Entornos personales de aprendizaje: Una visión retrospectiva Elaborado por: María Isabel Hernández Romero cursosizabel@gmail.com Introducción La sociedad actual ambivalente, multi-tarea y de constante cambio ha generado el surgimiento de perspectivas diferentes de enseñar-aprender en modalidades diversas. En un principio se hablaba del uso de la computadora y ofimática, posteriormente del uso del internet que lo orientaba al acceso de la información. Con la llegada de la Web 1.5, dentro del marco de la sociedad de la información, se empezó a encauzar no solo al acceso de la información sino también a la comunicación e interacción entre sus actores a partir del correo electrónico, foros de discusión, chat y sistemas de gestión de aprendizaje. Se puede decir que hasta ese momento, su uso era “eminentemente instrumental, un digitalización de las prácticas tradicionales” (Recuero de los Santos, 2013). Como consecuencia natural de este continuo evolutivo, surge la Web 2.0 (O’Reilly, 2005) como parte de la Sociedad del Conocimiento. Este era trajo consigo, una concepción diferente del proceso de aprendizaje; situó al estudiante como un agente no solo receptor sino como un participante activo que requería desarrollar competencias digitales tales como gestionar la información, crear contenido, comunicarse, manejar multimedia y compartir conocimiento de forma verbal y escrita entre otros (Hernández, 2015). Para ello, se empezó a utilizar los webquests, wikis, foros de discusión, blogs, y sistemas de gestión de aprendizaje de última generación. Las prácticas educativas correspondientes trajeron avances significativos en la implementación de enfoques alternativos, diseños instruccionales y buenas prácticas. Sin embargo, los diferentes
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contextos institucionales, personales, costos, brecha digital en países en desarrollo así como el ritmo vertiginoso y evolutivo de la sociedad trajeron consigo la necesidad de buscar ambientes de aprendizaje más flexibles y fluidos para sus principales participantes. Se cree que el término de entornos personales de aprendizaje se utilizó la primera vez en 2001, en el marco del proyecto, NIMLE (Northern Ireland Integrated Managed Learning Environment) del Joint Information Systems Committee de la Gran Bretaña, JISC por sus siglas en inglés (Brown 2010). No obstante, al parecer, es hasta el 2004, cuando JISC incluyó una sesión específica en su congreso anual denominándola oficialmente Personal Learning Environments o PLE, por su terminación en inglés. Desde ese momento hasta entonces los PLE han evolucionado en gran medida. El propósito de este ensayo es proporcionar un panorama de los entornos personales de aprendizaje, visualizar sus principales definiciones y establecer algunos aspectos preponderantes relacionados con las pedagogías así como tecnologías emergentes a tomar en cuenta para una futura adopción como enfoque de aprendizaje. Conceptualización En un principio, la concepción y diseño de estos PLE aún estaba muy influenciados por los enfoques pedagógicos utilizados anteriormente. En la práctica, con el afán de sistematizar y organizar contenidos, estrategias de enseñanzaaprendizaje, actividades de aprendizaje, selección de TIC y evaluación, se caía en una reproducción de cursos tradicionales, repositorios de materiales que carecían de
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la interacción y “presencia social en sus foros de discusión” (Gunawardena, 1997). Estas experiencias mediante los hallazgos de algunas investigaciones al respecto, hicieron posible una revisión no sólo de su enfoque sino principalmente de su concepción. ¿Cómo se definiría un PLE? Existen múltiples definiciones de los PLE, algunas más orientadas al aspecto inminentemente tecnológico u otras que la conciben como un tipo de enfoque o pedagogía emergente. Fiedler y Pata (2009) lo definen como “una colección de instrumentos, materiales y recursos humanos que el estudiante utiliza en un determinado momento en el contexto de un proyecto educativo”. Attwell (2007) por su parte lo describe como “un cambio en la práctica pedagógica hacia un aprendizaje abierto, social y centrado en el estudiante”. Fernández-Serrano (2012) lo considera una ¨…sabiduría digital, una capacidad de saber dónde está lo que se necesita y el "para qué" adecuado a un uso práctico…”. En ese mismo sentido, Adell y Castañeda (2010) lo conciben como un “conjunto de herramientas, fuentes de información, conexiones y actividades que cada persona utiliza de manera asidua para aprender”. Para ello se requiere tomar en cuenta dónde y cómo se accede a la información (lectura), dónde se modifica (reflexión) y a través de qué tipo de interacciones y con quiénes se crea y se comparte (Castañeda, 2012). Se puede decir que los PLE actualmente son un enfoque clave de las pedagogías emergentes que están constituidos por un conjunto de herramientas, recursos e interacciones que permiten intercambiar, compartir información y experiencias, además de construir conocimiento a través de una interacción activa como prosumidores, una actitud 2.0 y la creación de redes personales de aprendizaje (Méndez, M., Hernández, M.I. y Collí, D. (2016).
