Documental historia no contada eeuu stone2

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TRANSCRIPCION DE LA LOCUCION DEL CICLO DOCUMENTAL “LA HISTORIA NO CONTADA DE EEUU” por Olvier Stone

Hola, soy Oliver Stone. |Cuando era un joven que crecía en la ciudad de Nueva York, pensaba que había recibido una buena educación. Estudié mucho acerca de la historia, en especial, sobre la historia de EE.UU. Tenía sentido. Éramos el centro del mundo. Había un destino manifiesto. Nosotros éramos los buenos. Bueno, ahora he viajado por el mundo. He seguido educándome como soldado de infantería en Vietnam, filmado muchas películas... Algunas de contenido histórico. Y he aprendido mucho más de lo que una vez creí saber. Y cuando escuché a mis hijos hablar acerca de lo que estaban aprendiendo en la escuela, me perturbó la idea de que no estaban obteniendo en verdad una visión más sincera del mundo de la que yo obtuve.


Todos nosotros vivimos parte de nuestras vidas en una niebla. Y me gustaría que mis hijos tuvieran acceso a algo que avistara más allá de lo que yo llamaría la tiranía del ahora. Están los medios de comunicación, y todo el mundo habla de lo mismo... Las noticias del día. |Y todo lo subconsciente, las cosas que de verdad importan |están siendo obviadas. |Napoleón dijo una vez que |"La historia es un paquete de mentiras consensuadas". |Bueno, no estoy seguro de estar de acuerdo. |Creo que la historia tiene un significado, un propósito, y que existe un patrón encontrable. Y pretendo, junto con mis colegas, más que rodar otro largometraje, contar la historia de EEUU de una forma en la que nunca antes había sido contada. Hay muchas cuestiones que puede que no encuentren respuesta aquí, pero las preguntas que podremos sobre la mesa espero que les ayuden a tomar conciencia. Vamos a proponer, entre otras cosas, 41 una cohorte de héroes olvidados... Gente que sufrió por sus creencias 29 y que han sido olvidados por la historia 65 porque no se amoldaban. Y vamos a desmontar a algunos de esos héroes 03 en los que usted creía, no con malicia, replanteando los hechos. A menos que nos recordemos a nosotros mismos lo bueno que hemos perdido, |no será fácil imaginar un futuro mejor. |Mostrando patrones de comportamiento |que han llegado a ser algo de lo que aún no se habían percatado, |le traeremos a la memoria el significado de este país |y qué es lo que ha cambiado radicalmente desde la II Guerra Mundial. |Se han producido algunos errores profundos, |pero todavía tenemos la oportunidad, lo creo muy en serio, |de corregirlos. |La cordillera Sangre de Cristo es uno de los más remotos y primitivos paisajes de Estados Unidos. En un aislado rancho, los mejores científicos del mundo, muchos de ellos europeos, se reúnen ansiosamente en el aire frío de la mañana. Cerca, en la oscuridad, algo cuelga de lo alto de una torre de acero... Una bomba. Hoy la probarán. El nombre en clave de la prueba es Trinidad. La inspiración... John Donne, el poeta favorito de Robert Oppenheimer. Uno de los principales científicos de su quinta, Oppenheimer amaba la literatura y el desierto del Suroeste. Era un hombre pacífico, que resultó ser el creador y coordinador de la mayor arma de destrucción masiva de toda la historia. A tan solo unos kilómetros de distancia, el comandante militar del proyecto, el general de brigada Leslie Groves, es el hombre responsable de construir para el departamento de guerra un nuevo y gigantesco cuartel general en Virginia conocido como el Pentágono. No confía en los poco fidedignos científicos civiles. Su carrera pende de un hilo. Aquí lo tiene, general Groves... plutonio. Es la primera vez que lo veo, pero, si no le importa, preferiría que lo mantuviera oculto, porque, después de todo, hay en torno a 50 millones de dólares en ese tubo de ensayo. Ahora tiene el control automático. Rob, esta vez las apuestas están realmente altas. Todo va a salir bien, Robert. Y estoy seguro de que nunca lo lamenteramos. Bueno, en 40 segundos, lo sabremos. En los últimos minutos, se observa un silencio general cuando la cuenta atrás comienza. Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno. A las 5:29 y 45 segundos, la bomba se detona. La luz es más brillante que la del sol.


Contemplando la explosión, Oppenheimer recuerda un versículo de un texto hindú, "Ahora me he convertido en la muerte y la destrucción de mundos". Este arma aterradora lanzaría a los Estados Unidos a través de un viaje, que convertirá el refugio de los padres fundadores en un estado militarizado. Generaciones de estadounidenses han aprendido acerca de la reticencia de Estados Unidos a lanzar bombas atómicas al final de la II Guerra Mundial para salvar las vidas de cientos de miles de jóvenes envenenados hasta la muerte en la invasión de Japón. Pero la historia es en verdad más complicada, más interesante, y mucho más inquietante. La visión de muchos estadounidenses sobre la II Guerra Mundial es nostálgica, de una "guerra buena" en la que Estados Unidos y sus aliados triunfaron sobre el nazismo alemán, el fascismo italiano, y el militarismo japonés. Otros, no tan afortunados, recuerdan la II Guerra Mundial como la guerra más sangrienta de la historia. Para cuando finalizó, entre 60 y 65 millones de personas yacían muertas, incluyendo una estimación de 27 millones de soviéticos, de 10 a 20 millones de chinos, seis millones de judíos, más de un millón de alemanes, tres millones de polacos católicos, 2,5 millones de japoneses, y millón y medio de yugoslavos. Austria, Gran Bretaña, Francia, Italia, Hungría, Rumanía y los Estados Unidos contaron con entre un cuarto y medio millón de muertos cada uno. A diferencia de la I Guerra Mundial, la II Guerra Mundial comenzó despacio y fue agrandándose. El disparo de salida se lanzó en 1931, cuando Japón se industrializó rápidamente y desplegó su ejército de Kwantung sobre Manchuria, aplastando a las fuerzas chinas. En Europa, Alemania, bajo el mando del líder nazi Adolf Hitler buscaba vengar su devastadora derrota en la I Guerra Mundial, y estaba forjando la máquinaria bélica alemana. Heil! Su aliado, el líder fascista Benito Mussolini, invadió Etiopía en octubre de 1935. Pero Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia apenas protestaron. Y como resultado, Hitler concluyó que los aliados no tenían ganas de una guerra de verdad. En marzo de 1936, las tropas alemanas ocuparon la desmilitarizada Renania. Era la mayor apuesta de Hitler hasta la fecha, y funcionó. "Las 48 horas siguientes a la Marcha fueron las más tensas de mi vida", declaró. "Los recursos militares a nuestra disposición habrían sido totalmente inadecuados incluso para una resistencia moderada. Si los franceses hubieran marchado sobre Renania, habríamos tenido que retirarnos con el rabo entre las piernas". La pobre respuesta internacional a la guerra civil en España había sido incluso más descorazonadora. La guerra estalló en julio de 1936, cuando las fuerzas del general Francisco Franco con la intención de derrocar a la República Española buscaban establecer un régimen fascista. La República se había ganado enemigos entre los oficiales estadounidenses y los líderes empresariales con sus políticas progresistas y su férrea regulación de la economía. Muchos católicos de EEUU recabaron apoyos para Franco, como también Hitler y Mussolini, quienes enviaron ayuda abundante y centenares de tropas.


Hitler aportó su temida Legión Cóndor, cuyo bombardeo de Guernica fue retratado por Pablo Picasso en su famoso mural. El líder soviético Joseph Stalin envió armas y consejeros para asistir a los leales. Pero ni Francia, Inglaterra o Estados Unidos hicieron nada para ayudar. EEUU, bajo la presidencia de Franklin Delano Roosevelt, prohibió el envío de armas a cualquier bando, lo que debilitó a las sobrepasadas fuerzas gubernamentales. Pero Ford, General Motors, Firestone y otras compañías estadounidenses suministraron a los fascistas camiones, neumáticos y máquinas herramientas. Texaco Oil Company, liderada por un partidario del fascismo, le prometió a Franco todo el petróleo que necesitase a crédito. Roosevelt se enfureció y amenazó con un embargo petrolero y abofeteó a Texaco con una multa. Pero en Texaco insistieron, decididos, y también suministraron petróleo a Hitler. La guerra se eternizó durante tres años. Unos 2.800 valientes estadounidenses se trasladaron a España para combatir a los fascistas, la mayoría se unieron a la brigada Abraham Lincoln, respaldada por el PCE. Casi un millar no regresaron. Dinos, Inglés, ¿por qué has venido desde tan lejos para luchar por nuestra república? Un hombre lucha por aquéllo en lo que cree, Fernando. Vale, pero en su propio país. Bueno, quizá tú sientas que estoy metiendo las narices en los asuntos de otros, pero yo no lo siento así. No es solo España por lo que se combate aquí, ¿o no? Es Alemania e Italia de un lado, y Rusia del otro y los españoles justo en medio del meollo. Los nazis y los fascistas se oponen tanto a la democracia como al comunismo. Y están utilizando vuestro país como campo de pruebas para su nueva maquinaria de guerra, sus tanques y bombarderos en picado y cosas como ésas, para tomarle la delantera a las democracias y liquidar así a Inglaterra y Francia, y a mi país antes de que estemos armados y listos para el combate. Pero Franco venció y la república cayó en la primavera de 1939, enterrando consigo no solo a más de 100 mil soldados republicanos y a cinco mil voluntarios extranjeros, sino también las esperanzas y anhelos de muchos progresistas. En 1939, Roosevelt le dijo a su gobierno que su política sobre España había supuesto un gran error y les advirtió de que pronto todos lo pagarían caro. Pero esa política convenció a Stalin de que las potencias occidentales carecían de un interés auténtico hacia una acción colectiva que detuviera el avance nazi. Durante años, el dictador soviético había implorado a Occidente la alianza contra Hitler y Mussolini, uniéndose incluso a la Sociedad de Naciones en 1934. Pero las súplicas soviéticas fueron repetidamente ignoradas. Y entonces, en 1937, una guerra a gran escala irrumpió en China donde el poderoso ejército japonés capturaba una ciudad tras otra. Con las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-shek batiéndose en retirada, los soldados japoneses sometieron a vejaciones a los ciudadanos de Nankín en Diciembre de 1937, asesinando a entre 200 y 300 mil civiles y violando a decenas de miles de mujeres. Japón pronto controló la costa oriental de China con sus 200 millones de habitantes.


La situación internacional se deterioró aún más en 1938 con la anexión de Austria por parte de Alemania y la capitulacón de los aliados hacia Hitler en Múnich, con el desmembramiento de Checoslovaquia y la entrega de la región checa de los Sudetes. El primer ministro británico, Neville Chamberlain proclamó de manera infame que la estabilidad había traído "paz a nuestros tiempos". Ni EEUU ni sus aliados hicieron mucho desde instancias oficiales para ayudar a la desesperada comunidad judía de Alemania cuando a finales de 1938 una orgía de violencia se desató en la Noche de los Cristales Rotos... la violación y el asesinato de la vetusta población judía se intensificó. - Sieg heil! - Sieg heil! Al igual que las naciones europeas, los EEUU prestaron poca ayuda, con la adimisión de únicamente alrededor de 200 mil judíos entre 1933 y 1945. Envalentonado, Hitler golpeó de nuevo en marzo de 1939, con la ruptura de su promesa y la invasión del resto de Checoslovaquia. Stalin reconoció la verdad... Su país estaba enfrentándose a solas a su más letal enemigo. Necesitaba ganar tiempo, y con el temor a una alianza entre Alemania y Polonia para atacar la URSS, conmocionó a Occidente cuando firmó un pacto de no agresión con Hitler, en el que se repartían Europa Oriental entre ambos. Aquí, los enemigos confesos en un estado de aparente amistad. La primera preocupación de Stalin era la seguridad de su propio país. De hecho, el dictador soviético le había propuesto la misma alianza a Gran Bretaña y Francia, pero ninguno aceptó la petición de Stalin de situar tropas soviéticas en territorio polaco como medida para bloquear a Alemania. Menos de dos semanas después de que se firmara el pacto, Hitler invadió Polonia desde el oeste. Gran Bretaña y Francia, aliados de Polonia, finalmente se pusieron en pie contra Hitler y declararon la guerra. Dos semanas más tarde, el 17 de septiembre, Stalin también invadió Polonia. Los soviéticos reinvidicaron a partir de ahí su dominio sobre los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania, e invadieron Finlandia. El mundo se hallaba en guerra otra vez. La II Guerra Mundial ha comenzado. En una rápida sucesión, el invencible ejército alemán conquistó Dinamarca, Noruega, Países Bajos y Bélgica. El gran ejército francés de la I Guerra Mundial, con su quinta más joven diezmanda en aquella matanza, se colapsó después de solo seis semanas de combates, en junio de 1940. La mayor parte de su clase dirigente, conservadora y antisemita hasta la médula, decidió colaborar. Hitler volvió ahora su atención hacia Inglaterra y lanzó un asalto aéreo de castigo como precursor de una invasión a través del Canal. Pero el nuevo líder de la guerra, Winston Churchill, se echó la nación a sus espaldas. Combatiremos en las playas, combatiremos en las zonas de aterrizaje, combatiremos en los campos y en las calles. Combatiremos en las colinas. Y nunca jamás nos rendiremos. Y en lo que parecía un milagro, la maltrecha fuerza aérea contuvo a los alemanes en la bahía en la histórica batalla de Inglaterra. Churchill lo denominó como su momento más delicado. Liderando al pueblo británico, Churchill se convirtió en una leyenda viva.


Aunque la mayoría en EEUU quería que Gran Bretaña y Francia ganaran la guerra de acuerdo con una encuesta de Gallup, en octubre del 39, el 95 por ciento no quería que EEUU interfiriese, esencialmente, por el temor a que Gran Bretaña otra vez, al igual que en 1917, arrastrase a Estados Unidos a una inútil Guerra Mundial. ¿Otra guerra? Por mí, no. Esta vez EEUU debería manterse al margen, y sé que lo hará. Que deje a Europa librar sus propias batallas. No significan nada para nosotros. - De ninguna manera, no. - ¡No! - No. - No. Roosevelt prometió en las elecciones de 1940 que "ningún muchacho estadounidense combatiría en una guerra extranjera". Aunque ya entonces creía que Hitler estaba intentando la dominación mundial. Y con la legislación de neutralidad en vigor y la preparación militar a un bajo nivel, Roosevelt, sin embargo, realizó varios movimientos valientes. Forzando las leyes, envío de manera unilateral 50 destructores viejos a Gran Bretaña. Y para expulsar a Japón de China, impuso embargos selectivos al envío de materias primas esenciales, críticas para la maquinaria de guerra japonesa. En septiembre de 1940, Japón contratacó y estableció con Alemania e Italia, y otros, el Pacto Tripartito. Ahora parece claro que las tres potencias del Eje se alzaron definitivamente contra nosotros, organizados para destrozar los máximos principios que hacen de nosotros el pueblo que somos. Sieg heil! Con las nubes de la guerra oscureciéndose, Roosevelt realizó su movimiento más valiente hasta entonces. La ruptura del famoso precedente de George Washington, y optar a un tercer mandato en 1940. Las apuestas rara vez han estado más altas en unas elecciones presidenciales. Y, con este espíritu, Roosevelt escogió ahora a su controvertido ministro de Agricultura, Henry A. Wallace, como candidato a la vicepresidencia. Wallace había estado en el centro neurálgico de los éxitos de Roosevelt para sortear los peligros de la Gran Depresión, facilitando la manera de que los granjeros, mediante subsidios públicos, pudieran permanecer en el mercado reduciendo los gastos de producción. Wallace había provisto a los pobres de las ciudades de cupones de comida y almuerzos escolares. Había instituido programas para planificar el uso de la tierra y la conservación del suelo. Considerado como el mejor aliado de la comunidad científica, Wallace se pronunció firmemente en contra del desarrollo de falsas teorías raciales en reproche a las políticas de Hitler en Alemania. George Carver, nacido esclavo, y ahora químico en la Universidad Tuskegee especializado en botánica, me introdujo por vez primera en los misterios de la fertilización de las plantas. Pasé unos cuantos años cultivando maíz porque este científico ahondó en mi gusto por las plantas de una manera que jamás podré olvidar. Una superior habilidad no es posesión exclusiva de ninguna raza o de ninguna clase, con tal de que se proporcione a los hombres las oportunidades precisas. Los jefes del Partido Demócrata temían a la perspectiva de Wallace, y parecía que la candidatura de Wallace estallaría en llamas, cuando Roosevelt, enfadado y frustrado, escribió una misiva excepcional a los delegados asamblearios en la que rechazó rotundamente la nominación presidencial.


El Partido Demócrata fracasó cuando cayó bajo el control de aquéllos que piensan en términos de dólares en lugar de en valores humanos. Hasta que el Partido Demócrata no se sacuda de las cadenas de control enganchadas a él por las fuerzas del conservadurismo, la reacción, y la contemporización, no proseguirá su marcha hacia la victoria. El partido no podía mirar en ambas direcciones al mismo tiempo. Por tanto, declino el honor de la candidatura a la presidencia. Su esposa, Eleanor Roosevelt, salvó el día. La primera mujer de un presidente en dirigirse a la convención, mostró su descontento a los delegados diciendo "Nos enfrentamos ahora a una situación seria." Los jefes del partido cedieron y colocaron a Wallace en la candidatura. Regresarían, no obstante, para tomarse la revancha. Acabo de escuchar las noticias sobre mi nominación, y hay solo una cosa que quisiera decir. Estoy convencido de que bajo el liderazgo del presidente Roosevelt tendremos un Partido Demócrata unido, la victoria en noviembre, y seguridad para el pueblo estadounidense. Pero la crisis sobre Wallace nunca se esfumó. El anterior vicepresidente, "Cactus Jack" Garner, un extrovertido y afable texano había dicho... Este trabajo no vale ni un barril de meado caliente. Sin embargo, Wallace no pegaba ni con cola en el Capitolio. Era un hombre espiritual, fascinado por la religión tribal de los navajos. Estudió el budismo y el zoroastrismo. El panorama de Washington, con sus garitos de cócteles y sus clubes para fumadores, no encajaban con él. Él ni bebía ni fumaba. Prefería jugar al tenis o boxear. Le gustaba pasar las tardes leyendo y lanzando bumeranes sobre el Potomac. Como signo de la gran confianza depositada en él, Roosevelt nombró a Wallace jefe del Consejo de Guerra Económica a cargo de la economía nacional. Wallace se hallaba en la cima de su influencia en Washington. 1941 sería el año de un cambio épico. El Führer de Alemania había cumplido su promesa al pueblo alemán de borrar la vergüenza sufrida tras la I Guerra Mundial. Los alemanes se encontraban en su momento álgido. Con comestibles de Francia, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, bienes de lujo, una industria boyante... el futuro Reich de mil años parecía que acabaría siendo una realidad después de todo. Pero, como la historia ha demostrado en múltiples ocasiones, el fallo fatal surge no del exterior, sino desde dentro. Y Hitler, en el cénit de su arrogancia, atacó a la Unión Soviética. El concepto de lebensraum, o "espacio vital" fue descrito por él mismo en 1925-6, en su autobiografía de dos volúmenes, "Mein Kampf"... Mi lucha. Declaró que el futuro de los pueblos alemanes descansaba en el Este y sería necesario abrir el camino a través de la URSS. Una sexta parte de la superficie terrestre, abarcado de este a oeste, casi la mitad del mundo, y de norte a sur, desde el Polo Norte hasta las fronteras de la India. Un país con 22,5 millones de kilómetros cuadrados. Lo que equivale a más de tres veces Estados Unidos, o toda Norteamérica más 1,6 millones de kilómetros cuadrados adicionales. Materias primas... ilimitadas. Mano de obra... 193 millones.


Y serían los pueblos eslavos y judío quienes iban a ser eliminados para hacer sitio a la pujante raza germánica. El enfrentamiento entre alemanes y eslavos en Europa Oriental se remonta a las Cruzadas Bálticas del siglo XIII, en las cuales, caballeros alemanes habían combatido a los rusos... Y más tarde se intensificó con el surgimiento de los estados nación. Ahora Hitler estaba preparado para acabar el trabajo, en la creencia de que una Alemania de raza pura estaba destinada a derrotar a los decadentes eslavos mestizos. El mestizaje racial, según él, había provocado el colapso de la civilización. Lo había comprobado de primera mano en su patria natal, en la multicultural ciudad de Viena, antes de la I Guerra Mundial, y ahora veía que lo mismo estaba ocurriendo en la decadente Gran Bretaña y en Estados Unidos. Dado que Inglaterra ya no constituía una amenaza en el oeste, Hitler estaba ya preparado para perseguir el mayor premio de todos. Menos de dos años después de la firma del tratado de paz con Stalin, atacó. Envío tres millones de hombres en una maniobra de blitzkrieg abriendo una brecha en territorio ruso a lo largo de un frente de 3.000 km, que recorría desde el Ártico hasta el mar Negro. Los alemanes destruyeron con rápidez dos tercios de la fuerza aérea soviética. Con la pérdida añadida de tanques y artillería, la acumulación masiva de Stalin posterior a 1939 había sido inútil. Con el temor a que Reino Unido estuviera distribuyendo información falsa para incitar la guerra entre Alemania y la URSS, Stalin decidió no creer los informes de inteligencia soviéticos sobre una inminente invasión. Durante las purgas de 1930, Stalin había asesinado o encarcelado a la mayoría del Alto Mando Soviético... Alrededor de 43 mil oficiales... por su supuesta lealtad al fundador del Ejército Rojo León Trostky, a quien Stalin había hecho asesinar el año anterior en su exilio de Ciudad de México. Stalin estaba igualmente paranoico, y de manera acertada, sobre la lealtad de las poblaciones locales soviéticas a las que había sometido a vejaciones en los años previos a la guerra. Pero Hitler, en lugar de buscar la alianza de esta población inquieta, se mostró más despiadado incluso que Stalin, planificando la aniquilación de los soviéticos a una escala mucho mayor que la de la guerra en el oeste o incluso que contra los judíos. Ucrania sucumbió en el verano de 1941, y la batalla de Kiev, la ciudad más antigua de la Unión Soviética, costó medio millón de vidas soviéticas. Los civiles fueron o ejecutados o condenados a trabajo esclavo, y la caída de Ucrania conllevó la pérdida del corazón industrial de la URSS. El carbón, el acero, el gas y las menas minerales de la Unión Soviética fueron sustraídos por los alemanes, en su avance hacia Moscú, en el otoño de 1941. Los líderes militares de EEUU y Gran Bretaña estimaron que la URSS no resistiría más allá de tres meses y que incluso podría venirse abajo en cuatro semanas. Se temían que Stalin firmaría la paz unilateralmente. Las perspectivas eran tan desoladoras que Churchill se tragó su tradicional aversión hacia el comunismo y prometió socorrer a la Unión Soviética. Stalin suplicó a los británicos material militar y el desembarco inmediato en Europa para enfrentar a Hitler con un segundo frente.


Y para Occidente, ahora era crucial que la Unión Soviética se mantuviese en la guerra para que absorviera el principal empuje de la maquinaria de guerra nazi. En agosto, Roosevelt ordenó la entrega de los primeros 100 aviones de combate a la URSS. Pero los líderes militares estadounidenses, con la intención de reforzar la defensa de EEUU, impidieron los esfuerzos de Roosevelt. Y los británicos reafirmaron los recelos de Stalin, cuando se opusieron a desviar sus provisiones. Había todavía muchos en Occidente que se alegrarían con franqueza por ver a la Unión Soviética al fin de rodillas. El senador por Misuri Harry Truman declaró en el estrado del Senado en 1941... Si vemos que Alemania está venciendo, deberíamos ayudar a Rusia. Y si Rusia está ganando, deberíamos ayudar a Alemania. Y de esta manera, dejar que maten a tantos como sea posible. Ignorando semejante consejo, Roosevelt, en noviembre de 1941, anunció que EEUU extendería su ayuda a los soviéticos. En marzo de ese año, Roosevelt se las arregló para que la Ley de Préstamo y Arriendo fuera aprobada por un congreso reacio. Después envió los primeros siete mil millones de dólares de lo que acabarían sumando 32 mil millones a Gran Bretaña. Los soviéticos, finalmente, recibirían 11 mil millones. En agosto de 1941, Roosevelt y Churchill mantuvieron un encuentro secreto en Terranova. Un barco emergió de la neblina, y echó amarras codo con codo con el Augusta. Era él H.M.S. Príncipe de Gales. El primer ministro había acudido únicamente para convencer a los Estados Unidos de que se unieran ya a la guerra. Elliott Roosevelt, uno de los hijos de Franklin que estaba presente como agregado militar, describió en su libro un encuentro bien entrada la noche en el que Churchill realizó una súplica brutal. Es vuestra única oportunidad. Tenéis que venir a nuestro lado. Elliot más tarde ayudó a su padre con sus aparatos en las piernas a ir a su camarote. Es un auténtico tory de la vieja escuela, ¿verdad? Es el primer ministro perfecto para tiempos de guerra. Su gran labor consiste en asegurar que el Reino Unido sobreviva a la guerra. Pero ¿Winston Churchill lideró Inglaterra terminada la guerra? Nunca habría funcionado. Hemos de hacer patente a los británicos que desde el primer instante no es nuestra mera pretensión ser unos tontos útiles que pueden utilizar para que el Imperio Británico salga del aprieto y luego olvidarnos para siempre. El Imperio Británico está en la cuerda floja. Algo que no es de conocimiento público, es que los banqueros británicos y alemanes habían tenido al comercio mundial atado y bien atado en sus bolsillos durante mucho tiempo. Aquella noche, Roosevelt explicó con detalle su visión para un mundo nuevo. Creo que hablo como el presidente de los Estados Unidos cuando digo que mi país no ayudará a Inglaterra a que continúe tratando miserablemente a las gentes de las colonias. En el centro de la visión de Roosevelt estaba que la libertad política significaba libertad económica, lo que contrastaba fuertemente con la lógica imperial británica de mantener a las colonias empobrecidas y dependientes de Londres.


El "New Deal" global de Roosevelt crearía un sistema financiero de crédito que permitiría el desarrollo de las colonias. Roosevelt le recordó a Churchill que la relación colonial de EEUU con Filipinas iba a terminarse en 1946, y urgió a los británicos a hacer lo mismo con su imperio, pues ofendía mucho a la sensibilidad estadounidense. Churchill se dió cuenta de que la generosidad de Roosevelt tenía límites, y que el precio de la ayuda estadounidense sería el mundo de después de la guerra. Ansiamos un mundo fundamentado sobre cuatro derechos humanos esenciales. El primero es la libertad de expresión en todos los lugares del mundo. El segundo es el derecho de cada persona para adorar a Dios a su manera en todos los lugares del mundo. El tercero es el derecho a obtener un nivel de vida digno en todos los lugares del mundo. El cuarto es el derecho a vivir sin miedo en cualquier parte del mundo. Se trataba de un gran discurso, pero la carta estatuaria atlántica era un documento verdaderamente útopico que más tarde serviría como manifiesto de guía para las Naciones Unidas... una declaración universal, que no se oía desde la Revolución Francesa o la Rusa, sobre los derechos de los hombres y mujeres de todo el mundo. Ante el temor por la redacción propuesta por Roosevelt, Churchill agregó una cláusula que estipulaba el acceso equitativo de la riqueza internacional sería garantizado "solo con el debido respeto a las obligaciones existentes". Pero, como Elliott Roosevelt escribió... Gradualmente, muy poco a poco, y con mucha discrección, el manto del liderazgo se deslizó de los hombros británicos a los estadounidenses. Al día siguiente, el Príncipe de Gales partió con rumbo "de regreso a las guerras"... los caminos de ambos estadistas se separaron por el momento. Churchill después contó a su gobierno que Roosevelt dijo que haría la guerra pero sin declararla. Todo estaba preparado para provocar un incidente. Ninguno de los dos hombres habría entonces pronosticado que este camino a la guerra pasaría por Japón y no por Alemania. Japón había eludido la guerra nazi contra sus tradicionales enemigos rusos, y, de hecho, había sido marginado por Berlín con la alianza germano-soviética de 1939. En su arrogancia, Hitler, que consideraba a los japoneses una raza inferior, no había intentado de ningún modo confiarles sus planes para la URSS ni ofrecerles ningún territorio por su apoyo en el lejano Oriente. A posteriori, esto tuvo unas enormes consecuencias en el destino del mundo. Si los japoneses hubieran entrado en la guerra contra Stalin, es casi seguro que la Unión Soviética habría sido aplastada. Pero Japón quería, como Gran Bretaña, Alemania e Italia, un imperio colonial de su propiedad. Y aprovechándose del vacío creado por Alemania con la conquista de Francia y Holanda, y la neutralización del poder británico, se abalanzó hacia Indochina en el sur, en julio de 1941, en busca de recursos y bases militares. Los Estados Unidos, que ahora producían la mitad de los suministros de petróleo del mundo respondieron con un embargo absoluto de todo el comercio con Japón, petróleo incluido. Con sus provisiones menguando rápidamente, Japón decidió asegurarse el petróleo a través de las Indias Orientales Neerlandesas, aunque la flota estadounidense en Pearl Harbor podría interferir significativamente en estos planes.


7 de diciembre de 1941, una fecha que recordaremos con infamia. De este modo, Japón lanzó el órdago de un ataque sorpresa contra la base naval de EEUU en Pearl Harbor, Hawái... Dejando casi 2.500 muertos e inutilizando parte de la flota estadounidense. Estados Unidos sabía acerca de un ataque próximo, pero creyeron que sería en Filipinas. No importa cuánto nos lleve triunfar sobre esta invasión premeditada, el pueblo estadounidense con sus honradas fuerzas alcanzará la victoria absoluta. Al día siguiente, Estados Unidos y Gran Bretaña le declararon la guerra a Japón. Aunque sus aliados japoneses ni siquiera le informaron sobre Pearl Harbor, Hitler le declaró innecesariamente la guerra a Estados Unidos, un error que casi equivalía a la invasión de la Unión Soviética. Roosevelt podía ir a una guerra popular contra Japón pero ahora fue aliviado de la enorme carga de romper su promesa al electorado estadounidense. Por fin podría declararle la guerra a Alemania. El caso ahora era global. La estrategia de EEUU consistía en desarrollar un avance gradual en el Pacífico, mientras centraba sus mayores esfuerzos contra los alemanes. La derrota de Japón, argumentó Roosevelt, no se vencería a Alemania, pero la derrota de Alemania implicaría la de Japón. Y con los EEUU centrados en Europa, la conquista de Japón había avanzado en su mayor parte sin impedimentos. Capturaron un sexto de la superficie terrestre en solo seis meses... Tailandia, Malasia, Java, Borneo, las Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Birmania. Ciudadanos de estos países a menudo recibieron a los japoneses como libertadores de sus opresores coloniales europeos... una opinión que sería válida por poco tiempo. El presidente Roosevelt declaró en privado... No piensen ni por un instante que los estadounidenses estarían muriendo en el Pacífico de no ser por la miope codicia de los franceses, los británicos y los holandeses. En otro gran golpe a la causa aliada, Japón noqueó al Imperio Británico en Singapur a principios de 1942. Reino Unido tenía más tropas defendiendo Singapur que la propia Inglaterra. 80 mil soldados de la Mancomunidad, muchos de ellos australianos, que fueron hechos prisioneros. Pero como muestra de los auténticos sentimientos de los pueblos colonizados, de las 55 mil tropas británicas indias hechas prisioneras por los japoneses, 40 mil cambiaron de bando para combatir con Japón. El puerto de Singapur fue obligado a rendirse por las fuerzas japonesas... Si Japón hubiese atacado a las Indias Orientales y se hubiera coordinado con los avances alemanes en Oriente Medio antes de la invasión de la Unión Soviética, el Imperio Británico habría resultado gravemente amenazado en La India. Pero Japón y Alemania, a lo largo de la guerra, nunca se comportaron como aliados estrechos. Japón fracasó en asestar el golpe de gracia en Pearl Harbor. Y los aliados iniciaron una contraofensiva liderada por el general Douglas MacArthur y el almirante Chester Nimitz.


En junio de 1942, las fuerzas estadounidenses derrotaron a la Armada japonesa en Midway y comenzaron la estrategia de ir saltando de isla en isla que continuarían durante más de tres años. Los japoneses combatirían con fiereza, para asegurar que esa victoria se lograría con un gran coste de soldados para Estados Unidos. Pero en 1943, pero EEUU producía en masa casi 100 mil aviones al año, empequeñeciendo a los 70 mil que Japón fabricó en toda la guerra. Para el verano del 44, EEUU había desplegado casi 100 portaaviones en el Pacífico, muchos más que el total de 25 de Japón. La ciencia aliada tenía una posición preeminente en todos los frentes. El desarrollo del radar y la espoleta de proximidad contribuyeron a la victoria, pero fue la bomba atómica lo que cambiaría en curso de la historia. En diciembre de 1938, dos físicos alemanes asombraron a la comunidad científica con la división del átomo de uranio, convirtiendo el desarrollo de bombas atómicas en una posibilidad teórica. Los más alarmados por este acontecimiento en EEUU eran los científicos que habían escapado de la Europa ocupada por los nazis, muchos de ellos judíos, que temían las consecuencias que acarrearía semejante arma en las manos de Hitler. Los científicos emigrados fracasaron en el intento de despertar el interés por parte de las autoridades estadounidenses. Para el departamento de la Armada, estos experimentos de laboratorio parecían no tener importancia inmediata. Muy interesante, doctor. Manténganos informados. Desesperado, en julio de 1939, Leo Szilard solicitó la ayuda de Albert Einstein, quien estuve de acuerdo en dirigirse al presidente Roosevelt para urgirle a autorizar el programa de investigación atómica estadounidense. Einstein diría luego... Cometí un gran error en mi vida cuando firmé la carta al presidente Roosevelt para recomedar la fabricación de bombas atómicas. Al principio, el proyecto era pequeño, pero en septiembre de 1942, los militares se volcaron en el Proyecto Manhattan. El general Groves recibió la orden de obtener resultados de sus superiores. El vicepresidente Wallace, que seguía los progresos científicos de cerca, poseía una pobre opinión acerca de Grove, pues consideraba "que era un antisemita, con un odio patológico hacia Roosevelt, además de un fascista declarado". Sorprendentemente, el hombre que Groves eligió para estar al frente del proyecto del laboratorio de Los Alamos, Robert Oppenheimer, era un izquierdista sin remordimientos que admitió haber sido miembro de toda organización tapadera del partido comunista en la Costa Oeste, al punto, de donar el 10 por ciento mensual de su salario al apoyo de las fuerzas republicanas en España. Aunque opuestos por completo en carácter, Groves, con la ayuda de Oppenheimer, reunió a una camarilla increíble de científicos internacionales, incluidos Enrico Fermi y Leo Szilard, que lograron la primera reacción nuclear en cadena en una batería atómica, construida en la cancha de squash de una universidad de Chicago.


Los científicos trabajaron durante muchas horas en el desierto, con el miedo a una victoria en el último minuto de Alemania en la carrera atómica. Pero a finales de 1944 se supo la verdad, Alemania había abandonado en realidad la búsqueda de la bomba en el 42, optando por implicar en su lugar a sus mejores científicos y recursos en el desarrollo de los misiles V1 y V2. Los científicos estadounidenses, en cambio, siguieron adelante. En el este, la Unión Soviética se hallaba al borde de la catástrofe, con los nazis a punto de tomar Moscú. En septiembre del 41, Stalin rogó a Gran Bretaña que le enviase de 25 a 30 divisiones a la madre patria y una vez más presionó a favor de un segundo frente en el norte de Francia. En el mayo siguiente, Roosevelt reconoció que "los ejércitos rusos están matando a más miembros del Eje y destruyendo más material del Eje que las otras 25 naciones aliadas juntas". Anunció públicamente que EEUU abriría un segundo frente en Europa para finales de 1942. Y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, George Marshall, dio instrucciones al comandante general de Europa, Dwight Eisenhower, para diseñar planes para una invasión de Europa en la primavera del 43 a más tardar. Los soviéticos estaban eufóricos. Pero Churchill se enfrentaba a una crisis enorme en el norte de África. 30 mil tropas británicas acaban de rendirse de manera humillante a una fuerza nazi de la mitad de tamaño. Ante el temor a un baño de sangre en las costas de Francia, indicó que los británicos no podrían hacer acopio de suficientes barcos para transportar a las fuerzas invasoras a través del Canal, y convenció a Roosevelt para posponer el segundo frente y montar en su lugar una invasión en el norte de África. Cuando los EEUU mostraron su acuerdo, Eisenhower predijo que sería el día más negro de la historia. Anteriormente, había dicho: "no deberíamos olvidar que el premio que perseguimos es el de mantener a ocho millones de rusos en la guerra". Para George Marshall, que desestimó la invasión de África por ser "un rincón periférico", le pareció que Gran Bretaña, a diferencia de la Unión Soviética, tenía miedo de enfrentarse con Alemania. Las sombras de la I Guerra Mundial eran todavía una pesada losa en el recuerdo de los ministros de Churchill. Pero los británicos manejaban una estrategia diferente. Confiando en su poderío náutico y mediante un ataque a Hitler por el frente sur, más débil, de Italia, Churchill quería evitar un enfrentamiento directo con la maquinaria de guerra alemana, y conseguir asegurar en su lugar el norte de África y el Mediterráneo en torno a Gibraltar, y luego Oriente Próximo, para conservar sus reservas de petróleo, así como mantener libre el acceso a la India y el resto de su imperio oriental a través del Canal de Suez. La paranoia resultante entre los soviéticos no puede ser infravalorada. Gran Bretaña y Rusia habían sido rivales desde el siglo XIX. Stalin recelaba especialmente de los británicos, y también de los estadounidenses, por su intervención contra los comunistas durante la guerra civil rusa, 20 años antes. Churchill había prometido entonces "estrangular al bolchevismo en su cuna".


Y hasta su pacto de no agresión con Hitler, Stalin aún albergaba el temor a que Churchill y el Imperio Británico pudieran aliarse con la Alemania nazi para lanzar una gran cruzada contra la Unión Soviética. Cazas listos. Bombarderos listos. Artillería en posición. Tanques tripulados. Caballería en posición. Infantería preparada. Más allá de aquellas colinas está el enemigo. Aún contra todo pronóstico y para conmoción de muchos en el mundo, sería el Ejército Rojo por sí mismo el que invertiría el curso de la guerra. Se necesitaría a Tolstói para describir la heroica resistencia de los hombres y mujeres de la URSS que lo hicieron posible. Pocos imaginaron su significado entonces, pero como le sucedió a Napoleón en el invierno de 1812 en Moscú, la estruendosa maquinaria de guerra alemana fue, por vez primera, detenida. Y dado que los japoneses habían marchado hacia el sur, Stalin podía traer de vuelta a Moscú las 40 divisiones siberianas del mariscal Zhúkov. Zhúkov marcó la diferencia. Las pérdidas alemanas aquel invierno rondaron las 400 mil. Mientras tanto, en la capital de Leningrado, una vez llamada San Petersburgo, los alemanes sitiaron la ciudad durante más de 900 días consecutivos, incluidos los inviernos del 41 y el 42. La población de la ciudad en 1941 ascendía a 2,5 millones de personas. Uno de cada tres moriría. Las bombas, el frío, el hambre, la ingesta de sopas preparadas con el pegamento del empapelado, las ratas, u otros camaradas humanos... Esto ocurrió en una proporción mucho más grande de la que ha sido oficialmente admitida. Tal era su orgullo que muchos civiles rehusaron evacuar la ciudad cuando tuvieron oportunidad. El compositor Dmitri Shostakóvich escribió su magnífica sinfonía séptima en honor a este sacrificio, la orquesta continuó tocando durante el sitio hasta que la mayoría de sus miembros abandonaron por el hambre. Los alemanes nunca tomaron Leningrado. Las pérdidas soviéticas rondaron el millón. La mayor parte de la colección artística del famoso Hermitage fue enviada a los Montes Urales. Los soviéticos estaban salvando lo que podían. Muchas cosas fueron incendiadas para no dejar nada a los alemanes. Sin fiarse de que Occidente abriera un segundo frente o enviara mucha más ayuda, Stalin inició ahora la mayor migración forzada conocida en la historia de la humanidad... Evacuó a unos 10 millones de personas hacia el este de los Montes Urales, a Asia central y Siberia, y del Sur a Kazajistán, para reconstruir la URSS en una segunda revolución industrial que igualase a aquélla de los años 20 y 30. Para combatir la maquinaria de guerra alemana se construyeron casi dos mil nuevas fábricas. A continuación, las viviendas. La transferencia de casi toda la economía soviética se consiguió en dos años increíbles, y para 1943, la URSS era igual cualquier potencia industrial de Europa y ahora era capaz de producir más que la propia Alemania. Se construyeron 40 mil tanques T-34, superiores a los pánzeres alemanes. 50 mil aviones Iliushin, los famosos IL-2, que eran superiores de hecho a la Luftwaffe alemana. El acero, el trigo y los minerales que se perdieron en 1941 en Ucrania fueron poco a poco repuestos. La sociedad entera, formada en su mayoría por mujeres y niños, trabajaba en turno de 12 a 18 horas para sobrevivir. Todo por la Madre Rusia. El patriotismo de la gente era extraordinario. Entregaron sus tesoros personales para financiar la guerra... Reliquias, joyas, todo.


Una sociedad entera que se enfrenta a la exterminación de Hitler no tiene más elección que luchar hasta la última de sangre por sus propias vidas y por su país. A finales de 1942, los Estados Unidos estaban, a pesar de los primeros contratiempos, entregaron préstamos y alquileres... Casi dos millones de toneladas de provisiones... Aproximadamente 400 mil camiones, 52 mil jeeps, siete mil tanques, artillería, vehículos de combate, 15 mil aviones, 18 mil armas antiaéreas, y ocho mil vagones de ferrocarril y alimentos. Detrás de las líneas alemanas, partisanos rusos, ucranianos y bielorrusos estaban atacando desde los bosques y cuevas, reventando trenes, interfiriendo el transporte, y saboteando de cualquier manera posible la maquinaria de guerra alemana y enfrentándose con el 10 por ciento de las fuerzas de ocupación alemanas. Los partisanos se convirtieron en un factor indispensable en la victoria última de las tropas soviéticas. Pero las consecuencias fueron devastadoras, los alemanes se enfrentaban cada vez con más actos de terrorismo, y ahorcaban de igual modo a partisanos e inocentes. Nadie sabe cuántos, pero se estima un rango de entre cuatro y ocho millones de ucranianos fueron muertos en la guerra. Y se estima que Bielorrusia perdió un cuarto de su población... al menos 2,5 millones de muertos. Apróximadamente 200 ciudadas y nueve mil pueblos fueron reducidos a cenizas. Se estima que al menos 100 mil partisanos acabaron muertos o desaparecidos. Los generales de Hitler le advirtieron de que una guerra de desgaste más larga era ahora una realidad. Los soviéticos parecían capaces de soportar pérdidas enormes. La victoria para Hitler recaía no solo en aniquilar los pueblos eslavos, sino en obtener los recursos de la Unión Soviética. De ahí que los alemanes, bajo el general Friedrich Paulus, se dirigieran ahora al sur, hacia el puerto de Bakú, rico en petróleo. Los soviéticos, bajo el mariscal Gueorgui Zhúkov, estaban decididos a deternerlos a toda costa. Sin petróleo, el ejército soviético no sería capaz de combatir. La pérdida de Bakú forzaría la rendición de Stalin. Una ciudad se interponía en el camino a Bakú... Stalingrado. Y en el invierno de 1942, el ejército alemán conoció a un semejante al fin. En la mayor batalla de la historia, los soviéticos perdieron más hombres que los británicos o los estadounidenses en toda la guerra. Se estima que murieron medio millón de hombres. Los alemanes perdieron al menos 200 mil de sus mejores tropas, pero probablemente fueron muchas más. El número de muertos civiles es desconocido. Los alemanes pudieron haber destruido Stalingrado, pero nunca pudieron apoderarse de ella. Bajo las estrictas órdenes de Stalin, cualquiera que se retirase o se rindiera sería tratado como un traidor, y su familia víctima de encarcelamiento. Era su temida política de "ni un paso atrás". En Stalingrado, más de 13 mil soldados soviéticos fueron tiroteados por su propio bando. Durante el transcurso de la guerra, 135 mil murieron de esta manera. 400 mil sirvieron en batallones de castigo. Ese año, había todavía cuatro millones de prisioneros en los gulags. Sin embargo, por razones que variaban desde el patriotismo al miedo, Los soldados soviéticos, con el río Volga a sus espaldas, lucharon por las calles, de esquina a esquina, en el más cruel de los inviernos.


En enero de 1943, finalmente se le puso término cuando el general Von Paulus se rindió junto con los restos del sexto ejército. Había comenzado con 300 mil hombres, y ahora 91 mil se habían rendido, de los cuales aproximadamente 9 mil regresarían con vida a Alemania después de la guerra. Se dice que Hitler lloró... Después de 162 días... de la lucha más encarnizada de la historia bélica, se disparó el último tiro. La paz llegó a Stalingrado. Y con sus recursos reestablecidos... Nuevos aviones, nueva artillería... Los soviéticos pasaron ahora a la ofensiva. En Kursk, la mayor batalla de tanques de la historia, derrotaron a los alemanes otra vez... 70 mil alemanes muertos y varias veces ese número de muertos soviéticos. Después de su colosal derrota, el ejército alemán inició una retirada a gran escala en el frente oriental. Toda la leyenda de la invencibilidad nazi ha sido destrozada. Los ejércitos alemanes pudieron ser retirados también. Los ejércitos alemanes pudieron ser derrotados. Las tropas alemanas pudieron ser capturadas. A lo largo de estos años cruciales, los soviéticos combatían a menudo contra más de 200 divisiones alemanas. En contraste, Americanos y Británicos luchando en el Mediterráneo, raramente confrontaban con más de 10 divisiones alemanas. Alemania perdió más de seis millones de hombres luchando contra los soviéticos y aproximadamente un millón peleando en el frente Occidental. Aunque el mito diga que fue Estados Unidos quien ganó la Segunda Guerra Mundial historiadores serios concuerdan en que fue la Unión Soviética y toda su sociedad, incluyendo a su brutal dictador Joseph Stalin quienes con total desesperación y una increíble estoicidad heroica forjaron el gran relato de la II Guerra Mundial... La derrota de la monstruosa maquinaria de guerra alemana. En enero de 1943, sólo días antes de la rendición final alemana en Stalingrado, Roosevelt y Churchill se encontraron en Casablanca, en el Marruecos francés. Stalin no estuvo presente. Había retirado a sus embajadores de Londres y Washington. La alianza estaba en crisis. El ejército rojo se estaba desplazando hacia el oeste contra los alemanes. El impulso había cambiado. La valoración del sacrificio soviético finalmente fue aumentando en los EEUU. Incluso el magnate de los medios Henry Luce, ferviente anticomunista hizo a Stalin hombre del año de la revista "Time" en 1942, alabando su industrialización, afirmando: " los métodos de Stalin son duros, pero funcionan". Otra revista de Luce, "Life", pintó a la Unión Soviética como unos cuasi EEUU, y a sus ciudadanos como "unas gentes extraordinarias que se parecen de un modo extraordinario a los estadounidenses, visten como estadounidenses y piensan como estadounidenses". Su despiadada policía secreta incluso fue descrita como una policía nacional similar al FBI. Capítulo 2 Roosevelt, Truman y Wallace Roosevelt sintió que tenía que hacer algo o se arriesgaba a la ruptura de la alianza. Tanto él como Churchill temían que Stalin pudiese hacer un pacto con Hitler para salvar a la Unión Soviética de una próxima destrucción. Después de todo, ya lo había hecho anteriormente. Pero en muchos asuntos Roosevelt, a diferencia de Churchill, estaba de acuerdo con Stalin.


Ambos buscaban debilitar, volver inocua a la Alemania de postguerra sin industria. Fue el militarismo alemán la causa de tanta agitación en Europa. Tenemos que castrar al pueblo alemán o tratarlos de tal modo, que no puedan continuar engendrando personas que quieran continuar el camino que tomaron en el pasado. Fue en Casablanca donde el presidente anunció una política de "rendición incondicional". Quería enviar un mensaje a Stalin, que los EEUU no descansarían hasta que la Alemania de Hitler fuese destruida. "Rendición incondicional" era una declaración de guerra. No simplemente de los gobiernos enemigos, sino de los propios pueblos alemán y japonés. Lo cual, de esta manera inintencionada, conduciría al bombardeo aterrador de poblaciones civiles, endureciendo la resistencia de estas sociedades, para concluir en la decisión más controvertida de la guerra: el lanzamiento de la bomba atómica sobre Japón. En retrospectiva, se podría argumentar que la declaración de "rendición incondicional" fue uno de los mayores errores cometidos por Roosevelt. Para empeorar las cosas, Roosevelt y Churchill confirmaron en Casablanca la decisión aliada de aterrizar en Sicilia y dejar el norte de África, posponiendo de nuevo el segundo frente en Europa y relegando a sus países a una irrelevancia mayor en el resultado decisivo de la guerra. Esto conduciría a la desastrosa campaña italiana de 1943-45 que consiguió poco aparte de un encarnizado baño de sangre de las tropas aliadas en Sicilia, y masacres como la de la cabeza de playa en Anzio y las cuatro batallas de Montecassino, que pocos daños causaron a los nazis. Con los aliados estancados en Italia, y la suspicacia de los soviéticos sobre las intenciones británicas agrandándose, Roosevelt y Stalin se encontraron 10 meses después de lo de Casablanca por primera vez en Teherán, Irán, en noviembre de 1943. Después de tratar sin éxito de excluir a Churchill del encuentro, Roosevelt aceptó la oferta de Stalin de alojarse en la embajada soviética. Roosevelt encontró a Stalin frío y distante durante los tres primeros días de reuniones y se temía su fracaso. Pero el cuarto día, después de tomarle el pelo a Churchill delante de Stalin acerca de su britanidad y burlarse de sus puros, Churchill, de acuerdo con Roosevelt, enrojeció y frunció el ceño. Y cuantas más burlas, Stalin más sonreía, hasta que al final Stalin estalló en una risa franca y vigorosa a costa de Churchill. Y al poco tiempo, Roosevelt se dirigía a él como "Tío Joe". Se había roto el hielo, y Roosevelt sintió que Stalin y él estaban hablando ahora como hombres y hermanos. Roosevelt reiteró al líder soviético que abriría el tanto tiempo pospuesto segundo frente la próxima primavera. Churchill fue obligado a comprometerse pero aún insistía en que se debería realizar el aterrizaje en el este a través de los Balcanes, para desviar el avance soviético. El primer ministro le está dando muchas vueltas al mundo de posguerra y a cuál será el sitio de Inglaterra. Le espanta permitir que los rusos se hagan demasiado fuertes. Roosevelt indicaba con claridad que concedería una libertad considerable a la URSS para modelar el futuro de Europa oriental y los estados bálticos, pidiéndole a Stalin solamente que implementara los cambios con buen juicio y sin ofender a la opinión mundial.


Roosevelt le había escrito a Stalin una nota personal de compromiso... Los Estados Unidos nunca prestarán su apoyo de ningún modo a ningún gobierno provisional en Polonia que sea perjudicial para sus intereses. Roosevelt realizó significativos e importantes adelantos cuando obtuvo el acuerdo de Stalin para ir a la guerra contra Japón una vez que la guerra contra Alemania finalizara. Exhausto, Roosevelt escribió acerca de la conferencia de Teherán: "hemos hecho un gran progreso". Por emplear un aforismo estadounidense en cierta forma gramaticalmente incorrecto, diría que he "hecho buenas migas" con el mariscal Stalin. Y creo que nos vamos a llevar muy bien con él y con el pueblo ruso, seguro que muy bien. La guerra soviética continuó con una campaña sangrienta en Bielorrusia, seguida por la entrada en Polonia en enero de 1944... el tradicional enemigo fronterizo de Rusia. La reconquista de Polonia y, particularmente, de Varsovia, es un relato trágico y sangriento. Pocos sufrieron tanto como los polacos en esta larga guerra. Seis millones fueron asesinados, de los cuales la mitad eran judíos. Pero la URSS también pagó un fuerte precio para liberar Polonia. 600 mil soviéticos perecieron. Fue aquí donde de hecho se hallaron los primeros campos de la muerte en 1944 por tropas soviéticas, y revelaron al mundo imágenes indiscutibles de la demencia auténtica del régimen de Hitler. Los soviéticos establecieron rápidamente un gobierno amigo en Lublin que aplicó mano dura contra la oposición, desencadenando una guerra civil. Habían ejecutado a los feroces representantes anticomunistas del gobierno polaco en el exilio que se había establecido en Londres. Los occidentales los consideraban demócratas, pero Stalin decía que eran terroristas... Descendientes de los rusos blancos que habían combatido contra la Revolución en la guerra civil rusa de 1919 a 1922. No ajeno él mismo a tácticas terroristas, Stalin, para vencer sobre los odiados anticomunistas polacos de Londres, perpetró la doble atrocidad de matar a miles de oficiales del ejército polaco en el bosque de Katyn en 1940, y después en 1944, ordenó al Ejército Rojo detenerse en las afueras de la capital mientras los alemanes aplastaban el levantamiento de los ciudadanos de Varsovia. Los defensores soviéticos argumentaron que el Ejército Rojo estaba exhausto después de un penoso avance de más de 700 kilómetros durante 45 días, contra las fuertes tropas alemanas, estirando al máximo las provisiones y líneas de comunicación... que necesitaban para salir de servicio. Las diferencias sobre Polonia se convertirían en la única gran fuente de recelos entre EEUU, Gran Bretaña y la Unión Soviética durante y después de la guerra. Pero, para ser justos, muchos occidentales no entendían que el antisemitismo había sido durante mucho tiempo común entre una porción significativa de católicos polacos, o que para Stalin Polonia fuera un asunto de vida o muerte para la Unión Soviética, porque las tierras polacas eran el pasillo a través del cual habían cruzado dos veces los odiados alemanes hacia Rusia en el siglo XX. Por estas razones, Stalin exigió e impuso un gobierno amistoso en su frontera. Para él, no era ni más ni menos lo mismo que Canadá o México para Estados Unidos.


A lo largo del 44 y el 45, Los soviéticos prosiguieron su avance, apoderándose de Rumanía, Bulgaria, Hungría, Checoslovaquia, y con la significativa ayuda de guerrillas de partisanos, Yugoslavia. Metro a metro, a través del este y el sureste europeos, los alemanes combatieron hasta el último hombre. Las ciudades se tornaron fortalezas y fueron reducidas a escombros. Varsovia, Budapest, Viena... Se estima que un millón de tropas soviéticas perecieron en la liberación de estas regiones. Y mientras los soviéticos luchaban en su camino hacia Berlín desde varias direcciones, en el oeste, el 6 de junio de 1944, el aplazado segundo frente se abrió por fin, un año y medio después de la primera promesa de Roosevelt a Stalin. La mayor flota que el mundo había visto nunca, incluyendo once mil aviones y unos cuatro mil barcos. Más de 100 mil tropas aliadas y 30 mil vehículos aterrizaron en las playas francesas en Normandía. Se estima que tres mil hombres murieron en el aterrizaje. Las fuerzas aliadas estaban ahora aproximándose a Alemania tanto desde el este como el oeste. La victoria era inevitable. Un mes más tarde, en julio de 1944, Un suceso clave en el futuro del mundo estaba tomando forma... Se inauguró la convención del Partido Demócrata en Chicago. Con su salud claramente declinando, Roosevelt se aseguró con facilidad la candidatura para un cuarto mandato sin precedentes. Henry Wallace, su vicepresidente, era probablemente el segundo hombre más popular en EEUU, el elegido de la gente para acompañar a Roosevelt. Pero se había creado muchos enemigos con los años. En mayo de 1942, Wallace había pronunciado el aclamado discurso del "hombre común". Algunos han hablado del siglo estadounidense. Yo digo que el siglo en el que estamos entrando, El siglo que saldrá de esta guerra, puede ser y debe ser el siglo del hombre común. No debe haber imperialismo ni económico ni militar. La marcha de la libertad de los 150 años pasados ha sido la gran revolución de los pueblos. Fue la revolución norteamericana... La revolución francesa... Las revoluciones latinoamericanas... La revolución rusa. Todas hablaron en nombre del hombre común. Algunos llegaron a excederse, pero la gente se abrió camino hacia la luz. Hizo un llamamiento para una revolución popular en todo el mundo y para el fin del colonialismo. Su discurso fue recibido con frialdad al otro lado del Atlántico. Churchill encargó a sus agentes secretos en los EE.UU. espiar a Wallace. Wallace detestaba el imperio británico. He dicho sin rodeos que me pareció que la idea de la superioridad anglosajona, inherente en el planteamiento de Churchill, resultaba ofensiva para muchos. Churchill había bebido un poco de whisky, dijo por qué pedir disculpas por la superioridad anglosajona, si eran superiores, que teníamos un patrimonio común que se habían desarrollado en Inglaterra a lo largo de los siglos y que había sido perfeccionado por nuestra constitución. Que Wallace odiaba el imperialismo era universalmente conocido y ampliamente aplaudido. En marzo de 1943, Roosevelt lo envió a Latinoamérica en un viaje de buena voluntad... Encomendándole en secreto reclutar países para la causa aliada. Fue recibido por 65 mil personas en Costa Rica, un 15 por ciento de la población. Más de un millón le aclamó mientras recorría las calles de Santiago de Chile. Al regreso de Wallace una docena de países declararon la guerra a Alemania. Eran más de lo que cualquiera había podido imaginar.


