Antepasados franceses en huelva

Page 1

Antepasados franceses en Huelva (actualización post Tayllefert)

No tengo palabras de orgullo y felicidad, al poder escribir, por fin, después de mucho buscarlo, los nuevos descubrimientos, en relación al artículo 125 años del nacimiento de mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez que ya publiqué el pasado 29 de junio, día de San Pedro. Y como acostumbro a hacer, empezaré mi artículo de hoy con una imagen que luego se entenderá el porqué de su exposición. Hoy una fotografía de los viñedos de LanguedocRousillon (Francia), con el Castillo Carcassonne de fondo. Es decir, una imagen preciosa de un Castillo y de unas viñas, símbolos de un pasado no muy lejano en el que nuestros antepasados fueron protagonistas o al menos coetáneos de unos momentos históricos que intentaré describir. En el artículo 125 años del nacimiento de mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez, explicamos cuando y donde nació y sus primeras ramas ascendentes hasta llegar a sus abuelos maternos José Tayllefert Ramos y Concepción Márquez Cruzado. También en cierta forma, de mi desencuentro por saber que mi bisabuelo, su madre y su abuelo Tayllefert, no eran franceses sino sanjuaneros. Con todo el honor que eso conlleva, pero también inquieto y también algo desencantado porque no decirlo, por no encontrar al primer francés en la familia según me habían contado. También hablamos de nuestros ancestros, estos sí, franceses en la época de los vikingos. Incluso hablamos de la saga Taillefer de la casa de Angulema y de una de ellos, la condesa-reina de Inglaterra, Isabel Taillefer. Estaba claro que nuestro apellido Tayllefert era de origen francés, el que lleva mi madre como segundo apellido, que proviene de mi rama materna, que a su vez, también le viene a mi madre por mi abuela Juana. Lo que también pudimos investigar y descubrir, es que tanto mi bisabuelo, como mi tatarabuela Juana, como mis trastatarabuelos José y Concepción, eran todos de la misma villa que vio nacer a mi madre y a su madre, de San Juan del Puerto. Por ese motivo, al menos si pude demostrar que el apellido Tayllefert, tenía su origen en Francia. Ahora ya solo me quedaba seguir buscando al primer francés conocido de la familia que formó esta rama materna. Y aquí es donde antes que entrar en materia, he de agradecer enormemente a mi tocayo Juan Bautista Quintero Cartes (Vicecanciller de la Diócesis de Huelva), del cual desde aquí también recomiendo su libro ‘Historia de la Diputación Provincial de Huelva. Poder Provincial y Régimen Liberal en Huelva. La Diputación en sus Actas (1835-1874)’.


Gracias a él y al párroco Victoriano Solís, hemos podido conseguir no solo otras actas sacramentales relativas mi apellido Tirado, en concreto la rama paterna de mi madre, sino ahora, gracias a Juan Bautista, de forma personal y haciéndome un grandísimo favor, me ha conseguido nuevas actas sacramentales de la rama Tayllefert. Empezaré por mi tatarabuela Juana Tayllefert Márquez, de la cual, ahora sabemos que nació el miércoles 24 de marzo de 1869 en la villa de San Juan del Puerto.

Fue bautizada en la Iglesia de San Juan Bautista a los 4 días, el domingo 28 de marzo de 1869. Ofició la ceremonia el párroco Mateo Borrero y como dato curioso es el nombre completo con el que fue bautizada: Juana Bautista

Es curioso observar cómo aunque fuera conocida como Juana, se la bautizara con el nombre del santo, pero en femenino. Al menos como tocayo suyo que soy, a mí particularmente, me hace gracia el saber que mi tatarabuela se llamase así. También hacer mención que en ese momento, el apellido de su padre José, se escribiera como Tallafer, una de las muchas variantes que ya expliqué en el artículo 125 años del nacimiento de mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez Los padrinos fueron Juan Eleuterio Tallafer y Ana Tallafer Robles, hermanos entre ellos y familia relacionada con los Tallafer y que bien podrían ser primos hermanos de mi trastatarabuelo José Tallafer y aunque no pone su lugar de nacimiento, está claro que eran franceses aunque el segundo apellido delata que también como en el caso de mi pentabuelo Juan Tallafer, se casarían con alguna onubense de apellido Robles. Los testigos fueron Blas Villegas y Domingo Sánchez, vecinos de la villa y posiblemente amigos. Se ha de decir, que no es lo mismo ser testigo de un nacimiento en un certificado de nacimiento que ser testigo eclesiástico en un acta sacramental de un bautizo. Normalmente en el primer caso, se trata de funcionarios de la misma administración, que firman como testimonios de lo que se dice y de la entrega de dicho documento. En el caso último, el eclesiástico, suelen ser amigos, vecinos o familiares, que dan fe testimonial de un bautizo. Y ahora es donde viene lo más interesante del certificado de mi tatarabuela Juana Tallafer, tal y como aparece escrito.


