Yves klein

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Yves Klein


Yves Klein: Sangre Azul Algunos personajes en la historia han dejado su legado plasmado en obras de arte que se siguen conservando para ser contempladas por cientos de personas, sin embargo algunos otros dejaron algo más, y llegaron a crear obras tan efímeras como el fuego. Este es el caso de Yves Klein, un artista singular que hasta cierto punto rompió esquemas al respecto del concepto que se tenía precedido de los artistas. En alguna época, los grandes artistas eran reconocidos por algo en común, locura, desenfreno, o prácticas que salían de lo convencional. Posiblemente su pasión por la disciplina y el deporte lo llevaron por otro sendero de vida, y a su vez esto se vio influido en su obra artística que cuya característica principal es el movimiento y una filosofía del vacío.

Yves Klein nació el 28 de abril en Niza; en la calle Verdi en casa de sus abuelos maternos en la que residían sus padres, Freud Klein y Marie Raymond, ambos pintores apasionados. La vida de Klein transcurrió entre constantes viajes debido a los múltiples trabajos de sus padres, aunque vivían en Paris, por lo regular cambiaban de residencia frecuentemente, sin embargo, había un lugar que siempre frecuentaban y donde el pequeño Yves era muy feliz, y ese lugar era justo con su tía, Rose Marie Raymond, él adoraba a su tía y ella a él, y posteriormente sería ella quien le brindaría apoyo para emprender ciertos viajes que sin lugar a dudas tuvieron gran influencia en su vida y obra.

Yves Klein, 1932

Desde pequeño, Klein mostró un profundo interés por las cuestiones místicas y la espectacularidad, todo esto lo llevó a aventurarse en un movimiento esotérico de origen medieval llamado “mística orden de Rosacruz”, en la cual ejecutaban rituales y prácticas esotéricas, así como una peculiar fascinación por el color azul. Posteriormente, ese interés por la serenidad y paciencia le llevo a inscribirse en un club de judo de su ciudad natal, en ese club se encontró con los que a la postre, se convertirían en sus mejores amigos, Claude Pascal y Armand Fernández. La relación con sus amigos fue muy estrecha, ya que los unían intereses en común; su pasión por el ejercicio físico, la aventura y la creación.

Yves Klein en L'école de judo à Nice, ca. 1948


Tierra, aire, cielo. Pascal, Fernández, Klein Los tres amigos eran inseparables, y sus gustos los unían aún más, un día charlando en la playa de Niza, los tres amigos deciden en tono de juego el reparto del mundo y sus espacios vitales, en la cual Armand consiguió la tierra y sus riquezas, Claude Pascal el aire, e Yves Klein el cielo y su infinidad. De ese encuentro el propio Yves mencionó unas palabras: “Cuando aún era adolescente, estaba a firmar mi nombre en el otro lado del cielo durante un viaje fantástico realístico imaginario. Ese día, mientras estaba tumbado en la playa de Niza, comencé a sentir odio por los pájaros que volaban hacia atrás y adelante a través de mi cielo azul, cielo sin nubes, porque trataron de perforaciones en mi mayor y más bella obra.” Los viajes de Yves fueron constantes, en 1948 visitó Italia y por alguna extraña razón decidió realizar su servicio militar en Alemania, en 1949 Pascal e Yves se trasladaron a Londres, donde siguieron con sus actividades de Judo, Yves consiguió trabajo con Robert Savage, quien anteriormente había trabajado con su padre, y es este personaje que le enseña a mejorar su técnica ya innata viniendo de una familia de pintores, así como el arte de mezclar colores. Para probar lo que había aprendido, Yves realizó varios monocromos en papel cartón en colores pastel y gouache. Luego de este viaje y de regreso en Paris, en 1951 Pascal e Yves tenían planeado realizar un viaje alrededor del mundo para comprender su naturaleza y que según ellos les serviría como un viaje espiritual y para encontrarse con ellos mismos, sin embargo los problemas de salud impidieron a Pascal realizar el viaje junto a su amigo.