A su vuelta, según una encuesta de Gallup, Wallace era la elección del 57 por ciento de votantes demócratas para suceder a Roosevelt. Pero la oposición a él dentro del partido era enorme. Jesse Jones se alió con un poderoso grupo de jefes del Partido Demócrata, liderado por el tesorero y millonario del petróleo, Edwin Pauley. Unidos por su odio hacia Wallace, su escogido era un hombre al que muchos conocían como el "asistente del presidente". James Byrnes se había criado en el sofocante invernadero de la política de Carolina del Sur, un ambiente en el que la superioridad blanca y la segregación se imponían a todos los demás asuntos. Fue una de las fuerzas impulsoras detrás del bloqueo a una ley federal contra los linchamientos en 1938. Después de ganarse un nombre desbaratando sindicatos en el sur, Byrnes se convirtió en un poderoso senador. Si querías que algo se hiciera en el Capitolio, tenías que hablar con Jimmy Byrnes. Para 1943, el clima en Washington había cambiado. Se acabó el "New Deal", y Roosevelt apartó a Wallace del departamento de economía de guerra e hizo responsable a Byrnes de la nueva oficina de movilización de guerra. Pero Wallace todavía contaba con un apoyo poderoso... El trabajador estadounidense. Hoy, pocos se acuerdan de que la Segunda Guerra Mundial conoció más huelgas de trabajadores organizados que ningún otro periodo de la historia de EEUU. Sólo en 1944 un millón de trabajadores fueron a la huelga en un momento u otro. La guerra había revitalizado el capitalismo estadounidense. Los beneficios empresariales ascendieron de 6,4 mil millones en 1940 a 10,8 mil millones en 1944. En resumen, la guerra era un buen negocio. Pero a pesar del incremento de los beneficios empresariales, los salarios de los trabajadores fueron congelados. Como resultado, una oleada de huelgas sacudió el país. Estadounidenses contra estadounidenses... Un trágico espectáculo en estos momentos críticos en los que la unidad es esencial para preservar la democracia. Detroit fue la ciudad clave en el "arsenal democrático" de Roosevelt. Un gran arsenal de democracia. Muchas familias afroamericanas emigraron al norte en busca de trabajo en las fábricas de armas. La tensión racial pronto se intensificó. Un manifestante protestó... Preferiría ver a Hitler e Hirohito vencer, antes que trabajar junto a un negrata en la cadena de montaje. En junio, la violencia estalló, exacerbada por los policías de la ciudad, casi todos blancos. Acudieron tropas federales para restaurar el orden... con munición real. 34 personas murieron en los disturbios... 25 de raza negra. Wallace fue a Detroit para evaluar los daños. Quedó horrorizado. "No podemos luchar para aplastar la brutalidad nazi en el extranjero... y tolerar disturbios raciales en casa". Años más tarde, el líder de los derechos civiles Martin Luther King se haría eco de sus observaciones en referencia a la guerra de Vietnam. En 1944 los influyentes líderes sindicales Sidney Hillam y el escocés Phil Murray, como manifiesto de su absoluta confianza en Wallace, le habían cogido aversión a que nuevos hombres como Byrnes se hicieran con el poder en Washington. Pero las fuerzas contrarias a Wallace indicaron al presidente que si Wallace repetía su candidatura a la vicepresidencia el Partido se rompería. El presidente no respondería a su ultimátum. Esquivó la cuestión por un tiempo.


Eleanor Roosevelt le recordó que Wallace había estado allí a su lado desde el principio, como compañero de ideal. Pero la actitud del presidente hacia Wallace permaneció siendo un enigma. Envió a Wallace a evaluar el frente olvidado de la guerra...China. El aliado de EEUU Chiang Kai-shek había estado luchando contra Japón desde principios de 1930, y con su mujer, la influyente Madame Chiang, que se había educado en EEUU, mantenían fuertes lazos con los conservadores estadounidenses. Wallace, no obstante, observaba el creciente poder del ejército comunista de Mao Zedong y no estaba seguro acerca del futuro de Chiang. Su último informe fue considerado demasiado controvertido y eliminado. A su vuelta, Wallace fue convocado de inmediato a una reunión con el presidente. La candidatura sería el objeto de debate. Era el momento que Wallace había estado temiendo. Su afecto hacia mí parecía genuino por completo, porque lo recuerdo tirando de mí hacia abajo para que su boca quedara junto a mi oreja y decirme: "Henry, espero que seamos el mismo viejo equipo." Cuando se inauguró la convención, él esperaba ese apoyo. Pero cada vez más enfermo, el presidente, desde San Diego, solo envió una nota. Franklin Delano Roosevelt decía: "Si yo fuera un delegado en esta convención, votaría por Henry A. Wallace". A pesar de estas palabras, el golpe fue cruel. El presidente no estaba dispuesto a dar la cara por su vicepresidente. Pero Wallace seguía siendo el favorito. Los trabajadores comunicaron al presidente que el revienta-huelgas de Jimmy Byrnes era inaceptable. Estaba eliminado. Desesperados, los jefes del Partido, liderados por Edwin Pauley, Robert Hannegan, Ed Flynn, Ed Kelley y otros, necesitaban un sustituto de última hora. Y se decidieron por el senador Harry Truman, de Misuri, un hombre de capacidades limitadas, pero con pocos enemigos. Un graduado con estudios secundarios, que había estado involucrado en tres negocios fallidos. Había servido con honores en la I Guerra Mundial. Su aventura empresarial más ambicioso, una mercería, se hundió en 1922. Y en 1933 escribió... Mañana cumpliré 49 años, pero por todo el bien que he hecho, los 40 bien podrían quedar atrás. Un año más tarde, el líder político de Kansas City, Tom Pendergast, después de haber sido rechazado por sus cuatro primeras preferencias, escogió al cincuentón Truman como candidato para el senado. Cuando se le preguntó el porqué, Pendergast contestó... Quiero demostrar que una máquina bien engrasada podría enviar a un chico de los recados al senado. Apartado por la mayoría de senadores, que lo rechazaban por ser "senador por Pendergast", y tras fracasar en obtener el apoyo de Roosevelt en su campaña de reelección, Truman trabajó duro para lograr respeto en su segunda legislatura en el senado. Pero una encuesta de Gallup el día de la inauguración mostraba que el 65 por ciento apoyaban a Wallace como vicepresidente... Jimmy Byrnes tenía el 3 por ciento de los votos, y Truman, en octava posición, el 2 por ciento. Cuando Wallace llegó a la convención, los líderes sindicales Hillam y Murray habían asistido. Los simpatizantes de Wallace se contaban por miles. Murray, con un marcado acento escocés, le gritó a los suyos: "¡Wallace! ¡Eso es! ¡Sigue pisando fuerte!" El futuro debe traer el mismo sueldo para el mismo trabajo independientemente del sexo o la raza.


El discurso de Wallace fue constantemente interrumpido por aplausos. El canto de "Queremos a Wallace" llenó el auditorio. ¡Queremos a Wallace! ¡Queremos a Wallace! ¡Queremos a Wallace! Alguien robó los altavoces e hizo sonar la canción de campaña de Wallace con su estribillo: "¡Iowa, Iowa, es el lugar donde crece alto el maíz!" Furioso, Ed Pauley amenazó con quitar el sonido a los amplificadores. El voto victorioso era casi una conclusión ineludible... La victoria de Wallace estaba asegurada. El senador de Florida Claude Pepper se dio cuenta de que de que si salía el nombre de Wallace en la candidatura esa noche, Wallace arrasaría en la convención. Luchó de estaba manera entre la multitud para conseguir el micrófono. Pero los jefes estaban exigiendo ya al presidente de la sesión, Samuel Jackson, que la suspendiera. Gritaban que el caso suponía un peligro de incendio. Sin saber qué hacer, Jackson sometió a votación la suspensión. Unos pocos dijeron que "sí", pero la abrumadora mayoría un "no" retumbante. Aun así, Jackson tuvo el descaro de anunciar que el voto por la suspensión se había impuesto. Fue un escándalo. La confusión llenó el auditorio. Pepper había alcanzado el primer escalón del escenario, sólo a metro y medio... probablemente nueve segundos... del micrófono, antes de la suspensión obligada por los jefes en contra de la voluntad de los delegados. Si hubiera podido nominar a Wallace en aquellos momentos, no cabe duda de que Henry Wallace habría sido elegido vicepresidente de forma casi unánime. "Lo que yo entendí", escribió Pepper, "fue que, para bien o para mal, la Historia se había puesto patas arriba aquella noche en Chicago". Samuel Jackson se disculpó con Pepper al día siguiente, y Pepper escribió en su autobiografía que Jackson le dijo: "Recibí instrucciones estrictas de Hannegan para no dejar que la convención nominase al vicepresidente hasta la última noche". Hillman y Murray juntaron a la misma gente para volver al día siguiente y contemplar la victoria. Pero durante aquella noche, Edwin Pauley y las fuerzas contrarias a Wallace se unieron detrás de Harry Truman. Los tratos fueron cortados. Posiciones ofrecidas... Embajadas, puestos de Jefes de Correo. Pagos en efectivo. Los jefes convocaron a todos los presidentes estatales, para decirles que Roosevelt quería al senador por Misuri como vicepresidente. Bob Hannegan se las arregló para nombrar candidatos a 16 "hijos predilectos" y alejar así votos de Wallace, para después canalizar esos votos hacia Truman. Incluso así, al día siguiente, cuando la votación comenzó, Las cosas empezaban a inclinarse hacia la opción de Wallace de nuevo. Iowa, el mayor estado agrícola de la Unión, entrega a la convención y al Partido Demócrata a su ilustre y distinguido hijo Henry A. Wallace, para esta nominación a la vicepresidencia de los Estados Unidos. ¡Queremos a Wallace! ¡Queremos a Wallace! ¡Queremos a Wallace! Cuando la primera votación terminó, Wallace sacó 429 votos frente a los 319 de Truman. Entonces, la segunda votación se puso en marcha, y ahora los pactos acordados por los jefes saltaron a la palestra. Jackson anunció que la segunda votación comenzaría de inmediato... Por lo tanto, no se admitirían nuevas candidaturas. La policía del alcalde Kelley impidió la entrada en el auditorio a miles más de seguidores de Wallace. Pero lo que estaban dentro empezaron sus cántidos del día anterior... Intentando ahogar el procedimiento.


Wallace empezó la segunda vuelta firmemente en cabeza, pero gradualmente perdió terreno con Truman a medida que los candidatos designados por Hannegan transferían sus votos a Truman, uno por uno. Truman venció. Se acabó. Supongo que ésta es sólo otra causa perdida, señor Paine. Ninguno de ustedes sabe nada sobre causas perdidas. El Sr. Paine, sí. En una ocasión afirmó que eran las únicas por las que valía la pena luchar. Y él luchó por ellas una vez. Y tiene mi respeto por eso. Y usted sabe que su lucha por las causas perdidas es más dura que por las otras. Sí, usted incluso moriría por ellas. Piensan que he perdido. Todos ustedes piensan que he perdido. Pues bien, ¡no he perdido! ¡Me voy a quedar justo aquí para luchar por esta causa perdida! Incluso si esta sala se llena de mentiras como ésas y los Taylor y todos sus ejércitos marchan sobre este lugar, alguien me escuchará. Henry Wallace, aceptando su derrota, prometió ser leal a la candidatura de Roosevelt y Truman y se comprometió a permanecer en el gobierno. Hoy, enterrados por el relato tradicional de la II Guerra Mundial, los hechos de la convención demócrata de 1944 han sido en su gran medida olvidados. Cambiarían, sin embargo, el curso de la historia. El hombre que pudo haber sido presidente ahora sólo podía observar desde la barrera el desarrollo de los acontecimientos. Otros acuerdos salieron adelante detrás de las cortinas en este año crítico. Desconfiado del optimismo de Roosevelt en Europa, Churchill voló a Moscú en octubre de 1944 para reunirse a solas con Stalin. Basándose en la experiencia previa del aislamiento de EEUU después de la I Guerra Mundial, ningún líder creía en serio que las tropas estadounidenses permanecería en Europa después de la guerra. De ahí que fuera vital para Churchill apuntalar la posición británica tan sólidamente como fuese posible. En el dorso de la hoja de un borrador Churchill propuso una influencia compartida que cada país ejercería en la Europa de la posguerra. La URSS obtendría un 90 por ciento de Rumanía, y el 75 por ciento de Hungría y Bulgaria. Yugoslavia sería repartida al 50-50, pero Gran Bretaña se quedaría con el 90 por ciento de Grecia. Grecia era vital para la posición británica en el Mediterráneo... Próxima a Egipto y al estratégico Canal de Suez, a través del cual provenía el comercio que mantenía con vida al Imperio... Desde África oriental a través de Oriente Medio, el Oriente Próximo, y hasta el corazón del imperio... La India, la joya de la corona, y más allá, hasta el Lejano Oriente, donde Singapur volvía a ser británica. Aunque Churchill quería una Polonia no comunista, la verdad es que Polonia se quedó fuera de la agenda porque Churchill estaba más preocupado en salvaguardar el poder británico. Stalin cogió la hoja y realizó una amplia comprobación con un bolígrafo azul antes de devolvérselo. Churchill señaló... ¿Podía no estar pensando algo tan cínico si pareciese que habíamos eliminado estas cuestiones tan fatídicas para millones de personas de una manera tan brusca? Quememos el papel.


Pero Stalin urgió a Churchill a conservar el histórico borrador, que Churchill denominó el "documento sinvergüenza". Con cámaras por vez primera, Stalin acudió al aeropuerto para desear a sus invitados un buen viaje. Ésta era exactamente la clase de trato oculto que Roosevelt tenía la intención de prevenir. En una conferencia de prensa en 1944 había dicho sobre el Gambia británico en África occidental, el cual había visitado el año anterior... "Es la cosa más terrible que he visto en toda mi vida. Los nativos se encuentran 5 mil años por detrás de nosotros. Los británicos llevan allí desde hace 200 años. Por cada dólar que Gran Bretaña ha introducido en Gambia, ha sacado 10. Es lisa y llanamente una explotación". Roosevelt se pronunció en repetidas ocasiones a favor de unas administraciones fiduciarias tras la guerra que prepararía a las colonias para la independencia. Una de ellas sería Indochina, sobre la que insistía en no devolver a Francia tras la guerra, como Churchill y el líder francés en el exilio, Charles de Gaulle, exigían. Roosevelt le dijo a Cordel Hull, su secretario de Estado en 1944, que "Francia ha tenido el país... de 30 millones de habitantes... durante casi un siglo, y la gente está peor de lo que estaban al principio". Churchill le dijo a su número dos, Anthony Eden, a finales del 44... No debe haber cuestiones que nos exhorten o seduzcan a hacer declaraciones que afecten a la soberanía británica en ninguno de los dominios o colonias. Nuestro lema es: "No metas tus narices en el Imperio Británico", que no se debe ver debilitado o mancillado para complacer a los sentimentalistas comerciantes ingleses o extranjeros de ningún tipo". Los británicos desembarcan en Grecia. Los soldados británicos han regresado a Grecia. Y la histórica Atenas, antigua capital de la libertad, aguarda con impaciencia su liberación. Churchill envió tropas británicas a Atenas para reprimir a los partisanos izquierdistas y comunistas que habían liderado la resistencia clandestina contra los nazis y ahora combatían por el poder contra las fuerzas reaccionarias que querían restaurar la monarquía. Pero el pueblo griego no quería intercambiar a los nazis por el viejo monarca. Los combates callejeros se propagaron por toda la capital griega. Churchill ordenó a sus hombres que tratasen Atenas como una ciudad conquistada. El general británico Scobie trajo bombarderos en picado. Stalin, sin embargo, rechazó respaldar a los partisanos, y le entregó una ganga a Churchill. Se sabe que Roosevelt dijo... "¡Cómo se atreven los británicos a hacer tal cosa! Qué lejos que llegarán para aferrarse al pasado". Con la victoria amaneciendo en Europa, Roosevelt, Stalin y Churchill se reunieron por segunda y última vez en Yalta, junto al Mar Negro, a principios de febrero. A la Unión Soviética le angustiaba su propia seguridad. Gran Bretaña preservaba su imperio. EEUU quería la ayuda de los soviéticos para concluir la guerra en el Pacífico, y el apoyo a una economía mundial abierta al comercio y la inversión con EEUU, y el establecimiento de unas Naciones Unidas que preservaran la paz nueva. Los médicos de Roosevelt le rogaron que no acudiera a Yalta. El presidente estaba más débil cada día, pero su gran espíritu le impulsaba hacia delante. Ha sido una guerra global, y ya hemos empezado a construir una paz global. No había tiempo que perder. Y aunque sus posturas sobre Alemania no concordaban, los tres grandes pactaron el desarme completo, la desmilitarización y el desmembramiento de Alemania.


Dividirían el país conquistado en cuatro áreas militares, una de ellas controlada por Francia. EEUU todavía tenían una carta importante que jugar... la asistencia económica de posguerra para ayudar a los soviéticos a reconstruir su destrozado país. Se estableció una comisión de reparaciones basada en un cálculo estimado de 20 mil millones de dólares, de los que la mitad irían a la Unión Soviética. Ésta era la zanahoria. Polonia fue el tema de siete de las ocho sesiones de Yalta. Básicamente, los tres líderes aceptaron un gobierno polaco de unidad nacional provisional, lo cierto es que era un vago intento de incorporar a los líderes democráticos polacos en el exilio. El jefe del Estado Mayor de la Armada, William Leahy, un veterano de la Guerra hispanoestadounidense y de la I Guerra Mundial, advirtió a Roosevelt... Esto es tan elástico que los rusos pueden estirarlo todo el camino desde Yalta a Washington técnicamente sin romperlo. - Roosevelt estaba de acuerdo. - Lo sé, Bill. Lo sé. Pero es lo mejor que puedo hacer por Polonia en este momento. En verdad, Estados Unidos y Gran Bretaña habían perdido su baza con el fallo de no abrir el segundo frente hasta muy avanzada la guerra. Así que al finalizar el día, FDR no había cedido nada en Yalta que Stalin no tuviera ya. Por otra parte, Stalin no tenía prisas para instituir el cambio revolucionario, después de todo. Como en Grecia, reconoció que los comunistas, aunque con frecuencia habían jugado un papel destacado en los movimientos de resistencia contra los nazis, representaban un elemento minoritario en la mayoría de esos países liberados. Nunca había compartido el entusiasmo de Trotski por el comunismo internacional, había apuntado una vez que el comunismo le sentaba a Polonia como a un cristo dos pistolas. Serían estos conflictos, principalmente sobre Polonia, los que al final harían trizas las alianzas. Pero lo más importante para Roosevelt era que Stalin se comprometió de forma definitiva para unirse a la guerra contra Japón tres meses después de concluir la guerra en Europa. Todavía restaban cerca de dos millones de soldados japoneses en China. Y sin la ayuda soviética, la guerra se perpetuaría indefinidamente. A cambio, Roosevelt y Churchill prometieron incentivos territoriales y económicos que en esencia restaurarían lo que Rusia había perdido contra Japón en su guerra de 1904-05. Adicionalmente, los tres grandes alcanzaron algunos acuerdos sobre las Naciones Unidas, que estaban listas para reunirse en abril del 45, y un sistema de administraciones fiduciarias para tratar con los territorios coloniales liberados. Aunque quedaban muchos flecos en lo tocante a los imperios británico y francés en Indochina, África y Asia. Las noticias sobre Yalta prendieron la mecha de un optimismo que no se había conocido desde hacía décadas. El ex presidente Herbert Hoover se refirió a la conferencia como "una gran esperanza para el mundo". El corresponsal de guerra de la CBS William Shirer, que luego sería el autor del afamado bestséller "Auge y caída del Tercer Reich", la catalogó como un "hito en la historia de la humanidad".


Roosevelt regresó triunfante. Dirigiéndose al congreso por primera vez sin pararse sobre sus abrazaderas, hizo un llamamiento para la aceptación de los resultados. Como los inicios de una estructura permanente de paz sobre la cual podemos empezar a construir, Dios mediante, ese mundo mejor en donde nuestros hijos y nietos, los de ustedes y los míos, los hijos y nietos de todo el mundo, deban y puedan vivir. Para Franklin Delano Roosevelt, fue una conclusión espectacular para una vida espectacular. El tratado de Yalta sería controvertido para siempre y Roosevelt seria atacado injustamente por capitular ante Stalin. Y en las semanas venideras, los desacuerdos con los soviéticos emergieron acerca de Polonia y otros temas. Pero Roosevelt nunca perdió la esperanza, y en su último telegrama a Churchill escribió... Yo podría minimizar el problema soviético tanto como fuera posible, porque estos problemas de una forma u otra parece que crecen cada día y la mayor parte de ellos se arreglan. Roosevelt realmente pensó que él viviría para fortificar la paz. Pero menos de dos meses más tarde después de 12 años en el puesto, su gran, gran corazón finalmente se rindió. cuando murio por un ataque cerebrovascular masivo. El presidente más longevo de la historia americana, Franklin Roosevelt vio el país en sus momentos más duros, la gran depresión y la gran guerra. Sin él, la paz de la posguerra alcanzada en Yalta entre los imperios británico y estadounidense y los soviéticos no se podía mantener. Entre esos gigantes, el nuevo presidente estadounidense era una sombra de su predecesor, y él lo admitió abiertamente. Mientras la nación se viste de luto, Harry S. Truman se convierte en presidente, el 70º americano. En su primer día en el despacho, un grupo de reporteros preguntó cómo iba el trabajo y Truman contestó... Muchachos, si rezan, recen por mí. No sé si alguna vez les ha caído encima una carga de heno, pero cuando me contaron ayer lo que había pasado, sentí como si la luna, las estrellas y todos los planetas hubiesen caído sobre mí. Tengo el trabajo de más responsabilidad que jamás ha tenido un hombre. Cuando un reportero exclamó, "buena suerte, Sr. Presidente", Truman respondió... "Ojalá no me lo hubiese dicho". No era falsa humildad por parte de Truman. Sólo había sido vicepresidente durante 82 días y sólo había hablado dos veces con Roosevelt. Pero ni Roosevelt ni ningún otro se habían molestado en informar al casi ignorado vicepresidente de que los EU estaban construyendo el arma más poderosa de la historia. El 15 de abril, Truman y Wallace, que se había quedado como Secretario de Comercio en el Gabinete, esperaban al tren funeral en la Estación Union Washington. Había otro hombre con ellos... Jimmy Byrnes, el viejo mentor de Truman de su época en el senado que había apadrinado al chico de Missouri en la época en que la mayoría de senadores le evitaban como a un politicastro de Pendergast. Impresionado por el hecho de que Byrnes hubiese acompañado a Roosevelt a Yalta, aunque descubrió más tarde que había abandonado pronto la conferencia y no había estado en las discusiones importantes, Truman llegó a pedir consejo a Byrnes antes que a nadie.


Byrnes dio a Truman su primer verdadero informe sobre la bomba atómica, que describió como un explosivo lo bastante potente para destruir el mundo entero lo que "muy bien nos pone en posición de dictar nuestros propios términos al final de la guerra". No especificó exactamente a quiénes dictarían los EEUU esos términos. Con gran humildad, hago un llamamiento a todos los estadounidenses para ayudarme a mantener nuestra nación unida en defensa de esos ideales que han sido tan elocuentemente proclamados por Franklin Roosevelt. Éste resultó ser un momento crucial en la historia del mundo. Y mucho de ello ha sido olvidado, pero es muy digno de ser revisitado. El primero en ver a Truman tras la muerte de Roosevelt el 13 de abril fue el Secretario de Estado Edward Stettinius. El ex Presidente de la Junta de U.S. Steel había tenido muy poca influencia con Roosevelt. Pero para Truman, Stettinius pintaba un retrato de decepción y perfidia soviéticas, diciendo que la G. Bretaña de Churchill aún sentía eso con más intensidad. Y Churchill no tardó en confirmar esa opinión tanto por telegrama como mediante una rápida visita a Washington de su Secretario de Asuntos Exteriores Anthony Eden. El embajador británico en los EEUU, Lord Halifax, evaluó a Truman, diciendo que el nuevo presidente era "un mediocre honrado y diligente, un chapucero, un aficionado bienintencionado" rodeado de amigos "de la categoría del Tribunal de Distrito de Missouri". Esa tarde Truman se encontró con Jimmy Byrnes. Admitiendo su abyecta ignorancia, suplicó a Byrnes que le hablase de todo "desde Teherán a Yalta" y "de todo lo habido y por haber". Byrnes accedió gustosamente. En una serie de encuentros, Byrnes reforzó el mensaje de Stettinius de que los soviéticos estaban rompiendo sus acuerdos de Yalta y suplicó a Truman que fuese, ante todo, intransigente con ellos. Truman dejó clara su intención de nombrar a Byrnes Secretario de Estado tan pronto como Stettinius pusiese en marcha las Naciones Unidas. En esta atmósfera, el embajador en la Unión Soviética Averell Harriman, habiendo regresado a toda prisa de Moscú, advirtió de que los EEUU se estaban enfrentando a una "invasión bárbara de Europa" y urgió a Truman a mantenerse firme y decirle al Ministro de Asuntos Exteriores Molotov en Washington que "no toleraríamos presión alguna en la cuestión polaca". Tan pronto como los rusos tenían control de un país, dijo Harriman, la policía secreta venía y aniquilaba la libertad de expresión. Pero aclaró que los soviéticos no se arriesgarían a romper con los EEUU porque deseaban desesperadamente la ayuda de reconstrucción de posguerra que Roosevelt les había prometido. Truman enmascaró su limitada comprensión de los asuntos con jactancias y bravatas, diciéndole a Harriman que no esperaba conseguir el 100 por 100 de lo que quería de los rusos, pero esperaba obtener el 80 por ciento. Es importante destacar que algunos de los críticos más vociferantes de la Unión Soviética compartían una procedencia social similar y un odio profundo hacia lo que oliese a socialismo. Harriman era el hijo de un magnate del ferrocarril que había fundado Brown Brothers Harriman. James Forrestal había hecho una fortuna en Wall Street. Stettinius había sido Presidente de la Junta de la corporación más grande del país.


Se habían reunido con banqueros internacionales enormemente ricos, abogados de Wall Street y Washington, y ejecutivos de empresa que principalmente habían heredado o forjado sus riquezas durante los años de entreguerras. Esos hombres darían forma a la política de posguerra de los EEUU e incluían a Dean Acheson, Robert Lovett, John Mccloy, John Foster and Allen Dulles, Nelson Rockefeller, Paul Nitze, y el presidente de General Motors Charles Wilson, quien como director del consejo de producción de guerra había dicho que los EEUU necesitan una "economía de guerra permanente". Aunque habían servido a Roosevelt, tenían de hecho poca influencia sobre él. Oponiéndose a este punto de vista contrario a los soviéticos estaban los veteranos, el Secretario de Guerra, Henry Stimson, el Jefe Militar de Estado Mayor, el General George Marshall, y el ex vicepresidente Henry Wallace. El Almirante William Leahy hizo notar de nuevo la flexibilidad del tratado de Yalta y la dificultad de alegar mala fe sobre esa base. De hecho dijo, tras Yalta, que se habría sorprendido si los rusos hubiesen actuado de modo distinto al que hicieron. Marshall, al que la revista "Time" había nombrado "hombre del año" de 1943, afirmaba que una ruptura con los soviéticos podría ser desastrosa dada la dependencia de los EEUU de ellos para ayudar a vencer a Japón. El Secretario de Guerra conservador, Henry Stimson, que había luchado contra los indios Ute en el siglo 19 y al que aún le gustaba ser llamado "el coronel", tenía una larga experiencia en las costumbres del mundo. Cuando fue confrontado por los problemas de adquisición por la fuerza, explicó que la URSS había sido un aliado digno de confianza, a menudo ofreciendo más de lo prometido, especialmente en asuntos militares. Recordó al presidente la importancia de Polonia para Rusia y dijo... Los rusos probablemente están siendo más realistas respecto a su propia seguridad que nosotros. Él había notado previamente que Rusia... Antes de 1914 había poseído toda Polonia, incluyendo Varsovia, en lo que respecta a Alemania y que no estaba pidiendo su restitución. Añadió que, fuera de EEUU y Gran Bretaña, muy pocos países compartían la visión occidental de las elecciones libres. No obstante, en su primer encuentro con el Ministro de Asuntos Exteriores Molotov el 23 de abril, 11 días después de la muerte de Roosevelt, Truman tardó poco en acusar a los soviéticos de haber roto su tratado de Yalta, particularmente en Polonia. Cuando Molotov intentó explicar el tratado de Yalta polaco desde el punto de vista de Stalin, Truman desestimó sus aclaraciones. Cuando Molotov planteó otros asuntos, Truman chasqueó los dedos... Eso será todo, Sr. Molotov. Agradecería que transmitiese mi punto de vista al Mariscal Stalin. En mi vida me han hablado de ese modo. Cumpla sus acuerdos y no le hablarán así. Molotov abandonó furioso la sala. Tras la reunión, Truman se jactó... Fui al grano. Le eché una buena bronca. Fue un uno-dos directo a la mandíbula. Su intimidación al Ministro de Asuntos Exteriores soviético probablemente conjuró imágenes de los 1,62 metros de estatura de John "Peanuts" Truman, el padre del presidente, quien, tiempo


atrás en Missouri, escogía luchar con hombres 30 cm. más altos que él para mostrar lo duro que era. Quería esa misma dureza en sus hijos Y la encontró en Vivian, el hermano menor de Harry. A Harry, sin embargo, se le diagnosticó globo ocular plano y fue forzado a llevar gafas de culo de vaso. No podía practicar deportes y era acosado por los demás chicos, que lo llamaban "cuatro ojos" y "mariquita" y lo perseguían hasta su casa después de clase. Cuando llegaba tembloroso a casa, su madre lo consolaba diciéndole que no se preocupase porque de todas formas estaba predestinado a ser una chica. Los asuntos de sexo lo atormentaron durante años, Solía referirse a sus características femeninas y atributos. Las privaciones económicas se sumaron a sus infortunios. Ya sin "mariquitez", ahora demostraba que podía plantar cara a los líderes de la segunda nación más poderosa del mundo. Su padre, cuya aprobación luchó para ganar sin éxito cuando vivía, ahora se habría sentido orgulloso de él. Stalin, sintiéndose traicionado, no perdió el tiempo y telegrafió a Truman al día siguiente, insistiendo en que Roosevelt había acordado que el gobierno polaco pro soviético formaría el núcleo del nuevo gobierno. Añadió que no sabía si los gobiernos de Bélgica o Grecia eran realmente democráticos, pero no armaría un escándalo porque eran vitales para los intereses británicos. Fueron palabras duras. Y donde la apertura de las Naciones Unidas en San Francisco dos días después el 25 de abril debería haber sido ocasión de celebrar una nueva era de paz internacional, fue arruinada por la tensión entre los aliados. La petición rusa de tener un gobierno pro soviético asentado para representar a Polonia fue rechazada. Tras eso las relaciones continuaron deteriorándose rápidamente. Consciente de que sus tácticas de mano dura no habían producido los resultados deseados, Truman se reunió dos veces con Joseph Davies, el ex embajador en la Unión Soviética. Siendo un abogado empresarial conservador, había sorprendido a los críticos liberales por simpatizar con el experimento soviético. Davies advirtió a Truman que los soviéticos siempre habían sido "quisquillosos para la reciprocidad entre aliados". Así que aceptaron los gobiernos impuestos por Gran Bretaña en África, Italia y Grecia pese a que ellos no representaban las fuerzas anti fascistas en esos países, porque comprendieron que eran "intereses vitales" para EEUU y Gran Bretaña. Y esperaban una consideración similar para sus intereses vitales de seguridad en Polonia. Davies notó de qué modo fundamental había cambiado la relación en los últimos seis meses con los británicos actuando como instigadores, y advirtiendo que si los rusos decidían que EEUU y Gran Bretaña estaban "uniéndose en su contra", responderían mostrando la misma determinación ante Occidente que al hacer concluir el pacto de 1939 con Hitler cuando quedó claro que Occidente no los ayudaría a parar a los nazis. Pero aseguró a Truman que "cuando se les acercan con generosidad y amabilidad, los soviéticos responden con una generosidad incluso mayor". Davies aceptó preparar una reunión entre Truman y Stalin.


En ese mismo mes crucial, pocos días después de la muerte de Roosevelt, los soviéticos habían armado 3 legiones de dos millones y medio de hombres para tomar Berlín y acabar para siempre con el Reich de los 1000 años de Hitler. Pero increíblemente los alemanes aún fueron capaces con todas sus pérdidas, de organizar una enorme defensa de un millón de hombres con bunkers fortificados, aviones, artillería. Los reclutas más fanáticos en este terrible ocaso de los dioses: niños soldados. Fue la última resistencia del Tercer Reich. La batalla fue sangrienta. Murieron 80.000 soldados rusos, y al menos 300.000 bajas, luchando de calle en calle. Berlín cayó en cuatro días. Hitler y su amante de mucho tiempo Eva Braun se casaron y al día siguiente se suicidaron. Buscando venganza por el expolio de la URSS, y bastante impelidos por haber sido testigos de la liberación de los campos de concentración de Majdanek, Sobibor, Treblinka y Auschwitz de camino a Berlín, los soldados soviéticos actuaron brutalmente contra los alemanes conquistados. Stalin no hizo nada para detenerlos. Pero cuando los informes empezaron a llenar las ondas de radio mundiales de vastas hordas de soldados soviéticos violando a su paso por Alemania, llegaron órdenes desde lo más alto para parar, y las violaciones pararon. Las historias continuaron... Fueron violadas hasta dos millones de mujeres, afirman algunos. En unas pocas semanas más de 100.000 buscaron atención médica por violación. Como parte del plan previsto de Roosevelt y Stalin para volver inofensiva a Alemania, funcionarios soviéticos durante los primeros meses enviaron 100.000 vagones de material de construcción y algunos bienes personales de vuelta a Rusia, algunos para ayudar a reconstruir la destrozada economía, y algunos, como pieles, cuadros, oro y joyas, para propósitos puramente monetarios. Pero como resultado, la percepción mundial de la endurecida Unión Soviética fue que era una bárbara y brutal nación semi asiática invadiendo lo que una vez fue parte de la Europa civilizada. La definición de "empatía" en el diccionario es... La proyección imaginaria o la capacidad de entender los sentimientos o las ideas de otros. Pero Truman no parecía capaz de comprender el dolor y el sufrimiento del pueblo soviético o sus motivaciones. Roosevelt, un hombre que había sufrido de polio durante su vida, había comprendido que la guerra había sido ganada por el sacrificio soviético y que ahora la paz dependía del respeto mutuo. Incluso Churchill había admitido que el ejército soviético precipitó el destripar de la máquina militar alemana. Stalin era un tirano, indudablemente... Un dictador despiadado y paranoico que despreciaba el concepto estadounidense de democracia, pero que también seguía la tradición de los zares más crueles. Claramente había conseguido llevarse bien con Roosevelt, y había, de acuerdo con varios testigos de alto nivel, mantenido la palabra dada a Roosevelt. Deseaba desesperadamente que las relaciones amistosas con los EEUU continuasen. Pero mientras la guerra fría disminuía, los laureles de la victoria de la URSS sobre la Alemania nazi fueron robados, o más bien, olvidados. Pasarían otros 20 años hasta que otro presidente de los EEUU y veterano, John Fitzgerald Kennedy, que había vivido toda su vida con cierto grado de dolor y con la posibilidad de la muerte, homenajease la contribución soviética en la Segunda Guerra Mundial.


Ninguna nación en la historia de la guerra sufrió más que la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Al menos 20 millones perdieron sus vidas. Incontables millones de hogares y familias fueron quemados o saqueados. Un tercio del territorio de la nación, incluyendo dos tercios de su base industrial, fue convertido en un yermo... una pérdida equivalente a la destrucción de la parte de este país que se halla al este de Chicago. Alemania se rindió oficialmente el 7 de mayo. La guerra en Europa ha terminado. Final e incondicionalmente nuestros enemigos alemanes se han rendido a Rusia, a Gran Bretaña y a su Commonwealth, a EEUU, a los millones que lucharon con sus corazones y sus almas, a los pueblos de todas las naciones libres. Mientras el día de la victoria en Europa era celebrado por todo el mundo, significaba también que los soviéticos, según lo acordado en Yalta, entrarían en la guerra del Pacífico hacia el 8 de agosto... casi tres meses antes del uno de noviembre, la fecha de inicio para la planeada invasión aliada del territorio de Japón. Cuando Truman y Byrnes, ahora nombrado Secretario de Estado, se reunieron con Stalin y Churchill en la conferencia más importante de la Segunda Guerra Mundial en Potsdam en un suburbio de Berlín, esperaban noticias de las pruebas atómicas secretas en el desierto de Alamogordo. Truman había desplazado el comienzo de la cumbre a dos semanas a mediados de julio y esperaba que la bomba podría ser probada antes de que comenzasen las negociaciones con Stalin. En el desierto, Robert Oppenheimer dijo, "estábamos sometidos a una presión increíble para tenerla lista antes de la conferencia de Potsdam". Al final, desde la perspectiva de Truman, valió la pena la espera. El 16 de julio, mientras Truman visitaba el Berlín bombardeado 3361752 3365535 y preparaba el encuentro del día siguiente con Stalin, los científicos hacían explotar la primera bomba atómica. Excedió todas las expectativas. Algunos científicos temieron incluso que de hecho habían incendiado la atmósfera. Groves telegrafió los resultados preliminares a Stimson, que se precipitó a informar a Truman y a Byrnes. Estaban eufóricos. Sabían que tenían una cita con el destino. Creo que vamos a ir adelante muy bien con el Mariscal Stalin. El pueblo americano siempre ha tenido agallas y siempre las tendrá. ¡Queremos a Wallace! ¡Queremos a Wallace! ¡Queremos a Wallace! Aceptaré los resultados de esta convención Como el comienzo de una estructura permanente de paz. Nuestra demanda ha sido, y sigue siendo, rendición incondicional. Hace poco tiempo, un avión americano dejó caer una bomba sobre Hiroshima Y destruyó su utilidad al enemigo. Los japoneses iniciaron la guerra por el aire en Pearl Harbor. Han saldado las cuentas de múltiples formas. Pero el fin aún no llega. Destruiremos sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No habrá ningún error. Destruiremos por completo as capacidades japonesas para hacer la guerra. Es una bomba atómica. Saca provecho de la forma de energía básica del universo. Fue el 6 de agosto de 1945. La guerra en Europa había terminado tres meses antes el 8 de mayo. El 1 de noviembre se avecinaba la Operación Downfall... la invasión del archipiélago japonés, supervisada por el general Douglas MacArthur.


Muchos se temían un baño de sangre en cuanto los estadounidenses enfrentaran a una población civil hostil y fanática, así como a las fuerzas armadas restantes del Imperio de Japón. El clima para la guerra contra Japón estaba determinado por el odio profundo que los estadounidenses sentían hacia los japoneses. El historiador Allan Nevis, ganador del premio Pulitzer, escribió después de la guerra: "Es probable que en toda nuestra historia, ningún enemigo haya sido tan odiado como lo fueron los japoneses". El almirante William "Bull" Halsey, comandante de las Fuerzas del Pacífico Sur, fue tristemente célebre a este respecto, pues urgía a sus hombres a matar a los "monos amarillos" y a "conseguir algo más de carne de mono". Nosotros venimos del mono, pero ellos aún son monos. Un artículo de la revista "Time" afirmaba "El irracional japo común es ignorante. Tal vez sea humano, aunque nada indique que así sea". El embajador británico en Washington informó a Londres que los estadounidenses veían a los japoneses como una "masa anónima de alimañas". Cuando el famoso corresponsal de guerra Ernie Pyle fue transferido desde Europa al Pacífico en febrero del 45, observó... En Europa, sentíamos que nuestros enemigos, aún siendo horrorosos y terribles, todavía eran personas. Pero aquí pronto deduje que los japoneses eran considerados de la misma manera que las cucharachas o los ratones para mucha gente. Parte de este sentimiento puede ser atribuido sin duda al racismo. Pero el rencor hacia los japoneses creció como la espuma con el ataque sorpresa a Pearl Harbor. Y a principios de 1944, el gobierno hizo pública información sobre el trato sádico a los prisioneros estadounidenses y filipinos durante la Marcha de la Muerte de Bataán dos años antes. Informes sobre la atroz crueldad japonesa... Torturas, crucifixiones, castraciones, desmembramientos, decapitaciones, la quema y enterramiento de personas vivas, vivisecciones, prisioneros que eran clavados en árboles y usados para ejercicios prácticos de bayoneta... inundaron los medios de comunicación. Incluso el fanatismo del presidente Truman era muy anterior a los informes sobre la brutalidad japonesa. Cuando era joven y cortejaba a su futura esposa, escribió... Creo que un hombre es tan bueno como los demás, con tal de que sea sincero y decente y no sea negro o amarillo. El tío Will dice que el Señor creó al hombre blanco del polvo, al negro del barro, y después lanzó lo que quedaba y de ahí salieron los amarillos. Para ser justos, Truman era producto de su época y su lugar. Su biógrafo, Merle Miller, declaró... En privado, el señor Truman siempre decía "negrata". Al menos, siempre lo decía cuando él y yo hablábamos. Este racismo predominaba cuando el presidente Roosevelt en febrero de 1942 firmó una orden ejecutiva que requería la evacuación de unos 110 mil japoneses y japo-estadounidenses de California, Oregón y Washington sobre la base de que "representaban una amenaza para la seguridad nacional".


El 70 por ciento de ellos eran ciudadanos estadounidenses, pero aún con unos pocos defendiendo sus derechos constitucionales, fueron ubicados finalmente en diez campos diferentes, a los que con frecuencia se referían en ese tiempo como campos de concentración. Las condiciones allí eran deplorables. Con ausencia de agua corriente, instalaciones sanitarias, escuelas decentes, cabañas aislantes y tejados apropiados. Trabajaban bajo el sol abrasador del desierto por una paga minúscula. A los evacuados solo se les permitía llevar lo que pudieran cargar consigo y algunos codiciosos occidentales aprovecharon la oportunidad para apoderarse de las propiedades de su vecino a una fracción de su valor real. Se estima que los japoneses perdieron unos 400 millones de dólares en bienes personales. Que serían más de cinco mil millones de dólares hoy día. La determinación de los japoneses para enfrentarse a la derrota fue legendaria. En febrero y marzo de 1945, Después de cinco semanas de combate en Iwo Jima, casi 7 mil marineros y marines estadounidenses fueron muertos y más de 18 mil heridos. - ¡Stryker! - ¿Sí, señor? El coronel ha ordenado que icemos esta bandera tan pronto como la cima esté asegurada. - Asegúrese de que lo hacen. - A la orden, señor. Encuentre algo que podamos utilizar de estandarte y la izaremos. Incluso la estrella hollywoodiense John Wayne caería víctima. Bueno, Conway, veo que lo consiguió. Sí, supongo que aquella vocecita se equivocaba. Me siento mejor. Yo también me siento mucho mejor. De hecho, nunca me había sentido tan bien en mi vida. ¿Te apetece un cigarrillo? *Los primeros en luchar por el derecho y la libertad* *luego para mantener limpio nuestro honor, somos...* ¡Está bien! ¡Ensillad! ¡Regresamos a la guerra! *los marines de Estados Unidos.* En Okinawa, la batalla más sangrienta del Pacífico, más de 12 mil estadounidenses resultaron muertos o desparecidos y más de 36 mil heridos. Murieron 100 mil soldados japoneses y una cifra equivalente de habitantes de Okinawa. Muchos de ellos se suicidaron. A los estadounidenses les escandalizaban sobremanera los 1.900 ataques de kamikazes que hundieron 30 barcos y causaron daños a 360 navíos. Los soldados japoneses combatían por el emperador, a quien muchos adoraban como a un dios. Creían que si se rendían, deshonrarían a sus familias, pero la muerte en el campo de batalla les supondría el mayor de los honores. Todos los planes militares estaban de acuerdo en que una invasión resultaría costosa. Pero el debato sobre cómo de costosa se ha propagado por décadas. El 18 de junio, Marshall le dijo a Truman que no esperaba que fuesen más de 31 mil bajas. La moral de EEUU descendería radicalmente a causa de la II Guerra Mundial. Los bombardeos de áreas urbanas eran conocidos ya en la I Guerra Mundial, cuando los europeos se bombardeaban ciudades unos a otros.


Y, en justo reconocimiento, EEUU había condenado con contundencia el bombardeo japonés de ciudades chinas en 1937. En el 39, a comienzos de la guerra, Roosevelt imploró a los combatientes a abstenerse del salvajismo inhumano en que consistía el bombardeo de ciudades indefensas. Pero a mediados de la década de 1940, Grandes ciudades tales como Barcelona, Madrid, Shanghai, Pekín, Nankín, Varsovia, Londres, Rotterdam, Moscú, Leningrado, Budapest, Viena, Colonia, Berlín, y muchas otras habían sido gravemente bombardeadas. Alemania había emprendido ataques mortíferos sobre ciudades británicas, y los británicos respondieron con miles de formaciones aéreas sobre objetivos urbanos en Alemania. Cuando el general de la Fuerza Aérea de EEUU, Curtis Lemay, llegó a Inglaterra en 1942, La estrategia aérea determinaba objetivos alemanes para bombardear con precisión industrias clave y redes de transporte en grandes ataques a plena luz del día. Pero la tripulación estaba siendo acribillada Aterrorizados por sus vidas, algunos pilotos simplemente abortaron sus misiones y regresaron a la base. La moral estaba a punto de colapsarse. Lemay impartió una orden estricta a sus aviadores. Nuestro ratio de abortos es demasiado elevado. La culpa es del miedo. Por lo tanto, yo estaré en el avión director de estas misiones. Si algún equipo de los que despeguen no alcanza su objetivo será sometido a un consejo de guerra. ¡Atención! Puedo decirte ahora una razón por la que creo que has estado teniendo mala suerte. Lo vi en vuestras caras la noche pasada. Y lo veo ahora. Habéis estado mirando demasiado al aire últimamente y creéis que os merecéis un descanso. Para abreviar: sentís pena por vosotros mismos. Bien, yo no tengo demasiada paciencia para esta historia de por qué estamos luchando. Estamos en una guerra, una guerra con disparos. Tenemos que luchar. Y algunos de nosotros tendremos que morir. No estoy intentando deciros que no tengáis miedo. El miedo es normal. Pero dejad de preocuparos por ello y por vosotros mismos. Dejad de hacer planes. Olvidad el volver a casa. Consideraros muertos. Una vez que aceptáis esa idea, no será tan duro. Ahora, si cualquier hombre no puede soportarlo, Si alguno se considera a sí mismo como alguien especial con un don especial para esconderse y estar a salvo, es mejor que se aclare sobre esa idea ahora mismo. Porque no lo quiero en este grupo. Estaré en mi oficina en cinco minutos. Podéis verme allí. El ratio de abortos cayó hasta cero. Pero incluso así, Lemay proyectó revisar la estrategia, frustrado por las restricciones de las bombas convencionales. Su inspiración vino de los británicos, y en especial del infame Sir Arthur "Bomber" Harris, que no realizaba distinciones entre objetivos militares y civiles. En febrero de 42, gracias a la mente maestra de Harris, pasaron de ataques precisos aunque peligrosos durante el día a nefastos e imprecisos bombardeos nocturnos sobre superficies que asesinaban civiles indiscriminadamente. EEUU se había opuesto en el pasado a tales masacres, pero ahora se habían cambiado las tornas en cuanto a los bombardeos. Los británicos durante la noche y los estadounidenses por la noche. En julio del 43, bombarderos británicos, Harris entre ellos, destruyeron la ciudad alemana de Hamburgo, ocasionando incendios de mayor altitud que el Empire State Building.


Lemay creía que él podía hacerlo incluso mejor. Y en noviembre del 43, la Fuerza Aérea de EEUU destruyó Münster. Era el principio de una nueva guerra. En la noche del 13 de febrero de 1945, la bella ciudad de Dresden en el río Elba, llena de refugiados que huían del Ejército Rojo, desapareció de la faz de la Tierra. 25.000 fueron asesinados por bombarderos británicos por la noche, seguidos de la fuerza aérea de Estados Unidos la mañana siguiente. El valor militar de la ciudad era escaso. El coste de las superficies bombardeadas por los aliados en Europa fue mayúsculo en términos de hombres y materiales, representando casi una cuarta parte de todo el esfuerzo bélico británico, y mucho del estadounidense. ¿Pero valió la pena? Los bombardeos disminuyeron los índices de crecimiento de la producción armamentística alemana. Y se cobraron su peaje en la moral civil, pues se estima que mataron a más de medio millón de civiles alemanes, italianos y franceses. Y obligó a la Luftwaffe a desviar fuerzas para defender el continente, y hacerlo inalcanzable para el frente soviético. Pero la autodefensa y la reparación de daños puede que les costara a los alemanes menos que a los aliados inflingir ese daño. Más de 79 mil estadounidenses e igual número de tripulantes aéreos británicos murieron en combate. Incluso Churchill se preguntaba en voz alta en 1943, "¿Somos bestias? ¿Estamos llevando esto demasiado lejos?" Para mediados de abril, simplemente no quedaba nada que mereciera la pena destruir en Alemania. Lemay argumentó... Tienes que matar personas. Y cuando hayas matado suficientes, dejarán de pelear. A finales de 1944, el hombre a quien los japoneses conocían como "Lemay el Demonio" fue transferido al Pacífico donde bombardeó civiles japoneses con una ferocidad nunca antes atestiguada en los anales de la guerra. Más explícito que el bombardeo de superficie británico, Lemay lo denominó: "bombardeo del horror". En ese año, los EEUU estaban capturando cada vez más territorios ocupados por los japoneses Acercando Japón al alcance de los bombarderos. Y la noche del 9 de marzo de 1945, Lemay envió 330 aviones sobre Tokio, la capital imperial... Portaban bombas incendiarias, a base de napalm, termita, fósforo blanco, y otros materiales inflamables. Tokio era una concentración milenaria de bambú y madera. La llamaban la Ciudad de Papel. Los B-29 destruyeron más de 40 mil kilómetros cuadrados, mataron a 100 mil civiles y se estima que dejaron a más de un millón de personas sin casa. Este infierno al rojo vivo, provocó que los canales hirvieran, que los metales se derritieran, y que la gente estallara en llamas de manera espontánea. El hedor a carne quemada era tan intenso que los tripulantes vomitaban dentro de sus aviones. El ataque sobre Tokio sería conocido como la obra maestra de Lemay. Dijo... Enredar la moral con lo que estamos haciendo... es una locura. Se estima que la Fuerza Aérea de EEUU bombardeó de hecho hasta 100 ciudades japonesas, algunas carentes de importancia militar, cobrándose medio millón de vidas apróximadamente.


Casi nadie se opuso a las masacres de civiles japoneses a causa de los bombardeos. Fue, como un general de brigada dijo: "una de las matanzas más despiadadas y bárbaras de no combatientes en toda la historia". La destrucción alcanzó el 99,5 por ciento de la ciudad de Toyama. El ministro de Guerra Henry Stimson comunicó a Truman su deseo de evitar que EEUU adquiriera la reputación de haber superado en atrocidades a Hitler. Visto a través del prisma de la espantosa destrucción provocada por los bombardeos del horror de Lemay, la bomba atómica puede entenderse como un escalofriante, y lógico, siguiente escalón. Pero a medida que se acercaba lentamente, muchos científicos empezaron a echarse atrás. Leo Szilard y otros comprendieron que, implícitamente, la bomba que estaban construyendo era un prototipo primitivo de lo que estaba por venir. Szilard, el ganador del premio Nobel de Química Harold Urey, y el astrónomo Walter Bartky intentaron verse con Truman para advertirle contra la utilización de la bomba. Pero se les desvío a Carolina del Sur para que hablasen con Byrnes, cuya respuesta dejó paralizado a Szilard. El sr. Byrnes sabía entonces, como también lo sabía el resto del gobierno, que Japón sería en esencia derrotado. Estaba mucho más preocupado por la propagación de la influencia rusa en Europa y por que nuestra posesión y demostración de la bomba convertirían a Rusia en más manejable. Leslie Groves también admitió que, en su cabeza, Rusia había sido siempre el enemigo. Nunca, alrededor de las dos semanas desde el momento en que me hice cargo del proyecto, ninguna ilusión por mi parte de que Rusia fuera nuestro enemigo, y el proyecto se conducía sobre esta base. En junio, científicos del Laboratorio Metalúrgico de Chicago escribieron un borrador de informe en el que avisaban de que un ataque nuclear sobre Japón no solo destruiría la posición moral de Estados Unidos, sino que instigaría una carrera armamentística nuclear con la Unión Soviética. El informe también señalaba que dado que la bomba no era ningún secreto, la Unión Soviética pronto se situaría al mismo nivel. Cuando los agentes de seguridad prohibieron su distribución, Szilard escribió el borrador de una petición a Truman firmada por 155 científicos del proyecto. Pero Robert Oppenheimer evitó que se distribuyera en Los Alamos y previno a Groves, para que se asegurase de que la petición no llegara a Truman. Los agentes de seguridad de Grove habían estado desarrollando una vigilancia exhaustiva sobre Szilard a lo largo de la guerra. En un momento determinado, Groves había catalogado a Szilard de "enemigo inmigrante" y solicitó que fuera recluido mientras se prolongase la guerra. En mayo del 45, El general Marshall apoyó la sugerencia de Oppenheimer de compartir información con científicos soviéticos. Y también propuso invitar a observadores soviéticos a la prueba, pero Byrnes vetó esa idea por completo, en cualquier caso. La utilización de la bomba parecía ahora inexorable, imparable. Y vendría a una mente apocalíptica en Potsdam, en julio, donde los tres grandes discutían sobre la forma del mundo posterior a la guerra. Era el lugar perfecto para revelar la existencia de la bomba. El marco de la conferencia era raro y fantasmal. Tropas soviéticas ocupaban la destrozada capital berlinesa.


