Adam curtis el poder de las pesadillas

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ADAM CURTIS - EL PODER DE LAS PESADILLAS

El poder de las pesadillas (del inglés The Power of Nightmares) es un documental de la BBC, escrito y producido por Adam Curtis, parte de la serie de documentales titulada El ascenso de la política del miedo (Inglés: The Rise of the Politics of Fear). El filme consta de tres partes, cada una tiene una hora de duración, y fue transmitido por primera vez a finales de 2004 en el Reino Unido y posteriormente en varios países y exhibido en varios festivales de cine. El documental compara el ascenso del movimiento neoconservador en los Estados Unidos con el del movimiento radical islamista, sugiriendo que hay una fuerte conexión entre los dos. Mas aún, éste argumenta que la amenaza del islamismo radical como una siniestra masiva fuerza de destrucción, especialmente en la forma de Al-Qaeda, es en realidad un mito perpetrado por los políticos de varios países y en particular por los neoconservadores de Estados Unidos con el objetivo de unir e inspirar a la gente ante el fracaso de otras ideologías utópicas. El poder de las pesadillas ha sido alabado por críticos en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Su mensaje y contenido también han sido objeto de crítica por los sectores conservadores y progresistas.

Este documento es una transcripción del audio del documental. Este documental es imprescindible para comprender los mecanismos del pensamiento totalitario moderno, ese que no sólo se inventa conspiraciones externas e internas para mantenerse en el poder sino que, al final, termina creyéndoselas y siendo devorado por


ellas. Aunque alguno de sus argumentos pueden ser discutibles, no lo es menos que afronta con valor el análisis del mundo actual y las mentiras que lo gobiernan. Se podrá estar o no de acuerdo con algunas de sus apreciaciones, pero lo que no puede negarse es su determinación a la hora de desentrañar los hilos que manejan este planeta y el acierto a considerar las Políticas del Miedo como el actual mecanismo de los amos del mundo para dominar y controlar las mentes y corazones de los ciudadanos. Como se dijo, son tres capítulos, ya separada cada una de ellas. El primer capítulo parte lleva por título: “Nena, hace frío afuera” y hace un análisis histórico de como mientras los neoconservadores estadounidenses creaban la fantasía de un imperio maligno que amenazaba el mundo libre (la Unión Soviética), en el mundo árabe, los fundamentalistas islámicos difundían la idea de que el individualismo y egoísmo liberalista de occidente, constituía un peligro para la integridad de las sociedades musulmanas. Bajo el título “La victoria fantasma”, el segundo de los capítulos analiza la alianza de ambos grupos teóricamente rivales en Afganistán y la caída del bloque soviético, desmontando el mito de que Ronald Reagan ganó la Guerra Fría gracias a la intervención de su administración en el conflicto en Afganistán. Finalmente, el tercer capítulo, “Las sombras en la cueva”, destruye otro mito: el de la existencia de Al Qaeda, al mismo tiempo que nos enfrenta a la realidad paranoide edificada por los discursos del miedo, y que es reforzada por el infotaiment difundido a través de los medios de masas. En el pasado, los políticos prometían crear un mundo mejor. Tenían distintas formas de lograrlo. Pero su poder y autoridad surgía de la visión optimista que ofrecían a su pueblo. Esos sueños fracasaron. Y hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Cada vez con más frecuencia, los políticos son vistos simplemente como administradores de la vida pública. Pero ahora han descubierto un nuevo rol que restaura su poder y autoridad. En vez de repartir sueños, ahora los políticos prometen protegernos de las pesadillas. Dicen que nos rescatarán de peligros terribles que no podemos ver y que no comprendemos. Y el mayor de todos los peligros es el terrorismo internacional. Una red poderosa y siniestra, con células asociadas en países de todo el mundo. Una amenaza que necesita combatirse con la guerra al terrorismo. Pero la mayor parte de esta amenaza es una fantasía, que ha sido exagerada y distorsionada por los políticos. Es una oscura ilusión que se ha divulgado sin cuestionamientos entre los gobiernos del todo el mundo, las agencias de seguridad y los medios internacionales. Esta es una serie de documentales acerca de cómo y por qué se creó esa fantasía, y a quién beneficia.


En el corazón de la historia hay dos grupos: los neoconservadores americanos y los islamistas radicales. Ambos eran idealistas que nacieron del fracaso de los sueños liberales de construir un mundo mejor. Y ambos tienen una explicación muy parecida de qué causó ese fracaso. Estos dos grupos han cambiado el mundo, pero no de la forma en que pretendían. Juntos, han creado la actual visión pesadillezca de un mal secreto y organizado que amenaza al mundo. Una fantasía que luego los políticos descubrieron que restauraba su poder y autoridad en una época de desilusión. Y aquellos con los miedos más oscuros se volvieron los más poderosos. EL PODER DE LAS PESADILLAS EL ASCENSO DE LA POLÍTICA DEL MIEDO Primera Parte: NENA, HACE FRÍO ALLÁ AFUERA La historia comienza en el verano de 1949… ...cuando un inspector escolar de mediana edad llegó desde Egipto al pequeño poblado de Greeley, en Colorado. Su nombre era Sayyed Qutb. Qutb había sido enviado a los EE.UU. para estudiar sus sistema educativo, y se contrató en el colegio público local. Sus fotografías aparecen en el anuario del colegio. Pero Qutb estaba destinado a ser mucho más que un inspector escolar. A partir de su experiencia de ese verano en América, Qutb iba a desarrollar un poderoso conjunto de ideas que inspirarían directamente a aquellos que pilotaron los aviones en el ataque del 11 de Septiembre. A medida que viajaba a través del país, Qutb cada vez se desencantaba más con América. Las mismas cosas que, en la superficie, hacían que el país pareciera próspero y feliz, Qutb las vio como signos de corrupción y decadencia internas. Esta era la América de Truman, y hoy muchos americanos la consideran la era dorada de su civilización. Pero Qutb vio un lado siniestro en ella. Todo a su alrededor era estupidez, corrupción, vulgaridad, conversación centrada en las estrellas de cine y el precio de los autos. También le preocupaba que los habitantes de Greeley destinaran tanto tiempo al cuidado de los céspedes. Podando los bordes, cortando el césped. Esto, para Qutb, era indicativo del aspecto egoísta y materialista del estilo de vida americano. Los americanos vivían estas vidas aisladas rodeadas por sus céspedes. Ansiaban bienes materiales. y esto, decía Qutb muy sucintamente, es el gusto de América. Lo que Qutb creía estar viendo era una realidad escondida y peligrosa bajo la superficie de la vida americana común. Una noche de verano fue a un baile de la iglesia local. Más tarde escribió que lo que presenció esa noche cristalizó su visión.


Habló como el pastor tocaba en el gramófono uno de los éxitos de las big-band de entonces, “Baby, It’s Cold Outside.” Bajó las luces para crear un efecto romántico, de ensueño y luego, Qutb dijo “los pechos se encontraron, y los brazos rodearon las cinturas, y sala se llenó de lujuria y amor.” Para la mayoría de la gente al ver este baile, habría visto una imagen inocente de felicidad juvenil. Pero Qutb vio algo más: los bailarines frente a él eran trágicas almas perdidas. Creían que eran libres. Peor en realidad, estaban atrapados por sus propios deseos egoístas y codiciosos. La sociedad americana no avanzaba; hacía retroceder a la gente. Se volvían seres aislados, dirigidos por fuerzas animales primitivas. Tales criaturas, creía Qutb, podían corroer los lazos que mantenían a la sociedad unida. Y esa noche se decidió a prevenir que esta cultura de individualismo egoísta se apoderara de su propio país. Pero Qutb no estaba solo. Al mismo tiempo, en Chicago, había otro hombre que compartía los mismos temores acerca de la fuerza destructiva del individualismo en América. Era un oscuro filósofo político en la Universidad de Chicago. Pero sus ideas también tendrían consecuencias de largo alcance porque se convertirían en la fuerza modeladora detrás del movimiento neo conservador, que ahora domina la administración americana. Se llamaba Leo Strauss. Strauss es una figura misteriosa. Se rehusaba a ser filmado o entrevistado. Dedicó su tiempo a crear un leal grupo de estudiantes. Y lo que les enseñó fue que la próspera sociedad liberal en la que estaban viviendo contenía las semillas de su propia destrucción. No dio entrevistas ni escribió ensayos políticos, ni apareció en la radio ni otras cosas semejantes — aún no existía la TV — Pero sí quería formar una escuela de estudiantes que vieran lo que él había visto: que el liberalismo occidental conducía al nihilismo, y había experimentado un desarrollo al final del cual ya no podía seguir definiéndose o defendiéndose. Un desarrollo que había eliminado todo lo loable y admirable del ser humano y nos había convertido en meros animales. Nos había vuelto una manada de animales— pequeños enanos enfermos, que se satisfacen con una vida peligrosa en la que nada es verdad y todo está permitido. Strauss creía que la idea liberal de la libertad individual llevaba a la gente a cuestionar todo — todos los valores, todas las verdades morales. En vez de por ellos, la gente se guiaba por sus propios deseos egoístas. Y esto amenazaba destruir los valores compartidos que mantenía a la sociedad unida. Pero Strauss creía que había una forma de detener esto. Era tarea de los políticos imponer mitos poderosos e inspiradores en los que todos pudieran creer. Podían no ser ciertos, pero eran ilusiones necesarias. Uno de ellos era la religión; el otro era el mito de la nación.


Y en América esa idea era que el país tenía el destino único de combatir las fuerzas del mal en todo el mundo. Este mito estaba personificado, le dijo Strauss a sus estudiantes, en su programa de televisión favorito: Gunsmoke. Strauss era un gran hincha de la televisión americana. Gunsmoke era su gran favorito, y se apresuraba a casa desde el seminario, y cenaba rápidamente para poder instalarse en su sillón frente al aparato de televisión cuando empezara Gunsmoke. Y este programa le parecía bueno. Que tenía un efecto saludable en el público americano, porque mostraba el conflicto entre el bien y el mal de forma tal que sería fácilmente comprensible para todos. - ¡Veamos qué pasa! - ¡No! El héroe usa sombrero blanco; dispara más rápido que los malos; los buenos ganan. Y no es sólo que los buenos ganen, sino que los valores son claros. Esto es América! Vamos a triunfar sobre los malos… que… que tratan de destruirnos a nosotros y los valores de la frontera occidental. Bien y mal. El otro programa favorito de Leo Strauss era Perry Mason. Y este, decía a sus estudiantes, personaliza el rol que ellos, la élite, deben jugar. En público deben promover los mitos necesarios para rescatar a América de la decadencia. Pero en privado no es necesario que crean en ellos. Perry Mason era diferente de Gunsmoke. El hombre extremadamente astuto que, al menos hasta donde se ve, es muy virtuoso y usa su gran inteligencia y rapidez mental para rescatar a sus clientes de los peligros, pero que puede engañarnos — porque es más listo que nosotros. ¿Realmente está diciendo la verdad? ¡Quizá su cliente es culpable! En 1950, Sayyed Qutb viajó de regreso a Egipto desde América. Él también estaba determinado a encontrar alguna forma de controlar las fuerzas del individualismo egoísta. Y mientras viajaba, comenzó a visualizar un nuevo tipo de sociedad. Tendría todos los beneficios modernos de la ciencia y la tecnología occidental, Pero un Islam más político tendría jugaría un rol central, manteniendo a los individuos bajo control. Proveería un marco moral que evitaría que los deseos egoístas inundaran a la gente. Pero Qutb se dio cuenta que la cultura americana ya se estaba extendiendo a Egipto, atrapando a las masas en sus sueños seductores. Lo que se necesitaba, creía él, era una élite, una vanguardia que pudiera ver a través de esta ilusión de libertad, Tal como él lo había hecho en América, y que luego pudiera guiar a las masas a percatarse de esta verdad superior. Las masas necesitan ser guiadas. Y este grupo de vanguardia sería responsable de la tarea de guiar al pueblo fuera de la oscuridad y hacia la luz del Islam.


Porque las masas habían sucumbido a sus propios deseos egoístas, y él quería que la vanguardia fuera distinta, que fuera pura, que se mantuviera unida fuera de toda esta situación corrupta, conduciendo a la gente de regreso a la verdad. A su regreso a Egipto, Qutb se convirtió en un activista político. Se unió a un grupo llamado la Hermandad Musulmana, que quería que el Islam tuviera un rol principal en el gobierno de la sociedad egipcia. Y en 1952, la Hermandad apoyó la revolución encabezada por el General Nasser que derrocó los últimos remanentes del gobierno británico. Pero rápidamente Nasser dejó claro que el nuevo Egipto sería una sociedad secular que emularía la moral occidental. Rápidamente estableció una alianza con América. Y la CIA fue a Egipto a organizar las agencias de seguridad para el nuevo régimen. En vista de ello, la Hermandad Musulmana comenzó a organizar la oposición a Nasser, y en 1954 Qutb y otros miembros prominentes de la Hermandad fueron arrestados por los servicios de seguridad. Lo que le ocurrió entonces a Qutb tendría consecuencias para el mundo entero. En los '70 se filmó esta película, que muestra lo que ocurría en la prisión principal de Nasser en los‘50 y ‘60. Se basó en los testimonios de los sobrevivientes. Torturadores entrenados por la CIA desencadenaron una orgía de violencia contra los miembros de la Hermandad Musulmana acusados de conspirar para derrocar a Nasser. En un momento dado, Qutb fue cubierto con grasa animal y encerrado en una celda con perros entrenados para atacar humanos. Sufrió un ataque cardiaco en la celda. Sayyed Qutb se veía a si mismo como una persona superior. Se veía a si mismo como un importante pensador islamista y de carácter fuerte. Etcétera, etcétera. Pero a fin de cuentas, cuando estaba en la prisión militar, nos dio los detalles exactos acerca de su grupo secreto y las órdenes que le había dado. La más peligrosa era la orden inundar todo el delta del Nilo y ahogar esta tierra de infieles. Qutb sobrevivió, pero la tortura tuvo un potente efecto radicalizador sobre sus ideas. Hasta ese momento, había creído que las ideas seculares occidentales tan sólo creaban el egoísmo y el aislamiento que había visto en los Estados Unidos. Pero la tortura, creía él, demostraba que esta cultura también desataba los aspectos más brutales y bárbaros de los seres humanos. Qutb comenzó a tener una visión apocalíptica de una enfermedad que se propagaba desde el occidente hacia todo el mundo. La llamó 'jahilliyah—a', estado de ignorancia barbárica. Lo que la hacía tan terrorífica e insidiosa era que la gente no se daba cuenta que estaba infectada. Creían que eran libres, y que sus políticos los llevaban hacia adelante, hacia un nuevo mundo. Pero en realidad, estaban regresando a una era barbárica.


La sensación es que la jahilliyah es tan peligrosa ahora, no sólo porque es apoyada por las potencias occidentales, sino que los musulmanes — esto es como un cargo de falsa conciencia— los musulmanes se han infectado con esta jahilliyah, de modo que ahora la amenaza al Islam también proviene del interior. Proviene del exterior y del interior. Es una situación de emergencia, porque la jahilliyah es una condición que impregna todo y a todos. Incluso infecta nuestra capacidad de imaginar — ¡ni siquiera sabemos que estamos enfermos! Que ahora veneramos el materialismo, y el individualismo, y las verdades individuales por sobre las verdades reales. Um, así que es una sensación increíble de confrontación épica, en el que el Islam es ofendido en todos los frentes — desde adentro, desde afuera, culturalmente, militarmente, económicamente, políticamente. Y bajo esas circunstancias, toda forma de lucha se justifica y se legitima, y de hecho tiene una especie de de peso existencial, porque de alguna forma es hacer la voluntad de Dios en la tierra. Para Qutb, esta fuerza de la jahilliyah había calado tan profundo en las mentes de los musulmanes que había que entrar una forma dramática de liberarlos. En una serie de libros que escribió secretamente en prisión, y que luego fueron sacados de contrabando, Qutb llamó a la vanguardia revolucionaria a sublevarse y derrocar a los líderes que habían permitido que la jahilliyah infectara sus países. La implicancia de esto fue que esto líderes podían ser asesinados justificadamente, porque se habían vuelto tan corruptos, que ya no eran musulmanes, aunque dijeran lo contrario. Enfrentado a esto, Nasser decidió aplastar a Qutb y sus ideas, y en 1966 Qutb fue sometido a juicio por traición. Esta es la única filmación que se conoce de Qutb en el momento en que espera la sentencia. El veredicto era de prever y, el 29 de Agosto de 1966, Qutb fue ejecutado. Pero sus ideas lo sobrevivieron. Al día siguiente de su ejecución, un joven escolar organizó un grupo secreto. Esperaba que un día se convirtiera en la vanguardia que Qutb había soñado. Su nombre era Ayman Zawahiri, y Zawahiri se convertiría en el mentor de Osama binLaden. Pero en ese momento cuando parecía que las ideas de Sayyed Qutb estaban muertas y enterradas, las ideas de Leo Strauss acerca de cómo transformar a América estaba por volverse poderosas e influyentes, porque el orden político liberal que había dominado América desde la guerra, había comenzado a colapsar. La ley y el orden se roto en Detroit, Michigan. Pillaje, saqueos, asesinatos… Unos pocos años antes, el Presidente Johnson había prometido políticas que crearían un mundo nuevo y mejor en América. Él la había llamado “la Gran Sociedad.” La Gran Sociedad es el lugar en el que cada niño podrá encontrar el conocimiento para enriquecer su mente. Es el lugar en el la Ciudad del Hombre… Pero ahora, al iniciarse los peores disturbios jamás vistos en América, ese sueño parecía haber terminado en violencia y odio.


