En el Día de la Radio, esta edición está completamente dedicada a un medio que, a pesar de tantos pronósticos de defunción, sigue gozando de buena salud. En su 96° cumpleaños, un completo recorrido por pasado, presente y futuro.
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Qué ganó, qué perdió ✱ Elizabeth Vernaci (Radio con Vos): “Muchos perdieron pasión por hacer radio, al punto de que ahora parece uno de esos lugares donde se marca tarjeta. No son pocos los que creen que lo único que tienen que hacer es hablar, sin darse cuenta de que la radio es mucho más que eso. Cuando recorro el aire radial me explico por qué hace tanto tiempo que no se acerca gente nueva. Y ni hablar de algunos dueños que no tienen ni idea y que con sus actitudes destruyen la pasión de cualquiera, y de paso, destruyen al medio. Por suerte, de vez en cuando aparece un nuevo loco de la azotea que sigue aportando”. ✱ Reynaldo Sietecase (Vorterix): “La radio es el medio que menos sacrificó su esencia desde su nacimiento. Los vertiginosos cambios tecnológicos la mejoran sin cambiar su naturaleza. Sigue siendo un puente seguro y firme entre el oyente (ahora también vidente, para la generación pantalla) y los hechos noticiables. Sigue dando batalla a la hora de informar. Mantiene intacta su credibilidad sin perder su alto grado de intimidad. Además destila música. Más moderna, recorre nuevas carreteras (virtuales) y desemboca en otros artefactos, con imágenes pero sin perder el peso decisivo del sonido. Palabras y música siguen siendo la clave. Es otra y es la misma. La radio sigue girando, como la primera rueda de piedra”. ✱ Beto Casella (Pop Radio): “La radio ataca, como siempre. Desde el Fontana Show, no paró de sumar oyentes. La TV de aire pierde televidentes a merced del cable. El cable pierde gente que se va a Neftlix. Y Neftlix pierde público que se escapa a YouTube y otras redes. La radio no pierde un solo oyente. Al contrario: crece. Mantiene a veteranos que escuchaban a Carrizo y al Negro Guerrero, y ahora clavaron su dial en alguna AM que les resulta simpática ideológicamente. Y participanmandando mensajes de texto. Y se suman pibes a la FM que escuchan música desde los 14 y le encontraron el gustito a sentirse acompañados por un grupo con el que se identifican. Es un fenómeno nuevo: muchísimos chicos arrancan con la FM en la secundaria. ¿Puede haber un dato más concreto de la larga vida que le espera a la radio? Los oyentes encuentran lo que no les ofrece ningún medio: la opinión fuerte, la crítica más salvaje, el chiste zarpado, el editorial jugado, un loco imitando a Lanata y Navarro al mismo tiempo; una locutora haciéndose la trola, una entrevista a algún sabio y el tiempo para desarrollar temas como la vida, el amor, la política, las ideas, las redes sociales, las relaciones de pareja, el sexo o la muerte.”
RADIO Frente a los 96 años de la radiofonía argentina
Pasado, presente y futuro del medio que se resiste a morir Crisis económica, transformaciones tecnológicas, desmanejos de personajes que se acercaron por interés, algunas flojeras de contenidos podrían llevar a esa equivocada visión de que la radio tiene los días contados. Varios expertos analizan a fondo la escena. A Enrique Telémaco Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mugica, los pioneros. Por Carlos Ulanovsky y Mario Portugal
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En una fecha como la de hoy, en 1920, cuatro “chicos bien” (vecinos del Barrio Norte, además melómanos, radioaficionados; médico uno, estudiantes de medicina un par de ellos) concretaron la hazaña de la transmisión inaugural de la radio e ingresaron en la historia como “los locos de la azotea”. Se convirtieron en permisionarios de la primera emisora, LOR Radio Argentina. Había que estar bastante loco, o ser definitivamente un genio, para obtener con procedimientos improvisados y elementos de rezago, la circulación de sonidos, voces y música. Ellos lo hicieron tendiendo cables desde una terraza vecina al teatro Coliseo. Allí, en esa noche, se representaba la ópera Parsifal, de Richard Wagner. En jornadas sucesivas, los pocos dueños de radios a galena (se calcula que no eran más de cincuenta en todo Buenos Aires) siguieron de sorpresa en sorpresa escuchando otras óperas como Aída,Iris, Rigoletto, Manón y la repetición de Parsifal. De aquel entonces a la actualidad transcurrieron 96 años y, por suerte, las voces de la radio nunca se dejaron de oír. Bisabuela por edad, pero de ninguna manera recluida en el geriátrico de los medios (en donde muchos la quisieran ver), en el 2020 la radio cumplirá cien años. Sin embargo, aunque en ocasiones –cosas de la edad– se vuelva un poco reiterativa y algo banal, se la escucha fresca, variada, atenta a diversos matices de información y, especialmente, muy entretenida. Frente a este nuevo aniversario, PáginaI12 se planteó el objetivo de trazar un estado de situación de la radiofonía argentina actual. Para ello, consultó a una serie de referentes de las principales modalidades radiales, con rango directivo y capacidad de gestión en sus respectivas emisoras. Todos a los que se contactaron aceptaron participar. La única excepción fue Radio Mitre, que pese a las reiteradas invitaciones, nunca ofreció respuesta. Una pena. Subdirector de LR3 Radio Belgrano y hombre con muchas bata-
llas ganadas, y también perdidas en el medio, Juan Carlos García Bisio evita pronósticos agoreros. “La radio no va a morir. Lo que está cambiando es el modo de recibirla. Hoy podemos escucharla más allá de lo que una antena posibilita. Los avances tecnológicos corrieron a las limitaciones y eso se notará cada vez más”, afirma. Hijo de Mito García, director de orquestas en varias emisoras de los 50 y 60, García Bisio conoció de la mano de su padre el mundo de la radio de antaño y, aunque en otros tiempos, cuando era un chico, fue visitante frecuente de
ca porque cuando ocurre algo importante puede reflejar esa información sin puesta en escena. Algunos lo consideran un medio secundario, pero no hay comercio en donde no suene una radio. ¿O qué es lo primero que uno hace al subir al auto? Encender la radio”, dice quien también está al frente de la 101.5 FM Pop, líder de audiencia por sus dos tanques matutinos, a cargo de Santiago del Moro y Beto Casella. En febrero de este año, el Grupo Fénix (empresa de organización de espectáculos y recitales con artistas extranjeros y nacionales) se hizo car-
“La radio sigue estando muy viva en el día a día de la gente porque tiene mucho de insustituible.” M. Rubio la emisora de la que ahora es directivo. Aquello que lo maravillaba antes lo sigue asombrando ahora. “¿Quién iba a pensar que se iba a poder disponer de una aplicación para escuchar en el celular y desde ese aparato sería posible reproducirlo también en el auto?”, se pregunta. Martín Rubio, con gran experiencia en estaciones de FM, es el gerente de Mega, Vale y One. “La radio sigue estando muy viva en el día a día de la gente porque tiene mucho de insustituible: es gratuita, es úni-
go de la Rock and Pop, la clásica frecuencia a la que los graves errores de su anterior propietario, Sergio Szpolski, colocó en serio riesgo de desaparición. Con 45 años de edad, Pablo Valente, director artístico de esta “radio con mística”, cuenta que desde que era un chico escucha decir que ‘la radio se muere’. “Pero no sólo no se murió sino que sigue siendo el medio que tiene la posibilidad de llegar con sus voces a la cabeza de la gente. En la radio se escuchan sonidos, pero en ella también es po-
Para prenderse al parlante
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alo Mir, Elizabeth Vernaci, Beto Casella, Alejandro Dolina, Eduardo Aliverti, Dady Brieva, Carlos Ulanovsky, Mario Portugal, Gisela Busaniche, Eduardo Fabregat y Luciano Galende son algunas de las personalidades que formarán parte de la programación especial que www.radioeter.com.ar organizó para festejar los 96 años del medio. Desde las 7 y hasta las 22:30, la grilla de festejos incluye la transmisión –en dúplex con las emisoras de las que son parte– de programas como Semanario 1030 y Sábados Elementales (Radio Del Plata), Marca de Radio (AM La Red), Reunión Cumbre (AM Radio Nacional), Rebeldes, soñadores y fugitivos (AM 750) y el regreso al micrófono de Dady Brieva, con una emisión especial de DadyMan, el programa que el humorista y animador condujo en Radio América. Además, el especial en continuado de celebración incluirá mesas de profesionales consagrados y de jóvenes exitosos del medio. Los estudiantes de la Escuela ETER serán los encargados de la producción de audios históricos, informes sobre la actualidad del medio, micros de programas, que se emitirán durante toda la jornada. La transmisión especial se podrá escuchar desde www.radioeter.com.ar y seguida en Facebook en Facebook.com/EscuelaETER y en Twitter a través del hashtag #DiaDeLaRadio.