Truman dijo que su principal razón para acudir a Potsdam era garantizar la entrada de la URSS en la guerra del Pacífico, una promesa de que Stalin estaba preparado para dar otra vez. Truman escribió en su diario... Entrará en la guerra con los japos el 15 de agosto. El fin de los japos cuando esto suceda. La inteligencia alidad coincidía en sus informes... Que ya estaba claro para la mayoría que los japoneses habían sido vencidos ya. Hacia finales de 1944, la armada japonesa había sido diezmada, su fuerza aérea debilitada estrepitosamente, los sistemas de transporte por ferrocaril destrozados, los suministros de comida reducidos, la moral pública caída en picado. Tras la derrota de Alemania, el ejército ruso comenzó a congregarse en Siberia en enormes grupos, preparados para la invasión de Manchuria, ocupada por los japoneses, a principios de agosto de 1945. En febrero de ese año, el príncipe Konoe, El ex primer ministro le había escrito al Emperador... En mayo, el Consejo Supremo de Guerra de Japón decidió tantear a los soviéticos sobre los términos para la paz. No solo querían mantener a la URSS fuera de su guerra, sino comprobar también si los soviéticos podían podían ayudarles a obtener mejores condiciones de los estadounidenses para la rendición. Se trataba de una negociación delicada, pero la inteligencia estadounidense había estado interceptando cables japoneses desde el comienzo de la guerra. Y el 18 de julio un cable desde Tokio, dirigido al embajador japonés en Moscú, que perseguía acordar los términos para la rendición, decía inequívocamente que "la rendición incondicional es el único obstáculo para la paz". Truman, sin equívocos, lo describió como el "telegrama del emperador japo solicitando la paz". Forrestal se fijó en los indicios del deseo japonés de acabar la guerra. Stimson describió las maniobras japonesas para la paz. Byrnes señaló los sondeos de Japón sobre la paz. Todos sabían que los japoneses estaban acabados. El fin estaba cerca. Y varios de los asesores próximos a Truman le urgieron para que cambiara la rendición incondicional para indicar que Japón podría mantener a su emperador y acelerar el final de la guerra. Para el pueblo, el Emperador era una figura sagrada, y el núcleo del sintoísmo. Verlo colgado como a Mussolini en Italia o humillado en un consejo de guerra sería más de lo que podrían soportar. El mando de MacArthur informó que: "ahorcar al Emperador sería para ellos comparable a la crucifixión de Cristo para nosotros. Todos lucharían hasta la muerte como hormigas". Pero Jimmy Byrnes le dijo a Truman que él sería políticamente crucificado si el régimen imperial se mantenía. Una vez más, su consejo prevaleció. Truman y Byrnes creían que tenían un modo de acelerar la rendición japonesa con los términos de EEUU y sin la ayuda soviética, negándole así a la URSS las concesiones territoriales y económicas prometidas por Roosevelt. Truman había retrasado el comienzo de Potsdam durante dos semanas, para darle tiempo a los científicos a preparar la prueba de la bomba. Funcionó. Stimson le entregó la noticia. La conferencia se inició justo al día siguiente. Más tarde leyó el informe completo. La prueba fue aterradora, casi superaba toda comprensión. El comportamiento de Truman cambió por


completo. Churchill se quedó anonadado por la transformación. No podía entenderlo. Era un hombre distinto. Le dijo a los rusos dónde tenían que entrar y salir y mangoneó toda la reunión en general. El 24 de julio, Truman informó a Stalin de que Estados Unidos estaba en posesión de una nueva arma de una fuerza destructiva inusual. Sr. Presidente, recuerdo que le dijo a Stalin en Potsdam que teníamos la bomba atómica. - Sí - ¿Pareció impresionado - en aquel momento? - No, no lo creo. Entendió bien de qué le estaba hablando. Le dije que habíamos descubierto un explosivo tremendamente poderoso y proponíamos su utilización para terminar la guerra con Japón. Y él sonrió y dijo que estaba muy contento de escucharlo, luego la conversación se acabó y yo me fui por mi lado y él por el suyo. Pero Truman era ingenuo a este respecto. Klaus Fuchs, un hombre de convicciones ideológicas que formaba parte de la misión científica británica en Alamogordo, había entregado información técnica relativa a la bomba a sus superiores soviéticos. Stalin ya sabía cuándo había sido programada la prueba y ya le habían hablado de su éxito. Anthony Eden, el ministro de Exteriores británico, se fijó en que la respuesta de Stalin a Truman fue un asentimiento con la cabeza y un "gracias" entre dientes. Al parecer, una vez que se marchó de la conferencia, Stalin llamó al jefe de la policía secreta, Beria, y le abroncó por no haberle hablado del éxito de la prueba antes que Truman. El ministro de Exteriores Andréi Gromyko informó de que cuando Stalin regresó a su segunda residencia, comentó que los estadounidenses utilizaría su monopolio atómico para dictar ahora las condiciones en Europa. Pero que él no se rendiría ante ese chantaje. Ordenó a las fuerzas militares soviéticas que aceleraran la entrada en la guerra asiática y ordenó a los científicos soviéticos que aceleraran el ritmo de su investigación. El comportamiento de Truman en Potsdam reafirmó la creencia de Stalin de que EEUU intentaba acabar rápido la guerra, para incumplir sus promesas sobre concesiones en el Pacífico. El 25 de julio, Truman aprobó una directiva firmada por Stimson y Marshall en la que ordenaba la utilización de la bomba atómica contra Japón después del 3 de agosto tan pronto como la metereología lo permitiese. Byrnes y él esperaban que el gobierno japonés rechazara la declaración de Potsdam, que fracasó en otorgar concesiones sobre el Emperador. Estados Unidos incluso vetó el deseo de Stalin de firmar la declaración. Incluir la firma de Stalin le habría mandado a Japón la señal de que la Unión Soviética estaba a punto de implicarse en la guerra. Fue un compartamiento increíblemente engañoso de EEUU tanto hacia los japoneses como hacia la URSS. Mientras avanzaban las horas hasta que la bomba atómica estuviera preparada para su empleo, la ausencia de la firma soviética animaba a los japoneses a continuar sus inútiles


esfuerzos diplomáticos que desde mayo de ese año intentaban alejar a los soviéticos de la guerra, sabedores de que la entrada de su gigantesco ejército aplastaría al Imperio Japonés. Stimson, que tenía serios recelos sobre la utilización de la bomba... se refería a ella como "la espantosa, la horrible, la diabólica"... En numerosas ocasiones trató de convencer a Truman y Byrnes para dar seguridad a los japoneses respecto a su emperador, pero fue un ejercicio inútil. Cuando Stimson se quejó a Truman de que estaba siendo ignorado, Truman le dijo a su anciano y débil ministro de Guerra que si no le gustaba, podía hacer las maletas e irse a su casa. A pesar de que Truman con cierto orgullo siempre aceptó la responsabilidad de su decisión, Groves, que redactó el borrador de la orden final para lanzar la bomba, sostenía que Truman en realidad no tomó la decisión. Hasta donde a mí me incumbe, su decisión fue la de no interferir. En esencia, una decisión de no alterar los planes existentes. Truman no dijo ni que "sí" ni que "no". Describió a Truman desdeñosamente como un chiquillo en un tobogán. La actitud de Truman sobre todo esto era misteriosa. Aunque a veces amenazara con la bomba como si fuese una baza con la que intimidar a Stalin, entendía también que era en verdad una espada de Damocles que pendía sobre toda la humanidad. En su diario de Potsdam escribió... Hemos descubierto la bomba más terrible de la historia del mundo. Puede tratarse del fuego destructor profetizado en la antigua Mesopotamia, después de Noé y su maravillosa arca. Seis de los siete oficiales con cinco estrellas de EEUU que recibieron su última estrella en la II Guerra Mundial declararon que la bomba era moralmente censurable, o militarmente incesaria, o ambas cosas a la vez. Eisenhower dijo... Así que luego Stimson me contó que íbamos a lanzarla sobre los japoneses. Le escuché. No le ofrecí nada porque después de todo, mi guerra estaba en Europa y no dependía de mí. Pero estaba en contra por dos cuestiones. Primero, los japoneses estaban listos para rendirse, y no era necesario golpearlos con algo tan horrible. Segundo, odiaba ver que nuestro país era el primero en utilizar semejante arma. El general MacArthur, comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en el Pacífico, consideraba que la bomba era innecesaria por completo desde un punto de vista militar. Después diría que los japoneses se habrían rendido en mayo si EEUU les hubiera dicho que podrían mantener al Emperador. La oposición era lo suficientemente conocida como para que Groves impusiera el requisito de que todos los comandantes de EEUU en el campo eliminaran todo comunicado sobre los bombardeos con el departamento de Guerra. Después de tres años de tensión máxima... No queríamos que MacArthur y otros dijeran que la guerra podía haberse ganado sin la bomba. Irónicamente, poco después de que la guerra terminara, El general Curtis "Demonio" Lemay dijo... Incluso sin la bomba atómica y sin la entrada de los rusos en la guerra, Japón se habría rendido en dos semanas. La bomba atómica no tuvo nada que ver con el fin de la guerra. El comité del blanco había seleccionado un número de sitios en territorio japonés. Stimson descartó Kyoto, la antigua capital cultural, que se salvó de su destino con la fuerte oposición de Groves. Al final, se decidió que fuera la ciudad de Hiroshima. Deliberadamente, se


había librado del daño de los bombarderos de Lemay. He ahí donde EEUU podría exhibir su nuevo arma. El 6 de agosto, a las 2:45 a.m., Tres B-29 despegaron de la isla de Tinian hacia Japón. El avión director, el Enola Gay, portaba la bomba de uranio Little Boy. El piloto Paul Tibbets le puso al avión el nombre de su madre. Seis horas y media después, el Enola Gay divisó su objetivo. La ciudad condenada descansaba en el silencio del sol que todo lo inundaba temprano en la mañana. Los 300 mil civiles de Hiroshima, 43 mil soldados, y 45 mil trabajadores esclavos coreanos daban comienzo a su jornada. El blanco era un puente próximo al centro urbano. A las 8:15, cumpliendo lo programado, El enorme avión arrancó el bombardeo a 31 mil pies, a una velocidad de 530 kilómetros por hora. Cuando la bomba era liberada, el avión viró violentamente para alejarse tanto como fuera posible de la explosión. En el último minuto, una ráfaga de viento empujó la bomba dirigiéndola hacia el hospital de Shima en uno de los extremos del puente. La bomba cayó casi 8 kilómetros hasta los 610 metros y entonces las dos masas de uranio se juntaron a la velocidad de la luz y se convirtieron en energía. El avión, ahora a 15 kilómetros de distancia resultó maltrecho por la onda expansiva. La bola de fuego se expandió hacia el exterior Envolviendo el densamente poblado centro de la ciudad. Su intenso calor y onda expansiva impulsada hacia afuera hizo añicos edificios y quemó todas las ruinas. La bomba destruyó totalmente un área que se extiende alrededor de 2 kilómetros en todas las direcciones. Una hora y media más tarde, desde casi 650 kilómetros de distancia, la tripulación podía mirar hacia atrás, sin dejar de ver el hongo atómico alzándose hasta los 12 mil metros o más. En el hipocentro, donde la temperatura alcanzó los 3.000 grados centígrados, la bola de fuego redujo a la gente a montones de negra escoria humeante en una fracción de segundo una vez que sus órganos internos se evaporaron. Decenas de miles de personas murieron en el acto ... Se calcula que 140.000 habían muerto antes de finales de año y 200.000 en 1950. Los EE.UU. oficialmente informaron que sólo 3.243 tropas japonesas murieron. Entre las víctimas había 23 prisioneros de guerra estadounidenses. Algunos de los cuales sobrevivieron a la explosión sólo para ser golpeado hasta la muerte por supervivientes de la bomba. Cuando la bomba explotó en Hiroshima, Truman, a bordo del Augusta, había ido de un miembro a otro diciéndoles la gran noticia como un pregonero. Truman: Este es el hecho más grande de la historia. En respuesta a esto, el trabajador católico seglar y pacifista, Dorothy Day, escribió ... Hemos matado a 318.000 japoneses. Mr. Truman estaba exultante. El presidente "Tru-man", "Verdadero-Hombre" ¡Qué nombre tan extraño, ahora que lo pienso! Nos referimos a Jesucristo como el verdadero Dios y verdadero hombre. Truman es un verdadero hombre de su tiempo En eso estaba exultante. Pero los japoneses no se rendían. Stalin, en honor a su promesa a Roosevelt Y después de trasladar un millón y medio de hombres al frente oriental, atacó a Japón el 9 de Agosto en tres frentes de Manchuria.


La lucha fue sangrienta. El ejército de Kwantung fue arrasado prácticamente. Las estimaciones van hasta los 700.000 japoneses muertos, heridos y capturados. Stalin también atacó en Corea y en las islas Kuriles y en la isla Sajalín. Este evento enorme, ha sido casi olvidado en la historia, Porque más tarde esa mañana del 9 de agosto, antes de que Japón hubiera tenido tiempo para reaccionar ante la invasión soviética, Estados Unidos lanzó su segunda bomba, Una bomba de plutonio implosiva apodada Fat Man, en la ciudad de Nagasaki. Que irónicamente estalló sobre la mayor catedral católica en Asia, con una fuerza de 22 kilotones, 40.000 murieron de inmediato. De ellos, sólo 250 soldados. Henry Wallace escribió de Truman y Byrnes en su diario el 10 de agosto, un día después de lo de Nagasaki... Es obvio que la actitud de Truman, Byrnes, y tanto los departamentos de la marina y la guerra, estarán a favor de continuar la guerra eventualmente. Stone: Sin embargo, ni el anuncio de Nagasaki o el informe falaz del ministro del Ejército Anami de que los EE.UU. tenían 100 bombas atómicas más, puso a Tokio más cerca de rendirse incondicionalmente. Después de todo, las ciudades japonesas habían resultado aniquiladas a lo largo de 1945. 200 aviones y miles de bombas o bien un avión y una bomba no parecían hacer una diferencia notable. Para los líderes japoneses, la devastadora noticia del 9 de agosto, fue la invasión soviética. Nagasaki era sólo una ciudad más destruida. Pero que el ejército rojo fácilmente aplastaran las fuerzas japonesas, en su colonia más rica, el estado títere de Manchukuo, era motivo de alarma. El General Kawabe, el subjefe del Estado Mayor explicó ... Fue sólo de manera gradual que los escombros horribles que se había hecho de Hiroshima llegaran a saberse. En comparación, la entrada soviética en la guerra fue un gran shock, Porque nosotros habíamos estado en constante temor, con una vívida imaginación, de que las vastas fuerzas del Ejército Rojo en Europa ahora se volvieran contra nosotros. El primer ministro Suzuki dijo ... Japón debe rendirse inmediatamente o la Unión Soviética tomará no sólo Manchuria, Corea, Karafuto, sino también Hokkaido. Esto destruiría la fundación de Japón. Debemos poner fin a la guerra cuando podamos tratar con los Estados unidos Stone: Un estudio de alto secreto realizado en enero de 1946 Por el personal de inteligencia del departamento de guerra La División de Operaciones concluye... No sólo los soviets destruirán su imperio, Sino que ellos no tendrían reparos en destruir al propio emperador. Después de todo, asesinaron a su propio emperador en 1918. El 14 de agosto, cinco días después de que la segunda bomba fuera lanzada en Nagasaki, Y con los combates desesperados aún luchando contra los soviets, el emperador Hirohito ahora ejerció su poder personal. Durante siglos, los emperadores japoneses Habían vivido sin contacto con su gente, Venerados como seres divinos. Pero ahora, Hirohito, Hablando a los japoneses directamente, Ordenó rendirse por la radio. Era la primera vez que la mayoría de ellos habían oído la voz de


Dios. Oremos para que la paz sea ahora restaurada en el mundo y que Dios la conserve siempre. Estos procedimientos están cerrados. Los horrores y derramamiento de sangre de la Segunda Guerra Mundial embruteció un montón de gente con el sufrimiento de los demás. Freeman Dyson, el futuro famoso físico quien formó parte de la flota "tiger force" de 300 bombarderos británicos explicó ... He encontrado esta masacre continuada de japonesés indefensos, aún más repugnante que la masacre de alemanes, Pero aun así no renuncié. Para ese entonces, ya había estado en guerra durante tanto tiempo que casi no podía recordar la paz. Ningún poeta vivo, tuvo palabras Para describir ese vacío del alma Lo que me permitió seguir matando sin odio Y sin remordimiento. Pero Shakespeare lo entendió. Y le dio a Macbeth las palabras... En ese espíritu, el 85 por ciento del público americano, Convencidos de que las bombas habían terminado la guerra, Aplaudieron su uso. Cuando se lanzó la bomba, La guerra estaba cerca de acabar de todos modos. ¿Era esto el resultado de un error de cálculo del potencial japonés? ¿Era nuestra inteligencia defectuosa en esta área? Fue hecho en la teoría de que las nuestras tropas estaban esperando para invadir Japón en un tiempo muy corto, Y se estima que se necesitarían alrededor de un millón y medio de hombres para hacer esa invasión Y muy probablemente habría una media de un millón de ellos como víctimas Y 250.000 de ellos murieron. Y teníamos esta nueva arma poderosa. No tuve ningún reparo en usarlo, Debido a que un arma de guerra es un arma destructiva. Esa es la razón por la que ninguno de nosotros quiere la guerra Y todos nosotros estamos en contra de la guerra. Pero cuando tienes el arma que va a ganar la guerra, sería tonto si no lo utilizaras Las estimaciones de Truman, de bajas estadounidenses Siguió subiendo mientras los años pasaban. Casi 50 años después, en 1991, El presidente George W. Bush elogió a Truman "La decisión de difícil cálculo, que salvó millones de vidas estadounidenses". La controversia sobre los bombardeos atómicos continuó enturbiando la sociedad estadounidense. Protestas por la legion americana La "Air Force Association" y congresistas conservadores Forzarón al museo Smithsoniado del Aire y el espacio Para cancelar una exposición de 1995 sobre los atentados. El joven alférez Paul Fussell, quién estaba en el Pacífico en el momento de la explosión, publicó "Gracias Dios por la bomba atomica" en 1988 en el que escribió ... A pesar de la falsa virilidad de nuestras fachadas, nosotros lloramos con alivio y alegria Íbamos a vivir. Íbamos a crecer hasta la madurez, después de todo. Como millones de otros de su generación, y millones posteriormente, Fussell estaba convencido de que Truman y la bomba les libraron de invadir Japón. Pero atribuirle la victoria a la bomba en ese sentido, es un insulto a la memoria de todos los hombres y mujeres que dieron sus vidas para derrotar a los japoneses año tras año de agotador esfuerzo. Robert Oppenheimer se reunió con Henry Wallace poco después de la guerra, Seriamente preocupado por la masacre final de decenas de millones.


A principios de ese año, informó a los jefes militares y líderes civiles Que dentro de tres años, probablemente los Estados Unidos tendrían armas más de 7.000 veces más poderosas que la bomba que destruyo Hiroshima. Propuso el control internacional de la tecnología atómica para aplacar los temores soviéticos acerca de las intenciones de EEUU. Wallace escribió en su diario... El sentimiento de culpabilidad de los científicos atómicos es una de las cosas más asombrosas que jamás he visto. Estaba de acuerdo con Oppenheimer. La rama de olivo era necesaria. Y provino de la parte más inesperada. Henry Stimson, "El coronel", era un auténtico soldado a la vieja usanza, pero las fuerzas que él había ayudado a desatar le aterraban, y ahora quería que el genio regresase a la lámpara. A principios de septiembre, Stimson envió un memorándum a Truman para decirle que los soviéticos debían ser tratados como aliados. Si sostenemos este arma con cierta ostentación a nuestro lado, las sospechas y la desconfianza hacia nuestros propósitos y objetivos aumentarán. La lección capital que he aprendido en mi larga vida es que la única manera de hacer a un hombre digno de confianza es confiar en él. Y la manera más segura de hacer que no sea de fiar es desconfiar de él y mostrarle desconfianza. Propuso que los EEUU desmantelasen sus bombas atómicas si los soviéticos aceptaban que ambos países prohibiesen la investigación sobre armamento nuclear, y por tanto se sometiesen a un sistema de control internacional. Truman dedicó la histórica reunión del Gabinete del 21 de septiembre de 1945, la última de Stimson... a discutir su propuesta. Wallace se alió con Stimson, haciendo hincapié en lo absurdo de intentar mantener - un monopolio atómico. - Luego me extendí con detalle en todos los antecedentes científicos, describiendo cómo científicos judíos extranjeros se habían en primer lugar vendido al Presidente en el otoño de 1939. Demostré hasta que punto todo el planteamiento teórico se había originado en Europa, y que era algo imposible de reprimir, sin importar cuánto lo intentásemos. Con Byrnes lejos en Londres, el Secretario de Marina James Forrestal argumentó que los soviéticos podrían no ser de confianza. "Los rusos", dijo, "como los japoneses, piensan en lo básico como orientales". El Gabinete se dividió bruscamente respecto a la propuesta de Stimson que habría puesto a los EEUU directamente del lado de los que querían la paz mundial. Pero Truman vacilaba y se rindió en última instancia a la facción de línea dura de ByrnesForrestal. El miedo, y la potencialmente suicida carrera de armamentos, continuarían. Cuando Truman se encontró finalmente con Robert Oppenheimer en octubre de 1945, le pidió que adivinara cuándo los rusos desarrollarían su propia bomba atómica. Oppenheimer no lo sabía. Truman contestó que él conocía la respuesta: "nunca". Claramente sorprendido por la truculenta ignorancia del presidente y frustrado de que no comprendiese la gravedad de la crisis en desarrollo, Oppenheimer espetó: "Sr. Presidente, siento que tengo sangre en mis manos".


Truman respondió airado. Le dije que la sangre estaba en las mías y que me deje a mí preocuparme por eso. Posteriormente, Truman le dijo a Dean Acheson... No quiero volver a ese hijo de puta en este despacho. Oppenheimer fue posteriormente atacado por el ala derecha conservadora como agente de la Unión Soviética, y sujeto a numerosas investigaciones por parte del FBI. En 1954, su acreditación de seguridad fue revocada. Su verdadero crimen a los ojos de las autoridades estadounidenses fue oponerse al desarrollo de la nueva bomba de hidrógeno, que consideraba un arma genocida. Contrariamente a la creencia del círculo íntimo de Trumman, la caída de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki no hizo a la Unión Soviética más flexible. Las fuerzas soviéticas ocuparon la mitad norte de la península coreana, quedando cara a cara con las fuerzas de los EEUU en el sur. Corea se convertiría luego en un importante detonante en la guerra fría que engulliría al mundo durante otros 50 años. Pero en una escala mucho mayor, el bombardeo acosaba la imaginación de los soviéticos. El hijo del futuro Ministro de Asuntos Exteriores Andrei Gromyko Anatoly recordaba a su padre diciéndole que Hiroshima hizo que a los militares soviéticos les diese vueltas la cabeza. El Kremlin estaba de un humor neurótico. La desconfianza hacia los aliados creció rápidamente. Por todas partes flotaban opiniones sobre mantener un gran ejército terrestre para establecer control sobre extensos territorios y disminuir las pérdidas potenciales de otro bombardeo atómico. Y en lo que muchos consideraron una ironía cruel, finalmente se permitió a los japoneses conservar al emperador, cuya retención la mayoría de expertos creían esencial para la estabilidad de posguerra en Japón. Truman no sufrió las repercusiones políticas de esta decisión. ¿Cómo hizo para manejar esto? ¿Cómo mantuvo su equilibrio? ¿Cómo dormía por las noches? No tenía problemas para dormir. Toda mi vida, cuando llega el momento de tomar una decisión, la tomo. Y la olvido y me voy a trabajar en otra cosa. ¿Tiene alguna razón para creer, en términos históricos, que esa nueva y horrible arma de hidrógeno no será utilizada? Espero que nunca tendrá que ser usada, porque espero que mantendremos la paz en el mundo y no será necesario. Sin embargo, si alguna vez el mundo se hunde en el caos, será usada. Puede estar seguro de ello. Como Truman anticipó, el proceso que él desencadeno amenazaba efectivamente la futura existencia de vida en este planeta. Incluso el belicoso Winston Churchill tenía reparos morales. Cuando visitó a Truman hacia el final de su presidencia, Margaret, la hija del presidente, describió la escena. Todo el mundo estaba de un humor entusiasta, Especialmente papá. Sin aviso, el Sr. Churchill se volvió hacia él y dijo... Sr. Presidente, espero que tenga su respuesta preparada para la hora en usted y yo nos plantemos ante San Pedro y él diga, "tengo entendido que ustedes dos son los responsables de retrasar esas bombas atómicas. ¿Qué tienen que decir en su defensa?" Aunque Truman dejó el despacho con índices de aprobación tan bajos que solo George W. Bush ha estado cerca desde entonces, ahora es ampliamente visto como un presidente casi magnífico y habitualmente colmado de elogios por republicanos y demócratas por igual.


La ex Consejera de Seguridad Nacional y Secretaria de Estado Condoleeza Rice, a la que George Bush acreditó con "me contó todo lo que sé sobre la Unión Soviética", nombró a Truman su "hombre del siglo" para la revista "Time". La biografía de 1993 de David McCullogh sobre Truman ganó un amplio número de lectores y un premio Pulitzer, seguidos por una película premiada con el Emmy al mejor filme para televisión en la cadena de televisión por cable HBO en 1995, vista por millones de personas. La primera bomba atómica estará lista a finales de la primera semana de agosto. Los japonenes saben que están vencidos. ¿Por qué no se rinden? Su estrategia es prolongar la guerra, sin importar el coste, hasta que aceptemos permitir al emperador permanecer en el trono. La prolongarán por cualquier medio necesario. No se rendirán. Algunos de los científicos que desarrollaon la bomba creen que no debería ser utilizada nunca. ¿Es así? Bien, ¿para qué demonios creen que la construimos? No podemos desinventarla, Henry ¿Qué pasa con la idea de lanzar una sobre los japos y ver qué pasa? ¿Qué ha pasado con esa idea? Sr. Presidente, solo puedo hablar de cuestiones militares. Debemos usar una fuerza abrumadora para aplastar a la armada japonesa, destruir su decisión de hacer la guerra. En el mito que crea la película, Henry Stimson y el general George Marshall son retratados menospreciando al desvalido, el pequeño Truman, que sigue su sentido moral. Pero sus verdaderas posturas sobre la bomba y Japón estan mal representadas. Con armas convencionales, el bombardeo de Dresde mató a 30.000 en una noche. Tokio despareció completamente con casi todos los que estaban en él. Se calcula que hubieron allí unos 100.000 muertos. Me parece que si existe un "punto sin retorno" moral ya hace tiempo que lo ha pasado. Si no arrojo la bomba, muchos más de nuestros jóvenes morirán en la invasión de Japón. También sus hombres, y mujeres, y niños. ¿Cómo podría enfrentarme al pueblo cuando esto finalmente haya terminado y decir que tuve el poder para, posiblemente, terminar con la guerra hace mucho, ahorrando las vidas de sus seres queridos y elegí no usarlo? En la película, el punto de vista soviético es ignorado completamente y los personajes de Henry Wallace y Jimmy Byrnes no están incluidos. Pero el verdadero Harry Truman es mucho más oscuro que el heróico desvalido de McCullogh. A pesar de sus negativas, su imperfecta y trágica decisión de usar la bomba contra Japón significaba más bien un rudo y muy innecesario aviso de que los EEUU no serían constreñidos por consideraciones humanitarias en usar esas mismas bombas contra la Unión Soviética si continuaban interfiriendo en Europa o Asia. Sin embargo, en una escala moral mayor, Truman sabía que había dado inicio a un proceso que podría acabar con la vida en la Tierra, como dijo explícitamente en al menos tres ocasiones. Aun así siguió adelante irreflexivamente. Matar personas sin necesidad es un crimen de guerra. La amenaza de extinción de la humanidad va mucho más allá de eso. Eso es lo que Henry Wallace comprendió más profundamente que cualquier otro agente gubernamental. El hombre que hizo el mayor esfuerzo por terminar el monopolio de los EEUU sobre la bomba atómica ha sido en gran medida olvidado por la historia.


Henry Wallace, Secretario de Comercio estadounidense, es llamado a la Casa Blanca por el Presidente Truman. Había recomendado públicamente una actitud más conciliadora hacia Rusia. Enfrentado a las críticas públicas de la política oficial de los EEUU en los asuntos mundiales hechas por un miembro de su propio gabinete, el presidente pidió y aceptó la renuncia de Wallace. "Querido Harry, como solicitaste, aquí está mi renuncia". "Continuaré luchando por la paz". "Estoy seguro de que lo aprobarás y te unirás a mí en ese gran desafío". Su notificación de renuncia en el correo saliente, el último acto oficial del único miembro del gabinete que quedaba nombrado en la primera administración de Roosevelt. Asunto concluido. Y así el Sr. Wallace se marchó tras 13 años en cargos gubernamentales. Desde una silla en el gabinete hasta un banco del parque, reanudará los ataques sobre las políticas del secretario Byrnes en París. Pero ahora mismo, el hombre que vaticinó 60 millones de empleos en los EEUU parece estar ocupado leyendo las ofertas de empleo. Tras dejar el gobierno en 1946, compitió para la presidencia en 1948 como candidato del recientemente formado Partido Progresista. Su mensaje de paz en una época de tensiones crecientes no fue escuchado. Atacado repetidamente por Truman y la prensa como simpatizante comunista, Wallace obtuvo menos del tres por ciento de los votos. Tras las elecciones, se retiró de la política. Acusado cada vez más de proteger a comunistas durante su campaña, se comprometió durante las presiones de la guerra coreana y el periodo McCarthy, denunciando con fuerza a los soviéticos. Pero se aferró a sus ideales progresistas y condenó posteriormente la participación de los EEUU en Vietnam. Vivió tranquilamente en su granja al norte del estado de Nueva York donde murió en 1965. De un modo irónico que solo puede apreciar el capitalismo estadounidense, la Compañía de Maíz Hi-Bred, que Wallace fundó en 1926, fue vendida a finales de 1990 a la Corporación Dupont por más de 9.000 millones de dólares. Un recordatorio agridulce para aquellos que repetidamente menospreciaron al "Caballero sin espada" como ingenuo y comunista. Él permanece como uno de los héroes anónimos de la Segunda Guerra Mundial, mostrando al mundo una visión más amable de los EEUU. Aunque se opusieron a su visión a cada paso, esta no murió. Siguiendo los pasos de otros antes que él, Henry Wallace siguió poniendo los cimientos, y otros continuaron. Franklin Roosevelt dijo... Ningún hombre era más patriota que Wallace. Pero ahora pocos recuerdan lo cerca que Wallace llegó de conseguir la nominación a vicepresidente en esa calurosa noche de Chicago en julio de 1944. Fue ahí cuando Roosevelt cometió la mayor metedura de pata de su espléndida carrera... accediendo a la elección de los líderes del partido de Harry Truman. Podría haberse resistido y, con el respaldo del pueblo, convertido a Wallace en su vicepresidente. Pero estaba cansado de defender su visión de la paz mundial. Muy cansado y cercano a la muerte.


Este triste momento señala con mucha claridad a la falibilidad de toda historia humana... "Equivocarse no es trágico, es humano". ¿En qué podría haberse convertido este país si Wallace hubiese sucedido a Roosevelt en abril de 1945 en lugar de Truman? ¿No habría sido usada ninguna bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial? ¿Podríamos haber evitado la carrera de armamentos y la guerra fría? ¿Habrían triunfado los derechos civiles y los derechos de las mujeres en los años siguientes a la posguerra? ¿Podría haber terminado el colonialismo décadas antes y los frutos de la ciencia y la industria habrían sido repartidos más equitativamente por todo el mundo? Nunca lo sabremos. Algunos han hablado del siglo estadounidense. Yo digo que el siglo en el que estamos entrando, un siglo que saldrá de esta guerra, puede y debe ser el siglo del hombre de la calle. Si creemos de verdad que luchamos por un pueblo en paz, lo demás será fácil. Abriéndose paso a través de Alemania, los ejércitos estadounidense y soviético se reunieron en el río Ill. Rusos y estadounidenses juntaron las manos y con las manos unidas celebraron la victoria. Socios con éxito en la guerra, la llama de la esperanza iluminaba a todos los estadounidenses y a la Unión Sovietica, con sus aliados, podría formarse una exitosa sociedad contra cualquier futura amenaza de agresión. Las noticias de la rendición y de que la paz habían sido alcanzadas, llegaron a todos los confines del mundo. La paz, la esperanza de la humanidad, había llegado. Los hombres se regocijaban y jaleaban el final de la II Guerra Mundial. Hubo un breve periodo de tiempo cuando Estados Unidos, solo entre los vencedores, estaba en la cima del mundo. Su peaje de muertos era de 405 mil, frente a los 27 millones de la Unión Soviética. La economía florecía. Las exportaciones más que duplicaban los niveles previos. La producción industrial había crecido un 15 por ciento al año. EEUU mantenía dos tercios de las reservas de oro mundiales y tres cuartos de su capital invertido. Estaba produciendo un increíble 50 por ciento de los bienes y servicios del mundo. En 1945 en Bretton Woods, Nuevo Hampshire, EEUU estableció las dos nuevas instituciones económicas principales del capitalismo... El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional... Cada uno con un presupuesto aproximado de entre 7 y 8 mil millones de dólares. El presidente Harry Truman, que había obtenido su fama investigando sobre el exceso de gasto en el Senado, supervisaba una desmovilización gigantesca. Y todavía había una inquietud persistente en una sociedad en la que el frente civil había prosperado mientras los soldados estaban fuera. Veo que obtuviste un récord espléndido en la guerra, Derry. Tan solo la media, señor Thorpe. Pero comprenderás que desde que este negocio cambió de manos, no tenemos la obligación legal de restituirte tu antiguo empleo. No estaba pensando en regresar a mi antiguo empleo, señor Thorpe. - Busco uno mejor. - ¿Qué cualificaciones posees? - ¿Qué experiencia? - Dos años detrás de una fuente de soda y tres años detrás de una mira Norden. Sí.


Cuando estabas en el ejército, ¿obtuviste alguna experiencia en aprovisionamientos? - No. - ¿Compra de suministros, materiales? No, nada de eso. Yo solo lanzaba bombas. - ¿Realizaste trabajo de personal? - No. Pero, como oficial, seguramente actuaste con capacidad ejecutiva. Tuviste que comandar hombres. ¿Eras responsable de su moral? No, solo era responsable de que las bombas dieran en el blanco. - No comandé a nadie. - Ya veo. Estoy seguro de que ese trabajo requería una gran habilidad. Pero, por desgracia, no hay oportunidades para eso - en Midway Drugs. - Ya. La II Guerra Mundial dejó tantas como 70 millones de personas muertas en Europa y Asia... Dos tercios de su población civil. Hiroshima fue un signo de mal agüero. La depresión estaba tal vez encima, Pero los planificadores sociales y de negocios de EEUU temían una recaída y les inquietaban las consecuencias de la pobreza internacional, con poblaciones desarraigadas, sin hogar y sin empleo. ¿La revolución se extendería por el globo? ¿Qué ocurriría con el comercio y las inversiones estadounidenses? En Francia, el Partido Comunista, con medio millón de miembros, que había combatido con valentía en la resistencia contra los nazis, obtuvo el 26 por ciento de los votos en 1945. En Italia 1,7 millones de personas se unieron al partido. Incluso los británicos, agotados y arruinados tras dos guerras mundiales, estaban cambiando el estado de una manera inusitada para hacer sus vidas más soportables. Y la suerte, que había convertido a Winston Churchill en uno de los más respetados estadistas de su época, ahora lo dejaba de lado en un revés propio de una tragedia griega. Winston Churchill, recorre las ruinas de Berlín mientras desciende el telón de su carrera como primer ministro de Gran Bretaña. Bajo las banderas del gran árbol, el líder septuagenario se para por fin en el corazón de Berlín como juró que haría hace cinco años. El almirante King y el general Marshall salen para recibir al viejo guerrero. Junto al general Marshall podemos ver a Clement Attlee, calvo y con bigote, que es el nuevo primer ministro laborista. Attlee encarnó al nuevo socialista europeo con la promesa de construir un sistema sanitario para todos y abogando por la completa nacionalización de muchas de las más antiguas industrias británicas... Un hombre preocupado no por el imperio sino por un sólido estado de bienestar social. Por el contrario, el imperio era la oferta de Churchill.


Había dicho a finales de 1942, en un momento en que hasta la existencia de Inglaterra estaba amenazada... No me he convertido en primer ministro del Rey para presidir la liquidación del Imperio Británico. Pero viviría para ver el desmembramiento, precisamente. Attlee supervisaría la independencia de La India, Pakistán, Birmania, Sri Lanka, Jordania y Palestina. Attlee comprendía que existía un nuevo orden mundial estadounidense. EEUU extendió un préstamo de casi 4 mil millones de dólares a Gran Bretaña, que no tendría que devolver en 50 años, y ahora alquilaba bases militares en suelo inglés. En esencia, Gran Bretaña iba a convertirse en un nuevo estado-cliente de EEUU. Franklin Roosveelt, a quien nunca agradó el concepto del rey y su imperio y reflejó mucha de la desaprobación estadounidense por las políticas represivas en La India, Grecia y a lo largo de todo el mundo, había conducido con éxito un rumbo intermedio entre Gran Bretaña y la Unión Soviética. La posibilidad de un gran crédito de EEUU para ayudar en la reconstrucción a los soviéticos había sido discutido y alentado abiertamente durante la guerra. Pero Harry Truman no mostro la destreza de Roosevelt En un momento de máxima fuerza de EE.UU. Cada vez más, hacia el campamento británico Cuando la Unión Soviética no recibió nada parecido al paquete asistencial dado a los británicos, se sintieron enormemente decepcionados. Ya sentían que la alianza durante la guerra sería la primera baja en el periodo posterior. A mediados de septiembre de 1945, en una reunión de ministros de Exteriores en Londres, el secretario de Estado Jimmy Byrnes amonestó las políticas soviéticas en Europa Oriental. El ministro de Exteriores Molotov puso en evidencia las políticas elitistas de EEUU en Italia, Grecia y Japón, y, cansado por la beligerancia de Byrnes, le preguntó si escondía una bomba atómica en el bolsillo. Byrnes de hecho replicó... Usted no conoce a los sureños. Portamos nuestra artillería en el bolsillo. Si no detiene todo este estancamiento, me voy a sacar una bomba atómica del bolsillo para entregársela a usted. En diciembre, el ministro de Comercio Henry Wallace presionó a Truman para alejar el control del armamento atómico estadounidense del antisoviético Leslie Groves, que todavía poseía el control unilateral de todo. Groves había abogado por un ataque preventivo contra... la Unión Soviética con el arma más grande del mundo, y tras haber jugado el papel principal en el movimiento antifascista, ahora era una posibilidad aterradora para algunos oficiales de EEUU. A principios de 1946 una encuesta de Gallup concluyó que el 26 por ciento de estadounidenses creían que los soviéticos ambicionaban la dominación mundial. Un 13 por ciento creía que los británicos.


Los soviéticos, aunque conscientes del giro a la derecha del gobierno de Truman, conservaban la esperanza de mantener la alianza del periodo de guerra y de hecho se esforzaron para contener a sus frustrados aliados comunistas en China, Italia, Francia y Grecia. Stalin, cuyo principal éxito en política exterior consistió en asegurar que Alemania o Japón nunca jamás osaran amenazar a su país, tenía problemas enormes en casa. El país estaba atenazado por una pobreza apabullante, comprometido todavía en contiendas de partisanos que se estaban desarrollando en amplios sectores occidentales, particularmente en Ucrania, que pronto se vería asolada por la hambruna. Los soviéticos fueron aislados en la ONU y EEUU ostentaba el monopolio de la bomba. EEUU aún estaba construyendo una imagen de la Unión Soviética estaba decidida a conquistar el mundo. En Alemania los dos sistemas ya estaban enfrentados. La política de Roosevelt de supervisar a Alemania se modificó por una para revitalizar la economía alemana como la clave para la recuperación europea en general. Ésta no era en sí misma una mala decisión, dado lo ocurrido con Alemania Occidental en años posteriores, pero al mismo tiempo fue extremadamente poco sensible para con las preocupaciones de un país que había sido arrinconado dos veces en guerras despiadadas con Alemania. Hubo de hecho un profundo conflicto de intereses, Y las crudas imágenes de los soviéticos desmontando la zona oriental de todo navío de vuelta a su propia patria empobrecida era para la mayoría de estadounidenses, acertadamente percibido como pillaje. Desde el siglo XIX, el Imperio Ruso previo al comunismo había estado en conflicto con el Británico, ambos perseguían ejercer su influencia en Turquía e Irán. Rusia había buscado en repetidas ocasiones tener acceso a los puertos de aguas cálidas del Mediterráneo. Durante la Revolución Rusa de 1917, Churchill, como Lord del Almirantazgo, había sido un feroz enemigo del comunismo, del que había pregonado que "debía ser estrangulado en su cuna". Quería atraer a Estados Unidos a un compromiso militar con el nuevo régimen comunista. Y en la fiera contrarrevolución participaron de hecho 40 mil tropas británicas y 15 mil estadounidenses, envenenando las relaciones desde el principio. Había sido Roosevelt quien finalmente reconoció a la Unión Soviética en 1933. Churchill, fuera ya de su cargo Estaba dispuesto a una confrontación Ocurriría, sin sorpresas, en Oriente Medio. Gran Bretaña controlaba el 72 por ciento del petróleo de Oriente Medio, EEUU tenía un 10 por ciento y quería una porción mayor. La Unión Soviética también quería un pedazo. Habiendo estacionado tropas durante la guerra a lo largo de su frontera con el norte de Irán para mantener su suministro de petróleo alejado de las manos nazis, lo soviéticos entraron en conflicto ahora con los británicos en el sur. Además, Churchill se sentía amenazado por las pruebas soviéticas en Turquía, que hacían peligrar la esfera de interés británica en Oriente Medio.


La revelación de una red de espionaje soviética en Canadá a principios de febrero añadió credibilidad a sus advertencias. Y Stalin, en un discurso, en el que anunció un nuevo plan quinquenal en la posguerra para reconstruir la Unión Soviética fue malentendido como incendiario y predictivo de la inevitabilidad de una guerra entre dos sistemas... aunque no fue eso lo que dijo. Fue en este contexto cuando a principios de marzo de 1946 Churchill le recordaría al mundo que él todavía era una autoridad para tener en cuenta. Viajó al estado natal de Truman... Fulton, Misuri... Para realizar uno de los más arrasadores discursos de la Guerra Fría, unas palabras que condenarían para siempre a la Unión Soviética en la mente de muchos. El señor Churchill es uno de los hombres del siglo. Es un gran británico, pero es medio estadounidense. Fue un gran salto en beligerancia hacia la Unión Soviética. El New York Times aplaudió el discurso, decía que hablaba "con la fuerza del profeta acertado en sus predicciones". Visiblemente molesto, Stalin acusó a Churchill de "acostarse" con los "belicistas" que habían seguido la teoría de la superioridad racial en la que solo los anglófonos podrían decidir el destino del mundo. El Chicago Tribune, aunque aceptando su evacuación del este de Europa, fue fuertemente cuestionado... El senador por Florida Claude Pepper había observado que Churchill estaba: "tan en contra de Rusia como del gobierno laborista de su propia nación. Es chocante ver al señor Churchill alineándose con los viejos tories de Chamberlain que fortalecieron a los nazis como parte de su cruzada antisoviética". Al mes siguiente, en el primer aniversario de la muerte de Roosevelt, Wallace ofreció un punto de vista diferente. La única manera de derrotar al comunismo en el mundo Consiste en hacer un mejor trabajo de producción y distribución. Celebremos una carrera limpia, una carrera decidida, pero sobre todo una carrera pacífica al servicio de la humanidad. La fuente de todos nuestros errores es el miedo. Rusia teme al cerco anglosajón. Nosotros tememos a la penetración soviética. Debido al miedo, los grandes países han estado actuando como bestias arrinconadas, con la única idea de sobrevivir. La gente común del mundo no tolerará el imperialismo, incluso bajo los iluminados auspicios de la bomba atómica anglosajona. El destino del pueblo anglófono es servir al mundo, no dominarlo. Siguiendo el discurso de Churchill, Las condiciones se deterioraron con rapidez. Cuando las tropas soviéticas permanecieron en el norte de Irán más allá de la fecha límite de marzo, Truman amenazó con la guerra. Escribió... Si los rusos van a control el petróleo iraní, sea directa o indirectamente, supondría una grave pérdida para la economía occidental. Después, en privado, Truman le afirmaría a un senador de la línea dura que envió una advertencia nuclear a los soviéticos, le dijo a su embajador que si las tropas soviéticas no abandonaban en 48 horas, "vamos a lanzarla sobre vosotros". Se marcharon, afirmó, en 24. Los soviéticos se retiraron, pero probablemente por razones distintas del chantaje atómico. Menos de dos meses más tarde, EEUU suspendió los pagos de reparación, desesperadamente necesitados, de Alemania Occidental a la Unión Soviética.


Y en julio del 46, se envió otro espeluznante mensaje sobre sus intenciones, cuando EEUU decidió proceder a probar una bomba atómica en las islas Marshall. En septiembre del 46, delante de 20 mil personas en el Madison Square Garden de Nueva York, Henry Wallace intentó ponerle freno a la locura en ascenso. Cuanto más bravucones seamos, más bravucones serán los rusos. Podemos obtener cooperación una vez que Rusia entienda que nuestro objetivo principal no es ni salvar al Imperio Británico, ni adquirir petróleo en Oriente Próximo a costa de la vida de soldados estadounidenses. Bajo una competición amistosa y pacífica el orbe ruso y el orbe soviético serán paulatinamente más parecidos. Los rusos se verán obligados a garantizar cada vez más libertades individuales y nosotros estaremos cada vez más implicados con los problemas de justicia socioeconómica. El discurso se convirtió en noticia mundial, avergonzando profundamente al ministro de Exteriores Jimmy Byrnes que le dijo a Truman que uno de los dos, o él o Wallace, tendría que irse. El apoyo a Wallace caló a pesar de la consiguiente controversia desde gente como Eleanor Roosevelt y Albert Einstein. pero nadie del gobierno de Truman. James Forrestal consideraba a Wallace un riesgo para la seguridad como poco, y en secreto tenía a la Unidad de Inteligencia Naval vigilando al ministro de Comercio, y compartía información con el FBI de J. Edgar Hoover, quien albergaba hondas sospechas sobre la lealtad de Wallace. Wallace por su parte consideraba a Hoover como "el Himmler estadounidense". Posteriormente, Truman negaría que hubiese leído y aprobado de antemano la totalidad del discurso, cuando lo había hecho. Escribió en su diario... Wallace es un pacifista al cien por cien. Quiere que disolvamos nuestras fuerzas armadas, le demos a Rusia nuestros secretos atómicos, y confiemos en la panda de aventureros del Politburó del Kremlin. No comprendo a un "soñador" como él. Truman despidió a Wallace. Y con su marcha, se fue la mejor oportunidad para evitar una carrera armamentística. 1947 sería el punto de inflexión, cuando EEUU se zambulló de cabeza en la Guerra Fría tanto en casa como en el exterior. Detrás de los movimientos de liberación que se desarrollaban en lugares como la Malasia británica, la Indochina francesa o las Indias holandesas, los líderes de EEUU pintaban la nefasta imagen de Stalin que expandía su revolución por el mundo, descartando el negociar e ignorando los grises en sus conclusiones a blanco o negro. En Grecia, el ejército británico derrocó al popular frente de liberación nacional de izquierdas y restauró la monarquía y la dictadura derechista Alerta de levantamiento Comunista Después del crudo invierno de 1946-7, las dificultades financieras británicas impidieron el control de la rebelión y solicitaron a los Estados Unidos que asumieran el liderazgo en la derrota de los insurgentes griegos y la modernización del ejército turco. Un oficial del departamento de Exteriores lo resumió así: Gran Bretaña ha tenido en una hora Entregado el trabajo de liderazgo mundial a los Estados Unidos.


Un público cansado de la guerra No tiene apetito Por iniciativas costosas Pero Truman, se dirigió al Congreso y al Senado, para pedir 400 millones de dólares, basándose en una nueva visión de Estados Unidos como la policía del mundo. Truman no está distinguiendo las amenazas vitales de las periféricas y ligar el destino de todo el mundo a la seguridad de Estados Unidos era realizar una declaración trascendental. Sus palabras podrían de hecho trasladarse a Corea, Vietnam, Irak y Afganistán. Tras un acalorado debate, el Congreso se tragó el anzuelo. Moscú estaba estupefacto ante este lenguaje belicista, acusaron a EEUU de expansión imperialista bajo un disfraz caritativo en un intento de extender la doctrina Monroe al viejo mundo. Fuera del gobierno, Henry Wallace lideró la oposición, condenó el absoluto sinsentido de trazar... y acusó a Truman de traicionar la visión para la paz mundial de Roosevelt. El presidente Truman no puede impedir el cambio en el mundo de la misma manera que no puede impedir que suba la marea o que salga el sol. Pero una vez que EEUU se signifique con la oposición al cambio, estaremos perdidos. Estados Unidos se convertirá en el país más odiado del planeta. Anticipando que los soviéticos replicarían del mismo modo, advirtió... La política de Truman expandirá el comunismo por Europa y Asia. Dos meses después los soviéticos financiaron un golpe comunista que derrocó al gobierno húngaro democráticamente elegido. El "New York Times" escribió "El golpe de estado en Hungría es la respuesta rusa a nuestras acciones en Grecia y Turquía". Y contribuyó claramente a la decisión soviética de imponer un orden nuevo y estricto a lo largo de Europa Oriental. La guerra civil griega se tornó más sangrienta, y personal de Estados Unidos, identificados como "asesores", llegaron a la zona de guerra en junio del 47. Los Estados Unidos dotaron de armamento a la monarquía derechista y toleraron su política arrestos y ejecuciones y su clientelismo masivo. Fue un conflicto especialmente brutal, con algunas tácticas viejas, algunas nuevas... que anticiparon a las que más tarde se emplearían en Vietnam, como la deportación masiva a campos, el encarcelamiento masivo de las esposas y los hijos de los subversivos, ejecuciones, la destrucción de uniones, la tortura y el uso de napalm sobre la población. Grecia se mantuvo en las manos de hombres de negocios acaudalados, muchos de ellos colaboradores de los nazis, y las víctimas fueron principalmente trabajadores y campesinos que habían resistido contra los nazis. Temporalmente, la Unión Soviética ayudó a las fuerzas izquierdistas, pero en febrero del 48 Stalin ordenó a la Yugoslavia de Josip Tito, así como a los vecinos Albania y Bulgaria, que cesaran el suministro al movimiento guerrillero. El rudo Tito, que había combatido su propia y extenuante guerra contra los nazis y que no tenía miedo a los sicarios de Stalin, se negó, y Stalin lo excomulgó del Movimiento Internacional Comunista, Enemistarse con los aliados de línea dura como Mao en China. El departamento de Exteriores informó "por primera vez en la historia puede que ahora tengamos dentro de la comunidad internacional un estado comunista independiente de Moscú".


Pero a pesar de proveer apoyo mediático para Tito, los Estados Unidos nunca ajustaron su retórica para reflejarlo. En la mente colectiva, la Unión Soviética permanecía en el corazón de la conspiración comunista para dominar el mundo. En 1956, después de ser primer ministro por segunda vez y ya retirado, el viejo león de Churchill confirmó en una entrevista... Stalin nunca rompió la palabra que me dio. Estábamos de acuerdo en los Balcanes. Le dije que podía tener Rumanía y Bulgaria y él dijo que nosotros podíamos tener Grecia. Firmó un papelito y nunca rompió su palabra. De esta manera, salvamos Grecia. La falta de apoyo por parte de Stalin al levantamiento griego condenó a los rebeldes, y la guerra terminó en 1949 con la victoria del gobierno nacional. Aunque los oficiales de EEUU jalearon el triunfo, el pueblo griego no lo tenía tan claro... Murieron más de 100 mil personas y 800 mil se convirtieron en refugiados. Los sucesivos gobiernos griegos utilizarían el aparato del Estado: la policía, el ejército, los decretos y una agencia de inteligencia... Para gobernar sistemáticamente el país. En casa, presionado por la derecha republicana, Truman encontró necesario apaciguar la creciente inquietud pública por el comunismo, Así, ordenaba controles de fidelidad a todos los empleados públicos para erradicar a los "subversivos". Tener una opinión incorrecta sobre religión, comportamiento sexual, política exterior o raza podía hacer de uno un sospechoso. Durante 1952 los controles de lealtad analizaron más de 22 mil casos y más de 4 mil empleados fueron despedidos o dimitieron. La creciente amenaza comunista levanta el Comité de Actividades Antiamericanas en la Casa de Representantes. En octubre de 1947 el Comité de Actividades Antiamericanas acogió audiencias públicas ampliamente publicitadas sobre la influencia comunista en Hollywood. Era un blanco fácil. ¿Alguna vez ha sido miembro del Partido Comunista? Ya respondi eso, Les ofreceré mis creencias, - Mis afiliaciones y todo lo demás... - ¡Disculpe al testigo! al público estadounidense y sabrán cuál es mi posición, - Como lo hacen por lo que he escrito. - Aléjese del stand! - He escrito americanismo por muchos años... - Aléjese del stand! ...Y voy a seguir luchando por los derechos que está tratando de destruir. Oficial, saque a este hombre del stand Los ejecutivos de los estudios hollywoodienses denunciaron vergonzosamente a aquellos acusados y se comprometieron a no contratar a nadie con afiliaciones sospechosas. Aunque un gran número de estrellas de Hollywood criticó públicamente las cazas de brujas, la "lista negra" abrió el camino a la "lista gris" y se le negó el trabajo a centenares más. Entre los testigos amistosos que testificaron había Actores del Gremio como el presidente Ronald Reagan, y actores como Robert Taylor y Gary Cooper y el ejecutivo de estudio Walt Disney.


Yo no creo que sea un partido político. Creo que es una cosa antiamericana y lo que más me ofende es que son capaces de introducirse en estos sindicatos y controlarlos. Desde 1948 hasta el 54, se filmaron más de 40 películas enérgicamente anticomunistas, incluyendo no solo aterradoras parábolas de ciencia ficción como "La guerra de los mundos" de H.G. Wells, que implicaba la amenaza del comunismo. Éste podría ser el principio del fin de la raza humana. Lo que al principio la gente pensó que eran meteoros son en realidad la puñetera vanguardia del Planeta Rojo. El FBI al mando de un J. Edgar Hoover atento a la publicidad cuya mayor y única obsesión en la vida era el comunismo, condujo la mayoría de las investigaciones sobre su existencia en Estados Unidos. Aquellos que eran acusados no podían conocer las bases de la acusación. En su paranoia, Hoover desconfiaba incluso de la Casa Blanca, del Pentágono y del departamento de Justicia, Y ocultó sus acciones... tanto dentro como fuera de la ley... Preparó planes para detenciones masivas de comunistas en el caso de un ataque soviético anticipado. En julio del 47, Truman forzó la aceptación de la Ley de Seguridad Nacional, que creaba una nueva burocracia enorme encabezada por el intransigente antisoviético James Forrestal como primer ministro de Defensa de este país. La Ley también creaba la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a la que se le otorgaron cuatro funciones... Tres de ellas tenían que ver con la recogida, análisis y divulgación de información. La cuarta función demostraría ser la más peligrosa... Un fragmento muy general que autorizaba a la CIA a llevar a cabo... como al presidente le parezca La CIA emplearía la vaga palabrería para dirigir cientos de operaciones encubiertas por todo el mundo, incluyendo más de 80 durante el segundo mandato de Truman. Su primer éxito fue trastocar las elecciones de Italia en 1948, para asegurar una victoria sobre el Partido Comunista. La democracia era, en apariencia, una virtud cuando estaba al servicio de los intereses estadounidenses. Referida a veces como el "ejército invisible del capitalismo", la CIA fue el verdadero inicio de unos nuevos Estados Unidos, construidos sobre la base de un estado secreto que crecería exponencialmente durante las siguientes décadas. A pesar de su apariencia pública, Truman temía desde el principio que la CIA pudiera convertirse en una "Gestapo" o "dictadura militar". En 1963, poco después de que John Kennedy hubiese sido asesinado, Truman, sorprendentemente pero de forma explícita, instó a la CIA a acabar las operaciones y a acumular información simplemente. Su artículo de opinión se publicó en el "Washington Post", pero por raro que resulte generó poco debate en otros medios de comunicación y despareció de la atención pública. El general George Marshall, que había conducido a los ejércitos aliados a la victoria en la II Guerra Mundial, fue elegido hombre del año otra vez en enero del 48 por la revista "Time" y planeaba una jubilación tranquila. Pero Truman, que estaba hasta las narices de Byrnes, forzó su dimisión y designó a Marshall como su nuevo ministro de Exteriores. En privado creía que las descripciones de Truman sobre la amenaza comunista era una exageración, el sentido común de Marshall dictaba que la mejor manera de ganar una guerra era prevenir que tuviera lugar.


Lo que hacía falta en la arruinada y desamparada Europa no era una respuesta militar, sino una humanitaria. Con este espíritu, en la ceremonia de graduación de la Universidad de Harvard en junio de 1947, el general más prestigioso de EEUU, invitó a los líderes europeos a presentar un proyecto para la recuperación económica. De aquí nació el famoso Plan Marshall. Nuestra política no se dirige contra ningún país o doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos. Lo que los Estados Unidos hicieron tras la II Guerra Mundial fue extraño en la historia imperial. Restauraron a sus viejos rivales, Alemania y Japón y los convirtieron en satélites económicamente poderosos de Estados Unidos. Es un programa difícil. Y tú conoces mucho mejor que yo las dificultades políticas que implica este programa. Pero no existe ninguna duda en mi cabeza de que si decidimos hacerlo, no podamos tener éxito. Finalmente, EEUU destinó 13 mil millones de dólares entre 1948 y el 52, siendo Gran Bretaña, Francia y Alemania sus mayores receptores, lo que infundió grandes temores a los soviéticos sobre el poder alemán recuperado. Los soviéticos rechazaron la oferta de unirse al Plan, según dijeron por el excesivo control estadounidense sobre la economía soviética. Cuando en Checoslovaquia una coalición libremente elegida encabezó el gobierno, notablemente integrada por el Partido Comunista, aceptó la oferta de ayuda de Marshall, cruzaron los límites para el desconfiado Stalin que exigió a los checos el rechazo al Plan. En febrero del 48 un régimen estalinista fue impuesto en Checoslovaquia. Los EEUU y muchos liberales en Europa quedaron conmocionados. El famoso actor James Cagney manifestó la explicación siguiente sobre el punto de vista occidental. La subversión es, por supuesto, una técnica importante de la conquista comunista. En 1948 Checoslovaquia es una democracia establecida en Europa Oriental. De repente, una racha de huelgas. Los parlamentarios conservadores renuncian a sus escaños. Pero Jan Masaryk, hijo del héroe más grande del país, no lo consiente y permanece en el Ministerio de Exteriores. Dos semanas después se encuentra su cadáver. Hasta el día presente se desconoce si fue asesinado o se suicidó. La manera en que murió Masaryk, precipitándose desde la ventana de su cuarto de baño, Asustó de manera particular a Forrestal y justificaba la visión más oscura sobre las intenciones soviéticas. Marshall, sin embargo, había dicho en un consejo de ministros del anterior noviembre que los soviéticos pronto "tomaría medidas drásticas" en Checoslovaquia como un "movimiento puramente defensivo". Pero Truman se aferró a la indignación para presionar al congreso a aprobar el Plan Marshall así como un programa de rearme que el Pentágono llevaba tiempo solicitando. La Unión Soviética y sus agentes han destruido la independencia y el carácter democrático en una serie de países de Europa Central y Oriental. Es este despiadado curso de acontecimientos y el claro proyecto de extenderlo a los restantes países libres de Europa ha situado en una situación crítica a la Europa de hoy.