Un prominente periodista liberal llamado Irving Kristol comenzó a cuestionar si no habrían sido precisamente las mismas políticas las que habían provocado el quiebre social. Si en 1960 se le hubiese preguntado a cualquier liberal, "vamos a aprobar estas leyes estas leyes, estas leyes, y estas leyes", mencionando todas las leyes que en efecto fueron aprobadas en los '60 y ‘70, "¿diría usted que el crimen se va a incrementar? ¿qué la drogadicción se va a incrementar? ¿qué la ilegitimidad se va a incrementar? ¿o van a disminuir?" Obviamente, todos habrían dicho que iban a disminuir. Y todos habrían estado equivocados. Ahora, eso no es algo que los liberales hayan estado preparados para enfrentar. Ellos hicieron sus reformas, y estas tuvieron consecuencias que no esperaban y no supieron que hacer al respecto. A principio de los ‘70, Irving Kristol se convirtió en el foco de atención de un grupo de intelectuales desconformes en Washington. Estaban determinados a averiguar por qué habían fallado las optimistas políticas liberales. Y encontraron la respuesta en las teorías de Leo Strauss. Strauss explicaba que la misma base de la idea liberal — la creencia en la libertad individual — la que provocaba el caos, porque socavaba el marco moral común que mantenía unida a la sociedad. Los individuos perseguían sus intereses egoístas, e inevitablemente esto llevaba al conflicto. A medida que el movimiento crecía, muchos jóvenes estudiantes que habían estudiado las ideas de Strauss llegaron a Washington a unirse a este grupo. Algunos, como Paul Wolfowitz, habían enseñado las ideas de Strauss en la Universidad de Chicago, junto a Francis Fukuyama. Y otros, como William el hijo de Irving Kristol, habían estudiado las teorías de Strauss en Harvard. Este grupo se hizo conocido como los neoconservadores. Bueno, muchos de ellos no consiguieron puestos académicos, y las facultades de política y filosofía no eran particularmente amistosas con aquellos que tenían una postura conservadora o moderadamente conservadora. Y la verdad es que muchas personas que terminaron en Washington habían empezado como académicos. Yo lo hice; Paul Wolfowitz lo hizo; y decidieron que probablemente no tenían buenas perspectivas en el mundo académico. Lo que todos teníamos en común, creo, eran algunas dudas acerca de lo que una vez había sido una gran certeza y confianza en el progresismo liberal. Las bases filosóficas de la democracia liberal se habían debilitado. Así es que creo que los straussianos que vinieron a Washington, no se veían a si mismos como Churchill o Lincoln, se lo aseguro, pero eso fue lo que hicieron, ya sabe, hay algo noble en la vida pública y en la política, y ellos trataron de contribuir en diversas áreas. Los neoconservadores eran idealistas. Su meta era tratar de detener la desintegración social que, ellos creían, había desencadenado el liberalismo.


Querían encontrar una forma de unificar a la gente, dándoles un propósito común. Una de sus grandes influencias para hacer esto serían las teorías de Leo Strauss. Se propusieron recrear el mito de América como una nación única cuyo destino era combatir el mal en el mundo. Y en este proyecto, la fuente del mal sería el enemigo de América de la Guerra Fría: la Unión Soviética. Y al hacerlo, creían que no sólo le darían nuevo significado y propósito a la vida de la gente, sino que propagarían los beneficios de la democracia por todo el mundo. Los Estados Unidos no sólo, según los straussianos, llevarían el bien al mundo, sino que serían capaces de vencer la debilidad fundamental de la sociedad americana, una sociedad que había estado sufriendo, casi pudriéndose, - de acuerdo a sus palabras - de relativismo, liberalismo, falta de auto-confianza, falta de de fe en si misma. Y uno de los principales proyectos políticos de los straussianos durante la Guerra Fría era reforzar la auto-confianza de los americanos, y la creencia de que América era básicamente la única fuerza del bien en el mundo, y que debía ser apoyada, de otro modo prevalecería el mal. Pero para hacer esto, los neoconservadores tendrían que derrotar a uno de los hombres más poderosos del mundo. Henry Kissinger era Secretario de Estado bajo el Presidente Nixon, lo que movía a Kissinger era una visión implacable, pragmática del poder en el mundo. Con el creciente caos político y social en América, Kissinger quería que el país abandonara sus batallas políticas. En vez de eso, debía llegar a acuerdos con países como la Unión Soviética, para crear un nuevo tipo de interdependencia global. Un mundo en el que América estaría a salvo. Creo que con todos los trastornos que conocemos y experimentamos, también existe la extraordinaria oportunidad de formar, por primea vez en la historia, una sociedad verdaderamente global, guiada por el principio de la interdependencia. Y si actuamos inteligentemente y con visión, podremos ver toda esta confusión como los dolores de parto de un sistema más creativo y mejor. Kissinger comenzó este proceso en 1972, cuando persuadió a la Unión Soviética a firmar un tratado con América limitando las armas nucleares. Fue el comienzo de lo que se llamó “détente.” Y el Presidente Nixon regresó a Washington para anunciar triunfalmente que la era del miedo había terminado. El Viernes pasado, en Moscú, fuimos testigos del principio del fin de una era que comenzó en 1945. Con este paso, hemos aumentado la seguridad de ambas naciones. Hemos comenzado a reducir los niveles de temor, reduciendo las causas del temor - para nuestros dos pueblos y para todos los pueblos del mundo. Pero un mundo sin temor no era lo que los neoconservadores necesitaban para desarrollar su proyecto. Ahora debían destruir la visión de Henry Kissinger. Lo que les dio la oportunidad fue el creciente colapso del poder político americano, tanto en el exterior como en el interior.


La derrota en Vietnam, y la dimisión del Presidente Nixon a causa de Watergate, condujo a una crisis de confianza en la clase política americana. Y los neoconservadores aprovecharon el momento. Se aliaron con dos derechistas de la nueva administración de Gerald Ford. Uno era Donald Rumsfeld, el nuevo Secretario de Defensa. El otro era Dick Cheney, el Jefe de Gabinete del Presidente. Rumsfeld comenzó a pronunciar discursos denunciando que los soviéticos ignoraban el tratado de Kissinger y secretamente construían sus armas, con la intención de atacar América. La Unión Soviética ha estado ocupada. Han estado ocupados en términos de su nivel de esfuerzo; han estado ocupados en términos de las verdaderas armas que están produciendo; han estado ocupados en términos de expandir sus tasas de producción; han estado ocupados en términos de expandir su capacidad institucional para producir armas adicionales a tasas adicionales; han estado ocupados en términos de expandir su capacidad de aumentar cada vez más la sofisticación de esas armas. Año tras año tras año, han demostrado que han sido constantes en sus propósitos. Están decididos a hacer lo que están haciendo. Ahora, la pregunta es, ¿qué debería hacer uno al respecto? La CIA y otras agencias que vigilaban constantemente a la Unión Soviética en busca de cualquier signo de amenaza, han dicho que esta era una ficción absoluta. No había nada verdadero en las denuncias de Rumsfeld. Pero Rumsfeld usó su posición para persuadir al Presidente Ford de montar una investigación independiente. Dijo que eso probaría que habían amenazas oculta para América. Y la investigación sería llevada a cabo por un grupo de neoconservadores, uno de los cuales era Paul Wolfowitz. El objetivo era cambiar la forma en que América veía a la Unión Soviética. Y Rumsfeld ganó esa muy, muy intensa batalla política que tuvo lugar en Washington en 1975 y 1976. Ahora, como parte de esa batalla, Rumsfeld y otros, personas como Paul Wolfowitz, querían ingresar en la CIA. Y su misión era crear una imagen mucho más severa de la Unión Soviética, de las intenciones de los soviéticos, de la visión de los soviéticos acerca de pelear y ganar una guerra nuclear. Como presidente de la junta investigadora los neoconservadores eligieron, a un conocido crítico e historiador de la Unión Soviética llamado Richard Pipes. Pipes estaba convencido que lo que fuera que los soviéticos dijeran en público, secretamente aún tenían intenciones de atacar y conquistar América. Este era su predisposición secreta. La investigación fue bautizada 'Equipo B', y el otro miembro sobresaliente era Paul Wolfowitz. La idea era designar a un grupo de expertos externos que tuvieran acceso a la misma evidencia que la CIA había usado para llegar a esa conclusión, y ver si podían llegar conclusiones distintas.


Y se me pidió que la presidiera, porque yo no era experto en armas nucleares. Yo era un experto, si en algo lo soy, en el modo de pensar soviético, pero no en armas. Pero esa era la verdadera clave, la cuestión del modo de pensar soviético, porque la CIA sólo se fijaba... se los conocía como “contadores de porotos”, siempre buscando armas. Pero las armas pueden usarse de distintas formas. Pueden usarse con propósitos defensivos u ofensivos. Bueno, muy bien, yo reuní a este grupo de expertos, y comenzamos a tamizar la evidencia. El 'Equipo B' comenzó a examinar todos los datos de la CIA sobre la Unión Soviética. Pero por muy de cerca que miraran, había poca evidencia de las peligrosas armas o sistemas de defensa que ellos afirmaban que los soviéticos estaban desarrollando. En vez de aceptar que esto significaba que esos sistemas no existían, el Equipo B dio por sentado que los soviéticos habían desarrollado sistemas que eran tan sofisticados que eran indetectables. Por ejemplo, no encontraron ninguna evidencia de que la flota soviética de submarinos tuviera un sistema de defensa acústico. Esto significaba, dijo el Equipo B, que los soviéticos en realidad habían inventado un nuevo sistema no-acústico, que era imposible de detectar. Y esto significaba que toda la flota americana de submarinos corría peligro frente a una amenaza invisible, aún cuando no había ninguna evidencia de ello. No podían decir que los soviéticos tenían medios acústicos de detectar a los submarinos americanos, porque no podían encontrarlos. Así que dijeron, 'bueno, quizá tienen medios no-acústicos de hacer vulnerable a nuestra flota de submarinos. Pero no había evidencia de que tuvieran un sistema no-acústico. Decían, “no encontramos evidencia de que lo estén haciendo de la forma que todos piensan que lo están haciendo, así que deben estarlo haciendo de una forma distinta. No sabemos cuál es esa forma diferente, pero deben estarlo haciendo.” - ¿Aún cuando no había evidencia? - Aún cuando no había evidencia. Así que lo que decían era que el hecho de que las armas no existieran… no quiere decir que no existan. Sólo significa que no las hemos encontrado. Ahora, eso es importante, sí. Si algo no está allí, eso es significativo. Por su ausencia. Por su ausencia. Si uno cree que ellos comparten tu visión de las armas estratégicas, pero no hablan de ello, entonces algo falta. Algo está mal. Y la CIA no estaba consciente de ello. El Equipo B acusó a la CIA de omitir un aspecto oculto y siniestro de la Unión Soviética. No sólo habían allí muchas armas secretas que la CIA no había encontrado, sino que estaban equivocados respecto a muchas de las que podían ver, tales como las defensas aéreas soviéticas.


La CIA estaba convencida que estas estaban en un estado de derrumbe, reflejo del creciente caos económico en la Unión Soviética. El Equipo B dijo que en realidad esto era un astuto engaño del régimen soviético. El sistema de defensa aérea funcionaba a la perfección. Pero la única evidencia que mostraron para probar esto fue el manual de entrenamiento de los oficiales soviéticos, que afirmaba orgullosamente que el sistema de defensa aérea estaba completamente integrado y funcionaba impecablemente. La CIA acusó al Equipo B de moverse en un mundo de fantasía. La CIA era muy reacia a ocuparse de asuntos que no pudieran demostrarse con algún tipo de forma matemática. Yo dije que podían considerar la evidencia blanda. Ellos se ocupaban de realidades, mientras que esto era una fantasía. Así es como se percibía. Y hubo muchas batallas sobre este tema. ¿Tú piensas que fue una fantasía? No! Pensé que era completamente real. Yo diría que todo eso era fantasía. Quiero decir, veían radares en Krasnoyarsk y decían, “Esta es un arma con rayo láser,” cuando en realidad no era nada de ese tipo. Incluso tomaron un manual militar ruso, cuya traducción correcta es es “El Arte de Ganar.” Y cuando lo tradujeron y se lo pasaron al Equipo B, lo llamaron “El Arte de Conquistar.” Bueno, hay una diferencia entre “conquistar” y “ganar”. Y si uno revisa la mayoría de las denuncias específicas del Equipo B acerca de los sistemas de armamento, y si las examinas una a una, estaban todas equivocadas. - ¿Todas? - Todas. ¿Nada verdadero? No crea que nada relacionado con el Equipo B haya sido verdadero. Los neoconservadores organizaron un grupo de presión para publicitar los descubrimientos del Equipo B. Se lo llamó Comité para el Peligro Actual, y un número creciente de políticos se unieron a él, incluyendo a un confiado presidenciable, Ronald Reagan. A través del cine y la televisión, el Comité retrató un mundo en el que América estaba bajo la amenaza de fuerzas ocultas que podían atacar en cualquier momento, fuerzas que América debía conquistar para sobrevivir. Está teniendo lugar una concentración del mal del mundo, de odio por la humanidad. Y está fuertemente determinado a destruir su sociedad. ¡¿Deben quedarse esperando hasta que los jóvenes de América caigan defendiendo las fronteras de su continente?! Esta dramática batalla entre el bien y el mal era precisamente el tipo de mito que Leo Strauss le había enseñado a sus estudiantes que sería necesario para rescatar al país de la decadencia moral. Podía no ser cierto, pero era necesario, para re-comprometer al público con una gran imagen del destino de América, que le daría sentido y propósito a sus vidas. Los neoconservadores estaban teniendo éxito en crear una ficción simplista— una imagen de la Unión Soviética como centro de todo el mal del mundo, y América como el único país capaz de salvar al mundo. Y esta imagen pesadillezca estaba comenzando a dale gran poder e influencia a los neoconservadores.


Los straussianos comenzaron a crear una visión de mundo que era ficticia. El mundo no está dividido entre el bien y el mal. La batalla en la que estamos comprometidos no es una batalla entre el bien y el mal. Los Estados Unidos, como comprenderá cualquiera que revise, ha hecho cosas buenas y cosas malas. Es como cualquier gran potencia. Así funciona la historia. Pero ellos querían crear un mundo de certezas morales, y para ellos inventaron una mitología — cuentos de hadas — que describía a cualquier fuerza en el mundo que obstruyera a los Estados Unidos como algo satánico, o asociado con el mal. Para finales de los '70, Egipto se había transformado. En la superficie, se había vuelto un estado moderno, occidentalizado, con una próspera clase media que se beneficiaba del flujo de capitales occidentales que se estaban invirtiendo en el país. Un miembro de esta próspera élite egipcia era Ayman Zawahiri, por entonces un joven médico, que recién iniciaba su carrera. Ayman era la persona ideal, un médico surgido de una muy buena familia. Su padre era profesor en la universidad, su abuelo había sido embajador, su otro abuelo había sido Sheikh de al-Azhar; una familia muy respetable. Era el tipo de persona que actuaba de acuerdo a las reglas. no en busca de prestigio, no en busca de dinero, no en busca de publicidad. Ayman se convirtió en líder debido a sus actitudes. En realidad, Zawahiri era el líder una célula islamista clandestina. El grupo que había iniciado cuando aún era un escolar, que había modelado de acuerdo a las ideas de Sayyed Qutb, había crecido. Ahora las ideas de Sayyed Qutb se expandían rápidamente por Egipto - sobre todo entre los estudiantes - porque sus predicciones acerca de la corrupción de occidente parecían haberse vuelto verdaderas. El gobierno del Presidente Sadat estaba controlado por un pequeño grupo de millonarios, respaldados por bancos occidentales. A los bancos se les había permitido ingresar gracias a lo que Sadat llamaba su política de puertas abiertas. Sadat negaba toda corrupción frente a los medios occidentales. Todos los egipcios sabían que esta era una mentira descarada. ¿Quién se beneficiaba con la política de puertas abiertas? Los taxistas. Los liberales. Todos ellos se beneficiaron de la política de puertas abiertas. No es como dicen, que aquí hay millonarios y eso. No, en absoluto. Eso es pura... pura mala publicidad surgida del lado de la Unión Soviética y de los agentes en el país. Zawahiri estaba convencido que se acercaba el momento de cumplir la visión de Qutb. La vanguardia debía alzarse y derrocar este régimen corrupto. Y el hombre que le daría esa oportunidad a los islamistas sería Henry Kissinger.


Como parte de su intento de crear un mundo estable y balanceado, Kissinger persuadió al Presidente Sadat para que comenzara conversaciones de paz con los israelíes. Para Kissinger, el pragmático implacable, las divisiones y odios religiosos eran irrelevantes. Lo más importante era crear un mundo más seguro. Y en 1977, Sadat voló a Jerusalén para dar inicio al proceso de paz. Para occidente este era un acto heroico, pero para los Islamistas, era una traición absoluta. Demostraba que la mente de Sadat estaba tan corrompida por occidente que en alguna medida había perdido el control. Y desde las teorías de Sayyed Qutb, esto significaba que él ya no era un musulmán, y por lo tanto podía ser asesinado justificadamente. Y entonces, en 1979, el Ayatollah Khomeini le demostró a Zawahiri que su sueño de crear un estado islamista era posible. Khomeini había inspirado un levantamiento en contra del Shah de Irán. El Shah era otro líder que había permitido que los bancos occidentales corrompieran su país. Khomeini había sacado adelante la idea de un estado islamista… ... que era notablemente similar a las ideas de Qutb. Lo reconoció así poniendo el rostro de Qutb en unos de los sellos postales de la nueva república islámica. En su primer sermón, Khomeini se dirigió a occidente. “Sí,” les dijo, “somos reaccionarios, y ustedes son intelectuales iluminados. Quieren libertad para todo, la libertad que corromperá nuestro país corromperá nuestra juventud, y la libertad que pavimentará el camino a los opresores — la libertad que hundirá a nuestro país hasta el fondo.” Suena muy insatisfecho con lo que pasa ahora en Irán. No… más que insatisfecho, ¡es una desgracia! ¡verdaderamente! Yo mismo fui... una vez fui Secretario General del Congreso Musulmán. Esto, llamándolo "Revolución Islámica, es un crimen. Un crimen, en primer lugar, contra el Islam. Presidente Sadat, ¿usted espera que el Shah acepte la invitación? En este momento parece una buena solución. Cítenme: Mi avión está listo para traerlo aquí. En cualquier momento. A fines de 1980, Ayman Zawahiri, y otros seguidores de Qutb que habían formado células, se reunieron y crearon una organización que llamaron Jihad Islámica. Su líder era un hombre llamado Abdel Salam Faraj. Y Faraj argumentó que debían matar a Sadat de una forma espectacular que conmoviera a las masas. Eso les haría ver la verdadera corrupción que los rodeaba, y se sublevarían y derrocarían al régimen. El movimiento jihadi – algunos de sus líderes aún están vivos – yo era uno y también lo era Ayman Zawahiri.


