Desarrollo urbano complejo del proyecto al plan territorial para vivir bien

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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN Facultad de Arquitectura y Ciencias del Hábitat Instituto de Investigaciones de Arquitectura y Ciencias del Hábitat

DESARROLLO URBANO COMPLEJO: Del proyecto territorial al plan territorial para Vivir Bien Javier Adolfo López Terrazas Docente e Investigador UMSS-FACH

2016

jadlope@gmail.com El autor es investigador en el Instituto de Investigaciones de Arquitectura y Ciencias del Hábitat (IIACH), docente de Grado en la Carrera de Planificación del Territorio y Medio Ambiente de la Facultad de Arquitectura y Ciencias del Hábitat (FACHUMSS)


TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN

1 PRIMERA PARTE: MARCO TEÓRICO

I.

II.

CUESTIÓN EPISTEMOLÓGICA

3

I.1.

SISTEMAS COMPLEJOS I.1.1. Complejidad, pensamiento complejo y sistemas complejos I.1.2. Sistemas vivos I.1.3. Sistemas sociales I.1.4. Sistemas caóticos I.1.5. Auto-organización

3

I.2.

EL VIVIR BIEN Y EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO

24

I.3.

CONCLUSIONES EPISTEMOLÓGICAS

27

PERSPECTIVA PARADIGMÁTICA

31

II.1.

PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO Y NUEVOS ESCENARIOS II.1.1. Desarrollo, desarrollo urbano y desarrollo territorial II.1.2. Cambios en los escenarios social y económico II.1.3. Cambios en el escenario urbano II.1.4. Evolución de la planificación estratégica

31

II.2.

URBANISMO EMERGENTE II.2.1. Nuevos principios del urbanismo II.2.2. Ecosistemas urbanos II.2.3. Urbanismo cualitativo

45

II.3.

CRISIS DEL PLAN: PLAN-PROYECTO Y PROYECTO-PLAN II.3.1. Situación actual de la planificación urbana con relación al Plan-Proyecto II.3.2. Proyectos estratégicos y territoriales: Definición en el contexto del plan

55

II.4.

NUEVO LENGUAJE URBANÍSTICO II.4.1. Acupuntura urbana II.4.2. Catálisis urbana II.4.3. Urbanismo táctico y operativo II.4.4. Competitividad urbana II.4.5. Proyectos de inversión II.4.6. Centralidades urbanas II.4.7. Clústeres y micro-clústeres II.4.8. Ciudades creativas II.4.9. Cohesión territorial II.4.10. Marca ciudad II.4.11. Redes urbanas complejas II.4.12. Intervenciones urbanísticas (tipos) II.4.13. Derecho a la ciudad

63

II.5.

CONCLUSIONES PARADIGMÁTICAS

89


SEGUNDA PARTE: METODOLOGÍA III.

ARGUMENTOS METODOLÓGICOS INTERNOS

91

III.1. TERRITORIO Y CIUDAD ANDINA III.1.1. Territorio y territorialidad III.1.2. Planificación del territorio andino III.1.3. Planificación de la ciudad andina III.1.4. Modelos equivalentes al espacio andino

91

III.2. PROCESO DE TERRITORIALIZACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO EN EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 111 III.2.1. Definición de escalas territoriales III.2.2. Complejos productivos (CP) III.2.3. Complejos territoriales (CT) III.2.4. Ordenamiento de áreas urbanas III.2.5. Planificación del desarrollo integral III.2.6. Comunidades urbanas III.2.7. Agentes y actores sociales, económicos e institucionales

IV.

III.3. CONCLUSIONES METODOLÓGICAS INTERNAS

124

ARGUMENTOS METODOLÓGICOS EXTERNOS

126

IV.1. MODELOS DE PROYECTOS URBANOS EN LATINOAMÉRICA IV.1.1. El modelo colombiano (enfoque social) IV.1.2. El modelo chileno (enfoque económico) IV.1.3. El modelo argentino (enfoque integral-gestión)

126

IV.2. GESTIÓN POR PROCESOS IV.2.1. Definición IV.2.2. Inteligencia de procesos IV.2.3. Desarrollo en espiral de un proceso

140

IV.3. MÉTODO PROYECTUAL IV.3.1. Definición y características

144

IV.4. CONCLUSIONES METODOLÓGICAS EXTERNAS

145

TERCERA PARTE: PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO MUNICIPAL EN BOLIVIA Y COCHABAMBA V.

APROXIMACIÓN AL MODELO DE PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO MUNICIPAL CON ENFOQUE DE PLAN 147 V.1.

ACLARACIÓN CONCEPTUAL Y ANTECEDENTES V.1.1. Planificación – Plan V.1.2. Tipos de planes (SISPLAN) V.1.3. Principales planes de desarrollo en Bolivia (SISPLAN)

147


VI.

V.2.

ESQUEMAS DE CONTENIDO DE LOS PLANES DE DESARROLLO ESTRATÉGICO, TERRITORIAL Y SECTORIAL 155 V.2.1. Planes de desarrollo estratégico municipal (PDM) V.2.2. Planes municipales de ordenamiento territorial (PMOT) V.2.3. Planes de desarrollo sectorial o institucional (PDI o PEI) V.2.4. Plan territorial de desarrollo (PTD)

V.3.

CONCLUSIONES OPERATIVAS GENERALES

163

APROXIMACIÓN AL TERRITORIO Y DESARROLLO MUNICIPAL EN COCHABAMBA

164

VI.1. CONTEXTO TERRITORIAL DEL ÁREA DE OBSERVACIÓN VI.1.1. El Departamento de Cochabamba VI.1.2. La Región Metropolitana de Cochabamba (Kanata) VI.1.3. El Municipio de Cochabamba

164

VI.2. RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DE PLANES DE DESARROLLO EN EL MUNICIPIO DE COCHABAMBA 187 VI.2.1. Plan estratégico de desarrollo municipal y planes municipales de desarrollo distrital en Cochabamba (PDM-PMDD) VI.2.2. Plan Municipal de Ordenamiento Territorial de Cochabamba (PMOT) VI.2.3. Pre-supuestos urbanos del desarrollo municipal de Cochabamba VI.3. CONCLUSIONES OPERATIVAS ESPECÍFICAS

195

CUARTA PARTE: PROPUESTA VII.

PROPUESTA DEL MODELO COMPLEJO DE DESARROLLO URBANO

196

VII.1. MODELO TEÓRICO DEL PROYECTO TERRITORIAL DE DESARROLLO URBANO 196 VII.1.1. Conceptualización del modelo teórico VII.1.2. Modelo de proyecto ciudad (PC) VII.1.3. Modelo de proyecto urbano (PU) VII.1.4. Modelo del proyecto territorial de desarrollo urbano (PTDU) VII.2. MODELO METODOLÓGICO DEL PROYECTO TERRITORIAL DE DESARROLLO URBANO VII.2.1. Idea general del modelo metodológico VII.2.2. Guía metodológica de proyecto ciudad (PC) VII.2.3. Guía metodológica de proyecto urbano (PU) VII.2.4. Guía de diseño del proyecto territorial de desarrollo urbano (PTDI)

206

CONCLUSIONES

213

BIBLIOGRAFIA Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

214

ANEXO: PROGRAMA DE CENTRALIDADES URBANAS DE LA PAZ


INTRODUCCIÓN

El proyecto de investigación titulado “DESARROLLO URBANO COMPLEJO: Del proyecto territorial al plan territorial para Vivir Bien” ha sido encarado desde la gestión 2015 como trabajo de investigación en el Instituto de Investigaciones de Arquitectura y Ciencias del Hábitat (IIACH) de la Facultad de Arquitectura y Ciencias del Hábitat (FACH). El tema del proyecto está inserto en la línea de investigación del IIACH: Asentamientos Humanos y Ordenamiento Territorial. Actualmente, tanto en el medio internacional (con una práctica diversa) como en el medio nacional y local (con recientes iniciativas de innovación en la planificación del desarrollo), el proyecto territorial ha ido constituyéndose en una alternativa para generar procesos de desarrollo urbano dentro las ciudades. La práctica de este instrumento ha evolucionado y complejizado en su enfoque y objetivos, desde lo arquitectónico y el diseño urbano hasta la integralidad económica y socio-cultural; además, el escenario territorial también se ha transformado radicalmente, donde la incertidumbre y las dinámicas territoriales han hecho obsoletas a muchos instrumentos de planificación y gestión del desarrollo urbano. El problema planteado en el trabajo está relacionado con la permanencia de la forma de planificar el desarrollo municipal y urbano a partir de planes estratégicos (PDMs), de ordenamiento territorial (PMOTs) y sectoriales (PEIs y PESs) en los municipios predominantemente urbanos en el Departamento de Cochabamba y el país; esta situación, en concreto, no ha generado procesos de desarrollo territorial integral y, menos aún, desarrollo urbano en el municipio capital (Ciudad de Cochabamba). Asimismo, en la escala municipal, no existen instrumentos de planificación urbana adecuados a la complejidad y la singularidad del territorio urbano, que promuevan e inicien efectivamente desarrollo urbano desde la escala barrial (o distrital) hasta la escala ciudad. Y, en último lugar, todavía no se ha avanzado hasta el ámbito urbano en la asimilación y aplicación del nuevo enfoque del Vivir Bien, vigente en el país desde el año 2007, a pesar que, desde enero de 2016 está vigente el nuevo Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE), en cuyo contenido se ha propuesto el Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) y que, en los hechos, es una síntesis y articulación de los anteriores planes PDM y PMOT. Asimismo, en el caso del Municipio de Cochabamba, el año 2014 se ha propuesto el Plan Estructural de Ordenamiento y Proyecto Territorial, es una propuesta que encierra un conjunto de proyectos de tipo arquitectónico y diseño urbano; sin embargo, aunque el documento no ha sido retomado por el actual Gobierno Municipal de Cochabamba, sí ha “puesto en el tapete” la discusión de emprender el desarrollo urbano desde otras perspectivas. El objetivo general que ha direccionado este trabajo fue de proponer un modelo teórico y metodológico de desarrollo urbano complejo y validar teóricamente su pertinencia en el caso del Municipio de Cochabamba (Región Metropolitana de Kanata). Y, los objetivos específicos que guiaron el desarrollo del documento, fueron: 1º Reflexionar el contexto epistemológico (filosófico científico) y paradigmático (urbanismo y urbanística) con relación al desarrollo urbano; 2º Indagar la práctica histórica y emergente en el contexto local (nacional) e internacional de la planificación urbana; 3º Contextualizar el territorio y los procesos de planificación en el Municipio de Cochabamba (Región Metropolitana de Kanata); 4º Elaborar modelos científicos (teórico y metodológico) de desarrollo urbano complejo en el contexto local y; 5º Validar la pertinencia de los modelos propuestos en el Municipio de Cochabamba. Los principales resultados del proceso de investigación y propuesta, fueron: a) Descripción desde una perspectiva científica y crítica (actualizada) del estado de arte epistemológico (sistemas complejos y Vivir Bien) y del estado de arte paradigmático (historia y emergencia de las tendencias de la planificación del desarrollo urbano); b) Establecimiento del contexto metodológico (histórico y actual): 1º de la concepción andina del desarrollo urbano y territorial; 2º de los avances en la operativización 1


del Vivir Bien y; 3º de la experiencia internacional (Colombia, Chile y Argentina) sobre la planificación urbana; c) Descripción y análisis del modelo vigente de planificación del desarrollo municipal con enfoque de plan en Bolivia y Cochabamba (Municipio de Cochabamba) y; d) Construcción de dos modelos: teórico y metodológico de desarrollo urbano (proyecto territorial: proyecto urbano y proyecto ciudad). Finalmente, este documento es también un aporte académico a la asignatura Taller OT II de la Carrera de Planificación del Territorio y Medio Ambiente, especialmente, para el desarrollo del “Ejercicio Síntesis II: Proyecto Territorial”, cuyo contenido está relacionado con el desarrollo urbano.

2


PRIMERA PARTE: MARCO TEÓRICO

I.

CUESTIÓN EPISTEMOLÓGICA I.1.

SISTEMAS COMPLEJOS

I.1.1. Complejidad, pensamiento complejo y sistemas complejos1 La complejidad Desde el punto de vista etimológico la palabra complejidad es de origen latino, proviene de “complectere”, cuya raíz “plectere” significa trenzar2 o enlazar. El agregado del prefijo “com” añade el sentido de la dualidad de dos elementos opuestos que se entrelazan íntimamente, pero, sin anular su individualidad. Para Inés Moisset (2003), entre otros, “el planteamiento de la complejidad consiste, en efectuar un ir y devenir incesante entre certidumbre e incertidumbre, entre lo elemental y lo general, entre lo separable y lo inseparable. No se trata de abandonar los principios de orden y lógica, sino de integrarlos en un esquema más amplio y más completo”. Por lo tanto, “complejidad significa multidimensionalidad, es decir, respeta las diversas dimensiones de la realidad”. Así, la complejidad se constituye implícitamente en un atributo esencial de lo real. Y, a todo esto, Humberto Maturana (1997) menciona que, “el atributo fundamental de la complejidad consiste en su autopoiésis o autoorganización contradictoria”. Uno de los grandes ideólogos de la complejidad, sin duda alguna, es Edgar Morín, para él, “es un concepto que en sí mismo contiene un axioma de incompletud e incertidumbre, que reconoce la imposibilidad, incluso teórica de una omnisciencia, y alerta sobre las ilusiones de creer que la complejidad conduce a la eliminación de la simplicidad y el positivismo 3” (Morín citado por Lucía Solís, 2001). Consecuentemente, lo único posible es trazar el camino de este pensamiento en la certeza de que al mismo tiempo en que se transcribe otros autores estarán reformando, ampliando o contradiciendo tales afirmaciones, constituyendo todos ellos pensamientos válidos en torno a una realidad que los contiene. Otro de los ideólogos, Niklas Luhmann (1990), menciona que “la complejidad como concepto es evidencia de numerosas incapacidades de la ciencia moderna 4: la incapacidad de alcanzar certezas, de formular leyes, de concebir un orden absoluto, de evitar contradicciones, de comprender la realidad como unidimensional”. 1

Este acápite es un ensayo libre, escrito por el autor, intenta aproximarse a este nuevo enfoque epistemológico que está permeándose paulatinamente en la mayoría de las disciplinas científicas y, especialmente, en las ciencias sociales (incluido el urbanismo y la urbanística). 2 Este término remite al trabajo de construcción de cestas que consiste en trozar un círculo uniendo el principio con el final de las ramitas. 3 Desde el punto de vista científico, el paradigma que ha predominado a la ciencia moderna en general, es el positivista. Este paradigma se ha caracterizado en su método por la linealidad, la proporcionalidad, la certidumbre, el empirismo y, sobre todo, la “disyunción cartesiana” que es la base del método analítico. El “Discurso del Método” del filósofo Rene Descartes, estableció un programa que se ha intentado llevar rigurosamente a cabo. Textualmente, dice: “[se debe] dividir cada una de las dificultades que se examinan en tantas partes como sea posible, a fin de resolverlas mejor. Conducir ordenadamente el pensamiento, empezando siempre por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender luego, paso a paso, gradualmente, hasta el conocimiento de los objetos compuestos. Hacer siempre recuentos tan completos y revisiones tan generales que se llegue a estar seguro de que nada se ha omitido...”. 4 Según Morris Berman (1999), “el atomismo filosófico que ha permeado a la ciencia moderna, reside, a nivel ontológico, en la idea de que la realidad está formada por distintas combinaciones de pequeñas partes y; a nivel metodológico, en los procedimientos orientados a dividir (simplificar o analizar) los fenómenos en sus componentes y estudiarlos”; además para él, esta perspectiva, “ha destruido la continuidad de la experiencia humana y la integridad de la psiquis humana y conseguido arruinar por completo el planeta”. Los problemas que acontecen hoy en el mundo, se debe a la perspectiva epistemológica que ha dominado a la ciencia moderna desde el siglo XVIII, el desencantamiento es intrínseco a la visión científica del mundo, ésta ha dado a la humanidad una visión distorsionada e incompleta de la realidad, provocando una decadencia social y económica. Además, que la perspectiva científica predominante en la ciencia ha contaminado y alienado la conciencia del científico; es decir, le ha cortado la asociación ectásica con la naturaleza, separándole totalmente, el sujeto y objeto son vistos como antagónicos, el objeto científico es ajeno, distinto y aparte del sujeto investigador.

3


La complejidad representa la “emergencia de procesos”, de hechos (sociales, económicos y culturales) y de objetos (físicos), en un contexto multi-dimensional, multi-referencial, interactivo (retroactivo y recursivo), con componentes de aleatoriedad y azar, que conforman en su aprehensión grados irreductibles de incertidumbre. En éste último aspecto, el principio de indeterminación o incertidumbre de Heisenberg5, demostró que no es posible medir exactamente el estado de un sistema, consecuentemente, no se puede predecir con precisión lo que éste hará en el futuro. “Todo lo que cabe hacer es predecir las probabilidades de diferentes resultados” (Heisenberg, 1959). A partir de lo citado anteriormente y contraponiéndose al determinismo de la física clásica6, la física cuántica7 ha propuesto entender la realidad que se observa no tiene fronteras, sólo existen probabilidades que propician la construcción de nuevas realidades, que se concretan según la voluntad del actor, el cual actúa como “atractor extraño” de dichas posibilidades. De este modo, “se ha introducido un elemento inevitable de incapacidad de predicción, una aleatoriedad en las ciencias exactas” (Hawking, 2001). Gary Zukav, en su libro “La danza de los maestros”, considerado como la mejor obra divulgativa de la física cuántica, dice: “La mecánica cuántica nos enseña que nosotros no estamos separados del resto del mundo, como habíamos creído. La física de las partículas nos enseña que el resto del mundo no es algo que permanece ocioso allá afuera. Por el contrario, es un brillante campo de continua creación, de transformación y, también, de aniquilamiento. Las ideas de la nueva física pueden dar lugar a que se produzcan experiencias extraordinarias cuando son captadas en su totalidad” (Zukav, 1981). El principio de la incertidumbre aplicado a las ciencias sociales, se desarrolló como reacción contra la racionalidad rígida sistémica reduccionista y determinista del paradigma mecanicista y positivista que provocó una segmentación de lo real. Aportó a la construcción de una epistemología compleja, que reconoce los límites de la elementariedad, la importancia de la temporalidad, la multi-dimensionalidad y la trans-disciplinariedad. “Esta visión de la realidad, ha conducido al crecimiento de la conciencia de las dualidades intrínsecas en la realidad, de la aleatoriedad y la pluralidad de las instancias epistemológicas” (Houtart, 2006). Asimismo, esta visión desarrolló dos orientaciones que se denominaron de tipo post-moderno8: Primero, de rechazo a la modernidad sustentada en una racionalidad tecno-científica, de existencias de sistemas y estructuras objetivas; por el contrario, valorizó lo emergente, el sujeto, la historia cotidiana, etc. Segundo, de reconocimiento que la incertidumbre no significa ausencia de paradigmas y referencias racionales: hoy se rechaza que la única manera de explicar la realidad sea por medio de la lógica tradicional y la contrastación empírica. Uno de los aspectos centrales de la complejidad es el reconocimiento que la comprensión de la realidad es siempre un proceso inacabado y perfectible, es decir, se niega la capacidad de encontrar verdades últimas. Edgar Morín (citado en Solís, 2001) propone tres principios: 1. 2.

Principio dialógico (o de doble lógica): Asocia dos términos que son a la vez complementarios y antagonistas, por ejemplo: orden y desorden, vida y muerte, arriba y abajo, etc. Principio de la recursividad organizacional: Un proceso recursivo es aquel en el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce.

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El Principio de Indeterminación o Incertidumbre fue formulado en 1927 por Werner Heisenberg (Premio Nobel de Física, 1932), textualmente dice: “no podemos conocer con exactitud y simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula. Cuanto mayor es la precisión con que conocemos una, menor es la precisión con que podemos conocer la otra”. Para Stephen Hawking (1988), “el principio de incertidumbre marcó el final del sueño de Laplace de una teoría de la ciencia, un modelo del universo que sería totalmente determinista: ciertamente, no se pueden predecir los acontecimientos futuros con exactitud si ni siquiera se puede medir el estado presente del universo de forma precisa”. 6 La física clásica o mecánica newtoniana, es considerada determinista y reduccionista (sistémico y modelístico), opera en escalas macroscópicas (sistema solar, universo). El aporte de Albert Einstein a través de la Relatividad General, complementó esta visión al explicar la fuerza de la gravedad en términos de la curvatura de un espacio-tiempo cuadridimensional. 7 La física cuántica o mecánica cuántica es considerada probabilística: nunca se puede saber con seguridad absoluta en que se convertirá una cosa en concreto, opera en escalas microscópicas (atómica y partículas). Esta es la paradoja de la Física contemporánea, existen dos teorías contradictorias (clásica y cuántica), que explican maravillosamente el universo en dos escalas diferentes (micro y macro). 8 El pensamiento post-moderno busca nuevos métodos de razonamiento: el valor frente a lo racional, el pensamiento analógico frente al analítico, etc.

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3.

Por ejemplo, la sociedad es producida por las interacciones entre individuos, pero la sociedad, una vez producida, retroactúa sobre los individuos y los produce. Este principio rompe la idea lineal de causa-efecto. Principio hologramático: En un holograma9 físico, el menor punto de la imagen contiene casi la totalidad de la información del objeto representado. No solamente la “parte está en el todo”, sino que el “todo está en la parte” (esta idea está presente en la información genética en las células de los seres vivos). De esta manera, se trasciende al reduccionismo que no ve más que las partes, y al holismo que no ve más que el todo. El todo es más y al mismo tiempo menos que la suma de las partes.

A manera de síntesis, los tres principios pueden explicarse así: “el principio dialógico es la superación de los antagonismos en una construcción superior; el principio de la recurrencia son los efectos circulares y en forma de bucle que afectan a todo fenómeno humano y; el principio halogramático es el que pone de relieve que el todo está en la parte, del mismo modo que ésta se encuentra en el todo” (Mucchielli, 2001). El pensamiento complejo El pensamiento complejo denominado también “paradigma de la complejidad”, constituye el marco epistemológico, teórico-metodológico y conceptual que sirve para el estudio de los fenómenos naturales y sociales. El sustento referencial utilizado en este pensamiento, sin duda alguna, ha salido de la sistémica y el constructivismo. Por lo demás, la actitud epistemológica de este paradigma, se basa en la voluntad de producir conocimientos específicos para las ciencias humanas y sociales mediante una atención especial para con los actores y las significaciones. “El paradigma de la complejidad vincula principios o nociones antagónicas que debían repelerse, pero que son indisociables e indispensables para comprender una misma realidad, para concebir los procesos organizadores y creadores” (Moisset, 2003). El pensamiento complejo es, esencialmente, el pensamiento que es capaz de reunir, contextualizar, globalizar, pero, reconociendo lo singular, lo absoluto y lo concreto. Es la respuesta del espíritu frente a la fragmentación y dispersión de los conocimientos que no pueden hacer frente a la emergencia de los fenómenos complejos en la realidad. Edgar Morín (1994), junto a otros autores, logró combinar los descubrimientos de varias disciplinas científicas y dio origen a lo que denominó “teorías de la complejidad”, que en términos generales, consiste en tres aspectos básicos: 1.

2.

La autopoiésis. Es aquel fenómeno que en virtud de la fuerte interrelación de los elementos de un sistema, forman patrones recurrentes adaptables, auto-organizándose con propiedades nuevas y produciendo un circuito retroalimentario no lineal. La adaptación y coevolución. Es aquella que ubica a los sistemas y a sus agentes en una relación retrolimentaria, donde el uno condiciona al otro y viceversa. Es imposible pronosticar cómo evolucionarán los sistemas.

9

Al respecto, el físico David Bohm (2001), antiguo colaborador de Albert Einstein, utilizó la metáfora del holograma como punto de partida de una nueva explicación de la realidad: “el orden plegado”. Según Bohm, “la realidad clásica se ha centrado en manifestaciones secundarias, el aspecto desplegado de las cosas, y no en su fuente. Estas apariencias se abstraen de un flujo intangible, invisible, que no se compone de partes. Se trata de una interconexión inseparable. Bajo la esfera explicada de cosas y acontecimientos separados se halla una esfera implicada de totalidad indivisa, y este todo implicado está simultáneamente disponible para cada parte implicada”. En cualquier elemento del universo se contiene la totalidad del mismo: la parte está en el todo y el todo está en la parte. Detrás de la apariencia del orden desplegado existe un orden implicado. Además, para él, “la conciencia (pensamientos, emociones, deseos, voluntad, toda la vida mental o psíquica) está básicamente en el orden implicado como lo está la materia, y, por consiguiente, no es que la conciencia sea una cosa y la materia otra, sino más bien que la conciencia es un proceso material y está ella misma en el orden implicado, como lo está toda la materia, y que la conciencia se manifiesta en algún orden explicado, como hace la materia en general”. Así, según su hipótesis, la diferencia entre la materia y la conciencia se encuentra en el estado de sutilidad, “la conciencia es posiblemente una forma más sutil de materia y de movimiento, un aspecto más sutil del holomovimiento”.

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3.

Sensibilidad a las condiciones iniciales. Es también conocido como “efecto mariposa” que declara que los sistemas son tan complejos que la menor causa puede producir efectos asombrosos y desencadenar sucesos inéditos.

Raiza Andrade et al (2002), en la revisión de varios estudios realizados y, especialmente, de J. V. Rubio, concluye que los conceptos y planteamientos más reiterados entre los autores que alimentan el pensamiento complejo, se concentran en cuatro preceptos fundamentales: 1.

2.

3.

4.

Tendencia y capacidad de la naturaleza, los elementos y los sistemas para generar de manera espontánea: patrones, nuevos comportamientos, sucesos, relaciones, cambios, estados críticos, el ser y el hacer, la unidad misma del sistema, una nueva realidad dentro de ésta; escalas, pautas, comportamientos, figuras y cualquier otra modalidad que escapa a los instrumentos y teorías conocidos hasta la fecha. Estos principios son: amplificación, auto-consistencia, autopoiésis, y auto-semejanza. Los fenómenos, objetos, sistemas, elementos, partes y procesos, se conectan entre si aun cuando no tengan conexión directa. Lo que importa son las relaciones, la pauta que todo lo conecta. Así, lo que destaca son las correlaciones, efectos y causas entretejidos que emergen en un punto crítico en el filo del caos. De las nuevas formas de conexión, de las rupturas surgen propiedades nuevas. Los procesos y elementos vuelven sobre sí mismos en bucles, rizos o cascadas de espirales creativas. Existe una íntima conexión entre sucesos y cosas que los hace, a la vez, causa y consecuencia. Estos principios son: Pauta y conectividad, correlación, criticabilidad, emergencia, recursión y resonancia. El sistema no tiene límites definidos, ni entre los elementos ni al interior de ellos. La totalidad del sistema está constituida por el fenómeno observado y el proceso de observación. Los puntos de control están dispersos, difusos en la estructura de un sistema impredecible. La unidad del sistema es la complementariedad del sujeto y objeto. El todo está en la parte que está en el todo. Los fenómenos son despliegues de consciencia y la consciencia despliegue de fenómenos. Las cosas pueden ser y no ser a la vez; ser implícitos y explícitos, a la vez. Estos principios son: Flujicidad, impredecibilidad, inclusión, meta-dimensionalidad, omnijetividad, plegabilidad y paradoja. La epistemología del orden ha cedido el paso a la epistemología de las anomalías. Los equilibrios posibles son locales y no sistémicos. La naturaleza está deviniendo en artificialeza. Se ha sobrepasado la metáfora de lo real. Lo que se ve es el acoplamiento estructural entre la estructura del medio y la unidad. Estos principios son: Artificialeza, morfogénesis y conmensurabilidad. Teoría general de los sistemas

El pensamiento del biólogo Ludwig von Bertalanffy (1973), plasmado en su clásica obra “Teoría General de los Sistemas”, constituye el eje de referencia de los actuales puntos de vista sistémicos en las distintas disciplinas científicas. Su estrategia fue buscar semejanzas en el modo de cómo las partes y el todo funciona en forma integrada. Este concepto invadió todos los campos de la ciencia y penetró en el pensamiento y en el lenguaje popular y, además, en los medios de comunicación de masa. Según el Diccionario de la Real Academia Española, “sistema” es el conjunto de cosas que están relacionadas entre sí ordenadamente y contribuyen a un determinado objeto. Desde la definición simple de sistema expresada por Bertalanffy (1973) “como elementos en interacción” hasta las más complicadas como la expresada por Hopeman (1974) “como dispositivo, método o esquema que se comporta de conformidad con alguna descripción, cuya función es operar con información, energía y materia o con cualquier de esos elementos, en una relación de tiempo, para producir información, energía o materia o todas estas cosas”; existe en común, el hecho de que un sistema es siempre una idea de totalidad compuesta por partes, objetos o componentes interrelacionados con atributos o propiedades que establecen la medida del sistema.

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En la teoría de los sistemas la descripción de un sistema puede ser interna o externa. La descripción externa y física de los sistemas remite al concepto de “estructura” y, la característica interna implica a la “organización”. Entonces en el primer caso, las propiedades formales de los sistemas son: el crecimiento, la competencia, la totalidad, la sumatividad, la segregación, la mecanización, la centralización y el orden jerárquico. Para que un aspecto de la realidad pueda ser definido como sistema, es necesario establecer su función total o resultante, los elementos que lo componen y las relaciones que se establecen entre ellos, además, de establecer las descripciones del mismo en tres niveles: 1º Desde el punto de vista de sus propiedades exteriores y totales; 2º Desde el punto de vista de su estructura interna y del aporte de sus componentes a la formación de propiedades del sistema como totalidad y; 3º Desde el punto de vista jerárquico, al considerar el sistema estudiado como subsistema de otro más amplio o mayor nivel jerárquico. Así, una premisa fundamental de la teoría general de los sistemas, es la existencia de un orden jerárquico entre los sistemas: desde el más simple hasta lo más complejo. La clasificación de los sistemas al igual que el análisis de los aspectos del mismo es un proceso subjetivo; depende del individuo que lo hace, del objetivo que se persigue y de las circunstancias particulares en las cuales se desarrolla. De acuerdo con el planteamiento de Mauricio Alba, los sistemas pueden clasificarse según el medio ambiente, su naturaleza, su origen, sus relaciones, su cambio en el tiempo y según el tipo de variables que lo definen. Sistemas complejos a) Se complejiza la clásica teoría de los sistemas “La noción de los sistemas es antigua, pero ha sido retomada para explicar la complejidad del conocimiento de la realidad y la constante ampliación de la información, que ha traído como consecuencia una creciente especialización del saber, con el consiguiente peligro de la dispersión del mismo y, además, en el otro extremo, también la creciente generalización de la visión holística” (González, 1997). Sin pretender ser exhaustivo, en este trabajo, se ha definido y asumido algunas ideas sobre esta nueva opción epistemológica, de modo que, se ha considerado principalmente los aportes del sociólogo alemán Niklas Luhmann, quién reformuló radicalmente la teoría general de los sistemas; en ese sentido y según Arnold (1989), “[él] rompe con la tradición precedente al sustituir las ideas clásicas de causalidad sistémica y descarta la supuesta existencia de constantes estructurales”. La perspectiva de Luhmann resulta una opción que, junto con recoger los avances epistemológicos más relevantes de los últimos años, ofrece un acercamiento que enfatiza lo contingente y, por tanto, pretende superar las definiciones apriorísticas de elementos, relaciones y fronteras de los sistemas. Este cambio de perspectiva se relaciona con uno de los principales problemas de la teoría clásica de los sistemas, cual era asumir que la realidad sistémica constituye un estado provocado por efectos funcionales, contradiciendo una característica central de los sistemas sociales, que es su no dependencia incondicional de efectos específicos. Entonces, uno de los puntos centrales para aproximarse al enfoque propuesto por Luhmann, es la noción de complejidad ubicada en un marco teórico básico dado por la teoría de los sistemas; así, propone un cambio al pasar de la distinción de “todo y partes” a la de “sistema y entorno” (Rodríguez y Arnold, 1991). De este modo, es posible investigar la función de las estructuras y las de un sistema, sin que sea necesario, suponer una estructura global como punto de partida. Como el sistema ya no se considera algo dado, resulta posible preguntar por su actividad fundamental, que es, según el autor, “la comprensión y reducción de la complejidad del mundo circundante” (Luhmann, 1973).

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Finalmente, Mario Bunge (1995) indica en su libro “Sistemas sociales y filosofía” que la teoría de los sistemas, sin duda alguna, fue el sustento del enfoque sistémico complejo en las ciencias; siendo así una manera de concebir las cosas, de abordar y formular problemas. Para él, este nuevo enfoque se caracteriza por concebir todo objeto como una totalidad compleja o un componente de tal. Por consiguiente, quien adopta este enfoque intenta descubrir los diversos aspectos de una cuestión, así como los problemas relacionados con ella. Evita así las visiones unilaterales o sectoriales, y las correspondientes soluciones simplistas. El enfoque sistémico complejo es una alternativa tanto al individualismo (atomismo), como al totalismo (holismo). Admite además, la necesidad de estudiar los componentes de un sistema pero no se limita a ellos. Y reconoce que los sistemas poseen características de las que carecen sus partes; pero, aspira a entender esas propiedades sistémicas en función de las partes del sistema y sus interacciones, así como en función de circunstancias ambientales. b) Aproximación a la definición de sistemas complejos “Llamamos sistema a un conjunto de elementos heterogéneos que funcionan como una totalidad con un cierto grado de organización10. El calificativo de complejo11 en la ciencia se aplica en los casos en que los elementos de un sistema pertenecen al dominio de distintas disciplinas: ecología, economía, sociología, física, etc. La complejidad no surge solamente de la heterogeneidad, ni de la complicación de los elementos constitutivos, sino de la inseparabilidad de estos, de tal modo que ninguno es entendible si es tomado por separado y aislado de otros” (S/a, 2001). Es decir, que “un sistema complejo es un sistema en el cual los procesos que determinan su funcionamiento 12 son el resultado de la confluencia de múltiples factores que interactúan de tal manera que el sistema no es descomponible sino sólo semi-descomponible. Por lo tanto, ningún sistema complejo puede ser descrito por la simple adición de estudios independientes sobre cada uno de sus componentes” (García, 2006). Debido a que los sistemas complejos se estructuran, organizan y auto-organizan (autopoiéticos), son dinámicos y evolucionan, es decir, cambian con el tiempo; entonces, es clave su abordaje desde lo histórico para explicar su estado en el momento del análisis. Los sistemas complejos presentan un comportamiento que puede ser en muchos casos, precisamente el opuesto al que sería intuitivo esperar. A este modo de comportamiento dinámico, Jay Forrester (1969) denominó anti-intuitivo (counter-intuitive). La intuición que preside el análisis de los sistemas se ha elaborado a partir del análisis de sistemas simples, por lo que, las conclusiones que se extraen de la aplicación de esta intuición a los sistemas complejos puede llegar a resultados exactamente opuestos a los que aparecen en la realidad. “En los sistemas simples, la causa y el efecto se suelen producir, normalmente, de forma cercana en el espacio y en el tiempo. Por el contrario, en los sistemas complejos, la causa y el efecto no se encuentran cercanos, a menudo, ni en el espacio ni en el tiempo. Existe una gran multiplicidad de lazos de retroalimentación (feedback), algunos son positivos y gobiernan los procesos de crecimiento, mientras que otros son negativos y gobiernan los procesos estabilizadores”. Es interesante resaltar que debido a la complejidad de las interacciones, la causa de un cierto problema puede estar situada muy lejos en el tiempo de los síntomas que produce, o puede estar situada en una parte completamente diferente y remota del sistema. “La estructura del sistema complejo está dada por las relaciones entre sus elementos y no por éstos en sí mismos, ya que, entonces sería un simple conglomerado estático y sin funciones” (García, 1994).

El término “organización” está referido al conjunto de las relaciones entre los elementos del sistema, incluyendo las relaciones entre relaciones (García, 2006). 11 Es importante señalar que, en esta acepción, lo complejo no puede confundirse con complicado. 12 Al entender que los sistemas complejos se comportan como totalidades compuestas por subsistemas, se denomina “funcionamiento” al conjunto de actividades del sistema como un todo y, se denomina “función” a la contribución de cada elemento o subsistema al funcionamiento del sistema (García, 2006). 10

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“Al empezar a interactuar diversos sistemas simples, se empiezan a formar sistemas más y más complejos, hasta que la ciencia actual no puede predecir —incluso computacionalmente— el comportamiento del sistema. A este fenómeno se le conoce como “complejidad emergente”. Pero después, dentro de un sistema empieza a haber regularidades, se auto-organiza, y al percibirse nuevos fenómenos repetitivos, puede asociarse a un concepto, nombrarse, describirse y comprenderse, porque el sistema resultante se ha hecho simple, debido a una simplicidad emergente. Y, al interactuar los sistemas simples vuelven a presentar complejidad emergente y así sucesivamente” (Boisier, 2003). Esta propiedad se refiere a que la descomposición de sistemas en unidades menores avanza hasta el límite en el que surge un nuevo nivel de emergencia correspondiente a otro sistema cualitativamente diferente. Edgar Morín (citado por Arnold, 1989), señaló que “la emergencia de un sistema indica la posesión de cualidades y atributos que no se sustentan en las partes aisladas y que, por otro lado, los elementos o partes de un sistema actualizan propiedades y cualidades que sólo son posibles en el contexto de un sistema dado. Esto significa que las propiedades inmanentes de los componentes sistémicos no pueden aclarar su emergencia”. O’Connor y McDermott (1998), hacen especial referencia al concepto de “propiedad emergente”; si un sistema funciona como un todo, entonces tiene propiedades distintas a las de las partes que lo componen y que “emergen” de él cuando está en acción. “Estas propiedades no se encuentran si el sistema se divide en sus componentes y se analiza cada uno de ellos por separado. Son consideradas características impredecibles y sorprendentes, al igual que únicas y propias de cada sistema. Una de las ventajas de las propiedades emergentes es que no hace falta comprender el sistema para beneficiarse de ellas”. Principios de organización Según Rolando García (2006), los principios de organización de los sistemas complejos, son: a) Estratificación. Los factores que directa o indirectamente determinan el funcionamiento de un sistema complejo, pueden ser distribuidos en niveles estructuralmente diferenciados, con sus dinámicas propias. Los niveles no son interdefinibles, pero las interacciones entre niveles son tales que cada nivel condiciona las dinámicas de los niveles adyacentes; b) Articulación interna. El estudio de un sistema complejo comienza generalmente con una situación particular o con un conjunto de fenómenos que tienen lugar en un cierto nivel de organización designado como nivel de base. Los factores que actúan en dicho nivel corresponden a cierto tipo de procesos y a ciertas escalas de fenómenos agrupables en subsistemas constituidos por elementos entre los cuales hay un mayor grado de interconexión con respecto a los otros elementos del mismo nivel. Estos subsistemas funcionan como subtotalidades, las cuales están articuladas por relaciones que, en su conjunto, constituyen la estructura de ese nivel particular del sistema y; c) Condiciones de contorno. Las interacciones entre niveles tienen lugar por medio de distintos tipos de influencias, no siempre materiales, pueden designarse bajo el término de flujos. Los flujos pueden ser de materia, de energía, de información, de políticas, etc. Al conjunto de tales interacciones que ejercen influencia sobre un nivel dado lo he designado como las condiciones de contorno o las condiciones límite (o “en los límites”) de dicho nivel. Características de los sistemas complejos Básicamente, los sistemas complejos poseen una doble característica: 1º Están integrados por elementos heterogéneos en permanente interacción y; 2º Son abiertos, es decir, están sometidos como totalidad, a interacciones con el medio circundante, las cuales pueden consistir en intercambios de materia y energía, en flujos de recursos o de información o en la acción de ciertas políticas (García, 2006). En detalle, para A. Campbell13 (citado en Cornejo, 1997), algunas características de la complejidad sistémica, son: 1.

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La complejidad puede ocurrir en sistemas naturales [sistemas vivos], aquellos diseñados por el hombre e incluso en estructuras sociales [sistemas sociales]. Campbell, A. B. (1993): Applied Chaos Theory: A Paradigm for Complexity. Washington. Academic Press

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2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14.

15.

Los sistemas dinámicos complejos pueden ser grandes o pequeños; de hecho en algunos sistemas complejos, los elementos grandes y pequeños viven cooperativamente. La forma física puede ser regular o irregular. Como una regla, entre más grande es el número de partes del sistema, existe mayor probabilidad de ocurrencia de la complejidad. La complejidad puede ocurrir en sistemas disipadores (en contacto con su medio ambiente y que se desgastan al operar) o conservadores de energía (como el movimiento planetario). Los sistemas no son completamente probabilísticos ni completamente determinísticos; exhiben ambas características. Las causas y efectos de los eventos que el sistema experimenta no son proporcionales. Las diferentes partes de los sistemas complejos están conectadas y afectan una a otra de una manera sinergética. Existe feedback positivo y negativo. El nivel de complejidad depende de las características del sistema, su medio ambiente, y la naturaleza de las interacciones entre ellos. Los sistemas complejos son abiertos, en el sentido de que intercambian materia, energía e información con su medio ambiente. Los sistemas complejos tienden a generar procesos irreversibles. Los sistemas complejos son dinámicos y no se encuentran en equilibrio. Muchos sistemas complejos no son bien comprendidos y frecuentemente generan cambios que sugieren que las relaciones funcionales que los representan no son diferenciables (de fácil solución). Existen paradojas como eventos rápidos y lentos, formas regulares e irregulares, y cuerpos orgánicos e inorgánicos en cohabitación.

Campbell señala también, que “causa y efecto no son proporcionales; por un lado, un pequeño efecto puede tener consecuencias significativas y, por otro lado, un gran esfuerzo puede llevar a un pequeño cambio, a lo que los matemáticos llaman a estos eventos no lineales”. En último lugar para Baranger (2000), las propiedades más generales de los sistemas complejos, son: 1. 2. 3. 4.

5. 6.

Los sistemas complejos contienen muchos constituyentes interactuando no linealmente. Los constituyentes de un sistema complejo son interdependientes. Un sistema complejo posee una estructura que atraviesa varias escalas. Un sistema complejo es capaz de comportamiento emergente (la combinación de estructura, organización y emergencia conduce a la auto-organización, que es lo que ocurre cuando un comportamiento emergente tiene el efecto de cambiar la estructura o de crear una nueva organización). Un sistema complejo involucra una interacción entre caos y no caos. Un sistema complejo involucra la interacción entre cooperación y competencia. I.1.2. Sistemas vivos

Fritjof Capra en “La trama de la vida” (1998), ha desarrollado una síntesis de las teorías recientes sobre los sistemas vivos que incluye nociones de dinámica no lineal y teoría de la complejidad. Y, en “Las conexiones ocultas” (2003), sienta las bases para la revisión de esa síntesis y ampliarla al ámbito social (sistemas sociales), con el objetivo de desarrollar un marco unificado y sistémico complejo para la comprensión de los fenómenos biológicos y sociales.

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Gráfico N° 1: Modelo de comprensión de la vida

Fuente: Elaboración propia con base en Capra, 2003

El argumento de Capra, se inicia, en primera instancia, en plantear un modelo de comprensión de los sistemas vivos, en el cual remarca que la vida nunca está disociada de la materia (sistemas no vivos). De esta interrelación surge un “proceso vital” signado como autopoiésis, que no es más que el proceso de relación entre la información (estructura material o física) más los patrones14 de organización biológica, y ambos, generan procesos de auto-organización a partir de fenómenos de emergencia15 de Aquí, es pertinente citar la relación y complementación de esta idea de “patrón” con la propuesta de Christopher Alexander, arquitecto y matemático de origen austriaco, establecido en Estados Unidos desde los años sesenta, coordinó un equipo de investigación que desarrolló el método de los patrones (patterns, en inglés) en el Center for Environmental Structure, en Berkeley, California. Los tres libros que exponen la propuesta de Alexander, son: El modo intemporal de construir (1979), Un lenguaje de patrones (1977) y Urbanismo y participación: el caso de la Universidad de Oregon (1975). Su pretensión fue “describir una actitud totalmente nueva con respecto a la arquitectura y el urbanismo” a partir de su entendimiento como un sistema viviente; tiene como sustento dos ejes fundamentales: el primero es la consecución de una cualidad a la que él llama la “cualidad sin nombre”, y el segundo es “el modo intemporal” de construir. Define dos tipos de patrones interrelacionados: los patrones de acontecimientos y los patrones de espacios. Los primeros, según el autor, no se limita a las actividades de los seres vivos (incluido los humanos), sino que, incluyen aquellos acontecimientos de la naturaleza que ejercen una influencia física sobre ellos, de tal suerte que la posición del sol, el correr de un río o la sombra de un árbol pueden ser considerados como acontecimientos recurrentes, susceptibles de caracterizar a un patrón. Los patrones de acontecimientos están anclados al espacio donde suceden. Esto no significa que el espacio por sí mismo sea capaz de generar acontecimientos, sino únicamente que acontecimientos y espacios no pueden separarse. Los patrones de espacios se refieren a las características comunes, o invariantes, de los espacios donde suceden acontecimientos similares. Para definir un patrón de este tipo es útil preguntarse de qué manera la estructura del espacio respalda los patrones de acontecimientos que ahí suceden. En este sentido, el patrón se refiere a una ley morfológica que establece un conjunto de relaciones complejas en el espacio (posición, dimensión, vistas, materiales, iluminación, colores, asoleamiento, etc.). El patrón de espacio no causa el patrón de acontecimientos, así como tampoco el patrón de acontecimientos causa el patrón de espacio. “El patrón total, espacio y acontecimientos juntos, es un elemento cultural” (cognitivo). Esto significa que dos espacios aparentemente iguales albergarán actividades diferentes en culturas diferentes y, por lo tanto, darán lugar a patrones diferentes. Los patrones implican a la vez la idea de repetición y de singularidad. En este criterio, pretenden emular a la naturaleza, en tanto en ella las mismas características generales se repiten constantemente, mientras cada manifestación específica no es nunca idéntica a sus semejantes. Siguiendo a Alexander, los patrones se repiten porque, bajo un conjunto de circunstancias dadas, siempre hay ciertos campos de relaciones mejor adaptados a las fuerzas existentes, pero al mismo tiempo siempre hay variación y singularidad en la en la en la manera específica en que se manifiestan los patrones. 15 A partir de los primeros años del siglo XXI, dentro las ciencias naturales y las sociales ha comenzado a trabajarse sobre el concepto de sistemas emergentes, relacionado con la “inteligencia de los enjambres” o “inteligencia colectiva” (Steven Johnson, 2003, Pierre Levy, 2004; Jean-François Noubel, 2006; Peter Miller – Revista National Geographic, julio 2007, entre otros). Por una parte, “la emergencia es lo que ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples se organiza espontáneamente y sin leyes explícitas, hasta dar lugar a un comportamiento inteligente”. Es decir, la emergencia está relacionada con la evolución de reglas simples a complejas, con la aparición de una propiedad no observada previamente como característica de un sistema, con las propiedades conjuntas de un sistema, que no se pueden reducir en suma de partes, y finalmente, con la oposición al reduccionismo. El ejemplo más significativo de proceso emergente es el cerebro humano. Por otra parte, los sistemas emergentes “son sistemas complejos de adaptación que despliegan comportamientos emergentes (de macro-conducta observable) y cuyos agentes que residen en una escala, comienzan a producir comportamientos que yacen en una escala superior a la suya”. Son sistemas con agentes múltiples que interactúan en forma dinámica de múltiples maneras, siguiendo reglas locales e independientes de cualquier instrucción de un nivel superior. Las características del comportamiento emergente son: a) No hay puntos aislados de falla, de modo que, si una sola unidad desaparece o pierde, el sistema aún funciona; b) Están forjados en el mundo real, y resisten los cambios de condiciones en el medio y; c) Los individuos cambian el ambiente y el nuevo ambiente modifica el comportamiento de los individuos. La inteligencia colectiva es una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilización efectiva de las competencias. Se refiere a ciertas estructuras sociales auto-reguladas que pueden mostrar comportamientos inteligentes en sí mismas, siendo más eficientes que sus miembros individualmente. Las 14

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conocimiento (sistemas cognitivos). Estos tres sistemas tienen igual importancia en la conformación de la vida. Gráfico N° 2: Modelo de comprensión de la vida (interrelación)

Fuente: Elaboración propia con base en Capra, 2003

Aquí y a partir de los gráficos precedentes, surgen algunos conceptos que son importantes definirlos a partir del mismo Fritjof Capra, pero y además, considerando las ideas de Humberto Maturana y Francisco Varela. 1.

2. 3.

4.

Auto-génesis. Está relacionado con el metabolismo celular. Son procesos químicos de automantenimiento. La vida se reproduce, se regenera y perpetúa a si misma continuamente. Las redes vivas se crean y recrean a sí mismas sin cesar mediante la transformación o la sustitución de sus componentes. Los cambios estructurales mantienen ciertos patrones de organización en red. Auto-organización. Es la construcción (o reconstrucción) de estructuras propias dentro de un sistema, está relacionado con la organización interna del sistema (operaciones propias). Autopoiésis (que se hace a sí misma). La autopoiésis es un neologismo formulado en 1971 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela como resultado del análisis formal y riguroso de los fundamentos de la vida, del funcionamiento de los sistemas vivos a partir de las células, específicamente, de los mecanismos circulares reguladores del metabolismo celular. La autopoiésis expone la organización y auto-reproducción de los organismos vivos a partir de sus propios elementos, además, define el acoplamiento con su entorno. Un sistema vivo, según Maturana, se caracteriza por la capacidad de producir y reproducir por sí mismo los elementos que lo constituyen, y así define su propia unidad. La auto-reproducción tiene lugar cuando una unidad produce otra con organización similar a la de ella misma, mediante un proceso acoplado al proceso de su propia producción. Asimismo, la autopoiésis está relacionada íntimamente con los sistemas emergentes (emergencia espontánea), donde surgen dos nuevos órdenes, uno de organización y otro de estructura (y en conjunto auto-organización). Para Maturana, la autopoiésis es la propiedad básica de los seres vivos puesto que son sistemas determinados en su estructura, es decir, son sistemas tales que cuando algo externo incide sobre ellos, los efectos dependen de ellos mismos, de su estructura en ese instante y no de lo externo. Los seres vivos son autónomos, en los que su autonomía se da en su autoreferencia y, son sistemas cerrados en su dinámica de constitución como sistemas en continua producción de sí mismos. Sistema autopoiético. Es el sistema capaz de mantenerse mediante una serie consecutiva (evolutiva) de acoplamientos (estructurales o físicos) con su entorno. El sistema se mantiene mientras tenga éxito en su organización interna a través de la evolución del acoplamiento al

condiciones para que esto suceda son: a) La multitud debe ser diversa, de esta manera, cada individuo aporta diferentes piezas de información; b) Tiene que estar descentralizada, nadie debe estar al mando; c) Debe existir algunas reglas simples y alguna forma de recabar las opiniones para llegar a un veredicto colectivo y; d) Los individuos deben ser independientes para que puedan valorar su propia información.

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entorno. El acoplamiento está referido al comportamiento de uno o más unidades la conducta de cada una está en función de la conducta de las demás. Capra manifiesta que la organización biológica está caracterizada por una “organización de red” autogenética dependiente de la interrelación de sus componentes materiales. En esta interrelación surgen los fenómenos de emergencia como un proceso característico de las estructuras disipativas (materia), que implica numerosos bucles de retroalimentación (patrones). La organización en red auto-genética, está referida conceptualmente a los genes16 quienes son los que determinan los rasgos (formas) y los comportamientos (funciones) biológicos preestablecidos de los seres vivos (programa genético). No obstante, la forma y funciones son propiedades emergentes de la dinámica no lineal de la red. Según el nuevo enfoque del metabolismo celular, los seres vivos son redes auto-genéticas, organizativamente cerradas dentro de ciertos perímetros, pero funcionalmente abiertas a flujos constantes de materia y energía. Aquí también, es importante considerar los seis “principios de ecología”17 para explicar la organización auto-genética de los sistemas vivos (ecosistemas), éstos son: Redes, ciclos, energía solar, asociación, diversidad y equilibrio dinámico. Centrar la atención en las estructuras materiales y en las fuerzas que las unen, así como contemplar los patrones de organización resultantes de esas fuerzas como fenómenos emergentes, ha sido muy efectivo en Física y en Química, pero, cuando se trata de sistemas vivos, ese planteamiento no resulta adecuado. Aquí es donde se introduce el concepto de metabolismo celular, característica fundamental que diferencia a los sistemas vivos de los no vivos, no es una propiedad de la materia ni una fuerza vital, sino un patrón específico de relaciones entre procesos químicos. Aunque implique relaciones entre procesos que producen componentes materiales, el patrón en red es en sí mismo inmaterial. Los cambios estructurales de ese patrón en red son entendidos como procesos cognitivos que, con el tiempo, dan lugar a la experiencia consiente y al pensamiento conceptual. Todos esos fenómenos son inmateriales, pero tienen un sustrato físico: surgen del cuerpo y están conformados por él. Por consiguiente, aunque sus características esenciales —organización, complejidad, procesos, etc.— sean inmateriales, la vida no está nunca disociada de la materia. Un sistema autopoiético funciona gracias a una red de procesos de producción (de transformación y destrucción) de componentes que a la vez producen sus propios componentes. El estudio de su estructura per se en un momento determinado no permite entenderlos porque estos sistemas presentan una red de relaciones causales que no pueden percibirse en un lugar del sistema ni en cualquier momento. Los elementos del sistema se regeneran continuamente, siguiendo un proceso continuo de transformación y destrucción como resultado de la actuación de esta red de procesos.

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Según el dogma central de la biología caracterizada por su determinismo genético, establece de manera lineal que los genes determinan los rasgos y comportamientos biológicos, el ADN hace ARN, el ARN produce proteínas, y un tipo de ellas, las enzimas, son los catalizadores de los procesos metabólicos. En detalle, los ácidos nucleicos (ADN y ARN) tienen las siguientes funciones: ADN, son responsables de almacenar información y la auto-replicación celular, constituyen el 10% de los ácidos nucleicos. ARN, son los mensajeros o portadores de información codificada del ADN, constituyen el 90% de los ácidos nucleicos. No obstante a este determinismo genético, según los últimos avances en la investigación genética, el proceso lineal está condicionado por ciertos bucles que convierten el proceso en no lineal. Dentro la composición del ADN, el 2% son de tipo “codificadores” (programadores) y el 98% son “no codificadores”, por el contrario, son reguladores. 17 Redes. En todos los niveles de la naturaleza se encuentran sistemas vivos dentro de otros sistemas: redes dentro de redes. Sus límites no son contornos de separación, sino de identidad. Todos los sistemas vivos se comunican y comparten recursos a través de sus perímetros. Ciclos. Para mantener su vida los sistemas vivos necesitan alimentarse de los flujos continuos de materia y energía procedentes de su medio, y todos ellos producen residuos. Sin embargo, ningún ecosistema genera residuos netos, puesto que el residuo de una especie es siempre el alimento de otra. En consecuencia, la materia circula constantemente a través de la trama de la vida. Energía solar. La energía del sol, transformada en energía química por la fotosíntesis de las plantas verdes, constituye la fuerza que impulsa los ciclos ecológicos. Asociación. En todo ecosistema los intercambios de energía y recursos están sustentados por una cooperación omnipresente. La vida no se extendió sobre el planeta por medio de la lucha, sino de la cooperación, la asociación y el funcionamiento en red. Diversidad. Los ecosistemas alcanzan estabilidad y resistencia gracias a la riqueza y la complejidad de sus redes ecológicas. Cuanto más grande sea su biodiversidad, mayor será su resistencia. Equilibrio dinámico. Todo ecosistema es una red flexible en fluctuación perpetua. Su flexibilidad es consecuencia de múltiples bucles de retroalimentación que mantienen al sistema en un estado de equilibrio dinámico. Ninguna variable es maximizada en exclusiva, sino que todas fluctúan en torno a sus valores óptimos.

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Además, los componentes del sistema autopoiético se relacionan en un dominio topológico en el que la proximidad de los componentes es relevante para el funcionamiento del sistema, por lo que, son sistemas que tienden a encerrarse en sí mismos. Estos sistemas, si bien presentan un alto nivel de clausura, no están completamente cerrados, ya que, interaccionan con el ambiente. Los cambios ambientales que podrían comprometer la supervivencia del sistema son “observados” por el sistema de forma que internamente se produce una selección de procesos homeostáticos que tendrán como resultado la adecuación a esta nueva situación. Estos sistemas presentan entonces una gran cantidad de información acumulada que permite la selección de mecanismos adecuados para una adaptación a situaciones cambiantes. I.1.3. Sistemas sociales Uno de los aspectos problemáticos de la aplicación de la Teoría General de Sistemas, es si este enfoque —por cierto, de aplicación exitosa en las ciencias naturales— puede ser utilizado en los “sistemas sociales” o en campos disciplinares vinculados a éstos como por ejemplo la planificación del desarrollo. Las objeciones a un tipo de planteamiento sistémico tradicional en estos campos, derivan de la propia complejidad de este tipo de sistemas, lo que hace difícil el establecimiento de modelos y, por tanto, su utilidad práctica. Por lo demás, se ha afirmado que la aplicación de la teoría de sistemas a los sistemas sociales (humanos) supone una visión determinista y totalitarista del mundo, ya que, entiende al hombre como un ser inmerso en las organizaciones sociales como si se tratara de células que forman parte de órganos que a su vez pertenecen a un gran supersistema como es el Estado. Este tipo de interpretaciones generalistas son en realidad analogías vagas y superficiales de naturaleza organicista, carentes de una base suficiente como para permitir establecer los isomorfismos necesarios para que puedan ser aplicados en el sistema social. En las sociedades humanas se pueden establecer diversos niveles de sistemas de diferente orden jerárquico y de extensión muy variable, aplicados a fenómenos específicos. Determinadas actividades sociales pueden ser entendidas como sistemas en los que intervienen una serie de elementos en interacción que en conjunto presentan unos resultados diferentes de lo esperable por la actividad individual de sus elementos. De este modo, al tratar de extender la nueva comprensión de la vida (sistemas vivos) al ámbito social (sistemas sociales), se encuentra de inmediato una increíble multitud de fenómenos —normas de conducta, valores, intenciones, cultura, estrategias, tradiciones, relaciones, poder, etc.— que no tienen ningún papel en el ámbito orgánico de los sistemas vivos, pero que, son esenciales en la vida social. La comprensión de la conciencia reflexiva está inextricablemente vinculada a la cultura y al significado. Por lo tanto, la comprensión sistémica de la vida puede ser extendida al ámbito social sumando a las otras tres perspectivas de la vida, la del significado como abreviatura del mundo interno de la conciencia reflexiva. Gráfico N° 3: Modelo de comprensión de los sistemas sociales

Fuente: Elaboración propia con base en Capra, 2003

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Según Fritjof Capra, el mundo interno de conceptos e ideas, de imágenes y símbolos, constituye una dimensión crítica de la realidad social y forma el “carácter mental de los fenómenos sociales”. Éstas son expresadas por el lenguaje, y al ser de naturaleza simbólica, implica fundamentalmente la comunicación de significado, así la acción humana se origina a partir del significado que se atribuye al entorno. El esquema anterior es concordante con la interpretación de la autopoiésis que hace el sociólogo alemán Niklas Luhmann (1973, 1990 y 1991). La propuesta de Luhmann (1973) representa un nuevo modo de pensar la sociedad, la cual es descrita como un sistema dinámico, auto-referente y autopoiético de comunicaciones, para cuya comprensión incorpora elementos conceptuales procedentes de la cibernética 18, la teoría de la información19, la teoría de las estructuras disipativas20, y, principalmente, de la biología, incluyendo los descubrimientos sobre la autopoiésis realizados por Humberto Maturana y Francisco Varela. Este avance conceptual sistémico permitió pensar, —a diferencia de los sistemas “clásicos”, orientados a la perspectiva del orden y el equilibrio constante— en situaciones no lineales, multi-dimensionales, multi-temporales, multi-compuestos, en las que lo “normal” es un desorden que tiende a nuevos e inéditos niveles de organización. “Difícilmente se podría encontrar una situación más adecuada para ejemplificar este tipo de sistemas en la ciudad, llena de procesos irreversibles, estructuras disipativas, caos y auto-organización” (González, 1997). Luhmann utiliza el concepto de autopoiésis para presentar un nuevo enfoque teórico, el de los “sistemas sociales autopoiéticos”, idea como producto de una reflexión interdisciplinaria —cabe señalar que Maturana se ha manifestado en desacuerdo con esta aplicación—. Así, uno de los puntos centrales para aproximarse al enfoque propuesto, es la noción de complejidad situada en un marco teórico básico dada por la teoría de sistemas clásico. Los sistemas reales están compuestos por cuatro subsistemas: sociales, psíquicos, vivos y máquinas. De aquí, se individualizan dos niveles ulteriores de consumición de sistemas autopoiéticos, caracterizados cada uno por operaciones específicas: sistemas sociales y sistemas psíquicos. Las operaciones de un sistema social son las comunicaciones (elementos de las redes sociales), que se reproducen con base en otras comunicaciones, reproduciendo de esta manera la unidad del sistema, hecho que se realiza de manera invariable mientras no se presenten comunicaciones fuera de un sistema social. Las operaciones de un sistema psíquico son los pensamientos y no se dan más allá del interior de una conciencia. Como los sistemas sociales emergen en términos de identidad y diferencia respecto de un entorno, la teoría de Luhmann es también una teoría de la auto-referencia. Esto implica que todo sistema social se refiere a sí mismo, tanto en su constitución como en las operaciones fundamentales que lleva a cabo. El carácter auto-referencial de estos sistemas no se restringe al plano de sus estructuras, sino que, incluyen sus elementos y sus componentes, es decir, que él mismo construye los elementos de lo que está compuesto. La intención de Niklas Luhmann es buscar equivalencias funcionales a la integración sistémica para dar solución al problema que afecta la auto-organización y la auto-producción de las sociedades en contextos de contingencia y riesgo. En ese aspecto, aplica la autopoiésis en torno a la distinción entre “sistema y entorno” como condición de posibilidad para el sostenimiento del límite, el cual permite las operaciones auto-referenciales.

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Propuesta por Norbert Wiener en 1947. Propuesta por Claude Shannon y Warren Weaver en 1949. 20 Llamada también de los sistemas alejados del equilibrio, fue promovida desde principios de los años 60 por el Premio Nobel Ilya Prigogine. Desde su enunciación se comienzan a tener en cuenta los fenómenos en su interacción con el medio. 19

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Gráfico N° 4: Modelo de comprensión de los sistemas reales

Fuente: Elaboración propia con base en Luhmann, 1991

A diferencia de las máquinas, los sistemas sociales se identifican por el sentido. Este se logra por el establecimiento de límites, que no son físicos sino de significado, pues aluden a la comunicación, aun cuando algunos límites físicos —como el territorio—, puedan simbolizar límites de sentido. Los sistemas sociales emergen en términos de “identidad” y “diferencia” respecto de su entorno. El fenómeno social de significado es asumido en el enfoque complejo mediante la idea de “contingencia” en relación a que algo puede ser o no ser. El problema de la contingencia se encuentra siempre presente cuando un sistema psíquico experimenta sus posibilidades de acción y existe la necesidad de actuar selectivamente. No obstante, como lo social no es la pura suma de los individuos, es necesario resolver una doble contingencia (Rodríguez y Arnold, 1991). Asimismo, Luhmann menciona que todos los sistemas sociales autopoiéticos se caracterizan por la “clausura operativa”. Con este concepto indica el hecho de que las operaciones que llevan a la producción de elementos nuevos de un sistema dependen de las operaciones anteriores del mismo sistema y constituyen el presupuesto para las operaciones subsiguientes, esta clausura constituye la base de la autonomía del sistema en cuestión y permite distinguirlo de su entorno. En el caso de un sistema vivo, aunque la reproducción de los elementos utilice materiales externos al organismo, las transformaciones que llevan a la producción de una célula nueva son exclusivamente internas, nunca se presenta la producción de una célula fuera de un organismo vivo. Las operaciones de un sistema social, las comunicaciones, son el resultado de comunicaciones precedentes y suscitan a su vez comunicaciones ulteriores. La unidad de un sistema social está constituida exclusivamente por la conexión recursiva de sus comunicaciones, y no, por ejemplo, de los procesos psíquicos de las conciencias que participan en ellas o incluso hasta de los organismos, sólo la sociedad puede comunicar. Igualmente, las operaciones de un sistema psíquico, los pensamientos, se reproducen incesantemente con base en otros pensamientos, y no reflejan directamente ni los procesos orgánicos, ni los comunicativos, sólo una conciencia puede pensar (pero no puede trasferir sus propios pensamientos al interior de otra conciencia, debe pasar por la comunicación). Un sistema de comunicaciones no sólo es auto-referente sino también es autopoiético, puesto que es capaz de reproducir los elementos de los cuales está compuesto, vale indicar, nuevas comunicaciones. Esto no significa que un sistema social pueda existir sin seres humanos, sino que, los supone como base. De ahí que Luhmann sostenga que los sistemas psíquicos y los sistemas sociales han surgido coevolutivamente, pero, constituyendo realidades clausuradas operacionalmente y auto-referentes, de modo que, “lo psíquico no explica lo social ni lo social puede explicar lo psíquico”. Al existir en este enfoque una lógica evolutiva, aunque no un determinismo, el proceso de reducción de la complejidad —es decir, de construcción del sistema— requiere de tiempo, porque constituye operaciones de distinción que ocurren en la realidad. Para que esto suceda, un conjunto de personas 16


debe compartir un determinado significado, desde el cual pueden organizar su interacción, haciendo posible “lo social”. Según Rolando García (2006), el estudio de un sistema social complejo exige distinguir niveles de análisis, cada uno determinado por procesos de diferente nivel: 1º Los procesos de primer nivel son cambios que afectan el entorno físico, las relaciones socio-económicas de la población en el área y sus condiciones de vida, están asociados con modificaciones introducidas dentro del sistema productivo de la región; 2º Los procesos de segundo nivel o metaprocesos son cambios introducidos dentro del sistema productivo (tales como la introducción de cultivos comerciales, la industrialización o la emergencia de ciertos polos de desarrollo) y generan cambios en los procesos de primer nivel y; 3º Los procesos de tercer nivel son cambios en las políticas de desarrollo nacional, en el comercio internacional, los flujos de capital, etc., que generan cambios en los procesos de segundo nivel. Finalmente, resulta sugestivo observar que el marco conceptual de las cuatro perspectivas interdependientes propuestas por Capra y Luhmann, presenta similitud con la “Teoría de las causas o de los cuatro principios” postulada por Aristóteles como fuentes interdependientes de todo fenómeno en la realidad (fenómenos sociales y naturales). Aristóteles distinguía entre causas internas y causas externas. Las causas internas son dos: la materia y lo formal (biológico). Las externas son dos: la eficaz (motriz), capaz de generar dinamismo o movimiento (acción), y la final, que determina la acción de la causa eficaz y le otorga un objetivo. El significado o propósito opera a través del mundo material. Gráfico N° 5: Teoría de las causas (Aristóteles)

Fuente: Elaboración propia con base en Aristóteles (Metafísica Libro I)

El sello distintivo de los sistemas complejos es su comportamiento de interacción no lineal e impredecible, estructurados con un gran número de elementos interactuando entre sí, cuyas repetidas interacciones resultan en un comportamiento colectivo que retroalimenta el comportamiento de las partes individuales. Involucran muchas conexiones entre individuos, estados y procesos. Integrando las interpretaciones de Capra, Luhman y Aristóteles, puede construirse un modelo síntesis de la realidad de los sistemas sociales (reales): Gráfico N° 6: Modelo síntesis de los sistemas sociales

Fuente: Elaboración propia

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A manera de síntesis, la “red celular” metabólica (sistema bioquímico) es un patrón lineal de organización, pero, para comprender la naturaleza de su estructura y los procesos que constituyen los nodos y vínculos de su red, se requiere de la teoría de la complejidad o dinámica no lineal. Una “red social” es asimismo un patrón lineal de organización, por lo que, es muy probable que las ideas y conceptos desarrollados en la teoría de la complejidad, sean también relevantes en el contexto social. Sin embargo, los nodos y los vínculos de esa red no son bioquímicos. Así que, los sistemas sociales son, ante todo y sobre todo, redes de comunicación que involucran: relaciones no lineales entre sus elementos, redes ramificadas, poca predicción, existencia de fluctuaciones y perturbaciones, fronteras borrosas y dinámicas, retroalimentación, procesos de auto-organización, entre otros. Gráfico N° 7: Percepciones del tiempo y los hechos históricos

Fuente: Elaboración propia

Desde el punto de vista de la Física Cuántica el tiempo no es lineal, sino circular, esta idea está relacionada con el concepto de recursividad y auto-referencia de los hechos históricos en un sistema social. Richard Feynman (Premio Nobel de Física, 1965), introdujo el concepto de la suma de historias. Su idea postula que un sistema no tiene en el espacio-tiempo una sola historia, como supondría normalmente la teoría clásica de la Física. Entonces, el pasado es una construcción que sostiene el presente. El pasado sostiene y construye una imagen de la realidad, pero el pasado encierra el presente y proyecta un futuro que lo refracta. Por eso no se puede alterar el futuro sin revisar la versión del pasado. Finalmente y a manera de síntesis, Marcelo Arnold-Cathalifaud (2008), en la línea de Luhmann, define sociopoiético para abordar a las organizaciones como sistemas que construyen sus identidades específicas mediante selecciones ininterrumpidas de decisiones. Las organizaciones observan estas operaciones decisionales como comunicaciones y las refieren como medios relacionados con fines. Como sistemas hipercomplejos, las propiedades sinérgicas de las organizaciones, aunque están determinadas internamente, no pueden predecirse ni enseñarse. Con las posibilidades internas, de las cuales dependen, se deslindan de los individuos, construyen sus entornos, se gobiernan y autodiseñan. El entorno puede inducirles reacciones, pero cualquier efecto depende exclusivamente de sus condiciones internas. I.1.4. Sistemas caóticos El término caos21 es la denominación popular a la rama de la matemática, la física y otras ciencias que trata ciertos tipos de “sistemas dinámicos” que se caracterizan por ser muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales; es decir, pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro del sistema, imposibilitando la predicción a largo plazo. Esto sucede aunque estos sistemas son en rigor determinísticos, es decir, su comportamiento puede ser completamente determinado conociendo sus condiciones iniciales. Los sistemas dinámicos se clasifican básicamente en: estables, inestables y caóticos. Un “sistema estable” 21

La teoría del caos surgió evolutivamente. Algunos autores son: Henri Poincaré, matemático, físico y filósofo del siglo XIX, Mitchell Feigenbaum, físico teórico, Werner Heisenberg, Premio Nobel, conocido por el Principio de Incertidumbre, e Ilya Prigogine, también Premio Nobel. Actualmente, es aplicada a muchos ámbitos diferentes: la prevención de riesgos, la psicología, la empresa, la planificación, la sociedad o a cualquier sistema vivo o social.

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tiende a lo largo del tiempo a un punto, u órbita, según su dimensión (atractor). Un “sistema inestable” se escapa de los atractores. Y, un “sistema caótico” manifiesta los dos comportamientos; por un lado, existe un atractor por el que el sistema se ve atraído y, por otro lado, hay fuerzas que lo alejan de éste. De esa manera, el sistema permanece confinado en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor fijo. En el libro “Gestión de Procesos”, Juan Bravo Carrasco (2009), señala que “el caos genera un orden, aunque distinto del que se esperaría lograr con una mente entrenada en el mecanicismo” 22. En estos modelos se asocia simplificadamente el orden al equilibrio y el desorden a la inestabilidad. Bravo refiere que la teoría del caos establece que el comportamiento de un sistema se puede predecir en el “corto plazo” con una alta probabilidad de ocurrencia. Y que, en el “mediano y largo plazo” su dirección es errática, porque depende de pequeños cambios en múltiples condiciones iniciales que cambian su estado en forma intrínsecamente aleatoria. El corto plazo23 es una medición de tiempo asociado a las características particulares de cada sistema, es decir, hay mayor probabilidad de predeterminar en corto plazo, luego desde esta perspectiva, el comportamiento es errático. Alta probabilidad de ocurrencia significa 90, 95, 99% o mayor porcentaje de cumplir la predicción, no hay certeza y no la hay en ninguna acción humana. Las “condiciones iniciales” refieren a la interacción con el medio que es esencialmente dinámico, y el caos surge del comportamiento de esas condiciones en la frontera del sistema es intrínsecamente aleatorio. La aleatoriedad en los sistemas se da a través de infinitas bifurcaciones, el sistema “elige” una u otra opción en cada condición, así es como dos sistemas que comienzan en un estado similar, al cabo de poco tiempo se diferencian notablemente. Según Prigogine (1996), “los sistemas caóticos son un ejemplo extremo de un sistema inestable: en ellos las trayectorias correspondientes a condiciones iniciales tan vecinas como se quiera, divergen con el tiempo. Entonces hablamos de sensibilidad a las condiciones iniciales, y lo ilustramos con la conocida parábola del efecto mariposa, que dice que el aleteo de una mariposa en la cuenca amazónica puede afectar el clima de Estados Unidos”. A manera de síntesis de lo propuesto por Juan Bravo y desde el punto de vista de las aplicaciones concretas en las organizaciones, se puede extraer varios principios de la teoría del caos: 1.

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Aceptar la complejidad. Al reconocer la presencia de un sistema caótico —y todo sistema social lo es— puede aplicarse herramientas correspondientes, diferentes a cuando se trata de un problema de alta estructuración. Esto es vital para la elaboración de una propuesta de acercamiento a un problema concreto, en primer lugar, estudiar el problema y luego repasar los factores que más inciden en el cambio, un proyecto de acuerdo con la estrategia de la organización y que contemple al menos: el impacto en las personas, el rediseño de procesos, la reestructuración organizacional y la tecnología. Visión ambiciosa de largo plazo. Cero accidentes, calidad total, productividad de clase mundial pueden ser visiones desafiantes y motivadoras de largo plazo. Es importante tenerlas como una visión, ya que, el comportamiento de los sistemas es errático en el mediano y largo plazo. Esta visión actuará como un faro en la tormenta. Se puede emplear alguna técnica de “visionar” para crear una dirección, una orientación general más que un plan detallado. Programa de acción muy preciso para el corto plazo. Se trata de trabajar en una programación de trabajo muy minuciosa para el corto plazo, eventualmente pocos meses. Incluye objetivos

Respecto al concepto de orden y su relación con el urbanismo, Emilio Duhau (2003), hace una diferencia entre lo “formal” y lo “informal”; el primero, está relacionado con el “orden” subyacente que hace a las ciudades planificadas racional y geométricamente diseñadas bajo una lógica euclidiana y, el segundo, está relacionado con el “desorden” presente en los espacios urbanos no planificados, estructurados orgánicamente sin orden aparente y que responderían a un orden diferente, es decir, de una lógica no euclidiana. Asimismo, enmarca y caracteriza la morfología y estructura espacial de los centros urbanos dentro los procesos de asentamientos informales (ciudad informal). Propone que su existencia y reestructuración representa una oportunidad de desarrollo y que la solución espacial no es adaptarlos o adecuarlos al “orden formal”. 23 En la empresa y en la economía, el corto plazo puede ser semanas. Para un operador de bolsa el corto plazo puede ser sólo algunos segundos y largo plazo algunos minutos. La predicción del clima tiene una probabilidad del 90% para las próximas horas, 70% para el día siguiente y 50% para dos días más. Luego, desde esta perspectiva, el comportamiento es errático. 22

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específicos, encargados, plazos, recursos y todo aquello necesario para concretar. La idea es que al mismo tiempo que se aborda el mediano y largo plazo con una visión, el corto plazo tiene una programación detallada, que de alguna manera construirán las tendencias del mediano plazo y éste posteriormente del largo plazo. Manejo del cambio a todo nivel. Se trata de fomentar con la teoría del caos una actitud de receptividad y de dependencia, necesaria para realizar los cambios con gradualidad. Aplicar la participación y aprovechar las “condiciones iniciales” que surgen de todo componente de un sistema. Significa que todas las personas toman decisiones, al menos en el mejoramiento continuo de las tareas que realizan, para lo cual deben disponer de la información necesaria. De esta forma, cada integrante del sistema logrará reflejar el todo. Actuar a nivel de señales tempranas. Es actuar a nivel del “aleteo de la mariposa”, antes que se produzcan cambios fortuitos. Se trata de neutralizar las señales indeseables y promover las deseables. Por ejemplo, neutralizar acciones o condiciones inseguras a nivel de un cuasiaccidente, aplicando acciones preventivas. Aprender a correr riesgos controlados. Así como en forma natural existen infinitas condiciones iniciales que pueden influir, por ejemplo, sobre la prevención, la idea es compensar esta realidad probando muchas opciones de cambio que mejoren las condiciones de seguridad. Eso significa desarrollar a todo nivel el hábito de correr riesgos, aunque bien calculados en cuanto a que si las cosas no salen bien las pérdidas sean aceptables. Repetición de un pequeño conjunto de conceptos. Así como la naturaleza forma cuerpos complejos por repetición de algunos patrones base, la repetición de conceptos clave y el entrenamiento reiterado darán sus frutos. Aceptación del caos y tolerancia. Aceptación del caos en el sentido que no se puede tener todo controlado tanto por debilidad como falta de conocimiento. I.1.5. Auto-organización Estructura y patrón

Algunos científicos sistémicos utilizan para el análisis de los sistemas complejos el aparato conceptual de la teoría cibernética. A partir de esta teoría, se inscribe la idea de estructura y patrón. Según esta disciplina, la “estructura” hace referencia a la medida de los elementos que conforman un sistema, y los “patrones”, en cambio, muestran la forma de cómo se manifiesta el sistema (organización) —esta idea fue trabajada también por Christopher Alexander—. En este sentido, la estructura puede ser medida, analizada y explicada cuantitativamente, mientras que, el patrón sólo puede ser aproximado en su comprensión desde un punto de vista cualitativo. En los sistemas vivos, la evolución se basa en un proceso entre los vínculos establecidos por la estructura y el patrón. Así, un sistema vivo es a la vez abierto y cerrado: abierto estructuralmente, pero cerrado organizativamente. La materia y la energía (información o conocimiento) fluyen a través de él, pero el sistema mantiene una forma estable y lo hace de manera autónoma a través de su autoorganización (estructura+patrones). Humberto Maturana en el prefacio a la edición de 1994 de “De máquinas y seres vivos” menciona lo siguiente: “…un sistema [complejo], cualquiera que éste sea, surge en el momento en que en un conjunto de elementos comienza a conservar una dinámica de interacciones y de relaciones que da origen a un clivaje operacional que separa a un subconjunto de esos elementos que pasa a ser el sistema, de otros elementos que quedan excluidos de éste, y que pasan a ser el entorno. La dinámica de interacciones y relaciones que como configuración relacional entre elementos al conservarse separa a un conjunto de elementos de otros dando origen a un sistema, pasa a ser la organización del sistema, en tanto que el conjunto de elementos y relaciones que realizan esta organización en la unidad operacional que surge así separada de un medio como un ente particular, pasa a ser la estructura”.

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Francis Heylighen (2003), en su artículo “The Science of Self-organization and Adaptivity”, menciona al respecto: El cibernetista británico W. Ross Ashby propuso lo que llamó “el principio de autoorganización”. El notó que un sistema dinámico, independientemente de su tipo o composición, siempre tendía a evolucionar hacia un estado de equilibrio, o lo que podríamos ahora llamar un atractor. Esto reduce la incertidumbre que tenemos acerca del estado de sistema y, por consiguiente, la entropía estadística del sistema. Esto es equivalente a la autoorganización. El equilibrio resultante puede ser interpretado como un estado donde las diferentes partes de sistema están mutuamente adaptadas. La auto-organización, es básicamente la creación espontánea de patrones coherentes globalmente provenientes de interacciones entre componentes inicialmente independientes. Este orden colectivo está organizado en función de su propio mantenimiento, y de este modo tender a resistir perturbaciones. Esta robustez se logra con el control distribuido y redundante de modo que cualquier daño pueda ser restaurado por las secciones restantes no dañadas. El mecanismo básico subyacente a la auto-organización es la variación determinista o estocástica que gobierna cualquier sistema dinámico, explorando diferentes regiones en el espacio de estados hasta que cae en un atractor, a una configuración que se cierra en sí misma. Este proceso puede ser acelerado y profundizado por el incremento de variación, por ejemplo por adición de “ruido” al sistema. La entrada a un atractor impide futuras variaciones fuera del atractor y, por lo tanto, restringe la libertad de los componentes del sistema de comportarse independientemente. Esto es equivalente al incremento de coherencia, o disminución de la entropía estadística, que define la auto-organización. La clausura define al sistema separado de su entorno, definiéndolo como autónomo. La clausura usualmente es el resultado de la naturaleza retroalimentada y no lineal de las interacciones. Si la retroalimentación es positiva llevará a un crecimiento explosivo de cualquier configuración originalmente que entra en el régimen de retroalimentación positiva. Este crecimiento acaba cuando todos los componentes disponibles han sido absorbidos en una nueva configuración, dejando al sistema en un estable estado de retroalimentación negativa. La teoría de auto-organización tiene muchas aplicaciones potenciales —pero aun relativamente poco prácticas— Por un lado, en principio ofrece una visión del funcionamiento de la mayoría de sistemas complejos que nos rodean, desde galaxias y planetas hasta moléculas, y desde células vivas a ecosistemas y mercados. Tal entendimiento, sin embargo, no necesariamente lleva a una mejor capacidad de predicción, debido a que el comportamiento de los sistemas auto-organizados es impredecible por su propia naturaleza. Por otro lado, obtener una mejor comprensión de las fuentes relevantes de selección, la variación y las estructuras intrínsecas de un atractor nos ayudarán a conocer cuáles comportamientos son posibles y cuáles son imposibles.

En último lugar, para Gregory Bateson, Humberto Maturana y Francisco Varela, la materia y la mente no son dos categorías separadas, sino que, representan dos aspectos diferentes del mismo fenómeno de la vida. La mente es un proceso que se identifica con el proceso de la vida. El empeño de estos autores ha sido conseguir desarrollar teorías integradoras del hombre en que las diversas dimensiones vitales: percepción, emoción, acción, lenguaje, etc., queden incluidas en una sola red cognitiva explicativa de la mente humana. Organidación Buscando la construcción metódica y operativa del concepto de auto-organización, Cristián Castiblanco (2011), entre otros, propone la idea de “organidación”. Etimológicamente, el término “organización” tiene su raíz en el griego organon que significa herramienta, y la palabra “nidación”, del latín nidus que está relacionado con cuna o nido. Entonces, la palabra “organidación”, que a diferencia del concepto organización, involucra no solo localizar cada cosa en su lugar, sino establecer el cómo se relaciona cada cosa con el lugar de las otras24. Conceptualmente, “organidar es entonces auto24

Así por ejemplo, en el caso de un tablero de ajedrez cada figura y pieza tiene un lugar determinado en su inicio, pero la esencia principal del juego de ajedrez, es imaginar y determinar las posibles ubicaciones de las piezas a través de ciertos movimientos para poder generar situaciones de riesgo o finalmente ganar al contendiente. En toda partida siempre hay

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regularse y auto-realizarse, la autopoiésis es la emergencia de las relaciones entre las partes del todo en un organismo, donde se identifican las características formales, sistémicas y procesales de la estructura que constituye cada parte, para determinar las posibles emergencias de cada uno en sí mismo y de cada sistema tras la interacción dentro del gran sistema”. En el caso de los organismos vivos, la comprensión y el reconocimiento de las capacidades productivas de cada elemento que lo constituye, permite que cada uno tenga independencia en cuanto a su producción, pero que cada una de estas “burbujas de vida mínima” (B.V.M.) que la conforman, establezcan una red que fortalece las características del nido que compone la estructura, dejando así células inter-cambiantes y vías de comunicación que permiten transversalizar los ingresos energéticos y, que además, potencializa los procesos comunicativos que se generan en el intercambio con el contexto. En una interpretación personal, en el caso del cuerpo humano, se entiende que están conformados por elementos físico-químicos que sustentan y estructuran todo el cuerpo; asimismo, existen elementos vivientes o biológicos que se organizan e incorporan a los primeros para conformar diferentes funciones en órganos y sistemas del cuerpo y; finalmente, a partir de un sistema central (cerebro) y la relación con el medioambiente, auto-organizan el crecimiento y mantenimiento de la vida. A partir de las ideas de Castiblanco, no todo el esquema perimetral es intercambiante, el sistema vivo identifica los elementos que le permiten seleccionar las perturbaciones externas, que cómo sistema abierto espera intercambiar, para retroalimentar uno o todos los elementos almacenadores de sus características genésicas, o de sus jerarquías catalizadoras. Solo los elementos que se estructuran y organizan bajo estas características, reconociendo las condiciones de producción y habitabilidad, tienen la capacidad de generar aperturas hacia las alteraciones externas (auto-organizan), estos elementos, filtran la información y la catalizan, para entregar al nivel jerárquico de la organización elementos que generen procesos positivos, que retroalimente, los nuevos patrones de orden las estructuras que se retroalimentan. “Al circular a través de diversos bucles de retroalimentación, la información puede amplificarse y expandirse, incluso hasta el extremo de que la organización, no puede ya absorberla en su estado presente, cuando llega esta situación, se ha alcanzado un punto de inestabilidad” (Capra, 2003); así, emerge un nuevo patrón de organización dirigido hacia la búsqueda de un nuevo equilibrio (estructuras disipativas). “La configuración de un Holón25, estructurante fundamental del concepto de organidación, define la concepción del todo en la parte y la parte en el todo, relacionando los elementos que concierne los procesos de organización física, concibiéndolos como organidación. Estos medios que relacionan e inter-relacionan el sistema organidado se identifica principalmente por buscar estrategias para la consecución de la energía, que permiten alcanzar el equilibrio necesario para establecer un cierto orden de bienestar ambiental” (Castiblanco, 2011).

posibilidades de desviarse del curso convencional, de adentrarse en situaciones diferentes. El ajedrecista imaginativo puede volcar el curso de una partida hacia el terreno que más desea o que más molesta y coloca en peligro a su rival. 25 Un holón es algo que es a la vez un todo y una parte. La palabra fue acuñada por Arthur Koestler (1967) en su libro “El espíritu de la máquina”. Cada sistema puede considerarse un holón, ya sea una partícula subatómica o un planeta. En un ámbito no físico, las palabras, ideas, sonidos, emociones y todo lo que puede identificarse es a la vez parte de algo y a la vez está conformado por partes. Dado que un holón está encuadrado en todos mayores, está influido por que influye a los todos mayores. Y dado que un holón contiene subsistemas o partes está influido a su vez por eso influye a estas partes. La información fluye bi-direccionalmente entre sistemas menores y mayores. Cuando esta bi-direccionalidad del flujo de información se pone en peligro por algún motivo, el sistema empieza a desmoronarse: los todos no reconocen depender de sus partes subsidiarias y las partes no reconocen más la autoridad organizativa de los todos. Una jerarquía de holones recibe el nombre de holoarquía. El modelo holoárquico puede entenderse como un intento de modificar y modernizar las percepciones de la jerarquía natural.

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Gráfico N° 8: Configuración de un Holón

Fuente: Castiblanco (2011)

El resultado es un estado de caos, confusión, incertidumbre y duda del cual surgirá una nueva forma de orden, organizada entorno a un nuevo significado. Ese nuevo orden no es diseñado por nadie, sino que, emerge como resultado de la creatividad o inteligencia colectiva de las partes de la organización del sistema vivo. La apertura de una organización hacia un nuevo orden se da por una intensa red de comunicaciones activa. El punto de inestabilidad, que puede ser experimentado como tensión, caos, incertidumbre o crisis, que puede provocar en un sistema tanto el colapso como la superación de la crisis y desembocar en un nuevo estado de orden, se caracteriza por la novedad e implica una experiencia de creatividad. “La apertura inicial a las perturbaciones del entorno es una propiedad fundamental de toda forma de vida. Los sistemas vivos necesitan estar abiertos a un flujo constante de recursos (materia-energía) para seguir viviendo, del mismo modo que los flujos de materiales y energía son parte del proceso de producción de bienes y servicios. La apertura de una organización a nuevos conceptos, nuevas tecnologías y nuevo conocimiento, constituye el indicador de su vitalidad de su flexibilidad y de capacidad para aprender” (Capra, 2003). Finalmente para Cristian Castiblanco, la organidación, no se debe comprender desde la linealidad como un hecho aislado, debe comprenderse desde la interacción de las múltiples redes, unas anidadas en otras, dependientes y continuamente auto-referentes y al mismo tiempo independientes en su clausura. Estas estructuras constitutivas en la fractalidad de su entorno, con el cual interactúan permanentemente, definen a la par, el constante cambio al que se ve afrontado todo proceso de estructuración y organización de los sistemas vivos. Es en este sentido, la organidación como completud en la comprensión de un sistema complejo, permite identificar las características de contagio que emergen de las múltiples relaciones establecidas mediante un vínculo esencial de su auto-referencia, la comunicación anidada dentro de las burbujas de vida mínima (B.V.M.) son almacenadoras de la información constitutiva del todo que será trascendida al resto de la estructura sistémica, donde además, el ambiente se identifica como único escenario, en el que solo esa comunicación es posible por ser este su único continente autopoiésico.

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I.2.