También en este momento EEUU tomó la trascendental decisión de presionar por un estado independiente en Alemania Occidental. Truman describió el Plan Marshall y la doctrina Truman como las dos caras de una misma moneda. Aunque el Plan impulsó la recuperación europea, mucha de la ayuda se empleó para comprar exportaciones a multinacionales de EEUU. Poca de la ayuda se utilizó para reconstruir la propia capacidad para la refinería europea, lo que permitió a empresas petroleras de EEUU dominar el mercado europeo. El Plan fue generoso en secreto con la CIA que desvió grandes cantidades del dinero del Plan Marshall para operaciones encubiertas. En el verano del 48, después del golpe de estado en Checoslovaquia, Truman aprobó una escalada dramática de las acciones encubiertas globales para incluir operaciones de guerrilla en la Unión Soviética y Europa Oriental. Un proyecto consistía en crear un ejército guerrillero con el nombre clave de "Nightingale" en Ucrania, que había sido originalmente organizado por los nazis en 1941, integrado por ultranacionalistas ucranianos. Estos grupos causaban estragos en la región azotada por la hambruna donde el control soviético era débil, llevando a cabo el asesinato de centenares de judíos, soviéticos y polacos que se oponían a un estado ucraniano separado. Desde 1949, y durante cinco años, paracaidistas ucranianos de la CIA se infiltraron en la región. Para la mentalidad soviética, equivalía a que ellos hubiesen infiltrado guerrilleros en las zonas limítrofes de Canadá o México con los Estados Unidos, Y señaló las distancias que EE.UU. estaba dispuesto a ir Para desalojar el control soviético De sus propias zonas fronterizas y la esfera de intereses. La CIA estuvo igualmente activa en Alemania, Sacándole la organización de Gehlen al ejército de EE.UU. Gehlen, un exnazi que había dirigido el espionaje en Europa Oriental y la Unión Soviética para Hitler, reclutó una red de nazis y criminales de guerra procedentes en parte de la Gestapo y las SS, y en los años siguientes, dibujó la peor imagen de las acciones soviéticas. Un oficial retirado de la CIA reconoció: "Nos decía lo que queríamos oír. Usábamos su información constantemente y nosotros se la pasábamos a todo el mundo... el Pentágono, la Casa Blanca, la prensa. También les encantaba. Pero sólo se trataba de desinformación rusa y provocó un enorme daño a ese país." Cuando en junio de 1948, EEUU estableció una reforma monetaria en los tres sectores occidentales de Berlín... que tenía 160 kilómetros dentro de Alemania Oriental... para reemplazar el popular mercado negro de cigarrillos estadounidenses. Los soviéticos interpretaron esto como un gran paso para establecer un estado alemán independiente en Occidente así como una traición a la promesa estadounidense de dotar de indemnizaciones desde las zonas occidentales intrínsecamente más prósperas. Los soviéticos cortaron los accesos por tren y carretera a Berlín. Stalin dijo que las potencias occidentales habían prohibido el derecho de acceso porque estaban destrozando la idea de una reunificación de la Alemania de postguerra.


Los medios de comunicación occidentales condenaron la crueldad salvaje de la sumisión de civiles a través del bloqueo soviético a Berlín. Pero al contrario de esta visión ampliamente extendida, los soviéticos, a pesar de sus culpas, garantizaron el acceso a comida y carbón a los berlineses del oeste, desde el área oriental. La inteligencia militar de EEUU lo confirmó. Lo que la mayoría de la gente recuerda, en cambio, que durante los siguientes 15 meses en una heroica maniobra defensiva contra la agresión soviética el enorme puente aéreo organizado por el general Curtis Lemay que entregó comida y combustible a 2,2 millones de personas en una ciudad sitiada. Truman, que estaba dispuesto a aprobar el uso de armamento atómico, escribió en septiembre: "estamos muy cerca de la guerra". Francia se mostró poco entusiasmada por esta iniciativa estadounidense pues le temía a una Alemania remilitarizada. Y tampoco Gran Bretaña. Pero Estados Unidos apostó a que con su monopolio atómico resultaría victorioso rechazando los intentos soviéticos para un mutuo acuerdo hasta que ambos lograsen unas leyes básicas para diseñar un estado en Alemania Occidental. y la creación en abril de 1949 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Esto, por primera vez en su historia, comprometió a Estados Unidos en una alianza militar en tiempos de paz con Europa Occidental. Con sus objetivos conseguidos, EEUU estuvo de acuerdo ahora en hablar sobre el futuro de Alemania, y fue entonces cuando los soviéticos levantaron el bloqueo. Y los soviéticos se rindieron. El bloqueo había sido levantado. Estados Unidos y Gran Bretaña habían mantenido la fe en el pueblo berlinés. El sustento de las provisiones continuó abierto. Alemania estaba ahora dividida oficialmente. Y a cambio de su ayuda exterior, Los Estados Unidos, junto con la OTAN, militarizarían Francia, Inglaterra, Italia, Alemania y una posterior estación armamentística nuclear en suelo alemán. En efecto, Estados Unidos declaraba que Europa Occidental era la primera línea de defensa y una potencial plataforma de lanzamiento para la III Guerra Mundial. A medida que las elecciones de 1948 se aproximaban, y los republicanos resultaban mayoritariamente favorecidos, Henry Wallace se proclamó a sí mismo candidato por el Partido Progresista. Cuanto mayor es el voto de la paz, de manera más definitiva el mundo sabrá que EEUU está ahora detrás de una política bélica reaccionaria bipartita que está dividiendo al mundo en dos campos armados. La gente del mundo debe ver que existen otros EEUU distintos a los del liderazgo de Truman, apoyado por los militares, dominado por Wall Street Que está oscureciendo a la democracia en todo el mundo El equipo político de Truman lanzó una campaña anticomunista Usando liberales para acusar al antiguo vicepresidente de ser una herramienta de Moscú, No quiero y no voy a aceptar El soporte político de Henry Wallace y sus comunistas (aplausos) A pesar de que Wallace negó repetidamente cualquier relación Con el comunismo y advirtió que cargos de eso Estaban siendo usados para cortar libertades estadounidenses, Multitudes rompieron sus seguidores, universidades le rechazaron El derecho de hablar en los campus y sus seguidores fueron despedidos a veces de sus trabajos Glen, creo que el pueblo estadounidense va a sorprendernos muy, muy gratamente el próximo otoño.


Yo también. El compañero de ticket de Wallace, senador por Idaho Glen Taylor, fue arrestado y apaleado por la policía en Birmingham, Alabama por asistir a una reunión del Congreso de la Juventud Negra del Sur. a través de una puerta con la insignia "gente de color". Wallace telegrafió a Taylor. Esto muestra la hipocresía de gastar miles de millones en armas para defender la libertad en el mundo, mientras la libertad se pisotea en casa. Las acusaciones de comunista y el tratamiento despectivo a Wallace dado por los grandes periódicos se cobró su peaje. La campaña de Wallace fue un desastre. Quedó cuarto tras un segregacionista de Carolina del Sur. Pero su agenda progresista en temas domésticos, especialmente en los derechos civiles, aparentemente influenciaron a Truman, al final hubo un sorpresivo aluvión de votantes demócratas a favor de Truman temiendo ahora una victoria republicana y permitiendo a Truman molestar al favorito Thomas Dewey. A pesar de ser una milagrosa historia de éxito en la política estadounidense, Harry Truman, como Churchill, vería su presidencia derrumbarse. En los siguientes cuatro años su aprobación se desplomó, dejando el cargo con un mínimo histórico al mismo nivel que de George W. Bush. En Septiembre de 1949 sucedió el primero de tres grandes eventos, ninguno de ellos inesperado según las leyes de acción y reacción. Truman conmocionó a la nación. Tenemos evidencia de que en las últimas semanas ha tenido lugar una explosión atómica en la URSS. En 1948 Oppenheimer había dicho: "Nuestro monopolio atómico es como una tarta helada derritiéndose al sol." Como Henry Wallace había avisado en 1945, Truman y su equipo se habían equivocado al asumir que los EEUU mantendrían su monopolio sobre la bomba atómica. Los estadounidenses se sintieron más vulnerables que nuca, y la guerra armamentística nuclear que Wallace y los científicos habían temido había acelerado hasta el punto en que los EEUU consiguieron crear una bomba de Hidrógeno. Al finalizar 1949, China, la nación mas grande y populosa, se había convertido al comunismo, Cuando Mao Zedong se libró de los nacionalistas corruptos de Jiang Jieshi. Era sin dudarlo la mayor revolución desde que la Rusia de 1917 derrocó al Zar. La revista Time avisó de la "marea roja que amenaza con tragarse el mundo." El General Douglas MacArthur escribió en la revista Life: "La caída de China pone en peligro a los EEUU" Haciéndose los ofendidos, como si la pérdida de los nacionalistas corruptos no hubiese sido anticipada, el lobby conservador de China en EEUU culpó no sólo a la URSS, los demócratas, y a los expertos en China del Departamento de estado, sino también al Secretario de Estado George Marshall. Estas acusaciones demostrarían ser falsas. Al subordinar la revolución mundial a sus preocupaciones de seguridad más inmediatas Los soviéticos proveyeron muy poca asistencia y aliento a los revolucionarios. Finalmente, Stalin formó una alianza con Mao en Febrero de 1950, pero instó al líder radicalizado chino a mantener relaciones cordiales con los EE.UU. Ambos bandos se hicieron uno a otro reclamaciones exageradas, pero el compromiso chino al cambio revolucionario y el rechazo de EE.UU.


a reconocer la legalidad del nuevo gobierno con un lugar en Naciones Unidas mientras reconocía países con dictaduras, condenó todo esfuerzo hacia la paz. En Junio de 1950, Corea del Norte invadió Corea del Sur Y la guerra fría ahora se volvió caliente de verdad Tanto el dictador instalado por los soviéticos en el norte como el instalado por EE.UU. en el sur estaban amenazando con unificar el país por la fuerza Afligido por EE.UU. reconstruyendo Japón, con quienes los soviéticos habían luchado en dos guerras sangrientas, Stalin dio luz verde a Kim para someter al sur por la fuerza. Stalin le dijo a Kim Il Sung que la guerra era una forma de represalia por el "comportamiento arrogante de EEUU en Europa, los Balcanes, medio oriente, y en especial la decisión de crear la OTAN". Por otro lado, sabiendo del poder industrial de EE.UU, Stalin no quería una guerra amplia. Un dato importante era que la junta militar y el departamento de estado reconocieron públicamente que Corea estaba fuera del perímetro de defensa de EE.UU. en el este de Asia Pero con la victoria comunista en China Y fuerzas revolucionarias amenazando con derrocar los regímenes apoyados en occidente en Vietnam, Malasia y las Filipinas Truman sintió que tenía que defender su posición en algún lugar y Corea fue señalada como ese lugar. Si dejamos que Corea caiga, los soviéticos continuarán y se tragarán Asia a bocados. Si dejamos Asia caer, Oriente Próximo colapsará y no sabemos lo que pasará en Europa. A pesar de desplegar decenas de miles de soldados Truman se negó a llamarle guerra a la intervención etiquetándola como "acción policial" Aunque era técnicamente una acción de la ONU los EEUU suministraron la mitad de las fuerzas de tierra y casi todas las navales y aéreas. Casi todas las restantes fuerzas de tierra era surcoreanas. Truman también decidió puentear la autorización del Congreso creando un precedente para futuras intervenciones. Los tres años de una sangrienta y vacilante guerra le costarían caro a Truman. Respecto a James Forrestal, que había dado forma al venenoso clima antisoviético en Washington, había perdido varias luchas políticas con Truman y había sido relevado del cargo en una ceremonia en Marzo del 49. Estaba "destrozado". Cuando su amigo y futuro director de la CIA, John McCone, fue a verle Forrestal, cada vez más paranoico, bajó las persianas y se alejó de la ventana para no ponerse a tiro de ningún francotirador. Nunca dijo de quién tenía miedo. Los rumores llegaron a la prensa y se hizo público en todo el mundo que se descubrió a Forrestal en la calle en pijamas. gritando: "¡están llegando los rusos!" "Ya están aquí! Tu eres el próximo" El Pentágono anunció que Forrestal se había ido por un chequeo de rutina al hospital naval Bethesda en Maryland. Fue diagnosticado con depresión reactiva. Doctor! Le puede decir a estos tontos que no estoy loco! Haga que me escuchen antes de que sea tarde! Escúcheme. Por favor, escuche. Si no hace, si no se hace, Si no me entiende, entonces el mismo terror increíble, que me está amenazando lo atacará a Ud. Sólo en su habitación en el piso 16 Sufría pesadillas constantes de persecución Pensaba que le iba a suceder lo mismo que al canciller checoslovaco Jan Msaryk Arrojado por una ventana.


Pero su condición comenzó a mejorar y en la noche del 22 de mayo de 1949 Se quedó hasta tarde copiando "El Coro" de Sófocles, del Àyax, cuando el héroe reflexiona sobre su destino lejos del hogar. Al llegar a la palabra "nightingale", dejó el lápiz y saltó desde la planta 16. El filósofo y columnista Walter Lippmann escribió de Forrestal: "Fue como un médico que estudia una enfermedad y acaba contagiándose". Tras él, Forrestal dejó un recién nacido Pentágono que, en contra de los que peleaban por mundo diferente, sólo veía conspiraciones comunistas. Sigue siendo hoy un equívoco fundamental el hecho de que EEUU entró en la guerra fría en respuesta a la agresión global de la URSS. No cabe duda de que los soviéticos impusieron represivas y, cuando eran contestados, brutales dictaduras en Polonia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Alemania del Este, Albania y Checoslovaquia. Pero también está claro que al principio los soviéticos aceptaban gobiernos amigos en estos países, hasta que el Oeste hizo movimientos amenazadores tanto para su ideología como para su seguridad. Durante la posguerra, son los EEUU con su monopolio atómico, y no la URSS, quien tiene la mayor responsabilidad en el comienzo de la Guerra Fría. El pacifista A.J. Muste escribió en 1941: "El problema tras la guerra es el vencedor. Cree que ha demostrado que la violencia funciona. ¿Quién va ahora a enseñarle nada?" Desde el primer día de la presidencia de Truman, su afinidad con la línea dura y los anti comunistas, su desprecio de la armonía entre Roosevelt y Stalin, el provocador e innecesario uso de las bombas atómicas, su expansión de bases militares estadounidenses por el mundo, el discurso de Churchill en Fulton, la llamada de Truman a combatir el comunismo en Grecia, la división y remilitarización de Alemania, las continuas pruebas de bombas atómicas y de hidrógeno cada vez mayores que usó para amenazar a la URSS, la deliberada exageración de Truman del peligro comunista, tanto fuera como en EEUU, y su persecución y silenciamiento de aquellos que rechazaron estas distorsiones. En todos estos casos, salvo pocas excepciones, EEUU, tras liberar Europa Occidental, apuntaba ahora al miedo y a la agresión. ¿Por qué este miedo? Se ha dicho que, como estadounidenses, somos inmigrantes en un nuevo país. Personas que de una u otra forma hemos huido de la persecución, de la pobreza y del miedo. Y aunque separados por dos grandes océanos, aún estamos sujetos a ese miedo incesante. Incluso nuestros hijos y nietos. Los norteamericanos hemos sido educados y cortejados por el mito del nuevo comienzo, puro, en un nuevo mundo. El mito del excepcionalismo estadounidense en una nueva Jerusalén, una ciudad en la colina. ¿Es necesario entonces exagerar el miedo a la persecución de fuera, al extranjero corrupto que siempre representará al diablo? Hordas de extranjeros codiciosos y decididos, que roban empleos a los trabajadores estadounidenses y el pan a las familias estadounidenses Es para combatir este peligro para lo que nos hemos reunido aquí, y exigir en alto: ¡EEUU para los estadounidenses! ¿Estás dispuesto a proteger tu trabajo? - Puede estar seguro, señor. - Me alegra oír eso, porque tenemos un grave problema en este estado. Está lleno de extranjeros tratando de birlar los empleos de los estadounidenses como tú y yo. Realmente aprecio que me lo cuente, Sr. Taylor. El primer forastero que venga a jugar con mi trabajo se va a encontrar con un gran problema.


Pero no va a ser sólo uno, Metcalf. Tendrás que pelear con todos ellos. Estos extranjeros siempre van en grupo, y te apuñalarán por la espalda antes de verlos venir. Un estadounidense sólo no tiene ninguna posibilidad. Al comienzo del siglo XXI habría casi 300 millones de armas en los hogares estadounidenses. Somos la nación más armada del mundo. Pero cuando una nación llega al extremo para protegerse, es inevitable que esa protección nunca parecerá, psicológicamente, suficiente. A menudo, también es cierto que la imagen del enemigo crecerá en proporción al tamaño de la defensa, causando una reacción exagerada y un gasto creciente de energías en un inútil intento de acabar con ese miedo, que nunca acaba de desaparecer. Miedo e incertidumbre son dos elementos inevitables de la vida humana, desde el inicio de los tiempos. Deben ser aceptados, al igual que nacer o morir. Fue Alejandro Magno quien dijo: "si conquistas tu miedo, conquistas la muerte". Y conviviendo con y conteniendo nuestro miedo e incertidumbre, nos fortalecemos de forma natural. La ironía de la vida, en lo personal y lo público, es que a menudo, con el paso del tiempo, aquello que tememos, el enemigo, se vuelve, para sorpresa de antiguos adversarios, amigo, y a menudo gran amigo o aliado. Claramente, en perspectiva, los líderes estadounidenses exageraron la amenaza de un enemigo que sentían que necesitaban, queriendo definir el mundo como un choque existencial entre dos sistemas sociales antagónicos. Henry Wallace, que advirtió que el origen de nuestros errores es el miedo, había dicho que los dos sistemas podía competir sanamente. Pero la línea dura de la sociedad estadounidense consideró que eso era imposible, y Henry Wallace fue considerado un ingenuo. James Forrestal, de la línea dura primer Secretario de Defensa, terminó con su vida de una forma violenta que se convertiría en un extraño presagio para una política exterior estadounidense, cada vez más asustada de su propia sombra. 50 años después de comenzar del siglo a mitad de camino entre 1900 y 2000, EEUU había forjado la base de una nueva mentalidad. Se había transformado completamente en un singular tipo de imperio, económicamente supremo y masivamente armado, patrullando el mundo, proclamando la libertad y la democracia. Para un policía, es necesario localizar y arrestar a los enemigos de su sistema social. Así, los siguientes 60 años de la historia de les EEUU seguirán un patrón ya visto, en la forma de más actividades encubiertas desconocidas para los ciudadanos, más y más guerras regionales, y una forma de control impuesta una y otra vez. Si la historia nos enseña algo es que debemos resistir las agresiones o éstas destruirán nuestras libertades. Estás en el punto de mira de la bomba, un adversario se está fijando en ti. Eres ciudadano del mundo libre, ciudadano de los Estados Unidos de América. Tú eres el objetivo. Paz y prosperidad. Una cortina de hierro ha descendido a través el continente, el Estado Griego está amenazado hoy por actividades terroristas guiadas por los Comunistas. ¿Han sido alguna vez miembros del Partido Comunista? Debería seguir luchando por la paz. ¿Cuánto tiempo tenemos? Esta es la era atómica.


En paz con 67 millones de personas empleadas -la mayor en nuestra historia- Estados Unidos representa hoy un éxito de buen gobierno sin igual en la historia del hombre, mientras el acelerador controla las ruedas de nuestro destino, un espíritu de esfuerzo alienta cada vez más avances en agricultura, la industria en la ciencia y los negocios eso asegura a la gran mayoría un estilo de vida que es físicamente gratificante y espiritualmente estimulante. La semilla de nuestra buena fortuna tuvo raíces aquí. preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos... así que ayúdame Dios. El Republicano Dwight David Eisenhower fue electo presidente en 1952, con una victoria aplastante en 39 estados. Un héroe de la 2a Guerra Mundial que etiquetó la guerra en curso con Corea como inútil. Eisenhower, terminaría con ella y devolvería la confianza y el optimismo americano: Ahora miramos hacia el futuro con fe en nosotros mismos, en nuestro país y en el creador quien es el padre de todos nosotros. Y con fe en el más poderoso arsenal alguna vez ensamblado, sólo tres días antes de su elección EEUU probó su primera bomba de hidrógeno en lo que había sido la isla de Elugelab. La bomba de 65 toneladas era demasiado grande para ser lanzada desde un avión. Elugelab fue quemada a 100 millas durante 6 horas bajo una nube de hongos y entonces... desapareció para siempre. ¿Quién era este nuevo presidente estadounidense con cara de abuelo? En Postdam se había opuesto a los bombardeos atómicos en Japón, había presionado para que un segundo frente ayudara a los Soviéticos, y desarrollado una amistosa relación con el General Soviético Zhukov. Stalin le tenía alta estima. Fue el primer extranjero en ser testigo de un desfile en la Plaza Roja, desde la plataforma en la cima de la tumba de Lenin, y seis semanas después de su toma de posesión en marzo de 1953, una oportunidad única se presentó por si misma. Los americanos se despertaron con la noticia de que J. Stalin había muerto. A pesar de su extraordinaria brutalidad la mayoría de los Rusos lo veneraban por guiar a la nación a la victoria sobre los nazis y convertir a una atrasada Rusia en un estado industrial moderno. Mientras el pueblo le lloraba, los nuevos e inseguros líderes soviéticos crearon el fantasma de alguien que había gobernado sus vidas como un antiguo zar durante 30 años, decidido a aliviar tensiones con el occidente capitalista. Querían sobre todo centrarse en mejorar su calidad de vida en casa y llamaban a la coexistencia y competencia pacífica. ¿Cómo respondería el nuevo liderazgo de EEUU.? Winston Churchill fue reelegido por segunda vez para el cargo en 1951 declarando 50 años de diplomacia internacional desde la edad dorada de los imperios europeos hasta el horrible ascenso del fascismo. Pero esta nueva era nuclear suponía un terror especial para el viejo. Instó a Washington a que aprovechasen esta oportunidad sin precedentes y presionó por una cumbre internacional con los nuevos líderes soviéticos. Tenía esperanzas puestas en Eisenhower. Pasaron 6 semanas. Silencio. Y entonces, Eisenhower habló elocuentemente de paz. Esto no es un modo de vida en absoluto, en ningún sentido verdadero bajo la nube de la amenaza de guerra, la humanidad cuelga de una cruz de hierro.


Los soviéticos, inspirados, reeditaron el discurso ampliamente conocido pero entonces, dos días más tarde, una respuesta volvió a Moscú del secretario de estado de Eisenhower, John Foster Dulles: la ofensiva de paz, fue una defensiva paz tomada en respuesta a la fuerza de EEUU y los comunistas estuvieron conspirando continuamente para derrocar desde dentro todo gobierno genuinamente libre del mundo. Era insultante y los soviéticos estaban perplejos, preguntándose si era el moderado Eisenhower o la línea dura de Dulles quien hablaba en nombre de esta nueva administración. Hijo de un ministro presbiteriano, Dulles había hecho carrera en Wall Street en los 20 y 30 como abogado para la central eléctrica Sullivan & Cromwell Dulles nunca cejó en su compromiso de proteger los intereses comerciales de EEUU o en su odio por el comunismo. A pesar de sus tardías e intensas negativas de trato con los nazis trabajó para clientes banqueros y ayudó a garantizar la venta de más de mil millones de dólares en bonos alemanes. También trató ampliamente con la corporación IG Farben, un contribuyente significativo del régimen de Hitler. Dulles creía en la liberación agresiva de los ciudadanos bajo control soviético: Dondequiera que mire alrededor del mundo, la pregunta es: lo que tal vez sea lo próximo que perdamos. Parecemos estar a la defensiva y ellos está a la ofensiva. En ese momento la acción política en Corea era una pesadilla de 2 años y medio y maniobras sin fin para laderas sin utilidad tan esquivas como las junglas del sur de Vietnam 15 años después. Luchando contra norcoreanos entrenados y equipados por soviéticos, el general Douglas MacArthur había empujado al norte,a la frontera con China a pesar de repetidos avisos de Beijing asegurando a Truman que China nunca entraría en la guerra. A finales del otoño de 1950 cientos de miles de tropas chinas Atravesaron el río Yalu, enviando las fuerzas de EEUU y aliados hacia atrás en una retirada frenética. Los marines que encabezaron la fuga no lo consideraron una retirada. "Retirada, ¡un carajo!" dijo el comandante. "Nosotros sólo avanzamos en una dirección diferente". La revista Time lo llamó la peor derrota que EEUU había sufrido nunca. Truman escribió en su diario: "La 3ª Guerra Mundial está aquí". MacArthur repetidamente y Truman por separado amenazaron con utilizar la bomba. El general Curtis Lemay se presentó voluntario para dirigir los ataques y, sin saberlo el público, pilotos de EEUU y soviéticos estaban enfrentados en batalla aérea directa, único combate prolongado entre bandos en la Guerra Fría. El drama de Truman despidiendo a MacArthur por insubordinación: El general MacArthur es uno de nuestros mayores comandantes militares pero la causa de la paz mundial es mucho más importante que ningún individuo. Y el impacto de ver a su poderoso militar fallar y ser vencido campesinos chinos mal equipados llevó la popularidad de Truman a records mínimos del 22%. Sin victoria a la vista, las fuerzas de la ONU atacaron mes tras mes el norte y el sur con un masivo e incesante bombardeo aéreo convencional, similar al utilizado en la campaña de Japón cinco años antes. El arma que se eligió fue el napalm. Casi toda gran ciudad en Corea del Norte se quemó hasta los cimientos, poco quedó en pie en el Sur.


Aunque Mao Zedong se imaginaba un conflicto mundial, Stalin en el verano de 1951 empujó a los norcoreanos a la mesa de negociaciones. Pero las negociaciones se prolongaron durante dos años más. ¿De qué estamos hablando? ¿De qué estamos discutiendo? Sabes que esta colina insignificante no tiene importancia para ti ni para nosotros. ¿Así que cómo puede valer la vida de un hombre? No sentís responsabilidad hacia miles de personas. A pesar de avances en las negociaciones y la iniciativa de paz soviética después de la muerte de Stalin, ahora Eisenhower amenazaba con ampliar la guerra. Sugirió a sus comandantes que la zona de Kaeson en Corea del Norte podría ser un buen lugar para mostrar las nuevas bombas atómicas tácticas. El Estado Mayor y el Consejo de Seguridad apoyaron ataques atómicos en China. Eisenhower y Dulles se aseguraron de que los líderes comunistas conocían estas amenazas. EEUU también comenzó a bombardear los diques cerca de Pyongyang, Corea del Norte, causando enormes inundaciones y destruyendo la cosecha de arroz. El Tribunal de Nuremberg condenó acciones similares de los nazis en Holanda en 1944 como crímenes de guerra. Con víctimas muy numerosas en ambos bandos, finalmente se firmó un armisticio en julio de 1953, dividiendo el país como estaba al empezar la guerra hace tres años. EEUU, a pesar de la intención de parar el comunismo, era visto como perdedor. Porque no había ganado. El vicepresidente Richard Nixon insistiría que las amenazas nucleares de Eisenhower funcionaron brillantemente, enseñándole el valor de la imprevisibilidad e inspiró a Nixon su propia tesis que aplicó en Vietnam menos de 20 años después. Quedó claro el mensaje a los asiáticos que desafiaran intereses de EEUU. Entre 3 y 4 millones de coreanos murieron de una población de 30 millones, 10%, así como más de un millón de chinos y 36.000 estadounidenses. China había resistido con orgullo a EEUU como los vietnamitas harían después, mejorando su prestigio internacional. Pero EEUU bloqueó la entrada de China en la ONU hasta 1971. Los soviéticos en comparación parecían débiles ampliando su brecha con China. En cuanto a EEUU, fue Churchill quien comprendió el verdadero significado: Corea no importa ahora. Nunca oí hablar del maldito lugar hasta que tuve 74. Su importancia reside en que condujo al rearme de EEUU. El presupuesto de defensa se había cuadruplicado hasta casi 50 mil millones, y el gasto militar subió a más de un 50% del presupuesto de EEUU para el resto de la década de los 50. Con Eisenhower se logró una permanente economía de guerra. Dicho de otra forma, no sólo General Motors era bueno para EEUU, el anticomunismo era bueno para los negocios. Colgad los estandartes, batid los tambores, llevaremos a Ike a Washington.


Durante su campaña, Eisenhower de hecho hizo poco para bajar la temperatura de la guerra fría, avivando las llamas de antisoviéticos con llamadas a ir más allá de la contención demócrata hacia una liberación republicana del Bloque del Este. Aunque despreciaba al malvado anticomunista el senador de Wisconsin Joe McCarthy y en privado deploraba sus tácticas, se echó atrás durante su campaña de defender a su mentor el general George Marshall que McCarthy acusó de traición virtual por perder China siendo secretario de estado. Aunque sólo hubiese un comunista en el Departamento de Estado, eso aún serían demasiados comunistas. Marshall se negó a responder y dijo a Truman al momento que si en ese punto de su vida tenía que explicar que no era un traidor apenas merecía el esfuerzo. Pero no fue mucho después que dimitió como secretario de defensa. Desde 1950 en adelante, titulares hechos por McCarthy: Tengo en mi mano una lista de 205, una lista de nombres que he comunicado al secretario de estado como miembros del partido comunista que sin embargo están todavía trabajando y dando forma a la política del Departamento de Estado. Senador, senador Iselin, me gustaría verificar ese número señor, ¿Cuántos comunistas ha dicho? Mayor, he dicho que había exactamente, 105 comunistas registrados en el departamento de defensa ahora. ¿Cuántos señor? 275 y eso es todo lo que tengo que decir sobre este tema por el momento. Vamos nena. ¿Cuántos ha dicho? Sería más feliz si pudiésemos llegar a un acuerdo sobre el número de comunistas que sé que hay en el Departamento de Defensa. Al día siguiente en otro estado redujo su número a 57. Aunque había guardado silencio cuando importó, Truman en uno de sus delicados discursos deploró el estado de ánimo y la histeria que había hecho crear tanto: Ahora voy a deciros como vamos a luchar contra el comunismo. No vamos a transformar nuestro gran FBI en una policía secreta como la Gestapo. Eso es lo que a alguna gente le gustaría hacer. No vamos a intentar controlar lo que nuestra gente lee y dice y piensa. No vamos a convertir a los EEUU en un país totalitario de derechas para afrontar la amenaza de la izquierda totalitaria. En resumen, no vamos a acabar con la Democracia. Vamos a manterner la Relación de Derechos de los libros. Pero en los años 50, el debate político se siguió desvaneciendo en los EEUU, pues Eisenhower nuncá atacó públicamente las tácticas extremas de bien la Amenaza Roja o de la Amenaza Lavender que apuntaba a gays y lesbianas. Tras las cortinas, el poder real estaba siendo ejercido por Edgar Hoover, que tenía todo el apoyo de Eisenhower para pinchar teléfonos, abrir el correo, poner micrófonos, acceder a despachos y cajas fuertes. Hoover a menudo jugaba con la falsa amenaza de un ataque sorpresa soviético a los EEUU y en 1956 informó a Eisenhower sobre una amenaza de bomba sucia sobre Manhattan, que mataría a miles de personas.


¿Qué hay en la caja? La curiosidad mató al gato, y lo habría hecho con seguridad si hubieras seguido el impulso de abrirla. Hoover estaba totalmente convencido de que el Comunismo apoyaba el movimiento por los derechos civiles de los negros y había espiado a todo líder negro. Su FBI estaba ocupado en una serie de otros frentes filtrando información a sus activos de alto nivel en la prensa y lanzando en 1956 un programa llamado Cointelpro de trucos sucios diseñados para desbaratar algunas de las 2300 organizaciones izquierdistas. En 1960, el FBI había empezado a investigar a más de 400.000 personas y grupos, todo con el apoyo de Eisenhower. Desfiles patrióticos y paisaje con marcas de viruela. La paranoia se descontrolaba: El comunismo realmente no es un partido político, es un modo de vida, un fatídico y maligno modo de vida. Revela un estado similar a la enfermedad que se expande como una epidemia. Y como en una epidemia, es necesaria cuarentena para evitar que infecte esta nación. Un segundo y más dañino conjunto de audiciencias en Hollywood empezó. Artistas y ciudadanos fueron llevados ante comités con el fin de dar nombres. Para la escritora Mary McCarthy su propósito no era combatir la subversión si no convencer a los americanos de que aceptasen el principio de traición como norma de buena ciudadanía. Funcionó. El famoso periodista I.F. Stone había denunciado antes el intento de convertir a toda una generación de estadounidenses en soplones. La percepción de nuestro heróico aliado estaba ahora profundamente empañada en EEUU por el puente aéreo de Berlín, los espías, la guerra de Corea y las nuevas brutalidades de las purgas de Stalin. Pero el Miedo Rojo en si era mucho más perjudicial para Estados Unidos. Sin duda diezmó el partido comunista legal en EEUU cuyos miembros cayeron de 80.000 en 1944 a menos de 10.000 a mediados de los 50, con unos 1500 de ellos informando al FBI. 9 años representando algo que odio y siendo odiado por hacerlo. ¿Ocurrió algo en los cuarteles generales? No, aún creen que soy un desalmado que vendería a su propia gente Sabes, vosotros teneis un hogar y una familia cuando acaba vuestra jornada volveis a casa donde están encantados de veros. Yo no tengo nada más que un puñado de rojos que me cortaría la garganta y me echarían a un río después de acabar conmigo. Mira, Ken, tienes que sacarme de esta, tienes que limpiar esta calumnia roja sobre mi, no puedo soportarlo más. Más importante, el Miedo Rojo aniquiló la izquierda de EEUU, los sindicatos y organizaciones culturales y políticas que habían incentivado las reformas del New Deal de las décadas de los 30 y 40. Con la excepción de los movimientos de derechos civiles y antinucleares, el declive y reforma de la izquierda a lo largo de los 50 se silenciaría, y el movimiento por los trabajadores ya no se recuperaría. Hasta el día de hoy, los años 50 de Eisenhower son recordados como una era de soledad, tristeza y conformidad de un hombre capitalista de traje gris.


Temiendo que el gasto en defensa condujera a la quiebra del país, Eisenhawer y Dulles decidieron dar otro enfoque a la defensa del país recortando el tamaño del ejército y confiando en armas nucleares baratas a usar como cualquier otra basándose en la presunción de que cualquier guerra con los soviéticos derivaría en una guerra nuclear a gran escala. Aunque había odiado las armas nucleares, Eisenhower dijo al embajador británico: Para convencer a un público ya harto, no existía gran diferencia entre armas convencionales o nucleares. Le dijo a un periodista en 1955 que consideraba las armas nucleares tan válidas para usar como otras municiones. Churchill se quedó en shock, así como el ganador del premio Pulitzer columnista del NY Times James Reston que se preguntó por qué ningún congresista cuestionó la promesa de Eisenhower de represalias atómicas repentinas sin aprobación del congreso. En agosto de 1953, los soviéticos explotaron una bomba de hidrógeno de 400 Kilotones en Kazakhistan, conmocionando al mundo. Parecían haber acercado distancias y estaban solo 10 meses por detrás del resultado de la bomba H estadounidense. En diciembre del 54 Eisenhower ordenó que el 42% de las bombas atómicas y el 36% de las de hidrógeno se desplegasen al extranjero más cerca de la URSS. Mientras tanto él y Dulles aumentaron sus esfuerzos para vencer los tabús en torno a las armas nucleares. Tan pronto como diciembre del 53, Eisenhower desveló su programa atómico de paz en un discurso en la ONU, hipnotizando a los 3500 delegados: Si las gentes del mundo van a perseguir inteligentemente la paz, deben entender los hechos relevantes de la existencia de hoy en día. Prometió energia demasiado barata para medir en casa y el extranjero, ignorando los avisos de los científicos sobre los excesos de la proliferación. Con el paso de los años la Administración propondría iniciativas para usar las bombas nucleares para excavación planetaria o crear puertos en Alaska liberando depósitos de petróleo inaccesibles, crear reservas bajo tierra que produjesen vapor de agua desalinizada. Hubo diseños para forjar un canal de Panamá mejor y más grande, y para alterar los patrones del tiempo, e incluso derretir capas de hielo polar. Las hamburguesas de una sartén de electricidad atómica son prueba sabrosa de las cosas que llegarían con la era atómica. Pero cuando las pruebas con una bomba de hidrógeno en las Islas Marshall en marzo del 54 se torcieron y contaminó a pescadores japoneses y a isleños, la indignación internacional se desató. La palabra lluvia radioactiva entró en el léxico, y la oposición a pruebas nucleares creció en el mundo con nuevas marchas de las personas por las calles de nuevo. El respetado no aliado primer ministro indio Nehru denunció públicamente que los líderes de EEUU eran lunáticos egocéntricos que harían volar a cualquier persona o a cualquier país que se interpusiera en su política. Eisenhower dijo a su asesor de seguridad nacional: todos parecen creer que somos raposas, serpientes de cascabel y traficantes de guerra. Dulles se preocupaba: ahora las comparaciones son entre nosotros y la maquinaria militar de Hitler.


Pero Eisenhower todavía podía hablar elocuentemente y ser creído: Vengo aquí representando una nación que no quiere ni un acre de la tierra de otros, que no busca el control de los gobiernos de otros pueblos, que no persigue un programa de expansión comercial o político o de poder de ningún tipo a expensas de otros pueblos. Había otras razones además de la proliferación nuclear para la denuncia de Nehru de los líderes de EEUU ante el mundo. Nehru sabía más que lo que el pueblo americano conocía. Sabía que Eisenhower no estaba diciendo la verdad. En Irán, Gran Bretaña sufrió otro revés con la nacionalización de su gran industria petrolera, y la confiscación de sus propiedades entre escenas de violencia. Los británicos acudieron a la CIA con cuentos sobre un control soviético del petróleo de Oriente Medio, la rica región que va desde el Mar Caspio al Golfo Pérsico, que al contrario que Corea, era crítico para Occidente. Elegido democráticamente, el inmensamente popular primer ministro, Mohammed Mosaddegh fue el primer iraní en obtener un doctorado en Derecho en Europa. La revista Time le nombró en 1951 Hombre del Año. Inspiró a las masas árabes de la región que latían de fiebre nacionalista, listas para dirigir su propio destino. Dulles y su hermano Allen, que ahora era lider de la CIA conocían que Mosaddegh no era comunista, pero temían un relevo por parte del pequeño partido comunista. Y con la total aprobación de Eisenhower recurrieron a la CIA para deshacerse del loco Mosaddegh, comprando a periodistas, militares, parlamentarios y los siniestros servicios de los guerreros extremistas del Islam, una banda terrorista. En Agosto del 53, masas organizadas causaron el caos en Teherán divulgando rumores de que Mosaddegh era judío y comunista. La CIA y la inteligencia británica pagaron a matones para destruir mezquitas. Entre los alborotadores estaba Ayatollah Khomeini, el futuro líder iraní. Mosaddegh y miles de sus seguidores fueron arrestados por traición,algunos ejecutados. La antigua casa en ruinas de Mosaddegh es mudo testigo de los tres días de revueltas que culminaron en un golpe militar del que el antiguo dictador escapó volando. El Sha que había volado desde Roma llega a casa. El petróleo puede ir a Occidente. Restituyendo al Sha en el trono, EEUU abrió el grifo financiero de los próximos 25 años, creando su mayor aliado militar en el Medio Oriente. Reduciendo la cuota de los Británicos, cinco petroleras de EEUU recibieron ahora el 40 por ciento de un nuevo consorcio. Celebrado en los medios occidentales como gran victoria, sería muy perjudicial. En lugar de ver un cambio de actitud a la muerte de Stalin, los soviéticos lo percibieron como la imposición de otro gobierno títere en una nación con la cual compartían 2000 kilómetros de frontera junto a la alianza de la OTAN, y ahora veían una estrategia de aislamiento. Blowback es un término de espionaje para definir consecuencias violentas no esperadas en una operación encubierta con población civil de la nación agresora. Y en este caso los EEUU, a pesar del éxito temporal y mayor suministro de petróleo, habían indignado a los ciudadanos de una nación orgullosa.


Pudo llevar 25 años que el blowback se manifestara, pero en 1979 lo hizo. Hartos de elecciones amañadas y la represión de Savak, la infame agencia de inteligencia dada a la tortura, la gente se manifestó para abrazar la revolución islámica liderada por Khomeini, y expulsar al Sha. El golpe en Irán envenenaría las relaciones de EEUU con los iraníes otros 30 años hasta las presidencias de George W. Bush y Barack Obama. La CIA ya iba por libre, y el siguiente año organizó el derrocamiento del líder popular de Guatemala Jacobo Arbenz Guzmán que amenazaba los intereses del gigante americano en su empobrecida nación de América Central. Dulles creía que Arbenz era un comunista en secreto y si no le paraban facilitaría la infiltración soviética en esa región. En realidad, la influencia comunista era un partido minúsculo de aproximadamente 4000 miembros. El futuro de Guatemala queda a disposición de líderes leales a Guatemala que no la han traicionado siendo agentes de un despotismo exterior que pretendía usar a Guatemala para sus propios fines malignos. Desde bases en Honduras y Nicaragua en junio del 54, mercenarios de la CIA atacan. Y Arbenz se rinde a una junta militar. Los sucesos de esos meses y días añaden un nuevo y glorioso capítulo a la gran tradición de los estados americanos. El sustituto de Arbenz, un hombre fuerte anticomunista, Castillo Armas establece una brutal dictadura militar que utiliza escuadrones de la muerte y es asesinado tres años después. El elegido democráticamente Arbenz advertía de que se avecinaban 20 años de tiranía fascista. Se equivocaba. La subsiguiente tiranía duró en realidad 40 años, y se llevó la vida de unas 200 000 personas. La palabra comunismo se usaba ahora como descripción no solo de sistema soviético, pero por cualquiera, en cualquier lugar, en cualquier momento que quería un cambio de dirección en su país. Ya fuera un líder laboral, un reformista, un activista campesino, un trabajador por los derechos humanos o incluso un cura leyendo el evangelio y organizando grupos de autoayuda basados en mensajes radicales o pacifistas. Hechos aún más significativos se revelaron simultáneamente en Vietnam. Los británicos habían cedido gran parte de su imperio, pero los franceses que habían sido humillados por la invasión germana en la segunda Guerra Mundial aún combatían por sus enormes colonias de Indochina y África. Como habían hecho los británicos en Irán encaminado a recibir ayuda americana los franceses demonizaron a su enemigo, Ho Chi Minh, como un fanático comunista aunque sabían que representaba a la misma rebelión contra la que llevaban luchando desde últimos del siglo XIX. Para los vietnamitas, siempre fue una lucha por su independencia, mucho antes de que la Revolución Rusa y el concepto de comunismo echase raíces. Pero en este periodo de tiempo, se asumió como natural que el comunismo asiático estuviese dirigido por Moscú.


La verdad es que Stalin siempre se había mostrado cauteloso con Asia, negándole ayuda importante a Mao, así como lo haría con Ho Chi Minh, al ver poco que ganar enardeciendo a los franceses. Ho, quien había recibido ayuda de EEUU cuando lideraba la resistencia contra Japón en la II Guerra Mundial, pidió ayuda al presidente Truman para la creación de un Estado vietnamita independiente. No recibió respuesta. En 1950 descubrió por qué: Truman había vuelvo al otro bando. En abril de 1954 el ejército campesino de Ho Chi Mihn había terminado de llevar camiones pesados y misiles antiaréreos a través de la casi impenetrable selva y el terreno montañoso, para sitiar al ejército francés en Dien Bien Phu. Una batalla a muerte cernía sobre Dien Bien Phu, un fuerte francés aislado profundamente situado en el territorio comunista de Indochina. La batalla llega a su apogeo cuando las fuerzas francesas repelen repetidamente a cargos fanáticos por 40 000 rojos. Recibiendo suministros por vía aérea, con una superioridad de cuatro a uno, fueron 10 000 muertos o heridos de los atacantes mientras que se prolongaron sus propias bajas durante una única batalla en una guerra de ocho años. Increíblemente EEUU pagaba el 80 por ciento de los gastos de guerra franceses. Eisenhower lo justificó describiendo los países de la región como si fuesen fichas de dominó que cayesen, desde Tailandia, Indonesia y Malasia hasta incluso Japón. Aunque Eisenhower descartó enviar fuerzas terrestres de EEUU,el Estado Mayor Conjunto planea ejecutar la Operación Vulture, una campaña aérea contra posiciones vietnamitas que incluye la posibilidad de usar tes pequeñas bombas atómicas. Sin embargo franceses e ingleses rechazaron esta opción y el 7 de mayo después de 56 días agotadores, la guarnición francesa cayó. Y la era de conquista colonial francesa en Asia había terminado. A pesar de que sus fuerzas controlaban la mayor parte del país, Ho cedió a la presión soviética y china, quienes temían una intervención de EEUU y en Ginebra se aceptó la propuesta que dividiría temporalmente a Vietnam por el paralelo 17, con las fuerzas de Ho en retirada hacia el norte y las fuerzas francesas retirándose hacia el sur. En 1956 se previeron unas elecciones nacionales para unificar al país. EEUU prometió no interferir. Pero lo hizo, instaurando a un católico conservador y corrupto en un país budista. Ngo Dinh Diem no se demoró en aplastar rivales y encarcelando comunistas, miles de los cuales fueron ejecutados. Con el apoyo de EEUU, Diem se convierte en el proveedor más importante del acuerdo de Ginebra: cancelando las elecciones de 1956. Eisenhower explicó más tarde que las elecciones se habían realizado. El resultado fue una insurgencia reavivada, y en unos pocos años la guerra francesa se convirtió en americana. En todo el mundo, en África, la lucha vietnamita se convirtió en una inspiración para los revolucionarios argelinos sobrevivirían a los franceses en una guerra brutal de ocho años desde 1954 hasta el 62. Al final, esto destruyó al imperio francés en África.


En 1953, Eisenhower fue simbólicamente a Madrid a ofrecer un gran préstamo al temido dictador Francisco Franco a cambio del establecimiento de bases nucleares. España fue entonces admitida en la ONU en 1955, a pesar de que a la China comunista se le denegó la membresía. EEUU también apoyó a Portugal, quien se apoyaba en una enorme plantación en ruinas y un imperio de apartheid al sur de África así como en la vecina Suráfrica donde una minoría de blancos reprimían duramente a la mayoría negra. A mediados de los 50, la reputación de EEUU en el Tercer Mundo alcanzó su punto más bajo, ya que se alió con algunos de los regímenes más reaccionarios del mundo. La capacidad de represalias de EEUU podría mantener el equilibrio de poder con los soviéticos, pero no valdría para prevenir el alzamiento revolucionario en el mundo en desarrollo, que deseaba dirigirse a la no alineación entre los bloques capitalistas y soviéticos y... viendo un gasto de miles de millones de dólares en armas cuando el dinero para sobrevivir era escaso. Para los Países No Alineados, la Guerra Fría norteamericana de Eisenhower no era tanto una guerra contra el comunismo sino una guerra contra los pueblos pobres por los recursos de la tierra. 29 líderes asiáticos y africanos se encontraron por primera vez en 1955 en Bandung en Indonesia. El anfitrión fue el indonesio Achmed Sukarno, quien había dirigido la resistencia contra el colonialismo holandés. Las estrellas eran el líder rebelde de Yugoslavia el mariscal Tito quien, a pesar de los varios intentos de asesinato, se había liberado del control soviético de Stalin, como Nasser de Egipto quien se había enfrentado al imperio británico; Nehru, primer líder independiente de la India y Ho Chi Minh de Vietnam. Israel, con EEUU de aliado, no fue invitado a participar en el boicot árabe. China era comunista. Se encontraron en la preciosa isla de Java, en el cuarto país más grande del mundo, que combinaba la mayor población musulmana y el tercer mayor partido comunista. Esta conferencia no era para oponerse a nadie, sino una conferencia de hermanamiento. Dulles proclamó imparcialidad y su concepción arcaica. En un acto de inmoralidad y poca visión, en uno de los más extraños y poco conocidos episodios de este periodo, el primer ministro de China Zhou Enlai fue puesto en la mira por el gobierno nacionalista de Jiang Kieshi de Taiwan, asignado en secreto por la CIA. El detonador y la bomba fueron colocados en su avión. Pero Zhou sobrevivió cuando cambió de planes, a pesar de que 16 personas a bordo explotaron en el cielo bajo circunstancias misteriosas. Zhou mantuvo un enigmático silencio y la conferencia fue considerada un gran éxito. Pero muchos de esos líderes independientes fueron derrocados por EEUU con el tiempo. La URSS, quien primero había ignorado al bloque neutral, estaba empezando a enfrentarse a su propio pasado. El Presidente Nikita Kruschev quien, como Eisenhower, tenía un origen humilde y había visto lo peor de la II Guerra Mundial desde cerca como organizador de la batalla de Stalingrado impactó al mundo comunista en febrero de 1956, dando voz a quienes nunca pudieron hablar sin ser castigados.


Detalló el horror asesino de Stalin, que había dejado a su sociedad asustada dentro de una conformidad incluso mayor que los EEUU, que no habían sufrido terror psíquico. Criticó el culto a la persona de Stalin e inició una muy necesaria política de desestalinización. La reacción en todo el mundo comunista fue incenciaria. Los intransigentes se quedaron atónitos. En China, Mao se puso furioso. Los disturbios se extendieron por Europa del Este. Una muchedumbre se congregó frente al parlamento de Hungría y derribó una enorme estatua de Stalin, incluso hubo linchamientos de la policía secreta en las calles. Kruschev permitió que la revuelta siguiese su curso, pero cuando el moderado primer ministro húngaro anunció elecciones libres y declaró que Hungría se retiraba del Pacto de Varsovia de 1955, que era una nueva organización paralela a la OTAN del oeste, Kruschev sintió que no tenía otra opción o que sería aniquilado por su núcleo duro. Los tanques rusos entraron en la vieja ciudad y la resistencia acabó con la muerte de unos 2 500 húngaros. Aunque esta cifra palidece en comparación al total de bajas de las intervenciones americanas en los países del Tercer Mundo, Hungría se convirtió en una de las más grandes historias de la Guerra Fría, apuntando claramente a la maldad soviética y a la dominación. Esta es la maltratada Budapest bajo la brutal bota rusa. La policía secreta comunista persiguió a los heróicos luchadores por la libertad. La revista Time nombró a los luchadores por la libertad húngaros como hombre del año. Al mismo tiempo, e ignorado por el público norteamericano, el poder duro de EEUU continuó manifestándose globalmente. No estábamos muy contentos con el sr. Sukarno en, ¿qué año? 1958, y no creo que estuviésemos contentos con el en 1965. En Indonesia, Sukarno se convirtió en el objetivo principal. La CIA planea derrocarlo con una ridícula participación en películas porno y unas hermosas rubias rusas, y apoyando un golpe militar en 1957 en el que pilotos de la CIA bombardearon varios objetivos. Cuando Eisenhower negó la participación de EEUU, fue puesto en evidencia cuando uno de esos pilotos, Al Pope, fue derribado en un B-26 y se presentó en una conferencia de prensa. El resultado de estos actos empujó a Sukarno a aceptar más y más ayuda soviética. Harían falta ocho años para cambiar la estructura de poder en Indonesia a una de las más sangrientas masacres del siglo. Se había creado una situación extrema en Little Rock. Proyectando una imagen internacional negativa de EEUU, se enviaron tropas federales en el otoño de 1957 a Arkansas para proteger a estudiantes negros de secundaria recién matriculados de las violentas madres llenas de odio, mientras que la URSS progresista era contemplada por todos mientras lanzaba el satélite Sputnik en el cielo nocturno. Nosotros teníamos bombas, pero de pronto los soviéticos tenían espacio. Tenían cohetes y misiles. El líder de la mayoría del Senado Lyndon Johnson dijo que los soviéticos pronto dejarían caer bombas sobre nosotros desde el espacio como los niños dejaban caer piedras sobre coches desde los pasos elevados de autopistas. La respuesta de Eisenhower fue floja: le pusieron un anzuelo, lo que le llevó entonces a casa, donde al parecer jugó cinco partidas de golf esa semana.


La razón fue que conocía la verdad y no podía revelarla, era que la tecnología de EEUU había desarrollado en alto secreto aviones de reconocimiento U2 que habían sobrevolado durante un año el espacio aéreo soviético a 70 000 pies de altura fotografiando hasta qué punto los rusos se habían quedado atrás en la carrera armamentística. El director de la CIA Allen Dulles se cebó después: fui capaz de echar un vistazo a cada brizna de hierba de la Unión Soviética. Un mes más tarde los soviéticos lanzaron el enorme Sputnit 2 de 6 toneladas. Sin embargo, Kruschev le tendió la mano a Eisenhower pidiendo una competición espacial pacífica y un final para la Guerra Fría. Pero Ike, con una enorme presión política, alardeó públicamente sobre la vasta y creciente superioridad militar de EEUU. Aventajamos mucho a los soviéticos tanto en calidad como en cantidad. Planeamos seguir manteniendo la ventaja. La prueba es que sus submarinos y portaaviones enormes ahora están equipados con armas nucleares. No obstante, los demócratas tomaron la iniciativa. El respetado líder de la Cámara declaró que EEUU se enfrentaba a la extinción como nación. Entre los que se subieron al carro de la discrepancia de los misiles con entusiasmo fue el joven senador por Massachusetts, John F. Kennedy. Eisenhower rechazó estas críticas como un hipócrita bonachón bastardo, pero con tristeza. Había creado un análisis de seguridad secreto que fue autorizado básicamente por Paul Nitze, un intenso anticomunista pupilo en Wall Street de James Forrestal. En su informe, el Informe Gaither, fue devastador. Y fue filtrado aparentemente por el propio Nitze al Washington Post, que publicó el retrato de unos EEUU bajo el mayor peligro de la historia. Siguiendo el tradicional amarillismo, el periódico dibujaba una nación desplazándose a un estatus de poder de segunda clase y llamaba urgentemente a aumentar enormemente el gasto militar dende ese momento hasta 1970. La novela de Nevil Schute On The Beach de 1957, seguida por una película internacionalmente popular, mostró de forma desalentadora un puñado de supervivientes de una guerra nuclear esperando en Melbourne, Australia, la ciudad más austral, por la lluvia radiactiva que ya había acabado con el resto de la humanidad. Winston Churchill, ya retirado, asistía a un partido cuando preguntó si enviaba una copia de la novela a Eisenhower. El otrora héroe de la Guerra Fría respondió a la desesperada: Sería una pérdida de dinero. Está tan atolondrado que creo que la Tierra será destruida pronto. Y si fuese el Todopoderoso, no volvería a crearla en el caso de que lo destruyesen a él también. Después de dos ataques al corazón, Eisenhower aún parecía un hombre decente pero derrotado. Justo en las narices de la puerta trasera de EEUU a principios del 59, Fidel Castro y sus revolucionarios derrocaron al final la dictadura de Batista en Cuba en donde los intereses de EEUU controlaban más del 80 por ciento de los recursos cubanos. Castro hablaba de la redistribución de la tierra y la reforma del sistema educativo. Se apoderó de los grandes holdings cubanos, y alrededor de un millón de acres de la United Fruit y otras dos compañías, ofreciendo compensaciones, las cuales fueron rechazadas. Como otros líderes de los Países No Alineados, Castro aceptó la oferta de ayuda soviética.


En abril del 59, visitó EEUU y se encontró brevemente con el vicepresidente Nixon, que despreció a Castro como un ingenuo comunista y más tarde apoyó su eliminación. Y cuando las compañías de petróleo de EEUU y británicas se negaron a procesar el crudo ruso en sus refinerías cubanas, Castro las nacionalizó y amenazó con expropiar todas las propiedades norteamericanas en la isla. Eisenhower anunció un embargo comercial de castigo negando a los cubanos, entre otras cosas, el comercio de su azúcar por lo que soviéticos y chinos se ofrecieron a comprarlo. El bloqueo sería un peaje horrible, a pesar de que se suavizaría por EEUU en el cambio de siglo, duraría más de 50 años y diez administraciones. Condenado repetidamente por una gran mayoría de la Asamblea General en 2011, 186 países estaban en contra y dos lo apoyaban: EEUU e Israel. En marzo de 1960, Eisenhower aprobó un plan de la CIA para organizar una fuerza paramilitar de exiliados cubanos para derrocar a Castro. Este plan incluía la posibilidad de asesinato. Como referente para el resto del mundo, no se podía permitir que Castro tuviese éxito. El Congo Belga había sido retratado de manera infame por El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad a principios de siglo. No había cambiado mucho. Cuando Bélgica se fue en 1960, el nuevo presidente socialista Patrice Lumumba desesperado por encontrar ayuda, voló a Washington. Pero Eisenhower se negó a verle. El director de la CIA Allen Dulles le dijo a Ike que Lumumba era un Fidel Castro africano y le persuadió para que autorizase un plan para asesinarlo. Fue una chapuza. Pero mientras el Congo caía en una anárquica guerra civil, Lumumba fue eliminado en enero del 61 por desertores del ejército en presencia de oficiales belgas. Fue torturado y asesinado. Y rápidamente se convirtió en un mártir y héroe nacionalista del Tercer Mundo. Muchos le echaron la culpa a EEUU. La CIA, renunciando al plan de paz de la ONU, apoyó a Joseph Mobutu. Robando miles de millones de dólares en recursos naturales del país así como de sus partidarios en EEUU y masacrando multitudes para preservar su poder, Mobutu gobernó durante 3 décadas como un dictador billonario y como el aliado de más confianza de la CIA en África. En su increible discurso de despedida en enero de 1961, Eisenhower pareció entender la monstruosidad que había creado y parecía casi pedir la absolución. Nos hemos visto obligados a crear una industria armamentística permanente de vastas proporciones. 3.5 millones de hombres y mujeres están directamente comprometidos en el establecimiento de la defensa. La influencia total, económica, política, incluso espiritual se siente en cada ciudad, cada parlamento estatal, cada oficina del gobierno federal. En los consejos de gobierno, debemos cuidarnos de la adquisición de influencia injustificada, ya sea buscada o no, por el complejo militar-industrial. Nunca debemos permitir que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o procesos democráticos. En privado le dijo a Allen Dulles: Dejo un legado de cenizas a mi sucesor.