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Los PLE, vistos como un enfoque flexible y abierto puede apoyar significativamente en el proceso de aprendizaje desde la multimodalidad ya que permite al estudiante utilizar una serie de estrategias basadas en sus requerimientos y estilos en un espacio de aprendizaje principal. Algunos de estas estrategias son el trabajo colaborativo que propicia (a) la creación de vínculos de apoyo y fortalecimiento entre sus pares así como con sus asesores, profesores y otras autoridades del área de conocimiento; (b) el control de sus propios recursos de aprendizaje con el propósito de permitirle estructurar, compartir e integrarlo a lo obtenido o creado anteriormente, por último (c) el manejo de las actividades donde decide participar así como la integración de su propio conocimiento (Milligan, et al., 2006). Aspectos a tomar en cuenta en su conformación Basado en lo anterior, Adell (2014) indica que un PLE consta de tres partes fundamentales: a) la relacionada con la gestión de la información (acceso, búsqueda y administración de la información, b) la enfocada a la creación de contenido (modificar, crear ex novo, difundir) y por último c) la encauzada a la comunicación, al trabajo colaborativo (PNL que permite la relación con otros). Vale la pena enfatizar que esta última parte se considera como una de las más significativas. En este sentido, se cree primordial resaltar el papel de la interacción activa en la comunicación entre sus participantes ya que coadyuva al desarrollo de estrategias para la gestión de información y conocimiento que permiten a sus usuarios contextualizar, compartir ideas, negociar significados, llegar a acuerdos, interiorizar y construir conocimiento (Hernández, 2015). Para ello, es necesario sensibilizarlos con las diferencias tanto en sus diferencias individuales como en sus redes personales de aprendizaje a través de
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sus, como establecen Ruiz, Martínez, Galindo, de la Cruz y Galindo (2016, p. 84 ) “… relaciones interpersonales como interacción recíproca entre dos o más personas con una tendencia horizontal y desestructurada”. Este tipo de comunicación hace propicia la conexión bi y multidireccional con personas y grupos que comparten temáticas de interés con el propósito de aprender más y convertirlas en comunidades de práctica (Laver y Wenger, 1991) basadas en una interacción activa como prosumidor. Ahora bien el proceso de implementación de pedagogías emergentes en un PLE requiere de recursos o medios como son las tecnologías emergentes, entendidas como una mezcla de ideas viejas con ideas nuevas promovidas por los docentes más activos y comprometidos y conocedores de las nuevas TIC que se encuentran en constante co-evolución (Adell, 2012). Adell y Castañeda (2012) las conciben como una dimensión que acompaña el surgimiento de las nuevas tecnologías en la Web 2.0, su monitoreo permite la comunicación con sus pares y profesores seleccionados por ellos mismos, establece una dinámica distinta de comunicación y comprensión de conocimiento. En cuanto a las pedagogías emergentes vigentes, Castañeda (2015) señala la importancia del sustento teórico metodológico sobre los cuales se encuentran sustentados, en su mayoría, en el Conectivismo de Siemens (2005) y Downes (2006 y 2007), la teoría del caos de Snowden y Boone (2007), modelo de aprendizaje emergentes
de
Williams,
Karousou
y
Mackness
(2011),
el
aprendizaje