Promovíamos el pensamiento jihadi en vez de las ideas previas, más moderadas de la era liberal, que simplemente aceptaban la realidad. Pensábamos que éramos psicológicamente superiores a la realidad. Despreciábamos la visión cotidiana del mundo, y queríamos transformar o cambiar esta realidad. Por lo tanto nuestro sueño era deshacernos de Sadat. Aquellos que llevaron a cabo el asesinato eran un grupo de oficiales del ejército que eran parte de la Jihad Islámica. Fueron arrestados de inmediato, y el régimen puso en marcha una enorme cacería humana en busca de quienes estaban detrás del complot. Pero el efecto del asesinato en el pueblo egipcio no fue lo que Zawahiri esperaba. Esa noche El Cairo permaneció en calma. Las masas no se sublevaron. Y en las semanas siguientes, Zawahiri y muchos otros conspiradores fueron arrestados. Los asesinos fueron enjuiciados y ejecutados de inmediato. Pero entonces, cerca de 300 islamistas, incluyendo a Zawahiri, fueron enjuiciados en un pabellón de exhibición del parque industrial de El Cairo. Se había acordado que Zawahiri sería su portavoz. ... para [ininteligible], para todo el mundo, este es nuestro… mundial Doctor Ayman Zawahiri! ¡Ahora, queremos hablarle al mundo entero! ¿Quiénes somos? ¿Quiénes somos? ¿Por qué nos trajeron aquí? ¿Y qué queremos decir? Sobre la primera pregunta: ¡Somos musulmanes! Somos musulmanes que creen en su religión, en su más amplio sentido, como ideología y como práctica. Creemos en nuestra religión, como ideología y como práctica. Y por lo tanto, hacemos todo lo posible por establecer un estado y una sociedad islámicas! La illah la-illallah! La illah la-illallah! (etc.) Zawahiri, el hombre es un aristócrata. Proviene de una importante familia egipcio-saudita. Y piensa, ya sabe, que es un visionario, y que los medios no importan, como Lenin... Quiero decir, revolución en un país o revolución mundial. Estaba convencido que este era un medio de movilizar a las masas, que habían intentado algo, que no había funcionado, y que había fallado — ya sabe, las masas aún estaban bajo el hechizo de la ideología, la ideología de América. Y está buscando una nueva estrategia. En el juicio, Zawahiri fue sentenciado a tres años de prisión, junto a muchos otros de la Jihad Islámica. Fue llevado a una celda detrás del Museo Nacional de la Policía, donde, como Sayyed Qutb, fue torturado. Y bajo esa tortura, comenzó a interpretar las teorías de Qutb de una forma mucho más radical. Para Zawahiri el misterio era por qué el pueblo egipcio no había visto la verdad y se había sublevado. Debía ser porque la infección del individualismo egoísta había llegado tan profundo en las mentes de las personas que ahora eran tan corruptas como sus líderes. Ahora Zawahiri se percató de una terrible ambigüedad en el argumento de Qutb.


No eran sólo líderes como Sadat los que ya no eran verdaderos musulmanes, era el mismo pueblo. Y Zawahiri creía que esto significaba que ellos también podían ser asesinados legítimamente. Pero ese asesinato, creía Zawahiri, tendría un propósito noble, porque el miedo y el terror que provocaría en las mentes de los musulmanes comunes los estremecería hasta hacerlos ver la realidad de una forma distinta. Entonces verían la verdad. Ayman Zawahiri llegó a la conclusión si tienes un objetivo sublime, los medios pueden ser tan siniestros como sea necesario. Puedes matar a cuanta gente quieras, porque el fin es noble. La lógica es “nosotros somos la vanguardia, somos los verdaderos musulmanes, todos los demás están equivocados. No sólo equivocados, sino que nadie más es musulmán, y el único medio que tenemos disponibles hoy es abrirnos el camino a la perfección a sangre y fuego.” Voy a una ciudad donde las rosas nunca se decoloran… Y en ese mismo momento, en América la religión se estaba movilizando políticamente, pero para un propósito muy distinto. Y quienes alentaban esto eran los neoconservadores. Muchos neoconservadores se habían convertido en consejeros de la campaña presidencial de Ronald Reagan. Y mientras se involucraban con el Partido Republicano, habían forjado una alianza con el ala religiosa del partido, porque esta compartía su objetivo de regenerar moralmente a América. La noción de que un sociedad puramente secular puede arreglárselas con todas las terribles patologías que afectan ahora a nuestra sociedad, creo que ha demostrado ser falsa. Y eso me hizo culturalmente conservador. Quiero decir, realmente pienso que actualmente la religión tiene un rol en la redención del país. Y el liberalismo no está preparado para darle un rol a la religión. El conservadurismo sí, pero no saben cómo hacerlo. A finales de los ‘70, había millones de cristianos fundamentalistas en América. Pero sus predicadores siempre les habían dicho que no votaran. Podía implicar un compromiso con una sociedad condenada e inmoral. Pero los neoconservadores y sus nuevos aliados republicanos se aliaron con un grupo de poderosos predicadores, que les dijeron a sus seguidores que se involucraran en la política por primera vez. ¡Estoy enfermo y cansado de oír acerca de los radicales, y los pervertidos, y los liberales, y los izquierdistas, y los comunistas que salen a la luz pública! ¡Es momento de que el pueblo de Dios salga a la luz pública, fuera de las iglesias y cambie a América! ¡Debemos hacerlo! El movimiento conservador, hasta ese momento, esencialmente era un movimiento intelectual. Tenía pensadores muy poderosos, pero no tenía muchas tropas. Y como Stalin dijo sobre el Papa, “¿dónde están sus divisiones?”. Bueno, no teníamos muchas divisiones.


cuando esta gente se volvió activa, de pronto el movimiento conservador tuvo muchas divisiones. Éramos capaces de mover a millones de personas, literalmente. Y esto es algo que, antes de ese momento, no éramos capaces de hacer. - ¿Millones, literalmente? - Millones, literalmente. Y a principios de 1981, Ronald Reagan llegó al poder en América. El voto religioso fue crucial en esa elección, porque muchos millones de fundamentalistas votaron por primera vez. Y, tal como esperaban, a muchos neoconservadores se les dio poder en la nueva administración. Paul Wolfowitz se convirtió jefe del equipo político del Departamento de Estado, mientras su buen amigo Richard Perle se convertía en Secretario Asistente de Defensa. Y el jefe del Equipo B, Richard Pipes, se convirtió en uno de los principales consejeros de Reagan. Los neoconservadores creían que ahora tendrían la oportunidad de implementar su visión del destino revolucionario de América — usar agresivamente el poder del país como una fuerza del bien en el mundo, en una batalla épica para derrotar a la Unión Soviética. Era una visión que compartían con millones de sus nuevos aliados religiosos. He asumido una postura personal y pública como ministro, una postura en contra del comunismo. Destruirlo, borrarlo de la faz de la Tierra, porque créanme, esta gente está dedicada a la destrucción de los Estados Unidos de América y de la libertad tal como la conocemos. Pero los neoconservadores enfrentaron una enorme oposición a esta nueva política. Esta no provenía sólo de los burócratas y el Congreso, sino del mismo Presidente. Reagan estaba convencido de que la Unión Soviética era una fuerza maligna, pero creía que aún podía negociar con ellos para poner fin a la Guerra Fría. Reagan al principio no entendió que su agresividad estaba enraizada en su sistema. Él tenía una visión más bien benigna de los seres humanos. Era un hombre muy amable, y le atribuía buenas motivaciones a los demás. Era una especie de imagen reflejada. Y en más de una ocasión dijo, algo así como: “Si tan sólo pudiera sentarme con los líderes soviéticos y les explicara que siguen una ideología errada, y que si adoptan la ideología correcta, pueden hacer a su pueblo feliz y próspero.” “Escuche Sr. Presidente, eso no lo va a solucionar! Tiene que ir tras el sistema. Fuércelos a reformar el sistema.” Le tomó mucho tiempo asimilar esta visión. Para persuadir al Presidente, los neoconservadores se propusieron probar que la amenaza soviética era mucho mayor de lo que cualquiera, incluso el Equipo B, había demostrado previamente. Demostrarían que la mayoría de los movimientos terroristas y revolucionarios del mundo en realidad eran parte de una red secreta, coordinada por Moscú, para apoderarse del mundo. El principal proponente de esta teoría era un importante neoconservador que era consejero especial del Secretario de Estado.


Su nombre era Michael Ledeen, y había sido influenciado por un best-seller llamado "La Red del Terror". En él se denunciaba que el terrorismo no era el fenómeno fragmentado que parecía ser. En realidad todos los grupos terroristas, desde la OLP hasta el grupo Baader-Meinhof en Alemania, y el IRA Provisional, todos ellos eran parte de una estrategia coordinada de terror dirigida por la Unión Soviética. Pero la CIA estaba en completo desacuerdo. Dijeron que ésta era sólo otra fantasía neoconservadora. La CIA lo negó. Trataron de convencer a la gente de que éramos verdaderos locos. Quiero decir, nunca creyeron que la Unión Soviética era una fuerza conductora de la red de terrorismo internacional. Siempre quisieron creer que las organizaciones terroristas eran exactamente lo que decían ser: grupos locales tratando de vengar los terribles males que les habían hecho, o tratando de rectificar condiciones sociales terribles, y cosas así. Y la CIA en verdad le compró esa retórica. No sé cuál sería su motivación. Quiero decir, Difícilmente sé cuales son las motivaciones de los pueblos. Y no me preocupan demasiado las motivaciones. Pero los neoconservadores tenían un poderoso aliado. Él era William Casey, y el nuevo jefe de la CIA. A Casey le gustaba la visión neoconservadora. Y cuando leyó "La Red del Terror" se convenció. Llamó a una reunión en su cuartel central a los analistas soviéticos de la CIA y les ordenó producir un informe para el Presidente que probara que esta red oculta existía. Pero los analistas le dijeron que eso sería imposible, porque buena parte de la información aparecida en el libro provenía de la contra-propaganda que la misma CIA había inventado para enlodar a la Unión Soviética. Ellos sabían que la red del terror no existía, porque ellos mismos la habían inventado. Y cuando revisamos el libro, encontramos claros episodios en los que la contrapropaganda de la CIA — información clandestina que se había diseñado dentro de un plan secreto para que fuera plantada en los periódicos europeos — había sido recogida y puesta en el libro. Mucho de ella era inventada. Inventada de la nada. ¿Le dijeron esto? Se lo dijimos, a quemarropa. Incluso teníamos a los agentes operativos para que se lo dijeran a Bill Casey. Creí que esto tendría algún impacto, pero todos fuimos despedidos. Casey ya había tomado una decisión. Sabía que los soviéticos estaban involucrados en el terrorismo, así que no había nada que pudiéramos decirle para desengañarlo. Las mentiras se vuelven realidad. Al final, Casey se convirtió en un profesor universitario que se describía a si mismo como experto en terrorismo, y produjo un expediente que confirmaba que la red secreta de terrorismo efectivamente existía.


Bajo esa intensa presión, Reagan accedió a darle a los neoconservadores lo que querían, y en 1983 firmó un documento secreto que cambiaba fundamentalmente la política exterior americana. Ahora el país financiaría guerras encubiertas alrededor del mundo para hacer retroceder a la oculta amenaza soviética. El espectro de gobiernos controlados por marxistas-leninistas con lealtades ideológicas y políticas hacia la Unión Soviética prueba que existe un desafío directo al que debemos responder. Ellos son los focos del mal en el mundo moderno. Fue un triunfo para los neoconservadores. América ahora se preparaba para batallar contra las fuerzas del mal en el mundo. Pero lo que había empezado como una especie de mito que Leo Strauss había dicho que el pueblo americano necesitaba, los neoconservadores comenzaron a verlo como la verdad. Comenzaron a creer en su propia ficción. Se convirtieron en lo que ellos llamaron “revolucionarios democráticos”, que usarían la fuerza para cambiar el mundo. Nuestro objetivo era expandir la zona de libertad en el mundo. Y en parte eso tenía relación con combatir el comunismo, y en parte tenía que ver con combatir otras tiranías. Pero de eso se trataba lo que hacíamos, y de eso se trata lo que aún hacemos. Cuando dice que eran revolucionarios democráticos, ¿qué quiere decir? Quiere decir que queríamos apoyar a la gente que quería llevar a cabo revoluciones en contra de regímenes tiránicos en nombre de la democracia, para instalar un orden democrático. Así de simple. Sí. Ya sabe, no es física nuclear. Quiero decir, la libertad es algo bastante simple de conseguir. Es un trabajo arriesgado — hace que un hombre se vuelva alerta y algo solitario. Pero alguien tiene que hacerlo. Ahora los neoconservadores se preparan para transformar el mundo. En el episodio de la próxima semana, ellos se encuentran uniendo fuerzas con los islamistas en Afganistán, y juntos pelean una épica batalla contra la Unión Soviética. Y ambos llegan a creer que han derrotado al Imperio del Mal. Pero esta victoria soñada los dejará sin un enemigo. Y en un mundo desilusionado con las grandes ideas políticas, tendrán que inventar nuevas fantasías y nuevas pesadillas, para mantener su poder. Subtítulos En el pasado los políticos prometían crear un mundo mejor. Tenían distintas formas de lograrlo, pero su poder y autoridad surgía de la visión optimista que ofrecían a su pueblo. Esos sueños fracasaron. Y hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Cada vez con más frecuencia, los políticos son vistos simplemente como administradores de la vida pública. Pero ahora han descubierto un nuevo rol que restaura su poder y autoridad.


En vez de repartir sueños, ahora los políticos prometen protegernos de las pesadillas. Dicen que nos rescatarán de peligros terribles que no podemos ver y que no comprendemos. Y el mayor de todos los peligros es el terrorismo internacional. Una red poderosa y siniestra, con células asociadas en países de todo el mundo. Una amenaza que necesita combatirse con la guerra al terrorismo. Pero la mayor parte de esta amenaza es una fantasía, que ha sido exagerada y distorsionada por los políticos. Es una oscura ilusión que se ha divulgado sin cuestionamientos entre los gobiernos del todo el mundo, las agencias de seguridad y los medios internacionales. Esta es una serie de documentales acerca de cómo y por qué se creó esa fantasía, y a quién beneficia. En el corazón de la historia hay dos grupos: los neoconservadores americanos y los islamistas radicales. En el episodio de esta semana, ambos grupos se unen para combatir a la Unión Soviética en Afganistán. Ambos creen que han derrotado al Imperio del Mal, y por lo tanto tienen el poder para transformar al mundo. Pero ambas revoluciones fracasan. En respuesta, los neoconservadores inventan la fantasía de un nuevo enemigo, Bill Clinton, para tratar de reconquistar su poder. Mientras los islamistas descienden en un desesperado ciclo de violencia y terror para intentar persuadir a la gente de que los siga. De todo esto nace la semilla del extraño mundo de fantasía, decepción, violencia y temor en el que ahora vivimos. EL PODER DE LAS PESADILLAS EL ASCENSO DE LA POLÍTICA DEL MIEDO Parte 2 LA VICTORIA FANTASMA En 1982, Ronald Reagan dedicó el transbordador espacial Columbia a los combatientes de la resistencia en Afganistán. Creemos que tal como el Columbia representa lo mejor de las aspiraciones humanas en el campo de la ciencia y la tecnología, también la lucha del pueblo afgano representa la más alta aspiración humana de libertad. Le dedico, en nombre del pueblo americano, el lanzamiento del Columbia del 22 de Marzo al pueblo de Afganistán. Desde 1979, la resistencia mujaheddin había estado combatiendo una victoriosa guerra contra la invasión soviética en Afganistán. Pero ahora, un pequeño grupo de hombres en la Casa Blanca de Reagan vio en estos combatientes una forma de alcanzar su visión de transformación del mundo. Para ellos, estos no eran sólo nacionalistas, eran combatientes de la libertad, que podían derribar a la Unión Soviética y ayudar a propagar la democracia alrededor del mundo. Se lo llamó la Doctrina Reagan. Era un grupo pequeño de personas y sí, teníamos...


Todos pensaban, "Oh, la Doctrina Reagan, la Administración Reagan", como si todos estuvieran a favor. No. Fue una pequeña camarilla, dentro del soviético... dentro de la Casa Blanca de Reagan, la que en verdad consiguió esto. Lo que unía a este pequeño grupo era nuestro sueño de llevar más libertad al mundo, más seguridad al mundo, ¡de deshacerse verdaderamente de la Unión Soviética! Como resultado, el apoyo a los combatientes de la libertad se volvió la principal motivación de todo el movimiento conservador durante el período Reagan. Pero los americanos se estaban preparando para derrotar a un enemigo mítico. Como demostró el episodio de la semana pasada, los neoconservadores, que ahora estaban en el poder en la Casa Blanca de Reagan, habían creado una imagen exagerada y distorsionada de la Unión Soviética como fuente de todo el mal del mundo. Una de sus principales influencias eran las teorías del filósofo Leo Strauss. Él creía que las sociedades liberales necesitaban mitos simples, y poderosos que inspiraran y unieran al pueblo. Y eso fue precisamente lo que los neoconservadores hicieron en los '70, Paul Wolfowitz, Richard Perle, y otros neoconservadores se habían propuesto reafirmar el mito de América como un país único, cuyo destino era combatir el mal en todo el mundo. Ahora que estaban en el poder, habían llegado a creer en este mito. Se veían a si mismos como revolucionarios que iban a transformar el mundo, empezando con la derrota del Imperio del Mal. Nosotros estamos más cerca de ser revolucionarios que conservadores, en el sentido de que queremos cambiar ciertas nociones profundamente arraigadas acerca del rol adecuado del poder americano en el mundo. Queremos ver que ese poder se use constructivamente, aumentando las oportunidades para que hayan gobiernos decentes en todo el mundo. No nos hacen felices las antiguas relaciones amistosas con dictadores. Y el hombre que ayudaría a los neoconservadores a hacer esto era el nuevo jefe de la CIA, William Casey. Él estaba convencido que Afganistán era una de las claves de esta nueva política agresiva. América ya estaba enviando cantidades limitadas de ayuda a los mujaheddin. Pero ahora, Casey ordenó a uno de sus agentes ir y formar una alianza con los combatientes de la libertad, y darles tanto dinero como quisieran y las armas más sofisticadas para derrotar a las fuerzas militares soviéticas. Para Casey, Afganistán parecía ser una de las claves. Así que un día me eligió para que fuera. Dijo, "Quiero que vayas a Afganistán, quiero que vayas el próximo mes, y te daré todo lo que sea necesario para que ganes". Sí. Dijo, "Quiero que vayas allá y ganes". En oposición a, "vamos allá y hagamos sangrar a estos tipos", "hagamos que sea un Vietnam", "quiero que vayas allí y ganes". "Lo que sea que necesites, lo tendrás". Me dio los misiles Stinger y mil millones de dólares.


