Pero formado 80
con la unidad, base de todas las cosas.”
“Con respecto a la vida y sus divisiones, ellos midieron las edades con el número 7, así: En los primeros 7 años salen los dientes. En los segundos 7 años se puede procrear. En los terceros 7 años crece la barba al hombre. En los cuatro 7 años la fuerza llega a su máximo. En los quintos 7 años se llega a la edad de casarse. En los sextos 7 años llega la mayor lucidez de inteligencia. En los séptimos 7 años madura la razón. En los octavos 7 años la perfección del juicio y la razón. En los novenos 7 años equidad y bondad. 81
En los décimos 7 años el fin deseado de la vida.”
Volviendo al enfoque numerológico de las “leyes pitagóricas”, aprovechemos de recapitular, usando un esquema que nos proporciona el propio Ferreira Dos Santos. “1……………………………………………………Substancia 2……………………………………….Pasivo Activo-Pasivo 77
Opositivo Pasivo-Activo
Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 78 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 79 Ídem. 80 Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. 81 Ídem.
32 3……………………………………………Relación de los opuestos 4………………………………………………Reciprocidad (evolución) 5…………………………………….La forma (vida, inteligencia, etc.) 6…………………….Ajuste y ordenación de las funciones de los opuestos (armonía) 7……………………………………..Salto cualitativo-formal; el nuevo modo de ser, 82
el séptimo día como símbolo”
Según el pitagorismo de Ferreira Dos Santos, la ley del siete es la Ley de la Evolución Cósmica y lo explica así: “…como entre las cosas finitas hay grados de ser, hay grados de armonía y la desarmonía se da cuando hay quiebre o deficiencia de la normal principal, por la acción contraria de las funciones subsidiarias. La armonía implica, así, la desarmonía entre los entes, pues estos no permanecen siempre dentro de la misma totalidad, sino que pasan a integrar otras. Hay, así, mutaciones sustanciales, mutaciones de la forma de las cosas, bien como de la materia de ellas, provocando saltos específicos, cualitativos.”
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Para dar un perfil aún más claro de la Ley de la Evolución Cósmica y del salto cualitativo que ello involucra, se recurre a los descubrimientos de los pitagóricos relativos al sonido musical. “Encontramos aún entre los pitagóricos lo que se llama la “ley del siete” o sea la “ley de las vibraciones”. Esta ley es también llamada por otros “ley de la octava”. En una progresión de uno a siete, hay, en el ocho posterior, un salto cualitativo de especificidad completamente diferente. Tenemos el ejemplo en la escala cromática: la octava escala, que corresponde a la repetición del do, que es el primero, nos ofrece un do con un número duplo de vibraciones, como se verifica en las notas musicales. La gama de los siete tonos es una ley cósmica que encontramos presente en la luz, en el calor, en las vibraciones químicas, en las vibraciones magnéticas, etc., como también en la gama luminosa y en el sistema periódico de los elementos en la química. Lo que es interesante, entretanto referir es la desigualdad de la frecuencia entre do y do (éste en la octava). Así, si do es uno, re es 9/8, mi es 5/4, fa es 4/3, sol es 3/2, la es 5/3, si es 18/8 y finalmente do es 2.”
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El lector podrá por su parte dar cuenta de los registros culturales sobre las evoluciones que rompen el ajuste de los opuestos en un determinado momento, para experimentar un salto cualitativo, recordando algunos símbolos: siete sacramentos, siete colores, siete notas musicales, siete días de la semana, siete planetas (a ojo desnudo) y muchos otros. El Ocho, el octonario, La Ley de la Evolución Superior, su símbolo es el 8. Bastante poco es lo que hemos podido encontrar sobre la concepción pitagórica del ocho, salvo en los escritos de Ferreira Dos Santos. De manera consecuente con lo planteado por él respecto de los primeros siete números, lo continúa haciendo con el octavo número. Para él, existe una octava ley: “La Ley de la Evolución Superior, que es el alcanzar de un nuevo equilibrio encima del anteriormente vivido. Esa ley es simbolizada, en las religiones, por la resurrección, porque es la salvación del ser 85
en el ciclo de la evolución y alcanzar un estadio superior,…”
No es mucho más lo que aporta el mismo
autor en sus otros trabajos. 82
Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. San Pablo, Brasil. Año 1956. Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 84 Ferreira Dos Santos, Mario. Tratado de Simbólica. San Pablo, Brasil. Año 1956. 85 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 83
33
El Nueve, el novenario, la Ley de la Integración Universal, su símbolo es el 9. Escaso es lo que se puede conseguir de buena fuente sobre la concepción pitagórica del nueve. Así, Ferreira Dos Santos afirma que “Todo está integrado en el Todo, pues no hay rupturas en el ser. Es la gran ley unitiva de todos los seres cósmicos, la Ley de la Integración Universal, simbolizada por el nueve.”
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El Diez, la década, la Ley de la Unidad Trascendental, su símbolo es el 10. En el caso del número diez, se encuentra algo más de información atribuible directamente a los pitagóricos, a diferencia de lo acontecido con los numerales ocho y nueve, caso en el cual mucho de lo que se afirma equivale a una reconstrucción creativa y original aunque un tanto limitada del pensamiento pitagórico, efectuada por al menos un pensador moderno. Según Wescott, “La Década, número Diez o Panteleia, que quiere decir «todo completo» y «completamente realizado», es la cúspide o cima de todos los números, … Los Pitagóricos se extasiaban con sus virtudes y lo llamaban Deidad, Eternidad y Sol.”87
Según González Urbaneja, para los pitagóricos “El Número 10 es el de mayor carga simbólica y el más sagrado de todos los números. Puesto que los cuatro primeros números contienen el secreto de la escala musical, su suma (1+2+3+4=10), el número diez, la década, puede «parecer que abarca», como dice Aristóteles, «la naturaleza toda del número», sería en sí «algo perfecto», y representa el número del universo, la suma de todas las posibles dimensiones geométricas.” Agrega que “Para Filolao la Década era «grande, todopoderosa y generadora de todo, comienzo y guía tanto de la vida divina como de la terrestre» y para Sexto Empírico «la razón de la composición de todas las cosas.» “88.
Continúa González Urbaneja su explicación:
“El número diez, cuya veneración, no es tributaria, paradójicamente, de la anatomía de la mano del hombre, es la quintaesencia del misticismo pitagórico. Los pitagóricos lo representaban mediante 10 puntos, piedrecillas o alfas dispuestos bajo la forma de un triángulo equilátero. A este anagrama, representación visual y geométrica del hecho de que 10=1+2+3+4, le llamaron la Tetractys de la Década. Tenía, para ellos tanta significación esotérica como el Pentagrama místico, y su importancia simbólica deriva de que por él juraban en sus ceremonias más solemnes, sobre todo en el rito iniciático de incorporación a
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Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000. 87 Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. 88 González Urbaneja, Pedro Miguel. “Pitágoras, el filósofo del número” (Versión resumen en la WEB). Ideas extraídas de diversos autores antiguos.
34 la comunidad: « ¡lo juro por Aquel que ha dado a nuestro alma la Tetractys, fuente y raíz de la Naturaleza eterna!» (Versos Dorados, 47) juramento referente al secreto sobre el contenido de la enseñanza pitagórica (Porfirio, Vida de Pitágoras, 20).”89
Wescott, refiriéndose a los puntos de la Tetractys, agrega: “el superior es la Unidad; la segunda línea es el Duplo; la tercera, el Triple; y la cuarta el Cuádruplo, refiriéndose todas ellas a las cuatro formas: 90
punto, línea, superficie y cuerpo”.
Para cerrar esta exposición, no podemos dejar de permitir que Ferreira Dos Santos complete su versión de las leyes pitagóricas, expresándose así de la décima ley: “…todas las cosas, integradas en el Todo, siguen en dirección al Bien que les es trascendente, la Unidad Trascendental del 91
Orden Cósmico, al Todo, que es la del Ser Supremo…”
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González Urbaneja, Pedro Miguel. “Pitágoras, el filósofo del número” (Versión resumen en la WEB). Ideas extraídas de diversos autores antiguos. 90 Wescott, William Winn. “Los Números, su oculto poder y místico significado”. 91 Ferreira Dos Santos, Mario. “Pitágoras e o Tema do Numero”. IBRASA, Institución Brasileña de Difusión Cultural Ltda., San Pablo, Brasil, Año 2000.
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3. NUMEROLOGÍA HERMÉTICA. 3.1 La figura de Hermes. Hermes es una entidad cuya definición carece de sentido hacerla en términos históricos y más vale considerarla en términos conceptuales o culturales. La figura de Hermes, de cuyo nombre deriva la fuente esotérica que vamos a tratar está presente en toda la historia cultural de Occidente92, bajo las formas más diversas: sea como una deidad greco-romana, egipcia, bíblica e incluso, coránica. En las más diversas culturas representa generalmente el papel de un mensajero o heraldo de la divinidad superior, versátil, astuto y sabio al mismo tiempo, creador o generador de cultura. Su sentido primordial sería inducir a atreverse a pensar y actuar con luz propia, estimulando el dominio de sí mismo y del intelecto, rompiendo las cadenas de la mecanicidad o del dominio ideológico. Las denominaciones han sido las más diversas para esta juguetona deidad o principio divino: Hermes, Thot, Mercurio, Enoch, Idris, etc. 3.2 Fuentes herméticas. La tradición más emblemática del Hermetismo es el Corpus Hermeticum, conjunto de libros o escritos atribuidos a Hermes Trismegisto. Alrededor de esta figura se ha tejido con el tiempo una leyenda, la cual se inició a comienzos de la Edad Media Europea, se fermentó durante el Renacimiento y se ha mantenido como un producto de divagación hasta la época contemporánea. Los especialistas afirman hoy que probablemente este Hermes es el nombre atribuido por la costumbre al producto intelectual de diversos autores de diferentes épocas, en otras palabras, habría una autoría colectiva. Por comodidad, supongamos que fue un sacerdote u hombre sabio egipcio, director o líder de alguna secta o escuela de pensamiento. Podría haberse llamado Glauco, Parnaso u Horus, pero la casualidad de denominarse Hermes –igual que la deidad griega- ha permitido que se hayan tejido y se sigan tejiendo las más disparatadas historias, sin fundamento objetivo alguno, haciendo que más de algún ocioso cavilador le atribuya rasgos divinos o la potestad de vivir eternamente atravesando a voluntad la variable del tiempo. ¿Sería quizás el primero en poseer la Piedra Filosofal fuente de toda medicina y de vida eterna?. Produce simpatía pensar en ello pero quizás no conduzca a ningún lado. Los textos del Corpus corresponden a un resultado o pensamiento que tiene su núcleo en Alejandría aunque su linaje sería anterior. Si bien habrían sido elaborados entre los siglos II y IV de esta era, se entiende que el enfoque racionalista griego estaría, a su vez, basado en una raíz mística egipcia. Aunque “Se desconoce la época exacta en la que por vez primera empezó a usarse con fines filosóficos el vasto complejo de motivos herméticos, pero el Asclepius y el Corpus Hermeticum, sin duda los más importantes Hermetica filosóficos que han llegado hasta nosotros, datan probablemente del periodo situado entre los años 100 y 300 d. C.” 93
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González, Federico. Hermetismo y Masonería. Yates, Frances A. Giordano Bruno y la Tradición Hermética. 1983. Editorial Ariel S. A. Barcelona. 529 p Edición inglesa original de 1964. 93
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La influencia del Corpus se extendió por miles de años, abarcando a los autores romanos, todo el Mediterráneo y alcanzando la Edad Media y el Renacimiento. Los libros que forman el Corpus son el Poimandres, el Asclepios y los Extractos o Fragmentos de Estobeo y tendrían unidad ideológica y conceptual entre sí, aunque para nada monolítica, de allí que se afirme que “en modo alguno puede desprenderse de ellos ningún sistema de ideas coherente y, por otra parte, 94 tampoco habían sido previamente concebidos para constituir un sistema filosófico racionalmente elaborado” . Entonces, ¿cuál es el sustento o material adherente que les confiere la unidad que han apreciado los seguidores?. Ellos “contienen las anotaciones de almas individuales, ansiosas de alcanzar la intuición de lo divino, de conseguir salvación personal y la gnosis sin la ayuda de un Dios o Salvador personalizado, acerca de la revelación por medio de un camino de apertura religiosa frente a todo el universo. Este enfoque religioso y su carácter de documentos concernientes a tal experiencia son los que conceden a los Hermetica una unidad de la que se hallan totalmente faltos por sí mismos y que haría posible considerarlos como 95
un sistema global de pensamiento ”. El lector atento deberá considerar que “tales escritos no fueron hechos en tiempos remotísimos por un sacerdote egipcio de gran sabiduría, como fue creencia generalizada durante todo el Renacimiento, sino por varios autores desconocidos, probablemente griegos todos ellos, y que contienen elementos de la filosofía popular griega, una mezcla de platonismo y estoicismo, combinada con algunas 96
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el Corpus hizo una entrada bastante tardía en Europa y el hermetismo de Alejandría no tiene ninguna línea de continuidad o tradición -transmitida de maestro a discípulo- con el hermetismo que se expresó en el Renacimiento. Estos textos fueron obtenidos por los renacentistas italianos de la familia Médicis, en particular Marsilio Ficino, quien los tradujo del griego al latín y de allí llegaron hasta nosotros. Lo mismo aconteció con Picatrix, otra obra hermética –más pintada de magia y mística religiosa que el Corpus- que fue traducida en tiempos de Alfonso X de Castilla El Sabio97, del árabe al castellano. Es necesario reconocer, además, que la existencia del Corpus casi es una casualidad. Al tenor de autores antiguos, se atribuyen a Hermes Trismegisto –o a su escuela- decenas e incluso miles de obras. Como los textos del saber antiguo producidos o concentrados en Alejandría fueron destruidos primero por los conquistadores romanos, luego por los fanáticos cristianos en época de Constantino y finalmente por los implacables invasores árabes, que hayan sido estos restos los cuales hemos heredado, y no otros, de los muchos libros del Trismegisto, habría de constatarse como admirable que se haya podido construir tanta divagación, tanta teoría, tantos grupos filosóficos y hermandades, desde el Renacimiento hasta el siglo actual, solamente a partir de las pocas líneas –pero notables- que tenemos a disposición de aquellas elaboradas hipotéticamente por el sacerdote Hermes Trismegisto. influencias hebraicas y, probablemente, pérsicas.”
Además del Corpus, se puede mencionar a un texto breve y menos antiguo pero que ha tenido una influencia hasta hoy. Nos referimos a la Tabla de Esmeralda, también atribuida a
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Yates, Frances A. Giordano Bruno y la Tradición Hermética. 1983. Editorial Ariel S. A. Barcelona. 529 p Edición inglesa original de 1964. 95 Ídem. 96 Ídem. 97 Noé Garza, Héctor. 2002. “El Ocaso de la Esfinge: Hacia una nueva interpretación de Primero Sueño”. Tesis de Grado para el Doctorado en Filosofía de la Universidad de Texas.
37 Hermes Trismegisto, cuya más antigua referencia conocida parece encontrarse en escritos árabes del siglo VIII de n.e. 3.3 Los conceptos esenciales del hermetismo98. El hermetismo está conceptuado como un conjunto de doctrinas tales como el hermetismo propiamente tal, diversas gnosis, religiones mistéricas, neoplatonismo, etc. Lo que extraña más a los estudiosos es que ese conjunto de doctrinas diversas, al ser tomado en su conjunto puede ser considerado como coherente, aunque esté velado a los profanos por alegorías y símbolos, transmitido en parte por tradición oral y en parte por iniciación, aunque no hay que olvidar jamás que ha sido vehiculado en forma importante por el elemento libro. Es de hacer notar que el hermetismo renacentista presenta rasgos que le distinguen bastante de aquellas ideas de las cuales se siente como heredero legítimo –es decir el Corpus- y a su haber tuvo el aporte de diversas disciplinas y corrientes de pensamiento. Puesto que “durante el renacimiento el hermetismo se vio influido por otras corrientes de pensamiento, tanto filosóficas como religiosas,… sus grandes fundadores creían firmemente en la astrología, la cábala, la filosofía pitagórica—y su disciplina derivada, la numerología—y, especialmente, en la magia. Durante el renacimiento se tenía la creencia de que en el pasado, algunos grandes místicos habían alcanzado niveles espectaculares de dominio en el terreno de la magia”99
Dios y el Mundo.- Se considera la inmanencia de la Divinidad en el Mundo y su trascendencia respecto del universo. Dios no es independiente del mundo y tiende a abismarse o sumergirse en él. Todo ser en el mundo es una parte de Dios. La historia del mundo es la historia de Dios. Sin el mundo, Dios se reduciría a una simple posibilidad indiferenciada. Dios se expresa por su intermedio. No es definible por lo que es sino por lo que no es. Unidad cósmica.- Se considera la unidad de la materia. Zósimo, autor antiguo, escribe: “Uno es el Todo, por él el Todo, para él el Todo, y en él el Todo”. Por su parte, Poisson señala que “En la base de la teoría hermética, se encuentra una gran ley: la Unidad de la Materia. La Materia es una, pero ella puede tomar diversas formas y bajo formas nuevas combinarse ella misma y producir nuevos cuerpos en 100
número indefinido. Esta materia primera era entonces llamada simiente, caos, substancia universal”.
Dualismo.- Todas las oposiciones, todas las simpatías y antipatías provienen de la oposición o dialéctica de dos principios complementarios: uno activo y masculino; otro pasivo y femenino. La doctrina del Corpus admite que el mundo está penetrado por la divinidad y, por tanto, es bueno y bello, y contemplar la obra divina es acercarse a su creador. Por otro lado, 98
Se seguirá la reseña formulada por Serge Hutin. Noé Garza, Héctor. 2002. “El Ocaso de la Esfinge: Hacia una nueva interpretación de Primero Sueño”. Tesis de Grado para el Doctorado en Filosofía de la Universidad de Texas. 100 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 99
38 el mundo creado aparece como malo, no siendo la obra del Primer Dios, sino del Demiurgo, su hijo, la segunda Persona de la Divinidad, un dios terrible como la creación, sujeta a destrucción, enfermedad y muerte. Aunque la lógica de una mente contemporánea encontraría en esto una contradicción, para el hermetismo es absolutamente coherente a partir de este principio de dualismo, en el sentido que todos los pueblos de la tierra han aceptado la doble naturaleza del ser humano. Esto es, una parte sutil asociada al espíritu y otra densa vinculada a la materia. Además, al reconocer esta imagen tanto en el macrocosmos como en el microcosmos, es coherente con el reflejo del microcosmos humano en el macrocosmos universal. Tres mundos.- Se consideran tres mundos: el mundo arquetípico, el macrocosmos y el microcosmos. Dicho de otra forma: Dios, la naturaleza y el hombre. El mundo arquetípico o divino es la esencia de toda manifestación que envuelve todos los mundos y su centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna. Todo se construirá según ese plan divino: tres Principios materiales (Azufre, Sal, Mercurio), tres principios forman el ser humano (cuerpo, espíritu, alma). El hombre es el microcosmos, porque ofrece en síntesis todas las partes del universo. El hombre, por otra parte, es un reflejo del macrocosmos, formado de acuerdo con las mismas leyes. Al respecto cabe recordar a la Tabla de Esmeralda: “Como es arriba, es abajo”. Cosmogonía.- 1º Esta cosmogonía es al mismo tiempo una teogonía. Dios es el principio del ser y de lo posible. Todas las cosas han provenido y provienen de Uno, naciendo de la cosa única por adaptación. 2º El proceso de creación se opera por la separación y luego la unión de dos principios: Fuego (energía) y Materia. De la materia prima o caos indiferenciado surgirá la diversidad; la materia prima se dividirá en elementos; los cuerpos se formarán a partir de esos elementos. 3º La creación realiza el pasaje de la potencia al acto. 4º El Cosmos o universo ordenado es producido a partir del Caos cuya naturaleza es similar en sustancia. La Iniciación, el Conocimiento y el Trabajo Interno.- El Conocimiento no constituye una acumulación de datos o información, sino que corresponde a una Realización Espiritual lejos tanto de la religión como de la magia. Estas son simples formas de fe enemigas de un proceso iniciático. El hombre de Conocimiento sería un teúrgo, un mago por influencia divina pero que no calza con un monje. Entre el Nous (Intelecto Divino) y el ser humano no hay intermediarios. La única mediación es la de la inteligencia que ilumina la relación establecida entre el hombre y la divinidad. La tradición hermética no constituye una religión, con autoridades por un lado y los creyentes por otro. La Iniciación es un camino individual en búsqueda de Conocimiento y Sabiduría. Por estas razones, el Hermetismo tiene más puntos en común con el Taoísmo oriental que con las religiones occidentales. En síntesis, el hermetismo reconoce la figura del Maestro Interno, un instrumento psicológico que sería proporcionado por Dios mismo para que el recipiendario inicie la construcción del Anthropos, concepto sobre el que volveremos más adelante. Así, los libros herméticos nunca han sido una biblia para repetir y adorar sino una fuente de inspiración (espíritu de Hermes).
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3.4 Los números como símbolos herméticos. Enfrentados al tema del papel del número en la filosofía hermética, nuevamente haremos una distinción entre hermetismo alejandrino o egipcio y el hermetismo renacentista, aunque les duela a los “tradicionalistas” que no conciben una separación entre uno y otro. Aunque el símbolo número tiene un papel místico en ambos, se constata que en el hermetismo renacentista la numerología se hizo presente a través de la Cábala (tradición de raíz hebraica afianzada en la España castellana del medioevo) de la mano del pensador florentino Pico de la Mirándola, es decir, a fines de la Edad Media. “La unión entre hermetismo y cabalística, de la cual Pico fue el fundador e instigador, estaba destinada a alcanzar resultados importantes, y la subsiguiente tradición hermético-cabalística tuvo consecuencias de vastísimo alcance. Dicha tradición pudo haber tenido un carácter puramente místico, en la medida en que se cuidaba de desarrollar las meditaciones herméticas y cabalísticas sobre la creación y sobre el hombre por medio de complicadísimos laberintos de 101
especulaciones religiosas, ricas en aspectos armónicos y numéricos absorbidos de la tradición pitagórica.”
En estas líneas nos atendremos solamente a la presencia del número en el hermetismo clásico o alejandrino, sin adentrarnos en las complejidades filosóficas y místicas de la Cábala. El número uno: representa la unidad primordial u origen de todo lo existente, así pues, “Dado que el Creador hizo el mundo todo, no con las manos sino por palabra, así pues piénsalo presente y siempre existente, hacedor de todas las cosas, Uno Único, como habiendo por propia voluntad creado los seres.”102 La Unidad pareciera ser una entidad increada pero a su vez creadora. “Por consiguiente, la Unidad, que es principio y raíz de todas las cosas, está en todas las cosas como raíz y principio. Nada existe sin principio, 103
El Uno es una potencia numérica que viene a ser algo así como el eje o viga maestra de todo lo manifestado a partir de sí mismo, que recuerda la visión pitagórica de una realidad estructurada en base a los números. “Siendo la Unidad un principio, abarca a todos los números y no es y el principio no proviene de nadie sino de sí mismo, porque en efecto es principio de todo lo que existe.”
abarcada por ninguno, y engendra a todos los números y no es engendrada por ninguno de ellos.”104
El Todo es entonces conceptualmente el Uno o único y equivale a lo que se acostumbra a denominar El Cosmos, en su aspecto indiferenciado. Equivale también al concepto de Dios. Por eso la Inteligencia dice a Hermes “Nunca pienses que algo pueda asemejarse a Dios, ni las cosas de arriba ni las de abajo, porque te alejarás de la verdad, porque nada es igual al Distinto, Único y Uno.” Y agrega “Por tanto es evidente que hay alguien creador de todo esto y manifiesto también que es Uno. Porque una es el Alma, una la Vida y una la Materia.”105
101
Yates, Frances A. Giordano Bruno y la Tradición Hermética. 1983. Editorial Ariel S. A. Barcelona. 529 p Edición inglesa original de 1964. 102 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. De Hermes a Tat: el mar, la unidad. 103 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. De Hermes a Tat: el mar, la unidad. 104 Ídem. 105 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XI. La Inteligencia a Hermes.
40 Hermes considera absurdo la posibilidad de un panteón divino pletórico de ídolos. “¿Quién es pues el creador? ¿Quién otro sino Dios Uno? ¿A quién otro convendría crear los seres vivos animados sino al Dios único? Por consiguiente, Uno es Dios. Es ridiculísimo que si has reconocido que el mundo existe desde siempre uno, y que el Sol es uno y la Luna una y la naturaleza divina una ¿ahora quieres que Dios sean muchos?”106.
El dos: es el número que expresa la primera manifestación diferenciada. Representa la otredad, el no-yo, aquello que es opuesto o dualidad. “Lo que viene al ser, sin el Creador, no viene al ser ni continúa siendo. Separados uno del otro, ambos pierden la naturaleza propia, privados de lo otro. Si se acepta pues que estos dos son todo el ser, lo que viene a la existencia y el Hacedor, ambos son Uno por la unidad, el uno primero, el otro después, precediendo el Dios Creador y a continuación la Criatura, cualquiera que ella
Este binario es también el concepto de género, de masculinidad y feminidad, positivo y negativo, o sea, la dualidad dialéctica. Si Dios es el Uno, el Dos sería la naturaleza, la creación, la generación. Esto lo enseña Hermes a Asclepios con las siguientes palabras: “- ¿Dices que Dios tiene ambos sexos, oh Trismegisto? sea.”107
- No solamente Dios, Asclepios, sino todos los seres animados e inanimados. Es imposible que ningún ente sea infecundo. Porque si se quitara la fecundidad de todos los seres que existen, sería imposible que siempre fueran lo mismo que son.”108
El tres: es el número que representa la síntesis o solución de la oposición entre dos factores que se auto afirman por la negación mutua. El hijo o hija es la síntesis de la relación generativa entre los dos padres de sexos diferentes. La trilogía o los tres estados o las tres etapas son frecuentes en la tradición Universal o Iniciática. Si Dios es el Uno, la Naturaleza o Universo es el Dos, el Hombre sería el Tres. Cabe la salvedad que para la Tradición Hermética sería también el Demiurgo o manifestación intermediaria. El cuatro: es el número ligado a lo espacial, al movimiento. Manifiesta lo que cae bajo los sentidos, la corporeidad. Dice Hermes “Ahora bien, cuatro son los elementos de los que está formado el Mundo, a saber, fuego, agua, tierra, aire. Pero Uno es el Mundo, Una el Alma, Uno Dios.” 109 En otras palabras, está haciendo referencia a lo sensible al ser humano, agregando “la Naturaleza conforma la materia en lo particular por medio de los cuatro elementos”.110
El siete: es el número que integra al Microcosmos o dimensión humana en su contemplación del Macrocosmos representado por el universo de astros observado a ojo desnudo. El discurso de Hermes señala que “El Cielo se dejó ver en siete círculos, y se mostraron los dioses en forma de astros con todas sus constelaciones”.111 Es decir, se hace referencia a los siete planetas reconocidos en el mundo antiguo, identificado cada uno con una divinidad o potencia particular: Sol, Luna, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Mercurio.
106
Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XI. La Inteligencia a Hermes. Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XIV Carta de Hermes Trismegisto a Asclepios. 108 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Libro sagrado de Hermes Trismegisto dirigido a Asclepios. 109 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Libro sagrado de Hermes Trismegisto dirigido a Asclepios. 110 Ídem. 111 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Discurso Sagrado de Hermes. 107
41 El ocho: El ocho está relacionado con las esferas o cuerpos celestes conocidos entonces, a saber, la esfera de las estrellas fijas y siete esferas errantes (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Tierra y Luna). La octava esfera, desde el punto de vista de la ascensión del alma o de la comunión con el Nous o Spiritus Mundus, es un plano astral en el cual se han superado los apegos a las formas, a lo concreto y a las debilidades y apetencias humanas. El diez o década: es un símbolo de cierre de circuito o de vuelta al origen. Dice la Inteligencia a Hermes: “Porque la Década, hijito mío, engendra el alma: pues Vida y Luz son uno, allí nace el número de la Unidad, del Espíritu. Por consiguiente y según la razón, la Unidad contiene a la Década, y la Década a la Unidad.”112
Este razonamiento aparentemente ilógico formalmente proviene de la práctica de trabajar los números mediante ejercicios filosófico-numerológicos, tal como los realizaban los pitagóricos. La década contiene a la unidad por adición sucesiva de unidades y, a su vez, la unidad es la década por reducción, pues 10 es igual a 1 + 0, o sea, uno. El doce: en el pensamiento hermético se liga al esquema o modelo astrológico del universo, a un cosmos dividido en doce partes correspondientes a cada uno de los signos del zodíaco. La potencia universal (Dios) “tomó el Zodiaco y ordenó el mundo en conformidad con los movimientos vitales, y situó los signos animales después de aquellos de forma humana. Y después de haber dado aliento a las fuerzas 113
creativas y generativas para todos los seres que quedaban aún por venir, Él se retiró…”
.
Sin embargo, el doce se relaciona, a su vez, con el treinta y seis, pues cada casa o constelación zodiacal se puede dividir en tres decanatos. La intervención divina –la luzconcede a todos la vida, “La Luz es el OUSIARCA del Sol: el bien de la Luz se derrama en nosotros por intermedio de la corona del Sol. Los XXXVI, los "treinta y seis", que se llaman el Horóscopo, son los astros que determinan las partes siempre fijas del zodíaco, tienen como OUSIARCA o príncipe al que llaman PANTOMORFOS u omniforme, el que consolida las diversas formas sensibles de las diversas especies.” 114
Cabe dejar consignado que el número doce cumple además una función ética, pues determina los enemigos u opuestos internos del espíritu humano. Tat se dirige a su padre o maestro Trismegisto: “¿Es que tengo un verdugo en mí mismo?, ¡oh, padre!. - Y no pocos, hijito, sino temibles y muchos. - Dímelo, padre. - El primer castigo, hijito, es la ignorancia, el segundo la tristeza, el tercero la intemperancia, el cuarto el deseo, el quinto la injusticia, el sexto la ambición, el séptimo el engaño, el octavo la envidia, el noveno la traición, el décimo la cólera, el undécimo la precipitación, el duodécimo la maldad. Son doce en número…”115
Sin embargo, así como una potencia numérica pudiese representar lo adverso, también otra pudiera neutralizarla, por lo que el doce sería controlado por el diez. Así, Hermes vuelve a orientar a Tat: “hablando con corrección, es bien posible que doce abandonen, que los diez poderes, es decir 112
Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XI. La Inteligencia a Hermes. Hermes Trismegisto. Koré Kosmou (La Virgen Cósmica). 114 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum Libro sagrado de Hermes Trismegisto dirigido a Asclepios. 115 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XIII - Trismegisto a su hijo Tat. Discurso secreto en la montaña. Del renacer y de la regla del silencio. 113
42 la Década, las expulsen. Porque la Década, hijito mío, engendra el alma: pues Vida y Luz son uno, allí nace el número de la Unidad, del Espíritu. Por consiguiente y según la razón, la Unidad contiene a la Década, y la Década a la Unidad.”116
No se interprete una intención nuestra de atribuir al hermetismo un uso operativo o pragmático de los números, por ejemplo, una funcionalidad oracular, una pretensión adivinatoria. Lo que sí se puede destacar a cada paso en los textos clásicos atribuidos a Hermes Trismegisto es la presencia del número como símbolo de algún concepto o categoría esencial de su filosofía. 3.5 Haciendo operativo el hermetismo. La búsqueda y selección de algunos símbolos numéricos realizada anteriormente en ningún caso puede agotar el enorme potencial arquetípico de las fuentes herméticas. Lo realizado es tan sólo una aproximación, un ejercicio mental para distinguir una parte de la estructuración de contenidos de la visión hermética del mundo y su relación con la entidad humana. El estudioso de estos temas no puede perder de vista que en el Corpus se encuentra frente a una obra literaria singular. No convendría que se conformara con comentarios intermediados por otra persona. Al contrario, podría entregarse a la tarea de leer aunque sea algunos párrafos directamente de la fuente. Tendrá la oportunidad de constatar que el texto tiene mucha relación con el arte poético. A veces se presenta como un himno, otras, adquiere un estilo épico, en ocasiones toma un tono lírico, en otras un discurso religioso y/o filosófico. De esta forma, si se usa solamente el intelecto para sintonizar con sus contenidos se distará de haber aprehendido su verdadera dimensión. Más aún, usando solamente la lógica intelectual podría concluirse que los textos son contradictorios, divagaciones inútiles por lo indemostrables o inaceptables a la limitada visión moderna, tan influida por la pretensión cientificista. El lector debería leerlos abriéndose al espíritu del dios Hermes, aceptando que hay un espacio lúdico en el cual podemos representar diferentes papeles, tal como los aceptamos en el teatro del mundo sin darnos cuenta. El hombre y la mujer comunes nunca presentan la misma cara ni la misma actitud de su personalidad frente al entorno, muy por el contrario, la dulce sonrisa de conquista se puede cambiar en un rictus de maldad cuando no se nos da en el gusto, el adulador se transfigura en agresor. Por eso, ¿será muy difícil intentar sentirse como el discípulo Tat frente al maestro Trismegisto?, ¿será factible leer mentalmente o en voz alta el mensaje del sacerdote egipcio aceptando sin cuestionamientos como verdad su contenido?. Al participar en este juego, permitiéndose sentir el mensaje, el lector comprobará que diversos arquetipos van despertándose, que las imágenes comienzan a poblar su mundo virtual, que despega de la pedestre realidad y que la dimensión cósmica se abre ante él, ya no como una partícula aislada de la totalidad, sino como parte integrada de un poder que trasciende todo 116
Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XIII - Trismegisto a su hijo Tat. Discurso secreto en la montaña. Del renacer y de la regla del silencio.
43 lo individual. En consecuencia, no intente leer con los ojos, ni con la mente, ni con la lógica. Intente leer con el alma, para así ser considerado “aquél que ha atravesado el aire, ha penetrado a través de los cielos, ha caminado por entre las estrellas, ha traspasado los márgenes del mundo y ha hecho desvanecer las fantásticas murallas representadas por la primera, la octava, nona, décima y demás esferas que hubieran podido imaginarse…”
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Existe una alternativa a la inspiración o ensoñación inducida por la retórica de la lectura o “estado de trance gnóstico”118. Nos referimos a un segundo método destinado a lograr un estado espiritual para trascender. La propia obra hermética, tan repetida, tan manoseada y tan motivo de discusión e inspiración durante tantos siglos, entregaría las pistas necesarias que ninguno de sus seguidores ni tampoco de sus detractores ha sabido descubrir. Y no se ha sabido desvelar a causa de la amplificación de la mente o uso desmedido y hasta monopólico del intelecto en la cultura occidental, en detrimento del universo de la no-mente. El capítulo inicial del Corpus, el Poimandres, relata el encuentro de Trismegisto con “la Mente del Poder Supremo”, dicho de otra forma, la conexión del Nous individual con el Nous universal o Spiritus mundus. ¿Y tú quién eres?, pregunta Trismegisto, a lo cual se le responde: “Soy… 119 la Mente del Poder Supremo… sé lo que buscas y en todas partes estoy contigo ”. Después de manifestarse como Luz o energía que cubre un panorama infinito, Poimandres o Nous universal le enseña que “tu mente… es dios padre, ya que no están mutuamente separados, pues su unidad 120 es la Vida ”. Es decir, la esencia o naturaleza íntima de lo divino es la misma que la esencia o naturaleza de lo humano individual y, por tanto, pueden conectarse o comunicarse o identificarse una con la otra. Enseguida, Poimandres le explica el proceso de la Génesis o Creación a partir del Uno o mente divina, así como le aclara que quien alcanza el bien supremo o inmortalidad es quien se reconoce a sí mismo o quien identifica su esencia y, al contrario, quien se entrega a la muerte es quien se olvida a sí mismo aficionándose a lo corporal y los apetitos sensuales. Luego, Trismegisto solicita que se le enseñe cómo regresar a su origen o “regresar hacia arriba”. La secuencia o método es presentada en forma por demás didáctica: “Primero, me dijo Poimandres, al descomponerse el cuerpo material lo entregas a la transformación, y tu figura humana deja de manifestarse. Entregas al genio tu personalidad ya inactiva, y los sentidos corporales remontan a sus fuentes en cuyas partes se transforman y de nuevo vuelven a confundirse con las energías. La agresividad y el deseo van a la 121
naturaleza irracional.”
“25 Y así, de ahora en más, el hombre comienza a subir por la estructura: en la primera esfera deja la energía de aumentar y decrecer; en la segunda la industriosidad para el mal, dolo ya inactivo; en la tercera, el deseo, fraude ya inactivo; en la cuarta la ostentación del mando, ya sin ambición; en la quinta la osadía profana y la
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Bruno, Giordano. La cena de le ceneri (1584). Yates, Frances. 1983. Giordano Bruno y la Tradición Hermética. 529 p. Ariel Filosofía. Barcelona. Ed. Original en inglés de 1964. 119 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Poimandres. 120 Ídem. 121 Ídem. 118
44 presuntuosa temeridad; en la sexta las ansias perversas de la riqueza, ya sin actividad; y en la séptima esfera la tramposa mentira.”
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“26 Entonces, desnudo de las obras de la estructura, entra en la naturaleza ogdoádica123, dueño de su propia fuerza, y canta himnos con los seres al Padre. Entonces todos los que presencian su llegada se regocijan con él, y, ya igual a sus compañeros, alcanza a oír a las potencias superiores a la naturaleza ogdoádica que con voz dulce y peregrina cantan himnos al Dios. Entonces, en buen orden, suben hacia el Padre y, entregados a las potencias y ellos mismos hechos potencias, se transforman en dios. Porque tal es el buen fin de los que poseen el conocimiento: divinizarse.”
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Aunque en una primera lectura esto podría interpretarse como las etapas siguientes a la muerte física o desencarnación, no sería difícil identificar a qué otra cosa corresponden esos consejos. Se trataría de silenciar el intelecto, relajar o anular el cuerpo, desprenderse de lo emocional, en suma, disolver la personalidad colocándose en un estado de “no-mente” o “no-materia”, lo cual se consigue en la existencia individual con el logro de la conciencia holística mediante la meditación o el consumo de sustancias alucinógenas y cuyo objetivo final o “buen fin” -como se expresa Poimandres- es la iluminación o “divinizarse”. Esta mera sospecha que hemos insinuado de un saber relativo a conocerse o auto conectarse con lo universal pasa a tener una confirmación al enterarse de los contenidos del Tratado XI del Corpus. La Inteligencia Universal le enseña a Trismegisto la capacidad de ordenar sobre su alma: “Manda a tu alma que se traslade a la India y antes que termines de hacerlo ya estará allí. Mándale enseguida que se traslade al Océano y en seguida, veloz, ya estará allí, y no porque haya pasado de un 125
lugar a otro, sino como hallándose ya allí. ” Y agrega: “Dile que se alce hasta el Cielo y no necesitará de alas. Nada la puede detener, ni el fuego del Sol, ni el éter, ni las revoluciones del Cielo, ni los cuerpos de los demás 126
astros, sino que atravesando todas las cosas subirá volando hasta el último de los cuerpos del Cielo.
” Y este
poder de ser y estar en todo no se detiene ante ningún límite, pues “si quisieras, serías capaz aún de rasgar el orbe del mundo y contemplar lo que hay allí afuera - si es que hay un "afuera" del mundo -, tú lo 127
puedes.
” Aún más, no sólo se puede tener la propiedad de estar en todo o en cualquier lugar, sino que se puede hacer un recorrido biográfico e, incluso, perinatal: “Siente y encierra en ti mismo las sensaciones de todo lo creado, del fuego, del agua, de lo seco y de lo húmedo, piensa que estás en todas partes, en la tierra, en el mar, en el cielo, que todavía no has nacido, que estás en el vientre, que eres 128
joven, que eres viejo, que estás muerto, que estás más allá de la muerte.
” Cuando se puede entender todo esto, es cuando se logra comprender en qué consiste la divinidad: “Si comprendes todo esto 129 con la inteligencia al mismo tiempo, tiempos, lugares, cosas, cualidades, cantidades, podrás entender a Dios. ” Por el contrario, si no hay un esfuerzo y un logro de separarse de lo corporal, de lo
122
Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Poimandres. Se refiere a la naturaleza de la octava esfera, por tanto superior a las esferas o niveles de lo humano individual. 124 Ídem. 125 Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XI La Inteligencia a Hermes. 126 Ídem. 127 Ídem. 128 Ídem. 129 Ídem. 123
45 concreto, de lo sensorial, no habrá posibilidad de tener conciencia real de sí: “21 Pero si encierras el alma en el cuerpo, si te abates y dices: "No entiendo nada, no puedo nada, me asusta el mar, no 130
puedo subir hasta el cielo, no sé lo que he sido, no sé lo que seré" ¿qué puede haber entre ti y Dios?
130
Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XI La Inteligencia a Hermes.
”.
46
4. NUMEROLOGÍA ALQUÍMICA. 4.1 En busca de la alquimia. En un texto moderno sobre la historia de la Alquimia se presenta el siguiente comentario: “La Alquimia ha ocupado a muchos locos, ha arruinado a una multitud de codiciosos e insensatos y embaucado a 131
. Esto, a cuento de que el concepto corriente de Alquimia es la fabricación del oro, a través de la trasmutación de los metales. Por otra parte, intentar utilizar la etimología podría llevarnos a un pantano sobre el cual pueden caminar solamente los especialistas. Entre diversas raíces lingüísticas, se habla de Chema, chemeía (Zósimo, siglo VIII); de khumeías, khimeías, khemeías, (Olimpiodoro); kheme, chemi (del copto, Plutarco); al-kimiya, alkimia, alquimia, alchimia, alchemia (en el paso del griego al árabe), etc., etc. otra multitud aún más grande de crédulos”
Pueden señalarse en forma anecdótica diversos mitos o leyendas, como la existencia de un tal Alquimo o Alchimo, a quien se atribuyó en textos de la Edad Media la invención de este arte. Además, la elaboración de acrósticos, como, por ejemplo, en un grabado del siglo XVII: Ars Laboriosa Convertens Humiditate Ignea Metalla In (símbolo del Argento Vivo o Mercurio) y cuya traducción sería: Arte laborioso que convierte por la humedad ígnea los metales en Mercurio. Esta frase podría no ser un mero juego de palabras, como se verá más adelante. Hay que destacar que los alquimistas se atribuían a sí mismos el título de filósofos y la verdad es que lo eran, en el sentido de que el fundamento o estructuración global de sus teorías o de su pensamiento constituía una reflexión expresada en la Filosofía o doctrinas Herméticas. Pero la Alquimia siempre tuvo un sentido práctico y, considerando este aspecto, puede ser tenida como la aplicación u operación de la filosofía hermética. Ante la pregunta ¿Qué es la Alquimia?, los manuales modernos señalan que se refiere a diferentes dominios, tales como doctrina hermética; teorías sobre la constitución de la materia; arte práctico dedicado a la transmutación de los metales y la medicina universal o alquimia metálica; alquimia mística y Arte Real. En lo que nos concierne, nos referiremos con más detalle solamente a la alquimia occidental metálica o externa (exterior al microcosmos o individualidad humana) y la alquimia occidental mística o interna. En la actualidad, entre los estudiosos de la alquimia contamos con las más contrapuestas interpretaciones de la esencia de este arte o saber. Si atendemos a un enfoque “tradicionalista” o “perennialista”, la alquimia jamás habría tenido un contenido metálico o de producción de sustancias materiales valiosas, sino que sería una sabiduría inmemorial centrada en la autoformación del iniciado para abrirse a un secreto inconfesable, el cual comporta la elevación de su espíritu a niveles insospechados de perfección, lo que le otorga el poder de influir 131
Hutin, Serge. 1961. La Alquimia, Introducción. EUDEBA, 127 p. (Ed. Francesa 1951).
47 decisivamente sobre su entorno. Esta concepción es definitivamente elitista en el sentido de que un minúsculo grupo tendría el privilegio de acceder a esta revelación por voluntad de una potencia inmanente o superior a la entidad humana. Todo este saber se encontraría encubierto, cifrado a los profanos, indignos, etc. por una terminología referida a operaciones químico-metalúrgicas. Lo que nunca han podido explicar es por qué, si esa era la meta, se daba entre los alquimistas el uso de laboratorios relativamente costosos para la época, lo cual acentuaba su carácter elitista. Además, a pesar de todos los estudios que se han realizado, jamás se ha podido encontrar ninguna pista detallada o método operativo comprensible para alcanzar la perfección espiritual o iluminación. ¿Están los códigos o claves absolutamente perdidos?. ¿Por qué ese estado numinoso y todopoderoso está reservado sólo para algunos pocos y no para toda la especie humana?. Llama la atención esa ambigüedad y ese secretismo, si se hace la comparación con la alquimia oriental –sea taoísmo o budismo chan o zen- donde el camino a seguir para descubrir el oro espiritual es posible hallarlo tanto en los textos como en las enseñanzas de maestros, grupos y escuelas de conocimiento que han transmitido las claves por tradición de una generación a otra. En el lado opuesto, un enfoque “metalista”, considera a la alquimia como una ciencia con sus propias reglas y métodos, cuya meta principal es, imitando las operaciones de la naturaleza, obtener metales puros o perfectos. También llama la atención que el objetivo fuera producirlos tan sólo por el afán de producirlos, sin ningún fin de lucro, a menos que el producto secundario o “externalidad positiva” –lograr un cambio espiritual en el adepto- fuese simultáneamente tan importante como lo material. Ambas posturas extremas manifiestan un profundo repudio por la opinión de la psicología respecto de la alquimia –más concretamente por la corriente jungiana- la cual ha hecho su propio análisis y valoración del proceso alquímico, considerándolo como el fruto, en un momento dado del desarrollo espiritual de la especie humana, de un proceso intuitivo, capaz de desplegar una creatividad limitada por determinados arquetipos pero sin poder llegar a conceptos científicos y, por tanto, no poder reproducir sino difícil y dolorosamente las mismas condiciones para llegar a iguales resultados. En otras palabras, el alquimista lograba una conexión con el sí mismo y con sus propios “fantasmas interiores” pero no conseguía una conexión comprensiva del entorno que intentaba modificar y, por tanto, se lograría una modificación o purificación espiritual o avance en el proceso de individuación antes que un producto concreto o metálico. Como se dijo, la alquimia metálica vinculaba su saber con el tratamiento y modificación de los cuerpos metálicos. Paracelso dice que “La Alquimia es una ciencia que estudia cambiar los metales de una especie en otra especie”132. Y Bacon precisa que “La Alquimia es la ciencia que enseña a preparar una cierta medicina o elíxir, el cual siendo proyectado sobre los metales imperfectos les comunica la perfección, en 133
. Y, en forma más específica, “es 134 materia cercana del oro y de la plata, la forma de estos metales” . el momento mismo de la proyección”
132
el arte que enseña a dar a la
Paracelso. El Cielo de los Filósofos. Citado por Albert Poisson en Teorías y Símbolos de los Alquimistas. Bacon, Roger (1214-1294). Espejo de Alquimia. 134 Claves, G. Apología Chrisopaioe et Argiropoetioe. Citado por Albert Poisson en Teorías y Símbolos de los Alquimistas. 133
48
La alquimia mística –siguiendo a Hutin- maneja una terminología con sentido figurado y la expresión oro no se refiere a un metal sino al oro espiritual o estado puro del ser. El propósito del alquimista es la purificación del alma por la vía de las metamorfosis progresivas del espíritu. Los metales viles o pesados son los deseos y las pasiones terrenales. La Piedra Filosofal es el ser humano transformado por la transmutación mística, la realización del arquetipo que cada ser humano lleva dentro de sí. El Arte Real es considerado una condensación de misticismo, teosofía y procedimientos prácticos, una especie de síntesis de algunos de los dominios señalados más arriba. Ciertas tendencias masónicas se consideran depositarias del Arte Real. Es el conocimiento de las leyes de la vida en el hombre y en la naturaleza. Consiste en conseguir la excelencia iluminativa física y moral para disponer de influencia sin límites sobre el Universo. Impone la ascesis y prácticas estrictas. Y esto se debe a la creencia de que la regeneración del alma es condición esencial para realizar la Gran Obra o regeneración de la materia. Es decir, el adepto evolucionado podrá influir decisivamente sobre su entorno, convirtiéndose en un ser poderoso capaz de vehicular su energía sobre la materia y la salud de las personas. 4.2 Los conceptos esenciales de la Alquimia y su relación con el símbolo número. Una dificultad se atraviesa en el camino para comprender los conceptos alquímicos y conlleva varios aspectos. En primer lugar, en los tiempos antiguos no se consideraba la pretensión actual de usar términos rigurosamente precisos, bastaban aproximaciones pues se suponía que la verdad terminaba por imponerse. En segundo lugar, los alquimistas emplearon un lenguaje figurado tal como corresponde al dialecto especializado que usa cualquier ciencia contemporánea y que sólo los entendidos están en condiciones de usarlo fluidamente; las palabras y símbolos usados tienen un sentido diferente del que puede darles un ignorante. En tercer lugar, el nacimiento de los totalitarismos (el primero de ellos sería el cristianismo) habría impuesto el secretismo para quienes debían escabullir la persecución de la autoridad. En cuarto lugar, la discreción y lo oculto han sido una forma de trabajo del esoterismo desde antes de la dominación de la ideología cristiana, por ejemplo, de las religiones mistéricas y de la escuela pitagórica. Respecto a estas materias no sería muy saludable adoptar una actitud bonachona o demasiado ingenua, generando a partir de nuestra ignorancia nuevas divagaciones que sólo llegan a sostenerse por la credulidad de quienes aún tienen algo de buena fe. Por un lado, la gran mayoría de los alquimistas europeos fueron buenos cristianos, gente de profunda fe en la trinidad, varios eran frailes e incluso fundadores de órdenes religiosas. Sus investigaciones eran compartidas y discutidas con miembros de la jerarquía y varios papas se interesaron en el conocimiento alquímico. ¿Cuál sería la causa de la persecución eclesiástica contra algunos alquimistas?, porque no hubo represión contra todos. Los procesos judiciales se habrían iniciado cuando sus investigaciones rebasaron los límites de la alquimia y entraron en el campo de las doctrinas propias del catolicismo o cuando se
49 introdujeron en el campo de la ciencia, pasando por encima de los esquemas oficiales de la estrecha visión de las autoridades católicas o protestantes. Es en ese momento que se hacen culpables de herejía y pasan a sufrir el encerramiento como Bacon, y la tortura y la muerte como Bruno. Por otro, la economía de la época daba gran importancia a los metales preciosos, de allí la codicia de los monarcas por hacerse de un método que les garantizara un sistema de producción infinita de oro y plata. En esos tiempos –y todavía hoy- era peligroso para cualquier alquimista que otros se enteraran de su saber: Lulio fue atraído y engañado por Eduardo III de Inglaterra y luego obligado a producir oro para acuñar moneda. Cabe destacar que en siglos posteriores, el alquimista inglés Sethon fue torturado y muerto por lo mismo por un codicioso príncipe alemán. Volviendo a lo que en realidad nos interesa, la alquimia –fuera metálica o fuera místicatambién se valió de los números como un instrumento de apoyo simbólico. Es así que la alquimia puede describirse considerando conceptos tales como la Materia Una o única, los Dos Opuestos, los Tres Principios, los Cuatro Elementos y los Siete Metales. La importancia del uno: data desde los primeros alquimistas griegos. Éstos “figuraban la Materia Primera por una serpiente que se muerde la cola. Es la serpiente Uróboros de los gnósticos. Al centro 135
del círculo así formado, escribían la fórmula: uno el Todo”
. Más tarde la unidad de la materia fue siempre figurada por un dragón o una serpiente mordiéndose la cola. A veces, mediante un simple círculo. El dos o dualidad: alude al movimiento o transformación continua de la materia, cambios que obedecen a la participación de oposiciones de principios dialécticos. Hay acciones de elementos de género denominados frecuentemente macho y hembra, pasivo y activo, etc., cuya interpenetración daría origen a resultados o productos más neutros. “Yo dije: Hay dos naturalezas, una activa y otra pasiva. El maestro me preguntó: ¿Cuáles son esas dos naturalezas?. Y yo respondí: Una es la naturaleza del calor; la otra, del frío. ¿Cuál es la naturaleza del calor?. El calor es activo y el frío es 136
Para un francmasón alquimista místico como Tshoudy, el principio de contradicción es válido y de él se genera algo nuevo. “¿Entonces que debemos tomar como sujeto de nuestra materia?. pasivo.”
Sólo se debe tomar la simiente o grano fijo, no el cuerpo entero que se distingue como macho vivo, es decir, azufre, y como hembra viva, es decir, mercurio. ¿Qué operación se debe realizar después?. Hay que conjuntarlos para que puedan formar un germen a partir del cual procrearán un fruto de su naturaleza. ¿Qué pretende hacer entonces el Artista con esta operación?. El Artista no pretende más que separar lo sutil de lo grosero. Por consiguiente ¿a qué se reduce toda la combinación filosófica?. Se reduce a hacer de uno dos y de dos uno, nada 137
más.”
Es frecuente en los alquimistas referirse repetidamente al Azufre y al Mercurio, principios macho y hembra, los que eran simbolizados por un hombre y una mujer, ordinariamente un 135
Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 136 Arthesius, Clavis maioris sapientiae. Citado por Hutin, Serge. 1961. La Alquimia. 137 Barón de Tshoudy. 1766. Catecismo o Instrucción para el Grado de Adepto o Aprendiz Filósofo Sublime y Desconocido.
50 rey y una reina. La unión del rey y de la reina constituía el matrimonio filosófico. El maestro alquimista recomienda al discípulo “Estés advertido, hijo mío, que nuestra obra es un matrimonio 138
filosófico que debe componerse de macho y hembra ” . Por eso “Es adecuado hablar según este casamiento o unión, que la materia tomaba el nombre de Rebis; se simbolizaba Rebis por un cuerpo humano coronado por dos 139
cabezas, una de hombre, una de mujer. Este hermafrodita químico es común en los tratados herméticos”
.
El tres: aparece siempre ligado a los Tres Principios. Los principios dinámicos básicos son el Mercurio, el Azufre y la Sal. “La materia se diferenciaba al comienzo en azufre y en mercurio, y estos dos principios al unirse en diversas proporciones formaban todos los cuerpos”… “Más tarde se agregó un tercer principio, la sal o arsénico”… “La sal fue introducida como principio ternario, sobre todo por Basilio Valentino, 140
Khunrath, Paracelso, en una palabra por los alquimistas místicos”.
No estará demás destacar que “debe advertirse que los nombres Azufre, Mercurio, Sal (o Arsénico) no designan los cuerpos químicos de igual denominación, sino que representan algunas cualidades de la materia: el Azufre designa las propiedades activas (por ejemplo combustibilidad o poder de ataque sobre los metales): el Mercurio, las propiedades llamadas “pasivas” (por ejemplo, fulgor, volatilidad, fusibilidad, maleabilidad); en cuanto a la Sal, es el medio de unión entre el Azufre y el Mercurio, comparada a menudo con el espíritu vital que une el alma al cuerpo. El Mercurio es la materia, el principio pasivo, femenino; el Azufre, la forma, el principio activo, masculino; en cuanto a la Sal, es el movimiento, medio por el cual el Azufre da a la materia toda clase de 141
formas...”
El origen de todas las cosas tendría por causa una radiación, la cual emana de un centro que no se encuentra en ninguna parte (en ningún punto específico) pero que parte simultáneamente de todas partes, La Luz Infinita o Creadora. Respecto de la aplicación operativa de estos principios, los alquimistas no hacen diferencia entre la materia mineral y la materia orgánica o entre lo inerte y lo biótico, pues para ellos todo está dotado de vida. Dice Hutin que los alquimistas suponían que los metales eran vivos. Así, “Lo que la naturaleza hizo al principio… podemos hacerlo remontando el principio que ella ha seguido; lo que ella hace… en sus soledades 142
subterráneas, podemos hacérselo terminar en un instante ayudándola…”
Hartmann –citado por Hutin- hace una inteligente diferenciación entre química y alquimia, señalando que la química moderna jamás produce algo nuevo; se mezcla, se compone y se descompone, se hace reaparecer los cuerpos químicos en formas distintas pero al final no hay nada más ni nada menos que la combinación de sustancias empleadas al comienzo. Fulcanelli sostiene que “La química es,…, la ciencia de los hechos, como la alquimia lo es de las causas… Si una tiene por objeto el estudio de los cuerpos naturales, la otra intenta penetrar en el misterioso dinamismo que
138
Rouillac, Ph. Compendio de la Gran Obra. Citado por Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 139 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 140 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 141 Hutin, Serge. 1961. La Alquimia, Introducción. EUDEBA, 127 p. (Ed. Francesa 1951). 142 Hutin, Serge. 1961. La Alquimia, EUDEBA, 127 p. (Ed. Francesa 1951).
51 143
preside sus transformaciones” . Y agrega: “…que dos volúmenes de hidrógeno combinados con un volumen de oxígeno dan agua es una trivialidad química… sin embargo, ¿quién nos enseñará por qué el resultado de esa combinación presenta,… caracteres que no poseen en absoluto los gases que la han producido?”
144
Por su parte, la alquimia es más comparable a la botánica o a la agricultura, en el sentido que pretende hacer que lo que existía en estado latente crezca y se vuelva activo.145 Lo mismo piensa Fulcanelli, para quien “La actividad vital, muy aparente entre los animales y los vegetales, no lo es mucho menos en el reino mineral… Los metales,… son cuerpos vivos, sensibles, de lo que son testigos el termómetro y el mercurio, las sales de plata, los fluoruros, etc. ¿Qué es la dilatación y la contracción sino dos efectos del dinamismo metálico, dos manifestaciones de la vida mineral?”
146
.
Hay una notable hipótesis de Paracelso –la cual este gran alquimista nunca pudo dimensionar en sus alcances- que señala: “Nadie puede demostrar que los metales estén muertos y privados de vida… En cambio, yo lo afirmo audazmente, los metales y las piedras, lo mismo que las raíces, las hierbas y todos los 147
frutos, son ricos de su propia vida”.
Así es, tan sólo en el siglo XX, cuatrocientos años después de haberse desencarnado Paracelso, la ciencia moderna estableció como uno de sus principios que para demostrar que un fenómeno sea válido científicamente, se debe demostrar también que cuando no se dan las condiciones establecidas, ese fenómeno no podría presentarse, o sea, no sólo debe demostrarse toda afirmación sino que, además, debe demostrarse su contrario. Pero, sigamos. Ligando metalismo con mística, se puede aceptar que todo cuerpo o todo ser tiene su sustancia o expresión propia (la Sal), la cual está sometida simultáneamente a influencias internas o voluntad individual (Azufre) e influencias externas o voluntad general (Mercurio). Para que el individuo conquiste la plenitud del ser, de la vida y del pensamiento deberá llegar a asimilar el ser, la vida y el pensamiento de la colectividad de la que es parte. Para los alquimistas corresponde al ser humano el deber de buscar unirse estrechamente a la fuente permanente de todas las cosas. El factor masculino y enérgico del Azufre podrá mezclarse con el factor femenino y receptivo del Mercurio para engendrar la estabilidad, ponderación y sabiduría de la Sal. El cuatro alquímico: se presenta vinculado a los Cuatro Elementos. “Al lado del Azufre, del Mercurio y de la Sal, los alquimistas admitían cuatro elementos teóricos, La Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego; estas palabras eran tomadas en un sentido absolutamente diferente del concepto vulgar. En la teoría alquímica, los cuatro elementos y menos los tres principios, no representan cuerpos particulares, son simples estados de la materia, modalidades. El Agua es sinónimo de líquido, la Tierra lo es de estado sólido, el Aire lo es del estado gaseoso. El Fuego, un estado gaseoso muy sutil”. 143
148
“Para un alquimista todo líquido es un Agua, todo sólido es
Fulcanelli. Química y Filosofía, en Las Moradas Filosofales, Plaza y Janés, edición española del año 2000. Ídem. 145 Hutin, Serge. 1961. La Alquimia, EUDEBA, 127 p. (Ed. Francesa 1951). 146 Fulcanelli. Química y Filosofía, en Las Moradas Filosofales, Plaza y Janés, edición española del año 2000. 147 Paracelso. Archidoxum magicum, citado por Hutin, Serge. 1961. La Alquimia, EUDEBA, 127 p. (Ed. Francesa 1951). 148 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 144
52 Tierra en último análisis, todo vapor es Aire. Es por eso que se encuentra en los antiguos tratados de física que el agua ordinaria calentada se cambia en Aire. Esto no quiere decir que el agua se transforme en la mezcla respirable que constituye la atmósfera, sino mas bien que el agua, al comienzo líquida se cambie en un fluido aeriforme, en un gas como se lo denominó más tarde.-149
Entonces, este concepto de los elementos no tiene nada que ver con los cuerpos simples o puros definidos por la química. Se trata de cualidades o abstracciones metafísicas que caracterizan a la materia elemental. “...no designan 150 las realidades concretas cuyos nombres llevan. Son estados, modalidades de la materia.” Por eso “cuando un alquimista destilaba madera y obtenía un residuo fijo, una esencia o aceite, y productos inflamables, él decía 151
haber descompuesto esta madera en Tierra, Agua y Fuego”
Resumiendo, el elemento Tierra es la causa invisible de la pesadez y la fijación; el elemento Aire produce la volatilidad; el elemento Agua contrae los cuerpos; y el elemento Fuego, los dilata. A cada elemento se ligan cualidades elementales: seco, húmedo, frío, caliente. ¿Cómo se simbolizaban los cuatro elementos?. “Los cuatro elementos tenían por signo, el Aire un triángulo con punta hacia arriba, atravesado por una línea paralela a su base; el Agua, tomada en el sentido de elemento: un triángulo con la punta hacia abajo; el Fuego, un triángulo con la punta hacia arriba; la Tierra, un 152
triángulo con la punta hacia abajo atravesado por una línea paralela a la base.”
Nos referimos a la representación más esquemática pues la figuración era frecuentemente mucho más variada. Los cuatro elementos eran también simbolizados: “el Aire por un ave; el Agua, por un navío, un pez o una vasta extensión de agua; el Fuego, por una salamandra, un dragón vomitando llamas, una antorcha encendida; la Tierra, por una montaña, un león rey de los animales terrestres o un hombre”
153
.
