Boletín 66 octubre 2016 (1)

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BoletĂ­n Oficina de Asuntos HistĂłricos / 1


Director Eugenio Suárez Pérez

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Edición y corrección Belkys Duménigo García Yahima Rosaenz León

Artículos Hace 60 años, en octubre de 1956 / 4

Diseño y realización Aida Soto-Navarro González

“¡Queremos que sean como el Che!” / 13 El Frente Cívico de Mujeres Martianas: voz y silencio en la Cuba prerrevolucionaria por M. Sc. Adelaida Béquer Céspedes, Lic. Dora Gómez Clark y Lic. Daynel Díaz Pérez / 17

Consejo Editorial Eugenio Suárez Pérez Jorge Luis Aneiros Alonso Belkys Duménigo García Ileana Guzmán Cruz Rolando Dávila Rodríguez Aida Soto-Navarro González

Documento de archivo La patria y la revolución en peligro a cargo de Lic. Ileana Guzmán Cruz / 21

ISSN 2306-7101 RNPS 2335

Efemérides del mes

© Sobre la presente edición: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2016

compilado por Dr. C. Rolando Dávila / 22

Estimado lector, le agradecemos que nos haga llegar su opinión acerca de este boletín. Si posee información importante relacionada con su contenido, o comprueba la existencia de errores u omisión de datos fundamentales puede comunicarnos.

informaciones Cátedra de Estudios Históricos Celia Sánchez Manduley / 24 Servicios / 24

Calle 8 No. 210, e/ Línea y 11, Vedado, La Habana, Cuba. Telf.: (537) 836 8846 / 836 5234 Correo: publice@enet.cu Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado

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Presentación Estimado lector El Boletín Revolución de octubre no puede abstraerse del acontecimiento más importante ocurrido en nuestro continente hace unas semanas; nos referimos a la XVII Cum­bre del Movimiento de Países No Ali­nea­dos (MNOAL) desarrollada en la Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela. El encuentro sirvió de escenario para solicitar nuevamente la reforma necesaria en la distri­bución de poderes de la Orga­niza­ción de Naciones Unidas y la democratización de sus instituciones. En las palabras de la mayoría de los presentes se repitió la denuncia a la prepotencia imperial estadounidense, una de las principales amenazas que gravitan hoy sobre nuestros pueblos. La paz, la soberanía y la seguridad para el desarrollo constituyeron los asuntos centrales tratados por los países y rubricados en el documento final conocido como De­claración de Mar­garita. El logro de los 21 objetivos plasmados en esa declaración bajo el compromiso y la voluntad de los MNOAL, requerirá en lo adelante del esfuerzo mancomunado de todos sus miembros. “Somos 120 Estados No Alineados, —expresó el presidente cubano Raúl Castro en su discurso en la cumbre— además de los Principios de Bandung, con la Declaración sobre los Propósitos, Principios y Papel del Movimiento de Países No Alineados en la Coyuntura Internacional Actual, aprobada en la XIV Cumbre en La Habana. No puede subestimarse nuestra enorme fuerza cuando actuamos concertadamente”. De vuelta a nuestro sumario, iniciamos presentando un material que recorre de manera sintetizada los principales momentos vividos por el movimiento revolucionario cubanos en octubre de 1956; le continúan fragmentos del histórico discurso pronunciado por nuestro Comandante en Jefe en la velada realizada en la Plaza de la Revolución tras la pérdida del Guerrillero Heroico; y seguidamente un artículo sobre el Frente Cívico de Mujeres Martianas. En la sección Documento de Archivo le mostramos el original de un artículo de Fidel Castro, con fecha de octubre de 1956, que se conserva en nuestra Oficina. Las Efemérides traen una compilación de sucesos vinculados con la actividad revolucionaria, ocurridos en octubre durante los años 1956 y 1961. Al cierre, las Informaciones. oah

Consejo editorial

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Artículos Hace 60 años en octubre de 1956 Los textos que a continuación se exponen fueron tomados íntegramente del segundo tomo del libro La palabra empeñada de Heberto Norman Acosta, investigador de nuestra Oficina.

Porque esos que luchan, no importa dónde, son nuestros hermanos Ese lunes 1º. de octubre, desde la modesta habitación del hotel Rioja que ocupa desde su arribo a la capital mexicana, Camilo Cienfuegos escribe a sus padres: [...] tengo una muela que me trae giro, hoy fui a ver a un dentista cubiche, pero no estaba, he de regresar a las 5 que es cuando regresa. De mi regreso no estén preocupados, sin falta les avisaré a mi regreso y con tiempo, apenas si he visto nada, como no tengo despertador, lo más que hago es dormir, además tengo que esperar una carta del Ejército Americano que creo no tardará mucho, aunque no hay posibilidades de que me llamen, pero como ya me inscribí, hay que ver qué dicen, ya que con ese problema hay que tener cuidado, porque con un mal entendimiento se vuelve uno desertor.1 También por esta fecha escribe Camilo a un amigo, donde expresa su inquebrantable decisión de incorporarse a los preparativos de la expedición: Desde el mismo momento de pasar la frontera sentí una gran tranquilidad que significaba ir a cumplir con lo que yo considero es hoy el deber primero, el deber para con la Patria, créeme que si no hago esto no podría vivir tranquilo más nunca [...]

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Citada en William Gálvez: Camilo, señor de la Vanguardia; Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1979, pp. 147-148.

Y más adelante, expone su sentir con respecto al reciente ajusticiamiento del sátrapa nicaragüense Anastasio Somoza y expresa su vocación internacionalista: Se habla aquí en ciertos círculos de organizar un ejército que ayude a los nicaragüenses a terminar la obra, yo con gusto brindarían mi esfuerzo si llega el momento, por lo menos mi idea y mi corazón están con ellos, como está en Chipre, como está con los estudiantes españoles, porque esos que luchan, no importa dónde, son nuestros hermanos [...].2

Frank País viaja a La Habana A principios de ese mes de octubre, el dirigente clandestino Frank País viaja a La Habana, junto con su hermano Josué, Léster Rodríguez, Félix Pena, Luis L. Sánchez, Leonides Velázquez, el indio Gerónimo, y Luis Felipe Rosell, quien conduce el auto. Pernoctan en la casa de una tía de Rosell, que está deshabitada, en El Vedado. Pena y Josué se encargarán de lo relacionado con las Brigadas Juveniles, mientras Sánchez y Velázquez aprenderán a fabricar cascos para granadas de mano, en una fundición en Regla. Por su parte, Frank y Léster asistirán a una reunión de la dirección nacional del Movimiento que debe efectuarse en El Cotorro, pero que por algunos inconvenientes se traslada para la playa de Santa María. Finalmente, ese sábado se efectúa en la playa de Santa María la reunión de la dirección nacional del Movimiento en Cuba, donde se hallan los principales dirigentes de la organización en las provincias. […] Se discuten varios temas, fundamentalmente los planes a desarrollar una vez que ocurra el desembarco de los expedicionarios dirigidos por Fidel. Con una visión más realista, Frank País considera no contar aún en la provincia oriental con todas las condicionespara llevar a cabo acciones de apoyo efectivas. William Gálvez: ob. cit., pp. 148-149.

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Fidel asume directamente desde México la vinculación con las direcciones provinciales del MR.26.7. El martes 9 de octubre, se efectúa en la casa del ingeniero Alfonso Gutiérrez, Fofó, y su esposa Orquídea Pino, situada en la calle Fuego 791 esquina a Risco, en los Jardines del Pedregal de San Ángel, una reunión de la dirección nacional del Movimiento en México, con la asistencia de Fidel Castro y su hermano Raúl, Ñico López, Pedro Miret, Jesús Montané y Melba Hernández. Asiste como invitado el combatiente clandestino Santiago Riera, quien arribó a la capital mexicana el 4 de octubre. En dicha reunión, Fidel conversa varias horas en torno a las rivalidades existentes en el seno de la organización en Cuba entre moncadistas y combatientes procedentes del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) dirigido por Rafael García Bárcena, quienes se incorporaron hace algún tiempo, y critica fuertemente a los que alientan tales rivalidades. Como conclusión, envía de regreso a Cuba a Santiago Riera con instrucciones de separar de la dirección nacional a Mario Hidalgo Barrios, quien debe viajar a México; sustituir de sus responsabilidades en la dirección nacional a Alonso Hidalgo Barrios Bebo, quien será reemplazado por Carlos Franqui; ordenar a Armando Hart su traslado hacia la provincia de Oriente en compañía de Haydée Santamaría; y por último instruir a Faustino Pérez que regrese lo antes posible a México. Con tales decisiones, Fidel limita de hecho el funcionamiento de la dirección nacional del Movimiento en Cuba y asume directamente desde México la vinculación con las direcciones provinciales.