Por fin conocemos los abuelos de Juana, los que serían mis pentabuelos o lo que es lo mismo, los hexabuelos de mis hijos y todos sus primos. Mi madre y sus tres hermanos, conocen ahora a sus trastatarabuelos. Los abuelos maternos de Juana: Juan Márquez y Dolores Cruzado (padres de Concepción Márquez Cruzado). Los abuelos paternos de Juana: Juan Tallafer y Dolores Ramos (padres de José Tallafer Ramos). Es muy curioso que los 4 abuelos y consuegros entre sí, se llamen todos Juan y Dolores. Y también ahora está claro que el nombre de Juana le fue puesto por sus dos abuelos paterno y materno llamados Juan. El nombre de Bautista sería en honor al patrón de la parroquia donde fue bautizada, la Iglesia de San Juan Bautista del pueblo de San Juan del Puerto de Huelva. Y como siempre que aparecen datos nuevos, ramas más altas de nuestro gran árbol genealógico, también nos aparecen nuevas incógnitas, como por ejemplo que no aparecen los segundos apellidos. Pero por suerte, lo encontrado en esta acta sacramental superará a lo que no y como si ya intuyera el que se avecinaba, como si esta acta sacramental quisiera también seguir con el suspense del cual ahora me aprovecho también como escritor para contagiárselo al lector, apareció más abajo la gran noticia que esperaba hacía muchísimo tiempo...

"el abuelo paterno natural de Francia, la abuela paterna natural de Villarrasa y los demás todos de esta Villa..." Habíamos conseguido encontrar al primer francés Tallafer de nuestra familia o al último, depende de cómo se mire, pero para mí y espero para todos, es de un enorme valor emocional conocer al primer francés, Juan Tallafer que se casó con una onubense Dolores Ramos (en este caso del pueblo de Villarrasa).


A partir de esta unión, la historia de nuestra familia se empezó a escribir pero ahora en tierras andaluzas y de ésta, todos los descendientes Tayllefert Ramos, que tuvieron como hijo a José Tallafer Ramos, padre de mi tatarabuela Juana Bautista Tayllefert Márquez. De hecho, el apellido Tayllefert (tal y como lo tiene mi madre) y sus diferentes variantes, ya lo indagué y así lo expliqué en mi artículo sobre mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez, adjuntando documentos que corroboran, que efectivamente es un apellido francés procedente de los condes de Angulema. Pero claro, conocer a ancestros no es lo mismo que saber de un antepasado directo, en este caso el bisabuelo (Juan) de mi bisabuelo Pedro Tayllefert, que era francés y que al casarse con María Dolores de Villarrasa, tuvieran la descendencia en San Juan del Puerto y así hasta llegar a mi madre. Por no hablar que ahora conocemos dos pentabuelos míos (y de todos los miembros de mi generación, incluyendo hermanos y primos hermanos o segundos), pero que como siempre, mirando hacia abajo y hacia arriba, serían dos hexabuelos de mis hijos (y per se, también hexabuelos de mis sobrinos y los hijos de mis primos).

Imagino que el nombre de Juan lo castellanizaron, suponiendo que el nombre propio sería Jean. Incluso podría ser que su nombre completo fuese Jean Baptiste, más propio de esa época un nombre compuesto y un nombre muy extendido también en Francia.


Como también nos pasó en el artículo de mi abuela paterna Feliciana, que hablábamos de mis antepasados portugueses, mis tatarabuelos José Barroso e Isabel Riviero Palma, cuando se hablaba de un país que no fuera España, rara vez se ubicaba la ciudad o provincia. En este caso también, sólo aparece Francia, pero en este artículo intentaremos profundizar en el posible origen aproximado de nacimiento y las causas que le hicieron venir a España a Juan Tallafer. Ahora hablaremos del pueblo origen de Dolores Ramos: Villarrasa, donde presumiblemente se casó con Juan Tallafer en la Parroquia de San Vicente Mártir de Villarrasa. Luego se trasladarían a San Juan del Puerto donde tuvieron a José Tallafer Ramos y lo bautizaron en la parroquia de San Juan Bautista.