Además, se estableció la hipótesis de que el dominio de la circulación de los elementos en el ámbito humano individual puede tener un efecto de salud o terapéutico capaz de prolongar la vida. En otras palabras, habría magnetizadores o controladores de la energía (reiki, imposición de manos) capaces de ejercer sus capacidades terapéuticas. El impulso inicial o formal del trabajo interior con los elementos está representado por los ritos iniciáticos, los cuales comienzan por la muerte ritual, pasando por las purificaciones de cada uno de los elementos. Todo lo que hemos señalado hasta aquí viene a explicar lo que decían en forma enigmática los alquimistas “que la Materia de la piedra tiene tres ángulos en su substancia (los tres principios), cuatro
149
Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 150 Hutin, Serge. 1961. La Alquimia, Introducción. EUDEBA, 127 p. (Ed. Francesa 1951). 151 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris 152 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris 153 Encabezado del Gloria mundi impreso en la colección Museum hermeticum. Citado por Poisson, Albert. 1891. En Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris.
53 ángulos en su virtud (los elementos), dos ángulos en su materia (fijo y volátil), un ángulo en su raíz (la materia 154
universal)”
El número cinco alquímico: Siguiendo con los símbolos del número, había un papel para el cinco. No se puede olvidar que para los alquimistas no quedó todo en el cuaternario. Faltaba un elemento ordenador o aglutinador del conjunto, cuya presencia se sospechaba o intuía más que se constataba. “Más tarde a los Cuatro Elementos se sobrepuso un quinto, la Quintaesencia: “Se les puede llamar a las partes más sólidas tierra, a las más húmedas agua, a las más delicadas y espirituales aire, al calor natural fuego de la naturaleza, y a las otras ocultas y esenciales llamarlas de naturaleza celeste o astral 155
o Quintaesencia”.
El número siete alquímico: estaba presente en los Siete Metales. Dice Poisson que “Los alquimistas trabajan sobretodo en los Metales, se comprende que ellos se hayan extendido bastante sobre la génesis y la composición de los mismos, reconociendo siete a los cuales les atribuyen el nombre y el signo de los siete planetas: Oro o Sol
, Plata o Luna
, Mercurio
, Plomo o Saturno
, Estaño o Júpiter
,
Fierro o Marte , Cobre o Venus . Los dividían en metales perfectos, inalterables, que eran el oro y la plata, y en metales imperfectos, los cuales se convertían en cal (óxidos) al fuego o al aire, fácilmente atacables por los ácidos”156. Agrega más adelante que “Los Alquimistas representan a menudo los metales bajo el aspecto de dioses del Olimpo. Saturno armado de su hoz es el Plomo; Marte, el casco en la cabeza y la lanza en el puño es el Fierro; Mercurio, con su caduceo, sus alas en los talones y en la cabeza, es el argento vivo, etc.”157
No se puede cerrar estas explicaciones sin recordar para qué los alquimistas metálicos sufrían tantos desvelos. Sus actividades eran absolutamente racionales, tenían un objetivo, un procedimiento y un resultado. Poisson reconoce que el objetivo principal de la alquimia metálica era La Gran Obra o 158
preparación de la Piedra Filosofal, “sus tratados no giran sino generalmente sobre este único tema ” . Es curioso, pero consiste en dominar la obtención de un producto intermediario, pues no se trata de un metal precioso en sí mismo sino de un material que, usado convenientemente de acuerdo a las normas del arte, permitirá la obtención del oro, o de la plata, según sea el caso. El procedimiento incluía disponer de una cierta cantidad de materia, el Oro y la Plata, los cuales, unidos al Mercurio, eran preparados de una manera especial. “El Oro era tomado como rico en Azufre, la Plata como conteniendo un Mercurio muy puro, en cuanto al argento vivo representaba la Sal, 154
Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 155 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 156 Idem. 157 Idem. 158 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris.
54 término medio de unión. Estos tres cuerpos preparados según ciertos procedimientos eran encerrados en un matraz de vidrio, el huevo filosófico, cerrado con cuidado. El todo era calentado en un horno denominado Athanor. Tan pronto el fuego encendido, la Gran Obra propiamente dicha comenzaba; diferentes fenómenos se producían: cristalizaciones, desprendimiento de vapores que enseguida se condensaban, etc., aquello constituía las operaciones. En el curso de las dichas operaciones, la Materia tomaba diversas coloraciones, que se denominaban los Colores de la Obra. Al final, el color rojo anunciaba el fin de la Obra. Se tomaba la materia, se le comunicaba una mayor potencia de transmutación con ayuda de una operación designada fermentación y se 159
tenía por último la Piedra Filosofal”
.
El resultado equivalía a la materialización del objetivo, pues el adepto conseguía la Piedra Filosofal o polvo de proyección. Este material, tratado debidamente en determinadas condiciones, podía transferir sus cualidades a los metales y producir cantidades medibles y precisas de metales perfectos, es decir, oro o plata. “Según la teoría alquímica, era racional que la Materia de la piedra de los filósofos fuera compuesta de Azufre, de Mercurio y de Sal. Estos tres principios al estado de pureza absoluta, unidos y cocidos según las reglas del Arte debían componer un nuevo cuerpo, que sin 160
ser un metal por sí mismo podía comunicar la perfección metálica al argento vivo, al plomo, al estaño”
.
4.3 Alquimia mística y numerología Partiendo de la base que el ser humano es una entidad integrada por cuerpo, alma y espíritu, los alquimistas místicos piensan que estos principios pueden interactuar no sólo entre sí, sino combinados con los elementos –agua, aire, tierra y fuego- y, además, con los planetas. La concepción numérica heredada del pitagorismo y del hermetismo se hace aquí patente, pues parece ser que la personalidad individual se construye consciente o inconscientemente por la mutua influencia o intersección de un ternario (tres principios), un cuaternario (cuatro elementos) y un septenario (siete metales o planetas). Así como la alquimia metálica disponía de un objetivo, un procedimiento y un resultado, lo mismo acontece con la alquimia mística. Si en la una el objetivo era la Gran Obra, éste es compartido con la otra con la diferencia que varía la materia de aplicación. En una era el metal y en la otra es el ser humano. Por eso el alquimista místico sabe que “se aplica al Hombre. La materia prima de los Sabios, tan escasa y tan preciosa, aunque abundante y de precio vil, es nuestra sustancia anímica. Antes de nada, el operador debe aplicarse a discernir el sujeto apropiado a la Obra, dicho de otra 161
manera el Iniciable”.
El procedimiento místico incluye una etapa de purificación, la cual considera cambios de estado y cambios de colores, al igual que en el procedimiento metálico. En seguida “es necesario aislar al sujeto desatándole todo lo que le es extraño, luego encerrándolo en el Huevo Filosófico, donde muere modificándose al negro absoluto. Esta muerte descompone al sujeto, cuya parte volátil se desprende y se eleva, invisible, para volver a precipitar como lluvia sobre lo denso, que es progresivamente lavado, de suerte que pasa al gris matizado en forma diversa, pero cada vez más claro, hasta el blanco. El
159
Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris 160 Ídem. 161 Wirth, Oswald. “Les Mystères de l’Art Royal. Rituel de l’Adepte”. Ediciones Dervy. 1998. 256 p.
55 operador sin embargo ambiciona el color rojo; él activa entonces el fuego, gracias al cual se termina la Obra Simple”
162
. Más concretamente, el procedimiento incluye un proceso conocido como rito iniciático, el cual se mantendría resguardado en grupos o sectas que lo han transmitido desde tiempo inmemorial, entre los cuales se encontraría la francmasonería, detentadora moderna del Arte Real163. La coloración negra que se produce en la mezcla metálica al someterla a la acción del calor, estaría representada simbólicamente por el aislamiento y encierro místico del iniciando en una habitación desprovista de iluminación. Se trata en alguna medida de la recreación o escenificación del mito del descenso a los infiernos, submundo oscuro, equivalente a la muerte ritual. El ternario Azufre-Mercurio-Sal, en la criatura humana, al igual que en el macrocosmos, se expresa vivamente. El Azufre es activo, como antes se ha mencionado. “El Azufre corresponde a la masculinidad. Su predominancia exalta la iniciativa individual, favorece la audacia, el espíritu de empresa, la temeridad, el arrojo intrépido, el coraje inquebrantable, el ardor perseverante, la energía noble, el disfrute del mando. El Azufre es inventivo; crea, funda, establece… Incita al movimiento, a la acción exteriorizante, a la conquista; conduce a tomar y dar, no a recibir pasivamente. Intelectualmente esta influencia rechaza la fe dócil, receptiva de las ideas de otro; exalta la independencia de espíritu que elabora las nociones discernidas por sí 164
mismo” . Por su parte, el opuesto Mercurio es pasivo. “La feminidad del Mercurio inspira,… la dulzura, la calma, el recogimiento meditativo, el sueño, la timidez prudente, la modestia, la resignación y la obediencia. Vuelve comprensivo, sensible a lo que es sutil, apto a la adivinación, crédulo con lucidez, cuando la imaginación ha sido abonada…,”165
El tercer principio, la Sal, representa un estado medio entre
extremos. “En cuanto a la Sal, simboliza realmente la Sabiduría, la condición de asegurar el equilibrio, la justa ponderación y la estabilidad. Su limpidez debe ser obtenida y mantenida, puesto que es sobre ella que reposa la 166
Gran Obra”
.
Sin embargo, no acaba allí el valor simbólico de los tres principios. Se expresan a través del ternario Espíritu-Alma-Cuerpo. “Azufre, Mercurio y Sal corresponden en la personalidad humana a lo que se da en llamar Espíritu, Alma y Cuerpo. Pura actividad, el Espíritu-Azufre no reacciona sobre la pasividad del Cuerpo-Sal sino por la intermediación del Alma-Mercurio, que es pasiva relativamente al Espíritu, pero activa en 167
relación al Cuerpo”
.
El cuaternario o, lo que es lo mismo, los cuatro elementos –con sus propiedades elementalestambién se hallan presentes y se expresan activamente en la persona. “Los Cuatro Elementos se encuentran en el hombre fisiológico, cuya materia corporal corresponde a la Tierra, el Aire representando el soplo animador que mantiene la vida, ésta teniendo por vehículo los líquidos orgánicos, por tanto el Agua, 168
mientras que la energía vital, fuente de calor y de motricidad, se relaciona con el Fuego”
162
.
Wirth, Oswald. “Les Mystères de l’Art Royal. Rituel de l’Adepte”. Ediciones Dervy. 1998. 256 p. Wirth, Oswald. “Les Mystères de l’Art Royal. Rituel de l’Adepte”. Ediciones Dervy. 1998. 256 p. Capítulo Les Rites Initiatiques. 164 Wirth, Oswald. «Le Symbolisme Hermétique dans ses rapports avec l’Alchimie et la Franc Maçonnerie». 1930. Ed. Dervy de 1993. 165 Ídem. 166 Ídem. 167 Ídem. 168 Wirth, Oswald. «Le Symbolisme Hermétique dans ses rapports avec l’Alchimie et la Franc Maçonnerie». 1930. Ed. Dervy de 1993. 163
56
Más que una simple constatación, habría una relación activa entre el cuaternario, el ternario y el binario alquímicos. Hay quien, un poco abusivamente, ha denominado “mito alquímico de la creación” a la interacción entre los cuatro elementos, los tres principios y los dos opuestos. La actividad de los elementos es considerada básica por lo alquimistas. La acción del elemento fuego sobre el elemento aire da origen al principio azufre; la acción del aire sobre el elemento agua da origen al principio mercurio; y la acción del agua sobre el elemento tierra da origen al principio sal. Estas consideraciones alquímicas –las cuales no surgieron desde un comienzo y de una vez por todas sino que fueron siendo un cuerpo teórico con el paso de los siglos- tienen este ordenamiento de acción mediante una interpretación moderna esquemática de las opiniones a veces confusas y a veces contradictorias de los alquimistas. Las afirmaciones de los alquimistas parecieran a primera vista descabelladas, pero hay en ellas una cierta racionalidad basada en la observación de la naturaleza a ojo desnudo. Tal es el caso de la relación fuego-aire, dado que las sustancias combustibles entran en ignición sólo en presencia de oxígeno, uno de los componentes esenciales del aire. Lo mismo acontece con la relación aire-agua, en atención a que ambos son fluidos y que sus propiedades permiten que el aire o sus componentes se disuelvan en el agua. Y en lo que respecta a la relación agua-tierra, la actividad del agua sobre los solutos contenidos en la materia sólida es la que favorece el movimiento de los iones y la formación de sales. En resumen, la dinámica espontánea del cuaternario de los elementos –o si se quiere de las propiedades elementales- es la que genera el ternario azufre-mercurio-sal. Continuando con esa línea de pensamiento, el ternario tiene, para los alquimistas, su propia dinámica, siendo ésta el origen del binario o dualidad dialéctica. La combinación del enérgico y activo principio azufre con el sutil y pasivo mercurio es el origen de lo masculino y, por otro lado, la combinación del mercurio con la estable sal es el origen de lo femenino, creándose así el antagonismo esencial macho-hembra que existe en cada cosa o cada ser, lo cual para el alquimista es una ley universal, dado que tanto lo biótico (animal, vegetal) y lo mineral tienen “vida” y manifiestan esta dialéctica interna. Ahora bien, se preguntará usted, ¿a cuento de qué viene a ser esquematizado el “mito alquímico de la creación” en el seno de la alquimia mística?. Hay dos razones importantes. La primera es que para el alquimista las leyes de la naturaleza no admiten excepción, han de someterse a ellas todas las entidades, incluida la individualidad humana en su cuerpo, su espíritu y su alma. La segunda razón reside en la importancia esencial que tienen estos conceptos y la comprensión del arquetipo número en la explicación del desarrollo psíquico o espiritual de la especie humana. El cuidadoso, paciente y creativo estudio de los productos del saber alquímico: los tratados de alquimia, condujo a Jung a verificar una vez más que cuando el ser humano no puede encontrar una explicación plena, consciente y comprobable de su entorno o de sí mismo, los espacios de su comprensión carentes de un conocimiento efectivo son rellenados o sustituidos con elementos que emergen de su inconsciente, es decir, con símbolos que son
57 proyectados por los arquetipos hacia la mente y, por ésta, sobre el entorno o realidad “externa” y tenidos por el ser humano como formando parte de dicha realidad. La presencia incesante de cierto componente en la visión alquímica, el cuaternario, fue significativa para Jung, al haber comprobado paralelamente en sus investigaciones sobre las visiones de sus pacientes, sueños, mitos, etc., que la psique humana inconsciente tiende a moverse en su relación con el consciente a través de un cuaternario. “Jung señaló que, contemplado como una proyección de cuestiones psicológicas, [el mito alquímico de la creación] describía cómo la conciencia había surgido del estado inconsciente. Los cuatro elementos representaban los elementos básicos constituyentes de la conciencia…Jung ya había descubierto que cuando el orden comienza a tomar forma en la psique, aparecen patrones geométricos ordenados: los mandalas… cuando la conciencia afronta un problema, se forma una polaridad. El intento de reconciliar esta polaridad crea una polaridad adicional, y se forma una descomposición cuádruple: el cuaternario. El cuaternario es un símbolo natural de una forma 169
intermedia de totalidad, tanto si la conciencia comienza a formarse como a descomponerse”
Sin embargo, eso no es todo, pues los alquimistas pretendían superar las dualidades u oposiciones, ¿para qué?, para llegar a la unidad, o lo que es lo mismo, a la perfección espiritual (oro del alma) y la perfección material (oro = metal perfecto; oro = salud perfecta y larga vida). Los primeros alquimistas reconocieron una sola unión o síntesis de los opuestos: la de lo masculino con lo femenino, proceso que se simbolizó de diversas maneras aunque la más recurrida es la de “matrimonio alquímico”. Sin embargo, con el tiempo, llegaron a concebir la necesidad de realizar tres uniones: la Unio Mentalis, o unión mental; la unión de mente y cuerpo; y la unión con el Unus Mundus. Esto es tan así que se llegó a reconocer de manera explícita: “Terminamos por concluir que la filosofía meditativa consiste en el dominio del cuerpo por la unión mental: Esta primera unión no da lugar aún al hombre sabio, sino sólo al discípulo mental de la sabiduría. La segunda unión de la mente con el cuerpo muestra más adelante al hombre sabio, 170
esperando expectante la bienaventurada tercera unión con la unidad primera
”.
Es posible interpretar en términos psicológicos bastante delineados dichas uniones, tal como lo hizo Jung en su monumental obra Mysterium Coniunctionis. La unión mental se refiere a la comprensión y aceptación de nuestro inconsciente, la aceptación y superación de la “sombra”. Para llegar a eso, la persona debe alejarse de su ligazón inconsciente con el cuerpo, sus impulsos básicos o animales y las emociones. Una vez realizada la comprensión del por qué de sus deseos prohibidos podrá encauzar el dominio de los mismos. Este punto lo retomaremos cuando se analice el arquetipo de la sombra y cuando se presente los contenidos arquetípicos en los arcanos del Tarot. La unión de mente y cuerpo se refiere a la comprensión de los tradicionales opuestos masculino y femenino, la relación dialéctica entre anima y animus, así como de diversos otros opuestos contenidos en el inconsciente colectivo, a cuya superación e integración se podrá acceder mediante un estado de conciencia logrado a través de la meditación activa o divagación consciente, acompañado de un proceso de interpretación de dichas vivencias virtuales. Este punto se retomará igualmente cuando se presente el material sobre los arquetipos y los significados de los arcanos del Tarot. 169 170
Robertson, Robin. 1998. Arquetipos Junguianos. Una historia de los arquetipos. Ediciones Paidós. Dorn, Gerard. Escritor alquímico del s. XVI, citado por C. Jung en Mysterium Coniunctionis.
58 Finalmente, la tercera síntesis del proceso alquímico, se refiere a la unión de la individualidad con el Unus Mundus o universo o totalidad, es decir, la capacidad de trascender y de dejar de distinguir diferenciación entre nuestra mente y nuestro cuerpo como entidades aisladas diferentes del entorno, superando la ilusión de los sentidos, es decir, el logro de un estado de conciencia holotrópica, inefable y numinoso, conseguido a través de psicotrópicos o mediante ejercicios espirituales meditativos. Evidentemente, se volverá sobre este tema en las secciones que hemos indicado poco más arriba. Sin embargo, además, el adepto no perdía de vista el septenario. ¿Qué interés podría resultar del conocimiento camuflado bajo esta simbología numeral?. El alquimista toma en consideración a los siete metales, los cuales tampoco tienen relación alguna con los cuerpos simples de la química sino que serían denominaciones de las fracciones de la personalidad humana. La respuesta a la pregunta anterior está en comprender la combinación del ternario con el cuaternario microcósmicos –conocerse a sí misma o a sí mismo- para resguardar el equilibrio o armonía interior cuya decantación sería una salud o vida de calidad. “Para que haya equilibrio, por tanto salud, funcionamiento normal, conviene que los tres principios se armonicen en el individuo. Si representamos cada uno de ellos por un circulo, obtenemos, por la penetración mutua de estos tres círculos 171
hasta el encuentro de sus centros, el esquema de la constitución septenaria del hombre ”
. El alquimista quiere expresar que la relación o interpenetración de estas sustancias o factores de la personalidad dan origen a un septenario de simbología metálica que permite visualizar una constitución compleja del ser humano desde el enfoque alquímico interno, o sea, una mirada holística de la psiquis o Uno Mismo. El Oro, su representación astral es El Sol y su representación divina es el dios Apolo. Simboliza al Espíritu, el primer principio. En la individualidad, corresponde a la actividad intelectual, la mente o razón consciente, el estado de vigilia. La Plata, corresponde a la Luna y la diosa Diana o Artemisa. Se trata del Alma, el segundo principio. En la personalidad, corresponde al inconsciente, la intuición, la imaginación creativa. El Plomo, se representa por el planeta Saturno y por el dios del mismo nombre. Es el Cuerpo, el tercer principio. En la personalidad, corresponde a la masa biológica o cuerpo tridimensional, la salud, la energía corporal. Oro (Espíritu Puro), Plata (Alma Etérea) y Plomo (Cuerpo) se encuentran combinados en proporciones e intensidades variables, las cuales toman por nombres los metales que siguen. El Fierro, se representa por el planeta Marte y por el dios del mismo nombre o Ares. Es el fruto de la combinación del Espíritu y del Cuerpo, es el Espíritu Corporal. En la
171
Wirth, Oswald. «Le Symbolisme Hermétique dans ses rapports avec l’Alchimie et la Franc Maçonnerie». 1930. Capítulo «Notions élémentaires d’Hermétisme». Ed. Dervy de 1993. 224 p.
59 individualidad corresponde a la energía interior encaminada a un fin concreto, el trabajo, la pasión. El Estaño, corresponde al planeta Júpiter y su representación divina es el dios del mismo nombre o Zeus. Es el fruto de la combinación del Espíritu y del Alma, es el Espíritu Anímico o Alma Espiritual. En la individualidad, corresponde al uso razonado o consciente de la voluntad, la intención, la memoria. El Cobre, se corresponde con el planeta Venus y con la diosa del mismo nombre. Es el fruto de la combinación del Alma y del Cuerpo, es el Alma Corporal. En la individualidad, corresponde a las emociones y sentimientos.
El centro de fusión del Espíritu (Oro) con el Alma (Plata) y el Cuerpo (Plomo) es considerado la constitución del Cuerpo Etérico o Astral o nudo de la personalidad, asimilado al espíritu de Hermes (Mercurio) y representado por el metal Azogue o Mercurio. El esquema presentado en la lámina adjunta da cuenta en forma gráfica del modelo psíquico alquímico172.
Ahora bien, las interpenetraciones relativas o dinámicas de los siete metales son las que dan origen a las modificaciones del ser humano, pues a partir del exceso o falta relativa de alguno de los siete “metales” es que se determinan los diferentes tipos de materia filosófica o personalidades que se dan en la vida real. En definitiva, teniendo como base la combinación activa de los tres principios, de los cuatro elementos y de los siete metales podría levantarse una tipología de personalidades, en la cual es posible encasillar o clasificar a cada uno de nosotros. No sólo eso, pues llevando el modelo hasta las últimas consecuencias, usando el método o vehículo de la Gran Obra, se puede manipular de forma operativa una psicología o una psicoterapia dirigida al propio sujeto o adepto, con el fin de, por aproximaciones sucesivas, conducirlo a un estado de armonía superior consigo mismo, con la sociedad y con el cosmos. En otras palabras, conducirlo al objetivo final de las operaciones alquímicas, la conquista del Hombre-Tipo o Adam-Kadmon, un ideal de armonía que quizás ningún ser concreto conseguiría realizar sino parcialmente. Los seis tipos de personalidad “se agrupan alrededor del séptimo, el cual corresponde al hombre idealmente equilibrado, al Hombre-modelo, adámico, realizando la perfecta asociación de Espíritu, Alma y Cuerpo o de Azufre, de Mercurio 173
y de Sal” 172
.
Wirth, Oswald. «Le Symbolisme Hermétique dans ses rapports avec l’Alchimie et la Frac Maçonnerie». 1930. Capítulo «Notions élémentaires d’Hermétisme». Ed. Dervy de 1993. 173 Wirth, Oswald. «Le Symbolisme Hermétique dans ses rapports avec l’Alchimie et la Frac Maçonnerie». 1930. Capítulo «Notions élémentaires d’Hermétisme». Ed. Dervy de 1993.
60
En las ceremonias iniciáticas de los francmasones cobra especial importancia la ceremonia de “desprendimiento de los metales”, en la cual el iniciando debe alejar de su cuerpo y de sus ropas todo artículo metálico que hubiese portado, en especial si se tratase de dinero. Pero esto no tiene ninguna relación con un desprenderse generoso o caritativo de los bienes materiales –lo cual no traspasaría los límites de una ética bonachona- sino con la búsqueda de una respuesta o luz interior, pues “trabajando siempre sobre sí mismo, el adepto debe ascender hasta la fuente primordial de su propia actividad; si no llega a conocerse en su intimidad la más profunda, no 174
percibirá jamás la Verdadera Luz prometida a los Iniciados”
. Si usted pone atención al resultado obtenible del acto simbólico de desprenderse uno a uno de los metales alquímicos, llegará a la conclusión que el practicante se ha desensamblado por completo, en un estado equivalente a lo más sutil, lumínico. De allí que “lo que opera en nosotros es Espíritu , dicho de otra forma Luz y es la Luz Operante que estamos llamados a descubrir en nosotros; para llegar allí, nos es necesario depositar 175
nuestros metales, morir a las ilusiones profanas y perfeccionar nuestra purificación mental”
. Y el alquimista se permite una frase de extrema dureza: “¿Los Francmasones actuales disciernen de que se trata?. Depositan, en general, sus metales sin captar la menor malicia, luego los recobran con el mismo candor, después de haber visto materialmente una luz que no los ha iluminado ‘en espíritu y en verdad’
”176
Al comienzo de este capítulo se citó una frase latina expresando que la Alquimia es el “Arte laborioso que convierte por la humedad ígnea los metales en Mercurio”. Ahora, estamos en condiciones de traducirla a un lenguaje operativo: La Alquimia es la actividad psicológica que, mediante la intervención del Alma Espiritual, es decir la razón y la voluntad, puede influir sobre los diferentes aspectos del Uno Mismo para integrar la personalidad. 4.4 ¿Será posible hacer operativa la alquimia? Para conseguir una respuesta avanzaremos descartando posibilidades, hasta dejar el material que nos proporcione una propuesta útil para activar el potencial simbólico alquímico. Es posible hacer un corte histórico entre los materiales –libros, tratados- disponibles actualmente, separando un grupo de producciones elaboradas por maestros alquimistas de los siglos XIII, XIV y XVI. Nos referimos a “Compuesto de los Compuestos” atribuido a Alberto El Grande (sacerdote católico alemán, 1193-1280), “Espejo de Alquimia” atribuido a Roger Bacon (sacerdote católico inglés, 1214-1294), “La Clavícula” de Raimundo Lulio (sacerdote católico español, 1235-1313), “Camino del Camino” de Arnaldo de Vilanova (médico católico francés, 1245-1313) y “El Tesoro de los Tesoros” de Paracelso (médico y astrólogo católico alemán, 1493-1543). Son personajes de una gran formación intelectual, varios de ellos con una vida aventurera pletórica de viajes, representativos de diversas culturas y pueblos europeos, tienen a su haber numerosas obras entre las cuales están esos pequeños tratados que representan la síntesis de su pensamiento alquímico. Entre los 174
Wirth, Oswald. “Les Mystères de l’Art Royal. Rituel de l’Adepte”. Ediciones Dervy. 1998. 256 p. Ídem. 176 Ídem. 175
61 elementos comunes a todos ellos que se perciben en sus obras resalta la profunda fe en la religión cristiana. Sus conocimientos estarían inspirados por la divinidad, aunque algunos de ellos, como Bacon, confían también en la capacidad de la inteligencia humana para captar el tema que desarrollan177. Curiosamente, varios expresan abiertamente que no desean guardarse nada, sino develar conocimientos hasta entonces mantenidos en secreto. Tal es el caso de Lulio178, quien declara que los procedimientos de la Gran Obra los había explicado de manera fragmentaria y dispersa en sus obras anteriores, para reunirlos o sintetizarlos en esta obra que contiene la “clave” de su saber. Todos estos maestros evidencian perfecto conocimiento de compuestos y productos químicos conocidos en su época y perfectamente identificables para un químico moderno. Se individualizan aparatos propios de laboratorio, técnicas diversas como calentamiento a temperaturas adecuadas, destilación, sublimación, solución, etc.179. Todos ellos coinciden en describir la Gran Obra Alquímica según sus principios, elementos, fases, colores, resultados. El objetivo es nítidamente la preparación de los metales hacia la perfección, siendo oro y plata los más perfectos. Además, queda muy en claro –en todos sin excepción- que hay un resultado intermediario: un elíxir que proyectado o combinado en condiciones apropiadas con los metales impuros les comunica la pureza del oro o de la plata, según sea el caso. De estos testimonios –no sólo testimonio intelectual sino de vida pues varios de ellos sufrieron persecución por sus ideas y conocimientos- se deduce que no presentan indicio alguno que la Gran Obra pueda aplicarse al microcosmos humano, a menos que exista un lenguaje cifrado inalcanzable para quien no sea experto. Ocasionalmente, cuando se llega a mencionar al ser humano se hace como ejemplo analógico para entender los procesos naturales180. Ahora bien, sobre los pretendidos efectos del proceso alquímico en la extensión de la vida humana, tampoco se encuentra expresión ninguna que haga referencia a ello, con una excepción marginal181 en la cual se indica que uno de los compuestos parciales de proyección tendría propiedades curativas o antisépticas. En definitiva, dada la estructura racional de las obras consultadas, que las hace alinearse mas bien con los comienzos históricos del espíritu científico, de su lenguaje especializado que comprende conceptos manejados sólo por los entendidos, por su publicación desprovista de imágenes gráficas, etc. no hallamos en ellas nada que pudiera servir claramente para activar la simbología como fuente de desarrollo para el perfeccionamiento de la espiritualidad o como fuente de inspiración oracular. Se puede intentar continuar la búsqueda haciendo un nuevo corte histórico, seleccionando un segundo grupo de obras –reconocidas al igual que las anteriores como representativas y clásicas- pero que reúnen algunas características que las diferencian bastante del grupo anterior. Nos referimos a “Las Doce Claves de la Sabiduría”, atribuida a Basilio Valentino. El 177
Bacon, Roger. (1214-1294). Espejo de Alquimia. Raimundo Lulio (1235-1313). La Clavícula. 179 Alberto El Grande (1193-1280). Compuesto de los Compuestos. 180 Arnaldo de Vilanova (1245-1313). Camino del Camino 181 Paracelso (1493-1543). El Tesoro de los Tesoros de los Alquimistas. 178
62 hermano Basilio de la Orden de San Benito habría vivido hacia 1400 en lo que es la actual Prusia pero esta obra apócrifa no se habría publicado sino a comienzos del siglo XVII (1599, 1602, 1618). Se agrega la Philosophia Reformata de Johan Daniel Mylius, músico inglés especialista en laúd, quien vivió entre los siglos XVI y XVII y esta obra se publicó en 1622. Se tiene, además, los Elementae Chemiae de Johan Conrad Barchusen, químico y farmacéutico alemán, quien vivió en el siglo XVII, siendo esta obra publicada en 1718. Consideraremos también el Mutus Liber (Libro Mudo), sin autor conocido, el cual fue publicado en Francia en 1677. A los anteriores podemos agregar “El Libro de las Doce Puertas” o Compound of Alchymy de George Ripley, canónigo inglés del siglo XV, cuya obra fue publicada en 1649. Salvo este último escrito, los otros cuatro trabajos se pueden considerar como pertenecientes al siglo XVII y, por tanto, en forma gruesa, posteriores entre uno a cuatro siglos con respecto a los cinco tratados del grupo anterior. Demos una ojeada rápida a algunas de las láminas y representaciones del siglo XVII. Como se señaló, los escritos del hermano Basilio Valentino datarían del siglo XV aunque fueron publicados en el siglo XVII. Era un hombre sabio en materia de química, como se diría hoy. Por ejemplo, Hervé Delboy nos señala que “Basilio muestra que conocía los diferentes óxidos de antimonio obtenidos, sea por la simple calcinación, sea por deflagración del antimonio con el nitrato”
182
. Interesante es agregar que sus capacidades le llevaron casi al punto de descubrir el oxígeno y su importante papel en la formación de las sustancias. Por eso es que se cita este pasaje de una de sus obras: “El espíritu del mercurio se encuentra en el origen de todos los metales; este espíritu no es sino que un aire volando allá y acá sin alas; es un viento moviente, el cual, después que Vulcano183 lo ha expulsado de su domicilio, vuelve a entrar en el caos, luego se dilata y se mezcla en la región 184
del aire, de donde había salido”
. Algún autor hoy desconocido habría elaborado el texto “Las Doce Claves de la Filosofía”, que se le atribuye por tradición. En su primera clave, “De la Preparación de la Materia Prima”, se expresa con delicadeza:
“Sabe amigo mío que todos los cuerpos inmundos y leprosos no son apropiados para nuestra obra, porque su lepra e impureza, no solamente no puede producir nada de bueno, sino que también impide que lo que es apropiado pueda producirse”.
Y
agrega más adelante: “…toma un lobo hambriento…”... ”Se lo encuentra en los valles y montañas siempre muerto de hambre. Lánzalo sobre el cuerpo del Rey a fin que él se sacie, después que haya comido lánzalo en un gran fuego para ser allí del todo consumido y el Rey será liberado. Después que hayas hecho aquello tres veces el León habrá del todo superado al Lobo, y el Lobo no podrá más consumir Rey, y nuestra materia
182
Delboy, Hervé. Las Doce Claves de la Filosofía atribuidas al Hermano Basilio Valentino. El fuego. 184 Delboy, Hervé. Las Doce Claves de la Filosofía atribuidas al Hermano Basilio Valentino. 183
63 185
estará preparada y lista para comenzar la obra.”
Tanto la interpretación del texto como de la lámina186 dejémoslo a los especialistas. Señala Delboy que “La Clave I muestra la “pareja alquímica” en su simbólica clásica: el principio femenino o Mercurio sosteniendo un ramo que lleva tres flores en su derecha y a la izquierda el peregrino o viajero que porta en su diestra un Bastón. En primer plano, a la izquierda, un lobo que salta por encima de un crisol (la vía seca); a la derecha un anciano, de gesto amenazante, con una hoz, inclinado sobre un huevo. El ramo encuentra su correspondencia en la cal que es indispensable para la obtención del Mercurio Filosófico; la hoz representa la lira de Orfeo que apacigua el tumulto y calma a los animales salvajes. La Clave I simboliza la adquisición del Mercurio por la vía del sulfuro de antimonio”
187
. Por su parte,
Poisson expresa: “Purificación del oro, el Rey, por el antimonio, el lobo, en un crisol y de la plata, la reina, 188 por el plomo Saturno, en una copela” .
En la Clave VI, se dice con igual finura que en los párrafos anteriores: “El macho sin hembra no es sino un semi-cuerpo, como también la hembra sin macho, pues estando el uno sin el otro, no pueden engendrar y multiplicar sus especies, pero cuando están casados y colocados juntos, constituyen un cuerpo perfecto y consumado, y apropiado a la generación”
189
. Y más adelante, se agrega: “Se debe dar de comer un Cisne blanco al hombre doble ígneo, con la finalidad que ellos se maten el uno al otro, y resuciten tanto el uno como el otro, que el aire que viene de las cuatro partes del mundo ocupe las tres partes de la vivienda cerrada de este hombre ígneo, a fin de que se pueda percibir la carne del Cisne, diciendo su último adiós, y el Cisne asado será para la mesa del Rey. Y la voz melodiosa de la Reina se acoplará noblemente a los oídos del Rey ígneo, la abrazará amablemente por el gran afecto que le tiene, y estará ahíto de aquélla hasta que desaparezcan ambos, y ellos dos no sean sino un solo cuerpo.”
Nuevamente dejemos la interpretación a los especialistas: El Sr. Delboy expresa que este grabado “… corresponde al “matrimonio real”, realizado por el ordenanza o mensajero. A la derecha, Neptuno quien simboliza el agua, ni más ni menos, que se agrega a la mezcla para obtener crema de tártaro190. Es aquí que B. Valentino preconiza “embeber con un cisne blanco al hombre doble ígneo”, es decir, la sal blanca obtenida a partir del tratamiento del salitre por la crema de tártaro que da carbonato de potasio, uno de los dos compuestos del Mercurio filosófico…”
191
. Por su parte, Poisson señala
que se trata de una “Conjunción, unión o matrimonio del Rey y de la Reina, Azufre y Mercurio, Oro y Plata. El Sol y la Luna se vinculan al rey y la reina. Los aparatos destilatorios y la lluvia de fondo, indican que durante la operación de la conjunción, ocurren fenómenos de emisión de vapor y de condensación. Esto tiene lugar durante 192
el color blanco simbolizado por el cisne. El sacerdote, medio de unión, es la Sal.
185
”
Valentino, Basilio (atribuido a). Las Doce Claves de la Filosofía. Presentamos los dibujos aparecidos en la edición de 1618. 187 Delboy, Hervé. Las Doce Claves de la Filosofía atribuidas al Hermano Basilio Valentino. 188 Poisson, Albert. Teorías y Símbolos de los Alquimistas. Traducción de Ismael Berroeta. 189 Valentino, Basilio (atribuido a). Las Doce Claves de la Filosofía. 190 Farmacología: crème de tartre = crema de tártaro = sal purgativa extraída del tártaro de vino (Diccionario en línea del Centre National de Ressources Textuelles et Lexicales). 191 Delboy, Hervé. Las Doce Claves de la Filosofía atribuidas al Hermano Basilio Valentino. 192 Poisson, Albert. Teorías y Símbolos de los Alquimistas. Traducción de Ismael Berroeta. 186
64
En la clave XI, “Hermano Basilio” expresa: “Te explicaré la Onceava Clave que sirve para multiplicar nuestra Piedra celeste mediante la siguiente similitud. Había en un país del Levante un valiente caballero, 193
Orfeo…”
La interpretación siguiente corresponde a la mano de Delboy: “Es el combate del León Verde y del León Rojo que recuerda el del mastín del Korasán y de la perra de Armenia del Libro Secreto de Artephius... hay pasada por transición progresiva del León Verde al León Rojo: puede tratarse de una indicación respecto a un cambio de forma de una sustancia (por ejemplo, la transformación en estructura cristalina de un cuerpo amorfo: aluminio o sílice). A la 194
izquierda, el León macho; a la derecha la hembra y su camada”
,
En la Clave XII dice el Hermano Basilio: “Le ocurrirá lo mismo a aquél que haya, con la ayuda de Dios, adquirido la tintura, y no supiera utilizarla, como el gladiador que no conoce su trabajo. Pero en tanto, he aquí la doceava y última Clave que cierra este libro. No hablaré más con ambigüedad Filosófica, sino que explicaré sin adornos y claramente esta Clave referida a la tintura. Prestad atención entonces a la doctrina siguiente: Tomad una parte de esta medicina y Piedra de los Filósofos debidamente preparada, y hecha de leche virginal, y tres partes de oro muy puro pasado por la copela con el antimonio, y acuñado en láminas muy menudas, reunidlas en un crisol y dadles un fuego moderado las doce primeras horas, luego fundidlas, y tenedlas en ese fuego por espacio de tres días naturales, y la Piedra será cambiada en verdadera medicina, de una naturaleza sutil, espiritual y penetrante. Y ella no teñirá fácilmente a causa de su gran sutileza sin el fermento del oro, pero cuando es fermentada de su semejante, la tintura entra fácilmente. Tomad poco después una parte de esta masa fermentada, y lanzadla sobre mil de metal, y verdaderamente el todo será cambiado en muy buen oro”.
El especialista tiene la palabra: “…el tonel en el fuego simboliza el tártaro a partir del cual se fabrica crema de tártaro. Esta crema deberá ser hidratada antes de ser proyectada en un recipiente con forma de fuente con salitre antes de llegar a la sal blanca de carbonato de potasio puro. La cal (simbolizada por el tiesto y las dos flores) servirá entonces para la formación de la potasa cáustica. El Sol y la Luna podrán entonces sufrir la prueba del “baño de los astros”. El León que traga una serpiente corresponde sin duda al disolvente universal. Encontramos como últimos arcanos: la balanza, símbolo del conocimiento del peso de la naturaleza (la preparación de la potasa es menos simple de lo que parece: problemas de concentración en carbonato de potasio y de agua, el licor debe ser diluido en una cantidad de agua medida…). En cuanto a los cacharros dispuestos sobre la estantería, simbolizan los cuatro elementos, de izquierda a derecha: la tierra, el agua, el fuego y el aire”.
Ahora presentaremos algunas de las ilustraciones que acompañan la obra de Mylius, Philosophia Reformata, correspondientes a la edición de 1622. 193
Valentino, Basilio (atribuido a). Las Doce Claves de la Filosofía. Delboy, Hervé. Las Doce Claves de la Filosofía atribuidas al Hermano Basilio Valentino. Tomado de Internet. WEB http://herve.delboy.perso.sfr.fr/emblemes.htm 194
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Emblema XIII, de la Primera serie. Comenta Delboy: “Esta figura es idéntica a la Clave I de Basilio. Mismo crisol a la izquierda, mismo lobo; la imagen de Saturno está mejor definida... Lo que es nuevo en Mylius, es el árbol de la vida…195”
Emblema XVI, de la Primera serie. Delboy: “Diana aparece cabalgando un León que amamanta a sus pequeños. Ella tiene un globo donde se percibe el pelícano, otro emblema del Mercurio puesto que este animal ofrece sus propias plumas a su progenie y da por lo demás la idea de una circulación en el recipiente que lleva su nombre196”.
Emblema XX, de la Segunda serie. Delboy: “Resurrección. Es la fase de reincrudación donde la materia reaparece en un nuevo estado corporal. De amorfa, se ha vuelto cristalina y, intensificando el fuego, se ve este cristal animado de reflejos rojo rubís197”.
Ahora le corresponde el turno a la obra de Barchusen Elementa Chimicae (1718).
195
Delboy, Hervé. 2006 Philosophia Reformata. Johan Daniel Mylius. Tomado de Intenet, WEB http://herve.delboy.perso.sfr.fr/mylius.html 196 Ídem. 197 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris.
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Respecto de la Figura 2, Poisson nos proporciona esta explicación: “El Alquimista en oración en su Laboratorio, suplica a Dios antes de comenzar la Gran Obra, que le disminuya las dificultades y que le dé la inteligencia de las obras de los Filósofos198”
Respecto de la Figura 9, dice Poisson: “Ella indica que el Azufre y el Mercurio de los filósofos son sacados del Oro y de la Plata”.
Sobre las Figuras 20 y 21 dice Poisson: “Dos huevos filosóficos sellados, encerrando la Materia de la Piedra, oro y plata. En el uno hay sublimación, lo que indica el pájaro que se eleva. En el otro, la materia sublimada se ha precipitado o condensado, lo que indica el pájaro que desciende199.
Para terminar esta serie de ejemplos, haremos una breve referencia al Mutus Liber (1677)
198
Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris. 199 Poisson, Albert. 1891. Théories et Symboles des Alchimistes. Bibliothèque Chacornac, 11 Quai Saint –Michel Paris.
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Sobre la Plancha 10 del Mutus Liber, he aquí parte del comentario del Sr. Delboy: “Esta plancha capital nos muestra sin duda la preparación del Rebis. Consideremos los cuatro cuadros de arriba, la escena de abajo siendo la alegoría correspondiente. Arriba a la izquierda, preparación de las dos materias de base: la cal metálica a la izquierda es simbolizada por la estrella; a la derecha, la flor (flos = sal muy blanca) simboliza el azufre blanco, que es absolutamente puro. Se observará que estas dos sustancias han sido puestas sobre los dos platillos de una balanza…” Y agrega: “Estas sustancias son puestas en un matraz siendo después el matraz sellado al fuego de lámpara; se trata del sello vítrico de Hermes… El matraz es enseguida dispuesto en el athanor. La alegoría de abajo parece representar la alianza de estos dos principios; la presencia del arco puede ser una indicación respecto Diana cazadora, es decir, Artemisa (luna cornuda). Se distingue por lo demás un creciente de luna en la 200
parte superior, un poco a la derecha, del sol.
”
Como se ha podido apreciar, los textos del siglo XVII que han sido escogidos como ejemplos, otorgan una gran importancia a la gráfica, aportando numerosas y variadas ilustraciones. Esto es llevado al extremo en algunas de ellas, como el Mutus Liber, el cual está desarrollado solamente en imágenes. Los trabajos presentan un lenguaje especializado. Solamente los escasos investigadores especialistas pueden entregar interpretaciones de su contenido, estando absolutamente vedado al lector común. Hay que llamar la atención sobre el hecho de que los propios especialistas entregan algunas interpretaciones a título condicional, un “podría ser”. Los escritos y las láminas no estarían para nada destinados al grueso público y no tendrían ningún significado para quien no haya compartido la experiencia alquímica exterior e interior. El símbolo número se encuentra presente en todas las obras presentadas, incluso en el título, sea éste original o sea aquél dado por tradición. Por ejemplo, “doce claves…”, “doce puertas…” En las Doce Claves de la Filosofía, cada clave corresponde a una imagen y lleva aparejado un capítulo con un texto o explicación (aunque ¡vaya Ud. a entenderla!). La Philosophia Reformata de Mylius presenta 3 series de ilustraciones, con un total de sesenta y seis grabados. El Elementae Chemiae de Barchusen considera setenta y ocho ilustraciones, igual número que las cartas del Tarot. El Mutus Liber dispone de 15 planchas representando cada una -aparentemente- una etapa del proceso general, cada una de ellas con escenas
200
Delboy, Hervé. 2006. Mutus Liber. Tomado http://herve.delboy.perso.sfr.fr/mutus_liber.pdf
de
la
versión
en
Internet
de
la
WEB
68 varias que, a su vez, representarían las subetapas del mismo, lo cual significa que el total de dibujos es aún mayor. Otra característica es la presencia del elemento astrológico, el cual a su turno se liga al elemento número. No sería casualidad el número doce, pues simbolizaría el universo que se expresa en el mundo planetario a través del zodíaco, sin contar que el examen realizado por especialistas indica referencias disimuladas a lo astral. El tema o materia de las obras es compartido y tradicional entre estos alquimistas. Se presenta la descripción por etapas de un proceso similar al considerado en los cinco tratados del grupo anterior, cuyo resultado o producto es el mismo. Nótese que la alquimia se diferencia de la química -entre varias otras características- en que la primera sólo tiene un objetivo, un procedimiento y un resultado, pero el camino es incierto, paciente, repetitivo y a veces decepcionante. La segunda tiene variados objetivos (orgánicos, inorgánicos, analíticos, sintéticos, etc.), numerosos procedimientos y siempre nuevos resultados. Ahora bien, si la temática alquímica de fondo siempre es la misma y con un lenguaje cifrado, se trataría de un diálogo consigo mismo y no habría interés del adepto en vehicular algo hacia el entorno, salvo a algunos elegidos o suertudos. Entonces, esto estaría dando la razón en cierta medida a Jung, se trataría de un proceso interior, egocéntrico en sentido estricto. Algo que resulta curioso en el proceso alquímico occidental o europeo, más aún diríase asombroso, es que se tenga que dominar no sólo un lenguaje sino una técnica material, cual es el conocimiento de elementos minerales y sus compuestos, disponer de un laboratorio y desarrollar ese diálogo interior para conseguir simultáneamente la perfección interna y la del metal. Esto, no cabe duda que es así, lo demuestra el conocimiento detallado de los maestros alquimistas de las sustancias, los aparatos y los procedimientos químicos y metalúrgicos. Un conocimiento libresco y erudito no habría conseguido ningún resultado. Ese estilo erudito, con abundantes citas pero sin ningún aporte propio basado en la experiencia directa, es el que se nota en los libros de alquimia posteriores a los comentados aquí, quizás de mediados del siglo XVII en adelante, pues en ellos todo se basa en repetir lo que dicen los maestros de los siglos anteriores y se delata un conocimiento abstracto y distante de la práctica de laboratorio. De nuestro breve análisis se deduciría que es bien poco lo que se podría sacar mirando una y otra vez las láminas de un tratado y, menos aún, sin conocer el significado o atribuirle alguno a los elementos gráficos y diagramas que las componen. En suma, dedicar tiempo a entenderlas no ayudará en nada, ni a obtener metales preciosos, ni a perfeccionar el ser interior. Se necesitaría una técnica adicional para que puedan prestar alguna utilidad, y no me refiero a la lectura de los tratados, pues de ellos es escaso lo que se podría destilar o conseguir para el bien propio, sino a los grabados. Aquí está el verdadero tesoro que algunos alquimistas o los editores inteligentes -que probablemente eran adeptos también- que consiguieron que algún grabador –quien también sería adepto- pusiera el símbolo en una figura específica. Pero, como usted podrá haberlo advertido, falta algo, una técnica
69 adicional para aprovechar o destilar el mensaje de la simbĂłlica plasmada en los grabados. Por eso cobrarĂa importancia el arte de la cartomancia, que sĂ fue y sigue siendo popular y masivo, transversal a todas las clases sociales y sobre el cual vamos a dedicarnos en las pĂĄginas siguientes.
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5. EL TAROT Y LOS NÚMEROS 5.1 Cuestiones generales El Tarot es un instrumento que clasifica dentro de la cartomancia, desde el momento que constituye físicamente un libro de imágenes bajo el aspecto de una baraja. Su raíz histórica demostrada es formalmente más antigua, por ejemplo, que la orden masónica y se conservan cartas que datan del siglo XV así como registros de su existencia en documentos del siglo XIII. Tiene un valor múltiple, tanto oracular como esotérico como de conexión psíquica biográfica y trascendente. Desde el punto de vista cultural se le puede clasificar como un sincretismo puesto que presenta elementos combinados de las mismas fuentes que el ideario de las escuelas esotéricas: numerología pitagórica, Hermetismo, Alquimia, entre otros. Y, curiosamente, cada carta recibe el nombre de Arcano, es decir, secreto, palabra común a lo esotérico y a sus escuelas. El Tarot tiene un origen oscuro. No se sabría si empezó sólo como un juego de azar o como un instrumento de exploración espiritual de tipo lúdico. Al parecer surgió en forma paralela a los simples mazos de cartas o naipes, los cuales tienen menos cartas y no traen “triunfos” o arcanos mayores. Esto marca triple diferencia entre ellos: el estímulo por dinero, el tipo de cartas y la cantidad de cartas. No existe un solo Tarot. Todo comenzó en el siglo XV o antes con algunas pocas versiones y luego siguió su curso con altibajos de popularidad hasta el siglo XX, con versiones muy variadas. En nuestro estudio cuando hagamos mención específica de una carta o arcano, nos estaremos refiriendo al modelo “Marsella”. 5.2 Escarbando en las raíces. El Tarot es una baraja cuya mayor antigüedad comprobada a través de la conservación de barajas auténticas data del siglo XV, así como de referencias escritas que aluden a su existencia provenientes del siglo XIV y al menos una referencia del siglo XIII. Algunos “no” en los que parecen estar de acuerdo los especialistas: el Tarot no nació ni se inventó en Marsella (Francia). El Tarot no se creó ni viene hasta nosotros del antiguo Egipto. El Tarot no lo inventaron los gitanos. El Tarot no siempre se ha usado con fines predictivos u oraculares. Por eso “Hagamos para empezar tabla rasa de las ideas recibidas en cuanto a la my elevada antigüedad del tarot. No, ¡no es obra de los grandes iniciados del Egipto antiguo!. No es para nada de
71 origen hebraico-cabalístico. Ni gitano. Y aún menos, puesto que se ha encontrado algunas personas que lo pretenden, extraterrestre…”201
El Tarot, desde sus comienzos, habría tenido una estructura definida como la conocemos hoy, expresada en 22 triunfos o arcanos mayores y 56 arcanos menores, estos últimos seriados en 4 palos o pintas que incluyen a su vez dos tipos de cartas, las cortesanas (rey, reina, caballero y paje) y las cartas numerales (desde el as o uno hasta el diez). No se sabría cuáles surgieron primero: si los triunfos o los arcanos menores y, por tanto, cuáles se agregaron a cuáles. Tampoco parece muy claro si nacieron primero las barajas para juegos de azar o si lo fueron los tarot usados para otros fines. Y finalmente, tampoco los historiadores han podido aclarar si el Tarot fue originalmente un juego más de azar usado después con propósitos espirituales o si ocurrió al revés. Como una manera de facilitar las cosas, vamos a llamar naipes a los mazos de cartas destinados corrientemente desde la Edad Media para los juegos de azar, y vamos a llamar tarot a los mazos usados con fines espirituales, sea para sacar una enseñanza moral o para predecir o para conectar con el sí mismo. En fin, se trata en este último caso de no aplicar el mazo para apostar dinero, aunque hay que dejar en claro que el Tarot también puede usarse para jugar y hacer apuestas, como lo demuestra la existencia de un juego no exento de popularidad en Europa, especialmente en Francia, con la salvedad que este tema por ahora no nos interesa. Entonces, el nacimiento de los Tarot y de los naipes sería aproximadamente en la misma época. El Tarot de Marsella no es el primero ni el más antiguo de los Tarot, ni tampoco su nombre es antiguo. Es una denominación nacida en el siglo XX, a partir de una re impresión del Tarot editado por el cartista o impresor Nicolás Conver en el siglo XVIII. Sin embargo, hay algo de antiguo y primigenio en él: está demostrado por la investigación que se basa en un Tarot italiano, de la Italia del norte, del siglo XV. Las cartas del Tarot tipo “Marsella” tienen una presentación sencilla. Por ejemplo, los triunfos muestran solamente tres elementos principales: al centro, las imágenes; abajo o al pie de la carta, el nombre; y arriba, el número en cifras latinas.
201
Mathonière, Jean-Michel. « Tarot et Art de Mémoire… ou l’Art d’Accommoder les Symboles ». Artículo aparecido en La Chaîne d’Union, nueva serie n° 12, primavera 2000, revista de estudios simbólicos y masónicos del Gran Oriente de Francia.
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Un Tarot antiguo (1450), el llamado Visconti-Sforza, elaborado para el señor de Milán, presenta la estructura así como los personajes clásicos del Tarot “original” o primigenio. Sus diseños, de gran finura y elegancia, son fruto de la inspiración y la mano de artistas de primera línea de su tiempo. Sin embargo, la carta de triunfo es aún más sencilla: no muestra ni nombres ni números, confiando exclusivamente en la fuerza de la imagen.
A la izquierda, El Loco; en segundo lugar, Los Enamorados; en tercer lugar, El Carro; a la derecha, Tres de espadas, todos del Tarot Visconti-Sforza (1450).
Un par de palabras sobre otros Tarot antiguos, que se salen del esquema “primigenio”. Un primer caso, el Tarot llamado de “Mantegna”. Data de 1460, baraja impresa en Ferrara, Italia del norte, también. Casi podría considerarse que no es un Tarot, pues las cincuenta cartas –nótese que tiene por diseño y no por pérdida 28 cartas menos que el esquema “primigenio”- obedecen a un proyecto diferente. Aquí no se intenta mostrar las situaciones o contradicciones del alma humana individual ni tampoco respaldar un juego de azar. Cada carta tiene su propio número. La serie comienza con el uno o Mísero (lo más bajo de la escala social) y termina con el cincuenta (la causa primera, Dios, lo más alto). Al número se agrega el nombre de la figura, principio, virtud o arte.
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A la izquierda, El Mísero, número I; en segundo lugar, El Rey, número VIII; en tercer lugar, El Papa, número X; a la derecha, La Prima Causa o Luz Divina, número L, todas del Tarot Mantegna (1460).
Un segundo caso, el Tarot Minchiate, elaborado en Florencia, norte de Italia igualmente. De mayor volumen por sus 97 cartas y, por tanto, de mayor número de personajes. Un detalle no menor es que si bien los triunfos llevan números latinos, no presentan nombres.
A la izquierda, Arcano VIII, equivaldría a La Justicia; en segundo lugar, Arcano IX, equivaldría a La Rueda de la Fortuna; en tercer lugar, Arcano X, equivaldría a El Carro; a la derecha, Tres de Espadas, todos de un Minchiate florentino (1820). Obsérvese que los números de los triunfos, a excepción de La Justicia, no coinciden con los del Tarot “primigenio”.
Un tercer caso, el tarot Sola-Busca, creado hacia 1500, de origen veneciano, al cual se le han dado nombres como “Alquimístico”, “Iluminado” y “De los Antiguos Condotieros”. Los triunfos presentan un número latino de pequeño trazo en la parte inferior o la parte media, el nombre del personaje o lámina en la parte de arriba. Han desaparecido en la serie de los triunfos los personajes femeninos como la emperatriz, la papisa, la estrella, la templanza, etc.
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A la izquierda, Mato, número 0, equivaldría a El Loco. A la derecha, Deotauro, número VII, equivaldría a El Carro, ambos del Tarot Alquimístico.
En el “Sola-Busca”, la mujer solamente se encuentra representada en las cuatro reinas y, en cambio, hay profusión de jóvenes y adolescentes masculinos, efebos, querubines, etc. en un estilo neoclásico. El guerrero es un personaje incluido en los triunfos de manera casi repetitiva y sería representación de líderes bíblicos y greco-romanos. Muchas de las cartas y de las representaciones del Tarot “primigenio” están aquí apenas perfiladas por no decir desaparecidas. Se afirma que las cartas numerales del Tarot Sola-Busca tendrían sentido esotérico ligado claramente a la alquimia. Sin embargo, en mi opinión el artista que lo creó sería mas bien una persona culta y erudita pero en ningún caso un iniciado de la alquimia. Hay que destacar, además, que varios arcanos menores del Tarot Rider-Waite (siglo XX) están inspirados en esa obra aparecida 500 años antes, cuando no son una mera copia. Este trabajo de Waite es una de las barajas más prestigiadas y populares del siglo XX y del XXI. Muchos justifican su uso señalando que utilizar el Tarot de “Marsella” es quedarse en el pasado. Por eso parece lícito preguntarse ¿es Waite un mero plagiador de ese artista desconocido del siglo XVI?, ¿es más “fuera de tono” usar una copia de un tarot del año 1500 o un tarot de Marsella edición 1760?. Juzgue el lector.
A la izquierda, Tres de Espadas del Tarot Alquimístico (1500). A la derecha, Tres de espadas del Tarot Rider-Waite (aprox. 1900).
75 En forma intencionada dejaremos de lado los otros Tarot, aquéllos de los siglos XVIII al XX. Estas barajas, las del siglo XIX principalmente, están llenas de signos propios de la modernidad, ajenos a las obras medioevales: letras hebraicas que pretenden ligar con la Cábala; signos planetarios que pretenden ligar con la astrología, signos masónicos, etc., etc. Ya de lleno en el siglo XX, las versiones van perdiendo la inspiración esotérica o iniciática y no son más que representaciones de modas o gustos estéticos. El Tarot estilo “Marsella” -y todos los que siguen su esquema- tiene otra particularidad: conserva la presentación gráfica de las cartas numerales, aquéllas que vienen tradicionalmente aportadas por los “naipes”, manteniendo la división estética entre los arcanos mayores y las cartas numerales de los arcanos menores. Recordemos que las cartas llamadas numerales, o sea, que traen solamente pintas o palos de los cuatro elementos, van agregando una unidad del elemento representado, por Ej., el 3 de copas muestra 3 copas; el 4 de bastos tiene 4 bastones o porras; el 5 de espadas, 5 armas blancas; el 6 de oros, 6 pantáculos dorados. Esto es así en general en toda la historia del Tarot, salvo en dos ocasiones. Primero, en el caso del Tarot “alquimístico”, el cual incluye figuras humanas incluso en las cartas numerales. Segundo, lo mismo vuelve a acontecer varios siglos después con el Tarot Rider-Waite (el cual se inspira a su vez en el “Alquimístico”). Esta nueva modalidad tiene su gracia, su fuerza y su intención. Gracia, pues enriquece la estética y la libra de la monotonía. Fuerza, pues las imágenes facilitan el “arte de la memoria” y conectan mejor con el inconsciente colectivo. Intención, pues pretende superar la simple adición histórica entre los 22 “triunfos” o alegorías y las 56 cartas “numerales” o naipes, dándoles, por la vía de una revolución en la gráfica, una unidad y un estilo en el global de las 78 cartas. 5.3 Tarot y Alquimia El inicio y expansión del uso del Tarot parece ser algo anterior a la expansión de la literatura alquímica con imágenes o planchas. Sin embargo, ambos, Tarot y Alquimia, coinciden históricamente cuando hay una consolidación de la técnica de llevar la simbólica a una expresión concreta masiva. Antes, el simbolismo se había expresado mas bien en los monumentos: templos, catedrales, palacios, tumbas o mausoleos, monumentos en plazas, etc. Hay ahora un nuevo material: el papel; un nuevo formato: el libro; y una nueva técnica: la imprenta. La alquimia se expresaba hacia los interesados a través del elemento libro, primero por medio del texto o palabra escrita y, después, muy pronto, mediante nuevos impresos adornados con planchas de figuras arquetípicas, muchas veces numeradas para dar la idea de un orden de prelación en las etapas de un proceso. Todos los elementos del proceso se encuentran así atrapados en un formato fijo: tanto las páginas del libro como la precedencia de las figuras en la cual el autor los ha presentado. Con el advenimiento del Tarot, aparece un formato revolucionario: el de la carta o estampa en miniatura en hojas sueltas acartonadas. De esta nueva forma se desprenden nuevas posibilidades: se puede romper el esquema estricto en el cual las láminas vienen ordenadas en un libro corriente y las
76 estampas pueden adoptar un orden de aparición sea al azar o sea a la voluntad del operador, haciendo el procedimiento ágil, entretenido, “hermético” en el sentido lúdico, o sea el esquema de un juego, sea individual o sea socialmente colectivo. Además, se puede reproducir independientemente del texto, multiplicarse a través de la imprenta, venderse por separado, en suma, popularizarse o extraerlo del círculo elitista. Quizás sea una exageración destacar el carácter alquimístico del tarot Sola-Busca pues existen actualmente varios estudios –pocos eso sí- que entregan interpretaciones de que el tarot “primigenio”, representado por el estilo “Marsella” es en sí y por completo en sus triunfos un trabajo de inspiración alquímica. Esto es sin ánimo ni de ofender ni de despreciar nada, pues, en definitiva, no contamos sino con interpretaciones, o sea, con hipótesis acomodadas por la mente, dado que los códigos o claves culturales de transmisión de estos instrumentos se han borrado en el tiempo y no se ha experimentado una herencia lineal de esta sabiduría –tanto del Tarot como de la Alquimia- de una generación a otra. Fulcanelli afirma rotundamente que “…el tarot, jeroglífico complemento de la Gran Obra, contiene las veintiuna operaciones o fases por las cuales pasa el mercurio filosófico antes de alcanzar la perfección final del elíxir. Pues bien, ya que la obra se ejecuta precisamente por el loco o mercurio preparado, sometido a voluntad del operador…”202
habiendo antes señalado como de paso –pues no presenta el más mínimo estudio o discusión a este respecto- que “…el mercurio, llamado loco de la Gran Obra a causa de su inconstancia y volatilidad, ve confirmado su significado en la primera lámina del tarot, llamada el loco o el 203
alquimista”.