Golpear al mismo tiempo Desde la segunda semana de octubre también comienzan a arribar a la capital mexicana miembros del ejecutivo y cuadros de acción del Directorio Revolucionario, con el objeto de celebrar una segunda ronda de conversaciones con la dirección del Movimiento 26 de Julio en México. El primero en llegar es Joe Westbrook Rosales, quien lo hace por vía aérea el martes 9, procedente de La Habana

y de inmediato establece contacto con su antigua compañera del MNR y exiliada desde hace algunos años en Ciudad México, Eva Jiménez, que reside en los Apartamentos Altamira. Ya José Antonio Echeverría se encuentra en Miami, después de un extenso recorrido que lo llevó a Sri Lanka (Ceilán) para participar en la IV Conferencia Internacional de Estudiantes, donde logra que se apruebe una resolución de apoyo a la lucha del pueblo cubano contra la tiranía. También por esta fecha comienzan a arribar a Miami los miembros del ejecutivo del Directorio Revolucionario, Fructuoso Rodríguez y Faure Chomón, así como Juan Nuiry, secretario de la FEU. Faure sale por el aeropuerto de Camagüey, Fructuoso y Nuiry por el de La Habana. El miércoles 10 de octubre arriban a la capital mexicana, procedentes de Miami, los dirigentes del Directorio Revolucionario, para celebrar la segunda ronda de conversaciones acerca de los planes militares con la dirección del Movimiento 26 de Julio. Uno de los lugares donde primero concurren es a la casa de la exiliada cubana Eva Jiménez, en los Apartamentos Altamira, donde ya los aguarda su compañero Joe Westbrook. […] Asimismo arriban por vía aérea, procedentes de La Habana, los cuadros de acción del Directorio Revolucionario Juan Pedro Carbó Serviá y José Machado Rodríguez, quienes se hospedan en el hotel Roosevelt, en la confluencia de la avenida Insurgentes, Yucatán y Popocatépetl. […] Mientras, continúa en Ciudad México la segunda ronda de conversaciones entre el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario para llevar adelante acciones militares concretas, de acuerdo con el pacto suscrito a fines del pasado mes de agosto. Además de los contactos iniciales en el apartamento de la calle Pachuca, casi esquina a Francisco Márquez, en la colonia Condesa, otros encuentros se efectúan en el apartamento de Jalapa 68, donde residen Héctor Aldama y Marta Eugenia López, así como en la casa del ingeniero Alfonso Gutiérrez, Fofó, y su esposa Orquídea Pino, en los Jardines del Pedregal de San Ángel. Otro de los lugares escogidos para celebrar varias

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sesiones es el edificio que ocupa la Litográfica Machado, propiedad del cubano Manolo Machado, en la calle Niño Perdido 425. Al margen de las discrepancias y diferencias tácticas para llevar a cabo la lucha armada, en esta segunda ronda de conversaciones se decide finalmente que cada organización actúe según sus concepciones, pero haciendo coincidir las acciones para golpear al mismo tiempo y de forma efectiva a la dictadura. Los acuerdos pueden sintetizarse en los siguientes puntos: El Movimiento 26 de Julio reitera su propósito de reiniciar la insurrección antes de finalizar 1956, aunque sólo faltan dos meses y medio para terminar el año. Fidel desembarcará en Cuba con un contingente armado, lo cual significa el inicio de la guerra revolucionaria. Se coordinarán en todo el país acciones de diversa índole, para desconcertar al enemigo, contando con el apoyo de los obreros y los estudiantes, que lo secundarán con huelgas y disturbios. Por su parte, el Directorio Revolucionario desarrollará simultáneamente una insurrección armada urbana, en coordinación con las fuerzas del Movimiento 26 de Julio en la capital, precediéndola con acciones que propicien un clima de conmoción pública, a fin de que las fuerzas de la tiranía tengan que dislocarse en diferentes puntos del territorio nacional. Luego de concluir las sesiones de trabajo, los jóvenes dirigentes del Directorio Revolucionario aprovechan para recorrer algunos lugares de la capital mexicana, entre ellos el campo de tiro Los Gamitos, donde por primera vez José Antonio y sus cuadros de acción toman en sus manos los fusiles con miras telescópicas. También visitan las famosas pirámides de Teotihuacán, en compañía de Julito Díaz, Héctor Aldama y otros amigos. Pese a no haber participado en la segunda ronda de conversaciones, los combatientes del Directorio Revolucionario Juan Pedro Carbó Serviá y José Machado Rodríguez, Machadito, se reúnen aparte con Fidel y poco después con Raúl Castro y Ñico López, para acordar planes concretos de acciones.

El yate Granma es al fin botado al agua En el lejano poblado de Santiago de la Peña, en la margen opuesta a la ciudad de Tuxpan, estado de Veracruz, el mexicano Antonio del Conde despliega una intensa y discreta labor en la reparación del yate Granma, con el propósito de que esté listo lo antes posible. […] Luego de concluidas las reparaciones fundamentales de la embarcación, el yate Granma es al fin botado al agua. Antonio del Conde presencia emocionado cómo poco a poco la embarcación se desliza al agua, navega río arriba probando los motores y la atraca después en un recodo a la orilla del río, en Santiago de la Peña, para terminar los trabajos y acondicionarlo. El Cuate regresa entonces a Ciudad México para informarle a Fidel y le pide a Chuchú para que lo ayude. Una vez más, Chuchú Reyes acompaña al colaborador mexicano, esta vez con la tarea de cuidar y trabajar en el acondicionamiento finaldel yate, en el poblado de Santiago de la Peña. Chuchú es el encargado de pintarlo, reparar el sistema eléctrico, instalar la planta de luz, quitar el mayor lastre posible, acondicionar los camarotes, los tanques de agua y de combustible. A partir de entonces, cuando Antonio del Conde tiene que hacer algún viaje a Santiago de la Peña, duerme a bordo del barco. Para los trabajos en la embarcación, atracada en las márgenes del río Tuxpan, el Cuate y Chuchú se ven en la necesidad de contratar algunos pobladores del lugar, como los carpinteros Rafael Cortés y Manuel González, así como el mecánico Bernardino Guerrero, quien enseña a Chuchú a operar los motores del barco. No sólo Antonio del Conde recibe la orientación por parte de Fidel de comprobar todo lo necesario para asegurar que la embarcación llegue a su destino. Onelio Pino le da también instrucciones paraconocer la velocidad del barco, sin aún poder visitarlo. Así, el Cuate hace algunas travesías cortas, practican la entrada y la salida delrío, para conocer algunos datos técnicos.3 Entrevista del autor a Antonio del Conde Pontones, septiembre de 1984.

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Antes de concluir la reparación final, Fidel Castro y algunos colaboradores cercanos visitan la embarcación en Santiago de la Peña, con el propósito de probarla en el río y comprobar personalmente la velocidad que desarrolla, para calcular el tiempo de la travesía. Recuerda Fidel que salieron en esa ocasión unos pocos en el barco y advierten que un clutch patina de vez en cuando. Llegan casi hastala desembocadura y miden más o menos la velocidad. En las aguas tranquilas del río y con pocas personas a bordo, el barco desarrolla una velocidad de once o doce nudos, y sobre esa base empiezan a hacer los cálculos de que llegarán a Cuba en cinco días.4 Luego de probar la embarcación para conocer sus condiciones y velocidad, Fidel Castro se reúne una noche con el excomandante de la Marina, Onelio Pino Izquierdo, en su apartamento de la avenida México 99, quinto piso, y con las cartas náuticas sobre la mesa estudianla posible ruta de la expedición a Cuba. Durante aquella reunión, René Rodríguez cuidaba la seguridad de la casa y recuerda que hasta la madrugada se estuvo trabajando, estudiando la travesía. Fidel, con los datos necesarios del barco, sacando cuenta de los días que tardaría en llegar a Cuba.5

Nuestro afecto de hermanos Tan pronto se conoce en la capital mexicana la noticia del fallecimiento del padre de Fidel Castro, un gran número de compañeros y amigos les hace llegar de inmediato su pésame, incluso aquellos cuyas posiciones políticas no coinciden, como es el caso del exiliado cubano José Raúl Vega Vega, que el lunes 22 de octubre le envía una nota de condolencia a nombre de la Sección Juvenil Auténtica.6 Días después, el miércoles 24 de octubre un grupo de combatientes, residentes casi todos en el apartamento de Insurgentes 5, envía un mensaje Discurso de Fidel Castro en Santiago de la Peña, México, 4 diciembre de 1988; Archivo del Departamento de versiones taquigráficas del Consejo de Estado. 5 Entrevista del autor a René Rodríguez Cruz, agosto de 1984. 6 Instituto de Historia de Cuba: Fondo 17: Fidel Castro Ruz. 4

de condolencia a Fidel Castro, Raúl y sus hermanos, con motivo del reciente fallecimiento del padre: Más que enviaros un mensaje de condolencia a través de estas líneas quisiéramos nosotros en un abrazo de hermanos manifestaros nuestra solidaridad ante el dolor y la pena que os embarga con motivo de la pérdida de vuestro padre. Pero el destino parece condenarnos a seguir adelante y ante el dolor de la Patria encadenada marginar todo otro sentimiento. Por lo tanto sean estas líneas portadoras de nuestra sentida condolencia y sirvan para mostraros una vez más nuestro afecto de hermanos. Entre los firmantes, se encuentran Universo Sánchez, Félix Aguedo Aguiar, Pedro Sotto Alba, Camilo Cienfuegos, Oscar Rodríguez, Calixto Morales, Mario Fuentes, Rolando Santana, Juan Almeida, Ciro Redondo y Alberto Bayo Cosgaya.7