Klein realizando su servicio militar en Alemania

¡Hala Madrid! Luego de este inconveniente, Klein se encamina rumbo a Madrid con la firme intención de aprender español. Durante su instancia en aquel país, Yves se encontró con dos inquietudes, encontrar un lugar para practicar Judo, y la segunda, encontrar un trabajo para sobrevivir. Como si fuera una casualidad, en un golpe de suerte Yves encontró trabajo en el club de judo llamado Bushidokawai y se desempeño como judoca, era un buen empleo según sus propias palabras: “Me pagan cien pesetas por cada alumno de clase particular, y cincuenta por cada alumno de clase normal.”


Rose Raymond e Yves Klein en Toledo, España, 1951

Páginas de su diario en España

Sin embargo esos ingresos no eran suficientes, por lo que también funge de maestro de francés. Su estancia en España le pareció fascinante, ya que conoció una cultura totalmente distinta a la suya, partiendo de la afición que tenían en ese país por los toros, hasta la personalidad que adoptaban las personas con las que entraba en contacto. Para culminar su estancia en España recibió la visita de sus padres y se encaminaron a la ciudad de Toledo. En una tarde de inspiración, el propio Yves escribió un poema a la ciudad que le había causado tanto interés y conflicto.

“Un día el cielo azul sobre la tierra ha caído, y de su herida la sangre ha brotado. Era un rojo brillante, chispeando estrepitoso, había negro también allí donde se coagulaba. Una bolsa de sangre que era España. El cielo azul la ha cubierto, muy pálido. Cuando se miraban había relámpagos violetas. La música eran celos, y en la paz del azul reinaba la cólera del rojo. España divina, dolor y rojo.”

Yves Klein y sus padres; Fred Klein y Marie Raymond


Páginas de su diario en España, en ellas se vislumbra el conflicto y el interés que le causó esa ciudad


Japón, Les Foundaments du Judo Luego de estos viajes y gracias a su tía, Yves hizo contactos en Japón, y con su ayuda emprendió un nuevo viaje al país del sol naciente, a donde llegó el 23 de septiembre de 1952. Poco después se traslado a Tokio el 9 de octubre. Estando en esa ciudad se da cuenta de algo muy interesante, tiene la oportunidad de aprender todo acerca del deporte de sus amores, el judo, en el país que desarrolló esta disciplina. El judo se centra en las katas; un kata es una forma, un molde; designa una serie de movimientos técnicos ejecutados con arreglo en un plan de lucha contra uno o varios adversarios que atacan desde distintos ángulos. Esta práctica no puede estar nunca vacía, ya que al ser un ritual, el sujeto está puesto a la observación de unas reglas muy codificadas, exige que el sujeto evite expresar ideas y pensamientos muy concretos y estar al tanto de todo lo que lo rodea, impregnándose de ello. El compromiso, la concentración y todo lo que implica este deporte fueron determinantes en el estilo artístico que desarrollaría el propio Yves Klein, y lo harían tener un sello particular caracterizando sus obras. El interés por aprender la técnica perfecta del judo en el país que patentó esa disciplina era algo sumamente tentador para Yves, así que aprovechando su estancia en Tokio, decidió inscribirse en el Kodokan, el más prestigioso instituto de Judo de todo Japón, Para cumplir su objetivo, Klein pasó 15 meses en Japón aprendiendo con el profesor Asami, Koshiki-no-kata, noveno dan de judo, en los cuales dividía su tiempo en las clases de Judo y en las clases de francés que impartía.

Yves Klein en Kyoto


Yves Klein y su maestro Asami Koshiki-no-kata, Tokyo, Jap贸n, 1953.

Yves Klein y su maestro Asami Koshiki-no-kata, Tokyo, Jap贸n, 1953.


El resultado de sus esfuerzos se vieron recompensados, pues obtuvo el grado cuarto dan de judo, cabe mencionar que ese grado era el más alto para los europeos. Durante su estancia en Japón se propuso encontrar la forma de dejar sus conocimientos en la práctica del judo, y la mejor manera que encontró para hacerlo fue escribir un libro, antes de salir de Japón ya tenía gran parte del libro hecho y en el, se proponía enseñar la importancia de la mentalidad y técnicas orientales de judo. Una vez de vuelta en Francia y ya con el libro terminado, contó con el apoyo de la editorial Grasset, para finalmente publicar su libro en noviembre de 1954 que tenía por nombre Les foundaments du judo (Los fundamentos del judo), el cual consistía en ejemplos de katas y diferentes técnicas ilustradas con fotografías de Yves, su profesor y sus compañeros.