autodeterminado de un bucle y doble bucle de Bryant, 2009, la teoría de LaaN de Chatti (2013) y por supuesto el constructitivismo de Vygotsky (1978). Entre estas tecnologías emergentes se encuentran aquellas para acceder y gestionar la información, los motores de búsqueda, base de datos y repositorios en
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línea, sitios de almacenaje, organizadores gráficos, infografías y curación de contenidos parecen ser los recursos más socorridos y útiles. Para construir o crear conocimiento compartido generalmente se utilizan muros interactivos, wikis, gráficos interactivos, artefactos multimedia, blogs del profesor y alumno, páginas web interactivas y redes sociales (Hernández, 2015). Compartir conocimiento y relacionarse con los demás redes personales de aprendizaje (PLN) suele ser través de gestores de marcadores, blogs de aula, podcasts, foros de discusión y mensajería instantánea móvil. Una de las intenciones principales es que el desarrollo de competencias digitales se lleve a cabo mediante la adopción de pedagogías y tecnologías emergentes que coadyuven a autogestionar la información para empoderarse del conocimiento mediante la reflexión e intercambio de ideas con otras personas para elaborar y re-elaborar el conocimiento a través de redes personales con el objetivo de crear, a su vez, comunidades de conocimiento compartido. Reflexiones finales Este trabajo proporcionó una visión general de los PLE en la construcción de conocimiento. Se analizaron las definiciones más representativas bajo sus diferentes enfoques. De igual forma, se establecieron algunos aspectos relacionados con las pedagogías y tecnologías emergentes a tomar en cuenta para su implementación. Por último, es fundamental mencionar que se requiere realizar más trabajos de experiencias sistematizadas así como más investigaciones de tipo intervencionista y mixta que proporcionen datos confiables sobre la puesta en marcha de entornos
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personales de aprendizaje efectivos en diferentes áreas de conocimientos, niveles educativos y sociales con el fin de crear comunidades genuinas de aprendizaje. Referencias Bibliográficas Adell, J. y Castañeda, L. (2012). Tecnologías emergentes, ¿pedagogías emergentes? En J. Hernández, M. Pennesi, D. Sobrino y A. Vázquez (Coord.) Tendencias emergentes en educación con TIC. Barcelona: Asociación Espiral, Educación y Tecnología. pp. 13-32. Adell, J. (2012/06/26). Educación 3.0 y Jordi Adell. Tecnologías y pedagogías emergentes en Edu+TIC. Recuperado de: http://youtu.be/O0_BTKdpX3w. Adell, J. (2014). Webminar # 4. Entornos Personales. [Video]. Recuperado de: https://youtu.be/xKUiBD6Ckmg Adell Segura, J. y Castañeda, L. (2010). Los Entornos Personales de Aprendizaje (PLEs): una nueva manera de entender el aprendizaje. En Roig Vila, R. & Fiorucci, M. (Eds.). Claves para la investigación en innovación y calidad educativas. La integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la Interculturalidad en las aulas. Stumenti di ricerca per l'innovaziones e la qualità in ámbito educativo. La Tecnologie dell'informazione e della Comunicaziones e l'interculturalità nella scuola.Alcoy: Marfil -- Roma TRE Universita degli studi. Brown, S. (2010). From VLEs to learning webs: the implications of Web 2.0 for learning and teaching. Interactive Learning Environments 18(1), 1-10. Castañeda, L. (2012). PLE Entornos Personales de Aprendizaje [Video]. Recuperado de: https://youtu.be/MPUlHtYfSzA
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