EL VIVIR BIEN Y EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO

Uno de los desafíos iniciales de la gestión gubernamental del presidente Evo Morales Ayma (2006-2020), ha sido la implementación de un nuevo Plan Nacional de Desarrollo del Estado Plurinacional de Bolivia (PND). Este plan fue presentado el 16 de junio de 2006 como un instrumento innovador y conductor del “proceso de cambio” iniciado en enero del mismo año, es aprobado el 12 de septiembre de 2007 mediante Decreto Supremo N° 29272. Gráfico N° 9: Esquema general de la propuesta del PND

Fuente: Gaceta Oficial de Bolivia, Plan Nacional de Desarrollo, 2007

Los lineamientos estratégicos del PND están orientados a la transformación del país hacia el “Vivir Bien”, el desmontaje del colonialismo y neoliberalismo, y la construcción de un Estado social, comunitario y plurinacional, promotor y protagonista del “desarrollo”. De la misma forma, busca promover el “desarrollo integral” a través de la construcción de un nuevo patrón de desarrollo diversificado e integrado, para la erradicación de la pobreza y exclusión. Para ello, sustenta cuatro pilares: Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática26, además propone tres ejes transversales: Equidad, Innovación y Medio Ambiente, que son respaldadas por un marco de estabilidad macroeconómica y políticas institucionales. La Bolivia Digna se sustenta principalmente en la “protección social y desarrollo integral comunitario” (matriz socio-comunitaria) y la Bolivia Productiva se sustenta en los “complejos productivos integrales y complejos territoriales integrales” (matriz económica-productiva). El cambio en la “protección social” está dado por un antes caracterizado por ser: direccionado, sectorial, terciarizado, de inversión dispersa, asistencialista, individualista, monocultural e irresponsabilidad estatal, hacia un después diferenciado por ser: participativo, integral, autogestionario, de inversión focalizada, sostenible, comunitario, multicultural, responsabilidad social e histórica del Estado comunitario. En este sentido, el 26

La Bolivia Productiva busca la transformación, integración y diversificación de la matriz productiva, que ocupe el conjunto del territorio, cree productos materiales e intelectuales con marca boliviana, industrialice los recursos naturales, logre un mercado interno fortalecido y aumente el valor agregado de las exportaciones, genere excedentes, ingresos y empleo digno con el apoyo del Estado promotor y protagonista del desarrollo, que contribuya a la acumulación interna y distribuya la riqueza equitativamente, hacia un nuevo patrón de desarrollo integral y diversificado, donde convivan la economía comunitaria, estatal, privada y social cooperativa. La Bolivia Digna busca la erradicación de la pobreza y toda forma de exclusión, discriminación, marginación y explotación, el ejercicio de los derechos fundamentales, la constitución de un patrón equitativo de redistribución de ingresos, riquezas y oportunidades y la reducción de las situaciones de riesgo en lo social, económico y político. La Bolivia Democrática se funda en la construcción del Estado Plurinacional y Comunitario, a partir de la configuración de las entidades territoriales descentralizadas y autónomas, donde el pueblo ejerce el poder social en la elección y revocatoria de mandatos, control social sobre la gestión pública y es corresponsable en las decisiones sobre su propio desarrollo. La Bolivia Soberana tiene por meta la constitución del Estado como actor internacional, soberano, autodeterminado y con identidad, es decir, toma decisiones propias y autónomas a partir de sus necesidades, perspectivas e identidades, se relaciona digna y exitosamente en el contexto mundial, preservando relaciones armónicas y de equilibrio entre los países.

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objetivo del “desarrollo integral comunitario”, será entonces: “restituir y desarrollar capacidades y oportunidades integrales de la población y el territorio” (económico-productivas, sociales, políticas, culturales, ambientales e infraestructura) articuladas a partir del potencial comunitario (redes). El sustento ideológico del PND se originó desde fines de los años 90, por una preocupación etimológica de grupos indigenistas que buscaron traducir, lo más acertadamente posible, las palabras “desarrollo” y “progreso” en las lenguas indígenas. Esta preocupación no estuvo motivada solamente por un afán lingüístico sino por la necesidad de comprender el origen de la incompatibilidad entre dos formas distintas de concepción del mundo. Por un lado, políticas llamadas de desarrollo, tanto del Estado como de la Cooperación Internacional, cuyos impactos fueron negativos, ya que, se constató que entre las expectativas desarrollistas de los diseñadores de proyectos y la población destinataria, había incompatibilidad y desencuentros. Las palabras desarrollo y progreso no encontró, en ninguna lengua indígena, equivalencias que reflejaran ese sentido de crecimiento y de posesión de bienes materiales. Por otro lado, los conceptos que se barajaron para encontrar una aproximación al progreso/desarrollo fue Suma Qamaña en aymara, Sumaj Kausay en quechua y Ñandereco en guaraní, el sentido de las mismas guarda una percepción totalmente diferente y aún opuesta al concepto tradicional de desarrollo. Entre las distintas voces indígenas existen diferencias de matiz; sin embargo, por una parte, existe similitud de sentidos que denotan un ideal de vida que no separa al hombre de la naturaleza y, por otra parte, que entre la “vida material” de producción y reproducción y, la “vida social y espiritual” había una interconexión inseparable: hombre/mujer y naturaleza son parte de la Madre Tierra y, entre ambos, se establece una comunión y un diálogo mediado por una ritualidad que entiende a la Naturaleza y al Territorio como un ser vivo y sagrado. Esta concepción cosmocéntrica establece una relación con la naturaleza mediada por la comunidad, se da por supuesto que los hombres/mujeres no están despojados de relaciones y de redes comunitarias, pues, entienden que la reproducción sólo es posible a condición de establecer nexos de interdependencia mutua, donde el ideal está puesto en una vida de relaciones de reciprocidad y solidaridad. El crecimiento múltiple y sostenible responde a la multiplicidad de formas coexistentes y simultáneas de pensar, encarar y relacionarse con los diferentes ámbitos del progreso y del mismo desarrollo. De esta manera, el crecimiento se vuelve diverso, complejo, heterogéneo y compuesto. Entonces, el hilo conductor del PND es precisamente el “Vivir Bien” como expresión compleja que condensa la forma de entender la satisfacción compartida de las necesidades humanas más allá del ámbito de lo material y lo económico, porque incluye la afectividad, el reconocimiento y prestigio social; todo esto a diferencia del concepto occidental de bienestar (vivir mejor) que está limitado al acceso y a la acumulación de bienes materiales. El Vivir Bien, desde la comprensión y experiencia de vida de los pueblos indígena-campesinos nacionales, expresa un sentido de satisfacción a través de un desarrollo propio (endógeno), producto logrado gracias al equilibrio entre la productividad y la mancomunidad social que permiten el flujo de energías para que la vida y la reproducción se abran paso: agua, clima, suelo y cultura —este último como la compenetración ritual entre el ser humano y su entorno natural—. El trabajo y la producción son actos colectivos de celebración (trabajo y fiesta colectiva son inseparables), así como es colectivo el disfrute del bienestar, y colectiva también es la manera de gestionar los recursos que posibilitan la reproducción de la vida. A manera de síntesis, los principios de este nuevo enfoque se describen en el siguiente esquema comparativo del modelo civilizatorio capitalista y el modelo del Vivir Bien:

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Cuadro N° 1: Esquema comparativo del Modelo Civilizatorio Capitalista y el Modelo del Vivir Bien MODELO CIVILIZATORIO CAPITALISTA Secularización: pérdida de sentido de lo sagrado o lo espiritual; la naturaleza es inerte. La historia no es un referente (historia lineal). Androcentrismo: sobreconfianza en la intervención humana sobre la naturaleza. Mercantilización de todos los aspectos de la vida cotidiana. Naturaleza concebida como recursos explotables. Valoración de la tenencia de artículos de consumo e intercambio (éxito material). Individualismo exacerbado, pérdida de sentido en los lazos sociales o comunitarios. Racionalidad instrumental. Economía carente de valores. El lucro y la maximización de la ganancia son objetivos supremos. Confianza en un crecimiento ilimitado. Destrucción de la biodiversidad. Alto uso energético en la producción que no es contabilizado (agua, combustible, agroquímicos, semillas transgénicas, trabajo, etc.). Preferencia por la agro industria Se privilegia la homogeneidad social y cultural mientras se estimula la competencia individual que desemboca en una creciente desigualdad social.

MODELO DEL VIVIR BIEN La naturaleza tiene un sentido sagrado (significado) y está poblada de vida. La tradición y la historia (historia circular), que siempre están re interpretándose, es una manera de entender el pasado, el presente y el futuro como uno solo. Cosmocentrismo: el hombre/mujer es uno más de los componentes de la naturaleza. La mercantilización no interviene en toda la reproducción de la vida. La solidaridad, la reciprocidad y el ayni son formas de resolver la gestión productiva-social y la gestión política. La naturaleza está vivificada y es sagrada. Valoración del prestigio de las personas que lo tienen por su servicio en la comunidad. Equilibrio de los lazos comunitarios y los lazos individuales. Racionalidad afectiva y contextual. Los valores regulan el intercambio, la reciprocidad y el ayni entre los miembros de la comunidad y de ella con la naturaleza. La convivencia armónica con la comunidad y con la naturaleza son los objetivos supremos. El crecimiento en sí mismo no tiene sentido sino la satisfacción de necesidades para reproducir la vida de manera equilibrada. Preferencia por la diversidad en todo sentido. Bajo uso energético porque la producción está pensada para el consumo y para la reproducción de la vida. Preferencia por la agricultura familiar y comunitaria. Se privilegia la igualdad, en una convivencia plural.

Despolitización del individuo.

La comunidad asume la gestión política porque la gestión del territorio es indisociable de la gestión productiva ni de la social.

DEPREDACIÓN DE LA NATURALEZA Y DESTRUCCIÓN DE LAS RELACIONES SOCIALES QUE PONEN EN DUDA LA SOBREVIVENCIA DE TODA LA HUMANIDAD

CONVIVENCIA Y DIALOGO ENTRE TODOS LOS SERES VIVOS EN UN CONTEXTO DE RELACIONES COMUNITARIAS PLURALES

Fuente: Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social para el Vivir Bien, agosto de 2010

La Ley Nº 300 del 12 de octubre de 2012, Ley de la Madre Tierra, en el artículo 5º establece que el Vivir Bien “es el horizonte civilizatorio y cultural alternativo al capitalismo y a la modernidad que nace en las cosmovisiones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas, y es concebido en el contexto de la interculturalidad. Se alcanza de forma colectiva, complementaria y solidaria integrando en su realización práctica, entre otras dimensiones, las sociales, las culturales, las políticas, las económicas, las ecológicas, y las afectivas, para permitir el encuentro armonioso entre el conjunto de seres, componentes y recursos de la Madre Tierra. Significa vivir en complementariedad, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra y las sociedades, en equidad y solidaridad y eliminando las desigualdades y los mecanismos de dominación. Es Vivir Bien entre nosotros, Vivir Bien con lo que nos rodea y Vivir Bien consigo mismo”. En último lugar, es preciso razonar que el “proceso de cambio”, tanto de pensamiento como de acción (política), implica necesariamente la introducción progresiva de cambios en todos los aspectos de la planificación del desarrollo nacional, departamental y local (municipal). Por ejemplo, se ha introducido cambios en los contenidos del Sistema Educativo, el 20 de diciembre de 2010 se ha aprobado la Ley N° 070 (Ley de la Educación Avelino Siñani y Elizardo Pérez, que entraría en vigencia a partir de 2012), en el acápite de Fines de la Educación, menciona: “Impulsar la investigación científica y tecnológica asociada a la innovación y producción de conocimientos, como rector de lucha contra la pobreza, exclusión social y degradación del medio ambiente” (Artículo 4, inciso 11). Y, en el acápite de 26


Objetivos de la Educación, indica: “Desarrollar una formación científica, técnica, tecnológica y productiva, a partir de saberes y conocimientos propios, fomentando la investigación vinculada a la cosmovisión y cultura de los pueblos, en complementariedad con los avances de la ciencia y la tecnología universal en todo el Sistema Educativo Plurinacional” (Artículo 5, inciso 2). Gráfico N° 10: Alcances y limitaciones de las Matrices Civilizatoria Capitalista y Andina

Fuente: Plan Nacional de Desarrollo, 2007

La Ley expresa la necesidad de articular el conocimiento científico universal con el conocimiento y cosmovisión propia, y a partir de esta complementariedad promover procesos de desarrollo socioeconómico y ambiental. No obstante, el proceso provoca reacciones e incluso tergiversaciones de los procesos, por ejemplo en el caso de la citada ley, en fecha 5 de febrero de 2012 en el diario local de la ciudad de Cochabamba (Los Tiempos), en una entrevista el secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Maestros Urbanos de Cochabamba, Gustavo Sánchez, calificó de “etnocentrista” y “anticientífica” a la Ley N° 070, “porque no contempla el conocimiento universal, menosprecia el carácter formativo de la ciencia y pone en preeminencia al conocimiento ancestral y cultural de la comunidad”. I.3.

CONCLUSIONES EPISTEMOLÓGICAS

En una entrevista realizada por la Revista “Muy Interesante” en el año 2008, el físico angloamericano Geoffrey B. West, especialista en sistemas complejos, que preside desde 2005 el Instituto Santa Fe (Nuevo México), el templo de la ciencia multidisciplinar por excelencia, a la pregunta: ¿Cómo se utilizan estas ideas para estudiar sistemas sociales y ciudades?, West respondió, “usamos leyes de escala que provienen de millones de mediciones hechas durante años, y buscamos la dinámica y los principios universales que subyacen bajo las estructuras de organización. Ese es nuestro marco de trabajo, válido a todos los niveles: molecular, celular, social, etc. Podemos aplicarlos a muchos problemas: cáncer, evolución, ecosistemas, envejecimiento, etc. Por ejemplo, el caso de las ciudades es apasionante, desde 2007 la mayor parte de la población del planeta vive en las ciudades y en 2050 la cifra será del 80%. La tierra se está urbanizando, y todos los problemas globales — calentamiento, polución, enfermedad, crimen, accidentes— se originan en la ciudad. La ironía es que las urbes también son la fuente de soluciones, porque en ellas vive la gente que crea e inventa. Y, lo asombroso es que no haya una teoría de las ciudades. No me refiero a un estudio cualitativo. Para mí, una teoría es un puñado de principios, un marco de trabajo científico en que puedes modelizar, cuantificar si es posible y comprender un problema, como se hace en la Física y otras disciplinas. La Ciencia debe ser una herramienta. Las urbes quizá son los sistemas más complejos, por eso es tan excitante tratar de entender cómo funcionan. En los últimos años he aplicado leyes de escala para saber si las ciudades siguen una dinámica propia”.

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Según lo citado por West y la creciente asimilación en las diferentes disciplinas científicas de la perspectiva de los “sistemas complejos”, la visión epistemológica de un marco unificado y sistémico para entender la “realidad” a partir de la comprensión de los fenómenos biológicos y sociales, está constituyéndose en los últimos años, en un valioso aporte a la Planificación Urbana y Territorial. En primer lugar y según el contexto de emergencia epistemológica en las ciencias naturales y sociales aplicadas al urbanismo y la urbanística, los principales tópicos que deben considerarse, son: -

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Existe una interrelación intrínseca de todo sistema complejo urbano-territorial (sistema vivo) con el componente material (físico construido y físico natural). Este componente no puede estar disociado de cualquier estudio sea cual fuese la orientación investigativa: social, ambiental, arquitectónico, económico, cultural, etc. A partir de esta concepción, la estructura material manifestará los procesos de auto-organización urbano-territorial, es decir, que en el proceso de interrelación de la organización tipo patrón (programado, auto-genético) con la estructura material, surge un proceso vital (cognitivo) o aprendizaje que genera un proceso de autoorganización en función del equilibrio en el acoplamiento urbano con el entorno territorial (interna y externa o sistema y entorno). Los procesos complejos de auto-organización urbana y territorial se generan a partir de fenómenos de emergencia signados por comportamientos impredecibles, por lo que, sólo se puede prever su evolución futura hasta ciertos límites, suponiendo un margen de error muy creciente en el tiempo (poca predicción a mediano y largo plazo). La sensibilidad a las condiciones iniciales en los sistemas complejos está relacionada con las primeras intervenciones en el espacio urbano y territorial (a corto plazo), siendo éstas de carácter detonante de objetivos de mayor alcance e inicio de procesos de desarrollo. De modo que, las intervenciones de tipo físico son los que catalizan esos objetivos (por ejemplo, acupuntura urbana), entonces, existe una relación directa entre la estructura (sistema no vivo) y el patrón urbano (sistema vivo). Las redes urbanas y territoriales no son sólo contornos de relación sino de identidad y comunicación. Estas redes de actuación auto-genética, según su conformación, determinan la organización y función del espacio (cerrados dentro ciertos perímetros de organización), sin embargo, ambas son también propiedades emergentes de la dinámica no lineal de la misma red (abiertos funcionalmente). Las interconexiones es un componente esencial de la funcionalidad de los sistemas y van cambiando a medida que las ciudades o territorios evolucionan. Entonces, es vital tomar atención a las estructuras urbanas y a las fuerzas que las unen (estructura espacial urbana). Los sistemas complejos al ser sistemas que tienden a encerrarse a sí mismos (nivel de clausura) pueden intervenirse a partir de segmentos o subsistemas (por ejemplo, proyectos); sin embargo, su interacción y comunicación con el ambiente (entorno) exige una integración con el resto del sistema o sistemas (ciudad y territorio), ya que, los cambios ambientales comprometen la supervivencia del subsistema. Los sistemas complejos de ciudades y territorios están sujetos a la existencia de fluctuaciones (internas) y perturbaciones (externas). La fluctuación es el cambio en la magnitud de alguna cantidad física a lo largo del tiempo, con respecto a su valor normal o promedio. Existen casos de planificación urbana, con disímiles resultados debidos a características internas que el planificador debe tener en cuenta en el análisis inicial. Es posible que se produzcan inesperados efectos, hecho al que el planificador debe anticiparse para producir las perturbaciones necesarias y preparar otras medidas de manejo del hecho urbano o territorial dentro de su contexto. La infraestructura, la existencia de problemas ambientales y otros son contextos individuales que provocan fluctuaciones (dinámicas). Las ciudades y los territorios complejos para mantener su vigencia y propiedades necesitan establecer ciclos evolutivos tanto funcionales como materiales. Todo sistema urbano es una red flexible en fluctuación continua. La flexibilidad es consecuencia de múltiples bucles de retroalimentación que mantienen al sistema en un estado de “equilibrio dinámico”. Ninguna variable es maximizada en exclusiva, sino que, todas fluctúan en torno en un tiempo determinado y a sus valores óptimos.

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Los sistemas urbanos y territoriales complejos alcanzan estabilidad y resistencia gracias a la riqueza y la complejidad de sus redes. Cuanto más grande sea su diversidad, mayor será su resistencia y desarrollo. En planificación es esencial evaluar la interacción de los individuos (población) con su entorno, que incluya infinidad de variables como pueden ser: social, ambiental, cultural, infraestructura, económico, político y otros. Por ejemplo, una red social es una estructura que se puede representar en forma de uno o varios grafos, en el cual los nodos representan individuos (a veces denominados actores) y las aristas relaciones entre ellos. Las relaciones pueden ser de distinto tipo, como intercambios económicos, tradiciones, infraestructura, etc. El componente psíquico (cultural) constituye el fundamento simbólico del espacio urbano y territorial complejo, por lo que, la contingencia está siempre presente en estos sistemas complejos. Todos los fenómenos urbanos son en esencia fenómenos inmateriales, aunque en el fondo tienen un sustrato físico. Las imágenes y símbolos constituyen una dimensión crítica de la realidad social. Las ciudades y los territorios complejos emergen en términos de identidad y diferencia de su entorno, en este sentido, se refiere a si mismo (auto-referencia histórica) tanto en su constitución como en sus operaciones. En los sistemas complejos urbanos y territoriales el tiempo histórico es circular, los hechos históricos en las ciudades y los territorios están sujetos a las propiedades de la recursividad histórica. La jerarquización de problemas urbanos y territoriales puede ser variada según criterios de expertos basados en la experiencia local y puede adoptar diversos valores, dado por el grado de pertenencia de los valores para uno u otro conjunto que estos consideren. Es usual que la descripción de los problemas se realice mediante términos lingüísticos que en general son vagos e imprecisos; sin embargo, cuando la información se brinda como una posibilidad de ser percibida inicialmente y potencialmente operativa y, no como una certeza detallada exhaustivamente, entonces la información es más exacta (sistemas borrosos). La acción exitosa del componente socio-cultural a través de la inteligencia colectiva es la clave para la descentralización. El modelo de comprensión de las ciudades y el territorio como sistema complejo unificado está compuesto por tres subsistemas básicos, y un cuarto subsistema que es la integración de los tres anteriores: o Sistema psico-cultural (componente externo, significado y contingencia): Cultura, inteligencia colectiva, político, ideológico, etc. o Sistema social, cognitivo-dinámico (componente externo, proceso vital y autopoiésis autoorganización): Organización social e institucional, económico, productivo, etc. o Sistema material (componente interno, estructura disipativa): Físico construido, entorno natural, etc. o Sistema vivo (componente interno, organización auto-genética): Todo integrado (territorio). Los sistemas complejos urbanos y territoriales están formados por elementos que interactúan de forma dinámica entre sí de forma no lineal. La información contenida en el sistema en conjunto es superior a la suma de la información de cada parte analizada individualmente. El enfoque no lineal debe preparar al planificador a esperar lo inesperado (entorno de incertidumbre), a tener en cuenta que en muchas ocasiones los resultados son impredecibles, ya que, un “hecho” con un determinado problema tiene una relación dinámica con otros sistemas, que en muchos casos no se conocen (ambiental, social, económico, entre otros), estas influencias externas (llamadas perturbaciones) producen cambios (oscilaciones) que pueden influir en el estado problemático en uno u otro sentido. De manera que, no siempre las propuestas de soluciones o manejos tradicionalmente utilizados conducen a los resultados esperados, por lo tanto, el planificador debe anticiparse a estas situaciones (nuevos problemas, nuevas soluciones). Los sistemas complejos interactúan en múltiples redes, unas anidadas en otras, dependientes y continuamente auto-referentes y, al mismo tiempo, independientes en su clausura. Esas redes permiten una comunicación anidada (por su auto-referencia) dentro de “burbujas de vida mínima” que son almacenadoras de información constitutiva del todo que será trascendido al resto de la estructura sistémica (contagio que emergen de las múltiples relaciones internas y externas). 29


En segundo lugar, con referencia al nuevo escenario epistemológico del Vivir Bien, se concluye lo siguiente: -

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El país está en pleno proceso de cambio, se está pasando de un modelo de desarrollo colonial y neoliberalista (sectorial e individualista) hacia un modelo de desarrollo diversificado e integral (comunitario), con la finalidad de restituir y desarrollar capacidades y oportunidades integrales de la población y el territorio (endógeno). La realidad está compuesta de interconexiones complejas e inseparables (redes), no se puede separar al hombre y la naturaleza, la vida material (producción y reproducción) con la vida social y espiritual. El territorio es un ser vivo y sagrado. El desarrollo sólo es posible con el establecimiento de nexos e interdependencia mutua (reciprocidad y solidaridad). El crecimiento múltiple y sostenible responde a la multiplicidad de formas coexistentes y simultáneas de pensar, encarar y relacionarse con los ámbitos del progreso y del desarrollo. De esta manera, el crecimiento se vuelve diverso, complejo, heterogéneo y compuesto. La nueva matriz de desarrollo integra elementos tradicionalmente contrapuestos y biunívocos privado-material y comunitario-espiritual en dualidades simples interrelacionadas de materialespiritual y privado-comunitario. Esta nueva forma de percibir epistemológicamente la realidad y su desarrollo, implica una (re)construcción progresiva de los instrumentos de planificación del desarrollo tanto territorial como sectorial (en todas las escalas). El proceso de cambio, demanda a partir de saberes y conocimientos propios vinculados a la cosmovisión y cultura de los pueblos (andina y amazónica), complementarse con los avances de la ciencia y la tecnología contemporánea. La reciente revolución epistemológica suscitada en el mundo académico y científico coincide con el cambio epistemológico en la concepción de la planificación del desarrollo en Bolivia. El pensamiento complejo de comprender la realidad y el territorio como la integración de lo vivo y lo social es de origen andino e histórico.

Sin embargo, este bagaje epistemológico tanto en la ciencia contemporánea como en la filosofía del Vivir Bien todavía está en construcción, pues, existe mucha información teórica al respecto, pero, son pocos los aportes hacia la construcción de una metodología y, menos aún, en la creación de instrumentos que apliquen estos conocimientos al campo de la planificación urbana y territorial. Es muy escasa la producción intelectual que incide en la denominación a la ciudad o al territorio como un sistema complejo y, menos aún, la comprensión de este apelativo.

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II.

PERSPECTIVA PARADIGMÁTICA II.1.

PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO Y NUEVOS ESCENARIOS

II.1.1. Desarrollo, desarrollo urbano y desarrollo territorial Los cambios suscitados en el ámbito epistemológico están relacionados biunívocamente con la realidad como objeto de estudio. Así, “existe, indudablemente, una evolución paralela de la realidad urbana y las teorías al respecto. La realidad urbana, la práctica urbanística y las teorías del urbanismo están interrelacionadas intrínsecamente, puesto que, las teorías no se desarrollan a partir de sí mismas, por evolución intelectual de la disciplina, sino en función del mundo real que interpretan y sobre el que actúan. El mundo real, a su vez, está en continua transformación, lo que incide en las ideas, volviéndolas regularmente obsoletas y obligando a reformular las teorías. En este aspecto, el objeto de estudio son las ideas urbanísticas, de modo que, la planificación urbana también linda con la historia intelectual y con la historia de las ideas” (Sánchez de Madariaga, 1999). En este sentido y según Carlos de Mattos (2005), “la historia de la planificación y de la gestión pública muestra que las ideas al respecto que se habían impuesto durante el siglo XX, han entrado en un proceso de abandono en todo el mundo y reemplazadas por otras radicalmente distintas”. Este cambio se debe no solamente a la conformación de un nuevo escenario socio-económico, globalizado e informacionalizado, sino a una manera distinta de entender el desarrollo. La planificación del “desarrollo” surgió durante el siglo XX como una nueva manera de concebir la gestión pública, asociada a la evolución del pensamiento racionalista. Tenía como fundamento la convicción de que el ser humano poseía la capacidad de promover y materializar “un cambio y una nueva estructuración de la comunidad de acuerdo con determinadas perspectivas de razón”. (Neusüss, 1971). Suponía que los procesos sociales debían ser guiados por planes generales, normativos y centralizados, que permitirían poner en marcha procesos efectivos de ingeniería social (blueprint planning), capaces de: 1° Construir un nuevo tipo de sociedad —como el caso de la planificación socialista27— y; 2° Impulsar el desarrollo económico y social —planificación capitalista28—. Por un lado, históricamente el concepto de “desarrollo” ha estado ligado a la definición del “desarrollo económico”; sin embargo, esto ha sido superado en las últimas décadas del siglo XX. Actualmente, hay diferencias en algunas acepciones al interior del desarrollo económico: crecimiento económico y bienestar económico. El primer caso, se refiere a los cambios que explican el ascenso o disminución de las actividades económicas de un territorio (que en forma resumida se mide a través de variables del consumo privado y público, los gastos de inversión pública y privada y las exportaciones e importaciones) en un período determinado, generalmente un año respecto al anterior y; el segundo caso, se refiere al acceso que tiene la población total de un territorio a los ingresos generados como resultados del crecimiento económico y los empleos creados, y además, considerando los balances socio-económicos que determinan el nivel y calidad de vida, tales como alimentación, salud, educación, vivienda, y dotación de servicios básicos (agua potable, electricidad, telefonía, excretas, etc.). Para que el proceso de desarrollo económico-social ocurra, es indispensable que ambos factores estén presentes, pero por el contrario, si sólo existe crecimiento económico no puede hablarse de “desarrollo” como tal, ya que el crecimiento muestra la eficiencia productiva del funcionamiento de la estructura económica, generalmente en términos de flujos mercantiles y monetarios, mientras que el 27

Fue en los países socialistas, particularmente en la experiencia desarrollada en la URSS, donde esta concepción se afirmó en forma más dogmática e inflexible, en la medida que se le asignaron funciones teleológicas prácticamente ilimitadas e incuestionables: “la acción de la ley económica del desarrollo planificado proporcional, significa que el avance de la economía nacional en la economía socialista se realiza sin crisis, proporcionalmente, según tendencias y ritmos de crecimiento determinados por la sociedad, que esta proporcionalidad es mantenida, constante y conscientemente, por la sociedad. Esta ley regula el desarrollo de la economía socialista, la distribución de los medios de producción y de la mano de obra entre las ramas de la economía nacional y las zonas económicas del país” (Kadishev y Sorokin, 1970). 28 En los países capitalistas, especialmente “en el caso de Latinoamérica la planificación ha venido a ser considerada como el instrumento fundamental para superar la condición de subdesarrollo, transición que supone cambios institucionales y de estructura económica muy profundos” (ILPES-CEPAL).

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bienestar económico muestra la eficacia social de cómo se distribuyen y redistribuyen los logros del crecimiento hacia todos los estratos de la población y sus condiciones de vida. De este modo, se puede concluir que no todo estilo o nivel de crecimiento genera bienestar económico, concentrándose en dichos estilos de crecimiento los ingresos generados en poca población, dando como resultado que la mayoría de la población tienda a empobrecerse más de lo que esté; esto es lo que se llama “crecimiento sin desarrollo” o “crecimiento excluyente y empobrecedor”, ya que en el mismo se fragmenta la sociedad en diferentes grupos o clases sociales, beneficiando a una minoría privilegiada y perjudicando al resto de la población. Celso Furtado en 1982, contextualizó el desarrollo de la siguiente manera: “...sin embargo, la experiencia ha demostrado ampliamente que el verdadero desarrollo es principalmente un proceso de activación y canalización de fuerzas sociales, de avance en la capacidad asociativa, de ejercicio de la iniciativa y de la inventiva. Por lo tanto, se trata de un proceso social y cultural, y sólo secundariamente económico. Se produce el desarrollo cuando en la sociedad se manifiesta una energía, capaz de canalizar, de forma convergente, fuerzas que estaban latentes o dispersas”. Amartya Sen en el año 2000, definió el subdesarrollo como “la privación de capacidades básicas y no meramente como la falta de ingresos que es el criterio habitual con el que se identifica la pobreza”. Y, finalmente, Joseph Stiglitz en el 2002, estableció que “el desarrollo requiere de un cambio de predisposiciones mentales y, en particular, una aceptación (...) al cambio”. Por otro lado, el concepto de “desarrollo urbano” se emplea para referirse a procesos relacionados con el crecimiento de las ciudades. Asimismo, suele emplearse el concepto de manera indistinta e intercambiable con el concepto de “urbanización”, se lo usa a partir de una amplia variedad de aspectos desde los cuales se aborda el crecimiento y la expansión urbana, pero tomándolo más como contexto en el cual se desenvuelven las ciudades, que como fenómeno complejo en sí mismo. La literatura especializada expone una multiplicidad de acepciones al concepto, cuyo contenido específico depende de la época en que se han realizado los estudios correspondientes, variando los énfasis en cada década, especialmente en la segunda mitad del siglo XX. De esta manera, el significado del término que prevaleció en la década de 1960 difiere notoriamente de aquellos enunciados en las décadas de 1970, 1980, 1990 y 2000, y estos también difieren entre sí. Para aprehender el conjunto de dimensiones y variables con las cuales el concepto de desarrollo urbano aparece asociado y, para percibir su complejidad y los múltiples ángulos desde los que se lo podría explicar y/o comprender e intentar “medir”, se puede partir de cuatro pilares básicos que están presentes en diferentes aproximaciones analíticas. El primer pilar lo constituye el “soporte físico”, o el territorio, donde existe un entorno natural y recursos, pero también aportes creados o edificados por el ser humano, para la satisfacción de sus necesidades y la reproducción de su modo de vida. En tal territorio se asienta un conglomerado humano o población (segundo pilar), que realiza un conjunto de diversas actividades para subsistir, relacionarse y satisfacer sus necesidades, desde las más simples hasta las más complejas. Este conjunto de actividades constituye el tercer pilar. Finalmente, el uso adecuado de los recursos y la convivencia misma en sociedad, con sus demandas crecientes y cambiantes, requiere ciertos niveles de gestión y de desarrollo de la institucionalidad y de la normatividad, así como de un conjunto de políticas e instrumentos que permitan la gobernabilidad de ese espacio urbano, todo lo cual constituye el cuarto pilar (Correa y Rozas, 2006). Entre estos cuatro pilares existe una amplia y rica red de elementos intermedios e inter-relaciones. Así, la población se vincula con su soporte físico a través de actividades productivas de bienes y servicios, lo que lleva a resultados positivos, como el crecimiento económico y un mejoramiento paulatino de la calidad de vida de las personas, pero también a ciertos impactos negativos, como la pobreza y la exclusión social de los logros y avances del crecimiento y del desarrollo. Asimismo, la realización de estas actividades se lleva a cabo a través de la explotación de los recursos disponibles en el entorno natural, que proporciona el soporte físico. Esto tiene como resultado un cierto nivel de degradación ambiental, cuya mitigación requiere una gestión ambientalmente orientada, a través de las políticas,

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normas e instrumentos correspondientes, con el propósito de contar con un desarrollo sustentable y gobernable de la ciudad y del país en que ella se inserta. Sobre este conjunto de intrincados componentes, que varían a través del tiempo y de lugar, existen dos grandes factores que inciden fuertemente en la forma y tipo de vinculación de los pilares o dimensiones. Uno de estos factores es el “modelo de desarrollo” que el conjunto de la sociedad ha aceptado poner en ejecución con el propósito de establecer un marco referencial básico de las actividades económicas, sociales y políticas que las personas llevan a cabo para satisfacer sus necesidades de distinto orden. El otro factor es el “Estado”, que también va modificando a través del tiempo los mecanismos mediante los cuales la sociedad establece los marcos institucionales, normativos y políticos que las personas deben considerar para su interacción. En los últimos años, la teoría urbana y la práctica urbanística ha reorientado el concepto de desarrollo urbano en términos operacionales e inter-escalaridad29 y se ha procurado establecer su relación con la inversión pública y privada, tanto en la perspectiva del incremento de la productividad de los agentes económicos residentes y de la competitividad urbana que ésta puede generar, así como de la búsqueda de mayores niveles de equidad y de la sostenibilidad de las condiciones de vida de las personas residentes en el espacio urbano. Además, el concepto de desarrollo urbano entiende a éste como un proceso contingente de adecuación y ordenamiento del medio urbano en sus aspectos físicos, económicos y socio-culturales, y en función de factores dinámicos de crecimiento y cambio. Según Correa y Rozas, las perspectivas operacionales están caracterizadas de la siguiente manera: -

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Crecimiento económico y competitividad: En este lineamiento el acento se pone en la explotación de ventajas comparativas de la ciudad o parte de ellas, para los efectos de generar ventajas competitivas y hacer posible la articulación de la región y/o ciudad a un sistema nacional o internacional de producción integrada, en el marco de los procesos de integración de los sistemas de producción y globalización de los mercados y las economías nacionales. Equidad social: En este enfoque el acento está puesto en los niveles de accesibilidad a los servicios públicos, especialmente por parte de los sectores de la población de menor ingreso y disponibilidad de recursos, lo que dependerá del mejoramiento sustantivo de los niveles de cobertura en la provisión de tales servicios (eficacia) y de su calidad (eficiencia), procurándose mitigar las diferencias de accesibilidad que las ciudades registran entre sí y a su interior. Calidad de vida: En esta aproximación la preocupación gira en torno a aspectos que se relacionan con las condiciones de vida de las personas en las ciudades, adquiriendo relevancia aspectos tales como la movilidad en el espacio urbano, la disponibilidad de espacios públicos y su uso, los niveles de congestión, la contaminación y la degradación del medio ambiente, en términos generales, además de elementos tales como los niveles de criminalidad y violencia, la capacidad de prevención y reacción frente a desastres naturales o catástrofes urbanas, la disponibilidad de servicios urbanos básicos (agua, saneamiento), niveles y grados de asociación comunitaria de las personas y participación en dinámicas de barrios. Sostenibilidad: En esta última perspectiva el acento está puesto en diferentes aspectos, tales como la protección del medio ambiente y el control de las externalidades negativas generadas por la actividad económica y/o por una institucionalidad deficiente, además de aspectos sociales y espaciales, entre otros.

Finalmente, respecto a la más reciente corriente surgida del “desarrollo territorial”, no existe una definición única acerca de lo que debería entenderse, más allá de señalar que se trata, naturalmente, de un proceso que intenta lograr una mejora del ingreso y de las condiciones y calidad de vida de la gente que vive en un determinado ámbito territorial. El desarrollo territorial requiere que las estrategias sean elaboradas a partir de la movilización y participación activa de los actores territoriales. Por ello se subraya que se trata de una acción surgida “desde abajo”, no elaborada “desde arriba” por las instancias centrales o descentralizadas del Estado. 29

El desarrollo urbano debe ser concebido en integración sistémica o como parte integral del desarrollo regional y/o territorial.

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Sin embargo, puede calificarse el desarrollo territorial como una estrategia impulsada por un gobierno nacional y subnacional, en colaboración con actores clave (afincados en ella y con incidencia en la misma, como empresarios, centros de capacitación y asistencia técnica, universidades, programas nacionales de aplicación territorial, entidades financieras, asociaciones civiles, etc.), que se concreta en una serie de líneas de actuación para aprovechar los recursos endógenos existentes o infrautilizados, así como las oportunidades derivadas de su situación en el entorno económico general. El enfoque territorial se diferencia claramente de la mirada sectorial sobre la realidad, dotándose de una visión sistémica, esto es, que integra las diferentes dimensiones del desarrollo en un determinado ámbito territorial específico (Alburquerque, 1998). Para Francisco Alburquerque, el concepto de territorio no es solamente el espacio geográfico en el que tienen lugar las actividades económicas o sociales. El “territorio” es el conjunto de actores y agentes que lo habitan, con su organización social y política, su cultura e instituciones, así como el medio físico o medioambiente del mismo. Se trata de un sujeto (o actores) fundamental del desarrollo, al incorporar las distintas dimensiones de éste, es decir, el “desarrollo institucional y cultural”, el “desarrollo económico”, el “desarrollo sustentable ambientalmente” y el “desarrollo social y humano”. Entonces, el punto de partida de cualquier estrategia de desarrollo territorial radica en el esfuerzo de movilización y participación de los actores locales que hay que lograr impulsar en un determinado territorio, a fin de fortalecer el capital social en el mismo, lo cual requiere actividades de fortalecimiento de los gobiernos locales, impulso de la cooperación público-privada y de la coordinación eficiente de las diferentes instituciones públicas de los niveles central, departamental, regional y municipal, así como entre los distintos sectores (economía, industria, agricultura, comercio, turismo, etc.), y fomento de la cultura emprendedora local, con el fin de sentar bases sólidas para los procesos de innovación social y cultural que se plantean de forma integrada en la estrategia que se busca. Sobre esa sólida base del desarrollo institucional y cultural, se debe discutir y desplegar actividades orientadas a lograr la diversificación y mejora (o transformación) del sistema productivo territorial, según criterios basados en la calidad, la sustentabilidad (ambiental, social y económica) y la diferenciación productiva. Todo esto debe tener en cuenta que las opciones elegidas deben incorporar, igualmente, el criterio de sostenibilidad ambiental, el cual debe constituir una apuesta de futuro por un tipo de “competitividad empresarial y territorial” duradera y dinámica. Ello requiere la valorización del patrimonio natural y cultural local como activos importantes del desarrollo territorial. II.1.2. Cambios en los escenarios social y económico Al aumentar la complejidad y los niveles de incertidumbre, los procesos sociales cobraron una dinámica propia, diferente a la establecida por los planes. Ante esta dinámica, fueron las experiencias más radicales de planificación normativa centralizada las que se derrumbaron en forma más estrepitosa. En una y otra parte del mundo, los procesos respectivos desembocaron en un conjunto de rupturas que habrían de tener influencia decisiva de ahí en adelante. Estas rupturas fueron: 1° El agotamiento y crisis del modelo fordista y, con ello, del auge de las recetas de fundamento keynesiano que contemplaban un fuerte intervencionismo estatal.; 2° La crisis y desaparición de la planificación centralizada socialista y, con ello, de la planeación normativa holística y; 3° La adopción generalizada de un “nuevo saber convencional dominante”, asociado a la liberalización económica, a una revalorización del papel del mercado y a la recuperación del protagonismo del capital privado en la dinámica de la acumulación y crecimiento (Consenso de Washington). De modo que, a medida que se fue consolidando un escenario caracterizado por una creciente complejidad social, cambiaron las teorías y explicaciones sobre: cómo se desarrollan los procesos sociales y cómo se genera el crecimiento económico (De Mattos, 2005).

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Cambios en las explicaciones sobre la dinámica social Algunos aportes teóricos marcaron hitos fundamentales en la evolución de las ideas sobre las modalidades que asumían los procesos en los sistemas sociales, entre ellos: Karl Popper30 y la ingeniería social fragmentaria, C. Lindblon31 y el incrementalismo inconexo, Herbert Simon 32 y la racionalidad limitada y, Jürgen Habermas33 y los procesos de prueba y error. Los actuales procesos sociales están signados por la acción social protagonizada por una constelación de actores, que deciden y actúan motivados por valores, intereses y demandas diversas, que originan estrategias frecuentemente contradictorias. La racionalidad que guía las decisiones y las acciones de esos actores es limitada y sólo puede desenvolverse en forma práctica y procesal, fundamentalmente mediante aproximaciones por prueba y error. Cuadro N° 2: Esquema evolutivo y comparativo de la intervención en sistemas sociales ANTES Se cree factible concretar una “nueva estructuración de la comunidad humana de acuerdo con determinadas perspectivas de la razón”, si se decidía y actuaba en función de: UNA RACIONALIDAD SUSTANTIVA, que aspira a lograr el pleno cumplimiento de fines sociales establecidos con anticipación.

AHORA Se considera que en sistemas sociales democráticos de complejidad creciente, los procesos sociales solamente se pueden desarrollar a: UNA RACIONALIDAD LIMITADA, que descarta la posibilidad de un óptimo social.

UNA RACIONALIDAD FORMAL, mediante la aplicación de procedimientos y medios adecuados a la realización de los fines sociales.

UNA RACIONALIDAD PRÁCTICA, que supone posible una aproximación a los objetivos mediante procesos de prueba y error, basados en rudimentarias relaciones causales, fundadas en teoría social, en la ideología y/o en el sentido común.

Fuente: Elaboración propia con base en De Mattos, 2005

Según De Mattos, la intervención en sistemas sociales complejos y democráticos, está siempre limitada por: 1° La incapacidad para lograr un conocimiento pleno de la organización y el funcionamiento de sistemas socio-económicos multidimensionales, de creciente complejidad y heterogeneidad; 2° La imposibilidad de anticipar y regular el comportamiento de múltiples actores sociales que, motivados por una creciente dispersión ideológica, deciden y actúan con estrategias frecuentemente contradictorias y; 3° El ascendente poder económico y político de los propietarios del capital —incluyendo a los nuevos ricos producto de actividades lícitas o ilícitas—, que deciden y actúan en función de las condiciones para la valorización de sus capitales, en escenarios caracterizados por una situación de creciente dependencia estructural con respecto al capital. Cambios en las explicaciones sobre el crecimiento económico Un segundo cambio de fundamental importancia, que afectó profundamente a la gestión y políticas públicas, se produjo en el plano del análisis estrictamente económico. “Mientras la conclusión lógica del discurso keynesiano, apuntaba a la necesidad de una intervención exógena al mercado para sostener la demanda y asegurar el crecimiento, el nuevo discurso teórico-ideológico, de fundamento Según Karl Popper en “La miseria del historicismo” (1944), “[…] en la práctica el método holístico resulta imposible; cuanto más grandes sean los cambios holísticos intentados, mayores serán sus repercusiones no intencionadas y en gran parte inesperadas, forzando al ingeniero holístico a recurrir a la improvisación fragmentaria”, “una política determinada es una hipótesis que debe ser confrontada con la realidad y corregida a la luz de la experiencia”. 31 Según C. Lindlon en “The Science of Muddling Through” (1959), “[…] la experiencia observable muestra que los decisores solo pueden aspirar a salir del paso a duras penas (muddling through), lo que se materializa en cursos de acción basados en decisiones incrementales e inconexas, no es difícil comprobar que de esta manera es como generalmente funcionan los procesos de producción de políticas públicas en la realidad”. 32 Para Herbert Simon en “De la racionalidad sustantiva a la procesal” (1979), “[…] en la mayoría de los problemas que encuentra el hombre en el mundo real, ningún procedimiento que pueda seguir con su equipo de procesamiento de información le permitirá descubrir la solución óptima, aunque la noción de óptimo este bien definida”. 33 Según Jürgen Habermas en A Philosophico – Political Profile (1985), “[…] cada intervención sobre estructuras sociales complejas tiene imprevisibles consecuencias y los procesos de reforma sólo pueden defenderse en tanto escrupulosos procesos de prueba y error, controlados cuidadosamente por aquellos que tendrán que soportar las consecuencias” 30

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neo-clásico, se mueve en la dirección opuesta: si se quiere impulsar un mayor crecimiento y bienestar, será necesario morigerar la acción del Estado”. Se entiende que el crecimiento a largo plazo es un fenómeno económico endógeno, resultante de inversiones impulsadas por la búsqueda de ganancia y crecimiento, y no de elementos exógenos. El nivel de ingreso a largo plazo depende de la acumulación de capital físico, capital humano, capital técnico (conocimientos), entre otros, donde los niveles respectivos están determinados endógenamente por decisiones de ahorro e inversión motivadas por expectativas de desarrollo (De Mattos, 2005). En consecuencia, lo que se puede inferir a partir de las explicaciones de los modelos de crecimiento endógeno, es que en un mundo globalizado, donde distintos territorios (nacionales y subnacionales) se embarcan en una competencia generalizada por intensificar la atractividad para la inversión en capital físico, humano y técnico, sus perspectivas de crecimiento a largo plazo estarían acotados fundamentalmente por las condiciones de valorización del capital público y privado que cada uno de ellos sea capaz de ofrecer a los potenciales inversores. Todo esto tiene fundamentales consecuencias en la manera de encarar la gestión y las políticas públicas: en la medida que la gestión tiene que estar orientada a mejorar la atractividad de cada territorio para estimular el crecimiento endógeno, la aproximación de la gestión cambia desde una que era concebida desde arriba hacia abajo (top-down) hacia otra que la encara desde abajo hacia arriba (botton-up). En síntesis, las principales implicancias de las nuevas teorías del crecimiento económico, son: 1° El crecimiento depende de la acumulación de capital físico, capital humano y capital técnico (conocimientos); 2° Existen rendimientos crecientes y la competencia es imperfecta, por lo que, el libre juego de las fuerzas del mercado no asegura la convergencia económica interregional; 3° La tasa de crecimiento es endógena, por cuanto depende de las preferencias y las expectativas de agentes maximizadores de ganancias y; 4° La gestión pública debe orientarse a mejorar en forma endógena la atractividad de cada territorio, de forma de incrementar la acumulación en capital físico, humano y técnico, promover la I+D y la capacidad empresarial pública, privada y mixta. Cuadro N° 3: Esquema comparativo de los cambios en explicaciones sociales y económicas CAMBIOS EN EXPLICACIONES Y TEORÍAS SOBRE PRÁCTICAS SOCIALES - Cómo se desarrollan los procesos de decisión y acción social en la realidad observable - Cómo se comportan diferentes actores sociales frente a las políticas públicas

PRINCIPALES CAMBIOS - De la creencia en la posibilidad de la ingeniería social al incrementalismo de procesos por prueba y error - De la creencia en la posibilidad de la racionalidad sustantiva a una racionalidad limitada, práctica y procesal

CAMBIOS EN EXPLICACIONES Y TEORÍAS SOBRE CRECIMIENTO ECONÓMICO - Cuáles son los factores y las condiciones que inciden en la generación y procesamiento del crecimiento económico

PRINCIPALES CAMBIOS - Del crecimiento generado exógenamente al crecimiento endógeno - Del crecimiento promovido desde arriba (top-down) al crecimiento impulsado desde abajo (botton-up)

Fuente: Elaboración propia con base en De Mattos, 2005

El nuevo escenario expone una creciente dependencia estructural del capital: en una sociedad capitalista los propietarios del capital (público, privado o mixto), tienen la prerrogativa de decidir sobre dónde invertir o no invertir, lo que está condicionado básicamente por la atractividad de cada territorio. El mercado tiene un papel central en la coordinación de las decisiones de productores y consumidores. Asimismo, en sociedades democráticas, diversos actores de la sociedad civil, crecientemente “empoderados”, juegan un papel relevante en la regulación de procesos que los afectan. En esta situación, el Estado y los gobiernos subnacionales tienen una función más limitada que se les había reconocido en el periodo del auge de la planificación. II.1.3. Cambios en el escenario urbano Con el mismo fundamento teórico-ideológico racionalista, también se aceptó que era factible planificar el desarrollo urbano y regional, sobre la base de planes holísticos sustentados solo en premisas sociales y económicas. La planificación urbana —denominada “moderna”—, consideró 36


necesario y posible la remodelación total de las ciudades. Estas ideas impulsaron un urbanismo arquitectónico, del cual las expresiones más radicales, fueron las propuestas de Le Corbusier 34 que culminaron en la Carta de Atenas. En este contexto, Peter Hall (1996), menciona que la idea del racionalismo predominante en los años 80 fue que “la ciudad era una máquina de crear riqueza y que la función del urbanismo era engrasar la maquinaria”. La planificación urbana y regional racionalista estaba basada esencialmente en predicciones, las cuales funcionaron razonablemente bien durante las décadas “estables” de los años 50 y 60. Sin embargo, desde principios de los 70, los errores de predicción llegaron a ser más frecuentes y, en ocasiones, de una magnitud dramática y sin precedentes (Fernández Güell, 1997, 2006). Los resultados del enfoque racionalista, fueron que nunca se pudo aplicar un plan en su totalidad y son muy escasas las experiencias que se podrían considerar como exitosas 35. Por una parte, este panorama de la “planificación moderna”, se vería aún más complicado con los cambios en la conformación de nuevas centralidades en las ciudades. Al realizar una observación sobre las ciudades de Europa, Asia, América, entre otros, se constata la consolidación de grandes “proyectos de desarrollo urbano” en los que se mezcla estaciones de transporte, centros comerciales, hoteles, oficinas, etc. Se constata que se caracterizan por producir “nuevas centralidades”, como también una cierta “complejidad urbana”, es decir, acumulación, superposición, condensación, diversidad y multiplicidad, en el espacio y en el tiempo. En estos proyectos, la centralidad, ya no está exclusivamente relacionada con los poderes políticos, sociales, históricos, culturales (incluido lo religioso), con jerarquía estable y definida, como en la ciudad tradicional, sino que proponen una policentralidad inestable, basada principalmente en los poderes del comercio, los servicios y la comunicación, en donde la jerarquía es diversa y confusa, lo que propicia así, diferentes y ambivalentes posibilidades urbanas (Albornoz, 2000). Estos proyectos generadores de actividad urbana hacen evidente la comprensión de la ciudad, ya no como un hecho ligado a concepciones tradicionales, sino como un hecho físicamente complejo, en el que se sobreponen diversas actividades, en un espacio “interiorizado” con grandes recursos técnicos, donde adquieren especial relevancia la movilidad y las redes, las diferentes escalas, como también los diferentes elementos que componen el territorio. En cierta manera estos proyectos, actualmente, producen y modelan el territorio contemporáneo. Por otra parte, actualmente existe un retorno a la consideración físico-espacial de la ciudad o la región como resultado histórico de la interacción e integración de todos sus componentes (objetivos y subjetivos, cuantitativos o cualitativos tangibles e intangibles, etc.). Así, Michel Foucault (1980), ya propuso un análisis material del espacio social, es decir, conectado con las condiciones del poder Le Corbusier (Charles Édouard Jeanneret) en uno de sus cinco postulados estableció: “El entendimiento de la casa como una máquina de habitar” (1926). Clamaba por una estética similar al de las máquinas y preconizaba la sustitución de la ciudad tradicional por una nueva ciudad de rascacielos dispuestos sobre enormes espacios arbolados. Decía él: “Todo está disponible, todas las potencias, las máquinas, los transportes, la organización industrial, la administración, la ciencia pura y la ciencia aplicada. Todo preexiste. La tarea consiste en arrancar la sociedad moderna de la incoherencia y conducirla hacia la armonía. El mundo tiene necesidad de armonía y de hacerse guiar por armonizadores” (1946). 35 Un ejemplo paradigmático de la experiencia “moderna” y “racionalista” aplicada al urbanismo es el caso de Brasilia (actual capital del Brasil), fue proyectada por el urbanista Lucio Costa y el arquitecto Óscar Niemeyer (1957) y fundada oficialmente en 1960. Inicialmente fue diseñada para albergar alrededor de 500.000 habitantes, hoy la ciudad cuenta con más de 600.000 habitantes en el “Plano Piloto” original y cerca de 1.900.000 en los barrios satélites que dependen del centro (solo una décima parte de la población total trabaja para Gobierno Federal). Es declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, sin embargo, queda lejos del idílico proyecto original que pretendía convertirla en un lugar “sin división entre clases”. Lo que fuera la utopía de una ciudad perfecta actualmente enfrenta los problemas de cualquier otra gran ciudad. Así lo demuestran informes oficiales donde salen a la luz las notables diferencias sociales que separan, por ejemplo, el barrio elitista de Lago Sul −con una renta familiar equivalente a 20 salarios mínimos− y favelas pobres como Itapoã. El costo de vida es bastante alto, comparado con otras ciudades brasileras. El transporte público es ineficiente, el sistemas de buses urbanos tiene bastantes deficiencias, el sistema de subway se encuentra aún en construcción (ampliación) lo que implica que altos porcentajes de población usen vehículos particulares aumentando la polución y el caos en horas pico. Los turistas hallan dificultoso moverse por las calles poco transitadas por peatones, y las largas distancias entre los predios y zonas de actividades. Las nuevas ciudades satélites están creciendo sin planificación, tienen pocas áreas verdes y espacios para el ciudadano. Tornándose ciudades inseguras. La mayor parte de los edificios monumentales son hermosos pero no funcionales. 34

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social y las formas como éste se expresa y ejerce en las formas físicas. Específicamente sobre el espacio público menciona: “los espacios públicos son, ante todo, lugares donde el poder se expresa y ejerce”. Michel De Certeau (1984), expuso entender la creación del espacio social como una dialéctica de conflicto constante entre fuerzas hegemónicas y discursos alternativos de resistencia (resistencia social al poder) y, finalmente, Isaac Joseph (2000), concibió a los espacios públicos como “escenarios para la acción”. La complejización en el entendimiento del espacio asociado a lo social, no puede considerarse sinónimo de: 1° Inaccesibilidad al conocimiento (no pretender explicar sino comprender); 2° No regulable (no pretender controlar y predecir el futuro, sino reconocer su indeterminismo a través del incrementalismo operativo) y; 3° No racional (la complejidad es la complementación e integración de fenómenos racionales o lógicos con fenómenos caóticos signados de incertidumbre). En este contexto de complejidad espacial, es indispensable orientar la investigación y práctica urbanística hacia el aprendizaje del razonamiento heurístico. La recuperación del enfoque morfológico y el análisis trans-escalar de la ciudad requiere invariablemente de la dimensión física. Este escenario proporciona un entendimiento de las relaciones que se producen entre la forma del territorio y la implantación de las infraestructuras que lo articulan; en la relación entre el sistema viario y los tejidos urbanos, o bien en la relación entre el espacio de la calle y la forma de los edificios que producen el espacio urbano. Finalmente, este criterio es reforzado por Rem Koolhaas (2002), al reconocer el “giro espacial” en el abordaje del nuevo paisaje urbano, parece ser el punto de mira de la comunidad de planificadores que buscan aquellas herramientas con las que intervenir efectivamente en el espacio. Este interés no es accidental ni está desligado de la importancia que tomó la noción de espacio durante los noventa. Indica textualmente, “de hecho, como ya ha señalado Edward Soja desde el inicio de los noventa, también hemos experimentado en lo que yo entiendo como el primer giro espacial transdisciplinario significativo, un giro hacia nuevas formas de pensamiento en las que el espacio ocupa una posición central como forma de análisis, investigación crítica, práctica teórica y política”. Este giro espacial no está desligado de las transformaciones urbanas que se dan actualmente en todo el mundo. II.1.4. Evolución de la planificación estratégica Planificación normativa (tradicional) y planificación estratégica Considerando lo mencionado en los acápites anteriores, la planificación contemporánea está enfrentada a grupos y actores sociales diversificados, a individuos multi-pertenecientes, a territorios social y espacialmente heterogéneos, a una vida asociativa prolífica pero a menudo efímera, al declive de la mediación que ejercían actores e instituciones tradicionales e históricas (gobiernos municipales y departamentales, policía, universidades, colegios de profesionales, iglesia, etc.). En este contexto, la “planificación estratégica” —aplicada a la gestión de ciudades—, se ha constituido en un instrumento de proceso creativo que sienta las bases de una actuación integrada a “corto plazo”, establece un sistema continuo de toma de decisiones que comporta riesgos, identifica cursos de acción específicos, formula indicadores de seguimiento sobre resultados e involucra a los agentes sociales y económicos locales a lo largo de todo el proceso (Fernández Güell, 1997). Según José Miguel Fernández Güell (2006), a través del proceso histórico de la planificación urbana, la planificación estratégica recoge las dificultades intrínsecas de las ciudades a lo largo del siglo XX: “complejidad” (multiplicidad y multi-dimensionalidad de los problemas urbanos); “diversidad” (diferencias entre las características funcionales de cada ciudad); e “incertidumbre” (dificultad de prever el futuro de una ciudad en el medio plazo). Los factores que alimentan la crisis, son: “internos” (la filosofía neoliberal, la complicación técnica, la corrupción, el desbordamiento urbano y las diferentes visiones profesionales) y “externos” (transformaciones del entorno demográfico, económico, tecnológico, social, político y gubernamental). De modo que, los retos de la ciudad contemporánea 38


(sociales, económicos, ambientales, físico-construidos y administrativos) deben ser afrontados a través de tres estrategias (equidad, competitividad y sostenibilidad) y la gobernanza. La planificación estratégica, asume una visión de ciudad en constante transformación. Se trata de una construcción incremental, puesto que no existe una ciudad ideal. El “plan estratégico” construye un proyecto compartido y consensuado (visión estratégica) que se materializa de forma secuencial mediante acciones tácticas. Así, identifica cinco elementos detonantes: a) Incremento del dinamismo en los procesos de construcción de ciudad; b) Actores privados en áreas de interés público: la globalización de los mercados crea un nuevo marco para el funcionamiento de las ciudades como polos terciarizados con servicios e infraestructuras privatizadas; c) Descentralización de la gobernabilidad: nuevo poder de gobiernos locales y aparición de corporaciones mixtas de gestión para planes, consecuentemente, posibilidad de generar proyectos de interés común; d) Aumento de conflictos sociales y ambientales (externalidades negativas del crecimiento y expansión metropolitana) y; e) Incremento en segregación socio-económica y aparición de territorios ganadores y perdedores (desequilibrios urbanos). Los ejes metodológicos de los planes estratégicos, son: 1.

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3.

4.

Visión integral de la realidad urbana: El plan estratégico traspasa la dimensión física del territorio, trabaja las variables socio-económica, político-institucionales y ambientales de la comunidad. En este sistema una alteración significativa en una de sus partes provoca cambios de tendencia que alteran el funcionamiento de la ciudad, lo que dificulta la previsión exacta de escenarios futuros. Capacidad de reconocer los elementos que detonan los procesos urbanos: El plan estratégico identifica los actores y tendencias que inciden sobre el desarrollo de la ciudad. La comprensión de estos fenómenos y su inclusión dentro del plan resulta fundamental. Visión de futuro (estrategia) concretada en acciones específicas (táctica): El plan estratégico construye la visión de futuro (concertada) a partir de intervenciones puntuales y secuenciales que estructuran un proyecto de ciudad desde varias dimensiones (formal, social, económica y ambiental). Planificación ligada a la acción: Busca la viabilidad de las propuestas como una forma de construir la visión de futuro. Se identifican recursos e involucran a los responsables de tomar decisiones y financiar los proyectos.

En contraste, la planificación normativa o tradicional definía un plan a “largo plazo” para la ciudad y establecía los principios de su organización espacial (por ejemplo, en forma de planes de desarrollo sectorial); después deducía los planes de urbanismo para que la realidad futura encajara en el marco predefinido. Los planes y esquemas estaban destinados a controlar y regular el futuro, a reducir la incertidumbre, a realizar un proyecto de conjunto. Cuadro N° 4: Comparación planificación tradicional y estratégica PLANIFICACIÓN NORMATIVA Predominio del producto “plan” de visión espacialista de la ciudad. Completitud Visiones general y sectorial parciales Énfasis normativo-regulador Orientado a objetivos de bien común (Estado) Orientado a la generación de ofertas urbanas Estructura rígida de decisiones Rol prioritario del Estado

PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA Predominio de los procesos de ciudad. El “plan” como un facilitador de la gestión urbanística Visión intersectorial y coordinada Énfasis estratégico (competitividad y calidad de vida) Orientado a generar condiciones de costo-beneficio Orientado a demandas urbanas Estructura flexible de decisiones Interacción público-privado

Fuente: Elaboración propia con base en Fernández Güell, 1997

En una mirada crítica sobre la planificación estratégica, Jordi Borja (1997) como catalán, presentó la visión desde Barcelona, una de las ciudades más globalizadas y cosmopolitas de Europa, casi una ciudad Estado. Por ello, su visión siempre parte de la globalización y la planificación estratégica. Sin embargo, no es tan radical en su defensa, Borja percibe el peligro para las ciudades de que el gran 39


capital, mucho más fuerte que los gobiernos locales y la sociedad civil, pueda apropiarse no sólo de proyectos sino incluso llegue a definir objetivos para la ciudad en función de sus intereses inmobiliarios, comerciales e industriales. Cita con mucha honestidad intelectual una serie de puntos negativos del conjunto “globalización/planificación estratégica”: -

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-

Las grandes inversiones de infraestructura y de comunicaciones se plantean muchas veces en función de la competitividad internacional y dejan “fuera de juego” a zonas enteras del territorio urbano regional. La globalización estimula la informalidad local. La nueva ciudad metropolitana tiende a la marginación de ciertas zonas de valor cívico y simbólico para la sociedad tradicional. La famosa concertación público-privada muchas veces se basa en acuerdos entre instituciones políticas de representación oligárquica y de grandes grupos económicos. La exclusión social y la marginación se expresan por omisión, pero no es menos manifiesta. La promoción de la ciudad se entiende muchas veces como su venta con técnicas de marketing: se vende una parte de la ciudad y se esconde y se abandona el resto. Planificación estratégica situacional

A partir de la planificación estratégica, se ha propuesto y desarrollado la estratégica situacional como una variante propuesta por Carlos Matus (Huertas, 1996), la planificación estratégica situacional (PES), establece que la planeación es un proceso de reflexión que precede y preside la acción, en donde todos los actores planifican pero con diversos grados de sistematicidad e introduce las consideraciones de tipo político (introduce la viabilidad política, además de la económica). El económico no es el único recurso escaso. El foco de atención, el tiempo, el poder político, la experiencia, el conocimiento, la capacidad organizativa institucional o individual, los recursos naturales, son también recursos escasos. Un actor puede tener los recursos económicos que demanda una operación pero puede no poseer el poder político para implantarla. El PES resalta los recursos de poder y tiempo en el proceso de planificación. Esta planificación se sustenta en los siguientes principios: 1º El planificador no es diferente de la realidad que planifica. Planificador y realidad hacen parte de la misma situación. Quien planifica no es sólo el técnico sino que diferentes actores planifican (instituciones, gremios, partidos, fuerzas o grupos sociales), inmersos en la realidad que desean transformar mediante su acción; 2º Hay más de una explicación verdadera. La realidad tiene diferentes explicaciones verdaderas dependiendo de la situación en que está inserto el actor que explica. No hay una única y absoluta explicación de la realidad. El diagnóstico antes que una explicación objetiva se pretende que éste sea riguroso y preciso; 3º Los agentes sociales adelantan procesos creativos en un sistema social que sólo en parte sigue leyes. La planeación tiene una baja capacidad de predicción, por lo que debe, ante todo, prever y emplear la técnica de escenarios como instrumento de absorción de incertidumbre) y; 4º La incertidumbre domina el sistema social. Este postulado es consecuencia del anterior. Reconocer la incertidumbre implica utilizar la previsión en vez de la predicción. El proceso de planificación diferencia cuatro momentos: Momento 1: Explicativo. Es la instancia de la explicación desde la perspectiva de un actor de la realidad que se busca transformar. Comprende los tiempos verbales “fue”, “es” y “será; Momento 2: Normativo. Es la instancia del diseño del Plan. En este momento se hace uso de la técnica de escenarios como instrumento de absorción de incertidumbre, de los planes de contingencia para enfrentar las sorpresas y de análisis de confiabilidad del plan; Momento 3: Estratégico. Análisis y diseño de la estrategia para hacer viable las operaciones de conflicto. La pregunta central que se hace en este momento es, qué puede ser del deber ser, por lo que se mueve en el tiempo verbal "puede ser” y; Momento 4: Táctico Operacional. Los momentos anteriores son de producción de conocimientos, es el cálculo previo que solamente se concreta en la práctica. En consecuencia, el momento táctico operacional es la mediación entre el conocimiento y la acción. Es el hacer.

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Finalmente, el PES pone de relieve el tratamiento de la incertidumbre, como en los sistemas sociales no predominan las relaciones determinísticas sino la incertidumbre, el planificador debe contar con instrumentos para enfrentar la incerteza. El PES recomienda la técnica de construcción de escenarios (conjunto de condiciones y supuestos en que se ejecutará el plan) con lo cual la planificación descansa menos en la capacidad de predicción y más en las técnicas de previsión. Planificación estratégica valorativa La planificación estratégica valorativa es una variante reciente propuesta a partir de varios autores, entre ellos, Henri Lefebvre (1968), Peter Marcuse (2009) y Susan Fanstein (2010). Según Fanstein, la justicia, definida por la democracia, la diversidad y la equidad, debería ser el criterio de evaluación para la planificación y políticas urbanas, por lo cual, propone los siguientes principios: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Todo desarrollo residencial debe incorporar diversos ingresos. Debe asegurarse que la mixtura permanezca en el tiempo. Debe respetarse la historia de los lugares y evitar erradicaciones. Debe promoverse el fortalecimiento de economías locales. Los proyectos deben ser discutidos y evaluados abiertamente. Debe intervenirse el transporte para equilibrar y desincentivar. Los planificadores deberían tomar un rol activo en deliberar soluciones igualitarias y bloquear aquellas que generan beneficios desproporcionados. Cuadro N° 5: Síntesis comparativa de la planificación tradicional, estratégica y valorativa PLANIFICACIÓN TRADICIONAL Predominio del producto Sectorial y centralizada

Metodología de diseño Metodología de gestión Carácter de los instrumentos

Normativo y rígido

Instrumento principal Orientación de objetivos Orientación de resultados Ámbito de acción Participación ciudadana

PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA

PLANIFICACIÓN VALORATIVA

Predominio del proceso

Predominio del aprendizaje (visión y procesos)

Integrado, coordinado y descentralizado Estratégico, indicativo, flexible y dinámico

Plan regulador y ordenanzas Orientado a objetivos predeterminados Orientado a la oferta urbana Sujeción a los límites administrativos

Orientado a costo beneficio Orientado a costo beneficio Orientado a la demanda urbana

Participación abierta

Participación focalizada

Planes de gestión

Territorial e integrada Estratégicos, prácticos e integradores de coherencias Instrumentos estratégicos, normativos y de inversión (plan de gestión integrada) Orientado a objetivos incrementales de desarrollo (equitativo) Orientado a la equidad, competitividad y calidad de vida Territorios singulares en carácter y escalas (multiescalar y multinivel) Participación permanente, informada, vinculante y corresponsable

Fuente: Elaboración propia con base en Fernández Güell (2006) y otros

Hasta aquí, en la planificación valorativa surge la idea de “los objetivos incrementales”, que se apoya en una gestión más reflexiva, adaptada a una sociedad compleja y a un futuro incierto. Elabora múltiples proyectos de naturaleza variada, intenta que sean coherentes, diseña una gestión “estratégica” para su puesta en marcha conjunta y tiene en cuenta la práctica cotidiana y cambiante de los acontecimientos que se producen, la evolución prevista a corto plazo, los cambios tendenciales que se avecinan, revisando, si es necesario, los objetivos definidos o los medios dispuestos en un principio para su realización. Se convierte en una gestión que integra la creciente dificultad de reducir la incertidumbre y el azar en una sociedad abierta, democrática y marcada por la aceleración de la nueva economía. A base de tanteo (prueba y error), articula el corto y el largo plazo, la gran y la pequeña escala, los intereses generales y particulares. Y, es al mismo tiempo estratégico, pragmático y oportunista (De Mattos, 2005). Para Carlos de Mattos, la antigua cronología lineal que encadenaba el diagnóstico urbano (identificación de necesidades) y la elaboración de un plan (visión, programación, proyectos, implementación y gestión), es sustituida por una “gestión incremental”, heurística, iterativa y recurrente, 41


es decir, por actos que sirven al mismo tiempo para elaborar y probar hipótesis, con realizaciones parciales y medidas a corto plazo que modifican el proyecto y la retroalimentación, tras las evaluaciones y que se traducen en la redefinición de los objetivos y elementos estratégicos. Retomando la idea clave de la “gestión”, Josefa Edralín (1997), aclara la diferencia entre planificación estratégica y gestión estratégica: 1º Planificación estratégica, establece un sistema de planificación, establece una postura hacia el ambiente externo, agrega interés por la capacitación para lograr tal postura y, concluye en un Plan Estratégico; 2º Gestión estratégica, establece un sistema de acción, agrega interés por la capacitación para lograr tal postura y, no concluye nunca, construye y mantiene una cultura organizacional que da forma a una conducta organizacional. Los actuales escenarios han incidido en la planificación del desarrollo contemporáneo cuya misión actual es promover el crecimiento económico endógeno de cada sistema productivo regional y local como resultante de la acumulación e integración de capital físico, social, ambiental y económico. Por tanto, las políticas de desarrollo urbano (sostenible) deberán buscar la generación endógena de condiciones para la valoración de los distintos capitales36. Por lo que, la nueva “gestión del territorio” está orientada predominantemente a intensificar la “atractividad de cada territorio”, buscando mejorar su competitividad frente a otros que también “compiten”, en lo fundamental por inversiones. El “proyecto urbano” forma parte del núcleo de este enfoque, pero el proyecto ya no es sólo un designio acompañado de un diseño arquitectónico y urbano tradicional. Es una herramienta cuya elaboración, expresión, desarrollo y ejecución muestran las posibilidades y limitaciones que imponen la sociedad, los actores enfrentados, los lugares, las circunstancias y los acontecimientos. El proyecto es al mismo tiempo analizador y herramienta de negociación, gestión y competitividad.

Al respecto, Sergio Boisier (2003) ha planteado nueve “capitales intangibles” para generar desarrollo territorial: 1. Capital cognitivo: Es el stock de conocimientos que es poseído por una comunidad territorial. Cubre una amplia gama de conocimientos, desde la propia geografía, pasando por la historia interpretada y no sólo relatada, hasta el conocimiento acerca del arco tecno-productivo que es posible configurar a partir de los recursos del territorio. Es también el conocimiento acerca del desconocimiento. 2. Capital simbólico: El poder o capital simbólico es, según Pierre Bourdieu, el poder de hacer cosas con la palabra, es un poder de consagración o revelación. El poder transformador de la palabra reconoce en el lenguaje un papel activo y generativo. El despliegue de la palabra, su ejercicio, conduce a la noción de conversación. Mucho debe hacerse conversando: hablando y escuchando a otros, creando nuevos espacios emocionales. 3. Capital cultural: Es el stock de historias y prácticas sociales en manos de una comunidad territorial, en la doble acepción de “cultura”. Como una cosmogonía y una ética que responden a las interrogantes del hombre y regulan sus relaciones y que a través de prácticas históricas producen bienes y servicios sui géneris y como una cultura de desarrollo, conjunto de actitudes hacia procesos económicos que en la virtuosidad mezclan cooperación y competencia. 4. Capital social: El capital social es lo que permite a los miembros de una comunidad, confiar el uno en el otro y cooperar en la formación de nuevos grupos o en realizar acciones en común. Se basa en la reciprocidad difusa. Una comunidad con elevado capital social alcanza mayores logros con recursos dados. Se reconoce la existencia de capital social en la densidad del tejido social. Es un bien público y, por tanto, hay una tendencia a sub-invertir en él. 5. Capital cívico: Este concepto tiene que ver con la tradición de una práctica política democrática, con la confianza de las gentes en las instituciones de la sociedad política y civil, con la preocupación de los ciudadanos con “la cosa pública”, con los “negocios públicos” tanto para participar en ellos como para exigir de ellos rendición de cuentas públicas, con la conformación de redes de compromisos cívicos, etc. 6. Capital institucional: Consiste en el stock de instituciones (organizaciones en el lenguaje de Douglas North) tanto públicas como privadas existentes en la región. Acá interesan tres cuestiones: a) el número de ellas, b) el clima de relaciones interinstitucionales (cooperación, conflicto, neutralidad) y, c) el grado de modernidad de ellas (velocidad, flexibilidad, maleabilidad, resiliencia, inteligencia, identidad). 7. Capital psico-social: El capital psicosocial está configurado por un conjunto de factores subjetivos que condicionan la transformación del pensamiento en acción. Metafóricamente, se ubican entre el cerebro y el corazón, tienen que ver con el saber articulado con el sentir. Corresponden a actitudes, creencias, valores, estereotipos y representaciones. Autoconfianza colectiva, fe en un futuro socialmente construido, memoria y ganas de desarrollarse. 8. Capital humano: Se entiende por capital humano el stock de conocimientos y habilidades que poseen los individuos y su capacidad física y mental para ejercitarlos. Con esta definición, los gastos en educación, en salud (y en migrar) deben ser considerados como inversión y no como consumo, ya que el capital humano pasa a ser un factor de producción, asociado a la productividad y a externalidades positivas. 9. Capital mediático: En una sociedad que ha sido también denominada como sociedad mediática, los medios de comunicación social (prensa, radio, TV) juegan un papel de primera importancia para generar apoyo social a una propuesta de cambio o para desvirtuarla. 36

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Gráfico N° 11: Modelo de competitividad urbana

Fuente: Elaboración propia con base en Webster y Muller, 2000

Planificación colaborativa o comunicativa Desde principios de los años noventa, se ha comenzado a hablar del nacimiento de un nuevo enfoque, escuela o paradigma denominado “planificación urbana comunicativa o colaborativa”, construido alrededor de la investigación y avances científicos sobre lo que los planificadores hacen y nutrido con diversas teorías. Dos textos fundamentales dan cuenta del nacimiento de esta nueva constelación de problemas, ideas y autores en el campo de la planificación urbana: Frank Fischer y John Forester (1993)37 y Seymour Mandelbaum, Luigi Mazza y Robert Burchel (1996)38. Actualmente en muchos centros de investigación, el área de planeación colaborativa aborda problemas socio-ambientales complejos relacionados con la planeación sostenible. Las actividades de esta área se enfocan a responder preguntas importantes de gestión y toma de decisiones a través de combinar los últimos adelantos en el desarrollo de políticas públicas, planeación del uso del suelo, modelación geo-espacial, bio-complejidad, teoría de decisión, geo-visualización, gobernanza y aprendizaje social. De este modo, esta área busca la construcción de instrumentos apropiados y visualmente eficaces para la traducción y comunicación de conocimiento científico a ejecutivos y funcionarios de los sectores público, privado y social, que permitan ligar la ciencia a la toma de decisiones durante el proceso de planeación y así facilitar el tránsito hacia la sostenibilidad. Según Juan Carlos Rodríguez-Vásquez y otros (2013), el cambio está en el cuestionamiento a la equívoca separación que por mucho tiempo ha primado entre planificación y política (acción) o dicho en términos más amplios entre racionalidad instrumental y racionalidad sustantiva. Ciertamente, al girar el proceso de planificación en torno a la racionalidad técnica, se enfrentan varios riesgos, entre los cuales cabe destacar: -

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El riesgo de restarle importancia a las vivencias de la gente. Al desconocer que en las situaciones que viven las personas, éstas necesitan hacer juicios prácticos y decidir/actuar, la racionalidad técnica puede llegar a ser muy abstracta e impráctica, ya que, se ignoran las vivencias de la gente acerca de sus problemas. El riesgo de desconocer los actores y sus relaciones. Al ignorar los antecedentes históricos de los actores actuales o potenciales involucrados en la situación se corre el riesgo de omitir sus relaciones y las complejidades sociales y/o institucionales (sesgos, prejuicios, formulaciones deliberadamente parciales, culturas organizacionales, etc.) del problema en cuestión.

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FISCHER, Frank y FORESTER, John (editores) (1993): The Argumentative Turn in Policy Analysis and Planning. Durham y London, Duke University Press 38 MANDELBAUM, Seymour, MAZZA Luigi y BURCHEL, Robert (editores) (1996): Explorations in Planning Theory. Center for Urban Policy Research. Rutgers, The State University Press of New Jersey

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El riesgo del reduccionismo técnico. Problemas que obviamente también son políticos y éticos quedan reducidos a problemas técnicos, con alto riesgo de rechazo de las soluciones propuestas.

Asimismo, Rodríguez-Vásquez y otros (2013), con base en una activa observación de lo realizado por los planificadores día a día y apoyándose, entre otros, en las obras de Jürgen Habermas (1981) y John Forester (1993), propone lo que se denomina una teoría crítica de la planificación urbana o más específicamente un enfoque de la planificación urbana como acción comunicativa. Siguiendo a Habermas, para que un proceso sea “comunicativamente racional” debe cumplir una serie de condiciones: a) Todos los actores deben estar involucrados; b) Los actores deben estar empoderados y ser competentes; c) La comunicación no debe implicar dominación por ninguna de las partes y; d) Los participantes deben poner de lado todo motivo que no sea la búsqueda del acuerdo. Evidentemente, la planificación comunicativa no asume que esta situación ideal sea alcanzable, pero se esfuerza por contrarrestar las distorsiones en la comunicación, promover igualdad de oportunidades y ayudar a producir un plan razonablemente efectivo y justo. Así, el trabajo del planificador es fundamentalmente comunicativo y se desarrolla en condiciones de incertidumbre; por tanto, no sólo interesa el futuro, el presente también cuenta (Matus, 1992). Es importante el conocimiento sobre el entorno político y organizacional en el que se desenvuelve el planificador y sus habilidades a fin de identificar diferencias, detectar y anticipar conflictos entre los actores urbanos y sobre todo de crear condiciones para el diálogo y la colaboración. Siguiendo a Innes y Booher (2010), en primer lugar está la importancia del conocimiento interpretativo, donde la noción de intersubjetividad es central e implica valorar la construcción social del conocimiento, ya que el diálogo colaborativo se entiende como un proceso de intercambio y negociación de significados de problemas, evidencias, visiones, estrategias, de sentido de lo justo, de resultados esperados y hasta de indicadores. Lo anterior no es suficiente, ya que el diálogo colaborativo podría ser circular o auto-complaciente; en particular, cuando los actores sociales participan construyendo un conocimiento excluyente hecho a la medida de sus propios intereses, están poco informados del contexto o sencillamente lo que proponen no es factible o resulta injusto. De allí la importancia del pensamiento crítico, para desvelar lo que está oculto bajo unos conocimientos socialmente construidos. Para el planificador, esto supone abandonar la supuesta neutralidad de su oficio para (re)conocer las asimetrías de poder, información, conocimiento, organización, etc., que caracterizan el entorno conflictivo e incertidumbre en el que se desenvuelven. La arena de la planificación comunicativa es el diálogo para el aprendizaje mutuo, el desarrollo de confianza y la construcción de acuerdos, de allí que la teoría de la negociación es otra fuente de ideas. En esta materia se han producido principios que hoy son casi universales, como focalizarse en los intereses no en las posiciones, crear opciones que ofrezcan ganancias mutuas, que las partes desarrollen su mejor alternativa al acuerdo, entre otros. En este marco, entre los diversos roles que puede desempeñar un planificador, facilitador, moderador o mediador, este último es el más emblemático del enfoque colaborativo de la planificación, ya que promueve el diálogo genuino o real sin descartar la importancia de los otros roles. Por último, la planificación comunicativa o colaborativa opera en una realidad compleja, cambiante e incierta, cuya dinámica puede ser entendida a través de la teoría de los sistemas complejos y adaptativos. En un sistema complejo, los elementos de la estructura existente —actores urbanos con intereses diversos— a través de la comunicación democrática, desarrollan interacciones y surgen arreglos relacionales que reorganizan (y/o auto-organizan) el conjunto en un nuevo orden superior, más integrado y más colaborativo que el anterior. Nuevas demandas producirán nuevas interacciones, y así sucesivamente, en un proceso acumulativo de aprendizaje mutuo y capital social que se va materializando en acuerdos. En suma, “el pensamiento complejo sugiere que los profesionales de la planificación requieren operar a escala del sistema en lugar de enfocarse en sus partes; y para 44


hacerlo, se requiere ideas de la teoría crítica, del pragmatismo, de la planificación comunicativa y del análisis deliberativo” (Innes y Booher, 2010). II.2.

URBANISMO EMERGENTE

II.2.1. Nuevos principios del urbanismo Los cambios en los escenarios sociales, económicos y urbanos descritos por Carlos de Mattos y otros, han promovido nuevos planteamientos como respuesta o asimilación a la crisis del planeamiento urbano “moderno”. Por ejemplo, el sociólogo urbano François Ascher en “Nuevos principios del Urbanismo” (2004), propone y contrasta diez principios que sustentan el nuevo escenario de la planificación urbana (emergente): 1º Elaborar planes y dirigir proyectos en un contexto incierto (de la planificación urbana a la gestión estratégica urbana). El urbanismo moderno definía un programa a largo plazo para la ciudad y establecía los principios de su organización espacial (en forma de planes de desarrollo, por ejemplo); después deducía los “planes” de urbanismo para que la realidad futura encajara en el “marco predefinido”. Los planes y proyectos estaban destinados a controlar el futuro y a reducir la incertidumbre. El nuevo urbanismo se apoya en una gestión más (re)flexiva, adaptada a una sociedad compleja y a un futuro incierto. Elabora múltiples proyectos de naturaleza variada, intenta que sean coherentes, diseña una gestión estratégica (plan) para su puesta en marcha conjunta. Tiene en cuenta la práctica, los acontecimientos que se producen, la evolución a corto plazo prevista, los cambios del entorno que se avecinan, revisando, si es necesario, los objetivos definidos o los medios dispuestos en un principio para su realización. Se convierte en una gestión estratégica urbana que integra la creciente dificultad de reducir la incertidumbre y el azar en una sociedad abierta, democrática y marcada por la aceleración del nuevo escenario de la economía. A base de tanteo, articula el corto y el largo plazo, la gran y la pequeña escala, los intereses generales y los particulares. Es al mismo tiempo estratégico, pragmático y oportunista. La noción de “proyecto” forma parte del núcleo de este urbanismo. Pero el proyecto ya no es sólo un designio acompañado de un diseño (arquitectura o infraestructura). Es una herramienta cuya elaboración, expresión, desarrollo y ejecución muestran las posibilidades y limitaciones que imponen la sociedad, los actores enfrentados, los lugares, las circunstancias y los acontecimientos. El proyecto es al mismo tiempo analizador y herramienta de negociación y proyección. El nuevo urbanismo revoluciona la antigua cronología que encadenaba “el diagnóstico, la identificación de las necesidades y la elaboración final de un plan, la programación, el proyecto, la implementación y la gestión”. Sustituye esta linealidad por una gestión heurística39, iterativa40, incremental41 y recurrente, es decir, por “actos que sirven al mismo tiempo para elaborar y probar hipótesis, con realizaciones parciales y medidas a largo plazo que modifican el proyecto y la retroalimentación, tras las evaluaciones y que se traducen en la redefinición de los elementos estratégicos”. 2º Dar prioridad a los objetivos frente a los medios (de reglas de la exigencia a las reglas del resultado). El urbanismo moderno aseguraba los medios de realización de los proyectos mediante reglas simples, imperativas y estables: zonificación, funciones, densidades, alturas, etc. Las reglas eran exigentes, es decir, fijaban al mismo tiempo los objetivos y la forma de conseguirlos. El nuevo urbanismo da prioridad a los objetivos y al proceso, estimula a los “actores públicos y privados”42 a 39

Método heurístico, que sirve para el descubrimiento, que procede por evoluciones sucesivas e hipótesis provisionales. Iteración, método de resolución de una ecuación por aproximaciones sucesivas. 41 Incremental, cantidad en la que se aumenta una variable en cada ciclo de un bucle de un programa. 42 “Estamos en un nuevo paradigma que privilegia la ciudad real, aceptando en ella la presencia permanente del conflicto y tomando la gestión cotidiana como punto de partida, se está desarrollando en las ciudades latinoamericanas. Este nuevo paradigma parte del planteamiento de que la ciudad se produce por una multiplicidad de agentes que deben tener su acción concertada, generando un pacto que corresponda al interés público de la ciudad. Presupone una revisión permanente para ajustes o adecuaciones, que mantenga un seguimiento de la dinámica de la producción y reproducción de la ciudad” (Rolnik, 1997). 40

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encontrar la forma más eficaz de cumplir estos objetivos para la colectividad y para el conjunto de los participantes. Para ello, son necesarios “nuevos tipos de formulación de proyectos y de normas”. Busca los medios para calificar y cuantificar las características deseables de un lugar, su entorno, ambiente, accesibilidad, equipamientos colectivos y servicios urbanos con los que cuenta. Esta complejidad de las normas se hace necesaria por la “diversidad creciente de territorios y costumbres urbanas”, por el aumento de las exigencias de calidad, por la mayor dificultad de aplicar decisiones igualitarias y la necesidad de sustituirlas por enfoques más sutiles, menos estereotipados, basados en el principio de equidad (normas que faciliten y limiten). 3º Integrar los nuevos modelos de resultado (de la especialización espacial a la complejidad de la ciudad de redes). El urbanismo moderno, muy marcado por el modelo tayloriano 43 y fordiano, buscaba resultados en las economías de escala y en la simplificación y repetición de las funciones urbanas a las que destinaba espacios concretos. La zonificación y las grandes urbanizaciones muestran muy bien esta idea. El nuevo urbanismo integra modelos nuevos de productividad y de gestión, aportaciones de las ciencias de la organización, las tecnologías de la información y la comunicación; no intenta simplificar realidades complejas, sino que se esfuerza por conjugar territorios y situaciones diversas. Los resultados e incluso su duración se obtienen más bien por la variedad, la flexibilidad y la capacidad de reacción. Las soluciones únicas y monofuncionales, endebles y poco adaptables dejan paso a respuestas multifuncionales y redundantes, capaces de enfrentarse a los cambios, a la variedad de circunstancias, a las disfunciones y las crisis. Los resultados urbanos se basan más en la puesta en común y la coordinación de potenciales localizados —núcleos dinamizadores— que en la masificación. Las economías que priman sobre las economías de escala44. Esto se traduce en una mayor “diversidad funcional” —o mix de usos— de las zonas urbanas, en una “multicentralidad”, en la polivalencia de una parte de los equipos y servicios y en el refuerzo de los transportes y de las diversas “redes” que, más que nunca, garanticen la eficacia de conjunto de los sistemas urbanos “metapolitanos” 45. Los puntos de

En 1911, F. W. Taylor publica su obra “The principles of Scientific Management”, cuyos principios de organización llegaron a ser adoptados por las empresas industriales en el mundo entero. Casi en la misma época, el sociólogo alemán Max Weber, presenta “el modelo ideal de burocracia” introduciendo, prácticamente en toda la sociedad, conceptos de decisión despersonalizada y de personal reglamentado. Ambas obras influyeron profundamente en la administración y en la gestión industrial introduciendo definitivamente el método científico. El “modelo tayloriano” establece un universo jerarquizado, en el cual se crean espacios técnicos funcionales cerrados y no participativos, basados en conceptos tales como el análisis y la división del trabajo, la investigación para establecer métodos para cada tarea, la medida de los tiempos de trabajo, la elaboración de documentación técnica y la sistematización de los procedimientos operativos. 44 En microeconomía, se llama economía de escala al proceso mediante el cual los costos unitarios de producción disminuyen al aumentar la cantidad de unidades producidas o, dicho de otra forma, aumentos de la productividad o disminuciones del coste medio de producción, derivados del aumento del tamaño o escala de la planta 45 Metápolis es un término propuesto por el francés François Ascher, sería, de alguna manera, la ciudad “hiper” contemporánea, la más en vanguardia, una nueva generación. Entiende que la metápolis es una postpolis y una postmetrópolis, una fase posterior. Metápolis, como metrópolis, es un concepto que aspira tanto a describir una morfología como una sociología urbana. En primer lugar, en lo referente a la forma, Ascher postula que es profundamente heterogénea y no necesariamente constituida por contigüidad. Contiene una o varias metrópolis o como mínimo una ciudad grande de centenares de miles de habitantes con crecimiento radio-concéntrico, lineal o en metástasis (como grumos o agregaciones con un cuerpo más amplio). La estructura de la metápolis es, en principio, las ciudades existentes. Urbanizaciones ex novo o reconstrucciones radicales son raras o significan una parte muy reducida. La ciudad más bien se transforma por densificaciones, adiciones, conquistas, por transformaciones o eliminación de barrios degradados, por implosiones o por desdensificaciones. La metápolis se construye y desarrolla por espacios, proyectos, emergencias que no son necesariamente contiguos al centro de la ciudad sino que aparecen en zonas construidas o vírgenes, como metástasis o “rizomas”. La funcionalidad de la metápolis queda marcada por esta fragmentación que, según Ascher, significa la ruptura de las estructuras jerárquicas de lógica christalleriana. Esta ruptura y la fragmentación de las lógicas jerárquicas provocan que la metápolis signifique el final del concepto de “afueras” aplicado a la ciudad. No hay periferia desde el momento en que no hay centro (un centro) ni unidad. La discontinuidad de la metápolis se ve posibilitada y favorecida por los medios rápidos de transporte que comunican puntos escogidos en el interior de una misma metápolis, creando de esta manera un espacio diferencial, dual, entre los centros metropolitanos y el no man’s land: se produce un efecto “túnel”. En segundo lugar, en lo que se refiere a la sociedad metapolitana, en mayor medida en sus grupos sociales con economías más holgadas, hay, según Ascher, una transformación a dos niveles, uno de crecimiento del alcance de la vida cotidiana y otro de incremento del valor de la vivienda y de la vida doméstica. La vivienda se convierte también en un espacio de intercomunicación gracias a las tecnologías de la información y de multiplicación de actividades, que incluso pueden ser laborales. De alguna 43

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conexión entre las diferentes redes asumen una importancia creciente y hacen de la intermodalidad en los transportes un envite fundamental para las dinámicas urbanas. 4º Adaptar las ciudades a las diferentes necesidades (de los equipamientos colectivos a equipamientos y servicios individualizados). El urbanismo moderno daba preferencia a las soluciones permanentes, colectivas y homogéneas para responder a las necesidades y demandas de vivienda, urbanización, transporte, ocio y comercio. La repetición del servicio permitía amortizar equipamientos costosos: el mismo servicio para todos y generalmente al mismo tiempo. El nuevo urbanismo y los servicios públicos urbanos actuales deben tener en cuenta el proceso de individualización 46 que marca la evolución de las sociedades contemporáneas. La diversificación contrapuesta de situaciones y necesidades hace necesaria una mayor variedad y una singularidad de las soluciones. Esta personalización de los servicios necesita de redes y sistemas técnicos más complejos que recurren de forma determinante a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. No todos los equipamientos colectivos tradicionales son obsoletos (universidades, hospitales, estadios, etc.), pero deben integrar de una forma nueva la noción de servicio individualizado y apoyarse en las técnicas avanzadas de transporte y telecomunicaciones colectivas. 5º Concebir los lugares en función de los nuevos usos sociales (de los espacios simples a los espacios múltiples). El urbanismo moderno desarrolló la ciudad sobre la base de un reparto dominante que solía atribuir a lo “público” la responsabilidad de los espacios exteriores, de las grandes infraestructuras y de los equipamientos colectivos, y a lo privado, las superestructuras. Los límites y definiciones de lo privado y de lo público variaban según el país, pero este mismo modelo ha estructurado globalmente la mayoría de las ciudades occidentales. El nuevo urbanismo se enfrenta al fin de este modelo. Un número creciente de infraestructuras y de equipamientos entremezclan intervenciones públicas y privadas en diferentes tipos de consorcios, concesiones y subsidios combinados con servicios. Los estatutos jurídicos y prácticos de los espacios son cada vez menos homogéneos y no abarcan ya la distinción entre acceso público y privado, acceso libre y reservado, interior y exterior, infraestructura y superestructura, equipamiento y servicio. Las nuevas tecnologías intervienen en esta recomposición permitiendo, por ejemplo, separar la producción, el transporte y la distribución del agua, la electricidad o el teléfono; al trastocar la forma de entender los servicios públicos, hacen posible la modificación de los derechos y de ahí el cambio del concepto de infraestructura y su financiación; por último, con Internet, se crean nuevos tipos de “cuasi espacios” públicos “virtuales” que llegan a los hogares y las empresas. 6º Actuar en una sociedad muy diferenciada (del interés general sustancial al interés general procedimental). El urbanismo moderno se edificó sobre los conceptos sustanciales de interés general o interés común. Las decisiones públicas, los planes, las reglamentaciones con sus prohibiciones, las obras públicas, las excepciones, el derecho de usar libremente la propiedad (servidumbres), las expropiaciones y los impuestos estaban legitimados por intereses colectivos que se consideraban superiores a los intereses individuales. La sociedad hipertexto, compuesta de multi-pertenencias, movilidades y territorios colectivos e individuales confronta al nuevo urbanismo a una trama compleja de intereses, retos que resultan cada vez más difícil de concretar en intereses colectivos estables aceptados por todos. Los representantes locales, el Estado, los planificadores y los expertos de todo tipo, tienen menos capacidad para fundamentar sus actuaciones y propuestas en un interés general o común. Una decisión no puede considerarse ya como de interés general tan sólo por el hecho de su sustancia objetiva. Es la forma, el “procedimiento” según el cual ha sido elaborado y finalmente coproducida por los actores implicados, lo que le confiere in fine su carácter de interés general. Las divergencias y conflictos no se resuelven apenas por las mayorías, ya que éstas son cada vez más circunstanciales, sino por compromisos que permiten tratar muchas situaciones colectivas.

manera, aquí se insinúa que la sociedad metapolitana es más fragmentada que la metropolitana y más individualista y más fragmentada en sus usos, “un hipermercado de los modos de vida”. 46 Los baños públicos se han transformado en baño familiar y hasta individual; el reloj y la campana, que solían ser equipamientos colectivos, se han convertido en relojes personales; igualmente el teléfono ha pasado de ser equipamiento colectivo a equipamiento privado y después, con el teléfono móvil, a equipamiento personal.

