8 de marzo: 70 años de una fecha muy especial
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Tal día como hoy, de un sábado 8 de marzo de 1947, se cumplen 70 años del aniversario de mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez. Y que mejor imagen que la del cartel con el autorretrato Yo soy mujer, para este 8 de marzo de San Juan del Puerto con el ayuntamiento al fondo, para empezar este artículo. De mi bisabuelo ya hablé en el artículo de junio y de hecho, hablé de nuestros ancestros, llegando a la época de los vikingos y normandos en el siglo IX con el conde de Angulema Vulgrin Taillefer y del cual desciende un largo linaje que incluso nos llevó a la condesa reina Isabel Taillefer, del siglo XII y así hasta llegar al siglo XIX con la entrada en Huelva del primer Tayllefert. En dicho artículo desvelé también respecto mi bisabuelo, algunos datos nuevos descubiertos como fue el descubrimiento de su fecha de nacimiento y de su defunción que hoy recordamos. El hecho de descubrir que nació el día de San Pedro, el 29 de junio de 1891 y añadido a saber que falleció el día que se celebra el día Internacional de la Mujer trabajadora, hace que sean fechas muy señaladas y fáciles de recordar para sus familiares. El 8 de marzo de 1947 no tenía la relevancia que tiene hoy en día este 8 de marzo de 2017. De hecho, entonces no sólo la mujer no tenía ningún derecho, sino tampoco el hombre, en esa España de la dictadura que desde la guerra civil hizo que todo lo avanzado anteriormente con la República, se retrasará hasta límites inaceptables y que aún hoy día, siguen manteniéndose, a entender: poca cultura e intolerancia. El origen de este 8 de marzo no está muy claro y existen varias versiones. La más verosímil es que fue un 8 de marzo del año 1857 cuando un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban. Sería una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos laborales. Distintos movimientos y sucesos se sucedieron a partir de esa fecha.
La celebración se fue ampliando progresivamente a más países. Rusia adoptó el Día de la Mujer tras la Revolución rusa de 1917. Le siguieron muchos países. En China se celebra desde 1922, mientras que en España se celebró por primera vez en 1936. Aunque también es cierto que 5 años antes en la Constitución de 1931, con la II República, en España fue reconocido el derecho al voto de las mujeres. A partir del año que empezó la guerra en julio del año 1936 este derecho en forma de voto libre ya no se reconoció, ni para la mujer ni para el hombre hasta 1977. Para ello, los españoles tuvieron que pasar por un golpe de Estado fallido de Franco, la posterior guerra civil por no aceptarla la sociedad española y después de ello, la posterior represión y dictadura de Franco.
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No fue hasta 1975 cuando la ONU institucionalizó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Con un objetivo, que hoy en día sigue vigente: luchar en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. "El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre", recuerda la ONU. También hablé de mi bisabuelo y más concretamente de los orígenes del apellido Tayllefert, en el artículo de octubre, para remontarnos al primer sanjuanero de mi familia que fue hijo de un francés y una onubense de Villarrasa, refiriéndome al abuelo de mi bisabuelo Pedro, a mi trastatarabuelo José María Tayllefert Ramos. Y volviendo a su certificado de defunción, que ya mencioné que lo conseguí en el artículo de junio, he de resaltar algún otro dato interesante como que por manifestación personal el encargado de la familia fue Andrés Cartes Villegas y que los testigos fueron Juan Pérez Martín y Antonio Rebollo Bueno, vecinos todos de la villa de San Juan del Puerto.
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También que falleció en su domicilio, como en la mayoría de casos era entonces y constaba el domicilio en la calle Nogales, 6. Era el mismo domicilio que entonces conocí a mi bisabuela Soledad, aunque entonces era el número 8, pero imagino que en tantos años, la numeración par permite un pequeño margen de error o de algún solar que se añadiese o restase. Está enterrado en el cementerio de San Juan del Puerto, junto a su hijo José. En relación con el nombre de esta calle, he de decir que se llama así desde 1917, de hecho su nombre exacto es José Nogales. Anteriormente se llamaba calle Nueva, supongo que sería como en los casos que se construye la calle y no tiene un nombre hasta que se le nombra de forma oficial. Estos datos los documenté del blog del historiador José Manuel Márquez Romero http://apunteshistoriasanjuandelpuerto.blogspot.com.es/2013/01/los-nombresde-las-calles-de-san-juan.html#more Me consta que José Manuel es todo un referente en la historia pasada y viva del pueblo de San Juan del Puerto y una fuente muy importante para cualquier duda histórica relacionada que alguna vez le haya podido consultar y de la cuál le estoy agradecido. Desde aquí mi agradecimiento y mis felicitaciones por ser el pregonero que próximamente en la festividad de las Fiestas Falleras 2017 de San Juan del Puerto dará comienzo.