Estaba cerca de la verdad. Aparte de derrocar gobiernos extranjeros e intervenir libremente en todo el mundo, fue Eisenhower quien hizo más que ningún otro por conformar la complejísima industria militar que el visionaba. Bajo Ike, el arsenal de los EEUU se expandió desde unas pocas más de 1000 armas nucleares hasta sobrepasar las 22000. Y continuando en los 60 autorizó más de 30.000 armas. Las bombas nucleares eran ahora la base del imperio estadounidense, proveyó el nuevo emperador, su presidente, con un poder místico que requería más y más asfixiante secretismo, incluso si aquellos poderes iban más allá los límites originales del poder ejecutivo definidos en la constitución. Y, aunque las bombas en sí mismas no eran caras, la gran infraestructura sí lo era, requiriendo bases en EEUU y el extranjero y enormes sistemas de suministro de misiles para bombarderos, portaaviones y submarinos. Eisenhower adicionalmente hizo que fuera aceptable la política americana de la amenaza de un ataque nuclear. En una entrevista en la revista Life en 1956 Dulles defendía su política de riesgo apuntando tres situaciones diferentes en las que la Administración había andado por el filo de una guerra nuclear y forzado a los comunistas a retroceder: En Corea, Vietnam y el Estrecho de Formosa. Los EEUU en realidad harían eso de nuevo contra los soviéticos que también amenazaron con usar sus armas nucleares durante la crisis de Suez en 1956, y una vez más en la crisis con China sobre las pequeñas islas Quemoy y Matsu en 1958. Los sucesores de Eisenhower en la Casa Blanca habían todos seguido su ejemplo de amenazar a los supuestos enemigos de América si no bajaban sus demandas. Además, lo que es poco conocido es que Eisenhower había delegado en comandantes del teatro bélico y en otros comandantes específicos la autoridad para lanzar un ataque nuclear, si creyesen que estaba justificado por las circunstancias, y no tuvieran comunicación con el presidente. Y con la aprobación de Eisenhower, algunos de esos comandantes habían delegado esa misma autoridad hacia oficiales de niveles más bajos. Por ende, había ahora docenas de dedos sobre el botón en una época en que no existían seguros en las armas nucleares. General Turgidson, encuentro esto muy difícil de entender. Tenía la impresión de que yo era el único con la autoridad para ordenar el uso de armas nucleares. Es correcto, señor. Es la única persona autorizada a hacer eso, y aunque odio juzgar antes de conocer todos los hechos, parece ser que el general Ripper se excede en su autoridad. Ciertamente es así, mucho más allá del punto que yo habría imaginado posible. Quizás se olvide de las disposiciones del plan R, señor. ¿Plan R? El plan R es un plan de emergencia en el cual un comandante del escalafón inferior podría ordenar una respuesta nuclear tras un ataque sorpresa si la cadena de mando normal ha sido desmantelada. Lo aprobó usted, señor, deber acordarse.


En agosto de 1960 Eisenhower aprobó un plan operativo para lanzar un ataque nuclear simultáneo hacia la URSS y hacia China en las primeras 24 horas de una guerra. Un número estimado conservador de las muertes por bombas de EEUU y de la lluvia radioactiva era de 600 millones de personas, más de 100 holocaustos, sin contar la posibilidad de un invierno nuclear sobre el globo que acabaría con toda vida. En retrospectiva, la presidencia de Eisenhower de la nación más poderosa del mundo durante quizás el periodo más tenso se su historia, podría haber puesto al mundo con otras medidas en una posición diferente. Señales emergentes de Moscú indicaban que el Kremlin estaba preparado para cambiar el curso. Pero debido a la ideología, a los cálculos políticos, a las exigencias de un estado militarizado y a una limitada imaginación, Eisenhower falló repetidamente en abrazar las oportunidades que surgían. Los padres también cometen errores, ya saben, muchos errores. De hecho, es fácil para nosotros cometer errores porque tratamos de estar tan a la altura de la imagen perfecta que tenemos de ellos. Tienen que aprender que solo soy un ser humano ordinario, con una cantidad razonable de inteligencia, capaz de manejar la mayoría de situaciones pero no soy supermán. No puedo obrar milagros. SOlo porque sea su padre no significa que sea infalible. Es interesante pensar que en 1953 cuando Eisenhower se estaba convirtiendo en un héroe de la guerra fría, su mentor el general George Marshall se convertía en el único militar de carrera en ser galardonado con el premio Nobel de la Paz. Haciendo hincapié en la necesidad de una mejor comprensión de la historia y las causas de la guerra, dijo: El coste de la guerra se extendió constantemente delante de mí escrito claramente sobre muchos libros de contabilidad cuyos asientos son lápidas. Marshall, un hombre conservador que había pasado por dos guerras mundiales y una depresión, que a diferencia de otros muchos generales, rara vez llevaba sus medallas en público y que presuntamente rechazó una gran cantidad de dinero por escribir sus memorias, permaneció hasta su muerte en 1959 en una especie de solitario y respetuoso segundo plano aún así condenado al ostracismo por muchos por mor de su moderación en una época de fanatismo, y por la tolerancia de la que él era su mayor encarnación. No hay duda de que los años de Eisenhower se recuerdan como de paz y prosperidad. En un tiempo en que la guerra con la URSS parecía francamente posible, él ciertamente merece crédito por evitarla. Pero la verdad incuestionable es que el adorado Dwight Eisenhower puso al mundo al borde de una aniquilación por la más gigantesca expansión del poder militar en la historia e hizo del mundo un lugar mucho más peligroso que lo era cuando él tomó posesión. Estamos dispuestos a colaborar con cualquiera y con todos en un esfuerzo conjunto para eliminar las causas del miedo mutuo y la desconfianza entre naciones, para así hacer posible una drástica reducción del armamento. Incluso si solo hubiese un comunista en el departamento de estado eso sería todavía un comunista de más.


En cualquier parte del mundo que miro, la pregunta es: ¿Qué -quizás- vamos a perder ahora? Esta es la primera conferencia internacional de la llamada gente de color. Hemos sido inducidos a crear una industria armamentística permanente de bastas proporciones. ¿Queréis como presidente a un hombre experimentado hasta la médula pero no tan condenadamente experimentado que no intentará nada nuevo? Un hombre lo bastante mayor para ser y lo bastante joven para hacer. Bueno, depende de ti, depende ti. Depende estrictamente de ti. En 1960 la elección presidencial se luchó principalmente sobre el tema del comunismo. Por encima de todo el pueblo estadounidense quería líderes que mantuvieran la paz sin rendición para EEUU y el mundo. Posicionándose como Barack Obama en 2008 como el candidato del cambio el joven candidato John F. Kennedy fue capaz poner en vereda al fuerte republicano anticomunista Richard Nixon sobre la tarea de prevenir la desventaja en misiles y por permitir el establecimiento de un régimen comunista a solo 90 millas de la costa de Florida. Parecía claro que el 34º hombre en ocupar la Casa Blanca sería John Fitzgerald Kennedy de 43 años. A aquellas naciones que podrían convertirse en nuestros adversarios ofrecemos no promesa, sino ruego de que ambos bandos empiecen una nueva misión de paz, antes de que los poderes oscuros de destrucción desatados por la ciencia engullan a toda la humanidad en una autodestrucción planeada o accidental. El primer presidente católico, ganó por un corto margen, quizá robado, la elección. Pero conquistó Washington y el mundo gracias a su ingenio y a su graciosa elegancia. Su administración fue llamada Camelot, por la mítica tabla redonda de paz del rey Arturo. Su oportunista pero políticamente astuta elección de Lyndon Johnson de Texas como vicepresidente confirmó que el ala liberal del partido no confiaba en él. Elegido senador en el 52, Kennedy había sido un liberal de la Guerra Fría que había evitado criticar a Joseph McCarthy, un viejo amigo de la familia. Su hermano menor, Robert, había incluso servido en el equipo de McCarthy. Aludiendo al título de su libro ganador del premio Pulitzer Perfiles de Coraje, Eleanor Roosevelt dijo que desearía que Kennedy hubiera tenido menos perfil y algo más de coraje. Su equipo, una combinación de empleados de fundaciones, empresas y firmas de Wall Street así como progresistas e intelectuales, fue etiquetado como el mejor y más brillante por sus logros, inteligencia y espíritu de superación ejemplificado en el consejero de seguridad McGeorge Bundy, el primer candidato en tener puntuaciones perfectas en los tres exámenes de acceso a Yale. En defensa, Kennedy introdujo a un civil independiente, Robert McNamara renombrado por su mente de ordenador liderando la empresa Ford Motor, pronto se ganó la desconfianza inmediata de sus generales por poner al Pentágono bajo un escrutinio de microscopio. Un plan nuclear devastador les había sido legado por Eisenhower McNamara estaba horrorizado por lo que se había encontrado: una cultura de paranoia, escenarios del peor de los casos.


Cuando Kennedy preguntó al de mente estadística McNamara que determinara cómo de grande era la diferencia en cuanto a misiles, le llevó tres semanas confirmar que no había tal diferencia, y varios meses averiguar que había una diferencia sustancial: Los EEUU tenía aproximadamente 25000 armas nucleares, los soviéticos 2500, los EEUU 1500 bombarderos pesados de los cuales 1000 al alcance de la URSS y los soviéticos solo 192. Los EEUU 45 misiles balísticos intercontinentales, ellos solo cuatro. Esta es Cuba, donde el comunismo había establecido su primera cabeza pudiente en el hemisferio occidental. Proporciona al Comunismo un conveniente arsenal de aviones, tanques y armas modernas solo a 90 millas de la costa americana, a solo siete minutos en jet. Kennedy fue informado de los planes de invasión de Cuba de Eisenhower por Allen Dulles quien aseguró que "sin duda, los cubanos se alzarían en apoyo" Varios asesores civiles discreparon fuertemente sobre el plan. pero el inexperto presidente temía bloquear una operación respaldada por Eisenhower y el Estado Mayor Conjunto. Tres días antes de la operación, en abril del 61, ocho bombarderos B-26 pilotados por exiliados cubanos inutilizaron la mitad de la fuerza aérea de Castro. Los EEUU se habían comprometido a no atacar Cuba y ninguna ofensiva había sido lanzada desde Florida o cualquier otra parte de los EEUU. El embajador Adlai Stevenson, en una precuela embarazosa de la actuación de Colin Powell en la ONU por Irak en el 2003, mostró una fotografía de un avión supuestamente pilotado por un desertor cubano, pero rápidamente revelado como perteneciente a la CIA. El asalto había comenzado contra la dictadura de Fidel Castro. Casi 1600 exiliados cubanos llegaron a la Bahía de Cochinos en siete buques, dos de los cuales eran de United Fruit. Pero las tropas cubanas estaban listas. Ninguna revuelta popular ocurrió jamás. Los invasores imploraron apoyo directo de los EEUU, y para gran conmoción de la CIA, Kennedy denegó ese apoyo, como dijo que haría, temiendo una contraofensiva soviética contra Berlín oeste. En un encuentro a medianoche los líderes militares y el jefe de los servicios clandestinos de la CIA presionaron a Kennedy tres horas para que enviara apoyo aéreo y por tierra. Eisenhower lo habría hecho. El jefe del Estado Mayor dijo que era censurable, casi criminal, dejarles tirados. Pero Kennedy se mantuvo firme. Se mataron a 114 rebeldes, aproximadamente 1200 fueron capturados. Iba a ser un comienzo gélido para una de las décadas más turbulentas que vendría a cambiar el mundo en los 60. Orgullosa América, resistamos, seamos valientes, mantengamos las defensas altas. Orgullosa América. Una tierra preparada no puede morir. Hay un viejo dicho de que dice que la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana. Se llevan a cabo declaraciones, discusiones detalladas, no se encubre la responsabilidad porque yo soy el oficial responsable del gobierno. Todo el sórdido asunto tuvo un profundo efecto sobre el presidente, quien dijo a un influyente amigo periodista: El primer consejo que le voy a dar a mi sucesor es que vigile a sus generales y evite sentir que porque son militares, sus opiniones en materia militar valen un carajo.


Parecía empezar a entender lo que Eisenhower advertía, pero su curva de aprendizaje debería pulirse para escapar de la trampa de acero de la guerra fría. Públicamente, Kennedy asumió la total responsabilidad por el fiasco, en privado estaba furioso con los hijos de puta del Estado Mayor y esos cabrones de la CIA. Increíblemente, despidió a Allen Dulles, aunque de forma diplomática, y a otros dos oficiales importantes y todo el personal de la CIA de ultramar quedó bajo control. La creciente desconfianza de Kennedy hacia sus militares y asesores de inteligencia le facilitó rechazar su presión a mandar tropas en 1961 a la pequeña nación de Laos, algo que Eisenhower le había avisado sería necesario para derrotar a los comunistas. Laos, un estado parachoques estratégico entre el bloque rojo y la Asia libre es observada con preocupación por el mundo. El Estado Mayor Conjunto quería que Kennedy diera prioridad a una fuerza invasora a gran escala. Arthur Schlesinger un reputado historiador diría después: Tras Bahía de Cochinos, Kennedy habia contenido al Estado Mayor. Les desechó como un puñado de viejos. Pensaba que Lemnitzer era un mastuerzo. Como resultado, Kennedy optó por una solución neutral lo que enfadó al Pentágono. Eso volvería para atormentarle. El ánimo estaba sombrío cuando Kennedy viajó a Viena para encontrase con Kruschev en su primera conferencia cumbre en junio del 61. Khrushchev reprendió al joven presidente por el imperialismo americano: En la URSS creemos que el proceso revolucionario debería poder existir. El mayor problema para Khruschev era Alemania. Lo que le aterraba era la perspectiva de que Alemania occidental controlara las bombas nucleares de EEUU dispuestas tan cerca de la Unión Soviética. Y para 1961, casi un 20 por ciento de la población de Alemania del Este, unos 2.5 millones, habían salido a través de las fronteras por una mejor vida en Occidente. Era un abierto dolor humillante para los soviéticos que ahora querían un tratado reconociendo dos Alemanias separadas y la retirada de las fuerzas occidentales de Berlín Oeste. Khruschev le explicó a un periodista americano: Tenemos una mayor relación histórica con Alemania. Hemos visto lo rápido que los gobiernos en Alemania pueden cambiar, y lo fácil que es para ellos convertirse en instrumentos de asesinato en masa. Puede creer... que no tenemos opinión pública. No lo tenga tan seguro. Tenemos un dicho: Denle un arma a un alemán, más pronto o más tarde lo apuntará hacia los rusos, que podrían aplastar Alemania, en pocos minutos. Pero tememos la habilidad de Alemania para convencer a EEUU de empezar una guerra, una guerra nuclear. ¿Cuántas veces te tienes que quemar para que temas al fuego? El comentario de despedida de Kennedy a Kruschev: Va a ser un invierno muy frío. Tenemos visiones completamente distintas de lo bueno y lo malo, de lo que son asuntos domésticos y de lo que es una agresión.


Y por encima de todo, conceptos muy distintos de dónde está el mundo ahora y hacia dónde se dirige. Avanzado el verano, Kennedy intensificó la crisis con un discurso de ruido de sables. La fuente de la tensión reinante en el mundo es Moscú, no Berlín. Y si la guerra se inicia, la habrá empezado Moscú y no Berlín. Aumentando el ejército con 300 000 hombres, triplicando lo proyectado y creando un programa de construcción de refugios radioactivos públicos y privados, recordó a los ciudadanos: En la era de la guerra termonuclear, cualquier equívoco por parte de cualquier bando sobre las intenciones del otro podría traer más devastación en pocas horas que la que se haya forjado en todas las guerras de la historia de la humanidad. Los países del Pacto de Varsovia respondieron de manera dramática. El 13 de agosto, tropas de Alemania del Este comenzaron a erigir barricadas y bloqueos de carreteras por toda Alemania para cortar el torrente de desertores. Las alambradas fueron reemplazadas pronto por cemento. Kennedy, en respuesta, mandó 1500 tropas americanas por carretera desde el oeste hacia Berlín donde fueron recibidas por el vicepresidente Johnson. En un mes Khruschev retomó las pruebas nucleares. Cuando Kennedy se enteró de esto entró en erupción, jodidos de nuevo. A pesar de la superioridad nuclear de EEUU, la fuerza aérea quería incrementar la cuenta de misiles hasta los 3000. McNamara lo consiguió dejar en 1000 como un número de compromiso. Los soviéticos por octubre estaban detonando una bomba de 30 megatones la mayor hasta la fecha. En la semana siguiente, una bomba superior a los 50 megatones, 3000 veces la potencia de la que cayó sobre Hiroshima. Kennedy había heredado ya por completo la apuesta arriesgada de Dulles. Para un observador externo, podría parecer que los americanos se habían vuelto locos en el verano y otoño del 61, mientras la nación entablaba discursos extensos sobre la construcción de refugios en sus casas, así como la ética de matar a vecinos o amigos para proteger dichos refugios atómicos. Tienes un puñado de vecinos ahí fuera que quieren vivir, debes seguir haciendo lo que haces y que revienten los que se queden fuera. A pesar de la presión mediática, poca gente construía refugios bien por un sentido de no resignación o por la asunción de las dificultades de una supervivencia significativa. En retrospectiva, la construcción del monstruoso muro de Berlín en realidad difuminó la inmediata amenaza de guerra, permitiendo a Khruschev rebajar la tensión. Kennedy se confió: no es una solución muy buena pero un muro es mejor que la guerra. En otra parte del mundo sin embargo, Kennedy se había comprometido con la políticamente importante comunidad cubana en el exilio de Florida a derrocar al gobierno de Castro. Esto provocaría tensiones significativas con la Unión Soviética. A principios de noviembre se desató la Operación Mangosta, una campaña de terror supervisada por su hermano Robert y dirigida por Edward Lansdale, diseñada para quebrar la economía de Cuba y, además, continuar en secreto los hasta ahora fallidos intentos de asesinato de Castro.


Como pretexto para la acción militar, el Estado Mayor aprobó la Operación Northwoods, que incluía un incidente a lo Recordad el Maine, inspirado en el buque hundido que desató la guerra hispano-americana de 1898. Las chicas son encantadoras en Cuba. Stop. Podría mandar poemas en prosa sobre el paisaje pero no me sentiría bien gastando su dinero. Stop. No hay guerra en Cuba. Firmado Wheeler. ¿Alguna respuesta? Sí. Querido Wheeler: Usted provea los poemas, yo proveeré la guerra. Este plan incluía la organización de un secuestro del gobierno cubano, el derribo de un avión civil, el hundimiento de botes con cubanos desertores hacia Florida, y culpar al gobierno comunista de todo ello. Kennedy rechazó el plan, pero las acciones de EEUU en 1962 convenció a los soviéticos de que una invasión de Cuba era inminente. En enero, los EEUU forzaron a los países latinoamericanos de que hicieran que Cuba dejara de ser miembro de la Organización de Estados Americanos. Los EEUU llevaron a cabo una serie de ejercicios militares a gran escala en el Caribe en primavera, verano y otoño de 1962 uno con participación de 79 barcos, 300 aviones y más de 40 000 tropas. La última en octubre con 7500 marines dispuestos a participar recibió el código Ortsac, simulacro de invasión de una isla repleta con el derrocamiento del gobierno. El mensaje estaba claro. Kennedy tenía igualmente la intención de parar a los comunistas en Vietnam. Pero como estudiante de historia, debe haber albergado dudas sobre otra guerra terrestre en Asia. Como joven congresista había visitado Vietnam en 1951 durante la debacle de la guerra de Corea, y advertido contra el apoyo a los colonialistas franceses, y más tarde habló ampliamente sobre la necesidad de ganarse el apoyo de árabes, africanos y asiáticos a quienes ya había hecho notar la contradicción de apoyar al imperio francés en África y Asia mientras se oponía a los movimientos soviéticos en Hungría y Polonia. Pero ahora era presidente, y pronto estuvo a favor del gobierno corrupto del sur de Vietnam que prohibía reuniones públicas, ciertos partidos políticos e incluso los bailes públicos. Abrazando la teoría del dominó de Eisenhower,Kennedy insistía ahora en que Vietnam representaba la piedra angular del mundo libre en el sureste asiático: el dedo en la presa. Lyndon Johnson fue a Vietnam en mayo del 61 y reunido con Ngo Dinh Diem pintó un panorama sombrío presionando con una mayor implicación americana. Los generales e incluso McNamara estuvieron de acuerdo en que solo tropas de EEUU podrían anticiparse a una victoria comunista. Sin embargo Kennedy, un veterano condecorado de la 2 guerra mundial se resistía a enviar tropas de combate.


Dijo a Arthur Schlesinger: Las tropas marcharán, las bandas tocarán, la multitud vitoreará, y en cuatro días todos lo habrán olvidado. Entonces nos dirán que hay que enviar más tropas. Bueno, es como tomar una copa: el efecto se disipa y te tienes que tomar otra. Pero era un fan de la lucha de guerrilla en la guerra mundial, en la que británicos y americanos habían luchado tras las líneas en sitios como la jungla de Birmania. Y sí aprobó otros consejos de sus generales para aumentar la presencia militar. El personal americano en Vietnam aumentó de 800 cuando Kennedy asumió el poder a unos 16 000 cargos en 1963. También permitió a un creciente ejército de la CIA y a numerosos contratistas civiles que acudieran a este rico panel de miel empresarial. Bajo la mirada de los tres años de Kennedy la CIA lanzó 163 operaciones encubiertas por el mundo. Solo siete menos que las llevadas a cabo por Eisenhower en ocho años. Vietnam en sus primeras etapas fue conocida a veces como una guerra CIA. En West Point, Kennedy reforzó esta idea diciendo: era otro tipo de guerra nueva en intensidad, antigua en origen, una guerra de emboscadas, erosionando y agotando al enemigo, en lugar de enfrentándose a él. La Historia es testigo de lo contrario en Vietnam. Bajo Kennedy, y mayoritariamente desconocio por el público, los EEUU empezaron a reasentar a aldeanos a punta de pistola en complejos cerrados por alambrada custodiados por tropas de Vietnam del Sur de poco fiar y usando herbicidas para deforestar áreas de guerrilla que a largo término resultarían desastrosos para el medio ambiente y la salud de vietnamitas y americanos por igual. Pero sería la crisis de los misiles en octubre del 62 lo que ciertamente alertó a Kennedy de las repercusiones desastrosas de su política de línea dura. El domingo 14 de octubre, un U2 de reconocimiento regresó con pruebas fotográficas de misiles balísticos de medio alcance posicionados en Cuba. Fue toda una conmoción. Khruschev le había mentido, había prometido nada de armas ofensivas en Cuba. Pero estaba cometiendo un error de proporciones épicas. Lo último que querían los soviéticos en 1962 era una confrontación militar directa con EEUU. Con poco más de 10 de misiles intercontinentales para alcanzar suelo americano y menos de 300 cabezas nucleares, no tenían opción contra las 5000 bombas nucleares movibles y cerca de 2000 misiles intercontinentales y bombarderos. ¿Por qué hizo esto Khrushchev? El público americano no lo pudo entender. Los medios presentaron las acciones en Cuba como un caso de franca agresión. Pero desde el punto de vista soviético, era una respuesta razonable a repetidas señales de que los EEUU estaban preparando un primer ataque contra la URSS. Los misiles podrían además disuadir de la invasión de Cuba, que en cierto modo ahora se había convertido en un peón del juego. Los misiles harían que los EEUU se lo pensaran dos veces antes de atacar, como Khrushchev dijo,dando que pensar a los americanos.


No había duda tampoco de que Khrushchev admiraba genuinamente a Castro, quien había llegado al poder por sí mismo sin ayuda externa, y tenía un valor simbólico enorme en el tercer mundo. Los misiles eran una forma barata para que Khrushchev aplacase a aquellos que cuestionaban su liderazgo en el mundo comunista. Pero era tan peligroso que lo hizo. Tan peligroso. En su opinión, Khrushchev pretendía anunciar la presencia de misiles nucleares el 7 de noviembre en el 45º aniversario de la revolución Bolchevique. Pero el analista militar Daniel Ellsberg había señalado que el mantener secreto el hecho de que él había enviado misiles balísticos y de crucero junto con las cabezas nucleares, Khrushchev había transformado un medio en potencia efectivo de disuadir una invasión en una provocación desestabilizadora que fue contraproducente. EEUU nunca entendió que las ojivas ya habían llegado. El objetivo de la máquina del juicio final se pierde si lo mantienes en secreto. ¿Por qué no se lo dijiste al mundo? Iba a ser anunciado en la fiesta del partido el lunes como sabes, al primer ministro le gustan las sorpresas. Incluso hoy, pocos se dan cuenta de la gravedad de la crisis de los misiles en Cuba y menos incluso parecen captar sus lecciones imperecederas. El legado de la arriesgada política de Dulles de ir hasta el límite finalmente dio lugar a su monstruo de Frankenstein. Dos días más tarde, Kennedy se reunió con sus asesores clave en una reunión secreta esperando parar los misiles antes de que se instalasen por completo. 3 días más tarde, el 19 de octubre se reunió con la Junta de Jefes de Estado Presionaron por un ataque aéreo quirúrgico sin aviso para eliminar los misiles seguido por una invasión con todo de Cuba. Lemay aseguró a Kennedy que los soviéticos no responderían. Lemay dio la bienvenida a la guerra nuclear como inevitable y una guerra que su país estaba en posición de ganar. Puede que no haya una segunda oportunidad. Él tronó contra el oso ruso: Quitémosle la pierna, hasta los testículos y después pensé, quitémosle los testículos también. Después de la reunión, Kennedy dijo a su ayudante Kenneth O'Donnell: Si les escuchamos y hacemos lo que quieren de nosotros, ninguno estará vivo más tarde para decirles que se equivocaban. Con los misiles norteamericanos en Turquía, tan cerca de la Unión Soviética, McNamara afirmó que el balance estratégico de poder no había cambiado. Kennedy accedió. Pero, comprendiendo el simbolismo político, dijo que permitir que los misiles se quedasen debilitaría la percepción de EEUU por el mundo, y especialmente en América Latina.


Confió a su hermano Robert que si no tomaba medidas enérgicas ahora después de lo que hizo en la Bahía de Cochinos, sería sometido a juicio político. Este momento se convirtió en una prueba crucial del carácter de Kennedy. En el contexto de fortalecer tal carácter, había luchado con valentía y salvado la vida de hombres como teniente naval en el Pacífico Sur y ahora ya no se intimidaba por generales uniformados. En los próximos días, rechazaría el consejo de tales hombres mayores hombres como Paul Nitze, Dean Acheson e incluso Dwight Eisenhower Optó por un bloqueo, que refirió como una cuarentena restar importancia al hecho de que esto también fue un acto de guerra. El 22 de octubre, 8 días después tomarse las fotos, Kennedy informó solemnemente al pueblo estadounidense: Todos los buques de cualquier tipo con destino a Cuba de cualquier nación o puerto serán, si se descubre que contienen cargas de armas ofensivas, regresados. Retrató a los EE.UU. como la inocente víctima de una agresión Soviética no provocada sin revelar que hemos estado librando una guerra terrorista contra Cuba desde finales de 1959. Sé que alguna acción se deben tomar, pero va a tener que pisar ligero, sin llegar a la guerra. Creo que ya va siendo hora de parar a Rusia y hacer las cosas a nuestra manera. La temperatura del mundo sube La gente estaba al borde, paralizada sobre sus televisores y radios Los niños vieron las noticias con sus padres llenos de miedo Ese mismo día, el Comando Aéreo estratégico subió a Defcon 3 2 días más tarde, por primera vez en la historia, a Defcon 2 preparados para atacar objetivos en la Unión Soviética. La decisión de ir al precipicio de una guerra nuclear se realizó bajo la autoridad dada por Eisenhower, por Comandante General Thomas Power sin consultar al presidente. A partir de entonces, la flota SAC se mantuvo en el aire repostada por aviones cisterna. Fue Power quien, en 1960, dijo a un analista de defensa: la idea era matar a los bastardos mire, si al final de la guerra hay 2 americanos y 1 ruso, ganamos el analista repondió: bueno, pero es mejor asegurarse de que sean un hombre y una mujer. Una serie de graves incidentes ocurrieron, cualquiera de los cuales podría haber desencadenado un holocausto. En Mando Aéreo Estratégico lanzó un misil de prueba a las Islas Marshall, y los oficiales informaron erróneamente que Tampa y Minessota habían sido atacadas. El 25 de octubre los líderes soviéticos decidieron que debían eliminar los misiles pero tenían la esperanza de intercambiarlos por los Júpiter norteamericanos de Turquía. Antes de poder tomar esa decisión, Kruschev recibí la información errónea de que había comenzado la invasión de Cuba. El 26 de octubre, aviones de EEUU volaron sobre Cuba a baja altura y 250 000 soldados fueron reunidos en la costa de Florida listos para preparar 2 000 misiones de bombardeos. Castro predijo el ataque de EEUU en 72 horas. La gran fuerza soviética de 42 000 hombres, fue liderada por un veterano de Stalingrado, respaldada por 100 000 cubanos obsesionados, sin saberlo EEUU, con alrededor de 100 armas nucleares tácticas. Kruschev estaba perdiendo el control de la situación.


En un momento increíble, le preguntó a sus generales si podían garantizar que el rumbo no daría como resultado la muerte de 500 millones de personas: ¿De qué iba a servir en la última hora de mi vida saber que, a pesar de que nuestra gran nación y EEUU se encontraban en completa ruina, el honor nacional de la URSS estaría intacto? McNamara lo describe como que Krushchev envió a Kennedy una carta urgente pidiéndole simplemente una promesa de no invadir Cuba. Desaconsejó que los dos países se dirigiesen inexorablemente a la guerra: No estaría en nuestro poder parar ese final de la guerra, cuando reinase en ciudades y pueblos de todo el mundo la muerte y la destrucción. El 27 de octubre se produjo un incidente que Schlesinger describió como no solo el momento más peligroso de la Guerra Fría, como cuando los barcos rusos se dirigieron hacia la línea de cuarentena. Uno de los cuatro submarinos soviéticos se envió a proteger los barcos perseguidos todo el día por el portaaviones USS Randolph. A más de 185 km del bloqueo, el Randolph empezó a dejar caer cargas de profundidad sin saber si el submarino llevaba armas nucleares. El estallido agitó al submarino y lo dejó a oscuras, menos las luces de emergencia. La temperatura aumentó abundantemente, el CO2 en aire alcanzaba niveles letales y la gente casi no podía respirar. Los hombres empezaron a desmayarse y a caer. El sufrimiento se alargó cuatro horas. Entonces, los norteamericanos nos golpearon con algo más fuerte. Pensamos que ya estaba, era el final. El pánico llegó. El comandante Valentin Savitsky intentó sin éxito alcanzar al Mayor. Asumió que la guerra había empezado, y que íbamos a morir sin honor por no haber hecho nada. Ordenó que los torpedos nucleares estuvieses listos para dispararse. Se giró hacia los otros dos oficiales a bordo. Afortunadamente para la humanidad, el político Vasili Arkhipov fue capaz de calmarlo y convencerlo de no disparar, probablemente impidiendo una guerra nuclear iniciada por solo una persona. En medio de esta heroica confrontación el punto álgido fue cuando al Consejo de Seguridad Nacional le informaron de que un avión U2 había sido abatido en Cuba. Krushchev no lo había autorizado. El Estado Mayor Conjunto quería actuar en seguida y lanzar todas las ofensivas y misiles. Kennedy dijo que no. La caída del U2 hizo que tanto Kennedy como Krushchev se diesen cuenta de que estaban perdiendo el control de sus enormes máquinas militares. Los estadounidenses estaban paralizados tras continuas emisiones de TV por algo que solo habían soñado. Robert McNamara dijo más tarde, mientras veía caer el anochecer sobre la noche del sábado de 27 de octubre: Ha sido una hermosa tarde de otoño en plena crisis y subí al aire libre para mirarla y olerla porque pensé que sería el último sábado que vería. Los diplomáticos soviéticos estaban quemando sus archivos en Washington y Nueva York Gente de Washington había comenzado a evacuar en silencio sus familias. instando a esposas e hijos a conducir lejos al sur,rápido como sea posible. En un último y desesperado esfuerzo, Kennedy envió a su hermano a reunirse con el embajador soviético ese sábado, Anatoly Dobrinin, para decirle que los EE.UU.


estaba a punto de atacar sino recibían un compromiso inmediato de eliminar las bases soviéticas de Cuba. comprometiéndose a no invadir Cuba o ayudar a otros en esa empresa. Si los misiles Júpiter de Turquía se retiraran también tal convenio podría ser logrado Eso no es posible Estados Unidos no pueden estar de acuerdo con tales los términos bajo amenaza Cualquier creencia en sentido contrario era un error ¿Quieren la guerra? Sin embargo, si bien no puede haber una contrapartida en este tema los Estados Unidos pueden ofrecer una garantía privada Nuestros misiles Júpiter en Turquía son obsoletos y se ha programado su retirada en algún tiempo Esta retirada debe llevarse a cabo, digamos, dentro de seis meses Por supuesto, cualquier divulgación pública de esta garantía anularía el acuerdo y produciría las más severas negativas de nuestro gobierno Esta garantía secreta representa la palabra de la máxima autoridad? Dobrinin transmitió la urgencia a Khrushchev quien afirmó en sus memorias que el mensaje de Robert Kennedy fue aún más desesperado, y que el presidente no estaba seguro que los militares que los militares lo derrocarían y tomarían el poder. A la mañana siguiente, un domingo 28 de octubre, amaneciendo clementes, los Soviéticos anunciaron que retirarían los misiles. El mundo respiró como fuera uno. En realidad la crisis continuó entre bastidores por 3 semanas más y finalmente terminó el 22 de noviembre, cuando los Soviéticos fueron capaces de recuperar el control de sus armas nucleares tácticas de los cubanos. Las armas habrían, de hecho, salido de Cuba. En retrospectiva, es interesante observar que durante toda la crisis los misiles soviéticos nunca fueron llenados de combustible, y los Reservistas del Ejército Rojo no fueron convocados,y no hubo amenazas en contra de Berlin 30 años más tarde, en 1992, McNamara se sorprendió cuando le dijeron que si las tropas estadounidenses hubiesen invadido, no sólo habían 4 veces más soviéticos armados en Cuba de lo que se informó, sino que 100 armas nucleares tácticas probablemente se habrían utilizado. Al darse cuenta de que 100.000 americanos habría muerto probablemente, McNamara dijo que si EE.UU. hubiese respondido con la aniquilación de Cuba con el alto riesgo de una guerra nuclear entre los EE.UU. y la Unión Soviética. cientos de millones de personas podrían haber perecido. Posiblemente toda la humanidad. Se ha descubierto recientemente en la isla de Okinawa que una gran fuerza de misiles con ojivas nucleares, y F-100 cazabombarderos armados con bombas de hidrógeno se preparaban para la acción. Su objetivo probable no era la Unión Soviética, sino China. Los líderes militares se enfurecieron cuando la crisis terminó sin un ataque a Cuba McNamara recordó su amargura: El presidente invitó a los jefes para darles las gracias por su apoyo Fue un infierno de una escena. Curtis Lemay salió diciendo: Perdimos. Tuvimos que ir allí hoy, y rebajarnos ante él. Fue Khrushchev, incluso más que Kennedy, quien merece el crédito principal por haber evitado la guerra. Y por esto, fue vilipendiado, tal como lo sería Mikhail Gorbachov 3 décadas después cuando se prescindió democráticamente de él, en contra de su voluntad, en la disolución de la Unión Soviética. Los chinos acusaron a ??Khrushchev de cobardía por ceder Los extremistas rusos dijeron que que se cagó sus pantalones. Gran parte del Pentágono, sin embargo, creía que su voluntad de ir a la guerra forzó a los soviéticos dar marcha atrás determinando que la fuerza superior también funcionaría en otros


lugares sobre todo en Vietnam, donde fue necesario una vez más pararse firmes contra el comunismo. Los soviéticos aprendieron la lección opuesta, determinados a no volver a ser tan humillados y obligados a capitular por debilidad. Comenzaron una acumulación masiva de armas nucleares para lograr la paridad con USA. Debilitado por la crisis, Khrushchcev sería obligado a abandonar el poder el año siguiente. Pero primero, escribió a Kennedy una larga carta: El mal ha traído algo bueno. La gente se ha sentido más tangible respirar las llamas ardientes de la guerra termonuclear. A la luz de esto, hizo una serie de propuestas audaces para eliminar todo en nuestras relaciones capaz de generar una nueva crisis. Sugirió un tratado de no agresión entre la OTAN y los países del Pacto de Varsovia. ¿Por qué no, dijo, disolver todos los bloques militares deteniendo las pruebas de todas las armas nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior bajo el agua, y también bajo tierra? Propuso soluciones a los conflictos sobre Alemania y China. Es interesante observar que hubo un resurgimiento notable de la cristiandad al mismo tiempo, con la corta duración del papado de Juan 23, uno de los papas más populares de la historia. El hizo un llamado para reunir el 2ndo Concilio Vaticano, que emitió una nueva encíclica que sacudió al mundo católico que se llamaba Pacem in Terris paz en la tierra y marcó el comienzo de un cambio en el pensamiento particularmente en América Latina, donde sacerdotes, monjas y laicos tomaron el mensaje de los evangelios a los pobres y los perseguidos, animándoles a tomar su destino en sus propias manos para superar la miseria de su existencia. Lo que se hizo conocido como teología de la liberación dió lugar a muchos problemas eventuales a los sucesores de Kennedy en el patio trasero de los EE.UU. Aunque más tibio en su respuesta a Khrushchev, el pensamiento de Kennedy fue evolucionando, y en el año tras la crisis de misiles experimentó una notable transformación. Empezó a ver a Vietnam como un lugar donde dar un paso atrás en la confrontación esteoeste, pero sabía que no sería fácil. El debate sobre las verdaderas intenciones de Kennedy en Vietnam ha sido a veces muy mordaz, y sus declaraciones contradictorias y señales mixtas se han añadido a la confusión. Es evidente estaba bajo una enorme presión para quedarse en ese camino y todavía en julio de 1963, Kennedy nos dijo en una nueva conferencia que la retirada significaría un colapso no sólo al sur de Vietnam sino en el sudeste de Asia. en privado, sin embargo, expresaba sus dudas. A finales del '62, le pidió al influyente senador Mike Mansfiield ir y evaluar la situación. Mansfield regresó con una evaluación muy pesimista recomendando a los EE.UU. retirar sus fuerzas El asistente Kenny O'Donnell describe la reacción de Kennedy: El presidente estaba demasiado perturbado por el argumento inesperado del senador Él me dijo más tarde cuando hablamos de ello: Me enojé con Mike por estar en desacuerdo con nuestra política de forma tan completa y me enojé conmigo mismo, porque me encontré de acuerdo con él. El 11 de junio del 63 en una imagen que conmocionó al mundo el monje budista vietnamita Thich Quang Duc se quemó hasta la muerte en una concurrida intersección de Saigon para protestar por el corrupto gobierno de Vietnam del Sur McNamara comenzó a presionar al Estado Mayor Conjunto por un plan de retirada gradual Kennedy aprobó el plan en mayo del 63 pero no pudo formalizarlo.


Se estableció que los primeros mil hombres partirían a finales de ese año. En septiembre envió a McNamara y su fiel nuevo jefe de personal el general Maxwell Taylor, en una expedición a Vietnam de 10 días para determir de los hechos Le dieron al presidente su informe el 2 de octubre, llamando al retiro de las tropas antes de finales del '63 y completarlo a finales de '65 Ahora Kennedy formalizó su compromiso en su escrito de acción de seguridad nacional Nº263, que se firmó el 11 de octubre y a continuación, liberado a la prensa Kennedy sin duda estaba desgarrado. Se lo explicaría a su estrecho colaborador Kenny O'Donnell: En 1965 voy a ser uno de los presidentes más impopulares de la historia. Me condenaran en todas partes como un pacificador comunista. Pero no me importa. Si trato de sacarnos por completo ahora de Vietnam, tendríamos otro pánico rojo a lo Joe McCarthy en nuestras manos. Pero lo puedo hacer después de que me re-elijan. Por lo tanto, es mejor estar malditamente seguro de ser re-electo. Los republicanos fueron después detras de su cuero cabelludo. El gobernador de NY, Nelson Rockefeller lo culpó de ser blando con el comunismo, creyendo ingenuamente que los dirigentes soviéticos eran razonables y que deseaban llegar a una solución fundamental con el oeste. Rockefeller, que era un republicano moderado, dijo: Kennedy no había parado la agresión comunista en Laos, fallando en proporcionar apoyo aéreo en la Bahía de Cochinos. Viniendo por detrás de Rockefeller, estaba el extremista senador republicano Barry Goldwater, quien realmente ganaría la nominación en 1964 A finales de octubre del 63, y con la esperanza de que la situación en el sur de Vietnam podría mejorar, Kennedy apoyó la destrucción, pero no el asesinato del opresivo régimen de Diem Dinh. Cuando el presidente vietnamita y su hermano fueron asesinados por los militares sur vietnamitas, Kennedy estaba visiblemente muy molesto. Sin embargo, su forma de pensar no había cambiado. Entre los que más tarde confirmaron la intención de Kennedy de retirarse estaban Robert McNamara, Arthur Schlesinger, el lider de la mayoría del Senado Mike Mansfield, y el secretario de Estado Roger Hilsman. Más tarde en 1967, Daniel Elsberg se entrevistó con Rober Kennedy, antes del cambio en la opinión pública sobre la guerra. Kennedy dijo que su molestia era porque Elsberg le preguntó si su hermano había aceptado la derrota a manos de los comunistas, y Robert Kennedy respondió: la teníamos hasta que abandonamos, habiamos conseguido el gobierno y luego nos pidieron salir, o habría que negociar con el otro lado Lo habríamos manejado como Laos. Elsberg le preguntó por qué su hermano fue tan claramente dirigido cuando la mayoría de sus asesores principales seguían comprometidos con imperar, Robert respondió emocionalmente: Porque estábamos allí, estuvimos allí en 1951, vimos lo que estaba sucediendo a los francés, lo vimos. Mi hermano estaba determinado, a no dejar que eso nos sucediera a nosotros. Durante los notables últimos meses de su vida, Kennedy siquiera contempla una inversión de rumbo en la Cuba de Castro, una relación en la que sus políticas se dirigían mal constantemente.


Pero así como se aferró a la esperanza de victoria en Vietnam, mientras adoptaba medidas para la retirada, aprobó una nueva ronda de sabotaje de la CIA en Cuba mientras exploraba ... discretamente el contacto con el propio Castro. Le dijo a Jean Daniel, un influyente periodista francés que estaba a punto de reunirse con Castro: Yo creo que no hay país en el mundo donde la colonización económica, humillación y explotación fuesen peores que en Cuba en parte debido a las políticas de mi país durante el régimen de Batista. Daniel finalmente se reunió con Castro 2 días antes del asesinato de Kennedy Castro expresaba críticas a la conducta EE.UU. pero admirando el potencial de Kennedy también sostenía la esperanza de un nuevo punto de partida. Kennedy, en el corazón de la guerra fría se enfrentaba a la verdad permanente de la política estadounidense: uno debe ser fuerte, y si uno es percibido como blando o débil uno no dura y eso es lo más confuso sobre el poder El mismo Kennedy estaba muy enfermo por la enfermedad de Addison y los efectos de las operaciones de la columna vertebral por lesiones de guerra adicto a los analgésicos encontrándose en un capullo de engaños no sólo para sí mismo sino para su esposa por su política de Vietnam y Cuba y para el país John Kennedy, sin embargo, parecía distante del miedo. Al igual que Roosevelt, encarnó una gracia que le perdonó mucho en la nueva era de los reality shows En junio de 1963 en una discurso de graduación de la Universidad Americana, sin el aporte del Estado Mayor Conjunto, la CIA o el Departamento de Estado Kennedy dio una de los más extraordinarios discursos presidenciales del siglo 20 animó a sus oyentes a pensar sobre el pueblo soviético en términos humanos y pidió el fin de la guerra fría. ¿Qué clase de paz espero, y qué clase de paz buscamos? no una Pax Americana, forzada sobre el mundo por armas de guerra estadounidenses vamos a volver a examinar nuestra actitud hacia la Unión Soviética es triste darse cuenta del abismo entre nosotros y si no podemos terminar ahora nuestras diferencias, por lo menos podemos ayudar hacer el mundo seguro para la diversidad Porque, en definitiva, nuestro más básico nexo común es que todos habitamos este pequeño planeta. Todos respiramos el mismo aire. A todos nos preocupa el futuro de nuestros hijos. Y todos somos mortales. en septiembre de ese año, el Senado aprobó el tratado de prohibición parcial de pruebas nucleares por una votación de 80-19. El escritor de discursos presidenciales, Ted Sorenson, cree que ningún otro logro en la Casa Blanca, le dio jamás a Kennedy mayor satisfacción. este tratado es para todos nosotros es sobre todo para nuestros hijos y nuestros nietos, y ellos no tienen cabildo aquí en Washington De acuerdo con un antiguo proverbio chino un viaje de 1000 millas comienza con un solo paso. Mis queridos compatriotas, vamos a dar el primer paso. y en otro giro asombroso, Kennedy llamó a sustituir la carrera espacial, tal vez su obra más emblemática, con la exploración conjunta USA-URRS del espacio y una expedición a la luna. Dijo: se aplicará el derecho internacional y la carta de Naciones Unidas. ¿Por qué debería ser el primer vuelo a la Luna del hombre ser un concurso nacional? Cuando John Kennedy condujo en el centro de Dallas para comenzar su campaña de reelección del '64 se había hecho enemigos poderosos en los escalones superiores de la inteligencia, militar y las comunidades empresariales por no hablar de la mafia, los segregacionistas del sur y tanto los cubanos anticastristas como los procastristas.


En sus mentes, él era culpable de no seguir con lo de Bahía de Cochinos quitando poder a la CIA, despidiendo a sus líderes, resistiendo la participación en Laos, concluyendo el tratado de prohibición de pruebas, planeando la retirada de Vietnam, abandonando la carrera espacial, fomentando el nacionalismo del tercer mundo, coqueteando con poner fin a la guerra fría, y quizás lo más deplorable aceptando un acuerdo negociado en la crisis de los misiles cubanos. La rabia hacia él era visceral. Kennedy había leído el libro más vendido en 1962, la novela "Siete días de mayo", que retrata a un golpe de Estado por un Estado Mayor Conjunto furioso con un tratado nuclear con los soviéticos, hecho por un presidente liberal. Su curso de acción en el último año ha bordeado la negligencia criminal este tratado con los rusos es una violación de cualquier concepto de seguridad No eres la hermana débil, señor Presidente. Eres la hermana criminalmente débil. Le dijo a un amigo: es posible, ésto podría suceder en este país. Si hubiera una tercera Bahía de Cochinos, podría suceder Este es Walter en nuestra sala de redacción ha habido un atentado de que tal vez no sepan contra la vida del presidente Kennedy fue herido en un automóvil mientras conducía del aeropuerto al centro de Dallas Una página oscura en los anales de América se ha escrito con el golpe de la bala del asesino. Una nación está de luto, el mundo se lamenta. El hombre que se convirtió en el presidente número 35 hace menos de tres años, ha muerto. La comisión Warren, fuertemente influenciada por el ex director de la CIA Allen Dulles, concluyó más tarde que Lee Harvey Oswald fue el asesino solitario aunque, a diferencia de la mayoría de los asesinos con una causa, negó firmemente su culpabilidad. Se realizó eficazmente el proceso en su contra por los medios nacionales pero 4 de los 7 miembros la comisión Warren expresaron dudas. Lyndon Johnson, Robert Kennedy, el gobernador John Connely que tambien había sido herido también cuestionaron los hallazgos. El público consideró que el informe fue poco convincente. Puede que nunca sepamos quién fue el responsable o cual fue su motivo, pero sí sabemos que los enemigos de Kennedy incluían algunas de las mismas fuerzas que reducirían a Henry Wallace en 1944, cuando estaba tratando de conducir a Estados Unidos por un camino de paz similar. Khrushchev sufriría un destino igualmente ignominioso, aunque menos sangriento ya que fue derrocado por línea dura del Kremlin el año siguiente. Se convirtió en un crítico del gobierno de la Unión Soviética, y contrabandeó sus memorias fuera del país, que se publicaría en el oeste, con el título Khrushchev No Olvida, convirtiendose en un best-seller. Cuando murió en 1971, fue enterrado en una esquina de un cementerio de Moscú. Ningun monumento fue erigido por años. Las generaciones futuras le deben una enorme deuda y, posiblemente, su propia existencia a estos dos hombres valientes, que miraron dentro del abismo, y retrocedieron ante lo que vieron. Y tienen una deuda especial a un oscuro comandante de un submarino soviético que por sí solo bloqueó el inicio de una guerra nuclear. Con la ascensión de vicepresidente Lyndon Johnson, habría cambios importantes en muchas de las políticas de Kennedy especialmente hacia la unión soviética y Vietnam. Voy a hacer mi mejor esfuerzo, es todo lo que puedo hacer.


En su discurso inaugural, en la mañana de esa década, enero de 1961 Dejad que la palabra se dirija en este momento y lugar, a amigos y enemigos por igual, que la antorcha había pasado a una nueva generación de estadounidenses pero con su asesinato, la antorcha fue regresada de nuevo a una vieja generación, la generación de Johnson, Nixon, Ford y Reagan, líderes, que destruirían sistemáticamente la promesa del último año de Kennedy, cuando devolvieron el país a la guerra y a la represión. Aunque la visión que Khrushchev y Kennedy habían expresado caería con ellos, no iba a morir. Las semillas que habían plantado germinarían y brotarían de nuevo mucho tiempo después de sus muertes. Para aquellos de nosotros que vivimos los 60's, la crisis de los misiles en Cuba viniendo después de la amenaza de la guerra de Berlín, fue un evento aterrador. Era una de las muchas pesadillas golpeando en el estómago de una nueva generación de estadounidenses que nunca habían visto una historia desarrollarse tan rápidamente, de manera tan dramática y de tan violenta manera. Pronto sería seguida por la invasión de Vietnam, un baño de sangre una pesadilla de la propia creación de los Estados Unidos que comería vivos a vietnamitas y estadounidenses por casi una década. Cosas más horribles estaban por venir a finales de esa década. Pero en retrospectiva, fue en esa tarde en Dallas cuando la cabeza de John Kennedy fue volada en pleno día. Era como si una gigantesca y terrible medusa griega hubiese descubierto su horrible rostro al pueblo estadounidense, congelándonos con una predicción sobre las cosas por venir. Nunca negociemos desde el miedo pero no tengamos nunca miedo a negociar. Alemanes del este escapan por decenas de miles hasta que los comunistas erigieron su muro del odio. El asalto ha empezado en la dictadura de Fidel Castro. Esta generación de americanos ya ha tenido suficiente, más que suficiente de guerra, y odio, y opresión. Como he andado entre los desesperados, los rechazados y los furiosos jóvenes les he dicho que los cócteles molotov y los rifles no solucionarían sus problemas. Pero ellos preguntaron, y con razón, ¿y Vietnam? Si el alma americana ha sido envenenada, en el informe de la autopsia debe leerse Vietnam. Una nación que continúa año tras año gastando más dinero en armamento que en programas de bienestar social se acerca a su muerte espiritual. Esta necesidad de mantener la estabilidad social para nuestras cuentas de inversión para la acción contra revolucionaria de América en Guatemala. Cuenta por qué helicópteros americanos se usan contra guerrillas en Camboya y por qué napalm americano y boinas verdes ya se han utilizado contra los rebeldes en Perú. Preguntan si nuestra nación no estará usando grandes dosis de violencia para resolver sus problemas, para producir los cambios que desea. Sus preguntas tenían sentido, y supe que nunca más podría levantar mi voz contra la violencia de los oprimidos en los guetos sin haber antes hablado claramente al mayor generador de violencia que hay hoy en el mundo: mi propio gobierno.


Tras dos días en el cargo, el domingo, el día anterior a que John Kennedy fuera enterrado, Lyndon Johnson se reunió con sus asesores militares y dijo que no iba a perder Vietnam. Nunca estuvo de acuerdo con el memorándum de Kennedy de retirarse y dos días después emitió uno nuevo señalando que Estados Unidos tomaría una postura más intervencionista. Su política exterior se basaba en un razonamiento primitivo: Hay tres mil millones de personas en el mundo, y nosotros solo somos 200 millones. Nos superan por 15 a uno. Por la ley del más fuerte podrían invadir los Estados Unidos y coger lo que tenemos. Tenemos lo que ellos quieren. ¿Quiénes son ellos? Sus analogías pueden haber sido toscas pero, dicho en otras palabras, la lucha no era contra el comunismo sino entre el primer y el tercer mundo. Abandonando lo intentos reformistas de Kennedy, Johnson dejó claro en la nueva doctrina Mann que todos los países latinoamericanos serían juzgados por cómo protegían los nueve mil millones de dólares en inversiones USA, no los intereses de su propia gente. Los USA ya no discriminarían a las dictaduras de extrema derecha y estimaban que la ayuda militar era una mejor inversión que la ayuda económica de Kennedy. El quinto país más grande del mundo, el rico en recursos Brasil, sería el primero en sufrir. En 1964, el democráticamente recién elegido presidente Joao Goulart llevó a cabo una reforma sobre la propiedad de la tierra y buscó controlar el capital extranjero. Reconocer a Cuba fue el último clavo en su ataúd. El ejemplo de Castro no podía repetirse. Johnson redujo drásticamente la ayuda americana. La inflación se disparó. La CIA financió a grandes grupos anti gubernamentales y el gobierno USA incitó a los oficiales de extrema derecha a que derrocaran el Gobierno. En un mes, el nuevo régimen arrestó a 50.000 personas. La tortura se institucionalizó. En los siguientes seis años, dos mil millones en ayuda USA llegaron a Brasil y un régimen militar aún más represivo gobernó durante los siguientes 20 años, empeorando la ya gran brecha entre pobres y ricos. Las fichas de dominó, en este caso las democracias, empezaron a caer una vez más por toda Sudamérica. En 1965, Johnson envió 23.000 soldados a la República Dominicana para aplastar un alzamiento popular, que buscaba reinstaurar el orden constitucional después de un golpe militar. Johnson dijo a su abogado: No hay duda de que Castro tratando de influenciar a otras partes del hemisferio podría ser parte de un plan global comunista relacionado con Vietnam. En Grecia, la cuna de la democracia donde la guerra fría había comenzado y donde los USA habían apoyado un Gobierno de ultra derecha durante muchos años, un nuevo anhelo de democracia parecía seguro que llevaría al veterano liberal George Papandreu de regreso como primer ministro. Johnson llamó al embajador griego y de hecho le dijo: Escúchame sr. embajador, al carajo con su parlamento y su constitución Estados Unidos es un elefante. Chipre es una pulga. Grecia es una pulga. Si esos dos pulgas continúan picando al elefante pueden simplemente ser golpeadas por la trompa del elefante. bien golpeadas. Le pagamos un montón de buenos dólares americanos a los griegos, sr. embajador Si su Primer Ministro me habla de democracia, él, su parlamento y su constitución puede no durar mucho tiempo. De hecho, no lo hizo. La junta militar se hizo al poder en 1967, prohibiendo las mini faldas, el pelo largo y los periódicos extranjeros haciendo la asistencia a la iglesia obligatoria, mientras participaban en numerosos incidentes de tortura y crueldad sexualmente orientados.


Su nuevo primer ministro, que había sido capitán en un batallón de seguridad nazi rastreaba a los combatientes de la resistencia griega, convirtiéndose en el primer agente de la CIA en convertirse en el líder de un país europeo. Pero fue Asia, la que planteó la mayor resistencia a las metas de Estados Unidos Aparte de Japón, que se había convertido en un próspero estado cliente la China roja detonó su primera bomba atómica en octubre del '64 agarrando totalmente a Washington con la guardia baja. En Indonesia, sentada a horcajadas sobre las principales rutas marítimas al sudeste de Asia, donde más de 3 millones de personas hacían de su partido comunista el tercero más grande del mundo detrás de los soviéticos y los chinos. Sukarno había sobrevivido repetidos intentos de Estados Unidos de eliminarlo, al irritarlos por declarar que probaría una bomba atómica pero le negaron ayuda los Chinos y al reconocer a Vietnam del norte y luego expropiar plantaciones de caucho de EE.UU. y amenazar con nacionalizar sus compañías petroleras Lyndon Johnson golpeó duro. Casi la mitad del cuerpo de oficiales habían recibido algún tipo de formación en EE.UU. y en octubre del 65, con apoyo de la CIA el general Suharto encabezó el ejército para aplastar los partidarios de Sukarno. En los meses siguientes,las milicias de Suharto y una turba de civiles fueron de casa en casa matando de medio a 1 millón de sospechosos de ser comunistas y sus familias. Inteligencia americana, británica y australiana suministró miles de nombres de sospechosos comunistas al ejército. Sukarno fue expulsado finalmente en 1967 y sustituido por el General Suharto quien enriqueció a su familia, compinches, militares indonesios y corporaciones americanas durante décadas hasta que fue derrocado por el pueblo conducido por activistas estudiantiles en 1998. En 1968, la CIA reconoció la masacre de Indonesia con uno de los peores asesinatos en masa del siglo XX. El asesor de seguridad nacional del presidente Kennedy, McGeorge Bundy, en una tardía critica a la política de la guerra de Vietnam, escribió que Indonesia fue el verdadero punto de quiebra en Asia, mucho más importante para nuestros objetivos que Vietnam, que fue, dijo, innecesario. Sin embargo, en la historia, el baño de sangre de Indonesia palidece en comparación con el que los EE.UU. infligió a Vietnam. Johnson y sus asesores entiendían muy poco acerca de la historia de Vietnam y su fuerte resistencia durante siglos a los chinos y a las invasiones francesas. Ellos subestimaron totalmente el aspecto nacionalista del movimiento de Ho Chi Minh y asumieron que si causaban suficiente estragos, y mataban suficientes personas, los Vietnamita se rendirían. Durante los 2 meses posteriores a la muerte de JFK en Enero del '64, Johnson y McNamara incrementaron las actividades militares encubiertas contra el norte de Vietnam. Dejando caer equipos de inteligencia y de comando para destruir puentes, ferrocarriles e instalaciones costeras secuestrando nor-vietnamítas y bombardeando sus pueblos fronterizos. Johnson fue patológico en su capacidad de mentir. Al igual que con la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak en 2003, tomaría años para que el pueblo estadounidense descubriera los falsos orígenes de la guerra de Vietnam.


