Sagragne jacobo riquelme 1997

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SAGRÄGNE

COLECCIÓN POESÍA VENEZOLANA

CONTEMPORÁNEOS

República Bolivariana de Venezuela, Gobierno Bolivariano



SAGRÄGNE

Jacobo Riquelme

República Bolivariana de Venezuela, Gobierno Bolivariano


© Jacobo Riquelme © Fundación Editorial el perro y la rana, 2007 Av. Panteón. Foro Libertador, Edif. Archivo General de la Nación, planta baja, Caracas - Venezuela, 1010. Telfs.: (58-0212) 564 2469/808 4492/808 4986/808 4165 Telefax: (58-0212) 564 1411 Correos electrónicos: elperroylaranaediciones@gmail.com / comunicaciones@elperroylarana.gob.ve Páginas web: www.ministeriodelacultura.gob.ve / www.elperroylarana.gob.ve Edición al cuidado de: Dannybal Reyes Diseño de portada: Emilio Gómez Diagramación: Jenny Blanco Corrección: Álvaro Trujillo Fotografía: Nahuel Valentini Hecho el Depósito de Ley N° lf40220078004014

Sagrägne ISBN 978-980-396-737-6


Agranne soronnë urunke blofha ina thai Sagrägne berinne, alofh asgarre norojk teldhanai nelthamui sorime illarim abruine meëra khâlim asgarre meëra illarim Camroh eltheramui Sagrägne



La nada



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Divinidades Que mi nariz escarbe tus tejidos y que mis labios se empaĂąen con tus humores. Quiero acurrucarme en tu aroma y permanecer estĂĄtico, detenido, insomne, ausente de mi conciencia. Rendirme a tu cabello y a los secretos de tu risa para inmolarme a tu salud, diosa de la muerte.


12

Serpentina No verte, no me hace bien. Pero me hace menos daĂąo que tu bĂ­fida presencia.


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Siderurgia Encolerizado, acudo a ti para saciarme. Quiero morderte, romperte la carne y llenarte de cardos. Enterrar tu sonrisa de asbesto y desvencijar tu ideal. Hacerte sentir podredumbre y embadurnarte de rabia y mezquindad. Sé que no te importará. Sé que lo esperas. Sé que luego emitirás un suspiro y vaciarás tu silencio con una frase tonta, sobre eso que das en llamar, sentirte amada.


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Solícito Vaya en esto mi llamado a quien es demasiado cruel para escuchar, para entender lo terrible de saberse de amor poseído por la insensatez. No escuches, no entiendas, pero no te ensañes con quien ya ha capitulado contra sí mismo.


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Votiva Sobre el vacío se levantó la terraza. Luego las columnas. Los capiteles y el falso cielo. El altar. El fuego. Allí me condené a este amor insepulto. Me pregunto si lloverá mañana.


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Brújula La crueldad anida en dos pupilas de oso triste que me tuercen el tino y me escuecen la razón en carne viva. ¿Dónde estás Ítaca?


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Día D Tiemblo cuando me nombras porque sé que el epíteto será hueco y mi destino la servidumbre. Por eso prefiero el látigo a la lisonja cuando de tu presencia se trata.


18

El otro Cada día despierto más temeroso, seguro de encontrarme a mí mismo en la calle, destruido y desvanecerme entonces como un sueño. Entretanto, mi vida vaga por la ciudad, buscándote los pasos, mientras otro la disfruta.


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Escritura DesearĂ­a escribir sobre tu piel y encender la pira de mis ansias. Pero quererte es perder un ojo en cada cielo, en cada letra. Es como una muerte pequeĂąa.


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Euforia “…into the burning heart of God in the belly of a black winged bird” Rain King, de Counting Crows

Morir irredento y sin escrúpulos sin gracia y sin estirpe hundido bajo mis sienes viscoso y macilento. Morir sin llantos ni memoria sin correajes pútridos, sin peces ausente de luz, que nunca estuvo de inmerecida miseria solemne. Morir sin humores y sin carne volátil y estridente burlado por el yugo y su clamor morir sin ojos, los perdidos. Morir pestilente de impoluto perecer ante la risa y su recuerdo de sangre marcar la camisa sin manchar de lejos el silencio. Morir estático y tembloroso carroña de las aceras sublime desperdicio ausente de los otros. Morir en un instante aplastado contra nada morir completamente muerto irrepetible y sin asueto.


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Morir inescrutable y maldito y escupir sobre รกngeles del purgatorio. Morir sin nadie, que de nadie te duelan. Morir de siempre con la soledad a cuestas.



