PATRIMONIALIZACIÓN Y USOS DEL ESPACIO PÚBLICO. LAS BATALLAS POR EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Ana ROSAS MANTECÓN*
Se sacralizarán /os lugares para disfrutar mejor de ellos y prohibírselos a /os demás. Roger Brunet
El Zócalo es el nombre popular de la plaza principal del centro de la Ciudad de México. Su denominación viene de un mal logrado proyecto decimonónico que trataba de adornarla con un monumento a la Independencia que quedo inconcluso y del que sólo se levantó la base de la columna o zócalo sobre el cual iba a erigirse'. Fue durante varios siglos un sitio pleno de vida comercial, política, religiosa, propicio para la recreación y la sociabilidad, que favorecía el encuentro, la interacción, la identificación nacional y la integración del conjunto de los habitantes de la urbe. Constituía el espacio público por excelencia de la ciudad y, como tal, propiciaba los usos sociales característicos de la vida urbana: esparcimiento, actos colectivos, movilidad, actividades culturales, comerciales, referentes simbólicos y monumentales, etc. Desde mediados del siglo XIX el poder gubernamental inició un largo proceso de apropiación de este espacio enarbolando la "defensa" de su carácter patrimonial: en 1843 se demolió el Mercado del Parián, argumentando que esa construcción menoscababa la magnificencia del lugar y que ciertos usos eran incompatibles con ella. Paulatinamente se fue haciendo desaparecer cualquier rastro de actividades que no fueran las ceremoniales oficiales: se quitaron jardines, bancas y fuentes, se retiraron tranvías, fiestas y espectáculos2, y se expulsaron comerciantes populares, para dejar sólo una plataforma de cemento vacía con una bandera en el Agradezco a Adriana Ortega y Cecilia Vilchis su apoyo en la revisión documental de este texto. "Zócalo" ha devenido en un sinónimo de "centro", de manera que en la actualidad así se nombra popularmente a las plazas centrales en diversas ciudades de México. 2 Lourdes Roca identifica el lustro 1880-1885 como clave para la conclusión de un ciclo: el de la plaza principal como espacio privilegiado para instalar todo tipo de diversiones, ya que a partir de entonces se niegan los permisos correspondientes (Roca, 2004).