sible escuchar los silencios. Eso sí –reconoce–, siempre y cuando frente al micrófono haya alguien que lo use con inteligencia”. Radio Cooperativa (AM 770) se inauguró en un momento de este siglo cuyo solo recuerdo todavía inquieta: septiembre de 2001, a las puertas de una de las más cruentas crisis socioeconómicas. Martín Cigna, presidente de la empresa, opina que “la AM y la FM tienden a parecerse cada vez más. Es un momento en que los formatos parecen intercambiables, lo que origina una AM que entretiene y una FM que informa”. Guillermo Guillo García es operador, graduado en el ISER, con una trayectoria asociada a nombres como el de Lalo Mir o a ciclos memorables como Radio Bangkok. Ahora es el coordinador general de FM Radio con Vos, una radio de nacimiento reciente, creada por la productora de TV Endemol. Práctico y elocuente, recurre a un sentimiento personal para explicar el valor de la radio. “Escucho decir a mucha gente que Spotify reemplazó a la música por radio. No es lo que me pasa a mí: a los quince minutos me aburro. No quisiera aparecer como un romántico, pero la radio es insuperable porque me da la temperatura de donde estoy viviendo. La radio te ofrece la posibilidad de compartir con alguien al que le escuchaste decir algo que te gustó y que te hizo sentir representado”. Según afirma Pablo Lete, director artístico de Metro y Blue, “es muy lindo contar con una aplicación que te permita armar tu propia lista de temas musicales. Personalmente, busco en la radio gente que me hable y que me informe, que me alerte sobre el pronóstico o que me aconseje sobre qué accesos a la ciudad conviene tomar. Por esta clase de cosas pienso que la radio funciona y está viva”. Marcos Cittadini, gerente de programación de Radio del Plata, sostiene que “la radio es mucho más que un concepto de ondas flotando en el aire: es un modo de ver el mundo y la posibilidad diferente de contar la realidad, distinto a la televisión o a cualquier medio gráfico”. Santiago Pont Lezica, licenciatario de FM Milenium desde 1998, acerca un dato contundente. “Entre 16 y 20 millones de personas se despiertan en la Argentina escuchando alguna radio. La de la provincia, la del pueblo, la de
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alcance nacional. Coincido con un estudio de Google en EEUU que confirma que el medio convencional que mejor convive con Internet es la radio”. La radio es todo eso, pero no solamente: también es cercanía cálida, es acompañamiento íntimo, es refugio personal. En el receptor portátil apenas demanda un par de pilas en buen estado y por Internet se deja escuchar mientras el streaming no decaiga. Y de parte de los oyentes exigirá un poco de atención para no dejar escapar lo que realmente vale la pena escuchar o para simplemente enterarnos si tenemos que salir de casa con paraguas.
El magazine argentino En el marco del avance tecnológico, lo que en los años recientes se ha renovado poco y nada son los contenidos. Desde finales de los 60, el que manda es el magazine, ese combo en el que presuntamente cabe todo. ¿De qué hablamos cuando hablamos de magazine? De ese formato en cuyo centro está el conductor estrella (que llega a este medio previamente bendecido por la TV), rodeado de satélites especializados en política, economía, deportes, espectáculos, humor y una locutora casi siempre limitada a decir lo que el conductor evita, como la hora, la temperatura, la humedad y otras cuestiones cada vez menos marginales. De la mañana a la noche, la mayoría de los espacios tiene este formato, en donde abundan la improvisación y la espontaneidad y faltan casi por completo la investigación propia y la presencia de una agenda específica, más allá de lo que sugieran los diarios del día, las seña-
“Entre 16 y 20 millones de personas se despiertan en la Argentina escuchando alguna radio.” A. Pont Lezica les noticiosas por cable y los jefes de prensa. Durante la década del 60, cuando la instalación de los cuatro canales privados llevó a pensar a muchos que la radio tenía los días contados, el género del magazine, la solidez de una emisora (Radio Rivadavia) y la influencia indudable de algunos conductores y sus respectivos espacios (Jorge Fontana con el Fontana Show; Antonio Carrizo y La vida y el canto; Héctor Larrea y su Rapidísimo y José María Muñoz con la Oral Deportiva y las transmisiones de fútbol) salvaron al medio de una crisis indebidamente calificada como terminal. Valente y Rubio tienen ideas diferentes acerca de los motivos de la proliferación de los magazines. Terminante, Valente reprueba la idea generalizada de que “hacer radio es estar frente a un micrófono y ponerse a hablar. El magazine posibilita que los perezosos o los faltos de imaginación no produzcan realmente”. Rubio lo ve de otro modo. “La comunicación radial está integrada por pequeños momentos. Eso puede ser banal, pero también tiene la ventaja de que uno puede disponer de ellos como quiera y compartirlos con quién y cuándo lo necesite. Ese es uno de los secretos del magazine, que nadie pierde nada”, puntualiza. ALete y a Cigna también la cuestión del magazine los instala en equipos rivales. “Creo que existe cierto abuso del formato: cuatro
muchachos juntos contando anécdotas de vida, con eso se hace un programa de radio”, cuestiona el de Cooperativa. El director de Metro y Blue opina que “es el género que la mayoría busca: un poco de cada cosa, como si integráramos grandes mesas de café virtuales. Mientras me informo, también me entretengo, participo, conozco especialistas, sigo la opinión de un referente que siento que me representa”.
La hora de los fierros Desde hace un tiempo se registra un avance vertiginoso de las herramientas digitales disponibles. La tecnología modificó las costumbres de los oyentes, como la exigencia de tener que escuchar un programa en el horario en que va al aire. Difícilmente haya una emisora que resig-
ne quedarse afuera de los beneficios de Internet o de las redes sociales o de subir sus programas a la web. La multiplataforma es la base de lanzamiento desde la que las frecuencias, AM o FM, disparan, cual cohetes, nuevos intereses mediáticos transformadores de contenidos. Guillo García se siente reconfortado al advertir la disponibilidad de equipamiento. “Casi todos los fierros son comprables y tener acceso al equipamiento es bueno. En nuestra radio tratamos de no quedarnos con la antigua audiencia analógica porque las redes sociales nos posibilitan pelear en terrenos infrecuentes. También es un logro haber podido introducir como recurso valorizador del audio al whatsapp”. Cittadini reconoce que tanto Facebook como Twitter resultaron decisivos en el crecimiento de audiencia de Del Plata en las últimas mediciones: “Estamos donde estamos por la calidad de nuestros profesionales y sus contenidos, pero el boca a boca se consolidó desde las redes sociales”. Los datos que Pont Lezica acerca sobre Milenium son elocuen-
tes: “Tenemos 250 mil seguidores en Facebook y cada programa cuenta con cinco mil adeptos en Twitter. En el último año crecimos 1400 por ciento en links de audio matutinos”. “La radio no muere. Se recicla, se reformula”, opina García, que con asombro cuenta el caso de un oyente, a bordo de un auto sport de marca alemana, que manejando por una ruta en Suecia se comunica con el programa de la Negra Vernaci para decirle que la está escuchado. “Una aplicación –agrega– que bajó a su celular y que conectó a su auto le permite escucharla en tiempo real a miles de kilómetros”. La instalación de cámaras dentro de los estudios también divide opiniones. “Puede ser el futuro, pero siempre y cuando uno se prepare para ese formato. Si se trata de una radio musical se podrá ver el clip del tema. Seguro le resta imaginación a la radio. Los que están al frente de los ciclos deberán dejar de cumplir con ciertos ritos, como tomar mate o comer facturas mientras trabajan. O seguir haciéndolo pero aceptando que esa costumbre dejará de ser un secreto”, evalúa García Bisio. “Las redes sociales transforman a una radio convencional en una radio con imágenes”, apunta Rubio e ilustra sobre su uso. “En uno de los programas de la Pop participa Lizy Tagliani. Ella dice, soy travesti, calzo 42 y de inmediato la imagen de Lizy mostrando su pie y su zapato se sube a Facebook y eso genera una clase distinta de participación. Tener cámaras dentro del estudio siempre me pareció un recurso anti radial, pero contar con un buen streaming permite enriquecer una situación con una imagen oportuna, cuidando de no terminar haciendo TV por radio, sin ser invasivos”. Todos los medios atraviesan una transición cuyo punto final nadie tiene demasiado claro. Francisco Meritello, de la AM 750 y Malena, apunta: “La radio recién comienza a experimentar la narrativa transmedia y su adaptación al mundo digital”.