En esta misma línea de interpretación se encuentran H. Delboy y Ram (Revista El Arte del Tarot) Si bien los especialistas encuentran una relación entre cada símbolo o arcano del tarot y los conceptos alquímicos, lo cual muchas veces aparece a los ojos del aficionado un esquema un tanto forzado o incomprensible, no puede ignorarse que incluso parte de la gráfica de la baraja y la gráfica de los textos alquímicos es bastante aproximada. Y lo anterior sería quedarnos cortos, pues en algunos casos ¡hasta la numeración del tarot y la numeración de las planchas alquímicas es la misma!. En la Prima Clavis de Basilio Valentino aparece la pareja alquímica: el principio femenino o Mercurio y el principio masculino o Azufre. El principio masculino coronado, el Rey u oro, sería purificado en un crisol por el sulfuro de antimonio, representado por el lobo. El principio femenino, la Reina o plata, sería purificado en una copela mediante el plomo. Si bien estos personajes aparecen todos simultáneamente en la escena valentiniana, en el Tarot son presentados en forma separada, aunque ocupando los primeros o casi los primeros números de la baraja: el principio femenino aparece en la carta III La Emperatriz, el principio masculino en la carta IV El Emperador, el anciano Saturno –el plomo- con la hoz transformada en vara y el fuego transformado en candela aparecería en la carta IX El Ermitaño. El lector puede hacer las comparaciones en la Figura siguiente.
202 203
Fulcanelli. Las Moradas Filosofales. Capítulo El Hombre de los Bosques. Idem.
77
A la izquierda, Prima Clavis de B. Valentino (versión 1677); en segundo lugar, La Emperatriz; en tercer lugar, El Emperador; a la derecha, El Ermitaño, todos los tres del tarot de Marsella.
En la Clave VI del Hermano Basilio se presenta nuevamente los principios opuestos y complementarios bajo la forma de matrimonio real, en ceremonial presidido por una suerte de sacerdote. Estos personajes corresponderían a los tres principios de los alquimistas, siendo el sacerdote, la Sal. El número de la clave, el VI, es el mismo de la carta VI Los Enamorados. Para Court de Gébelin204 la denominación primitiva sería más explícita: El Matrimonio (Le Mariage). De esta forma, la interpretación corriente sería absurda e irrisoria, pues se acostumbra a decir que se trataría de un joven en la encrucijada de escoger entre dos mujeres, una joven y otra vieja, cuando la “vieja” no sería ni más que menos que un oficiante o sacerdote. En la carta no sólo se conservan los personajes principales, sino que se mantiene al Sol de forma explícita y, a la Luna, mediante el arco de Cupido, pues no se debe olvidar que el arco es el símbolo de Ártemis, la luna creciente.
A la izquierda, VI Clave del Hermano Basilio (versión 1677); a la derecha, la carta VI del tarot Los Enamorados o El Matrimonio (versión del Tarot de Marsella).
204
Court de Gébelin, Antoine: Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne vol. 8, tome 1, Paris 1781 - p. 365-410. Du Jeu des Tarots.
78 En la Clave XI del Frater Basilio se muestra dos leones devorándose el uno al otro, ambos siendo montados o dominados por sendas amazonas. Recordemos que se ha interpretado como la representación de un cambio de estado de sustancias: de lo amorfo a lo cristalino. El número de la clave, el XI, es el mismo que la carta XI La Fuerza. En esta última habría una reducción a sólo un león y una sola dama que le controla. Cabe consignar que esta escena es muy similar a la que aparece en el Emblema XVI, de la Primera Serie, de la Philosophia Reformata, en la cual Diana –la Luna creciente- va cabalgando sobre el rey de los animales.
A la izquierda, XI Clave del Hermano Basilio (versión 1677); a la derecha, la carta XI del tarot La Fuerza (versión del Tarot de Marsella).
En la Clave XII y última del Hermano Basilio Valentino se muestra a un operador –un adepto o alquimista indudablemente- en medio de su laboratorio, rodeado de los elementos apropiados para operar. Basilio explica que en esta etapa corresponde utilizar la “medicina” o “tintura” o “Piedra de los Filósofos”, la cual “debidamente preparada” podrá ser “lanzada” en la debida proporción sobre una cierta cantidad de metal, cambiando dicho metal en “muy buen oro”. Al fondo, a través de la ventana, se muestran el Sol y la Luna, principios activo y pasivo, masculino y femenino, fijo y volátil. Además, se dice que estarían presentes los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. Ahora, en atención a que los procesos hermético-alquímicos constituyen un circuito, un ir y venir, un flujo que se vuelve a reiniciar, es que la lámina o etapa final puede ser tomada también como la primera de un devenir recurrente. Por eso y por otros detalles es que son notorias las coincidencias con la carta I El Mago, la primera del tarot. En ésta, se encuentra el mesón del operador, éste, vestido con calzas a la antigua, cubierta también su cabeza mediante sombrero, con un objeto o vara en su mano izquierda, y teniendo igualmente a su disposición los cuatro elementos (vaso y cubilete = agua, monedas = tierra, cuchillo = aire, vara o varita = fuego).
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A la izquierda, XII Clave del Hermano Basilio (versión 1677); a la derecha, la carta I del tarot El Mago (versión del Tarot de Marsella).
En el Emblema XX (segunda serie) de la Philosophia Reformata aparece una figura central – el Rey o la materia coronada- emergiendo de la tumba o las profundidades. Sería la resurrección de la materia reapareciendo en esta fase bajo una forma prístina, definida, químicamente cristalina. El tema de la resurrección es utilizado una y otra vez en los tratados alquímicos y existen numerosas y bellas versiones gráficas de esta etapa del proceso. El número del Emblema, el XX, es el mismo de la carta XX El Juicio. En ésta, el recién nacido (o renacido) es rodeado de los opuestos masculino y femenino al momento de emerger de la fosa. El cuadro se completa en la parte superior con un ángel que anuncia el triunfo mediante una trompeta. Atrás, oculto por las nubes, estaría El Sol, Rey u Oro. Como es fácil advertir, esta alegoría no tendría nada que ver con un “juicio final” admitido por ciertas religiones y deslizado por algunos tarotistas como interpretación.
A la izquierda, Emblema XX (segunda serie) de la Philosophia Reformata de Mylius (edición de 1622); a la derecha, la carta XX El Juicio del tarot (versión del Tarot de Marsella).
La Plancha X del Mutus Liber describe sin palabras un fragmento del proceso de la Gran Obra. Esta lámina fue mostrada poco más arriba. Cabe consignar que el especialista interpreta que los cuatro grabados de la parte superior muestran paso a paso los
80 procedimientos de laboratorio y que la escena de la parte inferior sería la alegoría que sintetiza la etapa. Se trataría de la alianza de dos principios, mejor dicho de dos sustancias, uno tipo azufre, puro, fijo, y el otro tipo óxido o cal metálica, los cuales para poder actuar conjuntamente deben introducirse en un matraz y ponerse a “fermentar” o “criar” dentro del horno alquímico o athanor. Uno de esos principios tendría carácter lunar, femenino (mujer con el arco de Artemisa, la luna creciente, joven virgen) y el otro solar, masculino. Las coincidencias con la carta XVI La Torre son muy evidentes, aunque no se cuente exactamente con todos los ingredientes. Cabe destacar que sobre la Torre se han tejido diversas interpretaciones con escasa investigación. Se ha hablado de “torre fulminada” como de un “edificio” que está siendo destruido por acción de un rayo divino. Se puede notar que no hay tal destrucción, sino la existencia de una tapa móvil, tal como la del horno alquímico. Además, la representación de una energía externa viniendo hacia la construcción es obra de modificaciones realizadas por los cartistas no iniciados, pues la versión “Marsella” usada por Court de Gébelin presenta la energía fluyendo desde el horno hacia el exterior y no al revés. La novedad de la carta XVI es que los principios masculino y femenino se muestran cayendo desde la torre u horno, como si el operador poco avisado hubiese cometido un error, por ejemplo, pesado erróneamente los componentes en la balanza, haciendo fracasar esta etapa de la Obra.
A la izquierda, fragmento de la Plancha 10 del Mutus Liber (1677); a la derecha, la carta XVI La Torre del tarot (versión del Tarot de Marsella).
Para cerrar esta pequeña lista de ejemplos, se quiere destacar una de las láminas (Número Cinco) pertenecientes a El Libro de las Doce Puertas de George Ripley (siglo XV), más precisamente a uno de los rollos manuscritos conocidos con el nombre de Ripley Scrowle. La figura humana que se presenta más abajo tiene más que coincidencias con la carta sin número del tarot, también conocida como El Loco, o arcano número cero o arcano número 22. En Ripley, la mano izquierda se abre hacia lo alto, como para recibir energía del cosmos. La derecha, apunta con el índice hacia la tierra para entregarla o proyectarla. El personaje llevaría un saco o bolsa colgado al cuerpo más un interesante cayado o bastón que nos recuerda al caduceo de Hermes. A lo lejos, se vislumbran construcciones, las cuales, como
81 en todos los escritos alquímicos se acostumbra a interpretar sea como el athanor o como la construcción material y/o espiritual que se proyecta o planea. Por su parte, El Loco del tarot también viste con modestia, lleva una bolsa con sus escasas pertenencias aunque tomada de un palo al hombro. Su mano derecha también sostiene un bastón que podría interpretarse como un remedo del caduceo, propio de quien enfrenta la vida o la obra alquímica como un juego hermético, en el cual hay que tomarse tanto el éxito como la desventura con buen humor.
A la izquierda, Dibujo Número Cinco de una de las versiones del Ripley Scrowle; a la derecha, la carta sin número El Loco del tarot (versión del Tarot de Marsella).
5.4 Las figuras simbólicas y los números en el Tarot. Al enfrentar visualmente la carta de Tarot -nos referimos expresamente a los arcanos mayores- se apreciará diversos elementos los cuales, como ya dijimos, pueden ser clasificados de manera general como: 1. Una escena, la cual tiene un personaje central, en la mayoría de los casos es antropomórfico o dotado de vida y, por excepción, inanimado (una construcción, una rueda). 2. Un nombre, generalmente en la parte inferior. 3. Un número, que puede estar sea en la parte superior como en la inferior, a veces a un costado.
82 El número
La escena con las figuras
El nombre
En estas cartas confluyen los diferentes signos y símbolos, haciendo un aporte para inspirar un “mensaje”, una interpretación intuitiva. Allí hay un importante bagaje ecléctico de diversas fuentes, como lo hemos expuesto con más o menos detalles en los capítulos anteriores. Por un lado, las imágenes proporcionan arquetipos que saltan o se constelan desde el inconsciente colectivo. Además, podrían tratarse de mensajes relacionados con el proceso alquímico, vinculados por lo demás a los anteriores, según la interpretación jungiana. Por otro lado, los números hacen un aporte sustancial, derivado de la tradición pitagórica, de la tradición hermética y nuevamente de la tradición alquímica. En tercer lugar, la escena o carta trae aparejados los significados brotados de la propia tradición de los tarotistas, especialmente relacionada con los significados predictivos referidos al ámbito personal, de la personalidad concreta inscrita en un entorno físico y sus circunstancias. En cuarto lugar, hay que contabilizar el nombre del arcano, símbolo gráfico u oral que tiene la propiedad de evocar a todos los anteriores. El tarotista o lector no sería más que un intermediario que procesa la información según sus facultades y habilidades, limitadas eso sí por su marco cultural e histórico en una sociedad determinada. Con la presencia del número en las cartas se potencian mutuamente las figuras, representaciones o dibujos y el grafismo de orden, este último estando presente de dos maneras: el numeral escrito y los numerales implícitos en la cantidad y disposición de las cartas, como se verá enseguida.
83 En cada carta, lo esencial es la figura o escena central y lo secundario o complementario es el número, aunque ambos se entrelazan íntimamente cuando se lo “juega” o se lo hace “operativo”. Sin número, igual habría tarot, aunque sin orden de precedencia entre las cartas. En cambio, sin figura arquetípica sólo quedaría el número, o sea, mera reducción a la numerología, poniéndose fin a lo lúdico y a lo intuitivo, quedando sólo lo mental. Además, como ya se dijo, no deja de tener importancia el nombre del arcano pues remite o re-envía al concepto y, por lo mismo, a la figura arquetipal y lo que ésta representa y significa. El papel de número en el Tarot –como en muchas otras actividades intelectuales y espirituales humanas- es potenciar o “apalancar” nuevos recursos. Cada número trae consigo sus significados desde la antigüedad pitagórica o inmemorial y esos arquetipos se conjugan con los que trae la figura, ampliando las posibilidades de constelar o destacar en la conciencia uno o varios de ellos y, en consecuencia, de inspirar al operador. Como es obvio, el número aporta orden y por tanto, una red de caminos que conducen a nuevas pistas o encrucijadas. Al usar los números de las figuras de una tirada mediante juegos aritmológicos se llegará, de unos o unos pocos arquetipos, a otros diferentes, los cuales, estando enlazados con los primeros, enriquecerán la variedad de posibilidades de interpretación para el lector y de construir estructuradamente una explicación de vida, en cualquiera o en varios de los ámbitos de la existencia humana. 5.5 El “juego” del Tarot ¿Es el Tarot derivado de la Alquimia?. No se sabe. Y esa descendencia hipotética hoy poco importa. Característica potente del Tarot es acumular, adicionar o condensar conceptos, significados, ideas de distintos orígenes. Hasta se podría decir que se ha exagerado al atribuirle significados de forma alambicada y forzada, no en vano varias construcciones eruditas en torno al Tarot se caen a pedazos cuando no tienen correspondencia efectiva con las interpretaciones tradicionales o más antiguas ni con las elaboraciones de otros eruditos en el mismo ámbito, por ejemplo, el de la interpretación astrológica del Tarot. Esto no hay que entenderlo como que en el Tarot no haya astrología o arquetipos astrológicos, sino que es difícil admitir que la construcción completa del Tarot sea astrológica. Con toda propiedad se puede afirmar que “De hecho, y hay allí una observación particularmente importante (y no solamente para el tarot), son los autores ocultistas quienes han poco a poco manipulado la iconografía y el « simbolismo » ¡para volver los arcanos del Tarot conforme a su discurso! Este fenómeno, eminentemente criticable desde que se trata del aquí sedicente descifrador, se encuentra hasta en una de las obras consideradas como siendo una de las más serias, presentándose de alguna manera como un retorno a la « tradición », la de Paul Marteau sobre Le Tarot de Marseille (1949): la lectura simbólica que hace el autor se funda sobre todo en los colores … ahora, éstos no son los de la edición « patrón » de 1760, sino los de la edición de 1930 ¡realizada bajo su propia dirección! »205.
205
A esta crítica no se escapan ni siquiera
Mathonière, Jean-Michel. « Tarot et Art de Mémoire… ou l’Art d’Accommoder les Symboles ». Artículo aparecido en La Chaîne d’Union, nueva serie n° 12, primavera 2000, revista de estudios simbólicos y masónicos del Gran Oriente de Francia.
84 personalidades de la talla de Oswald Wirth, pues « la palma recae con toda seguridad sobre los ocultistas, notablemente en Oswald Wirth, cuyos diseños introducen en todo momento símbolos alquímicos, cabalísticos, egipcios e incluso taoístas … »206.
Distinto es, como lo hacen algunos esoteristas, combinar la aplicación del Tarot con la aplicación de otras mancias o artes adivinatorias en forma complementaria, respetando por separado las normas y tradiciones de cada una. Por eso es mejor evitar el abuso de esas líneas de trabajo o acomodos mentales de inspiración erudita que pueden perfilar derroteros inconducentes o, simplemente, que se traduzcan en divagaciones del tarotista sin ningún sentido para el consultante. Sin embargo, desde siempre, lo esencial no es asignarle un significado a los arcanos por decisión erudita sin que esa nueva interpretación “funcione” u “opere” espiritualmente en el adepto o en el consultante. Tal como las obras o tratados alquímicos no le dicen nada al neófito ni tienen tampoco ningún efecto especial en el estudioso de los mismos, pero sí tendrían un especial significado e importancia en el adepto o iniciado como proceso interior de un ejercicio o paso específico y no fruto de la simple lectura mental de un texto. Para leer o interpretar el tarot es indispensable conocer y memorizar, a lo menos en parte, los significados que por tradición se le asigna a cada carta. Al ver una de ellas, uno de esos conceptos “se manifiesta” en la conciencia del lector y éste puede conectarlo con su problemática actual, pasada o futura. Dicha problemática, en su movimiento íntimo puede ser tan compleja como lo es el ser humano y la conexión puede tener a su vez muy variados senderos y señales de profundidad también variada, según sea la sensibilidad o intuición del intermediario, lector o tarotista.
206
Mathonière, Jean-Michel. « Tarot et Art de Mémoire… ou l’Art d’Accommoder les Symboles ». Artículo aparecido en La Chaîne d’Union, nueva serie n° 12, primavera 2000, revista de estudios simbólicos y masónicos del Gran Oriente de Francia.
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6. EL LENGUAJE OCULTO DE LOS ARCANOS MAYORES.
A continuación se presentará los significados de algunos de los Arcanos Mayores que se desprenden, por una parte, de la tradición de los tarotistas y, por otra, de la numerología pitagórica, hermética y alquímica. En esta parte del texto pondremos a su disposición los primeros siete arcanos (El Mago, La Sacerdotisa, La Emperatriz, El Emperador, El Sumo Sacerdote, El Enamorado, El Carro) seguidos del arcano La Rueda de la Fortuna. La razón de haberlos escogido se basa en que en ellos se puede distinguir más claramente el aporte de la numerología, el cual se va difuminando –sin perderse, naturalmente- en las cartas restantes. Los significados de las cartas mayores restantes serán entregados en Anexo. En nuestra presentación vamos a utilizar la gráfica de una impresión moderna del Tarot llamado de Marsella, el de la edición Jodorowsky-Camoin. Esto, como ustedes han debido percibir a lo largo del texto, se debe a nuestra falta de confianza en las versiones más recientes, vale decir aquéllas editadas e impresas entre los siglos XIX y XXI. Estas versiones modernas se encuentran demasiado intervenidas, acomodadas a visiones culturales particulares tanto por los ocultistas de fines del siglo XIX como por los comerciantes y esteticistas del siglo XX.
El Uno en el Tarot: El Mago. El Mago o número uno está vinculado a la percepción de ser. “Yo Soy” es una potente invocación que revela la conciencia y decisión de la existencia de una entidad personal diferenciada. Representa la decisión o autoafirmación de ser. Alguien o algo se inicia o da comienzo de manera efectiva, se pone en marcha con un objetivo, una razón, una idea, una meta. Las potencialidades se encuentran abiertas para expresarse o darse a conocer o concretarse. Los elementos, en sentido alquímico, se hallan presentes y al alcance de quien se encuentre dispuesto a hacer, intervenir, transformar. Como todo está en potencia, las posibilidades de expansión, de expresión, de concreción, de resultado, podrían ser infinitas. La tradición de varios siglos entre los tarotistas contempla diversas ideas-fuerza, claves o aspectos que podrán expresarse en el proceso oracular, entre los cuales se puede mencionar: cuatro elementos; ser; trabajo; infinito; creatividad; mental; comunicación y seducción; concentración; poder; iniciador; transformador; acción o inicio real de la acción; masculinidad; etc., y que se describen más abajo. El Mago representa al operador que tiene a su disposición todos los elementos para transformar la realidad externa o interna y su desafío es usarlos de manera integrada y armónica. Estos elementos son clásicamente cuatro, desde tiempo inmemorial: tierra, agua,
86 aire, fuego. El agente (iniciado, alquimista, tarotista, etc.) dispone de fuego, la energía vital, el calor, la motricidad, la chispa divina o anímica; de agua, los líquidos orgánicos, sus emociones y pasiones; de aire, el soplo animador de su respiración que le mantiene con vida, de ideas e imágenes aportadas por la mente o intelecto; de tierra, su material corporal o fisiológico, con sus sensaciones, instintos, pasiones y temores. Los elementos estarán presentes prácticamente en todas las cartas del Tarot, variando solamente los énfasis o preponderancia de unos u otros. Claves de Fuego: Ser: el alma toma conciencia que es, que tendrá la posibilidad de avanzar desde el mundo intangible hacia el mundo de la forma y la concreción, desde lo indeterminado hacia lo determinado. “Yo soy” es la frase que sintetiza magníficamente esta potencia que se traduce en poder. Intente repetirla de manera consciente agregando un dictamen y sentirá la vibración de su energía condensada. Trabajo: la acción encaminada a un fin. Aptitud para usar las capacidades propias. Creatividad: tener a disposición los elementos, sumado a una buena relación con el entorno y fundado en adaptarse a las circunstancias de una realidad cambiante, imponen la capacidad de ofrecer siempre nuevas alternativas y soluciones. Poder: la capacidad de concentrar energía se expresa a través de la palabra y de la magia que consigue resultados sorprendentes, virtudes que se representan mediante la varita que levanta en su mano. Claves de Aire: Mental: la decisión de realizar, orientada a una finalidad, tiene el respaldo de una idea nítida, desprovista de emotividad, salvo la voluntad de hacer. Se privilegia el uso de la mente y del conocimiento intelectual. Infinito: cuando se tiene a disposición todos los elementos, las posibilidades de resultados alternativos y de caminos pueden ser variadas al extremo. Nuevas posibilidades, nuevas vías. Comunicación, seducción: quien manifiesta la voluntad de conseguir un resultado necesita volcar hacia sí una actitud favorable del entorno, para lo cual debe ser capaz de comunicar su pensamiento y presentar su proyecto de una forma encantadora y atractiva. Concentración; atención focalizada o concentrada: disponer de demasiados proyectos es una manera de dispersarse y de arriesgar el logro, de allí que parte del secreto del éxito se encuentra en la focalización o conciencia de lo que realmente se quiere ver hecho realidad. Claves de Tierra: Resultado: el fruto de la acción se encuentra en manos de quien esté dispuesto a actuar. Iniciador, transformador: quien se atreve a moverse y a aceptar la responsabilidad de los resultados es aquél que puede cambiar o modificar el entorno que le rodea y, por añadidura, su mundo interior o personalidad, su Ego.
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Acción; iniciar realmente la acción: el acto mental de divagar o elucubrar sin objeto queda descartado, de allí que la potencia (impulsada por una idea) tiene sólo la alternativa de expresarse en un acto. Iniciación de todo tipo de cosas y proyectos. Masculinidad: el arcano encierra la disposición de las energías y la actitud propias del macho, que se encuentran en toda persona independientemente de su sexo físico. Implica iniciativa, agresividad, energía activa, conquista, acción desatada, dominio, poder, aportar, entregar, paternidad, dureza, aspereza, etc.
Claves de Agua: Control de las emociones: éstas se encuentran sometidas al imperio de la voluntad. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el uno al Mago?. La tradición pitagórica enfatiza que el uno es Ser, de cualquier manera, es unidad, es ser uno, es ser yo, tú, él, eso, ser algo o alguien. Además, el uno es Ser supremo, ser creador, ser padre, ser generador. A ello se une la fuerza de que el uno es Inteligencia, materia, caos, infinito, energía (pues lo llamaron Sol), eje (el centro, un líder, un principio), el punto que se encuentra dentro del círculo y le da origen. ¿Qué aporta el simbolismo hermético mediante el Uno a El Mago?. Para el hermetismo el número uno representa la unidad primordial u origen de todo lo existente. La Unidad es una entidad increada y, a su vez, creadora. El Uno es una potencia numérica que equivale a la viga maestra de todo lo manifestado a partir de sí mismo, que está en la línea pitagórica de una realidad estructurada en base a los números. El Uno, para los hermetistas, es también el Todo, el Cosmos, y, por tanto, Dios. Pero es mucho más que eso: Alma, Vida, Materia o sustancia común a todo lo existente. ¿Qué aporta el simbolismo alquímico mediante el Uno a El Mago?. La tradición alquímica tiene su punto de contacto con el hermetismo. La Materia, sustancia de trabajo del alquimista, es Una o única. Uno y Todo son sinónimos. Para la alquimia mística la sustancia de trabajo es el alma, la cual es una materia universal y transpersonal, es Una. Sin embargo, a escala humana no hay más remedio de trabajarla en la individualidad, en el sujeto, que es uno, uno mismo. De los tres principios, el que resalta en El Mago es el Azufre, que representa las cualidades condensadas o con una expresión nítida y definida. El Mago exuda masculinidad, iniciativa individual, favorece la audacia, el espíritu de empresa, la temeridad, el arrojo intrépido, el coraje inquebrantable, el ardor perseverante, la energía noble, el disfrute del mando. El Mago es inventivo; crea, funda, establece. Despliega movimiento, acción exteriorizante, conquista. Hay voluntad de tomar y dar, no a recibir pasivamente. El intelecto está dispuesto a actuar, a rechazar la fe dócil, receptiva de las ideas de otro; exalta la independencia de espíritu que elabora las nociones discernidas por sí mismo.
88 El Dos en el Tarot: La Sacerdotisa. La Suma Sacerdotisa o número dos, está vinculado a la percepción del no-ser. La conciencia de otredad es fundamental para que el individuo pueda distinguirse del Cosmos, de lo externo a sí mismo, así como de todos los opuestos, de lo genérico, de la pareja, etc. Además, revela la conciencia de la dualidad interior (racionalidad-intuición, consciente-inconsciente, vigilia-sueño, agresividad-pasividad, masculinidad-feminidad, etc.).
Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: encarnar; conexión consigo mismo y conexión telepática; inconsciente o no-consciente; acceso al interior; naturaleza femenina; ver más allá; secreto; feminidad-intuición; polaridaddualidad; verdad oculta; proteger proyectos hasta que maduren; protección. Se pueden describir así: Claves de Fuego: Encarnar: el alma toma la decisión de expresarse en el mundo de la forma y la corporeidad. Acceso al interior; conexión consigo mismo y conexión telepática: el acceso al interior o conexión consigo mismo o con el centro u origen cósmico requiere detener la función intelectiva, es ingresar en el estado de no-mente. Equivale a la inacción que en sí es una acción, o sea, meditar. El acceso al interior equivale a la conexión con el sí mismo, acción aparentemente no activa pero que abre las puertas de lo transpersonal, por ejemplo, la actividad de transmisión de estados interiores hacia otras individualidades, por encima del tiempo y del espacio, éstos últimos concebidos por la mente. Inconsciente o no-consciente: la ciencia se ve envuelta en la paradoja de utilizar, para los estados de conciencia holotrópicos o ampliados, denominaciones negativas o por oposición a las características que se atribuyen a la mente. La costumbre de la ciencia occidental ha sido llamar conciencia a la mente o a algunos de sus estados y, de allí, que se denomine inconsciente o no-consciente a los aspectos encubiertos del yo, es decir, al complejo y vasto movimiento de los hechos de la verdadera conciencia. El arcano representa la disposición o la oportunidad de vincularse al sí mismo, al inconsciente colectivo o si se quiere, a las manifestaciones del alma. Claves de Agua: Naturaleza interna de la mujer; feminidad, intuición: es reconocer o advertir que existe una naturaleza propia del sexo femenino caracterizada por lo intuitivo, lo acogedor y pasivo, que se distingue por oposición a lo mental, lo invasivo y lo activo. el arcano encierra la disposición de las energías y la actitud propias de la hembra, que se encuentran en toda persona independientemente de su sexo físico. Implica el lado femenino de cada uno con el conjunto de características que le son asociadas: pasividad
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o espera; delicadeza y gracia; atracción y recepción; intuición o conocimiento instantáneo sin el filtro del intelecto; sincronía y azar, etc. Ver más allá: la intuición permite percibir lo oculto o lo inmanifestado a la mente o los sentidos. Secreto: puede consistir en un componente de misterio o situación presentida.207
Claves de Aire: Polaridad-dualidad: encierra los pares de múltiples opuestos, tales como femenino y masculino, físico y espiritual, claridad y oscuridad, azar y determinación, padre y madre, actividad y pasividad, etc. Verdad oculta; reserva: la individualidad tiene la oportunidad de descubrir que existe un conocimiento del cual es portadora y que puede tornarse consciente de dicho saber. El arcano envuelve, además, una disposición al aislamiento y la ocultación de los pensamientos. Claves de Tierra: Proteger proyectos hasta que maduren: dado que el arcano se vincula a la pasividad o la no-acción, ello no implica la ausencia de proyectos o de proyección futura del ser, al contrario, puede significar que el proyecto o anhelo exista, pero intuitivamente se percibe que debe madurarse o expresarse cuando las condiciones internas y externas estén maduras. Protección: alivio de los malos presagios de las cartas acompañantes; es también presencia de persona clarividente que prestará ayuda208. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el dos a la Sacerdotisa?. El dos pitagórico representa la contradicción interna del ser, de una cosa, de uno. Implica la oposición Padre o Madre (generador o causa generadora) versus Hijo o Hija (consecuencia). Representa la dualidad determinante-determinado. De la dualidad o antagonismo de los opuestos o contradicción surgen todos los seres conocibles. Todo es uno, un todo pero, simultáneamente, dos. ¿Qué aporta el simbolismo hermético mediante el Dos a la Sacerdotisa?. Para el hermetismo el dos es el número que representa la otredad, el no-yo, lo opuesto. Aporta el concepto de género, de masculinidad y feminidad, positivo y negativo, o sea, la dualidad dialéctica. Dios es el Uno y el Dos es la naturaleza, la creación, la generación.
207 208
Salas, Emilio. “El Gran Libro del Tarot”. Ediciones Robinbook. 2001. Barcelona. 398 p. Salas, Emilio. “El Gran Libro del Tarot”. Ediciones Robinbook. 2001. Barcelona. 398 p.
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¿Qué aporta el simbolismo alquímico mediante el Dos a La Sacerdotisa?. La alquimia entrega un aporte potentísimo. El dos es el movimiento o transformación continua de la materia, los cambios. El movimiento dialéctico de los elementos de género denominados frecuentemente macho y hembra, pasivo y activo, rey y reina, matrimonio, hermafrodita, etc., cuya interpenetración dará origen a resultados, productos, algo nuevo. De los tres principios, el que resalta en La Sacerdotisa es el Mercurio, que representa las cualidades sutiles, móviles aunque pasivas, que aún no están condensadas y carecen de una expresión nítida y definida. Este arcano destila feminidad, inspira la dulzura, la calma, el recogimiento meditativo, el sueño, la timidez prudente, la modestia, la resignación y la obediencia. Vuelve comprensivo, sensible a lo que es sutil, apto a la adivinación, crédulo con lucidez, cuando la imaginación ha sido abonada…
El Tres en el Tarot: La Emperatriz. La Emperatriz o número tres, está vinculado a la noción de síntesis. Los opuestos llegan a tener relaciones dialécticas las cuales en algún momento son complementarias y engendran a un tercer elemento. Se ha vinculado al concepto de creación o procreación, de generar, de nacer. El ser combinará sus capacidades o habilidades con los elementos que le proporciona el entorno para desplegar su iniciativa y creatividad.
Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: liderazgo; creatividad sin límite; sacar proyectos adelante, disponer recursos, actuar; sanación mental y física; voluntad, posesión; tríada femenina, divinidad del tres; maternidad, madre, pareja femenina; nutrir, alimentar, abrigar, proteger; naturaleza externa de la mujer; fecundación, nutrición, crecimiento; artesanía, agricultura, producción; alimentación física y espiritual, emocional e intelectual; tener logros, cosechar, fructificar, prosperar; contacto con la naturaleza. Se pueden describir así: Claves de Fuego: Liderazgo: “persona que sea el cerebro de una comunidad, una familia, un grupo…”209; alguien que representa las aspiraciones o necesidades de lo colectivo, lo social. Creatividad sin límite: el alineamiento de las potencialidades de los tres principios, cuerpo, alma y espíritu, proporciona el don de la originalidad y crear en todos los ámbitos, especialmente en las expresiones artísticas.
209
Salas, Emilio. “El Gran Libro del Tarot”. Ediciones Robinbook. 2001. Barcelona. 398 p.
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Sacar proyectos adelante, recursos, actuar: “concepción de un proyecto, de un acto, de una idea,… canalización y el éxito de las fuerzas puestas en acción,…algo de próxima realización…”210 Sanación mental y física: se habló antes del alineamiento de las dimensiones de lo humano, lo cual, de lograrse, encierra nuevos resultados, como la salud del cuerpo y del espíritu.
Claves de Agua: Voluntad, posesión: “persona de gran fuerza de voluntad, posesiva,… espíritu ingenioso y gran inteligencia práctica, capaz de despertar confianza, admiración…”211 Emociones positivas: la emotividad se encuentra plena de optimismo, placidez y plenitud. Claves de Aire: Trinidad: representa los símbolos triádicos, por ejemplo, “es la espiritualidad como complemento a alma y cuerpo”212 Tríada femenina, divinidad del 3: tradicionalmente, en muchas culturas antiguas, el tres ha sido considerado número divino. La divinidad en el marco de lo femenino más clásico tiene como ejemplo la concepción helénica de la diosa luna: Artemisa, la luna creciente, la mujer en estado juvenil, o adolescente, natural y virginal; Selene o Helena, la luna llena, la mujer adulta, dispuesta al matrimonio; y Hécate, la luna menguante, la anciana sabia. Claves de Tierra: Maternidad, madre, pareja femenina, colaboradora: representa la maduración del ser en gestación y que se apresta a nacer; simboliza la madre, el útero o matriz; es la compañera en matrimonio del varón o padre o, simplemente, la camarada de trabajo, empresa, partido o secta. Nutre, alimenta, abriga, protege: entidad que provee de cuidado, que acoge en forma concreta y material. Femineidad; naturaleza externa de la mujer: representa a la mujer en el mundo de la concreción, con sus formas gráciles e insinuantes, que atrae y conquista, que se dispone a juntarse al varón, a tener relaciones sexuales y, por tanto, a procrear. Fecundación, nutrición, crecimiento: la relación entre los contrarios implica un intercambio, ejemplo de ello es la reproducción de la vida que contempla la fecundación entre los sexos. Lo es también el proceso de nutrición, en el cual el ser individual intercambia materia con el medioambiente para crecer y formarse. Artesanía, agricultura, producción: el arcano encierra el secreto de la producción, de lo que se multiplica por sí mismo o por intervención humana. El artista y el artesano idean su obra y luego la plasman trabajando con sus manos. El agricultor o campesino trabaja
210
Salas, Emilio. “El Gran Libro del Tarot”. Ediciones Robinbook. 2001. Barcelona. 398 p. Ídem. 212 Ídem. 211
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para conseguir como resultado el producto o cosecha agrícola, honrada por el ser humano desde tiempo inmemorial. Alimentación física y espiritual, emocional e intelectual: así como se habló antes de nutrición, ésta abarca una dimensión bastante más amplia que lo biológico. El ser intercambia, ingiriendo y excretando, no sólo en la dimensión física sino, simultáneamente, en los todos los ámbitos, en su espíritu, su intelecto y su emotividad. El ser humano genera cultura no sólo en forma individual sino más propiamente como especie o colectivo. Tener logros, cosechar, fructificar, prosperar: el arcano simboliza la consecución de metas concretas interpretadas como logros, los cuales tendrán una expresión tangible en producto, dinero, cosas, frutos, todo lo cual al concretarse y acumularse le proporciona prosperidad y riqueza. Contacto con la naturaleza: la naturaleza o cosmos viviente es la representación por excelencia de la procreación, del resultado tangible de seres y poblaciones, de abundancia. El arcano encierra la posibilidad de que la individualidad logre acercarse a lo natural. En un mundo en el cual la especie humana es cada vez más cultura (creación humana, artificialidad, lo intelectivo), el anuncio del arcano es que no se ha perdido totalmente la raíz de lo natural (lo cósmico, lo espontáneo, lo animal, lo instintivo).
¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el tres a la Emperatriz?. Recordemos que, para los pitagóricos, todo ser es uno en su unidad, dos en la polaridad de los contrarios; tres, por el relacionamiento de los opuestos. Además, el tres es fuente de conocimiento: hay dos opuestos y un punto de referencia que permite distinguirlos, por ejemplo, futuro y pasado se oponen y su punto de referencia es el presente. ¿Qué aporta el simbolismo hermético mediante el Tres a la Emperatriz?. El hermetismo hace un aporte potente con su simbolismo del tres. Este número representa la solución de la oposición entre dos factores que se auto afirman por la negación mutua. El hijo o hija es la síntesis de la relación generativa entre los dos padres de sexos diferentes. De la trilogía surge lo humano: Dios es el Uno, la Naturaleza es el Dos, el Hombre es el Tres. ¿Qué aporta el simbolismo alquímico mediante el Tres a la Emperatriz?. El tres alquímico aparece ligado a los principios Mercurio, Azufre y la Sal. Si el primer principio (Azufre) es lo activo, y el segundo principio (Mercurio) es lo pasivo, el tercero es el movimiento que da forma (Sal). En la criatura humana, el primer principio corresponde a la masculinidad, el segundo principio corresponde a la feminidad y el tercero corresponde a un estado medio de sabiduría, equilibrio, estabilidad. A la potencia de estos símbolos se agrega la correlación del Azufre con el espíritu, del Mercurio con el alma y de la Sal con el cuerpo. De los tres principios, el que resalta en La
93 Emperatriz es la Sal, símbolo de sabiduría, la condición de asegurar el equilibrio, la justa ponderación y la estabilidad.
El Cuatro en el Tarot: El Emperador.
El Emperador o número cuatro, está vinculado a la concreción, al hecho de que la idea se transforme en realidad o que la potencia se transforme en acto. El Yo ha decidido incorporarse al mundo y abrirse un espacio en él, insertarse en la sociedad, entre sus pares, etc. Tiene que ver con la generación de un poder o autoridad interior que se manifiesta en actos y resultados externos.
Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: acción; expansión, iniciativa; poder y pasión; protección213, magnanimidad; la razón; asumir costo, perseverar; orden, estabilidad, equilibrio fáctico, realización, solidez214; incorporación al mundo; poder político, autoridad terrena, dominio, fuerza; mundo físico, riqueza; tener, adquirir, lograr; concretar, realizar; masculinidad; padre, proveedor, propietario, pareja masculina. Se pueden describir así: Claves de Fuego: Acción: en el arcano hay un sesgo de masculinidad (siempre independientemente del sexo del consultante o de la individualidad). Hay una disposición a gastar energía y ejercer una fuerza, la cual se traduce en una acción, un trabajo, un resultado o un producto concreto. La atención se focaliza en estar dispuesto o dispuesta para la acción. Expansión, iniciativa: la acción implica una disposición anímica de iniciativa, de emprender una aventura o actividad específica, lo cual se relaciona con abarcar o relacionarse con otros dominios o territorios. Poder y pasión: en algunas versiones del Tarot, la gráfica enfatiza ciertas virtudes potenciales del arcano a través del uso del color rojo, que representa el poder, y del púrpura, que representa la pasión. Poder político, autoridad terrena, dominio, fuerza: el emperador es símbolo del poder en todas sus expresiones sociales y culturales. Es la expresión del dominio externo o del mundo exotérico, de la capacidad de controlar y administrar a otros. Claves de Agua: Protección, magnanimidad: el hecho de ostentar el poder y controlar a otros no significa abusar de esta posición de dominio, al contrario, puede nutrirse de afecto y reconocimiento al otorgar protección al desvalido o la desamparada y demostrando magnanimidad con el vencido en los momentos de triunfo. 213 214
Emilio Salas, El Gran Libro del Tarot, 2001, Ediciones Robinbook, Barcelona. Emilio Salas, El Gran Libro del Tarot, 2001, Ediciones Robinbook, Barcelona.
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Claves de Aire: La razón: La razón estaría integrada por la tetralogía sentir, pensar, decir, y actuar; esa secuencia ampara al pragmatismo o solución eficaz de necesidades materiales. El cuaternario es el número del mundo, del orden, de la estabilidad, de los límites. Asumir costo, perseverar: ser una entidad activa o un ser de acción, no significa obtener logros o triunfos en forma lineal o inmediata. Hay una disposición a perseverar en lo que se inicia y a asumir los costos o retrocesos que se pueda experimentar. Orden, estabilidad, equilibrio fáctico, realización, solidez: el arcano ampara el orden de factores o recursos y persigue la estabilidad de situaciones, buscando el equilibrio y la permanencia de lo estable. Para concretar y obtener realizaciones es indispensable un cierto orden o relación sostenida de los factores, resultados que perseguirán una mayor solidez o recuperarla después de una crisis. Claves de Tierra: Incorporación al mundo: tener un cuerpo físico de tres dimensiones con una presencia concreta después del parto, el cual se puede desplazar en el espacio y el tiempo. Mundo físico, riqueza: dominar el mundo físico y a las personas involucra el imperio de la riqueza con bien y meta de quien ostenta dicho dominio. Tener, adquirir, lograr: las metas y desafíos son materiales, si la riqueza no se tiene, se busca adquirirla o lograrla. Concretar, realizar: es la expresión plena del mundo de la forma, del mundo de la determinación, del mundo del volumen. Sin embargo, los logros de concreción y realización pueden ser también espirituales o intangibles, pero logros al fin y al cabo. Es consolidarse. Masculinidad: se refiere a la expresión externa del varón a la representación del macho en el mundo de la concreción. Se liga al actuar brusco y potente, a la iniciativa por sobre la pasividad, a la conquista de la hembra causando su admiración por su fuerza, intelecto, riqueza material y solvencia. Padre, proveedor, propietario; pareja masculina: el arcano se asocia a imágenes arquetípicas fácilmente reconocibles como el padre o generador; la solvencia que provee de alimento y protección; el amo o propietario que puede disponer del uso, goce y disposición de algún bien o posición social; el macho que se acopla a la hembra para formar matrimonio y generador de descendencia. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el cuatro al Emperador?. Desde la visión pitagórica, el cuatro representa la corporeidad, el mundo que se capta a través de los sentidos, de la concreción, de lo que se puede comprender mediante el intelecto y se concibe desplazándose en términos temporales. Recordemos que el ser corpóreo es, para los pitagóricos, aquél que tiene un principio, un medio y un fin, y se desenvuelve, en sus procesiones activas y pasivas, en el tiempo y en el espacio.
95 El cuatro es el ser desplazándose en su entorno, interactuando con él, ampliando sus posibilidades, su potencial, su dominio. El ser modela el entorno pero a su vez va siendo modelado por él. El cuatro es el polemós, la lucha interior. Se domina o se intenta dominar pero se puede ser magnánimo tanto en el proceso de lucha como en la victoria, es la contradicción entre la codicia (conquista) y la generosidad (entrega). ¿Qué aporta el simbolismo hermético mediante el cuatro al Emperador?. Para el hermetismo, el cuatro significa lo que cae bajo los sentidos, la corporeidad, la naturaleza en sus diferentes formas y estados. ¿Qué aporta el simbolismo alquímico mediante el cuatro al Emperador?. El cuatro alquímico se presenta vinculado a los Cuatro Elementos. Como se dijo antes, el elemento Tierra es la causa de la pesadez y la fijación; el elemento Aire produce la volatilidad; el elemento Agua contrae los cuerpos; y el elemento Fuego, los dilata. A cada elemento se ligan cualidades elementales: seco, húmedo, frío, caliente. Los alquimistas establecieron la hipótesis de que el dominio de la circulación de los elementos en el ámbito humano individual puede tener un efecto de salud o terapéutico capaz de prolongar la vida. El cuatro es el dominio de lo físico (el entorno, incluidos en él otros seres humanos) bajo la voluntad o poder del iniciado (el yo en sentido amplio). En el hombre fisiológico están contenidos y expresados los cuatro elementos. Su materia corporal corresponde a la Tierra; el soplo animador que mantiene la vida es el Aire; los líquidos orgánicos que vehiculan la vida es el Agua; y la energía vital, fuente de calor y de motricidad, es el Fuego. El dominio de los 4 elementos permite obtener buena salud para sí y proporcionarla a otros.
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El Cinco en el Tarot: El Sumo Sacerdote.
El Sumo Sacerdote o número cinco, está vinculado a lo extrasensorial, a lo intelectual, a la producción de ideas encaminadas a un fin. Representa el ejercicio de la racionalidad, de la combinación de pensamientos basados en el análisis y la síntesis, en el trabajo con la información acumulada, en la apertura de la conciencia al descubrir nuevas realidades mediante el estudio tanto de los conceptos como de los datos primarios y secundarios a la luz de dichos conceptos. Está ligado a lo mental, al estado de vigilia, a la voluntad de cumplir con un programa trazado racionalmente. Tiene que ver con el estudio, el ejercicio de la intelectualidad, la administración, la búsqueda de una solución a los desafíos de las realidades humanas. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: madurez; síntesis entre racionalidad y emoción; buen augurio; puente, intermediario; autoridad intelectual; entendimiento, buscar un entendido; comunicarse, conocimiento, aprender y enseñar bien; tradición social; instituciones; responsabilidad social; maestría, maestro; ética, restricción; integración. Se pueden describir así: Claves de Fuego: Iniciación; madurez: el consultante se hallaría maduro para emprender una búsqueda espiritual; o bien, para alcanzar la madurez espiritual podría necesitar un guía215. Integración de elementos: cualidad del arcano representada por la vara, en la cual hay tres “cruces”, que se vinculan con el equilibrio entre los tres principios alquímicos: azufre, mercurio y sal, o, al ser el eje de la vara el cuarto factor, a una aglutinación armónica de las propiedades elementales que brotan del Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra. Maestría, maestro: el conocimiento o el dominio de los caminos que conducen al conocimiento implica un acercamiento a la maestría, un estado superior en relación al de aquél o aquella que recién se inicia. De ello se desprende una gran responsabilidad, la cual es enseñar manteniendo el respeto y la tolerancia por las ideas de otros o de los discípulos. Más aún, se presenta la exigencia de adscribirse a una ética respetando las normas de virtud sostenidas por terceros. Claves de Agua: Síntesis entre racionalidad y emoción: Se fusionan en el arcano la serena emotividad emanada del dos y el pragmatismo racional emanado del tres, que proporcionan la síntesis del cinco. La emoción es controlada permitiendo que se despliegue el potencial del intelecto y éste respeta las señales de lo intuitivo. En suma, hay un acercamiento al 215
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conocimiento o saber total: se conoce o se piensa no sólo con la mente, sino con la totalidad del ser. Buen augurio: encierra la promesa de un porvenir mejor.216
Claves de Aire: Puente, intermediario217: representa el vínculo entre Cielo y Tierra, entre el mundo substancial del espíritu y el mundo formal de la materia. Autoridad intelectual: persona detentadora de un saber o un poder en cualquier campo del conocimiento, científico, religioso, político, intelectual, que sabe aplicar con autoridad y moderación.218 Entendimiento, buscar un entendido: el arcano representa la comprensión de lo abstruso o difícil de entender, del saber que abre las puertas de lo oculto. En el mundo concreto o corriente puede significar la presencia o la necesidad de la presencia de un especialista, un profesional con altos estudios, un terapeuta, etc. Conocimiento, comunicarse, aprender y enseñar bien: el conocimiento es un bien activo. No se aprende sólo por el deseo de saber, sino que implica la capacidad de transmitir el conocimiento por intermedio del instrumento de la comunicación o enseñanza. Se puede ser discípulo o, a su vez, tener discípulos. Estabilidad; tradición social: el conocimiento y la sabiduría, en la concepción de la Tradición Universal o Conocimiento Unánime, es una transmisión esotérica que se realiza por intermedio de formulaciones rituales y representaciones míticas y a través de símbolos. Ese conocimiento ha sido traspasado de generación en generación y se encuentra depositado en determinadas instituciones sociales de los diversos pueblos y culturas. Instituciones: el arcano puede representar la presencia o intervención de una organización estructurada, con importancia social o cultural, como una universidad, un grupo eclesial, una entidad pública de bien común, una agrupación esotérica, una secta, etc. Responsabilidad social: tanto las instituciones como los individuos que detentan la sabiduría y el conocimiento son poseedores de una ética, una moral o una virtud. Los primeros tendrán que ser transmitidos a quienes sean dignos de portarlos y, su vez, heredarlos. Las segundas deben ser practicadas en consecuencia y tenerse presente que en el mundo profano o de la forma o del intelecto, no hay una sola virtud y que las demás deben ser toleradas y respetadas. Ética, restricción: la intuición no es más que la expresión de lo espontáneo e instintivo en el ser humano, el cual se ve constreñido y condicionado tanto por el entorno como por la mente. La ética, o moral en sentido amplio, es el conjunto de normas que regulan la conducta social del individuo, que lo enmarcan, restringen, ponen límites a su accionar instintivo o animal.
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Ídem. Emilio Salas, El Gran Libro del Tarot, 2001, Ediciones Robinbook, Barcelona. 218 Emilio Salas, El Gran Libro del Tarot, 2001, Ediciones Robinbook, Barcelona. 217
98 Claves de Tierra: Integración: Desde el punto de la vida o generación de la vida, el cinco representa la integración al mundo, esto es, la ligazón del individuo con el entorno pero de una forma consciente y deliberada, por ejemplo, mediante el ejercicio de una profesión u oficio. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el cinco al Sumo Sacerdote?. El conocimiento humano directo alcanza hasta el cuaternario, hasta la concreción o volumen en desplazamiento. La penetración de orden intelectual (lo que los ojos no ven), exige un paso más allá del cuaternario, simbolizada en el pitagorismo por el cinco, la quintaesencia, la cual, por una parte, es la estructuración inteligente del ser y, por otra, es el saber total o completo del mismo, que abarca en forma simultánea mente, cuerpo y alma. Además, para los pitagóricos, el cinco es fuente de conocimiento o luz intelectual, síntesis de opuestos, matrimonio. ¿Qué aporta el simbolismo alquímico al numero Cinco del Sumo Sacerdote?. Para los alquimistas no quedó todo en el cuaternario. Afirmaban que existía un elemento ordenador o aglutinador del conjunto, la Quintaesencia, cuya presencia se sospechaba o intuía más que se constataba. El Seis en el Tarot: EL ENAMORADO El Enamorado –número Seis- se vincula con la búsqueda de armonía, de la verdad, de la justicia y del sentido del equilibrio con el entorno. En su espíritu cuentan las ideas pero también el amor y la compasión. Representa la combinación dialéctica del ejercicio mental con los estados emocionales y la intuición, relación que se encuentra al amparo de un sentido más amplio o trascendente (supra conciencia). Esto significa que, enfrentado a un desafío, no bastan las ideas sino que también es necesaria la delicadeza emotiva. O al revés, que enturbiado el espíritu por los sentimientos, deberá controlarlos para tomar una mejor decisión. Además, tanto los valores como el sentido de lo trascendente están dando un marco o referencia superior a las decisiones humanas. El individuo se atreve a tomar opciones, correr riesgos, pero sus decisiones y acciones se encuentran con límites, establecidos por normas éticas. Desde el punto del desarrollo humano individual, el seis representa la decisión de correr riesgos o tomar decisiones por sí mismo, arriesgándose a cometer errores, a mantener una conducta independiente de otros o de terceros. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: arte, habilidades; intelecto e intuición (conducen a la supra conciencia); dudas; conflictos resueltos sin mucha reflexión; decisión, elección; encrucijada, opciones; lucha interna; poder sanador; adolescencia; relaciones interpersonales. Se pueden describir así:
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Claves de Fuego: Arte, habilidades: los productos de la capacidad artística tienen mucho de inspiración, esto es, mucho de vinculación con los mensajes del sí mismo, con el inconsciente que con la lógica razonada de la mente, de allí que se aprecie la espontaneidad y la sutileza en la obra artística o artesanal. Claves de Agua: Intelecto e intuición (conducen a la supra conciencia): el o la iniciada, o simplemente la persona, tiene la oportunidad de disponer tanto del poder razonador de la mente sino de seguir los llamados de su intuición o conocimiento instantáneo. Si lograra hacerlos compatibles se encontrará a las puertas de un grado de conciencia superior, total, ligado a valores superiores, a un ética más sólida. Dudas: las decisiones se adoptan más por una necesidad originada en la falta de claridad momentánea, en las dudas que atenazan al ser humano corriente, que por una voluntad o un poder omnipresentes. Conflictos resueltos sin mucha reflexión: la ligazón del arcano con la juventud y la adolescencia le dan un toque de espontaneidad, de poder decidir no tanto con la mente sino mucho más con la emotividad y la intuición. Seducción, sensualidad, deseos. Claves de Aire: Decisión, elección: El ser no sólo ha podido incorporarse e integrarse al mundo sino que, además, puede hacerse responsable tomando decisiones, las cuales tendrán efectos, consecuencias o resultados en su vida concreta. Podrá optar o elegir entre una u otra alternativa, entre una u otra pareja, si fuese el caso. Es indispensable pasar por la toma de decisiones para llegar a un estado de ánimo más armonioso aún a riesgo de cometer equivocaciones. Encrucijada, opciones: la entidad humana va avanzando por etapas, muchas de ellas representadas por el cruce de dos vías o por la oposición de opciones que conducen a resultados diferentes. Estas situaciones nos dan la oportunidad de crecer, de madurar al pasar por la experiencia de optar uniendo razonamiento e intuición. Lucha interna: las dudas frente a los distintos caminos que se pueden tomar no necesariamente tienen una solución fácil, al contrario, se hace frente la mayoría de las veces a un conflicto interior que cuesta resolver y en el cual intelecto y pasión, humanidad y animalidad, etc. interactúan en un juego que puede causar dolor. Unión de mente y cuerpo, matrimonio alquímico, salto de avance en la individuación, aceptación del opuesto interior, integración de lo intelectivo y lo instintivo: el arcano contiene la representación conjunta de anima y animus. Un varón y una fémina frente a un sacerdote u oficiante de su unión, la cual es consagrada en el rito matrimonial. En forma libre y consciente dos adultos de distinto sexo simbolizan la unión de los opuestos y, claramente, se marca un hito en el proceso de individuación. Los dos elementos de género opuesto son invitados ceremonialmente a fundirse en uno solo. El sacerdote sería
100 “el testigo” u “observador” que simboliza a la conciencia en el momento de aceptar, constatar e integrar la dualidad opuesta o conflicto entre el intelecto mental y su opuesto inconsciente intuitivo, se pone fin al conflicto o retorcimiento interior de la individualidad implicada. Claves de Tierra: Poder sanador: el arcano está ligado al dolor y al padecimiento pero de una forma positiva y liberadora, hay una energía y un don para superar las enfermedades y los padecimientos espirituales. Adolescencia: el arcano se vincula a una etapa especial del ser humano, un período en el cual se está formando y construyendo su personalidad e individualidad, etapa juvenil y tierna, de dulzura, de juego, también de torpeza y de búsqueda de la primera pareja. Relaciones interpersonales: lo juvenil va ligado al despliegue de la amistad, de conocer a otros, de expresar la curiosidad por el mundo y las personas e instituciones que lo conforman. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el seis a El Enamorado?. Para algunos pitagóricos, el seis tiene que ver con el alma, la unión invisible que liga a todo el universo. Es armonía del ser. Para otros, es la perfección del conocimiento. ¿Qué aporta el simbolismo alquímico al número seis de El Enamorado?. El seis “Gráficamente, se representa por la estrella de seis puntas que se origina uniendo dos triángulos equiláteros, uno con el vértice hacia arriba y otro con el vértice hacia abajo, simbolizando respectivamente las cualidades elementales Fuego y Agua, espíritu y materia”,
de donde “la necesidad de escoger entre su 219 perfecto equilibrio o el predominio de una de ambas cualidades… entre el bien y el mal” . Es la unión del rey y la reina, de lo activo y lo pasivo, de lo agresivo y lo acogedor, del emprendimiento y lo contemplativo, de lo mental y lo intuitivo, de lo concreto y lo sutil, la síntesis de los opuestos, un paso en la búsqueda incesante de la armonía. El Siete en el Tarot: EL CARRO El Carro o número siete, está vinculado al esfuerzo por integrar la personalidad, demostrando la independencia de carácter, de voluntad, de seguir un camino conscientemente elegido, de concentrar la atención para obtener resultados tangibles. El Siete se liga al interés de establecer una filosofía de la vida, de penetrar en el misterio de la vida (¿Quién Soy?). Responder esto requiere desmarcarse, exige independencia, quizás soledad o tranquilidad. Y, lo más importante, se requiere madurez. Por esto mismo, desde el punto de vista del desarrollo humano individual, el siete representa
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101 un salto en la madurez del individuo, la capacidad de escoger un camino o vía y atreverse a seguir ese camino, con voluntad e incluso con tozudez. Implica la capacidad de completar las tareas establecidas, pero sin someterse a otros, sino a la propia voluntad y al libre albedrío. Es el espíritu de Hermes hecho realidad. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: movimiento, dinamismo, desplazamiento, viaje, empresa, nuevo comienzo; madurez, aceptación de sí mismo; viajes, desplazamientos, cambios de lugar (de ciudad, de trabajo, de posición, etc.; augura triunfo, incluso venciendo obstáculos; dominio de los instintos; autocontrol, auto confianza, líder-liderazgo, eficacia, talento, audacia, protección, triunfo, dominio, autoridad; nuevo comienzo; número 7 es número mágico; número 7 es número de unión; independizarse, autonomía. Se pueden describir así: Claves de Fuego: Movimiento, dinamismo, desplazamiento, viaje, empresa, nuevo comienzo220: el solo nombre del arcano sintetiza la idea de actividad, de movilidad desde un punto o sitio a otro lugar; estos movimientos pueden tener una naturaleza variada, pues pueden consistir en la determinación de construir de manera efectiva un proyecto, empresa o emprendimiento de cualquier tipo (intelectual o material), así como puede tratarse del reflejo de ese plan en el ámbito concreto, como resultaría la realización de un viaje, periplo, trayectoria, etc. Madurez, aceptación de sí mismo: la adolescencia ha quedado atrás, las contradicciones van siendo superadas y hay una mayor aceptación del ser real que cada uno es, se logra armonización al menos en algunos planos o esferas de la realidad personal. Hay un reconocimiento de la responsabilidad sobre los conflictos propios y de aceptar las limitaciones personales. Viajes, desplazamientos, cambios de lugar (de ciudad, de trabajo, de posición, etc.): en la tirada o red desplegada de cartas, el arcano ratificaría el logro de independizarse, el irse o viajar por propia voluntad; sería una señal de tranquilidad, de aplomo, de haber madurado; habría también un énfasis en la velocidad de los acontecimientos, de llegar noticias imprevistas, de rapidez, de voluntad para solucionar problemas con espíritu práctico y oportunista. Claves de Agua: Fases de la luna: Placer variado: en la lucha por el éxito, la conquista, la iniciativa, la seducción. Claves de Aire: augura triunfo, incluso venciendo obstáculos221: la determinación o voluntad individual del adepto o iniciado es la energía que originará el avance, el triunfo sobre las debilidades y
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las distracciones del entorno, superando las barreras, especialmente los obstáculos ficticios. Dominio de los instintos: el arcano es un símbolo del triunfo sobre los apetitos o pasiones que surgen espontáneos del instinto o la animalidad o los mensajes tortuosos de la mente, tienden a desviar al iniciado de la conciencia de sí o de la conciencia de sus tareas para progresar en su desarrollo o individuación. Autocontrol, auto confianza, líder-liderazgo, eficacia, talento, audacia, protección, triunfo, dominio, autoridad: para conseguir resultados se dan pasos concretos, la meta será alcanzada solamente si se demuestra que se puede ser eficaz; ser audaz es abrirse a la posibilidad del triunfo de dominarse a sí mismo y de dominar al entorno; la verdadera protección no viene del exterior, sino del respaldo que otorgan las propias y más íntimas capacidades, basadas en la voluntad de autodominio. Nuevo comienzo (1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 = 2 + 8 = 10 = 1 + 0 = 1): la numerología ayuda a comprender la presencia inmanente de los ciclos, llegar hasta aquí ha significado superar etapas, alcanzar cierta madurez, logrado esto, se iniciará un nuevo ciclo que conducirá a otros niveles en el proceso de individuación o de camino hacia la comprensión e iluminación. Completar las etapas hasta El Carro abre la puerta nuevamente para convertirse en El Mago. El número siete es considerado uno de los números mágicos. El siete puede provenir aritmológicamente de la adición 4 + 3, esto es la unión del mundo y la divinidad, de lo transitorio y lo eterno. Además, el siete puede provenir de la adición de 5 + 2, esto es la unión del sacerdote y la sacerdotisa, del intelecto y la intuición, idea y sensación.
Claves de Tierra: Independizarse, autonomía: el ser en desarrollo abandona la pubertad y la adolescencia, ha escogido una vía y emprende el camino o solución de forma concreta y práctica, no requiere del apoyo o, mejor dicho, de las decisiones u opiniones de otros, impone sus propias reglas. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el siete al Carro?. Un salto cuántico, el paso a una nueva etapa, más plena, más vital, con una característica diferenciadora, un nuevo modo de ser. ¿Qué aporta el simbolismo hermético mediante el siete al Carro?. Entrega la oportunidad de comenzar una trascendencia, de ligar lo individual con lo planetario: integrar microcosmos a macrocosmos. Viajar y/o relacionarse desde lo pequeño, privado o restringido a lo cósmico, público o amplio. ¿Qué aporta el simbolismo alquímico mediante el siete al Carro?.