EpicrĂ­ticas



25

Sideral ¿Y qué si hubiese no una, sino dos lunas alrededor de un sol violeta? ¿Serían iguales los dedos a las lombrices? ¿Serían los úteros cámaras de tortura y la sangre clorofila? ¿Puede un árbol dar origen al fantasma o sólo es el susurro del viento que le arranca suspiros a la tierra [su enemiga? ¿Por qué puedo yo respirar veneno y continuar en pie, si las comisuras de mi esquina están corroídas y llenas de pústulas? Quien pueda responder que no lo haga, que se mantenga silente y ajeno. No quiero saberlo.


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Anegado en rabia. Rodeado de silentes letras, ordenadas todas, superpuestas. Persistiendo en la pedrada que mi propio brazo arroja contra mi rostro. Huellas de carreta en mis sienes dibujan el camino hacia la penumbra que adivino en la mañana del sol del penúltimo día. No hay luz, no hay mediodía. El tiempo es uno y se esparce, nauseabundo, sobre la calzada de mi ignorancia. Mientras, la realidad se conserva ineludible, serena, como el desierto, allá afuera.


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Conciencia Asfixiado, capturado por el vientre de una rata mascullo, maldigo, insecto, carnĂ­vora alimaĂąa. Perdido en rodeos reflexivos intuyo, me resigno agolpo mi sangre contra el techo y espero la salida hacia la grieta.


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Eternidad * El círculo es la línea del infinito. Y mientras cruza una sorpresa, un lápiz puede convertirse en el pilar del mundo, cuando sangra sobre las rayas de un papel. Fósforos terciados pueden mecer una nave y perder las espuelas de un gallo en medio del remolino. Pero lo más miserable es la angustia, extraviada lejos del zapato central. ** Atravesado por flechas de paciencia, un ratón se paraliza ante la huída. El ritmo se le agota y asume la excusa, como si las cadenas lo liberaran del tráfico. La esperanza puede convertirse en desatino cuando el deseo es vecino de su ganancia intangible. El tiempo se aterra como un fluido irreal y esquiva las enseñanzas del tuétano mordido. *** Un perro sarnoso siente el hormigueo en la lengua, cuando su músculo atrapa un pedazo de pelambre maltrecha y sin azúcar para el gusano. El infierno busca sosegarse con un tacto inverosímil y la lava se comporta como miel ensordecedora, que gime de alegría dentro de una gaveta. Un lienzo inexplicable se declara incapaz de soportar el ardor. Pero la


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mandĂ­bula rechaza cualquier atentado articulatorio que delate su terquedad.


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Gongoriana Vasallo del Sol de ombligos pestilentes bajo una Luna creciente de vĂ­vidos candores torpe maxilar que ausencia de ti me hiere. Oh, cĂĄntaros de ira permanente jinete, albo maestro en la isla macilenta que por desdichas no cuenta sĂłlo para de contar, torcido sobre sus sienes, la llama del ciego andamio que abre su mano sobre el altar.


31

ImprecaciĂłn neonatal De vuelta al mundo sin dĂ­as, encerrado en el mutismo insolente del sol paralelo absorto hacia el adentro. Gloria a la eutanasia.


32

Sangre En un arrebato de Soledad y Tobago me descubro atrapado, indefenso ante el destino del ariano imposible que, nacido en septiembre, sufre las consecuencias de una licantropĂ­a regida por estrictos principios ĂŠticos.




Anticonceptuales



37

Justicia El enemigo confeso es siempre confiable, porque es tenaz en su inquina. ยกBienvenidas las hachas!


38

Utopía Y odiarte y decirte: “maldita seas”


39

Cayado La decepción es como un cristal que se quiebra. Sin producir sonido alguno, sin herir. Es sólo vacío. Es como el principio del fin de algo cuya existencia nunca podrá ser comprobada. Es un hueco en el espacio. Y no hay leyes susceptibles de evitar su plenitud. Es como un pedazo de Nada que invade los sentidos y aborta cualquier presencia.


40

Colmillo Y así comprendió el vampiro la realidad de su existencia, el verdadero sin sentido, la incoherencia de su terquedad. La ausencia de Dios, la huida de Satán. El dilema entre su amor por la vida y su impostergable necesidad de matar. Su sensibilidad, agudizada por la condición de licántropo, lo convertía simplemente en un poeta sangriento y desesperado.


41

Diccionaria La traiciĂłn es un concepto inĂştil. Esto, simplemente, porque la lealtad no existe fuera de los muros de la Torre.


42

E-timo-lรณgica Francia es un extremo imperturbable, pero el arrebol de la vida radica en el plomo certero de una azotea exacta.