A radios revueltas... El fabuloso y permanente cambio de paradigmas tecnológicos tiene en el mundo de la radio argentina actual una contracara lamentable: una precarización que ha empobrecido y limitado el nivel profesional. La contracara de la interacción digital es que en los edificios de las radios abundan las computadoras pero faltan sillas, escritorios y ofiContinúa en página 30 >>>
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Leandro Teysseire
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Qué ganó, qué perdió ✱ Víctor Hugo Morales (AM 750): “La radio perdió todo lo que le quitó la TV, aquello que la imagen trajo sustituyendo las palabras. Perdió, entonces, el show en vivo; el entretenimiento, y en esto, especialmente, los programas de humor; la magia de las transmisiones deportivas; el amor por el libreto; la perfección de la combinación de los sonidos cuando no existían los adelantos tecnológicos de hoy. En algunas otras cosas salió adelante. Ganó en periodismo, en credibilidad, en influencia”. ✱ María O’Donnell (Continental): “En un contexto de grandes cambios en los medios la radio resiste porque, más allá de las novedades que pueda aportar la tecnología, te habla al oído. Aporta cercanía y renueva cada día el vínculo con los oyentes. Como se trata de algo tan personal, para los periodistas que estamos frente al micrófono es un ámbito de libertad como ningún otro. Un oasis en los tiempos que corren”. ✱ Marcelo Pérez Cotten (La red): “La radio ganó diversidad en la aparición de nuevos actores en el espectro, y ha perdido creatividad especialmente en el campo de los contenidos, tanto periodísticos como artísticos”. ✱ Gustavo Campana (Nacional/750): “Desde hace más de seis décadas, cuando apareció la TV y se decretó su sentencia de muerte, la radio consolida cada día su eternidad, su formato indestructible. Hace años que los que atentaban contra el reino de la palabra y los sonidos no se animan a levantar la voz, porque esa vieja compañera es el medio menos irreal, menos plástico. La AM es de carne y hueso. Entramos al siglo XXI, con multiplicación de radios en todos los formatos para que la terraza se siga llenando de locos. En el debe, está la pérdida de agenda periodística propia, la que sigue dominando a través del papel, el discurso de gran parte del dial. Primero dejó en manos de las discográficas su banda de sonido, y después dejó que su discurso lo armaran los diarios de la prensa hegemónica”. ✱ Luis Novaresio (La Red): “La radio ganó en prestigio. Sigue siendo el medio más plural, con respeto de los tiempos para relatar los hechos y con la ambición cumplida de poder acceder a cualquier testimonio gracias a la buena producción de nuestro país. Perdió en la frivolidad de la desesperación del rating. El disparatado minuto a minuto que rige la tele no llegó a la radio, pero la convicción de que lo importante es lo masivo a cualquier precio es un riesgo para la calidad del producto”.
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cinas de producción. Desde los empresarios la impresión es que “el negocio no da”. En cambio, el trabajador resiente ciertas condiciones de trabajo que originan que una tarea que años atrás ocupaba a cinco personas hoy queda a cargo –seguramente incompleta, o directamente mal– de una sola. Desde la AM 770, Cigna expresa con desaliento que “muchos titulares de frecuencias han hecho desastres con sus manejos financieros y quienes sufren las consecuencias son los trabajadores. Hay radios que funcionan porque están sostenidas por otros activos y entradas del mismo multimedio. Habrá una selección natural y no todas van a sobrevivir”. Y si de supervivencia se trata, la AM 1190, Radio América, dejada a la mano de Dios, de oportunistas y de represores por sus propietarios tránsfugas, está a la cabeza de los conflictos. Y lo más indignante, sin perspectivas de solución para los trabajadores que llevan más de medio año protegiendo la fuente de trabajo y sin percibir sus salarios. No es la única en ese tembladeral. También son extremos y de difícil resolución los litigios laborales en radios de primera línea como Rivadavia y Del Plata y en otras, castigadas por constantes pasamanos de capitales. “Tuvieron acceso al medio gente que podría tener un parripollo, una petrolera, así como un día se vieron con una radio entre sus manos. Me duele que no sientan a la actividad”, se lamenta García Bisio. Pont Lezica resiente el cambio de los tiempos. “Hasta hace diez años –analiza–, uno podía sentarse a hablar de radio, de las mediciones, de la marcha del negocio. Hoy estoy enfrente de gente que viene de los supermercados”. Guillo García enjuicia pero lo hace con relatividad observando lo que ocurre en el mundo. “Las ondas cortas se están perdiendo a partir de Internet; una radio pública, emblemática, como la Nederland dejó de transmitir. Y, entre nosotros, por la desidia de algunos empresarios y después por el abandono del Estado, las cosas se convierten en salvajes. Que durante quince días la señal de América haya sido únicamente un pitido significó la desvalorización absoluta de su antena”. Todos los consultados calificaron como “dramática” la situación del espacio radioeléctrico. “Desde la década del 80 –rememora Rubio– nunca existió voluntad real de regularizar el espectro. Y por eso hoy rige la ley de la jungla. Es imposible defender tu frecuencia con un mínimo decoro”. Hay un escenario legal que evidentemente hace agua por muchos lados y para Meritello eso tiene una explicación: “Descabezada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ese limbo genera incertidumbre. Estamos a la expectativa de lo que sería una nueva ley, si es que eso alguna vez ocurre”.
Y como si lo anterior no fuera suficiente, las radios buscan un lugar bajo el sol de la publicidad. En rigor, son muy pocas las que, en un mercado pequeño y cada vez más concentrado, pueden vivir del genuino ingreso que generan. “Los últimos números que dispongo –confirma Meritello, de la 750– le dan a la radio alrededor de 6 o 7 por ciento de participación en la torta global. Será así hasta que las empresas se percaten de que la radio hoy no es únicamente su aire, sino una variada posibilidad de dispositivos de escucha que la potencian”. Durante años, el grifo de los avisos oficia-
za para sostener los costos de una emisora. Y cuando la ayuda viene del Estado, ya sea del gobierno nacional o del municipal, se corre el peligro de que esos aportes condicionen los contenidos”, apunta.
La radio cargada de futuro Expresiones como broadcasting, speaker o partenaire, representativas de la radiodifusión analógica, definitivamente fueron archivadas al museo de las palabras inútiles. De ahora en adelante, hay que amigarse a un vocabulario integrado por términos como on demand, android
“Muchos titulares de frecuencias han hecho desastres, y los trabajadores sufren las consecuencias.” M. Cigna les funcionó a pleno, pero a partir del cambio de gobierno la reducción desquició presupuestos y proyectos. Las coproducciones e incluso los loteos de espacios son alternativas para sobrevivir. “La posibilidad de vender espacios no es la más deseable, pero facilita sustentabilidad”, explica Cittadini. “Dependerá de criterios y de porcentajes. En Del Plata cuidamos los dos conceptos pero también sabemos que los mejores dividendos los obtenemos a través de nuestros profesionales”. La visión de García Bisio es más pesimista. “El mercado publicitario privado hoy no alcan-
o podcast. Eso no quiere decir que a la radio tradicional se le está extendiendo un certificado de defunción. Pero hay otra, diferente, pensada y realizada para públicos muy específicos y cuya recepción principal será a través de teléfonos –con perdón de la palabra– inteligentes. Y hay razones para que así sea. Eduardo Aliverti señala: “Siempre habrá alguien con algo para decir y alguien que necesite y elija escucharlo”. En esa línea, otro experimentado de los micrófonos, Lalo Mir, observa: “Poné delante de un micrófono a alguien que tenga algo inteligente para decir y sólo eso
será suficiente como para dejar despierta a media ciudad”. Lete complementa. “Está muy lindo y original lo de los youtubers o twitteros, pero ponelos a esos chicos frente a un micrófono y te vas a dar cuenta que en ellos no está el futuro. No todavía. También le presto mucha atención a la evolución del podcast, pero aún no estalló. Los principales referentes de la radio de hoy tienen 45 años promedio, algunos menos, otros un poco más. Tendría que venir una nueva generación de jóvenes, que todavía no está”. Cuando se refieren al futuro, lo primero que hacen Guillo García y Rubio es señalar al teléfono celular. “De aquí a tres o cuatro años –piensa García– todos terminaremos haciendo radio basados en un aparatito así. Entonces, la radio se volverá mucho más participativa, porque el oyente podrá interactuar de acuerdo a las propuestas de un menú. Para aquellos que superemos con éxito este momento de rediseño y podamos adaptarnos presiento un futuro relativamente luminoso”. Rubio extrae de su celular una información sorprendente: es el mediodía de Buenos Aires y puede saber cuántos oyentes escuchan en ese momento la Pop en distintos países: exactamente, 18 mil. “De a poco el receptor de radio tradicional ya no será la computadora, sino el celular de última generación por su inmejorable calidad de sonido”. Lete está más cerca de estos colegas que de otros: “Siempre se dijo que la radio era una compañía. Bueno, ahora la nueva compañía de la gente es el celular. El celular ha venido a suplantar la verdadera comunicación con el mundo exterior y también a reemplazar el ritual del encuentro en un café para hablar”. Si bien admite que existen aplicaciones y dispositivos que están dando vuelta al medio tal como lo conocíamos hasta ahora, Meritello, sin embargo, cree que nada de eso “vaya a suplantar la seducción del hecho radiofónico, insustituible cuando hay alguien que dice y programa desde un lugar que el oyente tienen como sitio de pertenencia. Puede ser un problema circunstancial, como el que le puede generar Spotify a las radios musicales, pero nunca significará la muerte de la radio”. La radio argentina, a casi un siglo de su creación, tras épocas de oro y de bajones, sigue viva. Es el medio que en el campo y en la ciudad, en la cama y en el baño, en la cancha y en la calle, en la oficina y en el auto, está a disposición. De lunes a lunes, desde bien temprano, a la madrugada, la inefable fábrica de sonidos siempre tendrá algo nuevo e interesante para contar. Tal vez retraducido a nuevas maneras de llamar a lo de siempre: sinergia, chat, comunidades, dispositivos, multiusuarios, convergencia, aplicaciones. Hace poco en una mesa redonda sobre el futuro de la radio realizada en Argentores alguno de sus participantes redondeó la idea: “De los locos de la azotea a los locos del cyber espacio”.
