50 años de la boda de mis padres Tal día como hoy, se cumplirían 50 años de las Bodas de oro de mis padres, ya que se casaron el jueves 8 de septiembre de 1966 a las 9.30 h de la mañana en la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Huelva.
Este templo es sede canónica de una de las imágenes procesionales más conocidas y veneradas de la ciudad de Huelva, la Virgen de la Victoria. Mi padre entonces estaba en Barcelona trabajando en una imprenta, ya que tuvo que emigrar, junto con sus dos hermanos Juan y Paco. Mi madre eligió la fecha de la festividad de la patrona de Huelva, la Virgen de la Cinta. Ese día era y sigue siendo, un día festivo y muy celebrado por los onubenses. Por eso, el hecho que fuese en jueves, no le restó importancia. Siempre oí hablar a mis padres de las diferentes devociones de los diferentes barrios de Huelva, ya que dependiendo de cada caso, se era más devoto de una Virgen que de otra. En la Semana Santa se vive con mucha pasión todas las procesiones, pero es normal que si es del barrio en el que vives, la pasión es mayor. Era, con todo el respeto lo digo, como ser de un equipo de fútbol u otro. Esta devoción o pasión, ocurría en la mayoría de habitantes e iba más allá de ser creyente o no, era algo con lo que los diferentes barrios, preparaban y lo vivían como puedan ser unas grandes celebraciones, con todo el amor y cariño. En el caso de mi padre por ejemplo, tenía dos devociones: la Virgen de la Esperanza y la Virgen de la Victoria. Ya que vivía en el barrio del "Matadero" pero también estudió en la zona del centro de Huelva, en el Politécnico, con el padre Laraña (un jesuita muy querido por los onubenses porque ayudó muchísimo a los niños humildes para que estudiasen).
Mi madre era de la Virgen Victoria, ya que aparte de vivir en la Avenida Pío XII, cerca del Estadio y cerca de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, también estudió en el colegio Santa Teresa de Jesús y en dicho colegio también hacen la procesión de estudiantes ("Las esclavas"), llevando al Sagrado Corazón de Jesús. La invitación de la boda que se realizó en el mes de agosto era la siguiente, donde se puede apreciar el estilo de la letra que le daba mucha elegancia a la presentación del enlace.
En esta otra foto se puede apreciar el altar y su capilla detrás con la escultura del Sagrado Corazón de Jesús.
Después de la salida de la Iglesia, ya habiendo dado el sí, mis padres fueron a celebrarlo a la Cafetería Las Columnas, en el barrio de Isla Chica, que es el barrio que rodea al Estadio Colombino y que de hecho, era un lugar muy chic para la época, con mucha clase y gusto.
Supongo que el nombre de Las Columnas, fue porque efectivamente tenia columnas, aunque también oí que era en honor al Colombino, ya que al estar situado cerca de él, era también lugar de encuentro de jugadores y algunas celebridades y la similitud con la entrada principal de dicho Estadio con las cuatro columnas.
Entonces las bodas se celebraban muy temprano y por las mañanas, siendo después la celebración con un "desayuno". En este caso, se hizo en la planta superior y el menú fue un café con leche con dulces de repostería del pueblo de Moguer (famosos por su exquisitez) y para terminar, más dulce, con un pastel nupcial.
Como se puede observar, mis padres al lado de la tarta nupcial y en primer plano, con pamela incluida como tocaba en una boda por todo lo alto, mi tía abuela Margarita Tayllefert, madrina de la boda. He de explicar que desde la salida de la novia de la Av. Pío XII hasta la Iglesia, mi abuelo materno, alquiló un taxi (un Seat 1500) con chófer incluido. Después este mismo taxi les llevó a la Cafetería y después de ello, fueron a llevar el ramo de flores al Santuario de la Cinta, como ofrenda a la patrona de la ciudad.
Aquí se puede observar, la ubicación de donde vivían mis padres de soltero y de donde salieron para casarse y también el Santuario de la Cinta, una vez casados. Por un lado, mi madre en la Av. Pío XII y mi padre en la Av. escultora Miss Whitney. Una vez realizada la ofrenda, fueron a hacer el reportaje de boda en el lugar típico por excelencia en aquella época: la punta del Sebo.
Una vez hecho este reportaje, volvieron a celebrarlo con una gran comida en casa de mis abuelos maternos Juan Tirado y Juana Tayllefert, con la familia directa, es decir, abuelos paternos Juan Carbón y Feliciana Domínguez, también estaba mi bisabuela Soledad García, hermanos de mis padres y algunos más invitados que no mencionaré para no dejarme ninguno. Sin más que añadir a este gran día que hoy se cumplen 50 años y que no podía dejar de escribir estas líneas en homenaje a ellos dos, teniendo muy presente a mi padre, cada día, por hacer tan feliz a mi madre y darnos todo lo mejor que supo, a sus seis hijos. Que mejor imagen que terminar con las iniciales C y T que estaban en la portada de la presentación de la invitación de boda. Carbón y Tirado, dos apellidos de los cuales nos sentimos muy orgullosos mis cinco hermanos y yo.