Viernes 14 de febrero del 2014
DEFINICIONES Jazmín Vázquez Miranda •
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Hablar.- Se denomina hablar a la capacidad de comunicarse mediante sonidos articulados que tiene el ser humano. Estos sonidos son producidos por el aparato fonador, que incluye lengua, velo del paladar, cuerdas vocales, dientes, etcétera. La disciplina que se orienta a explicar la comunicación mediante el habla se denomina lingüística. Esta fue iniciada por Ferdinand de Saussure a principios del siglo a través de las notas tomadas por algunos en sus clases que conformarían el célebre Curso de Lingüística General; sus observaciones tomaban al lenguaje como un conjunto de estructuras de varios niveles, y serian un puntapié inicial para la conformación de la corriente estructuralista, que se abocó al estudio de diversas ciencias sociales. Leer.- Se refiere a la interpretación el significado de una serie de signos escritos, ya sea mentalmente o en voz alta, pasando la vista por encima de ellos. Es un proceso visual, menta, que decodifica, relacione, contrasta, profundiza, infiere, es decir, deduce su contenido; que interpreta, cuestiona y comprende del mensaje del autor. Escribir.- Es la acción de representar palabras o ideas con letras o signos en papel o cualquier otra superficie. Se le llama escribir al ejercicio de la escritura con el propósito de transmitir ideas, redactar un tratado, documento o texto de ficción, trazar notas y signos musicales, inscribir datos o cualquier otra cosa de transposición de letras y símbolos en una superficie dada. La escritura puede emplearse como medio de canalización de historias, cuentos, novelas y otros tipos de textos poéticos o literarios. Este objetivo es estético, creativo, cultural y es quizás es que más enriquecimiento de la lengua ha ejercido a través de la historia. Escuchar.- Cuando se habla de la capacidad de escuchar, se está haciendo referencia inequívoca al uso del sentido auditivo. En sus modos más básicos, el acto de escuchar un sonido, se realiza a través de la percepción de la vibración de los mismo, vibraciones que son luego reconocidos e interpretados por nuestro cerebro. El oído y la capacidad de escuchar es en la mayoría de los casos involuntaria y espontánea.