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7º Readaptar la misión de los poderes públicos (de la administración a la regulación). Los poderes públicos administraban el urbanismo moderno, es decir, garantizaban la aplicación de las leyes, planes y reglamentos, las misiones de interés general y el funcionamiento de los servicios en el ámbito urbano. Esta “administración” era coherente con un urbanismo que prohibía y controlaba tanto como proyectaba, que aplicaba principios y soluciones y tenía una tendencia estructural a negar las especificidades de cada ciudad, lugar, cultura o reducirlas a un simple decorado. El nuevo urbanismo intenta resolver los problemas caso por caso y elaborar soluciones adaptadas a cada situación. La experiencia y conocimientos acumulados y la técnica no se utilizan para aplicar soluciones repetitivas, sino para aumentar sus posibilidades de adaptación a contextos particulares, cambiantes e inciertos. Actúa en el seno de un sistema complejo de actores cuyas lógicas son diferentes y funcionan en un medio cada vez más abierto. Para ello, hay que diseñar marcos comunes de actuación y reglas del juego que no se opongan a las ideas de los actores sino que las concilien, utilizándolas en beneficio de sus propios proyectos, produciendo sinergias y arbitrando cuando las situaciones parezcan inextricables y las autorregulaciones fallen. Se ha otorgado prioridad a la regulación sobre la administración. Los poderes públicos intentan garantizar el funcionamiento “regular y facilitar” de los sistemas de actores urbanos; actúan para limitar los problemas de funcionamiento y las incoherencias. Impulsan la gestión procedimental de interés general. En la medida de lo posible “hacen hacer” en lugar de “hacer”, para aprovechar los conocimientos y la experiencia de los especialistas. Pero también controlan, evalúan, corrigen, compensan y en ocasiones, sancionan. Para ello, hacen falta competencias técnicas, sistemas de inspección y bases de datos mucho más elaborados que los que estaban a disposición de las administraciones, cuya actividad era repetitiva y estaba mucho más regulada. El nuevo urbanismo supone, pues, la readaptación de los objetivos y de las personas que trabajan por cuenta de los poderes públicos. 8º Responder a la variedad de gustos y demandas (de una arquitectura funcional a un diseño urbano atractivo). El urbanismo moderno se apoyaba en la Arquitectura y el Diseño Urbano (formas) que respondían a una ideología funcionalista que se intentaba generalizar. Puso en práctica conceptos globales —por no llamarlos totalitarios— sobre la ciudad, y no dudó en algunos casos en hacer tabla rasa del pasado, pero también desarrolló la noción típicamente moderna de “patrimonio”, conservando ciudades, vestigios, monumentos para el recuerdo y elementos notables por su valor artístico. El nuevo urbanismo, por el contrario, admite la complejidad y propone una serie de formas y ambientes arquitectónicos y urbanos a una sociedad muy diferenciada en su composición, sus costumbres y gustos. Enfrentado a una ciudad cada día más móvil en la que los actores pueden elegir su lugar en mayor medida, el nuevo urbanismo debe seducir proponiendo un tipo de ciudad a la carta que ofrezca distintas combinaciones de características urbanas. Para el cual, no duda en utilizar formas antiguas y estilos vernáculos, así como arquetipos modernos. Habiendo roto con las ideologías simplificadoras y totalitarias del progreso, se acomoda a la complejidad de las ciudades que ha heredado y actúa en ellas. También patrimonializa cada vez más el edificio existente, transformándolo en museo e integrándolo en la nueva economía cultural y turística urbana o bien asignándole nuevos usos. Asimismo, intenta por todos los medios utilizar las dinámicas del mercado para producir o conservar los valores simbólicos de la ciudad antigua. 9º Promover una nueva calidad urbana (de las funciones simples al urbanismo multi-sensorial). El urbanismo moderno desarrolló un funcionalismo bastante elemental, tanto por el tipo de funciones (trabajar, habitar, divertirse, abastecerse, desplazarse, entre otros) como por la forma de llevarlas a cabo. El nuevo urbanismo desarrolla una gestión funcional mucho más sutil, teniendo en cuenta la complejidad y la variedad de prácticas urbanas e intentando responder a ellos mediante soluciones multifuncionales. Enfrentado a demandas cada vez más elevadas y a múltiples formas de competencia entre espacios, intenta ofrecer en los lugares públicos y espacios exteriores una calidad equivalente a la de los sitios privados y espacios interiores. Tiene en cuenta las dimensiones multi-sensoriales del espacio y se aplica a trabajar no sólo en lo visible, sino también en los aspectos sonoros, táctiles y olfativos. El diseño multi-sensorial permite crear ambientes distintos y más cómodos para las personas que sufren minusvalías sensoriales y motrices. 48


10º Adaptar la democracia a la tercera revolución urbana (del gobierno de las ciudades a la gobernanza). El urbanismo moderno necesitaba formas de gobiernos firmes, decididos y que dispusieran de poderes fuertes para imponer reglas y hacerlas cumplir, y no de impulsar el cambio de forma voluntaria. Esta autoridad se apoyaba en la intermediación social de la escuela, la Iglesia y el comercio local; era un tipo de gobierno de las ciudades protegido de forma más o menos centralizada según los países. La gobernanza (o buenas prácticas) implica un sistema de gobierno o gestión que articule y asocie las instituciones, organizaciones y actores (públicos, privados y mixtos), en procesos de elaboración e implementación capaces de provocar una adhesión activa de los ciudadanos (Ascher, s/f). II.2.2. Ecosistemas urbanos La idea de considerar a los sistemas sociales y en particular a la ciudad como sistemas vivos no es nueva, desde Patrick Geddes (1904) y Lewis Mumford (1938) hasta el Programa sobre el Hombre y la Biósfera de la UNESCO (1973 y 1981) se reconoció la importancia del análisis de la ciudad como un ecosistema o sistema ecológico. Empero, la visión trabajada por la Ecología Urbana tenía otra orientación analítica. La Ecología47 Urbana “es una parte de la Ecología Humana que pretende analizar las características y problemas de la ciudad como ecosistema, especialmente el caso de las grandes ciudades, pretende observar las causas directas de la degradación ambiental a partir de los aspectos sociales y económicos” (Zoido, 2000). A esta concepción tradicional, Virginio Bettini en “Elementos de ecología urbana” (1998), argumenta y plantea un nuevo enfoque sobre la Ecología Urbana, diferente a las definidas por la Escuela de Chicago, la Ecópolis, la higiene ambiental y el ecosistema urbano (este último relacionado con el metabolismo urbano: flujos de materia y energía). Para él, por ejemplo, los estudios de la Escuela Sociológica de Chicago entre 1920 y 1930, fueron más de “sociología urbana” que de “ecología urbana” y, aunque posteriormente, la urban ecology y la town ecology produjeron algunos estudios48, éstos se hicieron bajo aproximaciones solamente disciplinares y multidisciplinares49. Según Bettini, “el nuevo enfoque de la ecología urbana es constituirse en el marco teórico para el análisis sistémico integral de las ciudades y su entorno”, siendo su objetivo principal “evaluar los comportamientos humanos que inducen el desarrollo urbano más o menos vinculado a todos los elementos que lo componen”. Al mismo tiempo, cuestiona los actuales modelos de organización y desarrollo de las ciudades y la lógica lineal para la resolución de disfunciones urbanas; también, plantea asumir la diversidad, la no linealidad (lógica en circuito) y complejidad de los problemas urbanos.

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Ecología es una palabra cuyo significado literal procede del griego oikos (casa o hábitat) y logos (saber o ciencia), etimológicamente se acerca a un “saber sobre el hábitat”. Este concepto fue introducido inicialmente por el biólogo Ernts Haeckel en 1868 para describir el estudio de las relaciones entre los seres vivos y su ambiente natural. Actualmente, la Ecología es considerada por pensadores de la complejidad, por ejemplo Edgar Morín, como una verdadera “ciencia nueva”, determinante para interpretar la sociedad y su futuro. 48 A inicios de los años 70, la Ecología Urbana fue tomada como enfoque para algunos estudios por parte del Instituto de Investigación Americano (The Institute of Ecology); en 1971 tenían el primer proyecto multidisciplinar encaminado a estudiar la ciudad. El ecólogo J. Duvigneaud (1974) fue otro —en Europa— de los primeros en aplicar aproximaciones similares para representar el “Ecosistema urbano de Bruselas”. El australiano E. C. Borden (1981), redefinió el concepto de metabolismo urbano en un estudio completo sobre “El metabolismo de Honk Kong”. Finalmente, en su ensayo “The Urban Environment”, Ian Douglas (1983), describió las ecuaciones del balance energético, hídrico y de los materiales utilizados, que sirven para medir el metabolismo de la ciudad. 49 El análisis ecosistémico de la ciudad se enfrentó inmediatamente con la necesidad de integrar elementos del análisis social y económico en el estudio de los sistemas urbanos. Ian Douglas hizo notar que la posibilidad de realizar una real integración disciplinar en la aproximación al problema urbano, se ve obstaculizada por la complejidad de las variables implicadas, por la diferencia de escala en la mediada de estas variables y, sobre todo, por la inadecuación de la aproximación positivista al análisis de los comportamientos y de otras variables sociales. Estas dificultades son las que impidieron realizar una integración real de los análisis ecológico y sociológico en el estudio sobre Hong Kong y limitaron el desarrollo de una sólida teoría de la ecología urbana.

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Al respecto, el ecólogo urbano Salvador Rueda (1999), también ha referido que “el actual urbanismo y la ordenación del territorio se han quedado en las puertas cuando tratan de abordar el funcionamiento complejo de la sistémica urbana, puesto que se limitan a indicar cuales son las funciones previstas (tipologías funcionales de gran alcance) y la compatibilidad entre ellas”. Rueda, al hacer un repaso de las disfunciones y escenarios conflictivos creados en las ciudades, ha evidenciado que el urbanismo moderno no ha podido resolverlos. Para él, “el fondo epistemológico y conceptual de los instrumentos que configuran las disciplinas tradicionales son las más apropiadas para resolver problemas parciales, pero, no son suficientes para dar respuesta a problemas propios de la ciudad, que son propios de ecosistemas urbanos”. Se trata de responder a cuestiones de “sistemas en un estado de desarrollo viviente”. Entonces, “el enfoque ecosistémico llevado hacia la ciudad, ofrece un marco en el cual las relaciones entre técnica, economía y procesos socio-culturales en el área urbanizada, pueden ser identificadas en el contexto de ciclo de vida y aprendizaje” (Bettini, 1998). Esta línea argumental del enfoque ecosistémico de Bettini, defiende aplicar metafóricamente los conceptos de ecología a todos los aspectos que componen a las ciudades, como si se considerara cada ciudad un “sistema complejo viviente”. Así por ejemplo, los conceptos ecológicos de: nichos, diversidad, dependencia, etc., pueden aplicarse para describir diversos tipos de personas, estilos de vida, actividades urbanas o esclarecer algunos aspectos de las ciudades. El concepto de capacidad de carga adquiere también un importante significado, al referirse a la capacidad de la ciudad, en tanto que debe satisfacer las demandas y aliviar las tensiones sociales. “El colapso del orden social en las ciudades puede considerarse análogo al de los ecosistemas naturales, ya que, es el resultado de tensiones (por ejemplo, la contaminación en los naturales, y la pobreza en los urbanos) que superan la capacidad de los mecanismos (también por ejemplo, la absorción y el reciclado de contaminantes, en un los naturales, y la ayuda de la colectividad y los mecanismos de autoayuda en los urbanos) para asimilarlas” (González, 2002). Según Miguel Ruano (1999), “la ciudad es un ecosistema artificial en que la comunidad de seres vivos que en ella habita y su entorno funcionan como una unidad ecológica equilibrada”. Un ecosistema es la combinación de una biocenosis ―es decir, una comunidad de diversas especies interrelacionadas entre sí y con su entorno― y un biotopo —que es el soporte físico en el que habita la comunidad—. Por lo general, las biocenosis urbanas (las comunidades predominantemente humanas que habitan en los biotopos urbanos) no han sido deliberadamente proyectadas, sino que, al igual que otros ecosistemas, se desarrollan espontáneamente. Sin embargo, “la ciudad se distingue de otros ecosistemas, entre otras cosas, en que su soporte físico (el biotopo) es, en gran medida, producto de las actividades, vivencias e ideologías humanas”. En síntesis, la ciudad es un sistema físico, sin embargo y al mismo tiempo, las ciudades son sistemas vivos y se comportan como si estuvieran vivas. Desde este punto de vista, se hace necesaria una comprensión de la biología, pero con ella, entonces también de la ecología, entendida esta última como el marco general dentro del cual aquella actúa y tiene sentido. La biología ha conocido magníficas transformaciones recientes que han ampliado en mucho la comprensión que se tiene acerca de los sistemas vivos. El punto que unifica a la biología con la ecología es conocido como la perspectiva evo-devo, la biología evolutiva del desarrollo. En este sentido, las ciudades pueden ser vistas al mismo tiempo como organismos que se desarrollan y exhiben exactamente todas las propiedades y características de los demás sistemas vivos –nacimiento, crecimiento, desarrollo, enfermedades, metabolización, enfermedades, muerte, por ejemplo–. Pero a la vez, se inscriben en un entorno que es continuamente cambiante (social, cultural, económico, etc.), al cual las ciudades se adaptan pero al cual modifican en la medida misma en que las adaptaciones tienen lugar. De manera puntual, el enfoque evo-devo permite comprender la emergencia de las novedades evolutivas (Maldonado, 2014). De la misma forma, en este renovado enfoque ecosistémico llevado hacia la ciudad, se ha planteado también la idea de “ecosistema que aprende”, siendo para Bettini, el concepto más adecuado para comprender a un asentamiento humano, donde algunos actores pueden ser capaces de cambiar las reglas del juego. De modo que, el hombre no es visto como usuario, vecino o depredador de la 50


naturaleza, sino como el principal actor inseparable de los escenarios urbanos (construidos y naturales). Al respecto, Steven Jhonson (2003) introdujo el concepto de “inteligencia emergente” para referirse al éxito de supervivencia de las ciudades. Indicó que como en el caso de los insectos sociales, hay varios factores, pero, uno crucial es que las ciudades, como las colonias de hormigas —incluido abejas, palomas, caribúes, etc.— poseen una habilidad de almacenar y recabar información, para reconocer y responder a patrones de conducta humana. “No hay una persona que por si sepa todo lo que hay que saber para lidiar con los problemas que enfrenta la sociedad”. Ya que, “las muchedumbres tienden a ser sabias sólo si los individuos actúan de manera responsable y toman sus propias decisiones”. Y, finalmente, en relación a lo anterior, Peter Miller (2007), recientemente ha establecido que “la clave del comportamiento de un grupo inteligente es la descentralización del control, donde la respuesta a situaciones locales y el uso de reglas básicas simples, se suman para conformar estrategias ingeniosas que logran lidiar con cualquier situación compleja”. Según él, es de este modo que funciona la “inteligencia de enjambre”: criaturas simples que siguen reglas simples para desarrollar comportamientos complejos, y donde cada individuo decide en base a cierta información local. “Estas reglas conforman, sin embargo, otro tipo de inteligencia de enjambre, uno que no tiene tanto que ver con la toma de decisiones, sino con el movimiento preciso coordinado (modelos auto-organizados). Por lo tanto, el control de un grupo descentralizado no depende de un líder”. II.2.3. Urbanismo cualitativo Ante el proceso acelerado de urbanización, las ciudades se han transformado en espacios depositarios de las expectativas y anhelos de personas respecto a mejorar su calidad de vida. Sin embargo, la planificación urbana contemporánea todavía tiende a centrarse sólo en aspectos funcionales (cuantitativos y objetivos), en detrimento de elementos relacionados con la satisfacción que proporcionan las condiciones de vida de la ciudad entre quienes la viven de manera cotidiana. Actualmente, existe una demanda creciente por ciudades más humanas, esto es, por entender el espacio urbano no solo en su dimensión física, sino que, fundamentalmente desde la experiencia de quienes la habitan. Desde esta perspectiva, la ciudad es mucho más que sus edificaciones, sus calles y sus parques; es también, las prácticas, las percepciones, las sensaciones y el sentido que le otorgan las personas. Esto implica concebir el espacio urbano como una construcción social (Lefebvre, 2013). La ciudad contemporánea es una realidad compleja, compuesta por elementos interrelacionados pero diferentes entre sí, integra diversos valores y proyectos colectivos, muchas veces contrapuestos. Incorporar a la “ciudadanía” es una condición indispensable para viabilizar cualquier proceso de intervención en la ciudad y mejorar la eficacia, calidad y orientación de las acciones. Asimismo, la ciudad es también un espacio simbólico, es decir, un lugar donde el individuo o un grupo ha depositado una determinada carga de significaciones y emociones como consecuencia de su bagaje cultural, de su pasado ambiental y de las interacciones que en ese espacio mantiene con otros individuos o grupos. En síntesis, el urbanismo cualitativo busca complementar la mirada objetiva y cuantitativa de los indicadores tradicionales de la planificación urbana con la mirada de quienes la experimentan a diario (mirada subjetiva). Como herramienta conceptual y metodológica, aborda tres ámbitos vinculados a la ciudad: identidad, satisfacción y experiencia; de esta manera, busca también comprender los diferentes significados que las personas le otorgan al espacio, su valoración sobre aspectos relativos a la calidad de vida que entrega la ciudad y las prácticas asociadas al uso del espacio (Cáceres y Valenzuela, 2014).

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Semiótica urbana La semiótica urbana se ocupa de interpretar los signos en la ciudad, de la percepción de los discursos sociales que se construyen y circulan en la ciudad. La ciudad es reconocida entonces, como el escenario de la cultura y lo social en donde se encuentran los espacios adecuados —construidos y no construidos— para la expresión y producción de las prácticas socio-culturales, ya que, en la ciudad la dimensión semiótica de la existencia humana se manifiesta de una manera intensa. La dimensión simbólica del espacio público desempeña un papel fundamental en la vivencia de los espacios. Kevin Lynch, en su trabajo “La imagen de la ciudad”, hablaba de la forma en la cual las características arquitectónicas y los juegos entre las unidades del diseño urbano (vías, nodos, hitos, bordes y zonas) son capaces de crear en el urbanista una “imagen” o una representación mental; asimismo, refería a la capacidad creativa y simbólica de los individuos, a la ciudad imaginada, sobrepuesta, soñada y experimentada. Las representaciones urbanas responden a la división entre quienes construyen la ciudad y quienes la habitan. En el “Derecho a la ciudad” de Henri Lefebvre, no es tan sólo el derecho a usarla, sino y también, el derecho a interpretarla, a identificarse con ella, a apropiarse (aunque sea simbólicamente) de sus espacios. Una simple oposición entre lo público y lo privado reduce las dimensiones del polifacético espacio urbano; se encuentra, entonces, por fuera del individuo que lo recorre a diario en busca de una diversidad de satisfactores esperados e inesperados. Una misma calle puede ser dos lugares completamente distintos, incluso para la misma persona; por tanto, la ciudad no sólo es espacio físico dado y construido, sino también es el resultado de una construcción mental y simbólica de quienes la utilizan, la perciben y la configuran. La ciudad, en cuanto atañe a su urbanidad, aparece entonces como un proceso primordialmente vivencial, socializado y rico en significaciones. Imaginarios urbanos El “imaginario social”, fue un término acuñado por Cornelio Castoriadis en 1975, que intentó proponer una nueva forma de entender los fenómenos sociales e históricos. Según Castoriadis, existe una “institución imaginaria de la sociedad”, es decir, un conjunto de visiones imaginarias encarnadas en “instituciones” que son el resultado de la acción social e individual, inteligible por medio de razones, donde las significaciones y valores que orientan a la sociedad son constantemente inventadas por los seres humanos. Concibe al imaginario, no como la oposición a lo real, sino a lo racional (físico), afirma que la realidad humana se desenvuelve entre las dimensiones de lo racional y lo imaginario. Actualmente, son varios los académicos que están trabajando sobre este concepto todavía en construcción, así por ejemplo Georges Benko (aborda desde la teoría y la metodología), Luis Arribas (refiere sobre la propuesta de Thomas Kuhn como un nuevo paradigma para entender el fenómeno urbano), Charles Taylor (remite al modo en que imagina una sociedad su existencia y sus relaciones), Adrián Gorelik (ciudad vivida), entre otros. No obstante, los más representativos o difundidos, son: Alicia Lindon, Armando Silva y Fernando Carrión. Alicia Lindon, define a los imaginarios como una manera compartida de representar el espacio y el tiempo, es creada a partir de elementos subjetivos que se proyectan en su materialización. Los imaginarios son colectivos (sociales y compartidos) y son anclados y reconocidos por pequeños y grandes grupos sociales (interacción individual y grupal). Se construyen a partir de discursos, retóricas y prácticas sociales (tradición, mitos, etc.), una vez construidas influyen y orientan las prácticas y discursos y, son dinámicas: crecen, modifican, disminuyen, desaparecen, etc. Los imaginarios pueden referir a un todo urbano o partes (casas, calles, parques, plazas, espacios públicos, barrios, ciudades, etc.), además refieren a un tiempo (año, mes, semana, día, diurno-nocturno, etc.), y pueden representar a estratos generacionales (niños, jóvenes, adultos y ancianos) o de género (hombre, mujer). La importancia de los imaginarios en la planificación radica en la necesidad de incorporarlo en el análisis de las dinámicas urbanas a partir de elementos subjetivos que los habitantes perciben sobre su ciudad. 52


Armando Silva, manifiesta que la ciudad es un “escenario” (que cambia y se transforma), está conformado por elementos físicos y habitantes (actores). Para él, existen dos urbanismos, uno que refiere a la “ciudad” como un objeto físico (material = urbis) y otro a los “ciudadanos” como una extensión mental (inmaterial = civitas). La ciudad es un espacio habitado del presente, signado por el recuerdo del pasado (historia) y la evocación del futuro (aspiraciones), está en una constante construcción y reconstrucción. Lo imaginario se hace real en tanto genera un efecto social en lo público (o efecto urbano o físico en la ciudad); en consecuencia, no es una ilusión diferente de la realidad. El mundo vivido a través de los imaginarios es real en la medida en que se determina por sus formas de percepción y uso de los objetos; lo imaginario no es ni mentira ni secreto, pues al contrario, se vive como verdad profunda de los seres humanos así no corresponda a hechos comprobables empíricamente. La percepción imaginaria corresponde a un nivel profundo de elaboración social, que aunque no tiene que coincidir con el dato empírico, si corresponde a una verdad construida socialmente a través de múltiples fantasías que se incorporan a personas “reales” y sus correspondientes modos de actuar. Por una parte, la ciudad puede ser representada en una cartografía física (mapas o planos), de graficación continua, lógica visible y cuantitativa, donde se expresa la distribución del espacio urbano (forma, tamaño, escala, proporción, etc.), distribución de habitantes, circulación y desplazamientos, localización y delimitación (fija), etc. Y, por otra parte, puede ser representada en una cartografía cognitiva (mapeo), de graficación discontinua, lógica invisible y cualitativa, donde se espacializan las redes no visibles (no hay límites), que puede resquebrajar, deslocalizar y distorsionar la realidad física (contradecir los mapas cartográficos físicos). Finalmente, según Fernando Carrión, en la actualidad, las ciudades no pueden entenderse exclusivamente desde las lógicas de la distribución espacial de las actividades urbanas (estructura urbana). Tampoco a partir de las infraestructuras básicas del transporte o del agua potable (servicios), ni desde el valor del suelo o los ingresos del gobierno de la ciudad (economía). Es imprescindible también tener en cuenta lo que piensan sus habitantes, los imaginarios que tienen, es decir, sus ópticas culturales. “Los imaginarios no son sino la realidad que percibimos, sentimos y experimentamos, lo que, a su vez, nos lleva a vivir según sus pautas”. Esto significa que los imaginarios configuran la realidad mientras la producen, la viven y la conciben. En otras palabras, “construimos los imaginarios y luego ellos nos [deconstruyen] condicionan para que podamos desenvolvernos. Son visiones continuas y simultaneas de la realidad que sirven para actuar y, en ese caminar, conducen a disputas importantes. Se constituyen en elementos centrales de la polis, porque son políticas que se confrontan”. Cartografía social La complejidad de la ciudad actual, frente a los viejos instrumentos de análisis que resultan insuficientes, ha obligado a construir nuevas estrategias para interpretar las tendencias que rigen la configuración urbana. Se trata de ir más allá de ciertos análisis teóricos y cuantitativos para pasar a la praxis con nuevos modelos de interpretación próximos a las complejidades crecientes, que permitan, no solo adecuar la observación a una nueva perspectiva, sino que, haga también posibles los cambios. La cartografía social es una propuesta conceptual y metodológica que permite construir un conocimiento integral de un territorio utilizando instrumentos técnicos y vivenciales. Esta propuesta se fundamenta en el paradigma post-positivista (realismo crítico, constructivismo e interpretativo crítico) que establece que “la realidad es un mundo percibido por los cinco sentidos y es construido culturalmente”. Consiste en la representación gráfica o mapa del territorio en el que una comunidad ha desarrollado su manera particular de ver y construir su realidad. Parte de la idea de que todos los actores sociales tienen unos saberes por compartir y aportar en los procesos de construcción social del conocimiento acerca de sus realidades socio-culturales, ambientales, políticas y económicas. Enfatiza la experiencia en la vivencia y en la observación directa y participante de los procesos territoriales, 53


busca llegar a una imagen colectiva del territorio, siendo así, una aproximación compleja desde: lo geográfico, lo histórico-cultural, lo socio-económico, entre otros. La cartografía social parte de la identificación y el inventario de los elementos significativos del territorio local, lo que incluye los principales hitos del paisaje, los lugares de producción y los lugares significativos para la vida social. Estos elementos componen el diagnóstico cualitativo territorial que se puede realizar acerca de temáticas específicas, construyendo así, “escenarios” del pasado, presente y futuro. Los análisis de las cartografías temáticas y sus escenarios temporales permiten a las comunidades trazar sus apuestas de ordenamiento territorial y les habilita para incidir en la planeación, en la administración y en la gestión del territorio. De esta manera, la cartografía social hace visible las comprensiones locales de la geografía vivida (Habegger y Mancila, 2006). Metodología. 1º Talleres de concertación. Se trata de encuentros colectivos en los que se realiza la sensibilización, se reconocen las experiencias, los saberes y los conocimientos propios y se definen las temáticas que se abordaran en el proceso de cartografía; 2º Entrevistas e historias de vida. Reconstrucción de memorias con actores claves para la comprensión del proceso de configuración del territorio habitado por la comunidad; 3º Recorridos. Consiste en la selección de rutas para transitar colectivamente reconstruyendo información esencial para comprender el territorio; 4º Talleres de fotografía. Interesa las fotografías en tanto sea un medio para provocar y explicar mediante diferentes voces en las que intervienen distintos discursos y formas de representar y auto-representar; 5º Observación participante; 6º Encuesta de percepción; etc. (López, 2005). Representaciones y configuración espacial urbana Según recientes abordajes sobre la “semantización territorial” (espacio antropológico), las representaciones urbanas son formas de conocimiento o ideación construidas socialmente, tienen un carácter dinámico debido a que son productos mentales y construcciones simbólicas que se crean y recrean en el curso de las interacciones sociales y culturales. Son maneras específicas de entender y comunicar la realidad (se manifiestan espacialmente) e influyen a la vez porque son determinadas por las personas a través de sus interacciones grupales o individuales (Valencia, 2011). Las representaciones pueden ser descritas o explicadas, ya que, son formas de pensar, crear y recrear la realidad social, están constituidas por un carácter simbólico, puesto que, no son solo formas de adquirir y reproducir el conocimiento, sino que tienen la capacidad de dotar de sentido la realidad social, proponiendo acercar lo desconocido o invisible para hacerlo conocido o familiar. Dentro del territorio hay representaciones de lugares y sitios: son construcciones alternativas del espacio que desglosan y explican el territorio y las territorialidades. Estas representaciones del espacio con sentido mental y práctico denotativo y connotativo son eficaces para una interpretación social del espacio. El acto de representar tiene cinco características fundamentales: Siempre es la representación de un objeto; tiene un carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la idea, la percepción y el concepto; tiene un carácter simbólico y significante; tiene un carácter constructivo y; tiene un carácter autónomo y creativo. Para varios autores, las representaciones se clasifican en los siguientes tipos: -

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Representaciones de Primer Orden Representativo (R1). Está relacionada con las formas institucionales (los que están a cargo de la administración del espacio). Representaciones de Segundo Orden Representativo (R2). Son aquellas representaciones que se dan por las prácticas que realizan los usuarios en el espacio y por sus sentires con respecto a éste. Representaciones de Tercer Orden Representativo (R3). Son las representaciones producidas y/o nombradas por personas que están fuera del espacio, los cuales son los interconectores vivos entre el espacio y los usuarios, intérpretes de las vivencias. 54


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Representaciones de Cuarto Orden Representativo (R4). Son aquellas representaciones construidas por investigadores a través de los tres anteriores.

Por último, la expresión “configuración” es un conjunto de rasgos (representaciones) que configuran o dan a una cosa el aspecto o la estructura que la caracterizan y la hacen como es. La configuración es la espacialización física de lo invisible, es decir, es el paisaje socio-cultural, de esos objetos no visibles que dan muestra física de sus transformaciones en la ciudad. Estos procesos se resuelven en funciones, se realizan en formas, y estas formas adquieren a su vez una expresión territorial; en efecto, la esencia del espacio es social, es por eso que la arquitectura o la ciudad construida es la expresión de instancias económicas, culturales-ideológicas e históricas. Espacio psico-geográfico (geografía de la percepción) Por un lado, la interpretación espacial de la ciudad a partir de los mapas “psico-geográficos” ha sido propuesto por el Guy Debord en su libro “La sociedad del espectáculo” (1967), para él, los mapas psico-geográficos es una representación cartográfica subjetiva de la influencia emocional de la ciudad sobre los sujetos. Son mapas compuestos por fragmentos de ciudad que se relacionan de forma aleatoria, no por su funcionalidad objetiva sino por su carácter subjetivo. Estos mapas no se corresponden con las referencias físico-espaciales que sirven para identificar las divisiones administrativas o estructura urbana de las ciudades, no son mapas para homogeneizar el espacio. Inversamente, al no corresponderse con la objetividad física, estos mapas de otra naturaleza, manifiestan una apropiación (posesión y control) del espacio redimensionando sus componentes (a veces distorsionado de lo real) y visualizando solo lo percibido o valorado (según la jerarquización del observador50). Este tipo de mapas o mapeos son un medio para valorar o apreciar los contornos emocionales de las ciudades, la conexión entre el comportamiento humano y el espacio urbano, pero y principalmente, son insumos para la transformación de ese espacio, es decir, son lugares de manifestación de sentido que posibilitan intervenciones y operaciones sobre el territorio. Por otro lado, la “geografía de la percepción y el comportamiento” desde sus inicios hace más de cinco décadas propone sumar a lo anterior una visión que recogería la experiencia personal de sus ciudadanos a través de sus sensaciones, emociones y preferencias. Ello conduciría a una visión “interior” de la realidad espacial que se encaminaría más hacia el espacio vivido y subjetivo. El planteamiento teórico de este enfoque se basó en admitir que los seres humanos acumulan una serie de imágenes en su mente lo que puede dar lugar a la realización de mapas “mentales” individuales y, por ende, de colectivos, esto significaría abrir una nueva “cartografía” entre el mundo real y el mundo imaginado (conducta humana). Las principales técnicas utilizadas han sido la encuesta, el mapa mental, la entrevista y el análisis complementarios de otras fuentes de datos. A manera de recapitulación, los mapeos (críticos o colectivos) son un medio gráfico para crear narrativas disidentes y representaciones transformadoras, es un modo de comprender y señalizar el espacio y las relaciones de poder que allí se establecen, son representaciones ideológicas y es una forma de crear conocimiento. II.3.

CRISIS DEL PLAN: PLAN-PROYECTO Y PROYECTO-PLAN

II.3.1. Situación actual de la planificación urbana con relación al Plan-Proyecto Los antecedentes del planeamiento urbano moderno y el reiterado fracaso de los planes de desarrollo urbano (estratégicos y sectoriales, incluido los de ordenamiento espacial o directores), como anticipación a “largo plazo” de la forma o modelo urbano, han puesto de manifiesto la asimetría entre la 50

Puede reconocerse a través de recorridos individuales (flaneur) pero valorados grupalmente.

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simplicidad de las técnicas urbanísticas y la complejidad socio-económica del fenómeno urbano. La planificación tradicional e inclusive la estratégica ―de administración e intervención pública― ha priorizado dos aspectos: la orientación económica través de los “planes” entendido como expresión holística y única del interés público (intervención global) y la orientación físico-espacial a través de “proyectos” de arquitectura e infraestructura (intervención fragmentaria) (Ezquiaga, 1998). La planificación aparece, entonces, como la adaptación de una categoría de naturaleza socioeconómica al control del crecimiento de la ciudad, el plan urbanístico aparentemente otorga una justificación “científica” de regular y predecir. Así, el plan resultó ser el instrumento fundamental para ordenar y construir de manera racional la ciudad y, consecuentemente, acabó convirtiéndose en el paradigma de la modernidad urbanística. La metáfora urbanística de la “ciudad planificada” ha acompañado al pensamiento moderno desde sus mismos orígenes. El plan urbanístico no es, claro está, un invento de la modernidad, pero ha sido la cultura urbanística moderna que lo ha consagrado como el instrumento de los instrumentos. Al institucionalizarse el planeamiento, a través de la adquisición por parte de las diversas administraciones públicas de las competencias para decidir sobre el futuro de la ciudad —en virtud de una cierta “naturalización” del sistema de necesidades que hipotéticamente permitía su cuantificación—, el plan viene a representar la expresión por antonomasia del interés público y, en algunas versiones, resulta ser el medio acordado para asegurar el acceso al desarrollo y/o, por lo menos, a los servicios urbanos a los colectivos menos favorecidos por las relaciones sociales dominantes. Asimismo, la práctica planificadora moderna ha relacionado dos orientaciones: “Proyectos del Plan o Plan de Proyectos”, es decir, son proyectos específicos dentro el plan, aunque en los hechos, los proyectos tienen una connotación más arquitectónica y de infraestructura —en la mayoría de estos casos, son proyectos diseñados ajenos al desarrollo del plan y no como resultado analítico y operativo del plan—. El giro a esta antinomia relaciona las dos orientaciones en: “Proyectos y Plan”, primero los proyectos y luego el plan. En este caso, los proyectos son de una connotación urbana orientados al desarrollo integral del territorio urbano o rural (Fernández, 1996). Históricamente, a principio de la década del ochenta, ante la crisis del planeamiento racionalcomprensivo, el rechazo de las visiones de conjunto y los enfoques holísticos, facilitaron las actuaciones de carácter fragmentario y la reivindicación de intervenciones directas sobre el espacio urbano. El retorno a la concepción de la ciudad como sumatoria de intervenciones arquitectónicas marca la irrupción de grandes proyectos urbanos con la pretensión de ocupar un papel relevante en la transformación de la ciudad. Sin embargo, este considerable potencial y el interés de tantos buenos resultados, en la práctica se banaliza mediante una prolongada y estéril discusión acerca de la primacía del proyecto arquitectónico frente al plan urbano (Elinbaum, 2012). Esta oposición entre el plan y el proyecto resulta banal en el desaprovechamiento de las potenciales sinergias entre ambos y las intervenciones de escala intermedia, o los cambios que dicha relación puede introducir en la metodología de la planificación y gestión urbana. Debe reconoce las limitaciones del plan urbano como elemento totalizador, demasiado ambicioso y amplio para sugerir comportamientos a la administración pública y a la iniciativa privada, aunque también que la respuesta no está en el proyecto puntual. “Plan y proyecto no son compatibles sino co-presentes” (Campos Venuti, 1984), entonces, existe una relación trans-escalar. En el caso de los países europeos, el “plan urbano” ha sido progresivamente reducido a un instrumento administrativo de regulación de la actividad edificadora y control de los usos urbanos (gestión), es un documento de carácter normativo cada vez más complejo y alejado de su vocación inicial y global de “dar forma” [ordenar y desarrollar] a lo urbano. La planificación urbana convencional aborda con dificultad un contexto complejo, cada vez más imprevisible e inestable. Por ello, si el plan general de ordenación municipal ha sido el instrumento estrella de la cultura urbanística europea, su puesta en crisis puso en conflicto al conjunto de la disciplina. La crítica puede resumirse en la acusación de rigidez y de ineficacia, acentuando su fracaso como instrumento de reequilibrio territorial, de control de la especulación y de creación de calidad ambiental. La redacción de los planes generales 56


[de desarrollo], no está hoy generando el clima adecuado para proceder a un debate abierto y sincero sobre el futuro de la ciudad (Vergara y de Las Rivas, 2004). Conceptualmente en este contexto, el hacer ciudad abarca un conjunto de prácticas formales y, a la vez existe, otro conjunto que —para algunos de carácter negativo— podría denominarse de prácticas informales. Se trata, en todo caso, de dos dimensiones o niveles, pero, siempre presentes e interactivos de hacer ciudad: Uno, formalmente instituido; es decir, con instancias institucionales, normativas legales y administrativas, incluidos aparatos de control social y validación política. Otro, informalmente configurado por la multiplicidad de “micro-procesos” sociales, económicos y culturales que determinan un hacer ciudad de manera real, por así llamarlo, “emergente”, “desordenado o caótico” y plagado de pequeños acontecimientos des-regulados (Fernández, 1996). Se puede hablar, entonces, de una tensión planificadora entre dos modos de hacer ciudad perteneciente respectivamente, al sector formal e informal del sistema socio-económico, con diversas manifestaciones o calificaciones de los instrumentos Plan y Proyecto: Cuadro N° 6: Formalidad e informalidad de la relación Plan-Proyecto SECTOR/INSTRUMENTO Plan Proyecto

FORMAL Real Disciplinar

INFORMAL Virtual Extra-disciplinar

Fuente: Fernández, 1996

1.

2. 3.

El “Plan real”, es el instrumento consciente de hacer ciudad como instancia formal y constructiva que recoge, eventualmente y a veces forzosamente, de los diversos periodos en que la ciudad se transforma, elementos del “plan virtual” emergente de acciones y procesos incrementales e informales (que a veces, también son ilegales). Existe una relación descendente entre el plan real y los proyectos disciplinares. El “Proyecto disciplinar”, establece diversas relaciones con el campo “extra-disciplinar”, puede constituir estrategias ascendentes, según las cuales, se formalizan elementos informales. Las relaciones “cruzadas” (plan real/proyecto extra-disciplinar, proyecto disciplinar/plan virtual), generalmente se vinculan a estrategias críticas, por ejemplo, la planificación urbana acepta normas informales en contraposición de la práctica de la Arquitectura, o la Arquitectura defiende la existencia de un plan virtual en oposición la práctica del Urbanismo.

Según Roberto Fernández, el contexto histórico de las variaciones de cualidad y relaciones entre los modos de hacer ciudad, Planes y Proyectos, expresan cualidades históricamente diversas y cambiantes relaciones: Cuadro N° 7: Contexto histórico y relaciones Plan y Proyecto MODO/TIEMPO HISTÓRICO Pre-moderno Moderno Post-moderno

PLAN Planes Tópicos Planes Utópicos Planes Fragmentarios

RELACIÓN ↔ → ←

PROYECTO Proyectos Tipologistas Proyectos Ejemplares Proyectos Realistas

Fuente: Fernández, 1996

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2.

Lo “tópico”, es la expresión concreta y encarna la especialización del poder, al contrario de lo “utópico” definida como la voluntad que no se materializa. Un “Plan tópico” es una manifestación especial, más o menos lineal y expresiva de una estrategia de poder, ejemplo: los “castrum romanos”, las “bastides medievales”, etc. El “Proyecto tipologista”, emerge como una clase de Arquitectura deducida del “Plan tópico”, la Arquitectura es siempre una multiplicación de un reducido repertorio ya contenido en los términos del Plan, a la que se agrega el proyecto diferencial de las pocas partes monumentales, en todo caso, también contenidas en la estrategia del Plan. Existe una absoluta determinación fáctica de los “hechos urbanos” como manifestación precisa de una estrategia de poder. Así, un Plan formal requiere y estipula fuertes ideas arquitectónicas. Entonces, en este modelo existe una relación interactiva entre Plan y Proyecto, aunque el Proyecto en general, está dominado 57


3.

4.

5.

por la lógica del Plan y contribuye sólo a su materialización, tanto de la esfera formal como de la informal. En el periodo Moderno surge el “Plan utópico”, el poder disuelve lo urbano en una compleja trama de acciones de transformación territorial y emerge una clase de plan que se presenta esencialmente como “utópico” y voluntad del poder, en diversos registros o modalidades: a) Utopía de orden estético en los diversos “embellesiments” de origen parisino; b) Utopía de orden funcional-sanitarista; c) Utopía de orden socio-económico y moral y; d) Utopía de orden socioproductivo. El “Proyecto ejemplar”, pretende constituirse en el modelo tipológico como respuesta a las diferentes utopías, por ejemplo, las propuestas de Le Corbusier. Las relaciones arquitectura/urbanismo (plan/proyecto) se desplegaron con preferente determinación del primer término sobre el segundo, avalando una “disciplinariedad” supuestamente calificada, sobre todo, por una “organización formal” de las relaciones edilicia/ciudad, a menudo sosteniendo el enfoque albertiano de la “ejemplaridad”. Igualmente, las utopías se expresan en una concepción del plan uni-funcional: uni-función de la industria (ciudad industrial), uni-función de la residencia periférica (ciudad jardín), etc. Posteriormente, derivo en una propuesta de plan inter-funcional, en la separación clara y distinta planteada en el zoning del CIAM. La tardo-modernidad y el arranque de una vigorosa conciencia crítica respecto a los “fracasos modernos” (fracaso de la utopía social y triunfo del plan interfuncional de especulación urbana), derivan en una idea vaga de “plan multi-funcional” en principio en el humanismo tecnológico del Team X. Este humanismo contiene los términos de una nueva utopía: la de las preexistencias urbanas y el interés —también fallido—, de constituir estrategias de conservación y revitalización de los centros históricos. El “Plan fragmentario” se materializa en las estrategias y en la emergencia de un nuevo nivel empresarial de especulación inmobiliaria selectiva. En esta línea y como “última generación”, los planes estratégicos parecen, por una parte, consagrar el definitivo desinterés por la “forma urbis” y, por otra parte, restablecer cualidades funcionales (o trans-funcionalistas) que ahora deben emerger como “competitivas” en los más vastos y globalizados territorios. El “Proyecto realista” se presenta en tanto, por un lado, pueda acoger las determinaciones fracturadas del Plan y, por otro lado, pueda asumir y aportar elementos de discontinuidad pero articulados a través de redes complejas.

Finalmente, según Rem Koolhaas (2002), no sólo ha cambiado las condiciones espaciales, equísticas, económicas y sociales donde interviene el “proyecto urbano”, sino también las formas en que las prácticas de planeamiento son entendidas y percibidas. La complejidad y la incertidumbre son las condiciones inevitables con que toda hipótesis referente al futuro de las ciudades debe tratar. “La ciudad —el territorio urbano— no es la consecuencia de la acción directa de ciertos protagonistas institucionales que actúan independientemente, sino el resultado de una interacción compleja entre sujetos completamente distintos, con puntos de vista a menudo enfrentados e intereses opuestos”. En este contenido, Koolhaas, se muestra partidario del “No Plan o Sin Plan”, como una alternativa y experiencia de libertad propuestas por Rayner Banham, Paul Barker, Peter Hall y Cedric Price51, que conciben a la realidad urbana sin condiciones jerárquicas, incluyendo la idea de una humildad necesaria cuando se encarga uno a decidir qué es lo mejor para los otros en una sociedad caracterizada por la revolución cibernética, la revolución del advenimiento de las masas y la revolución de la cultura de los jóvenes y de la gente. II.3.2. Proyectos estratégicos y territoriales: Definición en el contexto del plan Respecto a la planificación “estratégica”52 tradicional (aplicada a los planes de desarrollo, sectorial y urbanística), según Vergara y de Las Rivas (2004), éste ha sido promovido bajo el BANHAM, Reyner; BARKER, Paul; HALL, Peter y PRICE, Cedric (1969): “Non-plan: An experiment in freedom”. En New Society N° 338, 20 de marzo de 1969 (Sin plan: Una experiencia en libertad) 52 El término “estratégico”, ya sea dentro la planificación o el marketing, está relacionado con las necesidades (actuales y futuras), con los elementos de potencialidad (especialmente económica, mercados o lugares), con las oportunidades y, ante todo, con la competitividad (económica) y el éxito en los objetivos. 51

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argumento de la crisis de los instrumentos convencionales. Los planes estratégicos y otras formas programáticas o pragmáticas de intervenir parecieron más capaces de enfrentarse al cambio que el plan urbanístico, más capaces para responder a las nuevas demandas sociales y a los cambios tecnológicos y productivos [económicos]. Sin embargo, pronto aparecen las limitaciones de un método aplicado universalmente, y la reciente experiencia de planificación estratégica ha producido tanta euforia como desencanto. Aunque muchos planes estratégicos han intentado superar algunas de las limitaciones más evidentes del planeamiento convencional y han contribuido a la concientización de las instituciones en relación con el “potencial de sus territorios”, aportando cierta motivación participativa y de dinámica ciudadana, con frecuencia también han tendido a olvidar la estructura y la forma física de la ciudad, o han sido demasiado generales, “racionalizando la evidencia” y escribiendo de forma ordenada las opiniones de unos y otros con escasa componente innovadora. Uno de los beneficios de la planificación estratégica de ciudades, en el que insisten sus especialistas, es que trata de contemplar de manera integral la complejidad de lo urbano y de su entorno, sobre todo en sus aspectos socio-económicos o políticos. La cuestión es si el plan estratégico llega efectivamente allí donde se propone. No parece discutible que el plan estratégico es una herramienta idónea para establecer objetivos a largo plazo, para facilitar la interacción entre los agentes económicos y sociales locales y para crear o fortalecer liderazgos. Asimismo, los expertos dicen que el plan estratégico tiene un enfoque sistémico, de hecho, en sus programas se recupera la casi olvidada “teoría general de sistemas”. Se hace para mostrar su ambición comprehensiva y la del proceso por evitar el reduccionismo, normalmente de tipo mecanicista, que dicen que ha caracterizado el estudio de los fenómenos urbanos que procura una visión holística, del todo, concluyendo sin demostración y de partida que a pesar las limitaciones, se puede comprender con eficacia la realidad en su complejidad. [La práctica ha mostrado que] la planificación estratégica debe superar el riesgo de no alcanzar los objetivos marcados. Los interesados en la forma física de la ciudad [catalizador del desarrollo urbano] requieren herramientas capaces de proyectar sobre el espacio los factores que pueden articular y materializar dichos objetivos. Es posible, entonces, idear un verdadero plan de desarrollo urbano organizador y director del proceso de transformación urbana, reconduciendo la estrategia y convirtiendo el hecho de elaboración del propio plan en acontecimiento [real] (2004). Sin embargo, la reciente orientación de la planificación estratégica al proyecto urbano, el proyecto urbano estratégico, desde una “escala intermedia” pretende tener efectos territoriales más allá de su área de intervención. Esta estrategia amplia puede considerarse como un proyecto en sí mismo. Así, a partir de la articulación de proyectos urbanos estratégicos, Joan Busquets (2004), propone el concepto de “proyecto de proyectos”, es decir, una demostración concreta de la forma en que las intervenciones locales pueden ser parte de una constelación mayor. El “proyecto de proyectos” o “proyecto territorial” actúa como el horizonte y el marco en el que los proyectos fragmentarios pueden ser evaluados. Los conceptos franceses de proyecto urbano [projet urbain] y proyecto de ciudad [Project de ville] expresan la misma distinción respectivamente entre “intervención” y “proyecto territorial”. Además, los proyectos urbanos pueden tener un enfoque estratégico, ya que constituyen dispositivos con misiones, visiones y programas colectivos, que pretenden implementar o estimular ciertas direcciones comunes en las acciones individuales (Elinbaum, 2012). Andreas Faludi (citado por Pablo Elinbaum) plantea la noción de “proyecto estratégico” no sólo como un complemento del planeamiento, sino y sobre todo, como el mecanismo que permite articular los planes estratégicos y los operativos. Los proyectos estratégicos son tan amplios que cada uno puede considerarse por sí mismo. No obstante, lo más relevante es que no es un resultado del planeamiento estratégico, sino que definen el contexto en el que éste se realiza. Los planes y la planificación deben adaptarse a ellos. En este sentido, los “proyectos territoriales estratégicos” representan respuestas adhoc a los problemas y actúan como catalizadores de la planificación territorial, especialmente, del desarrollo urbano. En definitiva, el “proyecto de proyectos” o “proyecto territorial” surge del encuentro del corto y largo plazo, entre la acción y la visión, entre la concreción y la estrategia (Elinbaum, 2012).

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Entonces, en una interpretación personal sobre lo anterior, los proyectos territoriales (de desarrollo urbano, tienen las siguientes relaciones:

Proyecto urbano Actualmente en el urbanismo, a causa del nuevo contexto social y económico, tal como describe Carlos de Mattos (2005), existe una marcada tendencia de integrar a la planificación urbana a los “proyectos urbanos”. El proyecto urbano se entiende como un proyecto mixto de varias funciones principales, en un espacio acotado pero estratégico, con instrumentos proyectuales también intermedios entre la definición integral y la ordenación urbanística. La nueva concepción del proyecto urbano indica que a través de ciertas intervenciones puntuales se puede detonar el desarrollo de un determinado territorio urbano y su entorno. Significa proyectar de una manera inductiva, generalizando lo que hay de particular, estratégico, endógeno y generador de desarrollo. Estos proyectos pueden estar integrados a un plan general, pero y en la mayor parte de los casos, se constituyen como componentes estructurantes del plan y no como simples derivaciones del mismo (Ascher, 2004). Esencialmente, el proyecto urbano se origina como el instrumento que fusiona los conceptos de zonificación funcional de los planes urbanísticos y las propuestas aisladas de arquitectura. Es decir, supera la ruptura metodológica en la proyectación de la ciudad debido al cambio de su escala intermedia entre el proyecto del barrio residencial (básicamente arquitectónico y diseño urbano) y el plan de ciudad (en su contexto regional). Es a partir de esta escala intermedia, que se formulan las estrategias de gestión y negociación de las inversiones públicas y privadas. Además, aborda transversalmente diversas dimensiones con la dimensión física, dando énfasis al espacio público como lugar privilegiado. Y, por el tipo de escala de intervención, la diversidad de dimensiones que articula y la ubicación en piezas o segmentos de ciudad con una posición estratégica, produce un efecto territorial que incide más allá de su área de inserción y, por lo mismo, articula las escalas del territorio simultáneamente (trans-escalar). El proyecto urbano se presenta como la síntesis de situaciones complejas que, a través del hábil equilibrio entre la multiplicidad de funciones y dimensiones urbanas se articula con la ciudad y sus demandas cambiantes. Las intervenciones deberán establecer una buena simbiosis del entorno e interno urbano. De esta manera, el reconocimiento de las condiciones del lugar o pieza urbana de intervención (trazados, edificación, infraestructura, condiciones topográficas y morfológicas, etc.), son el punto de anclaje para los nuevos escenarios organizativos que se proyecta. La materialización del proyecto urbano en el territorio requiere de intervenciones con un alto grado de precisión; de lo contrario, las estrategias o las políticas sociales, económicas o ambientales se reducen al discurso abstracto desvinculado de la ciudad, que difícilmente concretizará los objetivos planteados. Por último, la escala y complejidad del proyecto urbano se presenta como el campo experimental para la innovación de hipótesis de desarrollo urbano que permitan inyectar en su contexto interior y luego exterior una nueva manera de proyectar una visión de futuro para la ciudad. En síntesis y según la buena experiencia hasta hoy, para intentar dar una definición del concepto de proyecto urbano, puede fijarse seis puntos: 60


1. 2.

3. 4. 5. 6.

Proyectos en posición estratégica dentro de la ciudad, con efectos importantes inducidos, más allá del área misma de intervención. Complejidad y superación del programa funcional, superación del proyecto arquitectónico monográfico (parque, hotel, centro comercial, etc.) hacia un programa integral que interrelacione efectivamente todos los componentes del territorio a partir de la competitividad (mix de usos). Escala intermedia y significativa para el territorio, capaz de detornar el desarrollo local a través de un proyecto unitario y gestión incremental. Adopción de la arquitectura urbana (macro-arquitectura o diseño urbano). Participación pública y privada en la financiación de los usos colectivos de los programas. Compromiso de todos los actores involucrados.

Y, los aspectos más relevantes que hacen al origen del proyecto urbano, son: 1.

2.

3.

Antecedentes históricos. La evolución del proyecto urbano tiene su origen principal en el ámbito europeo: Primero, en la crisis del planeamiento territorial-urbano de los años 70 caracterizada por la parálisis ideológica en la confianza de la iniciativa privada como único instrumento; aquí es ejemplo, las Grandes Intervenciones Urbanas (GIU) en una autonomización de la dinámica urbana, enquistamiento y autosuficiencia (Docklands). Y, segundo, en el planeamiento estratégico de los años 80, caracterizado por la visión sustentada en reconocer la complejidad de la ciudad actual (Barcelona); aquí es ejemplo, los Grandes Proyectos Urbanos (GPU) como motor y orientador del desarrollo urbano (Potsdamer Platz en Berlín). En ambos casos se establece una “relación dialéctica” entre elementos básicos del diagnóstico, grandes objetivos y los grandes proyectos que están presentes en los actores públicos y privados de la ciudad. Las ciudades como proyecto. La tendencia actual es avanzar más en el desarrollo urbano, ahora se busca orientar el proyecto urbano, desde una pieza urbana hacia el resto de la ciudad. Básicamente, en esta escala se busca consolidar cinco retos urbanos: o Nueva base económica53 o Infraestructuras urbanas o Calidad de vida y cohesión social o Integración territorial (interna y externa) o Gobernabilidad Enfoque trans-escalar (escalas de intervención). Las intervenciones afectan positiva o negativamente la ciudad, ellas ordenan, reconstruyen, destruyen o potencian el territorio o la ciudad, todo depende de la escala y de sus condiciones. La ciudad contemporánea, en todas sus escalas, está sujeta a múltiples factores que se relacionan entre sí de forma compleja. Tanto ciudadanos, actividades, instituciones, como entorno natural o estructura física interactúan a través de múltiples intercambios cotidianos. Tanto es así que, la región, la ciudad y sus elementos deben ser considerados como una unidad donde cada pieza sea entendida como parte de un mismo sistema urbano. Por tanto, las intervenciones en piezas de ciudad no deberán formularse de forma aislada y parcial, de lo contrario, no serán insuficientes para responder a las nuevas situaciones, sociales, culturales, económicas y ambientales que afectan al territorio. o Escala mayor: Visión estratégica del territorio (región). Son intervenciones complejas, multifuncionales, generadoras de centralidades urbano-regionales. o Escala intermedia: Visión estratégica de la ciudad existente. Son intervenciones de renovación de sus centros o periferias, de articulación de nuevos ejes de desarrollo urbano, así como creación de nuevas centralidades urbanas o focos de desarrollo urbano. Operaciones que recuperan espacios obsoletos (puertos, estaciones, aeropuertos, cuarteles, espacios industriales). o Escala menor: Acciones puntuales pero estratégicas en la ciudad (piezas urbanas). Son intervenciones puntuales, lineales o superficiales, están relacionados con la realización de

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En el caso de Birmingham: Se utilizó la crisis urbana como palanca, de modelo industrial tradicional a centro terciario calificado; en el caso de Amsterdam, Roterdam y Lyon: Se anticiparon a la crisis para adecuarse a requerimientos de la economía global y competitividad internacional; y, en el caso de Barcelona, Lisboa y Glasgow: Se utilizaron los eventos culturales o deportivos como instrumentos de superación.

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4.

equipamientos o locales de negocios (hoteles, centros comerciales, de esparcimiento, etc.) que generen dinámicas urbanas, a la rehabilitación de piezas importantes por su simbolismo o valor patrimonial o creación de un punto de fuerte visibilidad urbana. Grandes Proyectos Urbanos (GPU). Las condiciones para este tipo de proyectos, son: o Formar parte de un proyecto de ciudad, con un amplio consenso político y social. Puede ser parte de un plan relativo a grandes intervenciones en áreas metropolitanas o de reconversión de áreas con posición estratégica dentro la ciudad con efectos importantes inducidos más allá del área de intervención. o Aprovechar las potencialidades territoriales dentro la ciudad a partir de la identificación de “áreas o puntos de oportunidad” (por ejemplo infraestructuras o lotes subutilizados). o Crear o mejorar las redes económicas, sociales, culturales, ambientales y físicas que garanticen la integración territorial del área del proyecto con su entorno y el resto de la ciudad. o Potencializar la accesibilidad y movilidad urbana del área del proyecto con respecto a su entorno y resto de ciudad. o Superar el programa monofuncional del proyecto arquitectónico (parque, hotel, centro comercial, etc.) hacia un programa integral de interrelación efectiva de todos los componentes del territorio a partir de la competitividad. Mezcla de usos (mix de usos) y actividades. o Distinguir el desarrollo urbano en escala intermedia y significativa en el territorio, capaz de detonar el desarrollo local a través de uno o varios proyectos unitarios de gestión incremental. o Integrar y transformar el tejido urbano del área de impacto del proyecto con diversas intervenciones, conducente a la reanimación y revitalización urbana (espacio público); reciclaje, remodelación y regeneración urbana (espacio semi-público y/o privado). o Crear y ofrecer “sentido de lugar o identidad” al territorio. o Entender la estructura espacial urbana de las ciudades competitivas a partir del restablecimiento de las centralidades tradicionales o de la creación de nuevas centralidades. o Valorar la partición y concertación de actores clave (públicos y privados). o Proponer un modelo de gestión, que asegure la gerencia de lo complejo, el timing54, la concepción del proyecto y la comercialización de los productos. o Plantear un diseño urbano y arquitectónico, lo formal, como elementos de consolidación y marketing urbano. La estética forma parte de la consolidación económica y la calidad de vida, asegura su visibilidad.

Es importante distinguir el tiempo de la ciudad del tiempo del proyecto, el tiempo de la ciudad es más largo, no solo porque el proyecto urbano requiera más tiempo por ser más complejo, sino porque en la ciudad la secuencia de elecciones que deciden sobre el proyecto es permanente, en un proceso heterogéneo y coyuntural que siempre está abierto a correcciones y a nuevos planeamientos. El concepto que emerge en la lógica del proyecto urbano es el de espacio público y la realidad demuestra que allí donde ha habido éxito urbanístico, el espacio público ha sido protagonista (Vergara y de Las Rivas, 2004). Herramientas del proyecto territorial Según Pablo Elinbaum (2012) y la experiencia en el ámbito latinoamericano, las herramientas del proyecto territorial son tres: el diseño reflexivo, la urbanística descriptiva y el proyecto transversal. 1.

Diseño reflexivo. El diseño es la actividad reflexiva que apoya al proyecto mediante el conocimiento estimulante y la capacidad constructiva. El proyecto reflexivo es un medio para la negociación “paso a paso”. Pese a la complejidad del proceso, finalmente, la negociación debe expresarse mediante un “plan de referencia” (proyecto ciudad). Dicho plan no es un cóctel de

Timing, la traducción al castellano es “oportunismo”, hacer cada movimiento en el momento oportuno, con la intensidad oportuna y dándole la importancia oportuna. Calcular o asignar el tiempo. Es hacer cada movimiento en el momento preciso, ni un poco antes ni un poco después. 54

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2.

3.

intereses individuales, ni un compromiso gris carente de interés. Es una traducción precisa de una visión de desarrollo colectivo y coherente con los principios estructurales y estratégicos de la planificación territorial (modelo). Las diferentes visiones se traducen al “plan de referencia” para alcanzar la legitimidad del proyecto según un “pacto urbano y territorial”. Así, el “plan de referencia” se convierte en la base sobre la cual las intervenciones concretas, pueden ser evaluadas. Urbanística operativa (diagnóstico operativo). Además de provocar la reflexión de los actores mediante propuestas inesperadas y creativas, el proyecto urbano también debe permitir “descubrir” los desafíos, dinámicas y oportunidades ocultas en el territorio. Su aproximación contextualizada, permite que cada proyecto sea distinto del otro según una forma particular de aprehensión y valoración de la información cuantitativa y cualitativa. Uno de los retos de la nueva generación de proyectos es identificar el territorio intangible. En contraparte, la “urbanística descriptiva”, llamada así a la manera tradicional de elaborar diagnósticos en los planes, tiende a un “descriptivismo” improductivo, es una forma elemental y acrítica de hacer “inventarios” o catálogos de información, “biografías” o historias, etc. Este tipo de descripción se enfrenta al problema de la gestión de la información según la tendencia al detalle inútil, que en muchos casos cumple una función decorativa (los relevamientos tipológicos, la información digitalizada en bruto, innumerables mapas temáticos, etc.), omiten revelar algo nuevo, que es el prerrequisito de cualquier análisis y evaluación. Proyecto transversal. a) Múltiples escalas (trans-escalar). La escala y el significado de lo territorial es una noción flexible. Por tanto, un segmento o parte de un territorio, es más una construcción social y, aunque está sobre una demarcación administrativa, no necesariamente es coincidente. Un territorio no es un hecho estático, sino que emerge y desaparece, crece o decrece como resultado de acciones intencionales y no intencionales. Por eso, debe abordarse simultáneamente diferentes entidades territoriales y escalas de aproximación a la forma y tamaño del territorio a intervenir. El desarrollo del proyecto territorial en diferentes escalas permite la complementariedad de los distintos niveles de planeamiento y evidencia el nuevo carácter genérico de la ordenación física, que ya no es específico del municipio, sino de una nueva escala de ciudad; b) Múltiples capas. El proyecto territorial se desarrolla también mediante múltiples capas de análisis: 1º Capa, condiciones naturales, físicas o morfológicas; 2º Capa, redes (servicios, transporte y otros); 3º capa, ocupación (vivienda, comercio, equipamientos y otros) y; 4º Capa, flujos, dinámicas (actividades); c) Múltiples escenarios. Otro de los desafíos del proyecto territorial es superar la planificación urbanística y territorial monolítica y confiada, propia del modelo racional-comprehensivo. Las nuevas dinámicas de urbanización y metropolización, de transformación económica y social, demandan la consideración de escenarios diversos, que atiendan a la combinación de factores como el tiempo, el espacio y las estrategias. Además, los escenarios emergen de la imaginación colectiva mediante el planteamiento de preguntas acerca de las posibilidades competitivas de futuro. La construcción de escenarios es un “juego de fricción” entre fenómenos siempre conflictivos. II.4.

NUEVO LENGUAJE URBANÍSTICO

II.4.1. Acupuntura urbana “Siempre tuve la ilusión y la esperanza de que con un pinchazo de aguja sería posible curar las enfermedades. El principio de recuperar la energía de un punto enfermo o cansado por medio de un simple pinchazo tiene que ver con la revitalización de ese punto y del área que hay a su alrededor”. “Creo que podemos y debemos aplicar algunas ‘magias’ de la medicina de las ciudades, pues muchas están enfermas, algunas casi en estado terminal. Del mismo modo de que la medicina necesita de la interacción entre el médico y el paciente, en urbanismo también es necesario hacer que la ciudad reaccione. Tocar un área de tal modo que pueda ayudar a curar, mejorar, crear reacciones positivas en cadena.

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Es necesario intervenir para revitalizar, hacer que el organismo trabaje de otro modo”. “La ciudad no es el problema, la ciudad es la solución”. Jaime Lerner (2005)

¿Cómo se puede innovar una ciudad? ¿Qué relación tiene la “acupuntura” con la creatividad y la innovación en las ciudades? ¿Cómo se consiguen estos resultados? Estas son algunas interrogantes analizadas y respondidas por Jaime Lerner en el Evento Internacional TEDx Buenos Aires, realizado en esta ciudad en abril del año 2010. Lerner es autor de “Acupuntura Urbana” (2005)55, la introducción del libro se inicia con la pregunta ¿por qué determinadas ciudades consiguen transformaciones importantes y positivas?, a lo que se responde que “en ellas se propició un comienzo, un despertar […] una buena acupuntura. Una verdadera acupuntura urbana”. Señala, además, “una ciudad puede cambiar en dos años, no importa la escala ni los recursos financieros. Sin interferir en la planificación general se pueden realizar actuaciones rápidas de mejora en puntos concretos”. Esta forma de hacer ciudad, según Jaime Lerner, “surgió de una angustia sobre el retraso en las soluciones y desarrollo respecto a las ciudades, durante muchos años me han invitado a hablar sobre los problemas de las ciudades, pero pocas veces sobre las soluciones. Creo que se puede cambiar una ciudad a mejor en poco tiempo”. Ubicar un museo en una zona degradada, ajardinar una plaza, peatonizar un eje viario o construir un teatro en una vieja cantera son algunos de los ejemplos que utiliza. En concreto, para este autor la clave del desarrollo está en el territorio, señala categóricamente: “defiendo la tesis de que el futuro desarrollo está en la superficie”. Gráfico N° 12: Acupuntura urbana

Fuente: Elaboración propia con base en Lerner, 2005

En concreto, la propuesta de la acupuntura urbana contiene los siguientes aspectos: 1.

2.

Reciclaje territorial. Cada ciudad tiene su historia, sus puntos de referencia, lugares que pertenecen a la memoria de la ciudad y que son puntos fundamentales de su identidad, del sentimiento de pertenecer a una ciudad. “Ya sea una fábrica, una parada del antiguo tranvía o una de aquellas tiendas de comestibles que lo tenían todo ingenuamente expuesto. Pero, como ya no se pueden recuperar esos espacios ni las antiguas actividades, tenemos que encontrar nuevos usos, nuevas actividades que den vida a la ciudad. No hay nada que guste más a una vecindad, incluso a una población entera, que la reutilización de uno de esos espacios”. Gente en la calle. “A veces, me quedo observando cómo una gota de miel va reuniendo a las hormigas a su alrededor. O cómo, en un bar o una tienda de un barrio, la luz y la animación atraen a las personas. Pero, sobre todo, son las personas que atraen a las personas. El ser humano es actor y espectador de este espectáculo diario que es la ciudad”. Una buena acupuntura es ayudar a sacar gente a la calle, a crear puntos de encuentro y, principalmente, hacer que cada función urbana canalice el encuentro de las personas. Una terminal de

En los últimos años, el término “acupuntura urbana” ha sido la base para la acuñación de otros conceptos: “cirugía urbanística”, “injertos urbanos”, etc. 55

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3.

4.

5.

transporte, por ejemplo, no hace falta que parezca una estación de autobuses. También puede ser un buen punto de encuentro. “Cuanto más se conciba una ciudad como una integración de funciones, de clases sociales, de edad, más encuentros, más vida tendrá. El diseño del espacio público es importante”. Continuidad es vida. “Muchos de los grandes problemas urbanos se dan por falta de continuidad. El vacío de un territorio sin actividad o sin habitantes se puede sumar al vacío de las tierras baldías. Muchos de los grandes problemas urbanos se dan por falta de continuidad. El vacío de una región sin actividad o sin habitantes se puede sumar al vacío de las tierras baldías. También es importante incluir en este criterio la falta de función en un determinado territorio. Si sólo existe la actividad económica y falta gente, es esencial incentivar a la gente para que la habite y; si lo que ocurre es que falta actividad, es importante incentivar los servicios. Si un segmento territorial se va quedando vacío, hay que traer alguna cosa a ese lugar”. Es la acupuntura la creación de nuevas estructuras mediante la instalación de estructuras portátiles o temporales que se puedan colocar en un lugar para garantizar vida, para revitalizar un territorio, generando así la función urbana que falta. Así, “si falta actividad, si faltan lugares de ocio nocturno, se monta una estructura de ocio; si faltan residencias, se traen residencias, pero todo eso rápidamente, casi instantáneamente”. Colesterol urbano. “Es la acumulación en las venas y arterias del uso exclusivo del automóvil. Eso afecta al organismo y hasta la mente de las personas. Enseguida creen que todo se resuelve con el coche. Entonces, preparan la ciudad sólo para el automóvil, viaductos, autopistas, etc., y las emisiones de gases de vehículos. La solución es, usar menos el coche, evitar su uso cuando haya una buena alternativa de transporte público en los itinerarios habituales”. Concebir la ciudad en función del automóvil es realmente un problema. “El hipermercado de las afueras favorece la falta de ejercicio e impide caminar por la ciudad. Separar las funciones urbanas, es decir, vivir aquí, trabajar allí y tener actividades de ocio en otro lugar provoca un desperdicio de energía. La consecuencia es el aumento de presión por el congestionamiento, por el tiempo que se pierde, por la contaminación, por el estrés”. Mercados. “¿Por qué será que los mercados atraen tanto a la gente? Hay muchas explicaciones posibles: a la gente le gusta ver más gente, el mercado es tan antiguo como la ciudad, a la gente le gusta ver a los demás haciendo lo mismo que hacen, o les gusta ver comida, o cómo la preparan, o la sirven. Con la modernización de las ciudades, con la globalización, empezamos a recibir y comprar cosas con demasiados envoltorios, demasiado preparadas, en espacios con demasiados acabados. Ya no vemos las cosas en su estado original. Por eso la nostalgia de ver productos en variedad, frutas, verduras, carnes, pescados en estado natural nos atrae. […] Todos nos cansamos de ver las cosas demasiado iguales, un centro comercial normal nos excluye de la ciudad, con sus tiendas tan iguales hasta el punto de que no sabes en que ciudad estás”.

Finalmente, “la acupuntura urbana no puede trabajar sólo en una escala, es necesario simultanear proyectos, abordar las diferentes escalas urbanas y territoriales, activar proyectos sólidos y crear interfaces” (Vergara y de Las Rivas, 2004). II.4.2. Catálisis urbana Por una parte, la noción de catálisis está relacionada con las reacciones químicas que requieren la introducción externa de algún tipo de catalizador, pues de lo contrario, el ritmo de la reacción sería demasiado lento o rápido para ser eficiente según sea el objetivo. Y, por otra parte, la auto-catálisis, está referida a estudios de Stuart Kauffman (1995), quién trabajó un modelo en el cual un conjunto de nodos lograba una “catálisis mutua” que le permitía convertirse en un conjunto auto-catalítico. Según Kauffman, cada molécula también tenía el papel de actuar como catalizador de las reacciones entre otros nodos, los catalizadores se encontraban en las mismas moléculas que interactuaban, no existía la necesidad de adicionar más catalizadores si había una variedad suficiente de moléculas. De este

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modo, encontró que existe una cantidad mínima de moléculas de diferente tipo 56 que pueden ser agrupadas para que puedan ser definidas como un conjunto auto-catalítico. La “catálisis y auto-catálisis urbana” es una analogía química de la reactivación para iniciar un proceso de construcción o restructuración urbana a partir de la incorporación de uno o varios elementos activadores (catalizadores) que causaría un impacto positivo y generaría un proceso de desarrollo urbano que puede realizarse en subsecuentes proyectos (atractores de nuevos proyectos) y, finalmente, configurar la forma de una ciudad deseada y sea sostenible en el tiempo (auto-catalítico). La teoría de los catalizadores urbanos es una estrategia de intervención en el diseño urbano que fue propuesto y desarrollado, principalmente, por Wayne Attoe y Donn Logan (enfoque físico-espacial del desarrollo urbano). Gráfico N° 13: Catálisis urbana

Fuente: Attoe y Logan, 1992

La herramienta catalítica resuelve un problema funcional y espacial desde diferentes opciones que genera la atracción de inversiones para financiar un proyecto de desarrollo urbano; la catálisis no es un simple producto final, por el contrario, es un elemento que compromete, acelera y guía el desarrollo subsecuente de conglomeradas reacciones para generar el resultado diseñado (Attoe y Logan, 1992). La posibilidad de repensar la trayectoria de la ciudad, retomando elementos estratégicos para modificar “dinámicas socio-económicas” es una herramienta para cualificar e intensificar sus potencialidades, basado en objetivos claros y estrategias establecidas para desarrollar la “gestión” con un procedimiento de reacciones jerárquicas y que conformen enlaces necesarios (redes) para generar procesos de cambio. Gráfico N° 14: Reacción catalítica como proceso de reactivación urbana (radio de acción catalizadora) 1

3 2 4 5 8 9

7

1. Proyecto en diseño 2. Proyecto parcialmente completado 3. Proyecto abandonado 4. Proyecto nuevo 5. Proyecto completado 6. Proyecto completado 7. Desarrollador en busca de programa 8. Proyecto en diseño 9. Proyectos suscritos para mantener competitividad

6

Fuente: Attoe y Logan, 1992 56

Aplicado al urbanismo y según Nikos Salíngaros (2005), esto implica que una ciudad para estar viva requiere de una gran diversidad de nodos en cercana interacción. Cada trozo del tejido urbano cataliza las interacciones entre los otros trozos.

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La teoría de la catálisis urbana establece que el desarrollo urbano puede estar enlazado por “lugares” (segmentos territoriales concretos) a través del estudio de factores contextuales del diseño urbano, los cuales se miden en lo morfológico, social, funcional, perceptual, visual y temporal. En este sentido y según Lynell Cermetrius (2004), para que la catálisis urbana responda a su entorno, la propuesta debe poseer un fuerte sentido de lugar e identidad. Los elementos a considerar en la adopción de este instrumento son: a) Dimensión de la catálisis urbana Los elementos catalíticos pueden ser de diferentes tamaños y, por tanto, los espacios de intervención pueden ser de diversas escalas (barrial, distrital, urbana, regional, etc.). En el caso de escala mayor, puede referirse a una región o áreas urbanas de carácter metropolitano y, en el caso de escala menor, puede referirse a un espacio público o sendero peatonal. b) Acción y reacción catalítica La catálisis urbana genera el desarrollo a partir de varias estrategias con diferentes proyectos que guían el “proceso de reactivación urbana”, este proceso evita el uso del actual procedimiento de renovación, demoler y construir, desplazando a sus propietarios (afectar la vitalidad de un sector); esta es la cualidad del re-desarrollo de la catálisis, es una aproximación holística a la revitalización del tejido urbano (Attoe y Logan, 1992). “El diseño catalizador es una estrategia para desarrollar un proyecto con múltiples probabilidades, generando enlaces de todo tipo, cuando un proyecto es contextualizado de forma pertinente al lugar este responde a todas las interrelaciones dinámicas derivadas de la arquitectura existente, la cultura y el tejido espacial” (Cermetrius, 2004). Un catalizador urbano podría ser un elemento o un conjunto de elementos referenciados a un contexto concreto (externo e interno) y que a partir de su modificación física podría transformarlo con el fin de reestructurar el tejido urbano. Para que la catálisis urbana sea satisfactoria, el elemento no debe estar aislado, se debe incorporar en un esquema que guíe el desarrollo futuro. El proceso reactivo de la catálisis, las acciones como los desarrollos o restauraciones están enlazados por reacciones catalizadoras (cadena de reacciones), las cuales se reiteran en otras acciones dentro de los espacios urbanos sobre un determinado radio de acción; en esta forma, cada acción modifica sectores sin necesidad de destruir y construir edificaciones radicalmente en la ciudad (Attoe y Logan, 1992). Gráfico N° 15: Cadena de reacciones catalíticas

Fuente: Attoe y Logan, 1992

Los diseñadores, planeadores y creadores de normas consideran que la reacción en cadena de los desarrollos individuales tiene un potencial en el desarrollo del capital cívico y social. Las formas de reactivar un entorno urbano, depende de las condiciones de cercanía de servicios, ubicación con las redes de movilidad y vinculación con equipamientos; dependiendo de la ubicación de 67


estos elementos, la expansión catalizadora adquiere una forma de enlazar las zonas para su transformación y esto dependerá del tipo de estrategia para desarrollar una renovación y reactivación urbana esperada. c) Tipos de enlaces urbanos Los procesos de catalización reaccionan en cadena e integran relaciones, situaciones y oportunidades que se incrementan desarrollando tres tipos de conexión espacial: nuclear (nodal o puntual), serial (lineal) y circundante (alargada o extendida) según las características de su contexto. Estas reacciones se pueden generar por medio de enlaces de desarrollo: sistemas de circulación y parqueo, forma edificatoria y rutas de conexión entre servicios por medio del espacio público con carácter y atractiva calidad en sus calles peatonales. La reactivación en cadena entre elementos claves puede desarrollar una nueva centralidad de forma expansiva. Aproximadamente, en cada periodo de 5 años una serie de nuevos proyectos podrían ser implementados a través de la combinación entre la iniciativa pública y privada, donde la naturaleza y el ritmo de cada proyecto podría responder a las conclusiones de las evaluaciones del mercado inmobiliario. El diseño catalizador es una estrategia para desarrollar sobre un proyecto múltiples probabilidades para reorganizar y cualificar un sector urbano, este planteamiento genera una retroalimentación del proyecto de diseño, acción y reacción, causa y efecto. Gráfico N° 16: Tipos de enlaces catalíticos (lineal, circular, radial, red)

Fuente: Attoe y Logan, 1992 Gráfico N° 17: Potencializar el proyecto encadenando proyectos

Fuente: Attoe y Logan, 1992

d) Estrategias de diseño catalizador La introducción estratégica de nuevos elementos en el espacio urbano puede revitalizar los componentes existentes sin necesidad de cambiarlos radicalmente en el carácter y las cualidades de los elementos urbanos existentes. El plan de diseño debe direccionar a los conjuntos urbanos que han 68


sido desplazados y donde se puede aprovechar su potencialidad, actualizando y retomando las variables adecuadas para proyectar una ruta de re-evolución según el sentido de lugar del sector de intervención, el cual representa el grado de permanencia o sostenibilidad y referencia en el valor del espacio.

1. Un programa ofrece varias rutas para alcanzar el objetivo. 2. Establece detalladas intenciones y métodos pero no soluciones - No trabaja sobre planes maestros, - La reacción proviene de catalítica no es programas maestros. una colección de - Plan maestro: desarrollos, especifica la condición excepto la futura final. revitalización. - Programa maestro: establece objetivos generales e identifica rutas para lograrla PRINCIPIOS DE DISEÑO

ESTABLECE PRECEDENTES PARA OTROS DESARROLLOS - Reflexión de las edificaciones existentes por la calidad del diseño. - Relaciona el interior orientado a la arquitectura de las calles existentes y la vida urbana.

EMERGE DE UN COMPUESTO O POR UNA RESPUESTA ANTERIOR - Para varias entradas nuevas hacia una ciudad abandonada. - Está entre ambas, la nueva y la antigua. - Reestructura la imagen de centralidad.

- Integra la arquitectura urbana.

ACCIÓN Y REACCIÓN CAUSA Y EFECTO - Prescribe una esencia particular para el desarrollo urbano: el poder para atraer otra acción.

ESTRATEGIAS

ENLACES CONCEPTUALES DE LAS PARTES DISPARES - Urbanismo integrativo: las partes se refuerzan entre sí para mejorar su asociación con los otros.

- El foco es la interacción de elementos nuevos y existentes, su impacto sobre la futura forma urbana.

DETERMINANTES

Cuadro N° 8: Estrategias de diseño catalizador DISEÑO BASADO EN FÓRMULAS Y PROGRAMAS

CONCEPTOS DE DISEÑO

Fuente: Elaboración propia con base en Attoe y Logan, 1992

El diseño catalítico está basado esencialmente en “formulaciones adaptables que se pueden modificar en el transcurso de la reacción del proyecto”; la capacidad orgánica de reproducción y respuesta del medio contribuye al desarrollo de instrumentos integradores que se enfocan en la evolución de un conjunto a partir de la modificación de una de sus partes planeada como un sistema integrado. Para Salíngaros (2007), las estrategias de la catálisis urbana para la trama urbana, son: Primero, a cada nodo se le tiene que dar una gran cantidad de caminos alternativos para conectarse con otros nodos. Por ejemplo, una persona debería tener las opciones de caminar, ir en bicicleta, conducir un automóvil, o tomar un bus público o privado (de servicios especiales), tomar el metro, el tranvía, o conectarse electrónicamente con otro nodo. A excepción del último, todos requieren de una conectividad lineal física y, por lo tanto, competir por espacio entre si y también con las protecciones de los nodos. Esta cualidad impone una “geometría fluida en la ciudad” 57, la cual es radicalmente diferente de la geometría visual cúbica y desconectada que caracteriza el paradigma actual de la arquitectura y del urbanismo. Y, segundo, tener la suficiente densidad y variedad de nodos de tal manera que ellos catalicen sus propias interacciones. La vibrante ciudad del siglo XIX mezclaba 57

Aplicando estos principios y con respecto a los tamaños y la distribución de los espacios verdes. Salíngaros propone que una ciudad viva requiere una inmensa zona verde, muchas de tamaños intermedios, y una gran cantidad de tamaños pequeños. En una ciudad, deben de existir una gradación de los espacios verdes públicos que vayan desde los más grandes hasta los más pequeños parques para que los niños jueguen, situados muy cerca de sus casas. Esta propuesta es una verificación teórica de las ideas originalmente sugeridas por Christopher Alexander en “Un lenguaje de patrones” (1980). La práctica opuesta a la consolidación, siguiendo el mito de la “economía de escala”, destruye la distribución natural de los espacios verdes. Los suburbios ofrecen lo que fue quitado de nuestras ciudades, un espacio verde para cada familia (pero tienen problemas con su conectividad y la baja densidad). La conectividad sistémica ocurre (o no) independientemente de la distribución de los tamaños. Se ha puesto de moda poner en lugares aislados trozos de verde ornamental (césped o arbustos) en muchos lugares inútiles. Aunque en principio es bueno tener esos espacios verdes, en realidad nadie puede caminar en ellos, puesto que están desconectados entre ellos y de los peatones. Sirven tan solo como decoración visual para la ciudad del automóvil, sin relacionarse de ninguna manera con la ciudad del peatón (que de hecho puede que sea inexistente). La presencia de espacios verdes de diferentes tamaños, incluso si siguen la Ley de Potencias, no crea una red, primero deben conectarse en el rango de las escalas humanas.

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edificios que contenían nodos dedicados a la vivienda, comercio, industria ligera, instituciones gubernamentales, y religiosas en una íntima interacción entre ellos. La estructura física de la ciudad incluía los ahora perdidos referentes urbanos como los andenes, los bulevares y el mobiliario de las calles. Un restaurante cataliza los caminos entre las viviendas, mientras que a su vez las viviendas catalizan la circulación frente al restaurante. Todo esto ha sido destruido al fragmentar los caminos que conectaban nodos diferentes (levantando cercos y barreras), y concentrando nodos similares en áreas homogéneas. Ahora le damos prioridad a las necesidades de aparcamiento de la ciudad del automóvil construyendo grupos de nodos similares, pero desconectados. e) Elementos reactivos de la catálisis Un componente clave en el desarrollo de la catálisis urbana son los actores (gente), “son los que hacen que suceda la química urbana”, integran a los demás componentes o elementos para generar dinámicas en el proceso, pueden desencadenar atracción y revitalización catalizadora en la química urbana. Gráfico N°19: Elementos reactivos de la catálisis

Fuente: Elaboración propia con base en Attoe y Logan, 1992 Cuadro N° 9: Tipos de reacciones catalíticas y su influencia en la actividad económica CATÁLISIS ELEMENTO CATALÍTICO

CARACTERÍSTICAS Transformación a rutas positivas

ESTRATEGIAS REACCIÓN No elimina o devalúa lo antiguo

Su introducción genera una reacción

Modifica los elementos existentes en un área a nivel social, legal, normativo o arquitectónico No altera su contexto

La reacción catalítica es controlada Positiva, decisiva y predictiva REACCIÓN CATALÍTICA

Las reacciones catalíticas no son predeterminadas El diseño catalítico es estratégico

Los ingredientes deberían ser considerados, entendidos y aceptados Una simple fórmula no puede sr especificada para todas las circunstancias El cambio ocurre por un cuidadoso cálculo para una influencia urbana futura paso a paso

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PRODUCTO DESEADO Los elementos urbanos existentes de valor son mejorados Genera inversión: la inversión atrae inversión El potencial de una construcción influye en otras edificaciones en el diseño urbano Desencadena una fuerza que su impacto debería ser canalizado El entendimiento comprensivo es necesitado para producir un buen efecto Las ciudades difieren, por lo tanto, un diseño urbano no puede asumirse de forma uniforme No hay una receta para varias reacciones urbanas catalíticas, aunque cada reacción necesita una receta estratégica


UNIDAD DE REACCIONES

La catálisis no necesariamente debe ser consumida en el proceso pero puede permanecer identificable o latente

En vez de una ciudad de piezas solitarias, imagina una ciudad como una totalidad

La persistencia de su identidad individual (propietarios, ocupantes y arquitectos ) enriquecen a la ciudad

Su identidad no necesita ser sacrificada cuando llega a ser parte de una gran totalidad

Fuente: Elaboración propia con base en Attoe y Logan, 1992

f) Tácticas para generar enlaces químicos de diseño catalítico Los enlaces dinamizadores de tipo comercial ―nodal, lineal y extendido― corresponden, por ejemplo, a la disposición de tiendas alrededor de una cuadra o dispersas a lo largo de una vía. A partir del análisis de la dinámica comercial, el diseñador puede establecer una estrategia para guiar la reactivación por medio de circuitos comerciales que respondan según las condiciones de cada lugar para configurar un espacio urbano para el encuentro con calidad espacial e incentivar la inversión. Gráfico N° 19: Algunos tipos de enlace comercial: central o nodal, lineal y extendido (superficie)

Fuente: Attoe y Logan, 1992

II.4.3. Urbanismo táctico y operativo “Acción a corto plazo, cambio a largo plazo”. Urbanismo táctico (2013)

En los últimos años, uno de los desafíos de hacer ciudad es el involucramiento de los ciudadanos en la toma de decisiones. Sin duda alguna, “las negociaciones en la planificación urbana son procesos difíciles, pero afortunadamente existen acciones a corto plazo que logran gatillar cambios a largo plazo y que ponen a la ciudadanía en el centro de la cuestión. Éstas son tácticas posibles de ser implementadas aquí y ahora, que ayudan a enriquecer el capital social de las comunidades y a comunicar la visión de un proyecto de forma efectiva” (Steffens, 2013). Según la publicación “Urbanismo táctico 3: Casos latinoamericanos”, Kurt Steffens establece tres claves para concebir esta nueva forma de planificar el desarrollo de una ciudad: 1º el urbanismo táctico se puede entender como un prototipo de corto plazo que puede dotar de información a la planificación de largo plazo; 2º esta forma de hacer ciudad no requiere necesariamente de expertos urbanistas, sino al contrario, se construye a partir de grupos de personas empoderadas, esto es, urbanismo ciudadano y; 3º el desafío del urbanismo táctico en Latinoamérica está en reconocer el valor de las acciones informales en el espacio público y encausarlo en forma de políticas públicas urbanas inclusivas de largo plazo. Del prototipo ágil a la planificación de largo plazo No sólo los grandes proyectos urbanos, sino también los de pequeña y mediana escala, requieren de negociaciones entre políticos, desarrolladores, planificadores y sociedad civil, siendo esta 71


última muchas veces pasada por alto para acelerar la aprobación o ejecución de un proyecto en particular —olvidando que al final del día, los ciudadanos son los beneficiados (o perjudicados) por las decisiones que toman unos pocos—. “Al mismo tiempo, en la construcción de ciudad, la ciudadanía es usualmente invitada a participar de un proceso que está profundamente equivocado: en vez de ser consultados o involucrados en la definición y desarrollo de cómo nos gustaría que fueran las calles o barrios de nuestra ciudad, la ciudadanía sólo tiene espacio para operar a través de reacciones que usualmente atentan contra el proyecto mismo, o bien, debiendo responder a iniciativas que muchas veces están desconectadas de nuestra propia realidad o intereses. Sin duda, las negociaciones en la planificación urbana son procesos difíciles y burocráticos, pero existen tácticas que ayudan a facilitar la concreción de proyectos bajo visiones consensuadas. Algunos los llaman “prototipos ágiles”, “proyectos detonantes”, “guerrilla urbana”, “D.I.Y Urbanism” (algo así como “Urbanismo hágalo usted mismo”) o simplemente tácticas urbanas. Lo cierto es que la combinación de planificación a largo plazo con estrategias de transformación livianas, rápidas y de bajo costo pueden posicionarse como fórmulas eficaces, no sólo para validar en el presente las ideas de largo aliento, sino también como herramientas potentes para articular y activar a la ciudadanía sobre temas relevantes que tengan un impacto positivo en la calidad de vida”. En una interpretación personal, el urbanismo táctico cuenta con ciertos patrones comunes y es reconocido por considerar los siguientes aspectos: -

Ser una aproximación intencionada para instigar o promover un proceso de cambio. Ofrecer soluciones locales (endógenas) para desafíos en la planificación local. Apostar por compromisos de corto plazo y expectativas realistas o viables. Asumir riesgos menores con posibilidad de alcanzar recompensas mayores. Desarrollar el capital social y cívico de la ciudadanía instalando capacidades en las personas para llevar adelante una mejora en la calidad de visa (vivir bien). Urbanismo táctico como herramienta para expandir las capacidades de las personas y fomentar una ciudadanía activa

“Tanto por su simpleza y agilidad, una de las virtudes del urbanismo táctico es su lógica de “aprender haciendo”. Ya sea a partir de reunir a un grupo de vecinos para tomarse una calle, calmar el tráfico y compartir una mesa, hasta trazar una ciclov ía con un par de brochas y tarros de pintura, estas acciones livianas, rápidas y baratas —que llamaremos acciones LRB— incentivan de alguna forma a las personas a organizarse, tomar decisiones y empoderarse unos a otros, transformando a ciudadanos comunes y corrientes en actores válidos para el desarrollo de sus barrios”. Esta capacidad del urbanismo táctico, de activar y transformar a los ciudadanos en agentes o actores de cambio, se alinea con la teoría de desarrollo llamada “Teoría de las Capacidades”, es aquella que tiene como base fundacional la noción del individuo como el centro gravitante de la justicia58. Según Amartya Sen, “la noción de desarrollo consiste en la remoción de varios tipos de amenazas a la libertad, las cuales al no ser superadas dejan a las personas con poco rango de elección y oportunidad para ejercitar una vida plena. El enfoque de esta teoría consiste en la superación de barreras significativas que impiden a las personas desarrollar sus capacidades, por lo tanto, la expansión de las libertades de las personas se entiende entonces como el principal fin y el principal medio para alcanzar el desarrollo” (citado en Steffens, 2013).

