CUATRO CORAZONES CON FRENO Y MARCHA ATRÁS De Jardiel Poncela y David, Rodrigo y Ricardo PERSONAJES EMILIANO (203 años) DAVID RODRIGO
4º ACTO Es una habitación con poca iluminación. Tiene un gran espejo por el cual están vigilando Rodrigo y David, dos condecorados militares estadounidenses. La habitación cuenta con una mesa y una silla en la que está sentado Emiliano con unas esposas haciendo que él se encuentre inmovilizado. EMILIANO - ¡Maldito sea el día en que me negué a tomar el mejunje del doctor que te hacía morir joven! ¡Si lo hubiese tomado, ahora mismo tendría un pijama de madera y no un dolor de cabeza! (Por la puerta de al lado del cristal sale Rodrigo, un estadounidense de unos 20 años, calvo, robusto y con cara de pocos amigos). RODRIGO – Emiliano Menéndez, ¿le importaría decirme los años de usted? EMILIANO- No, joven, al menos hasta que me digáis, a qué viene esta broma. (Rodrigo echa una risita e inicia el mutis hacia la derecha). EMILIANO - ¡Nada! Que no consigo que me digan el porqué de este secuestro. No tengo ni la más remota idea de lo que he hecho. (David, otro estadounidense con las mismas características que Rodrigo, sorprende a Emiliano). DAVID- Ya te diré yo lo que has hecho, cumplir los 203 años hace una semana, y defraudar a las aseguradoras. EMILIANO- ¿Perdón? DAVID- Lo que oyes, cumpliste los 203 años el jueves pasado, y, por lo que yo sé, nadie llega a tal edad. EMILIANO- No. DAVID- ¿Eeeeh? EMILIANO- Pero, ¿qué importa? DAVID- Queremos saber cómo has obtenido esa inmortalidad o cómo consigues defraudar a las aseguradoras. EMILIANO- Me niego enérgicamente a decir nada. DAVID- Pues te lo sacaremos a la fuerza. (David se va del escenario). EMILIANO- ¿Qué me harán esos tíos? (Rodrigo aparece con un frasco). EMILIANO- ¿Qué es eso? RODRIGO- Nuestro pasaporte a saber la verdad. EMILIANO- ¿Qué?
(Rodrigo saca una jeringuilla y se dispone a inyectar un suero a Emiliano). EMILIANO- ¡Ayyyyyy! RODRIGO- ¿Ahora me lo dirá todo? (Entra David). DAVID-¿Se lo has inyectado ya? RODRIGO- Verás cómo ahora canta como un gallo. (Rodrigo se acerca a Emiliano). RODRIGO- Cuéntemelo todo. EMILIANO- A los 3 años tuve la varicela, a los 15 tuve mi primera novia, a los 17… RODRIGO- ¡Eso no! Dígame el secreto para conseguir tal edad. EMILIANO- Chantajeé a Ceferino Bremón, un monstruo de la ciencia. RODRIGO- Dígame cómo le chantajeó y por qué. EMILIANO- Bremón descubrió una sal que a aquel que la ingiriese tenía la capacidad de hacer que los tejidos no se degeneren y a los mayores los rejuvenecía. DAVID- Muy bien, ahora dime cómo le chantajeaste. EMILIANO- Bremón no quería que nadie lo supiera menos sus tres amigos Ricardo, Valentina y Hortensia. Yo, al enterarme, le dije que si no me daba sal lo contaba. RODRIGO- Siga contando. EMILIANO- Bien, pues al darme la sal, estuve con ellos hasta que se tomaron un líquido que les hizo rejuvenecer, lo curioso fue lo del embarazo de Valentina, que ya sabía usted que eso de ir rejuveneciéndose, al día siguiente de haberse quedado embarazada surgió que no había niño alguno. Al final nos dimos cuenta de que se olvidaban de todo, que no recordaban nada. Más tarde me fui para no afectar a sus vidas, lo único que sé es que si les preguntas, no se acordarán de nada, no sabrían quién soy yo y puede que incluso se hayan separado. DAVID-Muy bien ha cumplido lo que le pedimos. Ahora ya no es útil para nosotros (le da un golpe en la cabeza y hace que se desmaye). RODRIGO-(se saca una pistola y le dispara en la cabeza; recoge la sangre en unos tubitos de ensayo) Examinaremos su sangre para ver si encontramos restos de la sustancia de la eterna juventud.
SE CIERRA EL TELÓN