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Por el Consejo Asesor de los Premios de la Radio *
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eflexionar sobre la radio es hacerlo sobre una de las etapas más desafiantes en su historia. Hay particularidades locales y otras que muestran los dientes como fenómeno universal. El antecedente más cercano se encuentra entre los años 50 y 60, al presumirse que la irrupción televisiva era una amenaza terminal. Pero se masificó el transistor y la radio se hizo chiquita y portátil. Ese rejuvenecimiento fue tecnológico y de contenidos, porque quedó dotada de una velocidad de transmisión que le permitió convertirse en el medio de instantaneidad informativa por excelencia. Aquella intimidación por parte de la tele podría equipararse con la que enfrenta ahora ante dispositivos múltiples de consumo, la excitación que implican y el hecho de que nuestra amiga ya no es la más rápida, entre otros apremios. Eso influye y empalma con una situación dramática: emisoras sumergidas en inestabilidad laboral, medidas de fuerza, un limbo legal por la liquidación de la ley de medios audiovisuales que tanto costó conseguir y enorme incertidumbre sobre el futuro. En enorme medida, ese presente y panorama se deben al aventurerismo –siendo suaves– de empresarios que ni eran ni son del medio, que lo usaron como coto de otros negocios y que al momento de las dificultades descargan su irresponsabilidad sobre los trabajadores. Para peor, como en la AM 1190, aparecen con promesas de ser tabla salvadora personajes impresentables. Se suma la crisis económica, que reduce aún más los ingresos publicitarios. Está lejos de ser un escenario que afecte solo a la radiofonía, porque también alcanza a los canales de TV y a numerosos medios gráficos. En la radio sobresale porque, además de las andanzas empresariales, siempre fue el negocio más chico (y por eso el más libre). Los desquicios patronales, una porción escasa de torta publicitaria y el contexto económico no son el único desafío. Pensar la radio hoy conlleva tomar nota de que su recepción antes exclusiva cede terreno a pasos gigantes. Los smartphones, la audición diferida, la narrativa transmedia que articula sonido e imagen, sitios web que alojan todo tipo de producciones, atienden un cuadro expandido de consumo on demand. El aparato tradicional está en terapia intermedia. Ni tan grave como pasarlo a intensiva, ni con pronóstico de recuperación. Pero para bailar el tango
hacen falta dos. A los provocativos modos de receptar deben corresponderse ¿osadas? decisiones de emitir, que aprovechen, con ingenio y riesgo, la revolución del mundo tecnológico. Al diseñar e implementar estrategias de penetración y publicidad, ¿los sectores empresarios ya se desayunaron con la oferta múltiple, o siguen durmiendo en medio de portátiles? Las crisis, en el sentido más amplio de la palabra y tránsfugas aparte, son, de mínima, para fugar hacia delante. No parece que ése sea aún el ánimo de quienes tienen los recursos. Ni hablar de eventualidades como la digitalización radiofónica, que tampoco cuenta con la curiosidad de un Estado sólo diligente para acabar
con las conquistas democráticas. Los retos tecnológicos involucran a los actores que hacen la radio desde el micrófono. En el medio tradicional y sobre todo en los que se pretenden alternativos, por aire o web, hay falta de audacia. Es lo que se menta como “crisis creativa”. Ese aspecto conduce a preguntarnos de qué hablamos cuando hablamos de problemas. Sumergidos en los interrogantes de la parafernalia tecnológica, corremos el peligro de discutir sobre soportes, perdiendo de vista que lo determinante son los contenidos. Uno de los pronósticos algo apocalípticos, en especial respecto de las FM, es que Spotify ahorca las programaciones musicales de la radio convencional. ¿Sí? ¿Por obra y gracia de un delivery con millones de canciones, y playlists “para cada estado de ánimo”, desaparece y chau la seducción de un buen locutor, y el programador que le da sentido a una grilla, y el operador que es un mago empalmando acordes y proveyendo dibujos sonoros, y el productor que genera lo diferente porque sabe buscar lo que un consumidor excitado nunca encontrará? ¿Solo quedará la robotización sonora? ¿No es más sensato pensar en la segmentación de audiencias que buscarán especificidad con calidad de carne y hueso, y en esquemas noticiosos que deberán meter plus contra la vorágine mayorista de la información? Más una advertencia frente a la visión excesivamente urbana: el papel que juegan las radios comunitarias en zonas alejadas donde protagonizan vínculos de pertenencia. Otro tanto con las emisoras universitarias, que trabajan una agenda diferente. De muy buena parte de todo eso da cuenta esta producción periodística, que el Consejo Asesor encaró con la seguridad de que aporta a un debate que falta; y que lo que pueda faltar, en estas páginas, no significa que algo sobre. La radio es el único medio en que sólo interviene el sentido del oído. Una obviedad que todos sienten y en la que nadie repara. En el oído, hasta donde se sabe, lo que entra profundo no son los soportes tecnológicos. Penetran quienes saben usarlos con algo para decir, en palabras, música, silencios y climas puestos como corresponde, sintiendo que lo hacen para mí. Todo lo demás es de los que siguen pronosticando la muerte de la radio. ✱ Eduardo Aliverti, Gisela Busaniche, Charly Cacaviello, Valeria Delgado, Mario Giorgi, Julio Leiva, Mario Portugal, Emanuel Respighi, Lucas Ribaudo, Agustín Tealdo y Carlos Ulanovsky.
Por E. R.
La situación de las comunitarias y universitarias
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Un lenguaje diferente, en peligro
Hay otras voces detrás de las grandes luminarias de la radio. Profesionales, estudiantes, militantes, ciudadanos o simples soñadores que se acercan para construir un vínculo diferente al que se persigue en las emisoras comerciales. No tendrán audiencias masivas, tampoco el reconocimiento de los grandes medios, y mucho menos sus condiciones técnicas y económicas, pero tanto las radios comunitarias como las universitarias ocupan un lugar fundamental en el éter. Hay en ellas búsquedas temáticas, lenguajes diversos, concepciones estéticas experimentales y, fundamentalmente, finalidades comunicacionales singulares. Son las radios en las que los intereses sociales, educativos y culturales de la comunidad a la que interpela con asombrosa cercanía se anteponen a las leyes del mercado. Emisoras que también deben enfrentar el desafío que impone el avance tecnológico y el vacío legal de una norma que tiene vigentes algunos artículos pero que en la práctica pareciera ser letra muerta, ante la nueva e incierta Ley de Telecomunicaciones que impulsa el gobierno. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), con todos sus problemas en la
implementación, revolucionó el modelo radiofónico legal vigente: le permitió a las organizaciones sin fines de lucro –cooperativas, pueblos originarios, ONG– acceder a una licencia, a la vez que reservó también esa posibilidad a cada universidad. La evolución que tuvieron los medios universitarios a partir de 2009 en Argentina es notable: llegaron a ser 59 las radios de universidades públicas y 25 los canales de TV instalados en modalidad web y antena. En el caso de las radios comunitarias, la preservación del 33 por ciento del espectro para las organizaciones sin fines de lucro, sin embargo, no modificó en (casi) nada su situación: si bien ahora están en condiciones de acceder a una licencia (la ley-decreto de la dictadura sólo les daba esa potestad a las comerciales), fueron pocas las entidades legalmente habilitadas. O no todas las que se hubieran deseado. “El intento de adecuar los medios concentrados a la LSCA se llevó gran parte de los esfuerzos de la gestión de la autoridad de aplicación (Afsca), lo que determinó que que-
daran inconclusas las autorizaciones de más de 6 mil radios comunitarias, cooperativas y locales”, le cuenta a PáginaI12 Mario Giorgi, responsable de Medios de la Universidad Nacional de Avellaneda. “Hoy corren riesgo de cierre, ya que sin ley se quedan sin cobertura o deben interrumpir sus emisiones por razones de costos y el tarifazo”, se lamenta el locutor. “Ese panorama golpea duramente también a las radios universitarias. La salida del gobierno anterior dejó inconclusos los trámites de permisos de radio y TV, no actuó ante las denuncias de interferencias y no aplicó los planes técnicos requeridos”. La disputa de la Afsca para adecuar al Grupo Clarín, coinciden desde las radios comunitarias, relegó a un segundo plano el proceso para legalizar la situación de las entidades sin fines de lucro. “La mayoría de las emisoras comunitarias no posee licencia”, cuenta Fabiana Arencibia, integrante del colectivo de comunicación Red Eco Alternativo y de la Red Nacional de Medios Alternativos. “Esa situación se arrastra desde la ley de la
dictadura y empeorada por los gobiernos que la siguieron. Esa ley no nos contemplaba; éramos ilegales. La sancionada durante el kirchnerismo nos contempla dentro de los sin fines de lucro, pero tampoco su aplicación avanzó. Si bien se entregaron algunas autorizaciones excepcionales, no se crearon las condiciones para que el sector de los comunitarios, alternativos y populares pueda concursar. Llegamos hoy en situación de vulnerabilidad, al no tener licencias, con el agravante de que para la actual gestión de Cambiemos la comunicación adquiere una connotación mercantilista, de libre competencia, de eficiencia”, se queja Arencibia. La suerte de las emisoras comunitarias y las universitarias, entonces, queda sujeta a la marcha de la economía, pero fundamentalmente al lugar que tendrán en la política comunicacional. El proyecto de ley de “convergencia” debería tener en cuenta a estos protagonistas de relevante función social, garantizando las condiciones para no perder los vínculos de pertenencia que construyen desde sus micrófonos.
