El Mercenario y la Anoréxica

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EL MERCE ARIO Y LA A ORÉXICA por J.Berger


PERSO AJES: - MERCENARIO - ANORÉXICA

(Un mercenario lleno de barro se arrastra por el suelo de la trinchera. Se escuchan aviones que sobrevuelan el campo de batalla).

MERCENARIO. (Por walkie-talkie) Aquí nido de golondrina... nido golondrina junto a objetivo... ¡Cambio! (El walkie escupe toda una gama de chisporroteos e interferencias) ¡Joder! Aquí nido de golondrina, nido de golondrina junto a objetivo...¡Cambio! (Más interferencias y chisporroteos) ¡Nido de golondrina! ¡Cambio!

(Una mujer delgadísima, anoréxica y pálida cae en paracaídas junto a él, con tan mal fortuna que se dobla el tobillo).

ANORÉXICA. Oiga, oiga... MERCENARIO. ¿Es a mí? ANORÉXICA. ¿Ve a alguien más aquí? MERCENARIO. Bueno, restos de piernas, brazos, unas uñas comidas... ANORÉXICA. Alguien completo. MERCENARIO. No, completo no. ANORÉXICA. Pues ayúdeme, ¿no ve que me he torcido el pie? MERCENARIO. Sí claro, señorita, pero es que en plena guerra y con este ruido...


ANORÉXICA. A mí me va a contar, a mí, que vinieron a sacarme por la noche del hospital, mientras veía tranquílamente Mazinger Z. ¿Sabía usted que los dibujos son en color? De pequeña en casa sólo teníamos una tele en blanco y negro y por eso mis recuerdos son descoloridos, sin vida. MERCENARIO. ¿Qué me está contando? Anda, siéntese y déjeme hacer mi trabajo. Esto no es sitio para mujeres y menos usted que está tan... mal. ANORÉXICA. A pesar de mis 35 kilos debe tenerme el mismo respetos que si pesara cincuenta arrobas. MERCENARIO. Lo siento, no era mi intención molestarla. Comprenda que no puedo entretenerme. Estoy esperando en el puesto a que... ANORÉXICA. ¿Dónde estudió usted? MERCENARIO. ¿Estudios? ANORÉXICA. ¿Qué le enseñaron en el ejército? MERCENARIO. En el ejército estuve hace tiempo, pero no se ganaba nada, así que me hice mercenario free-lance y me establecí por mi cuenta. Compré un AK-47, un traje de camuflaje, unas cuantas granadas; alquilé una oficina muy céntrica y a esperar una llamada. Guerras no faltan , así que no me puedo quejar. ANORÉXICA. Digo que, ¿para qué ha sido adiestrado? MERCENARIO. Ah, para defender la patria que me pague hasta que se gaste el dinero y salvar el pellejo para la próxima contienda, si fuera menester. ANORÉXICA. ¿Cómo? MERCENARIO. Siempre se termina con "si fuera menester", cosas de los mercenarios. ANORÉXICA. Bien, ¿cuánto vale una hora de su trabajo?


MERCENARIO. Ya no trabajo por horas, era un lío a la hora de cotizar. Mínimo una jornada completa, un día entero dispare o no dispare. Los muertos los cobro aparte. ¿Está usted interesada en mis servicios? ANORÉXICA. ¿Usted cree que soy guapa? MERCENARIO. No sé, así sin conocerla... ANORÉXICA. Dígame la verdad. MERCENARIO. No me ponga en ese aprieto, señorita. ANORÉXICA. ¿Es usted un hombre? MERCENARIO. Sí, hasta la muerte, si fuera menester, claro. ANORÉXICA. ¡Pues hable, sincérese! MERCENARIO. Tiene unos rasgos un poco indefinidos, con demasiados , aunque no suficiente , pero sí... con esta luz y en todo este barro... No sé. ANORÉXICA. ¡La verdad! MERCENARIO. Está muy canija, da pena, dan ganas de meterle un chute de manteca colorá vía intravenosa. ANORÉXICA. ¿Lo ve , lo ve? (Solloza) . Y aquellos hombres me sacan de la cama , me meten en un avión y me lanzan en pleno campo de batalla. «¡Necesitamos camas para nuestros soldados! Usted se va a morir igual, no le haga perder el tiempo a los médicos». Y hala, a volar. (Llora) MERCENARIO. Señorita, no se lo he dicho con mala intención, usted me ha presionado tanto que... Es usted muy guapa, guapísima. ANORÉXICA. No lo intente arreglar ahora. MERCENARIO. No, en serio. ANORÉXICA. ¿De veras? MERCENARIO. Sólo que debería engordar un poco.


ANORÉXICA. Si me hubiera conocido antes, no diría eso. La culpa la tuvo aquella agencia de modelos. Trabajé cinco años con ellos: publicidad, televisión... MERCENARIO. ¿Radio? ANORÉXICA. Radio hice poca. MERCENARIO. Una pena, a mí me encanta. ANORÉXICA. Ya... todo era magnífico hasta que tuve un esguince... MERCENARIO. Como el de ahora. ANORÉXICA. Sí, pero con rotura por llevar esos tacones de 20 centímetros. MERCENARIO. Un peligro tremendo. ANORÉXICA. Tuve que guardar reposo y engordé muchísimo... MERCENARIO. ¿Cuánto? ANORÉXICA. 65 kilos. MERCENARIO. Un peso maravilloso para una mujer de su estatura. ANORÉXICA. No, engordé sesenta y cinco kilos. MERCENARIO. Uf, no está mal. ANORÉXICA. Me despidieron. Así que para recuperar mi trabajo dejé de comer tanto que estuve al borde de la muerte, me ingresaron en el hospital y ... bueno lo demás ya lo sabe.