Prueba de manera irrefutable los planes trujillistas […] se conoce que los agentes trujillistas en la capital mexicana centran su actividad en la captación de numerosos exiliados políticos con una situa­ción económica difícil, tratando de seducirlos con falsas promesas y comprometerlos para que se trasladen a República Dominicana y participen en los planes de agresión que se gestan. Informes recibidos por Fidel Castro desde diversas vías, aseguran que uno de estos agentes trujillistas es el excapitán de la Policía, Narciso Ravelo, el capitán Maravilla, y, considerando llegado el momento de tomar cartas en el asunto, ordena la captura de dicho agente. Esta misión le es encomendada también al combatiente René Rodríguez. Raúl Castro y Ñico López le dieron instrucciones de secuestrarlo en el preciso momento en que el sujeto se dispusiera partir hacia República Dominicana. Recuerda René que, cuando llega al aeropuerto y comprueba que Narciso Ravelo, en vez de viajar a Miami a entrevistarse con Prío —como Ibídem.

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había dicho— tomaría el vuelo a República Dominicana, logra penetrar en el saloncito de espera y lo conmina a abandonar el lugar. El agente trujillista al principio se resistió, pero René lo encañona con su pistola hasta que salen y lo montan en un auto. En una calle del centro de la ciudad hacen un cambio de autos y sigue este con Raúl y Ñico, quienes lo llevan ante Fidel, en la casa de Cuzco. Después René supo que Ravelo permaneció detenido algunos días más, luego Fidel le dio algún dinero y lo puso en libertad.8 La captura de Narciso Ravelo en la capital mexicana permite a Fidel Castro disponer de una copiosa documentación, que prueba de manera irrefutable los planes trujillistas fraguados contra Cuba. De inmediato, Fidel se traslada al motel Chulavista, en la ciudad de Cuernavaca, y se da a la tarea de redactar un artículo donde denuncia la peligrosa conjura.

Aunque fuera en un bote de remos La tarde de ese miércoles 24 de octubre, el dirigente clandestino Frank País arriba por segunda ocasión a la capital mexicana, para entrevistarse con Fidel Castro y ultimar los detalles del plan de apoyo al desembarco. De inmediato, se dirige a la casa de la calle Fuego 791, esquina a Risco, Jardines del Pedregal de San Ángel, donde residen el ingeniero mexicano Alfonso Gutiérrez, Fofó, y su esposa Orquídea Pino, quienes podrán ponerlo rápidamente en contacto con Fidel, según le indicara Armando Hart a su paso por La Habana. Cuando Frank toca a la puerta de la lujosa residencia, sale a recibirlo Lidia Castro, quien reside allí desde hace algunas semanas en unión de sus hermanas Emma y Agustina. Según relata Lidia, ante ella se presentó un joven más bien bajo, de pequeño bigote castaño y con aspecto de estudiante que, al preguntarle quién era, le dijo sonriendo: “Frank País”. Lidia le indica que tome asiento y sale con prisa a avisar. Pero, cuando al cabo de algunos minutos regresa con Orquídea Pino a la sala, se sorprenden al encontrar al joven santiaguero sentado al piano y tocando una pieza con vehemencia. Lo Entrevista del autor a René Rodríguez Cruz, agosto de 1984.

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más que les impresiona es ver colocada una pistola encima del piano.9 Ya en horas de la noche, abordan el Buick de Fofó Gutiérrez para conducir a Frank País al motel Chulavista, en Cuernavaca, donde se aloja Fidel Castro junto con unos pocos colaboradores, bien alejado de la vigilancia policial y consagrado a los preparativos finalesde la expedición. Emma Castro recuerda que dejaron a Frank en el motel y se despidieron.10 En esta segunda entrevista de Fidel Castro con Frank País participa Faustino Pérez, quien llega ese propio día a la capital mexicana procedente de Miami. Luego de examinar el punto probable del desembarco y la fecha de la partida, Frank le expresa en aquella oportunidad sus apreciaciones acerca de las posibilidades reales del Movimiento en Cuba para apoyar el desembarco, que según él aún muestra una deficiente organización y los hombres sin la debida preparación y medios.11 Meses después, el 7 de julio de 1957, ya en plena guerra liberadora en la Sierra Maestra, Frank escribe una carta a Fidel donde recuerda aquella conversación: Cuando hablamos la última vez en México, te dije que no creía en la organización existente en Cuba, en el trabajo obrero para la Huelga General, ni en la eficacia de los cuadros de acción, pues estaban indefensos, impreparados y sin acoplar [...] Y más adelante, señala: Opinaba y conmigo muchos, que el tipo de Dirección que funcionaba antes del 3012 no podía nunca dar resultados. En una revolución no se puede hacer Asambleas ni se puede tampoco centralizarlo todo en una persona, Testimonio de Lidia Castro Argote, en Nidia Sarabia: “Frank País en México”; El Mundo del Domingo, (Suplemento), La Habana, 4 octubre de 1964, p. 3. 10 Centro de Estudio de Historia Militar: Entrevista del autor a Emma Castro Ruz, 10 julio 1975. 11 Entrevista del autor a Faustino Pérez Hernández, septiembre de 1983. 12 Se refiere al levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco. 9

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no se puede otorgar igual responsabilidad a un número a veces indeterminado de miembros de la Dirección Nacional (recuerdo que unas semanas antes del 30 había veinticinco miembros ejecutivos con igual categoría, y a los cuales había que consultar casi todo y lo deliberaban y conocían todo y aún querían aumentarla) ni tampoco se puede establecer “zonas tabú” en las que no se pueda penetrar ni se sepa el trabajo que se realiza. El exceso de democracia contrastaba con la acción caprichosa y unipersonal en ciertos campos.13 Estas y otras razones expuso Frank en aquella ocasión, proponiéndole al líder revolucionario que debe aplazar la salida de la expedición hasta principios de 1957. Fidel lo escucha atentamente. Sin embargo, prevalece su decisión de cumplir la promesa hecha al pueblo para reiniciar la lucha, pese a las pocas semanas que restan para concluir el año 1956. Tal como afirmara años después, si en aquel entonces no hubieran podido llegar a Cuba en el plazo fijado, ello quizás no habría cambiado el curso de la historia y los resultados hubieran sido los mismos. Pero, situándose en aquel momento, resulta comprensible que acogieran aquel compromiso con un profundo sentido del honor. En verdad, no deseaban pasar por la amargura de ver concluido el año 1956 sin cumplir la solemne promesa, más aún teniendo en cuenta la cobarde campaña de descrédito contra los revolucionarios pagada por la tiranía, en la que afirmaban queno era posible hacer la revolución, que no regresarían en la fecha anunciada y llevaban en los diarios hasta la cuenta de los días que faltaban para concluir el año. Con el aplazamiento de la fecha, podía además correrse el riesgo de perder las armas, el barco y todo el arduo trabajo realizado hasta entonces, pues la policía mexicana seguía muy de cerca el movimiento de los revolucionarios, instigada por los agentes de la dictadura. De ahí la decisión de Fidel de que, en el caso que se diera al traste con los preparativos de la expedi OAH: Fondo: Frank País García, no. 182.

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ción, regresaría a Cuba aunque fuera con un reducido grupo de diez o doce combatientes, en un bote de remos o en un avión.14 Suponemos que Frank comprendió todos estos razonamientos. Pues, si desde el punto de vista estrictamente táctico podía tener razón, no debía obviarse la enorme importancia política y movilizativa que significaba la consigna proclamada por Fidel, en momentos de gran escepticismo en una parte importante de la población. Las ocasiona les diferencias de criterios no impiden una mayor y más profunda identificación y respeto entre ambos jóvenes revolucionarios. En aquel segundo encuentro en la capital mexicana, Frank País es designado por Fidel jefe de Acción del Movimiento 26 de Julio a nivel nacional y le confiere atribuciones prácticamente ilimitadas para la organización de la lucha en todo el país. Representa, en fin de cuentas, un reconocimiento a su capacidad y talento organizativo, además de una profunda confianza en cómo conduciría los trabajos clandestinos con vistas a la lucha que se aboca. Por último, Fidel le informa a Frank que tres días después de recibir un telegrama que le enviarán desde México comunicándole su salida, ocurriría el arribo de la expedición, pues, según los cálculos, la travesía debe durar cinco días y saldrían dos días antes del aviso. Frank le facilita entonces la dirección de su compañero y amigo Arturo Duque de Estrada, en San Fermín 358, Santiago de Cuba, donde podrán remitir el aviso. No obstante, en esa ocasión Fidel le insiste que las acciones de apoyo deben iniciarse tan pronto se conozca que ha ocurrido el desembarco.15 Aunque Fidel conoce que la fuerza expedicionaria, bien preparada y mejor armada, no es numerosa, Ver discurso pronunciado por Fidel Castro con motivo del XXXIV Aniversario del asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj, el 13 de marzo de 1991, en el periódico Granma, La Habana, 16 marzo de 1991; y discurso en Santiago de la Peña, México, 4 de diciembre de 1988, Archivo del Departamento de versiones taquigráficas del Consejo de Estado. 15 Discurso de Fidel Castro pronunciado el 30 de noviembre de 1959 en Santiago de Cuba, periódico Revolución, 2 de diciembre de 1959. 14