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Esta aproximación al desarrollo está basada en la Teoría de las Capacidades desarrollada por el Premio Nobel de Economía Amartya Sen expuesta en el libro: Sen, Amartya (1999): Development as Freedom. Oxford University Press. New York

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Entonces, el urbanismo táctico puede ser entendido como un instrumento para eliminar estas barreras que impiden a las personas desarrollar sus capacidades, como por ejemplo, la desconfianza en la clase política, la falta de involucramiento ciudadano, o la insalvable inequidad medioambiental, económica y social con que se enfrentan día a día los ciudadanos más desaventajados que viven en áreas urbanas. En este contexto, las estrategias sirven para generar auto-organización, donde las personas ya no juegan el rol de simples actores pasivos receptores de beneficios, sino en cambio, el de agentes activos en la construcción, mejoramiento y desarrollo de sus barrios; es decir, ciudadanos activos. En el caso de Latinoamérica, se destaca el valor de las soluciones livianas, rápidas y baratas hechas por personas con “más creatividad que recursos” —creatividad individual o colectiva—. Considerando la significativa presencia de “economías urbanas informales” en el territorio, las estrategias de corto plazo para solucionar problemas de habitabilidad de largo plazo se pueden enmarcar dentro de prácticas más bien recurrentes en la ciudad. Éstas nacen como respuesta frente a un histórico escenario de escasez que hoy se encuentra en un cruce de caminos: entre una heredada informalidad y una necesaria formalización de los procesos urbanos. “Esto se refleja en múltiples casos de estudio tales como vendedores ambulantes, ferias libres, ocupaciones de predios por juntas de vecinos o prácticas informales que, por falta de canales institucionales o voluntad política, operan de forma reactiva buscando acortar la brecha de inequidad y representatividad en la ciudad. Ya sean acciones formales de corto plazo como las ciclorecreovias, o estrategias informales como ocupaciones de espacios urbanos abandonados, el denominador común de todas estas estrategias es aquel que habla de ciudadanos organizados quienes, a través de la colaboración e inteligencia colectiva, están mejorando la habitabilidad de su medioambiente construido” (2013). II.4.4. Competitividad urbana Antes de definir “competitividad urbana” es necesario diferenciar dos conceptos: ventaja comparativa y ventaja competitiva. Según José Miguel Fernández Güell (1997, 2006), el primero corresponde a los atributos o recursos propios de una empresa o ciudad que no son derivados del establecimiento de una estrategia determinada y; el segundo, es el resultado obtenido cuando se implanta con éxito una estrategia. El concepto de competitividad ha evolucionado, desde el campo económico hacia la agenda de la gestión territorial y urbana. Así, existen de múltiples posicionamientos en torno al concepto, independientemente de cuál de ellos tenga razón, la competitividad puede ser entendida como una medida relativa que compara el desempeño económico de alguna unidad de análisis con el del resto de las unidades que forman un determinado universo de estudio. Uno de los objetivos de la planificación estratégica, es de mejorar la posición competitiva de una ciudad evaluando los cambios en sus mercados y su competencia y, a partir de esta evaluación, tomando medidas para mejorar sus posiciones apoyándose en sus puntos fuertes y atenuando los débiles. Aunque muchas ciudades no se plantean esta competencia, lo cierto es que cada vez que una familia, una empresa o un turista deciden cambiar de localidad, las ventajas competitivas intervienen en la decisión (Fernández, 1997). Por lo tanto, el concepto de competitividad puede ser adaptado a las distintas escalas (nacional, regional o local) en base a un concepto de enlace como es: el “territorio”, concebido como la base o el espacio cultural (en sentido amplio) en el que se desarrollan los sistemas empresariales y en el que se forman continuamente las capacidades sociales que estimulan el desempeño y dinamismo de los agentes económicos en las distintas escalas de análisis espacial (Silva, 2005). Según Roberto Camagni (2002), el territorio como base de la “competitividad territorial” es al mismo tiempo: a) un sistema de externalidades tecnológicas localizadas e interconectadas a través de un ensamble de factores cuya proximidad reduce los costos de transporte, que por lo mismo pueden también convertirse en externalidades pecuniarias; b) un sistema de relaciones económicas y sociales 73


donde se reinventan continuamente el capital relacional y el capital social y; c) un sistema local de gobernancia que incluye un ensamblaje de actores privados y un sistema local de administración pública. En este marco, el territorio juega el rol fundamental de proporcionar el “medioambiente” competitivo para el desarrollo adecuado de las empresas, además de garantizar los procesos de acumulación del conocimiento (colective learning). La competitividad territorial hace referencia, entonces, a los mecanismos diferenciados de competencia que se generan en las distintas escalas del análisis espacial, donde el desarrollo, sea local, regional o nacional, se concibe como un proceso de carácter totalmente endógeno, o lo que es lo mismo, que crea íntegramente al interior del sistema, a través de la búsqueda y la utilización continua de las ventajas y potencialidades propias de cada territorio (sean naturales, institucionales, humanas y organizativas u otras) con objeto de modificar el sistema de producción y poder de esta manera mejorar su desempeño en términos económicos y sociales. En último lugar, en términos conceptuales, la “competitividad urbana” tiene muchas acepciones, sin embargo, de la literatura revisada destacan las propuestas por William Lever e Iván Turok (1999) quienes consideran que “una definición de competitividad urbana puede ser el grado en que las ciudades producen bienes y servicios que se enfrentan a la prueba de los mercados regional, nacional e internacional, mientras simultáneamente incrementan su ingreso real, mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos y promueven el desarrollo de una manera sustentable”. Otra aproximación conceptual importante es la proporcionada por Jaime Sobrino (2003) quien sostiene que “la competitividad urbana alude a la capacidad de una ciudad para insertarse en los mercados nacionales y foráneos y su relación con el crecimiento económico local así como el incremento en la calidad de vida de sus residentes”. No obstante, la más reciente definición es la proporcionada por Peter Kresl y Ni Pegfei (2006) quienes consideran que la competitividad urbana es “el grado en que una ciudad o región urbana, en comparación con otras ciudades competitivas, es capaz de proveer fuentes de trabajo, ingreso, cultura, amenidades, grado de cohesión social, gobernabilidad y medioambiente urbano a los que sus corrientes y nuevos residentes aspiran”. De esta manera, una ciudad sería competitiva solo si logra crear un “círculo virtuoso” entre ampliación de mercados externos (comercio regional, nacional, internacional), incrementos en la productividad, incrementos en el ingreso real y finalmente mejoras en las condiciones de empleo de la mano de obra y con ello la calidad de vida de sus habitantes. II.4.5. Proyectos de inversión Un proyecto es, ni más ni menos, la búsqueda de una solución inteligente al planteamiento de un problema tendiente a resolver, entre tantos, una necesidad humana. Cualquiera que sea la idea que se pretende implementar, la inversión, la metodología o la tecnología por aplicar, ella conlleva necesariamente la búsqueda de proposiciones coherentes destinadas a resolver las necesidades de la persona humana. El proyecto surge como respuesta a una “idea” que busca la solución de un problema (reemplazo de tecnología obsoleta, abandono de una línea de productos) o la manera de aprovechar una oportunidad de negocio. Ésta, por lo general, corresponde a la solución de un problema de terceros, por ejemplo, la demanda insatisfecha de algún producto, o la sustitución de importaciones de productos que se encarecen por el flete y los costos de distribución en el territorio. Tipos de proyectos Según el carácter: 1º Privado (empresarial), es la intervención de una persona natural o jurídica que destina sus recursos a una actividad económica específica con la finalidad de satisfacer una necesidad (consumidores) u obtener un retorno por su inversión; 2º Público (social, gobiernos y organizaciones. intermedias), es una intervención limitada en el tiempo que utiliza total o parcialmente recursos públicos, con el fin de crear, ampliar, mejorar o recuperar la capacidad productora o de provisión de bienes o servicios públicos. Según la categoría: 1º Productivos (agrícolas, pecuarias, frutícolas, pesqueros, clínicas, financieros, industriales), son proyectos que buscan generar rentabilidad económica y obtener ganancias en dinero, los promotores de estos proyectos suelen ser empresas e individuos interesados en alcanzar beneficios económicos; 2º Infraestructura (energía, 74


carreteras, puentes, puertos, hospitales, condominios, hoteles, inmuebles, colegios, etc.), son proyectos que buscan generar rentabilidad social y económica, para obtener ganancias monetarias y mejorar la calidad de vida de la población, los promotores de estos proyectos suele ser el estado a través de sus sectores y/o empresas e individuos interesados en alcanzar beneficios económicos. Según la finalidad social: 1º Sociales (salud, educación, vivienda, saneamiento, esparcimiento, capacitación, etc.), son proyectos que buscan el bienestar social y mejora de la calidad de vida de la población, es el Estado el principal promotor de estos proyectos. Según su utilización: 1º De bienes, son proyectos que producen artículos o mercancías, para el consumo final, intermedio y de capital; 2º De servicios, son proyectos cuyo producto final es un servicio, ya sea público o privado, se agrupan en servicios de infraestructura económica, de infraestructura social, educativa, etc.; 3º De investigación, son proyectos cuyo producto no es bien, ni un servicio, sino conocimientos, pueden ser de investigación teórica, experimental o aplicada. Proyecto de inversión pública (social) La inversión pública es la utilización de los recursos del Estado, por parte de Entidades de gobierno para reinvertirlo en beneficios dirigidos a la población a través de la creación, mejoramiento, ampliación, instalación, rehabilitación, recuperación de Bienes y/o Servicios Públicos. Asimismo, los proyectos de inversión son instrumentos de planificación que nace a partir de una necesidad de carácter público y social, que compendia un conjunto de antecedentes económicos (que utiliza total o parcialmente recursos públicos) que permitan juzgar de una manera cualitativa y cuantitativa las ventajas y desventajas de asignar recursos a una determinada iniciativa en forma eficiente, rentable y segura. Un proyecto de inversión social conlleva una decisión sobre la utilización de recursos públicos. Cada proyecto está asociado a un flujo de costos y beneficios futuros. La preocupación de quien toma la decisión deberá centrarse en decidir la realización de aquellos proyectos cuyos beneficios superan a sus costos, así como la no ejecución de los proyectos en que sucede lo contrario, es decir, que sus costos son mayores que sus beneficios. En la medida que las decisiones favorezcan las inversiones en las que el beneficio neto es mayor, se está contribuyendo en mayor medida al desarrollo de un territorio. El primer desafío para la preparación y evaluación de proyectos es, entonces, tener una buena estimación de costos y beneficios asociados a cada proyecto. Para ello, en primer lugar, es preciso identificarlos todos, ya que, la omisión de uno, o algunos, es un camino fácil para adoptar decisiones equivocadas o ineficientes para el territorio. En segundo lugar, se deben hacer todos los esfuerzos posibles para medir la cuantía o magnitud de beneficios y costos. Por último, es preciso llevar todas las magnitudes a un patrón común, para poder comparar los distintos conceptos, esto es valorar los beneficios y costos identificados y medidos. El ciclo de vida de los proyectos comienza con la fase llamada pre-inversión, en la cual se realizan los estudios que permiten fundamentar la decisión de invertir. En esta fase se realiza la formulación del proyecto de inversión, en la que se identifica el problema a resolver y se perfilan las alternativas de solución; se realiza la identificación, medición y valoración de costos y beneficios de cada alternativa y se calcula su rentabilidad. La segunda fase del ciclo de los proyectos es la inversión propiamente tal, en la que se realiza el diseño y la ejecución de las obras. Posteriormente, el proyecto comienza su fase de operación, en la que se pone en marcha o se hace operar la producción o prestación de servicios que el proyecto provee. Es recomendable considerar en esta etapa la realización de evaluaciones ex post, con el objetivo de conocer si el proyecto realmente resolvió el problema para el cual se planteó originalmente. Estas evaluaciones retroalimentan la formulación y diseño de futuros proyectos del mismo tipo (Nieto, 1999).

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Proyecto de inversión privada (inmobiliario) Es la intervención de una persona natural o jurídica que destina sus recursos a una actividad económica específica con la finalidad de satisfacer una necesidad (consumidores) u obtener un retorno por su inversión. Este tipo de proyecto está relacionado, generalmente, con el mercado inmobiliario (comercial, oficinas, viviendas, etc.), es decir, conciernen a capitales de trabajo (de riesgo) y cuya inversión depende de estudio de mercado (oferta, demanda, análisis de precios y comercialización, consumidor) y de estudio económico financiero (costo de inversión, financiamiento, operación y mantenimiento y beneficios), con la finalidad de maximizar la rentabilidad esperada. Las características generales, son: -

Inversión privada (grupo empresarial o individual) Ubicación estratégica (localización) Emplazamiento definido y concreto (terreno o predio) Relación directa con el diseño arquitectónico (edificación) El tiempo de la implementación de la inversión (construcción), generalmente, es a corto plazo (1 a 3 años) Objetivo principal de la inversión es la rentabilidad (mercado de oferta y demanda) Genera a largo plazo pequeñas centralidades (impacto urbano en el entorno) Genera plusvalías en el suelo y aparición de actividades complementarias Los proyectos de mayor impacto económico: son: Comercio, residencial, educación, salud, etc.

La Evaluación se hace desde el punto de vista de una persona o una empresa. Su resultado dependerá del agente que realiza la evaluación (generalmente lo evalúan financieras, bancos, inversionistas, cooperaciones internacionales). Existen dos tipos de evaluación privada: 1º Evaluación del proyecto puro (100% aporte propio) y; 2º Evaluación Financiera (incluye beneficios asociados a la fuente de financiamiento). II.4.6. Centralidades urbanas El concepto de centralidad, en el contexto del ordenamiento urbano, cobró relevancia con la teoría de los “lugares centrales” desarrollada en la década de 1930 por Walter Christaller (1966). De acuerdo a esta teoría, el territorio se organiza a partir de una estructura jerarquizada de espacios centrales o centralidades, donde la jerarquía de los mismos se define a partir del superávit de servicios que presentan, es decir, la diferencia entre la capacidad de un determinado servicio y el número de habitantes del área de influencia de dicho servicio. En este contexto, la centralidad tiene la capacidad de atraer personas de otras zonas de la ciudad que utilizan dicho superávit. Desde Christaller, el concepto de centralidad ha tenido variantes de acuerdo al énfasis en ciertos elementos de las mismas, tales como su función, origen y escala. No obstante, todas las definiciones coinciden en que las centralidades son lugares del territorio con una fuerte atracción de personas y actividades, donde se producen elevados intercambios de bienes y personas. En síntesis, son espacios multifuncionales de diferentes escalas, con un rol definido, que atraen personas y bienes en donde se producen intensos intercambios colectivos. En el marco de la definición precedente, las centralidades son sitios de la ciudad que se distinguen por: 1º una alta concentración de servicios y actividades de diferentes escalas que determinan su grado de atracción de personas; 2º buena accesibilidad interna y desde el resto de la ciudad (suelen tener nodos de transporte) y; 3º el reconocimiento de la comunidad como el centro de la zona a la que pertenecen, siendo un punto de referencia y de expresión simbólica de las condiciones de vida de sus habitantes. Dado que no todas las centralidades tienen la misma jerarquía, nivel de consolidación, localización o función, se buscó una forma de tipificarlas de manera de poder establecer modelos de intervención 76


que se ajustaran a las características de las distintas centralidades. Para esta tipificación, se tuvieron en cuenta tres variables: a) escala o tamaño, definiéndose distintas jerarquías de centralidades; b) nivel de consolidación, diferenciando aquellas centralidades ya consolidadas de sectores que tienen el potencial de convertirse en centralidad y; c) localización, básicamente diferenciando las centralidades urbanas de las rurales, que tienen características muy diferentes. En las ciudades más grandes de América Latina y el mundo se ha empezado a vivir un nuevo fenómeno en su desarrollo urbano: el aparecimiento de nuevas formas de centralidad, que tienen distintas formas. Una primera en que la centralidad urbana se transforma de un espacio de encuentro hacia otro de los flujos, asumiendo la modalidad de centralidad longitudinal. En este caso la centralidad no es un punto concéntrico sino una sucesión de puntos en línea (lineal). Una segunda vía es aquella que surge de la integración de diversas centralidades, originarias cada una de ellas en distintos momentos históricos de la ciudad bajo la modalidad de centralidad continua o extendida (superficial). Una tercera alternativa de centralidad es aquella que se inscribe en la definición de los “no lugares” (Augé, 2000), propia de la globalización. Es una centralidad que se construye en la periferia con tecnología de punta y accesibilidad altamente diferenciada y excluyente (abstracta). Finalmente y a manera de síntesis, en la urbanística contemporánea se diferencian dos tipos de centralidades: las tradicionales y las nuevas. Las “centralidades tradicionales” son aquellos espacios urbanos de jerarquía relevante que pueden estar en el centro o no de los asentamientos o ciudades, están conformados, principalmente, por factores históricos, poder político, institucional administrativo, económico, religioso, etc., son de jerarquía estable y definida (ciudad tradicional); generalmente, se caracterizan por su mono-centralidad. Y, las “nuevas centralidades” son aquellos espacios urbanos que nacen de la superposición, condensación, diversidad y multiplicidad de actividades en el espacio y en el tiempo. Son espacios basados principalmente en los poderes del comercio, los servicios y la comunicación (transporte), en donde la jerarquía es diversa, confusa e inestable, lo que propicia así, diferentes y ambivalentes posibilidades urbanas; generalmente, se caracterizan por su poli-centralidad. II.4.7. Clústeres y micro-clústeres Antes de definir el término “clúster”, es necesario precisar su contexto económico a partir de las siguientes aclaraciones: 1º Economías de localización, que en esencia responde a las preguntas ¿cuál es el mejor lugar para ubicar una actividad? y ¿cuál es la mejor actividad para ubicar en un determinado lugar?, la respuesta está relacionada con el lugar central (centralidad), la distancia y el área de influencia; 2º Economías de aglomeración, que es la concentración de una o más actividades (o servicios) complementarias en un determinado espacio o lugar, busca la mayor productividad por la baja de costos de producción (distancia a proveedores, infraestructura, mercado, etc.) y; 3º Economía de escala, es la optimización de la producción de una determinada actividad (mayor producción, menor precio y mayor rentabilidad). Los clústeres son agrupaciones —espontáneos59— de empresas, por lo general, de un mismo sector o sectores correlacionados y complementarios, que comparten un determinado espacio geográfico. Dicha cercanía que caracteriza a las empresas de un clúster, coadyuva mayores interacciones entre ellas, las que significaran intercambios de conocimiento llegándose a hablar de un conocimiento propio del conglomerado. Un clúster de empresas también puede ser entendido como un lugar de operación fuertemente relacionado con los elementos tangibles del negocio como: maquinarias, equipos, instalaciones, entre otros; también puede ser visto como lugar de innovación en la medida de los intangibles que se desarrollan tales como formas de diseñar nuevos productos, métodos de fabricación, sistemas organizacionales, etc.

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Existe una diferencia de los clústeres con otro tipo de conglomerados de empresas, particularmente, de los llamados parques tecnológicos o industriales. La diferencia entre ambos es que los parques industriales responden a una planificación y hasta a un diseño arquitectónico adecuado; en tanto que, los clústeres se caracterizan por una evolución casi espontánea.

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Michael Porter (1998) resalta la importancia de la motivación, relaciones y conocimiento en un clúster determinado como elementos de “ventaja competitiva” resistente y durable, que difícilmente pueden ser combatidos por competidores distantes. También define un clúster como lugar geográfico de coordinación y complementariedad entre empresas. Las empresas en los clústeres, a la vez, compiten y cooperan, lo que les garantiza competitividad y sostenibilidad. Claro que ambas acciones coexisten en diferentes dimensiones y entre distintos actores. Porter también sostiene que los clústeres tienen impacto en la competitividad aumentando la productividad: por la velocidad de la innovación, por el intercambio de conocimiento entre múltiples actores, y por propiciar nuevos emprendimientos. Los clústeres, a su vez, según Lynn Mytelka (1999) se pueden clasificar, según su grado de evolución: informales, organizados e innovativos. Los clústeres contienen diversas variables, tales como: la auto-conformación del clúster en función del tiempo, el conocimiento acumulado en el clúster, la intensidad de las interacciones, la aparición de nuevas empresas y la formación de consorcios. Según Tilman Altenburg y Jörg Meyer-Stamer (1999) los clústeres son comunes entre pequeñas empresas tradicionales y en actividades intensivas en mano de obra. Tratase de una fábrica social basada en valores compartidos mediante interacciones donde es facilitada la difusión de conocimiento e innovación. Desde el punto de vista socio-económico la concentración de ciertos rubros por calles es propio de ciudades pequeñas e intermedias, son negocios agrupados según sea el caso, tanto por necesidad como por costumbre. Y, desde el punto de vista del marketing, esto corresponde a una estrategia conocida como “la del seguidor”. Esta concentración de actividades comerciales, no precisamente de empresas, puede denominarse “micro-clústeres”. Finalmente, en los últimos años se ha acuñado el término learning organisation u organización que aprende y, de aquí, el término de learning cluster. Este último caso, está asociado a los “clústeres de excelencia”, que, ante todo, implica la inter-relación de sus componentes constituyendo un perfil urbano de excelencia único e irrepetible para la ciudad. Dentro el concepto de “proyecto ciudad”60 se ha puesto a prueba esta metodología de los clúster de excelencia para identificar los “proyectos críticos” que pueden ser base del desarrollo urbano. Para Vergara y De Las Rivas (2004), la clave, sin embargo, en la investigación del proyecto ciudad, ha sido identificar en cada ciudad el clúster de excelencia, es decir, el conjunto selectivo e interrelacionado de componentes de excelencia —con potencialidad y capaces de ser articulador territorial—. Teniendo en cuenta la limitación de recursos humanos y económicos en la ciudad y los límites temporales de los periodos de gobierno local, la identificación de proyectos críticos (específicos) y prioridades básicas es un elemento esencial de la política urbana. Entonces, la clave para la definición de un “proyecto ciudad” inteligente es identificar con rigor el “clúster de excelencia” de la ciudad y alcanzar un consenso respecto a los “proyectos críticos” de futuro, este proyecto de ciudad se convierte en una referencia clara para orientar las acciones prioritarias del sector público, del privado y de la sociedad civil organizada. En síntesis, la escala de incidencia de los clústeres de excelencia es el siguiente: Proyecto Ciudad = Proyecto Urbano =

Clúster de Excelencia (red de proyectos territoriales) Proyectos Críticos (mix de usos)

El “proyecto ciudad”, también está relacionado con los Smart Places (ciudades inteligentes), que son territorios capaces de dotarse de un proyecto global y de encontrar un equilibrio inteligente entre la estrategia económica, la cohesión y desarrollo social y la sensibilidad del medio ambiente. 60

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II.4.8. Ciudades creativas Richard Florida autor del libro “Ciudades creativas”, argumenta su postura —para algunos controversial— bajo tres criterios: Primero, cuestiona de forma radical al afirmar que “en la actualidad, los factores económicos principales (talento, innovación y creatividad) no están distribuidos de manera uniforme en la economía global, sino que, se concentran en lugares específicos”, ante lo que califica como “el increíble poder de la fuerza de concentración”, que permite que algunos territorios de alta densidad sean más productivos, hasta convertirse en motores principales del crecimiento económico; Segundo, en un periodo en que la movilidad de la población aumenta, la elección del lugar de residencia cobra mayor significado, al menos para quienes se desplazan de forma voluntaria61, sus efectos son cada vez más evidentes en otras muchas áreas y; Tercero, las ciudades tienden a mostrar personalidades distintas en cuanto al tipo de actividades económicas y empleos predominantes, el ambiente cultural, las amenidades urbanas, el clima social y político dominantes, la preocupación por el patrimonio y el medio ambiente, etc. En ese sentido, la “personalidad urbana” influirá sobre la calidad de vida que pueden alcanzar personas que también tienen demandas y preferencias distintas según los casos. Entonces, las ciudades creativas son aquellas que favorecen el desarrollo económico y social a partir de la innovación y el talento de sus ciudadanos, convirtiendo estos ámbitos en grandes polos de atracción. Normalmente estas ciudades presentan una gran complejidad tanto en la estructura sociocultural como económica, permitiendo tener una mayor resiliencia a los periodos de crisis. El lugar de residencia es fundamental en el desarrollo personal y colectivo. Las cualidades que deben tener las ciudades creativas son las siguientes: -

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Son seguras, esto favorece la atracción de visitantes e inmigrantes y capitales. El concepto de seguridad se refiere en su sentido más amplio. Estas urbes presentan un índice de delincuencia bajo, una gran estabilidad jurídica e institucional y, además, presenta medidas que minimizan los riesgos naturales. Son urbes complejas, presenta un entramado social y económico diverso. Esta complejidad permite a la ciudad estar mejor adaptada a los periodos de crisis. Las ciudades que basan su economía en un solo sector tienen una gran dependencia del mismo y, por tanto, una gran fragilidad. En la misma línea, las sociedades complejas presentan una red de apoyo familiar y vecinal que las hacen menos vulnerable a los periodos de crisis. Están bien comunicadas, la población ha aumentado considerablemente sus desplazamientos tanto en número como en distancia, gracias a los avances en los medios de transporte. Por lo tanto, el lugar que esté bien comunicado, representa una ventaja competitiva en la ciudad con respecto al residente. Potencian los recursos endógenos, especialmente la riqueza cultural existente. Fruto de los procesos de globalización existe una banalización y uniformización del espacio urbano. La preservación de la riqueza intrínseca tanto natural como cultural de una ciudad le aporta un elemento diferencial, mejorando la competitividad de la misma. Además, estas ciudades promueven iniciativas de dinamización cultural (conciertos, exposiciones, museos, talleres, etc.). Fomentan el talento y la innovación, estas ciudades establecen mecanismos para incentivar el emprendimiento y la creatividad de sus habitantes. Existen muchas medidas como ser: la creación de redes, de plataformas o estructuras que densifiquen el conocimiento, reducir la carga impositiva, facilitar la burocracia, etc. Sin olvidar la iniciativa que mejor fomenta el talento y la innovación que es una educación de calidad y accesible para toda la ciudadanía. Presentan un gran crecimiento, esta característica se debe al gran poder de atracción que tiene sobre la población, produciendo un desarrollo exponencial de la trama urbana. Este factor que favorece la competitividad de la ciudad, acarrea graves problemas ambientales y sociales, como

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Esa afirmación resulta de especial relevancia en Estados Unidos, donde cada año más de 40 millones de personas cambian de residencia (el estadounidense promedio se traslada cada 7 años).

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es el caso de la degradación del medio o la gentrificación. Estos efectos secundarios pueden parasitar la urbe hasta desvirtuarla y provocar una decadencia de la misma. II.4.9. Cohesión territorial Según el Libro Verde de la Cohesión Territorial 62, se define como un principio para las actuaciones públicas encaminadas al logro de objetivos como crear lazos de unión entre los miembros de una comunidad territorial (cohesión social) y favorecer su acceso equitativo a servicios y equipamientos (equidad/justicia espacial), configurar un auténtico proyecto territorial común (identidad) partiendo del respeto a la diversidad y a las particularidades, articular y comunicar las distintas partes del territorio y romper las actuales tendencias hacia la polarización y desigualdad entre territorios aprovechando las fortalezas y rasgos inherentes de cada uno de ellos. Se trata, además, de buscar la cohesión o coherencia interna del territorio, así como la mejor conectividad de dicho territorio con otros territorios vecinos (integración). En este sentido, la cohesión territorial es un principio para las actuaciones públicas encaminadas al “desarrollo territorial”, que comprende tres elementos esenciales: -

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La articulación física entre las partes del territorio considerado. Esta consideración es cubierta a través de las redes de infraestructuras y de accesibilidad equivalente. La equidad territorial, entendida como la igualdad de oportunidades para alcanzar el desarrollo de la persona en todas las partes de un territorio. Su plasmación concreta se realizaría al garantizar la igualdad en los niveles de prestación de servicios públicos, equipamientos e infraestructuras en todas las partes del territorio considerado. La identificación de la comunidad que puebla un territorio con un proyecto de vida en común. Es éste quizás el elemento más novedoso en la conceptualización, y posiblemente el más complejo de cuantificar y concretar en medidas de actuación (en tanto que escapa al ámbito de lo material y se introduce en el campo de los sentimientos de pertenencia e identidad), pero parece imprescindible su incorporación, ya que puede percibirse cómo, a menudo, las mayores amenazas a la cohesión territorial, manifestadas a través del surgimiento de tendencias disgregadoras o centrífugas, se originan en contextos territoriales en los que los dos primeros elementos ofrecen indicadores muy positivos, frecuentemente por encima de la media del territorio en conjunto.

A su vez, partiendo de la diversidad territorial, la cohesión territorial hace referencia al establecimiento de unos vínculos entre estos territorios que les permitan aprovechar sus ventajas comparativas hacia una mayor competitividad y eficiencia territorial, evitando los procesos de concentración excesiva de actividad, polarización territorial y desigualdad social, en beneficio de los objetivos de cohesión social, equidad territorial y calidad ambiental que se derivan de un desarrollo equilibrado y sostenible. La perspectiva de cohesión territorial aporta una visión espacial o territorial a los otros conceptos, trasladando todas aquellas cuestiones que antes se presentaban bajo un prisma puramente social (igualdad, equidad, solidaridad, protección social) a un enfoque territorial (solidaridad y justicia territoriales). Asimismo, la idea de cohesión territorial no sólo abarca cuestiones de equidad o solidaridad interterritoriales (lo cual no sería poco), sino también objetivos de protección ambiental y sostenibilidad y mecanismos de integración/coordinación de las distintas políticas sectoriales con incidencia territorial. Los nuevos elementos que podría aportar la cohesión territorial al actual enfoque de la cohesión social y económica pueden sintetizarse en los siguientes puntos:

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ODTA, Observatorio de la Diversidad, Cohesión y el Desarrollo Territorial de Andalucía (2009): Libro verde sobre la cohesión territorial. Aportaciones del Foro de expertos sobre la cohesión, la diversidad y el desarrollo territorial. Reflexiones en torno al libro verde de la Comisión de las Comunidades Europeas. Sevilla, 26 y 27 de enero de 2009

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Aportaría el enfoque territorial imprescindible para entender la complejidad de los procesos generadores de las desigualdades de toda índole. Estos procesos no se desarrollan en un espacio abstracto o teóricamente uniforme, sino que a menudo los aspectos territoriales (incluyendo en los mismos los elementos físicos, sociales y culturales de cada territorio) son esenciales como factor explicativo en la génesis de dichas desigualdades. En consonancia con lo anterior, aportaría mayor eficacia y eficiencia en la aplicación de políticas públicas orientadas a la cohesión social y económica. Ello se deriva de que el concepto de cohesión territorial recoge la idea del reconocimiento de la singularidad diferenciada de cada territorio, de cara a la aplicación de dichas políticas. De esta forma contribuye también a evitar la posible implementación de paquetes de medidas rígidamente estandarizadas, que no se adaptarían adecuadamente a las necesidades específicas de cada territorio. La consideración del concepto de activo territorial, definido como aquellos elementos económicos, sociales y ambientales que se consideran parte definitoria del capital territorial de una región. La intervención comunitaria debe dirigirse a favorecer o potenciar la capacidad de los ciudadanos para aprovechar al máximo el rendimiento de estos activos territoriales (eficiencia económica) y promover así la competitividad de estos territorios, siempre y cuando se salvaguarden los objetivos de cohesión social y calidad ambiental. La intervención comunitaria debe orientarse a aumentar el capital territorial. El tratamiento territorial facilita algunas condiciones para los siempre demandados y difíciles procesos de integración de políticas, que requieren de ámbitos, contenidos y agentes concretos en los que materializarse. La política territorial debe ser un nuevo vértice de intervención que analice la sinergia entre las políticas estructurales y las políticas sectoriales actuales y los efectos de éstas sobre el objetivo multi-dimensional de la cohesión territorial. El concepto de cohesión territorial introduce un enfoque de sentido de pertenencia a un territorio, de identidad, de un proyecto común de futuro con unos lazos de unidad entre sus integrantes; aspectos éstos que no necesariamente están recogidos en los conceptos de cohesión social y económica. En este sentido, la mera cohesión social y económica entre las partes integrantes de una unidad administrativa y territorial no garantiza su continuidad futura, ni es salvaguarda para la no aparición de tendencias disgregadoras en su seno, si no existe al mismo tiempo una cohesión territorial en la línea señalada relativa al sentido y satisfacción de pertenencia a un proyecto común. En relación con este último elemento, el enfoque de cohesión territorial guarda también relación con la dimensión de participación pública (que implica información, implicación, empoderamiento, etc.) básica en los planteamientos de nuevos modos de gobierno y gestión de los territorios. II.4.10. Marca ciudad Transformar una ciudad en un espacio de óptima calidad para la vida con todos los ciudadanos y organizaciones está al alcance de todas las ciudades, incluso las más deprimidas, el problema no es el dinero, es la voluntad ciudadana y política con visión de futuro compartido. Toni Puig (2009)

El marketing de ciudades o Citymarketing es una disciplina que nació a partir de la necesidad de buscar una identidad territorial propia, que ponga en manifiesto los valores de una ciudad y proyectar sus recursos y cualidades, públicos y privados, internos y externos. En la última década, se ha constituido en una herramienta de planificación y gestión estratégica de las ciudades; el re-diseño de la ciudad, implica la participación ciudadana para lograr “la ciudad ideal” y obtener una mejor calidad de vida y luego ser competitivas internacionalmente. Muchos gobiernos han confundido la estrategia del marketing y han dedicado su gestión a comunicar las maravillas naturales o construidas sin tener ni siquiera la capacidad de implicar a los ciudadanos. Otros han realizado un logotipo representativo “sin alma”, con el objetivo de “vender” la ciudad, llenarla de turistas y atraer inversiones sin antes escuchar a los habitantes en su deseo de ciudad. Hoy la ciudadanía supera la capacidad de gestión de los gobernantes y, por tal motivo, el Citymarketing surge 81


como un hilo conductor entre gobierno, ciudadanos y público externo; donde la clave está en que los gobernantes adquieran el “pensamiento de diseño”, enfocando los problemas desde el ciudadano, entiendan sus necesidades y deseos y, en conjunto, perfeccionen las soluciones o propuestas y hagan realidad los sueños, en un dialogo abierto constante. Toni Puig (2009) en su último libro “Marca ciudad”, define el Citymarketing y desglosa en tres vectores: 1º El Citymarketing de re-diseño (primero e imprescindible), involucra trazar la ciudad para optar un futura mejor; 2º El Citymarketing de implicación, es dar a conocer este re-diseño y mantenerlo dinámico y apasionante y; 3º El Citymarketing de competencia, logra una ciudad más atractiva y competitiva frente a otras (algunos confunden todo el Citymarketing con solo éste vector, sobre todo el sector de turismo). Entonces, bajo los principios o vectores del marketing de ciudades, la ciudad debe ser considerada como un espacio diferenciador, como activo principal, un espacio abierto, de creación para activar el intangible, como redes sociales dinámicas, como suceso interesante, entretenido, entre otros. Las ciudades son un conjunto de: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueques de palabras (Ítalo Calvino). El marketing de ciudades propone una gestión urbana basada en: aprendizaje permanente, tiempo real a gran escala, conversaciones abiertas entre sectores públicos y privados, una densa red simbólica en permanente construcción, creación de clusters (aglomeraciones), milieus (entornos o ambientes), campos de sinergia, hubs (ejes o puntos centrales) urbanos para construir la creatividad colectiva, dynaxibility (dinamismo y complejidad), capacidad para adaptarse al mercado cambiante, la estética como categoría fundamental de la economía urbana, talento-tecnología-tolerancia (3Ts), compromiso ciudadano y un motor público de liderazgo para la suma. El desafío de construir una identidad diferenciada y posicionada, no debe ser solo del sector público (municipio, instituciones, organizaciones, etc.), sino es de cada uno de los ciudadanos en asumir el compromiso de “Marca ciudad”. II.4.11. Redes urbanas complejas Ante la aparición de las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC), Gabriel Dupuy (1998) cuestiona el papel que el urbanismo convencional desempeña en la ciudad actual, entendida ésta como el lugar en que se producen y se llevan a la práctica transformaciones cruciales para el desarrollo de las actividades humanas. Para el análisis de esas transformaciones, según Dupuy, “ya no son útiles los modelos aún vigentes en que se basa el urbanismo actual, sino que, es necesario aplicar un nuevo enfoque, a menudo inter o transdisciplinario, en el que se integren las diversas teorías sobre la articulación del espacio urbano y arquitectónico”. Para este autor y en términos espaciales, “parecen oponerse dos concepciones: el urbanismo tradicional, que ha privilegiado un territorio o ciudad zonal, definida por límites, en cuyo seno se ejerce un tipo de poderes ―económico, político y técnico, esencialmente― y el nuevo urbanismo de las redes, basado en un territorio reticular, que trasciende las fronteras y las zonas, y en la que se ejerce otro tipo de poderes, más de acuerdo con la eficacia; al servicio de la colectividad urbana y de sus nuevos requerimientos; que asegure la circulación de personas, bienes e información”. En este sentido, la Teoría de la Red Urbana63 propuesta por Nikos Salingaros (en ITyESM, 2007) explica el fenómeno urbano a través de tres principios básicos: los elementos (nodos), las relaciones entre los elementos (conexiones o vínculos) y la jerarquía (el orden que organiza a la red). 1.

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Nodos. Los nodos son focos de actividad humana cuyas interconexiones conforman la red urbana. Los nodos en la red pueden ser entonces cualquier elemento en la ciudad o una Teoría sustentada en una reinterpretación y complementación de la clásica teoría de sistemas.

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2.

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combinación de ellos en relación con otros elementos. Existen distintos tipos de nodos: residencial, productivo-económico, ambiental-espacio público, comercial, servicios, sociocultural, etc. Los elementos naturales y construidos sirven para reforzar los nodos de actividad humana y sus trayectorias de conexión. La red determina el espacio y la organización en planta del espacio urbano, no viceversa. Los nodos pueden agruparse en dos tipos de actividades humanas: Los nodos domésticos (hogares) y los nodos sociales (no domésticos). La relación entre los nodos domésticos y los nodos sociales genera una atracción dada denominada polaridad, que en electricidad es la cualidad de tener dos polos con cargas opuestas, una positiva y otra negativa. Salingaros ha encontrado también que sin una densidad de nodos suficiente, los senderos funcionales no se pueden formar, de modo que, el concepto de “densidad nodal” es también crucial en su consideración y es útil para el entendimiento de la razón de elementos de actividad humana (puntos o nodos) en una cierta área de la ciudad. Conexiones. El segundo principio establece que existe una fuerza de atracción necesaria para hacer las conexiones entre los nodos de una red. Esta fuerza existe entre “pares” de nodos. Pares significa nodos de distinta polaridad por diferenciación de actividades. Los pares de conexiones se forman entre los nodos complementarios, no como nodos. Las trayectorias consisten en tramos formal y longitudinalmente variables, pero ninguna sección debe exceder cierta longitud máxima. Para acomodar conexiones múltiples entre dos puntos, algunas trayectorias deben ser necesariamente irregulares. Muchas conexiones que coinciden sobrecargan la capacidad del canal de conexión. Las trayectorias acertadas son definidas por el borde entre zonas que contrastan y forman a lo largo de los límites. Jerarquía y holarquía. El tercer principio está referido a un sistema de rangos y de organización. En algunos casos, el término jerarquía puede ser cambiado por holarquía, que puede ser un término más adecuado por la asociación que existe del término jerarquía con el flujo descendente de autoridad, de arriba hacia abajo. El término holarquía implica consideración de los flujos descendentes y ascendentes (emergentes), las dos fuerzas que dan forma a la ciudad. En la red compleja urbana, el orden se conecta en diferentes niveles de escala. El orden holárquico se establece a través del tiempo, de modo que no se puede tener expectativas de crearse, pero sí de contribuir a su generación (catalizadores intermedios urbanos: proyectos urbanos y/o territoriales). Si no existe cualquiera de los niveles de conectividad, la red se vuelve patológica. Una jerarquía rara vez se puede establecer toda al mismo tiempo.

Los principios de la red urbana derivan en un conjunto de reglas que en muchos casos son parecidas a aquellas que operan en un sistema complejo y que le dan coherencia. Nikos Salingaros ha encontrado que en la ciudad, como en los casos de los organismos y los programas cibernéticos, existen “reglas de ensamblaje” a través de las cuales las partes cooperan para el buen funcionamiento del todo, hay una pequeña diferencia formal entre tales sistemas y el tejido urbano (inteligencia colectiva). Las reglas establecidas por Salingaros para el funcionamiento de las redes urbanas complejas, son: 1.

2.

Acoplamientos. Elementos fuertemente acoplados forman una unidad. Sobre esta regla, Salingaros observa que los acoplamientos urbanos empiezan en la más pequeña escala posible y son necesarios para unir componentes contrastantes o complementarios en una sola unidad. El que los acoplamientos funcionen o no depende de una multitud de factores de interrelación compleja. Diversidad. Elementos similares no se acoplan. Una diversidad crítica de elementos se necesita porque algunos elementos “catalizan” los acoplamientos entre otros más. Para la observación y evaluación empíricas de la conectividad es conveniente asignar un signo a los nodos de acuerdo con su clase; los nodos domésticos tendrán un signo negativo (nodos de consumo en términos económicos) y los nodos sociales un signo positivo (nodos de producción en términos económicos o bien nodos de adición en términos sociales). En cierto modo, la polaridad proviene de la regla de acoplamiento y significa que los nodos del mismo signo se repelen y los nodos de signo diferente se atraen.

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3.

Bordes. Diferentes nodos se acoplan a través de sus elementos de borde. Los bordes son la piel del cuerpo de elementos y es a través de ella que los cuerpos intercambian material e información. Esto sucede desde la escala de la célula, el tejido, el órgano, el sistema, etc. El intercambio de materiales e información depende de la permeabilidad del borde (la piel) del elemento o nodo. Al mirar a la permeabilidad como variable, puede observarse y evaluarse el potencial que los elementos de una red urbana tienen para conectarse a otros en un espacio dado. La permeabilidad de un espacio urbano determina, conectada a otras variables, la conectividad que tal espacio puede admitir. Fuerzas. Las interacciones son naturalmente más fuertes en la escala más pequeña y más débiles en la escala mayor. Esta es la regla que determina a la otra variable relevante para evaluar conectividad en el espacio urbano. Las conexiones en la escala más pequeña tienen que ver con la capilaridad de una red. El flujo capilar es de máxima fuerza y mínimo tamaño en un sistema complejo, esta corresponde a la escala del peatón o escala interpersonal, donde el máximo de interacciones ocurre en la ciudad. La noción de capilaridad se asocia a la conectividad transversal, la conexión transversal en un sistema es aquella que conecta con una escala más pequeña y una conexión longitudinal es aquella que conecta con una escala más grande. Las conexiones transversales pueden ser de movilidad (accesibilidad transversal) y de información (permeabilidad visual). El concepto de conexión transversal se encuentra en los sistemas complejos en la naturaleza donde sus elementos se encuentran conectados en las diferentes escalas.

4.

Además de las reglas aquí descritas, Salingaros ha establecido otras cuatro reglas relevantes, de manera indirecta, de conectividad en el espacio urbano: -

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Organización. Las fuerzas de largo alcance crean la escala mayor a partir de una estructura bien definida en las escalas menores. o Jerarquía. Los componentes de un sistema complejo se ensamblan progresivamente de menor a mayor. o Interdependencia. Los elementos y módulos de elementos en un sistema complejo no dependen entre sí de una manera simétrica: una escala mayor requiere a todas las escalas menores, pero no viceversa. Descomposición. Un sistema complejo coherente no puede ser descompuesto en sus partes constituyentes. Una serie de variables ha sido definida para la observación (y su posterior evaluación) de la conectividad en el espacio urbano.

En definitiva y relacionado a lo anterior, según la revista científica “Tendencias” (2009), científicos estadounidenses del Rensselaer Polytechnic Institute dirigidos por Mark Changizi, neurobiólogo y profesor del Departamento de Ciencia Cognitiva, han conseguido establecer similitudes entre la forma en que funcionan las redes neuronales y la manera en que se organizan las grandes ciudades del mundo. Redes de carreteras y redes de sinapsis son sorprendentemente parecidas porque responden a la misma necesidad: la de una interconexión compacta para funcionar correctamente. Las ciudades fueron escogidas para un estudio por la similitud de ambas redes porque su desarrollo ha respondido durante décadas a las presiones económicas, que serían lo más parecido a las presiones con las que la selección natural ha propiciado el desarrollo del cerebro. Cuando el cerebro va alcanzando mayor complejidad, su estructura y su organización cambian, con el fin de llegar a un nivel óptimo de interconexiones neuronales. Las neuronas, en los cerebros desarrollados, establecen un mayor número de sinapsis (que son uniones especializadas mediante las que se envían señales de unas a otras). En las ciudades ocurre exactamente lo mismo: la interconexión es un componente esencial de la funcionalidad general del sistema, afirma Changizi. Y va cambiando a medida que las ciudades crecen para asegurar su funcionalidad. En su investigación, Changizi ha descubierto evidencias que relacionan el tamaño de una ciudad o de un cerebro con el número y el tamaño de sus infraestructuras. El científico investigó y se documentó sobre la forma en que las infraestructuras aumentan tanto cuando crece la superficie del cerebro como 84


cuando lo hace la de las ciudades. Para ello, contó con datos de 60 ciudades norteamericanas. Así, descubrió que, a medida que el área de las ciudades y del neocortex (corteza nueva del cerebro) se incrementa, el número de conectores —autopistas en las ciudades y neuronas piramidales en el cerebro— también crece lentamente y a escalas similares. La única diferencia entre ambas redes de interconexiones, según los científicos, es que las neuronas transportan señales relacionadas con información, mientras que las autopistas y carreteras transportan personas y materiales. Pero, incluso, en esta diferencia existe una similitud: todo lo que recorre ambas redes resulta esencial para la funcionalidad a gran escala de los sistemas cerebral y urbano. II.4.12. Intervenciones urbanísticas (tipos) La práctica urbanística emergente, está valorando y revalorizando diversos tipos de intervenciones urbanas como componentes o instrumentos del desarrollo urbano. Dependiendo del lugar de intervención en el espacio urbano (espacio público y espacio privado), se consideran los siguientes tipos: Regeneración urbana, reanimación urbana, revitalización urbana, mejoramiento urbano, rehabilitación urbana, remodelación urbana, renovación urbana, reciclaje urbano, entre otros. Según COPEVI, 1976; SAHyOP, 1978; Landa, 1976, PDU Monterrey (2013-2023) y otros, las definiciones de los tipos, son: Regeneración urbana Es el proceso integral que actúa sobre las causas generales y los factores específicos que dan origen al “deterioro urbano”, constituyen al desarrollo de las funciones, así como al mejoramiento de las condiciones del medio ambiente. La generación urbana es pues, un concepto integral, vital y dinámico; “regenerar” es generar de nuevo y señala, por tanto, un fin no inmediato que se alcanza con la acción propuesta, sino la puesta en marcha de un proceso. No es una acción aislada que erradica, transpone y oculta un problema que sufre un área urbana, sino un programa integral que debe orientarse a atacar en muchos frentes el fenómeno del deterioro urbano y las causas y factores que lo originan. Una estrategia de regeneración urbana, como proceso dinámico, puede implicar reacciones de rehabilitación, remodelación, renovación, mejoramiento, etc., pero no se limita a ninguna de ellas. Las encuadra en programas que abarcan no sólo lo físico ambiental, sino muy especialmente lo económico y lo social. Revitalización urbana Es el instrumento y el recurso potencial para revertir los efectos del deterioro —físico, social y económico— de los centros de ciudad y de otras partes importantes de la misma. Revitalizar un ambiente urbano significa atender a los espacios de relación y a la calidad del espacio público, contemplando la diversidad social y de usos, la percepción de libertad, el sentimiento de comunidad, el carácter y la identidad, la escala de proximidad y las actividades de barrio. También es poner en valor, bajo estos conceptos, tanto las condiciones físicas como sociales del entorno. Renovación urbana Termino usualmente identificado con (o como parte de) la regeneración urbana. Denota acciones de sustitución de antiguas construcciones por modernas (incluida las funciones) en una vinculación público-privado. Esta es la forma más común que se da a la regeneración en ciudades de países desarrollados, en las que fuertes inversiones intentan recuperar o captar el alto potencial económico de las áreas centrales deterioradas, para lo cual, es necesario demoler y edificar in situ nuevas construcciones con una mayor rentabilidad. La renovación urbana implica, por lo general, un cambio en el uso del suelo o en la intensidad de dicho uso y su consecuencia no se realiza en función de los ocupantes originales del área afectada. Estos son desplazados, ya que sus recursos no les permiten por lo general, ser beneficiarios de los nuevos desarrollos. La renovación tiene implicaciones básicamente físicas y financieras, ignora problemas sociales y por lo general implica acciones aisladas 85


que no encuadran dentro de una perspectiva económica a escala de la urbe en su conjunto. Los proyectos de renovación urbana pueden ser pequeñas acciones a escala de edificios, o mayores, a escala de conjunto urbano e incluso de barrio. A este tipo de intervención, actualmente, está asociado la “gentrificación” (del inglés, gentrification), que es un proceso de transformación urbana en el que la población original de un sector o barrio deteriorado y con pauperismo es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo a la vez que se renueva. Mejoramiento urbano Es una intervención que incluye la regeneración y consolidación urbana, ambos procesos dinámicos, que se distinguen porque la regeneración hace referencia a las acciones encaminadas a suprimir las causas del deterioro urbano en zonas específicas o en la totalidad de la ciudad, mientras que, la consolidación implica acciones orientadas a superar deficiencias y carencias en los asentamientos humanos relativamente recientes o en procesos de poblamiento. Habilitación urbana La habilitación urbana, a través de la introducción de nuevas redes de infraestructura, vialidad o pavimentación, construcción de equipamiento urbano y servicios de transporte, es aplicable a zonas o sectores de la ciudad con deficiencias o carencias de estos satisfactores, que inciden directamente en la calidad de vida de la población. Estas acciones requieren la participación activa de la comunidad, antes, durante y después de la ejecución de la intervención. Teniendo en cuanta lo antes mencionado, las acciones de habilitación urbana, deben ser aplicables en zonas o sectores deteriorados física o funcionalmente, con población predominante de bajos ingresos, deficiencias en la cobertura de servicios urbanos y altos índices de inseguridad, en donde se requiere un fuerte impulso por parte del sector público, con el fin de equilibrar sus condiciones y mejorar su integración con el resto de la ciudad. Re-habilitación urbana Es la intervención que se orienta al mejoramiento de las condiciones físicas de las “edificaciones existentes”, en función de mejorar su adecuación a las funciones a las que están destinadas. Puede implicar la consolidación de las estructuras afectadas, la reorganización de espacios, la instalación de servicios inexistentes y el mejoramiento de la apariencia externa de las construcciones. Las acciones de rehabilitación pueden realizarse a escala de edificios aislados o de barrio. Remodelación urbana Es la acción encaminada al cambio o mejoramiento de la fisonomía urbana por lo general en áreas específicas, modificando el funcionamiento y/o la apariencia de órganos o elementos urbanos concretos: edificios, plazas, vías públicas, accesos, monumentos, alumbrado, parques y jardines, etc. Reciclaje urbano Es también conocido como la utilización de espacios públicos o privados que fueron abandonados u olvidados, ya sea fábricas, talleres, almacenes, muelles, instalaciones militares o de transporte, entre otros, y que han sido readaptados o acondicionados para darles un nuevo uso. Asimismo, esta intervención está asociada a la remodelación y repoblamiento de antiguos barrios por personas jóvenes o de otro estrato socio-económico.

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Conservación urbana Las acciones de conservación son aplicables en aquellos sectores de la ciudad, consideradas como suelo estratégico, que cuentan con características y condiciones actuales no deseadas. Cuando para una misma zona o sector de la ciudad, se señalen dos o más acciones de conservación y mejoramiento, el plan o programa, podrá establecer políticas y acciones de mejoramiento de una de ellas o de las que se consideren aplicables, cuidando en todo momento que las políticas y acciones aplicadas, coadyuven al mejoramiento urbano y social de ese sector de la ciudad. A través de estas acciones se busca mejorar la calidad de vida de la población, contrarrestar el fenómeno de expansión y dispersión de la urbanización y detener el despoblamiento y deterioro principalmente en una zona central, mediante el fomento de las políticas de conservación, densificación, renovación y reordenamiento del tejido urbano existente, en lugar de consumir nuevo suelo, contribuyendo con ello a darle valor de nuevo, a los inmuebles en desuso existentes en la ciudad. Re-ordenamiento urbano El programa de reordenamiento urbano, es aplicable a sitios en donde se ubican importantes equipamientos educativos, salud y comerciales de fuerte impacto urbano, que requieren mejorar la interrelación con su entorno y mitigar los impactos que generan en la zona o sector donde se ubican. Asimismo, es aplicable a zonas de la ciudad que presentan problemas urbanos, pudiendo ser estos de movilidad urbana, saturación, deficiencia o carencia de infraestructuras. Las superficies que conformaran los polígonos de intervención, en donde se aplicara la política de re-ordenamiento urbano, serán definidas en un plan o programa específico, siendo conformadas por las instalaciones del equipamiento respectivo y su área de influencia, o en su caso, por las zonas o sectores habitacionales que requieran re-ordenar su estructura urbana. II.4.13. Derecho a la ciudad Según la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad (2016), el derecho a la ciudad es el resultado de décadas de creación colectiva de abajo-arriba que encarna un nuevo paradigma que proporciona un marco alternativo para repensar las ciudades y los asentamientos humanos partiendo de los principios de justicia social, igualdad, democracia y sostenibilidad. Prevé el cumplimiento efectivo de todos los derechos humanos pactados internacionalmente, los objetivos de desarrollo sostenible, abordando a la vez una dimensión de los problemas urbanos que las normas sobre derechos humanos clásicas no tratan: la exclusión espacial, sus causas y consecuencias. Sobre esta base, el derecho a la ciudad consiste en el derecho de todos los habitantes (presentes y futuros; permanentes y temporales) a usar, ocupar, producir, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos justos, inclusivos, seguros y sostenibles, entendidos como bienes comunes. Según esta definición: -

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El derecho a la ciudad abarca todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales consagrados en los tratados y convenios internacionales de derechos humanos que existen. De acuerdo con la Declaración de Viena (1993), el derecho a la ciudad defiende su implementación universal, indivisible, interdependiente e interrelacionada en el ámbito urbano y en los asentamientos humanos en sentido amplio. La principal implicación de este enfoque es que el derecho a la ciudad es indivisible, lo que significa que su plena y efectiva materialización requiere el respeto, la protección y el cumplimiento de todos los derechos humanos sin excepción, junto con los principios y derechos concretos que emanan de manera específica del derecho al a ciudad: la función social de la ciudad, la lucha contra la discriminación socio-espacial, espacios públicos de calidad y vínculos urbano-rurales sostenibles e inclusivos. El derecho a la ciudad es un derecho colectivo y difuso. Como derecho colectivo, pertenece a la diversidad de todos los habitantes en base a su interés común de participar en la construcción y 87


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disfrute de su entorno de vida. Como derecho difuso, el derecho a la ciudad pertenece a las generaciones presentes y futuras; es indivisible y no está sujeto a uso o apropiación exclusiva. El derecho a la ciudad implica concebir las ciudades como bienes comunes, lo cual significa que todos los habitantes deberían tener la capacidad de acceder y disfrutar, en igualdad de condiciones, de los recursos urbanos, los servicios, los bienes y las oportunidades de vida en la ciudad, así como a participar en la construcción de la ciudad o los asentamientos humanos. Este enfoque se materializa en varios componentes estructurales: el cumplimiento de la función social de la ciudad, espacios públicos de calidad, vínculos urbano-rurales sostenibles e inclusivos, economías inclusivas, ciudadanía inclusiva, mayor y mejor participación política, no discriminación, igualdad de género y diversidad cultural. Concebir la ciudad como un bien común es fundamental para asegurar una vida plena y digna para todos los residentes urbanos, especialmente para los afectados por la exclusión social y espacial, y por procesos de marginalización. El término “ciudad” debe entenderse en sentido amplio como cualquier metrópoli, ciudad, pueblo, aldea o asentamiento humano que constituye una comunidad política y que, por lo general (aunque no necesariamente), está organizada institucionalmente como unidad gubernamental local con naturaleza municipal o metropolitana. Incluye espacios urbanos, así como entornos rurales o semi-rurales que configuran su territorio.

Las ciudades y los asentamientos humanos son entidades poliédricas que no pueden reducirse a su dimensión material (es decir, los edificios, las calles, las infraestructuras). En realidad, están configurados por y derivan de ideas y valores sociales. Entendiendo las ciudades y los asentamientos humanos a partir de esta complejidad, el derecho a la ciudad se construye sobre tres pilares interdependientes, que se relacionan con cada una de las dimensiones anteriores: Dimensión material, dimensión política y dimensión simbólica. Dimensión material (distribución espacialmente justa de los recursos). El derecho a la ciudad prevé una distribución y planificación de los recursos materiales social y espacialmente justa, asegurando buenas condiciones de vida en todo el continuo de asentamientos humanos. Estos recursos deben ser accesibles tanto en zonas urbanizadas como en asentamientos informales. Incluyen: -

El espacio público. Infraestructuras y servicios básicos (por ejemplo, agua, electricidad, tratamiento de residuos, saneamiento, educación, asistencia médica). Sistema de transporte adecuado, accesible y asequible. Medios de vida y oportunidades equitativas, empleos dignos. Zonas verdes, conservación de los ecosistemas y la biodiversidad, y zonas naturales sin riesgos.

Dimensión política (agencia política). El derecho a la ciudad se hace efectivo cuando las estructuras, los procesos y las políticas gubernamentales permiten a todos los habitantes, en tanto que actores sociales y políticos, ejercer la ciudadanía en todo su contenido y significado. Junto con las diferentes esferas de gobierno, los habitantes de todos los asentamientos (incluyendo los habitantes temporales y en transición) deben poder ser protagonistas en la (re)construcción y configuración de su entorno de vida. Este proceso debe llevarse a cabo a un nivel que satisfaga plenamente las necesidades cotidianas y aspiraciones de los habitantes, y que sea capaz de abordar los retos a los que se enfrenta la diversidad de asentamientos humanos. De esta manera, este pilar disminuye el control de las élites del capital y del Estado sobre las decisiones relativas a la organización y gestión de la ciudad y sus espacios, y reconfigura el espacio urbano, la tierra y la propiedad de una manera que maximiza el valor de uso para todos. Se requiere transparencia, rendición de cuentas y estructuras democráticas para la toma de decisiones y la asignación de suficientes oportunidades y recursos para una participación política efectiva y equitativa.

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Dimensión simbólica (diversidad sociocultural). El derecho a la ciudad reconoce plenamente la diversidad y la diferencia en materia de género, identidad, origen étnico, religión, patrimonio, memoria colectiva, prácticas culturales, y expresiones socio-culturales. Esta dimensión exige el reconocimiento de la cultura, las relaciones vecinales y la participación de los actores como palanca para la cohesión social, el capital social, la innovación, la seguridad en la ciudad, la autoexpresión y la identidad. Es necesario que la ciudad genere posibilidades de encuentro, interacciones y conexiones activas, en las que las relaciones recíprocas y la comprensión mutua impulsen una forma renovada de vida urbana. Se requiere respetar y valorizar todas las religiones, etnias, lenguas, culturas y costumbres. También prevé la promoción de las expresiones artísticas como vía para liberar el potencial social, la creatividad y la construcción de comunidad y solidaridad. Es también fundamental el uso de los espacios urbanos sin discriminación. Esta dimensión exige la necesidad de reconocer la recreación y el ocio como parte de una vida plena. Finalmente, El derecho a la ciudad concibe a las ciudades y los asentamientos humanos como bienes que deben compartirse y beneficiar a todos los miembros de la comunidad. Este principio se materializa en los siguientes componentes del derecho a la ciudad: -

Una ciudad que cumpla su función social. Una ciudad con espacios públicos de calidad. Una ciudad sostenible con vínculos urbano-rurales inclusivos. Una ciudad con economías inclusivas. Una ciudad de ciudadanía inclusiva. Una ciudad con mayor y mejor participación política. Una ciudad sin discriminación. Una ciudad de igualdad de género. Una ciudad con diversidad cultural. II.5.

CONCLUSIONES PARADIGMÁTICAS

Definitivamente en la planificación del desarrollo actual, incluido la urbana y la territorial, la creciente complejidad e incertidumbre ha cambiado los escenarios social y económico. En el ámbito de las prácticas sociales se ha pasado de una racionalidad sustantiva y formal hacia una racionalidad limitada, procesal y práctica. Y, en el ámbito del crecimiento económico, se ha revalorizado el endógeno sobre el exógeno, así como también su impulso desde abajo hacia arriba. Asimismo, estos escenarios han privilegiado el territorio y la ciudad a partir de nuevas lógicas espaciales (giro espacial y morfológico), así por ejemplo, la configuración de nuevas centralidades (policentralidad) sobre la base de otros componentes diferentes a los tradicionales; en tanto, la planificación y gestión estratégica está privilegiando la visión valorativa (integral e incremental) y, con ella, a los elementos subjetivos y significación (cualitativos) que organizan el territorio o el espacio, más allá de su estructuración física. Lo citado anteriormente con respecto al urbanismo cualitativo, la tendencia de incorporar elementos subjetivos y significación a la planificación urbana contemporánea (Chile, Argentina, entre otros), coincide con los principios del paradigma de Vivir Bien en Bolivia y, asimismo, con la nueva dimensión de la “afectividad” —aparte de las sociales, culturales, políticas, económicas y ecológicas— incluida en el Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE) vigente desde enero de 2016. Con respecto al emergente “desarrollo territorial”, de reciente difusión, se ha introducido elementos para la movilización y participación activa de instituciones y actores clave del territorio (cooperación público-privada), así como sectores económicos a partir de estrategias impulsadas por un gobierno descentralizado (municipios) en una serie de líneas de actuación para aprovechar los recursos endógenos existentes con una visión sistémica que integra las diferentes dimensiones del desarrollo en un determinado ámbito territorial específico. En un claro fomento a la cultura emprendedora local (procesos de innovación cultural y social) hacia una diferenciación productiva y “competitividad territorial”. 89


A la par de este contenido y concretamente, también ha surgido una nueva visión en la planificación urbana, caracterizado por ser: -

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Un urbanismo de dispositivos: no se trata tanto de diseñar planes como de establecer dispositivos que los elaboren, los discutan, los negocien y los hagan avanzar, por el contrario se trata de invertir el proceso de su elaboración a partir del proyecto. Un urbanismo reflexivo y crítico: el análisis no precede a la regla y al proyecto, sino que, está presente permanentemente. El conocimiento y la información se usan antes, durante y después de la acción. Recíprocamente, el proyecto se convierte plenamente en un instrumento de conocimiento y negociación. Un urbanismo estratégico e incremental: da lugar a controversias e incertidumbre que se procura los medios para tener en cuenta las exigencias de una ciudad en constante transformación y competencia, en donde la gestión estratégica cobra mayor importancia que la planificación estratégica. Un urbanismo heterogéneo e integral: compuesto de elementos diversos e híbridos, de soluciones múltiples, de redundancias, de diferencias y procesuales. Un urbanismo multi-sensorial que detonan procesos urbanos: que identifica actores y tendencias que inciden en el desarrollo con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Un urbanismo cualitativo: la ciudad es el escenario de la cultura y lo social (imaginarios y representaciones).

La práctica planificadora ha mostrado la crisis del “plan” a favor del “proyecto” (no-plan), siendo éste último el más coherente en el nuevo escenario social y económico (realidad). El proyecto urbano es una alternativa para revertir la planificadora tradicional sin resultados en el desarrollo de la ciudad o partes de la misma. La evolución y experiencia ha mostrado que la visión endógena, delimitada e incremental corresponde a la dinámica e incertidumbre del territorio contemporáneo en cualquiera de sus escalas. En este contexto, han surgido paulatinamente nuevas aproximaciones al desarrollo urbano, por ejemplo, la experiencia de la acupuntura urbana ha contribuido significativamente a las intervenciones con objetivos de corto plazo; la teoría de la red urbana compleja se ha constituido en un instrumento que aporta a comprender, explicar (si es posible) y proponer el desarrollo urbano trans-escalar.

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SEGUNDA PARTE: METODOLOGÍA

III.

ARGUMENTOS METODOLÓGICOS INTERNOS III.1. TERRITORIO Y CIUDAD ANDINA III.1.1. Territorio y territorialidad

El término territorio proviene del vocablo latín “territorium” que es un derivado de “terra” y significa tierra. Según el Diccionario Enciclopédico Larousse (2009) define el territorio como: “Extensión de tierra perteneciente a una nación, región, provincia, etc. Término que comprende una jurisdicción. Extensión de un país habitado por un pueblo sometido a la misma soberanía y separado de los pueblos vecinos por límites o fronteras. Suelen estar sujetos al mando de un gobernador o funcionario que depende directamente del gobierno central”. Esta definición académica, enfatiza dos aspectos del significado del concepto: La acepción de territorio como delimitación de un espacio y, la acepción de territorio como el espacio en que se concreta una acción de dominio. Esta doble significación se hace presente, de alguna manera, en el uso del concepto por diversas disciplinas del conocimiento. Desde la perspectiva biológica, el territorio es el “área bien definida de hábitat de una especie en la cual desarrolla su actividad individuos aislados, parejas o grupos y que es defendida por éstos frente a otros individuos de la misma o distinta especie con los cuales compiten por su explotación”. El territorio es pues, el espacio material (físico) que precisa una determinada especie para garantizar su supervivencia. El establecimiento de los límites de dicho espacio responderá a lo que determinen los intereses de la especie en cuestión, en este sentido, los estudiosos del comportamiento de las especies animales le denominan “instinto territorial”. Desde una perspectiva sociológica, el territorio ha sido definido como “la parcela geográfica que sirve de hábitat exclusivo a un grupo o a un individuo. Se apunta exclusivo, porque el grupo o el individuo tiende a mantener celosamente su derecho a evitar y explorar esa área geográfica sin interferencias por parte de otro grupo o de otros individuos” (Acevés, 1997). Y, desde la perspectiva jurídica, el territorio es una construcción histórica y socio-económica de un determinado espacio geográfico, organizado bajo un sistema político-administrativo, en el cual se reproducen relaciones de poder, gestión, transformación y aprovechamiento de recursos, susceptible de ser estudiado desde diferentes escalas: internacional, nacional, regional, local, urbana, zonal, etc. (Manzano, 2011). Sin embargo, esta conexión irrebatible entre el concepto básico de territorio y los significados anteriormente expuestos, exhibe una gran relatividad —si atendemos a la dimensión multi-referencial que tiene el concepto— que se evidencia en la utilización que del mismo se hace para designar diversos objetos concretos. Así por ejemplo, el término de territorio es utilizado como sinónimo de: lugar, nación, población, estado, país, tierra, continente, hemisferio, espacio, isla, península, región, comarca, provincia, departamento, jurisdicción, distrito, área, zona, municipio, parroquia, suelo, superficie, propiedad, cultivo, campo, etc. Lo anterior indica, que si bien no puede considerarse al concepto de territorio como un concepto impreciso, se debe reconocer, que su dimensión multireferencial, obliga a especificar en todo estudio, la significación que se otorga al término. La propuesta de Guía metodológica para la formulación de planes de ordenamiento territorial en Bolivia (2010), menciona que “el territorio tiene una estructura compuesta por elementos complejos, tiene una dinámica propia y está ordenado sobre la base de procesos; está siempre organizado de alguna manera, coherente o desequilibrada, voluntaria o espontáneamente, como expresión de una idea 91


generadora o un proyecto político, o como fruto de un proceso cultural, social o histórico. En consecuencia, el territorio es más o menos ‘construible’, más o menos ‘destruible’, más o menos ‘transformable’”. Finalmente, desde la perspectiva del desarrollo territorial, el territorio es el conjunto de actores y agentes que lo habitan, con su organización social y política, su cultura e instituciones, así como el medio físico o medioambiente del mismo (Alburquerque, 2012). El término “territorialidad”, según Francisco Acevés (1997), está relacionado con la percepción (psicocultural) del individuo o grupo de individuos (comunidad) con su entorno. La territorialidad expresa, entonces, el ejercicio de control, dominio, apropiación e identificación de territorios determinados mediante procesos profundamente contradictorios en los que se materializan relaciones reales, vivencias y experiencias de sujetos concretos. Desde la dimensión bio-natural, la territorialidad refiere a la prolongación del “espacio vital”64 o del hábitat65 con una sobrentendida interdependencia entre individuo y espacio que habita (sentido de pertenencia), de esta relación con el espacio vital y hábitat se desprende también que resulta casi imposible desligar las actividades humanas al concepto de territorialidad; asimismo y en esta dimensión, está referida a la ordenación y distribución del territorio, a la toma de posesión de los recursos del “medio ambiente natural” del territorio para su utilización, sobrevivencia y defensa (también incluye las infraestructuras y edificaciones del “medio ambiente artificial” construidos por el individuo o la comunidad sobre el natural: instancia jurídica, administrativa, económica, habitacional, cultural, recreativa, entre otros). Desde la dimensión geo-política, refiere a la delimitación del territorio y configuración de influencias, a la definición de las actividades organizativas, a la relación a un poder determinado. Y, desde la dimensión social, refiere a los individuos o colectividades que habitan un determinado territorio y cuyos miembros se comunican entre sí en términos de una misma tradición simbólica o cultura, formando grupos organizados para la acción en común. En síntesis y operativamente, la “territorialidad” puede ser interpretada como el conjunto de prácticas, expresiones materiales y simbólicas que expresan la apropiación de un determinado “territorio” por parte de actores sociales, de estructuras estatales o de organizaciones empresariales, entre otros. De modo que, las lealtades, sentidos de pertenencia o rasgos de identidad asociados a un territorio provienen del grado de territorialidad que tengan sus habitantes, razón por la cual pueden existir en un mismo territorio múltiples territorialidades (Montañez y Delgado, 1998). III.1.2. Planificación del territorio andino Los acápites siguientes optan la postura del filósofo suizo Josef Estermann, autor del libro Filosofía andina. Estudio intercultural de la sabiduría autóctona andina (1998), quien opta en su trabajo por una concepción “no purista” de lo “andino” —por oposición a las pretensiones del “indigenismo” o “incaísmo/aymara” militante—. Lo andino es un fenómeno multicultural y multiétnico hasta sincrético. No entiende la filosofía andina como un fenómeno netamente histórico (en el sentido de un periodo del 64

Toda actividad humana (trabajar, dormir, caminar, pensar, conversar, descansar, entre otros), requiere para su realización de un espacio. El conjunto de espacios que un ser humano utiliza para sus actividades constituye su espacio vital. Este abarca tres tipos diferentes de espacios, definidos según el grado de proximidad que permiten entre seres humanos: Espacios íntimos o individuales, espacios semipúblicos y espacios públicos. La suma de espacios vitales individuales constituye el espacio vital comunitario, que engloba las actividades de una sociedad humana. 65 Según el Diccionario de la Real Academia Española (2001), desde la Ecología, hábitat es el “lugar de condiciones apropiadas para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal”. En relación al hábitat del ser humano, para el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) de la Universidad de Chile “el hábitat es el producto de un proceso de conformación en el cual los seres humanos intervienen directa y activamente, encontrándose profundamente interrelacionado con todos los ámbitos en los cuales éstos se desarrollan. El hábitat se constituye en un fenómeno transversal e indisociable a la existencia humana, lo cual agrega un alto componente de complejidad a su comprensión”.

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pasado), sino como un pensamiento vivido y vivo en la actualidad. Según Estermann las concepciones filosóficas incaicas y/o aymara forman parte de la filosofía andina en la medida en que el día de hoy siguen vigentes, a través de una corriente subterránea de un (in)consciente colectivo. Dentro la concepción general prehispánica en los ámbitos de Sudamérica y Mesoamérica, existe una concepción espacial opuesta: en el primer caso, la visión espacial es territorial, es decir, el espacio es percibido desde el territorio hacia lo urbano —los asentamientos son funcionales al aparato económico-productivo del territorio—, la visión territorial está claramente definida y expresada en la estructuración del territorio a través de los caminos tanto en Tiahuanaco como en los Incas sobre la base del anterior, estructuran un vasto territorio productivo a través de caminos desde Colombia hasta el Norte Argentina y Chile y; en el segundo caso, el espacio es percibido desde los centros urbanos o asentamientos hacia el territorio, los centros urbanos constituían simultáneamente como: centro religioso-ceremonial, centro político, centro residencial, centro comercial-productivo (artesanías) y centro comercial y punto estratégico de intercambio regional. Para el investigador andino Simón Yampara Huarachi (2001), “Pacha” es el término andino que simboliza al espacio y el tiempo integrado (espacio complejo), es el Cosmos entendido como espacio vivo, integral y particular. Así, en la concepción de Occidente se tienen las dimensiones espaciales largo, ancho y profundidad, y una cuarta dimensión (tiempo) separada del espacio y expresada en los conceptos temporales de pasado, presente y futuro. En la civilización andina estos dos conceptos (espacio y tiempo) están unidos y representados por un mismo vocablo que es “Pacha”. Este entramado que reúne en un mismo término dos dimensiones distintas, una estática (espacios) y la otra dinámica (tiempos) encubre, a priori, que los tiempos pasado, presente y futuro estarían acotados en una misma dimensión espacial. Asimismo, en la concepción andina de Pacha, se ha definido el concepto de espacio-tiempo dinámico en el que cada bucle66 tiene su tiempo pasado reconocible generado en su presente (su kay pacha) y en éste se forma su futuro causal que emerge desde su pasado, y que tiene puerta de salida y puerta de entrada. Los espacios-tiempos andinos se suceden unos detrás de otros y se construyen de abajo (urin) hacia arriba (janan) y, luego otra vez, arriba para volver a bajar y luego otra vez, hasta construir otros espacios-tiempos entrelazados entre sí (en cualquier escala: territorial y/o urbana). La comprensión territorial en los diferentes autores, si bien explican la fisiografía tipográfica de la variedad eco-climática que presenta los Andes, no entran a la profundidad y la cosmovisión del territorio, es decir, a las diferentes dimensiones y niveles espaciales del territorio. “Se limitan a explicar el espacio material bondadoso y utilitario del territorio, desligando del aspecto cultural-ritual y la espiritualidad andina que para los Ayllu, Marka y Suyu son aspectos vitales, puesto que no se concibe lo material desligado de lo espiritual y la gestión política”. Respecto a los estudios del territorio andino (Sudamérica), “una primera aproximación, a la problemática territorial de los Andes es la heterogeneidad climática del territorio, es decir, la variedad y diversidad de espacios ecológicos67 interconectados, interaccionados y complementarios climatológica y productivamente, hecho que no ha sido comprendido por la lógica colonialista y republicana, menos por el derecho positivo privatista y el sistema de la economía del mercado vigente en Bolivia” (Yampará, 2001). El pensamiento andino, a primera vista, es dominado por muchos conceptos complejos, entre ellos, los relacionados al espacio y la realidad son los siguientes: dualidad o dialéctica, trialéctica espacial y tetraléctica organizacional. 66

La sucesión de bucles concatenados o en espiral plantea la anulación del tiempo lineal, por tanto, del futuro definido y previsible. Esta concepción andina de espacio y tiempo, presenta espacios autónomos conectados entre sí y que se sustituyen unos a otros; nacen, crecen, se desarrollan, luego se agotan, y posteriormente surgen otros bucles con nuevas experiencias y otras aspiraciones, dando lugar a la posibilidad de una regeneración humana (vida), por tanto histórica que supera los tiempos pasados. 67 Costa / Puna / Altiplano / Valles / Yungas / Subtrópico / Llanos

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Dualismo o dialéctica andino. Este concepto está fundado en la experiencia y presencia en el mundo o realidad de fuerzas que están en oposición continua y mutua (opuestos); no obstante, ésta idea es superada operativamente al no considerarse las fuerzas opuestas como absolutas, sino como “complementarias” (opuestos complementarios) hacia un equilibrio fundamental en el Cosmos como totalidad (Ley del Equilibrio: Totalidad a partir de la individualidad), así por ejemplo: material y espiritual, arriba y abajo, centro y periferia, noche y día, hombre y mujer, etc. Además, en la cosmovisión andina, “el territorio es la UNIDAD, en ella nada se excluye, todos cumplen una función y evolucionan permanentemente (opuestos complementarios); por eso es importante la ubicación y relación de las personas frente a todo lo que le rodea en forma objetiva (visible) y subjetiva (invisible), en la cual quedan incluidos sus logros, sus conceptos y su sabiduría; es decir, desde el origen y la evolución de todo y en todo hacia el TODO”. Por lo tanto, territorio y territorialidad están intrínsecamente interrelacionados, además de la biunívoca relación entre las escalas territoriales, especialmente desde la macro (región) hacia lo micro (asentamientos y vivienda). Trialéctica espacial andina. En la interpretación de Simón Yampará, la composición del “Pacha” está ordenada en tres territorios (trialéctica espacial 68): 1º Territorio del pueblo (marka uraki), conformado por: a) animales y personas; b) vegetación, suelo, praderas y; c) ríos, recursos, etc. 2º Territorio cosmológico sacralizado (pacha uraqui), con vida propia. 3º Territorio sagrado integrado al espacio y tiempo (uraq pacha), conformado por tres espacios: arriba, presente y profundidad, la armonía de los espacios conforma el “vivir bien” (suma qamaña). Según el investigador andino Carlos Milla (2002), la realidad del espacio andino solo puede ser entendido por intermedio de la cosmovisión, es decir, en la “observación correcta” 69 de la realidad del Cosmos, de cuyo equilibrio y esencia forman parte los seres humanos. Igualmente, Carlos Milla propone la interpretación de la realidad no a partir de la tradicional “lógica bivalente” (si-no), sino a partir de una “lógica trivalente” (si-posible-no) que hace a una “lógica difusa o de procesos”. Éste último concepto remite a una lógica alternativa a la lógica clásica (información definida y exacta) que pretende introducir un grado de vaguedad o flexibilidad en las cosas que evalúa (información no exacta). En la realidad existe mucho conocimiento ambiguo e impreciso por la naturaleza compleja de la misma, pues, el razonamiento humano con frecuencia actúa con este tipo de información. La lógica difusa se puede aplicar en procesos demasiado complejos, cuando no existe un modelo de solución simple o un modelo matemático preciso. De la misma manera, puede aplicarse cuando ciertas partes de un sistema a estudiar o controlar son desconocidos y no pueden medirse de forma confiable y cuando el ajuste de una variable puede producir desajuste de otras. La lógica difusa es un modelo lógico multivalente que permite la modelación simultánea de los procesos deductivos y de toma de decisiones. El uso de esta lógica en los modelos matemáticos permite utilizar conceptos relativos a la realidad siguiendo patrones de comportamiento similares al pensamiento humano. Las características más importantes de estos modelos son: La flexibilidad, la tolerancia con la imprecisión, la capacidad para moldear problemas no lineales y su fundamento en el En “La producción del espacio” (1974), Henri Lefebvre sobre la base de una argumentación dialéctica llega a la conclusión de que la separación de funciones destruye la complejidad del espacio (urbano). La crítica de Lefebvre, intenta sacar a la luz de cómo la ciudad es expresión de la sociedad y de cómo los conflictos sociales y las contradicciones múltiples se plasman en la estructura y la forma. Estableció que el espacio puede ser concebido desde tres posiciones o representaciones (trialéctica espacial de Lefebvre): 1° Espacio concebido o construido (representaciones espaciales), es el espacio físico y abstracto (reglas), es elaborado formalmente por arquitectos, urbanistas, geógrafos e ingenieros (edificaciones, espacio público, carreteras, asentamientos, etc.); 2° El espacio percibido o dinámico (prácticas espaciales), se relacionan con el uso y las funciones, o sea las prácticas que son a la vez el producto de las formas espaciales o de las actividades de los individuos y; 3° El espacio vivido (espacio representacional), son directamente vividos en la cotidianidad y no requieren obedecer las reglas de las representaciones espaciales porque su motor no es racional sino afectivo o subjetivo. 69 En el pensamiento complejo andino, el concepto de “método de análisis” está contenido en el significado del término aymará chuyma, término que significa semánticamente “tomar conciencia del ser de las cosas y equivalente a la forma de acceder al conocimiento de la realidad por esfuerzo propio, experiencia viva y sentimiento profundo, sin aceptar verdades impuestas o dogmas de terceros”. 68

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lenguaje de sentido común. Bajo este fundamento se estudia específicamente cómo acondicionar el modelo sin condicionar la realidad. En general, los modelos basados en la lógica difusa combinan la experiencia y el conocimiento con datos numéricos, estos modelos pueden ser optimizados cuando se dispone de datos reales numéricos. Milla describe el espacio andino con el siguiente “modelo equivalente”: Gráfico N° 20: Concepción equivalente de espacio andino

Referencias: PACHA: Es la representación máxima del espacio andino, está compuesto por la tierra y el tiempo (macro-espacio) AYLLU: Comunidad (espacio intermedio o vital) CHACRA o JHATA: Predio o propiedad individual dentro la comunidad (micro-espacio) SALLQA: Naturaleza viviente (animales, vegetación y minerales) GUACAS: Es todo patrimonio físico monumental, tanto arquitectónico como urbano (templos, cementerios, etc.) RUNAS: Hace referencia a las personas humanas con posesión de una determinada cultura

Fuente: Elaboración propia con base en Milla, 2002

Tetraléctica organizacional u ordenamiento andino (relacionado con la cuatripartición incaica). Para Simón Yampará la Chacra o Jhata, el Ayllu y la Marka (individuo, comunidad y poder) conforman un sistema institucional complejo que interacciona fuerzas y energías materiales e inmateriales. El Ayllu70 es un sistema territorial organizativo multisectorial y multifacético, no se entiende sin su territorialidad ni la territorialidad sin su autoridad. El Ayllu está ordenado espacialmente por cuatro pilares fundamentales (tetraléctica organizacional y/u ordenamiento) que interaccionan y dinamizan simultáneamente el territorio andino hacia el equilibrio (Vivir Bien), estos componentes son: Ordenamiento territorial (físico-natural), ordenamiento económico-productivo, ordenamiento cultural (ritual-simbólico) y ordenamiento social-político. 1º Ordenamiento Territorial. Corresponde con el Derecho Mixto del Ayllu. Debe existir equilibrio entre el derecho familiar privado y el derecho comunitario colectivo (sostenibilidad). Las lógicas de estructuración territorial en este ordenamiento están sustentadas en los siguientes aspectos: Ecológicos, productivos y organización de la vida familiar. Niveles: Continuos (vida, producción) y discontinuos (control vertical de pisos ecológicos) Propiedad: Espacio territorial familiar (sayaña, privado de uso exclusivo familiar y cultivo intensivo complementado con pastoreo temporal.) y espacio territorial comunitario Para Simón Yampará (2001), “El Ayllu es un sistema organizativo multisectorial y multifacético, una institución andina, que interacciona/emula una doble fuerza y energía de la Pacha (espacio y tiempo) en la vida de los pueblos, es fundamentalmente tetraléctico, que siendo un espacio territorial unitario se desdobla en dos parcialidades de: Araja-Aynacha (dualidades), que en el encuentro y la unidad de ambos se expresa un tercer elemento como Taypi (trilogía doble), accionado principalmente por las ritualidades (sata, siembra; pucura, maduración de la producción, k’illpha, marcación ganado; tapa, construcción vivienda; etc.), la especialización del araja-aynacha (dualidades), en su sistema territorial: familiar y comunitario”. 70

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Usufructo:

de circulación y producción (saraqa, continua y discontinua y compartida por varias familias). Temporal (familiar y comunitario) y permanente (familiar).

María Rostworowski (1999) denomina “territorialidad discontinua” a la tenencia dispersa de las tierras de los Ayllus. Más que verticalidad, en muchos Ayllus primaba el concepto de “diversificación” y un sentido de “horizontalidad” en la distribución anual de las tierras permitiendo que los campesinos accedan a una variedad de suelos y, por lo tanto, de cultivos. Esta forma de territorialidad dispersa tendría como ventaja principal la minimización de los riesgos y la seguridad del abastecimiento variado de recursos. Este modelo, llamado también, “técnica de los archipiélagos” (pisos ecológicos), consistía en el control simultáneo de “islas ecológicas” por parte de un Estado cuyo núcleo demográfico y centro de poder podía encontrarse a decenas de kilómetros de distancia. Es característica importante de este modelo el no ejercicio de soberanía o control político-militar de las regiones intermedias que separan el núcleo y los enclaves (Murra, 1975). 2º Ordenamiento Productivo-Económico. Es el ordenamiento que corresponde al usufructo agrícola y ganadero (según fisiografía y la bondad edafológica o textura de los suelos) destinado a la producción comunitaria71. El uso se efectúa según una rotación natural: fertilización y desfertilización, cultivo y descanso, etc.; asimismo, en función del clima (calendario agropecuario). Este ordenamiento está relacionado con el uso del suelo tanto en su vocación productiva como en la potencialidad productiva 72. 3º Ordenamiento Cultural. Es el ordenamiento más importante que jerarquiza y simboliza los espacios, relaciona el territorio y sus componentes con deidades naturales (siembra, producción agrícola/reproducción ganadera, cosecha y ensilaje). Está relacionado con la territorialidad. 4º Ordenamiento Social-Político. Todo territorio requiere de una autoridad política para una óptima gestión (autoridad). Este ordenamiento jerarquiza a las autoridades y cumple funciones de regulación y son responsables del relacionamiento territorial interno y externo —este ordenamiento está relacionado con la gestión y, por tanto, sea el ordenamiento de mayor jerarquía—. Gráfico N° 21: Organización del territorio andino Jatha o Chacra (casa) = Tamana/Awatiri Ayllu (comunidad) = Jilaqata Marka (grupo de Ayllus) = Mallku Suyu (Gobierno) = Apu Mallku

Tejido de la casa cosmológica andina partiendo de los niveles básicos de organización

1. Tierra territorio 2. Producción económica 3. Tejido cultural y ritualidad 4. Organización social y político

Fuente: Yampará, 2001 Actualmente en el territorio andino, “si el año agrícola anterior ha sido buena o regular, generalmente no hay mayores problemas, pero, si éste fue mal (mala producción y cosecha, heladas, falta de lluvias), el periodo próximo se torna crítico y aflictivo para las familias, muchas veces al no disponer que sembrar y comer, salen obligados a buscar y/o complementar con otra actividad en otro espacio ecológico y/o centros urbanos, para restablecer la normalidad en la producción y la vida en los Ayllus. Esta dinámica obliga acceder a la estrategia andina de acceso a los otros espacios ecológicos por una parte, y por otra parte, movilizar la población en red en las ferias intra e interregionales, fiestas, ciudades, etc.” (Yampará, 2001). 72 En el caso del Imperio de los Incas, existían centros de investigación agrícola (por ejemplo Moray y Salinas ubicados en cerca de Cuzco), en donde se llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La disposición de sus andenes produce un gradiente de microclimas teniendo el centro de los andenes circulares concéntricos una temperatura más alta y reduciéndose gradualmente hacia el exterior a temperaturas más bajas, pudiendo de esta forma simular hasta 20 diferentes tipos de microclimas. El antropólogo australiano John Earls, el más importante de sus investigadores, ha concluido tras 15 años de estudios que cada terraza de Moray reproduce las condiciones climáticas de diferentes zonas del Tahuantinsuyo. 71

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Gráfico N° 22: Complejidad en la concepción andina del territorio y su ordenamiento

Fuente: Elaboración propia

En último lugar, uno de los conceptos que ha contribuido al entendimiento de la cosmovisión andina es la “Chakana”, según algunos investigadores proviene del aymara “Jach’a qhana” que significa “gran luz”. Con el tiempo este término ha venido a significar “puente”, “cruz o cruce”. Representa las cuatro dimensiones necesarias para la vida en comunidad y el desarrollo: lo espiritual o cultural, lo social, lo político y lo económico; tal como fue el Estado de la cuatripartición territorial andino (Tahuantinsuyu), según muestra John Murra (1975). La Chakana se concibe como organización de la cuatriposición territorial andina donde se aplican los principios de la lógica andina73: Integralidad, dualidad, complementariedad, proporcionalidad, relacionalidad, correspondencia y reciprocidad. Los espacios territoriales o “suyus” están organizados en dualidades o en pareja: “alaxasaya y maxasaya” (arriba y abajo), “ch’iqa y kupi” (derecha e 73

INTEGRALIDAD: Es la integración de todos los entes del Universo en sólo un cuerpo unitario. La moral se inicia cuando estos entes se sienten miembros de una comunidad con reglas y normas de comportamiento establecidas que les permite regular sus relaciones con los demás miembros. Así, la integralidad se entiende a partir de una visión totalizadora (holística) y una visión de las partes (analítica). DUALIDAD: La filosofía andina tiene una concepción dual de la naturaleza y, por consiguiente, de los distintos entes, incluidos los hombres. Este principio obedece al concepto de oposición que está en la base misma de su percepción sobre las grandes leyes que gobiernan el Universo. Para que exista orden tiene que haber oposición y conciliación de ambos extremos. COMPLEMENTARIEDAD: El principio de complementariedad se traduce en la superación de la incompletitud. Para la filosofía andina, la existencia de los entes del Pacha no puede ser concebida monádica y aisladamente. Los entes del Pacha se entienden como existentes sólo cuando se complementan entre sí; ésta es su inspiración vital y fundamental. De ahí que la noción Occidental de “dominación”, sea, por demás, inexistente en la filosofía andina. PROPORCIONALIDAD: Siendo el Universo un todo armónico y en transformación constante, sus diversas manifestaciones se regulan de acuerdo a un estricto orden que responde al principio de proporcionalidad; es decir, toda acción consecuente es sólo el producto de una acción causal o, también, todas las tareas que realizan los entes son designadas por el Pacha, considerando el principio de proporcionalidad. RELACIONALIDAD: Cada elemento de la realidad es un nudo de relaciones que remite a otras, también llamado “principio holístico” que es la consecuencia del principio de “relacionalidad del todo” del que emana una serie de consecuencias lógicas y complejas que tienen que ver con la necesariedad, la trascendencia y las concepciones en torno a la contingencia y la necesidad, basadas estas últimas en la percepción andina de que los hechos y acontecimientos cósmicos y sociales están fuera del alcance del hombre. CORRESPONDENCIA: Es un desagregado o derivado del principio de relacionalidad. La correspondencia es un principio que establece en forma general que los distintos aspectos, regiones o campos de la realidad se corresponden de una manera armoniosa y equilibrada. De esta manera, lo cósmico y lo humano, la vida y la muerte, lo correcto y lo incorrecto, se corresponden, es decir, los aspectos de un término se correlacionan con los del otro. Por ejemplo, en el plano cosmológico, por una parte, existe una serie de correspondencias a partir de la LUNA: noche, invierno, agua, plantas, animales y mujer; mientras que por otro lado, las correspondencias del SOL: día, verano, suelo, ríos, cuevas y hombre. RECIPROCIDAD: La reciprocidad es uno de los ejes fundamentales de la ética andina que, traducida al campo filosófico, constituye la base de la institucionalidad socio-natural y organización del mundo andino. Este principio ha sido tratado ampliamente por distintos investigadores. Refiere a un concepto raigal, consistente en la obligación de concertar una acción cualquiera sobre la base de recibir algo a cambio, de valor o medida equivalente.