103 Mediante los siete metales, se refuerza lo planetario o universal, la relación con las potencias universales, representadas por dioses y cuerpos espaciales orbitando en el cosmos. Pero “como es arriba es abajo”, el siete representa los factores de la personalidad humana fundidos en una expresión concreta cuyo modelo ideal es el Hombre-Tipo, el ser humano que avanza (viaja, se desplaza) muriendo y renaciendo a nuevos niveles de madurez física y espiritual. El Diez en el Tarot: La Rueda de la Fortuna El universo, cuya expresión frente a la mente es el mundo de las formas, es un sistema extraordinariamente complejo cuyas leyes y cuyo dominio escapa a las posibilidades de la individualidad. De allí que una actitud sabia frente a las fuerzas cósmicas es respetar su poderío y saber adaptarse a ellas para sobrevivir y tener éxito, pues ese mundo gira más allá de las voluntades individuales. El cosmos o entorno es fuente de perpetuos cambios que se muestran como accidentes sorpresivos ante la percepción humana, como desafíos atractivos, como situaciones novedosas, como oportunidades interesantes e incluso como momentos perturbadores. Una mano invisible y supra humana parece controlar los constantes cambios y devenires que impulsan hasta la cima o hacen caer en lo más bajo. El círculo de la rueda representa el movimiento eterno de los acontecimientos en torno a un centro, el único punto inmóvil dentro del torbellino. De allí que el símbolo sea una invitación a mantenerse apartado del torbellino pues las fuerzas individuales son ínfimas para intentar controlar la potencia del devenir universal. Es mejor intentar el ritmo y el sentido de los movimientos universales y comprender el papel que el ser individual juega en medio de lo inevitable. De este devenir, sin embargo, el individuo también es partícipe, pues sus acciones concretas son una suerte de cadenas que le van atando y forjando una consecuencia en acontecimientos y situaciones futuras. A pesar del dominio de las fuerzas universales en el macrocosmos, cada uno escribe su destino en el microcosmos. Lo que hacemos hoy se verá reflejado en nuestro bienestar o nuestra caída futura. Sin embargo, esta no constituye una mirada llena de amargura, al contrario, en la medida que la vida se enfrente con optimismo y aplomo, siendo auténticos, la misma vida nos devolverá con logros, situaciones placenteras y alegres, prosperidad, respeto. Vice-versa, si nuestro enfoque llega a ser triste y medroso, el pago será en la proporción justa a lo entregado: disgusto y tristeza, escasez, desprecio. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: fuerza en movimiento; ciclos, vidas pasadas; viajes; principio de nuevo ciclo (y cierre de otro); dinamismo, oportunismo, suerte personal; cambio exterior, cambios que llegan del entorno, aceptar el cambio; movimiento, karma; centrarse; no es posible controlar todo; transitoriedad, aceptar el cambio; rapidez, decisiones inmediatas, imprevisto; irreversibilidad, los errores pesan. Se pueden describir así: Claves de Fuego:
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Vitalidad, fuerza en movimiento: el arcano representa la vitalidad, el mundo de las formas agitándose bajo el imperio de los dioses o de las energías supra humanas, algo se desplaza, se agita, se deja sentir con fuerza. Principio de nuevo ciclo (y cierre de otro): anteriormente se habló sobre el significado cíclico del arcano. Ahora, destacamos que todo ciclo, al cerrarse, no hace más que abrir o inaugurar otro, el cual se encontraba larvado o condicionado por el ciclo anterior. Lo único fijo y eterno es el movimiento en sí, las etapas o fragmentos son perecederos.
Claves de Agua: Dinamismo, oportunismo, suerte personal: la aparición del arcano es, en general, una señal positiva, de que los asuntos personales entran en una dinámica, de que se presentan oportunidades y la invitación a aprovecharlas o a utilizarlas en propio provecho. La suerte o la sincronía se impondrán para ponernos en el lugar apropiado. Misterio, enigma: característica que se desprendería de la presencia de la esfinge, aunque aquél tendría que ser descifrado. Claves de Aire: Cambio exterior, cambios que llegan del entorno, aceptar el cambio; transitoriedad: la individualidad se encuentra expuesta de manera permanente a los cambios y las fluctuaciones, a ser sometida a prueba por fuerzas o potencias desconocidas e imparables. Quien disponga de sabiduría pero no de poder se hará a un lado para no ser arrastrado o pulverizado. Todo movimiento es una expresión de lo transitorio, es un signo de encontrarse bajo el tiempo en la esfera tridimensional. El sabio sabría comprender este llamado a aceptar el cambio. Movimiento, karma: el ser no sólo se encuentra sometido a los impulsos o acontecimientos externos sino que, además, se halla condicionado por los efectos o consecuencias de sus propios actos. El presente no sería más que el resultado de las acciones y las decisiones de las cuales se fue partícipe anteriormente. Centrarse: lo circular tiene su origen en un centro, desde el cual se irradia o se genera la rueda de la vida. El llamado es a tomar conciencia de sí, apartándose y mirando el devenir desde una posición inmóvil, la serenidad, el sí mismo. No es posible controlar todo: aunque a la individualidad le pareciera natural que todas las condicionantes de su existencia permanecieran inmutables, para poder definir y controlar el entorno, el arcano hace un llamado a reconocer la impotencia frente a la totalidad del entorno. Aceptar que el mundo gira más allá de mi voluntad y debo descubrir su ritmo y su sentido. Comprender el rol que jugamos Rapidez, decisiones inmediatas, imprevisto: el aparente caos del movimiento universal o del entorno exige reacciones para vivir una vida más plena. Para los imprevistos el ser maduro deberá actuar con rapidez, mostrar su superioridad con decisiones apropiadas, inmediatas, demostrar su capacidad oportunista o de improvisación, de creatividad. El actuar es una noción amplia, la cual iría de una respuesta activa hasta una postura consciente de no-actuar o no involucrarse, esperando que los acontecimientos decanten.
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Irreversibilidad, los errores pesan: recordemos que en el devenir individual que se desarrolla en el mundo tridimensional, el acontecer es irreversible, por eso los errores o la indiferencia pueden tener un efecto kármico de resultados nefastos.
Claves de Tierra: Ciclos, vidas pasadas: los giros de la rueda de la vida o de la fortuna van marcando etapas o ciclos, la ruda, vista en perspectiva, se convierte en una espiral. Quizás se pase por el mismo sitio o experiencia, pero ambos se mirarán o se interpretarán con ojos diferentes. Los ciclos pueden ser amplios y representar lo que se acostumbra a llamar vidas pasadas o manifestaciones del alma en diferentes momentos del devenir de una individualidad en el mundo de las formas y la concreción. Viajes: este es otro de los arcanos que constituye señal de viaje. Si en el universo de las formas todo es movimiento y transitoriedad, la individualidad humana tendrá que desplazarse como cualquier otro objeto. Estos cambios son oportunidades que acostumbramos a denominar viajes. ¿Qué aporta el simbolismo pitagórico mediante el Diez a la Rueda?. Para algunos pitagóricos, la década es el todo completo o lo completamente realizado, es cúspide o cima. Es eternidad y Sol (todo energético o divinidad). A lo anterior se agrega que se lo consideraba perfección, número universal, origen de todas las posibles formas existentes. Es poder, capacidad de generación, guía de la vida. ¿Qué aporta el simbolismo hermético mediante el Diez a la Rueda?. Para el hermetismo, el diez o década es símbolo de cierre de circuito, vuelta al origen.
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7. DIMENSIÓN FUNCIONAL DE LA GNOSIS NUMERAL. La funcionalidad de la gnosis numeral es proporcionar claves operativas para facilitar el control del entorno por el individuo y, así, asegurar su desempeño o su éxito. Hacia esa finalidad puede avanzarse en dos ámbitos de búsqueda, los cuales no son excluyentes, sino complementarios, y que se potencian mutuamente. Una de estas expresiones o ámbitos es el conocimiento de sí mismo, del estado mental, espiritual, emocional y físico del consultante o, también, de la relación de éste con algún tema o conflicto de su interés, del cual es partícipe en el proceso de individuación. El otro ámbito es el conocimiento oracular o perfilamiento predictivo de sucesos de su entorno que le atañen a él o a personas vinculadas. Las diversas mancias tienen la característica de abrir paso hacia esta aproximación, sea la numerología, la astrología, la geomancia, el tarot, el i-ching, etc. 7.1 El esfuerzo predictivo de la modernidad frente a las mancias tradicionales. Hay que reconocer que, históricamente, con mucha posterioridad a las mancias, la modernidad –y su expresión ideológica o forma de pensamiento por excelencia que es la ciencia- abordó el tema de la predicción o pronóstico de los hechos. Centenares de años después que el tarot y miles de años después que la astrología, el i-ching y la numerología. “Hay otras técnicas que son mucho, mucho más antiguas que todas las técnicas científicas racionales. Llegaron a nosotros a partir del siglo VI a. j. c. -y en Asia Central bastante antes de eso– pero, al observar la historia de la humanidad como un todo, sería aún muy reciente. De hecho, es la combinación de un modelo caótico y de un modelo ordenado que yo llamaría el verdadero comienzo de la ciencia, porque no es sino entonces que los motivos aleatorios fueron sometidos a una especie de orden matemático, por el sesgo de líneas, de matrices, o de un 222
Con su afán de especialización, la ciencia lo trató a través de una de sus ramas, la estadística. El punto de vista científico “tal como los modernos lo sistema de coordenadas o de números.”
entienden; … se caracteriza ante todo por la pretensión de reducir todas las cosas a la cantidad, y por no tener en cuenta de ninguna manera lo que no se deja reducir a ella, por considerarlo en cierto modo inexistente; se ha llegado a pensar y decir corrientemente que todo lo que no puede ser “puesto en cifras”, es decir, expresado en términos puramente cuantitativos, está por eso mismo desprovisto de todo valor “científico”; y esta pretensión 223
… se aplica… a todo el conjunto de las ciencias… [lo cual] se extiende hasta el dominio psicológico”.
El pensamiento científico se mueve en un orden de tipo lineal, se detiene en la causa y pasa al efecto. Estos elementos binarios no se consideran simultáneos sino uno después del otro. Se acostumbra a decir que un enfoque diferente sería “irracional” o “ilógico”, en suma, inapropiado para la conciencia de los hechos. “El pensamiento causal es, por así decirlo, lineal. Hay una secuencia de acontecimientos A, B, C, D; usted se remonta hacia atrás y se pregunta por qué D aparece a causa de C, por qué C aparece a causa de B…” “Sabemos gracias a las investigaciones físicas modernas, que está ahora probado que, al nivel de la microfísica, este principio no es ya enteramente válido; no podemos más considerar la 224
causalidad como una ley absoluta, sino como una tendencia o una probabilidad dominante.”
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Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. Guénon, René. 1945. La ilusión de las estadísticas, en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. 224 Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. 223
107 “El tiempo entra también en la causalidad, pues pensamos normalmente que la causa precede al efecto. En la física moderna, parece a veces que el efecto sobreviene antes de la causa, pero se considera a fin de cuentas 225
aún eso como causal.”
“En nuestro pensamiento causal, hemos introducido una gran separación entre los acontecimientos físicos y psíquicos, y buscamos solamente cómo los acontecimientos físicos tienen un efecto causal uno sobre el otro, así como sobre los eventos psíquicos.”
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La estadística toma un problema determinado o, dicho de otra forma, la relación entre dos o más variables, registra un hecho o vínculo que las conecta y verifica repetidamente su ocurrencia. Mientras mayor sea la repetición del evento, mejor. Luego, saca una norma o regla que señala que, si se dan tales o cuales condiciones, existirá una probabilidad matemática que se produzca o se exprese el hecho o situación en cuestión. “La idea de fundar… una ciencia sobre la repetición evidencia también otra ilusión de orden cuantitativo, la que consiste en creer que la acumulación de un gran número de hechos puede servir de “prueba” para una teoría; sin embargo,… los hechos de un mismo género son siempre en multitud indefinida, de suerte que nunca se pueden constatar todos, sin contar con que los mismos hechos concuerdan generalmente bien con varias teorías diferentes. Se dirá que la constatación de un mayor número de hechos da al menos más “probabilidad “ a la teoría; pero eso es reconocer que nunca se puede llegar … a una certeza cualquiera, y, por consiguiente, que las conclusiones que se enuncian no 227
tienen nunca nada de exacto”.
Von Franz sostiene que existe una gran diferencia entre probabilidad práctica, o sea, un pronóstico preciso, y probabilidad calculada, es decir, un pronóstico aproximado. Sostiene que para la física “todos los cálculos están fundados sobre el concepto de probabilidad y son realizados con ayuda de matrices y de otras formas algebraicas. Con éstas, no se puede sin embargo expresar sino una probabilidad general. Entonces, se dedica a una observación real que es un acontecimiento real y único. Estas observaciones reales y cada vez únicas… no se las puede repetir indefinidamente para llegar a obtener una 228
probabilidad práctica.” Y agrega: “¿Por qué no se puede hacer una verdadera predicción que daría resultados numéricos reales, y no solamente una probabilidad estadística?. Pauli afirma muy claramente que aquello viene de los supuestos mismos de la física, porque la experiencia es un acontecimiento único y real y que los medios matemáticos de cálculo están basados sobre el principio de probabilidad que excluye el acontecimiento único y no puede aplicarse allí.”
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En efecto, sobre la estadística, se puede realizar algunas constataciones. La primera, que si bien la estadística consigue realizar un pronóstico, es siempre sobre la eventual ocurrencia de una situación abstracta o genérica pero nunca sobre algo que atañe a algo o a alguien de manera individual. A través de la estadística se puede decir o señalar que “es posible que en un X porcentaje de probabilidad suceda algo para un conjunto de elementos o individuos en una situación dada”. Sin embargo, nunca mediante la estadística se dice “a fulano le ocurrirá tal cosa”. Para aclarar estas afirmaciones se puede recurrir al ejemplo clásico de lanzar una moneda al aire y de predecir si saldrá cara o sello. Se ha estudiado –lanzando numerosas 225
Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. Ídem. 227 Guénon, René. 1945. La ilusión de las estadísticas, en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos. 228 Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. 229 Ídem. 226
108 veces monedas al aire- que la probabilidad de obtener cara o de obtener sello se aproxima a 50/100, digamos que 50 veces de cada cien lanzamientos. Sin embargo, el hecho de conocer esta tendencia no posibilita al lanzador de monedas determinar si, en el próximo lanzamiento específico, irá a salir en ese caso una cara o un sello. La segunda constatación que conviene mencionar es que a las facultades predictivas de la estadística se acostumbra a atribuirles tanto prestigio que se tiende a confundir el potencial pronóstico con la realidad. Esto es, si la estadística no respalda una situación, se tiene a esa situación por falsa o inexistente. La tercera constatación, es que el porcentaje de casos en los cuales la predicción estadística no se cumple se lo atribuye al azar, lo cual equivale a decir que “el diablo metió la cola”, o que actuó un duende travieso. En suma, una explicación irracional, fuera de la relación causa-efecto y, por lo demás, chocante por ser aceptada por la ciencia. La ciencia pretende descartar de su campo de acción el azar o la aleatoriedad. “…el azar es un factor objetivo y existe, pero, en ciencia, se habla de un azar bajo la forma de “accidente”: alguna cosa a 230
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lamentar”. “…el calculo de probabilidades y las estadísticas, son… instrumentos para eliminar el azar.” “En la mentalidad primitiva, no hay azar. Lo que llamamos científicamente el azar es un acto de Dios… no importa que 232
potencia mágica. …todo azar es un acto de la divinidad…”
Resulta casi sorprendente que el espíritu científico, con su pretensión universalista, se apodere de la conciencia al extremo de llegar a confundirse con su opuesto –la fe religiosaal dar por válido únicamente el conocimiento que sólo se encuentra respaldado por la estadística y pretender confundir el cálculo probabilístico con la realidad misma. Esta postura ha sido duramente vapuleada desde la trinchera de la psicología. La conciencia mental pareciera quedar fijada en visiones valoradas como la única verdad o verdad objetiva. “Se puede pues muy claramente ver en la historia de las matemáticas lo que Jung caracterizaba como el desarrollo general del espíritu humano, a saber que todo lo que llamamos ahora nuestro espíritu subjetivo, incluyendo allí nuestras actividades mentales en ciencia, era previamente tomado por espíritu objetivo –designamos por éste el movimiento que inspira en la psique inconsciente- pero que, con el desarrollo de la consciencia, hemos tomado una parte que manipulamos ahora y que llamamos nuestra, comportándonos como si fuera una cosa que poseyéramos completamente.. Es esto lo que ha pasado en el desarrollo de las matemáticas: los números eran al comienzo dioses, después han sido desacralizados para llegar a ser alguna cosa que es 233
No sólo la matemática está imbuida de este enfoque, sino también la física, especialmente más y más en la segunda mitad del siglo XX, y otras ciencias, tales como la medicina, la sociología, etc. “…Si se discute de estos problemas arbitrariamente enunciada por el ego de un matemático.”
con científicos modernos, ellos creen simplemente que es así, que es nuestra manera de alcanzar la realidad y de describirla con exactitud. Están implícitamente persuadidos que es así que se llega a la verdad de los factores 234
internos y externos, y de todo el resto; todo debe ser estadísticamente probado…”
Al contrario de la ciencia estadística, las mancias se manejan en un ámbito diferente de la relación causa-efecto. Este ámbito relacional es el referido a la sincronicidad, o sea, en el 230
Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. Ídem. 232 Ídem. 233 Ídem. 234 Von Franz, Marie Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. 231
109 cual un hecho o relación entre dos o más factores no aparece establecido por una ley causal y, en el cual, el factor tiempo carece de linealidad. Al contrario del hecho científico, los factores parecen concurrir sin una relación lógica entre sí, en un ámbito fuera del tiempo y de la explicación lógico-racional que pudiera ser aceptada dentro de los estrechos límites de la conciencia mental. “La visión del mundo que Jung ha intentado poner al día y sobre la cual reposa 235
fundamentalmente la adivinación, es la de la sincronicidad”. “La sincronicidad… representa una diferenciación del pensamiento primitivo, en la cual ninguna distinción ha sido hecha entre los hechos psicológicos y físicos. Para la manera de pensar sincronística, es al contrario esencial observar las dos zonas de la realidad, la zona 236
La diferencia entre una mancia y una ciencia es clara respecto del rango que ocupa el azar dentro de sus procedimientos. “En una experiencia física, el azar es física y la zona psíquica”.
eliminado, se lo rechaza tan lejos como sea posible, aunque hay un pequeño resto que no se puede hacer desaparecer. Es algo engorroso,…es un pequeño asunto que se puede ignorar. En el oráculo, se toma un acercamiento diferente y complementario, es decir, que se centra al contrario en el azar. …Las experiencias eliminan el azar, el oráculo hace del azar su centro; la experiencia está basada sobre la repetición, el oráculo está basado en un acto único. La experiencia está basada sobre un cálculo de probabilidades y el oráculo utiliza 237
el número único e individual como fuente de información”.
Las constataciones que se pueden proporcionar en torno a los pronósticos originados por la vía oracular serían las siguientes. La primera, que la ocurrencia del hecho o situación pronosticada va generalmente asociada al porvenir individual y no a una tendencia esperada a partir de una generalización abstracta. La segunda, es que se admite que los hechos puedan ocurrir sin el respaldo o aval de una ley de probabilidad, es decir, no hay referencia a una ley general o a una conducta esperada genérica. La realidad se acepta como aquello que los involucrados aceptan como tal, sin juicios previos que denieguen la posibilidad que algo se produzca o no. La tercera, es que se parte del azar, de lo aleatorio, nunca de una ley de probabilidades. Tal es así, que el tarot, el i-ching, construyen la predicción sobre una tirada aleatoria de cartas en el primer caso, y una tirada de monedas o ramillas, aleatoria también en el segundo. Algo más podría agregarse para diferenciar ambas posturas. La ciencia estadística se mantiene en la esfera de la conciencia mental y recurre a representaciones del ámbito de las matemáticas y del cálculo. La mancia se liga a la esfera de la gnosis, de la intuición y el inconsciente individual y colectivo, por lo cual recurre a los símbolos y a las figuraciones arquetípicas de la humanidad. Un resumen de las posturas respecto de la predicción se presenta en el Cuadro 1.
235
Von Franz, Marie Louise La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. Ídem. 237 Ídem. 236
110
Cuadro 1. Comparación entre la predicción estadística y la predicción oracular Ciencia o arte predictivo
Ámbito histórico ideológico
Objetivo
Carácter del porvenir
Oráculo
Tradición
Predecir
Concreto específico
Estadística
Modernidad
Predecir
Abstracto genérico
Existencia de los hechos augurados Reales si el o interesado acepta su realidad Reales si una ley o o experimento científico lo respalda
Papel del azar
Ámbito espiritual
El azar es la Inconsciente base de la individual y predicción colectivo
El azar sería Conciencia marginal mente
o
De las observaciones que se han planteado anteriormente queda en claro que, a diferencia del científico, el médium o adivino se mueve en la dimensión del alma o la dinámica del espíritu. “Una de las principales formas en que utilizamos la palabra espíritu es al hablar del aspecto inspirador, vivificante del inconsciente. Sabemos ahora que cuando el complejo del ego entra en contacto con el inconsciente, tiene un efecto vivificante y es allí que está verdaderamente la base de todos nuestros esfuerzos terapéuticos. A veces, neuróticos que se encuentran encerrados en el círculo vicioso de su neurosis, desde que ellos van al análisis y tienen sueños, se interesan de pronto en estos sueños. Entonces, el agua de la vida se pone 238
a correr; tienen de nuevo un interés y, por consecuencia, se vuelven de pronto más vívidos y más eficaces.” “Jung definió el espíritu, bajo el ángulo psicológico, como el aspecto dinámico del inconsciente. Se puede pensar en el inconsciente como un agua quieta, un lago que permanece pasivo. Las cosas que se olvida caen en este lago;… El inconsciente tiene este aspecto de matriz, pero tiene también un aspecto de dinamismo y de movimiento, reacciona por sí mismo – por ejemplo, compone sueños. Se podría decir que componer sueños mientras se duerme es una actividad del espíritu… una muy ingeniosa serie de imágenes que, si se las puede descifrar, parecen transmitir un mensaje altamente inteligente. Esta es una manifestación dinámica del inconsciente, donde el
239
inconsciente hace enérgicamente alguna cosa por sí mismo, y esto es lo que Jung define como espíritu”. “Jung resume todo aquello diciendo que [primeramente], el espíritu contiene un principio psíquico espontáneo de movimiento y de actividad; segundo, que tiene la cualidad de crear libremente imágenes más allá de nuestro sentido de la percepción (en un sueño, no se tiene sentido de la percepción – el espíritu o el inconsciente crean imágenes a partir del interior, mientras los sentidos se encuentran adormecidos); y tercero, hay una 240
manipulación autónoma y soberana de esas imágenes.”
Volviendo al tema específico que nos ocupa, la gnosis numeral, si bien hemos podido avanzar conceptualizando, describiendo, relacionando, aún falta por entregar elementos detallados que nos den un acercamiento operacional, de tal forma que el interesado pueda hacerse parte a voluntad, desatando o induciendo un proceso de conocimiento, sin esperar a que algún día- alguna divinidad generosa se digne a iluminarlo. Así es, tanto entre los francmasones como entre personas de otras escuelas hay muchos que esperan indicaciones o pautas metodológicas aún más específicas, más funcionales para la conciencia respecto del 238
Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. Ídem. 240 Ídem. 239
111 significado de los números. La pregunta es ¿cómo lograrlo?, ¿con qué método?. Esta metodología puede ser tomada de otras disciplinas, tales como la numerología oracular y la cartomancia. Sin embargo, aunque ambas comparten la base conceptual, existen desarrollos diferentes. La numerología oracular utiliza un sistema que podría considerarse más determinístico y la cartomancia utiliza otro más aleatorio. Esta diferencia podrá ser apreciada más adelante. 7.2 Operatividad de los símbolos: los arquetipos. 7.2.1 Los símbolos. En capítulos anteriores se ha presentado los significados que dan distintas tradiciones a los símbolos numéricos. ¿Qué de común tienen entre sí esos símbolos numéricos a pesar de que presentan diferencias en sus significados?. ¿Por qué todos esos significados fueron, siguen siendo y serán quizá inteligibles o tienen sentido para quienes operan con ellos?. Su común denominador es que, detrás de cada símbolo numérico, se esconden o contienen ideas arquetipales o, simplemente arquetipos, acordes o estructuras anímicas que se mantienen en el bagaje espiritual de la especie humana. “Las ideas platónicas son también esencias; Platón muestra sobre todo su aspecto trascendente y Aristóteles su aspecto inmanente,… en todo caso, en eso se trata siempre de los “arquetipos” o de los principios esenciales de 241
las cosas, que representan lo que se podría llamar el lado cualitativo de la manifestación”.
El mundo del ser humano individual y de su especie es el mundo de la representación y de la interpretación. Tanto en los estados de conciencia o vigilia como en los estados inconscientes –caso del sueño- el ser humano se vale de elementos figurados para referirse a lo que considera la realidad, dando especial importancia a los elementos originados por medio de su visión, seguidos del resto de sus sentidos. Esta representación o figuración es utilizada para comunicarse, no sólo con sus congéneres sino, principalmente, para mantener un perpetuo diálogo consigo mismo. Para comunicarse con otros se utilizará la palabra hablada y escrita, así como la gestualidad y las señales. Esto, porque las representaciones pueden no solamente ser gráficas o visuales, sino también auditivas mediante sonidos y, además, articularse de forma inteligible en un lenguaje. Los símbolos o representaciones son una creación del devenir histórico-cultural de la humanidad y pueden provenir tanto de la inspiración consciente de un grupo humano y sus integrantes como de la actividad psíquica inconsciente.
241
Guenon, René. 1945. El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos.
112 El poder o potencia de los símbolos no se manifiesta de forma automática o instantánea, se va acumulando a lo largo de siglos y milenios, en procesos de repetición, transmisión, tradición. Las figuras, palabras escritas y habladas, grafismos numéricos, señales, gestos, mantras, etc. que las diversas culturas van creando son la expresión de ideas, conceptos, mensajes, valores, etc., que se ordenan, arreglan y re-arreglan, según las vicisitudes y experiencias de los grupos humanos. Muchos símbolos, sobre todo aquéllos que son producto de la creación consciente del colectivo, se van sumando, re-acondicionando o, simplemente, dejados de lado. “Los símbolos son expresiones profundas de la naturaleza humana. Han estado presentes en todas las culturas y en todos los tiempos, y desde su primera aparición en las cuevas paleolíticas han acompañado el desarrollo de la civilización. Hoy, dentro de su contexto, siguen teniendo un fuerte poder evocador para nuestro intelecto, nuestras emociones y nuestro espíritu”,
expresa David Fontana242.
Una expresión cultural tan diversa como la contenida en los mitos, leyendas, tradiciones y cuentos está tachonada de símbolos, los cuales pueden ser la manifestación de conceptos o ideas más profundas y permanentes. Para Federico González, representante de la corriente “tradicionalista” como ya se dijo, el símbolo es el intermediario entre una cosa conocida y otra desconocida. “Por las imágenes y los símbolos el hombre toma conciencia de su ser en el mundo, es decir, que por ellos esa conciencia se conforma, y entonces se hace posible el Conocimiento. Los símbolos tradicionales de la Ciencia y el Arte Sagrados, han sido específicamente diseñados para promover la comprensión de otras realidades que esos mismos símbolos atestiguan y revelan. Y es por su intermedio que puede seguirse una vía ordenada y gradual en pos del 243
Conocimiento. Este camino, cuajado de imágenes y experiencias, es llamado la Vía Simbólica”
.
René Guénon desarrolla una teoría sobre el simbolismo metafísico –como él lo llama para diferenciar lo trascendente y/o eterno por encima de lo meramente individual- según la cual el símbolo es revelado y tendría un origen no-humano. “... el simbolismo tiene su fundamento en la naturaleza misma de los seres y las cosas, que está en perfecta conformidad con las leyes de esa naturaleza, y si se reflexiona en que las leyes naturales no son en suma sino una expresión... de la Voluntad Divina, ¿no autoriza 244
esto a afirmar que tal simbolismo es de origen no-humano,...?
.
Para sintetizar la postura guenoniana, Armando Asti245 señala: “El símbolo es la representación sensible de una idea; las palabras son también símbolos, por eso el lenguaje es un caso particular del simbolismo. El principio del simbolismo es la existencia de una relación de analogía entre la idea y la imagen que la representa. El símbolo sugiere, no expresa, por ello es el lenguaje electivo de la metafísica tradicional.”
242
246
David Fontana. 2003. El Lenguaje de los Símbolos. Guía visual sobre los símbolos y su significado. Editorial BLUME. Barcelona. España. 243 González, Federico. “El Tarot de los Cabalistas”. Vehículo Mágico. Buenos Aires: Kier, 1993. 190 p. 244 Guénon, René. El Verbo y el Símbolo, en “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada” 245 Asti Vera, Armando. “René Guénon, el Último Metafísico de Occidente”, Estudio Preliminar en “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada”. Compilación póstuma del pensamiento de Guénon establecida por Michel Valsan. 246 Ídem.
113 Como se dijo, el origen del símbolo sería no-humano, revelado de forma supra humana en el origen de los tiempos y transmitido por tradición, truncada a veces y conservada por individuos especiales pertenecientes a una casta de iluminados más o menos no visibles al vulgo. La naturaleza sería el mundo de las formas, lo manifestado al ser humano a partir de lo inmutable no manifestado, “por eso la naturaleza toda es un símbolo. Símbolos y mitos no son simples recursos estilísticos sino, al contrario, formas indirectas, pero absolutamente auténticas, de traducción de la 247
realidad última”.
Y agrega: “El símbolo no expresa ni explica, sólo sirve de soporte para elevarse, mediante la meditación, al conocimiento de las verdades metafísicas.” Además, “La pluralidad de sentidos incluida en cada símbolo se basa en la ley de correspondencia (analogía): una imagen sirve para representar realidades de diversos órdenes o niveles, desde las verdades metafísicas hasta las que son como “causas segundas” con respecto a aquéllas. Los diversos sentidos del símbolo no se excluyen, cada uno es válido en su orden y todos se 248
complementan...”
Guénon piensa que la modernidad se caracteriza por una pérdida gradual de la mentalidad simbólica. Y esto se expresa en el lenguaje: la filosofía profana se expresa con un lenguaje analítico y racional; la ciencia sagrada o metafísica se expresa con un lenguaje sintético y espiritual (simbolismo). [El simbolismo sintético]...”abre posibilidades de concepción verdaderamente ilimitadas, mientras que el lenguaje, de significaciones más definidas y fijadas, pone siempre al entendimiento 249
límites más o menos estrechos”
.
La naturaleza humana exigiría casi como una necesidad el uso de los símbolos. “... la forma simbólica... es buena para todos [Guénon quiere decir que es buena tanto para el vulgo como para los espíritus esclarecidos], porque ayuda a cada cual, según la medida de sus propias posibilidades intelectuales, a 250
comprender más o menos completamente,... la verdad representada por ella.”
7.2.2 Los arquetipos ¿qué son?. La psicología analítica sostiene que la psique o alma humana, además de su dimensión o esfera consciente, posee una dimensión inconsciente, la cual se encuentra en parte estructurada o tachonada de símbolos ancestrales. A estos elementos básicos, que son comunes a la especie, se los denomina arquetipos. Es decir, modelos ideales que reúnen lo esencial y común a todos con un origen antiguo o ancestral. Es en este sentido o en este ámbito que nos atrevemos a hablar de trascendencia. Trasciende aquello que está más allá de lo individual, que forma parte de lo colectivo y que, aunque nos cueste comprenderlo, se halla en una dimensión virtual, oculto, escondido, encubierto pero, sin embargo, activo de manera permanente y se hace presente sin relación causal aparente en algún momento de la experiencia humana individual.
247
Asti Vera, Armando. “René Guénon, el Último Metafísico de Occidente”, Estudio Preliminar en “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada”. Compilación póstuma del pensamiento de Guénon establecida por Michel Valsan. 248 Ibídem. 249 Guénon, René. El Verbo y el Símbolo, en “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada” 250 Ibídem.
114 La esfera o dimensión inconsciente dispone de conocimiento y habría formas de extraer ese conocimiento, es decir, hacerlo consciente. “El inconsciente SABE cosas; conoce el pasado y el porvenir, sabe cosas que conciernen a otras personas. Todos tenemos,…, sueños que nos informan de algo que le ocurre a algún otro. La mayoría de los que practican el análisis saben que sueños premonitorios o telepáticos le llegan frecuentemente a casi todo el mundo, y este saber inconsciente, Jung lo llama el saber absoluto. Un médium es una persona que tiene relaciones más próximas, se podría decir un don, por el cual se liga a este saber 251
inconsciente, estando generalmente afectado por un nivel de consciencia bastante bajo.”
“Casi todas las técnicas de adivinación que no se apoyan sobre números están basadas en esta especie de motivos caóticos que, en realidad, son exactamente comparables a los test de Rohrschach: se mira fijamente un motivo caótico y se obtiene una fantasía, y el desorden completo que reina en el motivo llama al desorden del espíritu. Todos nosotros podríamos ser médiums y disponer todos de saber absoluto, si la luz brillante de la conciencia de nuestro ego no lo enredara. Este es el por qué el médium tiene necesidad de una DISMINUCIÓN 252
Este atributo puede ser natural, algo así como un don en ciertas personas, quienes no necesitan de un instrumento ni un ritual para desencadenarlo (y que generalmente lo encubren con una puesta en escena para “enganchar” al consultante), aunque puede ser también puesto en marcha mediante el entrenamiento en el uso de un instrumento o mancia (cartas de tarot, lectura de la mano, monedas o ramillas para el i-ching, etc.). DEL NIVEL MENTAL y debe entrar en trance para extraer su saber.
Vale la pena insistir en esta “disminución del nivel mental” enfatizada expresamente por Von Franz, la cual es válida en las mancias –entre ellas el Tarot- así como en otras actividades que exigen respuestas inmediatas. El abatimiento del nivel mental –estado de no-mente, noemoción, no-sensación- equivalente a encontrarse en la esfera de unión con el alma por la meditación y, por ende, de disolución en el inconsciente colectivo o alma universal, obteniendo la conexión sincrónica de la conciencia del agente o del tarotista con el mundo interior invisible del consultante. La situación espiritual se puede asimilar al arte de la defensa personal –sea en combates a muerte o en encuentros de exhibición- donde la conexión con la esfera invisible es esencial y el protagonista responde en forma automática, sin tener conciencia de los efectos de sus golpes sólo hasta que la lucha ha cesado. Sugerimos revisar las reflexiones y afirmaciones de Miyamoto Musashi en su obra “El Libro de las Cinco Esferas” o las descripciones de D.T. Suzuki.253 En todas esas circunstancias no habla ni actúa el ego. Los arquetipos probablemente nunca lleguen a conocerse exactamente en toda su naturaleza o profundidad, tal como quizás nunca se conozca el ser en sí mismo. Sin embargo, están presentes o desplegados como un telón de fondo en el inconsciente colectivo, compartidos por todos los miembros de la comunidad humana, aunque el capricho, el prejuicio o la racionalidad moderna se nieguen a aceptarlo. En el proceso o actividad espiritual, algunos de ellos son constelados o destacan su presencia bajo una determinada representación, figura, imagen, etc., generalmente a través de un sueño, de estados alterados de conciencia, 251
Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. Von Franz, Marie-Louise. La Psychologie de la Divination Ed. Albin Michel 1995. Primera edición 1986. 152 p. 253 Erich Fromm y D. T. Suzuki. Budismo Zen y Psicoanálisis. 252
115 mediante la expresión artística, o mediante una proyección o concepto que el individuo se hace sobre otra persona. Los arquetipos, por un lado, tendrían una presencia a priori en la psique y, por otro, podrían ir siendo creados por la cultura y siendo asimilados a fuerza de uso, pues "... los arquetipos no se difunden meramente por la tradición, el lenguaje o la migración, sino que pueden volver a surgir espontáneamente en toda época y lugar sin ser influidos por ninguna transmisión exterior."
254
.
En la medida que el ser humano pueda interpretar o identificar las figuras o representaciones que encubren los arquetipos, es decir, hacerse consciente de su mensaje trascendente, podrá desarrollar una existencia más madura, plena, ética y coherente. Si se nos permitiera hacer una analogía con la música, los arquetipos podrían asimilarse a los acordes. Ellos mismos son pequeñas estructuras armonizadas de sonidos diferentes y se encadenan unos con otros estructurando el lenguaje musical. Cuando se escucha una pieza de música, se la disfruta en tanto se la ejecuta, sin necesariamente tener conciencia que las estructuras básicas se encuentran articuladas o superpuestas y, además, tampoco sin darse una explicación del por qué esa música hipnotiza nuestra alma o, por el contrario, pudiera provocar el desagrado y el rechazo. “Los arquetipos son sistemas de aptitud para la acción y, al mismo tiempo, imágenes y emociones. Se heredan con la estructura cerebral –en verdad, son su aspecto psíquico. Por un lado, representan un conservantismo muy fuerte, y por otro, constituyen el medio más eficaz concebible para la adaptación instintiva.”
255
“El arquetipo representa esencialmente un contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser percibido 256
cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge”.
“Los arquetipos... se presentan como ideas e imágenes, al igual que todo lo que se convierte en contenido consciente.”
257
“Los arquetipos son, por definición, factores y motivos que ordenan los elementos psíquicos en ciertas imágenes, caracterizadas como arquetípicas, pero de tal forma que sólo se pueden reconocer por los efectos que 258
producen”.
254
Jung, Carl. “Arquetipos e Inconsciente Colectivo”. 1984. Paidós, Barcelona. Jung, Carl. “Mente y Tierra”, en Civilización en Transición (Vol. 10 de The Collected Works). 256 Jung. Carl. “Arquetipos e Inconsciente Colectivo”. 1984. Paidós, Barcelona. 257 Jung, Carl. “Sobre la Naturaleza de la Psique”, en “Estructura y Dinámica de la Psique”, Vol. 8 de The Collected Works. 258 Jung, Carl. “Acercamiento Psicológico a la Trinidad”. 255
116
7.2.3 Lo que no son los arquetipos. A pesar de lo citado anteriormente, Jung, en otras de sus obras, formula una aclaración o advertencia, que vuelve más complejo el concepto de “herencia” del arquetipo. Los arquetipos “No se trata de ideas heredadas, sino de posibilidades de ideas heredadas. Tampoco son adquisiciones individuales sino, principalmente, comunes a todos, como puede deducirse de su presencia 259
universal” . En otra parte, agrega: "Hay un error de interpretación… que consiste en pensar que los arquetipos están determinados en cuanto a su contenido, error en el que caen quienes los ven como una especie de «representaciones» inconscientes. Por eso hay que señalar una vez más que los arquetipos no están determinados en cuanto a su contenido sino sólo formalmente, y esto de un modo muy limitado.". "...El arquetipo es un elemento formal, en sí vacío, que no es sino una facultas praeformandi, una posibilidad dada a priori de la forma de representación. No se heredan las representaciones sino las formas,..."
260
En la obra colectiva “El Hombre y sus Símbolos”, es bastante enfático al señalar que “Mis ideas acerca de los remanentes arcaicos que yo llamo “arquetipos” o “imágenes primordiales”, han sido constantemente criticadas por personas que carecen de suficiente conocimiento de psicología de los sueños y de mitología. El término “arquetipo” es con frecuencia entendido mal, como si significara ciertos motivos o imágenes mitológicos determinados. Pero éstos –dice refiriéndose a las imágenes mitológicas- no son más que representaciones conscientes; sería absurdo suponer que tales representaciones variables fueran hereditarias”261. “El arquetipo es una tendencia a formar tales representaciones de un motivo, representaciones que pueden variar muchísimo en detalle sin perder su modelo básico. Hay, por ejemplo, muchas representaciones del motivo de hostilidad entre hermanos, pero el motivo en sí sigue siendo el mismo. Mis críticos han supuesto erróneamente que me refiero a “representaciones heredadas”, y, basados en ello, han desechado la idea del arquetipo como una mera superstición. No han sabido tener en cuenta el hecho de que si los arquetipos fuesen representaciones originadas en nuestra consciencia (...), es seguro que los entenderíamos262 y no nos desconcertaríamos y nos asombraríamos cuando se presentan en nuestra conciencia. Desde luego, son una tendencia, tan marcada como el impulso de las aves a construir nidos, o el de las hormigas a formar colonias 263
organizadas.”
R. Robertson264, al referirse al trabajo de C. Jung, dice que éste “…con el tiempo se fue dando cuenta de que las imágenes [simbólicas o primordiales] eran personales o culturales, y que no podíamos sacar conclusiones acerca de la estructura de los propios arquetipos: …”un arquetipo [diría Jung] en su estado de reposo y sin proyectar no tiene una forma determinada, sino que es una estructura indefinida que puede tomar una forma definida solamente si se proyecta”.
259
Jung, Carl. “Respecto a los Arquetipos y el Concepto de Anima”, en Arquetipos e Inconsciente Colectivo (Vol. 9i de The Collected Works). 260 Jung. Carl. “Arquetipos e Inconsciente Colectivo”. 1984. Paidós, Barcelona. 261 Jung, Carl. “Acercamiento al Inconsciente”, en “El Hombre y sus Símbolos”, sétima edición 2002, traducción del original de 1964. 262 Subrayado de Ismael Berroeta. 263 Jung, Carl. Ídem. 264 Robertson, Robin. “Arquetipos Junguianos”. Una historia de los arquetipos. 1998. Ed. Paidós, España. 353 p. (Ed. inglesa de 1995).
117 Y agrega Robertson, recordando a K. Lorenz, “… parece ser que el arquetipo va primero, pero que está vacío hasta que la experiencia real le da el necesario contenido para su expresión”265. “…incluso las relaciones complejas como la que existe entre una madre y un hijo parecen ser inherentes en el hijo y estar listas para ser activadas en el momento propicio”.
266
“Los arquetipos se manifiestan a nivel personal (a través de los complejos) y a nivel colectivo (como características de todas la culturas). Jung pensaba que la tarea de cada generación es comprender en forma diferente su contenido y efectos”.267 “No podemos... liberarnos de nuestras bases arquetípicas a menos que estemos dispuestos a pagar el precio de una neurosis, tal como no podemos deshacernos de nuestro cuerpo... sin cometer suicidio. Si no podemos negar los arquetipos o neutralizarlos... nos vemos enfrentados, en cada etapa de diferenciación de la conciencia a la cual aspira la civilización, a la tarea de encontrar una nueva interpretación apropiada para esa etapa, a fin de conectar la vida del pasado que aún existe en nosotros, con la vida del 268
presente...”
7.2.4 El papel de los arquetipos. La conciencia, o mejor dicho la mente en estado de vigilia que se constata a sí misma, desarrolla un papel fundamental en la coherencia espiritual del ser humano, pero estaría auto sobre valorada en el marco general de la psique pues “La conciencia constituye el proceso momentáneo de adaptación, mientras que el inconsciente contiene no sólo todo el material olvidado del pasado del individuo, sino también todos los rasgos de conducta heredados que forman la estructura de la mente (es 269
El papel de los arquetipos en el vasto contenedor que parece ser el inconsciente y la potencia de este último residiría en el hecho de que “El inconsciente... es la decir, arquetipos).
fuente de las fuerzas instintivas de la psique y de las formas o categorías que las regulan, es decir, los 270
arquetipos”.
La vastedad del inconsciente se hace patente pues “describe un estado de cosas extremadamente fluido: todo aquello que conozco pero en lo cual no estoy pensando en este momento; todo aquello de lo que otrora estuve consciente pero que he olvidado; todos lo que mis sentidos perciben pero que mi mente consciente no capta; todo lo que involuntaria e inadvertidamente siento, pienso, recuerdo, quiero y hago; todas las cosas futuras que están tomando forma en mí y que en algún momento llegarán a la conciencia
271
...”.272
Tal como se señaló más arriba, el mundo del ser humano es el mundo del símbolo y de la representación, en suma, de la imagen. Por eso, es natural que la conciencia se represente 265
Robertson, Robin. “Arquetipos Junguianos”. Una historia de los arquetipos. 1998. Ed. Paidós, España. 353 p. (Ed. inglesa de 1995). 266 Ídem. 267 Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. 268 Jung, Carl. “Psicología del Arquetipo del Niño”, en “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” (Vol. 9i de The Collected Works. 269 Jung, Carl. “La Función Trascendente”, en “Estructura y Dinámica de la Psique (Vol. 8 de The Collected Works”. 270 Jung, Carl. “La Estructura de la Psique, en “Estructura y Dinámica de la Psique” (Vol. 8 de The Collected Works”. 271 Subrayado de Ismael Berroeta. 272 Jung, Carl. “Sobre la Naturaleza de la Psique”, en “Estructura y Dinámica de la Psique”, Vol. 8 de The Collected Works.
118 los arquetipos bajo la forma de imágenes arquetípicas. “El arquetipo es un dinamismo –un elemento 273
activo- que se siente en el... fascinante poder de la imagen arquetípica”: “Un contenido arquetípico se expresa, antes que nada, en metáforas. Si tal contenido habla del sol y lo identifica con el león, el rey, el tesoro de oro custodiado por el dragón, o el poder que contribuye a la vida y salud del hombre, no es ni lo uno ni lo otro, sino una tercera cosa desconocida que encuentra una expresión más o menos adecuada en todos estos símiles, sin embargo –para el eterno disgusto del intelecto- sigue siendo desconocida y sin poder calzar con una 274
fórmula”.
Arquetipo no es una palabra nueva –lo reconoce el propio Jung- y aparecería en la antigüedad como sinónimo de “idea” en el sentido platónico. Arquetipo hace alusión a un tipo o modelo antiguo o primario o primigenio, a pautas de pensamiento o conducta comunes a la humanidad desde el más remoto tiempo y lugar. “He estado... investigando los productos del inconsciente... especialmente sueños, fantasías, visiones y delirios... No he podido evitar reconocer ciertas constantes, es decir, tipos. Hay tipos de situaciones y tipos de figuras que se repiten frecuentemente y que tienen un significado correspondiente. Por lo tanto, utilizo el término “motivo” para designar estas repeticiones. Así, no sólo hay sueños típicos sino motivos típicos en los sueños... [Estos] se pueden ordenar bajo una serie de arquetipos, siendo los principales... la sombra, el viejo sabio, el niño..., la madre..., el ánima del hombre y el animus 275
de la mujer”.
“Hay tantos arquetipos como situaciones típicas en la vida. Una repetición incesante ha grabado estas experiencias en nuestra constitución psíquica, no en forma de imágenes llenas de contenido, sino primero sólo como formas sin contenido, representando meramente la posibilidad de un cierto tipo de percepción y acción. Cuando ocurre una situación que corresponde a un determinado arquetipo, ese arquetipo se activa y aparece una compulsión que, igual que un impulso instintivo, va ganando terreno contra toda razón y voluntad, o si no produce 276
un conflicto de dimensiones patológicas, es decir, una neurosis”
“Un punto clave al tratar con los arquetipos es comprender que el arquetipo no es la imagen que adopta, de la misma forma en que nosotros no somos la ropa que usamos. Los arquetipos son principios eternos que residen en la psique humana. Como tales, se encuentran más allá de cualquier capacidad humana individual de integrarlos en la personalidad. Cuando Jung habla de integrar un arquetipo…, en realidad quiere decir integrar las experiencias y memorias personales que se han aglutinado en torno al arquetipo. Los arquetipos, como entidades colectivas, no pueden integrarse en la conciencia individual sin causarle un gran daño. Las experiencias personales se acumulan alrededor de los arquetipos para darles una expresión tangible.”
277
7.2.5 Nociones sobre algunos arquetipos. En las investigaciones de Jung o en las de sus discípulos, fueron identificados diversos arquetipos o estándares arquetipales comunes en la psique de los pacientes o de los 273
Jung, Carl. “Sobre la Naturaleza de la Psique”, en “Estructura y Dinámica de la Psique”, Vol. 8 de The Collected Works. 274 Jung, Carl. “Psicología del Arquetipo del Niño”, en “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” (Vol. 9i de The Collected Works. 275 Jung, Carl. “Aspectos Psicológicos de la Coré”, en “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” (Vol. 9i de The Collected Works). 276 Jung, Carl. “The Archetypes and the Collective Unconscious”, en V. 9 de The Collected Works) 277 Robertson, Robin. “Arquetipos Junguianos”. Una historia de los arquetipos. 1998. Ed. Paidós, España. 353 p. (Ed. inglesa de 1995).
119 individuos estudiados. Varias de esas figuras arquetipales coinciden con los conceptos ocultos bajo la numerología o la simbología de las diversas tradiciones. Enseguida veremos algunos de ellos. Hemos de advertir que la psicología no se ha quedado estática desde los tiempos de Jung y diversas escuelas han podido surgir y madurar después y a partir de él y sus estudios. Por ejemplo, uno de los representantes de la psicología transpersonal, Ken Wilber, esboza ciertos límites al enfoque arquetípico, diferenciando lo que es propiamente “inconsciente colectivo” de lo que sería “transpersonal o místico”. “El gran error de Jung, en mi opinión, consistió en confundir lo colectivo con lo transpersonal (con lo místico). El hecho de que mi mente herede ciertas formas 278
colectivas no significa que esas formas sean místicas o transpersonales.” Y agrega: “Los arquetipos de Jung no tienen prácticamente nada que ver con la consciencia auténticamente espiritual, trascendental, mística y transpersonal; son formas heredadas colectivamente que compendian algunos de los encuentros más fundamentales, cotidianos y existenciales de la condición humana: la vida, la muerte, el nacimiento, la madre, el 279
padre, la sombra, el ego, etcétera. Pero en esto no hay nada místico. Colectivo sí, pero transpersonal no .
” Para él, excepcionalmente alguno de los arquetipos del inconsciente colectivo estaría relacionado con “el verdadero misticismo, que consiste en encontrar, en primer lugar, la luz más allá de la 280 forma, y en segundo, la ausencia de forma más allá de toda luz ” . a) El arquetipo de totalidad. El arquetipo de totalidad corresponde al Sí Mismo o Self, centro regulador de la psique, ese poder transpersonal que trasciende al ego, o si el lector lo quiere de otra forma, se trata de usted en su completitud oculta. En palabras de Jung, “El sí mismo no sólo es el centro, sino también toda la circunferencia que abarca tanto lo consciente como lo inconsciente; es el centro de esta 281
totalidad, así como el ego es el centro de la conciencia”.
“El Sí Mismo aparece en sueños, mitos y cuentos de hadas en la figura de una “personalidad supraordinada”, como un rey, héroe, profeta, salvador, etc., o bajo la forma de un símbolo de totalidad, como el círculo, el cuadrado, la quadratura circuli, la cruz, etc.... también puede aparecer como una dualidad unificada... por ejemplo, del tao como interacción del yang y del yin... etc.
282
Daryl Sharp expresa al respecto que “Las experiencias del sí mismo poseen una numinosidad característica de las revelaciones religiosas. Por esto, Jung pensaba que no había una diferencia esencial entre 283
el sí mismo como realidad vivencial y psicológica y el concepto tradicional de deidad suprema” llamar el “Dios dentro de nosotros” ”
278
284
. “... se podría
.
Wilber, Ken. Extractos de la entrevista a la periodista alemana Edith Zundel (del libro “Gracia y Determinación). 279 Ídem. 280 Ídem. 281 Jung, Carl. “Introducción”, en “Psicología y Alquimia” (v. 12 de The Collected Works). 282 Jung, Carl. “Definiciones”, en “Tipos Psicológicos” (v. 6 de The Collected Works). 283 Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. 284 Jung, Carl. “The Mana-Personality”, en “Dos ensayos sobre psicología analítica” (V. 7 de The Collected Works).
120
Como no habrá pasado desapercibido, el “arquetipo de totalidad” se corresponde con el símbolo del Número Uno en la tradición hermética y el método para ligarse con lo transpersonal a voluntad sería aquél que la Inteligencia Universal le enseña a Trismegisto285. El proceso de sanación o de individuación286 conlleva el acercamiento con los arquetipos. Así lo sostiene Wilber, quien coincide con el enfoque jungiano en la utilidad de este acercamiento aunque con sus reservas: “en última instancia, para que la identidad de la persona se transforme en esa forma transpersonal, uno debe acercarse a los verdaderos arquetipos, los arquetipos transpersonales. Y ésa es una diferencia enorme. El único arquetipo jungiano auténticamente transpersonal es el Self.287”
No necesariamente una sola carta del tarot puede representar o insinuar un arquetipo. Cada uno de éstos puede ser figurado por varias de ellas y, quizás, hasta las más insospechadas – según quien sea el operador o intérprete- pueden vincularse a un arquetipo el cual uno no se imaginaría de buenas a primeras. Habría tres arcanos del tarot que me permito ligar de alguna forma con el arquetipo de totalidad: 01 El Mago, 21 El Mundo y 10 La Rueda de la Fortuna. 01 El Mago. La primera carta de la serie de arcanos mayores. Al mostrar en su gráfica como símbolo numeral a la unidad, nos hace presente la totalidad. Es la totalidad que agrupa en uno a la personalidad. Es la mente consciente en acción, controlando tanto lo intelectivo, lo analógico, deductivo e inductivo, como la sensación y lo emotivo, administrando tanto su accionar como su aquietamiento para conectar con el inconsciente y lo transpersonal. 21 El Mundo. Es la última carta de la serie de los arcanos mayores, cierre de ciclo, representando la fase madura del anterior descrito, donde se habría integrado lo opuesto, solucionado las contradicciones, se tendría logrado el alineamiento de los componentes espirituales y anímicos, y se han dado pasos hacia la individuación. De allí el óvalo que encierra al andrógino (la dualidad unificada) que, tanto simboliza el cierre de ciclo de integración, como la apertura de la puerta hacia una nueva etapa. 10 La Rueda de la Fortuna. El símbolo central es muy decidor. Por un lado, el numeral 10 indica que se está a mitad del camino, entre el inicio (01) y el fin (21). Por otro, su reductibilidad (1+0) nos retrotrae al Uno (1). Es decir, es el mismo principio de los pitagóricos: la totalidad perfecta (el 10), esto es las múltiples esferas del ser incluyendo el consciente y el inconsciente, conduce al origen (el 01), o sea, la disolución en el todo, o alma, o universo transpersonal, es volver al Uno. El artefacto rueda se muestra integrado por rayos, los cuales son el resultado del cruce de 3 ejes (los tres ejes del mundo sensible o 285
Ver Tratado XI del Corpus Hermeticum y/o nuestro subcapítulo 3.5 Haciendo operativo el hermetismo. Para concepto de individuación, ver el Capítulo 1, notas 6 y 7. 287 Wilber, Ken. Extractos de la entrevista a la periodista alemana Edith Zundel (del libro “Gracia y Determinación). 286
121 tiempo lineal o conciencia mental o egótica) los cuales tienen su origen en un solo punto, un centro (el alma o núcleo que está en todas partes pero en ninguna). El rodar de la Rueda representa, además, el tráfago de los acontecimientos del mundo sensible o concreto, donde la única manera de trascenderlo es colocándose en el centro del eje, el punto inmóvil y eterno del Sí Mismo o centro universal. Una última observación sobre La Rueda: no parece casualidad la denominación de “rueda de la fortuna”, pues la comprensión del símbolo fuerza a la conciencia a asumir la pequeñez de la individualidad y su incapacidad de dominar al cosmos, donde no sería más que un grano de polvo sometido al devenir universal o “suerte” para el sentido común egótico. Para finalizar, recordemos que El Mundo contiene el símbolo 21, reductible a 3 mediante la operación 2+1. Nuevamente surgen los 3 ejes de la concreción a que hacíamos referencia anteriormente. Representan al Ego funcionando en el mundo tridimensional, pues la base de su formación proviene de una experiencia construida y captada a través del cuerpo tridimensional y sus sentidos. b) El arquetipo sombra. Señala Sharp que la sombra se refiere a los aspectos ocultos de uno mismo, tanto positivos como negativos, que han permanecido reprimidos y que el ego no ha reconocido. La sombra es un arquetipo en el cual se van acumulando las sucesivas represiones que ejerce tanto la colectividad como la propia individualidad sobre sí misma. Lo no deseado, lo calificado como malo, indecente, reprobable, impresentable socialmente, lo atemorizante, suma y sigue. Algunos investigadores lo comparan con mucho acierto con un saco de acumulación o mochila. “Un niño corriendo es un globo viviente de energía. Teníamos una bola de energía, perfecto; pero un día vimos que a nuestros padres no les gustaban ciertas partes de esa bola. Decían cosas como: “¿No puedes estarte quieto?” o “No está bien atormentar a tu hermano”. Detrás nuestro tenemos un saco invisible, y en él ponemos la parte de nosotros que no gusta a nuestros padres, a fin de conservar su amor. Cuando vamos al colegio nuestro saco ya es bastante grande. Entonces los profesores dicen lo suyo: “Los niños buenos no se enfadan por estas pequeñeces”. Así que cogemos nuestro enfado y lo ponemos en el saco. Cuando mi hermano y yo teníamos doce años… nuestros sacos medían ya un kilómetro”
288
.
En la acumulación de represiones cada cultura hace su aporte o encuadramiento. En la cultura cristiana la sexualidad, como bien lo demostró Freud, forma parte de ese mundo oscuro aparentemente adormecido pero que dispone de una energía bullente que pugna por expresarse. En culturas primitivas otras formas de espontaneidad podrán rechazarse, como el individualismo o la inventiva o creatividad, de tal suerte que un descubrimiento que se relacione con una mejora tecnológica se considere como satánico. En la cultura occidental se iría generando un doble: una personalidad amable, contenida, ética y, al lado, otra perversa, dominadora e inmoral. Esto puede sonar a exageración, pero la realidad es aún más dura 288
Bly, Robert. 1988. “La sombra: el Yo rechazado”. En “Espejo Del Yo. Imágenes arquetípicas que dan forma a nuestras vidas”. Recopilación de Christine Downing.
122 cuando se comprueba con sorpresa que el dulce y paternal obispo católico resulta no pocas veces en su ámbito clandestino un pedófilo, violador y corruptor de adolescentes. Enfrentar esas realidades internas puede ser atemorizante y doloroso pero también sanador, por eso tanto la psicoterapia como el Tarot invitan a conocerlas cuando se manifiestan. “Supongamos que un joven sella un saco a los veinte años y luego espera quince o veinte años para abrirlo de nuevo. ¿Qué encontrará?. Por desgracia, la sexualidad, la vitalidad salvaje, la impulsividad, la ira y la libertad que puso dentro han regresado, y no sólo se han vuelto primitivas sino hostiles a la persona que abre el saco. Sin duda, el hombre que abre su saco a los cuarenta y cinco años o la mujer que abre el suyo pasarán 289
miedo”
.
Sin embargo, no todo es tan sencillo, no todo se puede generalizar así de buenas a primeras. Para empezar, “…no hay una sombra sino muchas290”. En segundo lugar, “La sombra debe amenazar la 291 conciencia… ” y para realmente amenazar debe ser concreto e inesperado, de modo “que la sombra llega en momentos concretos e inesperados292”. En tercer lugar, debe darse una tensión que angustie o descoloque al individuo. “La percatación de la sombra se produce a través de la tensión293.” Si la persona en su vida diurna es racional y responsable y, paralelamente, en otros momentos, por ejemplo después de sus horas laborales es libidinosa, irracional y liberada, y estas dos facetas se complementan y conviven sin expresarse una tensión, no puede hablarse de una sombra verdadera. Y es obvio, pues existe una vía de escape o expansión. En el enfrentamiento con la sombra –y así en la interpretación de numerosos arquetipos- los mitos juegan un papel colaborador inapreciable. El héroe Teseo (el Ego, el Sí Mismo, la “personalidad supraordinada de que habla Jung) debe encontrar o descifrar el intrincado camino o laberinto (la vía oscura, temible, sin mapa pero con fe en una guía mágica) que conduce hacia el Minotauro (la sombra, el monstruo interior, el alter Ego opuesto, torturado y criminal) y hacer el viaje para llegar hasta él y darle muerte (el encuentro cara a cara, la comprensión del secreto del arquetipo y la superación de la carga y su conflicto)294. En el combate se muestran entrelazados, pues ambos forman parte uno del otro. Usted, amigo(a) lector(a) tendrá que encargarse de matar a su propio minotauro.
289
Bly, Robert. 1988. “La sombra: el Yo rechazado”. En “Espejo Del Yo. Imágenes arquetípicas que dan forma a nuestras vidas”. Recopilación de Christine Downing. 290 Berry, Patricia. 1982. “La sombra: Agente provocador”. En “Espejo Del Yo. Imágenes arquetípicas que dan forma a nuestras vidas”. Recopilación de Christine Downing. 291 Ídem. 292 Ídem. 293 Ídem. 294 Museo de Bellas Artes. Buenos Aires. “Teseo mata al Minotauro”, estatuilla en bronce.
123 Una de las potencialidades del Tarot es que puede dar cuenta no sólo de lo reprimido y de la dualidad opuesta, sino de la tensión y de la especificidad de lo que atormenta, también. En el Tarot, se puede tener la tentación de proyectar la idea de sombra sobre un arcano en particular, por ejemplo, el arcano 15 El Diablo295, que representa esencialmente nuestras pasiones, temores y conflictos acuciantes. Las pasiones se relacionan con nuestros impulsos instintivos básicos o apetencias animales, reprimidas socialmente desde la niñez y la adolescencia. Los temores se vinculan con el miedo a que esas pulsiones espontáneas no tengan solución, o sea, que no se expresen fluidamente y nos causen una frustración o, paralelamente, que precisamente su expresión libre sea del conocimiento del control social poniéndonos en evidencia respecto de la imagen que se está acostumbrado(a) a proyectar. Sin embargo, cada uno de los arcanos encierra en sí el drama de la sombra. El arcano 01 El Mago, la personalidad atractiva, el encantador prestidigitador, comunicador espontáneo, ejecutivo exitoso, puede esconder además a un Ego infatuado en conflicto con su expresión mágica y luminosa, es decir, el mezquino egocéntrico, un parlanchín insoportable, autorreferente avasallador que conquista el éxito a costa de la pérdida ajena. El arcano 04 El Emperador, representa el poder actuante que se abre un espacio y tiene logros concretos, el respaldo paternal y la colaboración magnánima, aunque también puede encubrir la autoridad caprichosa, la avidez incontrolada de riquezas, la determinación cruel y el dominio absoluto que anula la personalidad de quienes le rodean. El arcano 18 La Luna, representa la intuición femenina, la emoción pura, el amor sin condiciones, pero puede conflictuarse con lo escondido en su cara oculta, esto es, la duda, la indeterminación, el miedo a lo desconocido, la desorientación angustiante. c) Los arquetipos anima y animus. Señala Robertson que los estudios de Jung sobre sus pacientes le condujeron a concluir que cada individuo posee características tanto masculinas como femeninas. “En el inconsciente se personifican en imágenes contrasexuales, del mismo modo en que el lado del mismo sexo no reconocido de 296
. Agrega que Jung “a esta mujer dentro del hombre la llamó… 297 anima; al hombre dentro de la mujer lo llamó… animus” El anima/animus sería una compleja función psicológica que forma la conexión ego/inconsciente. Aunque esta diferenciación pudiese actualmente ser tomada de manera sexista y que su descripción pueda parecer más cultural que inherente a cada sexo, no se puede desmentir que representan caminos diferentes para del proceso de individuación del macho y la hembra humanas. nuestra personalidad configura la sombra”
“El anima es tanto un complejo personal como una imagen arquetípica de mujer en la psique masculina.”,
dice
Daryl Sharp y, más adelante, agrega: “El ánima se personifica en los sueños a través de imágenes de
295
Arcano El Diablo. Ver descripción en el Anexo. Robertson, Robin. “Arquetipos Jungianos”. Una historia de los arquetipos. 1998. Ed. Paidós, España. 353 p. (Ed. inglesa de 1995). 297 Ídem. 296
124 mujeres que van desde seductoras hasta guías espirituales. Se asocia con el principio del eros, de modo que el 298
desarrollo del ánima de un hombre se refleja en cómo se relaciona con las mujeres”
“La persona, imagen ideal que tiene un hombre de cómo debería ser él, es internamente compensada por la debilidad femenina, y mientras el individuo juega a ser el hombre fuerte hacia afuera, se convierte internamente en mujer, es decir, en el ánima...”