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su idea es desembarcar primero y, cuando el grueso de las fuerzas del ejército se mueva hacia ellos, que en la retaguardia del enemigo se produzcan las acciones de apoyo y el levantamiento en la ciudad.16 Luego de concluir la entrevista, Frank País permanece en México alrededor de cinco días, guardando similares medidas de precaución al viaje anterior. Sólo se conoce que, junto con Pedro Miret, visita la casa de Cuzco 643, para saludar a su compañero Manuel Echevarría […]. En la mañana de ese domingo 28 de octubre, luego de recibir las últimas orientaciones de Fidel Castro, el dirigente clandestino Frank País se dirige al aeropuerto de la capital mexicana para tomar un avión que lo conducirá a la ciudad de Miami, como breve escala para su viaje de regreso a Cuba. Lo acompaña a la terminal aérea el combatiente Enio Leyva.17 Ese mismo día, en su breve escala en Miami, Frank envía cuatro postales: tres dirigidas a su novia América y una a su amigo Taras Domitro.18 […] También ese día [lunes 29 de octubre] el dirigente clandestino Frank País regresa a Cuba, procedente de Miami. Su entrada la hace por la ciudad de Camagüey, desde donde comienza un recorrido por algunas provincias, transmitiendo las últimas orientaciones de Fidel Castro respecto al plan de apoyo a la expedición y las acciones que debe emprender cada provincia, de acuerdo con sus fuerzas, advirtiéndoles que el aviso para estar listos lo recibirán por un telegrama desde México o Santiago de Cuba. En una nota que escribe por entonces a su compañero Arturo Duque de Estrada, expresa Frank en una de sus partes: Tengo formidables noticias, conseguí todo lo que vine a buscar con excepción del viaje hasta hoy, que estoy esperando una llama Ver discurso pronunciado por Fidel Castro con motivo del XXXIV Aniversario del asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj, el 13 de marzo de 1991, en el periódico Granma, La Habana, 16 marzo de 1991; y discurso en Santiago de la Peña, México, 4 de diciembre de 1988, Archivo del Departamento de versiones taquigráficas del Consejo de Estado. 17 Entrevista del autor a Enio Leyva Fuentes, noviembre de 1992. 18 OAH: Fondo: Frank País García, no. 100 y 101. 16

da telefónica. Conseguí también un ascenso, nada, que me están superestimando.19 […] Por esta fecha [últimos días de octubre], Frank País sostiene una reunión en el apartamento de Línea y 2, en La Habana, con Haydée Santamaría y su hermano Aldo, Armando Hart y otros miembros de la dirección nacional del Movimiento, a quienes informa de su nueva responsabilidad como jefe nacional de Acción y las decisiones adoptadas en México. También les habla de la necesidad de designar tres responsables de Acción para apoyar el desembarco que, según considera, podría ser Aldo Santamaría para la zona occidental, Ifraín Cheché Alfonso en la central y él mismo en la oriental. La propuesta es aceptada por todos, aunque queda claro que a no ser Oriente, por contar con armas y una fuerte organización, muy poco podrán hacer las restantes provincias. Durante su estancia en La Habana, Frank conversa también con otros dirigentes de la capital, entre otros con José Suárez Blanco, Marcelo Salado, Enrique Oltuski y Jesús Suárez Gayol, quien sustituirá a Mario Hidalgo como jefe de las Brigadas Juveniles, pues este último debe partir cuanto antes para México.

La Patria y la Revolución en peligro En horas de la madrugada del domingo 28 de octubre Fidel Castro concluye en México el artículo titulado “La Patria y la Revolución en peligro”, que viene elaborando desde hacía varios días, en el cual revela algunos detalles de la conjura trujillista contra Cuba y denuncia la cobarde maniobra de la tiranía para confundir al pueblo. El artículo comienza: Desde hace muchos meses, entre Trujillo y Batista se viene escenificando un rejuego infame cuyos frutos amenazan por ser para nuestra patria y nuestro pueblo todo lo amargo que pueda concebirse. El Movimiento Revolucionario 26 de Julio, cerca ya la hora decisiva de iniciar el combate OAH: Fondo: Frank País García, no. 123.

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por la liberación de nuestro pueblo, abocado a una lucha simultánea en dos frentes, considera un deber histórico y una necesidad táctica y revolucionaria, dilucidar esta cuestión, denunciar las intenciones de uno y de otro, exigir de Batista una definición categórica al respecto y poner al pueblo en pie de lucha contra un peligro que gravita muy seriamente sobre la Revolución y sobre Cuba. […] Fidel concluye el artículo, con la intención de enviarlo a Cuba cuanto antes, para que sea publicado en la próxima edición de la revista Bohemia. Sin pérdida de tiempo, escribe a su director, Miguel Ángel Quevedo: Adjunto le envío el escrito que le prometí por distintas vías. Con él van las copias fotostáticas de distintas pruebas documentales sobre las actividades de los trujillistas. Tengo otras y voy en camino de obtener más. En algunas ocasiones hemos tenido que recurrir a medios drásticos para adquirirlas. El escrito es extenso, pero no pude hacerlo más breve. De usted depende la importancia y repercusión que tenga. Después de algunas recomendaciones, en cuanto a su impresión y la reproducción gráfica de los documentos que adjunta, primeras pruebas que se presentan a la opinión pública sobre la conjura trujillista, agrega Fidel en la carta: Quede usted con la seguridad de que todo cuanto afirmo es cierto, tanto en lo que se refiere a lo que denuncio como a nuestra determinación de actuar inmediatamente, si no hay otra solución. Yo le ruego a usted que no deje de publicarlo por ningún concepto. Hay que frenar a Trujillo. Usted no querrá que nos ataquen por la espalda cuando estemos combatiendo […]. En horas de la madrugada de ese domingo 28 de octubre, es ajusticiado el coronel Antonio Blanco Rico, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), cuan-

do se disponía a salir del lujoso cabaret Montmartre, en 23 y P, Vedado. Al detenerse junto a los ascensores, en compañía de otros altos oficiales, miembros de un comando urbano del Directorio Revolucionario dirigido por Juan Pedro Carbó Serviá e integrado por José Fernández Cossío, Miguel Ángel Domínguez y Rolando Cubela, abrió fuego sobre estos resultando muerto Blanco Rico y herido el coronel Marcelo Tabernilla, segundo jefe de la Fuerza Aérea e hijo del jefe del ejército. Sólo una casualidad impide que en esa misma acción fuese liquidado el jefe del Buró de Investigaciones, coronel Orlando Piedra. Cuando aquel amanecer, Fidel conoce del atentado realizado porla madrugada en La Habana al coronel Antonio Blanco Rico, jefe del Servicio de Inteligencia Militar, interrumpe por unos minutos la misiva que dirige a Miguel Ángel Quevedo, preocupado por las consecuenciasde esta acción, y luego agrega: Acabo de enterarme ahora mismo, terminado ya el artículo, de los atentados que ocurrieron esta madrugada. Considero que la tensión sea muy grande. De todas formas, el artículo es una formulación de paz. Si esta paz no se logra, los días venideros serán terribles y usted lo sabe bien. No queda más remedio que estar preparado para todo. Siento mucho los duros días que van a sufrir todos los cubanos, sobre todo los que como usted tengan una tarea diaria y difícil de desempeñar. Se está creando un estado psicológico de desesperación, de ausencia de miedo, que precede las grandes contiendas.20 Ese lunes 29 de octubre, parte desde la capital mexicana por vía aérea hacia La Habana, Esther María Pérez Sánchez, esposa de Onelio Pino, con el artículo que Fidel Castro recién concluyera sobre la conjura trujillista y una carta adjunta para el director de la revista Bohemia, Miguel Ángel Quevedo. Esther María recuerda que cuando llegó a la redacción de OAH: Fondo: Fidel Castro Ruz, no. 299.