Amarillo es el color del cabello de mi verdadero amor, en la mañana cuando nos levantamos. En la mañana cuando nos levantamos. Ese es el momento - ese es el momento. Ese es el momento - ese es el momento - que más me gusta. El dinero y las armas americanas comenzaron a fluir a través de la frontera pakistaní hacia Afganistán. Agentes de la CIA entrenaron a los mujaheddin en las técnicas del asesinato y el terror, incluidos los coches bomba. Y les dieron imágenes satelitales de las tropas rusas para facilitarles los ataques. Al mismo tiempo, otro grupo comenzó a llegar a Afganistán para luchar junto a los mujaheddin. Eran árabes de todo el Medio Oriente, a quienes sus líderes religiosos les habían dicho que su deber era ir y liberar las tierras árabes del invasor soviético. Yo vi la fatwa, la orden que decía que todo musulmán tenía el deber de ayudar a los afganos a liberar su tierra. Pero yo no tenía idea dónde quedaba este Afganistán, cómo podía llegar allí... Nunca había oído hablar de Afganistán, y nunca lo había visto en el mapa. ¿Qué aerolínea va hasta allá? ¿A dónde consigo la visa? ... ¡100 preguntas! Pero conocí a Abdullah Azzam. Abdullah Azzam era un carismático líder religioso que había empezado a organizar a los voluntarios árabes en Afganistán. Había organizado lo que él llamaba la Oficina de Servicios, en Peshawar en la frontera afgana. Se convirtió en el cuartel general de una brigada internacional de combatientes árabes. Azzam rápidamente se convirtió en una de las figuras más poderosas en la batalla en contra de los soviéticos. Se le permitió visitar América en muchas ocasiones, tanto para reunir fondos como para reclutar voluntarios para la jihad. Cuando Abdullah Azzam adoptó ese papel tan decisivo vendiendo la causa afgana entre los árabes, se volvió muy importante. Empezaron a llamarle "el emir de los mujaheddin árabes." El líder de los mujaheddin árabes. Y organizó una oficina en Peshawar que proveía servicios a los árabes que llegaban y querían participar en la jihad. No habían puertas cerradas, todas las puertas estaban abiertas, porque los americanos, los sauditas, los pakistaníes, y mucha otra gente querían que la Unión Soviética perdiera en Afganistán y fuera humillada. Eso llevó a un enorme número de árabes, con distintos antecedentes, a la jihad en Afganistán. Viajó a América, viajó a Arabia Saudita, viajó a todos los lugares que quiso, porque la causa afgana era una causa que todo el mundo estaba feliz de apoyar. Pero como los neoconservadores, Azzam también veía la lucha en contra de los soviéticos como el primer paso de una revolución mucho más amplia.


Él era miembro de la Hermandad Musulmana, que quería que el Islam tuviera un rol político en el gobierno de las sociedades musulmanas. Y Abdullah Azzam creía que los árabes en Afganistán podían ser el núcleo de una nueva fuerza política. Volverían a sus países de origen y persuadirían a la gente para que rechazaran los gobiernos corruptos, autocráticos que dominaban el Medio Oriente. Pero estos regímenes, insistía Azzam, debían ser derrocados con medios políticos. Hacía que cada combatiente jurara que no usarían el terrorismo contra civiles en la prosecución de su visión. Una de las personas de confianza de Azzam era el saudita Osama bin-Laden. Osama llegó a participar el '85. cuando era... cuando llegó, como sabe, él es... proviene de una rica familia saudita, y tenía mucho, mucho dinero para gastar. Sheikh Abdullah Azzam era un erudito, podía organizar a lo afganos, pero no era un hombre rico. Así que cuando llegó Osama, llenó esa brecha. Así que en ese tiempo el principal deber de Osama era gastar dinero. Además de sus cualidades personales. Pero entonces, en 1985, comenzó a llegar a Afganistán una nueva fuerza que desafiaría el enfoque de Azzam. Eran los islamistas radicales extremistas, que estaban siendo expulsados de las prisiones en todo el mundo árabe. Y entonces, muy silenciosamente, la mayoría de los gobiernos del Medio Oriente, los gobiernos árabes, comenzaron a vaciar sus prisiones de los tipos malos y a enviarlos a la jihad con la íntima esperanza de que se convirtieran en mártires. Muchos de ellos eran los egipcios que no habían sido ejecutados tras el asesinato de Sadat, pero que habían estado implicados en ello y habían estado encarcelados. Fuera con ellos. Uno de los más poderosos de estos recién llegados era Ayman Zawahiri. Él era el líder de una facción radical egipcia llamada Jihad Islámica. Y estaba convencido que ellos, no los moderados, eran los verdaderos islamistas. ¡Estamos aquí! ¡Estamos aquí! ¡El verdadero frente islámico! ¡Estamos aquí! ¡Estamos aquí! El verdadero frente islámico contra el zionismo, el comunismo, y el imperialismo. Ayman Zawahiri era un seguidor del revolucionario egipcio Sayyed Qutb, que había sido ejecutado en 1966. Como se indicó en el programa de la semana pasada, Qutb creía que las ideas liberales de las sociedades occidentales corrompían las mentes de los musulmanes, porque desataban los aspectos más egoístas de la naturaleza humana. Zawahiri había interpretado, a partir de las teorías de Qutb, que esta corrupción incluía el sistema occidental de democracia. La democracia, creía Zawahiri, alentaba a los políticos a presentarse a si mismos como la fuente de toda autoridad, y al hacerlo, negabanla autoridad superior del Corán. Esto quería decir que ya no eran verdaderos musulmanes, por lo tanto ellos, y quienes los apoyaban, podían ser asesinados legítimamente.


El terror que esto crearía, decía, sacudiría a las masas y haría que vieran la verdad detrás de la corrupta fachada de la democracia. Cuando los egipcios, el grupo jihadi, llegaron de Egipto con su propia explicación, con sus propias ideas, de que cualquiera que participara en cualquier parlamento, o cualquier partido político, o se postulara, o llamara a la gente a votar, y todo este tipo de cosas, estaba negando completamente el Corán. Y cuando dices eso, es decir, cuando un musulmán niega el Corán, simplemente debe ser asesinado. ¡Y serán asesinados, deben ser asesinados! Y eso es lo que ocurrió. Zawahiri y su pequeño grupo se instalaron en Peshawar. Comenzaron a divulgar esta nueva idea entre los combatientes extranjeros, radicalizando el movimiento islamista. No sólo era un desafío directo a las ideas más moderadas de Abdullah Azzam, sino que también implicaba un rechazo militante a toda la influencia americana sobre la jihad, porque América era la fuente de esta corrupción. La única vez que me metí en verdaderos problemas en Afganistán fue cuando me metí con estos tipos. Ya sabe, hubo uno o dos momentos, en los que se veía un poco como la escena del bar en Star Wars, cada grupo maniobrando alrededor, y al final alguien tenía que calmar la situación. Entonces, en 1987, el nuevo líder soviético Mikhail Gorbachev decidió que iba a retirar las tropas rusas de Afganistán. Gorbachev estaba convencido que el sistema soviético enfrentaba el colapso. Estaba determinado a intentar salvarlo a través de reformas políticas, y eso significaba revertir las políticas de sus predecesores, incluida la ocupación de Afganistán. El estado de la Unión Soviética y su sociedad podía ser descrito muy simplemente con una frase usada por la gente en todo el país: "Ya no podemos seguir viviendo así." Y eso se aplicaba a todo. La economía estaba estancada. Había escasez. Y la calidad de los productos era muy pobre. Teníamos que poner fin a esta guerra, pero de forma tal que el pueblo ruso entendiera por qué decenas de miles habían muerto. No podíamos simplemente escapar de allí avergonzados, no. Necesitábamos encontrar un procedimiento. Gorbachev le pidió a los americanos que lo ayudaran a negociar una paz que creara un gobierno estable en Afganistán. Pero los representantes de la línea dura en Washington se rehusaron a quema ropa. Continuarían ayudando a los mujaheddin hasta que el último ruso se fuera, sin ninguna negociación. Entonces el futuro de Afganistán sería decidido, dijeron, por los combatientes de la libertad. Creo que básicamente, le pedimos a los Estados Unidos que nos ayuden a salir, si realmente están interesados en detener el derramamiento de sangre. - ¿Pero pueden salir y dejar en Afganistán un gobierno que apoye...


que sea amigo de la Unión Soviética? Creo que podemos salir, con la condición de que no se le otorgue más ayuda a quienes aquí llaman combatientes de la libertad, y nosotros llamamos contrarrevolucionarios. Creo que es posible, en la medida en que los Estados Unidos tenga interés en lo mismo. Bueno, no es demasiado complejo. Llegaron en cosa de días, la víspera de Navidad de 1979 podrían estar en casa la víspera de Navidad, si deciden dejar Afganistán y permitir que los afganos decidan su propio futuro. Si se van, el problema del apoyo a los mujaheddin se soluciona solo. Gorbachev estaba conmocionado con la intransigencia de la administración de los EE.UU. Envió un mensaje privado a través de la KGB, advirtiendo a los americanos que si permitían que los mujaheddin tomaran el control en Afganistán, eso no conduciría a la democracia. En cambio, predijo, crecerían y triunfarían las formas más extremas del islamismo. Pero la advertencia de Gorbachev fue ignorada. A medida que las tropas soviéticas abandonaban Afganistán, tanto los americanos como los islamistas llegaron a creer que no sólo habían ganado la batalla por Afganistán, sino que también habían dado inicio a la caída de todo el Imperio del Mal. Yo sentí que habíamos ganado, porque yo era parte de ello. Estoy seguro que los árabes afganos pensaron "ganamos", y entonces, a lo largo de todo el verano, los alemanes orientales comenzaron a reunirse... cientos, miles, decenas de miles hasta el 9 de Noviembre, cuando se abrió el muro. Y eso fue todo. Se inició la cuenta atrás para la Unión Soviética. Y fue el fin. La Unión Soviética... estaba arruinada y quebrada. Ya estaba hecho. Para los neoconservadores, el colapso de la Unión Soviética fue un triunfo. Y de ese mítico triunfo surgiría el mito central que aún hoy los inspira: que con el uso agresivo del poder americano, pueden transformar el mundo y expandir la democracia. Pero en realidad, su victoria fue una ilusión. Habían conquistado a un enemigo fantasma, una fantasía exagerada y distorsionada que ellos mismos habían creado. La verdadera razón por la que la Unión Soviética colapsó fue porque era un sistema decrépito, que se desmoronó desde el interior. Creo que probablemente uno de los mayores mitos del actual discurso político americano, en este momento, es que fueron las acciones del gobierno americano las responsables del colapso de la Unión Soviética. La Unión Soviética colapsó como un castillo de naipes porque era un castillo de naipes. Se pudrió desde el interior. La economía estaba podrida, el proceso político estaba podrido, habían desarrollado un gobierno central en el que la gente fuera de Moscú ya no creía, había un cinismo total en todo el sistema soviético de gobierno, no había una verdadera sociedad civil. Pero la administración Reagan y sus...


los cortesanos de la administración Reagan, te dirán que Afganistán llevó al colapso de la Unión Soviética, al colapso del Muro de Berlín en 1989, al colapso del imperio de Europa Oriental. Nosotros decíamos que esto era completamente fantasioso. Y los Estados Unidos pasaron por alto todo esto, porque creían en sus propios mitos y sus propias nociones fantasiosas. Se volvieron víctimas de sus propias mentiras. Y de la lucha en Afganistán también nació un gran mito para los islamistas: que habían sido ellos quienes habían conquistado a la Unión Soviética. Los islamistas creyeron que esta gran victoria iniciaría una revolución que se extendería a todo el mundo árabe y derribaría a los líderes corruptos. Pero como ocurría con los neoconservadores, este sueño estaba fundado en una ilusión. Los islamistas estaban convencidos de que ellos eran el instrumento clave en el fracaso del ejército soviético en Afganistán. Simplemente no querían recordar que sin la ayuda y el entrenamiento militar de EE.UU., no habrían podido hacer nada. Y además fueron los afganos quienes expulsaron a los soviéticos, no los jihadis árabes, que en realidad no combatieron. Recibieron entrenamiento, pero no fueron ellos quienes combatieron. Pero el mito decía que eran ellos quienes habían ganado. Quiero decir, era la jihad la que había triunfado. Esto era algo muy potente que constituiría una fuerza movilizadora para los islamistas de todo el mundo. Pero había una profunda división entre los combatiente islamistas con base en Peshawar; entre los moderados, liderados por Abdullah Azzam, que creían que esta revolución podía alcanzarse políticamente y los extremistas, como Ayman Zawahiri, que veía como única vía la revolución violenta. Y Zawahiri ahora se preparaba para extender su influencia en el movimiento, y socavar la de Abdullah Azzam. Para hacerlo, sedujo a Osama bin-Laden, y su dinero, apartándolo de Azzam. Le prometió a bin-Laden que se convertiría en el emir, el líder del pequeño grupo de extremistas de Zawahiri, la Jihad Islámica. Ayman Zawahiri y otro grupo de egipcios, se rehusaron a... orar detrás de Abdullah Azzam, en Peshawar. En Peshawar solían hacer correr rumores en contra de Abdullah Azzam. Es por eso que nos enfurecimos con Osama, porque se volvió... acercó a esta gente hacia él. Ellos lo aceptaron como emir, y él los aceptó como grupo. Al final, no sé quién uso a quién. - ¿Qué cree? - Creo que los otros lo usaron a él. - ¿Por qué él tenía el dinero? - Sí. Entonces, a finales de 1989, Abdullah Azzam fue asesinado por un enorme carro bomba en Peshawar. Aún no se sabe quien llevó a cabo el asesinato.


Pero a pesar de su muerte, parecía que la visión de Azzam de una revolución política iba a prevalecer. A principios de los '90, en los países de todo el mundo árabe, los partidos islamistas comenzaron a recibir el apoyo de las masas. En Argelia, el Frente de Salvación Islámica obtuvo victorias abrumadoras en las elecciones locales, y parecía seguro que ganaría las siguientes elecciones generales. Y al mismo tiempo en Egipto, la Hermandad Musulmana comenzó a ganar el apoyo de las masas, y un creciente número de asientos en el Parlamento. Ambos partidos cabalgaban hacia el poder sobre una visión idealista. Usarían el Islam de forma política para crear un nuevo modelo de sociedad a través de medios pacíficos. Pero ambos gobiernos, el de Egipto y el de Argelia, enfrentaban un terrible dilema. En el corazón de la visión de los islamistas estaba la idea de que el Corán debía usarse como marco político de la sociedad. Una serie de leyes absolutas, fuera de debate, que todos los políticos debían seguir. La consecuencia de esto sería que los partidos políticos serían irrelevantes, porque no podría haber desacuerdo. La gente estaba por elegir a partidos que podían usar ese poder para poner fin a la democracia. ¡Qué dilema! O encuentras una forma de detener el proceso electoral y cancelas segunda vuelta, o dejas que poder lo obtenga un partido que procalama "un homnre, un voto, pero sólo una vez". "No volveremos a tener elecciones después de esto por que la democracia es impía." "Una vez que estemos en el poder nos quedaremos para siempre, porque somos los únicos poseedores de la verdad religiosa y los únicos que aplicaremos el Corán". Enfrentado a este dilema, en Argelia el ejército decidió intervenir, y en junio de 1991 llevaron a cabo un golpe de estado e inmediatamente cancelaron las elecciones. Las protestas masivas de los islamistas fueron violentamente reprimidas, y sus líderes fueron arrestados. Al mismo tiempo, en Egipto, el gobierno también tomó medidas drásticas. Arrestaron a cientos de miembros de la Hermandad Musulmana, y les prohibieron la organización de cualquier actividad política. Lo que se desencadenó fue una ola de arrestos a los hermanos musulmanes, una ola de cortes militares para los hermanos musulmanes, y algunos de ellos morirían bajo tortura. Cancelaron todas las elecciones en todas sus sociedades e instituciones. Y con esta ola, de esta forma, abres las puertas del infierno para los grupos violentos que se escondían en la clandestinidad y detienes a los moderados, abres la puerta a la violencia. Para Ayman Zawahiri, esta fue una dramática confirmación de su creencia de que el sistema democrático occidental era una farsa corrupta. Grupos de islamistas radicales que habían desarrollado estas teorías hasta formas aún más extremas ahora se preparaban para llevar acabo violentas revoluciones en Argelia y Egipto. Sería el principio de la jihad que libraría al mundo islámico de la corrupción.