299
La imagen arquetipal de lo femenino no es estática y va experimentando cambios en la vida psíquica del hombre. En una primera etapa, corresponde a la imagen de la madre. En la segunda, a una imagen sexual. En la tercera, en la estabilidad de pareja. En la cuarta, como una guía sabia o una musa creativa.300 “Al igual que el ánima en el hombre, el animus es tanto un complejo personal como una imagen arquetípica”,
señala Daryl Sharp301 y cita a Jung: “La mujer es compensada con un elemento masculino, y por lo tanto, su inconsciente tiene,…, un sello masculino. Esto resulta en una considerable diferencia psicológica entre el hombre y la mujer, y por consiguiente, he llamado animus –que significa mente o espíritu- al factor proyectivo en 302
la mujer. El animus corresponde al Logos paterno, así como el ánima corresponde al Eros materno
.
Señala Sharp que “Mientras el ánima del hombre funciona como su alma, el animus de la mujer se parece más a una mente inconsciente. Se manifiesta negativamente en ideas fijas, opiniones colectivas e inconscientes suposiciones a priori que reclaman ser verdades absolutas. En una mujer que se identifica con el animus (poseída 303
por el animus), Eros generalmente está en segundo lugar con respecto al Logos”
.
Estos complejos actúan permanentemente sobre los individuos de ambos sexos, generando un juego de relaciones que constituye un sistema de trampas para que interactúen ambos. Jung afirma que “Una mujer poseída por el animus está siempre en peligro de perder su feminidad”304, y agrega en otra de sus obras: “No importa cuán amistoso y complaciente sea el Eros de una mujer, ninguna 305 lógica puede estremecerla si está dominada por el animus” . Pero el animus puede resultar útil cuando la mujer toma conciencia de la diferencia entre sus propias opiniones o pensamientos y aquellas ideas que brotan a partir de este complejo, pues “…el animus también tiene un aspecto 306
positivo… el animus es un psicopompo, un mediador entre lo consciente y lo inconsciente…”
Tanto como el ánima, el animus puede presentar etapas de desarrollo. “Primero aparece en sueños y fantasías como la encarnación del poder físico, un atleta, un hombre musculoso o un matón. En la segunda etapa, el animus le brinda iniciativa y capacidad para acciones planificadas… En la etapa siguiente, el animus es la “palabra”, a menudo personificada en los sueños como un profesor o sacerdote. En la cuarta etapa,
298
Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. Jung, Carl. “Anima y animus”, CW 7. 300 Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. 301 Idem. 302 Jung, Carl. “The Syzygy: Anima and Animus”, en Volumen 9ii de The Collected Works. 303 Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. 304 Jung, Carl. “Anima and Animus”, en Volumen 7 de The Collected Works. 305 Jung, Carl. “The Syzygy: Anima and Animus”, en Volumen 9ii de The Collected Works. 306 Ídem. 299
125 el animus encarna el significado espiritual… En la mitología, este aspecto del animus aparece como Hermes, 307
mensajero de los dioses…”
Varias son las cartas del Tarot que pueden ser tomadas como representaciones del anima. Como primeras candidatas tenemos aquéllas que traen expresamente una figura de mujer, sea sola o acompañada de otras figuras femeninas, masculinas o animales. Sin embargo, podrá haber alguna la cual, sin presentar una figura de mujer, sea una inspiración o sirva de punto de apoyo para una proyección del anima. El arcano 17 La Estrella muestra una dama desnuda removiendo las aguas de una fuente. La muchacha aparece rodeada de un conjunto de astros luminosos, siete pequeños y uno mayor que destaca sobre los restantes. Tanto en los sueños como en los cuentos y leyendas la estrella no sólo puede representar una luz o energía inspiradora sino, además, el género femenino. Las aguas siempre parecen estar ligadas a lo femenino, como emoción, sentimiento, como remoción de recuerdos emotivos, como encuentro con lo delicado, la vida, la ternura, aunque también como expresión de impulsos interiores desatados. No en vano el cine ha realizado uso genial de la imagen del agua, especialmente en manos del maestro Akira Kurosawa, quien se apoyó en las imágenes del fluido sea en régimen de torrente como en régimen de remanso para anunciar la dinámica del filme o trasuntar los estados de ánimo –de alma- de los protagonistas. Las estrellas, por su parte, pueden aparecer como energías inspiradoras o colaboradoras de los héroes, como elementos que enternecen o animan y pueden ser una de las formas de existencia de alguna maga o hechicera que hipnotizará de amor al varón o, simplemente, a la heroína interior. La desnudez de la dama es un atributo que representa la verdad. Para acercarse al anima, al lado femenino del varón, hay que derribar las barreras de la mentira y del autoengaño, atreverse a avanzar en el conocimiento de sí hasta las últimas consecuencias. El arcano 18 La Luna es uno de los que, sin aportar una figura de mujer, contiene el simbolismo apropiado para expresar las acciones o movimientos del anima. El astro o satélite aparece en la parte superior, en primer plano, en conjunción de luna llena y creciente, con rostro claramente femenino. Desde tiempo inmemorial, especialmente entre los helenos, pre helenos y otros pueblos aún más antiguos de las costas del Mediterráneo, la diosa luna fue una divinidad central, como la diosa madre o cuerpo femenino ancestral generador. El nombre castellano Helena no es más que una derivación de Selene, diosa Luna, y la heroína que fue motivo mitológico de la Guerra de Troya representa probablemente a una sacerdotisa consagrada a su culto. Y así como el astro muestra varias fases, igualmente los antiguos derivaban de allí una trinidad: Artemis, la luna creciente, la diosa joven que simboliza la virginidad, la adolescente en estado de pureza natural; Selene, la luna llena, la diosa que representa a la mujer adulta, madura, en estado de acceder al matrimonio y procrear; Hécate, la luna menguante, la diosa anciana que representa a la mujer vieja y sabia. El arcano aporta también el simbolismo de la especial luminosidad de la luna, con su 307
Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile.
126 juego y alternancia de luces y sombras, que representan la duda, el temor y la incertidumbre del varón, que ha caído o puede caer esclavo de las emociones o de lo que cree son sus verdaderas emociones y sentimientos. Por lo que se ve, si la Estrella aporta una imagen más luminosa, amigable e inspiradora del anima, la Luna proporciona otra, complementaria y mas bien opuesta, sombría, tenebrosa, enigmática y engañadora del anima. El arcano 02 La Sacerdotisa o Papisa, tiene como imagen central y única a una mujer pálida, de actitud rígida y rostro inexpresivo. Al parecer, implica una femineidad desprovista del eros en acción. Es la pasividad, la espera, el conocimiento directo, al cual se puede acceder sólo superando la atracción animal por la hembra. Podría representar a la amiga o compañera que ejerce una atracción basada en el conocimiento de la verdad interior, opuesta al conocimiento mental, ése surgido del exterior y la experiencia. El conocimiento directo de sí es duro e implacable, no es amoroso ni tierno, es ético, y tiene el ardor de un latigazo y la quemadura del hielo cuando se accede a él sin dobleces, sin mentirse a sí mismo. La Sacerdotisa parece conocer secretos, sean conocimientos inmanentes o ancestrales, sean los secretos de tu historia personal, aquéllos que nunca has querido mostrar. Y la verdad es que no los muestra a otros, salvo a ti mismo, te los refriega en el espíritu y los revuelve en tu mente. El arcano 03 La Emperatriz contiene la imagen más común atribuida a lo femenino y más frecuentemente proyectada por el inconsciente del varón. Se trata de la mujer adulta, la compañera, la esposa en matrimonio y, lo que es más pesado o contiene más carga para el hombre: la madre. Es esa imagen que se supone, desde que nació, debería tomar como ideal para someterse a los condicionamientos personales y sociales: naciste de una hembra y desposarás a otra como ella. El arcano es símbolo del poder que ejerce la mujer a través de la maternidad, de ser portadora de la vida y la descendencia. Es símbolo de fertilidad, de riqueza material, de cosecha, de buenos negocios y de rentabilidades económicas. Es Selene, la diosa madre, la diosa luna, la atractiva hechicera que cautiva al varón y puede someterlo a sus caprichos, planes, esperanzas. Puede ser una fuente de inspiración, pero además, de sometimiento y esclavitud. El arcano 14 La Templanza, ¿podría ser una mujer o un ángel, un ser asexuado?. La figura central asume una tarea imposible: trasvasar los líquidos de un receptáculo a otro venciendo la Ley de Gravedad. Templanza es sinónimo de moderación y continencia, implica una condición o, también, un proceso de búsqueda de armonía. Siendo una de las virtudes cardinales, consiste en “moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón”. Hay una capacidad de procurar moderación y, al mismo tiempo, una capacidad de dar una señal externa de esa moderación o temple. Una señal que debería ser motivo de tranquilidad, confianza y alegría. El peligro de templar sólo en lo externo, de impulsar la convivencia alegre, ignorando el temple interior, reside en mantener una vida doble o paralela. Llevarse bien con los vecinos, en el trabajo, desplegar cierto liderazgo y respeto, no sería suficiente. Numerosos ejemplos de personas agradables y leales, enfermas de cáncer y otras dolencias psicosomáticas, hablan a las claras de ignorar los llamados a
127 reconocer la falta de resolución a un conflicto interior. De allí que el temple, es decir, “la fortaleza enérgica y valentía serena para afrontar las dificultades y los riesgos” debería mas bien ser un reflejo de la armonía interior y no un mero barniz de la personalidad. Diversos son los arcanos del tarot que pueden constituir representaciones del animus. El Arcano 01 El Mago parece ser una representación luminosa y positiva, el vendedor de ilusiones y esperanzas, el amigo locuaz y comunicativo que viene a levantar el ánimo (acariciar el alma), a conquistar con su liderazgo, poseedor de una libido potente llena de energía. Como contrapartida, se corre el peligro de ser embarcada en una misión que no era la propia o no la más adecuada. Sin embargo, tiene el valor de representar la acción pura, emprender, desplegar una iniciativa concreta que puede sacar a la mujer de una situación indecisa o de un momento depresivo. El arcano 03 El Emperador es la representación típica del poder y del éxito. Esta imagen, como todas, encierra contradicciones. Puede representar el poder benefactor del padre comprensivo como podría corresponder a una visión negativa del animus, bajo la forma de un esposo tiránico o un padre dictatorial u omnipresente. De cualquier forma, la mujer debería luchar por superar una situación así, transformando en aliado al ser opresivo o buscando la determinación de alejarse o independizarse de su influencia nefasta. El arcano 05 Sumo Sacerdote es la representación del intelecto, en especial del razonamiento y la mente ilustrada. Representa, por una parte, el derecho de la mujer al estudio y el conocimiento, el acceso a la universidad y a funciones directivas. Como contrapartida, puede significar ser capturada por las redes de la mente, reducirla a la parte “aprendida” de la personalidad y aislarla de su raíz intuitiva y vital, alejándola de su femineidad y transformándola en una pedante erudita, sabelotodo, de la cual huyen amistades, alumnos y posibles pretendientes. El arcano 13 Sin Nombre o La Muerte, tiene apelativo de género femenino y aparentemente se trataría de una figura asexuada. Sin embargo, no se debe olvidar que la imagen es un esqueleto (género masculino) armado de una guadaña. El material óseo semeja una armadura lo cual, unido a la herramienta de cortar, lo asimila a un guerrero temible, segador de vidas. La actitud bélica, un atentado contra la vida, lo coloca en línea con lo masculino y lo opone a lo vital, este último propio de lo femenino. Además, no se puede olvidar que el esqueleto está coronado por un cráneo, el cual, por contener el cerebro y parte de los órganos de la palabra, lo ligan a lo mental, a las ideas, el razonamiento, las estructuras de pensamiento, en suma, lo masculino. La presencia de un esqueleto o de un cráneo en la vida espiritual de una mujer, en sus sueños, evocaciones, etc. significa la presencia de un animus negativo y peligroso, síntoma de un estado depresivo, angustia o insomnio. Debe ser superado con prontitud, dejando de lado la pasividad, el encierro en la casa, tomando la decisión de inducir un cambio en la vida personal, para afrontar la existencia de una manera diferente, buscando otro derrotero, una nueva actividad, quizás un nuevo trabajo, una disposición
128 espiritual que ayude a avanzar en el proceso de individuación, a disponer de mayor madurez, valentía, decisión y mayor autodominio. El arcano 19 El Sol representa un animus positivo. El Sol es energía y luz. La luz es símbolo de conocimiento, de verdad, de claridad de pensamiento, lo cual constituye la base de una vida estructurada, más plena y exitosa. Es una invitación a consolidar tareas o trabajos, a mostrarlos, haciéndose responsable de ellos. Una invitación a asumir las cualidades de la mujer, sin temer que puedan llamar la atención. Aunque no en todos los idiomas el sustantivo sol es de género masculino, en castellano, inglés y francés sí lo es, así como en la mayor parte de la mitología es una deidad masculina poderosa, fuente fecundante de la Madre Tierra. La mujer que siente una presencia como ésta, debe considerarla su amiga, dialogar con ella, obtener respuestas esclarecedoras y captar energía para afrontar los desafíos de la vida cotidiana. Hay que resaltar que la interpretación de los arcanos como perteneciendo sólo al anima o al animus es un tanto esquemática y no necesariamente es tan sencillo distinguir en ellos una presencia clara y única del arquetipo correspondiente. En algunos casos, un arcano puede contener la representación conjunta de anima y animus en forma bastante evidente. En otros casos, pudiera significar lo contrario de lo que pareciera a primera vista. Entre esos casos de la presencia o representación conjunta de anima y animus tenemos al arcano 06 El Enamorado o El Amante o, plural, Los Enamorados, o, con mayor precisión, El Matrimonio. Dijimos anteriormente que la interpretación vulgar aduce que se trata de un varón en la disyuntiva de escoger entre una mujer madura y experimentada o una muchacha joven e inexperta. La interpretación alquímica o menos tergiversada, habla de la presencia de un varón y una fémina frente a un sacerdote o testigo de su unión, la cual es consagrada en el rito matrimonial. En la primera interpretación, tendríamos un animus poco asentado, inexperto y voluble, adolescente, que mantendría en suspenso al factor femenino en tanto no tome una decisión. Se trata de una situación de conflicto o retorcimiento interior en tanto no sea resuelta. Por el contrario, la segunda interpretación coloca a lo masculino y lo femenino en un pie de igualdad, donde en forma libre y consciente dos adultos de distinto sexo simbolizan la unión de los opuestos y, claramente, se marca un hito en el proceso de individuación. Un caso parecido es el del arcano 11 La Fuerza. El elemento femenino (anima) domina o tranquiliza al elemento masculino (animus). Visto de otra forma, los opuestos buscarían mutuamente una compensación, una armonía, un equilibrio. Se atraen. El impulso masculino (león), agresivo, enérgico, devorador, calculador, azufre alquímico, encuentra su paz en el impulso femenino (mujer), acogedor, pasivo, integrador, intuitivo, mercurio alquímico. De su unión surgirá la conciencia de la individuación con una doble raíz, mental e intuitiva, la sal alquímica. Entre los casos de significado contrario o no apegados a lo obvio podríamos mencionar al arcano 18 La Luna. Normalmente la luna se asocia a lo femenino-inconsciente (anima). Sin
129 embargo, hay que recordar que la luna es un cuerpo que brilla por recibir la luz del sol que representa la conciencia mental (animus). De allí que la luna también sea luminosa, aunque con una luz más atenuada, de donde se colegiría que se trata de otra forma de conciencia, aquélla que nace directamente del alma o del inconsciente colectivo. En el caso del arcano 02 La Sacerdotisa, éste podría representar a una mujer dominada por su animus, con una presencia marcada por la frialdad, la palidez, la rigidez. En la práctica podría tratarse de una mujer que –al no haber superado ciertos complejos- rechaza lo masculino, manifiesta odio o desprecio al varón, ridiculiza al hombre en general especialmente a sus pretendientes y, en casos de patología grave, está dispuesta a cometer un homicidio. Estas personas rechazan aceptar una femineidad consciente y se trata de una situación varias veces representada en la mitología y en los cuentos y leyendas. d) El arquetipo madre. “En el centro de cualquier complejo materno está el arquetipo de la madre, lo que significa que detrás de las asociaciones emocionales con la madre personal, tanto en hombres como en mujeres, hay una imagen colectiva de sustento y seguridad por una parte (la madre positiva) y de posesividad devoradora por otra (la madre negativa).”
308
Ken Wilber comparte el enfoque jungiano manifestando que “si tengo lo que se llama un complejo materno, es importante que me dé cuenta de que gran parte de la carga emocional no sólo proviene de mi propia madre biológica sino también de la Gran Madre, una poderosa imagen del inconsciente colectivo que es, por así decirlo, la quintaesencia de todas las madres del mundo. Es decir, el psiquismo parece llevar integrado en sí mismo la imagen de la Gran Madre, del mismo modo que también parece estar equipado con las formas rudimentarias del lenguaje, la percepción y diversas pautas instintivas. De este modo, si se reactiva la imagen de la Gran Madre, no sólo tendré que habérmelas con mi propia madre biológica, sino también deberé afrontar miles de años de experiencia materna. Así pues, la imagen de la Gran Madre conlleva una carga que hace que tenga un impacto muy superior al de mi propia madre biológica. Llegar a entrar en contacto con la Gran Madre a través del estudio de los mitos de todo el mundo, constituye una buena forma de hacer frente a esa forma mítica, de volverla consciente y así poder diferenciarse de ella. Estoy totalmente de acuerdo con Jung sobre este punto”
309
.
La representación en el Tarot por excelencia del arquetipo madre es el arcano La Emperatriz, imagen de mujer madura, con vestidos amplios que insinúan una maternidad relativamente avanzada, de mirada serena, de la cual emana el empoderamiento del papel y sus múltiples funciones sociales y psíquicas. Las insignias del poder real simbolizan el poder de la madre en la cultura occidental y la impronta del hecho de haber nacido a través del ducto constituido por la vagina de una hembra humana. La imagen vehicula tanto lo individual, como lo colectivo y lo transpersonal. Lo individual, en los registros mentales inconscientes del nacimiento, las improntas biográficas de haber sido alimentado(a) o no y guiado(a) o no por la madre; lo colectivo, por la imagen arquetípica de provenir de un vientre 308
Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. Wilber, Ken. Extractos de la entrevista a la periodista alemana Edith Zundel (del libro “Gracia y Determinación). 309
130 cósmico o Gran Madre. Este arcano, como todos, tiene aspectos luminosos y oscuros. Los luminosos dicen relación con la fecundación, generación, alimentación, protección, acogida, calidez, concreción, éxito, logros, productividad material y artística, cosecha, herencia visible, etc. Los oscuros se relacionan con la madre dominadora, omnipresente represiva, materialista, castradora, incestuosa, etc. Adicionado a lo anterior, el arquetipo número se hace presente en La Emperatriz con la simbología numeral mediante la cifra de tres. El ternario dice relación con los 3 ejes que determinan la concreción (por oposición al punto que es lo esférico, o ámbito ideal, nonato, atemporal) y, por tanto, el nacimiento o parto de algo concreto en el mundo tridimensional, de los sentidos y desenvolvimiento lineal. Además, el ternario se liga al triángulo, figura geométrica básica que asegura la construcción física de estructuras durables frente a solicitaciones del medio, un conocimiento elemental de la arquitectura y la ingeniería desde tiempo inmemorial. Piense usted en una viga metálica o de madera: su clásica estructuración y solidez proporcionada por la red de triángulos que la componen. e) El arquetipo de la dualidad opuesta o conflicto. Afirma Jung: “No hay conciencia sin discriminación de los opuestos.”310 En otro de sus escritos, señala que “No hay tragedia humana que no proceda en alguna medida del conflicto entre el ego y el inconsciente”.311 Entonces, lo dual se encuentra presente siempre y el individuo sólo puede avanzar y alcanzar el equilibrio y la madurez en la medida en que logra sobrepasar el conflicto entre la mente consciente y los impulsos inconscientes que han sido reprimidos quizás largo tiempo. “Una vida sin contradicción interna es sólo una vida a medias...”
312
“El sí mismo se manifiesta en los opuestos y en el conflicto entre ellos; es una coincidentia oppositorum 313 (coincidencia de los opuestos). Por lo tanto, el camino hacia el sí mismo comienza con el conflicto”. Señala Daryl Sharp que “El mayor aporte de Jung a la psicología del conflicto fue su opinión de que éste cumplía un objetivo en términos de la autorregulación de la psique. Si la tensión entre los opuestos se puede mantener en la conciencia, entonces algo ocurrirá para resolver el conflicto. La solución, esencialmente irracional e imprevisible, generalmente aparece como una nueva actitud hacia uno mismo y hacia la situación externa, junto 314
con una sensación de paz...”
El motivo arquetípico asociado a los opuestos especialmente en una situación de conflicto dispone de numerosos ejemplos en la mitología (Caín y Abel en la Biblia, por Ej.).
310
Jung, Carl. “Aspectos psicológicos del arquetipo madre”, en CW 9i. Jung, Carl. “Psicología Analítica y Weltanschauung”, en CW 8. 312 Jung, Carl. “Cartas”. V. 1. 313 Jung, Carl. “Simbolismo Onírico individual con relación a la alquimia”. CW 12. 314 Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. 311
131 Ahora, el tema del conflicto es algo de una profundidad que pocas veces es aquilatada lo suficiente. Podríamos estar frente a uno de esos arquetipos que Wilber considera verdaderamente transpersonales. Esto, a cuento de una sugestiva opinión de Stalislav Grof315 referida al conflicto como base de la alteración espiritual: “Una característica importante del modelo teórico asociado con el nuevo enfoque terapéutico consiste en el reconocimiento de que los seres humanos están dotados de una extraña y paradójica naturaleza, que a veces manifiesta propiedades de los complejos objetos newtoniano-cartesianos, y en otros momentos el campo de su conciencia no está limitado por el tiempo, el espacio, ni la causalidad lineal. Desde este punto de vista, los trastornos emocionales y psicosomáticos de origen psicogénico se interpretan como expresiones de un conflicto entre estos dos aspectos de la naturaleza humana. Este conflicto parece reflejar una tensión dinámica entre dos fuerzas universales opuestas: la tendencia indiferenciada, unificada y las formas circundantes de la conciencia que tienden a la división, la separación y la pluralidad; y las unidades aisladas de la conciencia que persiguen el retorno a la totalidad y unión original.”316
Como no habrá pasado desapercibido, el “arquetipo del opuesto” también se corresponde con el símbolo del Número Dos. En el Tarot asume diversas expresiones y, en la simbología masónica, por diversos pares de instrumentos, de los cuales el más expresivo es la dualidad mazo-cincel. Una herramienta pesada y tosca es manejada sobre otra más liviana y fina – pero no por ello menos resistente- a la cual entrega el peso de su masa mediante el conflicto abierto del choque o impacto. El esfuerzo de una determinación o conciencia clara tendrá un resultado acorde según la dirección que se le imponga, reflejándose en los extremos opuestos de un canteado de acuerdo a proyecto o de una fractura informe, incluso con resultado negativo para la salud del operador (¡sí!, ¡te puedes pegar en los dedos o torturar a tu Ego!). En el Tarot, aunque como ya vimos la dualidad opuesta puede encontrarse en todos los arcanos, hay algunos de ellos en los cuales la gráfica es demasiado evidente o expresiva como para no caer en cuenta que el objetivo es precisamente develar dicho ensamble conflictual. En el arcano 13 Sin Nombre (o La Muerte como se le conoce vulgarmente) se quiere expresar la dualidad opuesta muerte-renacimiento. El tema del término abrupto y doloroso de una etapa y el surgimiento a su vez traumático de otra nueva y diferente, en la cual el ser es viejo y nuevo a la vez, aunque en un nivel o estrata diferente de conciencia, es tan antiguo como la humanidad o, si se quiere, desde que la humanidad es capaz de demostrar la creación de cultura. Tanto las ceremonias de los pueblos antiguos y de los actuales primitivos así como los mitos, cuentos y leyendas de todas las épocas son portadores del proceso muerte-renacimiento. Aclaremos para los neófitos que no nos estamos refiriendo al evento de la desencarnación o muerte biológica. El proceso analógico puede conducirnos a incluir en este ámbito a diversas situaciones de la experiencia humana. Por ejemplo, en el ámbito del conocimiento mental, el hecho de pasar de la ignorancia al
315
Médico y psicólogo transpersonal n. en 1931. Grof, Stanislav. 1988. PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL. Nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia. Editorial Kairós, S.A. Título original: BEYOND THE BRAIN 1985 by State University of New York, Albany. 316
132 saber, incluida la satisfacción personal por el logro, puede ser considerado como un ejemplo primario de muerte-renacimiento. El ritual masónico del descenso a la cámara de reflexión y de la oscuridad ambiente, acompañado del desprendimiento de los metales, es un símbolo apenas un remedo de lo que realmente se quiere transmitir, tal como lo hemos visto en el capítulo referido a la Alquimia. En general, todo proceso conflictivo de comprensión de una realidad, especialmente la espiritual, no es más que el paso a un nivel superior de conciencia o, si usted así lo aprecia, a una forma distinta de conciencia, tanto de sí como del entorno. Ahora, tal como lo ha demostrado la psicología transpersonal, el mismo proceso del nacimiento de la individualidad humana, es un conflicto tan doloroso y traumático equivalente a la angustia de la muerte física, que marca de una u otra manera a todos los individuos, persiguiéndolos durante toda su existencia biológica con tensiones localizadas tanto en el espíritu como en el cuerpo. Y es que no es para menos: hablamos de un ser nonato que vive en el líquido amniótico en un estado edénico, protegido, alimentado, muchas veces amado y anhelado, el cual, abruptamente, es expulsado, asfixiado temporalmente y cambiado de un ambiente líquido a otro de fluido gaseoso y base sólida, sometido a todos los nuevos estímulos ambientales y separado del útero protector en el cual encontró su origen. Por tanto, el simbolismo parece ser múltiple, estando involucradas situaciones biológicas, perinatales, biográficas y ancestrales. El arcano 08 La Fuerza se expresa por medio de la mujer que sosiega al león. Este arcano representa la vitalidad, la energía, la aparición espontánea de los recursos internos que revelan las apetencias que amenazan desbordarse, simbolizadas por el “rey de los animales”, en conflicto con la voluntad dirigida por la conciencia que intenta mantener encauzadas las energías primarias y animales de la individualidad, en particular las corrientes ligadas a la sexualidad y sus complicaciones, decepciones y frustraciones. “La Fuerza” es una de las columnas del templo masónico, aquella adosada al grupo de los neófitos. Por lo demás, existen algunas versiones del tarot relativamente antiguas que agregan una columna en esta lámina, probablemente incorporada por cartistas iniciados. El arcano 06 El Enamorado es otra de las cartas en las cuales el conflicto es evidente. En ella aparecen tres figuras. Una interpretación moderna identifica un varón que se encuentra en la encrucijada entre una mujer madura y experta y otra mujer joven y novicia en las artes amatorias. La creencia más difundida liga el simbolismo con la alternativa de la decisión sea en todo tipo de materias y específicamente en materia amorosa. Una interpretación más antigua identifica a un hombre y una mujer intermediados por un sacerdote u oficiante, es decir, dos elementos opuestos sexualmente que son invitados ceremonialmente a fundirse en uno solo. En cualquier caso, las dos interpretaciones dicen relación con la dualidad opuesta o conflicto, sea explícito o sea larvado o inserto en una toma de decisión que retuerce interiormente a la individualidad implicada.
133 f) El arquetipo de cuaternidad. El arquetipo de cuaternidad –explica Daryl Sharp- se liga a una imagen con una estructura cuádruple, usualmente cuadrada o circular y simétrica. Se refiere a la idea de totalidad317. “La cuaternidad es uno de los arquetipos más difundidos y también ha resultado ser uno de los diagramas más útiles para representar la organización de las funciones mediante las cuales se orienta la mente consciente. Es como los hilos cruzados del telescopio de nuestro entendimiento. La cruz formada por las puntas de la cuaternidad no es menos universal y además tiene el máximo significado moral y religioso posible para el hombre 318
occidental”
Jung pensaba que la combinación –no tan infrecuente- de cuaternidad o cruz con el círculo como los mandalas orientales indican la capacidad del ego para asimilar material inconsciente y para mantener la integración personal, una suerte de protección espiritual. “El símbolo del mandala significa precisamente un lugar sagrado, un temenos, para proteger el centro. Este símbolo es uno de los motivos más importantes en la objetivación de imágenes inconscientes. Es un medio para proteger 319
el centro de la personalidad, evitando que sea arrastrada e influenciada desde afuera
Veamos ahora las ligazones del arquetipo con los arcanos del Tarot, comenzando por el arcano 04 El Emperador. En este arcano el cuatro aparece representado 4 veces: en el cetro del monarca que se muestra coronado por una cruz (recuerde que el doble eje simboliza la cuaternidad); por las piernas del personaje al estar doblada una y cruzada sobre la otra, repite la figura del 4 árabe; en el escudo, el águila con su cuerpo erecto y alas abiertas vuelve a repetir el cruce de ejes antes mostrado por el cetro; y además, por la diadema que luce sobre el pecho, que lleva expresamente el equivalente de un mandala al estar la cruz inscrita en el círculo. Otro aspecto de este arcano ligado al cuatro se refiere a la cuaternidad alquímica. A diferencia de otros arcanos, en los cuales no es fácil rastrear la presencia simultánea de estas cuatro facetas de visionar la realidad, aquí se hallan todas fácilmente representadas. Recordemos una de cada elemento. Comprendida dentro del elemento Fuego, se halla el símbolo de la “Acción”. El arcano contiene un sesgo de masculinidad, la disposición ejercer una fuerza, la cual se traduce en una acción, un trabajo, un resultado o un producto concreto, un desplazamiento en el entorno de acuerdo al pitagorismo. Comprendido dentro del elemento Agua, se halla el símbolo de la “magnanimidad”. El arcano simboliza que el hecho de ostentar el poder y controlar a otros no significa abusar de esta posición de dominio. Comprendido dentro del elemento Aire se halla el símbolo de la “razón”, el cual es cuatripartito per se, al integrar “sentir, pensar, decir, y actuar”. Comprendido dentro del elemento Tierra se halla el símbolo de “Incorporación al mundo”, es decir, tener un cuerpo físico de tres dimensiones con una presencia concreta después del parto. 317
Sharp, Daryl. 1997. “Lexicon Junguiano”. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile. Jung, Carl. “The Psychology of the Transference”, en The Practice of the Psychotherapy (Vol. 16 de The Collected Works) 319 Jung, Carl. “The Tavistock Lectures”, en The Symbolic Life: Miscellaneous Writings (Vol. 18 de The Collected Works). 318
134
Por su parte, el arcano 21 El Mundo presenta la cuaternidad de manera explícita rodeando al óvalo que envuelve al andrógino. Se trata nuevamente del cuatro alquímico, expresado bajo las figuras de cuatro seres (toro, ángel, águila y león). En la individualidad humana estarían expresados los cuatro elementos. La materia corporal corresponde a la Tierra – representada por el toro-, el soplo animador que mantiene la vida es el Aire –representado por el ángel-, los líquidos orgánicos que vehiculan la vida es el Agua –representado por el águila-, y la energía vital, fuente de calor y de motricidad, es el Fuego –representado por el león. El dominio de los 4 elementos por el iniciado (el alquimista) permite obtener buena salud para sí y proporcionarla a otros, un efecto terapéutico físico y espiritual capaz de prolongar la vida y de trascender. g) El arquetipo número. El arquetipo número tiene relación con la idea o percepción de “orden” que requiere el ser humano, “el concierto o buena disposición de las cosas entre sí”320, la cual estaría dada por la 321 “expresión de una cantidad con relación a su unidad” . Ahora bien, “concierto” viene de “concertar”, lo cual quiere decir “acordar entre sí voces o instrumentos musicales”. Esto es, nos encontramos con que se nos retrotrae a la percepción de “acorde”, utilizada anteriormente como analogía para comprender el significado de arquetipo: pequeñas estructuras armonizadas de sonidos diferentes que se encadenan unos con otros de manera estructurada, sin necesariamente tener conciencia cuando se escucha la música que las estructuras básicas se encuentran articuladas. “Jung llegó a creer que los números naturales menores son símbolos en el mismo sentido en que las personas y los acontecimientos de nuestros sueños son símbolos de rasgos de carácter colectivo personificados y de situaciones de comportamiento. Los enteros parecían corresponder a etapas progresivas de la psique. Resumiendo, el uno corresponde a un estado de no diferenciación; el dos, a la polaridad u oposición; el tres, al movimiento hacia la resolución, como se expresa en la trinidad cristiana; el cuatro, a la estabilidad o totalidad 322
como en un cuaternario o en un mandala…”
Lo que Jung habría descubierto era el arquetipo más primitivo del orden. “[Si] un grupo de objetos es privado de cada una de sus propiedades o características simples, todavía permanece, al final, su número, lo que parece indicar que el número es algo irreductible… [algo que] ayuda más que ninguna otra cosa a poner orden en el caos de las apariencias… Bien podría ser el elemento de orden más primitivo en la mente humana…
[Podemos] definir al número psicológicamente como un arquetipo del orden que ha devenido
consciente.”
320
323
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. 322 Robertson, Robin. “Arquetipos Junguianos”. Una historia de los arquetipos. 1998. Ed. Paidós, España. 353 p. (Ed. inglesa de 1995). 323 Carl Jung. « Synchronicity: an Acausal Connecting Principle ». En “The Structure and Dynamics of the Psyche (Vol. 8 de The Collected Works, Princeton University Press, 1960. 321
135 Estas afirmaciones tendrían una implicancia grande, pues, por una parte, el número entero podría ser un arquetipo constituyente básico de la psique y, por otra, el desarrollo de las matemáticas podría ser el reflejo del desarrollo del orden en la psique. Se ha podido comprobar –mediante observaciones y experimentos- que algunos animales tienen una percepción de número, aunque limitada, quizás “uno”, “dos”, “tres” y “muchos”. Sin ir más lejos, en algunas culturas aborígenes africanas y australianas se dispone de números entre el “uno” y el “seis”, y cualquier cantidad superior es “muchos”. Algunos tienden a ver en esto una comunidad entre el hombre y los animales, en el sentido de que es innata la percepción de –imágenes primordiales- esos números enteros básicos. Cada tradición o cultura liga ideas, conceptos, arquetipos a cada número. Los números como arquetipos presentarían una estructura y los elementos constitutivos irían desde uno hasta varios, siempre en cantidad discreta. El número uno, tal como lo vimos en las concepciones pitagórica, hermética y alquímica, presenta una estructura unitaria que se sostiene por sí misma, baste pensar en un punto solo o en una esfera, un cuerpo redondeado e idéntico en todas direcciones, con virtudes específicas que potencian su resistencia a las solicitaciones desde cualquier dirección. Si el todo o universo es infinito en todas las direcciones posibles entonces, uno, cada una de las individualidades es el centro de ese universo. El dos presentaría una estructura conformada por un conjunto par, etc., etc. Así, el número tres presentaría una estructura conformada por elementos en trío. De allí que el número como arquetipo puede ocultar o encubrir a una gama muy variada de otros arquetipos: díada, tríada, tétrada o cuaternario, quinario, senario, septenario, etc. Otra característica del arquetipo número es que presenta en sí mismo una dualidad: es cualitativo y cuantitativo a la vez, tal como lo concibieron conceptualmente los pitagóricos. El desarrollo o expresión consciente del arquetipo número es cualitativo y así permanece en la tradición original o ancestral. En cambio, su desarrollo posterior es cuantitativo y ésta es la característica que pervive en el mundo de la modernidad (grafismo utilitario para operaciones aritméticas). El uso del número ha dado origen a la expresión “contar”, la cual también es dual en su significado: “contar” es relatar (expresar una cualidad, una situación, definir un concepto, realizar una descripción); pero contar también es numerar (generar números discretos por adición o realizar operaciones con ellos), es la forma en que puede la conciencia tener acceso y comprender la numeración, no puede captar lo que no tenga “orden” o la infinitud. Los números pueden dar origen a series. Está la progresión: se suma, se avanza, se progrede. Está la reducción, se disminuye, se retrocede, hay una regresión. En ambos casos, progresión y regresión, los avances y retrocesos pueden ser tanto cuantitativos como cualitativos. Cuando se trabaja con los números, por ejemplo las fechas, los nombres (otro arquetipo) se reducen a la expresión mínima, a los dígitos. Esto tiene un sentido de regresión al origen o búsqueda de la unidad, que es, ni más ni menos, el intento de encontrar
136 a la unidad u origen interior. Esto es importante en términos de la psique: la regresión hacia la Unidad es intentar encontrar el origen personal, el Uno Mismo, el oculto inconsciente, aquél que puede dar las respuestas que el consciente no es capaz de entregar; se liga al inconsciente colectivo y transpersonal o mundo de los arquetipos. En el caso del Tarot el número contribuye claramente al establecimiento de un orden. Si los arcanos no llevaran adicionado el símbolo número el orden podría ser cualquiera. Pero no es así. Los arcanos mayores están ordenados mediante números desde el 1 al 21. El arcano sin número El Loco, en algunas escuelas, según sea su costumbre, se le considera signado con el 0 (cero) o el 22. En los arcanos menores, aunque la carta no tenga inscrito un signo numeral, también las tradiciones entre los tarotistas se lo han atribuido. De esta forma, el 23 será el Rey de Bastos; el 24, la Reina de Bastos; el 25, el Caballero de Bastos; el 26, el Paje de Bastos; el 27, el As de Bastos; el 28, el Dos de Bastos, etc. Y así sucesivamente hasta cerrar en el 78, el 10 de pantáculos. Además, los arcanos menores, aunque no tengan el signo numérico explícito como se indicó, incorporan la numeración mediante la adición de un elemento, palo o pinta, tal como usted lo ha advertido: un basto, dos bastos, tres bastos, una copa, dos copas, una espada, dos espadas, un pantáculo (o moneda de oro), dos pantáculos, etc., etc. La menor o mayor presencia de estos instrumentos revela, por decirlo de alguna forma, un nivel de energía dentro del elemento que se trate, el cual corresponderá a una determinada situación espiritual. Un solo elemento (un as) es indicio de marcado movimiento o alto nivel energético. Dos y tres elementos indican que la energía se está transformando y entrega algún producto, alegría, conquista o ganancia. Al seguir ascendiendo en el número de instrumentos incluidos, se va induciendo una suerte de confusión, entropía o caos energético (dispersión espiritual, desorientación, depresión, etc.). Cuando la cantidad de elementos es muy alta se quiere manifestar un estado de estabilidad o madurez de una situación. En resumen, los números tendrían esa correspondencia con “etapas progresivas de la psique”. Como no es el objeto de este trabajo describir cada uno de los arcanos, corresponderá al lector verificar estas afirmaciones en alguno de los numerosos manuales que circulan impresos o en formato digital. También en el Tarot es posible encontrar o contribuir a la formación de series. Por ejemplo, tenemos la propuesta de Nichols324 quien asimila el acercamiento o trabajo interno con el Tarot a un viaje virtual. “El viaje a través de las cartas del Tarot, es básicamente un viaje a nuestra propia profundidad. Cualquier cosa que encontremos es este viaje es, en el fondo, un aspecto de nuestro más profundo yo. Dado que el origen de estas cartas data de un tiempo en el que lo misterioso y lo irracional eran más realidad que hoy, nos servirán de puente para llevarnos en busca de la sabiduría ancestral que todavía se halla en nuestro 325
más profundo yo”
. Ahora bien, en atención a que el inconsciente aparece frente a la mente
como algo caótico, se sugiere construir puntos de referencia, los cuales estarán dados por un entramado constituido por la disposición espacial seriada de las cartas, esto es el equivalente de un mapa. “En nuestro viaje a través de los Arcanos del Tarot, usaremos las cartas como 324
Nichols, Sallie (1908-1982). Nichols, Sallie. 1988. Jung y el Tarot. Un viaje arquetípico. Editorial Kairós, Barcelona. 537 p. Edición original 1980. 325
137 soporte de proyecciones. Para esto son ideales, ya que representan simbólicamente aquellas fuerzas instintivas que operan en forma autónoma en la profundidad de la psique humana y a las que Jung denominó arquetipos. Estos arquetipos funcionan en la psique de la misma manera que los instintos en el cuerpo. Así como un recién nacido sano llega con el instinto de chupar o espantarse ante un ruido desconocido, así su psique también muestra unas tendencias heredadas cuyos efectos pueden ser igualmente observados. Por supuesto que no podemos ver estas fuerzas arquetípicas, lo mismo que no podemos ver los instintos, pero los experimentamos en
En el mapa propuesto por la Sra. Nichols los arcanos mayores del Tarot (de Marsella) están dispuestos en tres filas horizontales de siete cartas cada una, lo cual a su vez determina siete columnas de 3 cartas cada una. La propuesta que se nos hace –muy dentro del espíritu juguetón de Hermes- es considerarnos como El Loco, el arcano sin número, juglar o aventurero que se arriesga en los derroteros de la vida, esta vez consciente del mapa o guía. A la primera fila la denomina “Reino de los Dioses” (desde el 01 El Mago hasta el 07 El Carro), a la segunda “Reino de la Realidad Terrestre y de la Consciencia del Ego” (desde el 08 La Justicia hasta el 14 La Templanza) y a la tercera, “Reino de la Iluminación y Autorrealización” (desde el 15 El Diablo hasta el 21 El Mundo). El tarotista chileno Jaime Hales toma esta propuesta y cambia la nomenclatura para quitarle su tono erudito y hacerla más cercana al lector corriente. A la primera línea la denomina “Ruta de los grandes arquetipos”; a la segunda, “Ruta de las tareas del desarrollo personal” y, a la tercera, “Ruta de los grandes desafíos y la autorrealización”. Señala con mucha propiedad: “El desarrollo del viaje es la historia personal del sí mismo, es decir, de cada nuestros sueños, visiones y pensamientos, en los que aparecen como imágenes.326”
uno y de todos. Consideramos que una persona puede estar en una determinada estación en un área de su vida, y en otra área, en una estación diferente327”. Y agrega: “…el mapa no es el viaje. Hay quienes confunden el instrumento con la finalidad, la meta con la idea y el mapa con el viaje. No basta con conocer el mapa si acaso no hacemos efectivamente un ejercicio de tránsito y reconocimiento de cada una de estas etapas328”
El arquetipo del número asumirá muy otras diversas apariciones implícitas y explícitas en los arcanos. Baste recordar que desde la época de los pitagóricos los números tienen un uso ordinal o cuantitativo y, al mismo tiempo o en forma paralela, otro cardinal o cualitativo. Para el tarotista o el iniciado, un número en una carta indica de inmediato un concepto, sea éste pitagórico, hermético, alquímico, psicológico-espiritual o mántico. A lo anterior es posible agregar el sistema de tiradas de cartas, al cual se hace referencia en diferentes partes de este trabajo. La tirada fija el número o cantidad de cartas, establece lugares predeterminados con roles fijos para los arcanos que ocupan esos lugares en forma temporal y aleatoria, y determina un orden o secuencia para abrirlas e interpretarlas (un camino o sendero). Un tercer caso de manifestación del orden es la posibilidad de los ejercicios aritmológicos, para la obtención el “arcano personal”, el “arcano del año”, del “arcano implícito”, etc. Dando un ejemplo de arcano implícito, tomemos el 20 El Juicio, relacionado con la toma de conciencia después de un proceso de reflexión y razonamiento. Se puede reducir como 2 + 0 = 2. Este nuevo número corresponde a La Sacerdotisa, figura 326
Nichols, Sallie. 1988. Jung y el Tarot. Un viaje arquetípico. Editorial Kairós, Barcelona. 537 p. Edición original 1980. 327 Hales, Jaime. 2002. “El Tarot. Un Arte de Transformación Personal”. Fascículo 1 de la guía práctica publicada por Revista Uno Mismo. Año 13, Nº 151, julio de 2002. 328 Ídem.
138 ligada también a la concienciación, pero de una forma intuitiva o inmediata sin mediar el intelecto. 7.2.6 A modo de síntesis sobre el “funcionamiento” de símbolos y arquetipos. A estas alturas se podría realizar un intento de sintetizar y despejar algunas ideas para no dispersarnos ni causar, a su vez, dispersión en los lectores. Hemos presentado dos posturas principales sobre los símbolos, los arquetipos y su forma de operar. La primera, de tipo tradicional, filosófica, metafísica, basada en la gnosis; la segunda, con apoyo de elementos de tipo científico, psicológico, basada en la investigación de los mitos, los cuentos tradicionales, los sueños y el análisis de casos de múltiples experiencias espirituales. Hay un aspecto de todo esto que nadie podría desconocer: que cualquiera sea el origen de los símbolos y de las figuras arquetipales, sea por revelación no-humana o por construcción inconsciente heredada, hasta ahora se ha requerido de una psiquis individual o de un alma o espíritu humano determinado para canalizar los símbolos de manera operativa. Sea la intuición de un campesino, la inspiración de un psicólogo o la iluminación de un metafísico, etc., han tenido que operar para que los símbolos tuviesen una expresión en imágenes, una interpretación y una transmisión al colectivo social. La imagen –sea física como una obra de arte, un grafismo, o la palabra oral, escrita o gestual, etc., y su representación mental- sería el elemento más directo con la percepción humana, con todas las variantes que pudiese tener, sean ellas de tipo cultural, étnico, histórico, etc., y su función tendría un carácter evocador del verdadero símbolo. Éste se aproxima mas bien a un concepto, una idea, una percepción intuitiva de un contenido abstracto. La imagen no hace sino desatar un proceso de interpretación del símbolo, el cual todos reconocen que no tiene ni puede tener una sola traducción, al contrario, puede tener muchos sentidos y numerosos ámbitos o aspectos de interpretación, esferas o capas de concienciación de lo que se quiere representar o manifestar. La psicología analítica va aún más allá, pues considera que los símbolos (y por tanto las imágenes que los representan) no hacen más que constelar o activar elementos aún más profundos, los arquetipos, los cuales no constituyen sólo parte de la experiencia y la historia de la psique individual, sino que son estructuras de la psique -o el alma si usted quiere- que se activan dando inspiración para que la conciencia los aprehenda y guíe la conducta del individuo. Sin embargo, los arquetipos no son un patrimonio individual sino que pertenecen a la especie y funcionan en una dimensión virtual común al colectivo humano, aunque vehiculada a través de las psiques individuales. Los arquetipos formarían una red –ya hemos visto que sólo el arquetipo número encubre varios otros- o universo en el cual algunos son “constelados” o destacan según lo que convenga a la etapa individual de que se trate o, además, la etapa histórico-cultural de que se trate. “Todos los arquetipos… están contaminados los unos por los otros. De allí…es del todo justificable
139 aplicar la idea del campo al inconsciente colectivo, y decir… que el inconsciente colectivo es un campo en el cual 329
Se ha desarrollado la idea de que el inconsciente colectivo sería un campo de energía tachonado de arquetipos en cual éstos serían los puntos que se activan o excitan ante un estímulo. “…el inconsciente colectivo… sería un campo en el cual el los puntos excitados son los arquetipos…”
arquetipo sería el único punto activado. Wheeler definió la materia como un campo electro-dinámico en el cual las partículas son los puntos excitados…sugiero utilizar la hipótesis que el inconsciente colectivo es un campo de energía psíquica, en el cual los puntos excitados son los arquetipos, y que, tal como se puede definir relaciones de proximidad en un campo físico, se podría definir relaciones idénticas en el campo del inconsciente colectivo.”
330
Las alternativas para desencadenar el conocimiento voluntario de los arquetipos pueden ser diversas: el análisis de los sueños, la actividad artística dirigida, el trabajo con la ensoñación consciente, el uso lúdico de las mancias. Respecto de esto último, Von Franz 331 deja constancia que un montón de ramitas, de piedras –y yo agregaría de cartas de tarotrepresenta la situación múltiple, desordenada, confusa, no medible ni cuantificable de la cual no se ve manera de salir.
329
Von Franz, Marie Louise, La Psychologie de la divination. Editions Albin Michel, 1995. Paris. Primera edición 1986. 152 p. Transcripción de un ciclo de conferencias en el Instituto C.G. Jung de Zurich, en otoño de 1969. 330 Ídem. 331 Ibídem.
140
8. LA MAGIA DE LOS NÚMEROS EN EL TAROT. Anteriormente nos referimos a las diferencias entre el punto de vista científico y el punto de vista oracular o de las mancias. Corresponde ahora adentrarse en los secretos de la operatoria del Tarot y de cómo la numerología se encuentra entrelazada en sus arcanos. Antes de introducirnos de lleno en el Tarot conviene señalar que las mancias presentan diferencias entre sí respecto del uso de los números. Algunos oráculos están construidos fuertemente en torno al número, al orden, en tanto otros trabajan completamente al azar. Hay… “diferencia entre un oráculo numérico y las otras técnicas de adivinación. Existen en efecto innumerables técnicas que son,…, medios de catalizar el propio saber inconsciente. Estas técnicas no utilizan el número, sino al contrario un material caótico; muy utilizadas entre los hombres blancos están las hojas de té o las marcas del café…existe una técnica africana de adivinación en la cual, después de haberse comido un pollo, se lanzan los huesos al suelo y, según la manera que caen, según el motivo caótico que forman, se puede leer lo que le va a 332
acontecer.”
Sea un oráculo numérico o sea un oráculo de azar, siempre “…la información es filtrada por la personalidad del médium, o del adivino, o del astrólogo, del quiromántico, etc. En la constelación psíquica de su consultante, ellos entran en relación con lo que es similar a la suya. Todo es verdad, pero todo es solamente parcial”.
333
Mas, quiéralo o no el oráculo o quiéralo o no el hechicero, el número se hace presente de una forma u otra. “El número era siempre utilizado bajo una forma binaria, porque el espíritu primitivo –y nosotros mismos, cuando estamos en una situación práctica- no podemos tratar con sutilezas. En las duras condiciones de la vida primitiva, las preguntas se vuelven simples: ¿Debo hacer este viaje o no?... ¿sobrevivir o morir?... ¿Mi mujer me engaña o no?...”
334
“…el orden binario impuesto a las cosas puede ser de una naturaleza moral, o decir lo que es favorable o desfavorable, o bien puede, como en China, pertenecer a un ritmo de existencia que, en mi opinión, representa una actitud superior, porque no implica un juicio personal: el hecho de ver todas las cosas de un punto de vista egocéntrico es extremamente primitivo.”
335
8.1 Numerología determinística en el Tarot. Como anteriormente se señaló en otro capítulo, orden y azar se encuentran presentes de manera simultánea en el tarot, formando parte de la naturaleza o esencia del oráculo. Veamos como se despliega el valor del número.
332
Von Franz, Marie Louise, La Psychologie de la divination. Editions Albin Michel, 1995. Paris. Primera edición 1986. 152 p. Transcripción de un ciclo de conferencias en el Instituto C.G. Jung de Zurich, en otoño de 1969. 333 Von Franz, Marie Louise, La Psychologie de la divination. Editions Albin Michel, 1995. Paris. Primera edición 1986. 152 p. Transcripción de un ciclo de conferencias en el Instituto C.G. Jung de Zurich, en otoño de 1969. 334 Ídem. 335 Ibídem.
141 Los números pueden desempeñar un papel variado en el Tarot, siempre, evidentemente, proporcionando esa virtud del orden, sea en forma de un esquema o rutina de procedimiento para escoger una carta, sea para determinar los lugares de las cartas en una distribución espacial, sea para contribuir a seleccionar nuevas cartas a partir de las anteriormente seleccionadas o sea para enriquecer una interpretación con conceptos, ideas o fenómenos arquetipales. Frente a una baraja de tarot, después de mezclar o revolver las cartas y de dejarlas sobre la carpeta boca abajo para no ver ni identificar los arcanos anticipadamente, lo corriente sería la selección de una o de varias de ellas en forma aleatoria. Sin embargo, existe un camino de selección de la carta mediante una rutina que puede considerarse determinística. Este es el método para seleccionar la carta o arcano que simboliza al consultante en un determinado período de tiempo. Me refiero al arcano personal, el cual le representa durante toda su existencia terrenal; el arcano del año, el cual le representa en el período de un año personal; el arcano del mes, el cual le representa en una de las doce fracciones del año; y el arcano del día, el cual le representa en una jornada específica dentro de los 365 días de un año específico. La numerología práctica puede utilizar diversos antecedentes del interesado para aplicar los números. Se podrá trabajar con su fecha de nacimiento u otras fechas relevantes de su vida personal. Además, se podrá trabajar con su nombre, caso en el cual podrán usarse las vocales o las consonantes o ambas. En todos los casos, la meta es llegar a conseguir mediante cálculo algún número natural de un dígito y, a partir de éste, realizar una propuesta o un mensaje oracular útil para la encrucijada individual. Sin embargo, no existe una escuela única de aplicación de los números ni tampoco todos los usos parecen ser confiables. Desde hace siglos algunos estudiosos han restado mérito o credibilidad a determinadas formas de trabajo mántico con los números. Así, Kircher expresa: “Se considera notorio el arte con el que se puede juzgar sobre la razón de toda vida, con lo que se pueden traducir a números todos los nombres, a este arte le llaman Cábala Pitagórica, haciendo a Pitágoras su autor, según el modo acostumbrado en estos temas oscuros, para conciliar la autoridad de su impostura con el nombre de un varón grande y famoso.”336
Kircher pasa a explicar que los cabalistas pitagóricos proceden a atribuir números a las letras de los alfabetos sean éstos latinos u otros. A modo de ejemplo, recuerda que el mago Cornelio Agripa propuso un alfabeto onomántico:
336
Kircher, Athanasius (1601-1680). 1665. Arithmologia sive de abditis Numerorum mysteriis. “Aritmología, Historia Real y Esotérica de los Números”. Trad. del latín por Atilano Martínez Tome. Ed. Breogan Madrid. 1984.
142 A B 1 2
C D 3 4
E F G H 5 6 7 8
I K L 9 10 20
M N O P Q R S T V X Y Z 30 40 50 60 70 80 90 100 200 300 400 500 La onomancia consigue –al atribuir números a las letras- expresar el nombre de alguien como número y, de allí, inspirarse para entregar un conocimiento o pronóstico sobre la persona, o, además, marcar diferencias, poderes, compatibilidad, etc. entre dos o más personas. El mismo Kircher se encarga de mostrar la debilidad lógica o intelectual de esta línea mántica, al señalar que distintos magos atribuyen valores diversos a las letras y que, adicionalmente, los nombres de las personas varían según se expresen en una lengua u otra, con lo cual los resultados se contradicen y se requiere dar explicaciones o acomodos artificiosos a dichas contradicciones. Lo que Kircher quiere insinuar es que atribuir valores numéricos a las letras latinas tiene en su origen un pie forzado, pues nunca los caracteres latinos numéricos sirvieron simultáneamente como números y letras de palabras. En cambio, en la lengua hebrea, las letras del alfabeto sirven simultáneamente como caracteres de notación numérica, de allí que la Kábala Hebrea, respaldada por una fuerte argumentación filosófica utilice el juego intelectual de reflexionar sobre nombres a partir de su expresión numérica. La llamada Cábala Pitagórica no sería más que un arreglo menor –sin mayor sustento filosófico- del método kabalístico hebraico y, de paso, apropiándose del nombre de Pitágoras, para dar respaldo a una actividad que no es posible demostrar que realizaron los pitagóricos históricos. Al final de su libro “Aritmología”, Kircher reconoce el valor de ciertas escuelas de numerología, en el tratado o capítulo “De la Significación Mística de los Números”. Estas escuelas tendrían un sentido mas bien filosófico antes que mántico y son el Hermetismo y la Kábala Hebrea, basándose en dos fuentes seguras: el Corpus Hermeticum y el Zohar. La numerología oracular aplicada en el Tarot utiliza como materia prima la fecha de nacimiento del interesado. Además, sobre estos materiales aplica un método, cual es la reducción numérica. En la práctica, procede a traducir en números pequeños o sencillos, generalmente de una sola cifra, el material primario. En este proceso los números serán usados con intención doble. En forma aristotélica o cuantitativa, pues el cálculo aritmético nos llevará a establecer un número que representará un arcano o triunfo determinado y, además, en forma pitagórica, pues una vez conseguido el arcano lo que importará será el concepto, idea, proyección u otro significado que contiene. Cuando la numerología usa la fecha de nacimiento está trabajando de manera análoga que la astrología, pues tiene como base la consideración que el interesado o consultante desarrolla una existencia a partir de un momento dado y hace su consulta en un momento dado. Se entiende que estos momentos o instantes están ligados al período del año personal del
143 individuo, sometido a la influencia de las posiciones relativas de los astros. Los números, como antes se dijo, que pueden determinarse para una persona o cualquier entidad, pueden ser diversos: un número personal, el cual acompaña a la persona durante toda su existencia terrena; un número del año personal que está viviendo; un número del mes; un número del día; etc. Ahora bien, ¿cuál es el procedimiento por el cual se determinan los números que habrán de darnos las claves, sugerencias o pronósticos para una pregunta o un desafío o, simplemente, un día determinados?. Para ello se utilizará el método de la reducción numérica y los insumos o materiales serán la fecha de nacimiento del interesado y la fecha del día para el cual se requiere el pronóstico. La reducción numérica propiamente tal apunta a lograr un número de una sola cifra. Sin embargo, en el camino del Tarot se usa la denominada reducción teosófica, por lo que la búsqueda se orienta o se dirige a un objetivo ligeramente diferente, como sería conseguir un número inferior a cierto límite descartando la reducción absoluta. En el Tarot, el proceso está encaminado a conseguir un número inferior o igual a veintidós (22). Fácil es de deducir que esta condición está ligada a la existencia de 22 arcanos o triunfos de la baraja cartomántica. ¿Cómo llegar a ello?. Lo más adecuado será disponer de un caso específico como ejemplo para comprender y explicar el procedimiento. El interesado ha nacido el veinte de mayo de mil novecientos setenta y la fecha del momento en el cual hace la consulta es el treinta de julio de dos mil siete. Los pasos detallados del procedimiento de cálculo se presentan a continuación. a) Obtención del número personal Paso 01: La fecha de nacimiento del interesado, veinte de mayo de mil novecientos setenta, se traduce como un código numérico, expresando con dos dígitos el día, con dos dígitos el mes y con cuatro dígitos el año, quedando el día veinte del mes quinto del año mil novecientos setenta de la siguiente forma: 20 05 1970. Cada uno de los tres grupos de cifras será reducido hasta quedar expresado en forma mínima. Paso 2: La reducción del día 20 se logra sumando el dígito de las unidades con el dígito de las decenas, así: 20 = 2 + 0 = 2.
Paso 3: La reducción del mes 05 se logra de igual manera:
144 05 = 0 + 5 = 5. Paso 4: La reducción del año 1970 resulta un poco más larga. Se suman el dígito de las unidades con el dígito de las decenas con el dígito de las centenas y el dígito de los miles. Así: 1970 = 1 + 9 + 7 + 0 = 17. Paso 5: Se realiza un recuento visual de los resultados obtenidos. Veamos: Día mes año 2 5 17 Paso 6: Se observa que la sumatoria de las tres columnas (2 + 5 + 17 = 24) nos entrega un número superior a 22, por tanto dicho número no nos sirve. Dado que la columna o grupo del año aún cuenta con dos dígitos se puede continuar reduciendo, así: 17 = 1 + 7 = 8. Por tanto, los tres grupos de números pueden ahora ser presentados nuevamente y, a su vez, ser sumados: 02 05 08 2 + 5 + 8 = 15. Se ha conseguido un total que podrá considerarse un resultado definitivo, el número personal se encuentra obtenido –número quince (15)- en atención a que se ha escogido el criterio del Tarot, por cuanto es inferior al límite que interesa a esa mancia, el número veintidós (22). El número 15 en el tarot nos remite al arcano El Diablo. Éste es su Arcano Personal. b) Obtención del número del año. El número del año se refiere a un símbolo numérico que representa un período de vida del interesado que corresponde al lapso de tiempo que va desde su día de cumpleaños en un año determinado hasta la misma fecha del año siguiente. Para obtener el número del año que nos interesa se trabaja con dos materiales. Por un lado, con el número del año en cuestión, o sea el dos mil siete. Por otro, con la raíz del número personal. La raíz del número personal es un grupo de números obtenidos como resultado parcial del número personal y corresponden a los números del día y del mes de la fecha de nacimiento que fueron previamente reducidos. Paso 1: Establecer cuál es la raíz. En el ejemplo que se está trabajando, la raíz corresponde al grupo
145
02
05
Paso 2: Estos números son ordenados junto con el número del año que nos interesa por el ya clásico esquema de tres columnas. Así: 02
05
2007
Paso 3: Si se aplican los criterios anteriores, dado que la raíz ya está reducida sólo faltaría reducir el año dos mil siete, así: 2 + 0 + 0 + 7 = 9. Paso 4: Este número se toma y vuelve a colocarse dentro del esquema de tres columnas, así: 02
05
09
Paso 4: Estos números se suman: 2 + 5 + 9 = 16. Al igual que en el caso del número personal, si el enfoque es del tarot, la búsqueda ha terminado en el número dieciséis (16), número que nos emite al arcano La Torre. c) Obtención del número del mes. El número del mes se refiere a un símbolo numérico que representa un período de vida del interesado que abarca el lapso de un mes de un año determinado. Para obtener el número del mes que nos interesa se trabaja con dos materiales. Por un lado, con el número del año de la persona interesada y, por otro, con el número que identifica al mes que corresponda. Esto lo veremos siguiendo el ejemplo del cual se ha dispuesto al comienzo. Paso 1: Ambos números pueden disponerse en dos columnas. Número del año 16
Mes de julio 7
Paso 2: Los números se suman 16 + 7 = 23 Paso 3: En atención a que el resultado -que corresponde número 23- consta de dos cifras, se continúa reduciendo. Así:
146
23 = 2 + 3 = 5. El número del mes en el cual la persona se encuentra interesada será el cinco (5), el cual nos remite al arcano Sumo Sacerdote. d) Obtención del número del día. El número del día se refiere a un símbolo numérico que representa un período de vida de la persona interesada que corresponde a un lapso de tiempo de 24 horas o día de un mes específico de un año determinado. Para obtener el número del día que nos interesa se trabaja con dos materiales. Por un lado, con el número del mes de la persona interesada y, por otro, con el número que identifica al día que corresponda. Esto lo veremos siguiendo el ejemplo del cual se ha dispuesto al comienzo. Paso 1: Ambos números pueden disponerse en dos columnas. Número del mes Día treinta 5 30 Paso 2: Los números se suman 5 + 30 = 35 Paso 3: En atención a que el resultado -que corresponde número 35- consta de dos cifras, se continúa reduciendo. Así: 35 = 3 + 5 = 8. El número del día en el cual la persona se encuentra interesada será el ocho (8), el cual nos remite al arcano La Justicia. En fin, cada persona o cada tarotista escogerá el camino que más le acomode para encontrar la carta que representa su día. Quienes creen más en las influencias kármicas de los astros propenderán a usar los procedimientos aritmológicos para establecer la carta. Quienes gustan de un método más ágil, más juguetón, más hermético, simplemente seleccionarán la carta al azar.