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Bohemia, la policía vigila el lugar. Tomó escaleras arriba, dejó el documento a Quevedo en su oficina y se retiró.21

Asesinados los diez jóvenes asilados Nuevos acontecimientos acrecientan el clima de violencia que vive la capital habanera. La mañana del lunes 29 de octubre, en la casona que ocupa la embajada de Haití, en la esquina de Séptima avenida y calle 20, en Miramar, se produce el cambio de embajador. Pierre Rigaud le entrega los asuntos a su sucesor, Jacques Francois. En la sede diplomática se encuentran en ese momento seis asilados políticos, a los cuales la policía persigue acusándolos de participar en los hechos del cuartel Goicuría, y a los que el gobierno ha concedido los salvoconductos y esperan obtener las visas para salir del país. Se nombran Carlos Casanova, Orlando Fernández, Leonel Guerra, Eladio Cid, Félix Hernández y Salvador Ibáñez. Fuera del recinto, en el jardín, se encuentran otros cuatro jóvenes llegados en la madrugada de ese lunes solicitando asilo, los cuales esperan en el garaje a que se defina su situación. Estos son Alfredo Massip, Israel Escalona, Gregorio García y Secundino Martínez, conocido por el Guajiro. Los dos últimos son acusados por la policía de participar en el reciente intento de atentado al senador Rolando Masferrer. Posteriormente, los diplomáticos salen juntos a almorzar y un rato

después el último funcionario de la sede que permanece en ella la abandona con igual fin. Sólo quedan en el lugar los jóvenes asilados y una sirvienta que los atiende. A las 2:00 de la tarde, la atmósfera en los alrededores de la sede parece cargada de tensión, con un desacostumbrado ajetreo de perseguidoras en verdadero zafarrancho de combate. De improviso, un automóvil oficial se detiene frente a la sede diplomática, del cual desciendenel brigadier Rafael Salas Cañizares, jefe de la Policía; el coronel Orlando Piedra, jefe del Buró de Investigaciones; el coronel Conrado Carratalá y algunos ayudantes. Tras conferenciar con oficiales y policías apostados en el lugar, Salas Cañizares ordena iniciar el asalto y entran sin titubeos en la sede, disparando sus armas. Creen que allí se encuentra Juan Pedro Carbó Serviá, quien fuera identificado en la acción del Montmartre. En la salvaje agresión, resultan asesinados los diez jóvenes asilados. Antes de caer, el único de ellos que porta una pistola, Secundino Martínez, logra alcanzar con sus disparos al sanguinario jefe de la Policía, quien cae mortalmente herido. Durante media hora, se oye el retumbar de los disparos de ametralladoras, como si se tratara de un verdadero combate. Al terminar la matanza, se impide a los periodistas tomar fotos. Sólo podrán entrar en el recinto las autoridades policiales y militares. oah

Entrevista del autor a Esther María Pérez Sánchez, agosto de 1988.

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“¡Queremos que sean como el Che!” Cada octubre que llega, los cubanos rendimos homenaje a dos grandes hombres que la vida juntó en la lucha, la amistad y en la eternidad: Camilo Cienfuegos Gorriarán y Ernesto Guevara de la Serna, Che. Pasarán los años y serán recordados por quienes los conocieron y aquellos que solo alcanzarán a escuchar historias que quizás, con el decurso del tiempo, parezcan lejanas e increíbles. Uno de ellos, el Che, ha trascendido los límites de nuestra isla para convertirse en paradigma de multitudes que enarbolan su imagen por un mundo de justicia y paz. El 18 de octubre de 1967, a diez días de la pérdida del Guerrillero Heroico, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz le dedicó sentidas palabras en la velada solemne realizada a su memoria en la Plaza de la Revolución. A continuación exponemos fragmentos del histórico discurso. […] Che era una de esas personas a quien todos le tomaban afecto inmediatamente, por su sencillez, por su carácter, por su naturalidad, por su compañerismo, por su personalidad, por su originalidad, aun cuando todavía no se le conocían las demás singulares virtudes que lo caracterizaron. […] Se le veía impregnado de un profundo espíritu de odio y desprecio al imperialismo, no solo porque ya su formación política había adquirido un considerable grado de desarrollo, sino porque hacía muy poco tiempo había tenido la oportunidad de presenciar en Guatemala la criminal intervención imperialista a través de los soldados mercenarios que dieron al traste con la revolución de aquel país. Para un hombre como él no eran necesarios muchos argumentos. Le bastaba saber que Cuba vivía en una situación similar, le bastaba saber que había hombres decididos a combatir con las armas en la mano esa situación, le bastaba saber que aquellos hombres estaban inspirados en sentimientos genuinamente revolucionarios y patrióticos. Y eso era más que suficiente. De este modo, un día, a fines de noviembre de 1956, con nosotros emprendió la marcha hacia

Cuba. Recuerdo que aquella travesía fue muy dura para él puesto que, dadas las circunstancias en que fue necesario organizar la partida, no pudo siquiera proveerse de las medicinas que necesitaba y toda la travesía la pasó bajo un fuerte ataque de asma sin un solo alivio, pero también sin una sola queja. […] Sobrevino el primer combate victorioso y Che fue soldado ya de nuestra tropa y, a la vez, era todavía el médico; sobrevino el segundo combate victorioso y el Che ya no solo fue soldado, sino que fue el más distinguido de los soldados en ese combate, realizando por primera vez una de aquellas proezas singulares que lo caracterizaban en todas las acciones. […] Y en aquella ocasión no solo fue combatiente distinguido, sino que además fue también médico distinguido, prestando asistencia a los compañeros heridos, asistiendo a la vez a los soldados enemigos heridos. Y cuando fue necesario abandonar aquella posición, una vez ocupadas todas las armas y emprender una larga marcha, acosados por distintas fuerzas enemigas, fue necesario que alguien permaneciese junto a los heridos, y junto a los heridos permaneció el Che. Ayudado por un grupo pequeño de nuestros soldados, los atendió, les salvó la vida y se incorporó con ellos ulteriormente a la columna. Ya a partir de aquel instante descollaba como un jefe capaz y valiente, de ese tipo de hombres que cuando hay que cumplir una misión difícil no espera que le pidan que lleve a cabo la misión. Así hizo cuando el combate del Uvero, pero así había hecho también en una ocasión no mencionada cuando en los primeros tiempos, merced a una traición, nuestra pequeña tropa fue sorpresivamente atacada por numerosos aviones y cuando nos retirábamos bajo el bombardeo y habíamos caminado ya un trecho nos recordamos de algunos fusiles, de algunos soldados campesinos que habían estado con nosotros en las primeras acciones y habían

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pedido después permiso para visitar a sus familiares cuando todavía no había en nuestro incipiente ejército mucha disciplina. Y en aquel momento se consideró la posibilidad de que aquellos fusiles se perdieran. Recordamos cómo nada más planteado el problema, y bajo el bombardeo, el Che se ofreció, y ofreciéndose salió rápidamente a recuperar aquellos fusiles. Esa era una de sus características esenciales: la disposición inmediata, instantánea, a ofrecerse para realizar la misión más peligrosa. Y aquello, naturalmente, suscitaba la admiración, la doble admiración hacia aquel compañero que luchaba junto a nosotros, que no había nacido en esta tierra, que era un hombre de ideas profundas, que era un hombre en cuya mente bullían sueños de lucha en otras partes del continente y, sin embargo, aquel al-

truismo, aquel desinterés, aquella disposición a hacer siempre lo más difícil, a arriesgar su vida constantemente. Fue así como se ganó los grados de comandante y de jefe de la segunda columna que se organizara en la Sierra Maestra; fue así como comenzó a crecer su prestigio, como comenzó a adquirir su fama de magnífico combatiente que hubo de llevar a los grados más altos en el transcurso de la guerra. Che era un insuperable soldado; Che era un insuperable jefe; Che era, desde el punto militar, un hombre extraordinariamente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo. Si como guerrillero tenía un ‘talón de Aquiles’, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, era su absoluto desprecio al peligro. […]

Imagen tomada por el fotorreportero japonés Akitoshi Kondo en un estudio de la televisión cubana, en ocasión de una comparecencia de Fidel. La Habana, 1961.

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Es eso en lo que resulta difícil coincidir con él, puesto que nosotros entendemos que su vida, su experiencia, su capacidad de jefe aguerrido, su prestigio y todo lo que él significaba en vida, era mucho más, incomparablemente más, que la evaluación que tal vez él hizo de sí mismo. Puede haber influido profundamente en su conducta la idea de que los hombres tienen un valor relativo en la historia, la idea de que las causas no son derrotadas cuando los hombres caen y la incontenible marcha de la historia no se detiene ni se detendrá ante la caída de los jefes. Y eso es cierto, eso no se puede poner en duda. Eso demuestra su fe en los hombres, su fe en las ideas, su fe en el ejemplo. Sin embargo —como dije hace unos días— habríamos deseado de todo corazón verlo forjador de las victorias, forjando bajo su jefatura, forjando bajo su dirección las victorias, puesto que los hombres de su experiencia, de su calibre, de su capacidad realmente singular, son hombres poco comunes. […] No es fácil conjugar en una persona todas las virtudes que se conjugaban en él. No es fácil que una persona de manera espontánea sea capaz de desarrollar una personalidad como la suya. Diría que es de esos tipos de hombres difíciles de igualar y prácticamente imposibles de superar. Pero diremos también que hombres como él son capaces, con su ejemplo, de ayudar a que surjan hombres como él. […] La muerte del Che —como decíamos hace unos días— es un golpe duro, es un golpe tremendo para el movimiento revolucionario, en cuanto le priva, sin duda de ninguna clase, de su jefe más experimentado y capaz. Pero se equivocan los que cantan victoria. Se equivocan los que creen que su muerte es la derrota de sus ideas, la derrota de sus tácticas, la derrota de sus concepciones guerrilleras, la derrota de sus tesis. Porque aquel hombre que cayó como hombre mortal, como hombre que se exponía muchas veces a las balas, como militar, como jefe, es mil veces más capaz que aquellos que con un golpe de suerte lo mataron.