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izquierda), representando la imagen de la cruz cuadrada, con un círculo en el núcleo llamado “taypi” (centro), donde confluyen y de donde se esparcen sus habitantes. El “taypi” es el eje que se articula en sentido centrípeto y centrífugo con los suyus del que resulta una planificación participativa y comunitaria, y una organización y gestión socio-económica y político-cultural. La Chakana “es geométrica y proporcional, usada como modulador y ordenador urbano y regional” (Milla, 1983). Gráfico N° 23: Esquema básico de la Chakana

Fuente: www.pueblosoriginarios.com

III.1.3. Planificación de la ciudad andina De Conformidad a su proceso evolutivo, las ciudades prehispánicas andinas pueden ser clasificadas en 3 tipos fundamentales: a) Ciudades de evolución continua, que siguen funcionando como tales hasta el día de hoy aunque transformadas, este es el caso de la ciudad de Cuzco (Perú); b) Ciudades de evolución truncada a la llegada de los españoles, que dejaron de funcionar por la conquista, tal es el caso de Incallajta (Cochabamba, Bolivia) y; c) Ciudades de evolución truncada antes de la llegada de los españoles, que dejaron de funcionar o fueron abandonados por motivos desconocidos, por ejemplo Tiahuanaco (La Paz, Bolivia). Según Alfredo Lozano (1996), la “ciudad andina” está sustentada en principios que permitieron replantear la ordenación de los centros poblados a partir de reconstruir topológicamente los símbolos del Cosmos y la filosofía andina —primeramente representada en el territorio— en la forma y el diseño de una ciudad o centro urbano74. Fundar una ciudad significaba establecer un centro o punto en el territorio en el cual se concentra energía. Por lo cual, el territorio se proyecta desde la mega escala hacia la micro escala y desde la homogeneidad hacia la heterogeneidad. Así, surge la noción de “espacio sagrado” que implica la idea de repetición de la hierofanía primordial que consagra aquel espacio transfigurando y singularizándolo. La ciudad andina está construida por un plan pre-determinado basado en un modelo simbólico original que sería ejecutado en etapas en un espacio de tiempo que tiene estrecha relación con los ciclos cósmicos (festividades) y estacionarios en dependencia con las actividades humanas.

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A causa del enfoque anteriormente descrito sobre la ocupación del espacio en Sudamérica (planificación desde el territorio hacia los centros urbanos), el número de ciudades prehispánicas andinas consolidadas y conocidas ha sido reducido, fueron asentamientos humanos que poseían menor suntuosidad y monumentalismo que los de Mesoamérica. Nos obstante, las ciudades andinas manifiestan una exquisita complejidad y síntesis del territorio en el cual eran estructurantes y a la vez estructuradores.

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La representación del Cosmos en la ordenación de los centros poblados está fijada en tres ejes: a) Calendario astral. Trazado general de la ciudad. b) Reproducción simbólica del cosmos. Ubicación de edificaciones (palacios, templos, etc.), en concordancia con las figuras estelares. c) Concepción de centro simbólico. Ciudades como centros alrededor de otros centros (intersección de ejes). Ciudad andina: Chan Chan75 Chan-Chan fue la capital urbana del imperio Chimú (Perú), quien gobernó desde Tumbes hasta Carabayllo, entre los siglos IX y XV. La construcción está conformada por diez conjuntos amurallados, algunas secciones o anexos, templos, reservorios, miles de viviendas y extensos campos de cultivo, los cuales abarcan una superficie total de 20 kilómetros cuadrados, siendo la ciudad de adobe más grande de América. La ciudad (complejo laberinto) está estructurada por una sucesión continua y casi desordenada de centros administrativos, construidas a lo largo de la historia del mismo, en cada una de estas vivieron los reyes que gobernaron esta civilización; cuando un rey moría, era sepultado en uno de estos lugares y enterrado junto a su sequito, convirtiéndose también en un gran mausoleo. Cada uno de estos centros era un universo de espacios perfectamente organizados y trazados con mucho orden y precisión funcional, pero entre estas grandes áreas habían otras estructuras más pequeñas, organizados con vías de circulación distribuidas en aparente desorden, estas aéreas eran las zonas residenciales donde habitaba el pueblo, con formas muy irregulares llamadas “SIARS” por los arqueólogos norteamericanos que trabajaron el sitio. La arquitectura es un elemento que refleja la existencia de una marcada estratificación y división social. En el complejo urbano Chimú se distinguen tres tipos de arquitectura, correspondientes a clases diferenciadas por el lugar de residencia, actividades laborales y posesión de bienes. Según el análisis morfológico urbano de la ciudad de Chan Chan desde el punto de vista de la fractalidad, realizada por Myriam Mahiques (2010), el asentamiento muestra tres tipologías: a) Tipología de arquitectura de viviendas populares. Corresponde a las numerosas viviendas de las personas no pertenecientes al grupo dirigente. Sus construcciones eran pequeñas casas de quincha (barro con caña) y paja, de forma irregular y aglutinadas en aparente desorden. La ubicación de las viviendas siguen rangos de importancia: las más cercanas a las construcciones palaciales serían las de los colaboradores y sirvientes de la élite dirigente, después le seguirían los comerciantes y artesanos, y por último, a mayor distancia, los agricultores y pescadores. Estos recintos conforman un área no mayor a 1 kilómetro cuadrado y la mayoría se encuentra en el sector Sureste. b) Tipología de arquitectura intermedia. Son edificaciones de menor complejidad y planificación que los conjuntos palaciales, se encuentran distribuidas junto con las viviendas populares, pero destacan por su mejor elaboración. Se denomina intermedia por compartir características de la arquitectura monumental y las viviendas populares. La arquitectura intermedia se diferencia de la primera por una baja proporción de espacios abiertos y patios con depósitos; y se distingue de la segunda por sus paredes circundantes, por su ingreso restringido y su grado de planeamiento. La arquitectura consta de casi 35 unidades delimitadas por una pared circundante con un solo acceso. c) Tipología de arquitectura real monumental. Son estructuras de gran planificación con sectores amurallados, donde habitaron los señores de la más alta jerarquía. Anteriormente fueron categorizados como “ciudadelas”, pero el término sólo comprendía el “palacio” y no sus conexiones periféricas. Algunos arqueólogos sugieren la denominación de “conjunto palacial”, puesto que cada recinto está conformado por una triada constructiva compuesta por dos edificios (al Norte y al Este) conectados con el principal (palacio). Otros arqueólogos optan por el término neutro de denominarlos “conjuntos amurallados” para evitar controversias. El tamaño del conjunto amurallado Rivero ocupa un área de 8,7 75

Dentro la división de periodos históricos prehispánicos en Sudamérica, Chan Chan (capital de la cultura Chimú, Perú) es considerado como el centro urbano prehispánico más grande de Sudamérica (al igual que Teotihuacán y Tiahuanaco), corresponde a al periodo Pos-Clásico (950 d.C. - 1470 d.C.)

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hectáreas, Gran Chimú (la más grande) 22,1 hectáreas, las demás, tienen un promedio de 14 hectáreas. En síntesis, las estructuras de estos asentamientos están íntimamente ligadas a la economía de las actividades y a los estratos sociales. Gráfico N° 24: Vista y esquema general de Chan Chan

Fuente: Arqueología del Perú, Lizardo Tavera Gráfico N° 25: Esquema general del Conjunto Amurallado de Tschudi

Fuente: Arqueología del Perú, Lizardo Tavera Gráfico N° 26: Modelo general de Chan Chan

Fuente: Elaboración propia

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El estudio morfológico muestra la propiedad fractal de auto-semejanza en la conformación física del asentamiento, asimismo, verificó una tendencia a la auto-similitud entre las diferentes escalas urbanas. La morfología urbana de Chan Chan ha nacido de geometrías abstractas producto de acciones deliberadas del pensamiento lógico-político humano, con un fin concreto: el de ajustarse a la creciente productividad, separación social relativa y control de ambos, producción y sociedad. Ciudad andina: Cuzco (Incas)76 Entre los principales centros urbanos incas, varios se desarrollaron sobre asentamientos ya existentes aunque muchos fueron remodelados (Hardoy, 1999). Según Alfredo Lozano, los planificadores y arquitectos de las ciudades que configuraron el Tawantinsuyu (Imperio Inca), habrían recogido después de una cuidadosa observación del plan de la ciudad de Tiahuanaco, los principios esenciales que sirvieron para normar y ordenar el territorio andino. Jorge Enrique Hardoy menciona que las principales ciudades incas cumplían, entre otras, funciones administrativas. Hayan sido construidas por los incas o reconstruidas por ellos utilizando un asentamiento preinca, tuvieron, por lo general, algunas características y elementos comunes. Casi todas las ciudades administrativas principales eran cruzadas o estaban junto a los caminos ordenados a construir por los incas que se dirigían desde Cuzco a las cuatro regiones o suyus en que estaba dividido el Tawantinsuyu (desde la plaza de Cuzco, salían cuatro caminos reales hasta todos los confines de sus conquistas). Mapa N° 1: Ubicación esquemática del territorio Inca

Fuente: Elaboración propia con base a varios documentos

Las ciudades incas no eran fortificadas, aunque frecuentemente contaban con un elemento de refugio construido sobre una elevación vecina. En la elección de los sitios para construir los centros administrativos, parecen haber predominado las ubicaciones relativamente llanas o de poca inclinación, vecinas al algún curso de agua que pudiera ser utilizado para realizar cultivos intensivos y en áreas de mayor densidad de población. Un amplio espacio o plaza es mencionado en casi todas las descripciones de los españoles y aparece en los relevamientos arqueológicos (por ejemplo, Huánuco Pampa, 350 por 550 metros). En las crónicas de Pedro Cieza de León, se menciona que cuando Hernando Pizarro, por encargo de su hermano Francisco, viajó desde Cajamarca hasta Pachacamac, al que llamó “pueblo muy grande y de grandes edificios” y al que el Conquistador calificó de “pueblo mayor que Roma”, y luego agrega, “otro día, de mañana, vino gente que estaba en la plaza, que eran indios de servicio, y es verdad que había sobre cien mil ánimas”.

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Dentro la división de periodos históricos prehispánicos en Sudamérica, la cultura Inca (Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Argentina, Chile) corresponde al periodo Pos-Clásico 1200 d.C. - 1533 d.C.

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Mapa N° 2: Estructuración esquemática de la ciudad de Cuzco (Forma de Puma)

Fuente: Arqueología del Perú, Lizardo Tavera

La planificación física de la ciudad andina, como el caso de la ciudad de Cuzco 77, define un modelo con tres sectores claramente diferenciados, a saber: a) Primer círculo, el núcleo central de la ciudad, corresponde precisamente al lugar sagrado, el cual también puede considerarse como el principal barrio de la ciudad, es el lugar donde están emplazados los templos dedicados al culto estelar, e irradian las wacas o adoratorios siendo la sede de las divinidades principales y residencia de Incas, sacerdotes o personas dedicadas a la preparación de las celebraciones rituales. Este núcleo central, era el lugar de las mayores celebraciones festivo-rituales, habiéndose construido para tal efecto, plataformas, plazas y recintos espaciosos b) Segundo círculo, alrededor del núcleo central, el Sector Administrativo (casi ovalado), sede de los curacas y representantes de las naciones confederadas asentados en barrios, asimismo, residían en trece barrios los encargados de anunciar los meses del año (calendario agrícola) y las festividades rituales. Este sector se fue poblando paulatinamente conforme a los lugares donde provenían, los del oriente al oriente y los del poniente al poniente. c) Tercer círculo, bordeando el sector administrativo, se ubican las viviendas de los ayllukuna locales (perímetro de la ciudad), es decir, el sector residencial del común de la población, encargada del mantenimiento de la ciudad, y del abastecimiento de los productos básicos para la subsistencia. Gráfico N° 27: Modelo de la ciudad de Cuzco

Fuente: Lozano, 1996

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Según Hardoy (1999), la mayoría de las poblaciones incaicas, independientemente de su tamaño e importancia, se desarrollaron sin un plan previo, aunque algunas de ellas fueron construidas por orden del Inca con fines administrativos, económicos y políticos.

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El centro y los círculos están divididos por dos diagonales, que son los ejes de orientación cardinal, obedeciendo su posición al registro de los movimientos aparentes del sol (solsticios y equinoccios), que también tienen su correlato en los ejes dibujados por la Vía Láctea. Ciudad andina: Tiahuanaco o Tiwanaku 78 “Entre los sitios arqueológicos más importantes de América, Tiahuanaco es uno de los peor conocidos” Hardoy (1999). Se entiende que las actuales ruinas del centro urbano (a 20 kilómetros de la actual ribera del lago Titicaca) y las evidentes obras portuarias existentes alrededor, prueban el desecamiento del lago, además, corroboradas por el hallazgo de restos de un ancho canal, que aparentemente rodeaba por entero el asentamiento. Gráfico N° 28: Esquema general de Tiahuanaco y Teotihuacán

Fuente: Elaboración propia

Existen ciertas características arquitectónicas que han sido encontradas tanto en Tiahuanaco (Sudamérica) como en Teotihuacán (Mesoamérica), ambas consideradas como las civilizaciones antiguas más importantes de América. En la estructura urbana tienen un predominio en el uso de planta regular y efecto masivo de los edificios; asimismo, la utilización de plataformas piramidales como base de las construcciones religiosas, la aparición de canales de desagüe, el uso de grandes escalinatas y la piedra como material de construcción. En Tiahuanaco, sin embargo, no ha aparecido la proporción de los espacios urbanos de Teotihuacán, como el que servía de atrio a la pirámide de la Luna, ni tampoco las avenidas tienen el sentido urbano, visualmente limitado y enriquecido con secuencias, que es característico de la avenida de los Muertos. Existe el consenso general de considerar a Tiahuanaco como un centro predominantemente ceremonial a escala continental al que acudían periódicamente peregrinos provenientes de un extenso territorio 79. Aunque las evidencias arqueológicas son escasas y los estudios son generales, indudablemente esta cultura asentada principalmente en territorio boliviano y extendido a través de una importante red caminera hacia otros ámbitos (países vecinos), ha constituido la base cultural y espacial tanto de culturas preincaicas como del mismo imperio incaico. 78

Dentro la división de periodos históricos prehispánicos en Sudamérica, la cultura de Tiahuanaco (Bolivia), es una de las culturas más longevas de América, con 27 siglos y medio de duración, corresponde a los periodos Formativo y Clásico (1500 a.C. - 1200 d.C.) 79 En el año 2004, se ha descubierto un sitio ceremonial en la isla Pariti, para los arqueólogos Jédu Sagárnaga (Bolivia) y el Antti Korpisaaries (Finlandia), es “un hallazgo que cambiará las nociones sobre las relaciones de Tiahuanaco con sus áreas circundantes”, en realidad poseía un enigmático bolsón donde hace siglos fueron depositados cientos de objetos rituales. Allí las obras eran echadas luego de ser destruidas intencionalmente tras probablemente una ceremonia especial. Una práctica descubierta en otras culturas andinas. Las figuras rescatadas presentan una vasta variedad de formas y estilos. Los rostros humanos sobrecogen por la variedad de rasgos étnicos (al igual a las cabezas clava dentro el templete semi-subterráneo). A los típicos rostros andinos se suman otros que aparentan características africanas, asiáticas y europeas. Las figuras de animales asumen hibridaciones como las de un cóndor-puma que a primera vista recuerda a los clásicos dragones del arte chino. Otras atraen la atención por su mirada chispeante trabajada con piedras semipreciosas, etc.

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Mapa N° 3 y Cuadro N° 10: Estructura de caminos de Tiahuanaco en territorio boliviano

Fuente: Elaboración propia con base a varios documentos

Hugo Romero Bedregal (2014), considera al planeamiento de Tiwanaku como un atractor dentro de la nomenclatura de las “ciencias del caos y la complejidad”, con la “emergencia” como matriz del modo de gobernar y parte del proceso de evolución humana y desarrollo histórico. El modo de gobernar tiwanakota tiene empotrado en su estructura al “planeamiento con capacidad de manejar la incertidumbre y el riesgo”. “Este no es solo de hombres en comunidad, pues también es para los árboles, animales y minerales en la naturaleza y las galaxias y planetas en el universo”. Para lograr este fin trabajaron con el hatha, la semilla universal y hogar, con yatinqaña o sabiduría, ciencia y tecnología y una estructura de elementos para aprender e imitar el manejo de la incertidumbre tal como lo hace la naturaleza en armonía con el orden cósmico. En primer lugar, el modo de gobernar es una instancia de control, planeamiento, información, gestión o ejecución y orden que se hace operativo en la toma de decisiones culturales para resolver casos particulares con la participación de todos o algunos miembros de las comunidades. -

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Control. Es el proceso de diseño y manutención del mundo-universo tendiendo a su autoregulación y auto-organización, para lo cual, es imprescindible entender y comprender este mundo-universo así como ejercer su control desde fuera y desde adentro simultáneamente y sin contaminarse, estando continuamente informado y emitiendo información pertinente. Planeamiento. Es el proceso superior para la toma de decisiones, que involucra los aspectos de objetivos, estrategias y prácticas, así como los factores constitutivos de cada situación. Existen también instancias menores a niveles comunitario y familiar (interescalar). Información. Es el conocimiento que va del más abstracto (como son las ideas filosóficas) al más concreto (como son las prácticas agrícolas). Es el proceso en el cual se transmite la “información” y se trata como “comunicación”80.

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La información es un conjunto de datos organizados que pretende que uno o varios destinatarios estén en conocimiento de su existencia. La información es unidireccional, ya que el emisor la transmite al receptor y al recibirla éste, ya cumple su función. En cambio, la comunicación es un conjunto de datos organizados que pretende obtener una respuesta al ser recibida por uno o

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Gestión o ejecución. Es el proceso de auto-regulación y auto-organización que tiene en cuenta el planeamiento a niveles macro y micro. Orden. La cosmovisión contiene un orden de las cosas, del hacer saber y saber hacer para el logro de la “armonía” que se establece al sintonizar la melodía del cosmos con los ritmos de la naturaleza.

Y, en segundo lugar, el modo de gobernar (denominado Kamak) es también un conjunto difuso de cuatro niveles o plataformas de planeamiento (anidados): mega, nano, macro y microplaneamiento. 1.

2.

3.

4.

Megaplaneamiento. Muestra las cordilleras de los Antis y el eje acuático de los lagos Titicaca y Poopo, comunicados por el río Desaguadero y con la diagonal Capac Ñan como directriz. Con el uso de imágenes satelitales, la geodesia y la geomancia se ha verificado que todos están alineados a 45 grados con la dirección Este-Oeste. Este planeamiento muestra el orden y alineamiento del Taypikala o centros derivados alienados con la diagonal blanca de la wiphala o camino de la verdad. Esta proeza de la ingeniería cósmica se logra entender con la aplicación de la paleogeodesia y planeamiento territorial desarrollado por Milla Villena. Igualmente, muestra la “cuatripartición” del simbolismo espacial quechua de cuatro cuadrantes en torno al Taypi del Cuzco (ombligo del mundo en español). Los suyus o regiones quánticas organizadas por la diagonal principal Suroeste-Noreste y la diagonal perpendicular, de tal modo que Chinchasuyu y Antisuyu están arriba de la diagonal principal y Cuntisuyu y Collasuyu abajo de la diagonal principal. Manoplaneamiento. El otro nivel de planeamiento para bajar el orden de alajpacha o cósmico a la Tierra es el nanoplaneamiento. Mediante la miniaturización de las cosas que habitan el Akapacha bajo la dirección del Ekeko deidad de la abundancia y la fertilidad que es otro desdoblamiento de Wiracocha como son Thunupa y Tarapacá. Con respecto a la operación de la miniaturización, reducción en escala y reproducción fiel del objeto original del nanoplaneamiento. En la capital de Tiwanaku, los estudios concluyen que “el planeamiento medular de la capital imperial, la pirámide de Akapana es el centro tetraléctico, la pirámide de Pumapunku (arriba), templete semi-subterráneo (abajo), templo astronómico de Kalasasaya (aquí) y cerro de Quimsachata (reflejo de aquí). El Mundo de “aquí” está situado en el medio, entre el mundo de “arriba” y el “abajo”, e implica el principio de Incertidumbre Cosmológica, por eso, el mundo de “aquí” se desdobla en obra de la naturaleza (Quimsachata) y la obra del ser humano (Kalasasaya). En conclusión, la casa-cosmos es la miniatura mayor del nanoplaneamiento; es una economía y una cosmología que conjunciona y sincroniza los órdenes, ciclos y ritmos del cosmos, la naturaleza y la cultura. Macroplaneamiento. Los territorios se extienden más allá del área central ceremonial donde se desarrolló una economía endógena, pasando a constituir la economía exógena de la civilización de Tiwanaku. “La economía exógena tenía dos elementos claves: la incorporación como enclaves de las poblaciones de las regiones ecológicamente diferentes del altiplano y los intercambios a larga distancia con el uso de caravanas de llamas como parte de su sector dinámico, multiétnico y no enteramente centralizado”. Una de las tesis centrales del planeamiento andino es que los sabios tiwanakotas tenían la misión de bajar el orden cósmico a la Tierra, la que se efectivizo precisamente en el nivel del megaplaneamiento andino. En otro estudio se reitera que “esta sistemática construcción de la mimesis entre los órdenes natural y social refleja la sensación de inmanencia entre los mundos cotidiano y espiritual”. Microplaneamiento. El paso siguiente al macroplaneamiento es el nivel energético de microplaneamiento tiwanakota del modo de gobernar aplicado al diseño, planeamiento y gestión del valle de Tiwanaku y áreas vecinas como el centro de centros de la vida del taypi de la comunidad primigenia y su posterior extensión a América como civilización tiwanakota. El valle de Tiwanaku no constituye una región ecológica homogénea, por el contrario, la variabilidad de

varios destinatarios. La comunicación es bidireccional, ya que el emisor la transmite al receptor y espera una respuesta de éste. Cuando el receptor otorga una respuesta al emisor, se cumple la función de la comunicación.

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microambiente que se ha identificado demuestra la complejidad del territorio y el espectro de sus recursos. Es precisamente, la dinámica entre este entorno natural, con todo el potencial de sus recursos, y las sociedades que se desenvolvieron en él, la que generó estrategias productivas singulares en la trayectoria histórica de sus pobladores. III.1.4. Modelos equivalentes al espacio andino Modelo de la Cuaternidad (Martín Heidegger) Martín Heidegger en su ensayo “Construir, habitar, pensar” publicado el año 1951, ofrece una visión respecto a la arquitectura, fundamenta que la relación de medio y fin es un tanto imperfecta; para él, más adecuado sería decir que construir es ya, una forma de habitar. Esto es verdad a causa del “ser del producir”: solemos entender el “producir” como una actividad cuyas operaciones son seguidas por un resultado. Pero el ser del producir es otra cosa distinta: consiste, y Heidegger lo dice así, con un lenguaje abrupto, casi telegráfico, en un conducir y colocar delante. ¿A qué se refiere? ¿Qué es lo que ―de modo muy poco poético― ‘se pone delante’? Por lo pronto, aquello que al construir se anticipa como posible ingrediente de la casa habitable. Es decir: sus funciones, sus usos, sus partes. Gráfico N° 29: Modelo general de la Cuaternidad de Heidegger

Fuente: Elaboración propia con base en Heidegger, 1951

Pero no se trata sólo, de lo que hoy llamaríamos una “arquitectura funcional”. Heidegger, por decirlo en el lenguaje de Umberto Eco, distingue entre la función utilitaria de la arquitectura y la función simbólica. Hay muchas cosas en casa que no tienen carácter productivo: la privacidad, el rincón acogedor, el lugar vital, el espacio de recogimiento, el espacio familiar y el espacio sagrado. En cierta forma la casa es un lugar de encuentro: el de la vida humana con la tierra, el cielo y los demás mortales. Todo en casa habla este cuádruple lenguaje: la casa es el enclave donde dispongo de los frutos de la tierra y, al mismo tiempo, el lugar donde me resguardo de ella. Pero la casa también me hace sentir la presencia de la familia, la de Dios y la de mi propia soledad confrontada con el lenguaje de su forma, pues toda forma es un significante. La casa dice, induce, parece un ser viviente. A este conjunto Heidegger le llama “cuaternidad”. Heidegger liga la esencia del espacio a la experiencia del sujeto que está en el mundo. “El espacio del habitar no es un mero espacio geométrico sino existencial de arraigo, resultado de la percepción fenomenológica de los lugares y una construcción a partir de esta experiencia”. Las construcciones son cosas que a su manera conduce la “cuaternidad”: salvar la tierra, acoger el cielo, conducir a los mortales; esta cuádruple dirección es el ser simple de la habitación.

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Modelo Psico-bio-físico de la realidad (Roger Penrose) Roger Penrose en su último libro “El camino hacia la realidad” publicado el año 2004, ofrece una revisión crítica, novedosa y profunda sobre los entresijos de las teorías físicas y matemáticas, que acercan a una mejor comprensión de la realidad. Gracias a los criterios de este autor, surge la idea científica de unidad de los elementos que conforman la realidad, sustentando las bases de una biofísica cuántica de la conciencia. Aunque la propuesta de Penrose es aún especulativa desde el punto de vista de la ciencia positivista, hoy constituye la contribución más importante hacia una explicación psico-bio-física de la realidad dentro la visión del pensamiento complejo. En detalle, el modelo planteado por Penrose de la realidad es una sola unidad clasificable en tres mundos: a) Por su consistencia interna inmutable, el “mundo matemático” ocupa una posición especial. Al igual que Platón, establece que las matemáticas habitan en un mundo del ser, eterno, armónico y perfecto. Los elementos matemáticos poseen una existencia que sólo puede ser descubierta a través de la inteligencia. Es un mundo inteligible. b) Existe también un “mundo físico”. Es la realidad sensible y perceptible a través de las sensaciones. Las ciencias físicas estudian las propiedades de este mundo dinámico e imperfecto, que son susceptibles de comprobación experimental. Es un mundo de procesos materiales explicables mediante cuatro interacciones básicas descritas por medio de elementos del mundo matemático. El fundamento ontológico del mundo físico es matemático. c) Finalmente, está el “mundo psíquico” donde acontece la conciencia. Es el mundo de las experiencias psíquicas, personales e intersubjetivas. La conciencia es una propiedad psíquica de los seres humanos quienes participan esencialmente en este mundo. Gráfico N° 30: Concepción de la realidad según Roger Penrose

REALIDAD

MUNDO MATEMÁTICO (Inteligible)

HOMBRE

MUNDO PSÍQUICO (Conciencia, subjetivo)

MUNDO FÍSICO (Perceptible, experimental)

Fuente: Elaboración propia con base en Penrose, 2004

La interrelación de los tres mundos, según Penrose, se efectúa a partir del ser humano, pues “el mundo matemático es aprehendido por un ser físico y consciente concreto, el ser humano es capaz de conocer el mundo matemático, es el único ser del mundo psíquico capaz de contemplar las verdades matemáticas”. Igualmente, la unidad de estos mundos se efectúa a partir de que “una parte del matemático soporta lo físico, una parte del físico lo psíquico y una parte del psíquico contempla lo matemático”. En síntesis, el ser humano vive en una única realidad con tres dimensiones: matemática, física y psíquica. Al final del libro, el autor alude a que es “consciente de las limitaciones de este modelo”. No obstante, reconoce también que éste es una demarcación propedéutica del proceder futuro de las ciencias, ya que, él se aventuró a ir más allá de las disciplinas tradicionales que son incapaces de explicar el fenómeno psico-bio-físico de la “experiencia consciente”. De modo que, esta propuesta “es un modelo heurístico que anticipa una teoría mejor”. 107


Modelo del espacio antropológico (Pierre Lévy) Este modelo ha sido planteado por el francés Pierre Lévy el año 2004 en su libro “Inteligencia colectiva: Por una antropología del ciberespacio”. Este autor propone operativizar el concepto de “inteligencia colectiva”81 hacia un “modelo de espacio antropológico” como sustento de una ingeniería del vínculo social. Gráfico N° 31: Modelo del espacio antropológico

ESPACIO TIERRA

ESPACIO SABER ESPACIO TERRITORIO

ESPACIO MERCANCÍA

ESPACIO ANTROPOLÓGICO

Fuente: Elaboración propia con base en Lévy, 2004

“El espacio antropológico es un sistema de proximidad (espacio) propio del mundo humano y por consiguiente, dependiente de las técnicas, de las significaciones, lenguaje, la cultura, las convenciones, las representaciones y las emociones humanas”. Para Lévy, son cuatro los espacios que componen el espacio antropológico: a) La tierra. Es todo lo real, el espacio-tiempo, el contenedor físico, etc. b) El territorio. Es todo lo concerniente con las actividades, el trabajo, la producción, la maquinaria industrial, etc. c) La mercancía. Tiene relación con el accionar del hombre que subordina la tierra y el territorio para organizarlos según sus propios fines. d) El saber. Como espacio no existe, pero, está sumergido en cada uno de los anteriores espacios, es el saber-vivir o un saber coextensivo a la vida del hombre, de la emergencia, de las maneras de ser, es un espacio donde se reúnen los procesos de subjetivación individuales y colectivos, etc. Las principales características de los cuatro espacios, según Lévy, son: a) La tierra. Son estructurantes (contienen y estructuran un gran número de diferentes espacios físicos) y están relacionados con los planos de existencia materiales. b) El territorio. Son autónomos y se relacionan con la velocidad. c) La mercancía. Son elementos vivos y se relacionan con la contingencia. d) El saber. Son irreversibles y se relacionan con lo eterno. Los espacios antropológicos se extienden al conjunto de la humanidad. Ellos mismos están formados por una multitud de espacios interdependientes. “La tierra, el territorio, la mercancía y el saber son engendrados por la actividad imaginaria y práctica de millones de seres humanos, por máquinas antropológicas transversales, que trabajan en los dobleces de sus sujetos, cortando a través de la 81

Según Pierre Lévy, la inteligencia colectiva es una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilización efectiva de las competencias. El fundamento y objetivo de la inteligencia colectiva es el reconocimiento y el enriquecimiento mutuo de las personas. Una inteligencia repartida en todas partes: nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo, todo el conocimiento está en la humanidad. No existe ningún reservorio de conocimiento trascendente y el conocimiento no es otro que lo que sabe la gente. La inteligencia colectiva solo comienza con la cultura y aumenta con ella.

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estructura organizacional de las instituciones”. No son estratos, dimensiones de análisis abstractas o el resultado de una división analítica o puramente cronológica. Estos cuatro espacios “son mundos vivos engendrados continuamente por los procesos y las interacciones que se desarrollan entre ellos. Los espacios antropológicos crecen desde el interior”. Modelo de gestión de la complejidad organizacional (David Snowden y Peter Stanbridge) La complejidad y la teoría del caos estudian los fenómenos complejos más comunes: la turbulencia, el desequilibrio y el carácter imprevisible, la auto-organización, la adaptación, el aprendizaje y los rendimientos crecientes, entre otros. Sin embargo, la operativización de estos conceptos y teorías, son todavía emergentes y precisan de muchos desarrollos para consolidar sus bases científicas. Autores como Ralph Stacey, Michael Mc Master, Uri Merry y Elizabeth Mc Millan 82, han tratado de aplicar los principios de la teoría de la complejidad a la gestión, pero ninguno de ellos todavía posee fundamentos sostenibles en la teoría matemática que establezca los principios de la complejidad, aunque todos ellos son experimentados gestores y académicos del campo de la estrategia y la gestión de empresas. De hecho, en los últimos 30 años muchos científicos de los campos más diversos: astronomía, física, química, geología, biología, etc., han visto en la teoría de la complejidad una posible vía de solución a la interpretación de la realidad, o a la explicación de lo que realmente puede suceder, tratando de establecer sistemas previsibles. No obstante, no se trata de plantear nuevos modelos para una nueva gestión, sino de reflejar los límites de la visión actual para ofrecer una nueva perspectiva apoyada en las relaciones y las pautas como principios de una nueva comprensión de la organización compleja. En este contenido, David Snowden83 y Peter Stanbridge en su artículo “El panorama de la gestión: creando el contexto para entender la complejidad social” publicado en la Revista “Emergence” el año 2004, han propuesto un novedoso modelo de gestión. La propuesta trata de posicionar a la complejidad en el contexto de otras disciplinas de gestión; además, analizar las distintas formas de complejidad, tales como la complejidad matemática, y cómo las características inherentes a los seres humanos (la ambigüedad y la incertidumbre entre ellas) encuentran acomodo en la complejidad social. El modelo de Snowden y Stanbridge ordena el panorama de los distintos enfoques de gestión con base en dos dimensiones. Por un lado, la ontología, la naturaleza de las cosas definidas en términos de causalidad, relativa al sentido filosófico de la naturaleza fundamental de las cosas. Y, por otro lado, la epistemología, relativa a la naturaleza del conocimiento definido en términos de acción. Así, el eje vertical de su modelo, distingue entre “sistema ordenado” y “sistema desordenado”. El eje horizontal, por su parte, representa el grado de “ambigüedad” y “no ambigüedad”84 de las intervenciones, de modo 82

El caso de Elizabeth Mc Milan (investigadora del Centre for Complexity and Change) es relevante por sus novedosos aportes. Ella ha propuesto una modelización tentativa de los principios de la complejidad denominado “Fractal Web” (Red Fractal). El modelo es un intento muy válido de modelizar la estructura de los Sistemas Adaptativos Complejos, pues, proporciona una perspectiva que facilita el desarrollo de nuevas estructuras y esquemas más flexibles y resonantes con la realidad de las organizaciones, inspirada en general en los principios de la complejidad, pero, en especial en los principios de no linealidad, no jerarquía, holismo, auto-organización, flexibilidad, diversidad y trabajo en red. El modelo construido por Mc Millan está basado en dos elementos básicos: 1° La capacidad de auto-organización de los sistemas adaptativos complejos en tanto que disipan y consumen energía y materia para renovarse en un determinado ambiente y; 2° La consideración de la organización como fractal como principio básico de diseño de muchas estructuras naturales. El modelo “Red Fractal” simula el funcionamiento de las estructuras biológicas y del sistema circulatorio humano, adoptando su dimensión fractal. Está formado por subestructuras interconectadas de forma no lineal, a través de las cuales circulan permanentemente los flujos de energía y materia que nutren cada parte del sistema. En el caso de las organizaciones, la energía y la materia adoptan la forma de información. 83 David Snowden es director del Centro Cynefin para la Complejidad Organizacional (IBM), actualmente centra sus investigaciones en el campo de la complejidad social y la emergencia. Está a la vanguardia de nuevas técnicas emergentes de los procesos, la gestión de la complejidad y la gestión de los conocimientos. 84 Para Ralph Stacey, autor de “Strategic Management and Organisational Dynamics: The Challenge of Complexity” (1996), la gestión de los sistemas complejos puede ser dividido en dos zonas: 1° La zona estable, en la cual si el sistema es disturbado vuelve al estado inicial y; 2° La zona inestable, donde una pequeña distorsión provoca futuras divergencias. Normalmente los sistemas operan en los límites entre las dos zonas (zona de transición o el borde del caos). En la “zona inestable” las organizaciones están compuestas por activos físicos y por activos intangibles. El capital humano, capital relacional, y capital estructural; las personas y su conocimiento, sus normas y valores, todo ello constituye un “sistema vivo”, que co-evoluciona con su entorno. Los activos intangibles (imprevisibles), son los protagonistas de la gestión, porque la

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que, las “reglas” representan intervenciones de baja ambigüedad y la “heurística” representa un alto grado de ambigüedad. Las dos ontologías básicas propuestas, son: orden y caos (sin orden u orden no conocido). “Cada una de las ontologías muestra una relación diferente entre causa y efecto, por lo que, requieren enfoques de gestión diferentes”. La clave, según él, reside en identificar lo que se puede gestionar y lo que no en cada uno de ellos: a) En un “sistema ordenado”, se determina el resultado o estado final deseado, se valora la situación actual y a partir de ahí se fijan los pasos que permitan eliminar el gap entre ambas situaciones. b) En un “sistema sin orden”, no se puede disponer de estados finales deseados, y el pretender conseguirlos puede impedir la emergencia de otros estados finales más deseables. El concepto de “orden” está concebido por el conocimiento en un sistema de las relaciones entre causa y efecto, y que se repiten para unas condiciones de partida dadas. “La naturaleza del orden puede ser visible o evidente, o puede estar oculta, en cuyo caso requeriría investigación y análisis. Estos sistemas pueden llegar a ser muy complicados, pero las relaciones entre la causa y el efecto son abordables y permiten la predicción”. Para los autores, “la ciencia de la gestión ha estado dominada tradicionalmente por este concepto de orden”85. Las “reglas representan el intento de controlar una situación estableciendo las acciones que deben llevarse a cabo en un momento determinado”. Un ejemplo de lo citado, según Snowden, es el enfoque de gestión orientado hacia la búsqueda de las “mejores prácticas” en el que subyace la idea de que existe una única manera adecuada de hacer las cosas. “En el ámbito del desorden, las reglas que rigen los sistemas complejos representan el mismo principio en la forma de cripto-determinismo; en este caso, las reglas se originan por razón del propio comportamiento, como la búsqueda del interés particular, o se determinan genéticamente o por parte de una autoridad mayor”. En contraste, “la heurística permite un alto grado de ambigüedad de interpretación de la acción; y también en este caso, se proporcionan unas guías generales de actuación en el que se constata claramente los extremos del comportamiento tolerable e intolerable, pero que dejan una gran zona gris de indefinición en la que la interpretación es clave”.

Sistema desordenado

COMPLEJIDAD MATEMÁTICA

COMPLEJIDAD SOCIAL

REINGENIERÍA DE PROCESOS

REGLAS

Sistemas ambiguos

Sistema ordenado

Sistemas no ambiguos

ORDEN

ONTOLOGÍA

DESORDEN

Gráfico N° 32: Modelo de gestión de la complejidad social

TEORÍA DE SISTEMAS

HEURÍSTICA

EPISTEMOLOGÍA

Fuente: Elaboración propia con base en Snowden y Stanbridge, 2004

En síntesis, el modelo de gestión de la complejidad organizacional presenta los siguientes componentes: gestión es decisión, y las personas son las que toman las decisiones en base a su conocimiento, siempre con un cierto grado de incertidumbre. 85 Según Ralph Stacey, la gestión siempre se ha observado desde una “zona estable”, tratando de establecer sistemas predecibles, basados en la mecánica Newtoniana del principio de acción y reacción o causa y efecto.

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a) Ontología basada en el orden, epistemología basada en reglas: Reingeniería de Procesos. “Este cuadrante ha dominado el ámbito contemporáneo de la gestión desde las teorías de Taylor y la gestión científica hasta el movimiento de la reingeniería de procesos y el énfasis en las mejores prácticas en el ámbito de la gestión del conocimiento. Se basa en la metáfora de la organización como objeto que puede diseñarse, estructurarse y planificarse con el propósito de producir resultados consistentes y repetibles”. b) Ontología basada en el orden, epistemología basada en la heurística: Teoría de Sistemas. “En la década de los 80 y los 90, el foco pasó de lo mecánico a lo humano. Con la Teoría General de los Sistemas surge la necesidad de reconocer los aspectos dinámicos de la organización, la cual no podría reducirse a una estructura mecánica simple. Corresponde a esta época el énfasis en el alineamiento de la organización con la misión y los valores, y en la identificación de las competencias clave de la organización como fuente de ventaja competitiva”. c) Ontología basada en el desorden, epistemología basada en las reglas: Complejidad Matemática. “El origen del entendimiento de los Sistemas Adaptativos Complejos reside en la biología y la química. El enfoque básico consiste en el descubrimiento o diseño de reglas que permitan la toma de decisiones a los seres vivos; la clave es que dichas decisiones provocan fenómenos complejos que pueden ser optimizados. Este enfoque de la Complejidad Matemática comparte el concepto de reglas con la Ingeniería, pero en vez de aplicarlas como mecanismo de control jerárquico, las reglas se aplican al nivel del comportamiento de cada agente con el fin último de simular las propiedades de cada nivel del sistema”. d) Ontología basada en el desorden, epistemología basada en la heurística: Complejidad Social. “Existe un consenso más o menos generalizado en torno a la idea de que los sistemas humanos son diferentes a los sistemas naturales. A pesar de compartir con la complejidad matemática los conceptos de desorden y emergencia, las escuelas de pensamiento enmarcadas en la complejidad social reconocen la existencia de aspectos únicos en los sistemas humanos que no están presentes en el resto de sistemas naturales. Se trata básicamente de aspectos asociados a la comunicación y el lenguaje”. III.2. PROCESO DE TERRITORIALIZACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO EN EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO III.2.1. Definición de escalas territoriales Para delimitar un determinado territorio existen muchas formas de definirlas. En escalas mayores, el concepto de “región” ―que es el más utilizado―, está delimitado a la utilización de tres criterios básicos: a) homogeneidad de sus caracteres; b) especialización o polarización de sus funciones y; c) presencia de instancias o niveles de gobierno. De modo que, cuanto mayor sea la similitud de las características físico-geográficas, económicas, sociales o culturales de una unidad espacial de análisis, mayor será el grado de especialización relativa (polarización) respecto a otras unidades de análisis; asimismo, a mayor presencia de instancias de gobierno al interior de un territorio, mayor es la probabilidad de que esta unidad espacial sea objeto de un proceso de estructuración territorial (Manzano, 2011a). La “región” representaría un “subconjunto organizado del territorio” y la “regionalización”, el proceso mediante el cual se generan las regiones (o más propiamente, proceso mediante el cual se crean parámetros que permitan identificar regiones) y estaría asociado al concepto de “territorialidad”, debido a que la principal fuerza impulsora para la división del territorio en regiones, es precisamente la existencia de rasgos de identidad o sentimientos de arraigo a un determinado espacio geográfico, que en sentido amplio, sería el territorio (Giménez, 2000). El uso de este concepto tiene sus orígenes en la ciencia geográfica que intentó desde sus inicios disciplinarios delimitar el espacio territorial en unidades diferenciadas, pero a la vez, posible de ser comparadas. Al respecto, la clasificación más utilizada de regiones es la que divide en tres categorías: a) las regiones homogéneas o naturales, clasificadas de acuerdo a sus características físicogeográficas; b) las regiones plan, resultantes de la agregación de unidades político-administrativas 111


contiguas con alguna característica física común y; c) las regiones funcionales, nodales o polarizadas, estructuradas con base a principios de interacción, de interdependencia entre espacios estrechamente articulados entre sí, de manera similar a la noción de ecosistema, pero en sentido especializado. Las citadas regiones funcionales se estructuran a partir de uno o varios centros, nodos o polos que constituyen núcleos de impulsión, que pueden ser una o varias industrias motrices o uno o varios centros urbanos a partir de los cuales se organizan espacios polarizados y se diferencian cualitativamente respecto a las anteriores (Massiris, 2000). En la escala urbana (distrito, zona, etc.), la propuesta de Kevin Lynch (1960) de la imagen espacial, resulta bastante útil para delimitar un espacio o territorio a partir de la percepción de sus elementos formales. Los cinco elementos propuestos por Lynch, son: vías o recorridos, nudos o nodos, hitos o puntos de referencia, zonas o sectores y bordes o límites. III.2.2. Complejos productivos (CP) Por un lado, según el documento de trabajo “Identificación y selección de Complejos Productivos del Departamento de Cochabamba” elaborado por el SNV y la Prefectura del Departamento de Cochabamba (2009), metodológicamente, la identificación de los Complejos Productivos está orientado a identificar las actividades económicas que reúnan las condiciones necesarias para ser consideradas como CP. Dichas condiciones surgen del análisis de variables como los eslabonamientos productivos intersectoriales, el aumento de la productividad y el ingreso económico, la participación sectorial, la especialización productiva y territorial, la base económica y la población ocupada a nivel regional, local y sectorial; que son variables inherentes a la definición teórica y determinación los alcances y efectos que tiene el enfoque de los CP. Considerando las 7 regiones en el departamento (metropolitana, valle bajo, valle alto, andina, sudoeste, cono sur y trópico), los complejos productivos identificados tienen el siguiente detalle: COMPLEJOSidentificados PRODUCTIVOS Cuadro N° 11: Complejos productivos enIDENTIFICADOS el Departamento de Cochabamba (2009) Nº COMPLEJOS IDENTIFICADOS 1 Trigo y cereales menores

LOCALIZACIÓN PRODUCTOS ANDINA, SUD OESTE, VALLE ALTO, VALLE Trigo, Amaranto, Cañahua, Tarhui, Cebada, Avena, Arroz y BAJO, CONO SUR (ZONA ALTA MAYOR A 2800 Yuca. msnm Y MENOR DE 3500 msnm)

2 Avícola

VALLE ALTO, VALLE BAJO, METROPOLITANA

3 Productos Lácteos y Derivados 4 Frutícola

VALLE ALTO, VALLE BAJO, METROPOLITANA, Leche y derivados. TRÓPICO VALLE ALTO, VALLE BAJO, TRÓPICO Banano, Piña, Durazno, Manzana, Naranja y Mandarina

5 Camélidos

ANDINA, SUD OESTE, METROPOLITANA

Carne, Fibra y Cuero.

6 Maíz

VALLE ALTO, VALLE BAJO, METROPOLITANA

Maíz choclo, maíz grano.

7 Papa

ANDINA, VALLE ALTO, TRÓPICO, SUDOESTE

Papa consumo, papa semilla.

8 Hortalizas y Leguminosas

VALLE ALTO, VALLE BAJO, METROPOLITANA, Cebolla, Tomate, Haba Verde, Frijol y Maní . CONO SUR

9 Textiles

METROPOLITANA, ANDINA (MATERIA PRIMA)

10 Cueros

METROPOLITANA, CONO SUR (MATERIA PRIMA) Chamarras, Cinturones, Billeteras, Zapatos Deportivas .

11 Agroforestal y Forestal

TRÓPICO, METROPOLITANA

Procesamiento del Palmito, Procesamiento de Tejeyeque, Teka, y Cerebó, Ebanisteria (muebles en general) y Carpintería de construcción (Marcos, parkets, serchas, puertas y ventanas), Madera de Construcción .

12 Piscícola

TRÓPICO

Tambaquí, Pacú y Trucha.

13 Turismo

TRÓPICO, VALLE ALTO, METROPOLITANA

Turismo Salud-Educación, Turismo en la Ciudad ( Gastronómico, Festiividades), Turismo Ecológico y Aventura (Circuito Toro Toro, Villa Tunari), Turismo y artesanía (hornos y cerámica Hayculi), Sehuencas.

14 Plantas medicinales y Especias

TRÓPICO, METROPOLITANA, CONO SUR

Coca, Anis, Pimienta negra y Comino.

15 Química y petroquímica

METROPOLITANA, TRÓPICO

Refinados y Derivados del petróleo, alimentos, aceites.

16 Hidroeléctrico

TRÓPICO

Generación de Energía Eléctrica y comercialización, Planta termoeléctrica.

Parrilleros y huevos.

Pantalones Jeans, Pantalones de Tela, Chamarras, Ropa Infantil, Poleras y Camisas de Jeans y de vestir.

Fuente: SNV-PDC, 2009

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y Zapatillas


Por otro lado, el Plan Territorial de Desarrollo Departamental (2011), estableció que, “los CP son los componentes que articula a varios actores y/o sectores productivos de una región. Estos están organizados a partir de las actividades productivas del sector primario, secundario o terciario. Los CP articulan las fases de la producción, transformación y comercialización. En relación a los CP la Gobernación tiene el rol de promotor de su articulación o movilización. El Estado ‘gasta’ en la creación de condiciones para su desarrollo y no es dueño de los excedentes. Obviamente, el ‘gasto’ del Estado o la Gobernación en crear las condiciones del desarrollo del CP tendrá beneficios para los atores sociales de la región y de manera indirecta ese gasto reportara ingresos del Estado (nacional‐ gobernación-municipios) vía retenciones impositivas o tributaciones concertadas. Los CP son de propiedad privada, corporativizada o comunitaria. El destino de los ingresos fundamentalmente son las familias o los dueños de la inversión. Aunque se pueden establecer CP de alianzas entre dos a mas formas de la economía plural”. Tanto en el documento del SNV-PDC como en la propuesta del PTDD, se muestra una restricción de definición y alcances del concepto de CP, por lo cual, es importante complementar para un mejor entendimiento. En ese propósito, Joseph Ramos (1998), define el CP “como la concentración de empresas e instituciones especializadas en la misma actividad productiva y concentradas en una misma localidad”, relaciona la definición de CP con el concepto de clúster, “se constituyen en una concentración sectorial y/o geográfica de empresas que se desempeñan en las mismas actividades o en actividades estrechamente relacionadas, tanto hacia atrás, hacia los proveedores de insumos y equipos, como hacia adelante y hacia los lados, hacia industrias procesadoras y usuarias así como a servicios y actividades estrechamente relacionadas con importantes y acumulativas economías externas, de aglomeración y especialización (por la presencia de productores, proveedores y mano de obra especializada y de servicios anexos específicos al sector) y con la posibilidad de llevar a cabo una acción conjunta en búsqueda de eficiencia colectiva”. Por tanto, un CP es el conjunto de agentes y actividades económicas que intervienen en uno o varios procesos productivos (actividades productivas del sector primario, secundario o terciario), desde la provisión de insumos y materias primas, su transformación y producción de bienes intermedios y finales, y su comercialización en los mercados internos y externos, incluyendo proveedores de servicios, sector público, instituciones de asistencia técnica y organismos de financiamiento. La eficiencia del CP es mayor a la de cada empresa aislada, debido a las externalidades que genera cada empresa para las demás, considerando los siguientes efectos: a) La concentración de empresas en una región atrae más clientes, con lo que el mercado se amplía para todas más allá de lo que sería el caso si cada una estuviese operando aisladamente. b) La fuerte competencia a que da lugar esta concentración de empresas induce a una mayor especialización, división de trabajo, y, por ende, mayor productividad. c) La fuerte interacción entre productores, proveedores y usuarios facilita e induce un mayor aprendizaje productivo, tecnológico y de comercialización. d) Las repetidas transacciones en proximidad con los mismos agentes económicos genera mayor confianza y reputación lo que redunda en menores costos de transacción. e) La existencia del complejo, con conciencia de sí, facilita la acción colectiva del conjunto en pos de metas comunes (comercialización internacional, capacitación, centros de seguimiento y desarrollo tecnológico, campañas de normas de calidad, etc.). Asimismo, el concepto de CP está relacionado con el de “cadena productiva”86, introducido por el Grupo Monitor de Estados Unidos, que define como el “conjunto de agentes y actividades económicas 86

En el caso de Bolivia, el Sistema Boliviano de Productividad y Competitividad ha priorizado 19 cadenas productivas en el país, que incluyen 20 sectores, considerando que la cadena avícola-maíz agrupa dos sectores, mapeados a nivel municipal. Las cadenas productivas seleccionadas en el primer grupo son: Quinua, Oleaginosas, Madera y sus manufacturas, Textiles y confecciones y Cuero y sus manufacturas. Las cadenas productivas seleccionadas en el segundo grupo son: Camélidos (fibra y carne), Castaña, Banana, Palmito, Bovinos (carne), Bovinos de Leche, Uvas, Vinos y Singanis, Trigo, Maíz Duro/Avícola, Haba,

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que intervienen en un único proceso productivo, desde la provisión de insumos y materias primas, su transformación y producción de bienes intermedios y finales, y su comercialización en los mercados internos y externos”. En cambio, el CP considera los encadenamientos inter e intrasectoriales, orientándose al cambio de la estructura productiva predominantemente hacia una conversión industrial, agroindustrial y/o generación de valor agregado entre sectores y al interior del sector involucrado. Es un enfoque que subraya el poder de las economías de aglomeración de los sectores en una visión sistémica, o sea en la necesidad de constituir sistemas productivos que sean estratégicos y que le otorguen identidad al territorio. En éste sentido, los encadenamientos hacia atrás se producen cuando una actividad económica arrastra el desarrollo de otras, por cuanto se constituyen en proveedoras de insumos; vale decir, que se refiere a una relación que surge de un proceso actual de producción. Igualmente, los encadenamientos o eslabonamientos hacia adelante se producen cuando una actividad económica desarrolla un producto que se constituye en insumo de un segundo sector involucrado, que a su vez estimula el desarrollo de un tercer sector, que podría ser inclusive insumo del primer sector o actividad económica seleccionada, relacionamiento que depende además de si tienen un destino intermedio o un destino final de consumo y/o se refiere a una nueva área de producción que crece fuera de un producto terminado. Por tanto, lo eslabonamientos son los medios por los cuales una industria puede iniciar o ser el origen de otra en forma completamente independiente de la inversión inducida a gran escala. Finalmente y a partir de lo anterior, la conformación de los CPs conceptualmente están orientados preferentemente a las escalas regional y departamental; sin embargo, la aplicación a la escala municipal estaría sujeto a las características territoriales (urbano, rural, superficie, población, etc.). III.2.3. Complejos Territoriales (CT) En el marco de las dimensiones del “Vivir Bien” dentro el Plan Nacional de Desarrollo (PND) y el nuevo Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE), el Complejo Territorial, según el documento propuesta del PTDD (2011) y el Plan Departamental de Cochabamba para Vivir Bien (PDCVB) 20132017, es una estrategia del desarrollo planificado para construir el Vivir Bien. En general, el CT plantea cambiar la estructura económica (matriz productiva) y la estructura social (matriz social comunitaria) para transformar la realidad y/o generar desarrollo territorial en armonía con la naturaleza (Madre Tierra). Asimismo, el CT es el soporte material socio‐físico‐ambiental de relaciones inter y transectoriales con base en las potencialidades, las demandas y las oportunidades intrínsecas en las regiones del departamento. Y, específicamente, el PDCVB menciona que la cultura, el conocimiento local y la sabiduría de los pueblos, los usos y costumbres en los territorios son el fundamento para la estructuración de los CT. “Los seres humanos hacemos la cultura y la cultura nos reconstruye, somos seres que vivimos en comunidad donde el tejido (lo complejo) no solamente transforma las formas de organización, sociales o políticas, sino genera un nuevo paradigma de pensamiento”. Con base en estos aspectos se construyen los CTs con equidad económica-social en armonía con la naturaleza, es decir, es la ocupación productiva y socio-cultural del territorio. La construcción de los CTs se materializa a través de dos componentes: el Núcleo Dinamizador (integral) y los Complejos Productivos (económico). “Núcleo Dinamizador (ND) es el componente corporativo central del CT para el desarrollo económico de una región y tiene el mandato de generar excedentes para impulsar el desarrollo de la economía Madera, Frutas del Valle, Frutas exóticas, Ajo y Turismo. Además, se ha propuesto el desarrollo de las cadenas a partir de la promoción y resolución, de forma integral y participativa, de los problemas que limitan el desarrollo del sector productivo, con objeto de: fortalecer la organización, coordinación y relacionamiento de los diferentes eslabones y actores de las cadenas productivas, y proponer y desarrollar metodologías e instrumentos que vayan a mejorarla productividad y competitividad de las empresas e instituciones del entorno de la cadena.

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plural, con énfasis de apoyar a la economía comunitaria. El ND está definido a partir de un recurso estratégico existente o a partir de una oportunidad identificada y factible, pero no está definido necesariamente por la vocación productiva o el volumen de un rubro productivo en una región. Es obvio que el ND debe ser altamente rentable, entonces, también es una actividad de alta inversión. No se puede generar excedente sin inversión. No se puede ser dueño del excedente sin ser dueño de la inversión. La generación de ingresos y excedentes en las otras formas de economía (comunitaria, cooperativa o privada) no tienen la capacidad ni el mecanismo para destinar el excedente hacia una economía plural de manera planificada”. En otras palabras, el ND debe, de manera fundamental, articular la economía, generar excedentes y articular el bloque social histórico que es el empoderamiento territorial de la sociedad en la región. La concertación entre actores sociales e institucionales debe definir el destino de los excedentes y el desarrollo. El ND debe ser articulador de varios sectores (empujar y jalar sectores). Sin embargo, no puede resolver todos los desafíos del desarrollo (no problemas), ni abarcar a todos los sectores de la región en su movilización directa. Igual al caso anterior de los CP, a la conceptualización general de los documentos citados, es necesario complementar por la importancia que tiene esta nueva forma de planificar el desarrollo del territorio, pero, principalmente con la idea de operativizar el concepto. Para José Luis Coraggio (2005), un “Complejo Territorial” se diferencia de un Complejo Productivo tradicional porque su “estructura de relaciones económicas, sociales y políticas, se reproduce en un grado importante a través de procesos internos al mismo, y cuando los soportes materiales de dicho complejo están localizados en un ámbito relativamente compacto, dando lugar a lo que proponemos denominar como Complejo Territorial. Por ello, un Complejo Territorial no necesariamente corresponde a un complejo de articulación de determinado clúster de producción y circulación social comandado por el capital, aunque tal puede ser el caso, en coexistencia con un sector de economía social que sería interés especial contribuir a desarrollar”. Asimismo y siguiendo a este autor, “el carácter abierto del complejo territorial hace indispensable tener en cuenta sus articulaciones con el resto del sistema nacional, así como los posibles cambios en dicha articulación en el futuro, en relación a las transformaciones internas programadas para el complejo productivo. El método propuesto de Complejo Territorial Integral supone una jerarquización preestablecida teóricamente de las relaciones sociales y no se limita a estudiar las relaciones de acoplamiento (cadenas productivas) y/o de complementariedad entre actividades y de sujetos sociales, visualizando al subsistema como un todo armónico que tiende casi naturalmente a reproducirse por una racionalidad que le es inherente. Por el contrario, incorpora al análisis (y al diseño de políticas), las relaciones contradictorias (de oposición o de diferenciación, por un lado; de carácter antagónico o no, por el otro) y además los conflictos emergentes de las mismas, así como las formas organizativas que puedan generar fuerzas sociales contrapuestas”. En tanto y en relación con la práctica de la urbanística contemporánea, la creación del ND está relacionado con la formulación de líneas estratégicas de gestión incremental, transversalizadas por relaciones sistémicas de actores sociales e individuales con actividades y condiciones físico ambientales priorizadas desde un segmento territorial, donde su accionar consolida un impacto en todo el territorio más allá de la escala de diseño (escala departamental, regional, municipal, distrital, etc.). Este núcleo endógeno o dinamizador (catalizador), en primer lugar, debe arrastrar o empujar a los actores de la economía plural (pública, cooperativa o comunitaria y privada) como instrumento de integración e inclusión social y económica y; en segundo lugar, a partir de las potencialidades, demandas y oportunidades productivas, debe articular y detonar el desarrollo económico productivo del núcleo y el entorno territorial. El éxito de un ND debe ser evaluado desde varios aspectos, entre ellos, social, cultural-histórico, ambiental, institucional y económico, en este último aspecto, aunque no es prioritario el carácter económico productivo en un CT, debe ser considerado e incorporado según el territorio y el equilibrio 115


en la generación del desarrollo urbano y/o regional, entonces, debe ser altamente rentable y, por tanto, es un centro de alta inversión, no obstante, este tiene que operar de manera incremental por los escenarios de incertidumbre. Asimismo, la conformación de los CTs también están orientados a las escalas regional y departamental; sin embargo, la aplicación a la escala municipal estaría sujeto a las características territoriales (urbano, rural, superficie, población, etc.). Un ejemplo que enmarca el desarrollo productivo y territorial en Bolivia, es el caso de Raqaypampa (Municipio de Mizque del Departamento de Cochabamba), en el año 2014 se ha constituido en la primera comunidad indígena originaria con autonomía, ha consolidado la producción de galletitas de trigo T’ikita, logrando ser la primera Oecom (Organización Económica Comunitaria), es decir, una empresa que invierte las ganancias en la misma comunidad. El proyecto está conformado no solo por los miembros de dicha comunidad, sino también, por las autoridades municipales de Mizque, el Instituto Socio Ambiental (ISA-Bolivia), la empresa IC Norte (hipermercado privado), el Programa Nacional Biocultura y la Cooperación Suiza para el Desarrollo (Cosude). El éxito del proyecto es la constatación de que es posible trabajar y complementar lo privado con lo público y con lo ciudadano (sea de manera individual o comunitario) para llevar adelante iniciativas que generen oportunidades y riqueza para las personas. Esta experiencia es la demostración de que el Estado puede ser un formidable aliado de los bolivianos, no en la otorgación de ayudas y dádivas, sino en la construcción de oportunidades para que la gente obtenga la dignidad de valerse por sí misma, siendo rectora de su propio destino, y gestora de su progreso y bienestar. III.2.4. Ordenamiento de áreas urbanas En el mes de junio de 2014, el Ministerio de Obras Públicas Servicios y Vivienda del Estado Plurinacional de Bolivia, ha publicado la “Guía técnica para el ordenamiento de áreas urbanas” como un aporte a la planificación del desarrollo municipal en el país. Cabe diferenciar que los instrumentos municipales de planificación del desarrollo y ordenamiento territorial señalados anteriormente por ley (antes del SPIE) eran: Plan de Desarrollo Municipal (PDM) y Plan Municipal de Ordenamiento Territorial (PMOT), cubrían la totalidad del territorio municipal, sean predominantemente urbanas o rurales. En contrapartida, la propuesta del Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (POUT), todavía, vigente, es un instrumento de ordenamiento espacial específico de las áreas urbanas que tiene por objeto regular el crecimiento urbano a través de la definición de los usos del suelo urbano y patrones de asentamiento, define directrices de ordenamiento urbano y estrategias de intervención urbanística, para establecer una programación articulada de proyectos en el corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, no establece el seguimiento de metodologías técnicas específicas, permitiendo a los Gobiernos Municipales optar por la aplicación de metodologías de análisis, investigación y propuesta más pertinentes a los municipios. El POUT contempla los siguientes objetivos específicos: a) Promover la formulación y aplicación de instrumentos de planificación y ordenamiento territorial en las áreas urbanas del país; b) Promover la articulación, integralidad y eficiencia en la gestión de proyectos urbanísticos; c) Promover la concurrencia interinstitucional y organizacional de la población en el emprendimiento de acciones dirigidas al desarrollo de las áreas urbanas del país en el marco de sus PMOT y; d) Contar oportunamente con insumos de planificación y ordenamiento urbano en las áreas urbanas de los municipios para la implementación de políticas, programas y proyectos estratégicos de los diferentes niveles del Estado. El proceso de formulación del POUT tiene los siguientes pasos: 1º El diagnóstico urbano es la descripción y explicación técnica de las características físicas del área urbana en su situación actual, identificando sus posibles causas y efectos, por temáticas de análisis, citadas a continuación: Contexto regional, conformación histórica del área urbana, medio físico natural, 116


marco socio económico y cultural, usos de suelo actual, infraestructura, equipamiento urbano, vivienda y servicios públicos. 2º La evaluación urbana es el análisis integral y cruzada de todas las variables tratadas en la etapa de diagnóstico urbano a fin de obtener conclusiones de caracterización urbanística e identificar las principales problemáticas y potencialidades del área urbana sobre las cuales se formulará la propuesta. Para tal efecto, evalúa lo siguiente: compatibilidad de usos de suelo, vocaciones urbanas, centralidades urbanas, estructura urbana, aspectos ambientales, movilidad urbana, riesgos e imagen urbana. 3º La propuesta urbana consiste en la definición de las directrices de ordenamiento urbano necesarios para configurar el área urbana hacia una visión imagen objetivo, la definición del plan de usos de suelo urbano para regular el crecimiento y la morfología urbana y la formulación de normas urbanísticas, para regular su implementación. La definición de los proyectos estratégicos urbanos es la identificación de un conjunto de intervenciones urbanísticas integrales de la infraestructura urbana (red vial y servicios básicos), equipamiento urbano, vivienda y servicios públicos, formulados articuladamente en el marco de las directrices de ordenamiento urbano definidas en el plan de usos de suelo para cada zona o barrio del área urbana. En este sentido, cada área de intervención constituirá un Plan de Intervención Urbana (PIU), el GAM definirá la cantidad de proyectos para cada área urbana en función a un orden estratégico y de prioridades. Los planes de intervención urbana (PIU), son los instrumentos de implementación y ejecución del POUT, que contienen las intervenciones integrales de infraestructura vial, vivienda, equipamiento, redes servicios básicos y servicios públicos de las áreas de intervención urbana definidas en la etapa de propuesta urbana del POUT. Estas áreas de intervención son precisadas para articular los proyectos de estructuración, consolidación, renovación o expansión urbana, según la zona y su problemática urbanística a tratar, estrategia de ordenamiento urbano a desarrollar o vocación urbana a potencializar. Estas zonas pueden estar situadas en áreas intensivas o extensivas, consolidadas o no consolidadas, urbanizables o no urbanizables. Las modalidades de intervención podrán ser: a) Plan de intervención urbana especial, que es un plan de ordenamiento físico espacial del suelo urbano correspondiente a un área de protección o de características estratégicas para el área urbana, como ser: áreas de protección paisajística, de protección patrimonial, áreas protegidas, áreas de riesgo y otras; b) Plan de renovación urbana, es el plan de ordenamiento físico espacial de áreas que presentan grados de deterioro urbano y que requieren ser renovadas e integradas al sistema urbano del conjunto. Por lo general, se refieren a centros históricos, áreas consolidadas pero marginales, áreas con incompatibilidad de usos de suelo, entre otras; c) Plan de urbanización, es el plan de ordenamiento físico espacial ubicado en suelo urbanizable dentro de las áreas de expansión urbana, contiene proyectos para la creación de nuevas urbanizaciones que deben estar sujetos al cumplimiento de normativa de urbanizaciones nuevas y habilitación de tierras para usos de suelo urbanos. Los proyectos serán identificados para cada área de intervención, con el fin de elaborar el plan para su ejecución, definiendo el tipo de proyecto (ya sean de mejora, ampliación o construcción nueva de vivienda, equipamientos urbanos, vías, servicios básicos y servicios públicos), ubicación, las dimensiones, y quizás lo más importante, la gestión del financiamiento urbano para viabilizar y la concurrencia institucional que son las acciones necesarias para el involucramiento de todos los actores participantes, sean públicos o privados, representados y no representados, de manera que se logre la integralidad de la intervención, sea multisectorial, interinstitucional, pluri-cultural y pluri-organizacional. Finalmente y amanera de síntesis, este nuevo aporte a la planificación del desarrollo territorial, es un avance significativo; no obstante, aún conserva el enfoque físico-espacial y sectorial, además, prioriza revertir situaciones negativas o problemáticas en las zonas urbanas, no busca en sí, el desarrollo 117


urbano integral en las áreas de intervención definidas. Y, en último lugar, los conceptos del “Vivir Bien” no son considerados, menos aún, su incorporación metodológica. III.2.5. Planificación del desarrollo integral Hasta el 21 de enero de 2016, la planificación del sector público en Bolivia estuvo enmarcada en el sistema denominado SISPLAN (Sistema de Planificación Nacional, vigente desde 1996). A partir del 2007, en el primer año del gobierno de Evo Morales (vigente por reelección hasta el año 2020), se intentó cambiar por el SPIEP (Sistema de Planificación Integral del Estado Plurinacional), cambio que no pudo concretarse por la complejidad del proceso. Tanto es así, que en las disposiciones transitorias de la nueva Ley de Gobiernos Autónomos Municipales (Ley Nº 482 del 9 de enero de 2014), en la disposición segunda, establecía que: “En tanto sea implementado el Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE), los Gobiernos Autónomos Municipales deberán dar aplicación a las directrices de planificación emitidas por el órgano rector, que tienen por objeto establecer los lineamientos generales para elaborar y articular los planes de largo, mediano y corto plazo”. Según el SISPLAN, el proceso de planificación relaciona tres componentes: territorial, estratégico y sectorial. Se entiende que el territorial es el primero y más importante, porque define dónde deben localizarse las acciones, el segundo corresponde al sectorial (incluye al institucional) que precisa quiénes son los actores que intervendrán y, finalmente, ambos convergen en el estratégico que especifica qué se debe hacer y con qué recursos. Lamentablemente, en la práctica a nivel municipal en el país, hasta el año 2015 solo dos planes de ordenamiento territorial han sido aprobados, esto ha implicado que la planificación ha sido desarrollado de manera incompleta y limitándose sólo al componente estratégico. Gráfico N° 33: Componentes principales del proceso de planificación del desarrollo en Bolivia según el SISPLAN

Fuente: Elaboración propia con base en MDSP, 2001

En el ámbito municipal, tanto la Ley Nº 2028 (derogada) como la nueva Ley Nº 482 87 y la Ley Nº 031 (Ley Marco de Autonomías y Descentralización, de fecha 19 de julio de 2010), exponen las instancias operativas de la planificación municipal como reflejo y concordancia con las otras escalas: 1.

2.

Planificación municipal: Los Gobiernos Municipales deben establecer procesos integrales de planificación, tomando en cuenta los principios de coordinación, concurrencia y subsidiariedad establecidos en las leyes y en cumplimiento de las normas y sistemas departamentales y nacionales. Planificación del desarrollo municipal: Los Gobiernos Municipales deben formular, en el marco de la planificación estratégica, el Plan de Desarrollo Municipal bajo las normas básicas, técnicas y administrativas del Sistema de Planificación Nacional (SISPLAN) y de la Ley de Administración y Control Gubernamental, garantizando el carácter participativo del mismo.

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La Ley Nº 482 (Ley de Gobiernos Autónomos Municipales) es aprobado el 9 de enero de 2014, y sustituye a la anterior Ley Nº 2028 (Ley de Municipalidades) vigente desde el 28 de octubre de 1999.

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3.

4.

5.

Planificación del ordenamiento territorial: Comprende el área urbana y rural de un municipio y debe establecer, al menos, lo siguiente: a) La formulación de los esquemas del Ordenamiento Territorial y Urbano a corto, mediano y largo plazo; b) La asignación de usos del suelo; c) La determinación de patrones de asentamiento (ocupación del territorio), normas de edificación, urbanización y fraccionamiento; d) Los mecanismos y modalidades de planificación estratégica que viabilicen su ejecución; e) La determinación de los planes, programas y proyectos así como la programación de inversiones; f) La delimitación de las áreas urbanas que cuenten con los servicios básicos de energía eléctrica, saneamiento básico, educación y salud y; g) Las áreas de gobierno, grandes centros comerciales, áreas de uso militar, industrial, de servicio de agua, alcantarillado, energía eléctrica, cementerios, depósitos de residuos, desechos y otros servicios colectivos deben usar del subsuelo y contar obligatoriamente con una red de distribución de servicios de mayor capacidad, con los medios de eliminar o disminuir los riesgos de contaminación ambiental e insalubridad y mantener condiciones de vida vegetal y animal constantes y autorreguladas. Planificación participativa municipal: Es el mecanismo de gestión pública para alcanzar el desarrollo humano sostenible por ser aplicada en los distritos y cantones, de manera concertada entre el Gobierno Municipal y las Organizaciones Territoriales de Base (OTBs) y/o Juntas Vecinales. Planificación urbana: El Gobierno Municipal es responsable de elaborar y ejecutar políticas, planes, proyectos y estrategias para el desarrollo y ordenamiento urbano, con los instrumentos y recursos que son propios de la planificación urbana, elaborando normativas de uso del suelo urbano y emprendiendo acciones que promuevan el desarrollo urbanístico de los centros poblados de acuerdo con normas nacionales.

En síntesis, los tres tipos de planificación en cualquier escala (nacional, departamental y municipal) están íntimamente relacionados con la elaboración de “planes”, en cuyo contenido despliega, políticas, programas y proyectos, convirtiéndose así, en una relación de carácter de sinonimia entre ambos términos: Planificación = Plan. Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE) Por medio de la Ley Nº 777 del 21 de enero de 2016 es aprobado el “Sistema de Planificación Integral del Estado” (SPIE) que tiene por objeto establecer la “Planificación lntegral” para conducir el proceso de planificación del “Desarrollo Integral” del Estado Plurinacional de Bolivia, en el marco del Vivir Bien. El “Desarrollo Integral para Vivir Bien” es el proceso continuo de generación e implementación de medidas y acciones sociales, comunitarias, ciudadanas y de gestión pública para la creación, provisión y fortalecimiento de condiciones, capacidades y medios materiales, sociales y espirituales, en el marco de prácticas y de acciones culturalmente adecuadas y apropiadas, que promuevan relaciones solidarias, de apoyo y cooperación mutua, de complementariedad y de fortalecimiento de vínculos edificantes comunitarios y colectivos para alcanzar el Vivir Bien en armonía con la Madre Tierra. Según ésta Ley, la “planificación con Integralidad” es la planificación del desarrollo integral para Vivir Bien, en sus diferentes dimensiones: sociales, culturales, políticas, económicas, ecológicas y afectivas, en las diferentes estructuras organizativas del Estado (Nacional, departamental, regional, municipal, distrital, etc.), para permitir el encuentro armonioso entre el conjunto de seres, componentes y elementos de la Madre Tierra. El objetivo del Sistema de Planificación Integral, en el marco de la planificación territorial del desarrollo integral, es de promover la gestión de los “sistemas de vida de la Madre Tierra”88, para alcanzar de 88

La Ley Nº 300 del 12 de octubre de 2012, Ley de la Madre Tierra, en el artículo 5º (definiciones) expresa lo siguiente: Madre Tierra. Es el sistema viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, interdependientes y complementarios, que comparten un destino común. La Madre Tierra es considerada

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forma simultánea y complementaria “sistemas productivos sustentables”, “erradicación de la extrema pobreza” y “protección y conservación de las funciones ambientales” y los componentes de la Madre Tierra, en diferentes ámbitos territoriales y jurisdiccionales según corresponda. El SPIE tiene como horizonte la construcción del Vivir Bien a través del desarrollo integral en armonía con la Madre Tierra, integrando las dimensiones sociales, culturales, políticas, económicas, ecológicas y afectivas, en el encuentro armonioso y metabólico entre el conjunto de seres, componentes y recursos de la Madre Tierra para Vivir Bien con uno mismo, con los demás y con la naturaleza. Asimismo, incorpora de forma integrada la gestión de riesgos, gestión del cambio climático y gestión de sistemas de vida, fortaleciendo las capacidades de resiliencia de la sociedad y la naturaleza. En tanto, los fines del Sistema de Planificación Integral, son: a) Lograr que la planificación de largo, mediano y corto plazo tenga un enfoque integrado y armónico, y sea el resultado del trabajo articulado de los niveles de gobierno, con participación y en coordinación con los actores sociales. b) Orientar la asignación óptima y organizada de los recursos financieros y no financieros del Estado Plurinacional, para el logro de las metas, resultados y acciones identificadas, en la planificación. c) Realizar el seguimiento y evaluación integral de la planificación, basado en metas, resultados y acciones, contribuyendo con información oportuna para la toma de decisiones de gestión pública. El “Plan de Desarrollo Económico y Social” en el marco del Desarrollo lntegral para Vivir Bien (PDES), es el instrumento a través del cual se canaliza la visión política que se desprende del Plan General de Desarrollo Económico y Social (PGDES = Agenda Patriótica 2025 y corresponde a planificación de largo plazo de 25 años). La planificación de mediano plazo, con un horizonte de cinco (5) años, está constituida por: 1. El Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES). 2. Los Planes Sectoriales de Desarrollo lntegral para Vivir Bien (PSDI). 3. Los Planes Territoriales de Desarrollo lntegral para Vivir Bien (PTDI). 4. Los Planes de Gestión Territorial Comunitaria para Vivir Bien (PGTC). 5. Los Planes Estratégicos lnstitucionales (PEI). 6. Los Planes de Empresas Públicas (PEP). 7. Las Estrategias de Desarrollo lntegral (EDI) de regiones, regiones metropolitanas y macroregiones estratégicas. Desde la perspectiva operativa y territorial, quizás el más importante, son los “Planes Territoriales de Desarrollo lntegral” para Vivir Bien (PTDI) es el resultado operativo de la planificación territorial de desarrollo integral de mediano plazo en los gobiernos autónomos departamentales, gobiernos autónomos regionales y gobiernos autónomos municipales. Los PTDI comprende: a) Planes de gobiernos autónomos departamentales que se elaborarán en concordancia con el PDES y en sagrada; alimenta y es el hogar que contiene, sostiene y reproduce a todos los seres vivos, los ecosistemas, la biodiversidad, las sociedades orgánicas y los individuos que la componen Zonas de Vida. Son las unidades biogeográficas-climáticas (ecosistemas) que están constituidas por el conjunto de las comunidades organizadas de los componentes de la Madre Tierra en condiciones afines de altitud, ombrotipo, bioclima y suelo. Sistemas de Vida. Son comunidades organizadas y dinámicas de plantas, animales, micro organismos y otros seres y su entorno, donde interactúan las comunidades humanas y el resto de la naturaleza como una unidad funcional, bajo la influencia de factores climáticos, fisiográficos y geológicos, así como de las prácticas productivas, la diversidad cultural de las bolivianas y los bolivianos, incluyendo las cosmovisiones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las comunidades interculturales y afrobolivianas. En lo operacional los sistemas de vida se establecen a partir de la interacción entre las zonas de vida y las unidades socioculturales predominantes que habitan cada zona de vida e identifican los sistemas de manejo más óptimos que se han desarrollado o pueden desarrollarse como resultado de dicha interrelación. La gestión de los sistemas de vida de la Madre Tierra supone el desarrollo integral a través del fortalecimiento de sistemas productivos sustentables y erradicación de la extrema pobreza, en complementariedad con la protección y conservación de las funciones ambientales de los componentes de la Madre Tierra.

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articulación con los PSDI. b) Planes de gobiernos autónomos regionales y de gobiernos autónomos municipales que se elaborarán en concordancia con el PDES y el PTDI del gobierno autónomo departamental que corresponda, en articulación con los PSDI. Los PTDI podrán contar con la siguiente estructura y contenido mínimo: 1º Enfoque Político. Comprende la definición del horizonte político de la entidad territorial autónoma articulado a la propuesta política del PDES. 2º Diagnóstico. Es un resumen comparativo de los avances logrados en la entidad territorial autónoma en los Últimos años, estado de situación, problemas y desafíos futuros, conteniendo elementos de desarrollo humano e integral, de economía plural, de ordenamiento territorial y uso del suelo. 3º Políticas y Lineamientos Estratégicos. Establece las directrices y lineamientos generales para el alcance del enfoque político previsto en el PDES. 4º Planificación. Es la propuesta de implementación de acciones en el marco de las metas y resultados definidos en el PDES desde la perspectiva de la entidad territorial autónoma, que comprende los elementos de desarrollo humano e integral, de economía plural y de ordenamiento territorial. En el PTDI con esta nueva visión de planificación territorial se integran dos procesos en la formulación de un único plan: los procesos de planificación del desarrollo estratégico, y los procesos del ordenamiento territorial. Asimismo, la entidad territorial autónoma, deberá contener los elementos de desarrollo humano e integral, de economía plural, y de ordenamiento territorial, con un enfoque de gestión de sistemas de vida, gestión de riesgos y cambio climático, consolidando de forma gradual la articulación de la planificación del desarrollo integral con el ordenamiento territorial, en concordancia con el nivel central del Estado. La economía plural está conformada por los siguientes elementos: -

Componentes (Madre Tierra) y actividades (productivas) estratégicas. Dinámicas estratégicas (privada, pública, cooperativa y comunitaria89). Infraestructura estratégica (productiva). Complejos Territoriales.

Asimismo, al PTDI están articulados los planes sectoriales e institucionales. La “Planificación Sectorial de Desarrollo Integral” (PSDI), articula las propuestas del sector y del conjunto de las entidades, instituciones y empresas públicas bajo tuición, sujeción o dependencia del Ministerio cabeza de sector, de forma simultánea y complementaria, de acuerdo a lo establecido en la planificación nacional de largo y mediano plazo. Comprende procesos de planificación multisectorial de articulación y coordinación de acciones entre los diferentes sectores. La “Planificación Estratégica Institucional” (PEI), determina las acciones institucionales específicas para alcanzar las metas y resultados definidos en la planificación de mediano plazo. Y, la “Planificación Estratégica de Empresas Públicas” (PEEP), es el proceso que direcciona y orienta la gestión empresarial de las empresas públicas y corporativas, respectivamente, en el marco de la normativa, de las metas y resultados de largo y mediano plazo. III.2.6. Comunidades urbanas El informe del Estado Plurinacional de Bolivia para la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III), desarrollado en Quito, Ecuador, del 17 al 20 de octubre de 2016, fue denominado “Construyendo comunidades urbanas para vivir bien en el siglo XXI”90. En el proceso de recopilación de insumos, discusión, análisis y propuesta

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En el caso del departamento de Cochabamba, aproximadamente la relación porcentual del aparato productivo es el siguiente: 58% privado, 25% público (Estado), 9% cooperativa y 8% comunitario. 90 Considerando la importante base indígena de la población boliviana, este concepto se cimienta en la propia diversidad y riqueza de las organizaciones comunitarias campesinas, de sus formas de apropiación del espacio y

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del Informe País, se identificó el fundamento conceptual que resume la ponencia boliviana, el cual refiere a promover, fortalecer, consolidar y generar “comunidades urbanas” como elemento estratégico transversal en la construcción de ciudades sostenibles, resilientes y humanitarias. Previamente, el documento describe a manera de síntesis la problemática urbana en el país, entre los aspectos más relevantes se cita lo siguiente: a) Crecimiento urbano desmesurado y la ausencia de regulación urbanística ha permitido la conformación de áreas excluyentes de grupos sociales (ciudad fragmentada) que han cortado los derechos fundamentales de la población en cuanto a la libre circulación, accesibilidad y seguridad ciudadana; b) Dispersión de esfuerzos institucionales encarecen la gestión pública. Por ejemplo, una parte de la población es beneficiada con agua potable, otra con energía eléctrica, otra con regularización, otra con vivienda, pero pese a estas intervenciones no toda la población atendida ha logrado cubrir sus necesidades básicas, ni hacer ejercicio pleno de sus derechos fundamentales; c) No se han desarrollado sistemas de seguimiento e indicadores del desarrollo urbano que permita orientar la gestión urbana y territorial; d) Pese a los esfuerzos que se hayan podido realizar en seguridad ciudadana las encuestas de victimización han mostrado una sociedad que se considera en un ambiente más violento y menos seguro. Los medios de comunicación coadyuvan en los imaginarios colectivos de la inseguridad; e) El desarrollo económico local de los municipios no ha tenido el mismo éxito que otros ámbitos, los gobiernos municipales desarrollan pocas capacidades para la gestión de recursos propios y, menos aún, incentivan o promueven la generación de recursos en la población); f) Existe necesidad de “re-conceptualizar lo urbano” renovando el enfoque de la planificación y gestión territorial municipal a partir de las formas propias de uso y apropiación del tiempo y espacio de las poblaciones. En este contexto, la construcción de la propuesta hace referencia al conjunto de acciones articuladas y complementarias entre sí que la sociedad y las instituciones en su conjunto realizan o deben realizar colectivamente para obtener un hábitat adecuado y sostenible bajo principios de cooperación, corresponsabilidad, solidaridad, complementariedad y equidad. La idea de “comunidades” sociológicamente tiene dos raíces: estructural y funcional; desde lo estructural, se identifica a la comunidad como un grupo de personas territorialmente localizado, regido por organizaciones o instituciones de carácter cultural, político, social y económico, cuya relación depende fundamentalmente de la cooperación y coordinación entre sus miembros y; desde el aspecto funcional, se enmarca en aquellas necesidades e intereses comunes. En este contexto, Elena Socarrás (2004), señala que comunidad “…va más allá de una localización geográfica, es un conglomerado humano con un cierto sentido de pertenencia. Es, pues, historia común, intereses compartidos, realidad espiritual y física, costumbres, hábitos, normas, símbolos, códigos”; finalmente, Mercedes Causse91 resalta que comunidad: “…está relacionado con la identidad cultural, se va formando en la medida en que se desarrolla la comunidad”. Finalmente, la propuesta del Informe País plantea potencializar la conformación de “comunidades” en el ámbito urbano sustentada en dos elementos fundamentales: 1º Revalorizar y potencializar los lazos e interacciones sociales como forma de desarrollo conjunto, resiliencia y seguridad en la construcción colectiva y corresponsable del hábitat adecuado sostenible; 2º Rescatar el respeto a la Madre Tierra de las formas de ocupación y uso del territorio de las comunidades indígena originarias, en atención a la ocupación sostenible del territorio como forma de convivencia plural en la diversidad con respeto a las identidades culturales, individuales y colectivas.

ocupación del territorio, manifestadas también en el ámbito urbano, determinan la configuración espacial de los asentamientos humanos en Bolivia. 91 Desde el punto de vista socio-histórico-cultural-lingüístico (Departamento de Letras, Facultad de Humanidades, Universidad de Oriente).

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III.2.7. Actores y agentes sociales, económicos e institucionales El Informe País, descrito en el anterior acápite, enfatiza la participación social en el proceso de conformación de las comunidades urbanas, así, establece que a partir de las mismas se debe mejorar la “gobernanza” en las áreas urbanas a través de: 1º Lograr que las instituciones involucradas con los derechos fundamentales, tanto públicas como privadas y en diferentes niveles puedan coordinar acciones y dirigirlas a los territorios más vulnerables; 2º Promover la concurrencia en las intervenciones de manera de ser más eficientes en el gasto público; 3º Generar una lógica de incentivos para la conformación y fortalecimiento de las comunidades urbanas; 4º Mejorar la participación social en los proyectos, no solo en las etapas de implementación, sino que buscando un acompañamiento de la sociedad en los procesos de planificación, diseño y evaluación del mismo y; 5º Cualificar la participación y la fiscalización, que promuevan mayores aportes desde los ciudadanos quienes son los mejores conocedores de su territorio y/o comunidad urbana. Según la Ley Nº 341 de Participación y Control Social (5 de febrero de 2013), son actores sociales en el territorio la sociedad civil organizada, sin ningún tipo de discriminación de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social, grado de instrucción y capacidades diferenciadas. Los tipos de actores en la Participación y Control Social, son: a) Orgánicos. Son aquellos que corresponden a sectores sociales, juntas vecinales y/o sindicales organizados, reconocidos legalmente; b) Comunitarios. Son aquellos que corresponden a las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las comunidades interculturales y afrobolivianas, y todas las reconocidas por la Constitución Política del Estado, que tienen su propia organización y; c) Circunstanciales. Son aquellos que se organizan para un fin determinado, y que cuando el objetivo ha sido alcanzado, dejan de existir. Desde la perspectiva del Desarrollo Económico Local (Desarrollo Territorial), el actor se define por la escena donde actúa, por su ubicación en el “escenario social”, y el agente está ligado al sentido de la acción, en función de determinados objetivos. Cuando se analizan los procesos de desarrollo local, un elemento primordial a considerar es la negociación y concertación entre los agentes. Entonces, en gran medida el diseño de las estrategias de desarrollo local implica, necesariamente, la identificación de los actores clave (futuros agentes) que intervendrán en dichos procesos. Los actores del desarrollo local se pueden clasificar en tres grandes grupos: 1º Las instituciones locales y las redes institucionales a las que se articulan (regionales, nacionales e internacionales); 2º La sociedad civil; es decir la fuerza de trabajo a movilizar en el proceso de desarrollo y el resto de la población (como beneficiaria directa de dicho proceso) y; 3º Las empresas, tanto locales como las que por medio del fomento de las inversiones, eventualmente, puedan instalarse en el territorio. La forma de articular la concertación entre los “actores”, dependerá del grado de consolidación institucional de cada uno de ellos. Sin embargo, el diseño y aplicación de nuevas políticas y estrategias de desarrollo local suponen, al mismo tiempo, la “creación” de una nueva “institucionalidad” local, capaz de llevar adelante el proyecto, de esta manera su adecuado diseño es clave para su viabilidad Por lo tanto, se está en presencia de la aparición de una institucionalidad local, encargada de promover y coordinar el proceso de desarrollo local. Finalmente, el desempeño de los actores del desarrollo local (como agentes sociales, económicos, institucionales, etc.), se da —simultáneamente— como una causa y una consecuencia del desarrollo del territorio; mismo que está vinculado directamente a la función que cumple el territorio (como espacio delimitado) para cada actor.