La única forma de erradicar la humillaciín y 'Kufr' que se ha apoderado de la tierra de la Jihad Islámica es a través de las balas y las operaciones de martirio. Bin-Laden y los demás empezaron, a partir de ese momento, a realizar su propia jihad, es decir sin comprometerse, tratando de no comprometerse con otros grupos más moderados, sino pensando que una vanguardia armada sería capaz de implementar la toma del poder. Estaban convencidos que podían duplicar la "victoria" afgana, que podían establecer un estado islamista en Argelia, en Egipto, y otros lugares. Pensaron que podían conquistar los corazones y las mentes de las masas musulmanas, que la gente se daría cuenta que la fuerza y la victoria estaban del lado de los jihadis. En ese entonces, en Washington, el otro grupo que creía que había derrotado a la Unión Soviética, los neoconservadores, también estaban determinados a insistir en su agenda revolucionaria. Estaban convencidos que la Unión Soviética era sólo uno de muchos regímenes malignos en el mundo, dirigidos por tiranos que amenazaban a América. Regímenes que debían conquistar para liberar al mundo y propagar la democracia. Queremos, ya sabe, echar abajo las tiranías. Queremos países libres. Pensamos que América estará mejor si vivimos en un mundo habitado fundamentalmente por países libres, que hagan sus propias... que deban apelar a su propio pueblo como fuente de su poder, y que ratifique sus decisiones. Y que pensamos que si... si todo el mundo fuera así, estaríamos mucho más seguros, y que siempre hemos sido atacados por tiranos. Creo que es el destino de América, porque creo que América siempre estará bajo el ataque de los tiranos. Así que creo que nuestra únicas opciones son si vamos a perder o a ganar. cuándo vamos a combatir y bajo qué circunstancias, pero tendremos que combatir. Eso es automático, porque van a venir por nosotros. Uno de los más malvados de estos tiranos, de acuerdo a los neoconservadores, era Saddam Hussein. En los '80, Saddam había sido un aliado cercano de América. Pero en 1990, invadió Kuwait. Los neoconservadores ahora lo veían como una clave para alcanzar la siguiente etapa de su transformación del mundo. El Presidente Bush padre creó una coalición liderada por los americanos, para liberar Kuwait. Pero los neoconservadores, como Paul Wolfowitz, que era Sub-secretario de Defensa, quería seguir hasta Bagdad, y provocar una transformación del Medio Oriente. Eso satisfaría el papel particular de América de derrotar al mal en el mundo. Ya en 1991 se podía ver que lo que Wolfowitz y otros querían, era que la batalla en contra de Saddam Hussein, u otros tiranos insignificantes, tomara el lugar de la batalla contra la Unión Soviética, y pudiera satisfacer esta interpretación de una batalla entre el bien y el mal.


Así que, lo que estamos viendo es el intento por mantener viva la idea de que América está comprometida en un batalla entre el bien absoluto y el mal absoluto, y preservar ese marco en un mundo posterior al fin de la Unión soviética. Pero el Presidente Reagan ya no estaba a cargo. Los neoconservadores ahora tenían un líder que no compartía su visión. Kuwait está liberado. El ejercito iraquí está derrotado. Nuestros objetivos militares se han cumplido. Y me place anunciarle a todos los Estados Unidos y a las fuerzas de la Coalición que suspenderemos las operaciones de combate. Una vez que Kuwait estuvo liberado, Bush ordenó que se detuviera el combate. Su visión era que el rol de América era crear estabilidad en el mundo, no tratar de cambiarlo. Como Henry Kissinger, que había sido el enemigo de los neoconservadores en los '70, a Bush le parecía irrelevante el tema del bien y el mal. El objetivo principal era lograr un balance estable de poder en el Medio Oriente. Saddam Hussein no es una amenaza ...para sus vecinos. Es una molestia, es un fastidio, pero no es una amenaza. Hemos logrado eso. Nunca fue nuestro objetivo deshacernos de Saddam Hussein. De hecho, si lo hubiésemos intentado aún podríamos estar ocupando Bagdad. Eso habría convertido un gran triunfo en una probable derrota. En privado, los neoconservadores como Paul Wolfowitz estaban furiosos. No sólo porque se había dejado a Saddam Hussein en el poder, sino porque veían esto como una clara expresión de los corruptos valores liberales que dominaban América, un relativismo moral que estaba listo para comprometerse con las fuerzas del mal en el mundo. La rabia de Wolfowitz es fundamentalmente una rabia en contra de la debilidad del liberalismo americano: la naturaleza comprometedora de un hombre como George Bush. Su voluntad para hacer concesiones, para negociar, no de llegar hasta el amargo final. Lo interesante es que su rabia está motivada, menos por su odio a Saddam Hussein, que por su odio a los liberales americanos, que son una fuente de debilidad, y una fuente de podredumbre, y una fuente de relativismo, que ha estado corroyendo a la sociedad americana por décadas. Enfrentado a esta derrota, el movimiento neoconservador ahora se volvió hacia el interior, para intentar derrotar a las fuerzas del liberalismo que los estaban reteniendo. Y para hacerlo, volvieron a las teorías de Leo Strauss. Strauss creía que los buenos políticos debían reafirmar los valores morales absolutos que unirían a la sociedad, y esto se sobrepondría al relativismo moral creado por el liberalismo. Uno de los straussianos más influyentes era el nuevo asistente del vice-Presidente, William Kristol. De acuerdo a Strauss, el liberalismo producía un estilo de vida decente, y uno que él creía que valía la pena defender, pero era un punto muerto en el que nada era verdadero, no habían guías acerca de cómo vivir, todo era relativo.


Strauss sugirió que quizás no debíamos tan solo sentarnos y aceptar que ese era nuestro destino. Que los políticos podían ayudar a modelar la forma en que la gente vive, enseñarles algunas lecciones acerca de vivir vidas decentes y nobles. ¿Y podemos pensar qué culturas, y qué políticas, qué ordenes sociales producen seres humanos más admirables? Quiero decir, todo el tema había sido puesto en consideración por Strauss. Los neoconservadores se prepararon para reformar América. Y en el corazón de su proyecto estaba el uso político de la religión. Junto a sus antiguos aliados, la derecha religiosa, iniciaron una campaña para volver a poner en el centro de la política conservadora los temas religiosos y morales. Se lo conoció como las "Guerras culturales". Sus impuestos están siendo usados para auspiciar manifestaciones obscenas y pornográficas. No me gusta que Jesucristo, que es mi Señor y Salvador, sea lanzado en un balde de orina por un homosexual, y que sea mi dinero el que pague eso. Creo que es obsceno. ¡Satán, vete! ¡Fuera a partir de este momento! ¡Fuera! Para la derecha religiosa, esta campaña era un intento genuino por renovar las bases religiosas de la sociedad americana. Pero para los neoconservadores, la religión era un mito, tal como el mito de América como una nación única que habían promovido durante la Guerra Fría. Strauss creía que estos mitos eran necesarios para darle significado y propósito a la gente común, asegurando así una sociedad estable. ¿No le preocupa que jueguen demasiado Nintendo? Oh, ya no. Vea, Matt tiene la Aventuras de la Biblia. En verdad están aprendiendo historias de la Biblia mientras juegan Nintendo. Para los neoconservadores, la religión es un instrumento para promover la moralidad. La religión se convierte en lo que Platón llamó una "mentira noble". Es un mito que la élite filosófica le cuenta a la mayoría de la sociedad para asegurar el orden social. ¿Qué mejor forma de disfrutar la creación de Dios que una Caminata de Alabanza? El acercamiento elitista reservado del straussianismo recuerda el marxismo. Estos straussianos ex-marxistas, o en algunos casos ex-liberales, pueden percibirse a si mismos como un tipo de grupo leninista, sabes, que tienen esta visión encubierta que quieren usar para efectuar cambios en la historia, mientras ocultan partes de ella a la gente incapaz de comprenderla. A partir de esta campaña, una nueva y poderosa agenda moral comenzó a apropiarse del Partido Republicano. Alcanzó un clímax dramático en la Convención Republicana de 1992, cuando la derecha religiosa tomó el control de la maquinaria política del partido. George Bush se comprometió a postular a la presidencia con políticas que prohibirían el aborto, los derechos de los homosexuales, y el multiculturalismo. Los conferenciantes que trataron de promover los valores conservadores tradicionales de la libertad individual, fueron sacados con abucheos del estrado.


Pienso que la libertad individual debería extenderse al derecho de la mujer a elegir. ¡Quiero al gobierno fuera de su cartera y su dormitorio! Para los neoconservadores, el objetivo de esta nueva moralidad era unir la nación. Pero de hecho tuvo precisamente el efecto contrario. Los votantes republicanos de la corriente principal fueron ahuyentados por el desagradable moralismo que se había apoderado del partido. En cambio, se volvieron hacia Bill Clinton, un político que se conectaba con sus verdaderas preocupaciones y necesidades, como los impuestos y el estado de la economía. La semana posterior a la Convención Republicana, los republicanos moderados, los jóvenes, y particularmente las mujeres decían, "Estoy dividido entre ambos partidos, pero, ¿dónde firmo para ayudar a que Clinton sea elegido?" "Estoy asustado con esta agenda ultra conservadora que surgía de Houston." Soy un republicano de toda la vida. Soy un republicano registrado. Esta vez voy a votar por Bill Clinton. Es suficiente. Es momento de hacer un cambio. A finales de 1992, Bill Clinton ganó en una victoria dramática. Pero los neoconservadores estaban determinados a reconquistar el poder. Y para hacerlo, le harían a Clinton lo que habían hecho con la Unión Soviética. Transformarían al Presidente de los Estados Unidos en un enemigo de fantasía, una imagen del mal que haría que la gente se diera cuenta de la verdad sobre la corrupción liberal de América. Nos damos cuenta que otras naciones nos han superado. ¿En qué? En conocimiento. Y el Islam... A principio de los '90, Argelia, Egipto, y otros países árabes estaban siendo atormentados por una terrible ola de terror islámico. Los jihadis que habían regresado de Afganistán estaban tratando de derribar los regímenes. En el corazón de su estrategia estaba la idea que Ayman Zawahiri y otros les habían enseñado: que aquellos involucrados en política podían ser asesinados legítimamente, porque se habían corrompido y por lo tanto ya no eran musulmanes. Esta violencia, creían, haría que la gente se conmoviera y se sublevara, y entonces los regímenes corruptos serían derribados. "Ellos deben morir!" No sólo "deben morir", ellos los asesinaban. Asesinaban gente. No cualquier... no es sólo una idea lejana, se hizo verdad. Gente asesinada. Muchos muchos gobernantes, muchos muchos hombres santos, muchos muchos eruditos, muchos muchos políticos del mundo islámico han sido asesinados por esta idea. ¿Por qué? Simplemente porque están en contra del Corán. Niegan el Corán.


¿Por qué niegan el Corán? ¡Porque se postulan! Ayman Zawahiri estaba instalado con bin-Laden en esta granja en Sudán. La usaba como base para que su grupo, la Jihad Islámica, lanzara ataques contra los políticos egipcios. Pero como uno de los ideólogos principales de la revolución, también viajaba por todo el mundo árabe, aconsejando a otros grupos sobre su estrategia. Pero los revolucionarios pronto descubrieron que las masas no se levantaban ni los seguían. Los regímenes permanecían en el poder, y los islamistas radicales eran perseguidos. Enfrentados a esto, los islamistas ampliaron su terror. Su lógica era brutal: No eran sólo aquellos involucrados en la política los que debían ser asesinados, sino también la gente común que los apoyaba. Su negativa a sublevarse demostraba que ellos también se habían vuelto corruptos, y se habían condenado a muerte a si mismos. Sin duda hay una lógica. La lógica es que atacas a los líderes, atacas a aquellos que se asocian con ellos, y eventualmente atacas a la gente que ha aceptado la presencia de esos líderes despóticos, aún cuando sólo los apoyen pasivamente con su silencio. Y luego empiezas a atacar a las instituciones económicas, empiezas a atacar a los turistas, porque los turistas traen dinero al país, y ese dinero va los bolsillos de la élite corrupta. Así que, es un proceso sin fin. En Argelia, esta lógica se salió completamente de control. Los grupos revolucionarios islamistas asesinaron a miles de civiles, porque creían que toda esta gente se había vuelto corrupta. Todos estos inocentes, ¿qué han hecho? Piernas arrancadas. Tanto horror. Ni siquiera los extremistas franceses hicieron cosas como esta. ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho? ¿Qué han hecho nuestros niños? ¡Déjenme solo! ¡Quiero morir! En respuesta, los generales que gobernaban Argelia infiltraron los grupos revolucionarios. Les dijeron a sus agentes que persuadieran a los islamistas para que llevaran la lógica aún más lejos, que mataran a más gente aún. Esto provocaría un horror tal que los grupos perderían el apoyo que aún tenían, y los generales podrían usar el miedo y la repugnancia para aumentar su control. Los generales infiltraron las ideas jihad, los grupos jihad, para atemorizar a la sociedad. Creando terror y violencia, paralizarían todo en la sociedad - nada de política, ni economía, ni nada - tan sólo para decirle a occidente, "estamos enfrentando el terror." ¿Usando el miedo? - Usando el miedo para permanecer en el poder. Hoy mataron, mataron a todos. Mataron a todo el mundo, a los inocentes, niños, viejos Incluso descuartizaron a sus víctimas. ¿Quién va a confiar en ellos si mañana llegan al poder? Para 1997, la revolución islamista estaba fracasando. Había demostraciones masivas en contra de los grupos islamistas, miles de personas horrorizadas por la violencia.


Y entonces, en Junio de ese año, un grupo de islamistas egipcios atacó a turistas occidentales en las ruinas de Luxor. 58 personas fueron asesinadas en tres horas de violencia indiscriminada. La masacre conmocionó al pueblo egipcio, y los líderes de los grupos revolucionarios acordaron llamar a un cese al fuego. En Argelia, unos pocos grupos se resistieron. Pero empezaron a destruirse mutuamente, a medida que llevaban la lógica que había guiado su revolución hasta sus últimas y lógicas consecuencias: comenzaron a matarse entre si. Los condujo a su propia destrucción. Un grupo que cree en los musulmanes 100% puros no verá esa pureza en nadie más que en si mismos. Así que cualquiera que esté en desacuerdo con ellos se convierte en enemigo, queda fuera de la Casa del Islam, y entonces, si ocurre que están en desacuerdo entre ellos, comenzarán a liquidarse entre ellos. Y si siguen peleando entre si, habrá una lucha interna. Eventualmente terminará en suicidio. El principal grupo islamista en Argelia, el GIA, terminó siendo dirigido por el Sr. Zouabri, un criador de gallinas, que asesinó a todos los que estaban en desacuerdo con él. Emitió un último comunicado, declarando que toda la sociedad argelina debía ser asesinada, con la excepción de lo que quedaba de su pequeña banda de islamistas. Eran los únicos que comprendían la verdad. Para mediados de los '90, en Washington la política estaba dominada por un tema: el carácter moral del Presidente de los Estados Unidos. Si Ud. cree que ha sido víctima de acoso sexual por parte del Presidente, queremos ayudarla. Detrás de esto había un bombardeo extraordinario de acusaciones contra Clinton que tenía obsesionado a los medios. Incluía historias de acoso sexual, historias de que Clinton y su esposa estaban involucrados en Whitewater, un contrato corrupto de propiedad, historias de que habían asesinado a su amigo cercano Vince Foster, e historias de que Clinton estaba involucrado en contrabando de drogas desde un pequeño aeródromo en Arkansas. Pero ninguna de estas historias era verdad. Todas habían sido orquestadas por un joven grupo de neoconservadores, que estaban determinados a destruir a Clinton. La campaña estaba centralizada en una pequeña revista derechista llamada "El Espectador Americano", que organizó lo que se llamó el "Proyecto Arkansas" para investigar el pasado de Clinton. El periodista que estaba en el centro de este proyecto se llamaba David Brock. En Fuego Cruzado: David Brock, de la revista "El Espectador Americano". Ella llevaba un impermeable y un sombrero, y llegó a las 5:15 de la mañana, y tuvo relaciones con Clinton en el salón de juegos en el piso inferior de la mansión del Gobernador. David, esto se está poniendo un poco estrafalario...


¡Es estrafalario! Pero oye, Bill Clinton es un tipo estrafalario. Desde entonces, Brock se ha puesto en contra del movimiento neoconservador. Ahora cree que los ataques contra Clinton fueron demasiado lejos, y corrompió la política conservadora. ¿Fue verdad lo de Whitewater? ¡No! No había ningún... quiero decir, no había ningún crimen en Whitewater. Absolutamente ninguno. Fue un contrato de propiedad en el que los Clinton perdieron dinero. Se distorsionó completamente lo que había ocurrido. ¿Fue asesinado Vince Foster? No. Se suicidó. ¿Los Clinton traficaban drogas? Definitivamente no. ¿Quienes promovían estas historias sabían que no eran ciertas?, ¿qué ninguna de estas historias era cierta? No les importaba. ¿Por qué no? Porque estaban teniendo un efecto devastador. Entonces, ¿por qué detenerse? Era terrorismo. Terrorismo político. - Y Ud. era uno de los agentes. - Sin duda. Sin duda. Las historias comenzaron a enganchar a los americanos, y a pesar de las negativas de Clinton, los republicanos en el Congreso aprovecharon el escándalo y comenzaron a presionar para que se investigara esta inmoralidad en el corazón del gobierno. Básicamente, la prensa... opinó y presionó a los políticos para que dijeran, "Aquí hay un tipo que, hasta donde sabemos, no ha hecho nada malo, nadie lo acusa de hacer nada incorrecto, no hay evidencia de que haya hecho algo incorrecto, pero creemos que existe presunción de culpabilidad. De alguna forma debe probar su inocencia". A partir de esta presión, Clinton fue forzado a aceptar una investigación independiente acerca de Whitewater. Esta fue llevada a cabo por un juez superior de Washington llamado Kenneth Starr. Pero lo que no era de público conocimiento era que Starr era miembro de un grupo de abogados derechistas llamado "Sociedad Federalista", que tenía lazos financieros e ideológicos con los neoconservadores. Y como los neoconservadores, veían a Clinton como un peligro para el país, y estaban decididos a demostrárselo al pueblo americano. En el manual Merck, Merck es una compañía farmacéutica, que tiene un manual en el que enumeran distintas enfermedades, y allí aparece "sociópata". Y si miras "sociópata", describe a Clinton con exactitud. Alguien que es encantador, Que no siente nada por las personas a quienes encanta, incapaz de resistirse a la gratificación instantánea, y etc., etc. Se apega a toda la lista. Teníamos a un hombre muy disfuncional en la presidencia.