Sin embargo, ¿cómo tienen los revolucionarios que afrontar ese golpe adverso? ¿Cómo tienen que afrontar esa pérdida? ¿Cuál sería la opinión del Che si tuviese que emitir un juicio sobre este particular? Esa opinión la dijo, esa opinión la expresó con toda claridad, cuando escribió en su mensaje a la conferencia de solidaridad de los pueblos de Asia, África y América Latina que si en cualquier parte le sorprendía la muerte, bienvenida fuera siempre que ese, su grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se extienda para empuñar el arma. […] Cuando nosotros recordamos al Che, cuando nosotros pensamos en el Che, no estamos pensando fundamentalmente en sus virtudes militares. ¡No! La guerra es un medio y no un fin, la guerra es un instrumento de los revolucionarios. ¡Lo importante es la revolución, lo importante es la causa revolucionaria, las ideas revolucionarias, los objetivos revolucionarios, los sentimientos revolucionarios, las virtudes revolucionarias! […] Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas. El descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción […] ¡constituyó un verdadero ejemplo de virtudes revolucionarias! […] Trabajador infatigable; en los años que estuvo al servicio de nuestra patria no conoció un solo día de descanso. Fueron muchas las responsabilidades que se le asignaron: como presidente del Banco Nacional, como director de la Junta de Planificación, como ministro de Industrias, como comandante de regiones militares, como jefe de delegaciones de tipo político, o de tipo económico, o de tipo fraternal […] tenía una infinita fe en los valores morales, tenía una infinita fe en la conciencia de los hombres. Y debemos decir que en su concepción vio

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con absoluta claridad en los resortes morales la palanca fundamental de la construcción del comunismo en la sociedad humana. […] Che no cayó defendiendo otro interés, defendiendo otra causa que la causa de los explotados y los oprimidos en este continente; Che no cayó defendiendo otra causa que la causa de los pobres y de los humildes de esta Tierra. Y la forma ejemplar y el desinterés con que defendió esa causa no osan siquiera discutirlo sus más encarnizados enemigos. y ante la historia, los hombres que actúan como él, los hombres que lo hacen todo y lo dan todo por la causa de los humildes, cada día que pasa se agigantan, cada día que pasa se adentran más profundamente en el corazón de los pueblos. […] Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che! Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che! Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che! Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha

en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che! Che se ha convertido en un modelo de hombre no solo para nuestro pueblo, sino para cualquier pueblo de América Latina. Che llevó a su más alta expresión el estoicismo revolucionario, el espíritu de sacrificio revolucionario, la combatividad del revolucionario, el espíritu de trabajo del revolucionario, y Che llevó las ideas del marxismo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria. ¡Ningún hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu internacionalista proletario! […] Es por eso que nosotros, en la noche de hoy, después de este impresionante acto […]que demues­­ tra cómo este es un pueblo sensible, que demuestra cómo este es un pueblo agradecido, que demuestra cómo este pueblo sabe honrar la memoria de los valientes que caen en el combate, que demuestra cómo este pueblo sabe reconocer a los que le sirven, que demuestra cómo este pueblo se solidariza con la lucha revolucionaria, cómo este pueblo levanta y mantendrá siempre en alto y cada vez más en alto las banderas revolucionarias y los principios revolucionarios; hoy, en estos instantes de recuerdo, elevemos nuestro pensamiento y, con optimismo en el futuro, con optimismo absoluto en la victoria definitiva de los pueblos, le digamos al Che, y con él a los héroes que combatieron y cayeron junto a él: ¡Hasta la victoria siempre! […] oah

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El Frente Cívico de Mujeres Martianas: voz y silencio en la Cuba prerrevolucionaria por M. Sc. Adelaida Béquer Céspedes, Lic. Dora Gómez Clark y Lic. Daynel Díaz Pérez La memoria histórica de nuestro país reúne vasta evidencia de la labor consumada por la mujer cubana como pilar excepcional del proceso de liberación nacional. Un cúmulo de nombres ilustres pondera su huella en las sucesivas luchas del pueblo, reflejo de su excepcional capacidad organizativa y de compromiso, así como de una singular inteligencia para vislumbrar el camino de ascenso de la conciencia revolucionaria. Otros han permanecido silenciados por el anonimato o el desconocimiento público, aislados por el tiempo y la geografía o fundidos en la nombradía de partidos y organizaciones de masas, pero en ellos, no cabe duda, se completa el mérito del valor y el patriotismo más elevados. Ejemplos de estos nombres son los de las integrantes del Frente Cívico de Mujeres Martianas (FCMM), modelo fundacional de organización y actividad coordinada por parte de la fuerza femenina que en su momento brindó apoyo decisivo a los movimientos revolucionarios que propugnaban una solución insurreccional a la situación devenida tras el golpe de Estado perpetrado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952. En fecha reciente en que conmemoramos un nuevo aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas, la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado rinde tributo de recordación y gratitud a aquellas valerosas mujeres, herederas del legado combativo de otras épocas y precursoras de la referida organización femenina. La iniciativa de formación de este grupo partió de la excombatiente antimachadista Carmen Castro Porta, Neneina, tras el resuene del golpe, atendiendo una sugerencia de Pedro González, combatiente de la Guerra Civil Española y testigo del accionar de las mujeres que tomaron parte en dicha contienda en defensa de la nación ibérica. No obstante, su fundación oficial ocurrió en noviembre del propio 1952, en una ceremonia celebrada en el Salón

de los Mártires de la Universidad de La Habana, que se dio a conocer públicamente el 10 de enero del año siguiente, al cumplirse veinticuatro años del asesinato en México de Julio Antonio Mella. Sus integrantes adoptaron los ideales de patriotismo e independencia del Apóstol como principios rectores de la organización e instituyeron el nombre de Frente Cívico de Mujeres del Centenario Martiano (FCMCM). Desde su surgimiento, su proyección apuntaba al cumplimiento de nítidos objetivos estratégicos: la deposición del régimen de Batista mediante la rebelión armada y el establecimiento del poder en manos del pueblo a través de un gobierno popular revolucionario, sin vínculos ni compromisos con la fauna politiquera tradicional. Bajo tales directrices, el FCMCM procuró reunir y coordinar a las mujeres que, independientemente de su ocupación, estatus social, credo y filiación o simpatía política (excepto las batistianas declaradas), estuvieran dispuestas a contribuir al ascenso hacia una sociedad cubana superior, democrática y justa, “con todos y para el bien de todos”, por la que luchó el Maestro. En este propósito radica precisamente su distinción y uno de sus principales aciertos, así como en el temprano reconocimiento de la pertinencia de la alternativa insurreccional y la necesidad de formar un frente popular de lucha con vista a emprenderla de manera eficaz, antes que muchos políticos y otros organismos revolucionarios de ese tiempo que suponían una posibilidad de triunfo con la incorporación a la lucha de militares opuestos al sátrapa o con su eliminación física. Por otra parte, en sucesivas declaraciones del FCMCM resaltan, como axiomas de su funcionamiento, la dirección colectiva, la eliminación del individualismo, la exaltación de las ideas de José Martí que las acercaban más a Fidel Castro y al

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Movimiento 26 de Julio (M-26-7), el fomento de la disciplina y la responsabilidad individual y colectiva, la recaudación de fondos por medio de cuotas individuales de sus miembros y simpatizantes mediante bonos, y la aceptación consciente por parte de sus integrantes de la línea revolucionaria que trazaba el frente. La dirección de la organización estaba encabezada por una coordinadora general, la consagrada luchadora Aida Pelayo Pelayo, e integrada por comisiones especializadas como Propaganda y Organización, a cargo de Carmen Castro Porta; Finanzas, integrada por Nieves López y Olga Román; Acción, con Aida Pelayo y Olga Román al frente; Ayuda y Solidaridad, atendida por las compañeras Tamara Crespo y Concha Cheda; Relaciones Exteriores, con María Pazos como responsable; y Juventud, a cargo de Gudelia García e Isabel Álvarez. En sus filas convergían algunos miembros de la denominada “Generación del Treinta”, portadores de cierta experiencia combativa, como Carmen Castro y María Pazos, con compañeras que se incorporaban a la lucha como los “pinos nuevos” de la nueva etapa, entre ellas Concha Cheda, Gudelia García e Isabel Álvarez. Las martianas, como llegaron a ser conocidas, se extendieron por todo el país y establecieron relaciones directas con los dirigentes intermedios y la masa de militantes de organizaciones del ámbito clandestino en las ciudades como el M-26-7 y el Directorio Revolucionario, y con la Federación Estudiantil Universitaria. En su mayoría se organizaron fundamentalmente en Pinar del Río, La Habana, Camagüey, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín. Al mismo tiempo, mujeres ávidas de contar con una organización revolucionaria activa solicitaban orientaciones para crear filiales desde localidades y centrales azucareros dispersos por el resto de las provincias. El FCMCM desarrolló su actividad tanto dentro del marco legal como en el clandestino y de manera autónoma, aunque no aislada o arbitraria. En concordancia con su objetivo estratégico esencial, no realizó reclamaciones a favor de la situación de