Parroquia de San Vicente Mártir de Villarrasa

Villarrasa se encuentra en un lugar estratégico, justo a la mitad del recorrido entre Huelva y Sevilla. Se encuentra en una campiña (terreno amplio con tierras que se dedican a la labranza), rodeada de grandes dehesas (bosque claro de encinas y alcornoques principalmente para la actividad humana, como alimentación del ganado o para aprovechamiento forestal) y huertos de cereales, vides y olivares que marcan el carácter agrícola de este pueblo.


En Villarrasa han pasado cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes, culturas de las que aún quedan vestigios en la zona, donde todas en común tenían su actividad principal, la de producir aceite y buenos vinos. 1) Primera hipótesis orígen Tayllefert Seguramente entonces, mi pentabuelo Juan Tallafer se dedicaría a los trabajos de campo (jornalero) y más en particular si se dedicaba a cultivar o cosechar las uvas (viñador o viñatero). Si además lo hacía para producir vino, sería un vinicultor. Una vez se trasladara a la villa de San Juan del Puerto, donde allí vivió y tuvo a José Tallafer Ramos, es donde seguiría desarrollando su oficio relacionado con las viñas. La filoxera es una de las causas principales de la llegada de franceses a Andalucía, uno de los motivos que podría haber sido por lo cual mi pentabuelo Juan Tallafer llegase hasta aquí y luego formase familia con mi pentabuela Dolores Ramos. Es una enfermedad que entró en 1863 de plantas importadas de EEUU, que atacó Francia y Austria (Viena) y a partir de aquí se fue extendiendo por Europa. Los primeros focos en Francia se produjeron de forma simultánea en el año 1868 en Floirac (cerca de Burdeos) y en Pujaut y La Crau (Gard) y en los cinco años siguientes se extendieron rápidamente por las regiones circundantes invadiendo prácticamente toda la mitad meridional de Francia, incluyendo los extensos viñedos de la Gironde, les Charentes, Bajo Ródano y el Midi. Estos lugares de Francia, como se aprecia en el mapa, podrían ser el origen de nacimiento de mi pentabuelo Juan Tallafer.


A partir de 1868, destruyó rápidamente los viñedos del sur de Francia, provocando una espectacular exportación de los vinos de España y la expansión de esta actividad vinícola. En España esta plaga tardó más en llegar y mientras no lo hizo, la actividad de los negocios vinícolas vivirían una época dorada. De hecho, en Andalucía la filoxera entró por el Puerto de Málaga, posiblemente por sus relaciones con Gibraltar.

Pero no sólo Málaga estuvo afectada por la filoxera. En 1879, la zona de Girona también se vio perjudicada, la zona de Empordà, cuyo origen de la enfermedad se le determina por la cercanía con el país francés en el que ya existía la enfermedad. La plaga también llegó a Salamanca y Zamora en 1880 y Orense en 1882. Posteriormente hizo estragos en Jerez, Huelva, Castilla- La Mancha, Aragón, La Rioja, etc. La filoxera se introdujo en el Marco de Jerez en junio de 1894. Al año siguiente fue detectada en Sanlúcar y en El Puerto de Santa María.


Al oeste del Marco de Jerez, las zonas del Coto de Doñana y las Marismas del Guadalquivir resultaron ser una barrera natural contra la filoxera. Sin embargo, un pequeño barco remontó el río Tinto con cepas filoxeradas, desembarcando en San Juan del Puerto. Desde ahí, la filoxera se extendió por prácticamente la totalidad de la provincia de Huelva, llegando a los límites de la provincia de Sevilla. Aún hoy en día y más en concreto en toda la comarca del Condado, quedan muchos signos de una actividad vinícola pasada y también presente, representada en la ruta de las bodegas del Condado (Moguer, Bollullos Par del Condado, Rociana del Condado, La Palma del Condado, Almonte, Villalba del Alcor). Esta Comarca del Condado está formada por los municipios de Almonte, Beas, Bollullos Par del Condado, Bonares, Chucena, Escacena del Campo, Hinojos, La Palma del Condado, Lucena del Puerto, Manzanilla, Niebla, Paterna del Campo, Rociana del Condado, Trigueros, Villalba del Alcor y Villarrasa. Si en el anterior articulo hablábamos de la pandemia de gripe española que arrasó Europa, en éste hemos hablado de la epidemia de filoxera que también arrasó Europa, aunque hablemos de viñedos, esto repercutió y muy gravemente en toda la actividad económica, de la cuál era muy protagonista de todos los países afectados. Pero como ya dijimos anteriormente, Francia tuvo que buscar otros viñedos donde poder seguir sus negocios vitícolas y Huelva era por su situación geográfica, lugar ideal para ello y de ello queda la prueba fehaciente de su larga lista de apellidos de origen francés: Sauci, Claumarchirant, Ribeill, etc. ¿Cómo no pensar en que mi pentabuelo Juan Tallafer, francés de origen, también fuera atraído por las viñas a esta zona de Huelva, en la Comarca del Condado? De hecho, este apellido nuestro familiar no es exclusivo de San Juan del Puerto, ya que también aparece en esa época y actualmente también, en Bollullos Par del Condado y en Almonte. Lógicamente con todas sus variantes (Tallafer, Tallafert, Tayllafert, Teyllefert...), como ya expliqué en el artículo 125 años del nacimiento de mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez. Y llegados a este punto, hemos de mencionar a la familia de origen francés Verdier, que tuvieron un gran negocio de vino blanco gracias a esta plaga, aunque también es cierto que el primer patriarca de esta saga vino antes que llegara la época dorada del negocio familiar. Remontándonos al siglo XVIII, nace más en concreto en 1793 en el pueblecito francés de Lacroix-Barrez (provincia de Aveyron) Jean Baptiste Verdier. En esa época de 1808-14, como muchos varones, fue incorporado en el ejército de las tropas napoleónicas, el cual estaba haciendo la guerra a casi toda Europa. En su cruzada por la invasión de España. Salieron andando desde Francia hacia la península Ibérica, hasta llegar a Andalucía. Resultó herido en la batalla de Niebla y pudo huir, hasta esconderse y desmayarse, a unas viñas cercanas a Bollullos del Condado. En dichas viñas fue rescatado por un médico de la localidad (Don Celestino Martín), el cual lo llevó a su casa, donde lo curó y lo mantuvo hasta el final de la guerra. Por cierto, este apellido Martín también es un apellido bastante común en San