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Y de este ilustre sanjuanero pasaré ahora a mencionar a José Nogales y Nogales que aunque nació en Valverde del Camino en 1860, merece también un lugar privilegiado también en la historia de San Juan del Puerto.
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José Nogales fue un periodista y escritor del romanticismo español aunque parte de su obra puede englobarse ya dentro del movimiento modernista. Algunos autores lo sitúan dentro de la Generación del 98.
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La fuente consultada para intentar averiguar algún dato de este escritor la encontré en la Tesis de Doctorado de Ángel Manuel Rodríguez Castillo cuyo título es Biografía crítica y problemática literaria de 1998. De hecho, en 1894 se fue a vivir a San Juan del Puerto, trabajaba en la Diputación Provincial haciendo labores de Bibliotecario y Archivero. Pero, sobre todo, estos años de vida en San Juan del Puerto y trabajo en la Diputación, son destacables por su cada vez mayor dedicación a la Literatura, que es una nueva, y mejor, manera de hacer política. Escribe y escribe, aunque no puede publicarlo todo, y va trazando un diagnóstico de los males de España y aportando soluciones, siempre en la línea de superación personal por el regeneracionismo que expresará perfectamente el cuento de Las tres cosas del Tío Juan (su obra maestra) en 1905, año por cierto, que nació mi abuela paterna Feliciana.
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Aparte de sus posturas políticas, José Nogales se relaciona en estos años con los hombres de la generación del 4º Centenario del Descubrimiento de América en Huelva: Marchena Colombo, Modesto Sánchez Ortiz, José Tejero, Siurot..., hombres todos comprometidos, desde parcelas y posturas distintas, con Huelva. Además de un gran escritor, fue un hombre, un verdadero hombre, en la más noble y alta acepción de dicho término. Nunca creyó que el artista debe mantenerse alejado de las ideas y de las luchas que interesan a su país. Una comunidad de fervores políticos y sociales nos unía a los dos, tanto como los gustos literarios. De carácter modesto y con una timidez que sólo le permitía ser verboso en la intimidad, no osó nunca intervenir en las agitaciones populares; mas siempre fue republicano y siempre escribió en periódicos defensores del régimen democrático. Durante estos años José Nogales amontona artículos, cuentos y novelas que no tendrán publicidad hasta que Sánchez Ortiz los publique en Barcelona, al calor del éxito de Las tres cosas del tío San Juan. Modesto Sánchez Ortiz era natural de Aljaraque (Huelva) y fue director de La Vanguardia de Barcelona en los años del cambio de siglo, en que este periódico se convirtió en la cabecera más importante de Cataluña. Todos los años seguía viniendo a Huelva, donde se reunía con sus amigos, entre ellos José Nogales. Curiosamente, sale en este artículo La Vanguardia y Huelva, dos nombres unidos entre sí, en este caso, con el nexo en común del escritor Nogales, pero también, en mi caso particular, con el nexo en común de mi padre Pepe, que trabajó toda su vida laboral en dicho periódico en Barcelona y Huelva la tierra que lo vio nacer y crecer. Hay, además, el relato de una anécdota en el muelle, probablemente el de San Juan del Puerto, llena de belleza y nostalgia. Sin embargo, lo que más se observa en este libro es el proceso de su pensamiento intelectual y político. La lectura y la reflexión sobre
la realidad que está viviendo y observando van haciendo aparecer las ideas regeneracionistas que encontrarán su mejor expresión en Las tres cosas del tío Juan: el volver a la agricultura, la necesidad de trabajar y hacerlo bien, la inutilidad de los títulos, y los males del caciquismo, la conveniencia y necesidad de olvidar las glorias pasadas y empezar de nuevo... toda una filosofía vital y política que es la otra cara de la denuncia de los males de España que realizan los escritores del 98.