las mujeres o de carácter clasista. Su esfuerzo fue volcado a una ardua labor propagandística orientada a despertar la conciencia del pueblo y exaltar el amor a la patria, a alentar la lucha contra los golpistas batistianos, el apoyo a los presos políticos y sus familiares, el enfrentamiento a toda posición reaccionaria y entreguista y a las corrientes conciliatorias de la oposición política, la denuncia contra la violación de los derechos humanos y el apoyo a los sectores que honestamente luchaban contra el tirano. En este sentido sobresale el uso de la prensa radial y escrita de la época, así como manifiestos, volantes, folletos y octavillas que siempre encabezaban con pensamientos de José Martí. Sus afiliadas cooperaron e incluso participaron directamente en acciones revolucionarias tales como sabotajes, traslado de armas, actos en lugares públicos, atentados a esbirros, resguardo y asistencia en la fuga de perseguidos y presos políticos, atención médica a heridos en acciones combativas, identificación y servicios fúnebres de combatientes asesinados, provisión de alimentos, dinero, medicamentos y ropas a los familiares de los compañeros clandestinos o presos, entre otras, en las que muchas veces comprometieron su identidad y su vida. Paralelamente, el FCMCM no dejó de informar siempre al pueblo acerca de los asesinatos y torturas que se cometían, señalando a los culpables con nombres y apellidos. Por enfrentar a los esbirros de la dictadura, muchas de las compañeras fueron objeto de detenciones y encausamientos judiciales. Durante el proceso judicial que siguió al primero de estos incidentes, el 28 de enero de 1953, las implicadas fueron defendidas por el abogado Fidel Castro Ruz. Justamente al concluir ese año, la organización cambió su nombre por el de Frente Cívico de Mujeres Martianas (FCMM), garantía de la imperturbabilidad de sus principios regentes y de la continuidad de sus acciones al transcurrir el Año del Centenario. En una carta enviada el 17 de septiembre de 1955 a Carmen Castro Porta, Fidel Castro exponía algunos criterios sobre la fase de lucha en curso, así

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como su complacencia con la labor desempeñada por el FCMM: “Dos cosas son evidentes: ”1º El éxito de toda revolución como de toda guerra depende fundamentalmente de la estrategia que se adopte; una estrategia revolucionaria es siempre más complicada que una estrategia de guerra, no se estudia en ninguna academia y los militares de profesión, con sus rígidos esquemas mentales suelen ser los menos indicados para concebirla. ”2º En un mismo proceso revolucionario, no a todos los grupos políticos le es dable aplicar la estrategia ideal, depende decisivamente del papel que haya desempeñado en la vida política y de los intereses sociales que representen. ”[…] En dos renglones se sintetiza nuestra concepción sobre la única forma posible e incontrarrestable de derrocar la Dictadura: Insurrección armada secundada por una huelga revolucionaria y un sabotaje completo de todos los medios de comunicación del país en el momento de la acción. ”[…] Se debe tener la más absoluta reserva en los planes de la resistencia, en las tareas que se realizan, que solamente deben conocer los que participan en la misma y en los momentos precisos. La discreción, disciplina y control las considerábamos fundamentales”.1 Luego expresaba: “Este tipo de lucha permite al más humilde de los ciudadanos, joven o viejo, hombre o mujer, participar activamente en ella, prestar una colaboración útil, satisfacer sus inquietudes patrióticas sin necesidad de tener que ofrecerle un fusil ni engañarlo miserablemente, casos de los cuales todos nosotros conocemos muchos”.2 En otra parte de la carta Fidel apuntaba que “[…] dentro del MR-26-7 faltaba la organización femenina y […] esa era la función que le tenía reservada al Frente Cívico de Mujeres Martianas, afiliar en él a todas las cubanas que simpaticen con nuestra causa y convertirlo en el aparato femenino del 26 de Julio. Ustedes pueden desempeñar un papel muy Carmen Castro Porta: La lección del Maestro, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, p. 93. 2 Ibídem, p. 94. 1

importante en todos los aspectos del Movimiento, sobre todo en el sector obrero, y en el campo ideológico y de la propaganda revolucionaria en general. Tendrían además, como es lógico, la representación correspondiente en la Dirección Nacional. ” […] Creo ciegamente en cuanto he afirmado. Si estuviera equivocado, pagaré gustoso mi error con la vida. Un ejemplo vale siempre más que un hombre. Nadie me verá envejecer rumiando desengaños mientras me queden fuerzas para caer en una playa cualquiera de la tierra oprimida con un arma redentora en la mano”.3 Su retorno a Cuba el 2 de diciembre de 1956 sería la confirmación de esta declaración. Tras dicha fecha, la actuación del FCMM reafirmó su compromiso con la causa revolucionaria y su indignación frente al régimen opresor. En la huelga de los presos políticos realizada el 16 de julio de 1957 en el Castillo del Príncipe, sus integrantes mantuvieron una preocupación y atención constante a los reclusos y promovieron una manifestación que recorrió la capitalina calle Galiano en apoyo a los que protestaban por el régimen de terror implantado en el mal llamado Presidio Modelo para Hombres de Isla de Pinos. Dos años después, el 28 de enero de 1959, ante una multitudinaria representación del pueblo santiaguero ante la tumba del Maestro en el cementerio de Santa Ifigenia, Aida Pelayo expresó: “Aquí estamos ante la tumba de José Martí, para decirle: La mujer cubana, a quien tu rendiste tributo de respeto y admiración en la recia figura de Mariana Grajales madre de nuestro titán Antonio Maceo, no fue indiferente a la tragedia de tu pueblo. Algunas cayeron en el cumplimiento de sus deberes, como Lidia y Clodomira; otras compartieron los honores de participar en el asalto al Cuartel Moncada; otras lucharon en la Sierra y en el Llano. Cuando la patria fue ofendida por un grupo de traidores, un contingente de mujeres quisimos compartir los riesgos de la lucha junto aotros valerosos cubanos. En la antesala del aniversario glorioso de tu nacimiento nos organizamos en el Frente Cívico Ibídem, pp. 95-96.

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de Mujeres del Centenario Martiano y nos unimos todas en la aspiración común de ver libre a la patria. Mujeres de toda la Isla llevamos como estandarte y escudo tu apostolado, tus enseñanzas, de tus ejemplos, de tus virtudes, para poder cooperar en el empeño de darle a Cuba, sus libertades, su independencia verdadera y sus derechos como nación soberana. […] Maestro: Como tú nos enseñaste, hemos cumplido nuestro deber, sencilla y naturalmente. Lo hicimos en la guerra, y lo haremos en la paz”.4 Al crearse la Federación de Mujeres Cubanas el 23 de agosto de 1960, las representantes del heroico frente femenino pasaron a ocupar las filas de la nueva organización para continuar en su batalla por consolidar la patria libre e independiente soñada por Martí. Sin embargo, la impronta del FCMM quedó plasmada en un extraordinario cuerpo de documentos del cual una considerable representación permanece bajo la custodia de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado. El colectivo del área de procesamiento de dicha institución lleva a cabo la identificación de ese patrimonio como parte del tratamiento archivístico de la colección denominada Organizaciones y partidos políticos. Durante el proceso han sido examinados más de ciento sesenta documentos

que atestiguan el funcionamiento y accionar del FCMM durante la mayor parte de su existencia. El material se encuentra en buen estado de conservación general y próximamente estará disponibles para su uso con fines investigativos y de consulta. En el voluminoso legajo coexisten diversas tipologías documentales, entre las que predominan programas y declaraciones de objetivos y principios rectores de la actividad de la organización femenina, informes, denuncias, editoriales de prensa, material de propaganda, artículos, monografías y composiciones literarias, igualmente destacan algunos documentos personales de integrantes del FCMM y cartas recibidas o remitidas a funcionarios de la época, presos políticos y figuras públicamente reconocidas como Fidel Castro, Melba Hernández, Manuel Urrutia Lleó y Jorge Mañach. A manera de resumen se puede señalar que el Frente Cívico de Mujeres Martianas realizó una destacada labor en los difíciles años que transcurrieron de 1952 a 1958 en apoyo y ayuda a los presos políticos y sus familiares, en el enfrentamiento a la tiranía batistiana, y especialmente en la divulgación del pensamiento martiano en su expresión más revolucionaria y combativa. oah

Ibídem pp. 245-246.