Juan del Puerto y en los pueblos circundantes, de hecho, incluso en nuestra familia tenemos antepasados con ese apellido, más en concreto, en mi rama materna-paterna Tirado, de hecho, mi trastatarabuela Juana Martín que tuvo a mi tatarabuela Josefa Rodríguez Martín y ésta a mi bisabuelo Cristóbal Tirado Rodríguez, padre de mi abuelo materno Juan Tirado Rodríguez. Pero de esta rama, ya hablé en el anterior artículo 60 aniversario en recuerdo a mi bisabuelo Cristóbal Tirado Rodríguez y espero poder pronto seguir hablando de nuevos datos. Aquí es donde empieza el origen del apellido Verdier en Huelva, ya que Juan Bautista (así se hizo llamar en España) se casó con la hija de Don Celestino Martín, Mercedes Martín; jamás volvió a Francia aunque mantuvo contacto con su familia a través de cartas, de tal modo que siguieron en contacto una generación tras otra. De dicho matrimonio nacieron seis hijos: Pedro, Antonio, Celestino, Juana, María Mercedes y María Josefa Verdier Martín. Juan Bautista Verdier falleció el 6 de octubre de 1858.

En esos tiempos, cada mesa francesa disponía de una o varias botellas de vino y tuvieron que buscar otra procedencia, por eso los Verdier de Huelva y Francia reanudaron los enlaces para exportar hacia Francia los vinos del condado. Hacia 1898 (año que nació mi abuelo Juan Carbón Antero), los Verdier de LacroixBarrez iniciaron una visita a Huelva, donde permanecieron con sus familiares descendientes cerca de un año, estableciendo bodegas en La Palma del Condado y en San Juan del Puerto. Las bodegas a nombre de Verdier desaparecieron en 1905 al menos. A finales del siglo XIX, las firmas francesas Verdier, en Bollullos y en La Palma, y Ribeill en San Juan del Puerto desarrollaron importantes negocios de vinos ligeros, de poca graduación, que se exportaba a Francia. Pero esto fue un negocio circunstancial que no duró muchos años. Se nota que el negocio vinatero de los Verdier (en La Palma, al menos) se vino cualitativamente abajo a principios del siglo XX, lo que les obligó a irse deshaciendo paulatina de todo su patrimonio acumulado en el citado pueblo, así como bodegas, almacenes, corrales y dependencias…, chimenea incluida. Por último los Verdier instalaron una bodega en San Juan del Puerto en 1906, es decir, cuando cerró la de La Palma (según consta en la guía comercial de Huelva y su provincia de 1906).