“La titular del Enacom, Silvana Giudici, comprometió una instancia de encuentros para conocer la situación de los medios universitarios, pero esas reuniones no solo no se produjeron. Se presume que será un texto sin restricciones para que los grupos hegemónicos sigan multiplicando su predominio. Se va intuyendo un recorte al acceso a los medios para distintos sectores de la vida institucional y comunitaria”, subraya Giorgi. “En nuestros medios juegan un papel protagónico las comunidades geográficas y de intereses que los construyen”, cuenta Arencibia. “El cara a cara, lo no virtual, los vínculos territoriales y culturales son lo que le dan vida. En muchos lugares alejados de las urbes, la radio sigue permitiendo la comunicación que ni los celulares posibilitan. Pensar en la revolución digital para la radio como si estuviese a la vuelta de la esquina y a la que todos podrán rápidamente tener acceso funciona, como mínimo, como un discurso peligroso, que puede empujar a renunciar a la lucha por nuestros medios tal como lo son hoy, en pos de algo que no sabemos cuándo llegará ni si será democrático o no, como no lo está siendo hoy la onda analógica”. Que la parafernalia tecnológica, entonces, no termine acallando estas voces.
SABADO 27 DE AGOSTO DE 2016 / PAGINA I12
Todo cambia, nada cambia
Opinión
PAGINA I12 / SABADO 27 DE AGOSTO DE 2016
32 Cultura & Espectáculos Quién es quién en las radios con más audiencia
Mapa para entender el mapa Por Agustín Telado y E. R.
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Las audiencias deambulan entre el zapping que inauguró la era digital y la fidelidad de oyentes a los que no se les ocurre cambiar de radio durante todo el día. La composición y dinámicas de esas audiencias están condicionadas por aspectos artísticos y tecnológicos, pero también por cuestiones ideológicas, por la empatía generada con el conductor o el equipo. El cambio de signo político en el gobierno nacional desnudó la incidencia de lo ideológico a la hora de escuchar radio. Fundamentalmente en la AM, donde si bien continúa el reinado de Mitre, la renovación de Nacional, más el despido de Víctor Hugo Morales de Continental, alteraron los hábitos de buena parte de los escuchas. La audiencia de la radio pública no para de caer, al igual que la de Continental y Radio 10, y las de Del Plata y la AM 750 se vieron favorecidas, ubicándose en el segundo y quinto lugar, según Ibope. El ranking de las radios más escuchadas es una oportunidad para saber quiénes son los empresarios detrás de cada emisora, en un mapa radiofónico alrededor de la propiedad de los medios y sus intereses. Un dato salta a la vista: las emisoras más escuchadas forman parte de grupos de comunicación y/o económicos. En orden de mayor a menor audiencia, estas son las emisoras y las empresas que las contienen.
AM ✱ Mitre (AM 790, 42,3% share): administrada por el Grupo Mitre, del Grupo Clarín, el mayor multimedios del país. Gestiona en Córdoba Mitre AM 810, Mia 104.1, La 100 102.9 y 97.9 Nova Mix; en Mendoza 100.3 Mitre, en Rosario 96.5 Mitre y el portal de música cienradios.com. Dueño del diario de mayor tirada, Clarín tiene cerca de 200 licencias de radiodifusión, entre canales de TV y de cable y el principal cableoperador. Es propietario del operador más importante de banda ancha (Fibertel) y posee acciones en Papel Prensa. ✱ Del Plata (AM 1030, 14,7% share):
administrada por Radiodifusora del Plata S.C.A., de Electroingeniería ICS S.A. Controla el canal de cable 360 TV y la FM Pulxo 95.1 (Córdoba). Su principal actividad es la construcción de obra pública. ✱ La Red (AM 910, 12,8% share): administrada por la Sociedad Red Celeste y Blanca S.A. controlada por el Grupo Uno Medios, dueño de América TV y de la señal A24. Accionista de El Cronista Comercial, es propietario de los diarios Uno (Mendoza) y La capital (Rosario), 5 canales de TV abierta, 27 emisoras (seis AM y 21 FM) y el cableoperador Supercanal.
✱ Radio 10 (AM 710, 10,6% share):
Los cambios de programación produjeron un sismo en las mediciones. El repaso permite echar un vistazo detrás de las emisoras.
retas y el proyecto de Cine FilmarFondeart. Participa del paquete accionario de PáginaI12. El Suterh posee el Instituto Superior Octubre (ISO) y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). ✱ Continental (AM 590, 5% share):
a cargo de Prisa Radio, del Grupo Prisa. Empresa española con alrededor de 1250 emisoras entre participadas y asociadas en todo el mundo, es dueña de El país (España) y Editoriales Alfaguara y Santillana. También posee la AM 590 (Bahía Blanca), FM 103.9 (Salta), FM 103.5 (Tucumán), FM 92.7 (Rosario), FM 100.1 (Mar del Plata), FM 94.1 (Neuquén), FM 98.3 (San Luis), FM 94.1 (Santa Fe), FM 102.5 (Córdoba) y FM 103.5 de la Ciudad de Buenos Aires. En Continental y Los 40 Principales, Prisa comparte propiedad con el Grupo Albavisión. ✱ Nacional (AM 870, 1,5% share): administrada por Radio y Te-
administrada por Vationis S.A., controlada por Grupo Indalo. Administra en la Ciudad FM Pop (101.5), FM One (103.7), FM Vale (97.5) y FM Mega (98.3); dos canales de cable (CN5 y CN23); cuatro diarios (Ámbito Financiero, Bs.As. Herald, El Ciudadano, El Argentino); y tres portales web. Es dueña de las productoras de TV
Ideas del Sur, La Corte y PPT.
✱ AM 750 (AM 750, 5,7% share): ad-
ministrada por Los Césares S. A., controlada por el Grupo Octubre, perteneciente al Suterh. En radio, cuenta con FM MALENA (89.1). Administra las revistas Caras y Caretas, El Planeta Urbano, Diario Z, Alta, el sitio Latinoamérica piensa, Editorial Octubre, la sala Caras y Ca-
Opinión Por Consejo Asesor Premio Eter
¿Algo para festejar? T
oda premiación está asociada a la palabra festejo. Para el caso, se hace difícil porque en medio de cierres de emisoras, despidos, sueldos atrasados, paros y un clima general de inestabilidad, ¿dan ganas de fiesta? No, pero justamente por eso hay una necesidad de reconocimiento más grande que en otras oportunidades. Los que hacen la radio todos los días se lo merecen porque siguen en pie a pesar de la situación. Los Premios de la Radio, entonces, resignificarán ser el ámbito donde se respeta y homenajea a sus hacedores. La votación será como todos los años. Oyentes, trabajadores y Consejo Asesor elegirán, entre 12 rubros, a quienes crean como más destacados. Pero esta vez Los Premios irán a la radio porque la entrega se hará en cada emisora, en cada programa, en cada lugar de transmisión, para que los colegas reciban su distinción allí donde trabajan. La emisión será en vivo por la web, vía streaming de audio y video. Los ganadores habrán de enterarse en ese momento. Por vía de la página web propia, el programa, colega y radio elegidos tendrán el homenaje del Premio Eter en vivo. Se decidió esta dinámica porque nos parece el mejor modo para articular la alegría de una distinción con las características especiales del año radiofónico, cuya realidad y panorama no son distintos en el resto de los medios tradicionales. Es así que resolvimos ir nosotros a la Radio y que no sea al revés. Ir y estar con la gente en el sitio donde la pelean en condiciones de adversidad inéditas. Serán los Premios de siempre en el lugar que corresponde más que nunca.
levisión Argentina S.E., que desde diciembre de 2015 depende del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, cuyo titular es Hernán Lombardi. RTAcuenta con Canal 7, las 49 emisoras AM y las 50 de FM de Nacional diseminadas en el territorio, las FM Folklórica, Clásica y Rock.