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III.3. CONCLUSIONES METODOLÓGICAS INTERNAS En la emergente planificación del desarrollo en Bolivia (no ajena al contexto global), la noción de territorio y territorialidad está en proceso de construcción hacia una operativización concreta. Aparentemente, la visión está sustentada íntegramente en conceptos de espacio andino, sin embargo, el proceso todavía no acaba de comprender y, menos aún, de terminar por la complejidad tanto de la filosofía andina como la realidad territorial. En este sentido, es importante reconsiderar algunas nociones históricas y culturales de la visión andina relacionadas al espacio urbano y el territorio que aportarían significativamente a este proceso. Considerando, además, que estas ideas coinciden con la actual revolución epistemológica de la Ciencia en general (realidad como fenómeno psico-bio-físico) y las Ciencias Sociales en particular (espacio como fenómeno existencial y antropológico), así como de la creciente asimilación de entender la realidad social a partir del modelo de gestión organizacional compleja. Para complementar e integrar la nueva visión de desarrollo urbano y territorial, es necesario asumir la concepción filosófica de Josef Estermann del mundo andino que plantea un punto de vista integrador y no contrapuesto a otras “filosofías” o enfoques del desarrollo, propone la dualidad entre “exógeno y endógeno”, desde “afuera y adentro” como una condición práctica y vivencial de la dialéctica andina. Esta concepción permite integrar perspectivas de origen local con elementos de origen global (opuestos complementarios). La planificación territorial andina considera tres componentes básicos. En primer lugar, está la dualidad o dialéctica, que busca articular elementos aparentemente opuestos en el territorio y que su complementación mutua posibilita la cohesión social e integración territorial; en segundo lugar, está sustentada en la trialéctica espacial, en la cual se estructura el espacio en tres escalas interconectadas: Chacra (predio individual o familiar, micro-escala); Ayllu (comunidad, escala intermedia) y; Marka (región, tierra-tiempo, macro-escala). Asimismo, este componente hace referencia a la interrelación de tres comunidades: Runas (población con posesión de una cultura), Sallqa (naturaleza viviente) y Guacas (patrimonio físico construido) y; en tercer lugar, está sustentada en una tetraléctica organizacional u ordenamiento, en la cual se considera cuatro tipos de ordenamiento de igual jerarquía e importancia: Ordenamiento Territorial (sostenido en aspectos ecológicos, productivos y organización vida familiar, contempla la continuidad y discontinuidad territorial); Ordenamiento Productivo-Económico (tenido en la producción según la discontinuidad territorial y la relación vocación-potencialidad); Ordenamiento Cultural (jerarquiza y simboliza el territorio en función de la cosmovisión y el imaginario) y; Ordenamiento Social-Político (relacionado con la autoridad y la gestión territorial), éste último ordenamiento es considerado como el más importante. La planificación urbana andina (asentamientos o centros urbanos) está basada en la proyección simbólica y real del territorio, es decir, predomina la perspectiva del macro al micro y desde lo homogéneo hacia lo heterogéneo. El plan de la ciudad andina es de tipo predeterminado a partir de un modelo simbólico, consolidado en etapas (espacio-tiempo) a través de ciclos. En general, el trazado está relacionado con la evolución del calendario astral (no existe un trazado terminado en el proceso de construcción de la ciudad). Las edificaciones son ubicadas y construidas en función del proceso de reproducción de la ciudad (auto-organización) y, finalmente, los centros y sub-centros están íntimamente interrelacionados a manera de elementos simbólicos. El análisis espacial de los centros urbanos de mayor consolidación en la región andina manifiesta una policentralidad e integración funcional y social. La articulación del espacio urbano es laberíntica y de jerarquía no aparente (espontáneo). En los casos específicos de Chan Chan, Cuzco y Tiahuanaco, la planificación urbana estuvo ligada a las siguientes características: En el primer caso, la estructura estaba conformada por una sucesión continua y casi desordenada de centros administrativos, éstos centros estaban organizados y trazados en un orden y precisión funcional y, entre estos centros, existían subcentros o áreas de estructuras más pequeñas (zonas residenciales) organizadas en vías de circulación en aparente desorden, existía una integración física y funcional entre la arquitectura popular, intermedia y monumental, además, de 124


un claro predominio estructurante de las actividades económicas y estratos sociales; en el segundo caso, la estructura urbana estaba conformada por un espacio público jerárquico (pampa) que articula el centro político-administrativo-ceremonial, además, de estar cruzado por vías que articulaban al resto de la ciudad y, principalmente, al territorio, la estructura es un modelo simbólico (plan predeterminado) que sintetiza el territorio en sus elementos socio-culturales y los ciclos naturales-productivos y; finalmente, en el tercer caso, el modo de gobernar (gestión) tanto territorial como urbano fue concebido como una instancia de control, planeamiento, información, gestión o ejecución y orden, que se traduce en un conjunto difuso de cuatro niveles o plataformas de planeamiento (anidadas): mega (cosmos), nano (casa), macro (territorio) y microplaneamiento (asentamiento o centro ceremonial). La planificación territorial y la planificación urbana prehispánica estuvieron fuertemente articuladas, la relación fue biunívoca de territorio a urbano y de urbano a territorio, aunque y simbólicamente, la primera predomina sobre la segunda. Asimismo, es necesario subrayar que en el avance de interpretación y operativización del concepto de “Vivir Bien”, por parte del Estado Plurinacional de Bolivia, ha alcanzado un primer avance en la identificación del componente de los Complejos Productivos y la esquematización general teórica de los Complejos Territoriales. Estos componentes son claves en el desarrollo y, además, tienen relación con la nueva manera de entender el desarrollo territorial a partir de los nuevos enfoques contemporáneos. En una interpretación personal y operativa de los conceptos del complejo territorial (CT) hacia el desarrollo urbano, el “núcleo dinamizador (ND)” y “complejos productivos (CP)” son correspondientes a los conceptos de proyecto urbano y clústeres urbanos. Entonces, a partir de lo mencionado, se propone como objetivos de los CT: Objetivos generales: a) Cohesionar el territorio (ámbito interno, espacio público), desde lo socio-cultural hasta lo económicoproductivo. b) Integrar el territorio (ámbito externo, espacio público), desde lo económico-productivo hasta lo social-cultural. Objetivos específicos: a) Operativizar el paradigma del “Vivir Bien”. b) Comprender la planificación del desarrollo desde la “gestión” territorial. c) Concebir el desarrollo territorial como un fenómeno incremental en un entorno de incertidumbre social y económica. d) Reconocer el territorio como elemento clave del desarrollo urbano y/o rural. e) Promover la utilización de los recursos endógenos del territorio a partir de un segmento acotado y orientado a la competitividad territorial (invertir la sinonimia plan-proyecto). f) Promover la ocupación y distribución estratégica del territorio: primero, a partir de la generación de núcleos dinamizadores (nuevas centralidades) y; segundo, a partir de la consolidación de un segmento territorial en el entorno del núcleo (áreas de influencia directa, indirecta y conectores al resto territorial). g) Viabilizar la interacción e integración de los “sectores” productivos (primario, secundario y terciario); primero, en una aglomeración productiva (clústeres) y, segundo, en la generación de una mezcla de usos y funciones en el territorio. h) Viabilizar la interacción e inclusión de los “actores” (asociaciones, comunidades y campesinos productores, micro y pequeñas empresas, cooperativas, artesanos y gremiales, medianas y grandes empresas privadas, empresas públicas/mixtas, etc.). i) Asegurar la relación armónica con el medio ambiente natural. j) Estructurar espacialmente el tejido social, económico, institucional, cultural y ambiental (redes). k) Generar equilibrios de desarrollo (poblacional, económico y social), favoreciendo la integración territorial en todas las escalas (nacional, departamental, regional, municipal, distrital y vecinal). 125


l) Generar procesos de aprendizaje del desarrollo a través de la inteligencia colectiva (territorios inteligentes). m) Favorecer la transferencia tecnológica, la innovación científica y la recuperación de saberes locales. Y, los tipos de ND en un CT pueden ser: a) Puntual (de intervención en predios o espacios libres —público o privado—) b) Lineal (de intervención en pasajes, calles, avenidas, etc. —espacio público y/o privado—) c) Superficial (de intervención en barrios, zonas, distritos, etc. —espacio público y privado—) Con respecto a la guía del nuevo Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (todavía vigente, no fue derogado por el SPIE), es un instrumento novedoso en el país aunque no detalla metodológicamente su aplicación; sin embargo, básicamente define las directrices del ordenamiento urbano a través de estrategias de intervención urbanística (proyectos estratégicos urbanos) orientado específicamente al desarrollo de las áreas urbanas. Esta propuesta, en esencia, busca promover la articulación integralidad y eficiencia de la gestión urbana. Y, con respecto al territorio, el SPIE definitivamente ha territorializado la planificación del desarrollo; no obstante, no retoma la filosofía andina en aspectos operativos —idea que sustenta, por lo menos en teoría, el Vivir Bien—, por lo cual, es necesario la consideración e incorporación de los modelos urbanos y territoriales andinos puesto que en su concepción estuvieron mucho más avanzados de lo que se tuvo anteriormente y de lo que se tiene actualmente. Un aporte de la Ley N° 777 (SPIE) fue incorporar la dimensión de lo “afectivo” (subjetividad) a las dimensiones tradicionales del desarrollo (económico, social, ambiental, etc.); no obstante, en los lineamientos metodológicos para la formulación de los planes no es considerado esta dimensión. Esta omisión debe ser subsanada, además considerando que la dimensión subjetiva ya está siendo considerada en la planificación territorial y urbana en países latinoamericanos. Las comunidades urbanas es también un aporte a la emergente planificación y gestión urbana boliviana, busca, ante todo, sustentar y re-conceptualizar el desarrollo urbano dentro las “comunidades urbanas” a través de: primero, de la potenciación de las interacciones sociales y/o cohesión social bajo principios de cooperación, corresponsabilidad, solidaridad, complementariedad y equidad (grupo de personas territorialmente localizado, regido por organizaciones o instituciones de carácter cultural, político, social y económico); segundo, por el respeto a la Madre Tierra (ocupación y uso del espacio urbano y natural) y; tercero, por el respeto a las identidades culturales, individuales y colectivas. Este concepto, es también, compatible y complementario tanto en la escala como en la visión integral del proceso de desarrollo contemporáneo de la ciudad o partes de ciudad. Finalmente, la identificación de los agentes del desarrollo urbano en los proyectos es clave en el proceso de planificación, pero y fundamentalmente, en la gestión de los proyectos de desarrollo urbano. IV.

ARGUMENTOS METODOLÓGICOS EXTERNOS IV.1. MODELOS DE PROYECTOS URBANOS EN LATINOAMÉRICA

En la historia urbana reciente, se ha comprobado que acontecimientos singulares como Olimpiadas, Expos, etc., han permitido activar grandes acciones de transformación en las ciudades. Una coyuntura favorable ha permitido alcanzar ventajas competitivas. Crear una oportunidad singular facilita un escenario atractivo, en el cual, los objetivos y las estrategias para alcanzarlo surgen con facilidad. Algunos han denominado “efecto púlsar” al impulso urbanístico que surge del acontecimiento singular, al beneficio que deriva de una oportunidad excepcional (Vergara y de Las Rivas, 2004).

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Los proyectos urbanos exitosos han respondido a una escala intermedia (punto medio entre el plan y el proyecto arquitectónico). Aunque el componente público ha sido de vital importancia en la inversión total, necesariamente el programa ha introducido usos colectivos para la apropiación ciudadana, financiados y gestionados en parte con capital privado. Se entiende como un proyecto mixto de varias funciones principales, un espacio acotado pero estratégico, y con instrumentos proyectuales también intermedios entre la definición arquitectónica y la ordenación urbanística. Se ha partido de la geografía de la ciudad dada, de sus solicitaciones y sus sugerencias, e introducido con la arquitectura elementos del lenguaje que dan forma al sitio, el método de diseño esencial del proyecto urbano es, o debe seguir siendo: “el proyecto del lugar” (Badillo, 2012). Las ciudades del siglo XXI, sean grandes, medianas o pequeñas; necesitan más que nunca la innovación y creatividad para diseñar su futuro (Vergara y de Las Rivas, 2004). Técnicos y políticos en Francia coinciden en concebir el “proyecto urbano” como una herramienta 92 estratégica [que deriva de la planificación estratégica], dirigida a traducir de una manera articulada las decisiones del equipo de gobierno municipal. Aquí la sentencia de Bernard Huet 93 cobra sentido: “el proyecto urbano es el resultado de una fuerte voluntad para comprender, diseñar y pensar la ciudad. Un estado de ánimo que trata de captar el estado de evolución de una ciudad y plantear su futuro”. En los últimos años, en Latinoamérica, se ha desarrollado una extraordinaria referencia en la aplicación de proyectos urbanos en Colombia, Chile y Argentina; en el primer caso, se ha logrado desde una perspectiva social y humana (integral), generar procesos de desarrollo en barrios periféricos con problemas sociales; en el segundo caso, desde una perspectiva económica, también se ha logrado reactivar el desarrollo en zonas urbanas con ubicación estratégica. Pero y además, la experiencia chilena está signada por la capacidad de síntesis académica y experiencial de la práctica internacional tanto europea como latinoamericana y asimilada al ámbito urbano por parte del Estado y las principales universidades. IV.1.1. El modelo colombiano (enfoque social) En el caso de Bogotá, a través del Decreto Distrital 364 del 26 de agosto de 2013 es aprobado la modificación excepcional de las normas urbanísticas del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá D.C., adoptado anteriormente mediante Decreto Distrital 619 del año 2000, revisado por el Decreto Distrital 469 de 2003, y compilado por el Decreto Distrital 190 de 2004, expedido por el Alcalde Mayor de Bogotá D.C. Y, en fecha 27 de marzo de 2014 se decreta la suspensión provisional de sus efectos, conforme con lo ordenado por la Sección Primera del Consejo de Estado. La modificación del POT en el 2013 permitió introducir elementos de innovación al proceso de planificación del desarrollo territorial del Municipio de Bogotá, aunque y quizás, éste fue el motivo de su suspensión. Sin embargo, este plan se ha constituido en un modelo paradigmático de la planificación urbana contemporánea en América Latina, pues, propone una construcción colectiva de ciudad a través de un “proyecto integral de ciudad”. Y, aunque el POT fue diseñado como un instrumento más de orientación urbana, contiene varios elementos de protección y planificación del área rural. Los fines del POT son los siguientes: Mejorar la calidad de vida de los habitantes, mediante el acceso a oportunidades y beneficios que ofrece el desarrollo de la ciudad; Garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a los servicios comunes de la ciudad: vías, parques, colegios, hospitales, servicios públicos, vivienda digna; Procurar la utilización racional del suelo para favorecer el interés común, la sostenibilidad ambiental y la preservación del patrimonio y; Velar por la sostenibilidad ambiental y la seguridad de la población ante riesgos naturales.

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Nueva herramienta que es estratégico y operativo (práctico). Pertenece más al campo de la política urbana que al de la arquitectura y urbanística, aunque ésta sea el vehículo para estructurar las propuestas y materializar los objetivos. 93 Bernard Huet, arquitecto y urbanista francés (1932-2001), fue uno de los reformadores de la enseñanza de la arquitectura en Francia.

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Entre los muchos cambios efectuados por el nuevo POT, está el cambio de la planificación lineal y jerárquica por la planificación en cascada; asimismo, la reorientación de los proyectos urbanos tradicionales a los Proyectos Urbanos Integrales. La planificación lineal o jerárquica y la planificación en cascada El enfoque de la planificación lineal y jerárquica aplicada al caso colombiano, considera el problema de la planificación descomponiéndolo en sub-problemas interrelacionados linealmente, de manera tal, que al resolver estos se obtiene la solución al problema original, buscando disminuir la complejidad de su manejo y ganar velocidad de procesamiento junto con menores exigencias en el proceso. Gráfico N° 34: Planeación tradicional de proceso lineal y jerárquico (rígido)

Fuente: Elaboración propia con base en POT Bogotá (2013)

Este tipo de planificación, de contexto tradicional, aplicado a la urbanística está constituida por instrumentos que dependen del desarrollo de otros, perpetuando procesos de escala y generando contradicciones entre ellos, y cuyo resultado final, es el aplazamiento de las decisiones y, con ello, la limitación del desarrollo de la ciudad. Gráfico N° 35: Planeación en cascada (flexible)

Fuente: Elaboración propia con base en POT Bogotá (2013)

En el POT de Bogotá, la aplicación de la planificación en cascada (job shop flexible), reconoce la importancia de la articulación directa o continua entre decisiones y los instrumentos complementan al POT de menor jerarquía, pero asimismo, introduce la articulación intermitente o discontinua. Entonces, este tipo de planificación flexibiliza la jerarquización en función de los objetivos y componentes del territorio. En última instancia, busca propiciar condiciones para el desarrollo de un sector aprovechando potenciales: Socio-económicos, urbanísticos y ambientales, entre otros. La planificación en cascada busca impulsar la transformación territorial para consolidar la estrategia de ordenamiento territorial a través de la comprensión de las dinámicas de transformación, y a partir de

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esto, define excepciones a la norma bajo los argumentos de que la norma no es suficiente y es necesaria la excepción. Los proyectos urbanos integrales (PUI) Antes del Decreto Distrital 364, los proyectos urbanos o planes maestros estaban definidos unisectorialmente, es decir, no eran integrales, por ejemplo sólo se planteaban proyectos urbanos de cultura, salud, educación, etc. A partir de la modificación los proyectos urbanos son planteados integralmente, articulando los distintos sectores según sea el territorio a intervenir. Actualmente, los proyectos urbanos integrales en Bogotá son instrumentos de planeación de primera jerarquía, en el marco estratégico de ordenamiento de la ciudad-región. Definen lineamientos comunes de carácter técnico y operativo, construyendo una visión integral del territorio, la gestión urbana en su formulación y el diseño de instrumentos de gestión inter-institucional en su ejecución, así como la construcción de escenarios de articulación intersectorial. Gráfico N° 36: Planeación en cascada (flexible)

Fuente: POT Bogotá, 2013

Dentro de los proyectos urbanos se definen las operaciones estratégicas con sus respectivos objetivos: a) En la ciudad. 1º Aportar al logro de los objetivos, políticas y estrategia de ordenamiento territorial, a mejorar la calidad de vida de los habitantes y al desarrollo económico de la ciudad; 2º Concretar los objetivos de la estructura socio-económica y espacial, desarrollando estrategias que fortalezcan las áreas de integración y las áreas de actividad económica intensiva, principalmente las que se encuentran en proceso de consolidación; 3º Desarrollar “acciones urbanísticas”94 que articulen los objetivos y potencien las funciones de las estructuras ecológica, funcional y de servicios, y socioeconómica y espacial. b) En lo económico. 4º Diseñar instrumentos y estrategias de gestión económica para crear las condiciones dentro del área de actividad económica intensiva y/o las áreas de integración para fortalecer y potenciar las economías de aglomeración; 5º Generar condiciones para mejorar la

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Acciones urbanísticas: Son actuaciones urbanísticas la parcelación, urbanización y edificación de inmuebles. Cada una de estas actuaciones comprende el procedimiento de gestión y forma de ejecución, orientado por el Plan de Ordenamiento Territorial, que implica un proceso concreto de transformación del suelo o de su infraestructura, o una modificación de los usos específicos del mismo. Las actuaciones urbanísticas deben quedar explícitamente reguladas por normas urbanísticas expedidas de acuerdo con los contenidos y criterios de prevalencia establecidos en los reglamentos.

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productividad de la ciudad, potenciando nuevas actividades productivas y consolidando la actividad económica existente. c) En lo social. 6º Asegurar los objetivos de equilibrio y equidad territorial para el beneficio social y promover procesos participativos de construcción social del territorio. d) En lo ambiental. 7º Aportar a la protección del patrimonio cultural del territorio a través de acciones encaminadas a la gestión y sostenibilidad de los Bienes de Interés Cultural, según lo definido en las políticas y objetivos del presente plan, con el fin de conservar la identidad cultural de los habitantes y; 8 Aportar a la sostenibilidad ambiental del territorio a través de acciones encaminadas a la continuidad de los procesos ecológicos, la conservación de la diversidad biológica existente en las áreas objeto de intervención, y el aseguramiento de la oferta de los bienes y servicios ambientales. Gráfico N° 37: Objetivos de los proyectos urbanos integrales

Fuente: POT Bogotá, 2013 Gráfico N° 38: Intervención intersectorial de los proyectos urbanos integrales

Fuente: POT Bogotá, 2013

En el caso de Medellín (http://proyectosurbanosintegrales.blogspot.com), el Proyecto Urbano Integral es definido como un instrumento de intervención urbana que abarca las dimensiones de lo físico, lo social y lo institucional, con el fin de resolver problemáticas específicas sobre un territorio definido, colocando todas las herramientas del desarrollo de forma simultánea en función del área de intervención.

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Los componentes del proyecto, son: a) Social: La comunidad participa activamente en todas las etapas del proceso, desde la identificación de problemáticas y oportunidades por medio de recorridos de campo, hasta la formulación y aprobación de los proyectos por medio de la utilización de prácticas de diseño participativo, como los talleres de imaginarios. b) Institucional: Es la coordinación integral de las acciones de todas las dependencias del municipio en una zona. También se promueven alianzas con el sector privado, ONG, organismos nacionales e internacionales y con las organizaciones comunitarias. c) Físico: Incluye la construcción y mejoramiento de espacios públicos, de vivienda; adecuación y construcción de edificios públicos, y recuperación de medio ambiente con la construcción de parques. La problemática de áreas factibles de PUI, son: a) Física: El área presenta problemas físicos asociados con bajos estándares habitacionales, la falta de espacios públicos y la degradación del medio ambiente entre otros. b) Institucional: A esta situación se ha sumado la ausencia del Estado que se manifiesta en la desarticulación de las acciones de intervención social y física y en la falta de control de los procesos de ocupación del territorio. c) Social: La pobreza y la falta de oportunidades, sumado a un entorno que no facilita la convivencia ni el sentido de pertenencia, contribuyeron en gran parte a la segregación social y al origen del período de la violencia en Medellín. Los procesos sociales del PUI, son: 1º La gestión social del PUI propicia en líderes, grupos organizados y comunidad la participación en el Proyecto Urbano Integral, además de convocar a organizaciones sociales y establecer mecanismos de participación, concertación, información, comunicación que faciliten la cooperación y apropiación de la ciudadanía hacia la intervención. 2º El proceso de promoción de la participación comunitaria o promoción de comunidades competentes pretende conseguir la participación efectiva y adecuada de ese conglomerado en la solución de sus problemas barriales mediante la formación, capacitación, asistencia técnica, difusión y ejecución de proyectos. 3º Para el desarrollo de un PUI se cuenta con la participación de las organizaciones de base, líderes naturales, ONG’S y comunidad con presencia en el territorio de influencia, para identificar y priorizar acciones de manera concertada, cuyos beneficios estén dirigidos a la población de mayor vulnerabilidad social y económica. 4º Para la socialización e interiorización de la propuesta es necesario implementar como estrategia el diálogo y la divulgación, entendiendo el diálogo como el intercambio efectivo de conocimientos e intereses. Esto requiere de respeto por el otro, la escucha activa, el establecimiento de relaciones de confianza, la concertación y el trabajo conjunto para alcanzar objetivos de mutuo beneficio. El proceso participativo del PUI: Se identifican y se convocan líderes de la comunidad, para crear espacios de información, formación y participación, conformación de comités comunitarios y concertar acciones con las organizaciones sociales y la comunidad. En este modelo de intervención se pretende que participen, entre otros, Consejo Consultivo, Juntas Administradoras Locales, Juntas de Acción Comunal reunidas en Asocomunal, mesas barriales, ONG, organizaciones comunitarias, líderes institucionales y naturales formales y no formales y la comunidad. Uno de los objetivos del proceso es promover la participación de la comunidad antes, durante y después de la intervención física. Esbozar y concertar diseños participativos de obra. Fortalecer la prevalencia del interés público sobre el interés privado. Fomentar el empleo de mano de obra no 131


calificada. Acompañar el seguimiento y la veeduría ciudadana a la intervención. Generar sentido de pertenencia y apropiación de los nuevos espacios. Los comités comunitarios son una estrategia de sensibilización, información, concertación, divulgación y promoción en las organizaciones comunitarias y en la comunidad. Y, los talleres de imaginarios son una metodología social que involucra a la comunidad en la formulación de los proyectos, en la participación activa en todas las etapas del proceso, desde la identificación de problemáticas y oportunidades por medio de recorridos de campo, hasta la formulación y aprobación de los proyectos mediante la utilización de prácticas de diseño participativo. Esto posibilita la formación, la concertación, la participación y la decisión de la comunidad frente al modelo de intervención integral. Principales proyectos de infraestructura de un PUI: a) Vivienda: Un Hogar digno para todos. La inversión pública en vivienda se orienta a las poblaciones de menores ingresos en situaciones críticas de habitabilidad y riesgo. Más allá del compromiso de levantar más unidades de vivienda el reto es con las personas que las habitan. Que disfrutaran de lugares adecuados y con todas las condiciones para que todos y todas vivamos con dignidad b) Parques bibliotecas: Espacios para todos y todas. La ciudad abre las puertas al encuentro, a través de los parques bibliotecas, lugares con espacios para todos y todas, que van desde salas de lectura, pasando por espacios para exposiciones hasta llegar a lugares para el encuentros comunitarios y encuentros con la cultura, como auditorios. Los parques bibliotecas son edificios vivos que se llenan de aire con cada uno de los usuarios que las visitan. c) Colegios: Medellín sigue por el camino hacia la más educada. La educación es el sendero por el cual se llega a las oportunidades de una mejor calidad de vida, colegios con todas las condiciones físicas para acoger de manera digna a niños, niñas y jóvenes es la meta para este cuatrenio, los colegios son la oportunidad y la disculpa para mejorar el nivel académico que nos lleve a ser la Medellín, más educada que todos queremos. d) Parques lineales: Recuperar nuestras quebradas, nuestro aporte al medio ambiente. La ciudad de Medellín cuenta con gran cantidad de afluentes de agua, hecho que antes nunca se había tenido en cuenta, ahora estamos mirando nuestras quebradas, las recuperamos para que sean espacios más amigables, sitios de encuentro para todos los miembros de la familia. Se generan espacios públicos y zonas verdes y se mejoran las condiciones ambientales del entorno. e) Jardines sociales: Nuestras niñas y niños en condiciones dignas. Pequeños mundos hechos de fantasía y al tamaño de los pequeños de 0 a 6 años eso, son los jardines sociales, no son simples guarderías, son lugares para que los más chicos de nuestra sociedad empiecen a ver y sentir una ciudad justa, una ciudad solidaria que desde esa edad, les da la oportunidad de empezar a ser personas incluidas en el desarrollo de la sociedad. f) Equipamientos de seguridad: Una Medellín segura en que todos confiamos. La confianza en la institucionalidad, la da la cercanía a la ciudadanía por eso nuestras fuerzas de seguridad llegan a los barrios, se instalan y se quedan, con nuevas estaciones de policía y CAI’s, porque Medellín sin violencia es convivencia. g) Corredores de movilidad: La calle un lugar de encuentro. La ciudad tiene muchas vías y calles emblemáticas pero que pocos conocemos, las intervenciones sobre estas calles las hace visibles a la ciudad, y las ponen a disposición de todos los vecinos, creando espacios para el encuentro y mejores posibilidades para el fomento del comercio. Políticas del PUI: Uno de los principales logros es que las intervenciones se efectúan promoviendo el liderazgo, los procesos de decisión participativos y el fortalecimiento de organizaciones comunitarias. Para el PUI es fundamental desarrollar la intervención en la zona en coordinación con las diversas entidades y dependencias de los sectores público y privado, las ONG, y por supuesto las organizaciones sociales del sector. Una contribución del PUI es elevar las condiciones de vida de los habitantes de la zona mediante la ejecución de iniciativas de desarrollo integral que acerquen a la administración municipal

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con las comunidades, mediante la participación comunitaria permanente, la generación de empleo y el fortalecimiento del comercio. Parque Biblioteca “España” (Medellín) El proyecto se localiza en una de las laderas más afectadas por la violencia de los años ochenta, Santo Domingo, producto del narcotráfico que opera en la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia, Colombia, y forma parte del programa de inclusión social de la Alcaldía para brindar igualdad de oportunidades en el desarrollo social y económico a la población. El lugar se compone de pequeñas casas de ladrillo fruto de la auto-construcción y de residuos de zonas verdes, todo ello producto de la imposibilidad de construir en la zona por las pendientes pronunciadas. Esta organización produce una textura uniforme de ciudad sin ningún elemento de jerarquía visible, es por esto que el edificio propuesto busca sobresalir en la ciudad como edificiopaisaje, como icono, construye en el lugar y mantiene la tensión existente, la geografía como elemento de jerarquía y la arquitectura como textura. El proyecto es visible desde gran parte de la ciudad, como símbolo de la nueva Medellín, haciendo que los habitantes identifiquen su sector y desarrollen un mayor sentido de pertenecía, tanto es así que hoy en día es uno de los lugares turísticos de la zona. Por esta obra el arquitecto Giancarlo Mazzanti ha sido premiado, en la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, Lisboa 2008. Lleva el nombre de Biblioteca España en honor a la contribución que hizo el gobierno español a través de la Agencia de Cooperación Internacional con la dotación de un auditorio. IV.1.2. El modelo chileno (enfoque económico) Red de proyectos urbanos “Anillo Interior de Santiago” Según la memoria del proyecto (Chile MINVU, 2003), la propuesta del Plan Maestro Anillo Interior de Santiago, nace como una propuesta de planificación y gestión urbana intercomunal (o intermunicipal) para la revitalización y recuperación de las áreas pericentrales o intermedias de la ciudad de Santiago95, a través de la implementación de cinco programas de intervención e inversión en infraestructura y equipamientos urbanos intercomunal y comunales, considerando también, instrumentos de planificación y gestión urbana local de sectores estratégicos dentro de estas comunas pericentrales de la ciudad de Santiago, como instrumentos de re-urbanización interior de la ciudad. El plan es una oportunidad de generar mayor equidad en el desarrollo urbano de la ciudad y un medio de equilibrio en la evolución de la ciudad de Santiago, enfocada principalmente en la alta densidad central como en la extensión periférica de la ciudad, sin contemplar estas áreas preexistentes como territorios estratégicos del desarrollo general de Santiago. El crecimiento metropolitano de Santiago, ha definido el sentido y la forma radial de la ciudad, determinando su fisonomía, conectividades, dinámicas de crecimiento, densidades, problemáticas y potencialidades urbanas territoriales y habitables. Simultáneamente, este crecimiento se ha plasmado en desarrollos concéntricos (centro urbano de alta densidad) y excéntricos de la ciudad (extensión periférica), causando el deterioro y abandono de territorios intermedios de la ciudad, potenciando su

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Según estadísticas al momento del desarrollo de la propuesta (2006) del SEREMI de Vivienda y Urbanismo, la población del Gran Santiago fue 6.040.000 habitantes (90% población regional y 40% población nacional). Superficie regional: 1.500.000 hectáreas. Área urbana metropolitana Gran Santiago: 72.000 hectáreas (93% suelo regional). Urbanizado: 4,8% del territorio regional. Tasa de consumo de suelo: 1.200 hectáreas aproximadamente (anual). Participación metropolitana del PIB Nacional: 47,86%).

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obsolescencia y migraciones urbanas residenciales hacia el centro y la periferia desde éstas áreas intermedias o pericentrales. Dentro de la totalidad metropolitana de Santiago, las áreas intermedias representan el 32% de la superficie urbana de la ciudad (23.060 hectáreas), territorio el cual concentra los mayores niveles de deterioro, obsolescencia, densidad urbana en baja altura por hacinamiento y allegamiento, falta de equipamiento urbano y desvalorización/subutilización del suelo urbano. Los sectores intermedios o pericentrales contradictoriamente a su localización privilegiada respecto del centro de la ciudad y la periferia metropolitana, muestran desarrollos regresivos urbanos y demográficos, solo con algunos crecimientos aleatorios dentro de su territorio pericentral y consolidando al centro y la periferia como los lugares que concentran los mayores niveles de desarrollo urbano y crecimiento urbanístico. En éste último sentido del crecimiento urbano, la ciudad de Santiago ha consolidado un modelo de crecimiento geográfico de la ciudad, generando grandes áreas de obsolescencia, deterioro, subutilización y desvalorización interior. La planificación urbana de Santiago, no ha logrado rescatar sus iniciales intenciones de una evolución equilibrada de la ciudad, ya que, solo ha administrado un modelo económico de inversión en la extensión especulativa del suelo urbano, más que generar un crecimiento armónico del desarrollo urbanístico. Gráfico N° 39: Propuesta Plan Maestro Anillo Interior de Santiago, Imagen Objetivo

Fuente: www.plataformaurbana.cl (24 diciembre 2009)

a) Propuesta. A partir de una nueva visión con criterios urbanísticos lógico operacional y según los análisis urbanísticos metropolitanos realizados y los referentes contemplados como un proceso de implementación planificadora de la ciudad de Santiago, se concluye que los sectores intermedios o pericentrales de Santiago, de relación y conexión territorial, vial, programáticas y socio-económicas entre sí, como con el área central y la periferia, pero en condiciones de obsolescencia, segregación y desvalorización territorial urbana, configuran una “Periferia Interior Circunvalar Intermedia”, por lo cual, se propone el “Plan Maestro Anillo Intermedio de Santiago”, como una propuesta de planificación, gestión y desarrollo de carácter intercomunal pericentral, basado en sus propias condiciones y potencialidades urbanas. A partir de criterios de repotenciación, reimpulso y renovación urbanística, se desarrolla ésta propuesta intermedia, la cual busca generar alternativas de desarrollo urbanas y socio-económicas, a través del 134


diseño de programas e instrumentos públicos/privados de infraestructuras y equipamientos, normativos y proyectuales, como económicos, que permitan potenciar, mejorar y rescatar las actuales condiciones y desarrollos de los sectores intermedios y, asimismo, consolidar sus relaciones territoriales y urbanas con los sectores central y periféricos. b) Programa. El Plan Maestro Anillo Intermedio de Santiago se plantea como una estrategia de intervenciones urbanísticas, que coordinadas entre sí, buscan potenciar al máximo las posibilidades de desarrollo efectivo de los sectores intermedios. Capas programáticas intercomunales y comunales, que abordan el área de intervención como un enorme catastro de lugares y proyectos diversos, que permitirían el rescate y la repotenciación de las condiciones actuales del Anillo Intermedio de Santiago. El Programa del Plan Maestro Anillo Intermedio, se desglosa de las siguientes capas de intervención y rescate urbanístico: -

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Propuesta Estructural Vial Anillo Intermedio Sistema de Áreas Verdes Intermedia Propuesta Extensión Metro Anillo Intermedio Programa de Proyectos Estratégicos y Emblemáticos Anillo Intermedio (proyectos de equipamiento, proyectos de renovación y gestión urbana, proyectos de áreas verdes y espacios públicos, proyectos de infraestructura vial y transporte público intercomunal). Programa de Unidades Seccionales y Diseño Urbano Proyecto urbano de Kaukari

Este proyecto ha sido propuesto el año 2012 por el arquitecto chileno Juan Carlos García De Los Reyes, auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), está ubicado en Copiapó (200.000 habitantes), capital de la región de Atacama (Chile). En una entrevista realizada y publicada por www.plataformaurbana.cl (24 de septiembre de 2012), el autor de este proyecto describe el objetivo y proceso del Proyecto Urbano Estratégico (PUE). El objetivo del PUE es que Copiapó se convierta en una ciudad atractiva, integradora y cuente con óptimos estándares de calidad urbana a fin de poder reforzar su capitalidad como centro urbano y como centro económico. “Y me estoy refiriendo al PARQUE KAUKARI como pretexto del proyecto integral, esto es, el proyecto del Parque Urbano del Río Copiapó”. Foto Nº 1: Imagen aérea Río Copiapó

Fuente: www.plataformaurbana.cl

“Por eso es tan importante que trabajemos por una ciudad pensada desde su territorio para paliar los déficits heredados y por empezar a construir ciudades amables, integradoras, bien dotadas, responsables desde el punto de vista ambiental, y que jueguen adecuadamente su papel en el territorio. Y desde esa perspectiva comprometida, hemos visto la oportunidad que suponen estos 135


instrumentos tan innovadores, los PUE, ya que, impulsarán procesos de transformación en la ciudad a través de la identificación de una serie de intervenciones en el espacio público con capacidad detonante, y de la programación de su ejecución en el corto, mediano y largo plazo”. Gráfico Nº 40: Imagen objetivo proyecto Parque Kaukari, Río Copiapó

Fuente: www.plataformaurbana.cl

“Si bien el PUE de Copiapó elaborado quería centrarse sobre todo en la mejora y en la revitalización del centro histórico, este proyecto del Parque Urbano Kaukari trasciende de tales objetivos para constituirse en una pieza esencial para la articulación de la ciudad en su conjunto así como para la resolución de una serie de cuestiones estructurales largamente anheladas: 1º La mejora paisajística de la ciudad a través de la restauración y recuperación de la travesía urbana del Río Copiapó, un espacio de alta degradación ubicado en el corazón de la ciudad, cuestión que se aborda directamente con la ejecución del Parque Urbano Kaukari; 2º La consideración del papel fundamental que en su diseño deben tener las cuestiones ambientales y naturales, a través de la restauración de su otrora vegetación riparia y, por tanto, a través de la renaturalización del cauce. En la misma dirección se considera muy positivamente la implantación de un sistema de riego ecológico y eficiente en el uso del recurso agua y; 3º La resolución definitiva de cuestiones hidráulicas, garantizando una solución definitiva a las inundaciones que periódicamente se producen por la alta torrencialidad de su cuenca y la dificultad para su regulación. Pero la novedad consiste en que estas soluciones de ingeniería para la protección de las crecidas del río van a ser compatibles con una renovación urbana armónica de sus márgenes a través de un desarrollo inmobiliario en el que primarán las áreas verdes y los servicios urbanos de la ciudad”. Asimismo, en su diseño se ha tratado al parque como una pieza urbana unitaria, y de la máxima relevancia, tanto por su posición central así como por sus dimensiones longitudinales que la convierten en un elemento fundamental y clave (interfaz urbana) para mejorar la articulación general de la ciudad y de ésta con su territorio periurbano. Gráfico Nº 41: Imagen urbana Copiapó, servicios y comercio. Proyecto Parque Kaukarí

Fuente: www.plataformaurbana.cl

Para completar la red viaria y para desarrollar el sistema de itinerarios peatonales y bicicleta de Copiapó, para la implantación de usos y actividades propias de su centralidad, y para lograr un adecuado diálogo entre ambas márgenes del río, se ha tratado al proyecto urbano como un suturador de la ciudad. “Una primera sutura, de carácter ambiental y verde del corredor ecológico entre las zonas 136


agrícolas del Norte y del Sur del valle Copiapó como lo era el espacio del río hasta hace unas décadas (el oasis del desierto); y una segunda sutura urbana, de carácter transversal para unir adecuadamente ambas márgenes”. La marcada linealidad del río se conjuga con la transversalidad propuesta por el parque. El proyecto constituirá un elemento esencial para la construcción de un verdadero “Sistema de Áreas Verdes de la Ciudad”. Se trata de recuperar el río como un espacio urbano accesible, utilizable y como un área verde de grandes dimensiones y de un gran desarrollo longitudinal que, además, permite a la ciudad reencontrarse con su naturaleza física y con su topografía. “No en vano no es posible concebir una urbe moderna y atractiva que no sepa poner en valor y disfrutar del lujo de contar con un río que la cruza”. El Parque Kaukari plantea, además, un desafío de gestión urbana de primera magnitud, al concretarse como un proyecto unitario aunando las diversas voluntades de los servicios públicos involucrados (el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Bienes Nacionales, el Gobierno Regional y la Municipalidad de Copiapó) junto con los privados y de la ciudadanía, debiendo también conjugar criterios de diseño urbanos, viales, de áreas verdes y también hidráulicos. Gráfico Nº 42: Masterplan del Parque

Fuente: www.plataformaurbana.cl Cuadro Nº 12: Programa integral KAUKARI URBANO - Badenes - Estacionamientos vehiculares y de bicicleta - Atraviesos peatonales y de bicicleta

KAUKARI CÍVICO - Plaza de La Bandera - Plazas cívicas

KAUKARI DEPORTIVO - Paseos de trote - Ciclovías - Canchas de boards - Canchas de futbol - Multi-canchas - Máquinas de ejercicio para toda la familia

KAUKARI SUSTENTABLE - Vegetación local - Riego eficiente - Reutilización de aguas grises - Exhibición de fauna local - Imagen local

KAUKARI CULTURAL - Anfiteatros - Espacios de eventos - Miradores de los hitos geográficos de la ciudad - Plazas didácticas - Plazas multiprogramáticas - Espacios para el arte / Esculturas KAUKARI HIDRÁULICO - Delimitación del cauce riesgo - Protección del cauce permanente

KAUKARI RECREATIVO - Juegos infantiles - Juegos de agua y cascadas - Plazas y lugares de asiento - Mesas de pingpong y juegos de mesa - Miradores - Sectores de picnic - Sombreadores - Baños públicos KAUKARI COPIAPINO - Iluminación eficiente - Mobiliario anti vandálico - Seguridad - Identidad Copiapina

KAUKARI COMERCIAL - Lugares de feria - Cafeterías - Kioskos

Fuente: www.plataformaurbana.cl

En este sentido, se trata de un proyecto que tiene garantizada su viabilidad económica en primera instancia del sector público: a través de la coordinación de los principales actores involucrados: El Ministerio de Bienes Nacionales en la cesión de terrenos hacia los primeros tramos del parque para su 137


realización. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que lidera el proyecto a través de su Seremi, es el responsable de la coordinación del diseño, de la expropiación de los terrenos aledaños, la ejecución de las obras del parque y la coordinación de las diferentes iniciativas de inversión en el sector. El Ministerio de Obras Públicas es el asesor técnico de las obras hidráulicas, el ejecutor de la Bandera Bicentenario, el encargado del mejoramiento de los puentes existentes y quien desarrolle proyectos de los puentes en el futuro. Y la Municipalidad de Copiapó será la encargada de su mantenimiento una vez concluido. En definitiva, se trata de un proyecto ambicioso y multi-programático que aunará cuestiones de seguridad, con otras de carácter cívico, cultural, recreativo, identitario, vegetal y deportivo, que supone además todo un desafío de coordinación inter-administrativa así como de colaboración público/privada. Un notable avance para que los ciudadanos puedan sentir el desarrollo de una ciudad comprometida. IV.1.3. El modelo argentino (enfoque integral) En los últimos años, el actual Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCABA) ha retomado el concepto y la metodología de los PUI (Proyectos Urbanos Integrales) diseñados en Medellín (Colombia) e implementados en las zonas más críticas desde el año 2004, con excelentes resultados. Organismos internacionales como ONU Hábitat, Metrópolis (Red de Grandes Metrópolis del Mundo) y CIDEU (Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano), reconocen en los PUI una forma de abordaje integral y articulada que puede ser replicada por ciudades con problemas similares. En el caso concreto de Buenos Aires, los Proyectos Urbanos Integrales son considerados como estrategias de acción que buscan favorecer la articulación entre los distintos organismos competentes, con el fin de que el abordaje de las problemáticas estructurales del territorio sea integral. Los PUI hacen que la asignación de recursos públicos sea más eficiente (gestión), permitiendo dar respuestas integrales y coordinadas por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a las problemáticas de las unidades territoriales. Contempla también la actuación de la sociedad civil, el sector privado y una fundamental participación de la ciudadanía. Asimismo, estos proyectos están destinados a la construcción de un escenario de intervención integral que contribuya a inducir mejoras sustanciales en las diferentes dimensiones que afectan la “calidad de vida de los habitantes” de los barrios que conforman las siete Unidades Territoriales de Inclusión Urbana (UTIU), y a respaldar la transformación a través de su inclusión a la Ciudad. La visión integral requiere de un abordaje de política pública que permita coordinar y potenciar los efectos de la multiplicidad de programas que implementan diferentes organismos y ministerios del GCABA; ya sea aquellos programas específicamente dirigidos a los hogares y la población, como las oportunidades que pueden surgir a través de los generados por otros ministerios en áreas linderas. A través de la generación de una estrategia focalizada en el diseño, la preparación e implementación de programas integrales de desarrollo, se busca potenciar las sinergias de los programas y las acciones que realizan los diferentes organismos. La delimitación geográfica de cada unidad territorial fue realizada considerando tanto aspectos físicos como sociales y proponiendo “áreas de oportunidad” a potenciar y “áreas de conflicto” a mejorar. Urbanismo social como eje de acción El Indicador de Sustentabilidad Urbana del Modelo Territorial de Buenos Aires se apoya en subindicadores basados en aspectos cuantitativos de la ciudad. Observa cuestiones de cantidad, distancias, superficies, etc. Sumado a esto, en el PUI se propone que no solo se mejore la ciudad desde una perspectiva física sino que estas obras materiales deben tener un criterio de urbanismo social para mejorar así las cuestiones de hábitat.

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El urbanismo social es el resultado de la relación que existe entre la planificación urbana y los aspectos que componen la esfera social. En este contexto, se busca construir ciudad dotando de sentido a los espacios residuales, desatendidos y desagregados que surgen de las dinámicas de constante transformación propia de toda metrópoli. Para ese fin, se diseñan estrategias de intervención que apuntan a la revitalización de ejes de acceso y circulación vitales para la integración entre las áreas formales e informales de la ciudad. El aporte más valioso del urbanismo social es el hecho de que cada intervención se lleva adelante con la participación y en consenso con los ciudadanos. Plan Urbano Ambiental (PUA) Las directrices de planificación están plasmadas en el Plan Urbano Ambiental (PUA) que es la guía normativa del planeamiento urbano de la ciudad y todos los procesos de planeamiento, a saber: Ciudad integral, ciudad policéntrica, ciudad plural, ciudad saludable y ciudad diversa. Los objetivos del PUA sobre la temática de hábitat y vivienda se refieren tanto a la mejora del hábitat de los sectores sociales de menores ingresos, como a las condiciones de calidad ambiental que debe guardar el hábitat residencial en su conjunto, atenta a la debida preservación de las características singulares de los distintos espacios urbanos. En cuanto a los temas del espacio público, se plantea como objetivo el incremento, recuperación y mejoramiento del espacio público y de la circulación, considerando su importancia para las funciones de encuentro, relax, confort y socialización, con miras a garantizar el derecho al uso y de otorgar identidad a las distintas zonas de la ciudad. Sobre el grupo de producción y empleo, el objetivo es generar condiciones apropiadas para la modernización y diversificación del tejido económico, por medio de la atracción de nuevas actividades y del mejoramiento de las existentes. Por último, el plan considera particular atención a la variable patrimonial —como patrimonio territorial— con el objeto de desarrollarla, incorporarla al proceso urbanístico e integrarla a las políticas de planeamiento, buscando armonizar las tendencias de transformación y del resguardo de los elementos urbanos de relevante valor. Escalas de planificación El PUI articula distintas escalas de abordaje según el impacto de las diferentes decisiones y acciones aunque las mismas se encuentran fuertemente articuladas unas con otras. Así, la escala ciudad-metropolitana responde a todas aquellas acciones, obras, proyectos, programas que estiman un impacto que logre trascender los límites de la ciudad. En este sentido, no apunta solo a la integración de la ciudad como jurisdicción en múltiples aspectos (territorial, económico, social, etc.) sino que también a la inclusión de la misma unidad territorial. La escala comunal (distrital) apunta a aquellas decisiones y obras ejecutadas por el Gobierno de la Ciudad cuyo impacto se enmarca dentro de los límites de la comuna. Y, por último, las decisiones de escala barrial son aquellas cuya escala de impacto, definición y participación tienen un territorio acotado. Suelen estar sumamente identificadas con situaciones de importancia reconocidas por vecinos inmediatos, y que el impacto estimado es en principio para una cierta cantidad de vecinos. Índices de desarrollo Si bien desde la perspectiva de planeamiento se utiliza el Índice de Sustentabilidad Urbana (ISU) propuesto por el Modelo Territorial para el análisis de las unidades territoriales, se propone otro índice. El mismo permite una visión integrada de la situación actual de cada unidad. El Índice de Sustentabilidad e Inclusión Urbana (ISIU) se compone de un conjunto de parámetros e indicadores parciales agrupados en cuatro grandes subconjuntos que, a su vez, conforman un sistema de índices temáticos, los cuales componen al ISIU en la misma proporción (25% cada uno). Estos son: a) Índice de Sustentabilidad Urbana (ISU). Corresponde al conjunto de indicadores del Modelo Territorial de Buenos Aires. Son indicadores cuantitativos, también llamados “objetivos” o “duros”, sobre las condiciones urbanas generales, que hacen referencia mayormente a proximidades, 139


determinados aspectos físicos del territorio y la morfología urbana, entre otras varias condiciones y relaciones que se expresan mediante magnitudes. Por ejemplo, indicadores de proximidad a nodos de transporte, compacidad edilicia, coexistencia de estratos sociales, barreras urbanas, arbolado, usos del suelo, etc. Los indicadores son: Hábitat y vivienda, estructura y centralidades, transporte y movilidad, espacio público, producción y empleo, patrimonio urbano. b) Índice de Transformación Urbana (ITU). Corresponde al conjunto de indicadores referidos a las condiciones locales de hábitat y vivienda. También en este caso se trata de indicadores duros sobre las características de las viviendas, espacio público circundante, régimen de tenencia e infraestructura. Por ejemplo, indicadores sobre materiales de las construcciones, equipamiento del hogar asociado a los servicios públicos (agua de red, gas de garrafa, conexión cloacal), tamaño de parcela, acceso a la vía pública, etc. Los indicadores son: Características de la vivienda, acceso a los servicios básicos, acceso al trabajo, acceso a la educación, acceso a la salud, hacinamiento, atractividad del barrio, uso del espacio público, formalidad bancaria. c) Índice de Calidad Urbana (ICU). Corresponde al conjunto de indicadores cualitativos de condiciones cuantificadas en los indicadores de sustentabilidad. Reflejan el grado de calidad, en especial considerando el espacio público, la calidad de los equipamientos e infraestructuras del entorno. Por ejemplo, el grado de calidad de los espacios verdes, de los equipamientos comunitarios, calidad de la vía pública y del mobiliario urbano, calidad de otros servicios urbanos, frecuencia de uso de espacios públicos. d) Percepción de condiciones de vida (PCV). Corresponde al conjunto de datos resultado de estudios y encuestas sobre la percepción de los ciudadanos sobre sus condiciones de vida. Estos son indicadores “subjetivos”, o “blandos”, que reflejan la visión de las personas respecto de su barrio y de su propia situación. Puede detectar también condiciones de interrelaciones sociales, grados de pertenencia y organización social. Por ejemplo, grado de satisfacción respecto del empleo, de la seguridad, percepción sobre la calidad del aire, relación con los vecinos, participación en las organizaciones barriales, etc. Los indicadores son: 1° Percepción de aspectos materiales: formalidad del régimen de tenencia, satisfacción con el barrio, percepción impacto de la basura en la salud, percepción existencia de establecimientos educativos, satisfacción con cantidad de espacios públicos, percepción de la salud de los miembros del hogar; 2° Aspectos relacionales: participación, interés social, proximidad social, conflictividad, percepción de no discriminación, confianza en organizaciones y; 3° Suficiencia de medios de vida: combustible para cocinar, vestimenta, tratamiento médico, remedios, dinero para mantener la casa, comida, etc. IV.2. GESTIÓN POR PROCESOS COMPLEJOS IV.2.1. Definición “La gestión por procesos es una forma sistémica de identificar, [explicar], comprender y aumentar el valor agregado de los procesos de una empresa [o una institución de gobierno] para cumplir con la estrategia del negocio [o desarrollo] y elevar el nivel de satisfacción de los clientes [población o actores]. La gestión por procesos con base en la visión sistémica apoya el aumento de la productividad y el control de gestión para mejorar en las variables clave, por ejemplo, tiempo, calidad y costo [o recursos]. Aporta conceptos y técnicas, tales como integralidad, compensadores de complejidad, teoría del caos y mejoramiento continuo, destinados a concebir formas novedosas de cómo hacer los procesos. Ayuda a identificar, medir, describir y relacionar los procesos, luego abre un 140


abanico de posibilidades de acción sobre ellos: describir, mejorar, comparar o rediseñar, entre otras. Considera vital la administración del cambio, la responsabilidad social, el análisis de riesgos y un enfoque integrador entre estrategia, personas, procesos, estructura y tecnología” (Bravo, 2009). Para Juan Bravo el proceso ofrece una visión horizontal y vertical de la organización (empresa-cliente o institución-población), da respuesta a un ciclo completo, desde cuando se produce el contacto con el cliente hasta cuando el producto o servicio es recibido satisfactoriamente. Este ciclo completo debe entenderse como un proceso de transformación irreversible donde el tiempo juega un rol fundamental, como la flecha del tiempo a que alude Ilya Prigogine. Según la Norma ISO 9001:2000: “Para que una organización funcione de manera eficaz, tiene que identificar y gestionar numerosas actividades relacionadas entre sí. Frecuentemente, el resultado de un proceso constituye directamente el elemento de entrada del siguiente proceso”. La gestión por procesos tiene que identificar y maximizar los procesos claves y minimizar aquellos que no aportan al objetivo final. Proceso es el conjunto de actividades, materiales y flujos de información que se gestiona con el fin de que los elementos de entrada se transformen en los resultados definidos. Existen tres tipos de procesos fundamentales: a) Procesos estratégicos. Son procesos destinados a definir y controlar las metas de la organización o del proyecto, sus políticas y estrategias, considera: La forma como se establece la visión, misión, valores, directrices funcionales, objetivos corporativos, departamentales y personales y, el programa de acción entre otros componentes; La forma como se monitorea el cumplimiento de los objetivos, la definición de indicadores y como se mantienen actualizados; La forma de mantener actualizadas las definiciones estratégicas y; La forma como se comunica la estrategia y la forma de motivar a todos los integrantes de la organización en lograr sus definiciones, entre otros temas relacionados. b) Procesos de soporte. Son procesos que abarcan las actividades necesarias para el correcto funcionamiento de los procesos operativos. Asimismo, los procesos de soporte están asociados a los productos o servicios que presta una organización. c) Procesos operativos. Son procesos que permiten generar el producto/servicio que se entrega al cliente. Aportan valor al cliente. La gestión por procesos funciona siguiendo el esquema PDCA (Plan, Do, Check, Act), esto es, Planificación, Ejecución, Medición, Actuación de mejora. El modelamiento visual de los procesos es la nueva propuesta de la teoría de modelos para lograr la participación de todas las personas de la organización. Reinhard Friedmann en su libro “Arte y gestión, una poética para el gerente del tercer milenio” (2007), señala: “El juego está cambiando. La nueva economía ya no se basa en la información, en el conocimiento o en la tecnología, sino en la experiencia y la creatividad. La nueva competencia central es la creatividad, la tarea del cerebro derecho que las empresas inteligentes están incorporando para generar un crecimiento de alto nivel”. La gestión por procesos es un proceso continuo, por un lado, es una condición de sobrevivencia y, por otro lado, es la gestación de factores de diferenciación. Desde el punto de vista de rediseño de procesos, se puede programar y avisar con anticipación que se trabajará en el cambio mayor. Lo bueno del “rediseño continuo” es que con el tiempo se capitaliza la experiencia en el conocimiento del proceso. Mientras viene el siguiente rediseño se van acumulando formalmente las sugerencias de cambio (Bravo, 2009). IV.2.2. Inteligencia de procesos Según el libro “Inteligencia de procesos” de Blickle y otros (2011), es una combinación especial de sentido común e información. Los conocimientos se adquieren con educación, formación, 141


asesoramiento y con la aplicación continua de la experiencia. Los sistemas y tecnologías de información capturan y transmiten la información. Pertenecen, además, al mismo universo de información que incluye los sistemas de las empresas de sus clientes y proveedores e incluso de otros sistemas y datos que circulan por Internet. La inteligencia de procesos satisface la necesidad de conocer mejor la empresa o proyecto y retroalimenta de la información que necesita, en el momento que la necesita y de la forma que pueda digerirla y transformarla en una energía que le impulse hacia delante. Los niveles de la inteligencia de procesos son: Estratégico, táctico y operativo. Participantes estratégicos Los ejecutivos de más alto nivel necesitan indicadores clave de rendimiento fáciles de interpretar que arrojen hechos relevantes para ayudarles a tomar decisiones bien fundadas. Los participantes estratégicos deben ser capaces de responder a preguntas del tipo: ¿Dónde estamos ahora con respecto a lo planificado? ¿Qué es lo que está funcionando? ¿Qué está fallando? ¿Alcanzaremos nuestros objetivos? Los ejecutivos de alto nivel responden mejor a representaciones visuales, como paneles de control por ejemplo, que facilitan la asimilación de la información. Para ello, la inteligencia de procesos consiste en saber cómo todos estos procesos operativos y tácticos llegan a ofrecer estos resultados de alto nivel. Para comprender la situación de una organización orientada al rendimiento, sus directivos necesitan vistas dotadas de señales interactivas, diagramas de tendencias y desviaciones de los niveles de rendimiento previstas (en cuanto a plazos, costos, calidad, cantidad, riesgos). Participantes tácticos Los propietarios de procesos necesitan una información completa y detallada. Deben garantizar unos procesos eficaces y eficientes, y esto sólo es posible si tienen sobre ellos un control continuo y si los evalúan en términos de cantidad, tiempo, costo, calidad y riesgo. Los propietarios de procesos buscan la inteligencia de procesos con el fin de analizar éstos con todo rigor, hasta el menor nivel de desagregación. Por ejemplo, en un ciclo medio de 16 días en el que intervienen 10 procesos, dos de ellos necesitaron 10 días para completarse cuando para los otros 8 fueron suficientes 5 días. Los propietarios de los procesos deben ser capaces de localizar las causas por las que esos dos procesos necesitaron 10 días. Una vez identificada la causa raíz, pueden tratar los motivos y corregir los procesos en ejecución. Lo que desean saber los participantes tácticos es: ¿Dónde necesitamos intervenir? ¿Están funcionando nuestras intervenciones, cambios y mejoras? ¿Qué otros cambios necesitamos introducir? La simple observación de la empresa o proyectos no es suficiente para identificar la naturaleza de los puntos débiles y las áreas que necesitan mejoras. Es necesario que analizar y explicar la estructura de sus procesos y describir las actividades que se están ejecutando, el orden en que lo hacen, las personas implicadas y todo lo que está sucediendo. Cada una de las instancias del proceso puede procesarse a su modo, por lo que, es preciso ver cada una de ellas y contar con la capacidad para examinar cada detalle preciso y descubrir los verdaderos problemas. No se aprende mucho consultando promedios. Es necesario tener una vista sobre todo el entorno: rangos, distribuciones y casos individuales. Muchas veces, son los casos atípicos los impulsores de su rendimiento, por lo que debe estar seguro de disponer de una visión general. Participantes operativos El mayor grupo de participantes está formado por el personal de operaciones. Necesitan saber lo que sucede en cada uno de sus respectivos procesos de trabajo enseguida, en tiempo real, o por 142


cada uno de los eventos. Igualmente, necesitan conocer cuál es su posición dentro del flujo completo de valor. Las personas que ocupan funciones operativas necesitan manejar las transacciones activas y responder a los problemas críticos en cuanto se producen. Es preciso que conozcan los eventos entrantes y los resultados derivados, y tengan en cuenta las situaciones críticas, de modo que, además de realizar su trabajo puedan, paralelamente, responder ante excepciones importantes y tomar medidas inmediatas. Los participantes operativos buscan respuestas a preguntas como: ¿Está todo funcionando correctamente en este momento? ¿Qué está fallando? ¿Qué medidas debería tomar para resolver el problema? ¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué necesito para estar preparado? Conocer realmente un proceso no es sencillo. El profundo conocimiento que se necesita en inteligencia de procesos requiere tiempo y experiencia. Los directivos deben asegurarse de que el personal de operaciones cuenta con el apoyo y la asistencia imprescindibles para ser “ingenieros de procesos” de éxito. IV.2.3. Desarrollo en espiral de un proceso El desarrollo en espiral es una técnica armónica novedosa aplicada a la gestión por procesos para desarrollar e implementar proyectos, donde el proyecto de rediseño abarca una porción cada vez mayor de los procesos y en cada iteración avanza en calidad, eficacia y eficiencia. Según Bravo (2009), este método está dirigido al rediseño de procesos. Es decir, a proyectos de cambio mayor en el ámbito de trabajo seleccionado y que se traducirán en cambios significativos en los procesos. Por supuesto que, simplificando esta técnica, también se puede aplicar a proyectos de cambio un poco menor, como en el benchmarking o la mejora. Para Steve McConnell, 1996 (citado por Bravo, 2009) “el modelo de espiral es un modelo de ciclo de vida orientado a riesgos que divide un proyecto en micro-proyectos. Se parte de una escala pequeña en medio de la espiral, se localizan los riesgos, se genera un plan de gestión para manejarlos y, a continuación, se establece una aproximación a la siguiente iteración. Se avanza un nivel en el ‘rollo de canela’, se comprueba que se tiene lo que se desea y después se comienza a trabajar en el siguiente nivel”. Cada vuelta de la espiral es un ciclo completo de desarrollo para el grupo de procesos seleccionados. En cada iteración la complejidad se incrementa progresivamente y se reduce el riesgo. Por supuesto, y al igual que en un proyecto tradicional, un desarrollo de esta naturaleza exige amplio esfuerzo de gestión y operación. Gráfico N°43: Esquema de procesos en espiral (Cada vuelta de la espiral es un ciclo completo de trabajo para un grupo de procesos seleccionados)

Fuente: Bravo, 2009

Se espera que una vuelta de la espiral demore entre dos y diez semanas, para un rango de entre el 5% al 20% de los procesos. La forma tradicional es la técnica llamada “desarrollo en cascada”, en el cual se pretende avanzar en cada etapa con todos los procesos a la vez, en consecuencia, recién se ven resultados al término del proyecto, tal vez un año en el caso de proyectos medianos. En el desarrollo en espiral cada vuelta o ciclo es un pequeño “desarrollo en cascada”, porque pasa por todas las etapas, aunque para un número relativamente pequeño del total de procesos a rediseñar. Al 143


término del proyecto (después de todos los ciclos) se recomienda incorporar el mejoramiento continuo. Este método también tiene relación con la Ley de los pocos críticos de Pareto96. IV.3. MÉTODO PROYECTUAL IV.3.1. Definición y características El método proyectual es un modelo basado en la resolución de problemas que define una solución preliminar desde un inicio, es decir, propone sistemáticamente desarrollar etapas de trabajo, en donde los objetivos o propuestas serán alcanzados gradual y recursivamente, y no como resultado de una última etapa de un largo proceso. Bruno Munari (1983), define el método proyectual como una serie de operaciones necesarias, dispuestas en un orden lógico dictado por la experiencia. El objetivo es conseguir un máximo resultado con el mínimo esfuerzo. El método no es absoluto ni definitivo, se puede cambiar el orden de alguna operación si se encuentran valores objetivos que mejoren el proceso; en consecuencia, las reglas del método no bloquean la personalidad del proyectista, sino que, al contario, le estimulan a descubrir algo, que, eventualmente, puede resultar útil también a los demás. Para él, el proceso de este método contempla los siguientes pasos: 1. 2.

3.

4. 5. 6.

7. 8. 9. 10.

Definición del Problema. En todo proceso lo primero que hay que hacer es definir el problema en su conjunto. Servirá para definir los límites en los que deberá moverse el diseñador. Definición del tipo de solución. Definido el tipo de problema se decidirá entre las distintas soluciones: una solución provisional o una definitiva, una solución puramente comercial o una que perdure en el tiempo, una solución técnicamente sofisticada o una sencilla y económica. Elementos del problema. Descomponer el problema en sus diversos elementos. Esta operación facilita la proyección ya que tiende a descubrir los pequeños problemas particulares que se ocultan tras los sub-problemas ordenados por categorías. Una vez resueltos los pequeños problemas de uno en uno (y aquí empieza a intervenir la creatividad, abandonando la idea de buscar una idea), se recomponen de forma coherente a partir de todas las características funcionales de cada una de las partes. El principio de descomponer un problema en sus elementos para poder analizarlo procede del método cartesiano. Recopilación de datos. Recoger los datos necesarios para estudiar los elementos del problema y la solución uno por uno. Análisis de los datos recopilados. Luego, en una sucesiva operación, todos estos datos deberán ser analizados para ver cómo se han resuelto en cada caso algunos sub-problemas. Creatividad. Reemplaza a la idea intuitiva o solución por arte de magia. Así la creatividad ocupa el lugar de la idea y procede según su método. Mientras la idea vinculada a la fantasía, puede proponer soluciones irrealizables, la creatividad se mantiene en los límites del problema. La creatividad antes de decidirse por una solución, considera todas las operaciones necesarias que se desprenden del análisis de datos. Materiales y tecnologías. Otra recopilación de datos relativos a los materiales y tecnologías que le diseñador tiene a su disposición para realizar el proyecto. Modelos. Soluciones parciales a escala o a tamaño real de dos o más soluciones. Verificación. Los modelos deberán ser sometidos a verificación para controlar su validez. En este momento conviene un control económico del costo de producción. Dibujo constructivo. Sirven para comunicar a personas no entendidas de informaciones útiles para confeccionar un prototipo. Deben ser claros, legibles y suficientemente detallados.

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Vilfredo Pareto (1848 - 1923) fue un sociólogo y economista italiano quien planteó el principio de los pocos críticos. El principio conocido como “80/20”, dice que “en cualquier conjunto se encuentran pocos elementos críticos y muchos triviales”. Así por ejemplo, el 20% de las causas explica el 80% de los efectos, el 20% de los clientes generan el 80% de los beneficios y, de igual modo, el 20% del tiempo de trabajo contribuye al 80% de los resultados.

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IV.4. CONCLUSIONES METODOLÓGICAS EXTERNAS La experiencia latinoamericana de proyecto urbano está orientada básicamente a dos modelos: el colombiano, que en esencia es de tipo social y, el chileno, que es de tipo predominantemente económico. En el primer caso, intervienen en zonas o barrios con problemas sociales con estigmas territoriales (pobreza, delincuencia, etc.), los proyectos son generalmente de tipo puntual (arquitectónico) y; en el segundo caso, intervienen lugares con potencialidad de generar desarrollo (especialmente económico), circunstancialmente pueden ser zonas, vías o edificaciones en desuso o subutilizados, pero ubicados estratégicamente en el conjunto urbano. En último lugar, en el caso argentino, el proyecto urbano considera el enfoque social colombiano, pero incorpora otros elementos: Primero, el proyecto es abordado a partir de unidades territoriales (barrios o zonas) y son considerados como áreas de oportunidad y áreas de conflicto, es decir, integra los enfoques social y económico en la definición; segundo, el proyecto es encarado desde la perspectiva de la inclusión en varias escalas, entre ellas y las más importantes, la escala urbana y la escala ciudad y; tercero, incorpora 4 grupos de indicadores con un valor de evaluación de 25% cada uno, donde los indicadores cualitativos o subjetivos tienen el mismo valor que los cuantitativos. En Bolivia, aunque no hay ejemplos propiamente de proyecto urbano, pero sí de proyectos inmobiliarios de tipo comercial, localizados con una lógica equilibrada tanto económica como sociocultural. Consecuentemente, la formulación de un proyecto urbano en territorio boliviano deberá estar formulado integralmente (económico, social y cultural, además del componente ambiental). El modelo de gestión por procesos refuerza lo anteriormente citado: la identificación y maximización de los procesos clave, la gestación de factores de diferenciación, los niveles de inteligencia de procesos (sentido común e información operativa), la participación de actores estratégicos, tácticos y operativos, son coherentes con la idea del proyecto urbano. Asimismo, el modelo de desarrollo en espiral propugna como base el ciclo de vida orientado a riesgos (limitaciones) que divide un proyecto en micro-proyectos (intervenciones específicas), se parte de una escala pequeña en medio de la espiral donde se localizan las potencialidades, se espera que la vuelta de la espiral (etapa) sea en un rango entre 5% y 20% del tiempo del proyecto, es decir, aproximadamente existe mínimo 5 etapas. Finalmente, el desarrollo en cascada aplicado a las etapas del proyecto, implica que la solución o propuesta surge no surge al final de la proyección o diseño, sino desde el inicio, de modo que, el proceso en espiral retroalimente y madure la propuesta tanto en sus componentes individuales como integrales. Esta visión es coherente con el método proyectual, donde los objetivos son alcanzados gradual y recursivamente, por lo que, el método no es absoluto ni definitivo, puede cambiar en el orden del proceso y en los objetivos (no existe recetas).

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TERCERA PARTE: PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO MUNICIPAL EN BOLIVIA Y COCHABAMBA

V.

APROXIMACIÓN AL MODELO DE PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO MUNICIPAL CON ENFOQUE DE PLAN V.1.

ACLARACIÓN CONCEPTUAL Y ANTECEDENTES

V.1.1. Planificación y Plan De un modo elemental, el concepto de planificación, según Ezequiel Ander-Egg (1983), “es un conjunto de procedimientos mediante los cuales se introduce una mayor racionalización y organización en unas acciones y actividades previstas de antemano”. Carlos Matus establece que, “significa pensar antes de actuar, pensar con método, de manera sistemática; explicar y comprender posibilidades y analizar sus ventajas y desventajas, proponerse objetivos, proyectarse hacia el futuro, porque lo que puede o no ocurrir mañana decide si mis acciones de hoy son eficaces o ineficaces”. Así, la planificación es la herramienta para pensar y crear el futuro. “Aporta la visión que traspasa la curva del camino y limita con la tierra virgen aun no transitada y conquistada por el hombre y, con esa vista larga, da soporte a las decisiones de cada día, con los pies en el presente y el ojo en el futuro. Se trata, por consiguiente, de una herramienta vital. O sabemos planificar o estamos obligados a improvisar. Es la mano visible que explora posibilidades donde la mano invisible es la incertidumbre” (Huertas, 1996). Empero a estas definiciones, se admite la distinción entre: planificación y gestión (Ander-Egg, 1983). Por ejemplo, en la planificación estratégica, el eje central está en el ejercicio intelectual, individual o colectivo, de definir lo que se va a hacer para cumplir los objetivos (como elaboración de planes, programas y proyectos) y; en la gestión estratégica, el eje central de su concepción está ubicado en la acción. Asimismo, en el lenguaje técnico se diferencia los términos de planeación y planificación: el primero, referencia al proceso de establecer objetivos y cursos de acción adecuados antes de iniciar la acción, consiste en fijar el curso concreto de acción que ha de seguirse, estableciendo los principios que habrán de orientarlo, la secuencia de operaciones para realizarlo y la determinación de tiempo y números necesarios para su realización; el segundo, es un proceso racional y sistémico de prever, organizar y utilizar los recursos escasos para lograr objetivos y metas en un tiempo y espacio predeterminados, implica además un proceso de toma de decisiones, un proceso de previsión (anticipación), visualización (representación del futuro deseado) y de predeterminación (tomar acciones para lograr el concepto de adivinar el futuro). Entonces, la diferencia es que planeación pone las metas y objetivos, y la planificación es organizar los recursos de forma óptima para llegar a las metas. En Bolivia, la idea de “planificación del desarrollo” en los niveles nacional, departamental y municipal, ha evolucionado desde los de tipo sectorial pasando por de tipo estratégico y participativo, llegando actualmente al tipo integral. En el primer caso, el sectorial, responde al qué hacer de los diferentes sectores y actores participantes (salud, educación, caminos, etc.). En el segundo caso, el estratégico, responde al qué hacer y con qué recursos. Adicionalmente a este tipo, se incorporó el enfoque participativo, haciendo efectiva —por lo menos en la Ley— la participación y control social al proceso de planificación y gestión del desarrollo. Y, en el tercer caso, a los dos tipos de planificación, recientemente en el SPIE se ha incorporado un componente fundamental, el territorial, que responde al dónde hacer las cosas; un dónde, basado en información territorial de carácter integral sobre el uso y ocupación del territorio —sobre sus potencialidades, limitantes, conflictos y riesgos—, que considera, además, los aspectos ligados a la conservación de la biodiversidad natural (madre tierra) y cultural, entre otros.

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Finalmente, la “planificación territorial” —concepto relativamente nuevo—, es un proceso que permite generar conocimiento y explicar la estructura físico-natural y la organización socio-económica sobre el territorio, para el diseño de políticas y selección de medios e instrumentos a fin de lograr patrones de desarrollo territorial, ambientalmente sustentables, en ámbitos socio-culturales concretos. El nuevo enfoque de planificación territorial en Bolivia nace de la necesidad de considerar al territorio como base para el desarrollo, debido a que en él se desenvuelven las acciones del ser humano (población) en relación con el “espacio geográfico”. Y, si bien en el país se han logrado avances sobre el ordenamiento territorial, éste no ha sido traducido como un instrumento operativo del desarrollo97, tampoco ha sido aplicado ni aprovechado en toda su potencialidad en los procesos de planificación y en acciones concretas (MPD, 2010). V.1.2. Tipos de planes (SISPLAN) En las tres escalas territoriales de gobierno en el país, los planes de mayor consideración y aplicación, fueron: 1º Planes estratégicos de desarrollo (generalmente denominado solo planes de desarrollo, tuvieron más un carácter sectorial en el diagnóstico y la propuesta); 2º Planes de ordenamiento territorial y; 3º Planes estratégicos de desarrollo institucional (son específicamente los sectoriales, elaborados por instituciones). En la escala municipal se acostumbraba la elaboración de tres “instrumentos de planificación”: El Plan de Desarrollo Municipal (PDM), el Plan Municipal de Ordenamiento Territorial (PMOT) y el Plan Estratégico Institucional (PEI), en éste último y aparte del Plan Estratégico Institucional del Gobierno Municipal, existieron planes estratégicos sectoriales, por ejemplo, Plan Estratégico de Desarrollo de Cultura (elaborado por la dirección de Cultura del gobierno municipal). a) Plan de Desarrollo Municipal (PDM). En Bolivia, los planes de desarrollo municipal, se enmarcan básicamente en la teoría general del “desarrollo local”, concepto que fue trabajado y difundido por autores como Boisier98, Arocena99, Albuquerque100, Coraggio101, entre otros. Según éstos autores, se deduce que, el desarrollo local se caracteriza por cinco elementos: a) La necesaria valorización de los factores endógenos para el desarrollo (población, recursos, infraestructura, instituciones), complementado por los factores exógenos (tecnología, capital, etc.), por eso se habla de desarrollo local como necesariamente “desarrollo endógeno” pero no ser de enclave; b) La existencia de una visión estratégica y un proyecto colectivo para el territorio; c) La necesaria vinculación de lo local con lo global (glocal), fundamental para la puesta en valor de lo propio y la inserción competitiva del territorio en el mundo; d) La consideración de las 4 dimensiones del desarrollo local: económica, socio-cultural, físico espacial y ambiental (aunque en los hechos —por lo menos en Bolivia— sólo es ambiental) y político administrativa y; e) La adecuada articulación de los actores públicos y privados para crear las necesarias sinergias. El plan de desarrollo municipal, de vigencia de cinco años, es un plan marco de carácter estratégico y flexible, cuyo objetivo general es: Primero, guiar y orientar con visión estratégica la gestión en el corto, mediano y largo plazo con base en objetivos explícitos compartidos (plan de gobierno); Segundo, ordenar y priorizar las acciones definiendo claramente la secuencia: objetivos, políticas, planes, programas y proyectos y; Tercero, orientar la formulación de los POA (plan operativo anual) y verificar los avances anuales. Operativamente, tiene como fundamento la demanda de la población expresada en las organizaciones territoriales de base (OTBs)102 y las juntas vecinales. El enfoque estratégico 97

A la fecha, en el Departamento de Cochabamba (Bolivia), sólo existen dos municipios con PMOT aprobados; uno es de carácter rural (Municipio de Arbieto), que cuenta con un Plan Municipal de Ordenamiento Territorial aprobado en instancias gubernamentales (Gobierno Nacional), y otro es urbano (Municipio de Colcapirhua) que cuenta con este plan aprobado por Ley Municipal, el resto de los municipios (45 de 47 en total), no cuentan con este instrumento, ni los municipios con mayor jerarquía y población que conforman el área metropolitana. 98 Boisier Sergio (1999): Teoría y metáfora sobre el desarrollo territorial. Santiago, CEPAL 99 Arocena José (2002): El desarrollo local: un desafío contemporáneo. Universidad Católica de Uruguay 100 Alburquerque Francisco (1998): Desarrollo económico local. Santiago, ILPES 101 Coraggio José Luís (2000): Economía urbana: la perspectiva popular. Quito 102 El aspecto participativo fue instituido a partir de la Ley N° 1551 de Participación Popular (1994): Incorpora a la sociedad en los procesos de desarrollo (Planificación Participativa); Reconoce la personalidad jurídica a las OTBs (Organización Territorial de

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sistematiza las demandas e identifica las fortalezas y debilidades en un entorno de factores que influyen positiva y negativamente la solución de los macro-problemas que obstaculizan el desarrollo del municipio. Gráfico N° 44: Niveles y articulación de planes de desarrollo estratégico en Bolivia

Fuente: Elaboración propia

El plan de desarrollo municipal, de vigencia de cinco años, es un plan marco de carácter estratégico y flexible, cuyo objetivo general es: primero, guiar y orientar con visión estratégica la gestión en el corto, mediano y largo plazo con base en objetivos explícitos compartidos (plan de gobierno); Segundo, ordenar y priorizar las acciones definiendo claramente la secuencia: objetivos, políticas, planes, programas y proyectos y; Tercero, orientar la formulación de los POA (plan operativo anual) y verificar los avances anuales. Operativamente, tiene como fundamento la demanda de la población expresada en las organizaciones territoriales de base (OTBs)103 y las juntas vecinales. El enfoque estratégico sistematizó las demandas e identifica las fortalezas y debilidades en un entorno de factores que influyen positiva y negativamente la solución de los macro-problemas que obstaculizan el desarrollo del municipio. En detalle, el proceso de elaboración de un PDM, expuso las siguientes etapas: a) Etapa de preparación y organización, orientada a generar las condiciones para la realización de la planificación participativa municipal, comprometiendo la participación de los diferentes actores en el cumplimiento de las actividades definidas en cada una de sus etapas; b) Etapa de diagnóstico, permitió lograr el conocimiento compartido de la dinámica social, económica, política del municipio a partir de auto diagnósticos comunales realizadas en cada una de las comunidades campesinas, pueblos indígenas y juntas vecinales comprendidas en su jurisdicción territorial; c) Etapa de estrategia de desarrollo municipal, definía la visión estratégica del municipio traducida en: vocaciones priorizadas, objetivos, estrategias y prioridades del desarrollo municipal a corto y mediano plazo, concertadas participativamente con base en el análisis de las “potencialidades” y “limitaciones”, “riesgos” y “desafíos”, problemáticas y aspiraciones comunales; d) Etapa de programación de operaciones, contempla la elaboración participativa de las Programaciones de Operaciones Anuales (POAs), orientadas al logro de los objetivos del desarrollo municipal, efectivizando necesariamente las prioridades y proyectos contenidos en el PDM; e) Etapa de ejecución y administración, comprendía la efectivización del PDM a través de la ejecución de los POAs en un proceso de movilización y control social para una progresiva consolidación de la capacidad institucional tomando en cuenta las normas y procedimientos de los Sistemas de Administración y Control Gubernamental y de Inversión Pública y; f) Etapa de seguimiento, evaluación y ajuste, orientada a acompañar y verificar la ejecución del PDM, a Base) y las incorpora a la gestión local (Control Social); Delimita jurisdicciones municipales (territorialización); Establece principios de distribución de recursos de Participación Popular por habitante (coparticipación tributaria) y; Amplia las atribuciones y competencias de los Gobiernos Municipales. 103 El aspecto participativo fue instituido a partir de la Ley N° 1551 de Participación Popular (1994): Incorpora a la sociedad en los procesos de desarrollo (Planificación Participativa); Reconoce la personalidad jurídica a las OTBs y las incorpora a la gestión local (Control Social); Delimita jurisdicciones municipales (territorialización); Establece principios de distribución de recursos de Participación Popular por habitante (coparticipación tributaria) y; Amplia las atribuciones y competencias de los Gobiernos Municipales.

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partir de un análisis crítico de los resultados en comparación con lo planificado, para la permanente retroalimentación de su contenido, identificando las necesidades de ajuste del PDM bajo el principio de flexibilidad de la planificación. Gráfico N° 45: Ciclo operativo de los planes de desarrollo municipal

Fuente: Elaboración propia

b) Plan Municipal de Ordenamiento Territorial (PMOT). Según los lineamientos y guías metodológicas vigentes en Bolivia desde el año 2001 (MDSP, 2001, 2001a y 2001b) —además de la propuesta de reformulación del año 2010 (MDP, 2010)—, el ordenamiento territorial (OT) es el proceso de organización del uso, ocupación y estructuración del territorio, realizado en función de sus características biofísicas, socio-culturales, económicas, político administrativas y funcionales, con la finalidad de promover el desarrollo integral del país. Este proceso, buscaba relacionar las políticas estratégicas del Estado para lograr el desarrollo equilibrado del territorio en todas sus escalas. El OT parte del precepto de “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”. Por lo que, busca establecer las condiciones necesarias que permitan lograr un territorio más ordenado y articulado, inquiriendo adecuar el uso y/o aprovechamiento de los recursos naturales y la ocupación del territorio a sus potencialidades, limitaciones, conflictos y riesgos; pretendiendo finalmente, direccionar el desarrollo desde una óptica sostenible y compleja (integral), es decir, crecimiento económico con equidad, mantenimiento de la base productiva, conservación de la biodiversidad y protección del medioambiente. Los principios rectores del OT en Bolivia, son: a) Integralidad. Como proceso generador de las condiciones territoriales del desarrollo sostenible, articula en el territorio los componentes biofísicos, económicos, sociales, culturales y político institucionales; b) Concurrencia. Promueve la articulación administrativa e institucional como base de una planificación y administración coherente, tanto vertical como horizontal, racionalizando la toma de decisiones y optimizando el uso de los recursos disponibles; c) Subsidiariedad. Fortalece el proceso de descentralización administrativa, asignando responsabilidades y competencias definidas a las instancias de gestión pública a nivel nacional, departamental y municipal; d) Participación. Asume y dinamiza la integración entre las entidades tanto públicas como privadas y la sociedad civil organizada en un proceso participativo mediante el cual los actores sociales son sujetos y protagonistas del OT; e) Precautorio. Establece el marco normativo mediante el cual se adoptan medidas precautorias tendientes a prevenir o mitigar prácticas u omisiones que puedan provocar daños irreversibles en el aprovechamiento y uso del suelo. Los planes de OT, de vigencia en promedio de diez años, debían permitir “operativizar” el referido proceso en los tres niveles de la administración pública: nacional, departamental y municipal, y tener como principal objetivo normar el uso de la tierra (suelo) —garantizando la optimización de su aprovechamiento— así como establecer directrices para orientar la localización funcional de las actividades económico-productivas, los servicios básicos y sociales, la infraestructura vial y los equipamientos de apoyo a la producción, en concordancia con los objetivos estratégicos del Plan 149


Nacional de Desarrollo (PND), los Planes Departamentales de Desarrollo (PDD) y Planes de Desarrollo Municipales (PDM), y con los planes sectoriales e institucionales propiamente dichos. Gráfico N° 48: Relacionamiento funcional entre niveles e instrumentos de planes estratégicos de desarrollo y planes territoriales

Fuente: Elaboración propia con base en MDSP, 2001

El PMOT no sustituye al PDM, sino y más bien, permite su fortalecimiento, complementación y ajuste, tomando en cuenta una sistematización y análisis de información territorializada y georeferenciada. En este sentido, el PMOT se convierte en un insumo importante que proporciona una racionalidad técnica específica a la planificación del desarrollo municipal, la cual se encuentra alimentada por la acción colectiva de los actores sociales e institucionales. De acuerdo a lo anterior, todo PMOT estaba compuesto por dos documentos resultantes: a) El Plan de Uso de Suelo (PLUS), que es el componente “biofísico” del ordenamiento territorial y que actúa como el instrumento técnico-normativo que determina los usos de los suelos y recursos naturales así como sus potencialidades y limitantes y; b) El Plan de Ocupación del Territorio (PLOT), que es el componente “socio-económico” y que actúa como el instrumento técnico-orientador cuya función es promover y dinamizar la organización del territorio mediante su vertebración, la optimización funcional de los centros poblados, redes, flujos de comunicación, actividades productivas y distribución de servicios con el propósito de generar procesos de regionalización. Para la adecuada formulación de los planes de ordenamiento territorial, se consideró que el territorio está compuesto por tres elementos interdependientes que tienen las características de ser sujeto de medición, de tener representación cartográfica, modelación, análisis, verificación, etc. Los tres elementos, son: a) Dimensiones. Las dimensiones para la formulación de los planes de ordenamiento territorial están representadas por la dimensión biofísica natural (PLUS) y la dimensión humana social (PLOT); b) Componentes. Los componentes territoriales están constituidos por: biofísico, socio-cultural, económico, político institucional y funcional y; c) Variables. Las variables territoriales son la disgregación de cada componente. Por ejemplo, dentro el componente biofísico, se encuentran algunas variables, como la geología, el suelo, subsuelo, la biodiversidad, los recursos hídricos, entre otros. Operativamente y también en el ámbito municipal, se utilizaron dos metodologías para la elaboración y formulación de planes de OT: Planes de Ordenamiento Territorial para Municipios predominantemente Urbanos y Planes de Ordenamiento Territorial para Municipios predominantemente Rurales. 150


En el primer caso, se perseguía los siguientes objetivos específicos: a) Establecer bases para planificar el proceso de asentamientos humanos y el crecimiento urbano (y expansión urbana) con relación a categorías de uso del suelo, atendiendo las necesidades de uso residencial y no residencial, así como revalorizando los recursos naturales y el espacio público con finalidades culturales, productivas y sociales y; b) Identificar los requerimientos funcionales, preventivos y ambientales para optimizar el uso del suelo y su relación con la estructura de los asentamientos, considerando las necesidades de mediano y largo plazo. En el segundo caso, se perseguía el objetivo de normar el uso del suelo y establecer directrices para orientar la localización funcional de las actividades económicoproductivas, los servicios básicos y sociales, la infraestructura vial y los equipamientos de apoyo a la producción. La escala de este plan (municipal) corresponde metodológicamente a la escala departamental. La diferencia entre ambos, es que: en el primero, los asentamientos son considerados como áreas en la estructuración del territorio y; en el segundo, los asentamientos son considerados como nodos (puntos) en la estructuración del territorio. c) Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (POUT). Anteriormente estaba relacionado a los planes directores o reguladores104; actualmente, está referido al nuevo instrumento de ordenamiento de áreas urbanas que tiene por objeto regular el crecimiento físico-espacial a través de la definición de los usos del suelo urbano y patrones de asentamiento, definir directrices de ordenamiento urbano y estrategias de intervención urbanística, para establecer una programación articulada de proyectos en el corto, mediano y largo plazo. Gráfico N° 49: Relación entre instrumentos de planificación a nivel municipal

Fuente: MOPSV, 2014

c) Plan Estratégico Institucional o Plan de Desarrollo Institucional (PEI o PDI). Corresponde principalmente a las instituciones de salud, educación, alcaldía, direcciones, etc. Los PEI o PDI son también planes en el marco de las normas del Sistema Nacional de Planificación (SISPLAN), constan de dos partes: El marco estratégico y el marco operativo. El primero, comprende una identificación del mandato legal y social de la institución, el diagnóstico consolidado, la misión y visión institucional; los objetivos y políticas por dimensiones del desarrollo y 104

El Plan Director o Regulador es un instrumento relacionado con el urbanismo, considera la información del uso de suelo como instrumento del proceso de ordenamiento, para configurar la morfología urbana y regular el uso del suelo urbano mediante el trazado urbano, la zonificación, la urbanización y la tipología de la edificación, así como el equipamiento. Su objetivo es el de proporcionar una estructura espacial de actividades, orientada al ordenamiento a corto, mediano y largo plazo de un asentamiento humano. Asimismo, comprende un conjunto de reglamentos y normas técnicas o disposiciones para ordenar los destinos, usos y reservas del territorio (suelo) del asentamiento humano y mejorar el funcionamiento y organización de sus espacios urbanizados. Sería aplicable para asentamientos comprendidos a partir de la categoría de ciudades intermedias, es decir, con población entre 20.001 y 50.000 habitantes (MDE, 2005).

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áreas funcionales de la institución. El diagnóstico institucional habitualmente revela la necesidad de ajustar al más breve plazo posible importantes ámbitos administrativos, organizativos, de gestión y de coordinación, pero, principalmente, revela la imperiosa necesidad de generar al interior de la institución una visión compartida de gestión entre todo el ejecutivo, equipo técnico y personal administrativo. La misión y visión resume la voluntad institucional de todas sus instancias. La identificación de objetivos estratégicos, políticas e indicadores constituye la parte más importante del marco estratégico, pues define las líneas de acción institucionales y los compromisos de cada una de las áreas de la institución para avanzar en una estrategia para el desarrollo de la institución o el sector, los indicadores identificados constituyen el punto de partida para el posterior monitoreo, seguimiento y evaluación de la ejecución del PEI y del desempeño de los funcionarios. El segundo, consta de la programación institucional de mediano plazo, que se compone de una estructura programática, marco en el cual se ejecutarán los proyectos en el periodo comprendido, así como una proyección fiscal financiera que se constituye en el marco de referencia para concretar los mismo, pues se estima el nivel de recursos con que cuenta la institución y las necesidades de financiamiento externo para cumplir los objetivos. V.1.3. Principales planes de desarrollo en Bolivia (SISPLAN) De manera general, hasta el año 2006, los planes de desarrollo, sectorial y territorial en el país, se mantuvieron sin grandes cambios con el enfoque tradicional del SISPLAN, a partir del año 2007, con la puesta en vigencia del Plan Nacional de Desarrollo comenzó a introducirse pequeños cambios en la elaboración de los planes, culminando este proceso en enero de 2016 con la promulgación de la Ley Nº 777, después de 10 años desde el inicio del gobierno de Evo Morales. A nivel nacional: PGDES105 (Plan General de Desarrollo Económico y Social), este tipo de plan como su nombre indica es de tipo nacional, económico y social. A nivel departamental (Cochabamba): PDDES (Plan Departamental de Desarrollo Económico y Social), este plan, también es de tipo económico y social, en su contenido considera cuatro dimensiones: económica, ambiental, social e institucional. El diagnóstico (macro-problemas y potencialidades) y los ejes estratégicos de desarrollo (objetivos y políticas) están obtenidos de forma sectorial en cada dimensión. El Plan Departamental de 105

En el contexto histórico de planes generales que han estado vigentes en el país, se destacan: el Plan Bohan de 1942, el mismo que fue adoptado por el Presidente Enrique Peñaranda (1940-1943) y que fue producto de la Misión Norteamericana de Merwin Bohan encarado entre diciembre de 1941 y mayo de 1942; el Plan Inmediato de Política Económica del Gobierno de la Revolución Nacional en 1955, conocido también como el Plan Guevara; el Programa de Estabilización Monetaria, inscrito en el denominado Plan Eder, bajo el Gobierno de Hernán Siles Zuazo (1956-1960); el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (1962-1971), llamado Plan Decenal, bajo el segundo gobierno de Víctor Paz Estenssoro; la Estrategia SocioEconómica del Desarrollo Nacional (1971), en el gobierno de Alfredo Ovando Candia; el Plan Quinquenal de Desarrollo de 1975, durante la dictadura del General Hugo Banzer Suárez (1971-1978); en el período de la recuperación democrática se implementa el Plan Nacional de Rehabilitación y Desarrollo 1984-1987, del segundo gobierno de Hernán Siles Zuazo; en el marco del ajuste estructural con enfoque neoliberal (Nueva Política Económica, NPE), se aplica la Estrategia de Desarrollo Económico y Social 1989-2000 (EDES), durante el cuarto gobierno de Víctor Paz Estenssoro; la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), como instrumento para la Concertación (1992) bajo el gobierno de Jaime Paz Zamora; en el ámbito de las reformas de segunda generación, modernización del Estado y la participación popular, bajo el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, se otorga énfasis al Plan General de Desarrollo Económico Social: El Plan de Todos (1994), donde se desarrollan procesos de institucionalización de la planificación; en el contexto de la crisis económica, se formulan el PGDES: Bolivia Siglo XXI (1997), el Plan Operativo 1997-2002, el Diálogo Nacional y la Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza, EBRP, en búsqueda de la construcción de políticas de Estado; en el período considerado de crisis sociopolítica y de Estado, desde el segundo gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, los gobiernos denominados de transición democrática y el período que se ha denominado “proceso de cambio”, se revisa la EBRP 2004-2007 hacia las Metas del Milenio; el Diálogo Nacional Bolivia Productiva (DNBP) en 2004, bajo el gobierno de Carlos Mesa y; finalmente, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien del gobierno del actual Presidente Evo Morales Ayma (PADEP, 2009).