Pierre Leonard Verdier en las bodegas de San Juan del Puerto

He explicado todo el tema de la filoxera y ahora he explicado el caso de esta familia Verdier, para poder entrar en materia en lo que respecta a nuestra familia Tallafer, para poder así explicar mejor como he ido buscando respuestas a la causa del viaje de Francia a Huelva de mis antepasados. Está claro ahora que si la filoxera apareció en 1868 y se extendió durante los 5 años siguientes, arrasando todas las cepas de viñedos de Francia, en principio, la hipótesis de Juan Tallafer viniendo a Huelva a buscarse la fortuna como vinicultor pierde fuerza, ya que su hija Juana Bautista, nació el 24 de marzo de 1869, un poco justo para que mi pentabuelo Juan viniera y formase una familia un año antes, cuando empezaba a hacer estragos la filoxera. También es cierto que Jean Baptista Verdier (también es casualidad que se llamase Juan Bautista) lo hizo muchísimos años antes que la filoxera hiciera prosperar hasta lo más alto su negocio, pero si mi pentabuelo hubiese venido en las mismas circunstancias que él, hubiéramos sabido que prosperó como Verdier y de eso no hay documentación. Otra opción es que hubiera trabajado o que se hubieran llevado trabajadores de Francia a Huelva cuando el negocio empezó a prosperar y mi pentabuelo fuese uno de ellos, pero de ello es difícil encontrar pruebas documentales. Así entonces, la primera hipótesis de la filoxera queda en un punto muerto y de momento la he expuesto porque fue lo primero que investigué y porque aunque no fuese la causa probable del origen Tallafer de Francia a España, también es cierto que esta crisis vinícola la padecieron también nuestros antepasados y vale la pena explicarla. 2) Segunda hipótesis origen Tayllefert La segunda hipótesis, fue en una pista que me encontré al investigar apellidos franceses en Huelva y apareció esta saga Verdier y la causa por la que vinieron a España: debido a las tropas napoleónicas. Y comencé a investigar sobre este hecho histórico, que intentaré explicar ahora a continuación para podernos situar históricamente en esa Huelva del siglo XIX, en esa Huelva de mi antepasado francés Juan Tallafer.


En la zona central se observa de rojo, el cabezo de San Pedro

La población de Huelva apenas si llegaba a las dos mil personas en los inicios del siglo XIX. Era una villa con una gran actividad pesquera, artesana y campesina. Abundaban en ella los maestros, oficiales y aprendices que se dedicaban a las manufacturas de los enseres propios de la pesca, a la construcción de embarcaciones en sus humildes astilleros y había varios industriales dedicados a la fabricación de carros (para el transporte de la abundante producción agrícola que ofrecían los huertos enclavados en las proximidades de la villa) y toneles (era una ciudad totalmente cercada de viñedos) para su producción vinícola. En esa Huelva del siglo XVIII y primer tercio del XIX, existía el Castillo de San Pedro, que se conocía también con otros nombres (del Canuto, de las 4 Tinajas o de la Reina), en el que llegó a vivir la reina de Portugal, Luisa María Pérez de Guzmán, por ello el último nombre. El Castillo junto a la iglesia de San Pedro fue a lo largo de los siglos eficaz arma defensiva que mantenía a raya a las flotas enemigas (sobre todo francesa e inglesa), ya que dominaba con sus cañones la población y su Puerto, gracias a su ubicación en el cabezo de San Pedro. A raíz del terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, el castillo quedó seriamente dañado.


Se puede observar que al lado estaba la calle Aragón (donde vivieron mis abuelos Juan y Feliciana cuando a él se lo llevaron preso por ser republicano el 22-10-37) y la Iglesia de San Pedro, parroquia muchas veces mencionadas en el blog debido a ser la más antigua de la ciudad y también epicentro religioso donde muchos bautizos, bodas y funerales de nuestra familia fue testimonio directo. También nos queda también como muestra, su aparición en la esquina inferior izquierda el antiguo escudo de la ciudad de Huelva.


Este escudo luego fue evolucionando hasta el actual, que también aparece el Castillo y su lema "Portus maris et terrae custodia" (Puerto de mar y centinela de la tierra) Finalmente el huracán de 1722 que pasó por el cabezo de San Pedro con especial virulencia causando daños estructurales en el campanario de la misma iglesia, o los posteriores terremotos de 1755 y de 1789 debieron encargarse de su total ruina. Ya en 1828 se emplazó allí el cementerio que se mantuvo hasta la inauguración del de San Sebastián en 1857. En 1866 prácticamente no quedan ni vestigios de la Fortaleza, aunque seguro que en el subsuelo queda mucha piedra de esa época. De ahí que en las fechas de la ocupación francesa, al disminuir su capacidad defensiva, al retirarse de nuestra villa las cohortes galas no tuvieron que derruir lo que de él quedaba. Con respecto a lo que había sido el eficaz baluarte de la Estrella, situado en las proximidades de lo que actualmente es la Plaza XII de Octubre y auténtica defensa del peligro llegado por mar, también era inminente su ruina por lo que tuvo poca incidencia en la guerra contra las tropas napoleónicas. También aparece en el escudo antiguo de Huelva.

