Jonathan Pinto Dise単o
CUSTODIA
BAJO Agosto de 2011
ARTISTA INVITADO XXVIII INTERNACIONAL DE PIANO
Pecado capital / 2009 / Mixta sobre lienzo / 139X110cm
JAIRO PINTO
Profano / 2010 / Mixta sobre lienzo / 150X100cm
POR ALBERTO BORJA
BAJO CUSTODIA
E
l trabajo de Jairo Pinto se sostiene en el dibujo, esa tradición a la que todos acuden en la niñez para desarrollar una estructura mental que la mayoría abandona en la medida en que los caminos de la vida divergen y se pierden en la cotidianidad, en la normalidad. El que dibuja como adulto sigue creciendo de la misma manera en que lo hacen los más pequeños pero con la diferencia de la experiencia de vida, que se vincula como presencia a la imagen obtenida; esta habla directamente con el que puede ver, en el momento de la percepción. El dibujo presenta de manera directa la articulación de elementos en un movimiento de la mente del que dibuja, desde su pensamiento. En el caso de Pinto este medio se despliega en una adhesión a la tradición pictórica de los maestros de la representación y de la nueva figuración que limita ya con una meta-vanguardia contemporánea en la que tienen cabida todos los movimientos plásticos de todas las épocas en un permanente sobresalto cuántico en el que conviven los tiempos en los artistas y sus obras. Que no se engañe el que se acerca, que el dibujo y la pintura no son el pasado, allí están, esperan que los nuevos medios audiovisuales del siglo XX y XXI sigan decantándose; esperan pacientes a sus adeptos, tal como recibieron generosos los primeros trazos de todos los seres humanos cuando la mente trabajaba milagrosamente en construirse alrededor de las palabras y las imágenes. El dibujo no se razona se hace, pero en ese hacer se evidencia el mundo vivido por el artista, su experiencia de la vida y su sensibilidad diferente. En este territorio americano profundamente penetrado por la ideología monolítica de la tradición católica hay que pedir perdón desde el comienzo, constantemente, por un pecado tan antiguo que se pierde en la memoria mientras se abrazan gustosas en la actualidad todo tipo de aberraciones sociales. ¿Barroco? Puede ser, por esa exuberancia de la acumulación velada, por un ejercicio de otro siglo extraviado; y sin embargo, dialoga en lo contemporáneo porque esos personajes que a veces visten y se escenifican en un tiempo pasado son caracterizados e iluminados por seres humanos de hoy. Los protagonistas son dibujados hoy, con una arqueología mínima de objetos, como pequeñas ruinas personales; en un ritual que propone el teatro íntimo de la clausura. El artista parece expiar una culpa colectiva y antigua en el cuerpo. Este aparece representado y fragmento, ofrecido desde lo anatómico, como un medio de iluminación en su representación. Es inevitable la referencia a los místicos de nuestra literatura como Juan de la cruz o sor Juana Inés de la Cruz que vivieron en su propia carne el sacrificio sublimado de forma poética en la palabra y que han influenciado las obras de otros artistas como Antonio Saura, Luis Caballero o José Alejandro Restrepo. En Bajo Custodia se busca un lenguaje en lo pictórico para dramatizar una experiencia dibujada y pintada, codificada en el castigo y la mortificación. Un cuerpo que busca al observador para contar un relato desde la historia del arte, desde la disciplina diaria del trabajo, sin especulación.
En una trastienda se pueden imaginar los modelos transmutados en santos, en esos objetos antropoides que sirven para vestir y habitar estoicamente desde la madera de sus miembros, los modestos templos de tantas iglesias y capillas. La santidad se presenta como búsqueda artística, frustrada desde el comienzo por la realidad humana que dista mucho de esos ideales antiguos.
Las líneas que se adivinan o se descubren en la observación atenta y reposada en la re-visita, configuran órbitas, rutas, descripciones estructurales con una matemática del plano. Indicaciones de simultaneidades que en el pretexto de la culpa o el pecado redefinen la expiación, el castigo, la pena, la condena y la redención. Un relato como la vida, con un inicio, un desarrollo medio y un final inevitable, destinado a durar después del fin de la mirada del propio artista al menos unos instantes después de mañana. La materia se va acumulando en muy delgadas capas como si se quisiera prolongar el proceso de forma indefinida sin ningún apremio, en una desaceleración totalmente opuesta y en contracorriente de este preciso tiempo que vivimos hoy, la aceleración de la imagen en movimiento que ya es ubicua, omnipresente. Si, lo religioso esta evidentemente presentado en las figuras penitentes que proponen, sobre todo en sus vestiduras, un trabajo escultórico, sugiriendo el movimiento y la profundidad de las texturas. Un nazareno asume el papel de verdugo entre sombras y pliegues que ocultan el rostro del culpable. La víctima ofrece su cabeza para la expiación sea esta la de un adolescente, la de un niño, la de un viejo o la de una muñeca. El penitente se representa en la vestidura y la textura de la superposición, cubriendo de a poco su culpa, enterrando el pasado o el recuerdo pecaminoso. Siempre en un escenario, que puede ser un cuarto flanqueado por alguna ventana en la que asoma un mundo antiguo, que es el de hoy pero visto desde uno de los pueblos pequeños de nuestra provincia, en donde ocres y tierras sirven de fondo para sus cuadros recordando el paisaje terroso de este lugar, y con ello adquiere una identidad local esa pintura de factura europea que elabora en extensos periodos de tiempo.