Esto era muy peligroso, tanto como modelo como, si hubiese surgido una crisis, no creo que él hibiese sido capaz de enfrentarla. A pesar de todos estos esfuerzos, Kenneth Starr no pudo encontrar evidencias incriminatorias en Whitewater. Ni pudo encontrar evidencia que apoyara ninguno de los escándalos sexuales que habían emergido del Proyecto Arkansas. Hasta que finalmente, su comité tropezó con la aventura de Clinton con Monica Lewinsky, y que Clinton negó. Y el movimiento neoconservador creyó que en esa mentira habían encontrado lo que andaban buscando: una forma de hacer que el pueblo americano viera la verdad acerca de la corrupción liberal en su país. Ahora comenzó una campaña para acusar al Presidente. Y en la histeria, el movimiento conservador al completo retrató a Clinton como un monstruo depravado que debía ser alejado de la oficina. Pero una vez más, los neoconservadores habían creado a un enemigo de fantasía exagerando y distorsionando la realidad. Estaban entrampados con un ser mitológico que ellos habían construido, o seres, los Clinton, esta gente intrigante, terrible, que ellos - los nobles perseguidores - iban a doblegar. Creo que durante la era Clinton, había un elemento de corrupción en el liderazgo del conservadurismo. Existía la voluntad de hacer cualquier cosa para lograr el objetivo de derribar a Clinton. De tal forma que la misma gente que veía a Clinton como un inmoral se comportó inmoralmente. Terminaron comportándose peor que la gente a quien atacaban. Toda la furia moral, y el engaño, quedaron en nada. La acusación falló porque las encuestas mostraban consistentemente que a los americanos aún no les importaban estos temas morales. Un importante neoconservador, William Bennett, escribió un libro llamado 'La Muerte de la Indignación', en el que culpa a la gente. Acusa al público de hacer un trato con el diablo. Su falta, dice, al no apoyar la acusación, era evidencia de su corrupción moral. Para 1997, bin-Laden y Ayman Zawahiri habían regresado a Afganistán, donde se habían encontrado por primera vez diez años antes. Entonces parecía que el islamismo podía triunfar como movimiento revolucionario popular. Pero ahora estaban enfrentando el fracaso. Todos los intentos por derribar los regímenes del mundo árabe habían fallado. La gente se había vuelto contra ellos a causa de la espantosa violencia, y Afganistán era ya el único lugar al que podían ir. Bueno, 1997 fue su fracaso. Egipto, Argelia, en ninguna parte había funcionado. Salió mal porque la población no los apoyó. Porque la gente, incluso gente que simpatizaba con ellos al principio, se alejó espantada por la violencia, por su incapacidad para comunicarse y acceder al pueblo, y esto quedó


muy claro en el libro de Zawahiri "Caballeros bajo el Estandarte del Profeta", en el que revisa este experimento, y lamenta su incapacidad para aumentar la conciencia de las masas, y siente que, ya sabes, como vanguardia no se las arreglaron para comunicarse. Permanecieron aislados y es por eso que fracasaron. Y es entonces cuando comenzaron esta nueva estrategia. En Mayo de 1998, bin-Laden y Zawahiri, invitaron a un grupo de periodistas a esta conferencia de prensa, en la que anunciaron una nueva jihad. Zawahiri estaba convencido que no se podía culpar a sus teorías por el fracaso, era culpa de las masas musulmanas. Sus mentes habían sido corrompidas por las ideas liberales de occidente. Pero en vez de rendirse, creía que la solución era atacar directamente la fuente de la corrupción. La nueva jihad sería contra América. Como dije antes, enfocamos nuestros esfuerzos para combatir contra los judíos y cristianos o los americanos. No objetamos a ningún partido ni a ninguna persona que combata a los americanos en cualquier parte del mundo. Y queremos decirles que ganaremos la guerra contra los americanos. América será derrotada. Los americanos conocen nuestro poder, y... Esta era una estrategia desesperada, nacida de un pequeño grupo cuya revolución había fracasado. Y la rabia surgida de ese fracaso sería dirigida contra los Estados Unidos. Lo que Zawahiri y bin-Laden estaban por hacer afectaría dramáticamente el futuro del movimiento neoconservador. Para 1998, todos sus intentos por transformar América creando una revolución moral, habían fallado. Enfrentados a la indiferencia de de la gente, los neoconservadores habían quedado marginados, tanto de la política interior como exterior. Pero con los ataques que estaban por golpear América, los neoconservadores finalmente encontrarían el enemigo maligno que habían estado buscando desde el colapso de la Unión Soviética. Y con su reacción a los ataques, los neoconservadores transformarían el decadente movimiento islamista en lo que parecería ser la gran fuerza revolucionaria que Zawahiri siempre soñó. Pero buena parte de ello existiría sólo en la mente de las personas. Sería el próximo enemigo fantasma. En el pasado los políticos prometían crear un mundo mejor. Tenían distintas formas de lograrlo, pero su poder y autoridad surgía de la visión optimista que ofrecían a su pueblo. Esos sueños fracasaron. Y hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Cada vez con más frecuencia, los políticos son vistos simplemente como administradores de la vida pública. Pero ahora han descubierto un nuevo rol que restaura su poder y autoridad.


En vez de repartir sueños, ahora los políticos prometen protegernos de las pesadillas. Dicen que nos rescatarán de peligros terribles que no podemos ver y que no comprendemos. Y el mayor de todos los peligros es el terrorismo internacional. Una red poderosa y siniestra, con células dormidas en países de todo el mundo. Una amenaza que necesita combatirse con la guerra al terror. Pero la mayor parte de esta amenaza es una fantasía, que ha sido exagerada y distorsionada por los políticos. Es una oscura ilusión que se ha divulgado sin cuestionamientos entre los gobiernos del todo el mundo, las agencias de seguridad y los medios internacionales. Esta es una serie de documentales acerca de cómo y por qué se creó esa fantasía, y a quién beneficia. En el corazón de la historia hay dos grupos: los neoconservadores americanos y los islamistas radicales. El episodio de la semana pasada terminó a fines de los '90 con ambos grupos marginados y sin poder. Pero con los ataques del 11 de septiembre, la suerte de ambos cambió dramáticamente. Los islamistas, tras su momento de triunfo, quedaron prácticamente destruidos en cuestión de meses, mientras los neoconservadores tomaban el poder en Washington. Pero entonces, los neoconservadores empezaron a reconstruir a los islamistas. Crearon a un enemigo fantasma. Y a medida que esta fantástica pesadilla empezaba a expandirse, los políticos se dieron cuenta del nuevo poder que les otorgaba en una era profundamente desilusionada. Aquellos con las pesadillas más oscuras se volvieron los más poderosos. EL PODER DE LAS PESADILLAS EL ASCENSO DE LA POLÍTICA DEL MIEDO LAS SOMBRAS EN LA CUEVA Hacia el final de los '90, Osama bin Laden había regresado a Afganistán. Estaba acompañado por Ayman Zawahiri, el ideólogo más influyente del movimiento islamista. Durante 20 años, Zawahiri se había esforzado en crear revoluciones en el mundo árabe, pero todos los intentos habían terminado en sangrientos fracasos. Durante algún tiempo no hemos tenido noticias de su paradero, ¿dónde estaba? Tan sólo estuve en casa y en clubes. ¿No en Afganistán? ¿En algún otro lugar? - Por todas partes, por todas partes. - ¿Por todas partes? Soy un musulmán. Siendo musulmán, te buscan en todos lados. Porque si tú... si le dices no a las superpotencias, esto por si mismo inmediatamente es un crimen por el que se te busca. Sí, ¿pero no puede hacer lo que hace sin armas? Es agresivo, pero pregúntele a Alá, y Él es más grande que las superpotencias. Zawahiri era seguidor del revolucionario egipcio, Sayyed Qutb, que había sido ejecutado en 1966.


La visión de Qutb era la de un nuevo tipo de estado moderno, que contendría todos los beneficios de la ciencia y la tecnología occidentales, pero usaría el Islam como marco moral para proteger al pueblo de la cultura del liberalismo occidental. Qutb creía que esta cultura infectaba las mentes de los musulmanes, convirtiéndolos en criaturas egoístas que amenazaban con destruir los valores compartidos que mantienen unida a la sociedad. Durante los '80 y '90, Zawahiri había tratado de persuadir a las masas para que se alzaran y derrocaran a los gobernantes que habían permitido que esta corrupción infectara sus países. Queremos hablarle a todo el mundo. ¿Quiénes somos? Pero los revolucionarios se entramparon en una horrible escalada de violencia, porque las masas se rehusaron a seguirlos. El Islamismo falló como movimiento de masas, y Zawahiri llegó a la conclusión de que se necesitaba una nueva estrategia. No había habido ninguna revolución. Quiero decir, habían fracasado en la toma del poder, habían fallado en derrocar a los poderes reinantes, y, ya sabe, se interesaron cada vez más en esta idea de que sólo una pequeña vanguardia podía ser exitosa. Quiero decir, habían perdido la confianza en la capacidad de las masas para movilizarse espontáneamente. Entonces decidieron cambiar completamente la estrategia, y en lugar de atacar a lo que llamaban el "enemigo cercano", - es decir, los regímenes locales - decidieron que podían atacar al "enemigo lejano", - es decir, a occidente, a América - y eso impresionaría a las masas y las masas se movilizarían. Zawahiri y bin Laden empezaron a implementar esta nueva estrategia en Agosto de 1998. Dos enormes bombas suicidas detonaron afuera de las embajadas americanas en Kenia y Tanzania, matando a más de 200 personas. Las bombas tuvieron un efecto dramático en occidente. Por primera vez, el nombre "bin Laden" entró en la consciencia pública como un cerebro del terrorismo. Los terroristas suicidas habían sido reclutados por bin Laden en los campos de entrenamiento islamistas en Afganistán. Pero la operación de bin Laden y Zawahiri estaba más bien en los márgenes del movimiento islamista. La abrumadora mayoría de los combatientes en estos campamentos no tenían absolutamente ninguna relación con bin Laden o el terrorismo internacional. Ellos se estaban entrenando para combatir a los regímenes de sus propios países, tales como Uzbekistán, Cachemira y Chechenia. Su objetivo era fundar sociedades islamistas en el mundo musulmán, y no tenían ningún interés en atacar a América. Bin Laden ayudó a financiar algunos de los campamentos, y a cambio se le permitió buscar voluntarios para sus operaciones. Pero varios islamistas de alto rango estaban en contra de su nueva estrategia, incluidos miembros del propio grupo de Zawahiri, la Jihad Islámica. Incluso las exhibiciones de fuerza de bin Laden ante los medios occidentales eran falsas.


Los combatientes en este vídeo habían sido contratados por el día y se les pidió que llevaran sus propias armas. Porque más allá de este pequeño grupo, bin Laden no tenía una organización formal, hasta que los americanos le inventaron una. En enero de 2001, en un tribunal de Manhattan, comenzó un juicio contra cuatro hombres acusados de los bombardeos a las embajadas en África del este. Pero los americanos habían decidido enjuiciar también a bin Laden en ausencia. Pero, bajo la ley americana, para hacer esto, los fiscales necesitaban pruebas de una organización criminal porque, como con la Mafia, eso les permitiría enjuiciar a la cabeza de la organización, aún cuando no pudiera vinculársele directamente con el crimen. Y las pruebas de la existencia de esa organización les fue suministrada por un ex-socio de bin Laden llamado Jamal al-Fadl. Durante la investigación de los bombardeos de 1998, hubo una fuente de delación espontánea, Jamal al-Fadl, que es un militante sudanés que estuvo con bin Laden a comienzos de los '90, que pasó por una serie de servicios secretos de Medio Oriente, ninguno de los cuales quería tener mucha relación con él, y que terminó en América y fue acogido por el gobierno americano como testigo clave de la fiscalía y, al mismo tiempo, recibió un inmenso monto de dinero de los contribuyentes americanos. Su relato fue usado como materia prima para desarrollar una imagen de Al Qaeda. La imagen que el F.B.I. quería desarrollar era una que encajara en las leyes existentes que tendría que usar para enjuiciar a los responsables del bombardeo. Ahora bien, esas leyes fueron creadas para contrarrestar el crimen organizado: la Mafia, el narcotráfico, crímenes en los que la participación en una organización es extremadamente importante. Tienes que tener una organización para conseguir un juicio. Y tienes a al-Fadl y varios otros testigos, varias otras fuentes, que están felices de aportar en esto. Consigues material, que visto de cierta manera, podría demostrar la existencia de esta organización. Juntas las dos cosas y lo que obtienes es el primer mito de bin Laden, el primer mito de Al Qaeda. Y porque es uno de los primeros, es extremadamente influyente. La imagen de bin Laden que al-Fadl dibujó para los americanos fue la de una figura todopoderosa a la cabeza de una gran red terrorista que tenía una red organizada de control. También dijo que bin Laden le había dado un nombre a esta red: "Al Qaeda." Era una imagen dramática y poderosa de bin Laden, pero tenía poca relación con la verdad. La realidad era que bin Laden y Ayman Zawahiri se habían convertido en el centro de una asociación dispersa de militantes islamistas desilusionados a los que les atraía la nueva estrategia. Pero no había ninguna organización. Estos eran militantes que por lo general planeaban sus propias operaciones y acudían a bin Laden por financiación y ayuda. Él no era su comandante.


Tampoco existe evidencia de que bin Laden usara el término "Al Qaeda" para referirse al nombre de un grupo hasta después del 11 de septiembre, cuando se dio cuenta de que ese era el nombre que los americanos le habían dado. En la realidad, Jamal al-Fadl estaba huyendo de bin Laden, luego de haberle robado dinero. A cambio de sus testimonio, los americanos le otorgaron protección a testigo en América y cientos de miles de dólares. Muchos abogados presentes en el juicio creen Que al-Fadl exageró y mintió para dar a los americanos la imagen de la organización terrorista que necesitaban para enjuiciar a bin Laden. Y hubo determinadas porciones del testimonio de al-Fadl que creo eran falsas, para contribuir a la imagen de que él ayudó a los estadounidenses a reunir. Creo que mintió en ciertos testimonios específicos acerca de una imagen unificada de lo que era esta organización. Convirtió a Al Qaeda en la nueva Mafia o los nuevos comunistas. Los hizo identificables como un grupo y así hizo más fácil enjuiciar a cualquier persona relacionada con Al Qaeda por cualquier acto o declaración hecha por bin Laden... que habla mucho. La idea - que es crucial para la acusación planteada por el F.B.I. - de que bin Laden dirige una organización coherente, con agentes y células alrededor de todo el mundo, del que se puede ser miembro es un mito. No hay ninguna organización Al Qaeda. No hay una red internacional con un jefe, con cuadros que obedecerán sus órdenes incondicionalmente, con tentáculos que se extienden a células en América, en África, en Europa. Esa idea de una red terrorista coherente, estructurada con capacidad organizadora simplemente no existe. Lo que sí existía era una poderosa idea que estaba a punto de inspirar un único acto devastador, que llevaría a todo el mundo a creer en el mito que había comenzado a construirse en el tribunal de Manhattan. - ¿Qué está haciendo este otro jet? - ¿Qué diablos es eso? - ¡Sagrado... ¡joder! - ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! ¡Jesucristo joder! - ¡No lo toques! - ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! El ataque de 19 secuestradores contra América conmocionó al mundo. Era la nueva estrategia de Ayman Zawahiri, implementada de forma brutal y espectacular. Pero ni él ni bin Laden fueron los creadores de lo que se llamó "Operación Aviones". Fue idea de un militante islamista llamado Khalid Sheik Mohammed, que se acercó a bin Laden por fondos y ayuda para encontrar voluntarios. Pero luego del pánico creado por los ataques, los políticos echaron mano del modelo creado ese mismo año para el juicio: los secuestradores eran sólo la punta de una vasta red terrorista internacional que fue llamada "Al Qaeda". Al Qaeda es al terror lo que la Mafia es al crimen. Hay miles de estos terroristas en más de 60 países. Son reclutados en sus propias naciones y vecindarios, y llevados a campamentos en lugares como Afganistán donde los entrenan en las tácticas del terror.


Esta única red, Al Qaeda, que ha sido objeto de tanta discusión y publicidad, puede tener actividades en 50 a 60 países, incluyendo los Estados Unidos. Nuestra guerra es contra las redes y los grupos, las personas que los protegen, las personas que tratan de esconderlos, las personas que los financian. Ésa es nuestra vocación. Y los ataques tuvieron otro efecto dramático: llevaron a los neoconservadores de regreso al poder en América. Cuando George Bush se convirtió en presidente por primera vez, había incluido a neoconservadores como Paul Wolfowitz, y sus aliados, como Donald Rumsfeld, en su administración. Pero su gran visión acerca del papel de América en el mundo fue, en general, ignorada por este nuevo régimen. Es sólo que no creo que sea el papel de Estados Unidos entrar en otro país y decir "Nosotros lo hacemos así, y así deben hacerlo Uds." PERO AHORA Vamos a encontrar a esos que... a esos malhechores. Pero ahora, los neoconservadores se volvieron todopoderosos, porque esta red terrorista demostraba que lo que ellos habían estado pronosticando desde los '90, era correcto: que América estaba en peligro, que ésta era una nueva fuerza terrorífica en un mundo hostil. Se formó un pequeño grupo que empezó a formular la respuesta americana a los ataques. En su centro estaban Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz, junto con el Vicepresidente, Dick Cheney, y Richard Perle, que era un consejero superior del Pentágono. La última vez que estos hombres habían estado juntos en el poder había sido hacía 20 años, durante la presidencia Reagan. Entonces, tal como ellos lo veían, habían aceptado el reto y habían derrotado a una fuente de maldad que quería tomar el control de América: la Unión Soviética. Y ahora veían esta nueva guerra contra el terror en los mismos términos épicos. La lucha en contra del totalitarismo soviético, fue un combate entre asuntos valóricos fundamentales. "Bien" y "Mal" es la fórmula más efectiva que puedo imaginar con respecto a esto, y ocurre algo similar en la guerra contra el terror. No es una guerra contra el terror, es una guerra contra los terroristas que quieren imponer una tiranía intolerante sobre toda la humanidad, un universo islámico en el que todos estaremos obligados a aceptar sus creencias y vivir de acuerdo con sus juicios, y en ese sentido ésta es una batalla entre el bien y el mal. Pero, como demostraron los episodios anteriores, los neoconservadores distorsionaron y exageraron la amenaza soviética. Crearon la imagen de una red internacional oculta de maldad, dirigida desde Moscú, que planeaba dominar el mundo. Cuando, en realidad, la Unión Soviética estaba en sus últimas etapas, derrumbándose desde el interior. Ahora, hicieron lo mismo con los islamistas.