Arco de la Estrella, al final de la actual calle Marina

De cualquier forma, Huelva era un enclave de cierta importancia estratégica. Éstas fueron algunas de las causas de que los franceses se fijaran en ella y quisieran conquistarla por las buenas, pero la resistencia de los onubenses hizo que se terminara haciendo por las malas. En Huelva, aparte de algunas familias patricias, había agricultores y ganaderos, pero no tanto como pescadores y comerciantes, por lo menos en el interior de la ciudad, en la que habían calles casi exclusivamente habitadas por hombres pertenecientes al Gremio de Mareantes, como las de Miguel Redondo, Enmedio, San Francisco, etc. Justo en esa zona, es donde vivieron muchos de nuestros antepasados mencionados en los diferentes artículos. El gremio de los artesanos, en concreto el de la alfarería también era un elemento importante en la economía onubense. Sobre todos ellos se extendía la poderosa influencia del clero regular y secular (Conventos de las Agustinas, la Victoria, la Merced…) que desde sus ricos y vetustos conventos intentaban derramar su fe, su ciencia y su celo misionero por todos los rincones de la entonces villa.


La situación económica, en cualquier caso, dependía de las circunstancias meteorológicas del momento. Así, en épocas de tempestades se dejaba sentir una fuerte crisis al no poder salir los barcos pesqueros a faenar y no poderse desplazar los barcos de mayor envergadura, capaces de desplazarse a las costas de Francia y a otros puntos más lejanos. Tal vez, nuestro antepasado Juan Tallafer viniera a Huelva en uno de esos barcos desde Francia. O tal vez, como JB Verdier, viniese con las tropas napoleónicas, de la cuál investigué para poder contextualizar a mi pentabuelo Juan Tallafer. La Guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico desarrollado entre 1808 y 1814 dentro del contexto de las Guerras Napoleónicas, que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona.

El objetivo de Napoleón era conquistar Portugal, por lo que Huelva, al igual que el sur de Badajoz y Sevilla, eran puntos de asentamiento de mandos y soldados. Portugal, tradicional aliado de Inglaterra, era un incómodo bastión que irritaba a Napoleón.


Precisamente, las tropas francesas entraron en España en 1808 como una etapa del camino que Napoleón preveía culminar con la invasión de Portugal. El emperador de los franceses necesitaba adueñarse de Portugal para que el bloqueo contra Inglaterra fuera efectivo. Si conseguía maniatar a su gran enemigo, Inglaterra (cuya principal fuerza era la naval), Napoleón controlaría Europa. Además, la invasión de Portugal era fundamental para que Napoleón cumpliera otro de sus objetivos: ser el dueño del Mediterráneo occidental y de las riquezas del imperio americano. Tras las patéticas y vergonzosas renuncias al trono del rey Carlos IV y su hijo Fernando (abdicaciones de Bayona), Napoleón entregó la corona de España a su hermano José Bonaparte (José I). En España, su proclamación como monarca fue precipitada por el incremento de la violencia que siguió al episodio del Levantamiento del 2 de mayo. El ejemplo de Madrid prendió como la pólvora en el resto de España.

El dos de mayo de 1808 en Madrid, pintura de Goya


Pepe Botella, como así se le conocía al hermano de Napoleón, por su afición al vino (curiosamente aparece de nuevo el vino como elemento en común con el posible origen francés de nuestra familia), reinó en España entre 1808 y 1813.

Merece la pena mencionar como valor añadido la alta resistencia de la provincia de Huelva a las tropas napoleónicas y en concreto Almonte, en una de las historias que nos lleva al origen del Rocío Chico. Almonte, 17 de agosto de 1810. Los vecinos de esta localidad onubense se encomendaron a la Virgen del Rocío, su patrona, para frenar la matanza ordenada por los mandos franceses contra el pueblo, después de que los almonteños atacaran por sorpresa a las tropas de Napoleón y mataran a tiros al capitán D'Ossaux, responsable del destacamento acampado en la zona. La matanza se evitó y, desde entonces, los vecinos de esta comarca onubense prometieron peregrinar una vez al año, en pleno verano, a la aldea de El Rocío, para dar gracias a la Señora. Un acto religioso y social, que aglutina a miles de devotos, conocido como el Rocío Chico. Según los historiadores, los soldados galos no cumplieron su fatal venganza de saqueo y sangre, ya que, en el último momento, cuando avanzaban hacia Almonte, recibieron una orden de regreso a Sevilla para reforzar la defensa de esa ciudad. Este capítulo se relata con todo lujo de detalles en el libro El tiempo de los franceses, escrito por María Antonia Peña, profesora del área de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva, por encargo del Ayuntamiento de Almonte. Y volviendo al Levantamiento popular de Madrid el dos de mayo, testigo excepcional de esos sucesos, estaba el pintor de la Corte, el aragonés Don Francisco de Goya y Lucientes, uno de los pintores más universales de todos los tiempos. También fue un avanzado a su tiempo y en clave de humor, decir que entre otros avances, también lo fue porque fue un pintor que se hizo muchos autorretratos durante toda su vida, tal cuál como hoy en día los selfies han inundado la sociedad. Y aunque en el año 1808 ya tenía 62 años, tanto sufrimiento que presenció, quiso dejar constancia en sus obras para la posteridad de momentos claves como el cuadro de La