(El Intercomunicador chisporrotea. El mercenario vuelve a él, se pone los cascos e intentar reestablecer la conexión).

MERCENARIO. Sí, sí... ¿Oiga? ¿Oiga? Aquí nido de golondrina... Nada... ANORÉXICA. Me gustaría alquilar sus servicios. MERCENARIO.- Estoy contratado. Tengo una misión, he de esperar a un compañero para destruir el depósito.


ANORÉXICA. ¡El depósito de agua de la ciudad! MERCENARIO.- ¡Shhh! ¡Es un objetivo militar secretísimo! Podría volcar la balanza de nuestro lado. (Silencio). ANORÉXICA. Un objetivo difícil. ¿Cómo piensa...? MERCENARIO. No diga nada. ANORÉXICA. No. MERCENARIO. Sencillo, mi compañero me cubre , yo coloco las cargas y ¡pum! ANORÉXICA. La ciudad entera sin agua... MERCENARIO. Ajá, así se rendirían. ANORÉXICA. Vaya... sin agua... Pensé que era un hombre de principios, un aventurero, un romántico... MERCENARIO. El trabajo, ya se sabe, soy un mandao. ANORÉXICA. Es que... me pareció usted tan... Me da vergüenza decírselo. MERCENARIO. Vamos, no se corte. Diga lo que diga no va a ofenderme, estoy curtido en mil batallas. ANORÉXICA. Me pareció tan varonil, tan valiente, tan guapo... . Desde el avión , antes de que me empujaran, vi su enormes ojos azules. Un flechazo, diría yo MERCENARIO. Quiere ruborizarme. ANORÉXICA. Me has embriagado con tu hombría. MERCENARIO. Tú también me caes bien. ANORÉXICA. ¡Qué hombre! Bésame... (Se besan con pudor). Me gustaría poder entrar en esa maldita agencia de modelos y volarla por los aires... (Insinuante) ¿Podrías hacerlo tú? MERCENARIO. Como poder podría, pero.... la misión. ANORÉXICA. No tienes que esperar a tu compañero. (Sensual) Yo te cubriré.


MERCENARIO. ¿Có...mo? Me cubri... ANORÉXICA. ¿Me dejas tu rifle? MERCENARIO. Mi rifle... ¿ahora? ANORÉXICA. Sí, tu AK 47.

(El Walkie chisporrotea)

MERCENARIO. Ah, no es un rifle, es un fusil de asalto, material de trabajo, no puedo... ANORÉXICA. Lo entiendo, lo entiendo... Hasta luego. Llamaré a la puerta de la agencia y extrangularé a todos desde el portero a la señora de la limpieza con estas manos frágiles y llenas de odio. (Agacha la cabeza y se aleja) MERCENARIO. Espera... Hacemos una cosa. Tú me cubres , pongo las cargas en el depósito, lo volamos y juntos le damos un excarmiento a esa agencia de modelos. ANORÉXICA. ¿Lo harías por mí? MERCENARIO. Claro. ANORÉXICA. Entonces... somos un equipo. MERCENARIO. Podría decirse. ANORÉXICA. ¿Me lo das? MERCENARIO. Toma, cuidado con el ... que es muy...

(El mercenario le entrega el AK-47. La anoréxixa amartilla el fusil con gran habilidad y apunta al mercenario)

ANORÉXICA. ¡Imbécil! MERCENARIO. Cuidado, espera que salga en dirección al...


ANORÉXICA. Silencio... (Saca un teléfono móvil). Sí, aquí «Suspiro de golosina», de la sección debilidad masculina. Objetivo conseguido: Comando desarticulado. Vuelvo a la base con el prisionero. Un mercenario viejo, gordo y sensiblón , los más sencillos. Gracias... ¿Qué están echando en la tele? MERCENARIO. Pero... ANORÉXICA. (Al mercenario) Por cierto, no sé cómo seguís usando esos trastos de walkie talkies , ¿así cómo vais a ganar la guerra? ¡Adelante! (Al teléfono) ¿Qué capítulo? Ese es buenísimo... Compra patatas, panchitos y un par hamburguesas de kilo, estoy hambrienta.

(Sigue sonando el chisporroteo en el walkie. Sale la Anoréxica apuntando al mercenario cabizbajo. El walkie crepita solito y al poco:)

WALKIE-TALKIE. Nido de golondrinas, aquí águila calva. Atención... han lanzado sobre su área un comando especializado en guerra psicológica, se trata de un cuerpo de élite paracaidista aneróxico experto en desarticular toda la fortaleza viril y masculina....atención nido de golondrinas... ¡Nido de golondrinas! ¡Mierda de walkie talkies!!!

(Chisporroteo final, pequeña explosión del walkie que humea y muere. OSCURO)



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