El libro Les Foundaments du judo


El libro Les Foundaments du judo, con fotografías explicando cada kata

En el libro aparece una pequeña cita hecha por Yves Klein, en la que en pocas palabras narra toda su pasión por este deporte. “El judo es, de hecho, el descubrimiento del cuerpo humano de un espacio espiritual.” Además Yves mencionaba que su interés por el judo se debe a “Lo que me fascina del judo es el movimiento, y mientras que el extremo de movimiento es siempre abstracto y puramente espiritual, que se puede combinar con la pasión y la emoción del momento.” Sin embargo no todo fueron buenas noticias para Yves, puesto que se encontró con que la Federación Francesa de judo no reconocía sus títulos, y por tal razón viajo a España nuevamente, y fue reconocido por la federación española de judo como Judoca, con este reconocimiento regresó a Paris y abrió el Judo Académie de Paris, en el cual fungía como profesor judoca.


Tarjeta de presentación de L´ Académie de Paris”

Tarjeta de presentación de Yves Klein otorgada por la Federación Española de Judo, 1954


Luego de su travesía por el mundo del deporte y la espiritualidad comenzó su carrera artística, su principal virtud fueron los monocromos, pinturas uniformes de un solo color, primordialmente su color predilecto, el azul. A pesar de ser uniformes cada una era muy distinta, ya sea por la textura o tonos con los que las realizaba. Con el paso del tiempo Yves fue perfeccionando su técnica y ya no sólo se dedicaba a pintar cuadros estáticos uniformes, decidió también hacer algo diferente, ¿Qué tal si se pudiera hacer una obre de arte espectacular y efímera a la vez, que se envolviera en el concepto del vacío, pero que luego de consumirse permaneciera para la posteridad? Es precisamente uno de los conceptos que acoge Yves al crear obras literalmente “fugaces”, en las cuales hacía su pintura y luego la rociaba con un liquido flamable para después prenderle fuego, contemplar su obra ardiendo y observar el trabajo hecho por el fuego, dejando en un marco de cenizas los contornos que hacían de sus obras algo único.

Yves creando su obra de fuego


Fuego azul y dorado

Todos estos trabajos le dieron la oportunidad de presentar sus obras en algunas galerías, siendo la exposición “Yves; peintures”, y posteriormente “Propositions monochromes” , la primera celebrada en el club de los solitarios, en los salones privados de la editorial Lacoste, y la segunda celebrada en la galería Iris Clert y en la galería Colette Allendly

La invitación a la primera presentación de Yves

La tarjeta de presentación de la segunda exposición de Yves: Propositions Monochromes


Bella musa, Rotreaut Luego de este éxito siguió presentando su trabajo en muchos otros lugares, y es en una de tantas exposiciones donde conoce a Rotreaut Uecker, una joven bastante atractiva, y debido al interés mostrado por parte de la chica, Yves decide contratarla para que sea su asistente, sin embargo su relación trascendió de un simple trato laboral, ambos compartían gustos similares y fascinación por lo excéntrico y lo espiritual los unió aún más. La vida al lado de Rotreaut resultó fascinante para Yves, pues además de tener una colega, tenía a la chica perfecta para él.

Yves y el amor de su vida; Rotreaut, posando sigilosamente para la cámara


Yves Klein: Anthropométrique et Monocrome un Feur Una de las presentaciones más llamativas de Yves sin lugar a dudas fue la Célébration d'une nouvelle Ere anthropométrique (Celebración de un nuevo período antropométrico). En esta presentación Yves tenía tres modelos desnudas cubiertas por pintura azul y estampaban sus cuerpos en lienzos blancos puestos en las paredes y el suelo, la creación de la obra fue peculiar, pues entre bailes risas y movimientos extraños las modelos depositaban sus cuerpos en los lienzos formando siluetas de color azul, algo que Yves hizo referencia es que trataba de capturar las “señales fugaces de estados en momentos de carne.”

El proceso de creación de la obra la Célébration d'une nouvelle Ere anthropométrique


Yves y Rotreaut contemplando su obra, Rotreaut era una excelente compañía para Yves ya que con ella compartió los momentos más dulces de su vida


En 1961 Yves retomó su trabajo con fuego y se montó la exposición: Yves Klein Monocrome un Feur; Yves Klein Monocromo y Fuego. Esta exposición celebró en el museo Haus Lange de Krefel, Alemania. Klein mostró monocromos azules y de otros colores, aunque el espectáculo principal fue el Mur de Feu (Muro de Fuego). Dicho muro se componía por cincuenta quemadores alineados en cinco filas de diez. Cuando se encendía en la oscuridad su efecto era espectacular, utilizando rosetas con forma de margarina revelaban la descomposición de los colores con los que se componía la llama, y estos eran el azul, oro y rosa.