147 e) El significado del número del día. La importancia, el significado, la sugerencia o el pronóstico para ese día deberán buscarse en las claves entregadas en las páginas correspondientes. Por ejemplo, la inspiración del tarotista se compromete con la siguiente interpretación: Angélica, nacida el 20 de mayo de 1970, requiere un pronóstico para el día 30 de julio de 2007. Inspirado(a) en La Justicia, el (la) tarotista expresa que: “no temas a nada porque tu arma es la verdad. Ten valor y defiende tus opiniones pues la fuerza de lo ético está contigo”. Los pasos resumidos del procedimiento explicado anteriormente se pueden encontrar en el Cuadro 02.
Cuadro 02 Pasos de reducción numerológica para determinar el número del instrumento oracular Paso 01 02
03 04 05 06 07 08
Descripción Fecha de nacimiento del interesado
Expresión aritmética 20 05 1970 20 05 1970 Reducción numerológica para 20 05 17 obtener el Número Personal 02 05 08 02 + 05 + 08 = 15 (El Diablo) 02 05 2007 Número del año que nos interesa 02 05 09 02 + 05 + 09 = 16 (La Torre) 16 + 07 = 23 Número del mes que nos interesa 02 + 03 = 05 (Sumo Sacerdote) Número del día que nos interesa (30 05 + 30 = 35 de julio de 2007) 03 + 05 = 08 Número del instrumento buscado 08 Arcano del día La Justicia “no temas a nada porque tu arma es la verdad. Ten valor y defiende tus Sugerencia asociada opiniones pues la fuerza de lo ético está contigo”.
De acuerdo al anterior Cuadro 02, la respuesta para el consultante ha sido: “no temas a nada porque tu arma es la verdad. Ten valor y defiende tus opiniones pues la fuerza de lo ético está contigo”. En atención a la variedad de claves asociadas al arcano La Justicia, debo recalcar que se trata de una fórmula la cual podrá tener diversas expresiones o interpretaciones para la más feliz comprensión del interesado. El hecho de disponer de interpretaciones con cierta variación tiene su origen, no sólo en la variedad de claves y en la presencia de los números sino, además, en la inspiración del numerológo o del tarotista, quienes desempeñan el rol de un intermediario o canal entre el interesado o consultante y el
148 inconsciente colectivo. En esta parte del proceso hace su intervención la quintaesencia de los actores, quienes entran en contacto con el plano inconsciente, tanto individual como colectivo. 8.2 La experiencia del Tarot y la lectura mental. a) La experiencia del Tarot. La influencia de un arquetipo en la vida espiritual de una persona puede hacerse notar con mucha fuerza, por ejemplo, a través de un sueño, o a través de una visión o de un impulso irrefrenable que pareciera carecer de explicación. Precisamente para lograr esa explicación y traer la paz espiritual es que se busca la conexión con el mensaje inconsciente y aparentemente indescifrable. Una herramienta para conectar en el momento adecuado es el oráculo. Se constata que “…fuertes tensiones interiores se producen generalmente cuando un arquetipo es constelado. Alguien que tiene un sueño arquetipal está generalmente en un estado de alta tensión dinámica, y esta es la razón por la cual Jung definió los arquetipos como los dinamismos nucleares de la psique. Cada arquetipo es también comparable a una masa de energía dinámica, y en un esquizofrénico, por ejemplo, tal carga puede hacer explotar el complejo del ego si la tensión es demasiado fuerte. Aquello demuestra empíricamente hasta que punto puede alcanzar la tensión de un arquetipo, puesto que ella puede llegar a destruir la personalidad consciente completa. En una situación tensa, es altamente probable que un arquetipo sea constelado en el inconsciente; es el momento donde se hace necesario utilizar el oráculo, porque es solamente en 337
tal momento que él tiene oportunidad de funcionar y proporcionar una respuesta que tenga sentido.”
Para llegar hasta las estructuras arquetípicas y captar su mensaje es necesario disolver lo mental para que se imponga la conciencia de lo inconsciente. Entregarse de manera cómplice a la adivinación es un juego hermético valioso para conectar con nuestra parte oculta. Aunque cueste aceptarlo, el inconsciente “sabe” lo que el consciente “no sabe” y las artes oraculares son uno de los caminos vigentes de conexión. “El arquetipo podría ser definido de esta manera como una estructura que condiciona ciertas probabilidades psicológicas y las técnicas oraculares representan claramente intentos para llegar a esas estructuras. Jung decía… que los eventos sincronísticos… las técnicas adivinatorias… son actos de creación y, por tanto, únicos. Un acontecimiento sincronístico no puede ser previsible, justamente porque consiste siempre en un acto de creación en el tiempo y es por esencia irregular.”
338
Von Franz señala que un manto de ambigüedad caracteriza a las mancias en su función operativa o en el contenido de su resultado o pronóstico339. Afirma que no se predice un hecho específico, sino la probabilidad de que ocurra algo dentro de cierta gama de alternativas. En esta categoría pone a la astrología y al I-ching. Sin embargo, les reconoce una virtud, cual es el hecho de que estas mancias no sólo hacen conexión con lo trascendente sino, además, con situaciones personales contingentes de los interesados. Hace también referencia a la geomancia, arte que no tendría vinculación con la 337
Von Franz, Marie Louise, La Psychologie de la divination. Editions Albin Michel, 1995. Paris. Primera edición 1986. 152 p. Transcripción de un ciclo de conferencias en el Instituto C.G. Jung de Zurich, en otoño de 1969. 338 Ídem. 339 Ibídem.
149 trascendencia –quizás escasamente- pero sí con las experiencias de vida de los consultantes, destacando el intento de uno de sus cultores de crear una psicología a partir de sus rutinas. Al contrario de lo afirmado por la psicóloga austriaca, mi experiencia personal con el tarot lo revela con un potencial muy superior al que podría atribuírsele de manera superficial, no encaja exactamente con la caracterización indicada poco más arriba. Los arcanos mayores o triunfos serían más arquetipales, ligados a valores, ideas más globales o categorías, enfoques de vida trascendentes. En cambio, los arcanos menores reflejan situaciones más personales o coyunturales. El tarotista tendría un papel que no sólo sería técnico –en el sentido de conocer ciertos significados y procedimientos estándaressino que tendría un rol muy importante como lector o traductor o como vehículo capaz de conectar con los arquetipos y, por ende, con el inconsciente colectivo. Mi profesor Jaime Hales gustaba de afirmar “el tarot no se equivoca, se equivoca el tarotista”, queriendo destacar que en las cartas seleccionadas siempre aparece un mensaje significativo que entrega una respuesta útil y no entenderlo sólo pone de manifiesto las debilidades del intermediario entre el interesado y el inconsciente colectivo. El uso o puesta en operación de una mancia incluye un aspecto técnico, es decir, conocimiento de ciertos procedimientos o estándares que, al usarlos, entregan un resultado estructurado u ordenado, el cual debe ser interpretado, sea por el gurú o curandero o tarotista, o también, por el propio interesado, o por ambos. Por ejemplo, en el caso de la astrología, si se desea trazar la carta natal del interesado, se procede a establecer las posiciones relativas de los planetas al momento de su nacimiento, lo cual conlleva el dominio de información astronómica y geométrica, así como ser capaz de expresarlo en un mapa. Actualmente, esto se ve facilitado por un programa informático. En el caso del I-ching, hay un procedimiento para la tirada de palitos de milenrama o de monedas, hasta conseguir la obtención de un ideograma compuesto de trazos. Por su lado, en el tarot, se usa el mazo de naipes, el cual es barajado o mezcladas sus unidades, se escogen cartas al azar y se disponen sobre la mesa bajo un esquema predeterminado o tirada. Existen centenares de tiradas, cada una tiene su propia forma de ser abordada y cada posición de las cartas tiene una función precisa dentro del esquema general. Por ejemplo, tratándose de la tirada de la “Cruz Simple”, la carta uno corresponde a “la situación actual”; la carta dos, al “consejo de lo que debe evitarse”; la carta tres, al “consejo de lo que debe hacerse” y, la carta cuatro, al “resultado o situación futura”. Esta tirada presenta variantes, una de las cuales considera la existencia de una quinta carta, la cual corresponde a “la síntesis global o tendencia general de la acción”. Pero una técnica preliminar no es más que un conocimiento erudito o conciencia de procedimiento estándar. La etapa siguiente es realizar la interpretación o lectura de la señal emitida por el objeto material de la mancia: la señal de un astro en cierta posición, la señal de un ideograma o la señal de una carta en su lugar dado. La interpretación que tenga
150 sentido para el consultante es una habilidad estrictamente personal del curandero para conectar en forma intuitiva con “el más allá”, el inconsciente colectivo, la trascendencia o como se quiera llamar al mundo inconsciente, infinito, arquetipal o atemporal, de manera sincrónica o aleatoria, con la esfera de la conciencia mental, de tiempo lineal, finito y discreto, entregando un producto oracular o adivinatorio. Podemos dar una rápida mirada a experiencias oraculares que conectan con los arquetipos del tarot, algunas con aciertos y otras en las cuales el tarotista cayó en el error. Una consultante de 35 años de edad formaba parte de un grupo de trabajadores despedidos de una empresa que cayó en falencia o quiebra. Demandaron al antiguo patrón para que pagase derechos incumplidos e indemnizaciones. La interesada buscaba saber si el resultado de la decisión judicial iba a ser favorable y cuándo se concretaría el pago de la indemnización, pues deseaba hacer una inversión con el dinero por recibir. La interpretación de las cartas arrojó como pronóstico que los trabajadores serían indemnizados y que recibirían su dinero en un plazo superior a un año. El pronóstico se cumplió, cosa que no llamó tanto la atención de la interesada, pues lo que la impactó fue que, adicionalmente, tuvo lugar un segundo vaticinio, a saber que, en su caso, no aprovecharía la plata la cual gastaría en cosas menores sin importancia. Otra consultante de una treintena de años preguntó por su salud. La interpretación de las cartas arrojó el siguiente vaticinio. Que se le presentaría un tumor situado en su parte genital, probablemente cercano al útero y, que, simultáneamente, quedaría embarazada, por lo cual debería prepararse para una consulta ginecológica inmediata. La mujer consultó al médico, quien corroboró el pronóstico y recomendó que terminara el proceso de gestación, ocurriera el parto y después se extirpara el tumor (de carácter maligno). Una consultante distinta a las anteriores, con unos 40 años de edad en la época de la entrevista, quería tener una idea sobre su situación en el terreno del amor. Las cartas indicaban que ella era casada, que tenía un amante también casado y con varias queridas y que, además, ella estaba interesada en un tercer hombre. La mujer, reaccionó tan sorprendida al oír el oráculo que no pudo evitar exclamar “¡Usted ha estado hablando con alguien que me conoce!. Pero no todas las interpretaciones de las cartas son exitosas. Se producen errores y se deberían al “factor humano”. Un consultante varón, de veintitantos años, preguntó por su futuro laboral. La primera interpretación de la tirada de cartas, más intuitiva, indicó que iba a ser despedido de su trabajo. El tarotista no pudo evitar sentir que expresar eso era demasiado fuerte y, sin que su conciencia pudiera evitarlo, verbalizó que habría turbulencias laborales y debería estar alerta. El consultante fue cesado en su trabajo a los pocos días, cumpliéndose el vaticinio que el tarotista se negó a reconocer.
151
Una consultante de treinta y pico de años de edad preguntó por su situación de pareja. Las cartas anunciaban una relación complicada por la infidelidad. Nos referimos a la lealtad de su marido. El tarotista, que mantenía una relación de amistad con la persona y temía herirla con un vaticinio negativo, no quiso aceptarlo conscientemente y leyó verbalizando que las cosas mejorarían. La pareja rompió –al menos transitoriamente- al poco tiempo. Otra consultante, también de edad mediana, indicó que estaba distanciada de su marido por razones de trabajo de éste último y deseaba saber si él volvería a casa. El tarotista, que por esa época disponía de escaso tiempo, guardó la pregunta y no la respondió sino al cabo de treinta días. La respuesta que despachó indicaba que el marido no regresaría y no consideró cartas que mostraban un ambiente de armonía en la relación de pareja. Efectivamente, no era posible que él no regresara y que hubiese condiciones de ruptura pues, al momento de responder, el hombre se encontraba de vuelta en su hogar. b) ¿Cómo leer el Tarot?. La lectura mecánica o mental. Desde el momento que usted está tomando conocimiento del contenido de este libro –a través de sus palabras hilvanadas en frases y oraciones- ha demostrado que sabe leer al menos un idioma. Los elementos básicos de esta estructura de lectura son las letras y éstas quieren significar algo más que lo que aparentan a la primera vista. Por ejemplo, ¿sabía usted que “roma” es mucho más que una ciudad?, ¿que “trapo” es bastante más que un pedazo de género?. Tomemos el caso de la palabra castellana “roma”. Sus elementos básicos son: r-o-m-a. Probemos usar estos elementos en un orden diferente y obtendremos varias posibilidades. Así: Distribución de elementos básicos en orden diferente 1. r-o-m-a
Palabra roma
2. a-m-o-r
amor
3. m-o-r-a
mora
4. r-a-m-o
ramo
5. o-r-m-a
(h)orma
Significados 1. Ciudad capital de Italia. 2. Sede de la máxima autoridad católica. 3. Obtusa y sin punta. 4. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo. 5. Dilación o tardanza en cumplir. 6. Fruto del moral o morera. 7. Conjunto o manojo de flores. 8. Cada una de las partes en que se considera dividida una ciencia o arte. 9. Molde con que se fabrica o forma algo.
152 Con los cuatro elementos que componen la palabra “roma”, al distribuirlos en órdenes o secuencias distintas se han producido cuatro nuevos vocablos y ahora se dispone no sólo de tres significados sino de nueve significados diferentes, teniendo todos ellos algún sentido para el lector, quien guardará para sí el concepto que más se acomode a su búsqueda o necesidad. Atendamos ahora a la palabra castellana “trapo”. Sus elementos básicos son las letras t-r-a-p-o. En un orden diferente nos entregan las siguientes posibilidades:
Distribución de elementos básicos en orden diferente 1. t-r-a-p-o 2. t-o-p-a-r
Palabra Trapo Topar
3. t-r-o-p-a
Tropa
4. p-a-r-t-o
Parto
5. p-o-r-t-a
Porta
6. o-t-r-a-p
otra[p]
7. a-r-t-o-p
(h)arto[p]
8. r-a-p-t-o
Rapto
9. r-o-p-a-t 10. r-a-p-o-t
ropa[t] rapo[t]
Significados 1. Trozo de tela. 2. Chocar una cosa con otra. 3. Hallar casualmente. 4. Masa de gente militar. 5. Ganado que se conduce a un lugar. 6. Acción de parir o traer al mundo. 7. (Yo) parto: divido algo. 8. (Yo) parto: me voy de un lugar. 9. Puerta (antiguamente). 10. (Él) porta: lleva o transporta algo. 11. Una persona o una cosa distinta. 12. Bastante. 13. Cansado. 14. Secuestro de personas. 15. Impulso o arrebato. 16. Prenda de vestir. 17. (Yo) rapo: rasuro o afeito.
Con los cinco elementos que componen la palabra “trapo”, al distribuirlos en órdenes o secuencias distintas se han producido nueve otros vocablos y ahora se dispone no sólo de un significado sino de diecisiete significados diferentes. Las letras de las palabras son meros signos que permiten construir sílabas –o sea representan sonidos- las cuales a su vez construyen palabras, las cuales tienen simultáneamente una representación oral y otra escrita. La palabra en sí es un símbolo detrás del cual es posible descubrir probablemente un arquetipo. Si usted toma el ejemplo de “amor”, está simbolizando de alguna manera el arquetipo “sentimiento”, el cual, a su vez, puede retrotraer a otros, tan propios del amor, como “dualidad” o “antagonismo”, “sexo”, etc. Hay que tener muy en cuenta que esto no es más que un ejercicio simple de carácter intelectual y la mención o escritura de la palabra no significa la constelación real u operativa del arquetipo.
153 En la lectura del Tarot se usan sus cartas o arcanos a modo de las palabras de un idioma, desde una carta hasta conjuntos de varias o muchas cartas. Si cada carta al menos nos puede proporcionar una palabra, con el conjunto de cartas podremos disponer de frases y de oraciones, las cuales, ligadas como ideas, nos entregarán una historia o relato. Si usted puede leer un idioma e incluso puede traducir de un idioma a otro, ¿por qué no podrá “leer” las cartas de un tarot y armar un relato?. Estos conjuntos de cartas a los cuales hacíamos referencia, como lo hemos insinuado antes, se denominan “tiradas” y corresponden a disposiciones espaciales de cartas ordenadas de manera pre establecida tanto en cantidad como en su localización de unas con respecto a las otras. Además, se ha asignado un rol al lugar o punto y a la carta que temporal y aleatoriamente lo ocupa. Una tirada tiene un nombre, un número de cartas que la componen y un esquema de distribución sobre el plano de una mesa o carpeta. Estos elementos que la estructuran han sido establecidos sea por su creador o sea a través de la tradición entre los tarotistas. ¿Por qué se han diseñado las tiradas?. Ha sido para responder en forma más adecuada según los fines o necesidades establecidas por los consultantes: fines predictivos, de ordenamiento espiritual, de diagnóstico de una situación material o espiritual, de sugerencias o alternativas de solución a un problema, etc. Si pudiera ser válido un comentario FODA340 a las tiradas, nuestra opinión se resumiría así: Fortalezas: • La tirada evita la dispersión y la divagación. • Permite concentrarse en los temas del consultante y focalizarse en lo más importante. Oportunidades: • La tirada puede señalar alternativas de soluciones, caminos, o temas para “trabajar”. Debilidades: • La tirada limita de alguna forma las visiones de solución interna y externa, por ejemplo, es menos adecuada para un tarotista que disponga de una gran intuición y que sea capaz de “abatir” fácilmente su nivel mental. Amenazas (peligros o trampas): • Confundir la interpretación con un destino o karma pre definido, lo cual implicaría inacción o abandonarse a las fuerzas del entorno. Veremos un ejemplo con una tirada sencilla, empezando por la tríada o tirada de tres. El objeto de esta tirada será solicitar un diagnóstico, consejo, sugerencia o, como la mayoría lo busca, un oráculo o pronóstico frente a un tema presentado o una pregunta formulada. Dado que el ejemplo sólo pretende demostrar que no es tan complejo “leer”, lo simplificaremos al máximo.
340
Sigla usada en planificación estratégica, donde F = fortaleza, O = oportunidad, D = debilidad, A = amenaza.
154 Las tres cartas se escogerán una a una y se instalarán boca abajo en sus lugares en la secuencia que indican los números y presentan la siguiente disposición:
2
1
Elemento central
Elemento acompañante
3
Elemento acompañante
Luego, las cartas se irán dando vuelta poniendo a la vista sus ilustraciones y se irán leyendo en el mismo orden o secuencia en el cual fueron seleccionadas. Vamos a suponer que el consultante escoge cartas al azar y queda la siguiente vista:
1
2
Elemento acompañante
3
Elemento central
Elemento acompañante
Supongamos que la consultante pide un consejo sobre su situación de pareja o sentimental. El lector podrá buscar palabras claves que representen a cada uno de los arcanos en el aspecto emocional, así: 08 La Justicia Equilibrio Retribución
14 La templanza Combinación Fluidez
20 El Juicio Transformación, renovación Futuro, nueva visión
Las palabras claves podrían dar origen a las siguientes frases: 1. El equilibrio vendrá pues se logrará la combinación espiritual de los amantes trayendo la renovación de la relación.
155 2. Tu amor (entrega incondicional) será retribuido con la fluidez en la relación la cual se renueva sobre un nuevo compromiso (ético) más sólido. Ahora, se desarrollará la tétrada, tirada de cuatro o tirada de la cruz simple. Vamos a dar complejidad a la lectura, no sólo usando las palabras claves sino agregando la numerología y la identificación de posibles figuras arquetípicas. Las cuatro cartas se escogerán una a una y se instalarán boca abajo en sus lugares en la secuencia que indican los números y presentan la siguiente disposición:
El futuro, el resultado
El presente, el problema, el tema
4
Lo que se debe evitar, lo que no se debe hacer
2
1
3
Lo aconsejable, lo que se debería hacer
Luego, las cartas se irán dando vuelta poniendo a la vista sus ilustraciones y se irán leyendo en el mismo orden o secuencia en el cual fueron seleccionadas. Vamos a suponer que el consultante, quien nació bajo el signo de Aries (fuego), selecciona cartas al azar y queda la siguiente vista:
156
4. El futuro, el resultado
2. Lo que se debe evitar, lo que no se debe hacer
1. El presente, el problema, el tema
3. Lo aconsejable, lo que se debería hacer
El lector tiene ante sí las cuatro cartas, las cuales podemos asimilar a cuatro letras, para producir ya no una palabra sino un conjunto de frases inteligibles. Irá a verificar consultando el ANEXO los significados que se han atribuido a los arcanos 20 El Juicio, 01 El Mago, 04 El Emperador y 18 La Luna. Enseguida, procederá a integrar dichos significados en la secuencia que fue indicada, para construir una respuesta como la que sigue: 1. Juicio.- Su problema es que le cuesta mantener la conciencia de su situación. Sus energías y su gusto por la acción tienden a empujarle hacia la acción ciega, sin considerar los objetivos personales que no debería perder de vista. 2. Mago.- Debe evitar creer que tiene todas las capacidades, no es una supermujer o superhombre, no necesariamente se puede ganar en todo. 3. Emperador.- Se le aconseja mantener la iniciativa en forma focalizada y jamás dispersa, tratando de ayudar y cooperar sin avasallar. 4. Luna.- El resultado sería que le costará mantener el equilibrio emocional, pasando por momentos de quietud o serenidad alternados con momentos de agitación y quizás pérdida del control. Los números pueden hacer su aporte en el proceso de interpretación. Veamos.
Juicio.- El número 20 que aparece en el Juicio, se puede reducir a 2 + 0 = 2. El dos es dualidad, lo cual se refleja en el problema “conciencia” versus el opuesto “acción ciega”. Mago.- El número 1 que aparece en el Mago representa la individualidad, el Ego. Debe evitar el egocentrismo, la egolatría, la arrogancia.
157
Emperador.- El número 4 que aparece en el Emperador representa la concreción. El consejo es ser práctico y ganar espacios concretos. Luna.- El número 18 que aparece en la Luna se puede reducir a 1 + 8 = 9. El nueve es el número de la integración universal. El resultado será que logrará integrarse u ordenarse, aunque le tomará tiempo.
Otra alternativa en el marco de la numerología consiste en sumar los números de los cuatro arcanos para obtener un quinto elemento. Así, 20 + 1 + 4 + 18 = 43 => 4 + 3 = 7. El septenario es el número del “salto cualitativo”, de donde se proyecta una esperanza o anuncio alentador para el consultante, es decir, logrará dar un paso en su madurez y autodominio. Ahora vamos a complementar la interpretación de la tirada anterior usando los posibles arquetipos contenidos o inspirados en los arcanos correspondientes. 1. Juicio.- El arquetipo del cambio. El presente del interesado se encuentra dominado por el desafío o imperativo del cambio, de la transformación. La transformación es un proceso que generalmente se inicia en forma oculta o subterránea hasta que la individualidad logra hacerlo consciente o asumirlo en su ejecución. Esto requiere voluntad y pasar de la concienciación intelectiva a la concienciación operativa, material o concreta, haciendo los ejercicios espirituales que correspondan, haciendo realidad las relaciones sociales adecuadas y adoptando claramente una actitud o estilo diferente. 2. Mago.- El arquetipo de totalidad. El interesado debe evitar, por un lado, considerar que su problema es de su totalidad, es decir de su sí mismo, lo cual da paso a considerar que sea mas bien de una parte de su ser, de su Ego. Igualmente, debería evitar considerar que vendrá un agente o potencia externa (amigo, psicoanalista, pariente, etc.) a resolver su situación, lo que induce a recordar la responsabilidad sobre los propios actos. 3. Emperador.- El arquetipo de cuaternidad (orden intelectual). La sugerencia se orienta a que la solución debe ser sometida a un orden, a organizarse u orientarse conscientemente. Para ello hay que racionalizar la solución, es decir, pensarla, analizarla, sintetizarla y declararla. Aunque no se debe dejar de lado las capacidades intuitivas o espontáneas o creativas para hacerla realidad. Ello implica ser activo, asimilador, integrador y abierto a recibir soluciones así como a entregar de sí mismo. 4. Luna.- El arquetipo de anima, suponiendo que el consultante es un varón adulto. A pesar de sus dudas y vacilaciones, en parte creadas por el desconocimiento de sí mismo y que podrían dilatar en el tiempo el resultado, tendrá la sabiduría para inspirarse y dar lugar a una solución creativa, amable, dulce, generosa. Es evidente que la respuesta podría haber sido otra, pues los variados significados atribuidos a cada arcano brindan una amplia gama de combinaciones. Es aquí donde entrarán
158 a conjugarse dos factores: por un lado, la intuición del tarotista para inspirarse y seleccionar lo que tenga más sentido para el consultante y, por otro, la apertura del consultante para –mediante la respuesta- asimilar y reconstruir su realidad espiritual y vislumbrar una tendencia hacia donde dirigir su atención y sus pasos futuros. La receptividad del consultante es el factor clave –aunque pudiera considerarse paradójicopues tanto las figuras de las cartas como las interpretaciones son las que van despertando sus reacciones espontáneas o intuitivas, o sea, agitando los arquetipos de su inconsciente e iluminando con ellos su espíritu con nuevas visiones y alternativas. Para el sentido común o mental, este enfoque resulta paradójico al entender que la interpretación viene desde “fuera” o sea, del tarotista, y no ha asimilado que la verdadera interpretación viene desde “dentro” o sea, del estímulo o acomodo que se produce en el espíritu del consultante, sea en ese instante de consulta o en horas, días o meses posteriores. Complementariamente, el consultante se encontrará en plena libertad de solicitar una profundización en ciertas respuestas, para lo cual se pueden sacar cartas aclaratorias en grupos de tres. Por ejemplo, la persona exige un consejo activo más preciso y obtiene las siguientes cartas:
El lector puede escoger consultando el ANEXO una o dos palabras que sean representativas de cada arcano, por ejemplo, las siguientes: 02 Papisa conexión madurar
05 Sumo Sacerdote perseverar concretar
09 Ermitaño prudencia humildad
Como se ha antes insinuado, puede haber varias respuestas, en este caso, dos: 1. Aprende a conectar contigo misma(o) para perseverar en forma prudente. 2. Madura o protege tus proyectos para concretarlos pero con humildad. Tenga plena confianza que usted puede leer mediante este sistema, el cual conlleva necesariamente una cierta dificultad, la cual consiste en conocer o memorizar los significados de los arcanos, si no todos, al menos algunos.
159
9. YO SOY EL TAROT Ha llegado la ocasión en la cual podemos intentar hacer “realidad” –pues no existe más realidad para la individualidad humana que la realidad virtual- la rotunda afirmación del título de este capítulo: Yo Soy el Tarot. Piénselo. Dígalo. Siéntalo, siéntalo, siéntalo. Sin embargo, no será suficiente sentir. Esta magia abarca procedimientos ordenados y probados, los cuales es indispensable desencadenar, liberar… Veamos. 9.1 Las dimensiones o formas de trabajo con el tarot. El Tarot puede ser enfocado, estudiado y utilizado desde diversas dimensiones o ámbitos de conocimiento. No es posible realizar distinciones tajantes entre esos ámbitos pues nunca se encuentran barreras absolutas tratándose de las mancias y las prácticas espirituales, cosas ambas que son carne de este arte. Sin embargo, podrían agruparse en aquéllas que tienen un enfoque más mental y ésas que tienen en sí una preponderancia gnóstica o mística. Las dimensiones más mentales son la alquimística, la astrológica y la numerológica. Por su parte, la más intuitiva es la dimensión meditativa. Es cierto que el Tarot puede aceptar una dimensión alquimística y otra astrológica, “Si el Tarot posee una dimensión alquimística y otra astrológica, el proceso es inverso para ambas: para la alquimia, el camino iniciático parte de la Tierra y termina con el acceso a las fuerzas cósmicas; para la astrología, se inicia en el Universo y acaba en el hombre y en la Tierra”341.
Las cartas, en especial los arcanos mayores, pueden ser interpretados extrayendo señales referidas al proceso alquímico, realizando analogías que otorguen pistas para los procesos interiores. Esto no constituye una novedad, desde el momento que en páginas anteriores se ha visto las concordancias asombrosas entre la figuración de la auténtica tradición alquímica y el tarot primigenio. El mismo tipo de ejercicio intelectual es posible de realizar en términos astrológicos. Sin embargo, estas utilidades o ejercicios mentales son productos culturales recientes, digamos de los últimos siglos, para nada hay una continuidad de tradición desde los más remotos tiempos. Por lo demás, las vinculaciones que se hacen entre cada arcano y los astros pueden ser las más variadas e, incluso contradictorias, como lo han demostrado investigadores serios que comparten el amor y afición por el Tarot. Obsérvese esta situación en la tabla a continuación342.
341
Ram. 2002, febrero. Revista El Arte del Tarot Nº 51. Artículo “Otras Dimensiones del Tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona. 342 Ram. 2001, diciembre. Revista El Arte del Tarot Nº 44. . Artículo “Tarot y Astrología: Nuevas Teorías”. Ediciones Orbis, Barcelona.
160 Relaciones entre algunos arcanos mayores del tarot y signos astrales343
ARCANO El Loco El Mago La Papisa La Emperatriz El Emperador El Papa El Enamorado El Carro La Justicia
Ninguno Ninguno Luna Venus
Samuel Liddell Mathers (1890) Aire Mercurio Luna Venus
Escorpio Tauro Luna Tierra
Osa Menor Sol Casiopea Virgo
Ninguno Leo Cáncer Géminis
Ninguno Ninguno Tauro Venus
Júpiter
Aries
Júpiter
Hércules
Tauro
Júpiter
Aries Tauro
Tauro Géminis
Mercurio Virgo
Aries Sagitario
Sagitario Virgo
Aries Sagitario
Géminis Cáncer
Cáncer Libra
Sagitario Libra
Osa Mayor Escorpio
Libra Escorpio
Marte Libra
Paul Christian (1863)
Pierre Piobb (1907)
Oswald Wirth (1926)
George Muchery (1927)
Thomas Basilide (1929)
Igualmente, tal como lo vimos en las páginas de nuestro texto, es posible hacer uso de la interpretación numerológica y sacar una enseñanza. El denominador común de las dimensiones alquimística, astrológica y numerológica es el predominio de lo intelectivo en el proceso de interpretación. Hace falta una preparación, un estudio, a veces complejo como en el caso de la astrología, una memorización, en suma, una erudición, una participación del ego que apabulla lo verdaderamente oculto, lo inconsciente y espontáneo. Se puede asimilar este tipo de ámbitos o formas de trabajo con el Tarot a las intervenciones de la medicina alopática occidental, en particular a la participación del psiquiatra respecto del paciente. Se parte de la base que sólo la intervención de un experto, que siempre encontrará las interpretaciones justas y precisas, que se vincula exteriormente y verbalmente al problema, podrá ser de ayuda al paciente o al consultante, dejándose un margen muy estrecho a la intervención del(a) propio(a) interesado(a) en su proceso de sanación o de individuación, cuando no a la ausencia de todo avance respecto de una situación espiritual dada. La dimensión meditativa es esencialmente operativa, apunta a inducir una disminución de lo intelectivo, lo egoico, para dejar paso a lo intuitivo, es decir, a la ligazón con el inconsciente personal o colectivo, e incluso con el inconsciente transpersonal. “…un ejercicio… no sólo para un 344 mejor conocimiento de sí mismo, sino también para modificar distintos aspectos de su vida” . La operación en curso no sería para provocar una atenuación de intranquilidad o de moderación de 343
Ram. 2001, diciembre. Revista El Arte del Tarot Nº 44. Artículo “Tarot y Astrología: Nuevas Teorías.” Editorial Orbis, Barcelona. Reproducción parcial de la tabla. 344 Ram. 2002, febrero. Revista El Arte del Tarot Nº 51. Artículo “Otras Dimensiones del Tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona.
161 síntomas, no, no, sería para potenciar el enfrentamiento con los conflictos, asumirlos y dar el salto en madurez e integración que corresponda, aunque ello implique el corte de relaciones sociales, cambio de trabajo o de residencia, etc. 9.2 El control de lo mental. ¿Es el tarot un arte reservado exclusivamente a quienes se aprenden de memoria los significados que se atribuyen por tradición a cada carta o, muy al contrario, es una habilidad reservada exclusivamente a quienes disponen de poderes o virtudes especiales?. Quizás ni lo uno ni lo otro. Marie Louise Von Franz cuenta en una de sus obras que consultó al reputado quiromántico Spiers. “…le permití que me hablara de mi pasado. Lo describió con toda exactitud. Incluso vio una operación que me habían hecho dos años antes -y no habló de accidente, sino de operación-. Fue sencillamente fantástico.”
345
Interesada en saber el mecanismo o vía por la cual el señor Spiers dominaba su facultad oracular, éste le reveló que cuando una persona iba a consultarle, ya lo sabía todo acerca de ella y que la observación de las líneas de la mano no era sino un medio o catalizador por el cual hacer surgir su conocimiento acerca de la persona. Es decir, se tornaba consciente de lo que ya sabía y que se encontraba en calidad de “conocimiento absoluto del inconsciente”. “El inconsciente sabe cosas,- conoce el pasado y el futuro, sabe cosas de otras 346 personas. ” La facultad del quiromántico holandés cabe dentro de lo que la investigadora austríaca denomina “abaissement du niveau mental”. La mente se encuentra en una posición subordinada o controlada, dejando que se exprese –a través del intermediario- el inconsciente colectivo. Ella lo califica de un estado de conciencia de la misma naturaleza del sueño o del trance. El uso de hojas de té, una bola de cristal, un dibujo caótico como aquellos del test de Rorschach, etc., tendrán los mismos efectos en una persona que disponga de las cualidades mínimas para dejar de estar bajo la influencia de su ego. Esta disposición del espíritu para obtener conocimiento del inconsciente colectivo es similar a aquélla para conseguirlo del yo profundo o sí mismo, digamos mejor del ámbito transpersonal. Un ejemplo notable lo constituye la destreza del maestro de esgrima Miyamoto Musashi (Japón, s. XVII d.n.e). Musashi resultó invencible en los encuentros a muerte que enfrentó desde los 13 años hasta su retiro alrededor de los 30 años. “Cuando cumplí los treinta años y reflexioné sobre mis experiencias, me di cuenta que no había salido victorioso a causa
Este ronin348 ha comprendido que su éxito no se debió solamente al dominio físico o gimnástico o arte marcial en sí, sino que había algo más: del logro consumado de las artes marciales.”347
345
Von Franz, Marie Louise, La Psychologie de la divination. Editions Albin Michel, 1995. Paris. Primera edición 1986. 152 p. Transcripción de un ciclo de conferencias en el Instituto C.G. Jung de Zurich, en otoño de 1969. 346 Ídem. 347 Miyamoto Musashi. El Libro de las Cinco Esferas (1645). 348 Samurai libre o sin amo.
162 “que la mente permanezca inmutable”349 Y agrega: “Cuando se alcanza un principio, uno se desapega del principio; de esta suerte, posee uno una independencia espontánea en la ciencia de las artes marciales y, de forma natural, logra hacer maravillas: discerniendo el ritmo cuando llega el momento, uno golpea sin pensar y
Es decir, se ha acallado el intelecto y conectado con el ser o alma universal, de tal forma que el combatiente no toma conciencia de los resultados de sus golpes hasta que ha finalizado el combate porque el enemigo ha caído mortalmente herido. La relación entre mente y alma la describe de la siguiente forma: “los guerreros las practican… Sin ninguna confusión de espíritu, sin relajarse en ningún logra resultados de forma natural. En esto consiste toda la vía del vacío.”
momento, puliendo la mente y la atención, afilando el ojo que observa y el ojo que ve, uno llega al vacío real como
Nótese la sutil diferencia entre el “ojo que observa” (la atención de la mente) y el “ojo que ve” (el alma que todo lo sabe). Más de alguien podría salirse del tema que tratamos –referido a las relaciones entre conciencia mental y conciencia cósmica o transpersonal- y perderse entre las habituales dualidades o la moral social, preguntándose que tiene que ver la maldad del combate a muerte con todo esto. No, no, el que hemos citado es sólo un ejemplo fundado sobre el control o “abaissement” de la mente para dejar aflorar la inspiración sea del inconsciente colectivo o sea del inconsciente transpersonal, y podría haber sido aplicado a otra actividad humana, pero ha sido casual que me refiriera al arte de la esgrima con katana. Algún otro podrá concluir que el gran Musashi actuaba por instinto, a lo cual podríamos argumentar que sería mas bien por intuición programada, lo cual él lo señala bastante claro, en el sentido de que su éxito se debió a reaccionar en forma opuesta a cómo lo hace la mayoría: “la gente se aparta de la verdadera vía por desviaciones personales de su mente y por el estado en el que no hay oscuridad y las nubes de la confusión han desaparecido.”350
desviaciones individuales de su visión.351”
Efectivamente, hay un inconsciente instintivo y un inconsciente programado. El Zen japonés mantiene el concepto de “Nonato” o “Inconsciente Cósmico”. Esta esfera de la psiquis humana incluye tanto el dominio de los sentidos, los impulsos instintivos básicos o animales y todas las realidades pasadas, presentes y futuras de la especie. El inconsciente individual parece alimentarse o inspirarse de ese trasfondo común, que deviene activo y bullente permanentemente. La individualidad inconsciente se mantiene intocada mientras se es infante o animal. Este estado prístino se interrumpe en la medida que el ser se va acercando a la madurez etárea, formándose un “inconsciente adiestrado”. “Por esta razón, en el caso del espadachín, tan pronto como toma su espada, su destreza técnica, junto con su conciencia de toda la situación, retroceden a un segundo plano y su inconsciente adiestrado empieza a desempeñar su parte al máximo grado. La espada es manejada como si tuviera un alma.352”
Y el Sr. Suzuki agrega: “cuando crecemos, el dominio de
los sentidos es invadido por el entendimiento y se pierde la ingenuidad de la experiencia sensible.353”.
349
Miyamoto Musashi. El Libro de las Cinco Esferas (1645). Ídem. 351 Ídem. 352 Suzuki, D. T. “Budismo Zen y Psicoanálisis”. 1998. CONFERENCIAS SOBRE BUDISMO ZEN. II EL INCONSCIENTE EN EL BUDISMO ZEN. 1ª edición en inglés 1960. FONDO DE CULTURA ECONOMICA. México. 353 Ídem. 350
163 Por eso el Zen invita al individuo maduro a retornar a la ligazón con su inconsciente, para disfrutar de una vida sana, más plena y serena, libre de angustias y “se limpie de esta contaminación afectiva y que se libere de la interferencia intelectual consciente…354” Y he aquí lo que dicha conexión puede lograr: “Cuando el espadachín se enfrenta a su oponente, no debe pensar en el oponente, ni en si mismo ni en los movimientos de la espada de su enemigo. Simplemente debe estar ahí, con su espada, la cual, olvidando toda técnica, esta lista a seguir sólo los dictados del inconsciente. El hombre se ha borrado como “manejador” de la espada. Cuando ataca, no es el hombre sino la espada en manos del inconsciente la que ataca. Hay relatos en los que el hombre mismo no ha cobrado conciencia del hecho que ha abatido al opositor inconscientemente. El funcionamiento del inconsciente es en muchos casos simplemente milagroso.355”
Viendo el asunto no ya en términos de una actividad o arte específico, sino respecto de cualquier actividad humana “Dirían que cuando el hombre es adiestrado hasta alcanzar el más alto grado del arte, no tiene la conciencia relativa ordinaria con la que conoce que está envuelto en la lucha por la vida y la muerte, y que cuando su adiestramiento se pone en practica, su mente es como un espejo en el que se refleja todo pensamiento que pueda haber en la mente del opositor…356”
Otra filosofía oriental, el taoísmo chino –una de las raíces del Zen japonés- comparte el enfoque de volver al origen para realmente ser. Antes de nacer, el individuo es una parte indiferenciada del Tao, no hay forma, ni cuerpo, ni mente, ni sentimiento. El Tao canaliza las energías generadoras del padre y la madre para provocar una ruptura o separación del Tao, la cual se asienta en el vientre materno. En el vientre se desarrolla y se diferencia, hasta que se convierte en una entidad independiente, portadora de tres energías: generativa (CHING), vital (QI) y espiritual (SHEN). En el proceso de crecimiento del individuo las energías se van disipando: CHING se escapa en el deseo sexual, QI se pierde con el desorden de las emociones y SHEN se debilita con el aumento de la actividad mental. Este goteo no es consciente en los individuos comunes, el cual los conduce al envejecimiento y la muerte. Tomando conciencia del proceso y realizando transformaciones internas, es posible recobrar la energía primordial, ser sanos, longevos. Por esta vía, se podrá alcanzar la inmortalidad, que consiste en dejar en libertad al espíritu prístino para que abandone su cáscara y se reúna con el Tao.357 Estas ideas sobre nuestro ser o realidad más profunda, apenas delineadas por la sicología occidental y estudiadas a fondo por la filosofía oriental desde hace milenios, son las que se hacen necesarias para encuadrar nuestro enfoque del Tarot oracular. Para “leer” de manera efectiva, sin tener que recurrir a su memoria mental, usted también tendrá que volver a la “energía primordial”, disminuir su “nivel mental” y “sentir” la información del “Inconsciente
354
Suzuki, D. T. “Budismo Zen y Psicoanálisis”. 1998. CONFERENCIAS SOBRE BUDISMO ZEN. II EL INCONSCIENTE EN EL BUDISMO ZEN. 1ª edición en inglés 1960. FONDO DE CULTURA ECONOMICA. México. 355 Ibídem. 356 Ibídem. 357 Wong, Eva. Introducción a la traducción de “Cultivar la Energía de la Vida”. Tratado del Hui-Ming Ching del maestro Liu Hua-yang. Primera publicación en 1794.
164 Cósmico” o “Inconsciente Transpersonal” o del alma, de tal forma que su espíritu sea ese espejo que refleja toda la información que puede haber en el espíritu del consultante. 9.3
Las formas de trabajo meditativo en el Tarot.
Como todo conocimiento, como todo arte, en la meditación o conexión con sí mismo(a), o con la dimensión inconsciente, se requiere un proceso de aprendizaje para conocer la materia de que se trata, de dominarla y hacerla operativa a voluntad. Acallar la mente no es fácil y es particularmente duro para las personas que han llevado largos años de perfeccionamiento intelectual, que cuentan con un grado de erudición muy elevado. Al contrario, es menos complicado para las personas sencillas, de costumbres simples y ligadas a los procesos de la naturaleza. Igualmente, es requisito importante el conocimiento del significado de los arcanos por tradición, memorizarlo y traerlo a colación ejercicio tras ejercicio, uniendo las cartas como si se tratara de las palabras de un idioma, hasta desplegar frases y oraciones que entrelazan una historia, sea pasada, presente o futura. En resumen, hay que trabajar, trabajar, trabajar, gastar energía y tiempo hasta lograr el producto al cual se aspira. Así como el espadachín se entrena a diario y medita para conectar con el inconsciente y transformar el instinto en inconsciente programado, el tarotista tendrá que entrenarse periódicamente para transformar su intuición espontánea en intuición programada. Las formas de trabajo meditativo con el Tarot contienen un patrón común, o ritual si Ud. quiere, compuesto por la ruptura con el tráfago mundano, el alejamiento mental de la cotidianeidad, buscar un lugar tranquilo, relajar la musculatura, sentirse en sus fragmentos corporales, dejando pasar los pensamientos y las imágenes distractivas. Luego, se focaliza la atención en una carta y, de allí, se pasa a constatar su influjo en nuestras sensaciones, visualizaciones interiores e intuiciones. No todas las formas de trabajo requieren el mismo conocimiento o memorización de significados e, incluso, hay una de ellas que no lo requiere en absoluto. Estas formas de trabajo han sido correctamente definidas y descritas358: a) Contemplación pasiva.- Recomendada para principiantes. Consiste en la observación de un arcano permitiendo que éste ocupe la totalidad de la atención. Se persigue sintonizar con la cualidad esencial que representa el arcano o la fuerza primordial del arquetipo. La obtención de dicha cualidad podría conseguir cambios intensos, “…modificar las actitudes, los estados de ánimo y, 359 en definitiva, la personalidad del individuo” . b) Contemplación activa.- Esta forma de trabajo es la que usan los tarotistas en la atención de sus consultantes para verles el futuro, darles un consejo, ayudarles espiritualmente o, simplemente, “verles la suerte”. El lector
358
Ram. 2002, enero. Revista El Arte del Tarot Nº 46. Artículo “Formas de Trabajo con el tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona. 359 Ídem.
165 intermediario se encuentra relajado, con su mente en un nivel más bajo o acallado, con el fin de permitir la comunión con el consultante a través del inconsciente, o digamos del subconsciente, las capas más superficiales de aquél. Se produce una suerte de triangulación entre “la observación serena y 360 relajada de los arcanos colocados en diversas posiciones de la tirada” , el “conocimiento previo de la correspondencia simbólica de cada uno de los arcanos colocados en las diversas posiciones de la tirada361”
y la captación por el tarotista de “imágenes, sensaciones o símbolos mentales referentes al tema por el que se está preguntando362”. La información obtenida de esta manera puede tener diversos niveles de detalle o profundidad y, en ocasiones, ser enormemente precisa. Por ejemplo, ante la vista de determinados arcanos, una inspiración puede ser “usted enfrenta un serio problema de índole material”, otra puede ser “usted se encuentra turbado porque aún no se resuelve un asunto de herencia” y una tercera puede ser “usted está triste pues un tema económico ha venido a dañar la relación con sus familiares y consiste en que su hermano se opone a que los bienes heredados se repartan en la forma equitativa que determinó su fallecido padre”. Esta es una referencia que se remite a un diagnóstico, pero cuando se trata de eventos futuros, el tarotista “debe tener cuidado de que esta forma de trabajo con el Tarot, siendo un método dirigido, no interfiera en su libre albedrío363”, y yo diría más: no interfiera con el grado de control que el consultante (el propio tarotista o un externo) debe tener de su vida. La sugerencia es que la predicción no sea expresada en términos determinísticos sino mas bien condicionales, con un estilo de “si se hiciera o no se hiciera esto, pasaría o no pasaría tal cosa”. c) Investigación.- “La técnica de investigación consiste en visualizar lo más claramente posible el arcano del Tarot escogido y proyectarnos a su interior a través de la imaginación, para observar los objetos, las gentes, los paisajes y todo cuanto se esconde en ellos364”.
El concepto básico continúa siendo provocar la constelación de un arquetipo a través de los arcanos. “Es algo parecido a viajar a otro país o ciudad y observar y llegar a asimilar cómo se desarrolla la vida cotidiana365”. La técnica es muy similar a aquélla utilizada en la interpretación de los sueños. Por esta razón, deberán analizarse e interpretarse los símbolos que espontáneamente van despertando los arquetipos que se van estimulando ante la visualización de los arcanos. El interesado podrá conseguir datos útiles sobre su situación. “Es recomendable
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Ram. 2002, enero. Revista El Arte del Tarot Nº 46. Artículo “Formas de Trabajo con el tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona. 361 Ídem. 362 Ídem. 363 Ídem. 364 Ídem. 365 Ram. 2002, enero. Revista El Arte del Tarot Nº 46. Artículo “Formas de Trabajo con el tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona.
166 que el iniciado mantenga un diario de trabajo en el que anote cada una de sus incursiones arquetípicas366”.
d) Identificación pasiva.- Las denominadas “identificaciones” comparten el aspecto de “proyectarse” al interior del arcano. La diferencia de la Identificación con la Investigación y la Contemplación radica en que se supera el papel de espectador(a) pasando a identificarse con alguno de los personajes representados en el arcano. Se busca propiciar la conexión del inconsciente personal con el inconsciente colectivo. La potencia de dicha conexión e identificación puede ser tan poderosa que el ejercicio no debe practicarlo quien se encuentre demasiado desequilibrado espiritualmente. Se recomienda realizar un ritual de corte enérgico al final del ejercicio de identificación. e) Identificación activa.- El participante parte del establecimiento de una relación básica como la anterior, la identificación pasiva, con la diferencia que “se visualizará a si mismo en el interior del arcano, actuando como si él fuera en realidad dicho personaje, con todos sus atributos y poderes, y utilizando la cualidad que desea asimilar para modificar una situación de su vida real367”
Esto puede expresarse en forma concreta,
por ejemplo, “si el iniciado tiene dificultad para ejercer el poder y hacerse respetar por sus subordinados en su puesto de trabajo, se proyectará al interior del arcano El Emperador368”. La condición para cerrar adecuadamente una sesión de este tipo es cumplir con un corte neto antes de regresar a la cotidianeidad. f) Meditación pasiva.-Toda meditación es relativa en cuanto a su “pasividad”, sin embargo, usamos este término mas bien para distinguirla de otras formas que se describirán más adelante. El trabajo se inicia en forma similar a las formas de trabajo anteriores, proyectándose espiritualmente en el interior del arcano seleccionado (al azar o programado). Se busca observar inicialmente todo lo que aparezca o sobrevenga, manteniendo serenidad o impasibilidad, sin emitir juicios de valor o dejarse arrastrar por emociones. Es decir, el arcano pasa a ser una justificación o “un ancla” donde focalizar la atención y, “al no prestar apoyo consciente a su apariencia, la meditación provocará que la imagen arquetípica y simbólica del arcano vaya perdiendo sus colores, sus formas, su volumen e incluso sus cualidades. De este modo, seremos capaces de proyectarnos a sus mismos orígenes, trascendiendo cualquier significado pluralista y llevándonos a experimentar la comprensión de que el meditador, el símbolo y el tiempo de la meditación son una sola y única cosa. Así se produce la fusión con el todo y la comprensión última con ese todo, que equivale a lo que los
366
Ram. 2002, enero. Revista El Arte del Tarot Nº 46. Artículo “Formas de Trabajo con el tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona. 367 Ídem. 368 Ídem.
167 místicos llaman “iluminación”369
“. Como se puede observar, claramente se ha propiciado la anulación del intelecto y la conexión con el Self, Uno Mismo, o Inconsciente Cósmico o Inconsciente Transpersonal. A las anteriores, me permito agregar otra forma meditativa adicional, fruto de mi experiencia directa: la Meditación Activa. 9.4 El método de la Meditación Activa. Antes de explicar en detalle en qué consiste la forma de trabajo “Meditación Activa”, es conveniente y es honesto hablar un poco sobre Focusing y el Método de la silla Vacía. El focusing es una vía psicoterapéutica iniciada por Eugenio Gendlin, filósofo y psicólogo estadounidense, enmarcada en la tradición del enfoque humanista y experiencial centrado en la persona, de Carl Rogers (1902-1987). “Cuando una persona vive dolorosamente una situación, puede experimentar un malestar o una incomodidad, lo mismo que inversamente en una situación agradable, se siente bien y cómoda. Se invita a la persona a sentir directamente como vive la situación con su cuerpo, descubrir que género de huellas ha dejado en su cuerpo una situación experimentada. Sirviéndose del cuerpo como referencia, los mensajes de éste enseñarán cualquier 370
cosa nueva .”
El procedimiento concreto consiste en percibir en el cuerpo, dónde es llevado el problema o la situación y cómo es vivida (de allí la necesidad de describir con precisión el “sentido corporal” de esta situación). Enseguida, se trata de ponerse a sentir ese mensaje corporal y “escuchar” lo que tenga que decir: es un proceso de revelación y de emergencia de respuestas y no una interpretación o un análisis del sentido corporal. Las respuestas que vengan bajo forma de ideas, de asociaciones, conectan la persona a lo que ha sido o es importante para ella aprender en esta situación. A partir de aquí se podrá contar con una nueva manera de percibir la situación y una nueva manera de abordarla o de comportarse. El focusing puede utilizarse en tanto tal o puede integrarse con otras vías de cambio espiritual, por ejemplo, el trabajo con los sueños. “El Focusing o terapia experiencial considera importante los sueños porque conllevan vivencias inconscientes en formas de imágenes que, al ser atendidas en su dimensión corporal, mueven al cliente hacia la solución de sus 371
dificultades.
”
369
Ram. 2002, enero. Revista El Arte del Tarot Nº 46. Artículo “Formas de Trabajo con el tarot”. Ediciones Orbis, Barcelona. 370 Tomado de http://fr.wikipedia.org/wiki/Focusing. 371
Ruiz Sánchez, Juan José y Luján Jiménez, José Evaristo. 2001. “Método: Focusing y la silla vacía”. En “Trabajando los Sueños. Interpretaciones en Psicoterapia”. Curso online de Psicología Online y emagister.com
168 Gendlin (1999) estructura el trabajo con los sueños en fases secuenciales. El procedimiento preparatorio induce al paciente a tener una actitud abierta para explorar sus sueños, a tener cariño a sus sueños, buscando en ellos imágenes colaboradoras en la solución de sus dudas o dificultades. Además, se le estimula a sentir las sensaciones que provocan las imágenes en el cuerpo, acompañado de un relato de lo que acontece tanto en el cuerpo como en el sueño. La segunda etapa da espacio al terapeuta para realizar preguntas, de tal manera que la (el) propia(o) interesada(o) se haga su particular interpretación. La tercera etapa se propone usar el sueño como vía potencial de cambio y crecimiento personal. Esta etapa puede disponer de varios caminos: a) Ayuda procedente del sueño reuniendo a los aliados. Las ayudas son imágenes del sueño que hagan que el paciente lo vivencie corporalmente de manera positiva. Si un personaje, situación, o cosa del sueño hace tener esta vivencia corporal, se le propone al cliente que le acompañe a lo largo de su recorrido por el sueño y el manejo del problema. b) Ayuda a partir de elementos o escenas no concordantes con lo que el soñador desea: Cuando en las imágenes del sueño aparecen elementos que actúan de manera contraria a lo deseado por el cliente, y despiertan en él sentimientos negativos, se le pregunta cómo podría ese personaje, animal, situación o cosa constituirse en algo positivo, sano o de ayuda, siempre sin dejar de sentir lo corporal. En el marco de la terapia de sueños descrita, se ha desarrollado un método específico, denominado “diálogo de las dos sillas” o “método de la silla vacía”, el cual se inicia con la rutina básica del focusing. “El terapeuta indica al cliente que cierre los ojos y comience a soñar, a imaginar y recordar sus sueños en el presente de la sesión; cuando termina de imaginarlos le pide que los relate. El terapeuta está atento a los indicadores corporales del cliente en el relato del sueño (tensión, gestos de inquietud o tristeza, etc.). También le pregunta cómo le hace sentir el haber vivido en el sueño aquí y ahora de la 372
sesión, y donde se localiza, corporalmente ese sentimiento en su cuerpo”.
A continuación, el terapeuta estimulará un diálogo interior, entre el interesado y un visitante virtual significativo, emergido del sueño mismo. “Proponer la silla vacía: Se le indica al cliente que parte de su sueño le intriga o inquieta más. Se coloca una silla vacía delante y se le indica que ese elemento está ahí sentado. Animarle a expresar sentimientos o preguntas: Se le indica al cliente qué sentimientos le despierta el personaje representado en la silla vacía y se le anima a expresarle estos sentimientos (p.e, "Qué le dirías"). Si está confuso se le pregunta sobre sus objetivos o deseos al respecto y se le anima a expresarlos a ese elemento. Recoger la respuesta del elemento de la silla vacía: Cuando el cliente ha agotado sus preguntas o expresiones de sentimientos hacia el elemento representado en la silla vacía se le pregunta qué es lo que éste le responde o hace a sus expresiones o preguntas desde esa silla, y cómo le hace sentir esa respuesta, de modo que se continua de manera circular el contacto entre ambas partes, que en realidad son de sí mismo/a.
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Ruiz Sánchez, Juan José y Luján Jiménez, José Evaristo. 2001. “Método: Focusing y la silla vacía”. En “Trabajando los Sueños. Interpretaciones en Psicoterapia”. Curso online de Psicología Online y emagister.com
169 Cerrar el proceso: Se continúa con el proceso anterior hasta que el cliente vivencia algún mensaje o enseñanza importante para él/ella, qué relación tiene con asuntos de su vida, y como podría ayudarle a manejar esa cuestión fuera de la consulta.”
373
La Meditación Activa con el Tarot es solamente una adaptación de la Silla Vacía, utilizable por el tarotista o terapeuta para ayudar al(a) interesado(a) a conseguir esa conexión consigo misma(o), sea con su inconsciente personal, colectivo o transpersonal. Las láminas que contienen los arcanos del Tarot serán una herramienta de inspiración para activar arquetipos, los cuales tomarán una expresión o imagen virtual determinada y podrán, a través de una acogida o invitación, entregar respuestas o señales. El diálogo es absolutamente interior, el sentir o escuchar es propio y la verbalización se mantiene para que el terapeuta tenga al menos algunas indicaciones del relato que comienza a construirse por y dentro del propio consultante. 1. La preparación.- Como todas las sesiones de tarot, se comienza por conseguir un corte con la cotidianeidad. Tanto el tarotista como el consultante deben soltarse, relajarse. Distender su cuerpo y abandonar las fijaciones mentales de sus ocupaciones que les atrapan o les contaminan. Este preámbulo es indispensable, pues se requiere un consultante cooperador, quedando descartadas las personas que traen fijaciones y obsesiones mentales o se presentan en una actitud agresiva, desafiante o autoritaria. 2. El instrumento.- Si se va a usar el tarot de Marsella, separe para usted los arcanos mayores y ponga aparte los arcanos menores. Si va a usar un tarot moderno, por ejemplo el Rider-Waite, puede usar todo el mazo. 3. El procedimiento.a) La tirada. Baraje las cartas según acostumbra, extiéndalas y pida al consultante que selecciones tres cartas, las cuales dispondrá boca abajo. b) Funciones de las cartas. La primera carta tendrá la función de advertir lo que se debe evitar o no corresponde hacer. La segunda carta tendrá la función de entregar un consejo o sugerencia para poner en práctica, o sea, un camino a seguir. La tercera carta, tendrá la función de señalar cuál será el resultado futuro, de forma coherente con las dos recomendaciones anteriores. c) Función de activación. Las imágenes de las cartas, con sus escenas con figuras humanas y animales, paisajes y objetos físicos constituirán elementos de inspiración, para activar lo oculto en nuestro inconsciente, es decir, removerán los arcanos o arquetipos. d) La primera carta. Acción. Se dará vuelta la primera carta y el relajado consultante la observará con atención. Enseguida cerrará sus ojos.
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Ruiz Sánchez, Juan José y Luján Jiménez, José Evaristo. 2001. “Método: Focusing y la silla vacía”. En “Trabajando los Sueños. Interpretaciones en Psicoterapia”. Curso online de Psicología Online y emagister.com
170 Visualización. El guía o tarotista le preguntará con voz suave qué o a quién le hace recordar la primera carta. Si el consultante ha logrado un estado cooperador, expresará cuál es la imagen que se ha presentado. Esa imagen podría ser amistosa, aterradora o indiferente, sea de un ser vivo (padre, madre, león, etc.), un objeto inanimado (casa, castillo, torre, máquina, etc.,) o una entidad extra terrena (dios, diosa, duende, sol, luna, etc.). Invitación. Sea cuál sea la imagen, el guía debe pedir que se la invite a acercarse, amistosa y acogedoramente, ofrecerle acomodarse en una silla o sillón. Diálogo. Logrado esto, comienza un diálogo interior entre la presencia virtual y el consultante. En el primer intercambio, el consultante le hace la pregunta sobre las precauciones o lo que debe evitar sobre el tema que le interesa o agobia. Una vez que la entidad arcana responde, si la respuesta es poco clara o insuficiente, se le podrá formular una segunda pregunta. Esto conseguido, el guía inducirá al consultante a intercambiar papeles. Será la imagen arcana la que pregunta y el consultante responderá. Naturalmente, en el proceso de cooperación será adecuado que el consultante vaya compartiendo con el guía o verbalizando su sentir emocional y corporal y las respuestas conseguidas. Lo esencial será que se logre una sugerencia de lo que debe evitarse o podría constituir una imprudencia. La segunda carta. Acción. Una vez realizada la despedida a la imagen, siempre en forma cariñosa, respetuosa y agradecida, corresponderá pasar a la carta siguiente. Visualización. Se la dará vuelta y el consultante la mirará breve pero intensamente. Cerrará sus ojos como la primera vez. Diálogo. Nuevamente, el guía preguntará qué o a quién le hace recordar. Mejor dicho, qué aparece espontáneamente en su visión interna. Invitación. La nueva aparición será invitada a acercarse, será acogida y tomará asiento cómodamente. Diálogo. Nuevo diálogo interior entre la presencia virtual y el consultante. Esta vez, ¿cuál es la sugerencia de lo que debe hacerse o ser tomado en cuenta?. Lograda la respuesta, se intercambian los papeles. Es la imagen arcana la que pregunta y el consultante responderá. Lo esencial: que se logre una sugerencia para actuar física o espiritualmente y estimular un sentir en medio del intercambio. La tercera carta. Acción y Visualización. Corresponde ahora pasar a la tercera carta. Se la dará vuelta y la interesada(o) la mirará breve pero atentamente. Cerrará los ojos.
e)
f)
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Invitación y diálogo. En esta etapa final, el guía preguntará qué o quien le hace recordar. La aparición espontánea es lo mejor y –si hay entrega y cooperación- la nueva imagen aceptará la invitación a acercarse y tomar asiento para dialogar. El consultante deberá preguntarle cuál será el resultado futuro sobre el tema o problema que interesa.