Qué ganó, qué perdió ✱ Sebastián Wainraich (Metro): “La radio está ganando todo el tiempo. Con la tecnología ganó mucho en la comunicación con los oyentes y con el mundo. Las redes sociales la han beneficiado. Si hay algún abuso, es por culpa de los que lo hacen. La tecnología mejoró a la radio. Con respecto a otros medios, también ganó: una entrevista o un momento distintivos del éter se replican en el resto de los medios. Lo que pasa en la radio trasciende sus fronteras: llega a portales de Internet, a los diarios, a la tele. Hay radios online y nuevos formatos como los podcast. Me cuesta pensar qué perdió. No tengo un discurso melancólico sobre que todo pasado fue mejor. Hoy hay radios de todo tipo, como nunca antes: hay radio-fórmulas, periodísticas, musicales, temáticas, top radios… Hay radios para todos los gustos”. ✱ Luciano Galende: “Ganó repentismo y tecnología, que le dio rapidez, inmediatez, agilidad. Ganó en calidad de sonido, portabilidad, fidelidad. En general, solo en general, las nuevas tecnologías fueron absorbidas con astucia, convirtiéndolas en aportes a la expansión de la radio. Perdió fantasía, se volvió más literal, se extravió la magia del doble sentido y la exigencia de que se entienda lo que se dice”.
Opinión
FM ✱ Pop (101.5, 14,3% share): administrada por DHCOM S.A., Grupo Indalo. ✱ La 100 (99.9, 10,8% share): administrada por Radio Mitre S.A., Grupo Clarín. ✱ Disney (94.3, 9% share): administrada por Difusora Baires S.A., de The Walt Disney Company Argentina S.A.. En Argentina, está a cargo de Disney Channel, Disney XD y Disney Junior. ✱ Aspen (102.3, 8,3% share): administrada por IMC Radios, bajo control del Grupo Albavisión, de Remigio González González, que posee decenas de medios en Latinoamérica. Dueño de Canal 9, RQP (97.1), Nostalgie (104.3) y en un 50 % de Continental y Los 40 Principales. El nombre que aparece con la porción más grande es Carlos Loferice Lynch (70 %), mientras que el empresario mexicano figura con el 17 %. ✱ Mega (98.3, 8% share): administrada por Vationis S.A., del Grupo Indalo. ✱ Metro (95.1, 7,9% share): administrada por Radiodifusora Metro, del Grupo RPMB, de Raúl Moneta. Dueña de FM Blue 100.7 (CABA), San Isidro Labrador 95.5 (GBA), 98.9 (Mar del Plata), 106.5 (Villa La Angostura), 89.9 (Bariloche), 107.5 (Ostende) y R9 (AM 950). ✱ Los 40 principales (105.5, 5,7% share): administrada por Radio Con-
tinental S.A., es otro medio del Grupo Prisa.
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a radio nació como objeto y como experimento. Como objeto, era un mueble valioso que lucía el living del hogar moderno. Como experimento de transmisión inalámbrica de sonidos, funcionaba parasitando contenidos creados con otros fines (como óperas o eventos deportivos) ya que, en sus primeros tiempos, carecía de lenguaje propio. Para Bertolt Brecht “no era el público quien esperaba (el surgimiento de) la radio, sino la radio que esperaba al público”. Al enhebrar un idioma distintivo inició su edad dorada, forjando un vínculo con la sociedad que le permitió negociar con los ciclos espasmódicos de la política y reinventarse en momentos críticos, como cuando se masificó la TV. Lejos de implicar el ocaso de la más antigua, ambas tecnologías convivieron con bastante armonía, incluso en la disputa de la torta publicitaria. En la Argentina la política respaldó un modelo comercial–empresarial con un control sobre los contenidos políticos y sociales que fue intenso desde el golpe de Estado de 1930 hasta la recuperación constitucional de 1983 (con excepciones y altibajos) y que desde entonces se realiza por vías indirectas, como la
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El año en que más de uno vivió en peligro Por Emanuel Respighi
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La pasión por la radio continúa intacta en las ganas que los miles de trabajadores vuelcan a diario en sus trabajos. No hubo –no hay– nada que detenga el amor por un medio que genera una cercanía única con aquellos privilegiados que tienen la suerte de conocerlo desde adentro, de apreciar su espíritu, de disfrutar de sus encantos. Hay talento, hay trabajo, sobran las inquietudes entre quienes deben pensar lo radiofónico en medio de una de las más profundas crisis económicas. Las malas gestiones empresariales, la reasignación de la pauta oficial, la caída de la concentrada pauta privada, el incremento en los costos por la inflación, se confabularon para generar un escenario en el que hubo despidos y contratos no renovados, buena parte de los trabajadores tuvieron problemas para cobrar sus salarios en tiempos y forma, varias empresas omiten hacer los aportes y contribuciones a las obras sociales y a la AFIP, y muchas emisoras se encuentran en un estado de incertidumbre. El caso de mayor gravedad, sin dudas, es el de Radio América, cuyos trabajadores sufrieron las consecuencias del vaciamiento de parte del Grupo 23 y
América, Rivadavia y Radio Uno son los ejemplos más graves de una situación que combina crisis económica e incremento de costos con problemas de gestión. La sumatoria de conflictos convierte este año en uno de los más difíciles para el medio. la falta de apoyo del Estado ante un licenciatario que incumple con sus obligaciones mínimas. Los trabajadores más veteranos del éter no recuerdan haber vivido una situación de tanta incertidumbre y con tantos problemas laborales como en este 2016. Pese a este estado, la radio continúa emocionando, informando, abriendo cabezas, generando carcajadas o reflexiones a cada momento, cada vez que se la sintoniza. Buena parte de que la radio siga viva, continúe presente en la vida cotidiana de los argentinos, tiene que ver con el enorme esfuerzo que desde siempre –y fundamentalmente en estos meses– hacen los trabajadores, en condiciones laborales y económicas que no siempre acompañan su entusiasmo. Bien saben del amor por la radio los trabajadores de Rivadavia y Radio Uno, que desde hace años vienen padeciendo una realidad cada vez más compleja, laboral y económica, por la gestión de la familia Cetrá. Y que ahora están a
Uno de los mayores conflictos es en Radio América.
Por Martín Becerra *
En el aire y enredada influencia de los gobiernos (nacional, provinciales y municipales) a través de la publicidad oficial, la compra de espacios y el auspicio a productoras y periodistas. La ausencia de concursos públicos para acceder a licencias en los principales centros urbanos no fue obstáculo para que las emisoras cambien periódicamente de titulares, en una suerte de comercio informal –e ilegal– de permisos de explotación del aire. Por la falta de competencia sobre las licencias, obturada por los gobiernos de los últimos 50 años, la saturación del espectro radial es manifiesta en las grandes ciudades, con la agregación de estaciones que cubren un rango de experiencias estéticas y políticas muy amplio. Amplitud oxigenada, además, por operadores no comerciales que realizan prácticas radiales alternativas a la mercantilización y que, desde 2009, con la ley audiovisual votada por el Congreso (y derogada parcialmente por decretos del presidente Macri, aunque no en este aspecto), tuvieron un reconocimiento normativo que les estaba vedado hasta entonces. El subsistema de radios estatales complementa un panora-
ma que es diverso. En la Argentina hay varios miles de radios en funcionamiento. Nadie sabe a ciencia cierta cuántas. Y, más allá de lo que marca la ley y de lo que supone el sentido común, sólo un puñado se sostiene con ingresos publicitarios. El resto adopta formas económicas que abarcan desde el mecenazgo que se crea por la dependencia de una fuente excluyente de ingresos (privados o estatales) hasta el expandido alquiler y subalquiler de espacios que pondera el carácter privado de la propiedad por encima del control editorial que, muchas veces, resulta tercerizado en productoras. El ente gubernamental de comunicaciones (ENaCom), sinceró recientemente otra característica de la economía de las radios argentinas, que es su funcionamiento en cadena en segmentos considerables de la programación, lo que se potencia con la centralización geográfica de la producción de emisoras cabecera situadas en grandes ciudades que distribuyen/venden contenidos a radios que los repiten a escala local. Hoy, cuando faltan cuatro años
para su centenario, la radio es forzada a una mutación radical. La coyuntura es adversa: mientras disminuye el encendido y la fabricación de los objetos llamados “radios”, su sostenimiento económico es incierto, la regulación legal del sector audiovisual sufre nuevas alteraciones y los usos sociales se autonomizan y esquivan crecientemente la programación, típica del broadcasting radial y televisivo, la radio atestigua el surgimiento de competidores nativos de las redes digitales que, en ciertos casos, parasitan sus formatos. La radio fue el primer medio electrónico dotado de ubicuidad, con la popularización de modelos portátiles (como la Spica) a fines de la década de 1950, en un desplazamiento de la escucha grupal a la individual. Tres décadas después y en pleno auge de la FM se incorporaría a los walkman, en otra muestra de capacidad adaptativa. Con esos antecedentes, la radio cultivó una experiencia más flexible frente a cambios drásticos que la prensa y la TV. Por ello, la migración de la radio hacia las redes digitales a través de streaming de escucha en vivo como de descar-
gas (por ejemplo vía podcast), es menos traumática en términos organizativos y logísticos que las de otros medios. Pero la desprogramación que descoloca toda la cadena productiva de los medios tradicionales, junto a la expansión móvil a través de los smartphones como dispositivos preferidos de una audiencia cada vez más fragmentada, representan desafíos que exceden el problema, de por sí complejo, de trasladar contenidos desde una plataforma a otra, o desde el aire hacia la red. Como señaló Agustín Espada “las mediciones de audiencia tradicionales caen, pero sólo captan la escucha por el aparato tradicional (…) Internet aparece hoy como un monstruo de consumo que presenta desafíos –y oportunidades– por los cambios en las prácticas de sus usuarios”. La ruptura de paradigma no se reduce a la dimensión tecnológica, sino que afecta integralmente el escenario económico de funcionamiento de la radio, su contrato social y su regulación legal. En eso anda enredada la radio con sus flamantes 96 años. ✱ Especialista en comunicación, docente UBA, Conicet, UNQ.