43

Glacial El acto más tierno y desolado dentro de una borrachera destructiva, se ubica en la búsqueda de calor en el vómito propio.


44

Herida La maldad no es insensible. Aquellos que en ella disfrutan, simplemente han aprendido a utilizar su propio dolor para dañar a otros. Tonto aquel que crea que el dolor del prójimo siempre espera por solidaridad, misericordia o afecto. Muchas veces sólo espera por una víctima en la cual cobrar venganza. Y la cercanía de la bondad o de la razón sólo es percibida como una petulante indiferencia.




Raciones



49

AcĂşstica El eco de una voz que rompe la quietud de la noche suele ser mal recibido. Gritos y maldiciones reclaman la inmovilidad de los labios e insolente. Terrible cuando el silencio responde que nadie te escucha.


50

Anunciata PatĂŠtico saber que se puede morir sabiendo que de nadie se ha sido amor, por nada. Ni rencor de algĂşn tunante, ni presencia atemorizante. Triste saber que la sangre puede ser clorofila, manchar una camisa pero no un recuerdo. Terrible saber que el olvido es el mejor aliado de un destino torpe.


51

Billy’s Odiar como norte ante el mundo impertinente y la torpeza inherente al propio respirar. Odiar como Sur ante la estúpida presencia del Oeste y el pusilánime Este. Odiar para siempre incondicional. Odiar la mañana y la muerte del día. Odiar la lluvia y los insectos. Odiar la cercanía por lo inasible del contacto. Odiar las persianas y el polvo en su superficie. Odiar la ducha, el agua, los autos y el carbón. Odiar la mesa y el tarro. Odiar la puerta por tener que abrirla. Odiar el cielo sin nubes y el sol por no permitir una nueva era glacial. Odiar la paz por tranquila, odiar al tránsito por inerte y sordo. Odiar la vida, darle la espalda y encontrarla de nuevo en el espejo. Odiar la muerte y perderla en incertidumbre. Odiar los chistes, las flores, los cangrejos y las chinches. Odiar la piel, odiar pezuñas y sonrisas. Odiar todo, odiar como norma. Odiar la ira por contenible. Odiar la mente por pensante. Odiar el olfato por traidor e imprudente. Odiar como eterno, odiar por odiar, y así, odiando, sentirse frustrado, y odiar mucho, odiar más y quedar insatisfecho de odio.


52

Compañía anónima No estuviste ahí durante la matanza. No viste fallecer cada uno de los sueños. La sangre rebozando. No me hiciste compañía cuando todo era penumbra, cuando el Sol me escupía la cara y la Luna sólo iluminaba más mi soledad. No estuviste en mi cumpleaños, ni compartiste su atmósfera, plomiza y pestilente. No me viste, mis vísceras corriendo, hasta caer alcanzadas por el rayo de una punzada entumecida. No estuviste. No brindaste una palabra que aliviara las llagas de mis sienes. No estuviste. No conociste al niño torpe, ni a su imagen adulta y entristecida. No sufriste por el destino inequívoco. No has visto el futuro y su mueca. La derrota. No has estado. Pero sé que vendrás. Te reconoceré enseguida. Y en ti mi salvación. Entonces te mataré. Con mis propias manos, te mataré. Porque no mereces disfrutar de mi alegría, de mis años de fe y tranquilidad. De mi goce y mi cosecha. Te mataré. Haré de ti toda mi furia. Una pira de mi nunca. Te mataré. Tú nunca estuviste.


53

Espesura Ser absorbido, mutante, hundido en un vago respirar oculto tras la masa informe que me ciega y me ahoga, pulso hacia arriba una ventana una salida, pero no, la idea se frunce y todo permanece viscoso y turgente en mi pozo de flema negra.


54

Tertulia calzada No es difĂ­cil hablar con un zapato. Lo terrible es esperar, deseoso, que conteste.




ÍNDICE La nada Divinidades Serpentina Siderurgia Solícito Votiva Brújula Día D El otro Escritura Euforia

Epicríticas Sideral Anegado en rabia... Conciencia Eternidad Gongoriana Imprecación neonatal Sangre

9 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

23 25 26 27 28 30 31 32

Anticonceptuales

35

Justicia Utopía Cayado Colmillo Diccionaria

37 38 39 40 41


E-timo-lógica Glacial Herida

Raciones Acústica Anunciata Billy´s Compañía anónima Espesura Tertulia calzada

42 43 44

47 49 50 51 52 53 54




Este libro de la colección Poesía venezolana se terminó de imprimir en la Fundación Imprenta Ministerio de la Cultura, en Caracas durante el mes de septiembre de 2007. La edición consta de 3.000 ejemplares.





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