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Escribe también sus dos únicas novelas: Mariquita León y El último patriota, en las que, aparte de novelar sus ideas políticas y sociales, hace una descripción costumbrista y muy viva de los tipos, situaciones y maneras de hablar y vivir de un pueblo andaluz como aquél en que estaba viviendo en aquellos años, San Juan del Puerto: la forma de las viviendas, las fiestas populares y religiosas, las costumbres sociales y las supersticiones... aparecen amorosamente descritas en las novelas como algo muy cercano para él en estos años. Y, de fondo, el desencanto por la situación de España y la secreta esperanza de que las cosas cambien con hombres nuevos. La capacidad de observación y la ironía en la denuncia se han afinado en José Nogales durante estos años, frente a la vehemencia de sus escritos periodísticos anteriores.
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Por tanto, podría decirse que si uno lee sus obras, podría bien empatizar esos sentimientos a través de sus letras y como no, también adentrarse en el universo sanjuanero de forma única de la pluma de este escritor injustamente desconocido para muchos onubenses por su temprana muerte a la edad de 48 años. Ocurrió en Madrid en 1908 y truncó una de las más prometedoras carreras literarias y periodísticas de la época. Está enterrado en el cementerio de la Almudena. Por suerte, este reconocimiento siempre lo tuvo en el pueblo de San Juan del Puerto, dónde no sólo tiene nombre la calle desde 1917 en la que vivieron mis bisabuelos Pedro y Soledad y mi abuela Juana y resto de hermanos.
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San Juan del Puerto, el pueblo donde José Nogales había vivido hasta su triunfo y reconocimiento nacional, y donde había escrito gran parte de su obra, entre otros escritos el cuento famoso ya mencionado, menos de diez años después del fallecimiento
del escritor, organiza el primer homenaje al que fue su ilustre vecino. La idea nació de don Manuel Rebollo Mora, sanjuanero aficionado a la literatura y también que escenificó el cuento de su autor homenajeado.
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El homenaje consistió en el descubrimiento de una lápida -que aún se conserva- en la fachada de la casa donde vivió, y en un concurso escolar dotado con premios por el Conde de la Cerrajería. Hubo recepciones, discursos, brindis... en los que se enalteció el recuerdo y la obra de José Nogales como orgullo de toda la provincia, y asistieron, además de los vecinos de San Juan multitudinariamente, autoridades provinciales, periodistas de Huelva y familiares (hijo y hermano) del escritor homenajeado. Como dice el entusiasmado cronista de El Diario de Huelva. Como se habrá observado, el apellido Rebollo que ya había aparecido en los artículos de mi blog, ahora vuelve a aparecer, en un signo inequívoco de las diferentes ramas familiares en un pueblo siempre convergen. También en la Semana Cultural de 2013 se inauguró un busto en su honor, en la calle Arroyo.
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El entonces alcalde, explicó que “con esta escultura, obra de Francisco Llorente, hemos querido reconocer una parte de la historia de nuestro pueblo, que se la debemos al periodista y escritor José Nogales. La asociación cultural Diego Rodríguez Estrasa nos propuso esta idea, que ya quisieron poner en marcha hace 30 años, aunque no pudo ser, y nos pareció de recibo colocar un busto que reflejara, no sólo la labor de este gran escritor valverdeño, sino también de la propia asociación y del artista, Llorente”. Huelva, la ciudad donde trabajó y empezó su labor política y periodística, le dedicó también una calle ya en 1909, vía que ha conservado a lo largo de los años. En este artículo de hoy, he querido glosar tres figuras, por un lado, la de este insigne escritor José Nogales, como también la de este día tan especial que es hoy 8 de marzo, donde espero que algún día no se tenga que celebrar porque eso significaría que ya no es necesario recordar la desigualdad aún existente en el mundo laboral entre mujeres y hombres. Y sobre todo hoy, el recuerdo de mi bisabuelo Pedro que nació, vivió y falleció en San Juan del Puerto, hijo de Juana, nieto de José María y Concepción y bisnieto de aquel primer francés Juan que se casó con María Dolores del pueblo de Villarrasa. Si empecé este artículo con una imagen de autorretrato de Frida Kahlo, también lo terminaré con otra y con frase incluida, dedicada a todas las mujeres y en especial a mi bisabuela Soledad, que se quedó viuda a los cincuenta años y con 7 hijos un 8 de marzo de 1947.
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