En agosto del 64, Johnson y McNamara usaron el incidente fabricado del Golfo de Tonkin en Vietnam del norte, como excusa para una escalada de la guerra. Johnson urgió al Congreso a autorizar acción militar directa de EE.UU.. Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia que una nave de EE.UU. había sido atacada y la casa después de 40 minutos de debate aprobó una resolución de guerra en el Senado, 88 contra 2. Pocos días después, Johnson le dijo a su subsecretario de Estado Infierno, esos tontos, estúpidos marineros acaban de disparar a los peces voladores! ... y la gente recuerda lo que esta resolución es en realidad, es una resolución que busca dar al presidente de EE.UU. el poder para hacer la guerra sin una declaración de guerra. En las elecciones de 1964, Johnson aplastó al senador por Arizona Barry Goldwater quien amenazó con usar armas nucleares en Vietnam. Estas son las apuestas. O bien debemos amarnos unos a otros, o tenemos que morir. La apuesta es demasiado alta para que usted se quede en casa. Fue hecha como una avalancha por la paz. Pero después de la elección, Johnson inició un proceso constante de escalamiento ampliando considerablemente las zonas libres de fuego en las cuales cualquier cosa que se movía se consideraba un blanco legítimo. El arsenal americano de armas aceptadas creció para incluir napalm, bombas fragmentarias y fósforo blanco que ardía desde la piel, derecho a través del hueso causando muertes horribles. ¿Hueles eso? ¿Qué? Napalm, hijo. Nada más en el mundo huele así. Me encanta el olor del napalm en la mañana. Las mentiras de Johnson cerca de sus planes corieron como bola de nieve y en julio del 65, había enviado 75.000 tropas de combate a Vietnam más de medio millón a finales del 67 El plan era alcanzar 35.000 hombres como envío de EE.UU. para encontrar el punto de quiebra de Vietnam. Sin embargo, cuando sus Jefes de Estado Mayor pidieron más poder de fuego en una reunión, o una guerra sin cuartel, un testigo recordó a Johnson, gritando obscenidades: Imagina que tú eres yo, que eres el presidente de los EE.UU. y cinco incompetentes entran en tu oficina y tratan de convencerte de comenzar la tercera guerra mundial. El riesgo es demasiado alto. ¿Cómo pueden ustedes putos pendejos ignorar lo que podría hacer China? ¡Ustedes sólo contaminan mi oficina, ustedes, sucias mierdas! ¡Fuera de aquí ahora mismo! Los generales salieron. Y después de una pausa, Johnson aumentó el bombardeo a Vietnam del Norte sin parar En su estilo inimitable, explicó su estrategia: Voy a subir su pierna una pulgada a la vez. Y la voy a arrancar antes de que sepan lo que está pasando. Los EE.UU. arrojaron 3 veces más bombas sobre la pequeña Vietnam que las usadas en la segunda guerra mundial. En base a una política sancionada por Kennedy millones de campesinos, algunos dicen 5 otros 7, fueron expulsados ??de las aldeas y reubicados en campamentos alambrados. Decenas de miles de supuestos comunistas fueron asesinados como parte de el programa Fenix, pero eso hizo poco para frenar el movimiento de resistencia.


El asesinato de civiles se convirtió en lugar común mientras la cúpula militar EE.UU. exageraba recuentos de víctimas para decir al público que los comunistas estaban en sus últimas sin dejar de pedir más y más tropas. Cinco gobiernos vinieron y se fueron en Vietnam del Sur, el último aferrándose al poder a través una corrupción masiva. 867158 870870 Manifestantes contra la guerra protestan contra la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam en marchas masivas, concentraciones y manifestaciones. Campus universitarios americanos comenzaron a vibrar con activistas. En octubre del 67, uno de los primeros enfrentamientos violentos tuvieron lugar en la Universidad de Wisconsin en Madison. Johnson, convencido de que los comunistas estaban detrás del movimiento anti-guerra, ordenó a la CIA descubrir pruebas con vigilancia masiva y otros esfuerzos de recopilación de información. Con nombre código Caos, la operacion doméstica ilegal de la CIA duró casi 7 años compilando un índice computarizado de 300.000 ciudadanos y organizaciones y archivos extensos sobre más de 7.000 personas, pero no pudo probar la participación comunista. Entre los objetivos principales del FBI estaba el ganador del Premio Nobel Dr. Martin Luther King, Jr. Bienvenido Sr. King Estoy aquí para averiguar por qué ha estado pinchando mis teléfonos Hace aproximadamente un año que se le dijo que algunos de sus asesores tenían una conexión comunista, pero usted no rompió con ellos. 935610 940406 Significa eso que...plantaron micrófonos en las habitaciones de hotel que ocupaba durante mis viajes? el mismo procedimiento en otros 14 las panteras, los musulmanes, los clanes el daño está hecho sr. Hoover pero podría ser útil para la gente saber cómo operan los chantajista número 1 de Estados Unidos no me dé todo el crédito. La América Negra estaba en un estado cercano a la rebelión. El verano del 67 superó todos los anteriores con 75 grandes disturbios muchos durando 2 días o más. La Guardia Nacional fue llamada y, junto con la policía, mataron a 26 negros en Newark y 43 en Detroit. La revista Ramparts de Marzo del 1967 reveló que la CIA había estado financiando a la Asociación Nacional de Estudiantes. Otros grupos liberales fueron expuestos como frentes de la agencia con dinero de la CIA aportados a profesores anti-comunistas, periodistas, misioneros, líderes sindicales y activistas de los derechos civiles que hicieron el trabajo sucio de la agencia. Entre los desacreditados estaba la Fundación Ford, Radio FreeEurope, Radio Liberty y el Congreso para la Libertad Cultural. Incluso McNamara con su racionalidad característica estaba teniendo dudas. En octubre del 67, 100.000 personas se reunieron en Washington. La mitad marcharon al Pentágono. La infantería armada les impidió llegar. McNamara observaba solo, en un puesto de mando en el techo escuchar los cánticos de "Hey, hey, LBJ cuántos niños has matado hoy? " Aislado ahora dentro de la organización, McNamara estaba desesperado.


Rumores de un posible colapso mental llegaron a Johnson: No podemos darnos el lujo de tener otro advertencia. Cuando McNamara sostuvo que más bombardeos no funcionarían Johnson estaba furioso, y otro asistente dijo que demandó lealtad: Quiero lealtad. ¡Quiero lealtad! Quiero que bese mi culo en un aparador de Macys en pleno mediodía y diga que huele a rosas. Quiero su polla en mi bolsillo. Johnson ordenó la expulsión de McNamara para convertirlo en presidente del Banco Mundial. En su última reunión de gabinete, un ayudante informó que McNamara finalmente se vino abajo: la maldita campaña de bombardeos que no ha hecho nada. Han arrojado más bombas que en Europa durante la segunda guerra mundial y no han hecho un carajo. 1968 fue un año de cambio extraordinario. En enero, en el mismo día, Vietnam del Norte y las fuerzas del vietkong desataron un ataque de choque en la mayoría de las grandes ciudades y capitales de provincia de Vietnam. Los ataques fueron repelidos en última instancia, con grandes pérdidas para los vietnamitas pero el estado de ánimo en Washington era la desesperación. Un grupo bipartidista de viejos estadistas reevaluaron la situación: Era el momento de salir. Lyndon Johnson, su enorme ego profundamente herido por las dudas de su liderazgo, asediado por enemigos interna y externamente, y su popularidad en el piso, sorprendentemente anunció en marzo del 68 que no se presentaría para un segundo mandato. No voy a buscar, ni aceptar la nominación de mi partido para otro período como su presidente. El país estaba sorprendido. El líder de su esfuerzo de guerra renunciaba. Para aquellos en contra de la guerra esto fue una gran victoria. Pero para muchos americanos, así como para países neutrales y aliados por igual, EE.UU. ahora apareció como un un país inmoral, sin timón, como los chinos decían, "un tigre de papel". Asediado por los demonios internos, Johnson permitió que su gran sueño de ser reformador social fuera enterrado por la matanza en los campos de Vietnam. Más adelante en la década se lamentó frente a un historiador: La pérdida de la gran sociedad fue un pensamiento terrible, pero no tan terrible como la idea de ser responsable de perder la guerra contra los comunistas. Nada podría ser peor que eso. Fué un hombre, un gigante potencial, que al negar su compasión sufrió la verdadera obsesión americana: el miedo a la debilidad. El FBI de Hoover estaba haciendo todo lo posible para quebrar el movimiento anti guerra como lo había hecho por años contra los movimiento de derechos civiles. Cientos de agentes se infiltraron en las nuevas organizaciones de izquierda. Los voceros noticiosos del FBI y la CIA trataron en gran medida de marginalizar las críticas de la guerra impugnando su patriotismo. Hoover estaba especialmente preocupado por la posible fusión de las protesta contra la guerra la lucha de liberación negra, ya que un número desproporcionado de soldados negros murieron en las líneas del frente.


Siempre convencido de que los comunistas estaban detrás del movimiento de derechos civiles Hoover ejerció sobre Martin Luther King una venganza haciendo nada para protegerlo, incluso animándole a suicidarse en una famosa carta anónima llena de odio hasta el momento en que el mismo King fue muerto a tiros por otro supuesto asesino loco solitario en abril de 1968. Disturbios iracundos estallaron de nuevo a través de América. Los hermanos Berrigan, que eran ministros de la iglesia fueron a la cárcel por quemar los expedientes con planes incipientes. Benjamin Spock, el pediatra más importante del mundo W. Sloane Coffin, decano de la Universidad de Yale Jane Fonda, una joven estrella de cine y el ídolo de boxeo peso pesado, Muhammed Ali elevaron todos su palabra: No voy a dar 10,000 mil para ayudar a asesinar y matar a otros pobres si yo voy a morir, voy a morir en este momento, aquí, que la lucha contra ti Eres mi enemigo, no el chino no el vietkong no el japonés, mi oponente cuando quiero libertad mi oponente cuando quiero justicia mi oponente cuando quiero la igualdad quieres que vaya a algun sitio y peleé por ti, tú que ni siquiera te pones de pie por mí, aquí en Estados Unidos Estoy anunciando hoy mi candidatura a la presidencia de los EE.UU. A lo largo de Estados Unidos en 1968 un nuevo y carismático Robert Kennedy capturó la imaginación de jóvenes y viejos cansados ??de la guerra. Culminando el legado de su hermano, clamaba por una nueva América, blanca, negra, marrón, no importaba. Sus ojos tenían ... una vez más el fuego del cambio y la reforma estaba en marcha: El país quería avanzar en una dirección diferente. Queremos tratar con nuestros propios problemas dentro de nuestro propio país y queremos la paz en Vietnam. Johnson, esperando en secreto ser la elección de último minuto a la presidencia si lo llamaban, le temía tanto como cualquier hombre. Pero los hados eran crueles mas allá de lo imaginable con los hermanos Kennedy, ya que en la cálida noche de su victoria en junio, en las primarias de California, fue brutalmente abatido a tiros en otro extraño y difícil de creer conjunto de circunstancias por un supuestamente trastornado joven palestino. Este fue un golpe grave y devastador al corazón del movimiento de reforma. Los nacidos de la posguerra habían comenzado a inundar las universidades en 1964 impregnado de idealismo, desdeñoso de ideología de la guerra fría, molestos con 1402026 1406488 los temores y valores conformistas de sus padres, y sus protestas se extendieron en todo el mundo. Los estudiantes y trabajadores convulsionaron las naciones industriales. Los enfrentamientos sacudieron Praga, Tokio, Berlín del oeste, Roma y Ciudad de México, donde soldados masacraron a cientos de estudiantes en protesta. En el verano de 1968 en la convención democrática 10.000 manifestantes fueron maltratados junto con los medios de comunicación por la policía de Chicago. La TV presentaba ahora al público una realidad nunca antes vista. Las figuras de autoridad estadounidenses actuaban como agresores, tanto en casa como en el extranjero. Parecía que el país se estaba derrumbando. La gente hablaba de la brecha entre la izquierda pacifista y derecha proguerra como una guerra civil, similar a la que había asolado el país, hacía más de 100 años. Fue en medio de esta terrible turbulencias que el anticomunista de línea dura, Richard Nixon, que perdió tan amargamente la presidencia por John Kennedy en 1960, encuentra el destino de su vida.


Pero increíblemente casi lo pierde en medio de este clima. El gobernador segregacionista derechista de Alabama George Wallace, lanzado por el general retirado Curtis Lemay, arrastraba el 21%, amenazando las posibilidades de victoria de Nixon apenas un mes antes de las elecciones: En lo que se refiere a este problema de ley y el orden, soy el único de los candidatos que ha establecido un programa preciso para detener el aumento de la delincuencia y el restablecimiento la seguridad. Viajando sobre el resentimiento de la que más tarde sería llamada la "mayoría silenciosa", el mensaje de Nixon de ley y el orden resonó en los votantes blancos temerosos de las rebeliones de los ghettos, trastornos en los campus y aumento de la delincuencia y ganaba por la más estrecha de las victorias. América está en problemas hoy no porque nuestro pueblo ha fracasado sino porque nuestros líderes han fallado y lo que Estados Unidos necesita es que nuestros líderes armonicen con la grandeza de nuestro pueblo. Nixon también proponía un plan secreto para poner fin a la guerra en Vietnam negandose a divulgar sus detalles. Lo que Richard Nixon prometía realmente al país no era la paz, la ley u orden sino guerra, caos y el desorden como el único presidente en abandonar su oficina en desgracia. Pero de hecho, Nixon y su asesor de seguridad nacional y más tarde secretario de Estado Henry Kissinger expandieron la guerra que duró 7 años más. La mitad del total de víctimas estadounidenses de la guerra ocurrió con Nixon. Kissinger dijo más tarde: Me niego a creer que un pequeño país del cuarto mundo como Vietnam del Norte no tuviera un punto de quiebra. Y él y Nixon se dispusieron a encontrarlo. El plan secreto de Nixon para terminar la guerra resultó ser la retirada de las fuerzas de EE.UU. a partir de abril del 69 y su sustitución con vietnamitas entrenados y equipados por EE.UU. mientras bombardeaban de manera sistemática y sin piedad a Vietnam del norte y el sur, buscando la rendición. Estableciendo paralelismos con las amenazas nucleares a Corea de Eisenhower las cuales, según dijo, terminaron esa guerra, Nixon se jactó con un ayudante: Yo lo llamo la teoría del Loco Furioso. Evitaremos decirles que Nixon está obsesionado por los comunistas Y no podemos frenarlo cuando está enojado Ya que tiene su mano sobre el botón nuclear El mismo Ho Chi Minh estará en París en dos días, pidiendo por la paz. Con dos meses en la oficina, Nixon comenzó la campaña secreta de bombardeos en el interior de la vecina Camboya, para destruir santuarios militares norvietnamitas. Tomó medidas extraordinarias para esconderselo al Congreso. Incluso los miembros de la tripulación involucrados creían que estaban golpeando objetivos en el sur de Vietnam. Aunque la mayoría de los estadounidenses permanecían en la oscuridad sobre el país al que estaban invadiendo la verdad se filtraba de vez en cuando como cuando el periodista independiente S. Hersh, lanzó la noticia en noviembre de 1969 de que hacía año y medio, fuerzas estadounidenses habían masacrado casi 500 civiles en la aldea de My Lai apodada VillaRosa


por su fuerte simpatía con el enemigo. A bebés, mujeres embarazadas y personas mayores se les había arrancado el cuero cabelludo y mutilados cuando se perdió el control de la situación. Ni un solo disparo se había sido hecho claramente contra las fuerzas de EE.UU. Indicativa de la deshumanización creciente de esta época, y semejante a las actitudes estadounidenses hacia los japoneses en la 2 ª Guerra Mundial 65% de los estadounidenses dijo a los encuestadores que no les molestaba las noticias de la masacre. El único oficial encontrado culpable fue parcialmente indultado por Nixon con la opinión pública fuertemente a favor. Hubo pocos límites al pensamiento de Nixon. Él y Kissinger planificaron un salvaje ataque posiblemente con armas nucleares en el otoño de 1969 pero se vieron frustrados cuando millones en todo el país participaron en una moratoria en octubre y 750 mil manifestantes se congregaron en Washington en noviembre. Sin embargo, Nixon imprudentemente puso a los militares en alerta secreta volando 18 B-52 con armas nucleares sobre la capa de hielo polar, hacia la Unión Soviética tratando de obligarlos, una vez más y sin éxito, a presiona a los Nor Vietnamitas a términos de paz. Le Duan se hizo cargo del mando cuando Ho Chi Minh murió en 1969 Más tarde le dijo a un periodista visitante que la EE.UU. había amenazado con usar armas nucleares en 13 ocasiones diferentes. Pero eso no había cambiado sus políticas. A pesar de que pagarían una terrible precio por su independencia los vietnamitas entendieron una verdad básica los líderes americanos nunca vieron. El canciller vietnamita dijo más tarde sabíamos que no podían permanecer en Vietnam por siempre, pero Vietnam debe permanecer en Vietnam siempre. La guerra de Vietnam fue sobre independencia y tiempo no sobre territorio o número de cuerpos. El sexto presidente de Estados Unidos J. Quincy Adams un siglo antes había advertido que una nación no debe ir al extranjero. Fue aquí, en Vietnam, que los EE.UU. se encontró con su último monstruo, un enemigo que no podían ser derrotados porque luchaban para proteger su patria contra los invasores extranjeros. Los EE.UU. iba a ganar todos las grandes batallas, pero nunca ganó la guerra. Según su abogado John Dean y otros expertos, Nixon estaba realmente obsesionado con los manifestantes contra la guerra y a menudo se ajustó el ... para disminuir su indignación pero ahora se calmaba bebiendo en exceso y viendo la película Patton una y otra vez. Los americanos aman a un ganador y no va a tolerar un perdedor. Los estadounidenses juegan a ganar todo el tiempo. No le importaría un comino y el infierno un hombre que ha perdido y reído. Es por eso que los americanos nunca han perdido y nunca perderan una guerra. Debido a que la sola idea de perder es odiosa a los americanos. Nixon anunció en abril de 1970 una invasión por tierra, sur-vietnamita-USA conjunta, a Camboya para destruir las bases a lo largo de la frontera. 6 estudiantes fueron muertos a tiros por los guardias nacionales en la Universidad Estatal de en Missisipi y en la Universidad Estatal de Kent en Ohio Más de 400 universidades se declararon en huelga o cesaron actividades 4 millones de estudiantes y 300.000 profesores.


30 edificios quemados o bombardeados más de 700 universidades experimentaron algún tipo de actividad de protesta Kissinger describe Washington como una la guerra aérea se intensificada. Nixon dijo en 1970: Quiero todo lo que puede volar ir allí y acabar con el infierno sonando más como un gángster que como un hombre de Estado, Kissinger transmitió la orden de bombardear palabras que podrían haber sido pronunciadas por un acusado en un juicio en Nuremberg Cuando Nixon, después de su renuncia, fue confrontado con su incumplimiento de la ley cuando el presidente lo hace, significa que no es ilegal. En ese momento, Camboya había sido sometida durante 5 años a un bombardeo aéreo brutal y una escalada de la guerra civil que dejó cientos de miles de camboyanos muertos, la mayoría de ellos civiles. Los rebeldes comunistas del Khmer Rouge utilizaron tales atrocidades para reclutar dos desde desde el campo, reclutamiento que creció exponencialmente durante los bombardeos. Finalmente se hicieron con el poder en 1975 sobre una dictadura militar corrupta respaldada desatando entonces nuevos horrores sobre su propia gente. Encima del medio millón de camboyanos muertos en la fase de la guerra de EE.UU. Millón y medio más murieron durante el monstruoso régimen de Pol Pot. Tal vez el 25% de la población de Camboya murió durante este período. Mientras tanto, en Vietnam muchos soldados fueron tomando decisiones individuales, ya fuese para combatir o no Estudios recientes estiman que así más del 50% de los soldados en Vietnam usaban marihuana. En una notable admisión en 1971, la revista fuerzas armado reveló que las condiciones de las tropas en Vietnam, sólo fueron superadas por los motines del ejército francés de 1917 y el colapso del ejército ruso en 1917. Sin embargo, Nixon persistió. Al bombardear Camboya y continuar los bombardeos secretos y atroces sobre la pequeña Laos que se iniciaron en 1964, Nixon bombardeó ciudades del norte de Vietnam por primera vez desde 68. Las víctimas civiles se dispararon. Y después de una reelección aplastante sobre e candidato contra la guerra George McGovern en 1972, Nixon desató un bombardeo de Navidad de 12 días en el norte el más pesado de la guerra. Las protestas en el mundo era ensordecedoras. Un acuerdo de paz se firmó al mes siguiente en París que era esencialmente el mismo que había ofrecido Johnson en 1968 y que Nixon había socavado en secreto con el fin de ganar la elección. Los EE.UU. se comprometieron a pagar el norte 3250 millones de dólares en reparaciones pero más tarde se negaron. Se les prometió elecciones sin demora, pero el sur de Vietnam vaciló y las retrasó por año y medio. Hoy hemos llegado a un acuerdo para poner fin a la guerra y traer paz con honor en Vietnam y en el sureste de Asia. Nixon trajo a casa el último soldado americano en marzo de 1973. Como lo haría décadas después en Irak y Afganistán, los EE.UU. invertirían grandes cantidades de dinero en la formación y el equipamiento de aliados corruptos de Vietnam del Sur para luchar contra sí mismos. No funcionó. Tampoco la tesis del loco de Nixon. En abril del 73, tratando de ganar tiempo para el ejército de Vietnam del Sur, ordenó más intenso bombardeo de toda la guerra tanto al norte como al sur, pero abrumado por las revelaciones de Watergate, se vio obligado a dejar sin efecto la orden.


La guerra se prolongó 2 años más hasta que el ejército de Vietnam del sur simplemente se derrumbó y huyó. Las fuerzas de Vietnam del Norte invadieron Saigón en abril de 1975. Imágenes inquietantes de civiles huyendo, soldados desertores de Vietnam del Sur, sus oficiales un paso por delante de ellos, y marines de la embajada de EE.UU. abatiendo desesperados vietnamitas tratando de escapar en los últimos helicópteros desde el tejado de la embajada quedaría indeleblemente impresas en la psique americana. También agregaron combustible a los extremistas enojados que, al igual que Nixon, sostuvieron que los medios habían vendido Vietnam. Nixon, por su parte, atrapado en una red de crímenes conocidos como el escándalo Watergate paranoico sobre sus enemigos internos y las nuevas revelaciones que expondrían sus ilegalidades en varios frentes, se volvió cada vez más errático. Su secretario de Defensa instruyó a los líderes militares a no responder a las órdenes de Nixon. El sistema estaba realmente empezando a agrietarse. Voy a renunciar a la presidencia efectiva mañana al mediodía. El vicepresidente Ford será juramentado como presidente a esa hora en esta oficina. Así Nixon evitó el juicio político. Sin embargo, más de 40 de los suyos fueron condenados por delitos, y varios a la cárcel. Nixon fue perdonado por su recién nombrado vice-presidente Gerald Ford. Como la guerra, Lyndon Johnson y Richard Nixon desaparecieron de las pantallas de televisión y la confianza entre la presidencia y el pueblo estadounidense fue traicionada. Kissinger, ahora ascendido a secretario de Estado, llegó ileso. Él y el nor Vietnamita, Le Duc Tho fueron galardonados con el premio Nobel de la Paz 1973. Sin embargo sabiendo que la paz no se ha conseguido aun, Le Duc Tho tuvo la gracia de rechazar el premio. Los EE.UU. lamió sus heridas, pero pocos en el poder reflexionaron en el significado más profundo de lo que había ocurrido. La teoría dominó de Eisenhower había demostrado ser un mito, el temido virus no se había propagado. Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia, Taiwán, Filipinas y el más importante Japón, todos prosperaron y se mantuvieron firmes en el occidente. Preocupado por la pérdida de prestigio de EE.UU. en Asia y por no haber aprendido claramente las lecciones de apoyar dictaduras, Nixon y Kissinger se volvieron con nuevos ojos a América Latina para reafirmar el poder EE.UU. Chile había sobrevivido como un modelo de democracia desde 1932. No sobreviviría a Nixon y Kissinger. Cuando el socialista Salvador Allende ganó las elecciones de 1970 con la promesa de nacionalizar las empresas estadounidenses como la IT & T, que básicamente controlaba la economía chilena, Nixon le dijo a su jefe de la CIA: hagan que la economía chille. El FMI y el Banco Mundial, con Robert McNamara en su cabeza, negaron préstamos al régimen. La CIA financió partidos de oposición, impulsó propaganda y desinformación, ofreció sobornos, organizó manifestaciones y huelgas contra el gobierno. Y finalmente perdonó al asesino del más poderoso general chileno que había jurado defender la democracia.


Cuando Salvador Allende llevó su caso contra los EE.UU. a una asamblea general de la ONU en diciembre de 1972, fue aclamado ampliamente, pero bien pudo haber firmado su sentencia de muerte: Nos encontramos combatiendo fuerzas que operan en las sombras y sin bandera con poderosas armas en posiciones de gran influencia. Somos potencialmente países ricos, pero vivimos en la pobreza. Vamos aquí y allá pidiendo créditos y ayuda, sin embargo, somos grandes exportadores de capital. Es una paradoja clásica del sistema económico capitalista. La CIA instó a sus agentes chilenos a actuar. Los líderes militares dirigidos por el general Augusto Pinochet ejecutaron el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973 A medida que el ejército se acercaba, Allende hizo un discurso radial final desde el palacio presidencial: Allende se quitó la vida con el rifle que le dio Fidel Castro. Pinoched tomó el poder. Su junta asesinó o hizo desaparecer a más de 3200 opositores y encarceló y torturó a decenas de miles más en una lluvia de terror conocido como la Caravana de la Muerte. Para los chilenos, el 9/11 tiene un sentido más trágico que nuestro 9/11 marcó el final de su gobierno a manos de los EE.UU. Argentina seguiría con un terrible guerra sucia contra izquierdistas que duraría del 76 al 83, y morirían o desaparecerían unas 30 mil personas. El nuevo régimen de Pinochet en Chile fue reconocido y ayudado rápidamente durando en el poder hasta 1988. El intelecto detras del servicio de inteligencia de Chile fue el coronel Manuel Contreras, que se convirtió en un agente pagado de la CIA. Él organizó escuadrones de la muerte que perseguieron opositores políticos en América Latina, Europa y los EE.UU. Su policía secreta, incluso envió agentes a Washington DC para hacer estallar a un ex diplomático chileno crítico contra el régimen. Llamada operación Condor, el círculo de asesinatos incluía los gobiernos de derecha de Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Brasil. Escuadrones de asesinos localizaron y mataron a más de 13 mil disidentes fuera de sus países de origen. Cientos de miles más fueron arrojado a los campos de concentración. Como mínimo, EE.UU. facilitó los enlaces entre estos jefes de inteligencia. En una historia interna de la CIA que fue desclasificada en el 2007 se reveló que bajo el liderazgo del jefe de la contrainteligencia que estaba obsesionado con la idea que la unión soviética infiltraba su organización y en última instancia se hacía cargo del mundo, la CIA había estado participando activamente en la creación y utilización de fuerzas policiales extranjeras y unidades de lucha contra el terrorismo, formando cerca de 800 mil militares y agentes de policía en 25 países incluyendo la policía secreta y líderes de escuadrones de la muerte. Después de una década pésimo, marcada por Vietnam, Watergate y las investigaciones iniciales del Congreso en las actividades de la CIA, América se sintió confundida. ¿En qué clase de país estábamos? La respuesta fue perturbadora. A pesar de la profunda deriva entre la izquierda y la derecha jóvenes y adultos estadounidenses disfrutaban el aumento de sus niveles de vida, y una relajación del estricto código sexual y moral.


incluso deteniendo el progreso en las relaciones raciales. No se impusieron impuestos de guerra, y el proyecto fue finalmente desechado. Los que podían pagar una educación universitaria, en general no fueron a Vietnam. La clase obrera lo hizo. La mayoría de los felices americanos disfrutaron de los frutos del auge económico de 1960, un auge impulsado en parte por el complejo militar- industrial con sus enormes ventas de armas. Por ejemplo, más de 5 mil helicópteros de cerca de 12 mil se perdieron en Vietnam. Entre 1951 y '65, nada mas el estado de California recibió $ 67 mil millones en contratos de defensa, lo que ayudó a revitalizar el vacío oeste americano, empleando un gran número de ciudades y pueblos nuevos. Esto, a su vez, redistribuiría el poder en el Congreso con muchos representantes en todo el cinturón de armas, haciendose dependientes de la industria de armas sus cargos en el gobierno. Y, como lo haría más tarde en Irak y Afganistán, el gobierno pagaría por la guerra imprimiendo más dólares, forzando su capacidad de convertir dólares en oro, inflando la moneda y ayudando a crear un déficit que pasó de $ 3 billones en los tempranos años 60 a unos pasmosos $ 25 mil millones en 1968. La especulación, ... la reinversión productiva se retrasó la corrupción también abundó en Vietnam, donde EE.UU. envió grandes cantidades de mercancías a la zona de guerra. Enormes campamentos con gigantescos centros de comercialización llamados PX florecieron en un paisaje primitivo como mini "Las Vegas" alimentando sueños de consumo. Los mercados negros prosperaron, como el de coches, refrigeradores, aparatos de televisión, distorsionado una economía de tercer mundo. Armas mortales desaparecieron robadas por el crimen organizado, tanto por soldados como por civiles, que con avidez vendieron tanto a vietnam del sur como al del norte. 2755795 2760383 Los escándalos financieros, como en la mayoría de las guerras, desaparecieron entre los escombros y el caos. Signos ominosos comenzaron a surgir. Las fábricas huyeron, ya sea a países desarrollados o al sur no sindicalizado a medida que las ciudades industriales del norte comenzaron a decaer desde el desempleo, malas condiciones de vivienda y escuelas, y las drogas. Los salarios reales no sólo se estancaron, sino que disminuyeron durante los próximos 30 años a medida que nivel de vida de la clase media y trabajadora se erosionaba constantemente. En 1971, Nixon retiró de los EE.UU. el estándar de oro de $ 35/onza y derogó el tratado de Bretton Woods que había gobernado la alianza económica de la posguerra. La OPEP, una organización de los países productores de petróleo, sobre todo en el Medio Oriente, ahora se sentía lo suficientemente poderosa para castigar a los EE.UU. por apoyar a Israel en la guerra de 1973. Los precios del petróleo se cuadruplicaron el siguiente año. Los EE.UU., que antes de la década de 1950, producían todo el petróleo que necesitaban ahora importaba un tercio de su abastecimiento. El país sufrirá profundos ciclos de inflación y recesión con la bolsa aprovechando el aumento de la volatilidad y la inseguridad de una economía de burbuja especulativa, que alcanzó su punto más bajo en la gran recesión del 2008. La guerra de Vietnam significaría de hecho el final del último período significativo de reforma social y política que los EE.UU. habían visto.


¿Era el país ahora un tigre de papel que vivía del dinero y tiempo prestado? Esta pregunta rondaría el imaginario nacional a través de los años 70 aun en la década de los 80 y los 90 cuando, con la caída de la Unión Soviética, el sentido de la dominación estadounidense resurgió. La mitología aceptada con el tiempo fue que los EE.UU. perdieron la guerra en Vietnam. Pero, como el lingüista, historiador y filósofo Noam Chomsky ha señalado se llamó una pérdida, una derrota, porque no había alcanzado los objetivos máximos convertidos los objetivos máximos en algo así como las Filipinas. Ellos no hicieron eso. Lograron los objetivos principales: Era posible destruir Vietnam e irse. En otra parte escribió, Vietnam del Sur había quedado prácticamente destruida, y las posibilidades de que Vietnam fuese alguna vez un modelo para cualquier cosa habían desaparecido. Cuando un envejecido y más sabio Robert McNamara regresó a Vietnam en 1995 reconoció, en estado de shock, que a pesar de las estimaciones americanas oficiales de 2 millones de vietnamitas muertos, 3,4 a 3,8 millones de vietnamitas habían perecido. En comparación 58 mil estadounidenses murieron en los combates y 200 mil resultaron heridos. Los EE.UU. habían destruido 9 mil de las 15 mil aldeas de Vietnam de sur todas las 6 ciudades industriales del norte, 28 de los 30 pueblos de la provincia y 96 de los 116 pueblos del distrito. Municiones sin explotar todavía cubrian el campo. 19 millones de litros de herbicidas habían envenenado el ambiente. Casi todo el antiguo dosel del bosque de Vietnam se había ido. Sólo los efectos de la guerra química durarían generaciones, y se puede ver hoy en día en los hospitales en el sur, donde se utilizó el agente naranja fetos muertos mantenidos en frascos, niños nacidos con defectos y deformidades de nacimiento horribles, y las tasas de cáncer mucho mas altas que en el norte. Y, sin embargo, increíblemente, el tema principal en los EE.UU. fue durante muchos años la búsqueda de 1300 soldados desaparecidos en combate, unos pocos cientos de ellos se presume fueron tomado como rehenes por los vietnamitas del norte. Las películas de acción más taquilleras se hicieron sobre esto. Ninguna disculpa oficial de los EE.UU. se ha publicado alguna vez, y absolutamente ningun reconocimiento del sufrimiento de los vietnamitas El presidente Bill Clinton finalmente reconoció a Vietnam en 1995 20 años más tarde. Desde la guerra, los conservadores estadounidenses han luchado por vencer el Síndrome de Vietnam, que se convirtió en un eslogan de la falta de voluntad de los estadounidenses de envíar tropas al extranjero a luchar. En una guerra que ha hipnotizado y definido a toda una generación, asombrosamente se sabe poco hoy en día acerca de Vietnam entre la juventud americana. Esto no es casual. Ha habido un consciente y sistemático esfuerzo por borrar Vietnam de la conciencia histórica. Es hora de que nos demos cuenta que la nuestra era en realidad una causa noble. Hemos deshonrado al recuerdo de 50 mil jóvenes estadounidenses que murieron por esa causa cuando le dimos paso a sentimientos de culpa como si estuviéramos haciendo algo vergonzoso. No eran sólo conservadores los que blanquearon la historia Pensemos lo que pensemos acerca de las decisiones políticas de la era de Vietnam, los valientes americanos que lucharon y murieron allí tenían motivos nobles.


Lucharon por la libertad y la independencia del pueblo vietnamita. El resultado ha sido envuelto en mentiras desinfectadas. El Memorial de los veteranos de Vietnam en Washington, dedicado en noviembre de 1982, Contiene ahora los nombres de los 58.272 estadounidenses muertos o desaparecidos. El mensaje es claro; la tragedia es la muerte de esos estadounidenses. Pero imaginen si los nombres de 3,8 millones de Vietnamitas y millones de camboyanos y laosianos también fuesen incluidos. La supuesta vergüenza de Vietnam sería finalmente vengada por Ronald Reagan, los 2 Bush e incluso en cierta medida por Barack Obama en las décadas por venir. La ironía es que la guerra de Vietnam representó un triste clímax de la generación de la segunda guerra mundial, de la que Johnson, Nixon, Reagan, Bush padre y todos los generales del alto mando provinieron; Los proclamados por la corriente principal de los medios de comunicación en la década de 1990 como la generación mas grande. Sin embargo, esos mismos medios de comunicación ignoraron la arrogancia de una generación que se confió y desestimó a Vietnam como un país subdesarrollado que podía ser derrotado fácilmente. De lo que llaman los antiguos griegos, orgullo o arrogancia, viene la caída. Y a partir de esta guerra inicialmente oscura, vino una gran distorsión de la la vida económica, social y moral en Estados Unidos. Una guerra civil que polarizó al país hasta nuestros días, con mucho negado, poco recordado, nada lamentado y, tal vez, nada aprendido. La historia debe ser recordada, o se repetirá hasta que el significado sea claro. El segundo presidente de los EE.UU., John Adams, dijo una vez: "El poder siempre piensa que tiene un gran espíritu y que está haciendo el servicio de Dios cuando viola todas sus leyes." lo cual hace que los detalles de la inminente historia un triste e inevitable baño de sangre que se repite una y otra vez cuando los EE.UU. demasiado a menudo se ha puesto del lado de los opresores. Sosteniendo a los aliados con ayuda financiera y militar, programas de guerra contra las drogas, policía y capacitación en seguridad, ejercicios militares conjuntos, bases de ultramar y intervenciones militares directas ocasionales Los EE.UU. facultaron una red de tiranos que eran amigables a los inversores extranjeros que podrían explotar mano de obra barata y recursos nativos en condiciones favorables al imperio. Tal fue el modo británico y frances y como sería la manera americana. No violado y saqueando como mongoles, sino más bien como benigno y educados banqueros y ejecutivos corporativos que saquearían las economías locales en nombre de la modernidad, la democracia y la civilización en beneficio de EE.UU. y sus aliados. Durante la guerra fría, los políticos y los medios debatían lado a lado sobre la moralidad básica de la política exterior de EE.UU., articulando lugares comunes acerca de la benevolencia de EE.UU. e insistiendo en que se necesitan tácticas duras, aunque sucias, para combatir el fuego con fuego. Los Kissingers del mundo lo llamaron Realpolitik 3314228 3320776 pero incluso cuando la Unión Soviética se derrumbó en la década de 1990, las políticas de nuestra nación no cambiaron, ya que los EE.UU. una y otra vez se ha puesto del lado de las clases arraigadas o los militares, en contra de los de abajo que buscan el cambio.


Fue la guerra de Estados Unidos contra los pobres de la tierra, la más fácil de matar, los daños colaterales. Como se preguntó en un principio, era realmente sobre la lucha contra el comunismo o fue un mal entendido o había una motivación encubierta? Fue George Kennen, lider americano y estratega de principios de la guerra fría, que fue al meollo de la cuestión en un memorando escrito en 1948: "con el 50% por ciento de la riqueza mundial pero sólo el 6,3% de su población, no podemos dejar de ser objeto de envidia y resentimiento." Nuestra verdadera tarea es diseñar un modelo de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad. Para ello, tendremos que prescindir de todo sentimentalismo y ensoñaciones. Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos y objetivos irreales tales como los derechos humanos, la mejora de los estándares de vida y la democratización. Vamos a tener que tratar en conceptos directos de poder. Mientras menos continuemos obstaculizados por eslóganes idealistas, mejor ». Pero George Kennen, que vivió hasta los 101 años en 2005, fue un intelectual que nunca buscó cargos políticos. Nunca en sus sueños más salvajes podría haber imaginado las bárbaras proporciones de la futura presidencia de Ronald Reagan. Estoy orgulloso de ser americano, porque al menos sé que soy libre porque no hay duda de que amo esta tierra. Dios bendiga América. Estados Unidos no puede, ni debe, ni va a permitir la la creación de otro gobierno comunista en el hemisferio norte. Si el alma de America está envenenada, parte de la autopsia apunta a Vietnam. Dejadnos estar unidos en paz dejadnos también estar unidos contra la derrota. Para General Electric, con ustedes Ronald Reagan. Buenas tardes señoras y caballeros me place aparecer esta noche en el teatro General Electric En 1979 el fiscal general John Mitchell presumió: 'Este país va en tan buena dirección que no van a reconocerlo' ¿Pero hasta dónde podía ir en buena dirección los Estados Unidos? En 1979 fueron Vietnam, Cambodia, Laos, amenazas nucleares, vigilancia, sabotaje, juegos sucios, mentiras oficiales, polarización racial, crimen, y todavía por llegar la guerra contra las drogas, Chile y el Watergate. Pero comparado con el mundo al que Ronal Reagan y George W. Bush iban a dar paso, uno incluso podía mirar con nostalgia la era Nixon. Las fuerzas de derecha siempre han operado libre y abiertamente en los oscuros abismos de la vida americana donde el racismo, el militarismo, el imperialismo y la ciega devoción hacia la empresa privada supuraban. La cruda realidad del fanatismo había traído grupos tan dispares como el Ku Klux Klan el partido Nazi la Liga Libertaria los America Firsters los John Birchers el McCartismo y el Tea Party escupiendo tanto odio, intolerancia como simple ignorancia de la historia. Empezando con la corte de Nixon de un nuevo sur republicano y el éxito de George Wallace como candidato de un tercer partido estas fuerzas migraron desde los márgenes de la política americana y los últimos resquicios de la razón a un nuevo hogar en el partido republicano que poco a poco alejó sus facciones prósperas, moderadas y liberales. Nixon una vez dijo que la política interior le interesaba tanto como Pero bajo su guardia, le gustara o no, jóvenes de 18 años ganaron el voto que la censura rechazó, y los gays y lesbianas emergieron de las sombras. Fundó la EPA, la Agencia para la Protección del Medio Ambiente, apoyó la enmienda de los derechos igualitarios y nuevas regulaciones e incluso fortaleció la acta del derecho a voto.


Sus antiguos aliados de derechas empezaron tardíamente a reconocer que este no era el Nixon hacha en mano anticomunista que conocieron en los 50s. Aunque estaba pulverizando el sudeste de Asia, horrorizó a la derecha cuando cambió de opinión y, buscando aliviar el estrés de la guerra de EEUU en Asia reconoció a China como roja en 1972. Y aún por encima, fue a la Unión Soviética y firmó el histórico tratado SALT 1, poniendo coto al sistema de misiles y anti-misiles. Cuando Nixon sacó al país del patrón oro e impuso controles de salarios y precios en 1971, y después retiró las tropas americanas que quedaban en Vietnam en 1973, parecía que había perdido la cabeza y traicionado completamente su base. Durante el Watergate, Nixon había hecho tanto enemigos como podía permitirse, tanto en la derecha como en la izquierda. Enfrentándose a una probable impugnación dimitió el 9 de agosto de 1974. El presidente estaba ahora en las manos del amigable Gerald Ford, un hombre que, como Lyndon Johnson dijo, no podía echarse un pedo y masticar chicle al mismo tiempo. Como podemos ver la popularidad de Ford está aquí ciertamente en un punto álgido: Ford anunció que nuestra larga pesadilla nacional había acabado. Pero, enviando todas las señales equivocadas, perdonó a Nixon: un perdón absoluto hacia Richard Nixon por todas las ofensas contra America que Richard Nixon cometió o pudo haber cometido. Pero, incluso más problemático para el futuro era que, la caída de Nixon sacó a la luz los más profundos impulsos de rabia y venganza del corazón del nuevo partido republicano de Nixon. Su legendaria ira se convirtió en suya, pero ahora dirigida hacia el propio gobierno. Revigorizado por rabia hacia los llamados medios de comunicación liberales que habían jugado un papel tan tóxico en su mente distorsionando Vietnam y alejando a Nixon de la presidencia, una red de pesos pesados conservadores junto a ricas fundaciones invirtieron grandes cantidades de dinero para fomentar sus agendas políticas. Entre ellos había un retorno radical al concepto de privatización que había sido destruida, según ellos, por el detestado New Deal de Roosevelt. Los antiguos enemigos de Roosevelt, la clase del dinero, había vuelto. La floreciente red de derechas tenía poco que hacer con un relativo moderado como Gerald Ford y le presionaron para poner a un verdadero derechista como el antiguo gobernador de California, Reagan, en la casa Blanca. Rindiéndose ante la presión, Ford y Donald Rumsfeld - un joven congresista que había ganado prestigio atacando a los soviéticos en los 60s - planearon un gran cambio de gabinete conocido como la Masacre de Halloween de octubre del 75. Rumsfeld, a quien Nixon llamaba pequeño bastardo despiadado, se hizo con Defensa. Kissinger, quedándose con el de Estado, perdió su puesto de seguridad nacional a favor del general Brent Scowcroft Bush se encargó de la CIA y Dick Cheney, un protegido de Rumsfeld, le sustituyó como jefe de gabinete. El vicepresidente Nelson Rockefeller, un moderado, fue forzado a salir del poder en el 76. Rumsfeld ayudó a bloquear un nuevo tratado SALT, y Ford alejó la distancia de un segundo mandato, al asociarse con Henry Kissinger de la casa blanca.


Pero la gente quería cambios, y en interés de la presidencia en 1976, el gobernador Jimmy Carter un antiguo granjero de cacahuetes y profesor durante mucho tiempo en Plains, Georgia, venció a Ford por poco margen. Carter era todo menos un candidato típico. Buscó terminar con la carrera armamentística, restablecer la distancia y restaurar la moral de America cuando dijo aprendiendo de Vietnam: Nunca más este país volverá a estar involucrado militarmente en los asuntos internos de otras naciones, a menos que haya una directa y obvia amenaza a la seguridad de USA. Dijo en la ONU que los EEUU podían recortar su arsenal nuclear en un 50% si los soviéticos hacían lo mismo. Siguiendo sus instintos, Carter obtuvo un temprano suceso significativo. Ayudó a asegurar los acuerdos de Camp David en 1978 dirigiendo la retirada de Israel del territorio egipcio capturado en la guerra de 1967 y estableció relaciones diplomáticas entre los dos países. Negoció el tratado SALT 2 con los soviéticos ordenando una reducción en los misiles nucleares y las bombas. Pero Carter sabía muy poco sobre política internacional y estaba influído por las ideas de Zbigniew Brzezinski,su consejero en seguridad nacional. Un profesor y feroz anticomunista que impulsó a un ascendente, aunque aún poco conocido Carter hacia la pertenencia como miembro a un grupo fundado por el presidente del Chase Manhattan Bank, David Rockefeller, en 1973 para reforzar el orden capitalista mundial. Con 180 miembros de élite y oficinas en 3 continentes, la mayoría rechazó la rigidez de la derecha anti-comunista. Pero Brzezinski, como Kissinger ante de él, marginó al liberal y moral secretario de Estado, y tramó un retorno a la ortodoxa guerra fría. Se jactaba de ser el primer polaco en 300 años en una posición de realmente meterselo a los rusos. Masivas ventas de armas de EEUU a Irán, la mitad de sus ventas en el mundo, había mantenido al impopular Shah en el poder, y a pesar de su pésimo historial de derechos humanos, Carter compartió una lujosa víspera de año nuevo en Teherán: No hay un líder con el que tenga un sentido más profundo de amistad personal. Irán, debido a la gran capacidad de liderazgo del Shah, es una isla de estabilidad en una de las zonas más difíciles del mundo. En de un año, el Shah había impuesto la ley marcial y sus tropas derribado cientos en la calle. Temiendo que los soviéticos podrían ocupar los campos de petróleo de Irán en este caos Brzezinski advirtió a Carter lo que EE.UU. enfrentaba ahora. Dos meses más tarde, el Shah huyó por su vida. El ayatolá Jomeini regresó del exilio pidiendo el retorno del Shah para que ser juzgado. Carter, bajo la presión de Brzezinski, Kissinger y David Rockefeller permitió al Shah entrar en los EE.UU. para el tratamiento médico de su cáncer lo que enfureció al público iraní: La embajada de EE.UU. en Teherán ha sido invadida y ocupada por estudiantes iraníes. Los estadounidenses en el interior han sido hechos prisioneros. En noviembre, los estudiantes irrumpieron en la embajada y se apoderaron de 52 rehenes americanos retenidos por 444 días, destruyendo con eficacia la presidencia de Carter. La crisis parecía regarse por todas partes. América Central, después de sufrir décadas de pobreza, brutalidad y corrupción bajo dictadores de derecha respaldados por Estados Unidos, estaba a punto de explotar a finales de 1970. En Nicaragua, los sandinistas tomaron el poder en julio del '79 La primera revolución latinoaméricana exitosa desde la cubana, 20 años antes y comenzó un ambicioso programa de reforma de tierra, educación y salud.


Brzezinski abogó por la intervención militar temeroso que el ideal revolucionario podría establecer fuerzas en las vecinas Guatemala, Honduras y El Salvador, donde 40 familias habían gobernado durante más de un siglo. Asesinatos y torturas por escuadrones de la muerte Derechistas aumentaron y el arzobispo salvadoreño progresista, Oscar Romero fue asesinado en 1980. Más tarde ese año, los insurgentes del FMLN estaban al borde de una nueva revolución exitosa cuando Carter, presionado por Brzezinski, restauró la ayuda militar necesaria al gobierno. Otra tormenta se estaba gestando en Afganistán, un remanente empobrecido del Imperio Británico donde la expectativa de vida era de 40 años. Sólo 1 de cada 10 sabían leer y la mayoría vivía como agricultores en las aldeas de barro apenas diferentes de aquellas que vió Alejandro Magno hacía 2 mil años. Fue en julio de 1979, que Brzezinski y Carter firman una poco conocida directiva para ayudar en secreto a los opositores fundamentalistas islámicos al régimen pro-soviético de Kabul. En ese día Brzezinski señaló con orgullo que su intención era arrastrarlos en su propio Vietnam. Brzezinski entendió el temor de los soviéticos que la Insurgencia afgana pudiera provocar el levantamiento de 40 millones de musulmanes en asia central soviética. Lo comparó en el efecto sobre los EE.UU. de la insurgencia comunista en México. Los soviéticos concluyeron correctamente que los estadounidenses estaban instigando la insurgencia. posiblemente con la ayuda de China. Pero todavía dudaron en intervenir. El veterano canciller Gromyko sabía que Con su altamente burocrátizada, osificada, y estancada economía, los soviéticos veían el control de armas como su oportunidad final de escapar del sendero de la guerra. La provocación funcionó. El Presidente Brezhnev, un líder soviético stalinista sin imaginación insistió en que la guerra habría terminado en 3 a 4 semanas, emprendiendo una invasión a gran escala de 80 mil tropas soviéticas en Afganistán en el día de Navidad de 1979. El inexperto Carter, hiperbólicamente llamó a la invasión la mayor amenaza para la paz mundial desde la segunda guerra mundial. Un columnista del Times se sintió obligado a recordarle el bloqueo de Berlín, la guerra de Corea, la crisis de Suez, la crisis de los misiles en Cuba, y la guerra de Vietnam. Carter retiró al embajador de los EEUU y sacó SALT2 de la mesa. Cortó el comercio entre los dos países, prohibió competir a los atletas de EEUU en las siguientes olimpíadas de Moscú y envió a su secretario de defensa a reunirse con los líderes chinos para forjar alianzas militares. Extendió por ende la doctrina Truman a la región adyacente al Golfo Pérsico, incluyendo a Irán que ahora sería considerado como de interés vital para los EEUU. Las naciones musulmanas condenaron la invasión soviética. Arabia Saudí mandó divisas, y miles de jóvenes musulmanes de todo Oriente Medio iniciaron entonces un viaje hacia Afganistán por la yihad, la guerra santa contra los infieles soviéticos.


Brzezinski viajó para reunirse con los dictadores de Pakistán y Arabia Saudí para recabar ayuda económica y militar para los guerreros santos que estaban especialmente enojados con las reformas gubernamentales apoyadas por los soviéticos para emancipar y educar a las mujeres. Brzezinski ha negado repetidamente tener cualquier remordimiento por alimentar el fundamentalismo islámico que azotaría a los EEUU el 11-S y sería una plaga los años venideros. Porque vuestra causa es justa y Dios está de vuestro lado. Más tarde diría: ¿Qué es más importante en la historia del mundo? Los Talibanes o el colapso del imperio soviético? Algunos agitado musulmanes o la liberación de la Europa Central y el fin de la guerra fría? ¿A qué precio? Al tratar de destruir el imperio Soviético Brzezinski en su lugar destruyó la presidencia de Jimmy Carter. Carter nunca cumplió su promesa de reducir los gastos de defensa de hecho, los elevó de 115 mil millones a 180 mil millones. y duplicó el número de ojivas dirigidas a la unión soviética. Carter incluso repudió sus anteriores críticas a la guerra de Vietnam. Los veteranos de vietnam se convirtirían a las políticas de Carter, irónicamente, al final sentando las bases para las acciones aún más extremas que Ronald Reagan traería a la casa blanca. Es de mañana de nuevo en Estados Unidos. Hoy en día más hombres y mujeres irían a trabajar mas que nunca en la historia de nuestro país. Con las tasas de interés y la inflación hacia abajo más personas están comprando casas nuevas y nuevas familias pueden tener seguridad en el futuro. América es más orgullosa hoy, más fuerte y mejor. ¿Por qué íbamos a querer volver a donde estábamos hace menos de 4 años? Nunca ha habido un presidente como Ronald Reagan, con su encanto, humor, elegante buena apariencia y una compulsión de transformar a los Estados Unidos en una fortaleza conservadora. Un astuto y llano actor convertido a vendedor de General Electric, Reagan sirvió 8 años como gobernador de California. Fue subestimado por muchos como un actor tipo B en Hollywood, y tituló su primera autobiografía '¿dónde está el resto de mí?' basada en su película de 1942 Kings Row, un clásico gótico sobre un pequeño pueblo américano. En la película, el sádico cirujano, padre de su novia, le amputa las piernas. La película marcó su transición de liberal a conservador. Había descubierto su mitad perdida en su lucha contra el comunismo; una lucha que, como presidente del gremio de actores de cine, lo convirtiría en un gran cruzado público contra la amenaza roja así como un informante secreto del FBI quien denunció a colegas como comunistas. El consultor político Roger Ailes que más tarde crearía Fox News, usando tácticas que había desarrollado con Richard Nixon, recordó al Reagan de 73 años que "fue elegido por los temas, no por los pormenores, de pensamientos felices como las mañanas en los Estados Unidos, o la puritana creencia de que América era la brillante ciudad en una colina. Sus críticos eran "derrotistas que culparían a Estados Unidos primero" o habría temas de una ficción oscura, como que estamos en mayor peligro hoy en día que el día después de Pearl Harbor Nuestro ejército es absolutamente incapaz de defender este país.


Los hechos nunca importaban si había un buen chiste. Solía repetir la historia sobre la asistencia social del Queen de Chicago con 80 nombres, 30 direcciones y 12 tarjetas de la seguridad social que tenía un ingreso, libre de impuestos de 150 mil dólares. Prefería las películas a la lectura y tenía ayudas visuales, especialmente preparadas en temas como la amenaza soviética o el problema en el Oriente Medio. Para las reuniones, incluso con unas pocas personas en la habitación, Reagan leería como un actor sus lineas de tarjetas de 3x5. En una reunión con los líderes automotrices leyó las tarjetas equivocadas hasta que finalmente se dio cuenta. Le gustaba ir, con su amada esposa Nancy a casa puntualmente por la tarde ejercitarse, cenar en pijama ver la televisión y estar en la cama temprano. Hay una señal que los soviéticos pueden hacer que sería inconfundible, que haría avanzar dramáticamente la causa de la libertad y la paz. Secretario general Gorbachov, si usted busca la paz, si busca la prosperidad para la Unión Soviética y Europa del Este, si busca la liberalización, venga a esta puerta. Señor Gorbachov, abra esta puerta. Señor Gorbachov, derribe este muro. Menos de 2 años y medio más tarde, el muro ciertamente se vino abajo. Y en 1991 el imperio soviético se había derrumbado. La guerra fría había terminado. Muchos dan crédito a Reagan por ganarla. Sus admiradores lo celebran como el mejor presidente desde la segunda guerra uno de los mejores de la historia. Pero la verdadera historia es mucho más compleja. Reagan no solo dejó un rastro de sangre, de muerte y destrucción, sino también llegó terriblemente cerca de alcanzar la grandeza perdurable. El estilo vago de Reagan y la falta de experiencia en política exterior dejó un vacío los halcones de la administración anti-comunista se apresuraron a llenar. A la cabeza estaba William Casey. Las películas no podrían haber inventado un hombre como Casey. Un católico caballero de Malta, que asistia diariamente a misa y proclamaba el cristianismo a cualquiera que pidiera su consejo. Estatuas de la Virgen María llenaban su mansión en Long Island. Había sido el jefe de la Comisión de Bolsa y Valores, y antes había trabajado con la OSS. Según el diputado de Casey, Robert Gates los partidarios de Reagan vieron su llegada como una adquisición hostil. Casey había leído "La Red de Terror" de Claire Sterling, y estaba convencido que la Unión Soviética estaba detras del terrorismo internacional incluído el reciente atentado para asesinar al Papa de orígen Polaco y miembro católico. El jefe de la oficina de la CIA para el Análisis Soviético, Melvin Goodman dijo que gran parte de la evidencia de Sterling se basó en acusaciones anti-comunistas que la misma CIA había plantado en la prensa europea. Sin embargo, Casey dijo a los analistas que había aprendido más de Sterling que de todos ellos. Al Hague, el duro secretario de Estado, consideró que los soviéticos habían intentado asesinarlo cuando era el jefe de la OTAN en Europa. Los expertos sabían que los soviéticos en realidad desaprobaban el terrorismo y no habrían apoyado grupos terroristas nihilistas de Europa occidental. Pero Casey y Gates eliminaron a los analistas que se negaron a doblegarse, paralizando al organismo de tal manera que, cuando la Unión Soviética se vino abajo más tarde en la década, la agencia no fue capaz de predecirlo. En su primera conferencia de prensa, en el lenguaje de John F.