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Desarrollo Económico y Social de Cochabamba 2006-2010 fue el último plan departamental vigente hasta el año 2010, después de casi cuatro años de elaboración y maduración metodológica, en agosto de 2013 se aprobó el Plan Departamental de Cochabamba para Vivir Bien (PDCVB 2013-2017)106 como un instrumento de avanzada en la línea del nuevo paradigma y la incorporación del enfoque territorial a través de las regiones. PDOT (Plan Departamental de Ordenamiento Territorial), en el caso de Cochabamba, este plan ha sido concluido en diciembre del año 2009 después de varios intentos de elaboración, sin embargo, su vigencia fue limitada por la aprobación sólo en instancias del Consejo Departamental y no así por el Gobierno Central; no obstante, en el año 2015 el documento fue actualizado y a principios de 2016 nuevamente aprobado por la Asamblea Legislativa Departamental, faltando su homologación por el Estado. En el país, sólo el departamento de Chuquisaca tiene aprobado el Plan Departamental de Ordenamiento Territorial (PDOT-CH) 2013-2023 por Ley Departamental Nº 261/2015 del 16 de junio de 2015. PTDC (Plan Territorial de Desarrollo de Cochabamba), este novedoso plan presentado en julio de 2011 por el Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba, surgió como una necesidad de adecuación de los planes de desarrollo al Plan Nacional de Desarrollo y el enfoque del Vivir Bien, por lo que, tuvo como premisas político‐ideológicas: la construcción del Estado plurinacional, con una nueva institucionalidad autonómica y un nuevo modelo de gestión pública intercultural, la organización y articulación de la economía plural, garantizar la seguridad y soberanía alimentaria, fomentar la igualdad de oportunidades y el ejercicio pleno de los derechos fundamentales, respetar los derechos de la Madre Tierra, descolonizar el Estado y la sociedad reafirmando las identidades culturales. Para traducir estas premisas en acciones concretas planteó —por lo menos en teoría— un conjunto de objetivos, lineamientos políticos y estrategias generales que integrarían, en una relación virtuosa, los Complejos Territoriales Integrales en cada región del departamento, con las cinco dimensiones fundamentales del Vivir Bien (el acceso y disfrute de los bienes materiales; la realización afectiva, espiritual y subjetiva; la vida en comunidad; la armonía con la madre tierra y; el volver al ser), condiciones que debían orientar los procesos de planificación y de gestión del Estado como ejes de vida para el desarrollo. En concreto, este plan se constituyó en un referente del proceso de planificación nacional y departamental al incorporar, por primera vez, el análisis que integra los ámbitos estratégico, sectorial y territorial de la planificación, tradicionalmente elaborados en forma separada, principalmente los referidos a los ámbitos estratégico (traducido en el PDDES) y territorial (traducido en el PDOT) para efectivizar sus respectivas asignaciones presupuestarias en los Planes Operativos Anuales, POAs. A nivel municipal (Cochabamba): PDM (Plan de Desarrollo Municipal), tiene la misma estructura y contenido del plan departamental. En el caso del municipio capital del Departamento de Cochabamba (Municipio de Cochabamba), existe un Plan Estratégico de Desarrollo elaborado en el año 2003 bajo el enfoque del desarrollo humano sostenible (municipio saludable, productivo, competitivo y participativo), la estructura y contenido de este plan es similar al tipo departamental, aunque se otorga fuerte énfasis al aspecto participativo (mesas de concertación de actores sociales, actores económicos y actores institucionales). Este plan fue más de tipo indicativo e institucional.

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En el caso de otros departamentos, se han elaborado planes con algunos ajustes al modelo tradicional (PDDES), sin embargo, estos cambios son interpretaciones de los técnicos o autoridades y no por avances metodológicos propuestos desde el Ministerio de Planificación (guías metodológicas), por lo que, los planes son diferentes y con distintos aportes y orientaciones. Por ejemplo, se han concluido los PDD Oruro (2007-2011), PDD Chuquisaca (2008-2015), PDD Pando (2008-2015), PDDA La Paz (al 2020), PDD Potosí (2008-2012), etc.

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PMDD (Plan Municipal de Desarrollo Distrital), este plan ha sido trabajado de manera pionera en la ciudad capital de Cochabamba, se inició en el año 1991 con la creación de Talleres Zonales, en el cual se amplía la participación del vecino y realiza acciones hacia la desconcentración de forma piloto con la creación de algunos distritos municipales. El año de 1994 se abarcó a todo el territorio municipal mediante la creación de 14 distritos (12 urbanos, 1 rural y 1 forestal o área protegida) y se proyecta implementar una Casa Comunal en cada uno de ellos. En el año 2005 se crearon 6 comunas como producto de la fusión de dos o tres distritos, iniciándose, según autoridades, un proceso de desconcentración de la administración municipal y proyección de centralidades —aquí es pertinente mencionar que la construcción de una casa comunal y un mercado o posta de salud en el mismo, no implica un proceso de creación de una nueva centralidad—. Entre las gestiones 2006-2008 se transfiere algunas competencias a las comunas, como la participación popular, elaboración de proyectos barriales, proceso de contratación de obras, trámites administrativos e inscripciones catastrales, pero, los Subalcaldes siguen siendo nombrados por el Alcalde. A partir del año 2006, se inicia formalmente la elaboración de planes distritales de desarrollo (sustituyendo a los primeros realizados desde 1997), culminando con su elaboración en noviembre del año 2007. PMOT (Plan Municipal de Ordenamiento Territorial), son varios los municipios del Departamento de Cochabamba que han encarado este tipo de plan para viabilizar su desarrollo, sin embargo, en el departamento solo está aprobado por instancias nacionales el PMOT de Arbieto (municipio predominantemente rural) y por instancias de Ley Municipal el PMOT de Colcapirhua (municipio predominantemente urbano). En el caso de la Provincia Cercado (Municipio de Cochabamba), el PMOT ha sido encarado desde el año 2005 y concluido el año 2009, fue aprobado por el Concejo Municipal, pero, en la gestión municipal del año 2011 fue anulado por “no presentar propuestas claras para establecer una visión de Cochabamba a futuro”. Actualmente, ese plan se encuentra en la cuarta Cuadro N° 13: Relación de los tipos de planes en Bolivia (antes y después de 2006, y desde 2016) PERIODO/TIPO HASTA 2006 Desarrollo

Territorial

DESPUÉS 2006 Desarrollo

Territorial

NACIONAL

DEPARTAMENTAL / REGIONAL

MUNICIPAL

PGDES (Plan General de Desarrollo Económico y Social) Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial (solo aprobado en el Senado 2001) – Lineamientos de Políticas de Ordenamiento Territorial en Bolivia (2001)

PDDES (Plan Departamental de Desarrollo Económico y Social) PDOT (Plan Departamental de Ordenamiento Territorial), ningún departamento tiene aprobado (aunque algunos han elaborado)

PDM (Plan de Desarrollo Municipal)

PND (Plan Nacional de Desarrollo)

PDD (Plan Departamental de Desarrollo)

PDM (Plan de Desarrollo Municipal)

Lineamientos de Políticas de Ordenamiento Territorial en Bolivia (2001)

PDOT (Plan Departamental de Ordenamiento Territorial)

PMOT (Plan Municipal de Ordenamiento Territorial), sólo existe 2 aprobados en Cochabamba

DESPUÉS enero 2016 Largo Plazo (25 PGDES (Plan años) General de Desarrollo Económico y Social)

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DISTRITAL

URBANO

PMDD (Plan Municipal de Desarrollo Distrital)

PMOT (Plan Municipal de Ordenamiento Territorial), ningún municipio tiene aprobado (aunque algunos han elaborado)

En el caso de Cochabamba, Plan Regulador (1950-61) vigente hasta 1981. Plan Director Urbano (1981) vigente hasta 1990. PMDD (Plan Municipal de Desarrollo Distrital) POUT (Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial)


Mediano Plazo (5 años)

PDES (Plan de Desarrollo Económico y Social) PSDI (Plan Sectorial de Desarrollo Integral) PEI (Plan Estratégico Institucional)

PTDI departamental (Plan Territorial de Desarrollo Integral) PTDI regional (Plan Territorial de Desarrollo Integral) PEI (Plan Estratégico Institucional) EDI regional, regional metropolitano (Estrategias de Desarrollo Integral)

PTDI municipal (Plan Territorial de Desarrollo Integral) PEI (Plan Estratégico Institucional)

Fuente: Elaboración propia

V.2.

ESQUEMAS DE CONTENIDO DE LOS PLANES DE DESARROLLO ESTRATÉGICO, TERRITORIAL Y SECTORIAL

V.2.1. Planes de desarrollo estratégico municipal (PDM) El contenido general de los planes municipales de desarrollo (caso del PDM del Municipio de Capinota, denominado Plan Estratégico de Desarrollo Económico Local 2015-2019) presenta el siguiente índice: I. GENERALIDADES 1.1 Ubicación geográfica 1.2 Límites 1.3 Caracterización del territorio 1.4 Demografía II. DIAGNÓSTICO SOCIO – ECONÓMICO 2.1 Sectores económico-productivos 2.2 Medios de vida sostenibles 2.3 Estructura económica y de empleo 2.4 Flujos económicos comerciales 2.5 Estructura empresarial 2.6 Infraestructura técnica y de servicios 2.7 Pobreza y desarrollo humano 2.8 Instituciones públicas y privadas presentes III. ANÁLISIS ESTRATÉGICO 3.1 Visión 3.2 Ejes estratégicos 3.3 Políticas de gestión 3.4 Análisis FODA 3.5 Objetivos y estrategias 3.6 Desarrollo de programas IV. IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DEL 4.1 Implementación de la estrategia 4.2 Plan de implementación de programas y proyectos 4.3 Marcos institucionales para la implementación y el monitoreo de DEL 4.4 Programa de inversión 4.5 Objetivos, estrategias y actividades 4.6 Recursos humanos y económicos

El contenido general del PDM a escala distrital del Municipio de Cochabamba, PMDD 2007-2011 presenta el siguiente índice: I. INTRODUCCIÓN II. DIAGNÓSTICO MUNICIPAL A) Aspectos Espaciales B) Aspectos Físico Naturales C) Aspectos Socio Culturales D) Aspectos Económico Productivos E) Aspectos Organizativo Institucionales F) Situación Socio Económica G) Potencialidades y Limitaciones H) Análisis de la Problemática

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III. ESTRATEGIA DE DESARROLLO A) Visión 1. Vocaciones 2. Objetivos 3. Estrategias B) Programas y Proyectos 1. Desarrollo Económico 2. Recursos Naturales y medio Ambiente 3. Desarrollo Humano 4. Fortalecimiento Organizativo e Institucional C) Presupuesto D) Estrategia de Ejecución 1. Marco Institucional 2. Estrategia de Financiamiento 3. Seguimiento y Evaluación

Con el fin de corroborar la metodología municipal, en la escala departamental, el reciente plan de desarrollo denominado “Plan Departamental de Cochabamba para Vivir Bien 2013-2017” tiene la siguiente estructura de contenido: 1. INTRODUCCION 1.1 Proceso de formulación del plan 1.2 Marco normativo 1.3 Marco estratégico 1.4 Enfoques y concepciones del Vivir Bien 1.5 Planificación territorial y gestión desconcentrada 1.6 Mandato político, social y económico 2. CAPÍTULO 2: ANÁLISIS SITUACIONAL 2.1 Características del departamento de Cochabamba 2.2 Estado de situación 2.2.1 Social 2.2.2 Culturas 2.2.3 Economía, producción e industria 2.2.4 Infraestructura y servicios de apoyo productivo 2.2.5 Investigación e innovación tecnológica 2.2.6 Agua y Seguridad Alimentaria 2.2.7 Madre Tierra 2.2.8 Político Institucional 2.2.9 Diagnóstico con enfoque territorial (Región Andina, Cono Sur, Valles (alto y bajo), Valle Central (metropolitana) y, Trópico (amazónica)) 2.2.10 Potencialidades y macro-problemas 3. CAPÍTULO 3: PROPUESTA PARA VIVIR BIEN 3.1 Enfoque estratégico y mandato 3.2 Visión y ejes para el Vivir Bien 3.3 Objetivos y estrategias 4. CAPÍTULO 4: PROGRAMACIÓN 4.1 Programación y presupuesto plurianual (Estructura programática, Proyectos estratégicos, Cartera estratégica de proyectos nacionales) 4.2 Disponibilidad de recursos 4.3 Programación de inversiones 4.4 Estrategia financiera 4.5 Estrategia de implementación 4.6 Mecanismo de seguimiento y evaluación

En los tres contenidos se muestra: primero, la sujeción al enfoque estratégico tradicional; segundo, el diagnóstico sectorial, es decir, considera las dimensiones de económico, social, ambiental, etc., como líneas unidimensionales para caracterizar y analizar la información y; tercero, terminan en una programación de proyectos de inversión, incluyendo la variable del financiamiento. En la escala departamental, se introduce la variable territorial en la fase del diagnóstico cuando se detalla la información en las cinco regiones que constituyen el departamento. Esta estructura de contenido, responde coherentemente al enfoque estratégico de elaboración de este tipo de plan.

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V.2.2. Planes municipales de ordenamiento territorial (PMOT) El contenido general de los planes municipales de ordenamiento territorial (caso del PMOT del Municipio de Arbieto, 2009), presenta el siguiente índice: Antecedentes Marco conceptual y jurídico-institucional Metodología de trabajo I. CARACTERIZACIÓN DEL TERRITORIO A) Dimensión Natural 1. Geología 2. Suelos 3. Clima 4. Hidrología 5. Vegetación 6. Unidades de tierra 7. Uso actual de la tierra 8. Biodiversidad B) Dimensión Humana 1. Ámbito demográfico 2. Ámbito socio-cultural a) Salud b) Educación c) Servicios básicos d) Vivienda e) Pobreza y desarrollo humano f) Idioma y sentido de auto identificación 3. Ámbito económico-productivo a) Producción b) Empleo c) Matriz productiva d) Sectores generadores de excedente Minería y metalurgia (hidrocarburos) Transportes y comunicaciones e) Sectores generadores de empleo e ingreso Agropecuaria Comercio Industria manufacturera Construcción Turismo f) Sectores generadores de infraestructura Transporte Telecomunicaciones Electricidad 4. Ámbito político-institucional a) Organizaciones sociales b) Mecanismo de relacionamiento inter-organizacional c) Instituciones públicas y privadas II. DIAGNÓSTICO INTEGRAL DEL TERRITORIO A) Evaluación de las aptitudes del suelo B) Zonificación Agroecológica (ZAE) C) Identificación de conflictos de uso 1. Respecto a la ZAE 2. Respectos de derechos de uso D) Estructuración del territorio 1. Categorización y jerarquización de centros poblados 2. Identificación de redes y flujos 3. Zonificación socioeconómica (ZSE) E) Identificación y análisis de riegos F) Identificación de potenciales, limitantes y macro problemas G) Identificación de tendencias III. ELABORACIÓN DEL PMOT A) Construcción de la imagen objetivo B) Formulación de objetivos y políticas de ordenamiento territorial C) Formulación de los instrumentos específicos del PMOT D) Plan de Uso de Suelo (PLUS) E) Plan de Ocupación del Territorio (PLOT)

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En el caso de la escala departamental, el PDOT de Cochabamba tiene la misma estructura metodológica y contenido que el municipal ejemplificado y, éste último, corresponde a un “municipio predominantemente rural” (por razones de semejanza de escala territorial ambos son similares). V.2.3. Planes de desarrollo sectorial o institucional (PDI o PEI) El contenido general de los PEI (caso del PEI 2007-2010 de la Prefectura de Cochabamba), presenta el siguiente índice: I. ANTECEDENTES A) Resumen B) Antecedentes C) La planificación estratégica institucional D) Identificación de competencias institucionales E) Marco legal de la institución II. DIAGNOSTICO, MISIÓN Y VISIÓN A) Diagnóstico institucional B) Análisis FODA 1. Fortalezas y Debilidades (Análisis Interno) 2. Oportunidades y Amenazas (Análisis de Entorno) C) Perfil socioeconómico de Cochabamba 1. Inversiones en el departamento por Dirección Prefectural 2. Perfil socioeconómico del departamento 3. Redes empresariales y clústeres 4. Ámbito social de desarrollo humano D) Misión y visión de la institución III. OBJETIVOS ESTRATÉGICOS Y POLÍTICAS POR DIMENSIONES Y ÁREAS FUNCIONALES A) Dimensión Económica 1. Dirección Departamental de Corporaciones de Desarrollo Productivo 2. Dirección de Recursos Naturales y Medio Ambiente 3. Dirección Técnica de Infraestructura 4. Dirección de Desarrollo Humano 5. Servicio Departamental de Salud (SEDES) 6. Servicio Departamental de Educación (SEDUCA) 7. Servicio Departamental de Gestión Social (SEDEGES) 8. Servicio Departamental del Deporte (SDD) B) Dimensión Institucional 1. Dirección de Planificación 2. Dirección de Auditoria Interna 3. Dirección de Hacienda 4. Dirección Jurídica 5. Dirección de Seguridad Ciudadana 6. Dirección de Relaciones Internacionales e Interinstitucionales 7. Secretaria General 8. Fortalecimiento Municipal y Comunitario 9. Jefatura de Hidrocarburos IV. MARCO OPERATIVO. PROGRAMAS SEGÚN DIMENSIÓN DE DESARROLLO Y ÁREAS FUNCIONALES A) Dimensión Económica B) Dimensión Social C) Dimensión Institucional D) Programación Plurianual E) Proyección Financiera de la institución F) Agenda Estratégica

Al igual que el plan de desarrollo estratégico, este tipo de plan, también de carácter estratégico, parte de un diagnóstico unidimensional, aunque es más acotada al sector que corresponde la institución; asimismo, concluye con una estructura programática que incluye el financiamiento. Este tipo de plan es, generalmente, elaborado en instancias de la institucionalidad pública del gobierno nacional, departamental y municipal. V.2.4. Plan territorial de desarrollo (PTD) A manera de propuesta y avance desde el año 2006, el Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba (GADC) en el año 2011 elabora y concluye el Plan Territorial de Desarrollo 158


Departamental de Cochabamba (PTDDC), documento que no fue aprobado en ninguna instancia gubernamental tanto departamental como nacional, no obstante, el índice de la propuesta presentó el siguiente orden: INTRODUCCIÓN Metodología general Componentes centrales de la Metodología de Planificación Territorial (MPT) Fases del proceso de planificación I. PRIMERA SECCIÓN: MARCO ESTRATÉGICO Y NORMATIVO PARA EL PTDD I.1. Marco legal y normativo I.2. Lineamientos estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo (PND) I.3. El PDOT y el PDDES I.4. El escenario plurinacional en el Departamento de Cochabamba (nueva institucionalidad) - Construyendo el PTDD con la perspectiva plurinacional - Las regiones como espacios de planificación y gestión pública I.5. La revolución cultural y el Vivir Bien como paradigma de transformación - El Vivir Bien como la nueva propuesta paradigmática - La cultura de la vida y el territorio - La despatriarcalización y descolonización como estrategias de la revolución cultural I.6. La revolución económica-productiva en el PTDD - El desarrollo de la Economía Plural - Economía Estatal - La Empresa Privada - La Cooperativizada - La Economía Comunitaria - Complejo Territorial Integral (CTI) - Núcleo Dinamizador - Complejos Productivos I.7. La perspectiva de la Madre Tierra en el PTDD - La ruptura epistemológica - Principios que sustentan los derechos de la Madre Tierra - Ejes de aplicación del enfoque Madre Tierra II. SEGUNDA SECCIÓN: SITUACIÓN DE LA LLAJTA II.1. Antecedentes históricos II.2. Aspectos generales del departamento - Ubicación geográfica y límites - Superficie y división política - Clima - Relieve y topografía II.3. Aspectos sociales y demográficos - La dinámica poblacional en el Departamento de Cochabamba - Sentido de auto‐identificación de la población - Desarrollo humano, calidad de vida y pobreza II.4. Aspectos económicos II.5. Potencialidades, fortalezas y oportunidades en el Departamento de Cochabamba - Potencial desde las culturas - La vocación agrícola y pecuaria (tierras y vocación / diversidad biológica) - Recursos forestales y biodiversidad - Hidrocarburos - Minería - Energía - Inteligencia y comunidad del conocimiento - Potencialidades geopolíticas y plataforma de servicios - Otras fortalezas y oportunidades para el desarrollo II.6. Macroproblemas III. TERCERA SECCIÓN: PROPUESTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA LLAJTA DEL VIVIR BIEN III.1. Visión de Cochabamba para Vivir Bien - Los cinco ejes de vida - Políticas generales departamentales III.2. EJE DE VIDA: Cochabamba productiva con economía plural - Situación actual - Objetivos, lineamientos, políticas y propuestas - Los sectores generadores de excedentes (Estrategias para los sectores generadores de excedentes; Hidrocarburos y desarrollo energético; Minería y metalurgia) - Los sectores generadores de ingresos y empleo (Producción Agrícola; Producción pecuaria; Turismo con identidad cultural; Transformación Industrial y artesanal) - Plataforma para el desarrollo de la economía plural (Agencia de Desarrollo Económico Departamental; Transporte para el desarrollo, Riego para la seguridad y soberanía alimentaria; Desarrollo Tecnológico e Innovación)

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III.3. EJE DE VIDA: Cochabamba digna con igualdad de oportunidades - Situación actual - Objetivos estratégicos departamentales - Dimensiones de Construcción del Eje Cochabamba Digna (Igualdad de Oportunidades; Componente igualdad hombre-mujer; Componente Generaciones; Componente Diversidades Sexuales; Componente Poblaciones específicas; Componente Protección Social, Salud Integral y Comunitaria; Educación intercultural para la producción; Agua Potable y Saneamiento Básico para todas y todos; Vivienda Saludable y Productiva para todos; Deportes para la formación integral; Seguridad Ciudadana) III.4. EJE DE VIDA: Cochabamba con identidades y desarrollo cultural - Situación actual - Propuesta de desarrollo - Objetivos estratégicos departamentales - Dimensiones de construcción del eje (Descolonización, reafirmación de identidades y reconstitución de la unidad departamental; Desarrollo Cultural para la creatividad y el fortalecimiento social) III.5. EJE DE VIDA: Cochabamba democrática con gestión pública intercultural - Situación actual - Actores y sus perfiles - Recomendaciones del análisis clip - Objetivos estratégicos departamentales - Dimensiones de construcción del eje (Gestión pública intercultural con participación; Centro geopolítico e integración) III.6. EJE DE VIDA: Cochabamba en armonía con la Madre Tierra - Situación actual - Objetivos estratégicos departamentales - Dimensiones de construcción del eje (Gestión responsable del aire, suelo y agua; Preservación, regeneración y aprovechamiento sustentable de los sistemas de vida; Equilibrios entre sistemas y condiciones de vida) IV. CUARTA SECCIÓN: LOS COMPLEJOS TERRITORIALES INTEGRALES IV.1. Las cinco regiones y su articulación territorial IV.2. Complejo Territorial Región Andina - Contexto de la región andina (Superficie y división política; Aspectos demográficos; Salud; Educación; Saneamiento básico) - Principales potencialidades - Principales macroproblemas - Estructura del Complejo Territorial - El Núcleo Dinamizador: La minería (Potencialidad del sector minero; Implementación del núcleo dinamizador; Extracción; Transformación; Comercialización; Impacto económico del núcleo dinamizador) - Complejo Productivo Comunitario Camélidos (Caracterización del sector; Producción; Transformación; Comercialización; Programas y proyectos del complejo productivo) - Complejo Productivo Comunitario Agrícola (Implementación; Producción; Transformación; Comercialización; Programas y proyectos del complejo productivo) - Complejo de Turismo Comunitario (Potencialidades o atractivos identificados; Propuesta de desarrollo; Oportunidades a corto plazo) - Propuesta territorial de los otros ejes de desarrollo - Propuesta estratégica del eje de la Madre Tierra (Acciones y/o programas; Gestión responsable del aire, suelo y agua; Preservación; Regeneración y aprovechamiento sustentable de los sistemas de vida; Equilibrio entre sistemas y condiciones de vida) - Actores y roles para el desarrollo del complejo territorial región andina IV.3. Complejo Territorial Región Cono Sur - Idem IV.4. Complejo Territorial Región Trópico de Cochabamba - Idem IV.5. Complejo Territorial Región Valles Alto y Bajo - Idem IV.6. Complejo Territorial Región Valle Central (Metropolitana) - Características generales (Superficie y población; Expansión territorial y densidad de la población; Características económico-productivas; Empleo, Relacionamiento entre las comunidades campesinas y la ciudad; El mercado del suelo y la especulación; Contaminación atmosférica y parque automotor; Contaminación por disposición inadecuada de residuos sólidos; Residuos líquidos y contaminación del río Rocha) - Complejo Territorial en la Región Valle Central - El Núcleo Dinamizador - Los Complejos Productivos ( - Complejo Productivo Industrial Agropecuario: Avícola-Lechero (Principales problemas; Condiciones necesarias; Programas y proyectos) - Complejo Productivo Industrial Manufacturero: Textil y confecciones; cuero y marroquinería; y madera (Principales problemas; Condiciones necesarias; Programas y proyectos)

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- Complejo de Turismo (Principales problemas; Condiciones necesarias; Programas y proyectos) - Servicios de apoyo al desarrollo metropolitano (Transporte masivo de pasajeros) - Propuesta territorial de los otros ejes de desarrollo - Propuesta estratégica del eje Madre Tierra (Acciones y/o programas; Gestión responsable del aire, suelo y agua; Preservación, regeneración y aprovechamiento sustentable de los sistemas de vida; Equilibrio entre sistemas y condiciones de vida; Desarrollo de propuestas; Gestión y manejo de desechos sólidos y líquidos; Gestión integral de la cuenca del Río Rocha; Proyecto Múltiple Misicuni; Plan maestro de agua y saneamiento; manejo forestal sustentable) V. QUINTA SECCIÓN: PROGRAMA QUINQUENAL DE INVERSIONES DEL PTDD V.1. Las cinco regiones y su articulación territorial (Sistematización de proyectos económico-productivos en actual ejecución por entidades estatales nacionales en Cochabamba; Perspectivas económicas sexenio 2012 al 2017) V.2. Programación de inversiones de mediano plazo del PTDD 2012-2017 V.3. Programación de inversiones de mediano y largo plazo del PTDD 2012-2015 V.4. Proyectos priorizados en el sexenio 2012-2017 V.5. Criterios para la priorización de proyectos (Mayor generación de excedentes económicos; Mayores encadenamientos productivos; Priorizar en municipios con menor desarrollo para reducir desigualdades) V.6. Estrategia de financiamiento del PTDD V.7. Estrategia de gestión del PTDD CONCLUSIONES

Este plan ha sido novedoso en su propuesta y contenido, incorporó varios elementos, entre ellos, el territorio como base de la propuesta de desarrollo económico-productivo a partir de diagnósticos regionales y la incorporación de los complejos territoriales; igualmente, se aproxima a la operativización del concepto de Vivir Bien al otorgar importancia al componente socio-cultural, e incluir la noción de la Madre Tierra manifestado en el componente ambiental y recursos naturales. Asimismo, el plan intenta articular los tres tipos de planes presentes en el sistema de planificación nacional (SISPLAN) —todavía vigente en ese año— el territorial, el estratégico y el sectorial, pues, anteriormente a esta propuesta no se intentó articularlos en la formulación de planes de desarrollo, menos aún, cuando el 96% de los planes de ordenamiento territorial a escala municipal en el departamento no habrían sido aprobados. Sin embargo, el proceso iniciado el año 2011 concluyó en 2016 con propuesta de sustituir los planes anteriores del SISPLAN con el Plan Territorial de desarrollo Integral (PTDI). Según los “Lineamientos Metodológicos para la formulación de Planes Territoriales de Desarrollo Integral (PTDI)” aprobado el 11 de febrero de 2016 (mediante Resolución Ministerial Nº 018 del Ministerio de Planificación del Desarrollo), los planes territoriales en las escalas departamental, regional y municipal, deben considerar el siguiente contenido: 1. ENFOQUE POLÍTICO (PDES) 2. DIAGNÓSTICO INTEGRAL 2.1. Ocupación del territorio a) Características generales (legales, ubicación, extensión, división política, límites, población, características socio-culturales, características físico-geográficas) b) Características de las zonas de vida (fisiografía, suelos, clima, hidrografía, vegetación, bioclima) c) Unidades socioculturales (análisis del proceso histórico de ocupación del territorio, patrón de explotación recursos, principales centros de producción y vinculación a mercados, análisis de las dinámicas de ocupación del espacio, caracterización de la población, auto-identificación, manifestaciones culturales) d) Zonificación de los suelos en las zonas de vida (sobre los PLUS y ZAE) e) Categorización de los centros poblados (jerarquización) f) Radio o área urbana g) Flujos y redes h) Sistemas de transportes y comunicación i) Escenarios de planificación territorial (oportunidades y problemas → programas y proyectos) 2.2. Desarrollo humano integral a) Servicios, educación y salud b) Acceso a la vivienda y servicios básicos c) Categorización de la pobreza 2.3. Economía plural a) Ocupación social y productiva del territorio b) Registro de los componentes estratégicos de la Madre Tierra c) Actividades estratégicas

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d) Desarrollo de actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras, forestales y agroforestales, industriales y agroindustriales, manufactureras, turísticas, etc.) 2.4. Gestión de sistemas de vida (Evaluación del impacto de la interrelación de las zonas de vida y las unidades socioculturales) a) Análisis de relacionamiento espacial de zonas de vida y unidades socioculturales (articulación espacial: agua, actividades económicas, redes de intercambio comercial, flujos socioculturales, etc.) b) Análisis de equilibrio de los sistemas de vida (conservación de funciones ambientales, desarrollo de sistemas productivos y erradicación de la pobreza) c) Análisis de grados de presión de unidades socioculturales sobre zonas de vida (uso de suelo) 2.5. Gestión de riesgos y cambio climático Evaluación del impacto a: a) Amenazas b) Sensibilidad territorial c) Capacidad de adaptación al cambio climático 2.6. Administración territorial a) Administración institucional del territorio b) Actores sociales y productivos c) Inversión pública d) Proyectos por sector e) Evaluación comparativa 2.7. Problemas y desafíos Evaluación general 3. POLÍTICAS Y LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS 3.1. Visión de desarrollo 3.2. Políticas 3.3. Objetivos estratégicos 4. PLANIFICACIÓN (propuesta de acciones) 4.1. Identificación de pilares, metas, resultados y acciones a) Indicadores de impacto (medir los cambios que se esperan lograr, relacionados con los resultados) b) Indicadores de proceso (medir los avances anuales durante el proceso de ejecución de las acciones) 4.2. Programación de resultados y acciones 4.3. Articulación competencial Entidades estatales: competencias privativas, exclusivas, concurrentes y compartidas 4.4. Roles de actores Formulación de políticas, planes, proyectos → actores públicos, privados y comunitarios 5. TERRITORIALIZACIÓN DE LAS ACCIONES Mapas (Complejos productivos industriales estratégicos, complejos productivos territoriales) 6. ARMONIZACIÓN DE SISTEMAS DE VIDA Evaluación del impacto de las acciones propuestas (ambiental, productiva y pobreza) 7. GESTIÓN DE RIESGOS Y CAMBIO CLIMÁTICO Análisis del impacto (tendencias) de las acciones propuestas a la gestión de riesgos y cambio climático 8. PROPUESTA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL 8.1. Ocupación territorial a) Proyección de zonas de ocupación y crecimiento urbano (radios urbanos) b) Jerarquización de centros urbanos c) Procesos de desarrollo urbano d) Relaciones y articulación de centros urbanos 8.2. Desarrollo humano integral a) Disponibilidad y proyección de servicios de salud y educación en relación a la infraestructura relacionada al transporte y comunicaciones (caminos) b) Infraestructura actual y proyección de vías de comunicación (caminos, transporte y flujos de personas) c) Proyección de población (expansión) y su articulación a los servicios básicos (ubicación) 8.3. Economía plural Está basado en los complejos productivos territoriales Los CPT en el OT comprenden las siguientes etapas: a) Identificación de las acciones y áreas para el desarrollo de las principales actividades económicas (uso de suelo y potencialidad productiva) b) Propuesta de desarrollo de complejos estratégicos territoriales, contiene los siguientes elementos: Identificación de proyectos dinamizadores de la economía articulados a los complejos productivos; Identificación de unidades territoriales; Identificación y articulación de actores de la economía plural vinculado al desarrollo del complejo; Relacionamiento entre actividades. El desarrollo de la economía plural deberá considerar la consolidación: i. Producción, transformación y comercialización ii. Organización económica (comunitaria, estatal, privada y social cooperativa) iii. Condiciones básicas para su desarrollo (inversiones e infraestructura)

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iv. Soporte (tecnología y servicios financieros) v. Relación con la ubicación de los procesos industriales estratégicos del Estado 8.4. Gestión de sistemas de vida Análisis de la gestión y armonización de sistemas de vida en el marco del OT a) Descripción e identificación de las zonas de vida articuladas a las unidades socioculturales b) Descripción e identificación de las relaciones de equilibrio c) Descripción e identificación de áreas con mayor grado de presión 8.5. Gestión de riesgos y cambio climático a) Descripción e identificación de áreas con amenazas b) Descripción e identificación de áreas con proyectos vinculados a riesgos climáticos c) Descripción e identificación de las redes meteorológicas (alerta temprana) 9. PRESUPUESTO

En concreto, el PTDI es la integración de los planes estratégicos de desarrollo, los planes sectoriales (actores) y los planes de ordenamiento territorial (en la escala municipal por ejemplo, PDM, PEI-PES, PMOT). La terminología técnica es cambiada con respecto a documentos y guías anteriores, aunque y sin embargo, conceptualmente mantiene el contenido (por ejemplo, zonas de vida = dimensión natural, unidades socio-culturales = dimensión humana). La propuesta de este tipo de plan introduce varios aspectos nuevos que son destacables en la construcción y operativización del Vivir Bien, en el proceso de planificación se otorga importancia clave a la participación y rol de los actores sociales e institucionales. Asimismo, en la formulación del ordenamiento territorial, se destaca el “desarrollo territorial” y el “desarrollo urbano” como como factores claves de la ocupación del territorio; además, el ordenamiento territorial estaría relacionado íntimamente al “desarrollo humano integral” y a la “economía plural”, en este último, ligado a los complejos productivos y complejos estratégicos territoriales, mediante la identificación de unidades territoriales. El PTDI plantea 4 ejes de desarrollo: 1) Desarrollo Humano (demográfico, social, cultural y psicoafectivo); 2) Desarrollo Económico (económico-productivo); 3) Desarrollo Territorial-Urbano-Ambiental (ecológico, físico-transformado) y; 4) Desarrollo Institucional (político-institucional). V.3.

CONCLUSIONES OPERATIVAS GENERALES

De manera general, en el Departamento de Cochabamba y en la Región Metropolitana de Kanata y, específicamente, en el Municipio de Cochabamba (ciudad capital del departamento), los procesos de planificación del desarrollo fue encarado —y todavía continúa siendo— desde una perspectiva tradicional de planificación propuesta en el SISPLAN, situación que perdurará hasta que se elaboren y aprueben los nuevos planes propuestos por el SPIE. Pues, a pesar de haber existido desde el año 2007 de un nuevo marco epistemológico y paradigmático en el PND, persistió la elaboración y utilización de instrumentos holísticos y poco operativos tanto en los Planes de Desarrollo Estratégico (Planes de Desarrollo Distrital, Planes de Desarrollo Municipal y el Plan Departamental de Desarrollo, entre otros) como en los Planes de Ordenamiento Territorial (en las escalas departamental y municipal). El cambio de modelo, primero paradigmático y segundo metodológico, implica un proceso, a veces lento, de construcción y aprendizaje institucional, más aun cuando se pretende ignorar o rechazar la experiencia del anterior modelo por cuestiones ideológicas e incapacidad técnica. Actualmente, excepto Arbieto y Colcapirhua (el primero fuera y el segundo dentro la RMK), en los municipios que componen la región metropolitana no tienen planes de ordenamiento territorial aprobados, aunque han sido elaborados en más de una versión por casi todos gobiernos municipales de la región. Sin embargo, los esquemas metodológicos de estos planes expresan el enfoque y la orientación tradicional de los mismos, algunos, incluso, contienen extensos y detallados diagnósticos que generalmente no se relacionan con las propuestas y, menos aún, con los proyectos resultantes, expresan un enfoque de Plan-Proyecto, específicamente, son proyectos de infraestructura o arquitectura. A manera de paradoja del anterior modelo del SISPLAN, es que este sistema de planificación propuso la interrelación básica de los planes: estratégico, sectorial y territorial, en el cual, el territorial debería ser el primero en elaborarse, pues, indicaría dónde y por qué se localizarían las acciones, pero, en los 163


hechos, esto no se cumplió porque estos planes no se elaboraron o no se aprobaron, sólo se elaboraron el estratégico incorporando en su proceso de diagnóstico algunos elementos territoriales (en esencia solo ubicación y descripción geográfica) y sectoriales. Es por esta razón que en los planes estratégicos de desarrollo (por ejemplo PDMs), los diagnósticos eran ampulosos por la incorporación de muchos contenidos descriptivos con la finalidad de suplir la falencia de los planes territoriales y sectoriales (incluido los institucionales). La única instancia de gobierno que cumplía el modelo del SISPLAN fue Santa Cruz de la Sierra, en el cual, los planes de desarrollo estratégico era resultado de la articulación con los otros dos planes. Finalmente y sin embargo, es necesario avanzar en el proceso de construcción en el nuevo sistema de planificación (SPIE), su implementación en la escala departamental y municipal requerirá un tiempo de consolidación (obviamente con mejoras en el proceso), pero, su descenso operativo al ámbito específicamente urbano está todavía por desarrollarse. VI.

APROXIMACIÓN AL TERRITORIO Y DESARROLLO MUNICIPAL EN COCHABAMBA VI.1. CONTEXTO TERRITORIAL DEL ÁREA DE OBSERVACIÓN VI.1.1. El Departamento de Cochabamba

Cochabamba fue creada como departamento de Bolivia por Decreto Supremo el 23 de enero de 1826, durante la presidencia del Mariscal Antonio José de Sucre. Su fecha cívica es el 14 de septiembre en homenaje a la revolución emancipadora de 1810. Mapa N° 4: Ubicación del Departamento de Cochabamba

Fuente: Prefectura del Departamento de Cochabamba, 2008

El Departamento de Cochabamba está ubicado en la región central del Estado Plurinacional de Bolivia, geográficamente está entre los paralelos 15º 11' y 18º 40' de latitud Sud y entre los meridianos 64º 11' y 67º 00' de longitud Oeste. Los límites departamentales, son: al Norte con el Departamento del Beni; al Sud, con los departamentos de Potosí y Chuquisaca; al Este, con el Departamento de Santa Cruz y; al Oeste, con los departamentos de La Paz y Oruro. Según el Instituto Geográfico Militar107, la superficie del territorio de Cochabamba es de 55.631 kilómetros cuadrados; administrativamente, la división política está compuesta por 16 provincias y 47 municipios o secciones de provincia.

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Según datos aproximados del PDOT del Gobierno Departamental de Cochabamba (Gobernación), la superficie del departamento es 61.660 kilómetros cuadrados, aunque parte importante de ese excedente territorial se encuentra en litigio con el Departamento del Beni, sin embargo, este territorio ha sido declarado Área Protegida y designado como “Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS)”, congelándose así los problemas de límites departamentales.

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El departamento está configurado geográficamente por la cadena montañosa de la Cordillera Oriental de los Andes hasta la naciente de los llanos del Amazonas, posee diferentes posiciones altimétricas que varían desde 5.035 hasta 100 metros sobre nivel del mar. La capital del departamento está situada a una altitud de 2.558 metros sobre nivel del mar. Por las características fisiográficas y altitud, presenta diferentes tipos de climas y microclimas (pisos ecológicos: andina, valles y llanos), pero, en general se caracteriza por el clima templado, con una temperatura media anual de 22º C. La población de Cochabamba ha registrado un crecimiento acelerado en las últimas 6 décadas, así contabilizó 452.145 habitantes (1950), 720.952 (1976), 1.110.205 (1992), 1.455.711 (2001) y 1.762.761 (2012). Con respecto al total nacional108, la población del último censo corresponde a un porcentaje de 17,5%. Y, la Tasa Anual de Crecimiento Intercensal 2001-2012 fue de 1,7109. La distribución de la población entre el área urbana y la rural ha cambiado drásticamente respecto a los valores intercensales anteriores, de acuerdo con el Censo de 1950 la población rural representaba el 76,7% de la población total del departamento, el año 1976 el 62,6%, el año 1992 el 47,7%, el año 2001 el 41,2% y según los datos del Censo 2012 la población rural llegó a 31,9%, por lo que, la población urbana alcanzó al 68,1 %. Mapa N° 5: Departamento de Cochabamba: Regiones (UTPs)

Fuente: Prefectura del Departamento de Cochabamba, 2009

Cochabamba está configurado de manera histórica, política y técnica en 5 regiones —dificultosamente identificados por la propia población y técnicos—; no obstante, la regionalización debiera darse lugar por procesos de concertación locales en función de que en el interior de cada región se comparten rasgos culturales comunes, lengua, historia, vinculación viaria y por intercambios económicoproductivos, pertenencia a ecosistemas (incluido prácticas de complementariedad de pisos ecológicos)

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El último Censo (2012), muestra los siguientes datos poblacionales: Total Bolivia 10.059.856 habitantes; Chuquisaca 581.347; La Paz 2.719.344; Cochabamba 1.762.761; Oruro 494.587; Potosí 828.093; Tarija 483.518; Santa Cruz 2.657.762; Beni 422.008 y; Pando 110.436. 109 Con el último Censo (2012), los datos de Tasa Anual de Crecimiento Intercensal 2001-2012, son: Bolivia (1,7); Chuquisaca (0,8); La Paz (1,3); Cochabamba (1,7); Oruro (2,1); Potosí (1,4); Tarija (1,9); Santa Cruz (2,4); Beni (1,4) y; Pando (6,6).

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y, finalmente, existencia de afinidad110 en la identidad regional con base en la formación de instancias supramunicipales denominadas “mancomunidades”. De acuerdo al Plan Departamental de Cochabamba para Vivir Bien (2013-2017) y a la última actualización del proyecto de Plan Departamental de Ordenamiento Territorial, PDOT (2015‐2025)111, el departamento está dividido para efectos de planificación y gestión pública en 5 regiones, que constituyen espacios de territorio identificados a objeto de planificar la descentralización de las políticas de desarrollo del Gobierno Departamental. Las unidades que se han definido en el proceso de construcción regional del espacio departamental, son: a) Valle Central (Metropolitana): Conformada por 7 Municipios: Cochabamba (capital de departamento), Sacaba, Quillacollo, Tiquipaya, Colcapirhua, Vinto y Sipe Sipe. b) Cono Sur: Conformada por 12 Municipios: Aiquile, Alalay, Arani, Mizque, Omereque, Pasorapa, Pocona, Pojo, Tiraque, Totora, Vacas y Vila Vila. c) Valles (Alto y Bajo). Conformada por 14 Municipios: Anzaldo, Arbieto, Capinota, Cliza, Gualberto Villarroel, Punata, Sacabamba, San Benito, Santivañez, Tacachi, Tarata, Toco, Tolata y Villa Rivero. d) Andina. Conformada por 8 Municipios: Arque, Bolívar, Cocapata, Independencia, Morochata, Sicaya, Tocapaya y Tapacarí. e) Trópico: Conformada por 6 Municipios: Colomi, Chimoré, Entre Ríos, Puerto Villarroel, Shinahota y Villa Tunari. VI.1.2. La Región Metropolitana de Cochabamba (Kanata) En la denominada región del Valle Central de Cochabamba, luego de varios intentos fallidos en la organización de una instancia de representación política metropolitana, el 29 de octubre de 2009 se decidió —por unanimidad y con la participación de representantes de siete municipios— la creación de la Mancomunidad de Municipalidades de la Región Metropolitana de Cochabamba (MMRMC), avance que posteriormente, en fecha 10 de noviembre de 2010, fue refrendado mediante la celebración de un Congreso Fundacional donde se presentaron oficialmente sus estatutos y se conformó su primer directorio, ambos adecuados a la Nueva Constitución Política del Estado y la Ley Marco de Autonomías y Descentralización y, finalmente, el 27 de mayo de 2014 mediante Ley Nº 533 se crea la “Región Metropolitana de Kanata” conformada por los 7 municipios del Valle Bajo, Valle Central y Valle de Sacaba (denominada comúnmente Microregión urbana de Cochabamba). Mapa N° 6: Región del Valle Central de Cochabamba, ubicación y conformación espacial

Fuente: PMOT Cochabamba (Versión 2005) 110

En los hechos, la regionalización del Departamento de Cochabamba, ha sido definido por la afinidad ideológica es decir, la pertenencia político-partidaria de las autoridades y organizaciones sociales municipales a un determinado partido político. 111 Este documento ha sido aprobado por la Asamblea Departamental de Cochabamba a principios del año 2016, faltando la homologación por el gobierno central en la ciudad de La Paz.

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Mapa N° 7: Región (y Área) Metropolitana de Cochabamba (Kanata)

RMC

AMC

Fuente: Elaboración propia con base en la Propuesta Región Metropolitana de Cochabamba, 2012

La superficie municipal de la región metropolitana abarca aproximadamente 2.628 kilómetros cuadrados, espacio que corresponde al 4,72% del territorio departamental. Empero, la superficie de su área urbana para el año 2008 es aproximadamente 179 kilómetros cuadrados (17.900 hectáreas), corresponde al 6,81% de la superficie regional. Esta área urbana es la más densa en población del departamento. Cuadro N° 14: Región Metropolitana, Superficies municipales y áreas urbanas MUNICIPIOS Cochabamba Colcapirhua Quillacollo Sacaba Tiquipaya Vinto Sipe Sipe Total Región

Superficies estimadas de cada municipio (km2) 309 31 560 695 341 216 476 2.628

Superficies estimadas de áreas urbanas (km2) 92 16 21 29 13 6 2 179

Fuente: Elaboración propia con base en el PDOT, 2009 y otros

La población del Municipio de Cochabamba (única Sección Municipal de la Provincia Cercado) para el año 2012 representa el 55% de la población regional, porcentaje que en 2001 era del 59%, este aspecto muestra la existencia de un proceso de desconcentración poblacional hacia los municipios colindantes de la capital de departamento, principalmente hacia Sacaba y Quillacollo. No obstante, Cochabamba, a pesar de una disminución en su participación poblacional, tuvo un incremento absoluto de 114.989 habitantes entre 2001 y 2012, aumento visible en la extensiva ampliación de la mancha urbana hacia las zonas Norte, Sur y Sureste de la ciudad. Sin embargo y de manera general, los incrementos poblacionales, en casi en todos los municipios, han bajado notablemente, las tasas de crecimiento intercensal, principalmente en lo referido a los municipios de Tiquipaya, Colcapirhua y Sacaba, no han mantenido la tendencia de 1992-2001, que mostraban altos niveles de atracción poblacional. Por ejemplo, el municipio de Tiquipaya que tuvo el más dinámico desempeño poblacional a nivel regional (11,2), muestra un desfase tendencial (3,2) que se explica, en gran medida, a la modificación en los patrones de migración al extranjero durante la primera década del nuevo milenio. 167


Cuadro N° 15: Región Metropolitana, Población intercensal 1992, 2001 y 2012 MUNICIPIOS Cochabamba Sacaba Quillacollo Tiquipaya Colcapirhua Vinto Sipe Sipe Total Región Departamento

Población (1992) 414.307 69.610 69.027 13.371 22.219 20.573 20.007 629.114 1.110.205

Participación Participación Población Población a nivel a nivel (2001) (2012) metropolitano departamental (2012) (2012) 517.024 632.013 55,39 35,85 117.100 172.466 15,11 9,78 104.206 137.182 12,02 7,78 37.791 53.904 4,72 3,06 41.980 51.990 4,56 2,95 31.489 51.968 4,55 2,95 31.337 41.571 3,64 2,36 880.927 1.141.094 100,00 64,73 1.455.711 1.762.761 100,00

Tasa anual de crecimiento intercensal 1992-2001 2,4 5,6 4,5 11,2 6,9 4,6 4,9 5,7 2,9

Tasa anual de crecimiento intercensal 2001-2012 1,8 3,5 2,5 3,2 1,9 4,5 2,5 2,3 1,7

Fuente: Elaboración propia con base en información INE, 2015

La situación de ruralidad de algunos municipios que conforman la región, ha provocado extensas discusiones sobre la funcionalidad de la conformación del “área metropolitana” y la incorporación de esos municipios o no, incluso se propuso incorporar a esta área al Municipio de Colomi (situado al Este de Sacaba) y a los municipios de Santiváñez y Arbieto (situados al Sur de Cochabamba). Sin embargo, es aceptado funcional y geográficamente la conformación metropolitana por los 7 municipios mencionados. Mapa N° 8: Área Metropolitana, Crecimiento urbano (1812-2012)

Fuente: Tesis PTMA Rocha Jaimes Diego, 2016 Cuadro N° 16: Región Metropolitana, Población urbana y rural MUNICIPIOS Cochabamba Colcapirhua Quillacollo Sacaba Tiquipaya Vinto Sipe Sipe Total Región

Población urbana 2012 632.013 51.990 130.597 150.045 49.483 41.002 14.300 1.069.430

Participación urbana 2012 100,0 100,0 95,2 87,0 91,8 78,9 34,4 93,7

Participación rural 2012 0,0 0,0 4,8 13,0 8,2 21,1 65,6 6,3

Fuente: Elaboración propia con base en datos del INE, 2015

La participación urbana y rural en los municipios de la Región Metropolitana de Kanata, expresa que los municipios de Cochabamba y Colcapirhua, en el año 2012, son totalmente urbanos, en tanto que los municipios adyacentes de Quillacollo, Tiquipaya, Sacaba y Vinto, pero sobre todo el municipio de Sipe Sipe continúan incluyendo poblaciones rurales aunque ya no en porcentajes presentados en el

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2001112. Así, a nivel regional, el porcentaje de población urbana representa el 93,7% y a nivel departamental el 68,1%, evidenciando la visible concentración urbana en la región metropolitana. Con respecto a los datos de auto-identificación, los datos del 2001 —que posiblemente sean semejantes al 2012—, muestran que la auto-identificación con pueblos originarios en la región es tan alta que incluso en el municipio capital que es altamente su participación es de 60,25%. Y, en este mismo caso, la participación conjunta de auto-identificación quechua-aymará (cultura andina) llegó a representar en el 58,78% de la población de 15 o más años. A nivel regional este porcentaje identificado a la cultura andina es de 64,32%, es decir, 2/3 de toda la población de la región metropolitana. Cuadro N° 17: Región Metropolitana, Auto-identificación con pueblos originarios (2001) MUNICIPIOS Cochabamba Colcapirhua Quillacollo Sacaba Tiquipaya Vinto Sipe Sipe Total Región Cochabamba

Población 15 años o más Quechua Aymará Habitantes % Región % % 344.391 60,60 48,56 10,22 26.574 4,68 57,93 7,83 65.501 11,52 62,76 8,40 71.373 12,56 66,23 4,91 22.884 4,03 62,93 8,60 18.947 3,33 71,94 10,47 18.614 3,27 83,83 3,36 568.284 63,14 55,37 8,95 900.020 100,00 66,18 6,98

Guaraní Chiquitano Mojeño % % % 0,52 0,25 0,26 0,35 0,20 0,24 0,25 0,14 0,06 0,34 0,16 0,18 0,45 0,14 0,10 0,30 0,10 0,13 0,11 0,10 0,02 0,44 0,21 0,21 0,34 0,17 0,21

Otro Ninguno % % 0,45 39,75 0,36 33,08 0,41 27,97 0,44 27,75 0,38 27,39 0,28 16,78 0,21 12,37 0,42 34,41 0,49 25,64

Fuente: Elaboración propia con base en datos del INE, 2001

En último lugar, los datos del 2012, muestran la información del lugar de nacimiento (departamento), los casos que respondieron “Aquí” (lugar del empadronamiento censal) no se aplica (NSA), pues, se entiende que pertenecen al departamento y municipio donde han sido censados; pero, en el caso de los que respondieron “otro lugar” corresponde en otro municipio del mismo departamento u otro departamento. A nivel regional, este último porcentaje es de 30,45% del total poblacional, y de éste porcentaje, las mayores participaciones están relacionadas con los departamentos andinos del país (Potosí 24,7%, La Paz 21,7% y Oruro 16,8%). Y, en el caso específico de Cochabamba, el porcentaje es de 29,49% del total municipal, y las mayores participaciones son también hacia los departamentos andinos (Potosí 28,8%, La Paz 24,4% y Oruro 20,5%).

Colcapirhua

Cochabamb a

Cuadro N° 18: Región Metropolitana, Lugar de nacimiento (departamentos) Región

Sacaba

Vinto

Tiquipaya

Sipe Sipe

Quillacollo

DEPARTAMENTO DONDE % % % % % % % % NACIÓ (2012) Chuquisaca 6.930 3,7 647 1,5 147 1,2 490 2,9 219 1,1 400 2,2 1.771 3,4 10.604 3,1 La Paz 45.537 24,4 9.618 22,8 1.229 10,2 3.283 19,5 4.346 22,1 3.885 21,2 7.413 14,3 75.311 21,7 Cochabamba 22.943 12,3 15.360 36,4 8.383 69,4 5.170 30,7 9.804 49,8 5.442 29,7 20.531 39,5 87.633 25,2 Oruro 38.186 20,5 6.368 15,1 806 6,7 2.166 12,9 2.396 12,2 3.363 18,3 5.168 10,0 58.453 16,8 Potosí 53.581 28,8 7.766 18,4 1.028 8,5 4.506 26,8 1.978 10,0 3.956 21,6 12.874 24,8 85.689 24,7 Tarija 2.596 1,4 322 0,8 31 0,3 150 0,9 105 0,5 165 0,9 473 0,9 3.842 1,1 Santa Cruz 11.174 6,0 1.675 4,0 404 3,3 764 4,5 679 3,5 786 4,3 2.567 4,9 18.049 5,2 Beni 5.033 2,7 465 1,1 51 0,4 295 1,8 169 0,9 332 1,8 1.057 2,0 7.402 2,1 Pando 375 0,2 36 0,1 6 0,1 19 0,1 11 0,1 14 0,1 79 0,2 540 0,2 Región 186.355 100,0 42.257 100,0 12.085 100,0 16.843 100,0 19.707 100,0 18.343 100,0 51.933 100,0 347.523 100,0 NSA (Aquí) 445.658 94.925 29.486 37.061 32.261 33.647 120.533 793.571

Fuente: Elaboración propia con base en datos del INE, 2015

112

En el Censo 2001, Sipe Sipe (87,6%) y Vinto (83,2%) concentraban los mayores porcentajes de población rural; en contraste, Tiquipaya (72,6%), Sacaba (72,2%) y Quillacollo (72,0%) mostraban los mayores porcentajes de población urbana (sin considerar a la capital).

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Crecimiento de la aglomeración urbana de Cochabamba (área metropolitana) y periurbanización del área rural Según definición de la Standard Metropolitan Statiscal Areas, un “Área Metropolitana” es una “gran aglomeración urbana institucionalizada y regulada jurídicamente en su definición y límites”; “Aglomeración Urbana” es una “forma de ocupación del suelo en la que una ciudad principal, afectada por un rápido crecimiento, genera la aparición en su entorno de una corona metropolitana o coronas de núcleos de población funcionalmente dependientes, pero sin ningún alcance jurídico o administrativo, dicha unidad puede ser considerada, a veces, un área metropolitana de facto. La ciudad centro ejerce un efecto de arrastre y en relación a ella se van organizando los diferentes servicios y redes en el territorio) y; “Conurbación” es la “unión de varios asentamientos urbanos, cuyas periferias respectivas se han fusionado, al crecer paralelamente, dando lugar a un área urbanizada continua. El factor de unión suele ser un eje de tráfico, formando un asentamiento compuesto de forma lineal. Cada centro mantiene su independencia e individualidad”. De acuerdo a esta definición, un área metropolitana no posee áreas rurales propiamente dichas, sino áreas periurbanas, actualmente estos espacios tienen una definición poco precisa. La periurbanización es un fenómeno complejo de ocupación del entorno territorial de una aglomeración urbana o área metropolitana a partir de la conformación de coronas o aureolas (anillos). El uso del suelo de los espacios periurbanos está caracterizado por su heterogeneidad, coexisten industrias artesanales, hábitat colectivo, residencias secundarias, actividad agrícola (intensivas y extensivas ―de subsistencia familiar―), equipamiento colectivo en el ámbito metropolitano (es el área privilegiada para la instalación de servicios que requieren grandes superficies, como cementerios, universidades, centros de tratamiento de residuos, etc.), terrenos baldíos y otros. Asimismo, el espacio periurbano está sujeto a una fuerte presión demográfica, a importantes transformaciones sociales y culturales, así como cambios en el uso del suelo por grandes mutaciones en el mercado de tierras. En esta dinámica, la actividad agrícola tiende a disminuir, debiendo los agricultores adaptarse o vender para instalarse en nuevas tierras agrícolas más alejadas o integrarse a las urbanas. En la definición de área periurbana, es necesario diferenciar los conceptos de “área rural” y “área agrícola”; en el primero, la definición genérica113 está dominada por los usos de suelo, tales como agrícolas (extensivas e intensivas), pecuarias, forestales, o grandes espacios sin edificar, asimismo, contiene núcleos rurales de escaso nivel jerárquico con una fuerte relación al paisaje, poseen una identidad cohesionada basada en el respeto y cualidades comportamentales de vida campestre; en el segundo, la definición genérica está dominada por la actividad agrícola, siendo así, que un área rural puede contener áreas agrícolas, pero no viceversa. Sin embargo, la actividad agrícola constituye un elemento importante en la estructura del tejido social y cultural propio del área rural y, específicamente, de los espacios periurbanos. Un cambio de estas condiciones, afectaría seriamente el sentimiento de identidad territorial de sus habitantes, lo que sin duda alguna, se traduciría en la pérdida de un mundo cultural que es necesario preservar para el desarrollo de cualquier territorio (urbano-rural). El rol del agricultor como “guardián del paisaje” es continuamente expresado en las políticas europeas hacia el área rural especialmente a partir de la década de los 90. Además, desde la óptica del turismo rural, se resalta su importancia como depositario de la diversidad cultural y productiva, haciendo viable y sostenible cualquier emprendimiento de desarrollo económico urbano en su entorno. En el caso de la región urbana de Cochabamba, tanto por su complejidad y particularidad como por su proceso histórico, su definición está relacionada con una “aglomeración urbana de tipo conurbano (polinuclear)”, en el cual está suscitándose un fenómeno de metropolización y periurbanización, de implicancias físico-espaciales, económicas, sociales, ambientales y culturales, en un proceso biunívoco de consolidación lineal o continuo y no-lineal o discontinuo (con mutaciones urbanas).

113

Aparte de la definición genérica, habitualmente se incluye la baja densidad poblacional, ocupación predominante con actividades productivas (agricultores autónomos con asalariados, autónomos y por cuenta propia), baja cobertura de servicios y equipamientos, etc.

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Desde el punto de vista físico y espacial, la región metropolitana de Kanata está todavía en proceso de consolidación; no obstante, en su entorno inmediato denominado áreas rurales o agrícolas, en especial dentro el Municipio de Colcapirhua, ha entrado en un proceso de periurbanización conformando anillos periurbanos (fenómeno característico de grandes áreas metropolitanas consolidadas). Caracterización económica Son pocos los trabajos y documentos existentes sobre estudios económicos urbanos y regionales en Cochabamba; sin embargo, a partir de los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 y la Encuesta Metropolitana 1/2013 Foro Regional-Ciudadanía, los economistas Nelson Manzano y Oscar Zegada, hicieron una aproximación a la estructura, características y tendencias de la economía urbana metropolitana desde el empleo. Si bien la información acerca del empleo expresa de manera explícita solamente la faceta laboral de la economía, es una de las posibles formas de acercamiento a los procesos económicos al mostrar varios de sus aspectos más relevantes. Las condiciones económicas de la región puede caracterizarse a partir de los siguientes componentes: Producción, empleo e índices de especialización. Producción Las características esenciales de una economía están normalmente asociadas a su capacidad productiva medida por el Producto Interno Bruto (PIB), es decir, el conjunto de bienes y servicios finales que se producen en un determinado espacio geográfico y en un periodo de tiempo, valorados a precios de mercado. En Bolivia las fuentes oficiales de información macroeconómica solo desagregan el PIB nacional hasta el ámbito departamental, por lo tanto, en los siguientes datos, se utilizó una metodología con base en los valores de empleo y el PIB departamental según sectores económicos, para permitir estimar los PIB municipales. Sobre la base de la citada metodología se estimaron los valores de los PIB de los municipios de la Región Metropolitana de Cochabamba para 2001 y 2012, valorados a precios constantes (miles de bolivianos de 1990). En este argumento, es importante indicar que el supuesto de que la productividad sectorial del trabajo es constante en el contexto departamental, supone en los hechos, una eventual “subvaluación” del PIB de la región, debido a que sus niveles reales de productividad sectorial son mayores a los promedios departamentales, principalmente, en los sectores secundario y terciario (comercio y servicios), “brecha” que, sin embargo, no fue posible cuantificar dada la información disponible. El PIB de la región se estimó para el 2012 en aproximadamente 4.100 millones de Bs. de 1990, 59% de cuyo valor fue generado en el Municipio de Cochabamba, seguido en importancia por los municipios de Sacaba (14%) y Quillacollo (12%), es decir, que los tres municipios generaron en 2012 el 85% del PIB metropolitano (Manzano, 2015).

Cuadro N° 19: Región Metropolitana, PIB municipales REGIÓN Y MUNICIPIOS Cochabamba Quillacollo Sacaba Vinto Colcapirhua Tiquipaya Sipe Sipe REGIÓN DEPARTAMENTO BOLIVIA

PIB (en miles de Bs. de 1990) 2001 % 2012 % 1.818.196 63,04 2.414.167 58,89 308.376 10,69 474.269 11,57 340.149 11,79 564.724 13,78 76.585 2,66 150.495 3,67 133.687 4,63 201.199 4,91 104.130 3,61 181.112 4,42 103.268 3,58 113.167 2,76 2.884.391 100,00 4.099.132 100,00 4.090.903 18,67 5.235.537 14,52 21.916.895 100,00 36.045.688 100,00

TIA 2,58 3,91 4,61 6,14 3,72 5,03 0,83 3,20 2,24 4,52

PIB per cápita (en Bs. de 1990) 2001 2012 TIA 3.517 3.828 0,77 2.959 3.461 1,42 2.905 3.332 1,25 2.432 2.901 1,60 3.185 3.877 1,79 2.755 3.413 1,95 3.295 2.724 -1,73 3.274 3.610 0,89 3.107 2.978 -0,39 2.648 3.469 2,46

TIA = Tasa de Incremento Anual Fuente: Elaboración propia con base en Manzano, 2015

Los municipios que crecieron en sus PIB o que tuvieron mayor dinamismo en el periodo 2001-2012, son: Vinto con 6,14% de incremento anual, Tiquipaya con 5,03% y Sacaba con 4,61% y, los municipios con menor crecimiento fueron: Cochabamba con 2,58%, Sipe Sipe 0,83%, en éstos dos últimos casos se verifican un proceso de desconcentración productiva en sus territorios.

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En términos per cápita, el mayor PIB en 2012 estuvo registrado en el Municipio de Colcapirhua con 3.877 Bs. de 1990, seguido por los municipios de Cochabamba con 3.828 Bs. y Quillacollo con 3.461 Bs., los municipios con menores registros fueron Tiquipaya con 3.413 Bs. y Sacaba con 3.332 Bs. Estos datos expresan que en los municipios de Quillacollo y Sacaba, que tienen las mayores concentraciones de población, incorporan poblaciones con bajos niveles productividad urbana, influenciados también por la mayor participación de las poblaciones rurales. Cuadro N° 20: Región Metropolitana, Estructura Intramunicipal de los PIB Sectoriales 2012 (en valores constantes de 1990) SECTORES 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 TOTAL

Cochabamba 0,95 2,23 24,48 2,96 3,63 9,72 15,62 19,87 7,13 3,29 10,12 100,00

Quillacollo 3,43 1,95 27,50 2,57 3,42 8,83 21,59 11,67 4,84 2,98 11,23 100,00

Sipe Sipe 17,55 10,97 21,79 2,48 4,37 6,42 24,07 2,38 2,32 2,28 5,35 100,00

Tiquipaya 5,23 1,81 23,30 3,20 5,08 7,91 22,91 10,29 7,43 3,08 9,77 100,00

Vinto 8,84 4,33 25,52 2,05 4,55 7,83 24,06 5,50 3,32 2,60 11,40 100,00

Colcapirhua 1,37 2,30 26,94 2,66 3,11 7,29 20,08 16,62 5,95 2,80 10,88 100,00

Sacaba 4,67 2,10 23,37 2,50 4,55 7,96 23,67 13,15 5,70 2,76 9,58 100,00

REGIÓN 2,73 2,48 24,72 2,79 3,83 9,00 18,57 16,33 6,33 3,09 10,12 100,00

Referencias: 1. Agricultura, silvicultura, caza y pesca 2. Extracción de minas y canteras 3. Industria manufacturera 4. Electricidad, gas y agua 5. Construcción y obras públicas 6. Comercio 7. Transporte, almacenamiento y comunicación 8. Intermediación financiera 9. Servicios comunales, sociales y personales 10. Restaurantes y hoteles 11. Servicios de la administración pública Fuente: Elaboración propia con base en Manzano, 2015

Por un lado, la desagregación de los PIB municipales, según sectores económicos, muestra que en la región los sectores de mayor dinamismo económico, son: industria manufacturera (24,72%), transporte, almacenamiento y comunicaciones (18,57%), intermediación financiera (16,33%), administración pública (10,12%) y comercio (9,00%), son sectores que en conjunto en el año 2012 generaron el 78,74% de la producción regional. Por otro lado, el sector primario (agricultura, silvicultura, caza y pesca; y extracción de minas y canteras) aportó en 2012 a nivel regional solo con 5,21% (porcentaje menor al aporte de 7,26% de la producción de 2001); asimismo, el sector secundario (industria manufacturera; electricidad, gas y agua; construcción y obras públicas) aporto en el mismo año con 31,34% y; finalmente, el sector terciario (comercio; transportes, almacenamiento y comunicaciones; intermediación financiera; servicios comunales, sociales y personales; restaurantes y hoteles; y servicios de la administración pública) aportó con 63,44%, porcentaje apenas menor a las dos terceras partes del total regional. Estos datos expresan la importancia de los servicios ofertada por la economía metropolitana de Cochabamba, aunque el sector de mayor crecimiento entre 2001 y 2012 fue el secundario (Manzano, 2015). A nivel municipal la estructura de los PIB sectoriales demuestra que existe una concentración de la producción en la industria manufacturera y el sector terciario —principalmente comercio, transporte y comunicaciones; y establecimientos financieros— en los municipios de Colcapirhua, Cochabamba, Quillacollo y Sacaba con un 70,9%; 69,7%; 69,6% y 68,1%, respectivamente, hasta un 54% en Sipe Sipe, pasando por un rango de participación del 60 al 66% en los municipios de Vinto y Tiquipaya. Llama la atención, que la industria manufacturera sea mucho más importante en los municipios de Quillacollo, Colcapirhua y Vinto con aportes internos del 27,5%; 26,9% y 25,5%, respectivamente, 172


cuando en el municipio de Cochabamba en 2012 solo aportó un 24,48% a su PIB municipal (Manzano, 2015). Cuadro N° 21: Región Metropolitana, Estructura Intermunicipal de los PIB Sectoriales 2012 SECTORES 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 TOTAL

Cochabamba 20,07 52,01 57,31 61,27 54,91 62,54 48,69 70,41 66,17 61,65 57,91 57,88

Quillacollo 14,88 9,31 13,20 10,92 10,60 11,64 13,79 8,48 9,07 11,45 13,17 11,87

Sipe Sipe 17,58 12,10 2,41 2,43 3,12 1,95 3,54 0,40 1,00 2,02 1,45 2,73

Tiquipaya 8,32 3,17 4,10 4,97 5,76 3,82 5,36 2,74 5,10 4,34 4,20 4,35

Vinto 12,23 6,60 3,90 2,77 4,49 3,29 4,89 1,27 1,98 3,18 4,26 3,78

Colcapirhua 2,58 4,79 5,62 4,91 4,18 4,18 5,57 5,25 4,85 4,66 5,54 5,16

Sacaba 24,33 12,03 13,46 12,72 16,92 12,60 18,14 11,46 12,83 12,71 13,47 14,24

REGIÓN 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00

Referencias: 1. Agricultura, silvicultura, caza y pesca 2. Extracción de minas y canteras 3. Industria manufacturera 4. Electricidad, gas y agua 5. Construcción y obras públicas 6. Comercio 7. Transporte, almacenamiento y comunicación 8. Intermediación financiera 9. Servicios comunales, sociales y personales 10. Restaurantes y hoteles 11. Servicios de la administración pública Fuente: Elaboración propia con base en Manzano, 2015

Para el año 2012, en la estructura intermunicipal del PIB regional, según sectores económicos, el 57,88% fue generado en el municipio de Cochabamba, en el cual, sobresale el sector de intermediación financiera (70,41%), servicios comunales, sociales y personales (65,17%), comercio (62,54%), restaurantes y hoteles (61,65%), electricidad, gas y agua (61,27%) y servicios de la administración pública (57,91%). En el resto de los sectores económicos, el municipio capital es dominador en términos de generación de valor, incluso en el sector de minas y canteras, generó el 52% del PIB sectorial metropolitano. Asimismo, destaca la participación de los municipios de Sipe Sipe y Sacaba en el sector minero con 12,10% y 12,03% del PIB sectorial de la región, además de la participación del municipio de Sacaba en el sector de agricultura, caza y pesca con 24,33% del PIB sectorial a nivel metropolitano, constituyéndose en el municipio que genera mayor valor en este sector. Finalmente, el crecimiento del sector manufacturero en los municipios de Sacaba y Quillacollo, se evidencia por su aporte con 13,46% y 13,20% respectivamente; este aporte constituye la cuarta parte del valor regional en este sector. Empleo Del análisis de la capacidad productiva de las economías urbanas, se deduce que una de las variables estratégicas más importantes es la referida al empleo (proporción de la población que se encuentra ocupada). Por ello, aunque no se cuenta con datos de esta variable a escala propiamente urbana, sí se dispone de información para el ámbito municipal, lo que permite agregarlo a nivel de regiones metropolitanas (Manzano, 2015)

El componente laboral en la RMC clasificado por sectores de actividad económica y condición de trabajo, expone los siguientes datos: de los 4.609.619114 habitantes que en 2012 formaron parte de la población ocupada de Bolivia (789.611 en el departamento de Cochabamba), el 10,73% estuvo 114

En el periodo intercensal 2001 a 2012, la población ocupada en Bolivia aumentó significativamente, de 2.996.056 a 4.609.619 personas, más de 1,6 millones de personas. Entre 1992 a 2001, el incremento se constituye en alrededor de un tercio en relación al último período interesal, es decir 565 mil personas ocupadas adicionales.

173


localizado en esta región. Por su participación demográfica a nivel departamental (62,64%) se concluye su importancia laboral respecto al departamento y relativo impacto a nivel nacional. Cuadro N° 22: Región Metropolitana, Población ocupada de 10 años o más según actividad económica (2012) SECTORES Sector Primario 1. Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 2. Explotación de minas y canteras Sector Secundario 3. Industria manufacturera 4. Electricidad, gas y agua 5. Construcción y obras públicas Sector Terciario 6. Comercio 7. Transporte y comunicaciones 8. Intermediación financiera 9. Servicios comunales, sociales y personales 10 Restaurantes y hoteles 11. Servicios de la administración pública 12. Otros TOTAL

RMC Población % 43.741 8,84 42.195 8,53 1.546 0,31 114.357 23,12 59.498 12,03 1.730 0,35 53.129 10,74 336.564 68,04 110.831 22,41 24.682 4,99 47.558 9,61 5.262 1,06 55.391 11,20 29.673 6,00 63.167 12,77 494.662 100,00

Departamento de Cochabamba 233.506 229.459 4.047 142.983 70.166 1.945 70.872 413.122 134.107 30.344 57.860 5.672 69.033 32.619 83.487 789.611

% 29,57 29,06 0,51 18,11 8,89 0,25 8,98 52,32 16,98 3,84 7,33 0,72 8,74 4,13 10,57 100,00

Fuente: Elaboración propia con base en Manzano, 2015

Por un lado, según Manzano (2015), la información del 2012 sobre el empleo según actividad económica, muestra que en términos absolutos, este componente está principalmente concentrado en cuatro sectores: el comercio, la industria manufacturera, la construcción, los restaurantes y hoteles y la intermediación financiera, que representaron el 66% del total de población ocupada de la región, aunque se evidencia la preponderancia relativa de ciertos sectores como el comercio (22,41%) y la industria manufacturera (12,03%), e incluso el sector de la agropecuaria representó el 8,53% del total de la población ocupada de la región (43.741 trabajadores). Por otro lado, según Zegada (2014), las actividades de servicios en un sentido amplio (otros servicios, administración pública, servicios públicos y servicios financieros), ocupan al 50% de las personas trabajadoras del AMC. Y, si se toma los servicios en un sentido más amplio e incluye en ellos al comercio, esta proporción aumenta al 75,30% y, aún más, si se amplía su alcance al transporte, aumenta al 82,20%. Gráfico N° 48: Área Metropolitana de Cochabamba: Estructura del empleo por sectores de actividad económica (2013)

Fuente: Elaboración propia con base en Zegada, 2014

La distribución del empleo según condición de trabajo o categorías ocupacionales, permite medir la 174


importancia que tiene el componente de trabajadores por cuenta propia, dada su directa asociación con el empleo informal y el subempleo. Así, los trabajadores por “cuenta propia” representaron en 2012 en la región el 46,25% de la población ocupada, que de acuerdo a datos del INE, fue el componente laboral metropolitano de mayor crecimiento durante el último periodo intercensal (aproximadamente 4%), fenómeno que denotó la existencia de una visible tendencia de “precarización” del empleo metropolitano en Cochabamba. Para Zegada (2014), desde la perspectiva de las categorías ocupacionales, por una parte, resalta el predomino de los trabajadores por cuenta propia (TPCP) que son el 55,2% de los trabajadores del AMC. Y, si se añade a éstos los profesionales independientes (8%), la proporción de trabajadores que no están en relación de dependencia laboral llega al 63%. Por otra parte, los trabajadores asalariados alcanzan al 32,5%, tanto empleados como obreros quienes no han podido ser diferenciados por las características de la información. En todos los sectores económicos predominan los TPCP, con excepción del sector de administración pública, servicios públicos y servicios financieros en el que los asalariados llegan al 52,2%, tratándose de empleados públicos y del sector privado que se hallan en relación de dependencia laboral y que, posiblemente, gozan de seguridad social, jubilación y derechos laborales. Los TPCP son especialmente notorios en los sectores de comercio (83%), transporte (62,5%) y otros servicios (51,4%). Los asalariados, destacan en la administración pública, servicios públicos y servicios financieros y en el sector de manufactura, energía y construcción donde llegan al 42,2% de los trabajadores. Gráfico N° 49: Área Metropolitana, Estructura del empleo por categoría ocupacional (2013)

Fuente: Elaboración propia con base en Zegada (2014) Cuadro N° 23: Área Metropolitana, Empleo por categoría ocupacional según sector de actividad (%) CATEGORÍA OCUPACIONAL Obrero-empleado Trabajador cuenta propia Patrón-empleador Profesional independiente Otro TOTAL

Agricultura 35,7% 50,0% 0,0% 7,1% 7,1% 100,0%

SECTORES DE ACTIVIDAD Manuf., Adm., Otros energía, serv. púb. Transporte Comercio servicios construc. y financ. 42,2% 52,2% 20,8% 10,2% 35,5% 48,9% 29,9% 62,5% 83,0% 51,4% 4,4% 1,5% 4,2% 2,3% 0,0% 4,4% 14,9% 4,2% 3,4% 10,3% 0,0% 1,5% 8,3% 1,1% 2,8% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%

No sabe

Total

66,7% 32,5% 0,0% 55,2% 0,0% 1,7% 0,0% 8,0% 33,3% 2,6% 100,0% 100,0%

Fuente: Elaboración propia con base en Zegada (2014)

Tendencialmente115, la estructura sectorial ha variado notablemente. Tres sectores registran un 115

Los resultados de la Encuesta Metropolitana 1/2013, se aproxima a las tendencias desde dos perspectivas: Los cambios en categorías ocupacionales y los sectores vistos desde las categorías ocupacionales y los sectores de actividad laboral del “jefe de la familia del trabajador cuando éste tenía 14 años” y los cambios en las categorías ocupacionales y los sectores de actividad

175


aumento considerable en el empleo: comercio-transporte (del 17% al 32%), otros servicios (del 23% al 31%) y administración pública, servicios públicos y servicios financieros (del 14% al 19%) que en definitiva engrosan a los servicios. Mientras tanto, el empleo en los sectores de la producción a disminuido en el sector agrícola considerablemente (del 26% al 4%) y levemente en el de manufactura, energía y construcción (del 14% al 13%). VI.1.3. El Municipio de Cochabamba Cochabamba, como departamento y como ciudad, ha sido y es todavía el escenario de las primeras experiencias de planificación llevadas a cabo en Bolivia, tanto en el campo de la planificación regional como en la planificación urbana. La ciudad de Cochabamba bajo el nombre de Villa de Oropeza fue fundada en 1572 (primera fundación) por el Capitán Jerónimo de Osorio a causa de las minas de plata en Potosí, pues, los valles podían producir trigo (españoles) y maíz (indígenas), en la época prehispánica era conocida como el “Granero del Inca”. A partir de esta fundación, Osorio creó el Cabildo de Justicia y Regimiento e instauró la denominada Casa del Pueblo o Ayuntamiento Municipal, murió cuando cumplía funciones de Alcalde Ordinario de la Villa (1573). En 1786, por orden del rey de España Carlos III, la que hasta entonces era conocida como Villa de Oropeza, cambia de nombre por el de Cochabamba 116. El mencionado monarca instruyó que en adelante la villa fuera denominada Ciudad “leal y valerosa” de Cochabamba y obsequia la actual fuente de agua ubicada en la Plaza de Armas “Las Tres Gracias” (fuente conmemorativa), ello por haberse distinguido en la represión de los alzamientos indígenas de 1781. Más adelante, el 9 de octubre de 1855, se creó la Provincia Cercado como unidad administrativa del Departamento de Cochabamba. Esta provincia estaba conformada por una sola Sección Municipal (Municipio de Cochabamba) y dos cantones: Santa Ana de Cala Cala (Norte) y San Joaquín de Itocta (Sur). La decadencia paulatina de la minería potosina (1650), tiene efectos en los valles de Cochabamba, provoca la pérdida de un importante mercado de consumo, la caída en los precios de los cereales tiene consecuencias nefastas en varias haciendas. En 1710 las grandes cosechas dejan de ser atractivas para las haciendas, los precios rebajaron hasta un 1/3, además y lo peor, no se tenía claro a quién vender. De manera general, la decadencia de la minería de la plata provocó los siguientes efectos en los valles: 1º La expulsión de los yanaconas de las haciendas, desintegrándose el sistema de yanaconazgo por no existir demanda de ellos; 2º Un importante conjunto poblacional de origen indígena se asienta en los alrededores de las haciendas, no retornan a sus tierras de origen, ya que, no les interesaba producir en sus propias tierras por los severos tributos 117 existentes a los ayllus (la sociedad colonial era profundamente racista). Además, la mayor parte de los indígenas yanaconas eran fugitivos de sus ayllus por no pagar tributo o no ser reclutado para las minas; 3º Los ex yanaconas no se liberaron del tributo, pero, ellos al tener las tierras arrendadas de los hacendados, decidían el producto de cultivo y la venta como si fuesen trabajadores libres. De esta manera, surge un proceso paulatino de control en todo el circuito de producción y comercialización por parte de los ex yanaconas. Aquí es donde surgen las “ferias” como sistema de venta de sus productos —sistema laboral respecto a categorías ocupacionales y los sectores de una “actividad laboral anterior del trabajador”. La primera muestra tendencias en un plazo de tiempo más largo, la segunda en un plazo más corto. 116 El nombre de Cochabamba proviene de la traducción española del quechua K’ochapampa, que quiere decir lugar anegadizo, literalmente “llanura de charcos”, debido a que antiguamente este territorio fue lleno de vertientes de agua, lagunas, pantanos y ríos que poco a poco se secaron. Hoy apenas quedan muestras de aquella abundancia de agua como el recuerdo de la laguna Cuellar, hoy parte del Estadio Félix Capriles, o la zona de Queru Queru. 117 Bajo este contexto, surge la interrogante de ¿cómo sobreviven los ex yanaconas si no retornan a sus tierras y, los encomenderos si ya no existía el auge potosino? Brooke Larson afirma que tras la decaída de la minería potosina, también disminuyeron los tributos o regalías a la corona española, situación que no podía ser sostenible, hecho que motivó la intensificación del sistema tributario a través de un repartimiento y venta forzosa de productos manufacturados en España e innecesarios para los indígenas (por ejemplo, cartas geográficas, libros, tinteros, etc.), además de ser vendidos a precios desmesuradamente elevados. Los encargados de la venta de los productos fueron los corregidores, dichos puestos eran rematados públicamente entre los hacendados, muchas veces el precio del cargo no era cubierto por las ganancias, por lo que, muchos hacendados llegaron a perder sus tierras, en algunos casos las empeñaban para obtener el puesto y, en otros casos, las arrendaban a los ex yanaconas o las vendían fraccionándolas.

176


económico que caracterizaría a los valles hasta el día de hoy—; 4º El crecimiento del sistema ferial (de pequeños productores) provoca que los indígenas demanden evadir los excesivos tributos impuestos, para esto se declaran mestizos (los mestizos no pagaban tributos), por lo tanto, los comerciantes requerían empaparse de la cultura hispánica (hablar castellano). Según Francisco de Viedma (1793), en este periodo los “mestizos y cholos” en Cochabamba crecieron rápidamente en número y actividades, el 80% de la población en la ciudad eran mestizos (declarados mestizos por ellos mismos) (López, 2012). El asentamiento fundacional fue el eje histórico de la futura expansión urbana, inicialmente hubo un lento y casi nulo crecimiento de la ciudad aproximadamente hasta el año 1900. A partir de 1936 y especialmente durante la década de los 40 se produce el “primer proceso” de migraciones campociudad hacia el centro urbano de Cochabamba que reconfiguran y densifican la antigua estructura urbana todavía existente desde la colonia. Este crecimiento se dio especialmente posterior a la guerra del Chaco (1932-1935). Según Jorge Urquidi, esta población en un principio se ubicó en los edificios del “casco viejo” (densificando esta área), luego se asentaron gradualmente hacia las zonas Sud-Este y Sud-Oeste principalmente, por lo tanto, en esta decenio se produce la mayor crisis habitacional en la ciudad, un indicador de esta situación fue el incremento en el número de conventillos. No obstante, en este periodo se incrementó la construcción de nuevas viviendas, ocasionando un crecimiento urbano sin definición del trazo urbano (aproximadamente se edificaban 100 viviendas al mes). El crecimiento se presentó alrededor del centro histórico y desbordando el rio Rocha hacia el Oeste, ocupando espacios en los contornos con leves tendencias hacia el Norte (estratos socio-económicos altos) y Sur (estratos socio-económicos bajos). Entre los años 1946 y 1951, se elaboró el denominado Plan Regulador de la Ciudad de Cochabamba, publicado en 1953. Fue concebido como instrumento técnico de inducción a la modernidad y el desarrollo, se expresó en un Plano Regulador para la ciudad (1961) que plasmaba las decisiones de extensión de la mancha urbana, incluyendo áreas que hasta el momento se habían caracterizado por su comportamiento rural, lo que impulsó directamente la conversión de tierras agrícolas y semiagrícolas a urbanas. Mapa N° 9: Ubicación del Municipio de Cochabamba

Fuente: Instituto de Investigaciones de Arquitectura (UMSS-FACH), 2014

A partir del año 1960, la expansión de la ciudad presenta un nuevo eje hacia el Este y Oeste direccionado por los “ejes de conurbación”, vías fundamentales que vinculan el Departamento de Cochabamba con los departamentos de Santa Cruz de la Sierra (al Oriente) y Oruro-La Paz (al Occidente). La conurbación pasa por los municipios de Sacaba, Cochabamba, Tiquipaya, Colcapirhua, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe, respectivamente de Este a Oeste, hasta mediados de la década de los 70, el crecimiento físico-espacial siguió lentamente en su proceso. A partir de 1975 a 1985 aproximadamente (periodo también coincidente con el boom de la coca-cocaína en el Trópico de Cochabamba), comenzó un “segundo proceso” de crecimiento de la mancha urbana provocado por 177


una fuerte migración (interdepartamental) a causa de una considerable relocalización de trabajadores mineros de la zona andina (caída del Estaño), pero además, a esto siempre estuvo ligado, como atractor, el clima benigno o templado de los valles de Cochabamba. Este proceso se caracterizó por la agudización de problemas sociales como la segregación espacial y la falta de previsión de espacios planificados para la ubicación de zonas de vivienda popular, aspectos que superaron los límites físicos y lineamientos estratégicos planteados en el Plan Regulador y obligaron a la Alcaldía Municipal de Cochabamba a elaborar el denominado “Plan Director” aprobado el 16 de julio de 1981. Ninguno de los planes anteriores tomó en cuenta la participación de los habitantes de la ciudad como fuente fundamental de incertidumbre y desequilibrio en los sistemas urbanos, haciendo caso omiso de las distintas formas de apropiación de la ciudad, de la diversidad de actores/as que interactúa en ella, con intereses y necesidades diferenciadas. El plan director ideado para 30 años, colapsa a principios de los años 90, y a partir de este año, se deja definitivamente de elaborar este tipo de planes (López, 2012). El movimiento migratorio entre 1976 y 1992, provocó un incremento de población de 207.138 a 407.825 habitantes, duplicando la población así como la ocupación del suelo, este escenario presentó nuevas características y condiciones en la conformación de la Ciudad de Cochabamba y consolidación de los ejes de conurbación Cochabamba-Quillacollo y Cochabamba-Sacaba. A mediados de la segunda década de los 2000, el área denominado “metropolitano”, en sentido estrictamente conceptual, todavía no alcanzaría a ser un “área metropolitana”, pero, los problemas socio-espaciales y la consolidación de anillos de periurbanización, corresponden en semejanza a las grandes metrópolis latinoamericanas. Mapa N° 10: Comunas y distritos en el Municipio de Cochabamba (Mapa actual, 2016)

D13 D2

Comuna Tunari

D1 D12

D3

Comuna Zamudio D11

Comuna Molle

D10 D4 D6 D5

Comuna V. Hermoso

D7 D8

D14

D9 Comuna A. Calatayud

Comuna Itocta

Fuente: http://www.cochabamba.bo (2017)

En 1993, la Alcaldía Municipal de Cochabamba actualiza el Plan Director con la elaboración de la “Estrategia de Desarrollo Urbano” y, en 1994, con la distritalización del territorio municipal, por disposición de la Ley de Participación Popular, se inició un nuevo proceso de planificación bajo una metodología participativa destinada a formular los Planes Municipales de Desarrollo Distrital. En 1995 se elaboró el PMDD del distrito 9; en 1996 los correspondientes a los distritos 2 y 7; entre 1997 y 1998 178


los de los distritos 4, 5, 6 y 8; en 1999 el del distrito 1 y en la gestión 2000 los distritos 3, 10, 11 y 12. Todo este proceso, con el objetivo de fortalecer la descentralización administrativa territorial. A partir del 2001 se crearon las Sub-Alcaldías estando conformadas por los distritos municipales y sus respectivas Casas Comunales, donde se realizan los trámites de administración urbana. El detalle de la conformación de las 6 Comunas Municipales, son: Comuna Tunari (Distritos 1, 2 y 13), Comuna Molle (Distritos 3 y 4), Comuna Alejo Calatayud (Distritos 5 y 8), Comuna Valle Hermoso (Distritos 6, 7 y 14), Comuna Itocta (Distrito 9) y Comuna Adela Zamudio (Distritos 10, 11 y 12). Al finalizar el año 2007, se concluyeron todos los planes distritales, según los antecedentes de sus memorias, “el enfoque y la metodología de estos planes, no sólo se desarrollan dentro de los márgenes de la planificación física, sino dentro de la construcción integral del desarrollo sostenible distrital, con la participación de hombres y mujeres de los distritos involucrados y en concordancia con las determinaciones de la Ley de Participación Popular”. Finalmente, en el año 2014 el documento “Plan Estructural de Ordenamiento y Proyecto Territorial” elaborado por el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, sintetiza a través de un esquema síntesis la problemática del territorio del municipio. Diagnóstico operativo del territorio urbano Es importante contar con una aproximación creativa a la situación general del municipio — incluso de la región— para poder comprender (no explicar) la realidad del territorio, en este caso, no se trata de un diagnóstico tipo catastro (detallado en extremo), sino y al contrario, a partir de información y elementos que permitan percibir las actuales dinámicas territoriales en el municipio. a) Zonificación y estructura espacial urbana del Municipio de Cochabamba El territorio urbano del Municipio de Cochabamba a partir de la estructura espacial urbana está dividido en tres zonas visiblemente diferenciadas: -

-

-

Zona Norte (distritos 1, 2, 3 y 12), de tipo residencial articulada históricamente al centro de la ciudad, en esta zona está ubicado el Parque Nacional Tunari (Distrito 13). Según el Censo 2012 y el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, la población total de los distritos es de 226.309 habitantes, representa el 33,54% del total poblacional del municipio. Zona Central (distritos 4, 10, 11 — y parte del 3 y 12—), de tipo administrativo-institucional, comercial, servicios y residencial, está conformada por el casco viejo, zona Oeste (residencial) y zona Este (residencial), las principales características de esta zona es la existencia de una centralidad histórica y funcional al resto territorial (monocéntrica), además, la existencia en la trama urbana de hitos naturales que actualmente están desatendidos con fuertes conflictos socio-ambientales (lagunas, río y colina). La población de los tres distritos es de 109.902 habitantes, representa el 16,29% del total poblacional. El total de población de las zonas Norte y Central representa el 49,83% del total municipal. Zona Sur (distritos 5, 6, 7, 8, 14 y 9), de tipo residencial (aglomeración urbana), está caracterizada por la ubicación inconexa de equipamientos, vías y servicios, además, la existencia de una serranía en la parte central (actualmente en proceso de urbanización), es un hito natural que aparentemente contribuye a la fragmentación territorial. En esta zona no existe una centralidad que articule el emergente asentamiento poblacional (mayoritariamente migrante) y servicios o equipamientos. La población de esta zona es de 338.535 habitantes, representa el 50,17% del total poblacional del municipio. Sin embargo, esta zona, puede subdividirse en dos segmentos: por una parte (Sur 1), la zona que corresponde a los distritos urbanos (5, 6, 7, 8 y 14) con una población de 219.104 habitantes (32,47%) y; por otra parte (Sur 2), la zona del distrito rural (9), en años anteriores fueron aprobados 3 enclaves urbanos en su interior, actualmente tiene uso mixto rural-urbano. La población es de 119.431 habitantes (17,70%).