4. Segunda parte y final.a) Vaticinio y dudas.- Si la sesión ha sido bien llevada, si ha habido una buena conexión, no le quepa duda que habrá una respuesta o vaticinio que aparecerá fluidamente. Si existen dudas, el guía podrá insinuar que se formulen preguntas aclaratorias. b) Regreso al mundo tridimensional.- Para cerrar la sesión, el guía tendrá que hacer “volver” al consultante al mundo de la vigilia consciente. Debe pedirle con tacto y suavidad que se concentre en su respiración, que es necesario despedirse, dar las gracias con profunda intensidad, abrir los ojos y tomar contacto con el entorno. c) Precauciones.- No todos regresan con la misma velocidad. Déle su tiempo a cada uno. Algunos habrán desatado sus emociones en el transcurso de la sesión, habrán llorado o sonreído o experimentado otro estado interior. d) Síntesis.- Para cerrar, haga un breve resumen de las respuestas a cada pregunta. En paralelo al diálogo interior del consultante, el guía o tarotista habrá realizado su propia lectura de las cartas, lo cual le servirá para corroborar el panorama que ha estado en juego así como para complementar elementos que no hayan sido puestos de manera explicita. No olvide darle tiempo al consultante. No son raros los casos en los cuales a algunas personas les resulta difícil reconectar con el mundo mental o de la linealidad e, incluso, caminar, pues se produce una suerte de profunda relajación o sensación de “flotar”. Tengo que subrayar que este método no tiene nada de único ni singular. Como anteriormente se confesó, se trata de una rutina creada por personas serias, psicólogos de la escuela Gestalt, que la aplicaron al análisis o interpretación de sueños y me ha parecido tan potente que decidí probarla en las lecturas de tarot. No podía fallar, pues de acuerdo a lo que hemos estado viendo a lo largo de estas páginas, las respuestas están dentro de cada uno de nosotros. O, si usted quiere, fuera de la individualidad, en un alma o ámbito virtual colectivo. Después que usted haya ensayado y disfrutado con sus consultantes este método, con toda propiedad podrá decir junto conmigo: “Yo Soy el Tarot”, “Tú Eres el Tarot”, “Él Es el Tarot”, “Nosotros Somos el Tarot”. No sólo eso. Si, además, ha hecho suyas las diversas interpretaciones del por qué esa magia, además de afirmarlo podrá entenderlo… o casi. -o-
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ANEXO EL LENGUAJE OCULTO DE LOS ARCANOS MAYORES. [Este anexo es la continuación de la descripción de los símbolos contenidos en los Arcanos Mayores iniciada en el Capítulo 6] A continuación se presentará los significados de los Arcanos Mayores que no fueron considerados en el Capítulo 6, estimados indispensables para un conocimiento completo y memorización del arte del Tarot. Esta descripción no pretende ser exhaustiva sino comprensiva, aunque con el cuidado de no dejar palabras sueltas ni conceptos aislados sin una suficiente explicación. Si alguien de ustedes quisiera enriquecer su bagaje de significados del Tarot, podrá recurrir a los variados manuales que circulan o acceder a la literatura que se ha citado a lo largo de estas páginas. El Ocho en el Tarot: La Justicia La Justicia o número ocho en el Tarot dice relación con la conciencia, con la visión de la realidad -tanto externa como interna- ausente de emotividad o de flaqueza. Muestra sus ojos abiertos para significar la tarea de abrirse al conocimiento descarnado de los hechos para tomar una decisión consciente. Adoptar una resolución es obvio que debe basarse en la visión analítica de los antecedentes recopilados. El resultado de la acción de la conciencia se traduce en aplomo, serenidad y voluntad para aplicar la decisión en forma congruente con las normas que rigen la conducta ética, moral, jurídica, socialmente aceptada u otra. También es un arcano que representa instituciones o ejercicios profesionales basados en el uso del intelecto, de la lógica y de la dialéctica. Concebido el arcano como un modelo individual o personal, conlleva la tarea de entender que la resolución de los problemas no sólo exige mantener un equilibrio interno sino que debe tomar en cuenta los designios de la autoridad. La idea de autoridad no necesariamente alude al ejercicio de un poder profano, sino al peso social que otorga el conocimiento y el respeto de los demás. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: racionalidad equilibrada; capacidad de ver; autoridad; estructura; acción; resolución; visión interior, reflexión; retribución por acción pasada (castigo o premio); juicio (razonamiento, opinión) en hechos objetivos, principios; rigor consigo mismo, estoicismo, austeridad, modestia; hacer justicia, estabilidad. Claves de Fuego: Autoridad: la sinergia que se desprende de la simultaneidad entre la ecuanimidad y el prever, proporcionan al adepto la categoría de autoridad, un prestigio, crédito o legitimidad por su competencia en desplegar una inteligencia que es capaz de
173 proyectarse en el tiempo. No se puede desconocer que sobre la base de la autoridad –o sea el reconocimiento social espontáneo de una capacidad- puede surgir un poder, la potencia de influir en personas y acontecimientos.
Hacer justicia, estabilidad: la aparición del arcano es una llamada de orden, de equilibrio, de poner cada cosa en su sitio, no solamente como orden social sino como orden cósmico. Es una llamada a sintonizar con el orden trascendente, a “ordenarse” con los acordes de la totalidad o del alma, a sentir con ojos invisibles y a sacar una conclusión, una norma de conducta, un comportamiento ético. En el plano de la concreción o de lo social, es una de -y la más importante- de las virtudes cardinales, aquella que “inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o le pertenece” o, también, a dar a cada uno según su mérito. Y éste puede dar señal de recibir un bien o recibir un castigo. Quien pide justicia está exigiendo que se le compense pues ha sido injustamente señalado o perjudicado. El arcano anuncia que es el momento del imperio de la justicia, para uno mismo o para otros.
Claves de Agua: Capacidad de ver: el arcano inspira la visión en un sentido amplio. No se trata solamente de utilizar el órgano de la visión. Es una invitación a usar la percepción tanto con el conjunto de los sentidos como con la inteligencia. Se trata de poner cuidado y atención no sólo con la mente sino, además, tener presente la conciencia de sí. Más aún, es una invitación a prever, advertir los acontecimientos o relaciones futuras considerando lo que sucede en el presente y en el pasado.
Visión interior, reflexión: la dialéctica operativa del binario de intuición y reflexión intelectual se expresará en una forma de concebir las cosas, el mundo, el sí-mismo, pues ver no necesariamente se vincula con mirar, sino con disponer de iluminación o clarividencia espiritual sin necesariamente tener imagen alguna. La justicia ve porque siente fundadamente que dispone de una información irrebatible.
Claves de Aire: Racionalidad equilibrada: si, por una parte, la racionalidad es la capacidad de usar el entendimiento para desarrollar un discurso en forma argumentada y ordenada y, por otra, el equilibrio es la compensación mutua de las fuerzas, la racionalidad equilibrada que inspira este arcano vendría a ser equivalente a la compensación interna de los diversos argumentos o demostraciones en un discurso o, dicho de forma más directa, la ecuanimidad, esto es, la mesura o sensatez tanto en los juicios como en los actos. Es un llamado ético o moral a la consecuencia o concordancia entre un razonar mesurado con una conducta personal y social.
Estructura: el aire severo y formal que se desprende del arcano alude al orden que debe imperar en el actuar humano. Y el actuar obedece a un proceso preliminar basado en el pensar. Las ideas que se sustentan en la racionalidad equilibrada –mencionada
174 anteriormente- son las que atribuyen una distribución y orden lógico tanto a los cuerpos de ideas como a los resultados prácticos u operativos del discurso humano (un diseño de ingeniería, una investigación histórica, una novela, un poema, una norma jurídica, etc.), en suma, una estructura. Quien obra con justicia se puede señalar como estructurado.
Resolución: como se insinuó anteriormente, la mirada limpia y directa de la justicia y su mano sosteniendo un arma blanca denotan el aplomo de quien no tiene nada que temer ni ocultar y su arma metafórica es la verdad o la fuerza de la verdad. La adición de valor y verdad se traducen en resolución, en el ánimo presto de quien ha decidido o ha decretado una acción, de quien tiene una opinión y está dispuesto a sostenerla y defenderla. Quien está resuelto es aquél que sabe distinguir la distancia entre lo que aspira y lo que no le apetece o no le conviene, entre un hecho ético y otro inmoral o amoral.
Juicio (razonamiento, opinión) en hechos objetivos, principios: nos hace recordar la existencia de una de las virtudes cardinales, la prudencia, ligada al uso del entendimiento y la comprensión, a la comparación de ideas y situaciones, para sacar una relación y/o una conclusión. Buen juicio ha detener el juez para emitir un dictamen o nosotros mismos para emitir una opinión o tomar una decisión. El arcano llama a la presencia de una mente o razón sana, distante de la locura, el delirio o la psicopatía. La razón está en su juicio cuando puede distinguir lo verdadero de lo falso y el alma está en su juicio cuando ha intuido lo que está bien, conforme a lo natural, y lo que está mal, conforme a lo opuesto a lo universal o esencia de las cosas.
Rigor consigo mismo, estoicismo, austeridad, modestia: los avances en el plano interno hacia la conciencia de sí y su expresión en el plano externo o conducta social enmarcada en una ética, comienzan por construirse una voluntad y continuar con persistencia, sin detenerse ante las barreras ni las dificultades. El verdadero dominio no consiste en doblegar ni dominar a los demás sino en transformarse en el amo de sí mismo. Esta actitud es la que abre todas las puertas y hace realidad todas las aspiraciones, pues el ser en su individualidad no es más que el reflejo de lo que quiere llegar a ser. Soportar las durezas de la existencia o de las pruebas del trabajo espiritual no se logra sino con un esfuerzo constante y focalizado, actitud que conlleva solidariamente una vida sencilla que torna natural los avances alcanzados, sin hacer alarde de ellos, pues la sola ostentación los destruiría.
Claves de Tierra: Acción: el arcano es acción en tanto constituye un reflejo concreto de una resolución adoptada mediante la racionalidad equilibrada. En tanto no sea un mero diletantismo, una simple afición al pensar y al hablar, la estructuración de un pensamiento deberá expresarse en acción, sea individual, sea social. Es más, puede darse acción al interior de la individualidad humana, como una conducta íntima e intransferible, fruto de una resolución adoptada después de reflexionar.
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Retribución por acción pasada (castigo o premio): hacer justicia ha sido definido por algunos como la acción de retribuir según el mérito, por eso el pasado se expresará en el presente o en el futuro como recompensa bajo la forma de pena o bajo la forma de galardón. La balanza de esta justicia se inclinará de manera favorable o de manera adversa con toda propiedad pues ha tenido los hechos a la vista. Es una justicia inmanente, que no requiere de tribunales formales sino que opera por la simple fuerza de los hechos, los actos, los pensamientos que, en el pasado, abonaron la formulación del presente.
El Nueve en el Tarot: El Ermitaño El Ermitaño o número nueve del Tarot se vincula a la búsqueda interior. Se liga a una pausa respecto del acontecer caótico del mundo profano para sumirse de forma combinada en la reflexión profunda y en la conexión consigo mismo. Es un hacer mediante el no-hacer. El proceso tiende a procurar la calma, la serenidad, lo cual conlleva tiempo y puede demorarse con respecto a los plazos que exige la mente. Estos tiempos se van imponiendo por sí solos y no tiene sentido acelerar la comprensión que vendrá de manera espontánea impulsada desde el alma o del inconsciente hasta el terreno de lo mental o intelectivo. Encontrarse con la sabiduría permite enfrentar en mejores condiciones tanto la vida profana como el propio desarrollo interior y puede ser un punto de apoyo para otros que requirieran un consuelo o un consejo para seguir su propia senda. Es apropiado aceptar o reconocer que en el interior de cada uno reside una sabiduría, aunque no exista de momento conciencia de ello, la cual va a aflorar lentamente y en el momento más imprevisto, lo más probable después de un proceso largo y lento para algunos y más rápido para otros. Esa sabiduría es universal y no es propiedad ni genio particular de nadie en especial, de donde emana el derecho o el deber de compartirla, aunque la experiencia de sentirla sea a veces intransferible. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: sabiduría (búsqueda de); encuentro con lo propio (íntimo); luz, claridad de comprensión; retrospectiva, recapitulación; experiencia; recorrido; prudencia; humildad, cautela, discreción; ligazón ancestral; tantear el futuro; darse cuenta; proactivo; autoguía; individuación; transfiguración, elevación; soledad. Claves de Fuego: Sabiduría (búsqueda de): el arcano marca una etapa en que se hace imperativo llenar un vacío o cumplir con una necesidad de avanzar a un grado de conocimiento más elevado; de alcanzar un grado de saber conocido como gnosis relacionado con lo absoluto y al cual se accede mas bien por intuición o de manera espontánea, para lo cual es conveniente cumplir el requisito de retirarse o abstraerse del mundo profano. No se relaciona con ser docto o estar enterado de información profunda sobre temas del mundo de la
176 concreción. La sabiduría no requiere prisas, es intemporal y no hay que buscarla, vendrá hacia quienes esperen recibirla y no llega de una vez, se va acumulando por etapas en el devenir de la individualidad. Tampoco es un conocimiento específico, es un saber eterno, inmemorial, ligado al espíritu o alma universales. Cuando has alcanzado sabiduría, sabes algo sobre ti o sobre alguien o sobre algo, simplemente porque lo sabes.
Encuentro con lo propio (íntimo): es una oportunidad de cerrar las puertas a todo lo que distrae a la conciencia, sea la mente, sean las emociones y sentimientos, sea lo corporal y los apetitos instintivos, sea la mente con sus ideas e imágenes. Lo íntimo es usted mismo y no los efectos o resultados o manifestaciones de su ser en el mundo dimensional. Usted, o yo, o él, puede meditar, encontrarse consigo mismo. Al menos el observador tendrá la oportunidad de explorar en las dimensiones ocultas, en el verdadero templo o lugar sagrado interior.
Luz, claridad de comprensión: la búsqueda de la sabiduría no necesariamente consiste en pensar. La luz interior o la claridad en el entendimiento pueden surgir espontáneamente, sin relación causal y sin la presión o ansiedad del tiempo lineal, en el momento que sea necesario para uno mismo disponer de esa iluminación interior, del verdadero entendimiento que abre la noción de cualquier concepto.
Individuación: el arcano, cuando se presenta o aparece, anuncia el requerimiento de avanzar en el proceso de individuación, de –en palabras de C. Jung- llegar a ser un individuo, de avanzar en el logro de la peculiaridad más interna, o sea, conseguir la mismación o autorrealización. Es el proceso o desafío de toda la vida, suya, mía, de todos. Jung advierte de no confundir la individuación, que tiene que ver con el acercamiento a Sí-mismo, es decir lo central del inconsciente colectivo o el alma que abarca Uno mismo y todos, con el devenir consciente del Ego. Si así fuese, no se trataría de individuación, sino de egocentrismo o autoerotismo374.
Claves de Agua: Humildad, discreción: existe un llamado a bajar el tono y borrar la ostentación, lograr la conciencia de las propias limitaciones y debilidades y obrar en consecuencia con esta conciencia. Además, el humilde pasa necesariamente a ser discreto, o sea, sensato (pues es prudente como dijimos), disponiendo de tacto para expresarse así como reservado o discreto pues no revelará jamás los secretos que le son confiados. Control de la emoción: Soledad: no se trata de un aislamiento físico o un apartarse de la sociedad humana, sino de un desapego genuino del acontecer diario y de las mezquindades del mundo de la concreción.
374
Jung, Carl. Recuerdos, sueños, pensamientos. Página 381. Seix Barral. Los Tres Mundos. Barcelona. 2005.
177 Claves de Aire: Retrospectiva, recapitulación: el ansia o necesidad de saber incluye un rememorar, una anamnesis, un recordar quien eres y qué sabes, quien eras y qué sabías. No necesariamente es un recuento de tus antecedentes biográficos conocidos. Podría ser al contrario, ir al encuentro de aquéllos elementos ocultos u olvidados por lo traumáticos que fueron en el momento de ser experienciados, luego transformados en cargas o complejos o temores desconocidos y, ahora, reflotados, enfrentados y superados.
Prudencia, cautela: el arcano es un llamado o sugerencia de obrar conforme a la primera de las virtudes cardinales, descritas y denominadas por los sabios desde la más remota antigüedad -Platón, entre otros- como prudencia, fortaleza, templanza y justicia. La prudencia dice relación con el uso de la razón, la sensatez, el buen juicio, el discernimiento. La fortaleza viene de controlar o dominar las emociones. La templanza, de lograr que la conciencia o mente logre anular los deseos o apetencias. La justicia, es un estado holístico dado que de las anteriores se accede a la armonía o acuerdo de cada elemento del espíritu con los otros y quien la comprende puede realmente conseguir las restantes y, gracias a la justicia, mantenerlas todas unidas.
Darse cuenta; proactivo375: El ser consciente puede desplegar una actitud de control de su conducta vital de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas para generar cambios favorables, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias de la vida. Tiene asociado asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer. Es lo opuesto a reactivo. El Ermitaño se mueve por valores, no tiene prisa, no se deja llevar por impulsos, no es arrogante ni insensible. Se dedica o se focaliza en aquellas cosas o personas respecto de las cuales se puede hacer algo, el resto lo aportará la sincronía universal.
Claves de Tierra: Experiencia: se nos entrega la imagen de alguien cargado de años, si bien no decrépito pero con una trayectoria y experiencia a cuestas. El tiempo lineal del mundo de la concreción ha transcurrido inexorable y se nos invita a hacer uso de la experiencia acumulada, a no caer en los mismos errores, los cuales generalmente se traducen en uno solo: el olvido de sí mismo y la pérdida del estado conciencia, caer en el engaño de los sentidos y creer que somos solamente un cuerpo o que nuestra vida es la sola acumulación de los actos de ese cuerpo o que nuestro ser se reduce a nuestro desempeño laboral y familiar, una suma de hechos aislados.
375
Proactividad es un término acuñado por Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió a los campos de concentración nazis, en su libro Man's Search for Meaning (El hombre en busca de sentido, 1946). Tomado de Wikipedia.
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Recorrido: el ser individual ha pasado por varias etapas, gestarse, nacer, integrarse al mundo, tomar decisiones, escoger un camino, analizar hechos y usar una ética. Hay una senda recorrida, un camino de vida. Además, queda una distancia o trecho por recorrer. Tampoco ha sido una trayectoria absolutamente lineal. Para nada. Hay tramos que se han recorrido varias veces y con dolor, con sufrimiento. También con dudas y vacilaciones. Más aún, el camino no es solamente la suma o adición histórica de nuestras acciones profanas sino, más que eso, es el avance en el desarrollo personal o camino de individuación. Por eso es que tiene tanta importancia la mirada hacia atrás como sopesar lo que aún resta por caminar.
Ligazón ancestral: el arcano representa la conexión con lo remoto, lo que se pierde en la noche de los tiempos, en otras palabras, con la tradición. Y tradición significa transmisión de un conocimiento inmemorial o sabiduría. El anciano es una figura que refleja lo antiguo, el saber que se ha recibido por tradición y que se ha heredado de otros que fueron ancianos sabios en su momento. Se abre una ventana hacia lo iniciático, pues el saber tradicional se transmite por la vía del rito secular. La ligazón no es sólo con lo viejo sino, además, con lo primitivo, lo originario, lo instintivo, que como se sabe, se expresa cuando lo mental ha sido apaciguado o marginado y ofrece una solución que está más allá del intelecto, de la lógica, de lo lineal y de lo temporal.
Tantear el futuro: Pasos lentos y prudentes, averiguar con cuidado las cualidades del terreno que se pisará, descubrir las intenciones de un entorno posiblemente hostil, en suma, poder descubrir lo que traerá consigo el tiempo futuro, ¿será venturoso o infausto?, la eterna duda de la individualidad en manos del caos de fuerzas implacables. Sólo hay dos maneras de sortear las incógnitas, la primera, el anuncio de un oráculo; la segunda, que la sabiduría nos otorgue la serenidad para aceptar lo que venga pues nos hemos desprendido de los temores y de los apegos.
Autoguía: disponer de señales en el transcurso de la vida ofrecidas por otros no es menospreciable, al contrario, es útil que alguien pueda brindarnos su enseñanza y darnos pistas sobre como continuar progresando. Sin embargo, ninguna enseñanza, menos una doctrina, pueden sustituir la experiencia directa o ser partícipe directo de circunstancias vívidas. Puede resultar útil que se nos explique en qué consiste meditar pero nada puede reemplazar nuestra propia práctica de la meditación a través de un ejercicio operando en nosotros mismos.
Transfiguración, elevación: La conexión profunda con la sabiduría y sus virtudes asociadas –que hemos descrito en las claves precedentes- podría tener la consecuencia o llevar asociado un cambio de aspecto –no necesariamente concreto sino que los demás le perciben así- por el cual la figura toma una expresión de superioridad divina, de luz brillante o de belleza resplandeciente, que causa el arrobamiento y admiración de quienes la perciben.
179 El Once en el Tarot: La Fuerza El arcano La Fuerza o número once está ligado a la energía interior, la cual puede trasmutarse y expresarse hacia el entorno de manera dirigida. La entidad humana dispone de energías ligadas a lo corporal y lo sensual las cuales imponen la tarea de dominarlas y controlarlas para encaminarlas hacia un fin. Para asumirlo, la individualidad puede usar su voluntad y apuntar a metas, objetivos o resultados. El proceso, dadas las contradicciones de la personalidad, puede resultar difícil, pues hay tendencias, costumbres, vicios y apetencias que vienen operando desde antes. Se dice que la tarea adosada es “Reconocer las contradicciones propias y romper la inercia”376, lo cual se sintetiza en la frase “Yo reconozco y acepto las fuerzas que residen en mí”377 y, dado que la solución de las contradicciones facilita disfrutar de la existencia, se agrega: “Yo gozo la vida al máximo”378. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: doble naturaleza, dualidad; contradicción; persuasión–represión; transmutación; emoción– materialidad; sentimientos encontrados; amor y sexualidad, ternura y pasión simultáneas; flujo económico. Claves de Fuego: Transmutación: Se considera transmutar el hecho de convertir algo en otra cosa, lo cual nos retrotrae inmediatamente a los procesos alquímicos. Dijimos antes que la alquimia persigue la transmutación de los metales imperfectos o el ser humano imperfecto en metales o personalidades más cercanas a la perfección. Al parecer, la figura es una adaptación de una de las láminas (la XI más precisamente) de Basilio Valentino, la cual, expresa efectivamente una transmutación, de un compuesto amorfo a un estado más avanzado o perfecto, en un ordenamiento cristalino. La analogía es obvia con la alquimia mística: de un estado espiritual amorfo (difuso, deprimido, dubitativo, natural) se puede pasar mediante el proceso de individuación a un estado espiritual cristalino (estructurado, radiante, decidido, controlado).
Dominio, voluntad: clave representada por el león domado.
Claves de Agua: Emoción – materialidad: un binario adicional se ampara bajo este arcano. La emoción se liga con las alteraciones intensas del ánimo o del espíritu, sean agradables o penosas, y va acompañada de una sensación o conmoción física o del cuerpo. La emoción es interna y sutil. Por el contrario, la materialidad se refiere a las cosas, a los objetos del mundo tridimensional que se captan a través de los sentidos. Además, se entiende como 376
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 377 Ídem. 378 Ídem.
180 materialidad a la realización o interpretación de los hechos en forma desligada de una ética, de una emoción o de un sentimiento. La materialidad es amoral y no conmueve a lo interno. La madurez o individuación va logrando cada vez más una independencia de las emociones aunque se mantiene el marco de respeto a la ética y las emociones de otros.
Sentimientos encontrados: una nueva forma de expresarse del binario, bajo la forma de los estados de ánimo afectivos que se alternan o conviven siendo sentires opuestos, llegando a provocar un retorcimiento interior, del cual se puede salir cuando se ha enfrentado al arquetipo, se le ha reconocido y se ha adoptado un camino más alejado de lo sentimental o se ha dejado prevalecer claramente uno de los sentimientos que luchaban interiormente.
Claves de Aire: Doble naturaleza, dualidad: La concepción binaria de las cosas y del mundo que despliega el ser humano (el ego-mente) ni siquiera escapa al enfoque de sí mismo, pues se reconoce la existencia de dos caracteres o fenómenos dentro de la individualidad: un lado masculino, intelectivo, activo, agresivo y emprendedor que mantiene relación dialéctica con un lado femenino, intuitivo, pasivo, acogedor y productivo. Dicho en palabras de la química: un aspecto cristalino, estructurado y rígido por contraposición a un aspecto amorfo, difuso y adaptativo.
Contradicción: la dualidad dispone de una relación activa entre los opuestos, los cuales tienden a dominarse mutuamente, a contradecirse o destruirse. Incluso el entorno social, en el cual predominan los esquemas y los prejuicios, tiende a impulsarlos para que se exprese marcadamente sólo uno de ellos, con perjuicio para la totalidad y en detrimento de la armonía de la personalidad.
Persuasión–represión: esta dualidad adicional dice relación con lo mental o con el intelecto. La persuasión tiene que ver con el convencimiento o autoconvencimiento de la certeza o validez de algo, en forma paulatina o fluida. La represión, por el contrario, tiene que ver con un fenómeno mental que implica un corte abrupto, relegando al inconsciente una situación, impulso o idea que se considera inaceptable expresarla a través de una conducta. En su aspecto positivo y amigable, el arcano representa la adaptación a través del entendimiento. En su aspecto negativo y avasallador, representa el freno a un impulso ético o no ético mediante la voluntad.
Claves de Tierra: Amor y sexualidad, ternura y pasión simultáneas: el arcano es un símbolo de pasión, un indicador de sexualidad. Cuando se ha asumido o comprendido el arquetipo que actúa existiría una entrega al amor con madurez y control, disfrutando plenamente de la relación. Si no fuese así, existiría un dejarse avasallar sea por la pasión descontrolada o sea por la confusión que mantiene disperso(a) sin permitir que haya una expresión o una
181 canalización de la libido. El arte de aceptar la ternura y la pasión en forma simultánea es un indicio de madurez amorosa.
Flujo económico: Así como hay un flujo erótico de ternura y pasión o de ingreso y salida de energía sexual, también el arcano puede ser expresión de un flujo de entrada y salida de recursos económicos. Los ingresos entran y, simultáneamente, los egresos salen. Habría un aceptable pasar, no sobra, no falta, hay salidas, hay gastos.
El Doce en el Tarot: El Colgado La entidad humana no se desenvuelve en una vida meramente lineal. Las contradicciones y las crisis son más frecuentes de lo que se acepta. En diversos momentos del vivir se hace imperioso disponer un corte, mirar hacia el pasado, someterlo a crítica o evaluación, lo cual entregará una visión diferente del presente y del futuro. La crisis propia tendrá, a su vez, un efecto en el mundo que le rodea, en especial si va acompañada con una ruptura de costumbres y relaciones. Se trata de vivencias profundas y dolorosas. Se considera como una tarea que se expresa en”Ser capaz de conectarse con el pasado, tener una mirada distinta, presentarse diferente de los demás, ser capaz de someter a crisis el entorno (aunque implique sacrificio). Ponerse en el lugar del otro, hacer algo en forma consciente (de sus consecuencias)”379. En atención a que se considera que la situación biográfica o la historia personal no es más que un reflejo de la actividad de las fuerzas macrocósmicas se sintetiza con la frase “Acepto la voluntad de lo divino en mi vida, la que se revela paso a paso”380. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: fin y comienzo; otro punto de vista; mira distinto y lo ven distinto (no le importa); detenerse, espera, paciencia; retrospectiva, recuento; procesos; control mental (imaginación y razonamiento); meditación; relación con la madre, en especial, su pasado relacionado con la madre; situaciones pendientes. Claves de Fuego: Mira distinto y lo ven distinto (no le importa): así como la visión de El Colgado es diferente al resto, en esa misma medida él es percibido distinto por quienes le rodean. Sin embargo, el ser diferente le otorga adicionalmente la ventaja de mostrarse y expresarse con una libertad muy superior a la corriente, disponer de un aplomo y una valentía naturales, lo cual favorece que sea consciente de su excentricidad y no importarle que le observen como alguien raro y único en relación al grupo. Sus
379
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 380 Ídem.
182 pensamientos y opiniones son chocantes, se siente chocante y le tiene sin cuidado ser chocante.
Iniciación; procesos: Caer bajo la acción de El Colgado –o mejor dicho de los arquetipos que representa- implica una suerte de movimiento, de ir hacia delante. Significa que el adepto debe abrirse a pasar por las fases o etapas sucesivas de un acontecer que se encuentra formateado o en cierta forma determinado. No se debe retroceder ante el sufrimiento de experimentar las situaciones implicadas, no, no, pues el tiempo que tomará se hará aún más largo o más lento. Ir junto con el proceso hará en usted que la sensación de alivio y de plenitud final sea aún más bienhechora.
Meditación: La fase de control mental del proceso es la que le coloca a usted en el umbral de la meditación. He aquí la gran oportunidad de conectar consigo misma(o). Las fases que vienen serán algo más complejas, pues habrá que mantener dominado no sólo la mente sino, además, sus emociones, alejando el temor o la ansiedad; controlar su respiración, dejándola en la velocidad o intensidad adecuadas para el tipo de meditación que se quiere conseguir. Además, adicionemos a lo anterior el dominio de lo corporal, pues su masa física tendrá que encontrarse relajada, sin dolores ni contracciones que puedan causar la distracción que la mente está en acecho para introducir y hacerle eludir su acercamiento a ese vasto océano que es el inconsciente. Digamos, mejor, su verdadero universo espiritual. Allí, según el grado de entrenamiento que disponga podrá conectar tanto como con su inconsciente personal en sus aspectos biográfico y perinatal, como lanzarse en una experiencia holística o de conexión universal.
Claves de Agua: Detenerse, espera, paciencia: para poder atender el llamado del arquetipo es indispensable frenar y detener lo que se ha venido haciendo. Habrá que esperar hasta que se logre hacer luz y, pudiendo el proceso tomar su tiempo, armarse de la sagrada y necesaria paciencia, hasta que se logre conectar con esa luz, esto es, la comprensión, el entendimiento, la intuición.
Espíritu de sacrificio: heroicidad en aras del bien común; sublimación de sentimientos, amor, entrega desinteresada, sensibilidad. Temperamento artístico.
Cosmicidad: el arcano trae la impronta del Árbol de la Vida, es decir, una imagen arquetípica del cosmos y del Sí Mismo. Morir en el Árbol es reunificarse con su origen, renacer a una nueva vida, una suerte de expiación.
Claves Aire: Fin y comienzo: el arcano es símbolo de la dualidad existente entre el término de un proceso y el principio de otro proceso o el fin de una etapa y el inicio de otra etapa diferente dentro del mismo proceso. Enfrentar la presencia del arquetipo implícito puede ser vivido con doloroso retorcimiento interior, pero la comprensión de lo pasado
183 asociada a la conciencia de que se inicia algo nuevo pero vivificador finalizaría en una sensación de plenitud, un bienestar físico y espiritual incomparables, una lucidez y frescura que tendrán efectos no sólo espiritualmente, sino que se expresarán en las actitudes, modos y decires de la persona nueva o renacida.
Otro punto de vista: la escena es ostensible, colgar cabeza abajo es símbolo de una forma de ver las cosas en forma totalmente opuesta a lo habitual. La tarea es pues atreverse a situarse desde el punto de vista de otros o, además, ponerse en un plano o dimensión diferente para considerar los problemas, las situaciones, los desafíos. Como siempre, este concepto o, mejor dicho, esta actitud se aplicaría en forma binaria, tanto al exterior de la individualidad como a su vida interior o psiquismo.
Retrospectiva, recuento: el logro de detenerse para abrir paso a la comprensión, y la paciente espera del entendimiento, bien podría no ser una situación pasiva, al contrario, se abrirá la mirada retrospectiva. ¿Cómo se ha desarrollado una vida, una experiencia, una relación?. ¿Cuáles fueron los hitos cronológicos o los eventos temporales de esa experiencia y cuáles fueron los reflejos o señales, las marcas en el espíritu, en la personalidad, cuáles las consecuencias materiales? ¿Quedé no sólo dolida, sola, sino además empobrecida materialmente?. O sea, la mirada hacia atrás ha obligado a volver a contar o pormenorizar el conjunto de situaciones vividas y, sobre todo, sentidas, que dejaron huellas no sólo en el espíritu, en la mente y la personalidad, sino simultáneamente en nuestro cuerpo. ¿Por qué llegamos a desplazarnos encogidos o encorvados?, ¿por qué se mueve convulsivamente una extremidad y se rechinan inconsciente e incontroladamente nuestros dientes?.
Control mental (imaginación y razonamiento): El proceso tiene como fase o etapa inicial la capacidad del adepto de dominar su mente o las funciones de pensamiento, de tal manera que las ideas, imágenes u obsesiones sean mantenidas al margen. La(el) interesada(o) tendrá que mantenerse al mando, focalizando su atención tanto en la conciencia de sí como en tener al frente solamente los temas relacionados con el proceso que se ha iniciado, de tal forma de impedir a la mente que se entusiasme con la irresponsabilidad de eludir lo que deba enfrentar. No se trata de desechar la imaginación o la ensoñación, no, no, pero ésta debe ser consciente, guiada, dejando paso al sistema de razonamiento de manera encuadrada en el problema, la contradicción o el trauma que tanto tiempo ha debido esperar por la superación.
Claves de Tierra: Relación con la madre, en especial, su pasado relacionado con la madre: el arcano de por sí está relacionado con el pasado, con los aspectos biográficos del ser. Además, su número, el doce, expresado como las cifras 12, es reductible como 1 + 2 = 3, número ligado al arcano La Emperatriz, símbolo de la maternidad. La relación con la madre es esencial en los seres humanos, independientemente de su sexo. Esta relación comienza desde la gestación y todos experimentan un grave trauma espiritual cuando se rompe la
184 relación física en los procesos perinatales. El desafío es enfrentarse a las cargas y complejos derivados del parto o de la presencia o ausencia de la madre y poder superarlos para transformarse en alguien más libre, progresando en su avance hacia la individuación.
Situaciones pendientes: Es cierto que tanto las etapas de control de lo mental como de meditación son propias del mensaje de este arcano. Aunque el camino hacia el inconsciente u otra forma de conciencia no mental sea el premio a sus esfuerzos, no se debe permitir que no sean enfrentados aquellos temas o contradicciones que se encuentran pendientes en su vida personal, que es lo mismo que decir su vida espiritual o su ser anímico, su historia de vida. El Colgado es una oportunidad de encontrar solución a aquello que en su momento debió darse por cerrado o terminado pero que no ha logrado cicatrizar.
El Trece en el Tarot: Arcano Sin Nombre El arcano Sin Nombre o número trece dice relación con el proceso de cambio o renovación interior. Señala un avance en el proceso de individuación. No debería interpretarse como que el cambio se ha perfilado o expresado en forma tangible en lo exterior. No. Se trata de la toma de conciencia de que es necesario un cambio y del sentido o dirección que éste debería tener. Es una pequeña iluminación en el sendero de la vida. Tampoco tiene ninguna relación con el proceso de desencarnarse. No. Se trata de morir el que actualmente se es para dar nacimiento a alguien espiritualmente diferente, más cercano a sí mismo, más cercano a su alma. Hay, además, un soplo vivificador de limpieza de cargas y de trampas inmovilizadoras. Por todo esto, se le concibe como portador de la tarea de”gestar, asumir y conducir el propio cambio (morir al pasado para vivir el futuro)”381. La frase que sintetiza este pensamiento es “Muero para alcanzar la nueva vida”382. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: término, fin de etapa; dolor, miedo al dolor, luto por la pérdida; cambio, transmutación; renacer, inicio; regeneración; disolución, inmortalidad; conciencia de cambio interior; asumir y gestar el propio cambio; caída de lo antiguo (roles, prejuicios, jerarquías); limpieza, erradicación de lo viejo; nuevas posibilidades; cambio por decisión propia.
381
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 382 Ídem.
185
Claves de Fuego: Cambio, transmutación. Este tema fue antes abordado en el arcano La Fuerza. Sin embargo, conviene distinguir algo sutil. El arcano Sin Nombre representa una comprensión o conciencia del cambio, así como de su necesidad y la determinación de romper con lo actual y renacer. La Fuerza representaría las operaciones concretas de la transmutación. En el arquetipo de La Muerte se estará tomando la decisión de convertirse en alguien diferente –al menos en el ámbito de un aspecto o trauma vital- y quizás tan distinto que podría ser su contrario. Cambiar es también intercambiar, es decir, hay un elemento de valor en el concepto, lo cual indica que la modificación de estado y la nueva etapa se consideran valiosos.
Nuevas posibilidades: Enfrentada(o) a La Muerte, la individualidad hallará la ocasión para identificar y desplegar algo nuevo: una aptitud, una visión de sí y del mundo, una libertad, una relación, una actividad, un trabajo, un espacio o lugar, un techo, un hogar.
Claves de Agua: Dolor, miedo al dolor, luto por la pérdida: La individualidad mantiene una capacidad adaptativa que va formando un apego a lo que se ha vivido, aunque esto sea dañino o traumático para sí mismo. El ánimo se perturba ante la expectativa de modificar la situación actual pues se percibe un daño aún peor en lo que se avecina, se siente como amigo al mal presente y como enemigo a un futuro presuntamente aún peor. La individualidad tendrá que aceptar el proceso de cambio, vencer sus recelos de que le suceda algo contrario a lo que aspira. Y aceptar los riesgos. Se estaría generando una aflicción o luto por la pérdida de la situación presente, casi como una demostración de obediencia a lo actual evitando así un nuevo castigo. La superación del miedo –es decir de un complejo interior, no de algo que venga de afuera- es lo mismo que atreverse a dejar lo viejo y enfrentar lo nuevo.
Limpieza, erradicación de lo viejo: Los procesos de cambio y renacimiento son también interpretados como una eliminación de las impurezas, de la polución o contaminación a la cual se habría sometido a la mente y el espíritu, alejándolos de una relación fluida con el alma. Como resultado del proceso de limpieza, pasará a considerarse superfluo o inútil todo lo que le encerraba y le mantenía alienada(o) de sí misma(o). Ahora en adelante pasará a sentir una imagen y un estado anímico libre, neto, ético, consecuente. Además, estamos hablando de un cambio profundo: los antiguos apegos y conductas son erradicadas, o sea, arrancadas de raíz.
Claves de Aire: Conciencia de cambio interior: Bajo la influencia de este arcano el adepto tiene la oportunidad de reconocerse e identificar las modificaciones que se van produciendo respecto de la situación que se ha tomado como punto o imagen de referencia. Nadie puede sustituir a la individualidad en el proceso e instancias operativas de esta actividad
186 espiritual, nadie, recuérdelo, ni las lecturas de textos, ni los consejos de amigos y terapeutas. En esta instancia se encontrará usted sola(o) enfrentada a sí misma(o). Evidentemente, el hecho de que la conciencia se focalice sobre y en sí no hay que interpretarlo como un acto de soledad, pues la verdadera conciencia siempre lleva aparejado la referencia y consideración de un entorno cuya dimensión será variable según el tema, ambiente, esfera o nivel de que se trate.
Asumir y gestar el propio cambio: La explicación de este aspecto sería casi redundante, en atención a que antes no sólo hemos comentado el cambio y la transmutación sino también el carácter operativo y por sí propio de la función, actividades y fases del proceso.
Cambio por decisión propia: Hemos dejado al final esta idea para abrochar el tema del cambio. Es indispensable subrayar que está involucrada una decisión y que esa decisión es intransferible, es absolutamente interior y personal.
Caída de lo antiguo (roles, prejuicios, jerarquías): La caída inspira diversas interpretaciones sobre los arquetipos que se encuentran en juego. Por una parte, corresponde al hundimiento o abandono de actitudes, apegos y conductas para ser substituidos por otros más vitales e integradores. Por otra, la caída es sinónimo de muerte, de fallecimiento de una parte de usted que, por carecer ya del valor que se le otorgaba, va camino de ser desechada para siempre.
Claves de Tierra: Término, fin de etapa: El arcano simboliza un límite. La duración de alguna etapa en algún aspecto de su vida ha llegado al fin de su existencia. A contar desde este punto habrá de iniciarse otra etapa o la primera fase de un nuevo proceso. La etapa puede estar relacionada con las más variadas situaciones, las cuales son tareas pendientes en el proceso de individuación, como poner fin a una relación conflictiva (culpa, ofensa, etc.) con alguno de los padres, el término de la aceptación del sometimiento a una pareja avasalladora o cruel, el cierre de un comportamiento ausente respecto de un hijo o hija, etc., etc.
Renacer, inicio: El arcano contiene un concepto potente y bello, la posibilidad de que se repita -en términos virtuales- un acto maravilloso y simultáneamente doloroso como es nacer. El arquetipo que representaría el arcano tiene que ver con la reproducción de salir del vientre materno en cualquiera de sus diferentes etapas (placidez del amnios, bajada y encaje del feto, tránsito por la vagina y contacto final con el fluido aire). Corresponde a salir de una situación considerada como una jaula o encierro y aparecer en otra situación considerada como una liberación. Es dejar atrás una oscuridad o incomprensión y empezar a vislumbrar una luz, horizonte o señal esperanzadora. Es cortar con una situación de abatimiento moral para iniciar otra de mayor autoestima. Es
187 brotar emocionalmente desde la pena y el sufrimiento hacia la alegría y el gozo espiritual.
Regeneración: Es muy similar o paralelo al renacer, mas bien como la fase de construcción de lo nuevo. Digamos mejor la fase de reconstrucción del ser, dejando atrás las partes dañadas y sustituyéndolas por otras nuevas o rejuvenecidas.
Disolución, inmortalidad: “Los seres vivos no mueren, hijo mío, sino que, siendo cuerpos compuestos, se disuelven, y esta disolución no es una muerte, sino la disolución de una mezcla. La disolución no es una destrucción, sino una renovación. ¿Qué es de hecho la energía de la vida? ¿Acaso no es movimiento? ¿Qué hay en este mundo que sea inmóvil?. Nada…”383
Pérdidas: pesimismo (pérdida del optimismo), Pasividad (pérdida de la iniciativa), Cambios negativos (pérdida de la adaptación).
El Catorce en el Tarot: La Templanza El arcano La Templanza o número catorce acostumbra a vincularse al tema de la armonía, entendida ésta como una combinación perfecta o adecuada de los elementos constituyentes, sea de la personalidad, sea del entorno o sea de la personalidad con el entorno. No debería confundirse con el mero equilibrio, considerado como la fijación momentánea en la adecuada proporción en cierto punto o nivel. La armonía es una feliz combinación que trasunta actividad y movimiento y se aleja de la fijación que normalmente busca la mente, acuciada por el temor y la ansiedad. Como todos los arcanos, la tarea que sugiere no está exenta de dificultades, pues la armonía, para ser cercana al ideal debería tramarse internamente, expresarse como serena alegría y proyectarse después sobre el entorno. Equivocado sería pretender conseguir armonía o paz en el exterior o mundo profano como condición de la tranquilidad interior, pues podría conducir al engaño y a la apariencia. Temperar o templar se relaciona con proporcionar a algo la temperatura adecuada para que funcione armónicamente, de manera amigable. Lo primero a ser dominado o calmado debería ser las emociones, luego los pensamientos o productos de la mente. Conseguido esto, la paz interior se expresaría entonces como serenidad y aplomo hacia el exterior, más aún, se podría traducir como simpatía, comunicación, amistad, solidaridad, cooperación, alegría. En suma, la presencia entre los profanos de un ser angélico, portador de la paz divina. Por todo esto, es que se entiende como tarea “Conseguir la armonía interior y la armonía perfecta; sostener lo que a otros parece imposible y combinar adecuadamente”384 y la frase que lo
383
Hermes Trismegisto. Corpus Hermeticum. Tratado XII. Hermes Trismegisto a Tat sobre el intelecto común. Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 384
188 resume sería “Soy capaz de lograr un equilibrio real y no me importa que nadie me entienda”385. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: armonía; tolerancia; dejar que fluya; claridad síquica; caridad. Claves de Fuego:
Armonía, combinación de contrarios: el desafío del arcano envuelve la tarea de buscar la correspondencia entre diferentes aspectos o estructuras del sí mismo, del espíritu o de la personalidad en una proporción que entregue serenidad y disfrute a la individualidad, un estado que tenga como producto adicional la sensación de placidez y alegría. Se podría expresar también como el encuentro con un arquetipo en un punto de equilibrio activo. Al expresarse aquél finalmente de manera consciente, se habría logrado un acorde entre las pulsiones del inconsciente y la estabilidad del ego. En páginas anteriores, ya nos habíamos referido a este arcano, señalando precisamente que estaba relacionado con un proceso de búsqueda de armonía. Dijimos que siendo la armonía una de las virtudes cardinales, consiste en “moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón”. Se busca que se exprese la capacidad de moderación y, al mismo tiempo, una capacidad de dar una señal externa de esa moderación o temple. Además, advertimos un peligro o trampa: el peligro de templar sólo en lo externo, de impulsar la convivencia alegre, ignorando el temple interior, residiría en mantener una vida doble o paralela. Llevarse bien con los vecinos, en el trabajo, desplegar cierto liderazgo y respeto, no sería suficiente. Numerosos ejemplos de personas agradables y leales, enfermas de cáncer y otras dolencias psicosomáticas, hablan a las claras de ignorar los llamados a reconocer la falta de resolución a un conflicto interior. De allí que el temple, es decir, “la fortaleza enérgica y valentía serena para afrontar las dificultades y los riesgos” debería mas bien ser un reflejo de la armonía interior y no un mero barniz de la personalidad.
Dejar que fluya: La invitación del arcano es a permitir que los procesos espirituales que conduzcan a la armonía se expresen y desarrollen de manera fácil, como si fuese una corriente o movimiento sutil entre dos puntos con diferente potencial, tal como se desplaza el agua desde lo mojado hacia lo seco o la electricidad desde un punto con elevada carga hacia otro con carga menor. No le quepa duda que la mente intentará una y otra vez de colocar obstáculos, no sólo a que Ud. pueda comprender el significado de sus pulsiones internas sino a infundirle pesimismo y justificaciones para que se mantenga la situación actual inarmónica.
385
Ídem.
189 Claves de Agua: Caridad: La búsqueda de la armonía interior tendrá una expresión hacia el entorno, una intención consciente de expresar solidaridad, un querer y hacer caridad, es decir, hacer el bien por el bien mismo, ayudar a otros independientemente de nuestros estados emotivos o sentimientos. Claves de Aire: Tolerancia: la búsqueda de la armonía se encuentra indudablemente ligada al respeto sea a las ideas, sea a las creencias o sean las prácticas de las demás personas o grupos sociales, aunque ellas correspondan a visiones diferentes o muy contrarias a las propias. Como muchos otros valores, puede expresarse en diferentes planos. Uno de ellos es lo social-político, en el cual su contrario, la intolerancia, normalmente viene al alero del poder político o religioso. Otro, es el plano interior o de la individualidad, en el cual la intolerancia tiene oportunidades de expresarse tanto de forma abierta mediante la censura, acoso y agresión, como de manera soterrada, mediante la creación de un vacío o ausencia de comunicación con el opuesto no tolerado. Usted puede fácilmente medir su grado de tolerancia al tomar conciencia de sus reacciones espontáneas de tipo emocional frente a las manifestaciones de esas ideas, creencias o prácticas diferentes de las propias. Si ellas lo ponen fuera de sí, no le quepa duda que usted se mantiene intolerante. Si usted trama complots, trampas y argucias contra otros sin enfrentarlos abiertamente mediante el diálogo, no le quepa duda de lo mismo. La comunicación es un elemento básico para abrir paso a la tolerancia.
Claridad síquica: El arcano es asociado a la oportunidad de conseguir iluminación espiritual o, expresado de otra forma, un estado que arroja luz sobre la mente o Ego, debido a la conexión lograda con el alma, lo inconsciente o lo transpersonal.
Claves de Tierra: Inspiración artística:
El Quince en el Tarot: El Diablo El arcano El Diablo o número quince dice relación con el contacto apropiado con la parte oscura de la individualidad, las pasiones, ansiedades, culpas, temores, traumas y otros que se encuentran entramados en el sí mismo o sombra del inconsciente personal. Abarca el desafío de enfrentar esas cargas y cadenas que pudiesen impedir el libre desarrollo o individuación del ser, encerrándole en un mundo culposo, de temor y esclavitud a los condicionantes materiales, corpóreos y mentales de la personalidad. Sin embargo, esto para nada significa que nuestros espíritus estén obligados a debatirse en medio de la oscuridad y la mezquindad ética. Al contrario, señala la obligación de asumirse tanto con sus grandezas como con sus debilidades y disfrutar de la existencia en
190 forma plena y alegre. Por tanto, en resumen, el desafío sería “conocer y asumir nuestras limitaciones (miedos, obsesiones, culpas)”386 y la frase apropiada “Enfrento mis temores y gozo de la vida al máximo”387. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: rebeldía; aspectos ocultos y/o reprimidos, fuerzas ocultas (sexualidad, ansias de poder, entusiasmo desatado); unión con la mente, conocerse a sí mismo, integración con la sombra; obsesiones, miedos, deseos; atracción, aversión animal o primitiva; autodestrucción; inseguridad, incapacidad; culpas; ataduras mundanas o encadenamientos; obstáculos; oscuridad. Claves de Fuego: Rebeldía: el arcano sugiere una conducta diferente de los cánones establecidos socialmente, una cierta suficiencia que se expresa en el goce de la sensualidad a pesar de la censura o la represión impuesta desde niña(o). Al asumir y hacerse parte en forma positiva de esos contenidos, hay una resistencia a lo establecido, un rechazo de la obediencia, una rebeldía a lo estatuido por la moral o la religión.
Oscuridad: el hecho de que el arquetipo representado se denomine sombra(s) denota lo umbrío, la falta de luz o conocimiento sea en la mente o en el espíritu, la falta de conexión madura con el alma, la dificultad para interpretar las causas de las propias conductas, las cuales son consideradas como un destino trazado previamente, sin entender que tiene un mero carácter kármico, o sea, auto construido.
Claves de Agua: Obsesiones, miedos, deseos: Diversos son los estados de ánimo que se pueden experimentar estando en manos o siendo un juguete de las sombras. Las ideas fijas, tantas veces representadas en el cine, incluso pueden desembocar en una acción trágica. A ello se suma la angustia de ser víctima de un daño o peligro real o imaginario, o de perder algo o a alguien. Otra expresión de alteración no controlada la constituye el deseo de poseer o someter personas o cosas, un anhelo o impulso irrefrenable. Todos estos estados o situaciones tienen un común denominador, cual es el apego a la obsesión, el miedo y el deseo. Habría una inercia que arrastra a la individualidad, una desidia de no realizar las medidas correctivas que eviten la autodestrucción. Por eso la falta de apego es tan valorada en las doctrinas taoísta y budista, pues representa el triunfo sobre la mente y las emociones.
386
Culpas: La realización de un acto dañoso para otra persona o haberse omitido de actuar para evitar el daño pueden causar un pesado sentimiento o carga de responsabilidad. La o las cargas de este tipo pasan a aumentar el tamaño de la mochila que la individualidad
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 387 Ídem.
191 porta desde la infancia. Tener la desidia de no reparar el daño causado puede ser tanto o más penoso que el sentimiento de culpabilidad por la realización del daño mismo. Como tantas veces se ha señalado, la única manera de superar esta situación es enfrentar la culpa dando pasos concretos o señales de reparación hacia el o los afectados o, ante la imposibilidad de remedio de lo pasado, utilizar una acción símbolo que represente el cambio de actitud. Claves de Aire: Unión con la mente, conocerse a sí mismo, integración con la sombra: aunque en definitiva todos los arcanos pueden esconder en potencia una sombra, pues en cada uno de ellos se puede identificar un opuesto o carga negativa y aunque se reconoce la existencia de varias sombras, el ser satánico388 del arcano 15 El Diablo representa más explícitamente al arquetipo de la sombra. La sombra se refiere a los aspectos ocultos de uno mismo, tanto positivos como negativos, que han permanecido reprimidos y que el ego no ha reconocido. La sombra es un arquetipo en el cual se van acumulando las sucesivas represiones que ejerce tanto la colectividad como la propia individualidad sobre sí misma. Lo no deseado, lo calificado como malo, indecente, reprobable, impresentable socialmente, lo atemorizante, etc. En la acumulación de represiones cada cultura hace su aporte o encuadramiento. En la cultura cristiana la sexualidad forma parte de ese mundo oscuro aparentemente adormecido pero que dispone de una energía bullente que pugna por expresarse. Debe recordarse que “La sombra debe amenazar la conciencia” y para realmente amenazar debe ser concreta e inesperada. Agréguese que debe darse una tensión que angustie o descoloque al individuo. El arcano anuncia un momento crucial, en el cual el arquetipo se encuentra pugnando por expresarse y, superada la tensión y comprendido el mensaje, sobreviene la armonía y se recupera el gusto y disfrute de la vida en el terreno en el cual se expresaba la amenaza.
388
Inseguridad, incapacidad: Otro de los signos de encontrarse dominada(o) por las sombras es la falta de seguridad en sí misma(o), de mantenerse en la incertidumbre de no saber cómo actuar, cómo reaccionar frente a las necesidades propias o a los estímulos del entorno. La inseguridad constituye el abono o el cimiento de la merma en la solvencia personal, entendida ésta como la facultad de solucionar problemas tomando decisiones autónomas, o sea, la incapacidad. En casos agudos, el estado transitorio puede transformarse en algo recurrente o continuo.
Satán: Satanás viene del latín, y éste a su vez del arameo shatán "adversario, enemigo, acusador". Probablemente el nombre proviene de la traducción griega del término bíblico hebreo ha-shatán, entidad mencionada como un espía errante de Dios sobre la Tierra. La raíz shtn significa 'impedir', 'hostigar', 'oponerse', y el sentido primario de shatán es simplemente 'enemigo', 'adversario' (1 Samuel 29:4), (1 Reyes 11,14-25). Tomado de http://es.wikipedia.org.
192 Claves de Tierra: Aspectos ocultos y/o reprimidos, fuerzas ocultas (sexualidad, ansias de poder, entusiasmo desatado): En las sombras de nuestro mundo interior hay aspectos escondidos, los cuales consciente o inconscientemente evitamos que se dejen expresar, los reprimimos, muchas veces con un exceso que va causando alguna neurosis, un mal. Nuestra libido, especialmente su contenido sexual, es refrenada, acumulando energías que tarde o temprano buscarán una expresión. Si la represión no constituye un control maduro, comprensivo, que logre la aceptación verdadera o algo así como el entendimiento con el arquetipo oculto, no pasará de instalarse un barniz de civilización sobre nuestra constitución animal, podríamos terminar en la agresión o la autodestrucción (suicidio o su intento). El reverso de la represión podría ser una exaltación desmedida y aparatosa de nuestro ánimo, provocada precisamente por la robustez o fuerza de las energías de la libido, sea como deseo sexual, ansia de poder o un estado de furor o inspiración o arrebato de discurso profético estereotipado.
Atracción-aversión (animal o primitiva): el arcano comprende las fuerzas que contienen un poder de seducción o de repelencia tomando como núcleo a la individualidad. Ésta se deja dominar por impulsos que tienen como base su instinto, los cuales le condicionan reacciones de acudir hacia alguien, algo o situación o, al contrario, el surgimiento espontáneo de rechazo o repugnancia frente a ese algo, alguien o situación.
Autodestrucción: el hecho de ser dominada(o) por la sombra y permanecer atrapada(o) en los miedos, en la autocensura, la timidez autoprovocada, o por el contrario, en el desenfreno sensual expresado en el uso de estimulantes (alcoholismo, drogadicción), la actividad sexual irresponsable o malsana, etc., desembocará necesariamente en el daño físico, en la ruina de la personalidad impedida de superar de manera constructiva las trampas virtuales venidas tanto de la mente como del inconsciente animal. En páginas anteriores, al referirnos a la sombra como una tensión, un drama o un enfrentamiento señalamos que los mitos juegan un papel colaborador para la comprensión del tema. El héroe Teseo389 (el Ego, la mente) debe encontrar o descifrar el intrincado camino o laberinto (la vía oscura, temible, sin mapa) que conduce hacia el Minotauro (la sombra, el monstruo o enemigo interior, el alter Ego opuesto, torturado y criminal) y llega hasta él para darle muerte (el encuentro cara a cara, la comprensión del secreto del arquetipo y la superación de la carga y su conflicto). En el combate se muestran entrelazados, pues ambos forman parte uno del otro. La autodestrucción se encuentra en cualquier sentido que se mire, sea la destrucción de la personalidad sometida a los apegos o sea la destrucción de esa prisión a través de la comprensión y la madurez.
389
Museo de Bellas Artes. Buenos Aires. “Teseo mata al Minotauro”, estatuilla en bronce. Ver los comentarios sobre el arquetipo “la sombra”.
193
Ataduras mundanas o encadenamientos: la gráfica del arcano es muy obvia para representar la unión o enlace con los placeres del mundo tridimensional. Los apegos que se quiere representar son tan fuertes que se los considera conexiones difícilmente destructibles, trabadas tanto en lo físico como en lo espiritual, ético o moral.
Obstáculos: la aparición del arcano, en su aspecto negativo o no asumido, representa todas las cargas o trabas expuestas anteriormente, que representan dificultades o inconvenientes: la rebeldía inconducente, la represión, las obsesiones y miedos, la seducción irrefrenable, la autodestrucción, la inseguridad, la culpa,…
Sexualidad: dualidad o bipolaridad, incompletitud, complementariedad.
El Dieciséis en el tarot: La Torre El arcano La Torre o número dieciséis se relaciona con el cambio, también. Pero, a diferencia del Arcano Sin Nombre (La Muerte) se trata de una modificación exterior o del mundo de la concreción. Se habla de una crisis, un acontecimiento o modificación de estado que tiene ocurrencia de manera sorpresiva, abrupta y violenta. Las energías del entorno se manifiestan avasalladoras, cambiando una situación de un momento a otro, trayendo dolor, sorpresa, angustia e, incluso, libertad. La violencia del momento puede ser, además, una oportunidad, pues se puede producir una liberación de las ataduras del estado anterior que se vio alterado o interrumpido. Los mecanismos de control y de mantención de un status quo se ven intempestivamente modificados y sin posibilidad de continuar su dominio. Como todo tiene un origen o causa en nuestros actos y relaciones previas, una suerte de karma se ha hecho presente para delinear la catástrofe que no fuimos capaces de advertir. Por lo anterior es que el arcano comporta un desafío que se puede expresar como “La lucha por la libertad como un proceso activo (proceso de liberación)”390. Se ha sugerido para representar estos símbolos la frase:”Acepto la existencia de fuerzas externas imprevistas y dolorosas pero mantengo mi libertad de elección”391 Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: fuerza externa liberadora; romper esquemas, hábitos, formas; someter a prueba; caída del Yo y la conciencia mental; crisis; corregir, modificar, reconstruir; creencias desmoronadas; torre = punto de vista que se corrige; cambio de estructuras internas (mente) y externas (relaciones en la realidad concreta); rayo = iluminación; verdad como acción liberadora.
390
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 391 Ídem.
194 Claves de Fuego: Fuerza externa liberadora: en la mayor parte de los arcanos nos hemos referido al movimiento o contradicción de energías y fuerzas internas de la individualidad. En algunos casos, como el de La Torre (también en el de La Rueda de la Fortuna), se asiste al estremecimiento experimentado a causa de la intervención sorpresiva y violenta de un acontecimiento exterior. Este evento es considerado no necesariamente como un daño, sino como una oportunidad de crecer en medio de una crisis y conseguir la madurez necesaria para cortar lazos con una situación de compromiso y apego. La libertad otorga bienestar, placidez, plenitud, autoestima.
Someter a prueba: el arcano representa la ocasión en que la vida –o las fuerzas vitales del entorno- realizan una acción que en la práctica es un ensayo cuya utilidad es hacer patente la madurez o el avance en la individuación. Debido a que la sociedad moderna no contempla sino restos insignificantes de ritos de paso, los cuales eran pruebas programadas por el grupo social para simbolizar las etapas de progreso espiritual de la persona (ritos de aceptación en la adolescencia, de matrimonio, de cacería, de purificación, de guerra, de muerte/renacimiento, etc.), no queda más alternativa que los propios acontecimientos en forma más o menos aleatoria vayan asumiendo la calidad de pruebas para demostrar cuan madura(o) o cuan integrada(o) se ha llegado a ser.
Rayo = iluminación: en la interpretación vulgar del arcano, la construcción aparece fulminada por un rayo, una energía que viene relampagueando desde lo alto (lo divino o transpersonal). Recordemos que el exceso de energía no sólo puede ser devastador sino, además, la energía es luz, es decir, corresponde al esclarecimiento interior o al conocimiento intuitivo o instantáneo de una realidad.
Verdad como acción liberadora: la mente tiene la propiedad de formarse un concepto de las cosas y de las personas y, con dificultad, de uno mismo, pues puede observarlo todo directamente, salvo a sí misma. La conformidad en que ese concepto es algo firme, que corresponde a una realidad indesmentible o innegable, se tiene como verdad. Después de una crisis o ruptura, vendrá la reconstrucción conceptual, la cual se tendrá por valiosa en la medida que proporcione un sentimiento de libertad, de facilidad para construir y disponer de la vida con soltura y sin los apegos anteriores.
Claves de Agua: Crisis: al hablar de ruptura y caída, estamos suponiendo que ello no es más que la expresión externa de un cambio o mutación importante en el desarrollo de los procesos espirituales. Estos momentos decisivos ponen en duda que lo que se tiene por estable pueda seguir su curso y anuncian consecuencias importantes, graves o, al menos, complicadas.