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Documento de archivo a cargo de Lic. Ileana Guzmán Cruz

El 28 de octubre de 1956 Fidel Castro concluía su artículo “La patria y la revolución en peligro”, con el propósito de que fuera publicado en la revista Bohemia. El trabajo demostraba fehacientemente los planes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo contra Cuba y la conspiración del gobierno de Fulgencio Batista para confundir al pueblo. En los primeros párrafos apuntaba Fidel: “Este artículo es un llamado de alerta a todo el pueblo. La Revolución Cubana y, lo que es más grave aún, la propia soberanía del país se encuentra en gravísimo peligro”. Continua más adelante: “El Movimiento Revolucionario 26 de Julio, cerca ya la hora decisiva de iniciar el combate por la liberación de nuestro pueblo, abocado a una lucha simultánea en dos frentes, considera un deber histórico y una necesidad táctica y revolucionaria, dilucidar esta cuestión, denunciar las intenciones de uno y de otro, exigir de Batista una definición categórica al respecto y poner al pueblo en pie de lucha contra un peligro que gravita muy seriamente sobre la revolución y sobre Cuba”.

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Efemérides del mes compilado por Dr.C. Rolando Dávila

Hace 60 años

1956, 6 de octubre: Frank País participó en una reunión de la dirección nacional del Movimiento 26 de Julio, celebrada en la playa Santa María del Mar, al este de La Habana, en la cual se discutieron varios asuntos, entre ellos, el plan de apoyo a seguir al producirse el de­ sembarco de los revolucionarios comandados por Fidel Castro. 1956, 10 de octubre: José Antonio Echeverría —presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y secretario general del Directorio Revolucionario (DR)— arribó por segunda vez a tierra azteca para precisar con Fidel Castro las medidas concretas de apoyo al desembarco en Cuba del jefe del Movimiento 26 de Julio. En ese encuentro estuvieron presentes Fructuoso Rodríguez, Faure Chomón, Joe Westbrook, miembros todos del ejecutivo del DR, y el secretario de la Feu Juan Nuiry. 1956, 12 de octubre: Desde la capital cubana arribaron por vía aérea a Ciudad de México Juan Pedro Carbó Serviá y José Machado, Machadito. Ambos cuadros de acción del DR se reunieron con Fidel Castro y después con Raúl Castro y Antonio Ñico López para coordinar tareas específicas de acción. 1956, 24 de octubre: Por segunda vez Frank País viajó a la capital mexicana a entrevistarse con Fidel Castro. En este encuentro, que se extendería hasta el 28 de octubre y en el que estaban presente Faustino Pérez, Frank y Fidel ajustaron los detalles finales del alzamiento armado de Santiago de Cuba para apoyar el desembarco del Granma. Frank aprovechó la oportunidad para pedirle a Fidel un aplazamiento del arribo de la expedición a Cuba, en aras de poder contar con un mayor margen de tiempo para adquirir más armas y preparar a los hombres que tomarían parte en la acción.

Fidel rechazó la propuesta, no solo por tener el compromiso con el pueblo de reiniciar la guerra contra la tiranía batistiana en 1956, sino también por la inseguridad que corrían los combatientes en territorio mexicano. 1956, 28 de octubre: Fidel Castro redactó en Ciudad de México su artículo “La Patria y la Revolución en peligro”, destinado a desenmascarar la conspiración trujillista contra Cuba y las maniobras de la tiranía batistiana para confundir a la opinión pública nacional. - Fidel Castro escribió una carta en Ciudad de México a Miguel Ángel Quevedo, director de Bohe­mia, en la que le pedía incluir en la siguiente edición de la revista su último artículo “La Patria y la Revolución en peligro”. - Frank País partió por vía aérea de Ciudad de México hacia La Habana. Antes de llegar a la capital cubana hizo una breve escala en Miami. - El teniente coronel Antonio Blanco Rico —jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM)— fue ajusticiado en el cabaret Montmartre, en 23 y P, Vedado, por un comando del DR. En la acción resultaron heridos el teniente coronel Marcelo Tabernilla Palmero junto a su esposa. 1956, 29 de octubre: En las primeras horas de la tarde, la embajada de Haití, en calle 20 y 7ª Ave., reparto Miramar, fue rodeada por la policía. En su interior se encontraban asilados y con salvoconductos expedidos seis jóvenes revolucionarios inculpados de haber participado en el ataque al cuartel Goicuría, en la provincia de Matanzas, ocurrido el 29 de abril del propio año. En espera de asilo se hallan en el interior de la sede diplomática otros cuatro jóvenes. Los diez jóvenes fueron masacrados por la policía, pero cayó también mortalmente herido el brigadier Rafael Salas Cañizares —jefe de la Policía Nacional.

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Hace 55 años

1961, 1º de octubre: Se fundó la Escuela Superior de Educación Física (ESEF) Comandante Manuel Fajardo, con capacidad para preparar cientos de profesores anualmente. Más tarde, el centro pasó al Ministerio de la Enseñanza Superior, bajo la atención del Instituto Nacional de Educación Física y Recreación (INDER) y se transformó en el Instituto Superior de Cultura Física. 1961, 6 de octubre: Carlos Lechuga, embajador permanente de Cuba ante la Organización de Estados Americanos (OEA), denunció en la sede de esa organización las maniobras de Estados Unidos para que los países latinoamericanos rompieran relaciones diplomáticas con la isla. 1961, 20 de octubre: Los medios de prensa informaron que Rubén Sabariego, obrero cubano de la base naval de Estados Unidos en Guantána-

mo, había sido asesinado luego de su detención por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de ese país. El comandante Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias despide el duelo. 1961, 27 de octubre: Cerca de 2 000 000 de trabajadores tomaron parte en el proceso de elección de los nuevos comités de secciones sindicales en todos los centros laborales del país. 1961, 30 de octubre: Fue inaugurada por el Comandante en Jefe Fidel Castro la Escuela Nacional de Instrucción Revolucionaria Sierra Maestra, destinada a la preparación política e ideológica de los obreros de las granjas del pueblo. El nuevo centro formó parte del sistema de Escuela de Instrucción Revolucionaria (EIR). - Salió el primer número del semanario deportivo LPV (Listos Para Vencer), órgano oficial del INDER. oah

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Informaciones Cátedra de Estudios Históricos Celia Sánchez Manduley La ética en el pensamiento de Fidel Castro Ruz fue el tema desarrollado en el espacio de la cátedra, el jueves 22 de septiembre. El conferencista Jorge L. Aneiros Alonso destacó la influencia del pensamiento martiano en la proyección ética del Comandante en Jefe, así como la incidencia en el proceso revolucionario cubano de los postulados éticos legados de las generaciones revolucionarias que nos antecedieron. Igualmente significó el subdirector de la Oficina el valor de este tema en el análisis del comportamiento de la sociedad actualmente, luego del lastre dejado por los difíciles momentos del Periodo Especial y la permanente guerra ideológica del imperio norteamericano. Como parte de la cátedra se presentó el libro Memorias de un clandestino y guerrillero, del combatiente Antonio Llibre Artigas, realizado por la Editorial de Ciencias Sociales. Seguidamente fueron presentados los primeros números de la revista El Historiador, perteneciente a la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC). Sus expositoras, Mildred de la Torre Molina, miembro del ejecutivo de la INHIC y coordinadora de la revista, María Luisa García Moreno, su editora, y Yésica Pilar García Cantillo, la diseñadora, explicaron al auditorio las novedades de esta publicación que sale impresa por primera vez, pues su antecedente es en versión digital. Cada revista agrupa artículos muy interesantes sobre las ciencias sociales en general, elaborados por especialistas en la materia. La calidad del sumario seleccionado, unido al excelente trabajo de edición y diseño y al resultado final de la imprenta hacen de estos ejemplares un suceso editorial atractivo para todo tipo de público, asegurando la aspiración de sus realizadores. oah

Servicios El archivo presta los siguientes servicios: • Información a distancia • Consulta de documentos • Asesoramiento sobre temas de historia • Préstamos bibliotecarios y hemerográficos • Servicios de referencia El horario de atención a los usuarios es de lunes a viernes, de 9:00 a 11:30 a.m. y de 1:30 a 4.30 p.m. Las visitas para conocer las pinturas murales del artista danés Asger Jorn se ofrecen de lunes a viernes, de 9:00 a 11:00 a.m. y continúan de 2:00 a 4:00 p.m. Localización y contacto Calle Línea, no. 1009, e/ 10 y 12, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana. Teléfonos: (537) 833 9901 al 03. Correo electrónico: oah@enet.cu

El Departamento Editorial realiza libros relacio­ nados con la etapa insurreccional del periodo 1952-1958. Los interesados pueden presentar sus proyectos para ser evaluados por el Consejo Científico de la institución. Igualmente se ofertan libros producidos por nuestro sello. El horario de atención es de lunes a viernes, de 9:00 a 11:00 a.m. y continúan de 2:00 a 4:00 p.m. Localización y contacto Calle 8, no. 210. e/ Línea y 11, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana. Teléfonos: (537) 832 1883, 836 8846. Correos electrónicos: diroh@enet.cu y publice@enet.cu. oah

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