Tomaron un movimiento fracasado que había perdido el apoyo de las masas y empezaron a reconstruirlo en la imagen de una poderosa red de mal, controlada desde el centro por bin Laden, desde su refugio en Afganistán. Lo hicieron porque encajaba en su visión del destino único de América de librar una batalla épica contra las fuerzas del mal en todo el mundo. Lo que los neoconservadores están haciendo es tomar un concepto que desarrollaron durante la competencia con la Unión Soviética, es decir, que el comunismo soviético era malvado, quería apoderarse de nuestro país, quería apoderarse de nuestra gente, nuestras aulas, nuestra sociedad. Fue ese tipo de concepto del mal el que tomaron - uno exagerado, por cierto - y luego lo aplicaron a una nueva amenaza, a la que no era aplicable en absoluto, y, sin embargo, fue recubierta del mismo tipo de bagaje cultural. La política dice que hay una red, la política dice que esta red es malvada, quieren infiltrarse en nuestras aulas, quieren apoderarse de nuestra sociedad, quieren que todas nuestras mujeres usen velos, y esto es lo que tenemos que enfrentar y, por lo tanto, ya que sabemos que es el mal, simplemente matémoslo y eso lo hará desaparecer. Y así los americanos salieron a invadir Afganistán, para encontrar y destruir el corazón de esta red. Para hacerlo, los americanos se aliaron con un grupo llamado Alianza del Norte. Eran una colección de caudillos dispersos, librando una guerra de resistencia contra los Talibán, los islamistas que controlaban Afganistán. Las mejores tropas de los Talibán eran los miles de combatientes extranjeros de los campos de entrenamiento, odiados por la Alianza del Norte. Y ahora, se vengaron de los combatientes extranjeros. Los americanos creían que estos hombres eran terroristas de Al Qaeda, y la Alianza del Norte no hizo nada por desengañarlos, porque los americanos les pagaban por cada prisionero que entregaran. Pero la mayoría de estos combatientes nunca habían tenido nada que ver con bin Laden o el terrorismo internacional. Tantos ellos como los Talibán eran nacionalistas radicales que querían crear sociedades islamistas en sus propios países. Pero ahora, o eran asesinados o eran llevados a la Bahía de Guantánamo y el islamismo, como movimiento organizado para cambiar el mundo musulmán, fue arrasado en Afganistán. Pero cuando desapareció, fue reemplazado por fantasías aún más extravagantes acerca del poder y el alcance de la red Al Qaeda. En diciembre, la Alianza del Norte le dijo a los americanos que bin Laden se estaba escondiendo en las montañas de Tora Bora. Estaban convencidos de que habían descubierto el centro de su organización. La búsqueda de Osama bin Laden: hay una discusión constante respecto a él escondiéndose en cuevas y creo que muchas veces los americanos tienen la impresión de que es un pequeño agujero excavado en la ladera de una montaña. - Oh, no. - Esto es. Es una fortaleza.


Un complejo con varios niveles. Dormitorios y oficinas arriba, como puede ver. Salidas secretas en el costado y en el fondo, excavadas profundamente para evitar la detección térmica. Un sistema de ventilación, para permitir a las personas respirar y permanecer. Entradas suficientemente grandes para trasladar camiones e incluso tanques. Incluso sistemas computacionales y telefónicos. Es una operación muy sofisticada. Oh, puede apostarlo. Esto es un asunto serio. Y no hay uno de esos; hay muchos de esos. Los americanos bombardearon las montañas de Tora Bora durante varios días, con las armas más poderosas que tenían. A la Alianza del Norte se le pagó más de un millón de dólares por su ayuda e información, y ahora sus combatientes partían hacia las montañas a asaltar la fortaleza de bin Laden y regresar con los terroristas de Al Qaeda y sus líderes. Pero todo lo que encontraron fueron unas pocas cuevas pequeñas, que o bien estaban vacías o habían sido usadas para almacenar municiones. No había ningún sistema de búnker subterráneo, ni túneles secretos. La fortaleza no existía La Alianza del Norte sí presentó algunos prisioneros que afirmaron eran combatientes de Al Qaeda, pero no había ninguna prueba de esto, y existía el rumor de que la Alianza del Norte simplemente estaba raptando a cualquiera que pareciera un árabe y los vendían a los americanos por más dinero. Ahora los americanos empezaron a registrar todas las cuevas en todas las montañas del este de Afganistán en busca de la red oculta de Al Qaeda. Encontramos una cueva. El resto está abierto. Cambio. Si nadie hubiese subido a investigar esa cueva, podrían haber habido personas ocultándose allí durante días y mirando todo lo que hacíamos. Pero donde fuera que miraran, no había nadie. Parecía que Al Qaeda había desaparecido completamente. Pero entonces, llegaron los británicos a ayudar. Estaban convencidos de que ellos podían dar caza a Al Qaeda debido a su experiencia única, según decían, enfrentando al terrorismo en Irlanda del Norte. Podían tener éxito donde otros habían fallado. La búsqueda de los talibán de Al Qaeda continua, y nosotros permaneceremos hombro a hombro junto a los Estados Unidos y nuestros otros aliados, en la guerra global contra el terrorismo. Cinco semanas después. ¿Pero cuántos Al Qaeda han capturado? No hemos capturado ningún Al Qaeda, pero... ¿Y cuántos han matado aquí en en el sudeste de Afganistán? No hemos matado a ninguno. Mil piezas de oro por el cadáver de Ali Babá y la destrucción de la banda de ladrones.


La terrible verdad era que allí no había nadie porque Al Qaeda, como organización, no existía. Los ataques contra América habían sido planeados por un pequeño grupo que se había reunido en torno a Bin Laden a fines de los '90. Lo que los unió fue una idea: una interpretación extrema de islamismo desarrollada por Ayman Zawahiri. Con la invasión americana, ese grupo había sido destruido, asesinado o dispersado. Lo que quedó fue la idea. Y el verdadero peligro era la forma en que esa idea podía inspirar a grupos e individuos alrededor del mundo, que no tenían ninguna relación entre si. Al buscar a una organización, los americanos y los británicos estaban persiguiendo a un enemigo fantasma y omitían la verdadera amenaza. Yo estaba con la Marina Real cuando marchaban por Afganistán oriental. Cada vez que obtenían la ubicación de un supuesto elemento o base de Al Qaeda o Talibán, se aparecían allí y no había nadie o había unos pocos pastores sobresaltados, y entonces se me ocurrió que esa era una imagen estupenda de la guerra contra el terror, porque la gente busca algo que no está ahí. No hay ninguna organización con terroristas, células operativas, etc. Lo que hay es una idea muy difundida entre los airados jóvenes musulmanes de todo el mundo islámico. Esa idea es la que plantea una amenaza. Pero ahora los neoconservadores estaban cada vez más atados a esta fantasía, y a continuación se dispusieron a desvelar la red en la misma América. Ésta es una red que ha penetrado en aproximadamente 60 países, incluyendo, definitivamente, el nuestro y hay que erradicarla. Nuestra prioridad de inteligencia, en muchos sentidos, es primero perseguir a la red aquí en los Estados Unidos. Haremos todo lo necesario para perseguir y desmantelar estas redes. El gobierno americano salió a buscar a la organización Al Qaeda dentro de su propio país. Miles fueron detenidos, pues a todas las ramas de la ley y al ejército se les dijo que buscaran terroristas. En realidad no sabes cómo se ve un terrorista, qué clase de auto conduce, o cualquier otra cosa, así que básicamente es todo, todos y cualquiera. Y, poco a poco, el gobierno encontró la red: una serie de células ocultas en ciudades de todo el país, desde Búfalo a Portland. Hemos frustrado a terroristas en Búfalo, Seattle, Portland, Detroit, Carolina del Norte y Tampa, Florida. Estamos determinados a detener al enemigo antes de que pueda atacar a nuestra gente. Los americanos las llamaron "células dormidas" y decidieron que estaban esperando para atacar. Pero en realidad hay muy poca evidencia de que ninguno de los arrestados haya tenido algo que ver con intrigas terroristas. Desde Portland al suburbio de Búfalo, llamado Lackawanna, una vez más los americanos estaban persiguiendo a un enemigo fantasma. Ellos dicen "célula terrorista dormida".


Así es como llaman a la gente de Lackawanna, una célula terrorista dormida. la gente de Detroit, una célula terrorista, la gente de Portland, una célula terrorista. Pero cuando miras los detalles, los hechos no apoyan eso, y no han demostrado que ningún grupo dentro de los Estados Unidos haya conspirado para participar en ninguna actividad terrorista dentro de EE.UU. en ninguno de los casos que han presentado desde el 9/11. Las pruebas detrás de todos los casos de células dormidas son débiles y a menudo extrañas. Esta cinta fue una de las piezas centrales de evidencia en el primero de los casos. Se encontró durante un registro en esta casa en Detroit. Cuatro árabes fueron arrestados bajo sospecha de ser una célula dormida de Al Qaeda. Habían sido acusados por otro inmigrante llamado Sr. Hmimssa. Pero el Sr. Hmimssa, en realidad, era un estafador internacional con 12 alias y buscado por fraude en toda América. A pesar de esto, el F.B.I. ofreció reducirle la sentencia por fraude si testificaba en contra de los hombres. Y para respaldar las acusaciones del Sr. Hmimssa, el F.B.I. recurrió a la cinta de video. Aparentemente, era el inocente registro de un viaje a Disneylandia de un grupo de adolescentes que no tenían ninguna relación con los acusados, pero el gobierno había descubierto que la cinta tenía un propósito oculto y siniestro. El experto del gobierno que había investigado las cintas de vigilancia - "las cintas de encubrimiento", como él las llamó - dijo que uno de los objetivos de hacer esta clase de cintas es disfrazar la naturaleza, el verdadero propósito de la cinta, y explicó que la cinta está hecha para parecer benigna, hecha para que pareciera una cinta de turista, para ocultar su verdadero propósito como una cinta para vigilar Disneylandia y que su sola apariencia de cinta de turista, es evidencia de que no es una cinta de turista. Al-Jazeera, Hollywood, Los Ángeles, California. ¿Hola? Yo nunca podría ignorar el hecho de que la cinta parece simplemente una cinta de turista. El paseo por Disneylandia, por ejemplo, fue una larga cola, gente simplemente en camino al paseo. La cámara ocasionalmente hace un paneo para ver las rocas de la pared, hechas para que parezca una película de Indiana Jones, y después de varios minutos la cámara panea de un lado a otro y por un momento muestra un tacho de basura, y luego continúa para mirar a la multitud. El experto básicamente dijo que, al sacar a relucir momentáneamente ese tacho de basura, las personas que son pare de esta conspiración, que conduce esta clase de operaciones terroristas, comprenderían de qué se trataba todo: cómo ubicar una bomba en Disneylandia en California. ¡Hola! Todo el parloteo y las bromas tenían la intención de disfrazar el mensaje oculto contenido en la cinta.


El gobierno estaba convencido de que la cinta estaba llena de mensajes ocultos. Una breve toma de un árbol fuera de la habitación de hotel del grupo estaba ahí, dijeron, para mostrar dónde ubicar a un francotirador para atacar los automóviles en la autopista. Y lo que parecía una cámara que había quedado funcionando por casualidad, en realidad era un terrorista que calculaba en secreto las distancias para mostrarle a otros dónde poner una bomba. Y el gobierno también dijo que la célula de Detroit estaba planeando atacar bases militares estadounidenses en todo el mundo. Nuevamente, encontraron evidencia oculta de esto en una agenda que descubrieron bajo el sofá en la casa de Detroit. Los que parecen garabatos en realidad eran, dijeron, un plan para atacar una base de los EE.UU. en Turquía. El gobierno trajo a la oficial de seguridad de la base para testificar que había interpretado esto como las principales pistas de aterrizaje. Identificó estos como Aviones AWACS y estos como aviones caza a reacción. Ella dijo que estas líneas gruesas eran líneas de fuego, también dijo que esto aquí abajo era un búnker sólido. Pero se descubrió que los dibujos de la agenda en realidad habían sido la obra de un loco. Eran las fantasías de un yemení que creía que era Ministro de Defensa de todo el Medio Oriente. Él se había suicidado un año antes de que cualquiera de los acusados llegara a Detroit, dejando la agenda bajo el sofá de la casa. A pesar de esto, dos de los acusados fueron encontrados culpables. Pero entonces, el único testigo del gobierno, el Sr. Hmimssa, le contó a dos de sus compañeros de celda que había inventado todo para conseguir que le redujeran los cargos por fraude. Las condenas por terrorismo fueron anuladas por el juez de la causa, pero fueron proclamadas por el Presidente como el primer éxito en la guerra contra el terror en casa. Tenemos a los terroristas en fuga. Los mantendremos en fuga. Uno a uno los terroristas están aprendiendo el significado de la justicia americana. Otro caso, en la ciudad de Búfalo, Nueva York, superficialmente parecía ser más sólido. Seis jóvenes yemení-americanos habían ido a un campo de entrenamiento islamista en Afganistán. Viajaron allí a comienzos de 2001 y pasaron entre 2 y 6 semanas entrenando y aprendiendo la teoría revolucionaria islamista. Dos de ellos incluso conocieron a bin Laden en uno de sus recorridos por el campamento. Luego regresaron al suburbio Lackawanna de Búfalo donde vivían, pero no hicieron nada. El F.B.I. supo de su viaje y vigilaron a los seis hombres las 24 horas durante casi un año, pero no hubo comportamiento sospechoso. Pero entonces, uno de los hombres, el Sr. al-Bakri, viajó a Bahrein y le envió a sus amigos un e-mail. Decía que se iba a casar y que no los vería por un tiempo.


La CIA, que había estado monitoreando sus e-mail, entendió que éste era un mensaje cifrado. La célula estaba a punto de lanzar un ataque suicida sobre la Quinta Flota de EE.UU. El F.B.I., el gobierno, asumió que esa frase significaba algo siniestro. Creían que la palabra "boda" era una clave. Creían que la frase "no verlos más" indicaba que Muktar al-Bakri era un terrorista suicida. La realidad es que el Sr. al-Bakri estaba en Bahrein para casarse y la realidad de que él se casara era que no vería más a sus amigos. Buenas tardes. En las pasadas 24 horas, las fuerzas de la ley de EE.UU. han identificado y desbaratado una célula terrorista entrenada por Al Qaeda, en suelo americano. Los arrestos fueron anunciados con orgullo por Washington como otra célula dormida que tramaba un ataque. Pero pronto se hizo evidente que no había absolutamente ninguna prueba, excepto el email. Y lo mejor que el gobierno puede señalar como una célula dormida son, ya sabe, estos jóvenes en Lackawanna, en Nueva York, que, sí, fueron a Afganistán, entrenaron en un campo de entrenamiento de Al Qaeda, pero todo indica que no tenían intención de emprender ninguna acción. Uno de ellos fingió una lesión para tratar de salir antes. Volvieron a los Estados Unidos. Los tuvimos bajo vigilancia intensiva y y no descubrimos pruebas - ni una pizca de evidencia - de que alguna vez planificaran o intentaran comprometerse en cualquier tipo de acto criminal, mucho menos uno terrorista. Eso es lo mejor que pueden exhibir como una célula dormida. Enfrentados al hecho de que no habían pruebas, el gobierno silenciosamente les retiró la acusación de ser una célula terrorista. En vez, fueron enjuiciados sólo por haber ido a un campo de entrenamiento y por haber comprado uniformes allí. Y todos los otros casos fueron aún más endebles. Un grupo de estudiantes que apoyaban la liberación de Cachemira fueron descubiertos jugando paint-ball en los bosques de Virginia. Ellos fueron condenados por adiestrarse para atacar a América. Un grupo de afro-americanos de Oregón trataron de ir a Afganistán para apoyar a los Talibán, pero se perdieron en China. Todos estos grupos, dijo el gobierno, eran parte de una oculta y terrorífica red Al-Qaeda. Al principio el gobierno estaba legítimamente preocupado, pero dejaron que esa preocupación se convirtiera en pánico. Tenían preguntas razonables y las convirtieron en una completa fantasía. Empezaron con una conclusión y luego rellenaron los espacios de las preguntas. Así que todo esto fue impulsado por la necesidad - o el deseo - de tener terroristas.