carga de los mamelucos, episodio sangriento a las 11 de la mañana del día 2 de mayo de 1808 (en la Puerta del Sol o al lado del Palacio Real), que pintó Goya y que dio lugar a que a la madrugada del día siguiente 3 de mayo de 1808, ocurriesen los fusilamientos del monte de Príncipe Pío, como castigo a los que provocaron la revuelta. Estos fusilamientos masivos los pintó en 1814 y es uno de sus más famosos cuadros, porque expresan el mayor de los sufrimientos e impotencia ante el poder usurpador de las tropas imperiales.

Los fusilamientos del 3 de mayo

Goya realizó también entre 1810 y 1815, Los desastres de la Guerra, una serie de 82 grabados al aguafuerte, donde el horror de la guerra se presenta de forma cruda y también magistral. He tenido que exponer este tema histórico de la Guerra de la Independencia, para podernos situar en este siglo XIX y la presencia de franceses en España y por ello también en Huelva, para poder buscar una causa a este viaje de Francia a España de mi pentabuelo Juan Tallafer. Sabía que mi pentabuelo Juan Tallafer fue abuelo de su nieta Juana Bautista Tallafer Márquez el 24 de marzo de 1869, pero por desgracia en las actas sacramentales no ocurre lo mismo que con los certificados de nacimientos, en el que la edad de los abuelos aparecen por ejemplo. Por tanto, no sabía la edad de Juan Tallafer en el momento que nace su nieta Juana Bautista Tallafer Márquez. Ni tampoco ninguna edad del resto, de la abuela paterna de Juana, Dolores Ramos, ni la de los padres José Tallafer y Concepción Márquez o los otros abuelos maternos Juan Márquez y Dolores Cruzado. Aunque esta segunda hipótesis de haber luchado con las tropas napoleónicas en esta guerra y ser uno de los 20.000 soldados enviados por Napoleón, teniendo en cuenta que habrían pasado entre 55 y 61 años máximo, se me antojaban muchos años para haber sido un soldado en aquella primera entrada de franceses del siglo XIX.


Porque no solo porque hubo una importante cantidad de soldados que eran mercenarios (mamelucos egipcios por ejemplo), sino que si la edad de soldado para alistarse estuviese entre los 18 y 21 años, eso significaría que tuvo a su nieta entre los 73 y los 82 años, una edad que como digo, se me antoja difícil de cumplir en el siglo XIX (salvo la gente de alta alcurnia). Por tanto, quedaría descartada en mis investigaciones la hipótesis que Juan Tallafer fuese un soldado napoleónico en la guerra de la Independencia. Debía entonces recurrir a la acta sacramental de José Tallafer Ramos y así lo hice y que dio lugar a una tercera hipótesis con más datos nuevos que como siempre me ilusionaron por saber un poco más de este gran puzle familiar. 3) Tercera hipótesis origen Tayllefert Leyendo el acta sacramental del bautismo del padre de mi tatarabuela Juana Tayllefert Márquez, es decir de mi trastatarabuelo José Tayafer Ramos, sabemos ahora que fue bautizado el viernes día 24 de febrero de 1837 y que nació dos días antes, el miércoles día 22 de febrero de 1837 a las 2 de la noche (por suerte esta vez si que sale la hora y no como en la mayoría de actas sacramentales que no se acostumbra). Ya no queda duda que la primera hipótesis de la filoxera como causa de la migración de Juan a España, quedaría descartada porque Juan Tayafer tuvo a su hijo 31 años antes que la filoxera hiciera estragos en Francia. Respecto a la segunda hipótesis de las tropas napoleónicas, ahora sabemos que si vino a luchar con las tropas napoleónicas entre 1808 y 1814, tendría a su hijo José María en 1837, entre 50 y 54 años, algo también que se confirma lo que dijimos anteriormente, que se me antoja poco probable, como lo era que fuese abuelo de Juana como expliqué antes con esa edad aproximada entre 73 y 82 años. Obsérvese que en esta acta sacramental, el apellido es otra variante de Tayllefert (que es el que le ha llegado a mi madre), en este caso es Tayafer y que en el caso de su hija Juana era Tallafer.

