Jack y Oscar por Zoe Kelly Ilustrado por Penny Hsia
Textos: Zoe Kelly Ilustraciones: Penny Hsia Dise単o: Mario Olmos
Jack era un buen perro. Era de color marrĂłn con patas cortas, una barriga redonda y orejas caĂdas. VivĂa en una casa bonita en una calle tranquila con otras casas bonitas.
Habían muchos árboles a lo largo de la calle cerca de su casa. Le gustaba mirar por la ventana y ver a los niños jugar en los árboles por la tarde. Comía lo mismo todos los días y siempre daba un paseo después del almuerzo. A Jack le gustaba su calle, pero se sentía solo. No tenía ningún amigo.
Una noche hubo una tormenta grande, con vientos fuertes. La calle tranquila de Jack no era tranquila esa noche. Hubo rayos y truenos fuertes. Jack tenĂa miedo.
Al día siguiente Jack miró hacia fuera y vio algo que se movía. Era entero blanco. “¿Qué podría ser?”, pensó. Salió a ver más de cerca. A medida que se acercaba, vió que la cosa extraña tenía los pies grandes de color naranja, las piernas flacas de color naranja, un cuerpo blanco y un largo cuello blanco con una cabeza pequeña. Su boca era grande y de color naranja y tenía pequeños ojos de color negro. “Qué aspecto tan curioso tiene este animal”, pensó.
“Hola, ¿dónde está la granja?” Le preguntó el animal. Jack nunca había oído hablar de la granja. “¿Qué es la granja?”, Jack le preguntó. “Pues, la granja es mi casa”, dijo. “La granja es el mejor lugar del mundo. Hay mucha comida, una laguna para bañarse y todos mis amigos viven allí también.” De repente, el animal de aspecto curioso se puso muy triste. “Creo que de verdad estoy perdido”, dijo.
Jack se sentía mal y quería ayudar. “No estés triste”, dijo. “Voy a ayudarte a encontrar la granja, pero primero dime tu nombre.” “Mi nombre es Oscar. Oscar el pato.” “Encantado de conocerte Oscar”, dijo Jack. “Soy Jack. Jack el perro.” “Encantado de conocerte Jack”, dijo Oscar. Oscar estaba muy cansado. No había dormido en absoluto. Estaba volando cuando vino la tormenta y un fuerte viento lo llevó muy lejos. Cuando el viento lo dejó, estaba en el patio de Jack. Ahora tenía mucha hambre. Jack llevó a Oscar a su casa. “Come un poco de comida”, le dijo Jack.
Mientras Oscar comía, le contó a Jack sobre la granja. Un largo camino de tierra llegaba a la granja. En la granja habían muchos árboles y pasto. Oscar y sus amigos vivían en un granero rojo. Los amigos de Oscar eran Jeremy el cerdo y Lucy la gata. A veces Oscar jugaba en el barro con Jeremy y a veces ayudaba a Lucy a cazar ratones, pero a Oscar lo que más le gustaba era nadar en la laguna.
Jack le dijo a Oscar que le ayudaría a encontrar la granja al día siguiente. Cuando Oscar terminó de comer, se durmió por un largo tiempo. Mientras Oscar dormía, Jack buscó una bolsa. Luego le echó a la bolsa cosas para llevar en el camino a la granja. La llenó de alimentos para comer, agua para beber y una linterna para iluminar el camino.
Por la mañana Jack y Oscar tomaron la bolsa y salieron de la casa. Atravesaron el patio y se fueron más allá de los árboles donde los niños jugaban. Dejaron atrás la escuela donde los niños estudiaban. Luego, al llegar a la tienda, cruzaron la calle. Jack nunca había estado tan lejos de casa.
Jack y Oscar siguieron caminando. Finalmente llegaron a las afueras de la ciudad. Ahora lo único que veían eran verdes colinas cubiertas de pasto, árboles y cercas. También vieron un largo camino de tierra.
“Se está poniendo oscuro,” dijo Jack. “¿Podemos pasar la noche aquí?” Oscar dijo que sí, encontraron un árbol bonito e hicieran una cama ahí. Jack tenía frío y miedo. Extrañaba su casa bonita en la calle tranquila donde los niños jugaban en los árboles, pero no podía regresar. Tenía que ayudar a Oscar a encontrar su granja. Sacó la linterna de la bolsa, la encendió y la abrazó a su cuerpo. La luz le hacía sentir calor y luego se sintió mejor. Después de un rato se quedó dormido. Cuando amaneció, Jack y Oscar comenzaron a caminar por el largo camino de tierra. A lo largo del camino había una larga cerca blanca. Pronto se encontraron con una vaca comiendo hierba a lado de la cerca.
“Disculpe señora vaca, ¿podría decirnos el camino a la granja?”, preguntó Oscar. “Sí,” dijo la vaca. “Para llegar a la granja deben cruzar la siguiente colina y seguir caminando hasta que vean el árbol grande. No se preocupen, pronto van a llegar allí.”
Jack y Oscar siguieron caminando. Las cortas patas de Jack le dolían. No sabía cuánto tiempo más podría caminar. Luego llegaron al gran árbol. Oscar vió la parte superior del granero rojo grande y estaba tan feliz que soltó un sonoro “Cuak”.
Pronto Jeremy y Lucy llegaron corriendo. “Oscar”, gritaron juntos, “¿dónde has estado?” Oscar les explicó a Jeremy y Lucy que la tormenta lo dejó en el jardín de Jack y que Jack le ayudó a encontrar su camino de regreso.
Jeremy y Lucy llevaron a Oscar y Jack al granero. Comieron y se durmieron en el cรกlido heno amarillo.
Al día siguiente Jack jugó en el barro con Oscar y Jeremy, ayudó a Lucy a cazar ratones y miró a Oscar mientras nadaba en la laguna. Jack estaba divirtiéndose con sus nuevos amigos. Entonces recordó que él no vivía en la granja y se puso triste.
“¿Por qué estás triste?”, le preguntó Oscar. “Me gusta mi casa bonita en la calle tranquila, pero no tengo amigos allá”, dijo Jack. “Me gustaría vivir en un lugar como este.” “Pues, puedes vivir aquí”, dijo Oscar. “¿Qué?”, preguntó Jack. “Quédate aquí a vivir con nosotros”, dijo Oscar.
Jack estaba tan feliz que soltó un gran “Guau”.
Ahora vive en la granja con sus amigos, Oscar el pato, Jeremy el cerdo y Lucy la gata.