Dulles y James Forrestal, Reagan rápidamente revirtió casi 2 décadas de progreso en el alivio de tensiones de la guerra fría, cuando declaró que la única moral que reconocía es la que impulsaría su causa lo que significa que se reservaban el derecho a cometer cualquier crimen mentir, hacer trampa, con el fin de lograrlo. la moral de Estados Unidos, insistió, era diferente: Siempre había sentido que por nuestras acciones debía quedar claro a cualquiera los americanos eran un pueblo moral que siempre utilizaria su poder sólo como una para el bien del mundo. En realidad, la elección de Reagan animó a las elites de derecha en todo el 3er a recuperar la tierra o el poder pérdidos, resultados del indeciso liderazgo estadounidense desde Vietnam. Los métodos serían crueles. El coronel que dirigió el equipo de asesores de EE.UU. en El Salvador dio una descripción adecuada de los esfuerzos de los líderes americanos de poner a sus nuevas doctrinas postVietnam de contrainsurgencia derrotando los levantamientos sin un gran compromiso de las fuerzas de EE.UU. Muchas Oficiales superiores del ejército salvadoreño, hondureño y guatemalteco, en la Escuela del Ejército de las Américas en Panamá y, a continuación, después de en Fuerte Benning, en Georgia. El énfasis en las técnicas de contrainsurgencia perfeccionadas desde Vietnam se amplió. Al visitar la vecina Honduras en 1982 Reagan se reunió con el presidente de general Efraín Ríos Montt, un cristiano evangélico nacido de nuevo quien había recientemente tomado el poder en un golpe de Estado. Reagan se quejó de que Montt había recibido una mala fama: Sé que el presidente Ríos Montt es un hombre de gran integridad personal y compromiso. Alrededor de 100 mil campesinos mayas que vivían en la región de la insurgencia serían asesinados entre 1981 y 1983 por el ejército guatemalteco. Al otro lado de la frontera con Nicaragua en Honduras, ex miembros de la guardia nacional de Somoza se reunian con la ayuda de Casey. Tramando un retorno al poder. Se hacían llamar contra-revolucionarios o Contras. La guerra comenzó en marzo de 1982. Entonces el Congreso prohibió el uso de fondos del gobierno para derrocar el gobierno sandinista. Pero Casey y el oficial Oliver North urdieron un complot de derecha una operación ilegal, con la ayuda de traficantes de armas israelíes. Los EE.UU. sus enemigos en Irán a precios exorbitantes y utilizó las ganancias para financiar a con traficantes de drogas latinos a menudo sirviendo como intermediarios y a cambio un acceso más fácil a los mercados estadounidenses. Los 15 mil hombres del ejército Contra empleando el secuestro, la tortura, la violación y el asesinato, hicieron blancos a las clínicas de salud, las escuelas, olas, puentes y centrales eléctricas. Yo era consciente de que la resistencia estaba recibiendo fondos directamente de terceros países y particulares y he apoyado los esfuerzos de todo corazón. pero déjame poner esto en mayúsculas No sé nada acerca de desvío de fondos. Reagan y Casey mintieron al Congreso sobre lo que la CIA estaba tramando.


De acuerdo con su adjunto Gates Casey era culpable de desacato al Congreso desde el día que prestó juramento. Reagan defendió la guerra encubierta al decir en 1984: El pueblo nicaragüense está atrapado en un calabozo por una dictadura totalitaria, aún más peligrosa por la presencia no deseada de miles de cubanos, el bloque soviético y la ayuda de árabes radicales. Él fue tan lejos como para llamar a los Contras el equivalente moral de nuestros padres fundadores. Su equivalencia moral fue responsable de la mayor parte de las muertes de los 20 a 30 mil civiles nicaragüenses durante la guerra. Atrocidades similares ocurrieron en el vecino El Salvador, donde tropas entrenadas en estados unidos apuñalaron, decapitaron, violaron y ametrallaron 767 civiles en el pueblo de El Mozote a finales de 1981, incluyendo 358 niños menores de 13 años. El Congreso terminó canalizando casi $ 6000 millones a este pequeño país haciéndolo el mayor receptor de ayuda exterior de EE.UU., per cápita, en el mundo. Terratenientes ricos estaban huyendo de los escuadrones de la muerte derechistas que asesinaron a miles de supuestos izquierdistas. La cifra de muertos por la guerra alcanzo los 70 mil. Voy, bien, solo llévesela Si la devuelve, la mataran la violaran, la mutilaran Usted no sabe como es en El Salvador. La población salvadoreña de EE.UU. aumentó 5 veces, hasta medio millón para 1990, muchos de ellos inmigrantes ilegales. Sin embargo, Nicaraguenses supuestamente huyendo de la opresión comunista, o de la guerra de los contras se les permitió entrar a los EE.UU. Muchos salvadoreños podrían regresar. Empantanado en guerras por poderes Nicaragua y El Salvador, y obsesionado por el recuerdo de la derrota en Vietnam que llamó una causa noble, Reagan estaba hambriento de una victoria militar fácil que restaurara en los estadounidenses la confianza en sí mismos. En 1983 un poderoso camión bomba detonado por la organización terrorista antiHezbollah, la Al-Qaeda de su época, hizo estallar un Cuartel de la marina estadounidense en Libano dejando 241 muertos y dando un golpe devastador al orgullo norteamericano Dos días después tropas estadounidenses no invaden el Libano, sino Granada una pequeña isla caribeña de 100 mil habitantes. Reagan afirmaba que era una colonia Sovietico Cubana preparada como el mayor bastión militar para exportar terror y socavar la democracia Llegamos justo a tiempo. Como en una de sus películas de vaqueros, envió 7.000 soldados a la batalla. Luego, para los medios de comunicación, y supuestamente por su propia seguridad, se ofreció material generado por el gobierno. Todo la operación falló desde el 19 soldados murieron y más de 100 resultaron heridos por una pequeña fuerza de albañiles cubanos mal armados que se resistieron. Se perdieron 9 helicópteros. La invasión desde un punto de vista militar fue una farsa, con el ejército adjudicando casi 275 medallas al valor a 7 mil efectivos, de los cuales sólo alrededor de 2500 vio de forma limitada el combate.


Bueno. ¿Qué estamos esperando? Ok, perros del diablo, vamos a tomar ese maldito infierno Reagan anunció con orgullo: nuestros días de debilidad han terminado. nuestras fuerzas militares están de vuelta bien paradas. Cruzando el mundo, Reagan y Casey transforman el apoyo limitado de Carter a los insurgentes afganos, en la mayor operación secreta de la CIA hasta la fecha, con un total de más de 3 mil millones de dolares. Ellos canalizan la ayuda a través del general pakistaní Zia, un dictador corrupto que canaliza armas y dólares a la más extrema facción afgana-islamista bajo el mando de Gulbuddin Hekmatyar un hombre de crueldad legendaria cuyas fuerzas se rumorea que patrullan los bazares de Kabul lanzando ácido en el rostros de las mujeres que no usan burkas completas y se especializada en despellejar vivos a los prisioneros. La CIA proporcionó los insurgentes entre 2000-2500 misiles Stinger hechos en EE.UU. Los EE.UU. ayudó a ambos lados en la sangrienta guerra entre Irán e Irak. En 1983 Reagan mandó a enviado especial, Donald Rumsfeld, a Bagdad para volver a asegurar a Saddam Hussein el apoyo de EE.UU. Bajo una licencia de la comisión de comercio las empresas estadounidenses envían varias cepas de ántrax usadas después en el programa de armas biológicas de Irak ademas de insecticidas para la guerra Como presidente, Reagan insistió asustar al hablar: Así, en sus discusiones de las propuestas de congelación nuclear Les insto a que tenga cuidado con la tentación de la soberbia y la despreocupación declarandose por encima de todo y etiquetar a ambas partes como culpables haciendo caso omiso de los hechos de la historia y los impulsos agresivos de un imperio del mal, llamando simplemente a la carrera armamentista de un enorme y por lo tanto darse de baja de la lucha entre el bien y el mal Seamos conscientes que mientras mientras predican la supremacía del Estado declaran su omnipotencia sobre el individuo y predicen su dominación eventual de todos los pueblos de la tierra son el foco del mal en el mundo moderno. A finales del '82, aunque USA estaba adelantada en cada categoría significativa, dijo: Hoy en día, en casi todas los aspectos militares, la Unión Soviética goza de una ventaja decisiva. Ampliando su gasto de defensa que, en 1985 había aumentado un 35% respecto a los gastos de 1980. El arsenal americano contenía ahora 11.200 cabezas nucleares estratégicas contra las 9900 nuevas y actualizadas armas rusas salidas de las cadenas de incluyendo el costoso y largamente retrasado programa MX, cuyos misiles móviles ocultaban su ubicación precisa haciéndolos invulnerables a un primer ataque soviético. Pese a las protestas masivas en toda Europa, la base terrestre americana lanzó misiles de crucero a Gran Bretaña, y los misiles Pershing 2 a Alemania occidental en noviembre del 83. Algunos funcionarios soviéticos estaban convencidos de que un ataque de EE.UU. ya que las relaciones llegaron a su punto más bajo en más de 2 décadas. Para financiar esto, se redujo el apoyo federal para programas discrecionales transfiririendo 70 mil millones de los programas nacionales a los militares. Él libró una guerra sobre el trabajo y los pobres: Si no se presentaban a trabajar dentro de 48 horas habrían perdido sus puestos de trabajo y estarían acabados Quebrando al sindicato de controladores de tráfico aéreo, mientras se daban fiestas elegantes en la Casa Blanca para sus amigos millonarios. Un sensación de la edad dorada de 1890 los Cuatrocientos de la Sociedad Americana regresaron a Washington.


En junio del '82 casi un millón de personas se manifestaron en contra de la carrera armamentista en el Parque Central de la ciudad de Nueva Entre ellos se encontraba un joven estudiante llamado Barack Obama. El movimiento desconcertó a Reagan que lo veían como una seria amenaza a su reelección. A pesar de todas sus bravatas, Reagan también temía la posibilidad de una guerra que él asociaba con el Armagedón bíblico. Después de ver la película de TV enormemente popular en 1983, "El día después" Reagan escribió en su diario no sabemos si influenciado por su esposa o por su astrólogo preocupado por la mala semilla que pudo haber engendrado. Reagan comenzó a reconsiderar su enfoque de la Unión Soviética. Más tarde escribió en sus memorias: 3 años me habían enseñado algo sorprendente acerca de los rusos. Muchos estaban realmente aterrados de América y los americanos Increíblemente si este diario es creíble, el presidente Reagan nunca se había dado cuenta que los soviéticos podrían efectivamente temer un primer ataque de EE.UU. Con la posible esperanza de apaciguar el creciente sentimiento antinuclear en marzo de 1983, Reagan propuso la Iniciativa de Defensa Estratégica, SDI, un escudo de defensa espacial alrededor de la misma nación; o como sus críticos lo llamaron, Star Wars. No se trata de venganza, sino de prevención. No se trata de miedo, sino de esperanza. Y en esa lucha, si se me permite robar una línea de película que la fuerza esté con nosotros. La fantasía de Star Wars se convirtió en un sistema de misiles antibalísticos enormemente caro. A pesar de que no existía tal proyecto soviético, el Pentágono había comenzado la investigación en 1970 para hacer frente a un supuesto avance en armamentos de flujo de energía. En marzo de 1985, un extraordinario desarrollo cambió el curso de la historia. Un experto en agricultura de 54 años como Henry Wallace años antes, Mijail Gorbachov llegó al poder en la Unión Soviética. Al igual que Khrushchev, él sobrevivió con su diplomacia, con suerte y con un raro grado de honestidad, a una carrera brutal de obstáculos e ineficiencia y mentiras. Había viajado ampliamente por occidente y, como Khrushchev, trató ante todo mejorar la vida de su pueblo. Él vió el problema con claridad. Para lograr la paridad con los EE.UU. los soviéticos estaban gastando casi una cuarta parte de su producto interior bruto en defensa. Productos de Defensa consumían una cantidad muy desproporcionada del presupuesto soviético. Su planificada economía estancada desde finales de 1970, fue dirigida por un sistema académico militar-industrial inmune a la realidad. Para revitalizar la sociedad, sabía que tendría que recortar el gasto militar. Gorbachov propuso poner fin a la carrera armamentista y redistribuir recursos. También tomó medidas para poner fin a la guerra en Afganistán, un conflicto del que pensó desde el inicio que era un error fatal y sangrante. Cuando era muy joven presenció los horrores de la guerra, y en una serie de cartas extraordinarias a Reagan propuso, como hizo Henry Wallace 40 años antes, amistad y competición pacífica. Reagan respondió alentándole.


Los dos líderes se reunieron por primera vez en Ginebra en noviembre 1985 conectandose en un nivel humano, no político. Gorbachov siguió escribiendo cartas durante 1986 pidiendo la eliminación de todas las armas nucleares para el año 2000. No cambió la mentalidad de Reagan. Los EE.UU. anunció planes para una nueva serie de ensayos nucleares y un mayor apoyo para los muyahidines en Afganistán. En octubre de 86 Reagan y Gorbachov se reunieron en Reykjavik, Islandia Los 2 líderes llegarían en pocas palabras a cambiar la historia para siempre. Gorbachov ofreció un conjunto audaz de propuestas de desarme. Incluso Paul Nitze, que había hecho tanto daño a las relaciones entre los 2 países, observó que la propuesta soviética fue... Nitze y el secretario de Estado George Schultz instaron a Reagan a aceptar un acuerdo en el control de armas. Reagan se dirigió a Richard Perle que temía que ese acuerdo fortalecería la economía soviética. Perle advirtió que el acuerdo podria matar el SDI de Reagan o sea el plan Star Wars. Perle y otros asesores pensaban que la visión del SDI de Reagan era un sueño, una fantasía. Sólo Reagan creía que iba a funcionar. Cuando las negociaciones se estancaron, Gorbachov, instó a Reagan actuar con Reagan sorprendió a los observadores diciendo: "Estaría bien si eliminamos todas las armas nucleares". Schultz estuvo de acuerdo: vamos a hacerlo. Gorbachov dijo que estaba listo a eliminar las armas nucleares si Reagan restringía las pruebas del SDI por 10 años. Gorbachov y los científicos soviéticos sabían que la SDI no haría nada para proteger a EE.UU. de un ataque soviético a gran escala, pero temían que EE.UU. militarizara el espacio y retrocedieron ante la idea de abandonar el tratado antibalístico, la única restricción a la carrera armamentista. Reagan explicó que confinar las pruebas al laboratorio lo iban a dañar políticamente en casa. Habían llegado a un callejón sin salida. La reunión terminó. Al salir del edificio Gorbachov lo intentó por última vez Sr. Presidente, estoy dispuesto a volver a entrar en este momento y firmar los documentos que ya acordamos si abandona sus planes de militarizar el espacio. Reagan respondió informando: Lo siento mucho. Los EE.UU. y Rusia han llegado a un pelo de comenzar el proceso de eliminar las armas nucleares frustrados por una fantasía de Star Wars que apenas comenzaba en el laboratorio en Gorbachov se enfureció y culpó del fracaso al plan de Reagan de agotar a la Unión Soviética económicamente a través de una carrera armamentista. posteriormente pasó de más de $ 100 mil millones, con un costo final proyectado de más de $ 1 billón. Con la emisión de múltiples señuelos que abrumaban este sistema, entre otras problemas, la creación de una Iniciativa Defensiva Estratégica eficaz hasta el día de hoy sigue siendo muy incierta. Ambas partes esperaban reanudar las conversaciones, pero antes de que ocurriera un escándalo sacudió el gobierno de Reagan.


En octubre del 86 un avión de carga fue derribado sobre Nicaragua el único sobreviviente admitió que fue una operación de la CIA. Las audiencias del Congreso revelaron una administración en la ilegalidad, corrupción con torpes subterfugios rehenes en el Líbano, ventas de armas a Irak e Irán, intentos malogrados para cultivar inexistentes moderados en Teherán y la colaboración con con toda una serie de personajes desagradables como Manuel Noriega en Panamá. En una flagrante violación de la prohibición del Congreso de apoyar la caída de gobierno nicaragüense, Los estadounidenses también se enteraron de que la CIA minó los puertos nicaragüenses, provocando que el icono conservador senador Barry Goldwater regañara a Bill Casey Estoy cabreado, escribió, esto es un acto de violación del derecho internacional Es un acto de guerra. Los detalles de la turbia operación consumieron mucho de los últimos 2 años de Patéticamente, dijo en una conferencia de prensa que no estaba plenamente política de Irán, aspecto que fue un grave error. Que gran parte de esto pueda darse y que el presidente no lo sepa, Él es el presidente de los EE.UU., ¿por qué no lo sabía? porque alguien no se lo dijo, ese es el porque. Era evidente que tenía poca comprensión y menos control sobre lo que sus subordinados hacían Hace unos meses le dije al pueblo estadounidense que no comerciaría armas por rehenes. Mi corazón y mis mejores intenciones todavía me dicen que es verdad. Pero los hechos y las pruebas que me dicen que no lo es. Según ha informado la Junta Tower, lo que comenzó como una apertura estratégica se ha deteriorado en su aplicación en comercio de armas para secuestros. Esto va en contra de mis propias creencias, contra la política de la administración y contra la estrategia original que teníamos en mente. Hay razones por las que ocurrió. Pero no hay excusas. Fue un error. Como excusa, no habría funcionado para Nixon. Pero tal vez Ronald Reagan lucía demasiado bien para defenderse mucho menos para ir a prision. Y el establecimiento de Washington concluyó que aparentemente el país no podría soportar otro juicio político o renuncia forzada y así permitió a Reagan seguir hasta el final del mandato. Dejó el cargo como un viejo aturdido. Sus subordinados no tuvieron tanta suerte. Entre aquellos condenados por crímenes estaban dos asesores de seguridad nacional, uno de los cuales intentó suicidarse, así como Oliver North y el asistente del secretario de estado Elliot Abrams que resurgiría en la segunda administración Bush. El secretario de defensa Weinberger, Abrams y algunos otros fueron condenados o acusados pero perdonados por el siguiente presidente. El director de la CIA burló su destino muriendo de un tumor cerebral el día después de que empezasen las audiencias. El vicepresidente George Bush consiguió evitar la persecución. Insistió pero en su diario privado, que nunca pensó que estuviese obligado a mostrar, lo admitió antes de que el escándalo empezase a estallar. Como resultado, el informe final del consejo independiente señaló que la criminal de Bush fue por desgracia incompleta.


En mitad de este sórdido incidente Gorbachov queriendo salvar algo, vino a Washington en diciembre de 1987 y firmó el tratado de fuerzas nucleares de rango intermedio, un gran hito. Fue el primer acuerdo que destruía una variedad completa de armas nucleares en las cuales la Unión Soviética tenía superioridad. En Afganistán, la retirada soviética empezó en mayo de 1988. Cuando los soviéticos buscaron aparte de EEUU para frenar el extremismo islámico, EEUU, habiéndo cumplido sus objetivos, se lavó las manos de los problemas que había ayudado a crear. Hasta 20000 árabes habían inundado Paquistán para unirse a la yihad contra los soviéticos infieles, entre los cuales un heredero muy joven de la construcción saudí capaz de soportar un ejército de voluntarios, Osama Bin Laden. Miles más acudieron en manada a las madrasas de Pakistán donde fueron adoctrinados en el islamismo radical y reclutados para la yihad a menudos con libros impresos en Omaha, Nebraska, con el fondo de ayuda de y distribuidos por la CIA. Los saudíes en los 80 gastaron 75 billones de dólares en divulgar su propia marca de extremismo Wahabi. Un millón de afganos habían muerto en la guerra. 5 millones, un tercio de la población había huido a Pakistán e Irán. A finales de los 80, los islamistas ligados a la inteligenica paquistaní se hicieron con el control de Afganistán. Un analista de la Rand Corporation dijo que los EEUU usaron a los peores chiflados contra los soviéticos. La razón por la que no tenemos líderes moderados en Afganistán hoy es porque dejamos que los tarados los matasen a todos. Entre las víctimas de estos fanáticos armados y entrenados por estadounidenses estuvieron las mujeres afganas que fueron conducidas de vuelta a épocas oscuras. Advertido repetidamente de que el fanatismo que desataba podría amenazar intereses de EEUU, Bill Cassey insistió que la colaboración entre la cristiandad y el islam podría durar, y en la primavera de 1985 incluso respaldó a los muyahidines a luchar en guerrillas en las fronteras con la Unión Soviética con la esperanza de que incitaran a los musulmanes soviéticos a alzarse. Aunque Reagan dejó su cargo casi en desgracia, los conservadores le habían ungido como uno de los más grandes presidentes dándole crédito por resturar la fe de EEUU en sí misma, tras los cargos fallidos de Johnson, Nixon, Ford y Carter. ¿Pero cual es el legado real de Reagan? Una vez un demócrata de Roosevelt, desarrolló un gran desprecio por el gobierno que fue legendario. Sin embargo, gastó enormes sumas en el ejército mientras redujo los programas sociales para los pobres. Redujo los impuestos a los ricos duplicó tanto el presupuesto militar como la deuda nacional, y en un cambio revolucionario transformó a los EE.UU. de la nación acreedora más importantes del mundo en 1981, en la mayor nación en 1985. Quitó regulaciones a la industria, erosionó las normas ambientales, arrancando desafiante los paneles solares que Jimmy Carter había puesto en el tejado de la casa blanca, debilitó a la clase media, quebró sindicatos, aumentó la división racial, amplió la brecha entre entre ricos y pobres La la codicia, por falta de una palabra mejor, era buena involucrando empresas de envío de trabajos de manufactura al extranjero.


Se desreguló instituciones de ahorro y préstamos, lo que llevó al primer gigante demasiado grande para quebrar, al rescate público de los bancos en problemas, quebrando ahorros y créditos, en 1995, lo que le costaría a los contribuyentes 87.000 millones de dólares Bajo el pretexto de la privatización y la exaltación de Reagan de las fuerzas del Wall Street pasó a una juerga de saqueos codiciosa que resultó en octubre 1987, en el peor colapso del mercado de valores desde la gran depresión. Como regalo de despedida a los conservadores futuros en 1987, la FCC, con la derogó la doctrina de la imparcialidad que había requerido que las emisoras desde dieran una cobertura adecuada y justa de puntos de vista opuestos sobre cuestiones de importancia pública. Como resultado, Rush Limbaugh y show de radio explotó en la escena encontrando un público masivo. Esto y la relajación gradual de las limitaciones en el número de las estaciones que una empresa podía poseer había, en 1996, permitió el de un imperio de medios de comunicación de derecha. con eso vino un numero de grupos de reflexion bien fundados e interconectados eso ayudo a formar un nuevo pensamiento en grupo en Washington exagerando los temores, resentimiento, y el odio del gobierno finalmente del canal limpio de los 90, Rupert Murdock , Fox News red de radio Talk, Radio Salem, la red de radio EE.UU. y Rádio América así como también la proliferación de las redes de cable había creado un movimiento que reduciría dramáticamente los estándares del discurso político americano y en general condenaríaa las perspectivas para el cambio progresivo la institucion Hoover en Stanford una respetada meca conservativa describió a Reagan como un hombre cuyo espíritu aparentaba estar de paso sobre el país observándolos como un fantasma cálido y amistoso incluso los presidentes democráticos como Clinton y Obama siguiéndole el juego a las fuerzas conservadoras o sufriendo de amnesia histórica cederían a la presión para hacer alarde de su religiosidad, exaltando las virtudes del libre mercado capitalista, perpetuando el mito de la clase media universal y anunciando el concepto del excepcionalismo americano ellos alimentarían el insaciable apetito del complejo militar-industrial expandiendo la búsqueda de enemigos amenazantes en casa y en el extranjero, y mover cielo y tierra para mantener el imperio resultante. incluso en Nicaragua, los regañaron que Reagan ganó la contra guerra, destruyendo su economía y agotando a la población local quienes rapidamente perderían fe en la habilidad Sandinista de traer progreso al país, por 1990, el candidato religioso pro Washington ayudado por la financiación de EEUU, así también como por el embargo, triunfó en una elección democrática permitida por los Sandinistas, supuestamente comunistas, que se apartaron pacíficamente. Así como el rol de Reagan en ganar la guerra fría la parte del león del crédito fue para Mikhail Gorvachov, un autentico visionario, y que resultó ser el verdadero demócrata. Si Reagan hubiera entrado en la sincera asociación ofrecida por Gorbachov como Roosevelt lo hizo con Stalin en la segunda Guerra Mundial el mundo se habría transformado. Pero Ronald Reagan, al menos, dejó que la oportunidad de librar al mundo de armas nucleares se deslizara a través de sus dedos, porque él no haría que dejó ir la fantasía del espacio. Apreciando el esfuerzo extraordinario de Gorbachov, el líder soviético experto en EEUU advirtió a sus homólogos estadounidenses: Les haremos a ustedes la cosa más Les dejaremos sin enemigo. Desafortunadamente, estaba equivocado. Estamos tratando con un Hitler revisado. Un totalitarismo y una brutalidad desnuda y sin precedentes en épocas modernas. Y eso no debe sostenerse.


Jimmy Carter: Las consecuencias de la invasión soviética a Afganistán podrían causar la más seria amenaza a la paz desde la Segunda Guerra Mundial. (Charla Confusa) Derribe este muro. Un momento glorioso en la década de los ochenta, el mundo era optimista... incluso un lugar alegre. Las prolongadas y sangrientas guerras estaban terminando, en Afganistán, Angola, Camboya, Nicaragua, y entre Irán e Iraq. El líder de la OLP(Organización para la Liberación de Palestina) Yasser Arafat, bajo presión de Moscú... reconoce implícitamente el derecho de Israel a existir. En Diciembre de 1988, en las Naciones Unidas, Mijaíl Gorbachov imbuido por el espíritu de terminar con la guerra fría, pidió acciones conjuntas para eliminar las... instó a la prohibición de armas fuera del espacio terrestre, y demandó el cese de la explotación de los países tercermundistas... Incluyendo a los soviéticos... pidió una mediación de la ONU para un alto al fuego en Afganistán. y ofreció... la táctica de... El "New York Times" proclamó que, desde la Carta del Atlántico de Roosevelt y Churchill, no se había demostrado la visión de un líder mundial, como la de Gorbachov ante la ONU. Impresionante, arriesgado, atrevido, ingenuo, heroico ... Sus ideas merecen la respuesta más seria. Apoyo lo que dice el presidente. El nuevo presidente George Bush, que todavía no se había mudado a la Casa Blanca, después de derrotar al gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis, en las elecciones de 1988. Con una desventaja de 17 puntos ese verano, Bush había luchado por superar el llamado "Factor Pelele". Es curioso que el condecorado con la Cruz Distinguida de Vuelo, que había volado en 58 misiones de combate, como piloto de la marina en la Segunda Guerra Mundial, y fuera derribado en el Pacífico, sería ridiculizado como una avispa, débil, flojo, como el primer marido de una mujer, conformista, tedioso. La paz tendría que atravesar trabajos forzados. Pero ya sea por su voz nasal, su crianza protegida, su educación en Yale, y su dinero proveniente del petróleo, él parecía ser el candidato perfecto para el "establishment". La mayoría de sus cargos políticos, habían sido citas... Embajador en las Naciones Unidas, a China y Jefe de la CIA. Pero nada del carisma de Ronald Reagan, se le había contagiado. Reagan no lo quería en su lista. Estoy recomendando a esta convención, que George Bush... buscando mejorar sus cambios, Bush -padre-, siguió el consejo, entre otros de su hijo mayor, George W., adoptando una estrategia más agresiva contra el reservado y estoico Dukakis... quien provenía de raíces inmigrantes griegas, y se resistía a contraatacar. Bush cuestionó el patriotismo de Dukakis y abiertamente jugó la carta racial, en una campaña publicitaria sobre la salida transitoria del asesino W.Horton Hombre: Dukakis no sólo se opone a la pena de muerte, permitió las salidas transitorias a asesinos en primer grado. (Hombre leyendo) Como Nixon, Bush apeló al racismo de los votantes y el temor a la delincuencia.


Su estrategia cambió la situación, y Bush asumió la presidencia en Enero de 1989. Colocar el destino de gran parte de la humanidad en las manos de dos hombres que habían sido testigos de primera mano de los estragos provocados por la guerra... Bush como vencedor, Gorbachov como el joven testigo ocular de la brutal destrucción de Alemania sobre la URSS. En la década de 1990, con Estados Unidos en busca de un nuevo papel en un mundo inestable, los medios empezaron a elevar a la generación de la 2ªGM a la dimensión de héroes. En el 50 aniversario del Día D, en 1994, la gran generación fue consagrada. Se transformó en algo nostálgico y se disparó la venta de libros, películas y series. El Día D se convirtió en la batalla principal de la 2ª Guerra Mundial. Incluso Pearl Harbor, en fantástico tecnicolor, se convirtió en una victoria. "La victoria pertenece a quienes más creen en ella durante más tiempo. Nosotros vamos a creer. Vamos a hacer que EEUU también crea en ella." Convenientemente, los medios ignoraron el hecho de que influyentes estadounidenses opuestos al New Deal de Roosevelt habían ayudado al Tercer Reich después de que su verdadera naturaleza antisemita fuese conocida. El motivo, bien fuese el odio al comunismo, las simpatías fascistas o simple avaricia, apenas se discutió. Entre estos hombres estaba el padre del presidente Bush, Prescott Bush. El magnate alemán del carbón y del acero Fritz Thyssen había sido uno de los primeros en apoyar a Hitler, y mucha de su fortuna estaba protegida en EEUU por la firma de inversiones Brown Brothers Hariman, a través del holding Union Banking Corporation en una cuenta manejada por Prescott Bush. En 1942, el gobierno de EEUU se incautó de UBC y de otras cuatro cuentas ligadas a Thyssen llevadas por Bush. Tras la guerra, las participaciones fueron devueltas a los inversores estadounidenses, incluyendo Bush. El fundador de IBM Thomas Watson, a través de su subsidiaria alemana Dehomag ayudó al gobierno a confeccionar el censo con sus tarjetas perforadas, que luego serían efectivas en identificar judíos y hacer que los trenes fuesen puntuales. A mayor escala, Alfred Sloan, de General Motors, a través de su subsidiaria Adam Opel, construyó transportes para el ejército alemán. Sloan, en la víspera de la invasión de Polonia dijo que su compañía era demasiado grande para que le afectase una pequeña riña internacional. La subsidiaria alemana de Henry Ford construyó un arsenal de vehículos militares durante la guerra con el permiso de la matriz en Michigan. El propio Ford había publicado varios artículos, y luego un libro titulado "El judío internacional: el mayor problema del mundo". Hitler colgó un retrato de Ford en su oficina de Munich, y declaró a la prensa de Detroit en 1931: "considero a Henrich Ford como mi inspiración". Cuando comenzó la guerra europea en 1939 Ford y GM, a pesar de posteriores pretextos, se negaron a separarse de sus empresas alemanas e incluso acataron las órdenes alemanas de producir para la guerra mientras que se negaron a la misma petición del gobierno de EEUU.


Ford, GM, Standard Oil Alcoa, ITT, General Electric, la empresa de municiones Dupont, Eastman Kodak, Westinghouse, Pratt & Whitney, Douglas aircraft, United Fruit, Singer, e International Harvester continuaron trabajando con Alemania hasta 1941. Las autoridades estadounidenses conocían los campos de la muerte en Agosto de 1942, pero hasta que fue confirmado no le dijeron nada al público. El rabino Stephen Wise rompió finalmente el silencio a finales del 42. La noticia salió en la página diez del New York Times, pero no tuvo mucho eco. Aunque EEUU declaró muchos de estos negocios ilegales por la Resolución sobre la Colaboración con el Enemigo, algunas empresas obtuvieron licencias especiales para operar en Alemania, en ocasiones enviando suministros a través de la fascista España supuestamente neutral. Tras la guerra, IBM consiguió recuperar los beneficios retenidos. Ford y GM reabsorbieron sus subsidiarias alemanas, y demandaron y recibieron decenas de millones de dólares en indemnizaciones por las factorías europeas destruidas o dañadas por los bombardeos aliados. La tema de la colaboración es un gran tabú. Para facilitar estos acuerdos se necesitaban bancos y abogados. El bufete de abogados Sullivan & Cromwell, dirigido por el futuro Secretario de Estado, John Foster Dulles, con su hermano Allen Dulles como socio, tenía como clientes a muchas de estas instituciones, incluyendo el Banco de Pagos Internacionales que se creó en Suiza en 1930 para canalizar indemnizaciones tras la Gran Guerra, entre EEUU y Alemania. Tras el comienzo de la guerra el banco continuó prestando sus servicios al Tercer Reich. Y la mayor parte del oro saqueado por los nazis acabó en las cajas fuertes del BPI, lo que permitió a los nazis acceder a dinero que normalmente hubiese sido bloqueado. El presidente del banco, el estadounidense Thomas McKittrick, amparándose en la neutralidad de Suiza, supervisó el proceso. El Secretario del Tesoro de Roosevelt, Henry Morgenthau, trató en vano de cerrar el banco tras la guerra acusándolo de trabajar para los nazis. Los bancos Morgan, Chase, Union Bank y BPI, fueron los cuatro bancos que consiguieron ocultar su colaboración con los nazis. William Randolph Hearst, el magnate periodístico, que ya maniobrara para provocar la guerra entre EEUU y España, demonizó en los años 30 con su imperio mediático a la Unión Soviética, alabando a Hitler. Y Charles Lindberg, uno de los estadounidenses más celebrados de los años 20, fue la cara visible de un partido aislacionista de EEUU. Después de que Hitler conquistase Francia, Lindbergh temió la derrota de Alemania e imploró al público estadounidense... "La derrota de Hitler permitirá la violación, saqueo y barbarie de las tropas soviéticas, causando una herida fatal a la civilización occidental" Así, casi 50 años después de la 2ª Guerra Mundial, en Enero de 1989, el pasado resonó en el presente otra vez. Yo, George Herbert Walker Bush,...


¿Podría George, hijo de Prescott Bush, como John Kennedy, repudiar del turbio pasado de su padre y aliarse con el comunista Gorbachov para cambiar el mundo? Quizás Bush sopesó sus opciones Pero era o bien un profundo pensador o uno atrevido. Varias veces se burló de lo que llamó "la visión", el sospechoso pensamiento individual. Como Harry Truman tras la 2ª Guerra Mundial, se rodeó de conservadores anticomunistas entre ellos, Dick Cheney como Secretario de Defensa, y como Asesor de Seguridad Nacional Robert Gates, el hombre que se había hecho un hueco como ayudante del fanático William Casey. Todos acordaron que acercarse a Gorbachov debilitaría la entereza occidental Mientras Gorbachov pedía eliminar las armas nucleares en Europa, lo que aplaudían los europeos, EEUU argumentaba que la URSS debía retirar 325.000 soldados a cambio de 30.000 estadounidenses. Y mientras Bush se negaba a hacer progresos reales con la Unión Soviética, vaciló cuando cientos de manifestantes por la democracia fueron masacrados en Pekín, en la Plaza Tiananmen, por el Ejército Popular de Liberación. Condenó públicamente la acción y negó lazos militares, pero oficiosamente dejó claro que esto no perjudicaría las relaciones entre China Y EEUU. Gorbachov siguió con la reforma del sistema soviético, rechazando la vieja noción de que controlar el Este europeo era necesario para la seguridad soviética. En unos extraordinarios meses entre 1989 y 1990 cayeron todos los gobiernos comunistas de Europa, uno por uno, mientras el mundo miraba incrédulo. fue posiblemente la revolución popular más pacífica de la Historia. Polonia, Estonia, Lituania, Letonia, Hungría, Checoslovaquia, Alemania del Este y Rumanía cambiaron de gobierno sin temor. El 9 de Noviembre de 1989 berlineses del Este y del Oeste derribaron juntos el muro de Berlín profanando el mayor símbolo de la guerra fría. Fue un gran momento, signo de un nuevo comienzo. Muchos estadounidenses lo saludaron como la última palabra del Oeste capitalista tras décadas de guerra fría. Francis Fukuyama, del Departamento de Estado, declaró: "es el final de la Historia", consagrando la democracia liberal occidental como la forma última de gobierno. En Yalta, 1945, en la víspera de la rendición de Alemania, Roosevelt, Stalin y Churchill dieron un gran paso hacia la división de Europa y Asia en zonas de influencia occidentales y soviéticas. Esta estructura pervivió en guerras secundarias, escaramuzas casi nucleares, espionajes e intensa propaganda durante 45 años. Todo estaba cambiando rápidamente. Gorbachov esperaba que una nueva confianza podría llevar a disolver la OTAN y el Pacto de Varsovia. Sorprendentemente, incluso estaba dispuesto a la reunificación de las dos alemanias entendiendo que la OTAN no se expandiría hacia el Este. Bush le hizo creer esto, pero dejó su cargo en 1993 y Gorbachov pagaría el precio de confiar en EEUU porque las administraciones de Clinton y Bush hijo expandieron la OTAN hasta las puertas de Rusia. Los rusos se sintieron traicionados, y aunque desde entonces dirigentes estadounidenses han insistido en que no se hicieron tales promesas, ahora se conocen declaraciones del embajador


de EEUU en la Unión Soviética en aquellos años, y documentos desclasificados británicos y de la RDA que confirman las reclamaciones rusas de que había un claro compromiso. Estaba quedando claro para algunos que EEUU no iba a cambiar de actitud para celebrar este nuevo clima de paz. Apenas un mes tras la caída del muro de Berlín, en Diciembre de 1989, Bush y su administración ordenaron la invasión de Panamá. La pasada noche he enviado fuerzas militares a Panamá. El hombre fuerte de Panamá, Manuel Noriega, era uno de los chicos de los recados de EEUU en América Central. Pagado por la CIA desde los años 60, corrupto y sin escrúpulos, se había lucrado ayudando al cartel colombiano de Medellín. Su asistencia a la Contra nicaragüense le valieron la protección de altos cargos de Reagan incluyendo Casey y Oliver North. Pero una imputación por drogas en 1988 1 y el vuelco electoral en Panamá en 1989 en las presidenciales convencieron a Bush de que Noriega era un problema. Actuó. La llamó operación "Causa Justa". Envió 12.000 soldados para ayudar a los 12.000 que ya estaban allí y aplastó el empobrecido barrio de El Chorillo, que lindaba con el cuartel general de las fuerzas panameñas, matando a cientos de civiles. Esto se justificó como la guerra contra las drogas declarada por Nixon en 1971 y que ahora se redirigía contra la producción en origen, lo que implicaba señalar a otros estados, si era necesario, como objetivos militares Noriega sería enviado a prisión en los EEUU por tráfico de drogas. Para el mundo la invasión era sorprendente e ilegal, pero para la mayoría de los norteamericanos, adoctrinados con la idea de la "guerra contra las drogas", era más de lo mismo, pero en su patio trasero. Además el Congreso no consiguió oponerse a la flagrante violación de Bush de la Resolución de Poderes de Guerra de 1973. El nuevo mensaje era claro. Le hemos decapitado de la dictadura de este país... El Presidente del Estado Mayor Conjunto Colin Powell declaró: "tenemos que poner una señal en nuestra puerta que diga: 'una superpotencia vive aquí' sin importar lo que hagan los rusos." Los soviéticos más duros, preocupados por las reformas de Gorbachov entendieron que sus concesiones no mermarían la belicosidad de EEUU. Podrían, de hecho, animarles a ser más temerarios. Y así ocurrió. 14 meses después Bush demostró lo duro que podía ser. Esta vez en Oriente Próximo. Reagan se había amoldado, en la guerra contra Irán, al Iraq de Saddam Hussein, cerrando los ojos al uso repetitivo de armas biológicas, a veces contra su propio pueblo, y fabricadas en parte con químicos suministrados por EEUU. Al crecer la tensión entre Iraq y el petrolero Kuwait, que había sido parte de Iraq hasta 1961, la embajadora estadounidense aseguró a Saddam que Bush quería mantener buenas relaciones y no iba a opinar sobre el conflicto fronterizo.


Hussein lo interpretó como una señal y la semana siguiente, con unos 250.000 soldados y unos 1.500 tanques, se hizo con Kuwait con poca resistencia. Anhelando tener una mayor presencia en Oriente Medio, EEUU envió al Secretario de Defensa Cheney, y a los generales Powell y Schwarzkopf a reunirse con el rey Saudí Fahd y convencerle de que aceptase Una fuerza estadounidense como colchón. Cuando le enseñaron al rey fotos aparentemente trucadas de tropas y tanques iraquíes en la frontera saudí, incluso cruzándola, se enfadó, reaccionó y pidió la ayuda. Pero al mismo tiempo, las fotografías del satélite habían sido manipuladas para borrar a las fuerzas iraquíes establecidas muy lejos de la frontera. No hay evidencias de que Hussein pretendiese invadir Arabia Saudí. El engaño se descubrió cuando un periódico japonés obtuvo fotos de un satélite comercial ruso que no mostraban actividad militar en la frontera. Newsweek replicó llamándolo "la presencia militar ausente" La presión, sin embargo, aumentó rápidamente. Si Hussein tomase Arabia Saudí, tendría el control de al menos un quinto, si no más, de la producción mundial de petróleo. La prensa israelí lideró la carga, denunciando la impotencia de EEUU y la debilidad de Bush, que recordaba, según un titular, a "Chamberlain capitulando ante Hitler". El siempre adaptable Bush adoptó la analogía y comparó sin cesar a Saddam con Hitler. Estamos lidiando con la reencarnación de Hitler. Un totalitarismo y una brutalidad absoluta y sin precedentes en la actualidad. Y no debe continuar. Preocupado de que Arabia Saudí encontrase otra solución a la crisis, rápidamente anunció que tropas estadounidenses viajaban al Golfo Pérsico. Mientras tanto, dirigentes kuwaitíes contrataron a una gran empresa de relaciones públicas Hill & Knowlton, para orquestar el mayor esfuerzo extranjero jamás realizado para manipular al pueblo estadounidense. En Octubre de 1990, en una reunión de congresistas organizada por Hill & Knowlton, una chica saudí de 15 años testificó que había sido voluntaria en un hospital kuwaití. Cuando entraron las tropas iraquíes sacaron a los bebés de las incubadoras, cogieron las incubadoras, y dejaron a los bebés morir en el suelo. Fue una actuación perfecta. Bush citó la historia una y otra vez al defender la guerra. Te revuelve el estómago escuchar las historias de los que han escapado de la brutalidad del invasor Saddam. Ahorcamientos masivos. Bebés sacados de las incubadoras y arrojados como leña al suelo. Luego se descubriría que la joven testigo jamás había estado en el hospital, sino que era la hija del embajador de Kuwait en EEUU y miembro de la familia en el poder. Para cuando se conoció el fraude el bombardeo de Baghdad ya había comenzado. Pero el público estadounidense estaba dividido. Los líderes de Arabia Saudí y especialmente el odioso régimen antisemita de Kuwait, eran déspotas crueles, que no querían la democracia para su propia gente.


Tampoco EEUU tenía intereses cruciales porque el petróleo de Iraq y Kuwait suponía menos del 10 por ciento de la importación estadounidense. A finales de Noviembre, Cheney avisó de que Iraq podría conseguir una bomba nuclear en un año y probablemente la usaría. Cheney volvería a usar esa carta en los siguientes años. El asesor del CSN Brent Scowcroft añadió la amenaza terrorista para asegurarse. Escocido por las críticas a la invasión de Panamá Bush llevó la resolución al Congreso. Y aunque las protestas contra la guerra llenaron las calles el Congreso la aprobó por escaso margen en Enero de 1991. Entonces 560.000 soldados estadounidenses estaban en la región. El total llegaría a ser de 700.000. Schwarzkopf afirmó que EEUU se enfrentaba a un millón de soldados iraquíes con tanques soviéticos de gran calidad y dispuestos a usar armas químicas. La operación Tormenta del Desierto, que comenzó el 17 de Enero de 1991 enviando tropas de combate en grandes cantidades a un país de Oriente Próximo, marcó el inicio de una nueva era en la geopolítica estadounidense. Llevaría al país a una situación que era desconocida. Durante cinco semanas, con nuevas y asombrosas armas de alta tecnología, muy televisivas, incluyendo misiles de crucero y Tomahawks y bombas guiadas por láser, los ataques aéreos pulverizaron las comunicaciones iraquíes, y las infraestructuras militar e industrial. Por televisión, los estadounidenses, jamás habían visto esa potencia de fuego. Los cuarteles generales de Saddam Hussein y del partido Ba'ath han sido alcanzados y hemos bombardeado la periferia... Era el comienzo de la guerra del video juego. y era impresionante ver cómo Iraq era reducido, según la ONU, a una época preindustrial. La invasión terrestre duró 100 horas y los estadounidenses y los saudíes expulsaron a las desmoralizadas y mal preparadas tropas iraquíes de Kuwait. Nació una nueva categoría de armas, hechas con uranio empobrecido. Su radioactividad y toxicidad química produciría cáncer y defectos de nacimiento. También a soldados estadounidenses, que sufrieron durante años lo que se llamaría Síndrome de la Guerra del Golfo. La Guardia Republicana escapó de la matanza y aseguró el mando de Saddam. Bush y sus asesores decidieron no empujar hasta Bagdad y derrocar el régimen. Esto habría reforzado a Irán, enemigo de Iraq, y podría haber molestado a los aliados árabes de EEUU. Pero los estadounidenses instaron al pueblo iraquí a derrocar a Hussein ellos mismos. Cuando iraquíes kurdos y chiíes respondieron, EEUU se mantuvo al margen mientras el gobierno aplastaba las revueltas usando gas venenoso y helicópteros de asalto. A pesar de la matanza, Bush dijo: "El fantasma de Vietnam ha sido enterrado en el desierto de la península arábiga." Le llamó un "nuevo orden mundial". Entre aquellos que vieron más allá de lo que llamó un "estallido triunfal", estaba un irritado y conocido conservador, George Will, columnista del Washington Post, que escribió: "Si esa guerra, en la que EEUU y una gran coalición de aliados habían destrozado un país con el PNB de Kentucky podía hacerle sentir a EEUU satisfecho, entonces EEUU no debería sentirse satisfecho." Más de 200.000 iraquíes murieron en la guerra o inmediatamente después, aproximadamente la mitad civiles. Las muertes estadounidenses no llegaron a las 200. En su diario privado Bush escribió que no sentía Claramente, algo faltaba.


La recompensa de la victoria y la paz se malgastaría, no en la arena de Kuwait, sino en la falta de visión de Bush para encontrar en Rusia un verdadero aliado. Pocas semanas después de firmar el START I, mientras preparaba la autonomía de las repúblicas soviéticas, Gorbachov fue puesto en arresto domiciliario por la línea dura comunista en Agosto de 1991. Boris Yeltsin, Presidente de la República dirigió una revuelta que devolvió a Gorbachov al poder. Pero se acababa el tiempo. Para el pueblo, los cambios habían sido demasiados, demasiado rápidos, y no había suficiente orden. Condenado y rechazado, en la Navidad de 1991 Gorbachov, uno de los más visionarios y transformadores líderes del siglo XX, dimitió, caído en desgracia. El pueblo ruso no sabía lo que se le venía encima Pero tampoco Bush lo sabía. Su índice de aprobación del 91 por ciento al acabar la Guerra del Golfo, ocultó sus puntos débiles a los líderes demócratas abriendo la puerta al desconocido gobernador de Arkansas Bill Clinton, que se presentó como un demócrata renovado. Los que ahora dirigen Whashington han tenido 12 años para probar su teoría económica y no ha funcionado. El hombre compasivo y encantador que quería serlo todo para todos, Clinton, con la ayuda de un conservador independiente, el empresario Ross Perot, que atrajo el 19 por ciento del voto, sorprendió a George Bush. Parecía un momento decisivo. Después de todo, EEUU había condenado las políticas reaccionarias de la Unión Soviética durante 46 años. Ahora, con un demócrata en la Casa Blanca, ¿cómo justificar el tremendo gasto militar que durante décadas había desviado recursos, como en la URSS, de las necesidades de desarrollo? ¿Podríamos conseguir finalmente la paz? La euforia acerca de Clinton duró poco. Los republicanos golpearon a Clinton nada más llegar, bloqueando su plan para admitir a los homosexuales en el ejército. Además le acusaron de evitar ir a Vietnam. Y para hacerle aún más daño los republicanos le hicieron la guerra política a sus propios aliados, para asustar al público y acabar con el plan de Clinton de dar cobertura sanitaria a decenas de millones de ciudadanos sin seguro. Los republicanos la llamaron la "batalla contra la grasa del gran gobierno liberal" Es hora de un cambio fundamental, de controlar el creciente coste de nuestra sanidad. De entre los países industrializados, sólo EEUU y el apartheid de Sudáfrica carecían de un sistema de salud nacional. Esta derrota, en los medios conservadores y en la percepción pública, fue exagerada, y le dio impulso a un mayor renacimiento republicano, y en las elecciones de mitad de mandato de 1994 consiguieron el control de las dos ramas del Congreso por primera vez en 40 años. Insólitamente, en un momento en el que no había ninguna crisis internacional, ambos partidos se desplazaron hacia la derecha. Clinton, en un mandato vulnerable, anuló el subsidio a las familias con hijos dependientes, que ayudaba a familias pobres desde la gran depresión. Impulsó la guerra contra la droga y también duras leyes contra el crimen.


La población reclusa de EEUU se infló del medio millón de 1980 a los dos millones del año 2000. Muchos de ellos por delitos de drogas, sin víctimas. La Rusia post-soviética se movió radicalmente hacia la derecha. Yeltsin se dirigió al economista de Harvard Jeffrey Sachs, y a otros expertos, como el Vice Secretario del Tesoro Lawrence Summers, para ayudarle a privatizar la economía. Con ellos llegaron el G7, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con una terapia de choque económica aún desconocida para el pueblo ruso. El flirteo con el capitalismo fue surrealista. Yeltsin desreguló rápidamente la economía, privatizó empresas estatales recursos, eliminó subsidios y controles de precios indispensables, y estableció monopolios privados. La gente le llamó "la gran apropiación". Las fábricas nacionales fueron vendidas por una miseria a inversores privados oportunistas, incluyendo antiguos líderes comunistas que se hicieron multimillonarios de la noche a la mañana. Mientras los nuevos ricos celebraban sus recientes libertades, los ahorros de la mayoría de los rusos desaparecieron debido a la inflación, y decenas de millones de trabajos se perdieron. La esperanza de vida se desplomó de 67 a 57 en el caso de los hombres, de 76 a 70 para las mujeres. La economía rusa se encogió al tamaño de la de Finlandia, y se iba transformando rápidamente en una potencia de segundo nivel. El alivio de deuda y la ayuda occidental que Sachs había prometido, no llegaron. Sachs acusó después a Cheney y Paul Wolfowitz de perseguir a largo plazo la primacía militar de EEUU sobre Rusia. Gorbachov, en sus recientes memorias, "A solas conmigo mismo", afirmó que Yeltsin era preferido en el círculo íntimo de Bush y eventualmente el propio Bush. Y que una... El anti americanismo volvió a resurgir. Rusia se enfureció cuando Clinton aumentó su interés en el Mar Caspio, rico en fuentes de energía, y expandió la OTAN hasta incluir Hungría, Polonia y la República Checa. El arquitecto de la Guerra Fría, de 92 años, George Kennan, afirmó fue un error estratégico histórico. Muchos rusos empezaban a creer que EEUU estaba imponiendo un telón de acero al revés, en la frontera de Rusia. Aunque Clinton se declaró amigo de Yeltsin, según las encuestas un 77 por ciento de la población prefería orden, contra un 9 por ciento que elegía esta forma de democracia, y muchos añoraban los viejos tiempos de Stalin. Percibiendo al impopular Yeltsin como un borracho, los rusos condenaron la disolución y el asalto armado del Parlamento, que le llevó a anular la Constitución y a gobernar por decreto el resto de la década. Con una aprobación de un sólo dígito Yeltsin dimitió antes de acabar el siglo y fue reemplazado por un antiguo oficial del KGB, Vladimir Putin, que trajo a Rusia de vuelta del precipicio, reinstaurando un poder central tirano al estilo de la vieja Rusia. Durante los años 90 la administración de Clinton, ansiosa por aumentar su ventaja económica, maniobró para construir oleoductos y acceder a los recursos, valorados entre tres y seis


billones de dólares, de las ex repúblicas rusas de Asia Central, por rutas que cruzaban Irán y Rusia. Mientras tanto, los talibanes se hicieron con Afganistán y permitieron regresar al jihadista saudí Osama Bin Laden para establecer Al Qaeda, "la base", en su país. Aunque había formado parte del mundo de la CIA en los 80, Bin Laden estaba ahora centrado en expulsar a EEUU y a sus aliados fuera del mundo musulmán. Criticando sobre todo las tropas estadounidenses en Arabia Saudí, la tierra más sagrada del Islam, y señalando el apoyo de EEUU a Israel, en 1992 promulgó su primera fetua. Tras esto hubo dos atentados en Arabia Saudí, que mataron a más de 20 militares estadounidenses. Bin Laden negó la participación de Al Qaeda y el gobierno Saudí, con estrechos lazos con la importante familia Bin Laden, desvió la investigación del FBI hacia Irán, claro enemigo de EEUU. En 1998, las embajadas de EEUU en Kenya y Tanzania sufrieron atentados matando a más de 200 personas. En el año 2000, Bin Laden se hizo responsable del ataque al navío estadounidense Cole matando a 17. Desde la guerra del golfo, los inspectores de armas de la ONU habían revisado la destrucción de armas de destrucción masiva de Iraq, EEUU y UK habían creado zonas de exclusión aérea, y las sanciones de la ONU causaban un gran sufrimiento. La administración Clinton mintió y acusó de las muertes de medio millón de niños por enfermedades y malnutrición, a Saddam Hussein. ¿Merece la pena a este coste? Creo que es una decisión muy dura. Pero el coste... creemos que merece la pena. El duro discurso de Albright insistía en que las armas de Saddam eran un gran riesgo para la seguridad de EEUU. Y en otra ocasión dijo abiertamente, "si tenemos que usar la fuerza es porque somos EEUU. Somos la nación indispensable. Nos mantenemos erguidos y vemos más allá que otros países en el futuro." Aunque EEUU no estaba claramente amenazado por ninguna nación hostil, Clinton demostró una mentalidad aún más dura en materia de defensa que sus adversarios republicanos, y derrochó el supuesto dividendo de la paz en una nueva ola de gastos. En Enero del 2000 su administración añadió 115 millones de dólares al plan de defensa de cinco años del Pentágono. Siguió gastando abundantemente en defensa de misiles. Clinton se negó a firmar el tratado de Otawa sobre minas y supervisó el aumento de las ventas de armas, hasta alcanzar el 60 por ciento del mercado en 1997. El historiador Chalmers Johnson resumió estos años en el 2004, "en la primera década tras la guerra fría nos dedicamos a perpetuar y extender nuestro poder global, incluyendo guerras e intervenciones humanitarias en Panamá, Golfo Pérsico, Somalia, Haití, Bosnia, Colombia y Serbia, sin hacer cambios en los despliegues de la guerra fría en el Este de Asia y en el Pacífico." Esta nueva política exterior bipartidista era inamovible. No habría debate.