179


Mapa N° 11: Municipio de Cochabamba, Síntesis problemática

Fuente: GAMC, 2014

180


Mapa N° 12: Municipio de Cochabamba, zonificación y estructura espacial urbana (Norte, Centro y Sur)

Fuente: Elaboración propia Mapa N° 13: Municipio de Cochabamba, zonificación funcional del área urbana

Fuente: Elaboración propia

181


Mapa N° 14: Municipio de Cochabamba – Distrito 9, detalle de enclaves urbanos (Mapa 2016)

Fuente: Elaboración propia

b) Configuración urbana del Municipio de Cochabamba Al anterior acápite, corrobora la información de la ubicación de las edificaciones de 4 plantas a más, la ubicación de las redes de transporte público y la ubicación de los servicios financieros y bancos (incluidos los cajeros automáticos), expresa la actual configuración urbana del municipio y las posibles tendencias territoriales. Mapa N° 15: Municipio de Cochabamba, Ubicación de edificaciones en altura (4 plantas a más)

Fuente: Elaboración propia con información 2014

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La configuración muestra el inicio de una reestructuración del territorio urbano con implicancias municipales, es decir, la zonificación histórica y eminentemente estática vigente hasta los años 90 (centro histórico consolidado y monocéntrico funcionalmente), está en proceso de transformación por las nuevas dinámicas territoriales emergentes en la ciudad, algunas de tipo cuantitativas (demográfico, económica y transporte) y cualitativo (estigmas socio-espaciales e imaginarios). Esto sucede sin previa planificación territorial, ya que, el municipio carece tanto de un Plan de Ordenamiento Territorial como de un Plan de Ordenamiento Urbano. La zona Sud ha empezado a adquirir protagonismo político (expresado en las diferentes contiendas electorales con preferencia al partido gobernante, MAS) y organizacional (OTBs y juntas vecinales) a partir de la emergencia de ciertas condicionantes que en un mediano plazo reclamará su autonomía como segunda sección municipal de la Provincia Cercado (Municipio de San Joaquín de Itocta). La actual realidad urbana está expresando el surgimiento paulatino de ciertas dinámicas hacia el surgimiento de una nueva centralidad en la zona Sud del municipio, las condicionantes que apoyan a esta emergente estructura espacial urbana, aparte de la existencia y construcción cada vez mayor de edificaciones en altura, son: densificación demográfica, consolidación de una red de transporte y la aparición reciente de una creciente red de servicios financieros y bancarios. Indudablemente, este conjunto de indicadores está correlacionado con la existencia de una fuerte dinamización del mercado de suelos e inmobiliario en el municipio. Sin embargo, estas circunstancias también manifiestan todavía la debilidad de las dinámicas económicas y la ausencia de una centralidad (monocéntrica o policéntrica) que integre y articule las dinámicas existentes en el territorio. Mapa N° 16: Municipio de Cochabamba, Red de transporte público

Fuente: Elaboración propia con base en información 2014

Demográficamente la población de la zona Sud ha superado el 60% del total municipal (ya cuenta con la cantidad necesaria de habitantes), esta población según el Censo del 2012 es predominantemente de origen migrante del país, con cierta preeminencia de los departamentos del Oeste (La Paz, Oruro y Potosí) y de las provincias rurales del departamento; el soporte material (edificaciones en altura) ha 183


iniciado un proceso de densificación y consolidación urbana; las redes de transporte público ya permitido la articulación interna de la zona y externa con el resto de la ciudad, incluso hacia una nueva conurbación con municipios vecinos urbanizados por el crecimiento de la mancha urbana de Cochabamba. El mercado inmobiliario, aunque todavía sea de tipo primario (venta de terrenos), está permitiendo la accesibilidad y densificación tanto de nuevos como antiguos barrios; asimismo, la dinámica de los alquileres también está fungiendo como atractor de nuevos habitantes jóvenes y; finalmente, aunque es de un proceso lento, las actividades económicas propias de la zona requieren de una estructuración y planificación a corto, mediano y largo plazo. Es necesario generar nuevas dinámicas económicas y potencializar las existentes. Estas condicionantes deben ser articuladas a través de la generación de una o varias nuevas centralidades y, que en conjunto, permitan el desarrollo urbano de la zona Sud y, con ello, su autonomía así como desean y expresan los dirigentes de las organizaciones sociales. Finalmente, ante la expresión de que Cochabamba es una “ciudad grande y extendida”, es pertinente considerar la definición de “ciudad”, pues, el hecho de que evidentemente se ha incrementado la mancha urbana con un aumento significativo de población, eso no implica, la generación de funciones y actividades y, más aún, que se genere procesos de desarrollo urbano en esas “aglomeraciones urbanas”. Un conglomerado o agrupamiento de residencias o casas, ya sea de estructuración orgánica o planificada, no corresponde a lo que se define urbanísticamente como “ciudad”. Entonces, podría decirse que la zona Sud de Cochabamba está en proceso de construcción de ser ciudad. Mapa N° 17: Municipio de Cochabamba, Ubicación de servicios financieros y bancarios (Bancos, Cooperativas, Financieras y Cajeros)

Fuente: Elaboración propia con base en información 2014

c) Ubicación de equipamientos de comercio y salud-educación en el Municipio de Cochabamba Dentro el relevamiento y espacialización de datos del Municipio de Cochabamba, algunos a partir de su análisis, pueden constituirse en indicadores de dinámicas territoriales, por lo que, es necesario identificar y diferenciar su aplicabilidad en el análisis territorial. 184


Mapa N° 18: Municipio de Cochabamba, Ubicación de actividades comerciales (mercados)

Fuente: Elaboración propia con base en relevamiento 2016 Mapa N° 19: Municipio de Cochabamba, Ubicación de equipamientos de salud y educación en la zona Sud

Fuente: GEODATA Bolivia (2016)

Primero, en el caso de la ubicación de mercados públicos y privados, expresa la existencia de ciertas dinámicas económicas en la ciudad. Los mercados públicos están distribuidos de forma homogénea en el territorio, aunque también expresa y refuerza la centralidad existente en el municipio; en contraparte, los mercados privados (hipermercados o malls) están ubicados en la mayoría de los casos en la zona Oeste, la lógica de localización de estos equipamientos de comercio puede ser explicada desde las perspectivas económica y demográfica. Segundo, en el caso de la ubicación de los centros de salud y educación pública, por ejemplo en la zona Sud, la distribución en el territorio es notoriamente homogéneo, esto se explica por la política social de distribución de este servicio por parte del gobierno municipal, ya sea en la zona Norte o en la zona Sud la lógica de localización de estos servicios es desde una perspectiva social y accesibilidad 185


de la población. Por lo tanto, la ubicación y distribución en el territorio de estos equipamientos no obedecen a una dinámica económica, que al final y generalmente, es la que explica la localización de los equipamientos privados. d) Ubicación de aglomeraciones de actividades comerciales y servicios en el Municipio de Cochabamba Dentro la estructura espacial urbana de la ciudad, en este caso del Municipio de Cochabamba, algunas actividades económicas (comercio, servicios, etc.) se concentran o aglomeran sobre algunas rotondas, vías y manzanas, en algunos casos corresponde a la misma actividad y, en otros casos, a diversas actividades, conforman nodos que pueden ser denominados “microclústeres” urbanos. Asimismo, la lógica de localización de estas concentraciones al interior de la ciudad puede ser explicada desde diferentes perspectivas: económicas, demográficas, sociales, históricas, culturales, ambientales, etc. Por ejemplo, en la avenida San Martín, vía que atraviesa el centro urbano de la ciudad de Cochabamba y articula las dos zonas históricamente contrapuestas (Norte y Sur), existe concentraciones de actividades que solamente están ubicadas en la parte Norte o en la parte Sur, pero y también, existe actividades concentradas en ambas partes, pero responden a diferentes mercados poblacionales tanto en la oferta como en la demanda. Mapa N° 20: Municipio de Cochabamba, Avenida San Martín (centro de la ciudad)

Fuente: Elaboración propia con base en información 2016

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VI.2. RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DE LOS PLAN DE DESARROLLO EN EL MUNICIPIO DE COCHABAMBA VI.2.1. Plan estratégico de desarrollo municipal y planes municipales de desarrollo distrital en Cochabamba (PDM-PMDD) En el caso del Municipio del Cochabamba la planificación estratégica está dividida en dos tipos de planes: el plan estratégico de desarrollo municipal y los planes de municipales de desarrollo distrital (14 distritos: 12 urbanos, 1 rural y 1 forestal). Por una parte, el Plan Estratégico de Desarrollo del Municipio de Cochabamba, el último conocido y elaborado entre julio de 2000 y marzo de 2001 por la Alcaldía Municipal y la Cooperación Canadiense, es definido a sí mismo como el “conjunto de decisiones concertadas por los actores sociales e institucionales para provocar cambios sustanciales en el mejoramiento de las condiciones y calidad de vida de la población del municipio”. Sus principales componentes fueron: La visión, las directrices y las líneas de acción, las acciones estratégicas y, el plan de acción. Gráfico N° 50: Metodología de elaboración del Plan Estratégico

Fuente: Plan Estratégico de Desarrollo Municipal de Cochabamba, 2003

Según la memoria del plan, el carácter estratégico está determinado por la priorización del capital social y humano, y su finalidad es de generar compromisos compartidos de la conciencia social. La conciencia social es el conocimiento colectivo que tiene una sociedad determinada sobre su propia realidad, encadenadas en una secuencia temporal. Asimismo, intenta diferenciarse de los PDMs tradicionales al enunciar que el “Plan de Desarrollo Municipal” tiene como fundamento la demanda de los vecinos expresada por las OTBs cada cinco años, en cambio el “Plan Estratégico de Desarrollo Municipal” sistematiza dichas demandas identificando fortalezas y debilidades en un entorno de factores que influyen positiva y negativamente la solución de los macro-problemas que obstaculizan el desarrollo del municipio. La identificación de las acciones según directrices estratégicas es el resultado del diagnóstico, del análisis FODA y los talleres participativos. El “Plan” implica estrategia, plan a mediano plazo y plan operativo, por tanto, la planificación está integrada por la estrategia, por las metas, por objetivos concretos y por las medidas y acciones destinadas a hacer reales esos objetivos. Para formular una estrategia se necesita un análisis riguroso de viabilidad (opciones). Toda estrategia se apoya sobre dos elementos básicos: la definición de una “imagen prospectiva” del funcionamiento del sistema económico y social y la “determinación de la trayectoria” o sea de las acciones o proyectos estratégicos. Toda estrategia planeta una cadena de acciones y reacciones y también plazos para decidir acciones y alcanzar reacciones. Los plazos tiene otro sentido en el concepto de estrategia (no son fechas para alcanzar metas) son cálculos flexibles de tiempo estimado para que se produzcan los efectos de una etapa de la trayectoria. La Visión, “Cochabamba: el Municipio Jardín, hogar de todos, solidario, participativo, informado y próspero, con igualdad de oportunidades, respetuoso de sus Culturas y del Medio Ambiente”, fue 187


construida en talleres con representación intersectorial y consensuada en el Comité de Planificación Estratégica, dio lugar a seis directrices estratégicas: 1º Gestión pública, democrática y participativa; 2º Democratización de la información y la comunicación; 3º Economía dinámica, articulada local y regionalmente; 4º Equidad social, de género y generacional; 5º Afirmación de la identidad pluricultural y los valores éticos y; 6º Preservación y control ambiental y territorial. Gráfico N° 51: Visión y directrices estratégicas

Fuente: Plan Estratégico de Desarrollo Municipal de Cochabamba, 2003

Para cada una de las directrices se han identificado las líneas de acción y acciones correspondientes, por ejemplo, para la Directriz VI de preservación y control ambiental y territorial, las líneas de acción y acciones, son: Línea de acción a): Sensibilización de la población en temas ambientales. Acciones: - Realizar campañas de sensibilización y capacitación ciudadana en temas ambientales, preservación del patrimonio natural, áreas protegidas, desarrollo forestal y agropecuario del municipio; a partir de las OTB’s y en coordinación con Universidades, ONG’s e instituciones públicas y privadas. Línea de acción b): Aprovechamiento ordenado y sostenible del territorio. Acciones: - Elaborar participativamente el Plan de Ordenamiento Territorial (PLOT), el Plan de Uso del Suelo (PLUS) y sus instrumentos, con enfoque desconcentrado y orientado a la creación de nuevas centralidades; en mancomunidad con los Municipios vecinos. - Definir de manera concertada, el uso y destino de los espacios estructuradores de la trama urbana y la localización de los grandes equipamientos que necesita la ciudad, como: Estación Ferroviaria, Gran Mercado de Ferias, Centro Cívico, Terminal de Transporte Interprovincial y otros. - Resolver de manera concertada los asentamientos irregulares en las áreas del Parque Nacional Tunari, el Distrito Agrícola Nº 9 y otros lugares del territorio, preservando los derechos de las comunidades campesinas y las definiciones esenciales de la creación de las áreas protegidas, para garantizar el desarrollo sostenible de la región. - Ampliar la cobertura de los servicios de infraestructura básica y equipamientos sociales, priorizando a las áreas periféricas habitadas por población de menores recursos; de acuerdo a los lineamientos del PLOT y la ejecución del Proyecto Múltiple Misicuni. Línea de acción c):

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Protección de los recursos naturales, sitios de calidad de paisaje y áreas de valor ambiental Acciones: - Ejecutar programas de forestación intensiva en los espacios públicos, tierras fiscales y de vocación forestal, con la comunidad y las instituciones, para incrementar el volumen de la masa vegetal en la ciudad y el municipio. - Diseñar participativamente un Plan de prevención y atención oportuna de riesgos, para evitar y afrontar de manera organizada las amenazas naturales y provocadas. - Concertar de manera mancomunada con los municipios vecinos, formas sostenibles para el tratamiento, disposición final y posibilidades productivas de los residuos sólidos (destino final de K’ara K’ara), las aguas residuales, la contaminación del río Rocha y otros casos de deterioro ambiental.

Sin embargo, a pesar de haber sido una innovación el enfoque y la metodología de elaboración de este plan, no se consideró la capacidad financiera y de gestión del municipio, por lo que, muchos de los objetivos no se cumplieron, diluyéndose en el tiempo su aplicación y vigencia; para el año 2014, el plan estratégico de desarrollo municipal está segmentado a las unidades de gestión institución de la alcaldía, así por ejemplo de la unidad de auditoria, entre otros. Por otra parte, los Planes Municipales de Desarrollo Distrital fueron encarados en varias etapas, en una primera etapa se elaboraron entre 1996 y 2000 doce planes, posteriormente, el año 2007 se elaboró a través del Instituto de Investigaciones de Arquitectura (UMSS) 14 planes. Estos últimos, debían cumplir los siguientes objetivos: fortalecer la presencia del Gobierno Municipal en cada Distrito, mejorar los índices de desarrollo social y humano con equidad social, de género y generacional y promover la inserción de recursos financieros para activar la producción y generación de empleos e ingresos. A la fecha, la provincia Cercado cuenta con nueve Planes Municipales de Desarrollo Distrital (PMDD). Los PMDDs (2008-2012), también están constituidos con enfoque y metodología de los planes estratégicos de desarrollo municipal, el contenido de estos planes tiene la siguiente estructura: Diagnóstico - Eje territorio y medio ambiente - Eje desarrollo humano y social - Eje económico productivo - Eje desarrollo organizativo e institucional - Síntesis de macro-problemas y potencialidades Propuesta - Visión distrital - Objetivos y políticas - Programación y proyectos - Estrategias de implementación - Conclusiones y recomendaciones

Los diagnósticos están desarrollados en cuatro ejes, el primero, referente al territorio y medio ambiente, hace hincapié en la parte geográfica y medio ambiental, y no así, a la territorial propiamente que superficialmente es referida, el resto de los ejes, son más de tipo sectorial con sus diferentes conclusiones individuales. Las propuestas manifiestan el objetivo de “desarrollar sub centros comunales, distritales y/o barrio, con un criterio claro de dotar y acercar los equipamientos a la población”. En este sentido, las prioridades en la formulación de estos planes, fue favorecer el emplazamiento de equipamientos y servicios urbanos, principalmente de abastecimiento, salud, educación, cultura, asistencial, institucional y otros del sector servicios. “Se trata de enclaves y ejes de desarrollo; centros vitales articulados a los itinerarios ecológicos y de transporte de integración barrial, distrital comunal y municipal”. VI.2.2. Plan Municipal de Ordenamiento Territorial de Cochabamba (PMOT) El proceso de elaboración del Plan Municipal de Ordenamiento Territorial en Cochabamba se ha iniciado el año 2002 y terminado con un diagnóstico que no fue aprobado; posteriormente, en el año 2004 y luego el 2007, es retomado el proceso de elaboración del PMOT resultando dos versiones de diagnóstico y propuesta, ambos tampoco fueron aprobados —pero, si hubo un avance significativo en 189


la recopilación y actualización de información— y; finalmente, el año 2009, a través de una nueva consultoría, el documento final del PMOT es aprobado sólo por el Concejo Municipal, sin embargo, en mayo de 2011, en el inicio de una nueva gestión municipal, es anulado la aprobación por otra ordenanza. En la introducción del último documento, los autores manifiestan que su elaboración correspondió para un municipio especial predominantemente urbano, que el uso y la ocupación están estrechamente vinculados, por ello no fue posible seguir estrictamente las sugerencias de la Guía Metodológica para este tipo de planes, por lo que, el resultado es de innovación y aporte a los procesos territoriales de planificación. Los argumentos utilizados por los técnicos para la anulación del documento fueron los siguientes: No presenta propuestas claras para establecer una visión de Cochabamba a futuro; Propone la incorporación al crecimiento de la mancha urbana de los distritos 9 y 13, ambos protegidos por leyes nacionales para usos de suelo agrícola y de reserva natural; Fuerza una proyección de Cochabamba eminentemente urbana a pesar de que existe una identidad de la ciudad relacionada con el potencial agrícola y la calidad de vida respecto a lo ecológico; La propuesta presentada es de diagnóstico, pero no de un plan claro; No presenta propuestas sobre el proceso de urbanización y tendencias actuales que son insostenibles (las urbanizaciones más conflictivas son las creadas por los loteadores porque es “imposible” de abastecerlos con servicios por la disposición y la baja cantidad de viviendas en los terrenos urbanizados); No propone revertir la visión actual de la ciudad de ser prestadora de servicios; No propone la participación social e institucional a través de “pactos urbanos” y; finalmente, el PMOT no está fundamentada “socialmente ni espacialmente”, carece de un análisis de los principales elementos en relación a los que gira la ciudad y que tienen que ser puestos a consideración de la ciudadanía para proponer políticas o proyectos a mediano y largo plazo. Entre los aspectos sobresalientes de la memoria, el documento expresa dos problemas transversales: a) el acceso al suelo y a la vivienda, porque el municipio es predominantemente residencial, comercial y de servicios y; b) la perspectiva medioambiental de compromiso con las generaciones futuras y responsabilidad social en la gestión del municipio. Así también, destaca, que a diferencia de anteriores herramientas de planificación, no se sostiene en macro-proyectos que no caben en sus competencias, jurisdicción y posibilidades de control, como hace décadas fueron el Parque Industrial de Santiváñez y el Proyecto Múltiple Misicuni (hidroeléctrico). Metodológicamente el PMOT propuso articular tres componentes: a) el suelo y los recursos naturales, b) los diversos grupos de interés y, c) lo político institucional liderado por el Gobierno Municipal. Se hizo énfasis en las relaciones que se entablan entre estos dos últimos sobre el suelo y se definieron los criterios básicos de equilibrio en las relaciones de ocupación del suelo actual y futuro, con el propósito de generar condiciones técnicamente viables y económicamente financiables para alcanzar el bienestar general de los residentes, con cohesión social y territorial. Para superar la descoordinación edil entre los distintos instrumentos y niveles de gestión del territorio, el PMOT propuso ser complementario con el Plan Estratégico Institucional (PEI) y con los Planes Municipales de Desarrollo Distrital (PMDD) del 2007 actualizados, que detectan las potencialidades de cada distrito y se integrarían al PMOT justificando los criterios de intervención territorial, los avances de la mancomunidad y los acuerdos interinstitucionales y cívicos. El proceso estratégico que condujo la propuesta del PMOT fue el reconocimiento de que el ámbito municipal es un escenario múltiple de procesos políticos, en el que intervienen actores diversos con intereses complejos, a veces coincidentes y otras veces divergentes. Las acciones de estos grupos de interés y presión afectan los recursos naturales y construidos; por ello, el PMOT propuso la mejor manera de protegerlos y usarlos racionalmente para reconducir la ocupación y uso del territorio (urbano/rural) mediante nuevas normas y recursos técnicos desde una perspectiva sostenible. Un componente central de esta estrategia fue la voluntad política de hacer gestión municipal basada en compromisos ciudadanos, creando redes institucionales, logrando acuerdos de mutua colaboración 190


con el Gobierno Municipal que faciliten procesos de consulta permanente, ámbitos de información y concertación, sobre el cálculo de los beneficios y los riesgos derivados de las inseguridades físicas, humanas y ambientales y los mecanismos para enfrentar cualquier crisis que venga de fuera. Este aspecto de la planificación participativa le entrega el necesario carácter perfectible a esta herramienta principal de planificación. El PMOT estaba compuesto de dos partes: primero, el diagnóstico y análisis del territorio que culmina en macro-problemas y, segundo, las propuestas. Todo el documento está estructurado en 8 secciones: 1º La primera de introducción, revisa los procesos históricos de planificación en el municipio; 2º La segunda describe 3 componentes: a) espacio geográfico y recursos naturales; b) social y grupos de interés (la población) y c) político institucional (órgano público); 3º La tercera y las siguientes se ocupan de las interrelaciones entre los componentes anteriores y parte del análisis del sistema inmobiliario, el uso privado del suelo y el sistema regulatorio municipal; 4º La cuarta evalúa el espacio público y los grupos de interés, el uso del suelo público, la privatización de espacios y las inversiones municipales; 5º La quinta se ocupa de la gobernabilidad municipal, el uso dominante del suelo y el sistema de riesgos ambientales y sustentabilidad; 6º La sexta presenta los macro-problemas del municipio y los problemas intermunicipales; 7º La séptima presenta los principios éticos, técnicos y de gestión del PMOT y las visiones del municipio desde la ciudad jardín hasta Cochabamba única y; 8º La octava y última sección presenta la propuesta que inicia con las bases para el OT; el sistema de políticas, la zonificación (primaria, secundaria y terciaria) que territorializa las políticas y se expresan en el Plan fusionado de Uso y Ocupación del suelo, el mismo que, luego de ser aprobado, se complementaría con: un plan de inversiones quinquenales con programas y proyectos, un plan de ejecución progresiva del PMOT y, nuevas normas de urbanizaciones y construcciones. Ampliación de la mancha urbana (Distrito 9) El Distrito 9 se encuentra al Sur-Este de la ciudad de Cochabamba, administrativamente es el distrito agrícola dentro del Municipio de Cochabamba, sin embargo, física y funcionalmente corresponde a una zona periurbana (del área metropolitana), abarca casi la mitad de la extensión municipal con una superficie de 144,03 kilómetros cuadrados (14.403,71 hectáreas), limita al Norte con los distritos 4 y 5, al Este con el distrito 8, y al Sur y Oeste se encuentran los límites municipales. Según datos del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba (Periódico Opinión, 24 de marzo de 2013), en el año 2000 el área urbana aproximada del municipio ocupaba 8.244 hectáreas, en el año 2012, ésta área se incrementó a 13.944 hectáreas, siendo el 45% de la superficie total municipal (309,32 kilómetros cuadrados). La misma fuente señala que para el año 2000, en el Distrito 9 la mancha urbana ocupaba 369 hectáreas, y en diez años esta cifra creció en 469%, hasta alcanzar 2.101 hectáreas. El Distrito 9 tiene un área total de 14.403 hectáreas, dividida principalmente en una zona con presencia de serranías que abarcan aproximadamente el 60% del territorio en superficie, es decir, 8.642 hectáreas y una zona baja o valle que abarca el 40% restante, es decir, 5.761 hectáreas, de las cuales la zona potencialmente agrícola con suelos moderadamente fértiles abarca solamente 3.668 hectáreas referidos fundamentalmente a la producción de forraje para el ganado lechero de La Maica y Azirumarca (25% del total distrital). Asimismo, el Distrito 9 ha tenido un crecimiento poblacional de 258% entre los censos de 2001 (46.268 habitantes) y 2012 (119.431 habitantes) debido a la migración de población de bajos ingresos de áreas rurales, otras zonas de la ciudad y del interior del país (región andina). Algunas comunidades y asentamientos han pedido al Gobierno que haga una reclasificación del uso de la tierra, ya que existen asentamientos con más de 15 años. Asimismo y paradójicamente, la Comunidad María Auxiliadora ha estado defendiendo su derecho a la Titulación Colectiva de la propiedad por más de 10 años, sin resultados concretos a la fecha.

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A causa de la consolidación de varios asentamientos y a solicitud de los vecinos, se han aprobado al interior del distrito tres polígonos o enclaves urbanos: “A”, “B” y “C”. A partir de la Resolución Suprema Nº 12196 del 10 de junio de 2014 emitida por el Ministerio de Planificación del estado plurinacional de Bolivia se homologó el polígono “A” con base en la Ley Municipal Nº 0024/2014 del 14 de marzo de 2014, considerando este sector como “Área Urbana – Área de Regulación Urbana Principal del Municipio de Cochabamba”, este polígono abarca el 27% del total de la superficie de este distrito. El polígono “C” con base en la Resolución Suprema Nº 13094 del 6 de octubre de 2014 se homologó la Ordenanza Municipal Nº 4619/2013 del 17 de septiembre de 2013, considerando este sector como “Área de Regulación Urbana – 1º de Mayo Popular”. El polígono “B” con base en la Resolución Suprema Nº 16442 del 30 de septiembre de 2015 se homologó la Ordenanza Municipal Nº 4787/2014 del 17 de enero de 2014, considerando este sector como “Área de Regulación Urbana – TamboradaPucarita”. Sobre la base del Polígono “A” se ha planificado el Plan Especial de Detalle PED-T33 (33 asentamientos beneficiados). El año 2014 mediante Decreto Municipal N° 009/2014 del 14 de mayo de 2014 se reglamenta con el objetivo de establecer las normas técnico-legales y administrativas a las que se sujetarán todas las propiedades existentes al interior del área de intervención, misma que involucra los sectores de Pampa San Miguel, K’ara K’ara, Arrumani y Circundantes, del Distrito N° 9, Subdistrito 32, Zona Valle Hermoso; cuyos límites son: al Norte con el Río Tamborada y Politécnico Militar, al Sur con el Área de Forestación y Preservación del Paisaje Natural de Arrumani, al Este con el Río Tamborada y el Área de Preservación Agropecuaria de Arrumani y; al Oeste con el Sector de Buena Vista. El proceso de aprobación de los tres enclaves urbanos, que ha durado aproximadamente 3 años, ha generado varios movimientos de protesta tanto para su aprobación como para su modificación; en el primer caso, ha habido manifestaciones de vecinos interesados en la aprobación del proyecto para obtener los títulos de propiedad de sus bienes inmuebles y acceder a servicios básicos y; en el segundo caso, pobladores dedicados a actividades agrícola-pecuarias protagonizaron varias protestas en la Plaza Principal, acompañados por sus animales de granja. Actualmente, existe disconformidad de algunos sectores que fueron afectados por la zonificación del uso de suelo (urbano, agrícola, forestal, etc.), pues, existen fuertes contradicciones entre lo planificado y la realidad territorial, al parecer, las propuestas han sido elaboradas “de arriba hacia abajo”, sin concertación social y verificación exhaustiva de los derechos y usos de las propiedades Plan Estructural de Ordenamiento y Proyecto Territorial (2014) El 27 de enero de 2015, se presentó por técnicos del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba el “Plan Estructural de Ordenamiento y Proyecto Territorial”, cuya elaboración demandó más de un año, diseña al municipio con un enfoque de “ciudad ecológica y verde” (diseño urbano a partir de la estructura verde o natural) para los próximos 20 años. A modo de diagnóstico se indicó que el municipio es una “ciudad mediana con problemas de ciudad grande”, crecimiento sin control, pérdida de áreas productivas y privatizadora de espacios verdes. Ante ello, el “fuerte” del documento es la propuesta con más de 32 proyectos de “diseño urbano” en diferentes áreas. Uno de los proyectos de impacto radica en la intervención del río Rocha con la construcción de piscinas y terrazas urbanas que cruzan el afluente a modo de puentes con servicios recreativos y gastronómicos; asimismo, plantea el emplazamiento de puentes peatonales en el río Tamborada y la utilización de los canales de riego como áreas de cultivo. En el área de movilidad urbana sugiere recuperar la Estación Central de Ferrocarriles y convertirla en un centro intermodal a nivel local, metropolitano y regional con estaciones de tranvía y corredores de ciclovías donde coexista con un parque urbano o bosque lineal. Además, de una red de ciclovías, transporte masivo y tranvía, donde los pobladores con una tarifa integrada y un solo boleto podrán 192


utilizar diferentes tipos de transporte. En esta área se encuentra el centro de intermodalidad, cuya obra está en construcción y contará con un “Observatorio de Movilidad Urbana”. Allí funcionará el primer estacionamiento municipal vertical para 100 automóviles, 50 motos y 100 bicicletas. En el centro histórico se proyecta la peatonalización de las plazas 14 de Septiembre, del Granado y la Colón. Además, de la recuperación del espacio público, la medida busca convertir a estos espacios urbanos en centros abiertos para la cultura viva. Respecto al Parque Tunari, insta a consolidar una frontera verde sobre la cota 2.750 para evitar su invasión donde incluso se puedan instalar ciclovías y senderos. Además, sugiere mantener como enclaves verdes a las lagunas Alalay, Coña Coña y la serranía de Quenamari. Respecto al uso de suelo, el plan plantea el crecimiento vertical para evitar la pérdida de áreas verdes. Sin embargo, su materialización requiere una renovación normativa integral. El plan catalogado como un proyecto “ambicioso” contempla esquemas de coherencia territorial que define los lineamientos sobre los cuales se diseñará la ciudad, un plan urbano y una agenda estratégica. El plan estructural propone crear un complejo de arte y cultura a través de una red de museos y teatros. El proyecto plantea un espacio abierto con un pasaje tipo boulevard atravesado por varios niveles. Este complejo contaría con una sala que “triplicará” la capacidad de teatros actuales, además de varias salas de cinemateca, áreas para actuaciones eventuales e incluso teatros al aire libre. En síntesis, los ejes centrales del plan estructural, son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.

Reasignación del rol estructurante de la naturaleza. Estructuración de un sistema cualitativamente vinculado de espacios abiertos. Redefinición y recualificación del sistema de movilidad urbana. Generación de espacios de centralidad cualificada. Densificación urbana cualificada. Dinamización económica y potenciamiento del rol productivo municipal. Recuperación y recualificación del espacio público. Generación de un sistema equilibrado de equipamientos y servicios sociales. Redefinición de las condiciones de acceso al suelo, vivienda y recualificación urbana. Recualificación de las interfaces urbanas. Dinamización Patrimonial para su puesta en valor y funcionamiento como sistema. Potenciamiento de los componentes de articulación metropolitana. VI.2.3. Pre-supuestos urbanos del desarrollo municipal

La gestión municipal en las ciudades (municipios predominantemente urbanos), es una realidad compleja que, además de involucrar varios componentes, actores y procesos, está atravesada por las contradicciones más profundas que configuran la sociedad urbana local, una realidad con grandes desigualdades e inequidades en su interior. Sin embargo y según investigaciones realizadas, es posible adentrarse a la comprensión de esta complejidad a través de su núcleo real: la política de “inversión pública”, es decir, la orientación de fondo que siguen las decisiones sobre el presupuesto municipal. La política de inversión expone a la “gestión” pública y sus agentes ante aquello que se presenta como sus objetivos y razón de ser últimos, o sea, la respuesta que ella/ellos deben dar, eficazmente, a los problemas y necesidades de la población expresados en los planes de desarrollo elaborados. La investigación “Pre-supuestos urbanos. De la ritualidad de participación a la imposición del concreto. Un estudio de la inversión municipal en las cuatro ciudades del eje de Bolivia”, publicado en noviembre de 2011, analiza información cuantitativa y cualitativa sobre la inversión municipal y los procesos de construcción del presupuesto en los cuatro municipios más grandes del país: Santa Cruz, El Alto, La 193


Paz y Cochabamba —que concentran el 39% de la población boliviana—. Este análisis se hizo en un marco constituido por aquellos elementos que configuran el modelo de planificación y descentralización implementado en Bolivia durante la gestión de 2009, un periodo de aparente finalización y transición del modelo de descentralización de los años noventa. A partir del estudio se constata que el modelo de planificación municipal, vigente hasta ahora, ha articulado un modelo de desarrollo local y una política de inversión que presentan grandes desproporciones en la inversión entre: Infraestructura y Servicios Básicos; entre Infraestructura y Desarrollo Urbano. Ello pone de manifiesto un divorcio entre necesidades de la población y prioridades de la inversión municipal. Asimismo, la investigación postula, que este modelo de gestión y esta política de inversión municipal es un proceso social e institucionalmente construido. Si bien comporta el uso de una legislación que tiene profundas ambigüedades, sobre todo en cuanto a participación, es ante todo, producto de una aplicación sesgada e interesada del modelo de planificación, motivado por otros factores más profundos que tienen que ver con la lucha por preservar el poder para los grupos y la clase dominante en el ámbito local. La política de inversión, en concreto, es “infraestructurista, mega-obrista y micro-obrista”, responde al rol que el modelo económico asigna a las ciudades, como nudos y centros logísticos para la libre circulación de capitales y mercancías. Según el documento, la “modernización” de las ciudades es siempre parcial, aparente, sesgada, excluyente y encubridora de pobreza y retraso en las periferias. Al mismo tiempo, esta política de inversión municipal predominante en las ciudades, es también producto del rol que la política económica neoliberal ha dado a la planificación y descentralización, como herramienta para el achicamiento del Estado y la reducción de su competencia en torno a los derechos sociales. La política “obrista” contribuye a la agudización de las contradicciones y desigualdades sociales por la vía de seguir “privilegiando a los privilegiados” a través de una trasferencia del valor que generan los recursos públicos en el incremento de capital económico individual. Una gran obra pública que se edifica produce un beneficio económico directo sobre quienes tienen propiedades en el entorno, debido al incremento de su valor en el mercado inmobiliario (plusvalías). Por lo tanto, la clase y los grupos dominantes buscarán siempre el control del poder local, en la medida que les permite reproducir e incrementar su patrimonio y su poder. Por un lado, las grandes obras (proyectos de infraestructura y equipamiento) se posicionan como argumento visible en el espacio público para dar legitimidad al poder del sistema. Hacer gestión se identifica con “hacer grandes obras visibles”; es decir, se impone un modelo construido de desarrollo, marcado por su lógica jerárquica y excluyente en la construcción del espacio y la sociedad urbanos. Por otro lado, las pequeñas obras (proyectos arquitectónicos y ornamentales) impone un modelo disperso vecinal. Ambos tipos de obras, que indudablemente satisfacen necesidades —a veces básicas— de la población, en muchos casos sólo de algunos sectores, pero, por su carácter fragmentario y desarticulado no generan ningún proceso de desarrollo en el territorio. Finalmente, “el modelo de gestión local participativa no asume un camino que aborde la planificación participativa integradora de los distintos niveles de planificación y temas de la gestión del desarrollo, en un solo proceso que involucre a los distintos actores sociales como sujetos con capacidad de acción y propuesta”. No supera la práctica donde la población prioriza temas urgentes de sus necesidades básicas insatisfechas, pero las decisiones de los gobiernos municipales priorizan otros temas (generalmente bajo otros intereses, políticos, económicos, sectoriales, etc.). Por ejemplo, en el caso del Municipio de Cochabamba, las autoridades municipales deciden sobre el 72,7% de los recursos del presupuesto; las normas específicas deciden asignaciones fijas que juntas suman el 19,02% y el restante 8,24% es lo que queda para decisión de los Distritos y las OTBs. Pese a una aparatosa propaganda de “participación popular”, la evidencia de estos datos expresan que las autoridades municipales concentran el poder decisión en la asignación de recursos económicos, es decir, la decisión de la inversión, que es el corazón de la gestión municipal. Pero, yendo más allá, las 194


decisiones de las autoridades municipales responden también a otros poderes y fuerzas que, desde fuera y desde dentro, ejercen presión en el Gobierno Municipal para sostener su hegemonía sobre el poder de decisión de los recursos públicos, que no por ser recursos de gobiernos locales son irrelevantes. En este ejercicio de las decisiones más relevantes de la gestión municipal, las autoridades no consultan a la población, y tampoco se rigen necesariamente a lo asignado en el Plan de Desarrollo Municipal (que supuestamente tendría que haber sido construido con amplia participación de la población), pues todos los datos indican que, por lo general, éste se queda como un documento olvidado en los estantes de la Alcaldía. Asimismo, en la generalidad de los casos, esta decisión de la población sobre una pequeña parte del presupuesto, se hace en la lógica de fragmentar aún más el mismo. Es decir, en esta práctica de “planificación participativa” se suele otorgar a cada OTB o a cada Distrito la facultad de decisión sólo sobre su propia parcela de presupuesto. Esta cadena de fragmentaciones del presupuesto es paralela al proceso de jerarquización de la participación. Es decir, a medida que se desciende en la jerarquía de los actores de la “participación”, también se va achicando más el fragmento del presupuesto sobre el cual —supuestamente— se toma decisiones. Los altos dirigentes (delegados al Comité de Vigilancia, presidentes de Distritos) discuten el fragmento mayor del presupuesto; los dirigentes medios (presidentes de OTBs) discuten fragmentos menores equivalentes a sus distritos y a sus barrios y la población de base sólo tiene, en el mejor de los casos, una reducida oportunidad de opinión sobre el fragmento menor que le toca a su barrio, entre reducidas opciones para tal o cual pequeño proyecto micro local. VI.3. CONCLUSIONES OPERATIVAS ESPECÍFICAS La historia tanto del Departamento de Cochabamba como de la Región Metropolitana de Cochabamba (Kanata) muestra un territorio con características singulares y diferentes a otras regiones y departamentos del país. El crecimiento y expansión urbana del área metropolitana tiene características propias de las grandes ciudades latinoamericanas (mutación urbana), es decir, aún a pesar de no haber consolidado la conurbación físico-espacial y funcional del área metropolitana, existen problemas socio-económicos al interior del área urbana (ciudad y aglomeraciones urbanas), además, hacia el exterior mediante el incremento de los anillos de periurbanización. El Municipio de Cochabamba donde está ubicado la ciudad capital del departamento, histórica y espacialmente revela un territorio complejo en constante transformación ambiental, económica, social, física (arquitectura), cultural, entre otros. Los instrumentos de planificación utilizados para el desarrollo municipal y urbano (inclusive el de ordenamiento territorial), ninguno ha generado impacto en el territorio y, menos aún, iniciado un proceso de desarrollo en los distritos municipales (menos en el conjunto municipal). Y, si a todo este contexto de planificación, se incluye la ineficiente gestión desde la elaboración de los instrumentos hasta su implementación, la situación es aún más difícil. Entonces, la planificación y gestión del desarrollo en el municipio, en una evidente relación con el modelo tradicional de Plan-Proyecto, generalmente ha terminado en proyectos específicos tanto de arquitectura como de infraestructura; sin embargo, por la coyuntura política partidaria —con una gestión participativa distorsionada y prebendal— concluyeron en la formulación de proyectos y construcción de obras de tipo mega-obrista o micro-obrista, en ambos casos, sin relación y sin posibilidad de generar desarrollo urbano distrital o municipal. La generación de alternativas de planificación y gestión para el desarrollo municipal y urbano en el municipio es de vital importancia. Existen dos insumos normativos: la nueva guía técnica para el ordenamiento de áreas urbanas del año 2014 y los nuevos lineamientos metodológicos para elaboración de planes territoriales de desarrollo integral del año 2016, ambos instrumentos constituyen la nueva base normativa para la proposición de criterios innovadores de desarrollo urbano en los municipios según el contexto y singularidad de los territorios, sin establecer modelos o recetas de desarrollo urbano.

195


CUARTA PARTE: PROPUESTA

VII.

PROPUESTA DEL MODELO COMPLEJO DE DESARROLLO URBANO VII.1. MODELO TEÓRICO DEL PROYECTO TERRITORIAL DE DESARROLLO URBANO VII.1.1. Conceptualización del modelo teórico

El modelo teórico de la propuesta está formulado a partir de tres criterios y uno de síntesis, los cuales sustentan el modelo metodológico. 1º Primer criterio, está relacionado, en general, con la situación actual de la planificación del desarrollo y, específicamente, del desarrollo urbano, asimismo, permite ubicar los componentes del sistema complejo urbano. Gráfico N° 52: Modelo descriptivo de la situación actual de la planificación del desarrollo urbano

Fuente: Elaboración propia

El escenario del sistema complejo urbano (sistema material, sistema socio-cognitivo, sistema vivo y sistema psico-cultural), a partir del modelo complejo organizacional de Snowden y los sistemas sociales de Capra, Luhman y Aristóteles, expresa la situación crítica del sistema psico-cultural (quizás el sistema más importante en el desarrollo urbano), éste está ubicado en el cuadrante de mayor complejidad sistémica, pertenece a los sistemas desordenados (caóticos) y a los sistemas ambiguos (heurísticos). Considerando éste último, la gestión de los sistemas psico-culturales estaría relacionado con las estrategias, métodos, criterios, que permitan resolver problemas de la sociedad organizada a través de la creatividad y el pensamiento divergente o lateral118. La heurística también se basa en la

118

El pensamiento divergente es un proceso de pensamiento de generar ideas creativas mediante la exploración de muchas posibles soluciones (prueba y error).

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experiencia propia del individuo o de una comunidad, para encontrar soluciones más viables a problemas o encontrar líneas más viables para generar procesos de desarrollo. Gráfico N° 53: Modelo analítico del sistema complejo urbano (cuatro componentes)

Fuente: Elaboración propia

Por el contrario, los sistemas materiales están en el cuadrante de los sistemas ordenados y sistemas no ambiguos, en el cual, los escenarios y dimensiones son susceptibles a la regulación y la predeterminación. Los sistemas socio-cognitivos y los sistemas vivos, están en ambos extremos intermedios a los dos anteriores, el primero está entre los sistemas ordenados y los sistemas ambiguos y, el segundo está entre los sistemas desordenados y sistemas no ambiguos. Esta clasificación de los componentes o dimensiones de los sistemas complejos condiciona el abordaje del desarrollo urbano, tanto en la caracterización y análisis como a la formulación de propuestas. Sin embargo, es preciso considerar que los sistemas que componen el sistema complejo urbano están fuertemente interrelacionados y su abordaje es indisociable. Finalmente, según los antecedentes descritos anteriormente, los actuales modelos de desarrollo urbano tanto en su administración119 como en la gestión120 no son eficaces ni eficientes porque no consideran el contexto sistémico complejo de la ciudad. 2º Segundo criterio, concierne al enfoque del Vivir Bien —más concretamente a la filosofía andina— que actualmente es (o debería ser) la base teórica y metodológica de la planificación del desarrollo en Bolivia. El modelo de las dimensiones de la matriz civilizatoria del Vivir Bien, elaborado a partir de la filosofía andina, expone la integralidad de los “opuestos complementarios” existentes en el territorio o la realidad histórica, no se trata de dividir e ignorar éstos componentes. Así, en una relación dialéctica se tiene los siguientes: privado-público, individual-comunitario, material-espiritual, objetivo-subjetivo, cuantitativo-cualitativo, global-local, capitalismo-socialismo, natural-construido, formal-informal, entre otros. Todo proceso de planificación del desarrollo debe considerar estos componentes e integrarlos en los proyectos de desarrollo territorial y urbano. 119

Administración municipal. Es la planificación y ejecución de tareas de dirección y coordinación en una estructura institucional para lograr una organización óptima interna y de prestación de servicios (finanzas, personal, obras, tributación, etc.). Está relacionado con la eficiencia (nivel de consecución entre utilización de recursos y objetivos institucionales.). 120 Gestión pública. Se define como el conjunto de acciones mediante las cuales las entidades tienden al logro de sus fines, objetivos y metas, los que están enmarcados por las políticas gubernamentales establecidas por el Poder Ejecutivo. La gestión pública está configurada por los espacios institucionales y los procesos a través de los cuáles el Estado diseña e implementa políticas, planes, programas y proyectos, suministra bienes y servicios y aplica regulaciones con el objeto de dar curso a sus funciones y alcanzar eficacia (nivel de consecución entre metas y objetivos planificados).

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Gráfico N° 54: Modelo andino de desarrollo del Vivir Bien a partir de la matriz civilizatoria

Fuente: Elaboración propia con base en el Plan Nacional de Desarrollo, 2007

El modelo andino equivalente del espacio comunitario (ayllu-chacra), muestra también la relación interna y externa del espacio andino en un sentido biunívoco; en primer lugar, destaca la escala del ayllu como macro y la chacra como micro (contenedor y contenido), a esto se puede llamar “transescalar”; en segundo lugar, expresa la relación compleja interrelacionada de los componentes: naturaleza, personas (cultura) y físico (construido) y; finalmente en tercer lugar, el contexto de esta interrelación está sujeto a la variedad, viviente, diversidad, inmanencia121(endógeno) y consustancialidad122. Gráfico N° 55: Modelo andino equivalente del espacio comunitario (ayllu-chacra)

Fuente: Elaboración propia con base en Milla, 2002

Finalmente en este comprendido, el modelo andino del desarrollo urbano (asentamientos), está estructurado y organizado territorialmente en las siguientes áreas: 1º Núcleo central (centralidad) altamente simbólico, expresa poder (político, religioso, administrativo, etc.); 2º Área o anillo interno envolvente al núcleo de uso mixto y residencial, apoya y complementa a la centralidad, pero, además constituye en una síntesis del resto territorial (escala macro), ésta área está fuertemente relacionada con la integración territorial (exterior) y con la cohesión social (interna) y; 3º Área o anillo externo, complementa al primer anillo y contribuye a la cohesión social de la centralidad con el primer anillo. La sostenibilidad funcional de este modelo está en la síntesis (mix de usos) que tiene el primer anillo con respecto al resto del territorio, por lo que, es un modelo de desarrollo “territorio a ciudad” organizado a partir de una red compleja de nodos. 121 122

Inmanente. Que es interno a un ser o a un conjunto de seres, y no es el resultado de una acción exterior a ellos. Consustancial. Que es de la misma sustancia, naturaleza y esencia que otra cosa.

198


Gráfico N° 56: Modelo andino del desarrollo urbano (asentamientos)

Fuente: Elaboración propia

3º Tercer criterio, con referencia a la concepción del desarrollo integral en el país (planteado en el SPIE), pero, que su operativización todavía es incompleta tanto en sus dimensiones como en la aplicación a la parte urbana, no es diferente al anterior modelo de desarrollo del SISPLAN, ya que, éste en teoría integraba en el proceso los tres tipos de planificación (territorial, sectorial y estratégica), pero, operativamente se los consideraba de forma aislada. El sistema de planificación anterior indicaba que el proceso elaboración de los planes debería ser jerárquica y secuencial, que el ordenamiento territorial convenía elaborase en primer lugar como futuro insumo territorial del plan estratégico, y lo mismo, los planes sectoriales, por lo cual, el plan estratégico de desarrollo (PDMs en la escala municipal) debía incorporar en su elaboración a los dos planes anteriores. Gráfico N° 57: Modelo de planificación del desarrollo en Bolivia (SISPLAN)

Fuente: Elaboración propia

La experiencia del Municipio de Santa Cruz de la Sierra en la reformulación del PDM 2007-2010, ejemplifica el proceso correctamente abordado en la elaboración del “Plan Estratégico de Desarrollo Municipal – PDM)” aprobado en enero del 2008. En la tapa del plan indica textualmente lo siguiente: “Reformulación del PDM 2007-2010 e integración con el PLOT y los Planes Sectoriales”, esto significa que los planes sectoriales y, principalmente, del ordenamiento territorial estaban previamente elaborados y aprobados, por lo cual, el PDM los incorporó como insumos e información y el plan sólo desarrolla la parte estratégica e inversiones. El documento no sobrepasa las 140 páginas y contenía el siguiente índice:

199


-

Marco conceptual y metodológico (a manera de introducción) Diagnóstico (ajuste y sistematización de diagnósticos existentes y definición de los macroproblemas) La visión de futuro (proyecto colectivo compartido) Fines, objetivos y políticas (en función de los macroproblemas) Estrategias para alcanzar los objetivos Programación de ingresos e inversiones Políticas, planes, programas y proyectos (en función de los objetivos estratégicos) Principales políticas y acciones de corto plazo Conclusiones finales

El modelo de desarrollo del SPIE integra operativamente —por lo menos en teoría— los planes dispersos e inconclusos del anterior modelo SISPLAN, especialmente en el Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) en las escalas: departamental, regional y municipal, se entiende que en este plan estarían integrados el ordenamiento territorial, el sectorial y el estratégico (inversiones). Sin embargo, el modelo también propone al desarrollo integral la elaboración de planes sectoriales (PSDI) en todas las áreas y escalas; igualmente, los planes estratégicos institucionales (PEI), anteriormente estos planes no estaban regulados ni existía una guía metodológica. Gráfico N° 58: Modelo de planificación del desarrollo integral a mediano plazo (SPIE)

Fuente: Elaboración propia

El modelo del PTDI, todavía en proceso de aplicación y aprendizaje, muestra la integración de los ejes de desarrollo, indudablemente, éste es un aporte al proceso de planificación del desarrollo en el país. El PTDI plantea 4 ejes de desarrollo: Humano, económico, territorial-urbano-ambiental e institucional. Las dimensiones propuestas en este trabajo estaría contenidas en los siguientes ejes: 1) Desarrollo Humano (demográfico o población, social, cultural y psico-afectivo); 2) Desarrollo Económico (economía plural); 3) Desarrollo Territorial-Urbano-Ambiental (ecológico-ambiental, físicotransformado) y; 4) Desarrollo Institucional (político-institucional).

DESARROLLO ECONÓMICO (economía plural) DESARROLLO INSTITUCIONAL (político e institucional)

PROGRAMACIÓN DE INVERSIONES

Gráfico N° 59: Modelo de planificación territorial de desarrollo integral (PTDI)

DESARROLLO TERRITORIAL (ecológicoambiental y físico transformado)

DESARROLLO HUMANO (población, social, cultural y psicoafectivo)

Fuente: Elaboración propia

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4º Cuarto criterio de síntesis, se propone un modelo de desarrollo urbano complejo, en el entendido que el territorio urbano es una construcción compleja (integral: social, económica, demográfica o poblacional, ecológica-ambiental, cultural, institucional, físico-constructivo y psico-afectivo). Gráfico N° 60: Propuesta de modelo de desarrollo urbano complejo a partir del modelo complejo organizacional

Fuente: Elaboración propia

VII.1.2. Modelo de proyecto ciudad (PC) La oposición entre el plan y el proyecto resulta hoy una discusión trivial, en la medida que “forma” y “contenido” no pueden separarse, “plan y proyecto” o “proyecto y plan” son horizontales y, por eso, se pueden sustituir o integrar mutuamente. Además, si bien los proyectos no resultan de un plan, actúan como disparadores o detonantes de desarrollo para un ejercicio de planeamiento, pudiendo abordar componentes urbanos más concretos y acotados. En la escala municipal, los proyectos urbanos son una demostración especifica de la forma en que las intervenciones locales pueden ser parte de un proyecto mayor como es el proyecto ciudad. El “proyecto ciudad” o “proyecto de proyectos” actúa como el horizonte y el marco en el que las actuaciones fragmentarias en las ciudades pueden ser integradas en un gran proyecto. Entonces, el concepto de ciudad como proyecto, debe ser entendido como una construcción incremental, que incorpora instrumentos de gestión urbana innovativos, propuestas de intervención en segmentos o piezas urbanas específicas, normas y obras claves para posibilitar el cambio deseado, encauza las potencialidades que ofrece el territorio y minimiza las debilidades detectadas durante el proceso de diagnóstico.

201


Gráfico N° 61: Propuesta del modelo de proyecto territorial de desarrollo urbano (escala municipal)

Fuente: Elaboración propia

Caso del Municipio de Cochabamba En el caso del Municipio de Cochabamba, a causa de la heterogeneidad territorial y, especialmente, por la estructura espacial urbana, incluido la configuración histórica, es altamente complejo planificar el desarrollo urbano de la ciudad a través de un gran plan; por lo tanto, el proyecto ciudad, debe ser encarado a partir de la definición de 2 o 4 zonas de intervención. La escala de las zonas responde al hecho de que los actuales distritos (incluido los subdistritos, anteriormente distritos) son solo divisiones administrativas del territorio municipal, generalmente, segmentados por la conformación de barrios o afinidad de OTBs; en muy pocos casos, los distritos responden a una funcionalidad social y económica. La propuesta de zonas de intervención es la siguiente: -

Zona Central: Distritos 4, 10, 11 (y parte del 3 y 12) Zona Norte: Distritos 1, 2, 3, 12 y 13 (distrito forestal, Parque Nacional Tunari) Zona Sur (1): Distritos 5, 6, 7, 8 y 14 Zona Sur (2): Distrito 9 (distrito rural-urbano)

Zona Central. En el caso de esta zona (compuesta por distritos urbanos), el proyecto ciudad debe estar condicionado a la centralidad histórica existente (administrativo, comercial, residencial e institucional), es decir, la propuesta debe complementar y articularse a esta condición y no competir con el centro. Los procesos de desarrollo debe considerar lo siguiente: -

Identificación de hitos, equipamientos o espacios con potencialidad de constituirse en una red de proyectos urbanos: 1º Hitos naturales: Río Rocha, Colina de San Sebastián, Laguna Coña Coña (en algún caso podría incluirse a la Laguna Alalay por su relación funcional de residencia con el centro), Parque Mariscal Santa Cruz, Serranía San Pedro, etc.; 2º Equipamientos: Ex Estación 202


-

-

de FFCC, Ex Cordeco (Gobernación), Hipódromo (anteriormente proyecto de Estadio Batán), etc.; 3º Comercio y Mercados: San Antonio, Calatayud, 25 de Mayo, Coraca, IC Norte, Hipermaxi, etc.; 4º Áreas verdes y deportivas y; 5º Cultural-Histórico: Iglesias, museos, restaurantes (gastronómico), etc. Caracterización de los componentes demográficos y cualitativos más relevantes del territorio. Identificación y caracterización de dinámicas territoriales: emergentes, consolidadas y decadentes / puntuales, lineales y áreas / formales e informales / positivas y negativas / económicas, sociales, institucionales-organizativas, recreativas, etc. Identificación y caracterización de los flujos y redes existentes en el territorio (actividades, personas, información, etc.). Generación de una red de proyectos urbanos que articule los flujos y dinámicas existentes en la zona. Planteamiento de una estructura física y organización funcional del proyecto ciudad que responda a la problemática y, especialmente, sea generador de desarrollo urbano.

Zona Norte. En el caso de esta zona (compuesta por 4 distritos urbanos y 1 forestal), el proyecto ciudad puede estar articulado a la zona Central por su relación histórica con el centro urbano, especialmente por la élite cochabambina; no obstante, si es el caso de constituirse en objeto de planificación, debe considerarse lo siguiente: -

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Identificación de hitos, equipamientos o espacios con potencialidad de constituirse en proyectos urbanos. Caracterización del Parque Nacional Tunari como potencial turístico y recreativo del territorio. Caracterización de los componentes demográficos y cualitativos más relevantes del territorio. Identificación y caracterización de dinámicas territoriales: emergentes, consolidadas y decadentes / puntuales, lineales y áreas / formales e informales / positivas y negativas / económicas, sociales, institucionales-organizativas, recreativas, etc. Identificación y caracterización de los flujos y redes existentes en el territorio (actividades, personas, información, etc.). Generación de una centralidad monocéntrica o policéntrica y una red de proyectos urbanos que articule los flujos y dinámicas existentes en la zona. Planteamiento de una estructura física y organización funcional del proyecto ciudad que responda a la problemática y, especialmente, sea generador de desarrollo urbano.

Zona Sur (1). En el caso de esta zona (compuesta por 5 distritos urbanos), el proyecto ciudad puede estar articulado a la zona Central por su relación histórica con el centro urbano, especialmente por la élite cochabambina; no obstante, si es el caso de constituirse en objeto de planificación, debe considerarse lo siguiente: -

-

Identificación de hitos, equipamientos o espacios con potencialidad de constituirse en proyectos urbanos. Caracterización de los componentes demográficos y cualitativos más relevantes del territorio. Identificación y caracterización de dinámicas territoriales: emergentes, consolidadas y decadentes / puntuales, lineales y áreas / formales e informales / positivas y negativas / económicas, sociales, institucionales-organizativas, recreativas, etc. Identificación y caracterización de los flujos y redes existentes en el territorio (actividades, personas, información, etc.). Generación de una centralidad monocéntrica o policéntrica y una red de proyectos urbanos que articule los flujos y dinámicas existentes en la zona. Planteamiento de una estructura física y organización funcional del proyecto ciudad que responda a la problemática y, especialmente, sea generador de desarrollo urbano.

Zona Sur (2). En el caso de esta zona (compuesto por el distrito 9, rural y urbano), el proyecto deberá estar articulado al proyecto ciudad de la Zona Sur (1), pero también, aparte de los proyectos urbanos estará conformado también por proyectos rurales (complejos productivos). Esta zona tiene 203


características propias de las áreas periurbanas metropolitanas en proceso de transformación territorial (uso de suelo heterogéneo). El componente urbano es más de aglomeración urbana. VII.1.3. Modelo de proyecto urbano (PU) La idea del proyecto urbano está concebido de manera trans-escalar, es decir, que el diseño de la propuesta se inicia con la identificación de segmentos urbanos a partir de un elemento o polígono urbano relevante de tipo puntual, lineal o superficial (predio histórico, hito natural, hito construido, industria sin funcionamiento, un equipamiento abandonado, una calle comercial, un barrio con identidad, etc.). Los polígonos urbanos pueden ser elegidos de manera heterogénea u homogénea, en este último caso, por ejemplo puede estructurarse a partir de elementos naturales existentes al interior de la ciudad (ríos, lagunas, colinas, parques, etc.). A partir de estos elementos se identifica las áreas de influencia, no a partir de una distancia predeterminada, sino, según el nivel de relación funcional e imagen urbana del polígono inicial con el resto urbano circundante, en conjunto conformarán un segmento territorial (pieza urbana) que será la base física de la propuesta del proyecto. Al interior del segmento se diseñará las intervenciones también de tipo puntual, lineal y superficie según sea la conformación y características del segmento. La propuesta del proyecto urbano no es de carácter aislado, sino que, está fuertemente condicionado a la interrelación con el resto de la ciudad. En primera instancia, se proyecta al interior del segmento a partir de la cohesión social (espacio público) e integración territorial (económico y movilidad urbana) y; en segunda instancia, se proyecta hacia el entorno ciudad mediante la integración territorial (económico y vialidad urbana). A partir de la escala ciudad puede relacionarse con la escala municipal (rural) y la regional. Entonces, el proyecto urbano sólo puede entenderse como instrumento generador de desarrollo a partir del grado de interrelación (cohesión e integración) entre sus componentes internos y externos en una red compleja de desarrollo urbano (distrital, municipal y regional). Esta es la condición para la eficacia y eficiencia de una propuesta de un proyecto de desarrollo urbano. El proyecto urbano surge del encuentro del corto y largo plazo, entre la acción y la visión, entre la concreción y la estrategia. Las etapas de un proyecto urbano, son: Gráfico 62: Proyecto Urbano, Etapa 1

Gráfico 63: Proyecto Urbano, Etapa 2

204


Desde la primera etapa, el método proyectual implica trabajar desde un inicio con la propuesta a manera de hipótesis, es decir, desde la aproximación al lugar de intervención hasta las ideas fuerza que surgirán de la caracterización y análisis de cada dimensión del diagnóstico operativo y evaluación, la propuesta preliminar debe estructurarse y reestructurarse en el proceso de diagnóstico hasta llegar a la etapa de propuesta —propiamente dicho—, las ideas iniciales, posiblemente, serán reconfirmadas o reorientadas según sea el caso. Asimismo, en este proceso se entiende que la propuesta “madurará o evolucionará” en el tiempo que dure la elaboración del proyecto desde el inicio hasta el final y no que surja como “arte de magia” al concluir la última etapa, cuando se haya agotado el tiempo y los recursos para el diseño y detalle del mismo. El análisis de competitividad está relacionado con los escenarios futuros que enfrentaría la propuesta del proyecto urbano, especialmente de competencia económica de otros territorios en el contexto de la ciudad o la región, pudiendo ser que la propuesta (ya implementada) sea sobrepasada o anulada en los objetivos previstos. Esta consideración, generalmente, reorienta o retroalimenta la propuesta preliminar, ya que, incorpora nuevos elementos haciendo “a prueba de riesgos” el éxito del proyecto. El diseño incremental implica que los objetivos de corto plazo sustentarán a los objetivos de mediano plazo y los objetivos de mediano plazo respaldarán a los de largo plazo. El modelo de gestión, quizás sea la parte más importante del proyecto, implica la identificación de los actores y los procedimientos institucionales de gestión pública. La gestión pública se define como el conjunto de acciones mediante las cuales las entidades, en este caso el gobierno municipal, tienden al logro de sus fines, objetivos y metas, los que están enmarcados por las políticas gubernamentales establecidas por el Estado. Está configurada por los espacios institucionales (públicos y privados) y los procesos a través de los cuáles el Estado diseña e implementa políticas, planes, programas y proyectos, suministra bienes y servicios, y aplica regulaciones con el objeto de dar curso a sus funciones y alcanzar eficacia (nivel de consecución entre metas y objetivos planificados) y eficiencia (nivel de consecución entre utilización de recursos y objetivos institucionales). Finalmente, con respecto a los “complejos productivos” y “complejos territoriales” propuestos por el PND que tienen una orientación exclusivamente rural y productiva, pública y económica; para el caso de la propuesta de los proyectos urbanos, éstos deberán tener las siguientes características: 1º Pasar de las actividades rurales a las actividades propiamente urbanas (secundarias y terciarias — incluida las financieras—). 2º Pasar de lo exclusivamente público a lo privado (individuales o integradas). 3º Pasar de lo exclusivamente económico-productivo a lo social, ambiental, institucional, físicoconstruido, histórico-cultural, etc. Los núcleos dinamizadores propuesto por los “complejos territoriales”, están relacionados con las nuevas centralidades con capacidad de articulación y detonador del desarrollo de las intervenciones urbanas. Caso del Municipio de Cochabamba A partir de la elección del polígono de intervención, puede procederse mediante dos alternativas: 1º Delimitar preliminarmente un área de influencia para el desarrollo del proyecto urbano (área de impacto directo de la propuesta que será llamado segmento), en el proceso de diseño se podrá dividir, sumar o reducir el área y; 2º Identificar y seleccionar segmentos urbanos en torno del polígono a partir de una relación funcional complementaria o contrastante con la propuesta proyectual, la elección de cada segmento será justificado previamente. Ambas alternativas tienen el objetivo de crear una red de intervenciones urbanísticas de tipo social (caso colombiano), tipo económico (caso chileno) o integral (caso argentino).

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Las intervenciones, según la configuración urbana y demográfica del territorio, pueden estar definidas en puntual, lineal o áreas. Según estas consideraciones, se entiende que en la formulación de un proyecto urbano no existen modelos ni guías, pues el territorio es singular en todas sus escalas. Especialmente en el Municipio de Cochabamba. VII.1.4. Modelo del proyecto territorial de desarrollo urbano (PTDU) La última fase de la formulación del proyecto territorial de desarrollo urbano, está dividida en 2 etapas: La primera etapa consiste en integrar los proyectos urbanos a partir de la verificación de la hipótesis proyectual del “proyecto ciudad” en una red de desarrollo urbano articulados a partir de la “cohesión territorial”, este término implica la integración espacial (flujos y actividades) y la cohesión social. Gráfico 64: Proyecto Territorial, Etapa 1

•Jerarquización de los Proyectos Urbanos

1

2 •Interrelación funcional y red de Proyectos Urbanos

•Propuesta de Cohesión Territorial: Integración espacial (flujos) y Coehesión Social

3

4 •Propuesta de estructura espacial urbana y movilidad urbana

•Proyectos estratégicos detonanates

5

La segunda etapa consiste en incluir y articular el Proyecto Territorial al Plan Territorial de Desarrollo Integral (Proyecto-Plan), como sustento estructurante y operativo del desarrollo urbano. La formulación de esta atapa coincide con las nuevas disposiciones existentes en el Estado, vigentes desde enero de 2016 y a la fecha está en proceso de construcción (experimentación) en la elaboración de los planes en la escala municipal. VII.2. MODELO METODOLÓGICO DEL PROYECTO TERRITORIAL DE DESARROLLO URBANO VII.2.1. Idea general del modelo metodológico La propuesta del modelo metodológico del proyecto territorial de desarrollo urbano está dividida en cuatro fases: -

Fase 1: Proyecto Ciudad. Aproximación y propuesta proyectual en la zona de intervención Fase 2: Proyecto Urbano. Diagnóstico y evaluación integral de las dimensiones del desarrollo Fase 3: Proyecto Urbano. Propuesta del proyecto urbano Fase 4: Proyecto Territorial y Plan Territorial

La formulación de este modelo está desarrollada en formato de una guía de contenidos mínimos o índice, con el entendido que, puede tener variantes según el objeto de trabajo o lugar de intervención. En conjunto, el modelo está estructurado a partir del enfoque proyectual, es decir, la idea de la 206


propuesta del proyecto territorial es formulada desde el proyecto ciudad y construida hasta la última fase de formulación del proyecto urbano. VII.2.2. Guía metodológica de proyecto ciudad (PC) La propuesta de guía metodológica está aplicada al Municipio de Cochabamba a cualquiera de las zonas identificadas inicialmente. FASE 1: PROYECTO CIUDAD APROXIMACIÓN Y PROPUESTA PROYECTUAL EN LA ZONA DE INTERVENSIÓN 1.

RECONOCIMIENTO DEL MUNICIPIO Y DISTRITOS 1.1. 1.2.

2.

APROXIMACIÓN CUANTITATIVA A LA ZONA DE INTERVENCIÓN (DISTRITOS) 2.1. 2.2.

2.3.

2.4. 3.

Identificación de la estructura urbana e imagen urbana Identificación de la estructura espacial urbana - Flujos - Actividades - Microclústeres - Etc. Identificación de dinámicas urbanas y centralidades (nodos) - Dinámicas urbanas o territoriales (emergentes, consolidadas y decadentes / puntuales, lineales y áreas / formales e informales / positivas y negativas / económicas, sociales, institucionales-organizativas, recreativas, etc.) - Centralidades (tradicionales y nuevas) Problemática y problema principal

APROXIMACIÓN CUALITATIVA A LA ZONA DE INTERVENCIÓN (DISTRITOS) 3.1.

3.2. 4.

Municipio - Caracterización demográfica Distritos - Caracterización demográfica - Caracterización territorial (económica, social, histórico-cultural, ambiental, institucional, físico-espacial)

Identificación de los componentes subjetivos y percepción - Mapa psico-geográfico - Mapa de imaginarios Problemática y problema principal

HIPÓTESIS PROYECTUAL 4.1.

Hipótesis proyectual - Propuesta del proyecto ciudad a partir de la aproximación cuantitativa y cualitativa - Propuesta general de solución a la problemática y problemas - Identificación preliminar de lugares de actuación (puntual, lineal y área) (utilización de elementos conceptuales) - Jerarquización de la red proyectos urbanos - Propuesta esquemática del proyecto urbano

207


VII.2.3. Guía metodológica de proyecto urbano (PU) La propuesta metodológica del Proyecto Urbano está dividida en dos etapas, la primera está referida al diagnóstico y evaluación integral y; la segunda, referida específicamente al planteamiento de la propuesta. FASE 2: PROYECTO URBANO DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN INTEGRAL DE LAS DIMENSIONES DEL DESARROLLO 1.

IDENTIFICACION PRELIMINAR DEL SITIO DE INTERVENCION 1.1. 1.2.

2.

Identificación del sitio de intervención como proyecto urbano Delimitación preliminar del sitio de intervención (Kevin Lynch)

DIAGNÓSTICO OPERATIVO PROYECTUAL 2.1.

Dimensión demográfica (desarrollo humano) Composición por edad y sexo, fecundidad, mortalidad, migración, etnicidad, etc. Identificación de problemas demográficos Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

2.2.

Dimensión social (desarrollo humano) Salud, educación, servicios básicos (agua), deportes, pobreza, seguridad ciudadana Identificación de problemas sociales Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

2.3.

Dimensión cultural (histórico-simbólico) (desarrollo humano) Espacio histórico (proceso histórico, tradiciones, etc.), espacio social (interacción o comunicación, poder, conflicto), espacio simbólico (imaginario, significación, identidad) Identidad, cultura y patrimonio Identificación de problemas histórico-culturales Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

2.4.

Dimensión psico-afectiva (desarrollo humano) Familia, escuela, etc. Satisfacción de necesidades Valores y hábitos Confianza, seguridad, democracia y libertad Identificación de problemas socio-afectivas Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

208


3.

2.5.

Dimensión económica-productiva (desarrollo económico) Industria, comercio y servicios (actividades económicas) (Servicios: Ubicación de servicios bancarios y financieros, incluidos cajeros) Identificación de problemas económico-productivos Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

2.6.

Dimensión ecológica (recursos naturales y medioambiente) (desarrollo territorial) Biofísico: Fisiografía, clima, suelos, hidrología, vegetación (incluye flora y fauna), uso actual de la tierra, biodiversidad. Ambiental: Contaminación suelos (residuos sólidos y líquidos), contaminación atmosférica y parque automotor y contaminación hídrica. Identificación de problemas biofísico-ambientales Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

2.7.

Dimensión físico-transformado (desarrollo territorial) Estructura urbana (amanzanamiento, espacio público, urbanizaciones o barrios, zonificación, etc.) Vialidad, transporte y flujos Viviendas (edificaciones de 4 a más plantas) Uso de suelo (actividades) Equipamientos Identificación de problemas físico-transformado Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

2.8.

Dimensión político-institucional (desarrollo institucional) Organización social y funcional (OTBs, sindicatos y otros) Mecanismos de relacionamiento organizacional Instituciones públicas y privadas (Mapa de actores y matriz de posición funcional de actores: dominante, fuerte, inactivo, influyente, respetado, vulnerable, marginado, no involucrado) Identificación de problemas político-institucionales Identificación de la vocación y las potencialidades Formulación de premisas o ideas fuerza (relación con la hipótesis proyectual) Espacialización o visualización de la información

EVALUACIÓN INTEGRAL 3.1.

3.2.

3.3. 3.4.

Identificación de macro-problemas (jerarquización de problemas por ámbito o síntesis) Aplicación de análisis sistémico: matriz de influencias, estructura de efectos, esquema axial Síntesis integral (análisis): macro-problemas (problemas principales y conectores), dinámicas, imaginarios, etc. - Explicar situación actual (cuantitativo) - Comprender fenómenos (cualitativo) Diagnóstico FODA por ámbito y síntesis Identificación de potencialidades y limitaciones (F y O = P, D y A = L)

209


FASE 3: PROYECTO URBANO PROPUESTA DEL PROYECTO URBANO 1.

SÍNTESIS OPERATIVA DEL DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN 1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 1.5. 1.6.

2.

PROPUESTA PRELIMINAR DEL PROYECTO URBANO 2.1. 2.2.

2.2. 2.4.

3.

Objetivo general de desarrollo urbano (visión): Nueva centralidad, reanimación urbana, revitalización, reciclaje, renovación, remodelación, regeneración, gentrificación, etc. Definición de interfaces urbanas trans-escalar - Relaciones internas (a escala segmento de intervención): cohesión social (espacio público) e integración territorial (vialidad, movilidad urbana y económica) - Relaciones externas (a escala ciudad): integración territorial (vialidad, movilidad urbana y económica) Matriz de atractores (potencialidades) y detractores (limitaciones) FODA → FO=P y DA=L Propuesta preliminar del proyecto territorial de desarrollo urbano - Estructura de mix de usos y redes - Respuesta a macro-problemas

ANÁLISIS DE COMPETITIVIDAD 3.1. 3.2. 3.3.

4.

Síntesis y jerarquización de macro-problemas (problemas principales y conectores) Síntesis y jerarquización de imaginarios (positivos y negativos) Síntesis y jerarquización de las dinámicas urbanas Síntesis y jerarquización de ideas fuerza a partir de los ámbitos de análisis: puntuales, lineales y áreas Síntesis de la situación actual (integral): cuantitativa y cualitativa Delimitación definitiva de o los segmentos de intervención (ampliación, reducción, partición)

Definición y análisis de oferta y demanda a escala ciudad y región (de acuerdo a mix preliminar) Selección y análisis de zonas competitivas al mix preliminar a escala ciudad Ajuste de propuesta preliminar de proyecto territorial de desarrollo urbano

DISEÑO INCREMENTAL DEL PROYECTO URBANO 4.1.

4.2.

Definición final del mix de usos y redes - Propuesta general de Uso del Suelo - Zonas de intervención directa (ZID) - Zonas de intervención secundaria (ZIS) - Conectores internos y externos con el resto distrital y ciudad (CON) Diseño Incremental - Objetivos específicos (corto, mediano y largo plazo) - Estrategias de diseño (etapas, tiempos y superficies) - Proyectos detonantes (en ZID) - Proyectos estratégicos (en ZIS) - Etapa 1 - Etapa 2 - Etapa 3, etc.

210


5.

MODELO DE GESTIÓN 5.1.

5.2.

6.

Identificación actores relevantes para gestionar el proyecto incremental (internos y externos, colectivos e individuales): actores estratégicos, actores tácticos y actores operativos - En proyectos detonantes (en ZID) - En proyectos estratégicos (en ZIS) - En etapa 1, etapa 2, etapa 3, etc. Propuesta de instrumentos de gestión del proyecto territorial - Financiamiento - Implementación y promoción - Técnico-Normativos, etc.

ELEMENTOS DE DISEÑO URBANO A ESCALA DEL PROYECTO 6.1.

6.2.

Ordenación de los espacios privados: - Manzanas - Lotes - Arquitectura (incluidas edificaciones emblemáticas) - Etc. Ordenación de espacios públicos: - Áreas verdes y otras (incluidas obras emblemáticas) - Calles - Bordes - Etc.

VII.2.4. Guía de diseño del proyecto territorial de desarrollo urbano (PTDI) Finalmente, la última fase está referida a la formulación del proyecto territorial y a la articulación esquemática al Plan Territorial en los componentes que le corresponden. FASE 4: PROYECTO TERRITORIAL Y PLAN TERRITORIAL PROPUESTA DE PROYECTO TERRITORIAL E INSERCIÓN AL PTDI 1.

PROPUESTA FINAL DEL PROYECTO TERRITORIAL DE DESARROLLO URBANO 1.1.

2.

Propuesta - Jerarquización de las propuestas de proyectos urbanos - Interrelación funcional de la red de proyectos urbanos - Propuesta de cohesión territorial a escala ciudad (integración espacial y cohesión social) - Propuesta de estructura vial y movilidad urbana (conectores internos y externos) - Proyectos estratégicos detonantes

PROPUESTA DE INCLUSIÓN AL PLAN TERRITORIAL DE DESARROLLO INTEGRAL 2.1. 2.2. 2.3.

2.4.

Enfoque político Diagnóstico integral Políticas y lineamientos estratégicos Visión de desarrollo (2) Políticas (2) Objetivos estratégicos (2) Planificación Identificación de pilares, metas, resultados y acciones (2) Programación de resultados y acciones (2) 211


2.5. 2.6. 2.7. 2.8.

2.9.

Articulación competencial (2) Roles de actores (2) Territorialización de las acciones Armonización de sistemas de vida Gestión de riesgos y cambio climático Propuesta de ordenamiento territorial Propuesta de Proyecto Territorial de Desarrollo Urbano (1) Ocupación territorial (2) Desarrollo humano integral (2) Economía plural (2) Gestión de sistemas de vida (2) Presupuesto

(1) Nuevo acápite (2) Acápite a complementar

212


CONCLUSIONES Este trabajo ha logrado proponer, aunque de manera general, un modelo teórico y metodológico de un proyecto territorial de desarrollo urbano, el cual, ha tomado como objeto de estudio referencial al Municipio de Cochabamba. El proceso de elaboración ha alcanzado: en primer lugar, describir desde una perspectiva científica y crítica (actualizada) el estado de arte epistemológico (sistemas complejos y Vivir Bien) y el estado de arte paradigmático (historia y emergencia de las tendencias de la planificación del desarrollo urbano); en segundo lugar, establecer el contexto metodológico histórico y actual (de la concepción andina del desarrollo urbano y territorial y de los avances en la operativización del Vivir Bien); en tercer lugar, contextualizar la experiencia internacional (Colombia , Chile y Argentina) sobre la planificación urbana; en cuarto lugar, describir y analizar el modelo vigente de planificación del desarrollo municipal con enfoque de plan en Bolivia y Cochabamba (Municipio de Cochabamba); en quinto lugar, construir dos modelos generales: teórico y metodológico de desarrollo urbano (proyecto territorial) y; en sexto lugar, relacionar esta propuesta con el Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) a manera de ProyectoPlan. Actualmente, el país está atravesando un proceso de cambio, más paradigmático intelectual que sociopolítico, contextualizado en los cambios que están suscitándose tanto en Latinoamérica como en el mundo (global); por lo tanto, es necesario seguir indagando y construyendo nuevas formas de planificar el desarrollo de las ciudades o del desarrollo urbano. Es necesario articular la teoría científica universal con la teoría y cosmovisión andina local como sustento de las propuestas urbanísticas a nivel local. Sin embargo, el proceso de construcción del desarrollo urbano, no termina con la planteamiento de proyectos y planes, otro componente importante del desarrollo urbano aparte de la planificación, es la gestión (administración y gestión) —considerado tangencialmente en este trabajo—, tanto o más importante que la primera. Es así que, la administración y gestión del desarrollo urbano por parte de las entidades municipales (públicas) del país en general y del Municipio de Cochabamba en particular, está en crisis en sus dos componentes: 1º El modelo de “administración municipal” es ineficiente, el promedio de la ejecución presupuestaria anual en los últimos 5 años en los municipios del país, aproximadamente es de 65% (recursos humanos, recursos económicos financieros, etc.) y; 2º El modelo de “gestión municipal” del desarrollo (incluido el desarrollo urbano) es ineficaz, las políticas, planes, programas y proyectos no logran los objetivos y metas propuestos, no impactan en la mejora de calidad de vida en la población. El modelo vigente de desarrollo urbano (en sus etapas de diagnóstico y propuesta) no manifiesta una lectura completa e integral (compleja) de las dimensiones de la realidad o el territorio (económicoproductivo, social, histórico-cultural, natural-ambiental, político-institucional, físico-transformado, psicoafectivo y demográfico) y tampoco genera un verdadero proceso de desarrollo urbano y mejora de calidad de vida tanto en los distritos como en la ciudad total. Por lo citado y a manera de recomendación para una futura investigación, en el caso del Municipio de Cochabamba, pueden surgir las siguientes preguntas paradójicas: ¿Por qué no se genera desarrollo urbano en la ciudad de Cochabamba si el Gobierno Municipal tiene elaborados planes y proyectos de desarrollo estratégico y territorial, incluso recursos humanos calificados y recursos económicos como capital de departamento? ¿Por qué la administración y gestión en el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba es ineficiente e ineficaz para generar el desarrollo urbano a escala ciudad o distrital, si existe una estructura administrativa y normativa (sistema de planificación) altamente completa dentro el gobierno municipal y, además, regulada y controlada por el Estado? 213


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ANEXO PROGRAMA CENTRALIDADES URBANAS EN EL MUNICIPIO DE LA PAZ (BOLIVIA) ¿Qué son las centralidades? Las Centralidades son el modelo de desarrollo urbano sostenible y de gestión integral del territorio; son intervenciones de gran escala urbanas en las que se desarrollarán modernas infraestructuras, ecoeficientes e inteligentes, promoverán la desconcentración de servicios, la dinamización de zonas, la generación de nuevos espacios de desarrollo social y encuentro entre ciudadanos; reducirán las distancias y los tiempos de desplazamiento por la búsqueda de servicios sociales, administrativos, recreativos, culturales, educativos y hasta laborales. Las centralidades serán espacios en la ciudad donde se encontrarán espacios estratégicos a disposición de los ciudadanos. Éstas son algunas de las premisas del Programa de Centralidades Urbanas (PCU), el modelo de desarrollo urbano sostenible que impulsa el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz bajo la construcción de una visión de futuro común en el marco de lo que establece el Plan La Paz 2040. Las centralidades se constituyen en una estrategia que permitirá la formulación de una Agenda Urbana para La Paz en el marco de Hábitat III. ¿Cuántas centralidades se proyectan? El “Sistema Jerárquico de las Centralidades” identifica y clasifica en función a su consolidación, ubicación, función, espacialidad y cobertura, 19 Centralidades: 9 macrodistritales, 5 distritales y 5 sub centralidades. Los nueve núcleos macrodistritales, espacios consolidados de escala mayor, reconocidos como núcleos de intercambio económico, social, político y cultural y con equipamientos estratégicos, serán San Pedro, Obrajes, Villa Fátima, Tejar-Cementerio, Miraflores, Cruce de Villas, Tembladerani, Mallasa y Achachicala. Las cinco centralidades distritales planificadas son espacios en proceso de consolidación de escala intermedia, con equipamientos de menor escala y oferta de servicios diversificada; atractores de población de la zona. Se trata de La Portada, Achumani, Villa Armonía, Irpavi y Chasquipampa. Las cinco subcentralidades planificadas son espacios de menor escala con o sin equipamientos, donde confluyen sistemas de transporte y áreas de crecimiento urbano, fuertemente relacionados con centralidades distritales; estamos hablando del Plan Autopista, El Vergel y plazas Pampahasi-Callapa, Humboldt y España. De esos 19 núcleos urbanos, 12 han sido priorizados y ya cuentan con estudios específicos: Villa Fátima, La Portada, Obrajes, Tembladerani, San Pedro, Cruce de Villas, Achachicala, Miraflores, Achumani, Chasquipampa, Mallasa y plaza Humboldt. ¿Qué permitirán las centralidades urbanas? • • •

Establecer un compromiso con la sociedad a través de un nuevo mecanismo de planificación territorial, que movilizara a la sociedad, la involucrara y con las que se establecerá mayor corresponsabilidad. Acercar los bienes y servicios, administrativos, sociales, financieros, culturales, recreativos y esparcimiento a la vez que se desconcentra el centro urbano, historio y tradicional. Activar la transición hacia una movilidad urbana sostenible, reorganizando la estructura funcional de la ciudad, con una red interconectada hacia las centralidades y donde se priorice al peatón. 221


• • • • •

Fomentar la conservación del patrimonio natural, la protección de ecosistemas estableciendo mecanismos de adaptación y mitigación al cambio climático. Dar atención prioritaria a la innovación de nuevos espacios públicos para la convivencia urbana, a la creación de lugares versátiles, seguros, de bienestar, equidad e integración. Brindar una desconcentración de servicios multisectoriales, a través de los cuales se brinde una oferta planificada para la prestación de bines administrativos (locales, gubernamentales y estatales) desarrollo humano, cultura, recreación y de e esparcimiento entre otros. Recuperar y mejorar a través del desarrollo urbanístico el aprovechamiento de las económicas de aglomeración en las centralidades definidas y a través de la reparto de cargas y beneficios. Transformar los espacios urbanos con potencial de Renovación, el diseño urbano, la arquitectura y la integralidad multisectorial, son parámetros para el desarrollo de una nueva agenda urbana.

La ejecución de obras de las centralidades podrá ser ejecutada por el GAMLP a través de las diferentes unidades organizacionales o de acuerdo a su naturaleza por terceros o mediante concesiones. ¿Cómo se implementarán? Según establece la ley Nº 198/2016 del 11 de agosto de 2016, para la implementación de cada centralidad se efectuará el diseño de sus proyectos a través del GAMLP o a través de profesionales independientes seleccionados de los concursos multidisciplinarios que se lleven a cabo. La ejecución de obras de las centralidades podrá ser ejecutada por el GAMLP a través de las diferentes unidades organizacionales o de acuerdo a su naturaleza por terceros o mediante concesiones. Características multisectoriales La mirada multisectorial implica reorganizar la estructura urbana, transformar espacios urbanos, acercar los servicios públicos a cada zona, devolver la naturaleza a la ciudad, generar nichos de mercado y propiciar el encuentro social y la convivencia de las personas son otros de los desafíos de las centralidades. De esta manera se podrá desconcentrar el congestionado centro histórico de la ciudad y se acercarán los servicios a la gente a la vez que se potencia el desarrollo macrodistrital y revitalizan diversas zonas. No se debe pasar por alto que hoy el 98% de la población de La Paz vive en el área urbana y esto lleva a reflexionar sobre la necesidad de planificar el desarrollo de la ciudad para que las futuras generaciones tengan una mejor calidad de vida. Para reunir estas características en cada zona es necesario tener una mirada multisectorial que defina seis ámbitos de trabajo: vinculación, eco-eficiencia, convivencia, servicios, emprendimiento y renovación. •

Renovación. Fomentar la construcción de una ciudad más compacta, poli céntrica e integrada en torno a los Grandes Proyectos Urbanos de las Centralidades, impulsando la transformación para ser una ciudad más equitativa e inclusiva, la renovación dará paso a la gestión de una nueva legislación urbana para La Paz. Eco-eficiencia. Promover intervenciones que mejoren las condiciones de vida urbana de la población generando mayores espacios verdes que brinden servicios ecos sistémicos, nuevas infraestructuras con tecnologías eco-eficientes, amigables y que mejoren el aprovechamiento de los recursos naturales. Servicios. Desconcentrar los servicios: de administración pública, de gestión social, desarrollo humano, económicos, culturales y de esparcimiento a través de plataformas integrales de atención ciudadana.

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• •

Convivencia. Recuperar el significado de vecindad con nuevos espacios de convivencia urbana, espacios seguros, versátiles y adaptables, plazas cívicas, parques temáticos, atrios para ferias culturales y teatrines. Emprendimiento. Promover un reconocimiento a las aglomeraciones urbanas más importantes de la ciudad mejorando las condiciones de intercambio, promocionando e impulsando emprendimientos económicos, desarrollo del capital humano y la generación de nuevos espacios de ocio y entretenimiento. Vinculación. Impulsar la movilidad urbana sostenible entre los diferentes sistemas de transporte, con infraestructura vial suficiente que mejore la funcionalidad de las centralidades en su interconexión con la ciudad y mitigando los actuales impactos.

Desarrollar la identidad de las zonas La idea de la Comuna es que los participantes conformen equipos multidisciplinarios que desarrollen un Plan Urbano Rector, con una propuesta urbanística y el desarrollo de anteproyectos que activen las centralidades establecidas y que impulsen la identidad y esencia de cada zona. En el caso de San Pedro, que involucrará a equipos académicos formado por las universidades (grupos de estudiantes y docentes), se deberán realizar propuestas que reactiven la vocación artística, cultural, turística e histórica del centro urbano. Obrajes, que será proyectada por la visión de equipos multidisciplinarios (formado por profesionales), es identificado como un barrio intermedio que une el centro y el sur de la ciudad, pero también es una zona avocada a la educación, debido a que varias universidades y establecimientos educativos funcionan en el lugar. Se plantea también construir una Biblioteca Interactiva. En cambio Villa Fátima, también sujeta a la propuesta de profesionales, es considerada una “bisagra” entre el área urbana y rural, pero también una zona donde se busca potenciar la interacción y el encuentro ciudadano, por lo cual también se piensa edificar el espacio recreativo familiar más equipado de la ciudad. “Nosotros les estamos dando la pauta y el enfoque de lo que se piensa para cada una de estas zonas Pero puede que un equipo de concursantes quiera ratificar, ampliar o incluso replantear esta idea concepto, y se trata de eso, de que puedan retroalimentar lo que nosotros estamos habríamos considerado, pensemos juntos en qué es lo mejor para el desarrollo urbano de estas zonas”. Fuentes: GAMLP, Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (2017): “La Paz alista salto en su crecimiento de la mano de las centralidades”. En Periódico Semanal del GAMLP, Año 4, N° 88, abril de 2017 www.centralidades.lapaz.bo/

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