la expectativa que genera el arribo como accionistas mayoritarios de los dueños de LT3 de Rosario, los hermanos Guillermo y Fernando Whpei. También lo conocen los trabajadores de Del Plata, que no pueden disfrutar del hecho de ser la segunda emisora más escuchada de la AM, cuando por octavo mes consecutivo no pueden cobrar sus sueldos como corresponde y se acumula el retraso en el pago de quienes facturan. El mayor conflicto laboral, de cualquier manera, es el de Radio América. Repasar el proceso de lo que ocurrió y sigue ocurriendo en la AM 1190 es elocuente. Sus más de 100 trabajadores no cobran sus salarios desde hace más de 8 meses. Resisten al aire con tres programas diarios transmitiendo por internet y radios abiertas. Fueron parte del vaciamiento del Grupo 23. El 22 de enero, el Grupo 23 de medios anunció que el Grupo M de Luxe (de Mariano Martínez Rojas) había adquirido el 100 por ciento del paquete accionario del diario Tiempo Argentino y Radio América. El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) desconoció la venta de la frecuencia de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel a Martínez Rojas. Pese a ello, el supuestamente nuevo dueño ingresó junto a dos matones a la planta transmisora de América en Villa Soldati, desalojó al personal y cortó la transmisión. Un hecho grave, teniendo en cuenta que las frecuencias son estatales. El 4 de julio, a la madrugada, una patota de al menos 20 personas ingresó a la redacción de Tiempo Argentino y destrozó las instalaciones del diario y los estudios de la radio. La investigación por “daños y usurpación” pasó al fuero federal y se encuentra en el juzgado N° 8 a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi. Increíblemente, Martínez Rojas denunció a los trabajadores por “usurpación y aprovechamiento”, en una causa que está en la fiscalía N° 4, a cargo de Matías Di Lello. Los trabajadores de ambos medios solicitarán el cierre de la causa por inexistencia de delito. En este contexto, el 18 de julio el Ente Nacional de Comunicación (ENACOM), que encabeza Miguel de Godoy, oficializó una “normalización” de la frecuencia y anunció que llamará a concurso. Durante estos meses, el gobierno le pagó al Grupo 23 millones en pauta oficial. Quienes no cobraron un peso fueron los trabajadores que, estoicamente y con mucha dignidad, mantuvieron la radio al aire mientras pudieron.
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La delicada situación de varias emisoras
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Abundan las posibilidades, pero hay una deuda de creatividad
Claroscuros de la cadena evolutiva Por Julián Marini y Darío Smulewicz *
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Aprincipios de los 90, Hora 25, en Rock and Pop, proponía la primera experiencia de radio a demanda: uno se acercaba al edificio de la radio, entregaba un casete virgen y a cambio le daban uno con la grabación presta para ser escuchada. Pasaron más de 25 años y hoy existen programas diseñados para ese tipo de escucha. La radio que sobrevivió al cine mudo, al sonoro, a la TV y la TV color encontró una nueva aliada: Internet. La lleva de la mano hacia nuevos dispositivos, plataformas y audiencias. Quizás lo único amenazado es el viejo aparato de transmisión. Pero la radio como lenguaje se reinventa, se ramifica, se expande. Smartphones, tablets, netbooks, notebooks y PCs son algunos de los canales por los que hoy se escucha radio. Principalmente en los smartphones, que por estos días son las nuevas Spicas. Desde 2014 hasta hoy, según un informe de la consultora ANUNCIAR en la web especializada Totalmedios, la escucha a través de estos dispositivos creció un 23%, el de mayor crecimiento en cantidad de usuarios.
Podcast El término “Podcast” viene de la unión de las palabras Ipod y broadcast. Unos locos, ya no de la azotea, buscaban aprovechar las posibilidades que brindaban Internet y los nuevos dispositivos de reproducción para crear contenidos de radio. La idea se completó con el sistema de redifusión RSS, que permitía acceder a la actualización de los archivos a partir de una suscripción. Desde entonces, un universo: hoy la suscripción mediante RSS no lo define, como tampoco su reproduc-
En apenas un cuarto de siglo, la explosión tecnológica abrió todo un mundo de posibilidades que, más que atentar contra la radio, la enriquecen: lo único amenazado, en todo caso, es el aparatito transmisor. El gran desafío es qué hacer con todo eso. ción mediante Ipod. Existen sitios que alojan esas producciones, emisoras que los utilizan como complemento de su programación, sitios informativos que lo emplean como agregado sonoro, series de TV que brindan material extra y hasta ficciones diseñadas para esta manera de transmisión. El Podcast es una transmisión de contenidos realizados a partir del lenguaje radiofónico, que sin embargo comenzó a definirse con algunas particularidades: atemporales, temáticos y pensados para este modo de reproducción. El cuarto rasgo importante es su consumo “on demand”. Hoy los Podcast crecen en número y calidad, un poco por su economía de producción, otro por el desarrollo tecnológico que permite que cada vez haya más dispositivos integrados con Internet y, en gran medida, por los comportamientos de la audiencia. Definidos sus gustos e intereses, buscan especificidad en la oferta informativa y de entretenimiento. Yalgo muy importante: la posibilidad de escuchar estos contenidos donde y cuando plazca, sin estar condicionados por los días y horarios establecidos.
Radiocut Durante una clase en una escuela de Comunicación, una profesora sugirió a los estudiantes que se levantaran temprano para escuchar un programa de la primera mañana. En el fondo se escuchó: “Ni loco me levanto a esa hora, lo escucho después en Radiocut”. Radiocut es, como sus
creadores dicen, otra forma de escuchar radio. En www.radiocut.fm se tiene la posibilidad de encontrar programas de hace horas, días o meses. Y permite crear recortes, describiendo segmentos, para compartirlos en la forma que uno desee. Es una gran sonoteca de emisoras de AM, FM y online, y permite escuchar en vivo la programación que se elija. Su irrupción hizo que ya no sea necesario esperar una hora determinada, o ni siquiera es necesario escuchar todo el envío para oír una sección, una entrevista, un editorial o una columna.
lo hacen para cubrir gastos operativos y de logística, para así solventar programas de producción propia; y las planteadas como un negocio en que la ganancia está en lotear la grilla y alquilar espacios. Si bien las emisoras online reproducen estos esquemas, Internet y sus posibilidades permiten generar producciones utilizando redes sociales o plataformas de streaming o podcasting para alojar contenidos: YouTube, Spotify o Soundcloud son ejemplos conocidos. Se inaugura una nueva manera de escuchar radio, pero
Internet y sus posibilidades permiten generar producciones utilizando redes sociales o plataformas de streaming o podcasting. Una nueva manera de consumir radio, pero no de proponer contenido. Lo que propicia este sitio/software es la forma en que las audiencias consumen los programas tradicionales.
¿Emisoras? En lo que respecta a las AMs y FMs, no se conoce otra manera de usufructuar una frecuencia y contener una programación: las emisoras mandan. Cada una con sus conceptos artísticos y comerciales siguen respondiendo a cánones tradicionales. Ni siquiera las alternativas y barriales han propuesto variantes. Existen desde siempre las que lotean espacios, y ahí hay dos grupos: las que
también de realizarla. Este escenario favorece la pluralidad de voces: cada cual, desde su hogar, puede generar sus producciones sin alquilar un espacio o enviar un demo. Se enriquece la oferta. Un ejemplo es www.serialpodcast.org, audioserie que aprovecha las posibilidades de los sitios web, redes y plataformas para un producto atractivo e interesante.