Tú desarrollas esta conclusión en base a esta suposición, y esta suposición, y esta suposición, y, seguro, si acumulas suposiciones sobre suposiciones, ¡puedes llegar a cualquier parte! - Es una obra de la imaginación. - Lo es. Es una fantasía, y es una fantasía que era políticamente conveniente vender. Y no se equivoquen al respecto, tenemos una guerra aquí tal como tenemos guerra en el extranjero. En Gran Bretaña, el gobierno y la mayor parte de los medios también crearon la abrumadora impresión de que hay una red oculta de células dormidas de Al Qaeda, esperando atacar. Pero, una vez más, hay muy pocas pruebas de esto. De las 664 personas arrestadas bajo cargo de acto terrorista desde el 11 de septiembre, ninguno de ellos ha sido condenado por pertenecer a Al Qaeda. Hasta ahora, sólo 3 personas han sido condenadas por tener alguna asociación con algún grupo islamista, y ninguna de esas condenas fueron por estar involucrado en un complot terrorista; fueron por recaudación de fondos o por posesión de literatura islamista. La mayoría de las personas condenadas por acto terrorista desde el 11 de septiembre en realidad han sido miembros de grupos terroristas irlandeses, como el UVF o el IRA Real. Y muchos de los arrestos que fueron dramáticamente anunciados como partes de una oculta red de Al Qaeda, en realidad, fueron tan absurdos como los casos en América. Por ejemplo, la policía de Londres se abalanzó sobre un Sr. Zain ul-Abedin quien, según ellos, dirigía una red internacional de adiestramiento terrorista. Resultó ser un curso de autodefensa para guardaespaldas, que él llamó "Desafío Final Jihad." Su único cliente era el guardia de seguridad de un supermercado que quería aprender a defenderse de los ladrones de tiendas. El Sr. Zain ul-Abedin fue liberado de todos los cargos. Luego estaba la célula terrorista de Hogmanay que, se decía, estaba planeando atacar Edimburgo. Todos los cargos les fueron retirados silenciosamente cuando se reveló que una parte clave de las evidencias, un mapa que indicaba los objetivos que iban a atacar, resultó ser que lo había dejado en su piso un mochilero australiano que había marcado los lugares turísticos que quería visitar. E incluso los más alarmantes y conspicuos de los complots descubiertos resultaron no tener fundamentos. Nadie fue arrestado nunca por planear ataques de gas a las cañerías de Londres; fue una fantasía que se extendió por los medios de comunicación. Tal como en América, aún no hay ninguna evidencia de la terrorífica y siniestra red que asecha bajo la superficie de nuestra sociedad que, tanto el gobierno como los medios, continuamente nos dicen que está ahí. - Así que no había ninguna red. - No - Nunca. - Probablemente. La inventamos.


"Invención" es un término muy fuerte. Creo que nosotros lo proyectamos... Proyectamos nuestros peores miedos y lo que vemos es una fantasía que ha sido creada. Al Qaeda es una red mundial con alcance mundial. El objetivo, una mortal red de terror. No estoy diciendo que no pueda ocurrir una atrocidad en suelo británico. Lo que estoy diciendo es que tenemos una percepción exagerada de la posibilidad de terrorismo, que es bastante incapacitante. Y basta con mirar la evidencia para comprender que las cifras simplemente no sostienen la manera en que hemos respondido como sociedad. Lo que han hecho los gobiernos británico y americano es distorsionar y exagerar la verdadera naturaleza de la amenaza. Alrededor del mundo hay grupos peligrosos y fanáticos que han sido inspirados por las teorías islamistas extremistas, y están preparados para usar las técnicas del terror de masas sobre los civiles. Los bombardeos en Madrid demostraron esto demasiado claramente. Pero éste no es un fenómeno nuevo. Lo que es nuevo es la manera en que el gobierno americano y otros gobiernos han transformado esta amenaza compleja e irregular en una fantasía simplista de una red organizada de terroristas excepcionalmente poderosos que pueden atacar en cualquier lugar y en cualquier momento. Pero nadie cuestionó esta fantasía porque, cada vez más, estaba sirviendo los intereses de muchas personas. Para la prensa, la televisión, y cientos de expertos en terror, el hecho de que pareciera una ficción lo hacía irresistible para sus audiencias. Y los islamistas también comenzaron a darse cuenta que alimentando esta fantasía mediática podían volverse una organización poderosa... aunque sólo fuera en la imaginación de la gente. El promotor de esto fue uno de los socios de bin Laden que había sido capturado por los americanos. Se llamaba Abu Zubaydah. Él comenzó a hablarle a sus interrogadores de los aterradores planes que estaba preparando Al Qaeda. Algunos de los cuales, dijo, habían copiado de películas de Hollywood, como Godzilla, que habían visto en Afganistán. Zubaydah le contó a los interrogadores una serie de historias basado en lo que él pensó que nos alarmaría. Nos contó, por ejemplo, que - a partir de una película reciente de entonces, Godzilla, en la que el monstruo destruía el puente de Brooklyn - Al Qaeda estaba interesada en destruir el puente de Brooklyn, Nos habló de ataques a vías de tránsito masivo, como los trenes subterráneos. Nos dijo que había intenciones de atacar edificios de departamentos, y centros comerciales, la Estatua de la Libertad, todo tipo de cosas.


Informes recientes de inteligencia indican que los líderes de Al Qaeda han hecho hincapié en los planes de atacar edificios de departamentos, hoteles y otro blancos poco protegidos en los Estados Unidos. Los terroristas están considerando ataques físicos contra instituciones financieras de los EE.UU.. Y Abu Zubaydah también les habló a sus interrogadores de una terrorífica nueva arma que los islamistas planeaban usar; un artefacto explosivo que podía esparcir radiación a través de las ciudades, la "Bomba sucia". Primero, una exclusiva de CBS News sobre un líder de Al Qaeda capturado, que dice que sus compañeros terroristas tienen el conocimiento para construir un arma muy peligrosa y traerla a los Estados Unidos. Y los medios se tragaron el cebo. Retrataron la bomba sucia como como un arma extraordinaria que podía matar a miles de personas, y, en el proceso, hicieron aún más terrorífico al enemigo oculto. Pero, en realidad, la amenaza de una bomba sucia es otra ilusión más. Su objetivo sería esparcir material radioactivo a través de una explosión convencional, pero casi todos los estudios respecto a una posible arma como esa, han concluido que la radiación esparcida de esta forma no mataría a nadie porque el material radioactivo estaría demasiado disperso. Y, si la zona se limpiara inmediatamente, los efectos a largo plazo serían insignificantes. En el pasado, tanto el ejército americano como los militares iraquíes, evaluaron dispositivos semejantes y ambos llegaron a la conclusión de que eran armas completamente ineficaces por esa misma razón. ¿Cuán peligrosa sería una bomba sucia? Las muertes serían pocas, si hubiese alguna. Así que la respuesta es: probablemente nada. - ¿En verdad? - Sí. Y eso se ha dicho una y otra vez, pero la gente inmediatamente dice "Pero, ya sabe, la gente no va a creer eso y entrarán en pánico." Y luego toda la gente que trabaja en este proyecto, ya sabe, la defensa, etc., dan un suspiro de alivio porque les devolvieron su problema, ya sabe, todos vamos a entrar en pánico. No creo que matara a nadie y no creo que encuentres un informe serio que diga lo contrario. De hecho, el Departamento de Energía hizo esa prueba y efectivamente midieron lo que ocurría. Y sus mediciones fueron extremadamente bajas. Calcularon que el individuo más expuesto recibiría una dosis bastante alta - sin amenaza de muerte, pero bastante alta - y yo investigué cómo se habían hecho los cálculos y ellos asumieron que después del ataque, nadie se movería durante un año. Un año. Bueno, eso es ridículo. La bomba sucia - el peligro de radiactividad básicamente es cercano a cero. El peligro del pánico, sin embargo, es horrendo. Allí es donde está la ironía. El gobierno, en vez de decir, "Miren, ésta no es un arma seria; el verdadero peligro de esto es el pánico resultante y no hay razón para entrar en pánico.


No entren en pánico." Damas y caballeros, éste no es el final de nuestra función; sin embargo, algo muy parecido a esto podría ocurrir en cualquier momento. Sólo pensamos que debíamos prepararlos y predisponerles el ánimo. Gracias. Y ahora volvemos con nuestra historia. La escala de esta fantasía continúa creciendo, a medida que más y más grupos se dan cuenta del poder que les otorga. Sobre todo, el grupo que fue decisivo al difundir primero la idea, los neoconservadores. Porque ahora descubrieron que podían apoyarse en ella para hacer efectiva su visión: que el destino particular de América es vencer el mal en el mundo, y que esta misión épica le daría significado y propósito al pueblo americano. Para hacer esto, empezarían con Irak. Y tal como habían descubierto una realidad oculta de terror bajo la superficie de América, ahora descubrieron enlaces ocultos, que nadie antes había sospechado, entre la red Al Qaeda y Saddam Hussein. La evidencia de fuentes de inteligencia, comunicaciones secretas, y las declaraciones de personas que están ahora bajo custodia, revelan que Saddam Hussein ayuda y protege a terroristas, incluidos miembros de Al Qaeda. Imaginen a esos 19 secuestradores con otras armas y otros planes, esta vez armados por Saddam Hussein. Aún me asombran las personas que dicen que no hay ningún vínculo. Eso simplemente no es cierto. Lo que no se ha establecido es un enlace directo entre la inteligencia de Saddam y los conspiradores del 9/11, aunque incluso allí hay evidencia que sugiere, muy posiblemente, asistencia y apoyo para los secuestradores del 9/11. - ¿Realmente hay evidencia? - Realmente hay evidencia. Así que cuando la gente dice que no hay ninguna asociación entre Al Qaeda y Saddam Hussein, están equivocados. Están rotundamente equivocados. - ¿En verdad? - Absolutamente equivocados. Ha empezado el bombardeo. La fuerza impulsora detrás de estas nuevas políticas globales de guerra contra el terror fue el poder de una oscura fantasía: una siniestra red de amenazas ocultas e interconectadas que se extiende por el mundo. Y el poder de esa fantasía fue tal que también comenzó a transformar la misma naturaleza de la política, porque los políticos, cada vez más, estaban descubriendo que su habilidad de imaginar el futuro y los terribles peligros que contiene les daba un nuevo y heroico papel en el mundo. En los años de la posguerra, los políticos también habían usado su imaginación, pero para proyectar visiones optimistas de un futuro mejor que podían crear para sus pueblos, y fueron estas visiones las que les dieron poder y autoridad. Pero esos sueños se desplomaron, y los políticos como Tony Blair se convirtieron en verdaderos administradores de la vida pública, con políticas determinadas, frecuentemente, por focus groups.


Pero ahora, la guerra contra el terror permitió que los políticos como Blair retrataran una nueva gran visión del futuro. Pero ésta es una visión oscura de amenazas imaginarias y una nueva fuerza comenzó a impulsar la política: el miedo a un futuro imaginario. No un miedo convencional acerca de una amenaza convencional, sino el miedo a que un día estas nuevas amenazas de armas de destrucción masiva, estados malhechores y terrorismo internacional se combinen para precipitar una catástrofe en nuestro mundo. Y entonces la vergüenza de saber que vi esa amenaza, día tras día, y no hice nada para detenerla. Podría no estallar y hundirnos este mes ni el próximo, quizás ni siquiera este año ni el próximo... Tan solo creo que estas amenazas están ahí, creo que a veces a la gente se le dificulta ver como todas se reúnen... Creo que mi deber es decírselos si realmente lo creo, y de verdad lo creo. Quizás esté equivocado al creerlo, pero lo creo. Lo que Blair argumentaba era que, enfrentados a la nueva amenaza de una red global de terror, el rol de los políticos ahora era mirar al futuro e imaginar lo peor que podría ocurrir y luego actuar por adelantado para prevenirlo. Al hacer esto, Blair estaba adoptando una idea que en realidad había sido desarrollada por el movimiento Verde, se lo llamó "principio preventivo". En los '80, los pensadores del movimiento ecologista creían que el mundo estaba amenazado por el calentamiento global, pero en ese momento había poca evidencia científica que lo demostrara. Así que plantearon la idea radical de que los gobiernos tenían un deber superior, no podían esperar las evidencias, porque para entonces sería demasiado tarde; tenían que actuar imaginativamente, en base a la intuición, con el objeto de salvar al mundo de una catástrofe que se vislumbraba. En esencia, el principio preventivo dice que el no tener las evidencias de que algo puede ser un problema, no es razón para no tomar acciones como si fuera un problema. Esa es una muy famosa frase triplemente negativa que efectivamente dice que la acción sin evidencias está justificada. Requiere imaginar qué es lo peor que podría pasar y aplicar esa imaginación a las peores evidencias existentes. ¿Al Qaeda compraría armas de destrucción masiva si pudieran? Indudablemente. ¿Tiene los recursos financieros? Probablemente. ¿Haría uso de esas armas? Definitivamente. Pero una vez que empiezas a imaginar lo que podría ocurrir, entonces no hay ningún límite. Qué pasa si tienen acceso a ello, qué pasa si pudieran desplegarlo eficazmente. Qué pasa si no estuviéramos preparados. Ésta es una modificación del científico "qué es", de la toma de decisiones en base a pruebas a este especulativo, imaginario "qué pasa si", basado en el peor escenario. Y fue este principio el que ahora empezó a modelar las políticas de gobierno en la guerra contra el terror.


Tanto en América como en Gran Bretaña, se detuvo a individuos en prisiones de alta seguridad no porque hubiesen cometido algún crimen, sino porque los políticos creyeron, o imaginaron, que podrían cometer una atrocidad en el futuro, aún cuando no hubiese ninguna evidencia de que tuvieran intenciones de hacerlo. El fiscal general americano justificó este cambio con lo que él llamó "paradigma de prevención". Tuvimos que hacer un cambio en la forma en que pensamos sobre las cosas, el ser reactivos - esperar que se cometa un crimen, o esperar que hayan evidencias de la comisión de un crimen - no nos parece que sea una forma apropiada de proteger a los americanos. Bajo el paradigma preventivo, en lugar de retener a las personas responsables de lo que puedes demostrar que han hecho en el pasado, los encierras en base a lo que piensas o especulas que pueden hacer en el futuro ¿Y cómo puede una persona, que está encerrada en base a lo que piensas que puede hacer en el futuro, refutar tu acusación? Es imposible. Así que lo que termina ocurriendo es que el gobierno evita todos los procesos que están diseñados para distinguir al inocente del culpable, simplemente porque no se adecuan a esta forma de encerrar a las personas por lo que podrían hacer en el futuro. Los partidarios del principio preventivo argumentan que esta pérdida de derechos es el precio que la sociedad tiene que pagar cuando enfrenta la extraordinaria y terrorífica amenaza de la red Al Qaeda. Pero como ha demostrado esta serie, la idea de una red de terror oculta y organizada es en gran parte una fantasía, y al adoptar el principio preventivo, los políticos han quedado atrapados en un círculo vicioso. Imaginan lo peor de una organización que ni siquiera existe, pero nadie cuestiona esto, porque la base misma del principio preventivo es imaginar lo peor sin evidencias que lo respalden. Y, en cambio, aquellos con las imaginaciones más oscuras se vuelven los más influyentes. Te enteras de reuniones de la comunidad de inteligencia en las que se discute el tema terrorista, Y siempre la persona con el análisis más grave, la persona que tiene la sensación más fuerte de que debe hacerse algo , habitualmente será quien se imponga en las reuniones. Por lo tanto, creemos en el cálculo más grave de lo que podría ocurrir aquí. La sensación de incredulidad ha desaparecido. Así que la persona con la imaginación más vívida se vuelve la más poderosa. En cierto sentido, eso es correcto. Sabíamos que los tentáculos de Al Qaeda estaban empezando a tener más alcance. Habrá un ataque. El tema es "cuándo" dentro del Reino Unido; Creo que el "si" es académico. Es sólo una cuestión de tiempo, y su potencial es enorme. ¿Cómo sabremos cuándo ha terminado? ¿Cómo sabremos cuándo ha desaparecido la amenaza? De acuerdo a la actual forma de pensar, una vez que declaremos que ha terminado será justo el momento en el que creemos que atacarán. Ya sabe, tan sólo es la forma en que vivimos hoy. Vivimos al borde del precipicio.


Esta historia comenzó hace más de 30 años, cuando el sueño de que la política podía crear un mundo mejor empezó a desmoronarse. De ese colapso emergieron dos grupos: los islamistas y los neoconservadores. Mirando hacia atrás, ahora podemos ver que estos grupos fueron los últimos políticos idealistas, que, en una era de creciente desilusión, trataron de reafirmar el poder inspirador de las visiones políticas que darían significado a las vidas de las personas. Pero ambos fracasaron en sus intentos de transformar el mundo y, en cambio, juntos crearon la actual extraña fantasía del miedo que los políticos han adoptado. Porque en una época en la que todas las grandes ideas han perdido credibilidad, el miedo a un enemigo fantasma es todo lo que les queda a los políticos para mantener su poder. Y hemos visto a americanos en uniforme asaltando fortalezas de montaña y atacando a través de tormentas de arena... Hemos luchado contra los terroristas al otro lado del mundo porque la vida de nuestros ciudadanos está en peligro. Y América y el mundo son más seguros. Los riesgos son altos. Somos una nación en guerra. Una guerra global al terror contra un enemigo diferente a cualquiera que hayamos conocido antes. Enfrentado a esa opción, siempre defenderé a América. En una sociedad que no cree en nada, el miedo se convierte en la única pauta. Mientras el siglo XX estuvo dominado por un conflicto entre una derecha de libre mercado y una izquierda socialista, aunque estos dos puntos de vista tenían sus limitaciones y sus problemas, por lo menos creían en algo, mientras que lo que estamos viendo ahora es una sociedad que no cree en nada. Y una sociedad que no cree en nada se asusta particularmente de las personas que creen en algo, y, por lo tanto, etiquetamos a esas personas como fundamentalistas o fanáticos, y tienen mucho más peso, en relación con el miedo que inculcan en la sociedad, de lo que realmente se merecen. Pero eso es mucho más un signo de cuánto nos hemos aislado y atomizado que de su fuerza inherente. Pero el miedo no perdurará, y, tal como los sueños que los políticos una vez prometieron resultaron ser ilusiones, también lo serán las pesadillas. Y entonces nuestros políticos tendrán que enfrentar el hecho de que ya no tienen ninguna visión, buena o mala, que brindarnos. Gotas de lluvia siguen cayendo sobre mi cabeza, pero eso no significa que pronto mis ojos se pondrán rojos. El llanto no es para mí, porque nunca voy a detener la lluvia quejándome. Porque soy libre Nada me preocupa Porque soy libre Nada me preocupa


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