Yves contemplando el fuego azul


Klein& Rotreaut Para el año siguiente sucedería uno de los acontecimientos más importantes para Yves Klein. El 21 de enero de 1962 Yves contrajo matrimonio con Rotreaut en la iglesia de Saint Nicolas des champs en París. Toda la planeación de la boda fue meticulosamente preparada por el propio Yves.

Saliendo de su bodaYves y Rotreaut fueron escoltados por una guardia contratada por el propio Yves

Yves mirando fijamente a su ahora esposa, la que fue el amor de su vida, Rotreaut


Yves Klein; IKB y el mundo de la moda Sin lugar a dudas Yves dejo un gran trabajo artístico para el poco tiempo que duró su carrera, sin embargo por lo que realmente se le recuerda es por haber creado un nuevo color, tan profundo como una noche llena de estrellas. Yves Klein fue un artista y pintor que, literalmente, inventó un color. En 1956, mientras estaba de vacaciones en Niza, hizo experimentos con un aglutinante polimérico para preservar la luminiscencia y la textura en polvo de un pigmento ultramarino en crudo todavía inestable, en ese mismo año Klein inauguró una exposición en Milán, que incluía 11 pinturas de un solo color el azul, que marcó el comienzo de su "Revolución Azul". A partir de este momento empezó a incorporar su azul en todo tipo de objetos, como esponjas, globos y bustos de Venus. Incluso sus ‘pinceles vivientes’ sumergieron su carne en su azul, muy probablemente contemplar su exposición es comparable a meditar bajo un cielo azul profundo. En 1960 Yves Klein patento su color azul como International Klein Blue (IKB), para que no quedase duda alguna de su descubrimiento. Y luego se dedicó a emplearlo de forma abundante en su trabajo él afirmaba que el azul era el color que mostraba "lo invisible volviéndose visible".

El azul Klein es un azul ultramar intenso brillante que fue ideado como parte de la búsqueda de los colores que mejor representaban los conceptos que deseaba transmitir como artista. Con el tono específico de su mezcla se podía conseguir la sensación de estar completamente impregnado por el color sin tener que definir el propio color. Para Klein el color era una forma pura para expresar su sensibilidad y rechazaba todo tipo de línea o dibujo como limitación o aprisionamiento en pensamientos formales frente a las percepciones espirituales. La obra de Klein es considerada una producción clásica del arte moderno. Actualmente el International Klein Blue o Azul Klein, ahora es llamado azul style por grandes firmas de moda que han decidido ponerle ese sobrenombre. Tal vez este artista tuvo una leve noción de lo que su color causaría en el mundo, pero considero que nuca se habría imaginado que su azul sería tan común y que sería retomado por la moda. El impacto de dicho color fue tal, que rápidamente fue utilizado por la industria de la moda, por ejemplo, la marca Barberini ; lanzó una línea de gafas vintage retro inspiradas en el color IKB, las cuales son un producto elegante y extrovertido. Por otro lado diseñadores de la talla de Gucci, Michael Kors, Jean Paul Gaultier o Eli Saab han realizado pasarelas dedicadas a este color tan lleno de vida y pasión


El azul Klein es ya un referente de la moda y el buen gusto, aunque dicha obra no fe hecha por un diseñador sino por un artista que revolucionó su época y desde entonces no ha dejado de crear, desde colorear exteriores, hasta iluminar toda la industria de la moda.

Los lentes de sol diseñados con la personalidad y colores de Yves

Las marcas más importantes del mundo de la moda has utilizado el IKB para engalanar sus eventos


Yves Klein en uno de sus tantos trabajos mostrando orgulloso su creaci贸n

Fuentes: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/09/140905_vert_cul_yves_klein _azul_ng

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/klein_yves.htm

http://www.daadmagazine.com/arte/yves-klein-antropometrias-o-delcuerpo-y-accion-como-creacion

http://www.yveskleinarchives.org/


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