Clinton veía la acción exterior estadounidense no como la de un imperio agresivo y sediento de recursos, sino como algo necesario para la estabilidad en un nuevo orden mundial basado en los conceptos de EEUU de la democracia y el mercado libre. Al final no hizo nada para cambiar las estructuras básicas de este imperio. Aunque sus últimos años fueron perjudicados por un escándalo - sexual con una becaria... - No he tenido relaciones sexuales con ella. y un vergonzoso juicio por impugnación que una vez más oscureció para los medios sensacionalistas acontecimientos mucho más significativos. "Willie el escurridizo", como lo llamaron algunos, a su inestimable modo, evitó importantes desastres. Beneficiándose de una resurgente economía global que favorecía a las finanzas y mercados de USA, Clinton dejó como legado un país temporalmente próspero con un enorme superávit. Esperando sacar provecho de parte de ese legado, su partido nominó al vicepresidente Al Gore en el 2000. Un hombre progresista y experimentado, que advertía repetidamente de un desastre ecológico mundial inminente por un cambio climático que necesitaba ser controlado, se retractó considerablemente de ese asunto durante la campaña final. El aquí y ahora son más importantes para el votante común. Los republicanos respondieron con un auto-proclamado "conservador compasivo", el gobernador de Texas George W. Bush, hijo de George H. W. Bush y nieto de Prescott. Las personas que nos están viendo quieren basar su voto en las diferencias entre ustedes dos como presidentes. ¿Hay alguna diferencia? Creo, Jim, que este es un periodo absolutamente único en la historia del mundo. Y tenemos que tomar una decisión fundamental. ¿Vamos a responsabilizarnos como nación, del modo en que lo hicimos tras la Segunda Guerra Mundial? El modo en que esa generación de héroes dijo, "Bien, los Estados Unidos van a ser... van a ser los líderes". Y el mundo se benefició tremendamente del valor que mostraron en esos años de posguerra. Creo que en el subsiguiente periodo de guerra fría, es el momento para nosotros de hacer algo muy parecido, Responsabilizarnos, proporcionar liderazgo... liderazgo sobre el medio ambiente, liderazgo para asegurarnos de que la economía mundial sigue moviéndose en la dirección correcta. Y esto no requiere un gran déficit ni despilfarrar nuestro superávit. Significa tomar decisiones inteligentes que mantengan avanzando nuestra prosperidad y guíen esas fuerzas económicas para que podamos proporcionar ese liderazgo. Sí, no estoy tan seguro de que el papel de los EEUU sea ir por el mundo y decir "hay que hacerlo así". Podemos ayudar. Y quizás es lo que nos diferencia, el modo en que vemos al gobierno. Digo, quiero otorgar poder a la gente. Quiero ayudar a la gente a ayudarse a sí misma, no a tener al gobierno diciéndole a la gente qué hacer. No creo que el papel de los EEUU sea entrar en un país y decir, "lo haremos así". No estoy muy seguro de dónde viene el vicepresidente, pero creo que lo que necesitamos hacer es convencer a la gente que vive en las naciones en las que viven para construirlas. Tal vez me he perdido algo. ¿Vamos a dedicarnos a fabricar países? En absoluto. Nuestro ejército


está para luchar y ganar la guerra. Esa es su función. Y cuando se extralimita, cae la moral. Pero yo voy a ser sensato al usar el ejército. Es fundamental para nosotros que la misión esté clara y la estrategia de salida sea obvia. Al embarcarse en uno de los más intensos períodos de dominación global, George Bush hizo más en sus ocho años de mandato que ningún otro presidente para enterrar el mito de la 2ªGM de un poder americano moderado por la justicia. En retrospectiva, fue su capacidad de ocultar su talante reaccionario lo que años más tarde aún confunde y asombra a muchos estadounidenses de antes del año 2001. Empezó con las elecciones del año 2000, las más escandalosas de la historia de EEUU, que dañarían quizás para siempre la legitimidad del proceso político de este país. Como tuvieron lugar al comienzo de un nuevo siglo muchos vieron un mal augurio. Al Gore ganó el voto popular por más de 540.000 votos pero perdió Florida cuando más del 10 por ciento de los afroamericanos fueron inhabilitados por un sistema de voto anticuado supervisado por el gobernador Jed Bush, hermano pequeño de George, y la Secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, jefa de campaña de Bush en el estado. Como los chanchullos de una república bananera el Tribunal Supremo de EEUU, sin precedente alguno, intervino en el proceso electoral de Florida y votó cinco contra cuatro parar el recuento, entregando así la victoria a Bush. La mayoría de estos jueces habían sido elegidos en administraciones en las que el padre de Bush era presidente o vicepresidente. Si esto hubiese ocurrido en otro país EEUU lo habría denunciado como un golpe de estado. Los jueces discordantes escribieron: "aunque puede que nunca sepamos con certeza la identidad del ganador, la del perdedor está clara: la confianza del país en el juez como garante del gobierno de la ley". En un día lluvioso de Enero de 2001, George W. Bush, el 43vo presidente, prestó el juramento al cargo. Miles de protestantes fueron aislados en zonas lejos de las cámaras. Como un emperador romano rodeado de un séquito de acólitos, Bush atendió menos conferencias de prensa que ningún otro presidente. La compasión brillaría por ausencia ya que sus principales asesores fueron de un grupo conocido como encabezado por William Kristol y Robert Kagan, que se organizara en 1997 para reavivar la visión neoconservadora de una absoluta hegemonía estadounidense. Incluía al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, a su ayudante Paul Wolfowitz y al Vicepresidente Dick Cheney. Deploraban que EEUU hubiese perdido el norte con Clinton, y pedían el retorno a la claridad moral y al vigor militar de Reagan. Exigieron aumentar el gasto en defensa, el dominio absoluto del espacio, el despliegue de un sistema defensivo de misiles y la capacidad de "ganar de forma simultánea varias guerras". Y patrullar "zonas críticas", especialmente Oriente Medio rico en petróleo. Su primera decisión fue sortear el Consejo de la ONU y derrocar a Saddam Hussein. Patológicamente secreto, Dick Cheney controlaría la administración como ningún vicepresidente lo había hecho, y dejó claro, con los republicanos controlando las dos cámaras del congreso, mediante unas reglas mucho más duras.


Bush 41 y Bill Clinton había utilizado la diplomacia y las alianzas, pero el joven Bush, como un desafío a su padre, vino parecerse más al heredero degenerado de un admirado emperador romano. A los ojos de Bush, tanto su padre como el libertino Bill Clinton eran débiles. Ronald Reagan era su idea de la fortaleza, y una mejor figura paterna. Después de todo, Bush y los neoconservadores creían que Reagan venció a los rusos. Irónicamente, en el año 2001 "Gladiator" ganó el Oscar a la mejor película, un éxito internacional que celebraba el duro militarismo romano, y mostraba a un líder perverso explicar la caída del Imperio Romano. Todo lo que siempre quise era vivir a tu altura. César. Tus faltas como hijo son mi fracaso como padre. Masacraría el mundo entero ¡si tan sólo me amases! El desprecio de los neoconservadores por la ONU era ya conocido, pero ahora parecía que se estaban aislando de casi toda la comunidad mundial. EEUU se retiró tratado del Tribunal Penal Internacional que Clinton y casi todas las democracias occidentales habían negociado. Rechazaron el tratado de prohibición de pruebas nucleares que habían firmado 150 países. Bush repudió el protocolo de Kyoto y para asombro de los rusos, derogó el tratado sobre misiles balísticos de 1972 para revisar el programa de defensa de misiles. En general, los medios hicieron pocas preguntas sobre estos bruscos cambios de política. Bush rechazó el proceso de paz de Oriente Medio y suspendió los contactos con Corea del Norte sobre sus misiles de largo alcance. Su administración estaba "adobada en petróleo", mientras Cheney creaba un secreto grupo de trabajo sobre energía, que hacía planes para controlar el suministro mundial. Dejó claras sus intenciones en 1999 cuando les dijo a unos ejecutivos petroleros: "Oriente Medio, con dos tercios del petróleo mundial a bajo costo, es todavía el lugar donde está el premio gordo". Señales abundantes de un ataque inminente aparecieron en el verano de 2001. Mensajes de Al Qaeda interceptados decían que "algo espectacular iba a ocurrir". El jefe antiterrorista Richard Clark testificó que el director de la CIA, George Tenet, merodeaba por Washington tratando de reunirse con la Asesora de Seguridad Nacional Condolezza Rice, y con el Presidente Bush. Pero el Secretario de Defensa Rumsfeld y Rice, antigua miembro de la junta de Chevron, con un barco petrolero nombrado en su honor, estaban preocupados por el sistema de defensa balístico y la reforma del Pentágono. Los informes de amenazas que decían "Bin Laden es una amenaza real", o "Bin Laden intenta atacar en EEUU", fueron escritos. Pero Bush no podía prestar atención porque pasaba más tiempo lejos de Washington que ningún otro presidente reciente, en su apartado rancho de Tejas cortando madera. No le gustaba montar a caballo como a su héroe Reagan. En la sesión informativa presidencial del seis de Agosto, donde se discutió la posibilidad de que Al Qaeda secuestrase aviones, Bush dijo con desdén al informador de la CIA: "Muy bien, ya te has cubierto las espaldas." Y con todo el descaro, Bush dijo en una conferencia de prensa en el


año 2004: Si hubiese tenido el más mínimo indicio de que alguien iba a estrellar aviones contra edificios habríamos movido cielo y tierra para salvar al país. Rice también fue una hipócrita. Creo que nadie podría haber predicho que usarían un avión como misil, un avión secuestrado como misil. Aunque el FBI tuviese informes de personas que tomaban lecciones de vuelo sin interés en aprender a aterrizar. Mientras aumentaba la insatisfacción contra el incompetente gobierno de Bush, los terroristas atacaron EEUU de una forma terriblemente ingeniosa y dramática. Se le llamaría para siempre el 11/S. Los secuestradores, 15 de los cuales eran saudíes volaron aviones contra los mayores símbolos del poder imperialista de EEUU: Wall Street y el Pentágono. Más de 3.000 personas perdieron la vida. En Nueva York murieron más de 2.700, incluyendo unas 500 de 91 países diferentes. El país observó con horror cuando las llamas envolvieron las torres gemelas antes de su increíble colapso. ¿Cómo podía pasarle esto a EEUU? ¿Quién se atrevía a golpearnos en el centro de nuestro imperio, de un modo tan simple? ¿Dónde estaba el nuevo orden mundial? ¿Estábamos equivocados como nación? ¿No éramos lo suficientemente buenos? ¿No habíamos contenido al mal desde la 2ª GM durante 60 años? ¿No habíamos renunciado a usar la Bomba desde Hiroshima y Nagasaki? Ahora, para los líderes estadounidenses, era como si estos extranjeros, estos terroristas hubiesen traído Hiroshima a nosotros, como mínimo un Pearl Harbor. Se abogó por una guerra total. Aquel día, la ira y la justificación de esa ira, se liberó sobre el mundo. Una gran caja de Pandora de energía negativa y pánico al caos, evocando a la Revolución Francesa del siglo XIX, todo convergió en una pretendida superioridad que engendró una cruzada no sólo contra Bin Laden y sus seguidores, sino contra el propio mal en el mundo. ¡Que EUU mate a todos los terroristas! ¡Que George Bush beba la sangre de todo hombre, mujer y niño de Iraq!. ¡Sí! Para Bush, no sólo fue su destino ser un presidente en guerra, sino que fue un gran despertar para todo el mundo. Bush declaró: "Nuestra responsabilidad histórica es clara: contestar a estos ataques y erradicar el mal del mundo." Casi todo el mundo se solidarizó con EEUU. Vladimir Putin fue uno de los primeros en ofrecer su ayuda. Líderes islámicos calificaron los ataques de crímenes contra la humanidad, y a Osama Bin Laden como un fraude, alguien sin derecho a emitir fetuas y sin educación religiosa. Chris Hedges, periodista veterano en Oriente Próximo, escribió años después: "la tragedia fue que si hubiésemos tenido el valor de ser vulnerables, si nos hubiésemos apoyado en la empatía, ahora estaríamos mucho más seguros de lo que estamos hoy. Respondimos exactamente como los terroristas querían que respondiéramos En el pasado reciente los líderes estadounidenses, especialmente Harry Truman al final de la 2ª GM, Lyndon Johnson, Richard Nixon y Ronald Reagan, habían reaccionado violentamente ante la vulnerabilidad. Johnson incluso culpó del sacrificio de las políticas sociales a su miedo a perder en Vietnam.


Quizás este sea el talón de Aquiles de la política estadounidense. La compasión y la empatía no abundan y son calificadas por los más duros como ingenuidad o debilidad. Sin embargo es la compasión lo que al final ha distinguido a nuestros mejores líderes como Washington, Jefferson, Lincoln, Roosevelt, o por otro lado, gente como Martin Luther King. Si Al Gore hubiese ganado en vez de ser ridiculizado por los medios como un sabihondo molesto, ¿no habríamos estado emocionalmente más cerca de un mundo que nos odiaba cada vez más? ¿No habría actuado de forma más humilde y perseguido a los terroristas con los medios tradicionales de la diplomacia, los servicios de inteligencia y la acción policial? ¿No habríamos obtenido los mismos resultados sin hacer nuevos enemigos, vistos como mártires por una joven generación de nuevos radicales? ¿Habría iniciado una 3ª Guerra Mundial virtual? En vez de eso, Bush avisó al mundo. Todos los países y regiones tienen que tomar una decisión. O estás con nosotros o estás con los terroristas. Y ello justificándolo como una gran lucha entre el bien y el mal. Imagina cualquier persona de cualquier país del mundo siendo advertida por este hombre: "o estás con nosotros o contra nosotros", e imagina lo que pensaría de EEUU. Chalmer Johnson escribió antes de morir: "a los estadounidenses les gusta decir que el mundo cambió tras el 11/S", pero que era más acertado decir que EEUU se estaba convirtiendo en "una nueva Roma, el mayor coloso de la Historia, al margen de la ley internacional, los intereses de sus aliados, o cualquier limitación en el uso de la fuerza". El pueblo de EEUU aún no sabía por qué habían sido atacados o por qué el Departamento de Estado empezaba a advertirles acerca del terrorismo en una lista creciente de países. Pero cada vez más personas se dieron cuenta de lo que casi todo el resto del mundo ya sabía y había experimentado el último medio siglo. Que EEUU era una cosa diferente a lo que decía ser. Que era en realidad un gigante militarizado intentando dominar el mundo. En vez de explicar las razones reales de los ataques, el rechazo de Al Qaeda a las tropas de EEUU en Arabia Saudí y su apoyo a Israel en su lucha con los palestinos, Bush acudió al tópico, preguntándose: ¿Por qué nos odian? Él contestó por nosotros: Odian nuestras libertades, nuestra libertad de culto, nuestra libertad de expresión, nuestra libertad de votar a una asamblea y discrepar entre nosotros. Es irónico que Bush 41 había malgastado la paz mundial desatando en Panamá y en Iraq la furia de la guerra. Y que su hijo, actuando a ciegas y virtualmente arruinando a su país, como Bin Laden pretendía, ahora había encontrado su destino en los genes ancestrales de su padre como "presidente de guerra de EEUU"... en una guerra que, según Dick Cheney podría durar para siempre. "Una nación que continúa año tras año invirtiendo cada vez más dinero en defensa militar en vez de en programas de mejora social está condenada a una muerte espiritual". "La fuente de todos nuestros errores es el miedo. Debido al miedo las grandes naciones actúan como bestias acorraladas, pensando solo en la supervivencia" "Cada nación en cada país tiene que tomar una decisión ahora. O está con nosotros, o está con los terroristas". "Para la mayoría de americanos el 11-S fue una tragedia terrible. Para George Bush y Dick Cheney fue mucho más que eso-- Fue la oportunidad de poner en marcha la agenda en la que sus aliados neoconservadores habían estado trabajando durante décadas." En el proyecto para el New American Century, en un reportaje reciente llamado "Remodelando las defensas de América" afirma: "es probable que el proceso de transformación


sea largo, En ausencia de algun evento catastrófico y catalizador, como un nuevo "Pearl Harbor". Al Qaeda, en sus mentes, nos había dado un "Pearl Harbor". Y a los pocos minutos del ataque el equipo de Bush entró en acción. Bush estaba en Florida, y el Vicepresidente Cheney y su asesor legal, David Addington, tomaron el mando argumentando que el presidente, como comandante en Jefe en guerra podía actuar sin restricciones legales. El 12 de Septiembre, mirando más allá de Al Qaeda, el grupo de Osama Bin Laden en Afganistán, Bush instruyó al jefe antiterrorista Richard Clark: "Averigua si ha sido Saddam. Busca cualquier conexión." Si fue Iraq, Saddam, averígualo por mí. ¿Y la reacción del Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, o de su asistente, Paul Wolfowitz? Donald Rumsfeld, cuando hablamos de bombardear Al Qaeda en Afganistán, dijo "no hay buenos objetivos en Afganistán, bombardeemos Iraq". Y dijimos "pero Iraq no tiene nada que ver con esto". Pero no sirvió de mucho. Ya antes del 11/S, Donald Rumsfeld había pedido planes de ataque a Iraq. "Sed devastadores", dijo, "barredlo todo, tenga o no relación" En pocos días Bush anunció ante una sesión conjunta del Congreso que EEUU se iba a embarcar en una guerra global. De hoy en adelante, cualquier país que apoye el terrorismo será considerado por EUU como una nación hostil. En casa, 1.200 hombres fueron rápidamente detenidos, y otros 8.000 buscados para ser interrogados, la mayoría musulmanes. Bush se apresuró a presentar al Congreso la Ley Patriota. Los senadores no tuvieron tiempo para leer la ley, y menos aún para debatirla. Sólo el senador Russ Feingold, de Wisconsin, votó en contra, diciendo: "Preservar nuestra libertad es una de las razones por las que estamos comenzando esta nueva guerra contra el terrorismo. Perderemos esa guerra sin haber pegado un tiro si sacrificamos las libertades del pueblo estadounidense." Bush ocultó las deliberaciones en la Casa Blanca con un secretismo nunca visto, y en 2002 otorgó poderes a la Agencia de Seguridad Nacional para realizar escuchas sin orden de un juez y vigilar masivamente los correos de los ciudadanos, Ojos y oídos en todas las habitaciones. violando la supervisión legal exigida por las leyes aprobadas en 1978 a causa de los abusos de la inteligencia en décadas anteriores. La administración acosó al público con constantes alertas, aumentando la seguridad, y con un sistema de alerta de cinco niveles. El sistema fue usado en ocasiones políticamente por Rumsfeld y el Abogado del Estado John Ashcroft, y en 2005, Tom Ridge, Secretario de Seguridad Nacional, se vio obligado a dimitir, Los posibles objetivos terroristas pasaron de 160 en 2003 a más de 300.000 en cuatro años. Sorprendentemente, Indiana destacó con 8600 objetivos en 2006. La base de datos incluía pequeños zoos, tiendas de donuts, puestos de palomitas, tiendas de helados y el Desfile de la Mula en Columbia, Tenessee.


El surrealismo fue en aumento. Al comienzo de la 2ªGM, Franklin Roosevelt avisó: "la guerra cuesta dinero, lo que significa impuestos y bonos y bonos e impuestos. Abandonar los lujos y todo lo no esencial." Pero Bush bajó los impuestos a los ricos y dijo a los estadounidenses: Volad y disfrutad los lugares de EEUU. Agarren a vuestras familias y disfrutad de la vida. Irónicamente un agente de la Guerra Fría, Zbigniew Brzezinski, fue quien en 2007 criticó a Bush por: "Cinco años de un casi continuo lavado de cerebro nacional. ¿Dónde está el líder dispuesto a decir "Basta de histeria, paren esta paranoia?" Incluso a la luz de futuros ataques terroristas, que no podemos descartar, tengamos sentido común. Seamos fieles a nuestras tradiciones." El terrorismo, insistió, era una táctica, no una ideología, y declarar la guerra a una táctica no tenía ningún sentido. Debemos detener al terror. Apelo a todas las naciones para que hagan todo lo posible para detener a estos terroristas asesinos. Gracias. Ahora observen este drive. Las consecuencias de la cruzada global de Bush se sentirían en el extranjero. Menos de un mes después de los ataques EEUU invadió Afganistán, se supone que para destruir a los mismos fanáticos que había armado y entrenado para luchar contra la URSS dos décadas antes. Críticos con la guerra señalarían más tarde que no había afganos entre los secuestradores del 11/S, 15 de los cuales eran saudíes, y que la chapuza estadounidense permitió a Bin Laden y a otros líderes de Al Qaeda escapar a Pakistán a principios de Diciembre. La CIA sí acorraló a miles de sospechosos en Afganistán y en la zona. Aunque EEUU siempre había considerado el buen trato a sus prisioneros de guerra como una señal de su superioridad moral, la administración Bush calificó a los detenidos de y omitió los juicios militares necesarios, colocándolos al margen de las exigencias marcadas por la Convención de Ginebra de 1949. Cuando gobiernos extranjeros le criticaron Bush cambió de opinión respecto a los presos talibanes pero no respecto a los de Al Qaeda. Dijo: "No me importa lo que digan los abogados, vamos a meterles caña." EEUU llevó a un número desconocido de presos a ubicaciones secretas en lugares como Tailandia, Polonia, Rumanía y Marruecos, donde la tortura y otras "técnicas duras de interrogación" se implementaron. Otros cientos fueron encerrados en la base naval de Bahía de Guantánamo, en Cuba. Alcanzando el máximo en 2003, por la prisión pasaron unos 680 hombres de entre 13 y 98 años. El cinco por ciento fueron capturados por estadounidenses. Más del 80 por ciento fueron entregados, a menudo a cambio de dinero, por una serie de milicias afganas y por cazarrecompensas afganos y pakistaníes. Según el Gobierno sólo el 8 por ciento eran de Al Qaeda. 600 han sido liberados, seis condenados y según el Gobierno nueve han muerto, la mayoría por suicidio. Ahora, en 2012, 166 hombres de más de 20 países permanecen el Guantánamo. La administración Bush animó a la CIA a emplear diez métodos avanzados de interrogación producto de décadas de investigación de la tortura y perfeccionados por países aliados. En Febrero de 2004, el Mayor General Antonio Taguba informó que su investigación había mostrado numerosos casos de...


"Claros abusos criminales, sádicos y gratuítos" en la prisión de Abu Ghraib en Iraq. "No hay ninguna duda de que esta administración ha cometido crímenes de guerra." Arthur Schlesinger Jr., antiguo ayudante de Kennedy, dijo que esta política de torturas era "el desafío más continuo y radical al imperio de la ley en la Historia Americana. Ningún acto ha hecho más daño a la reputación de EEUU en el mundo...¡nunca! Aunque la seguridad en Afganistán empeoró con el paso de los años y los soldados en el país pasaron de 2.500 a 30.000, para Bush, Afganistán era una distracción. Estaba más concentrado en derrocar al antiguo enemigo de su padre, Saddam Hussein. Datos de fuentes de inteligencia, comunicaciones secretas y declaraciones de personas detenidas, revelan que Saddam Hussein ayuda y protege a terroristas incluyendo miembros de Al Qaeda. Como Bill Casey en los años 80 y Lyndon Johnson en Vietnam, Bush usó inteligencia falsa. No hay duda de que el líder de Iraq es un hombre malvado. Después de todo, ha gaseado a su propio pueblo. Sabemos que ha estado fabricando armas de destrucción masiva. Los inspectores de la ONU buscaron a conciencia visitando lugares señalados por la CIA. No encontraron nada, pero Bush insistía en que las armas estaban allí. El gobierno británico ha sabido que Saddam ha intentado obtener uranio en África. Bush le dijo a Bob Woodward, del Washington Post, en esos momentos: "No tengo por qué explicar por qué digo las cosas. No creo que le deba a nadie ninguna explicación." Eran momentos excepcionales. Las palabras cobraban nuevos significados cumpliendo las profecías de George Orwell en su novela "1984". Primero roban las palabras, luego roban su significado. Expresiones como "eje del mal", "guerra contra el terror", "cambio de régimen", "ahogamiento simulado", "guerra preventiva". Los civiles muertos eran ahora "daño colateral". Los secuestros de la CIA, "extradiciones excepcionales". Y el concepto más patriótico, "patria", pasó a ser una nueva y colosal agencia federal tan compleja como el Pentágono. El filósofo francés Voltaire señaló en el siglo XVIII: "aquellos que pueden hacerte creer absurdos pueden hacerte cometer atrocidades." La situación era cada vez más irreal. "Black Hawk derribado", otra película oscarizada, apareció a finales de 2001 glorificando el heroísmo y la tecnología estadounidenses en Somalia en 1990. Los videojuegos se volvieron más y más realistas y en la televisión los programas de telerrealidad, cada vez más extraños, medraron en las audiencias. Jenna, la tribu ha hablado. Los medios estadounidenses tocaron los tambores de guerra. MSNBC, de General Electric, canceló el programa de Phil Donahue tres semanas antes de la guerra. Los directivos temían que el programa podría... Cosa que hicieron. CNN, FOX, NBC exhibieron a unos 75 generales y oficiales, casi todos los cuales resultaron estar trabajando para empresas militares. Oficiales del Pentágono les dieron información que mostraba a Iraq como una amenaza inmediata. Los principales periódicos y revistas, incluido el New York Times, lanzaron el mismo mensaje. Un asesor de Bush le dijo al periodista Ron Suskind que Suskind representaba a "la gente que observa la realidad" pero "el mundo ya no funciona así.


Ahora somos un imperio. Y al actuar creamos nuestra propia realidad". Cuando Francia, Alemania y Rusia, como la mayor parte del Consejo de Seguridad, rechazaron apoyar a EEUU, Bush se enfadó y Rumsfeld se burló: Piensan en Europa como Alemania y Francia. yo no. Creo que eso es la vieja Europa. Las patatas fritas de la cafetería del congreso se renombraron como "patatas de la libertad", igual que el chucrut fue "col de la libertad" en la 1ªGM. Bush avanzó su nueva estrategia en un discurso en West Point en Junio de 2002. Tenemos que llevar la batalla al enemigo, destruir sus planes y enfrentarnos a las peores amenazas antes de que aparezcan. EEUU actuaría de forma unilateral y preventiva para derrocar cualquier gobierno considerado una amenaza para el país. Cheney había dicho... "Si hay un 1 por ciento de posibilidades de que pakistaníes ayudan a Al Qaeda a fabricar una bomba nuclear, debemos considerarlo como una certeza al decidir nuestra respuesta. En el mundo que ahora comienza el único camino seguro es el de la acción. Y este país va a actuar. 60 países se convirtieron en objetivos potenciales. Bush apeló a una cruzada moral diciendo que EEUU debía defender la libertad y la justicia porque estos principios son correctos y verdaderos para todo el mundo en todas partes. La verdad moral es la misma en todas las culturas, en cualquier momento y en cualquier lugar. Era una atrevida declaración del excepcionalismo estadounidense. Bruce Bartlett, que trabajó en los gobiernos de Bush padre y Reagan explicó: "Por eso George Bush tiene tan claro el tema de Al Qaeda y el fundamentalismo islámico. Los entiende porque es como ellos. Realmente cree que está en una misión de Dios. La fe se basa en creer cosas de las que no hay pruebas empíricas. Tengo una sensación de reposo sabiendo que las palabras de la biblia "hágase tu voluntad" son una pauta de vida. A primeros de Octubre de 2002 el Congreso confirió a Bush ir a la guerra contra Iraq a su libre albedrío, cuando lo considerase apropiado, usando cualesquiera medios, incluidas las armas nucleares, que considerase necesarios. La resolución trazó una línea directa entre Iraq y Al Qaeda. Entre los que la firmaron estaban los senadores John Kerry y Hillary Clinton. Esto les costaría caro a ambos en sus candidaturas a la presidencia. No todos fueron engañados. Expandir esta guerra no ayuda a nuestra seguridad nacional, nos pone más en peligro. Iraq no era un santuario de terroristas como ahora. Iraq, Saddam Hussein y Al Qaeda, no había ninguna conexión y debemos disipar esa idea para que los estadounidenses sepan la verdad. Millones de personas protestaron en todo el mundo. Tres millones en Roma, un millón en Londres, cientos de miles en Nueva York. La revista Time realizó un amplia encuesta en Europa. El 84 por ciento creía que EEUU era la mayor amenaza para la paz, el 8 por ciento pensaba que lo era Iraq.


Bush envió al Secretario de Estado Colin Powell, el miembro más respetado del Gobierno, a la ONU a justificar la guerra. Le dijo a Powell: "Quizás te crean" Saddam Hussein está decidido a conseguir una bomba nuclear. Powell habló durante 75 minutos. Fue una actuación vergonzosa en la que presentó inteligencia falsa, y Powell la consideró más tarde como un tropiezo en su carrera. Pero el discurso, aunque no funcionó en el extranjero tuvo el efecto deseado en la opinión estadounidense. El apoyo a la guerra subió de los 50 a los 63 puntos. "The Washington Post" declaró que las pruebas eran "irrefutables". EEUU, sin una resolución de la ONU, marchaba inexorablemente a la guerra. La verdad era aún más oscura. Para Bush, Iraq sólo era el aperitivo. Tras Iraq, los neoconservadores ya marcaban el rumbo principal. El pentágono pronosticaba una campaña de cinco años y siete países como objetivo. Iraq, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán, y el premio gordo: Irán. Sería una guerra que remodelaría el mundo al estilo neoconservativo. Se habló mucho de "imperio". La portada de la revista de "The New York Times" del 5 de Enero de 2003 decía: "Imperio Americano: ve haciéndote a la idea" Bush era un hombre atrevido. En su juventud había mostrado un actitud desafiante. Ahora superaría a su ilustre padre rebasando las leyes internacionales. La guerra acabó siendo el desastre predicho por los críticos. La sociedad iraquí fue desgarrada. Como Vietnam, dislocó a EEUU, polarizándolo a medida que el coste y las bajas aumentaban. Sorprendentemente, ganó las elecciones de 2004 apelando a un patriotismo aún más ferviente. En 2008, cuando Bush dejó el cargo con el peor índice de aprobación desde Truman, no sólo había manejado mal dos guerras, o el operativo de rescate en Nueva Orleans tras el huracán Katrina, sino que, sobre todo, a los ojos de la gente había manejado mal la economía del país que casi colapsó en 2008, asegurando la presidencia a los demócratas. Su sucesor, Barack Hussein Obama, hijo de un hombre negro de Kenia y de una mujer blanca de Texas, criado en Indonesia y Hawaii, se convirtió en el presidente número 47 de EEUU, creando grandes esperanzas de cambio. Sus palabras y talante mostraban la otra cara de EEUU. Constitucional, humanista, global, ecológico... Obama había hablado enérgicamente contra la guerra de Iraq. A lo que me niego es a una guerra estúpida. Financiado por muchos pequeños donantes a través de internet, asombró a la maquinaria de la candidata del partido demócrata Hillary Clinton, en las primarias. Ahora se enfrentaba a un militar retirado, el conservador John McCain, en las presidenciales. El viento soplaba a favor de Obama. Quizás desde Roosevelt en 1930 no existía tal indignación popular con Wall Street y con las guerras imperialistas innecesarias. Pero entonces ocurrió algo inesperado.


Obama incumplió una de sus promesas y pasó a ser el primer candidato a las presidenciales en rechazar la financiación pública y aceptar la privada sin limitaciones. McCain, que optó por la pública, recaudó la mitad de dinero. Obama se acercó a los fundadores de Wall Street de grandes billeteras, como JP Morgan, Goldman Sachs, y Citigroup, así como a General Electric y otras empresas de defensa, a gigantes de la informática y a farmacéuticas como Big Pharma, que tras años de apoyo a los republicanos le dio a Obama tres veces más dinero que a McCain. Pocos partidarios de Obama protestaron entonces. Su victoria fue aplaudida por todo el globo. Había llegado un nuevo EEUU. Aunque los conservadores decían que Obama era socialista el ganador de las elecciones, de lejos, resultó ser Wall Street. Obama trajo al mismo equipo económico que con Clinton había hecho tanto para desregular la economía. "The New York Times" les llamaba "constelación de rubinitas", por ser acólitos del poderoso Secretario del Tesoro Robert Rubin. Tras casi destruir la economía mundial con novedosos productos especulativos, varios grandes bancos, aseguradoras y prestamistas hipotecarios, profetizando el colapso mundial si caían, porque eran demasiado importantes, aceptaron un rescate de 700 mil millones en unas condiciones muy favorables. Además, la Reserva Federal rebajó el interés a los bancos al 0 por ciento. Entonces casi era antipatriótico cuestionar esos rescates. Pero algunos se preguntaron: ¿no podemos dejar que algunas entidades debilitadas simplemente caigan? ¿No podemos dejar que estos gigantes asuman el valor real de sus activos tóxicos? El público quería venganza, era un clásico momento de depresión como lo mostró Frank Capra. Se sientan aquí con sus puros y piensan en la forma de matar una idea que hecho algo más felices a millones de personas. Una idea que ha traído aquí a miles de ellos desde todo el país, en bus, en cargamentos y cacharros, ¡y a pie!, para pasarles los unos a los otros sus sencillas y pequeñas experiencias. Miren, yo sólo soy un memo y lo sé. Pero empiezo a entender muchas cosas. Son ustedes viejos como la Historia. Si no pueden poner sus sucios dedos sobre una idea decente y exprimirla y meterla en el bolsillo, ¡la derrumban! ¡Como los perros, si no pueden comérselo lo entierran! El anterior presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, urgió a Obama a actuar. "Ahora, cuando tiene la oportunidad, y tienen el pecho al descubierto, necesita clavar una lanza en los corazones de esta gente de Wall Street que durante años sólo han sido mercaderes de deuda." Pero no ocurrió. Se forzó el rescate a un Congreso aterrorizado, y los medios aplaudieron. El Tesoro no demandó a los banqueros que usaran el dinero en nuevos préstamos a los empresarios o al público, ni que recortasen sus beneficios personales. Y tampoco exigieron que los accionistas asumieran las pérdidas. Sólo los contribuyentes financiarían el rescate. Los que más perderían serían los trabajadores, pensionistas, ancianos con ahorros, propietarios de casas, pequeños empresarios, estudiantes con préstamos, y especialmente afroamericanos que perdieron sus empleos debido a problemas estructurales.


Muchos simplemente perdieron de vista el proverbial sueño americano de unirse a la clase media. El mito del ascenso social se hizo añicos. Los banqueros, o "gansteros", como se les llamó durante la depresión de los 30, habían hablado de autocontrol, pero recibieron compensaciones de récord durante los siguientes dos años. Mientras que los directivos en UK y Canadá ganaban 20 veces lo que un trabajador en 2010, y en Japón 11 veces más, en EEUU los directivos ganaban 343 veces lo que un trabajador medio. El número de billonarios pasó de 13 en 1985 a 450 en 2008. El salario mínimo se estancaba en 5,15 a la hora desde 1997 hasta 2007 el nivel de pobreza era el mayor desde los años 60. Los ingresos medios de una familia americana cayeron un 40 por ciento, de 126.000 dólares en 2007 a 77.000 en 2010. En 2011, el 1 por ciento más rico acumulaba más riqueza que el 90 por ciento más pobre. El enfado general dio lugar al movimiento "Ocupa Wall Street", una protesta que no se veía desde los años 30. El partido de derechas "Tea Party" mostró otro tipo de enfado, alimentado por grupos de opinión como Americanos por la Prosperidad, financiado por los hermanos Koch, billonarios conservadores . El pueblo estadounidense, al no saber a quién culpar del estado de la economía, les dio la victoria a los republicanos en las elecciones de mitad de mandato de 2010. Pero en Washington aumentó la confusión y la parálisis. Obama, que había llegado al poder rodeado de euforia, caminaba ahora por una fina línea evitando cometer errores graves, pero siendo incapaz de inspirar el cambio. Durante la campaña de 2008 el profesor constitucional había prometido: "la transparencia y el imperio de la ley serán los fundamentos de esta presidencia." Pero una vez en el cargo no renunció a los poderes extra usurpados por la administración Bush. Así, una ciudadanía pasiva siguió permitiendo ser desnudada en los escáneres de los aeropuertos, ser espiada, y siguió pagando por vastos programas de seguridad. Obama no podía permitirse rebajar el estado de alerta, porque en caso de haber un atentado terrorista los medios se pondrían histéricos, los republicanos le harían responsable y eso podría costarle la presidencia. ¿Alguna vez durante este tiempo ha pensado que un mandato es suficiente? Una cosa que tengo clara es que prefiero ser un gran presidente de un sólo mandato que uno mediocre de dos. En vez de luchar por la transparencia Obama resultó ser un gestor eficiente del estado de la seguridad nacional. Como Bush, apeló una y otra vez al secreto de estado respecto a las denuncias sobre torturas, extradiciones excepcionales y escuchas ilegales por parte de la ASN. Denegó el Habeas Corpus a los combatientes enemigos, mantuvo comisiones militares y autorizó, sin los debidos trámites, el asesinato de un ciudadano estadounidense en Yemen acusado de tener lazos con Al Qaeda.


Sorprendió a los defensores de los derechos civiles al llevar las investigaciones de la era Bush a un nuevo nivel, y a perseguir a reporteros y delatores del gobierno usando la ley de espionaje de la 1ª GM. Sólo tres casos se habían dado en 92 años. Obama inició seis casos dudosos, casi todos por denunciar actividades ilegales del gobierno. El más conocido fue Bradley Manning, analista militar de inteligencia en Iraq, que filtró más de 260.000 cables diplomáticos, informes de guerra y vídeos, distribuidos por Wikileaks, una organización de delaciones sin ánimo de lucro. Las revelaciones de los crímenes de guerra de EEUU en Iraq y Afganistán y su apoyo a dictaduras en la región demostraron ser un importante catalizador para las revueltas en Egipto, Túnez, Yemen, Libia y Bharein. Sin embargo, la administración de Obama ha desarticulado la actividad de Wikileaks y ha amenazado con perseguir a su cofundador. Estos actos suponen un claro mensaje a los delatores: Comete crímenes de guerra como Bush y Cheney y no te pasará nada. Exponlos, y arriesgarás tu carrera y serás sancionado. O, como Manning, te pudrirás en prisión. Uno de los mayores defensores de los nuevos estándares de conducta, Jack Goldsmith, antiguo jefe de la oficina legal de Bush, tranquilizó a Cheney y a otros neoconservadores en un artículo, diciendo que Obama era "como Nixon yendo a China. Los cambios que ha realizado van a fortalecer a largo plazo el núcleo del programa de Bush. Era un mundo nuevo en la sombra. En 2010, "The Washington Post" lo llamó "una geografía alternativa de EEUU, un país secreto oculto a la mirada del público" Casi un millón y medio de personas tenían acceso de máxima seguridad. Más de 3.000 empresas de seguridad públicas y privadas coexistían. 1,700 millones de e-mails y comunicaciones fueron interceptados y almacenados cada día por la Agencia de Seguridad Nacional. El comentador político y abogado constitucional Glen Greenwald describió bien este giro radical cuando escribió: "la garantía fundamental de la justicia occidental desde la Carta Magna, fue codificado en los EEUU por la quinta enmienda de la Constitución..." Podría haber añadido perfectamente la quinta enmienda... Sin el debido proceso o el derecho a la privacidad, cada uno de nosotros viviendo a merced del estado vigilante. Todo esto con la excusa de detener una amenaza terrorista terriblemente exagerada. La política exterior de Obama parecía más razonable que la de Bush, y rechazaba el unilateralismo y la anticipación que indignara a la opinión mundial. Pero el objetivo, la dominación mundial, poco cambió e incluso los métodos fueron similares. En 2001, el antiguo director de la ASN y la CIA para Bush, el General Michael Hayden, se sintió cómodo con la continuidad entre dos presidentes muy diferentes, diciendo que: "los estadounidenses han encontrado el punto medio respecto a lo que aceptan que su gobierno haga." Lo llamó: "...consenso práctico..." Con limitada experiencia en asuntos internacionales, Obama se rodeó de asesores de línea dura. Entre ellos el Secretario de Defensa Robert Gates, de la época de la CIA de Bill Casey, en los 80.


Hillary Clinton, Secretaria de Estado, también era de la línea dura. En un pronto discurso Clinton presentó una versión de la historia de EEUU empapada de un triunfalismo sin adornos y de amnesia histórica. "Déjenme decirlo claramente. EEUU puede, debe y liderará en este nuevo siglo. La Tercera Guerra Mundial que tantos temieron nunca llegó. Muchos millones de personas escaparon de la pobreza y ejercieron sus derechos humanos por primera vez. Esos han sido los beneficios de una estructura global forjada durante muchos años por líderes estadounidenses de ambos partidos. Sería difícil encontrar y preguntarles a los millones que murieron en los años en los que EEUU intervino en sus países lo que pensaban. La gente de Hiroshima y Nagasaki, Filipinas, América Central, Grecia, Irán, Brasil, Cuba, Congo, Indonesia, Vietnam, Camboya, Laos, Chile, Timor Oriental, Iraq y Afganistán, entre otros. En Afganistán, Obama, calificándola de "guerra de necesidad", dobló la apuesta de Bush. Presionado a finales de 2009 para enviar más tropas claudicó. Un asesor militar le dijo: "No sé cómo puede desafiar la cadena de mando en este caso", es decir, que el Alto Mando podría dimitir como protesta. El director de la CIA, Leon Panetta, le dijo: "Ningún presidente demócrata puede ir contra el consejo de los militares, especialmente si lo ha pedido. Así que hágalo", le recomendó,"haga lo que dicen." Cuando tomó la decisión, Obama no tuvo el coraje de John Kennedy. En Diciembre anunció un aumento de 30.000 soldados hasta llegar casi a 100.000. Más o menos los mismos que la URSS desplegó en su desastrosa invasión de Afganistán. Anunció el aumento de tropas en Westpoint, recordando a los cadetes que EEUU había invadido Afganistán porque había acogido a Al Qaeda. Pero evitó mencionar que casi toda la preparación del 11/S no tuvo lugar en Afganistán, sino en apartamentos de Alemania y España y en escuelas de vuelo en EEUU, o que sólo la mitad de los 300 miembros de Al Qaeda quedaban en ese momento en Afganistán, y que muchos estaban en Pakistán, un país aliado. Que un presidente metido en dos guerras recibiese el Premio Nobel de la Paz ese mismo mes fue, en primer lugar, surrealista. Pero cuando el mundo escuchó la defensa de Obama de la unilateralidad y la preferencia estadounidense, el valor del premio se depreció como con Kissinger 36 años antes. Creo que EEUU debe ser la referencia de conducta en la guerra. Eso es lo que nos diferencia de aquellos con los que luchamos. Obama temía atascarse en Afganistán como Johnson en Vietnam. Lo que los subdesarrollados, y terriblemente pobres y analfabetos afganos necesitaban era ayuda económica, educación y reforma social. EEUU gastó 110.000 millones en programas militares en 2011, pero sólo 2.000 millones en desarrollo sostenido. Con todo este dinero circulando, como en Vietnam, la corrupción alcanzó proporciones épicas. La desconfianza entre los supuestos aliados, OTAN y Afganistán, se disparó.


Hamid Karzai, el presidente afgano apoyado por EEUU, anunció que apoyaría a Pakistán si fuese a la guerra contra EEUU. En 2012, soldados y policías afganos mataban a tantos soldados estadounidenses que hubo que desperdigar a las tropas. Mientras tanto, las desmoralizadas fuerzas estadounidenses abandonaron Iraq en Diciembre de 2011. Cerca de 4.500 soldados nunca volverían a casa, más de 32.000 fueron heridos, muchos de ellos de gravedad. Las muertes Iraquíes oscilaron entre 150.000 y más de un millón. Dos millones de iraquíes abandonaron el país. La ironía era fantástica. Al derrocar al suní Hussein EEUU había favorecido el dominio chií en Iraq, que se convirtió en aliado de Irán, y así Irán resultó ser el vencedor de la guerra. El gobierno de Bush había estimado que la guerra en Iraq costaría entre 50 y 60 mil millones. Rumsfeld dijo que prever 100 mil millones era absurdo. En 2008, cuando Bush dejó el cargo, EEUU había gastado 700 mil millones, sin incluir la asistencia a los veteranos. Los economistas proyectaron un coste a largo plazo de hasta tres billones de dólares. Obama recibió a las tropas en Fort Bragg, Carolina del Norte, terminando la guerra de forma tan deshonesta como lo fue su comienzo. Dejamos en Iraq un estado soberano, estable e independiente. Al revés que los viejos imperios, no hacemos estos sacrificios por tierras o recursos. Lo hacemos porque es lo correcto. No olvidéis que sois parte de una sucesión de héroes que abarca dos siglos, desde vuestros abuelos y padres que lucharon contra el fascismo y el comunismo, y que habéis llevado la justicia a aquellos que nos atacaron el 11/S. Y así avaló las mentiras de Bush sobre la conexión entre Iraq y el 11/S. Apenas dijo estas palabras Iraq fue asolado por una nueva serie de atentados suicidas. En la actualidad, Iraq está al borde la guerra civil. Entre los más críticos a ambas guerras estaban los alcaldes del país, que se reunieron en Baltimore en Junio de 2011 y pidieron 126.000 millones del presupuesto de guerra para reconstruir las ciudades. El alcalde de Los Ángeles dijo: "Que construyamos puentes en Bagdad y Kandahar en vez de en Baltimore o Kansas City me deja atónito." Para muchos estadounidenses, cansados de las guerras, un rayo de luz asomó entre las nubes en Mayo de 2011. Una atrevida acción nocturna por parte de los Navy Seals acabó con Osama Bin Laden, que vivía tranquilamente a la sombra de la Academia Militar de Pakistán. Con la euforia que creó en EEUU el asalto, celebrando el poder y la destreza de los Seals, que ejecutaron a Bin Laden y tiraron su cadáver al mar, Obama apareció bajo una nueva luz, opuesta a Bush, como presidente eficiente en la guerra, dispuesto a usar cualquier medio necesario para cazar al enemigo. En realidad, un lobo con piel de cordero. Tras un tiroteo, mataron a Osama Bin Laden y agarraron su cuerpo. Incluso una famosa película implicó que la tortura había facilitado la muerte de Bin Laden.


Aunque en realidad había sido a causa del trabajo policial y de espionaje ordinarios tras casi diez años. Por Dios y la Patria, Gerónimo está muerto. ¡Oh, Dios mío! Sin embargo, la capacidad de EEUU de quererse a sí mismo estaba otra vez en su apogeo, y no hubo controversia sobre traer a Bin Laden herido para ser juzgado, cono EEUU hiciera en Nuremberg, donde los nazis fueron mostrados y empequeñecidos. Pero un juicio era lo último que la mayoría deseaba. Aquellos que aceptaban la tortura bien podían tolerar la venganza. ¿Pero quién ganó realmente? Tras billones de dólares gastados en dos guerras, cientos de miles de muertos, una interminable guerra contra el terror, la pérdida de libertades civiles y de la confianza en una presidencia, y el casi colapso de la estructura financiera, un observador neutral podría decir que EEUU había obtenido una pírrica victoria, y que las pérdidas la habían hecho inútil. Bin Laden y su visión retorcida de un nuevo califato estaban muertos, pero había conseguido más de lo que había soñado. Había incitado al mayor imperio de la Historia a revelar su peor cara, y, como el mago de Oz, no parecía tan grande y poderoso. ¿Quién eres tú? ¡Soy el magnífico y poderoso..! Mago de Oz. El martirio de Bin Laden a ojos de sus seguidores, aseguró su lugar en los libros de historia como la persona que debilitó y quizás ayudó a destruir el orden mundial. Algunos podrían llamarle el Aníbal o Atila del mito de Roma, un Robespierre para la antigua Francia, Lenin a la Rusia zarista, incluso un Hitler moderno para el Imperio Británico, que agonizó en su estela. Bin Laden se había ido. ¿Pero qué haría EEUU ahora? Aún atormentado por sus demonios, desvió su atención hacia China como nueva amenaza, y siguió tratando a Rusia como una antigua, así como manteniendo a Irán, Corea del Norte y Venezuela como amenazas regionales. Buscando una forma más eficiente y austera de practicar la guerra, Obama anunció en 2012 Usado por primera vez en Vietnam, el dron, al equiparlo con misiles se iba a convertir en la cara nueva de la guerra y en el arma preferida de Obama. Él personalmente confeccionó la lista negra. Antes del 11/S EEUU se había opuesto a los asesinatos extrajudiciales de otros países, condenando en concreto los de Israel en Palestina. Pero en 2012 la Fuerza Aérea y la CIA tenían un ejército de 7.000 drones usados sobre todo en Afganistán, Iraq y Pakistán. Obama extendió su uso a Yemen en 2009 donde había menos de 300 militantes. A mediados de 2012 el número era de más de 1.000, mientras los ataques continuos de los drones indignaban a la población yemení. En 2012 Obama añadió a la lista a los seguidores de Gaddafi y a rebeldes islámicos en Filipinas y Somalia. Las repercusiones de esta forma de guerra están por descubrirse. EL número de víctimas civiles de estos ataques son motivo de protesta en el propio gobierno y para varias organizaciones de derechos humanos.


El juez preguntó al pakistaní de la bomba de Times Square cómo podía arriesgar la vida de mujeres y niños inocentes, y contestó que los drones de EEUU mataban con regularidad a mujeres y niños en Afganistán y Pakistán. Sin duda el gato estaba fuera de la bolsa, y en 2012 más de 50 países, unos amigos y otros enemigos de EEUU, habían adquirido drones. Israel, Rusia, India e Irán aseguraron que habían fabricado drones letales, pero el programa más completo era el chino. Como con la bomba nuclear, comenzó una carrera armamentística. Bush había continuado hacia Rusia la expansión de la OTAN de Clinton, rompiendo la promesa que su padre hiciera a Gorbachov. Obama sumó a Albania y a Croacia, y a pesar de abandonar 500 bases en Iraq, la administración de Obama, además de las 6.000 bases de EEUU, mantiene cerca de 1.000 bases en el extranjero, abarcando todo el globo. EEUU, a finales de 2007, tenía presencia militar, según Chalmers Johnson, en 151 de los 192 países de la ONU. En 2008, Africom, con base en Alemania, se añadió como Sexto Mando, responsable de aumentar la presencia militar de EEUU en África. Southcom, con base en Miami, fue reorganizada en 2010 para aumentar la presencia militar en Latinoamérica, con bases, sistemas de vigilancia y programas antidroga y contra insurgencia enfocados a "...como las vistas en Venezuela." La Cuarta Flota fue desplegada en 2008, por primera vez desde la 2ª GM. La Armad tiene ahora diez grupos de combate patrullando las aguas internacionales. "Armada de EEUU, una fuerza global para bien." En 2011, EEUU vendía un asombroso 78 por ciento del armamento mundial. Durante el gobierno de Bush el Pentágono dobló su gasto hasta los 700.000 millones. Aunque el presupuesto real del Pentágono se confunde en usos secretos y diferentes departamentos del gobierno, en 2010, según el Proyecto de Prioridades Nacionales, EEUU gasta en realidad unos... ...entre el ejército, inteligencia y seguridad nacional. Un dominio en todo el espectro: tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio. En Noviembre de 2011 la Secretaria de Estado Clinton, se quitó los guantes con China: Al llamarlo... quería decir un aumento considerable de presencia militar en la región Asia-Pacífico para contener a China. Desde la Guerra del Opio del siglo XIX, China ha sido humillada una y otra vez por extranjeros: Gran Bretaña, Japón, Rusia. Luchó contra EEUU en Corea en los años 50. China es un país orgulloso. Es la segunda economía del mundo. Un híbrido, en parte nacionalizada y en parte capitalista, ha reemplazado a EEUU como primer socio comercial de Asia. Pero en 1996, los chinos fueron humillados otra vez por EEUU, con amenaza atómica incluida, en otro enfrentamiento sobre Taiwán. Y con intereses económicos y rutas navales que proteger, se decidió a modernizar su ejército. En 2012, el Pentágono estimó que China gastó uno 160.000 millones de dólares. Pero dado el secretismo del sistema Chino el presupuesto real es desconocido.


Aunque sólo tiene una base en el extranjero, su dureza en las disputas sobre petróleo, gas y minerales de las islas y territorios del sureste asiático ha provocado tensiones con los países vecinos. Internamente, el gobierno, comunista sólo de nombre, permanece anquilosado, determinado a modernizarse, y brutalmente decidido a reprimir la disidencia allí donde el partido único ha sido cuestionado. Las democracias occidentales, mientras hacen negocios en China, han condenado estas políticas, sin ningún efecto. Pero, de forma inquietante, China ha atraído de nuevo la rabia de los críticos con China, estadounidenses intransigentes, cuya animosidad data de la era McCarthy. Se está preparando un nuevo enfrentamiento. EEUU ha vuelto a Asia buscando nuevos aliados, reestructurando su flota, desplegando sus aviones invisibles en bases a distancia de ataque de China para 2017. Ha reforzado sus alianzas militares con los países vecinos a China, sobre todo Japón, Corea del Sur, Taiwán y Filipinas, y ha enviado 2.500 marines a Australia. Es el primer despliegue a largo plazo en Asia desde Vietnam. Los chinos se enfadaron con la administración Obama por vender armas por valor de 12.000 millones a Taiwán en 2010 y 2011. Han acusado a EEUU de intentar rodearles. El miedo a EEUU por parte de otros no debe ser subestimado. Como señaló el político conservador Samuel Huntington en 1996: Occidente no ha ganado la guerra por la superioridad de sus ideas o religiones, sino por su superioridad en la aplicación de la violencia organizada. A menudo los occidentales olvidamos este hecho, el resto nunca lo olvidan. Expertos en China progresistas temen que EEUU esté utilizando el manual que Truman usó contra la URSS para contener a China. Como en aquel caso, occidente protesta por las políticas internas de China. Pero ahora, al poseer un billón en bonos del tesoro de EEUU, los chinos podrían perjudicar su economía de una forma que la URSS no podía. El historiador Alfred McCoy expuso los verdaderos intereses al escribir: "en 2020 el Pentágono espera poder patrullar todo el planeta sin cesar con un escudo de tres capas que va de la estratosfera a la exosfera, implementado por drones armados. Este escudo debería poder cegar un ejército inutilizando las comunicaciones terrestres, la aviación y la operatividad naval. Pero como avisa McCoy, la ilusión de invencibilidad tecnológica le ha fallado en el pasado a países arrogantes, como Alemania en la 2ª GM o EEUU en Vietnam. Con ironía, McCoy nos recuerda que la exclusiva en la letalidad global podría compensar cualquier pérdida futura de capacidad económica. y que "el destino de EEUU podría ser determinado por lo primero que ocurra en esta centuria: una debacle militar fruto de la ilusión tecnológica o un nuevo régimen tecnológico con el poder suficiente para perpetuar su dominio global." Pero como la popular serie de películas Star Wars muestra, una nación que domine el mundo con su tecnología se convierte en una tiranía... Yérguete, amigo mío.


...odiada por los que son sometidos. China podría ser el primer imperio que emerja en un mundo nuclear, pero un imperio basado en EEUU o Gran Bretaña sería un desastre. El chovinismo del gran Han no sería mejor que el excepcionalismo estadounidense. El antiguo dirigente de defensa Joseph Nye observó que el fracaso de las potencias dominantes al no integrar a las potencias emergentes de Alemania y Japón en el sistema global del siglo XX provocó dos catastróficas guerras mundiales. No podemos permitir que la Historia se repita. Los chinos deben ignorar el ejemplo estadounidense y EEUU debe cambiar de rumbo. A Henry Wallace le preocupaba que si EEUU trataba tan mal a la URSS cuando eran superiores económica y militarmente, ¿qué harían los soviéticos con EEUU si la situación se invirtiese? Nunca ocurrió, pero entendió que esta carrera en descenso no tendría ningún ganador. Llegamos al final de esta serie y tenemos que preguntarnos con humildad: al repasar la última centuria estadounidense, ¿hemos tratado con sabiduría y humanidad al resto del mundo? ¿Un mundo en el que los cien, o mil, o dos mil más ricos tienen más riquezas que los mil millones más pobres? ¿Hemos acertado al patrullar el globo? ¿Hemos sido un agente del bien, el entendimiento, la paz? Debemos mirarnos en el espejo. ¿Quizás por nuestro narcisismo nos hemos convertido en ángeles de nuestra desesperanza? La reclamación de la victoria en la 2ª GM y la justificación por lanzar la bomba en Japón, aunque fuese dirigida a la URSS, son los mitos fundacionales de nuestro dominio y de nuestra seguridad nacional. Y las élites del país se han beneficiado con ello. La bomba nos ha permitido ganar por cualquier medio, lo que nos hace, por el hecho de ganar, justos. Y al ser justos somos por consiguiente buenos. Bajo estas condiciones no hay moral más que la nuestra. Como la Secretaria de Estado Albright dijo: "pero si tenemos que usar la fuerza es porque somos EEUU; somos la nación indispensable." Por haber amenazado a la humanidad con la bomba nuestros errores son perdonados, y nuestra crueldad es justificada como una aberración bienintencionada. Pero la dominación no dura mucho. Cinco grandes imperios se han derrumbado en el lapso de una generación desde la 2ª Guerra Mundial: Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón y la URSS. Otros tres imperios anteriormente en el siglo XX: el ruso, el austro-húngaro y el otomano. Si la Historia es un barómetro la dominación estadounidense también terminará. Rechazamos sabiamente ser la colonia de un imperio y la mayoría negaríamos cualquier pretensión imperialista. Quizás por eso nos aferramos tanto al mito del excepcionalismo estadounidense. La unicidad, benevolencia y generosidad estadounidense. Quizás en esa fantástica noción reside la semilla de nuestra redención. Y que EEUU pueda estar a la altura de la visión que parecía estar a nuestro alcance en 1944 cuando Wallace casi fue presidente, o en 1953 cuando Stalin murió con un nuevo presidente electo, o JFK y Kruschev en 1963, o Bush y Gorbachov en 1989, o Obama en 2008. La Historia nos muestra que el camino podría haber sido otro.


Tendremos más oportunidades como esas, ¿estaremos preparados? Me acuerdo de Franklin Roosevelt que el último día de su vida, telegrafió a Churchill: "Yo subestimaría el problema soviético todo lo posible, porque estos problemas, de una forma u otra, aparecen cada día y casi todos se solucionan." Apaciguar las situaciones que se presentan. Dejar que ocurran las cosas sin reaccionar en exceso, mirando el mundo con los ojos del contrario. Para ello hay que compartir las necesidades de los otros con compasión y empatía verdaderas, confiando en la voluntad colectiva del planeta para sobrevivir los tiempos futuros, acabando con la amenaza nuclear y el cambio climático. ¿No podemos renunciar a nuestro excepcionalismo y a nuestra arrogancia? ¿No podemos dejar de hablar de dominación? ¿O de pedir a Dios que nos bendiga por encima de los demás? Los intransigentes y nacionalistas protestarán pero su camino ha demostrado ser erróneo. Una mujer me dijo los 70: "Tenemos que feminizar el planeta." Entonces pensé que era raro pero ahora me doy cuenta que hay poder en el amor. Poder real en el amor real. Busquemos una manera de respetar la ley, no la de la jungla, sino la de la civilización, con la que nos unimos y aparcamos nuestras diferencias para conservar lo que realmente importa. Herodoto escribió en el siglo I a.c.: "La primera Historia fue escrita con la esperanza de preservar del olvido el recuerdo de lo que los hombres han sido." Y por esa razón la historia del hombre no es solo de sangre y muerte, sino también de honor, logros, gentileza, memoria y civilización. Hay un camino que recorrer para recordar el pasado. Y luego podemos empezar, paso a paso como un bebé, a alcanzar las estrellas. En un análisis definitivo, nuestro lazo común más básico es que todos vivimos en este pequeño planeta, respiramos el mismo aire, cuidamos el futuro de nuestros hijos, y somos mortales.


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