Creencias desmoronadas: El crédito o la conformidad con aquello en lo cual se confía, se respeta o se adora, aquello que se tiene por cierto o seguro, se deshace y cae en ruinas,
195 probablemente con sufrimiento y disgusto, pues los valores e imágenes de sí misma(o) y de otros se han venido a menos. Claves de Aire: Romper esquemas, hábitos, formas: La repetición recurrente de las actividades humanas va construyendo un modelo de comportamiento, un esquema, cuya estructuración global y sus particularidades (sus formas) se tornan hábitos. El remezón provocado por el cambio de las condiciones externas es tal, que los condicionamientos internos son alterados profundamente, se rompen, se cambiará de esquema.
Caída del Yo y la conciencia mental: la gráfica del arcano es elocuente respecto de la caída, aunque no se trata de una caída física que afecte nuestro cuerpo denso, sino de un traspié en términos espirituales. El Ego –la unidad pretenciosa que imagina aglutinar el todo interior- y la conciencia mental -su forma de trabajo- siempre acaban de manera recurrente por acostumbrarse a disponer de un esquema sobre el entorno y la propia individualidad. Por esto, al producirse la crisis causada por un elemento externo que somete a prueba la integridad, se agrietan los esquemas de comprensión tanto de uno mismo como de otros y los mecanismos de relación entre unos y otros, y la estructura o edificación virtual termina por venirse al suelo, dando la oportunidad de la comprensión y de reconstruirse y fortalecerse.
Torre = punto de vista que se corrige: las construcciones arquitectónicas conocidas como torres tenían como objeto defenderse y observar a las fuerzas contrarias. El lugar físico representa un punto de observación, desde el cual se pueden corregir las visiones adquiridas desde lugares que carecen de una vista panorámica.
Cambio de estructuras internas (mente) y externas (relaciones en la realidad concreta): la mente siempre otorga un orden a los elementos que estructuran la realidad interna o del Ego así como proporciona un esquema con cierta distribución a los elementos que conforman la realidad externa de la individualidad. Esos enfoques son modificados de manera abrupta, pues de ahora en adelante no se sostienen por sí mismos.
Claves de Tierra: Corregir, modificar, reconstruir: las visiones de un proceso o etapa calificada como de ruptura, caída, crisis, constituyen el preludio u oportunidad de iniciar cambios importantes para sustituir lo antiguo. Oportunidad de enmendar miradas y actitudes erradas. Oportunidad de cambiar la manera de vivir u ordenar la existencia. Oportunidad de volver a construir el concepto y la imagen que se tiene de sí misma(o) y del entorno. El tema de la construcción es aún más vasto de lo que se aprecia a primera vista y su figuración aparece también en otros arcanos -18 La Luna y 19 El Solsignificando probablemente la meta de edificar estructuradamente la personalidad o avanzar en la individuación. En términos alquímicos, la aparición de una construcción elevada sería el uso del athanor para procesar los metales impuros hacia su expresión
196 más perfecta y luminosa (Luna = plata = pureza relativa o incompleta; Sol = oro = pureza o brillo máximo).
El Diecisiete en el Tarot: La Estrella El arcano La Estrella o número diecisiete del Tarot hace honor a su nombre mediante un sol central alrededor del cual se constelan siete otras estrellas. De inmediato nos hace recordar la propuesta alquímica de considerar a la entidad humana como compuesta por siete planetas o siete metales o siete dioses, los cuales no son más que diversos nombres que enmascaran las siete partes que estructuran dicha entidad individual o, a la inversa, los constituyentes en los cuales podría estar fragmentada aquélla. Esta desarticulación consciente o desprendimiento de metales tiene como objeto ir aniquilando al ego e ir empujándose a sí mismo al conocimiento íntimo del ser que reside en nosotros. Definido de una forma moderna, más cercana a la psicología, el desafío propuesto se podría expresar como “Remover nuestro inconsciente”392. Evidentemente que el abatimiento de lo mental puede favorecer la expresión de formas de conocimiento holístico, siendo la intuición la primera de ellas. De esta forma se ha propuesto como frase apropiada “Es el momento de seguir mis intuiciones.”393 Un logro de esta naturaleza no se adquiere ni de una vez ni para siempre. Son demasiadas las cargas y las contradicciones que necesitan ser identificadas, aclaradas y compensadas para encontrar una verdadera liberación espiritual. En el curso de nuestro devenir biográfico hemos sido ofendidos en muchas ocasiones o, al contrario, hemos causado daño sin estar conscientes de ello. Por estas razones se ha propuesto como frase adicional: “Yo necesito perdonar”.394 Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: esperanza (intuitiva), espera, luz en las tinieblas, proceso lento; fe, verdad (ausencia de temor); intuición (del fluir del inconsciente brotan las verdades); seguir las intuiciones; misticismo, esoterismo; sanación; perdón, liberación, crecimiento por conciencia; conexión con el inconsciente colectivo (capacidades extra sensoriales, Tarot); creatividad, arte; sensibilidad, inteligencia emocional; comunicación; tacto; oportunidad, inspiración; felicidad. Claves de Fuego: Conexión con el inconsciente colectivo (capacidades extra sensoriales, Tarot): Todos los arcanos del Tarot contienen en potencia la oportunidad de hacer conectar al operador con el inconsciente colectivo. Sin embargo, La Estrella representa per se tanto en potencia como en acto, el desafío de hacernos cargo de aprovechar esa oportunidad. 392
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 393 Ídem. 394 Ídem.
197 Como se señala en el capítulo correspondiente, el ámbito oculto del ser -un tanto desafortunadamente llamado inconsciente- se encuentra en parte constituido por elementos cuya composición no se ha podido descifrar, es decir no se puede tener acceso a ellos de manera directa o consciente –con lo cual dejarían automáticamente de ser inconscientes-, y que se hacen presentes a través de símbolos y, éstos, a su vez, en imágenes. Dichos elementos fueron denominados por Jung arquetipos, sosteniendo la tesis de que son colectivos y, luego, heredables, pues forman parte del bagaje de la especie. Pero no se heredan las imágenes propiamente tales, las cuales varían con el tiempo y las diferentes culturas, sino que se heredan ciertas formas abstractas y, dándose las condiciones apropiadas, el arquetipo adopta un cierto contenido o agrupa en torno de él símbolos e imágenes, todos los que pugnan por llegar hasta la conciencia. Si el proceso es asumido positivamente, dicho mensaje deja de enfrentarse dolorosamente al intelecto, para hacerse consciente de alguna manera y ser integrado al conocimiento de sí mismo o individuación. Por este fundamento, es indispensable una disminución del nivel mental, un ligarse intuitiva y espontáneamente al inconsciente, para que los arquetipos puedan aflorar y entregar un mensaje que se hace indispensable descifrar por parte del operador. Por tales razones, se considera dicha actividad como una capacidad extrasensorial, algo que supera tanto los sentidos como la mente, siendo el Tarot uno de los variados instrumentos que pueden abrirnos las puertas de nuestro mundo oculto, o también la meditación, el análisis de nuestros sueños, el uso de ciertos alucinógenos, ejercicios respiratorios y espirituales, etc.
Integración de la personalidad: una gran estrella rodeada de siete otros astros o estrellas menores representa la capacidad de equilibrar o contrabalancear a los siete metales alquímicos. La interpenetración de los planetas o metales es la que construye o estructura la personalidad individual: Oro o Sol (espíritu, actividad intelectual), Plata o Luna (Alma, inconsciente); Plomo o Saturno (masa biológica, energía corporal); Fierro o Marte (Espíritu Corporal, energía encaminada a un fin); Estaño o Júpiter (Espíritu Anímico, uso de la voluntad); Cobre o Venus (Alma Corporal, emociones y sentimientos)395.
Oportunidad, inspiración: el arcano simboliza la gestación de una coyuntura en la cual se da la conveniencia de la aparición o realización de un evento. Subyace detrás el concepto de sincronía o relación acausal. Es el momento adecuado para generar una acción, una respuesta o un producto que surge espontáneamente, sin esfuerzo. Esta reacción intuitiva no es sólo propia de los artistas sino que se ha presentado normalmente en la vida de cualquiera, sin estar necesariamente ligado a un resultado que sea destacado socialmente, como la obra artística.
Claves de Agua:
395
Ver subcapítulo “Alquimia mística y numerología”.
198
Esperanza (intuitiva), espera, luz en las tinieblas, proceso lento: el arcano incluye el ánimo de que la individualidad considere posible la realización de lo que se anhela o desea. Tal como se indicó, se trata de una reacción espontánea carente de premeditación, es algo que nace como un mensaje desde el inconsciente. Hay una actitud de espera serena, sin ansiedad. La persona estima intuitivamente que dispondrá de claridad respecto de los temas, problemas o contradicciones en los cuales se encuentra involucrada espiritualmente. Se considera al proceso mas bien lento a pesar de su espontaneidad.
Fe, verdad (ausencia de temor): habíamos dicho antes que la mente tiene la propiedad de formarse un concepto de las cosas, las personas y de uno mismo (y escasamente de sí misma). La conformidad en que ese concepto es algo firme, que corresponde a una realidad indesmentible o innegable, se tiene como verdad. Recordemos que la desnudez de la figura no es casual, corresponde precisamente a la representación de la verdad o conexión directa con lo absoluto, desprovisto de todo encubrimiento. La creencia absoluta en lo que se tiene como verdad se considera amparado en la fe, es algo que se siente como una seguridad de inspiración divina o supraordinada (del Sí Mismo). Esta actitud espiritual contribuye a la serenidad y la valentía de la individualidad.
Intuición (del fluir del inconsciente brotan las verdades); seguir las intuiciones: Sin necesidad de razonar o seguir un camino lógico-formal se puede dar una comprensión instantánea de las cosas, algo que en forma coloquial denominamos presentimiento. Esta percepción es un fenómeno absolutamente íntimo e interior, una verdad o certeza que, al ser evidente a su poseedor, no necesita demostración alguna. Esta manera de sentir un conocimiento sobre una situación, sobre otros o sobre sí mismo es algo que fluye hacia la conciencia mental originado desde el inconsciente. El arcano representa un llamado a obedecer esas intuiciones y seguir sus sugerencias, las cuales, percibidas o hechas conciencia efectiva a tiempo, nos pondrán a salvo de situaciones dañosas.
Misticismo: el arcano –como ya se dijo- se vincula a la verdad, entendida como una conexión inmediata y directa entre la individualidad y la divinidad, o el Sí Mismo, o una entidad trascendente o supraordinada, de donde emana todo conocimiento. Dicho estado particular es el misticismo.
Sensibilidad, inteligencia emocional: entre las especiales claves que encubre el arcano se encuentra la facultad de sentir en forma más fina, de percibir estímulos sutiles o espirituales no sólo ligados a los estados de ánimo o emociones propias, sino a los de la otredad, también. Por esto mismo es que se lo liga a la llamada "Inteligencia Emocional". Quien está dominado(a) por el arcano o por su arquetipo se encuentra en una condición privilegiada para sentir y controlar las emociones cuando se ve enfrentado(a) a momentos difíciles y tareas importantes: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, el enfrentar riesgos, los conflictos con un compañero en el trabajo. En todas estas situaciones hay un compromiso emocional
199 que puede resultar en una acción que culmine de modo exitoso o bien interferir negativamente en el desempeño final. Cada emoción ofrece una disposición definida a la acción, de manera que el repertorio emocional de la persona y su forma de operar influirá decisivamente en el éxito o fracaso que obtenga en las tareas que emprenda. Una identificación proactiva con el arcano implica la capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos, y usarlos como guías en la conducta y, además, la capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente, cómo reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros. El arcano nos inspirará para regular nuestros propios estados de ánimo y evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.
Felicidad: el arcano es valorado como portador de la buena nueva que provoca en el espíritu la satisfacción, el gusto, el contento. Al contrario de lo que se pudiese pensar corrientemente, la felicidad del arcano, en determinadas circunstancias, puede relacionarse con el proceso de desencarnación, de lo cual no hay que sorprenderse pues el ser podrá volver a su Sí Mismo, su estado original, a reunirse con su origen, lo cual se ligaría con un estado numinoso o inefable, feliz.
Claves de Aire: Esoterismo: Como complemento, aquello que emana de la conexión mística –y que es impenetrable para la mente- es lo oculto (interior, inconsciente, divino) revelado sólo a los iniciados, lo esotérico. Por contraposición, las formas o fragmentos que se dejan entrever más allá del círculo iniciático es lo exotérico, los ritos o las migajas que caen del conocimiento de lo absoluto. La Estrella es chispa, es luz, inalcanzable para el vulgo, comprendida sólo por la intuición del misticismo.
Perdón, liberación, crecimiento por conciencia: se entiende que el ser puede haber sido ofendido o, al contrario, experimentar un sentimiento de culpa por ser deudor con respecto a un tercero. El arcano incluye la acción de perdonar a quienes nos hayan dañado y, al mismo tiempo, considera una suerte de auto perdón cuando existe un arrepentimiento verdadero. Estos pasos espirituales constituyen la base de un proceso de liberación, de la cancelación o remisión de una pena o carga que se soportaba en forma permanente o recurrente. Como en otras claves del arcano, las etapas o pasos conducen al mismo lugar, el crecimiento en luz interior, el avance en la individuación, la integración de una experiencia dura a nuestra realidad interior como un aporte de la vida, el aumento en conciencia o autoconciencia. Esto es, reconocerse o percibirse o constatar los propios atributos, debilidades y modificaciones.
Comunicación; tacto: el arcano simboliza la posibilidad de conectar, de transmitir o recibir una señal, lo cual es coherente con las otras propiedades que le son propias, como la intuición o conocimiento instantáneo. La comunicación puede ser tanto una suerte de vibración en la misma frecuencia con un tercero o un grupo de individualidades, como
200 expresarse a través de un gesto, señal, palabra, símbolo o conversación. En este último caso, el arcano invoca la prudencia o delicadeza para transmitir lo que se anhela comunicar. Claves de Tierra: Sanación: entendida la alteración espiritual como un retorcimiento o sufrimiento interior se la equipara a una dolencia, algo que puede ser superado mediante un proceso terapéutico, como reponer la salud que se había perdido. La curación está conceptuada en términos holísticos u holotrópicos, es decir, se concibe a la entidad humana como un todo integrado de cuerpo, alma y espíritu, en el cual la base de sustentación es lo más sutil, o sea, el alma y el espíritu, siendo el cuerpo un envase o envoltorio que no es más que un medio de expresión en el mundo tridimensional o lineal. Desde este punto de vista, todo estado corporal, así como sus alteraciones, son psicosomáticas, y la apertura a la enfermedad tiene como punto de partida la contradicción entre el alma (el inconsciente) y lo espiritual (la mente que momentáneamente se niega a comprender), lo cual se reflejará en el cuerpo. La excepción serían los daños físicos o neurológicos que de por sí imponen un estado de alteración espiritual imposible de solucionar por ninguna medicina, salvo proporcionar alivios transitorios. El arcano es una chispa o luz esperanzadora, un anuncio de sanación, de paz, de plenitud psíquica y física.
Creatividad, arte: el arcano acostumbra a tenerse como representativo de la capacidad de creación, de demostrar el ingenio o la inspiración a través del arte o de la artesanía, lo cual se liga con las claves anteriores, pues la inventiva, lo verdaderamente nuevo y distinto no proviene del razonamiento mental, sino de la conexión con el inconsciente o el Sí mismo.
El Dieciocho en el Tarot: La Luna El arcano La Luna o número dieciocho representa energías sutiles que pueden proporcionarnos la felicidad embriagante como sumirnos en un ámbito instintivo, de pasión, temor, duda y desconcierto. El astro luna influye decisiva y diariamente en las aguas del planeta y, así como se remueven los líquidos para bien o para mal de la humanidad, también se remueven nuestras emociones y sentimientos, en un mar cotidiano de contradicciones entre lo mental y pasional, entre lo consciente y lo que se encuentra por más allá de la conciencia. El edificio de la personalidad no podría encontrar la estructuración definitiva de su arquitectura si no hubiese un intento de escudriñar desde lo superficial hacia las capas más profundas de nuestra psiquis, desde el estado de vigilia consciente hacia los estratos más ocultos aunque no tan distantes de la superficie. Por esta razón, se ha considerado que el desafío implícito sería “Asumir el
201 subconsciente (sueños o visiones placenteras y también las pesadillas)396. Se ha escogido como frase apropiada: “Acepto mis emociones y sentimientos pero no dejo que me abrumen de dudas.”397 Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: recordar que la noche es el reino de los tesoros ocultos, distorsión; feminidad; intuición; ciclo menstrual, crecimiento vegetal, proveedora; cara visible = nuestra personalidad cambiante, cómo nos ven; ciclos; cara oculta = mundo propio, sueños, anhelos, visiones, temores ancestrales (miedos atávicos); dependencias; inspiración, imaginación, amor, terror; dualidad, parte inconsciente hostil y aprensiva; parte de vigilia amistosa; subconsciente personal; subjetividad personal; ciclos de quietud y agitación; confusión; pérdida de identidad. Claves de Fuego: Subconsciente personal; subjetividad personal: el arcano nos facilita la disposición a conectar con nuestro propio mundo interior, transformando en objeto de conocimiento nuestra intimidad, separándola de lo externo o entorno. De allí que se pueda deslizar una cercanía con las capas más superficiales del inconsciente personal, dándose la oportunidad de traer a la conciencia o a la constatación aquello que se encuentra menos encubierto o emboscado en nuestro mundo oculto.
Ciclos de quietud y agitación; confusión: nuevamente se destaca el simbolismo cíclico del arcano. El espíritu de la individualidad puede experimentar fases periódicas alternadas desde momentos de quietud o sosiego con momentos de hiperactividad desordenada y confusa que se expresan en forma corpórea. Dicha alternancia puede también expresarse como un desorden del ánimo, un desasosiego, una ansiedad marcada por el temor a cometer equivocaciones en las decisiones y emprendimientos.
Claves de Agua: Feminidad; intuición: el arcano ha representado lo femenino y sus atributos desde tiempo inmemorial, baste recordar nuestras alusiones a la trinidad lunar femenina integrada por Artemis, Selene y Hécate. Lo sutil, la delicadeza, la intuición como forma directa de conocimiento, lo pasivo, lo acogedor y receptivo, y muchos otros, son rasgos del género femenino, obviamente propios de la mujer, pero presentes también en el espíritu y alma del varón, encubiertos por atributos más activos o enérgicos.
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Inspiración, imaginación, amor, terror: Diversos estados de ánimo espontáneos son simbolizados por el arcano, todos ellos ni más ni menos que se originan en la dirección del sí mismo, en el inconsciente o realidad instintiva de la individualidad. Para que ellos se manifiesten la condición es el abatimiento o disminución de lo mental o intelectivo. La
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 397 Ídem.
202 inspiración constituye un estímulo espontáneo interior que tiene como resultado producir una obra de arte, algunos le atribuyen un origen sobrenatural o divino, y no podría ser de otra forma, pues lo divino en nosotros es la conexión con el Sí Mismo o alma o ser universal. Algo similar ocurre con la imaginación, la facultad de generar imágenes en nuestro mundo virtual, de fantasear o divagar conscientemente, de donde nacen nuevas ideas, conceptos y proyectos. Igualmente, de ese lugar secreto provienen los sentimientos intensos de la individualidad que buscan la unión con otro ser, procurando la entrega y la conquista, todo lo cual va acompañado del Eros o sexualidad. Las emociones acuciantes también provendrían del oscuro espacio de lo instintivo, como el terror o miedo intenso. Otros aspecto une a todas estas reacciones espontáneas, cual es dejar una marca o sensación física o corporal en el individuo: un cambio en la sensación térmica, una sudoración, o una placidez, cuando no una debilidad o una tensión o apretarse el pecho o el corazón, como se dice corrientemente.
Premonición, sueños:
Claves de Aire: Distorsión: Recordar que la noche es el reino de los tesoros ocultos. El arcano presenta una escena nocturna, ideal para que se destaque la luna. Sin embargo, como la luna dispone de una luminosidad que no es propia, sino un simple reflejo de la del sol, es insuficiente para que el ojo humano pueda percibir a plenitud los objetos y formas del mundo sensorial. De allí que la noche asociada a la presencia lunar sea ideal para representar la magia de lo oculto o semi velado, de lo que se insinúa pero no quiere expresarse completamente, de aquello que puede a conducir a error, equívoco o engaño. Pero no se quede uno enredado en lo sensorial, pues el tipo de distorsión al cual se alude se centra en la visión o concepción interior, en la confusión conceptual, en la duda y la indefinición, en la actitud trémula y dubitativa, en la ansiedad, la indecisión.
Dualidad, parte inconsciente hostil y aprensiva; parte de vigilia amistosa: todos los arcanos conllevan dualidades u opuestos, los cuales son complementarios y se van alternando en forma cíclica. La fase oscura u oculta representa el inconsciente, lo primitivo o instintivo, que reacciona de manera agresiva, dudosa y temerosa. En cambio, la fase luminosa o completa representa la vigilia, la conciencia abierta, comunicativa y amorosa.
Pérdida de identidad: la presencia del arcano pone en evidencia –a través de la dualidad y de los ciclos- que se ha perdido la seguridad de tener realmente los rasgos de quien se creía ser. La identidad se caracteriza por la conciencia que tiene una persona de ser ella misma y distinta a los demás, sin embargo, esa confianza se ha perdido, pues las dudas, las incertidumbres, la falta de claridad, ponen en cuestionamiento la certeza de conservar los atributos de los cuales se hacía gala. Cabe destacar que la aceptación y la integración del redescubrimiento de sí a nuestra experiencia de vida, pasada la crisis,
203 nos hará avanzar en nuestra individuación. Lo contrario, sería caer en una depresión o en otra forma de neurosis. Claves de Tierra: Ciclo menstrual, crecimiento vegetal, proveedora: Ningún elemento más adecuado para servir de símbolo de “ciclo” que la luna. El o los fenómenos que se repiten ordenadamente cada cierto tiempo es la idea que se perfila mediante el ciclo y, siendo la luna un objeto estelar que se expresa de variadas maneras en forma cíclica es que – desde tiempo inmemorial- la humanidad lo usa para ser el prototipo o también, el arquetipo del ciclo. Así, la vida de los seres, la biota, desde los unicelulares hasta los vegetales y los animales, se expresa real o simbólicamente mediante ciclos. La naturaleza, proveedora de energía y alimentación, es cíclica. La hembra del ser humano, la mujer, particularmente expresa su feminidad a través de ciclos: ovulación, gestación, menopausia, etc.
Ciclos, cara visible = nuestra personalidad cambiante, cómo nos ven; ciclos: la pluricapacidad simbólica de la luna parece ser inagotable. La dualidad cara visible-cara oculta del satélite es también usada para simbolizar las fases por la cuales puede expresarse el estado interior del ser humano. La cara visible representa cómo otros pueden percibirnos, las expresiones de nuestra personalidad, como si fuesen las fases de la luna.
Ciclos, cara oculta = mundo propio, sueños, anhelos, visiones, temores ancestrales (miedos atávicos398): Por su parte, si bien la cara visible de la luna representa la cambiante personalidad, la cara oculta simboliza aquella parte de nuestro ser invisible a las percepciones del entorno social. Allí se acumulan los deseos vehementes que no nos atrevemos a confesar abiertamente, las imágenes reales o virtuales que conservamos del mundo exterior y aquéllas que nacen del inconsciente colectivo, los miedos o recelos que se originan no sólo en nuestras experiencias biográficas sino, además, aquéllos que vienen heredados del pasado más remoto de nuestra especie.
Dependencias: La inseguridad, la duda y el temor pueden ser ocasionados por la afición del ser humano a los apegos y, estando ausentes los elementos que nos proporcionan la seguridad a través del acostumbramiento, somos presa de aquéllos. La luna simboliza esas dependencias y, en casos extremos, la necesidad adquirida de disfrutar los efectos de los estimulantes.
398
Del lat. atăvus, cuarto abuelo, antepasado.
204 El Diecinueve en el Tarot: El Sol El arcano El Sol o número diecinueve tiene que ver con energías de una naturaleza o expresión más evidente y menos sutil. La energía solar directa es la que proporciona la posibilidad que los sentidos humanos puedan captarla y generar imágenes que den cuenta del entorno. A la luz del astro sol los seres que poseen el órgano de la visión pueden recibir estímulos y decodificarlos. Las imágenes de la naturaleza que golpean el sentido de la vista son en la práctica símbolos de las cosas y del mundo de la concreción. La energía solar proporciona las ondas y los corpúsculos que permiten la vida de los seres en sus múltiples manifestaciones. La vida, a su vez, es símbolo de éxito, de calor, de alegría, de plenitud, de generación o reproducción, de alimentación. Quien se encuentra vivo ha podido sobrepasar las barreras, etapas o vicisitudes de la existencia y puede celebrar dichos logros. Lo mismo vale para los logros en el desarrollo interior. El sol se asimila al oro, al rey de los metales, a la verdad por fin encontrada y comprendida. A la luz que se aglutina en el centro del ser y que éste por fin ha descubierto y la ha hecho propia. El sol, además, es equivalente de brillo, de lucir y de lucidez. La iluminación interior, sea espiritual o sea anímica, se llegará a trasuntar en lucimiento, aplomo, creatividad, claridad mental, comunicación del verbo y de la palabra. El talento y el genio, sean espontáneos o adquiridos, pueden por fin expresarse. Por estas razones, se ha sintetizado como desafío del arcano la exigencia de “Brillar, expresar nuestros talentos”.399 Sin embargo, el mundo profano en el cual nos desenvolvemos está construido también de mezquindades y envidias, por lo cual se ha escogido una frase más prudente y sabia que el propio desafío: “Brillar sin cegar y calentar sin quemar”400. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: fin de dudas, claridad de conciencia, iluminación; autosuficiencia, generosidad, protagonismo; liderazgo; visión de la vida; conexión con el agente apropiado; aportar y recibir; contacto iniciático; relación con el padre; protección; originalidad; iluminación sin intermediarios; libertad, sanación; cadena de unión. Claves de Fuego: Autosuficiencia, generosidad, protagonismo: El arcano abarca la existencia de rasgos propios del héroe o la heroína. Ésta no necesita recurrir a otros, se basta a sí mismo, tiene suficiencia. Sus dones y riqueza espiritual y material le permiten actuar con largueza, liberalidad, demostrar nobleza al posponer el propio interés y entregar de sí misma(o). Además, se mantiene visible, siendo capaz de mostrarse como el más calificado para cierta tarea, independientemente de poseer realmente los méritos requeridos.
399
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 400 Ídem
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Liderazgo: Se vuelve a resaltar los rasgos propios del héroe, aquél que emprenderá un viaje o tarea imposible de sobrellevar para el individuo medio. El arcano simboliza la situación de superioridad de alguien para afrontar un desafío, emprendimiento, tarea, lo cual le lleva a ser reconocido(a) como jefe(a) u orientador(a), reservándosele el lugar a la cabeza del grupo.
Conexión con el agente apropiado: El arcano simboliza la acción, la actividad encaminada a un fin, a obtener resultados concretos y útiles, proceso en el cual es esencial el enlace con un elemento funcional u operativo para que las cosas resulten, produciéndose el efecto requerido. El “agente apropiado” puede ser tanto un elemento, persona, institución, situación externa, surgida en forma sincrónica, como una disposición anímica interior, un acontecimiento espiritual que precede al hecho concreto. La señal nacida de la inspiración o iluminación permite identificar previamente al agente externo, con lo cual el iniciado podrá acercarse directamente al lugar y momento en que el agente aporte su resultado.
Aportar y recibir: El arcano representa la acción, la cual tiene como base el flujo de las energías desde y hacia la individualidad. El ser se encuentra en condiciones de contribuir hacia otros, a la sociedad, así como habrá momentos en que le corresponderá tomar lo que le envía el entorno o la comunidad. Estos aportes mutuos no son sólo materiales, en términos de trabajo, cosas, riqueza, dinero, sino permanentemente bajo la forma de influencias, señales, flujos sutiles de cargas psíquicas, de voluntades que pugnan por imponerse.
Contacto iniciático: el arcano anuncia la proximidad o la presencia de la conexión con la tradición universal, un enlace con los ritos de iniciación a través de una organización, un culto, una logia, una entidad dedicada al desenvolvimiento místico, meditación o conocimiento de sí mismo.
Protección: el arcano representa las energías favorables, la potencia bienhechora que ampara, favorece o defiende. Se trata de fuerzas sutiles que resguardan de los perjuicios o peligros, sea alejándonos de la fuente de agresión, sea interponiéndose disolviendo o neutralizando el mal bajo cualquiera de las formas que se presente.
Claves de Agua: Originalidad: la energía activa que simboliza el arcano tiene un carácter operativo, activa procesos encaminados a un fin, a obtener un resultado. El producto de esta inventiva podrá ser una obra de arte –escritura, pintura, artesanía, etc.- como bien puede ser el tallado del propio ser avanzando en su individuación, pues la comprensión intelectual de los mensajes de nuestra alma van generando un aplomo o plenitud que se expresa externamente como serenidad, solvencia y valor. Amor compartido:
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Claves de Aire: Fin de dudas, claridad de conciencia, iluminación: El arcano El Sol es precedido por el arcano La Luna, es decir, la indeterminación o ambigüedad es sustituida por la certeza. Si antes el ánimo vacilaba entre dos juicios o decisiones, ahora se mantiene sólo una visión u opinión, que señala el camino escogido por la conciencia. El ser es capaz de constatarse a sí mismo como ejecutor de la decisión escogida y su conciencia se nutre de plenitud al haber conectado o conciliado la inspiración del alma y la comprensión de la mente.
Visión de la vida: el arcano encierra la oportunidad de disponer de un punto de vista o perspectiva amplia y variada no sólo de la vida entendida en términos biográficos individuales sino, además, como una concepción de la existencia en general. El adepto recibe un anuncio de acercarse a una suerte de iluminación, no necesariamente a través de imágenes, sino a un sentir que su vivir es algo más extenso que su cuerpo y el sinnúmero de acontecimientos externos que le han acompañado. La vida vendría a ser concebida como un ciclo en el cual se ha llegado a una etapa de conciencia de disponer de un espíritu y de estar ligado a un alma. Si la toma de conciencia es más profunda, no sería de extrañar que el concepto de vida sea ligado estrechamente al alma y se conciba el existir como un estado sutil que se prologa más allá de las encarnaciones y tiene un sentido de eternidad. Esta toma de conciencia va a exigir cambios en la valoración de la persona, de la imagen que proyecta y del entorno. El arcano envuelve un mensaje positivo, alegre e iluminador, de allí que estos cambios sean claramente un avance en la madurez del sujeto.
Yo Soy, iluminación sin intermediarios: el arcano es una invitación a transformarnos en el héroe de nuestra propia vida, de ser los constructores de nuestra propia persona, para lo cual corresponde abrirnos a la confianza en nosotros mismos. Esa confianza provendrá de saber quién realmente uno es, de tener la certeza de “Yo Soy”, conocimiento que surge de la conexión con el Sí Mismo. La intermediación de agentes externos, como religión, sacerdotes, gurús, terapeutas, tarotistas, la lectura de libros, etc. no es más que la puesta en escena que ofrece el entorno. Sólo el conocimiento operativo en nuestro interior, surgido de la relajación, meditación, introspección, manejo de energías internas, técnicas de yoga, auto inducción de estados de conciencia holotrópica, etc., puede acercarnos a la iluminación. El héroe será quien se venza a sí mismo y no quien busque ser iluminado por terceros.
Claves de Tierra: Relación con el padre: El simbolismo del sol tiene su rasgo de obviedad. Desde tiempo inmemorial, el sol representa la energía activa fecundante, la cual se ejerce sobre la tierra, la madre receptiva gestadora. En las religiones y tradiciones más antiguas, el sol ha sido divinizado como potestad progenitora, dios-padre, ser todopoderoso cuya herramienta demoledora es el rayo. El rayo es chispa, calor, fuego, la energía que
207 permite procesar los alimentos, calentarse en los períodos fríos y ahuyentar a las fieras. El sol es el padre presente y protector, la alegría del trabajo, el cariño del proveedor, el ejemplo del esfuerzo, perseverancia y sacrificio, los cuales sostienen a la familia y facilitan su reproducción y la prolongan a través de las edades y generaciones. Es la fuerza que hace sentir su autoridad áspera cuando se trata de poner límites y evitar la desviación de las normas sociales y de la ética.
Libertad, sanación: El arcano representa la adquisición o conciencia de disponer de una facultad esencial para la expansión de la persona. La eliminación de las trabas –reales o mentales- para obrar según lo ha dispuesto uno misma(o) proporciona la satisfacción de estar desvinculada(o) de toda esclavitud. Sin embargo, para que esta osadía en el pensar, sentir y obrar sea realmente madura requiere la conciencia de la responsabilidad de los propios actos, de los límites establecidos por el derecho de otros –nuestros iguales- y de atenernos a las condiciones reales para poder avanzar en términos materiales. Sin embargo, el mensaje libertario es esencialmente de tipo espiritual, de allí que un verdadero avance sería la espontaneidad para desarrollar nuestra creatividad y el aplomo para expresar nuestras emociones y pensamientos de manera fluida y libre de censuras. La consolidación de la libertad tiene como correlato una individualidad sana, libre de neurosis y de enfermedades.
Cadena de unión: Nada mejor que un conjunto o hilera enlazada de elementos metálicos, generalmente de acero, para representar la unión o ligazón de los individuos a un grupo o cofradía. Ha sido el objeto escogido por los francmasones para representar la caridad o ayuda desinteresada entre los hermanos, no sólo de la logia, sino la solidaridad universal entre los hombres. Esta solidaridad va aún más allá del simple humanitarismo, alcanza a simbolizar la unión de todas las facultades espirituales y la unión de todos los masones para el perfeccionamiento de si mismo y el perfeccionamiento de la humanidad, haciendo de ella una familia universal. La caridad que en el número 14 La Templanza se expresaba como un gesto individual se proyecta en El Sol como una tradición sostenida por el colectivo social. Se entiende, como concepto complementario, que la unión espiritual pervive a través del tiempo, conectándose de un individuo a otro o de una generación a otra, mediante la tradición o transmisión del conocimiento oculto o secreto vedado al vulgo. No necesariamente tiene que expresarse físicamente como una cadena metálica, pudiendo ser una cuerda con nudos o lazos, en número de doce, los cuales recuerdan a las constelaciones del Zodíaco y, por tanto, al universo.
208 El Veinte en el Tarot: El Juicio El arcano El Juicio o número veinte del Tarot viene a marcar un punto de quiebre respecto de los desafíos anteriores. No aparecen a la vista construcciones cuyos detalles arquitecturales se encuentren pendientes, ni torres, ni almenas, ni muros. La trompeta luce tonante anunciando que la verdad se ha hecho carne en la mente, a través de un llamado que proviene desde los grados más altos de la conciencia. El individuo ha comprendido. Y su comprensión tiene como ingrediente la capacidad de haber logrado armonizar los opuestos que se encuentran en su interior. De la lucha interna, de la duda, de las vacilaciones entre lo activo y lo pasivo, entre las pasiones espontáneas y el marco de la ética, ha surgido un nuevo ser, alineados los elementos de su personalidad, el cual ha avanzado un paso más en el proceso de individuación. Por tales razones, se ha definido como desafío implícito de este arcano “Despertar y mantener la conciencia”401. La apertura de conciencia, de comprensión, de luz intelectual y anímica, no ha sido fácil, se ha atravesado un campo y un período difícil de explorar y de enfrentar, laborioso de conquistar, pues la realidad sensible y el tráfago del mundo concreto no son más que espejismos de la mente a través de los cuales ha sido necesario transitar hasta llegar a la comprensión de la verdad. Además, el trabajo interior lleva consigo un repaso de los elementos biográficos, de allí que sea necesario recordar y reconocer lo verdadero sin encubrir ese pasado con mentiras y justificaciones. Todo ello no es un proceso realizado una sola, no, no, sino numerosas veces a lo largo de la existencia individual, pareciendo algo repetitivo, como en una pista circular. Evidentemente, si no se ha superado el complejo que nos abruma tendremos una situación recurrente y estaremos nuevamente en el mismo sitio. Sin embargo, si fueron superadas las cargas y emergieron las verdades, la imagen de una espiral de la vida sustituirá al círculo. Se abren así las puertas para gestar un nuevo cambio dentro del devenir futuro. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: despertar, despertar a otros; despertar la conciencia; mantener la conciencia despierta; discernir, verdad; enjuiciar; perdonar a otros o a sí mismo y anunciarlo; renovación, transformación; expansión de conciencia; transformación-mirada nueva; futuro, nueva filosofía de vida; iniciación esotérica. Claves de Fuego: Discernir – verdad: el arcano expresa la necesidad de ser capaz de distinguir una situación con respecto a otra, de separar lo que corresponde a, por ejemplo, impulsos básicos o animales carentes de programación respecto de lo que corresponde atender por una decisión racional planificada. Además, diferenciar lo que pertenece al ámbito de las determinaciones del entorno y del propio cuerpo por contraposición de lo que pertenece al ámbito más íntimo, lo ligado al Uno Mismo y la conciencia de sí. Y el 401
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile.
209 discernimiento conduce o va canalizando paulatinamente a la verdad, es decir hallar una conformidad con lo que corresponde entender esencialmente. Ahora bien, en tanto la verdad pretendamos identificarla con meros conceptos racionales ordenados sólo con la mente probablemente se estará refiriendo a un esquema o manera de pensar determinados, válidos solamente en un ámbito específico y, por tanto, relativos. Si la identificación va de la mano con un sentir intuitivo aparejado a la serenidad o apaciguamiento de la mente, la verdad tendrá un sentido más universal o permanente.
Conciencia holística: el conocimiento de sí mismo y de las cosas, es decir, la conciencia del ser y la relación con su entorno, avanza aparejado de una visión más amplia de ambos y del todo que los abarca. Cada vez se tiene ante sí un panorama de mayor amplitud. Lo anterior, referido a la individualidad en su experiencia biográfica. Sin embargo, en un sentido estricto, como se ha insinuado anteriormente, la expansión de conciencia puede entenderse no sólo como una extensión simple del conocimiento, sino como un salto cuántico hacia un estado de conciencia superior u holístico, que expresa una relación de conocimiento con el cosmos, con el inconsciente colectivo o con la comprensión de experiencias atribuidas a vidas pasadas o a etapas perinatales.
Iniciación esotérica: la gráfica del arcano es bastante elocuente respecto de sus características iniciáticas. El nuevo ser emerge desde las profundidades de la muerte ritual, ha perecido una determinada individualidad y emerge otra renovada y transmutada, más libre de cargas y de culpas, con menos contradicciones, pues algunos opuestos se han armonizado, se han superado algunas dualidades o binarios, expresado todo en un renacimiento, pues no es el nacer primordial, sino un volver a nacer en un punto o nivel más elevado de la espiral de la existencia, más cercano a lo que nos es más propio, nuestro Uno Mismo. La carta puede anunciar o puede presentar el desafío de acceder de manera formal a un ritual para recibir la enseñanza de la tradición universal o unánime y pasar a formar parte de los privilegiados con el sendero hacia la maestría.
Claves de Agua: Perdonar a otros o a sí mismo y anunciarlo: la toma de conciencia implica una maduración o elevación del espíritu en términos de serenidad o templanza. Lo mismo acontece por consecuencia al llegar a un juicio o definición. Si en aquellos hechos enjuiciados se concluye que fuimos dañados o, a lo menos, ofendidos, la experiencia de rememorar y vivenciar el pasado debería conducirnos a perdonar a nuestros ofensores. La falta o deuda en contra nuestra deberá ser remitida sin condiciones. Si hemos concienciado que el ofensor ha sido uno mismo, corresponderá dirigir el perdón a nosotros mismos, eso sí, después de haber hecho algo por remediar la falta, compensarla o, al menos pedir perdón. La secuencia, entonces, es concienciar, discernir, enjuiciar y perdonar. Cualquiera sea la senda del perdón –hacia otros o hacia sí mismo- el proceso se completa o valida cuando se es capaz de anunciarlo, de expresarlo hacia el entorno.
210 Claves de Aire: Despertar, despertar a otros: la acción espiritual de despertar es cortar o interrumpir el sueño, el sueño de la mente en estado de vigilia embobada por las imágenes del presente y del pasado. Despertar conlleva la acción de recordar, sacar los elementos del olvido, destruir la amnesia. Tanto como recordar es recordarse. El hecho del recuerdo es esencial para la salud espiritual, especialmente cuando se trata de enfrentar las situaciones que originaron las cargas, los complejos, los traumas, los temores, etc. Este recordar puede ir más allá de lo biográfico personal, podrá alcanzar los límites de lo perinatal, del parto o nacimiento, tener la sensación de rememorar vidas pasadas, de conexión con lo trascendente o divino o incluso de compartir las vivencias individuales o colectivas de amigos, parientes y desconocidos. Ahora bien, el despertar como experiencia individual, es única e intransferible por la vía mental, sin embargo, el hecho de testimoniar o verbalizar el acceso a la conciencia tiene un efecto terapéutico sobre el entorno y estimular a otros a volver sobre sí, a tomar conciencia de sí.
Despertar la conciencia: recordarse a sí mismo equivale a que el sujeto, usted, ella, yo, pueda percibirse a sí mismo, al menos como un observador que reconoce la amplitud o potencialidad del ser, comprensión que pasa por encima de los límites de lo intelectivo y se abstrae del conocimiento limitado proporcionado por los sentidos y filtrado por la mente. A partir de este reconocimiento, el ser podrá ir transformándose en su propio conductor, en un proceso iterativo, voluntario y perseverante.
Mantener la conciencia despierta: el despertar puede ser un momento fugaz y no es difícil ser dominado nuevamente por los estímulos del entorno y los condicionantes externos. Incluso la maestría y la iluminación pueden perderse o extraviarse si no se labora por mantener la conciencia despierta. Para algunas y algunos privilegiados podrá ser un proceso mas bien espontáneo y relajado aunque para la mayoría será un desafío a lo largo de toda la existencia terrenal. Ahora bien, en tanto no se consiga el estado iluminado, es decir, la perfecta identificación consigo mismo, el desafío será alimentar un proceso de búsqueda, de mucha paciencia, de constancia, de mantenerse en la prosecución del acercamiento a Uno Mismo, hasta que su presencia sea duradera.
Enjuiciar: el mismo nombre del arcano vehicula otro de sus significados o símbolos, relacionado con la capacidad someter asuntos relevantes de nuestra existencia a un examen o análisis, discutirlos internamente y, finalmente, construir un juicio u opinión. Tendría poco asidero que diversos autores relacionen el arcano con el Juicio Final, pero, en cambio, tiene sentido entenderlo como la facultad de nuestro entendimiento o espíritu de arribar a un dictamen definitivo sobre algo, en especial, sobre nuestra propia conducta exterior e interior.
Claves de Tierra: Renovación, transformación, mirada nueva: la secuencia que se inicia en la conciencia y finaliza en el perdón va a implicar una transformación de la individualidad. El ser antiguo
211 poluido y desorientado es sustituido por un ser más maduro y limpio, liberado de cargas. La renovación se ha efectuado por la vía de un proceso de transmutación, en el cual los metales viles llenos de escorias o contaminaciones han sido paulatinamente sustituidos por metales nobles, de la contaminación expresada en la mentira y la inconsecuencia se ha llegado al oro de la verdad. Normalmente, en los casos en los cuales la renovación se refiere a un hito en la vida personal, la transformación puede expresarse en un cambio de forma, de faz, de estilo, apareciendo una nueva manera de vestirse, de llevar el cabello, de cambiar de casa, de territorio o de empleo. La renovación transformadora que se originó en la transmutación o alquimia interior, que nos indujo incluso a un cambio de nuestra apariencia, nos proporciona una nueva manera de ver el mundo, las cosas, los seres, nuestra inclusión en él y, especialmente, nuestra forma de vernos y sentirnos interiormente. Hay una mayor disposición no sólo a la conciencia de sí sino a una mejor comprensión de la otredad, a colocarse en el lugar de los demás y, por tanto, a comprender su hoy y su pasado y a intuir su futuro.
Futuro, nueva filosofía de vida: la conciencia ampliada sobre sí y el mundo, la nueva mirada más panorámica, conducen a la construcción de una nueva ética, es decir, no es una simple “filosofía” o ejercicio mental relativo a los fundamentos intelectivos de la existencia, sino a una conducta nueva que opera en el iniciado y se expresa como una ética o moral concreta, más consecuente, más verdadera, más solidaria. De allí que “una nueva filosofía” no significa disponer de un nuevo conocimiento erudito, algo como un objeto para lucirlo en veladas de conversación, sino que corresponde a un cambio interior que proporcionará una resonancia futura o un nuevo alcance al conjunto de cualidades de la individualidad.
El Veintiuno en el Tarot: El Mundo Con el arcano 21 El Mundo se ha llegado al final de un camino, quizás a una meta señalada en el mapa estructurado por el conjunto de los arcanos. Se trata de una etapa que destaca por la obtención de un logro, cual es haber dado un paso significativo en la madurez, en el conocimiento de sí mismo, haber integrado experiencias anteriores y haberlas transformado en un bagaje o tesoro preciado y querido, aunque hayan sido difíciles de sortear y aún más difíciles de conciliar las contradicciones que ellas implicaban. Los cuatro elementos –fuego, aire, agua y tierra- interactuando entre sí para dar origen a los tres principios –azufre, mercurio, sal- los cuales a su vez constituyen la matriz de la oposición de género –masculino, femenino- se encuentran representados en la gráfica del arcano. El desafío ha sido conseguir esa integración – representada por el hermafrodita alquímico- de la cual nace la plenitud por la existencia, la serenidad para afrontar nuevas metas y tareas tanto físicas como espirituales, la placidez y el disfrute por las experiencias que conducen a nuevas puertas que se abren ante la individualidad humana –representada por el óvalo-, puertas que, curiosamente, llevan más
212 lejos pero más cerca del Sí Mismo, pues el óvalo equivale a un círculo y su principio coincide con el final. Avanzar hacia el Sí Mismo constituye un triunfo, un éxito logrado pasando por encima de las limitaciones impuestas por la mente y una victoria para la integración de los mensajes del inconsciente que ahora se ligan de manera comprensiva con el intelecto. Por todas esas razones, se considera que el desafío es “Permitirse triunfar. Auto realizarse. Integrarse”402. Si una frase pudiese resumir lo que se espera en términos de realización, sería: “Yo soy uno con el universo”403, expresión que pudiese sonar a demasiado ambiciosa, pero no es nada más ni nada menos que la tercera unión de que hablaban los alquimistas: la unión de mente y cuerpo con el Unus Mundus, con la totalidad, con el Sí Mismo, la unidad reivindicada por todas las grandes corrientes espirituales de la humanidad como el más preciado valor, el verdadero oro espiritual. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: integración de opuestos; Unus mundus, unión de mente y cuerpo con el universo, totalidad, luminosidad; sabiduría, verdad; perfección; cerrar círculo o ciclo; fin de etapa; triunfo; solución favorable; iluminación; liberación, plenitud; popularidad; sentimientos nobles. Claves de Fuego: Unus mundus, unión de mente y cuerpo con el universo, totalidad, numinosidad: el arcano representa al arquetipo de totalidad, el cual corresponde al Sí Mismo o Self, centro regulador de la psique, un poder transpersonal que trasciende al ego, o si el lector lo quiere de otra forma, se trata de él mismo en su completitud oculta. Jung opinaba que el sí mismo no sólo es el centro, sino también toda la circunferencia que abarca tanto lo consciente como lo inconsciente; es el centro de esta totalidad, así como el ego es el centro de la conciencia. “El Sí Mismo aparece en sueños, mitos y cuentos de hadas en la figura de una “personalidad supraordinada”, como un rey, héroe, profeta, salvador, etc., o bajo la forma de un símbolo de totalidad, como el círculo, el cuadrado, la quadratura circuli, la cruz, etc. ... también puede aparecer como una dualidad unificada... por ejemplo, del tao como interacción del yang y del yin... etc.”
En el arcano 21 del Tarot la dualidad unificada se presenta antropomórfica como un andrógino encerrado en un óvalo, que tiene a su disposición todas las energías del universo representadas por las propiedades elementales alquímicas. El Sí Mismo es “Dios dentro de nosotros”. ¿Cómo se llega hasta sí mismo y simultáneamente a lo universal?. El camino es el que la Inteligencia Universal le enseña a Trismegisto (el estado de meditación: no cuerpo, no mente, no emoción).
402
Cerrar círculo o ciclo (totalidad): Como se ha señalado anteriormente, no hay un solo arcano del Tarot que representa un ciclo. La Luna es el que mencionamos con cierto detalle anteriormente. Pero, a diferencia de la Luna, en la cual el énfasis está puesto sobre los acontecimientos o fases que se repiten ordenadamente una tras otra, acá, en El Mundo, el acento está puesto en la aproximación de los dos extremos de un camino o
Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile. 403 Ídem.
213 semicircunferencia, en la juntura o cierre de dos puntas que dejarán de estar separadas, de tal manera que se pone término a algo, a un proceso espiritual, vía de desarrollo, plazo para una meta, tarea de vida, ejercicio de acercamiento al Sí Mismo, etc. Nos recuerda a la serpiente que muerde su cola (Uroboros) y que simboliza la cercanía del fin con el comienzo, pues siendo la vida un fluir, el cierre de un ciclo no es más que la apertura de otro nuevo.
Fin de etapa (parcialidad): El arcano puede también representar a una parte del todo, es decir, siendo el todo un ciclo, la parte puede ser la etapa o fase de un ciclo. En otras palabras, si el ciclo es el camino, la etapa es un trecho del mismo, una parada o descanso durante el desplazamiento a través del ciclo. Todo dependerá de la personalidad de que se trate, pues siendo las individualidades diferentes, habrá quienes avancen etapa tras etapa y habrá quienes experimenten saltos bruscos y sobrepasen sus ciclos en el proceso de individuación en forma más acelerada que otros.
Iluminación: Varios son los arcanos que representan la luz interior, el conocimiento intuitivo esclarecedor de sí mismo, un paso más en el proceso de individuación. Como se dijo anteriormente, la luz interior o la claridad en el entendimiento pueden surgir espontáneamente, sin relación causal y sin la presión o ansiedad del tiempo lineal, en el momento que sea necesario para uno mismo disponer de esa iluminación interior, del verdadero entendimiento que abre la noción de cualquier concepto, en especial de la comprensión de sí mismo(a), el esclarecimiento instantáneo de nuestra realidad interior.
Claves de Agua: Triunfo; solución favorable, desenlace feliz: El arcano trae un mensaje de victoria, una señal de éxito en el proceso de individuación. Además, anuncia la resolución satisfactoria de uno de los actos de nuestro propio drama de vida, el desenlace propicio en el andar del camino del héroe o la heroína que somos cada uno de nosotros como protagonistas anónimos del mito universal.
Liberación, plenitud: La comprensión, “el buen juicio”, nos coloca en el camino de la liberación, en la vía del desprendimiento de las cargas que soporta nuestro espíritu, pues ni más ni menos que un gravamen es el equivalente que ha de resistir la individualidad que no ha logrado redimir sus contradicciones. Entender el origen de lo que nos oprime y asimilar emocionalmente dicha comprensión puede equipararse a la cancelación de una suerte de impuesto o carga aplicado a nuestra vida espiritual. Ahora bien, la liberación de la opresión dará paso a una sensación de totalidad, de estar en el apogeo de nuestra existencia, en la plenitud de una etapa de la vida.
Sentimientos nobles: el arcano simboliza, además, nuestros estados de ánimo vívidos, en la senda de la ética generosa y leal, opuestos al afligimiento o la mezquindad vil.
214 Claves de Aire: Integración de opuestos: Hemos señalado varias veces anteriormente que la presencia de los opuestos o las dualidades antagónicas o dialécticas se presenta prácticamente en todos los arcanos. Asimismo, todas las oposiciones –las cuales la individualidad generalmente las vivencia como un período de desconcierto o retorcimiento interiorterminan por cerrar la etapa mediante la generación de un nuevo estado, caracterizado por la fusión de los contrarios, acompañado de un estado anímico de mayor nivel energético, de placidez o plenitud. No siempre se produce este término maduro de la etapa, lo cual revela una situación de tipo neurótico al permanecer o vivenciarse la contradicción en forma recurrente. El arcano El Mundo representa la aceptación del desafío por comprender la contradicción de que se trate, superarla e incorporarla de forma consciente a nuestra experiencia de vida, o sea, en actitud madura.
Sabiduría, verdad: Uno de los significados más evidentes del arcano es el de conocimiento en su más alto grado, de profundidad de comprensión, de sabiduría. Quien disfruta de acceso a la sabiduría es aquél o aquélla que tienen acceso a la verdad, a la conformidad entre lo que se siente, se piensa y se dice, conformidad entre los mensajes intuitivos de nuestro inconsciente y el concepto que de ellos se forma nuestro intelecto.
Claves de Tierra: Perfección: El arcano simboliza toda actividad, proceso, ciclo, etapa, fase, momento, ejercicio interno u otro, que alcanza un estado de completitud, el grado máximo de acabado, perfección o eficacia.
Popularidad: Siendo la popularidad la aceptación, cariño o aplauso que recibe una individualidad de su entorno, es decir del pueblo, el arcano pretende expresar que quien logra mayor iluminación, liberación o plenitud es percibida(o) de manera diferente y más respetada(o) por los demás.
El arcano sin número en el Tarot: El Loco La propuesta de la escuela Jungiana es adoptar un esquema de los arcanos mayores del Tarot como un mapa y considerar la presencia de un viajero que se encuentra en la necesidad de usar ese mapa para reconocer el territorio de su espiritualidad o Sí Mismo. Agregan que ese viajero está representado por el arcano El Loco. Este arcano representa la actividad pura, una suerte de kinestesia en la cual está vedado el razonar e incluso el emocionar y lo único permitido es la acción empírica per se, disfrutando del momento y sin importar demasiado las consecuencias. El Loco nos recuerda al viajero con su atadillo a cuestas que alguna vez fue representado por los alquimistas. No necesariamente este personaje pudiese significar un aventurero de carne y hueso, sino quizás el soñador que imagina una acción y la vive en su realidad virtual interior, una especie
215 de imaginación activa o divagación consciente, que aunque parezca increíble nos puede conducir a descubrir los mensajes emitidos por nuestro inconsciente y que venían encubiertos por símbolos, de tal manera que pasaron a nuestro lado como algo incomprensible, pero ahora tienen un audaz vagabundo dispuesto a gastar su ocio en un ensimismamiento atemporal que le entrega claves de comprensión que la mente fue incapaz de proporcionar. Se ha dicho que el desafío involucrado en El Loco es “Aprovechar la expectativa renovadora de una nueva oportunidad, sin perder la libertad”404, de allí que su método es seguir sus corazonadas, abierto y listo para expandirse, rompiendo las ataduras del intelecto, la modernidad y las convenciones sociales. Entre las claves o aspectos que encubre este arcano es posible mencionar: empezar los inicios; viajero, peregrino; espontaneidad, intuición; instinto, afectividad; superación de las limitaciones; intermediación de arcanos (flexibiliza a otros, amplifica o anula); versatilidad; salto cuántico; arriesgarse, vida plena; intuición, corazonada, visceral; atípico, plástico, caótico; impredecible, inspirado; experiencia límite, autorrealización, individuación. Claves de Fuego: Empezar los inicios: El arcano representa por excelencia aquello que comienza. Ni siquiera se referiría a lo que se encuentra comenzado, sino aquello que está partiendo en sus primeros instantes. No se referiría incluso a lo que principia de hecho, sino a lo que está más cercano a sus primeras causas o raíces. Por tanto, ellas no pueden visualizarse o tener una expresión tangible, sino encontrarse en un medio espiritual como unas primeras ideas y ni siquiera eso, podrían estar tan sencillas y primarias como son los impulsos instintivos que empujan a la acción futura. Su aparición en una tirada de cartas constituye un anuncio o indicador de inicios.
Viajero, peregrino: el espíritu del arcano encierra la idea del viaje, de la traslación física y espiritual. Insinúa el comienzo del desplazamiento del héroe del mito, el cual irá corriendo por dos vías paralelas, una, sus experiencias o aventuras que se van desarrollando etapa tras etapa sobrepasando las pruebas de la vida, otra, la superación de sus vallas internas, la solución de sus contradicciones, debilidades, apegos y temores. El héroe errante es como un peregrino, el cual se aventura por tierras extrañas, quien, aparentemente, por devoción, llegará hasta un santuario, el cual ni más ni menos habrá de representar su templo interior, el oculto lugar donde se encuentra la divinidad interna, el Sí Mismo, siendo el culto nada más que la fe en alcanzar la iluminación o el avance en la individuación.
Versatilidad: el arcano inspira para moverse, reaccionar o adaptarse con facilidad y rapidez frente a diversas situaciones o desafíos.
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Hales, Jaime. 2001. Conceptos vertidos en el Diplomado en Conocimiento Holístico de la Academia Syncronia. Santiago de Chile.
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Atípico, plástico, caótico: la inspiración auspiciada por el arcano se aparta de los modelos comunes, de los esquemas conocidos. Por lo mismo, induce una cierta plasticidad o capacidad de cambiar o adaptarse frente a los requerimientos de la vida. Estas características le harían ser percibido como confuso o desordenado por lo espíritus cómodos y rutinarios.
Experiencia límite, autorrealización, individuación: Sin ninguna premeditación, solamente por la sincronía proveniente del mundo arquetípico, espontáneo, es que ha resultado casi como cierre de las claves de El Loco así como cierre de este trabajo el concepto de “experiencia límite”, una idea y objetivo esencial dentro de las grandes corrientes de la espiritualidad humana, pues encierra la clave de la unidad anhelada por los seguidores del camino. El arcano, en ocasiones, puede ser indicio de un momento trascendental para el iniciado: una situación denominada “experiencia límite”. Diversas situaciones o experiencias, de tipo creativo, estético, amatorio, orgásmico, místico, pueden ser incorporadas dentro del concepto más global de experiencia límite. Se trata de experiencias que cambian a la persona y su percepción del mundo. El aspecto esencial de tales vivencias es la integración dentro de la persona y entre la persona y el mundo (es decir las tres uniones buscadas por los alquimistas, la unión de la mente, la unión de los opuestos y la unión con el universo). En ese estado de ser, la persona se unifica. Por un momento, las divisiones, polaridades y disociaciones internas tienden a resolverse, la guerra civil interior no se gana ni se pierde, sino que se trasciende. La persona se abre mucho más a las vivencias, abatiendo en cierta medida el nivel mental, y se hace mucho más espontánea, poniéndose a pleno rendimiento, característica esencial de la creatividad en la persona autorrealizada. Se pierden completamente –aunque sea en un período breve- el temor, la ansiedad, la inhibición, la defensa, el control, la represión. “Es 405 como si aceptásemos y abrazásemos nuestro ser más profundo, en lugar de controlarlo y temerlo” .
Claves de Agua: Espontaneidad, intuición, corazonada: Una conducta inspirada por el arcano, que es todo menos racionalidad, es producida aparentemente sin causa o sin reconocimiento de su lógica. Estas reacciones serían fruto de la intuición, esa facultad la cual, sin necesidad de razonar o seguir un camino lógico-formal puede dar una comprensión instantánea de las cosas, algo que en forma coloquial denominamos presentimiento. Como se dijo explícitamente en la descripción de otro arcano, esta percepción es un fenómeno absolutamente íntimo e interior, una verdad o certeza que, al ser evidente a su poseedor, no necesita demostración alguna. Esta manera de sentir un conocimiento sobre una situación, sobre otros o sobre sí mismo es algo que fluye hacia la conciencia mental originado desde el inconsciente. El arcano representa un llamado a obedecer esas intuiciones y seguir sus sugerencias, las cuales, percibidas o hechas conciencia efectiva a tiempo, pondrán al sujeto a salvo de situaciones dañosas. En varias oportunidades anteriores se ha mencionado a la intuición o los “presentimientos” que se expresan ante 405
Maslow, Abraham H. “Motivación y personalidad”. 1991. Ediciones Díaz de Santos. 436 p.
217 la aparición del arcano, el cual, cumpliendo su afición por el riesgo, hace que el adepto se mueva a ejecutar asuntos arriesgados guiado(a) por los impulsos espontáneos de su inconsciente.
Instinto, afectividad: Se puede haber apreciado en las claves anteriores que el arcano propicia las conductas motivadas en causas profundas, sin necesariamente conciencia de ello ni explicación racional de lo mismo. Se trata de las pautas que espontáneamente rigen al ser humano a partir de su herencia instintiva espiritual modelada por el supuesto caos de los arquetipos del inconsciente colectivo. Aparentemente, la persona estaría dominada por sus emociones y pasiones, aunque no habría un apego permanente una emoción específica sino una conducta un tanto cambiante por la emoción en sí.
Impredecible, inspirado: las posturas, decisiones y reacciones de la individualidad bajo la influencia del arcano, por su ingenio y oportunidad, se encuentran fuera del alcance de ser prevenidas por el intelecto.
Claves de Aire: Superación de las limitaciones: el arcano insinúa que aquellos límites o barreras que fijaban la extensión de nuestras facultades, nuestras posibilidades, nuestras potencialidades o nuestros derechos, pueden ser rebasados mediante la comprensión de esos obstáculos y la voluntad e intrepidez de sobrepasarlos. Claves de Tierra: Intermediación de arcanos (flexibiliza a otros, amplifica o anula): la presencia del arcano en las tiradas de cartas acostumbra a ser interpretada como una señal de acción intermediaria. Es decir, sirve para mediar o facilitar la acción de otras entidades arcanas o arquetípicas. Por ejemplo, una situación sorpresiva y catastrófica –en presencia de El Loco- no sería tan dramática o, mejor dicho, habría suerte para salir bien parada(o) a pesar de todo.
Salto cuántico: esta expresión es prestada de la física atómica. Se quiere señalar que la presencia del arcano preludia una modificación dramática de los niveles de energía en los cuales se mueve la persona. Los arquetipos o el instinto estimulan reacciones o conductas atípicas que no dejan de llamar la atención del entorno, con soluciones a las contradicciones y problemas que son atribuidas a la “suerte” o a la sincronía de la vida.
Arriesgarse, vida plena: el arcano anticipa un estilo de pensamiento y de vida un tanto “existencialista“ que no repara demasiado –o simplemente no repara- en las contingencias dañosas, una suerte de aventurerismo que aprecia la vida en su totalidad, gozando cada instante como si ese preciso momento fuese el apogeo del vivir.
- Fin de la obra –
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