Rocas, tierras y montañas con lejanos verdes acogen el rojo, el azul y los púrpuras, rojos, ocres y amarillos que se relacionan en una liturgia alterna, erotizada en lo dramático. Una puesta en escena de la contención, mientras la culpa termina exorcizada en la sensación que viene acompañando la percepción de ese mundo que se asoma en cada escena. Los personajes posan para el público, se dejan ver entre la vestidura y los huesos en una mezcla anatómica y existencial que habita a veces la penumbra y en otras los márgenes más abstractos de las manchas y las líneas. Dos elementos parecen tener un lugar relevante en su mundo: las manos y los textiles, que retrata magistralmente al describirlas primero en estricto dibujo y luego en pinceladas que se van angostando hasta constituir en el detalle miniaturas que resuenan en el ojo. Precisamente en el tratamiento de las escalas, desde la miniatura imposible y el detalle perfecto hasta las relaciones de los elementos en las superficies más extensas de sus grandes formatos, une lo pequeño y lo grande en una gramática de formas que invitan a acercarse. En la profundidad de la acumulación de grafías y pintura que se asienta en cada capa, deja las huellas que expían y cubren el pecado al espectador; pero le ofrece a cambio una historia escenificada en un drama intemporal congelado en la multiperspectiva del lienzo, aparentemente mudo habla al oído con palabras en otra lengua que aún podemos entender.
Bajo custodia / 2011 / Carboncillo y pastel sobre tela / 110X139cm
“El dibujo no se razona se hace, pero en ese hacer se evidencia el mundo vivido por el artista, su experiencia de la vida y su sensibilidad diferente.�
Boceto para converso / 2009 / Lápiz sobre madera / 22X19cm
Boceto para purgatorio / 2010 / Lápiz sobre papel / 21X19cm
Composición para Beatas del monseñor / 2010 Lápiz sobre papel / 60X50cm
Composición No 1 para Mortificación corporal 2011 / Sanguina y sepia sobre papel / 50X60cm
Composición No 2 para Mortificación corporal 2011 / Sanguina sobre papel / 50X60cm
Composición No 1 para “El juicio final” / 2009 / Lápiz sobre madera / 29X31cm
Estudio para “El juicio final” / 2011 / Carboncillo y pastel sobre papel / 50X60cm
Profano / 2010 / Mixta sobre lienzo / 150X100cm
Estudio para purgatorio / 2010 Sepia y óleo sobre lienzo / 23X18cm
Composición No 5 para purgatorio 2009 / Mixta sobre tela / 29X40cm
Estudio para purgatorio 2011 / Lápiz y óleo sobre madera / 23X26,5cm
Estudio para purgatorio / 2011 / óleo sobre tela / 19X15cm
Donado perpetuo / 2011 / Mixta sobre tela / 24X32cm
Composición para profano y pecado capital / 2009 / Mixta sobre madera / 38X57cm
Jairo Pinto Bucaramanga, 1963
2005 Evolución de los materiales y técnicas de la pintura Héctor d 'Allemand Banco de la República 2003 Taller de Muralismo Arte monumental Maestro Ariosto Otero Bucaramanga 2001 Reflexiones con David Manzur (El oficio de las artes visuales) Museo de Arte Moderno Bogotá 1998 Taller de Nicolás de la Hoz San Gil 1996 Asistente de la Universidad Nacional de Colombia Maestro Jorge Riveros Bogotá
2007 Espejo Retrovisor MAMB. Museo de Arte Moderno de Bucaramanga 2006 ENSIMISMOS Instituto Municipal de Cultura Bucaramanga 2005 Exposición itinerante Capítulos ilustrados del Quijote 30 artistas nacionales MAMB - Banco de la República Biblioteca Alejandro Galvis Galvis Barrancabermeja 2004 Primer salón de Arte religioso MAMB Club Náutico Acuarela Mesa de los Santos 2001 Los artistas y el papel del fique de Barichara Museo de Arte Moderno Bucaramanga
Exposiciones Individuales
2000 Jóvenes Artistas Lucca Italia
2011 Bajo Custodia UIS . Universidad Industrial de Santander
1996 Tercer Salón de Artes en Miniatura San Gil
2007 Confesionario MAMB . Museo de Arte Moderno de Bucaramanga Exposiciones Colectivas 2010 Bolivar de Mil Maneras Sala de Exposiciones Macaregua Sede UIS Bucarica, Bucaramanga
1995 Barichara, Espíritu creador Barichara. Publicaciones 2007 Cuestiones Revista UNAB- Bucaramanga 2005 Expresiones de arte Contribución a la Cultura de Surtiquímicas
2009 Ver para crear Ramírez Sánchez Galería, Bucaramanga
2003 Almanaque de Surtiquimicas 2004
2009 100 obras para coleccionistas Ramírez Sánchez Galería, Bucaramanga
1998 Barichara, Romance de Piedra y barro. Martínez, Oscar.
Saul Meza Fotografía
Estudios