Los ojos en la radio ¿Hay necesidad de sumar imagen a la radio, conspirar contra su magia, ir en contra de su esencia, al revés de la idea hermosa que la define como El Teatro de la Mente? Este nuevo
requerimiento parece avalado por un espíritu de época: una era pletórica de contenidos audiovisuales, ideas multiplataforma, relatos transmedia que parecen no soportar un medio al que puede considerarse “incompleto”. La primera respuesta–reflejo a esta situación, y sobre todo en el afán de captar audiencias, fue llenar los estudios de cámaras. Pero lo que sucede entre los paneles acústicos y los micrófonos muchas veces no está preparado para ser develado a los ojos, o más bien no tiene interés en eso. Todo se vuelve explicito, “pornográfico” y tosco: las voces poseen un cuerpo y una personalidad que muchas veces no se condicen con quienes las portan, y surge la sensación de estar a merced de una pandilla de voyeurs. Algunas emisoras se convirtieron en retransmisoras de programas de TV. Una experiencia conocida es la de ESPN con Pura química. ESPN es un multimedio que decidió matar dos pájaros de un tiro y retransmitir por su FM el producto televisivo. Intentaron remozarlo y agregarle elementos de un magazine radial, pero no dejaba de ser un programa de TV, pensado para TV y realizado para TV que, apenas, prestaba su aspecto sonoro para la 107.9. El resultado era, en términos radiofónicos, un engendro. Otro de los esquemas es el de FM Latina y el canal TLX; o Radio Del Plata y 360TV, donde lo audiovisual replica programas de radio. El resultado es desparejo: aunque agreguen escenografías y maquillaje, no dejan de ser producciones radiofónicas con escaso valor televisivo. En todo caso,
Cultura & Espectáculos 35
Importa el adentro Mientras tantos corren despavoridos o protestones frente al devenir tecnológico que cambia a la señora de 96 años, se pierde de vista la mayor amenaza: una larga crisis creativa. No es que no haya ideas ni personas capaces de gestarlas, sino que las oportunidades son pocas. La mayoría de las comerciales se manejan con cautela, apuestan sobre seguro y no corren riesgos. Se nota con una simple recorrida que no existe mayor renovación generacional. Los de siempre siguen en los mismos lugares, en algunos casos manteniendo su calidad. Aún en ejemplos en que se conserva la capacidad periodística, de conducción o entretenimiento, prevalece la comodidad. Son pocas las experiencias con criterios disruptivos o refrescantes. Corresponde citar a las FM Malena, La Tribu y BitBox, que además dan lugar a expresiones artísticas y periodísticas de casi nula difusión en los medios masivos. Las radios alternativas no están exentas de la crisis. Son la esperanza del medio, quizás, pero en mu-
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Durante la etapa kirchnequier tipo. Es una observación Los medios rista, en particular en los que también sobresale de las últimos años y más allá de las mediciones de rating. públicos discusiones sobre la línea ideoRespecto de las FM de Nalógica a implementar por un mecional, el desembarco más lladio del Estado, es objetivo que mativo lo protagonizó Bobby AM 870 logró posicionarse enFlores, quien se hizo cargo de la tre los primeros puestos de la auRock en reemplazo de Federico diencia. Así lo revelaron las meVázquez. La 93.7 venía de un rediciones de Ibope y, por si eso sultado muy satisfactorio. Se hano bastara, también fueron inbía posicionado en el puesto 11 dicativas la repercusión de muentre 25 emisoras relevadas, con chos de sus programas y la cannotable llegada a los usuarios de tidad de contactos de los oyenredes. La programación era de tes con la emisora, por vía teleexcelente calidad, junto con el fónica o de redes. Asimismo, es empleo frecuente del auditorio indesmentible que se mejoró el para presentar lanzamientos de alcance de las ondas públicas, discos y a diversos artistas. Precon instalación de nuevos equivio a la llegada de Bobby, se quepos transmisores y remodeladaron sin sus programas y proción tecnológica generalizada. ducciones alrededor de 200 conComo en prácticamente todas tratados. Flores inauguró slogan las demás áreas oficiales, la tran(“Radio sin subtítulos”) y expresición hacia el arribo macrista só a este suplemento que el obfue tormentosa. jetivo es priorizar la música al En Nacional cesó la contratadiscurso. En la Clásica (96.7) y ción de la inmensa mayoría de en la Folklórica (98.7) fueron rasus conductores, en medio de tificados como directores Pablo declaraciones y escenas tensioKohan y Marcelo Simón, resnantes. “Violentos”, “mesiánipectivamente. No hubo cambios cos”, “irrecuperables”, fueron mayores en ambas, salvo la algunos de los adjetivos que vaabrupta salida de Víctor Hugo rios funcionarios y adeptos maMorales: decidió no continuar cristas descargaron alrededor de quienes llevaron ade- en la Clásica con su histórico A título personal. Era el lante la programación anterior. Inclusive, con algunos programa que hacía ad honorem en tributo al repererrores serios, se ventilaron públicamente los montos torio de Astor Piazzolla. de sus contratos. La nueva grilla de la radio, dirigida La situación de Radio Ciudad (AM 1110) y de la por la periodista Ana Gershenson, debutó con una de- 2x4 (FM 92.7) es diferente. Son operadas por el gobierclamada pretensión de introducir “pluralismo”. Co- no porteño, con dirección ratificada de Baltazar Jaramo quiera que se juzgue, si acaso ocurre eso, la au- millo. La AM no mejoró en forma sustantiva sus hisdiencia de Nacional se desplomó (1,5 por ciento del tóricos problemas de alcance por aire, pero tiene una share en julio). Y otro tanto aconteció, según las con- programación más variopinta con criterios de unidad sultas efectuadas, en la red de emisoras del interior. artística; y la FM conserva programas tradicionales y Sus oyentes fugaron hacia señales más afines a la lí- algunos más disruptivos frente al conservadurismo tannea política del período previo, como también surge guero. No atravesaron conflictos con el cambio de gode las mediciones, pero no se originó la contraparti- bierno, y puede atribuirse a una continuidad de gesda de que arribara audiencia proclive, aunque algu- tión que parece haber tenido las cosas más claras que nos de los programas conserven calidad periodística. a nivel nacional. A ojímetro, una constatación como ésa tal vez sirva Al cabo, sobrevuela un par de preguntas concorpara ratificar que el oyente “promedio” de la radiofo- dantes por (casi) sobre toda otra: ¿Le importan a la nía –y clientelas mediáticas en general– prefiere ori- gestión macrista los medios públicos? ¿O se conforginales fuertes mucho antes que fotocopias de cual- ma con los privados que le obran de parlante?
Era de tormentas
chas la alternatividad sólo se da en su modelo de gestión económica o accionar ideológico. En el rastrillaje fino sale a luz que quienes deberían proponer contenidos propicios para este tipo de proyectos reproducen estructuras y, no pocas veces, discursos de los medios sistémicos y hegemónicos. Desde ya, hay excepciones. Internet, al menos por ahora, presenta un escenario más fértil para nuevos contenidos. Al no estar regulado y ser la opción más económica –y quizás democrática–, propicia la proliferación de nuevas voces, nuevas cabezas. El ejemplo más claro está en Podcast donde se proponen temáticas específicas y variadas para audiencias puntuales. Ahí hay aire fresco y renovación de cuentos, temas, historias, como en Radio Colmena. La técnica avanzará y la radio se irá poniendo a tiro, pero no se puede descuidar y perder el culto a las ideas, a la creatividad.
El futuro La radio es inoxidable. Cada vez que le hacen la cuenta para el nocaut se levanta y sigue. Las novedades tecnológicas, soportes, medios y audiencias quizás atenten contra el aparato y el medio tradicional; pero el “lenguaje radiofónico”, que es donde reside la magia, dispone del porvenir que siempre tuvo. Auspicioso y lleno de posibilidades por su encanto, versatilidad, mística y potencia creativa. Por muy meloso que suene, no hay forma de desmentir que la radio vive en portátiles y smartphones. En la primera mañana de la AM más pintada y en el Podcast más freak. En la voz que todas las noches hace compañía y en esos chicos un poco atolondrados que mandan mensajes de audio para hacerse reír. ✱ Coordinador y Director de la carrera Producción de Radio y Medios Audiovisuales de ETER.
SABADO 27 DE AGOSTO DE 2016 / PAGINA I12
suma un soporte por donde escuchar radio pero sin las ventajas del original: portátil, económico. Quizás la experiencia más interesante es Vorterix, que integra una emisora de radio, un estudio de TV y un teatro. Se presupone que los contenidos están pensados para aprovechar las posibilidades. Sin embargo, con el devenir, los resultados fueron desparejos o forzados. Lo audiovisual prevalecía sobre lo radiofónico o viceversa, descompensando al producto final. De todos modos, continúa siendo una propuesta pionera. Más allá del sentir romántico, la comunicación evoluciona, y los proyectos multiplataforma o relatos transmedia poco a poco se instalan entre espectadores/prosumidores de manera natural. El mayor déficit es el contenido.