Por tanto de Tayafer en 1837 a Tallafer en 1869, hay una evolución de la letra y a la letra ll, curiosamente luego volvería a evolucionar de ll a y, en el caso del certificado de matrimonio de mi bisabuelo Pedro, mi abuela Juana y mi madre Charo que llevaron como apellido Tayllefert. Otro dato nuevo que nos aparece es el nombre completo de mi trastatarabuelo José Tallafer Ramos y que es bautizado con el nombre de José María de la Santísima Trinidad. Y ahora puedo deducir, en relación al artículo 125 años del nacimiento de mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez, que cuando mi tatarabuela Juana Tallafer


Márquez, tuvo a su segundo hijo José María Tayllefert Márquez, el nombre que le puso fue en honor a su padre José María. También nos aparece como otro dato nuevo es el nombre de mi pentabuela, que en el caso del acta sacramental de su nieta Juana, aparecía como Dolores y aquí aparece ya como María de los Dolores Ramos. Y continuando desengranando datos de esta acta sacramental, aparece, como no podía ser de otra forma, los padres de José María y sus lugares de nacimiento, de nació Francés y Villarrasa de Juan Tayafer y de María Dolores Ramos respectivamente. El párroco que ofició dicho bautismo fue don Francisco Sánchez de Zomoza. En la segunda parte inferior de esta acta sacramental, aparecen algo muy valioso, los nombres de los abuelos maternos y paternos de mi trastatarabuelo José María Tayafer Ramos, es decir, mis hexabuelos !!!!! Es la primera vez que conozco nombres de hexabuelos míos, es decir, de mis hermanos también y de mis primos maternos. Y por tanto, también son heptabuelos de mis hijos o sobrinos o hijos de mis primos maternos. Empezaré por los abuelos maternos y padres de Dolores Ramos que son Francisco Ramos y María Domínguez, naturales también de Villarrasa. Dos antepasados más a añadir a la larga lista de miembros de la rama materna. Y ahora vienen los abuelos paternos, que en el caso que nos ocupa, adquieren un protagonismo inusual, ya que son los padres de Juan Tayafer, el primer francés que forma familia con una onubense de Villarrasa. Son Francisco Tayafer y María Magdalena Escaller, los dos naturales de Francia. Por tanto, ahora ya sabemos que tenemos 3 franceses de la familia conocidos.

El apellido Escaller de mi hexabuela María Magdalena es un apellido francés que significa Escala. Respecto al nombre de María Magdalena, siempre ha sido un nombre polémico dentro de la Iglesia Católica, por su relación con Jesús y por todas las teorías respecto a ello. De hecho, a pesar de ser uno de los personajes más vilipendiados y denostados de la Iglesia, resulta ser que es una de las figuras que más iglesias tiene su imagen. Cuando huyó después de la muerte de Jesús, María Magdalena fue a parar a Saintes Maries de la Mer, por ello se explica la cantidad de iglesias que hay en Francia, incluso una corriente llamada "catarismo", una filosofía basada en el amor puro y contraria a la Iglesia Católica que produjo la cruel Cruzada en la Edad Media,


Una leyenda cuenta que llegó a la costa de Francia proveniente de Egipto, en una barca sin remos en la que se encontraba María Magdalena. Algunas versiones le atribuyen ser una esclava, otras ser la propia hija de María Magdalena y Jesús de Nazaret, basándose en la popular novela El Código Da Vinci de Dan Brown y en su nombre, Sara, princesa, posible hija del Rey de los judíos. Luego su descendencia se habría mezclado con la Dinastía Merovingia. Colgado de una pequeña colina, casi perdido en la región del Languedoc, se encuentra Rennes-le-Château, donde parece ser estuvo María Magdalena y donde se le da tributo en la Iglesia. El pueblo ha pertenecido a celtas, romanos, visigodos, merovingios, cátaros y caballeros templarios entre otros, pero lo que realmente puso en el mapa a Rennes-le-Château fue una novela escrita allá por los años ochenta titulada “El Enigma Sagrado” que sirvió de base al best seller “El Código da Vinci” del famoso escritor Dan Brown. La semana que viene se estrenará Inferno, la tercera parte de esta saga de libros protagonizada por el profesor Robert Langdon.

El hecho que una antepasada mía se llame María Magdalena y que además fuese francesa, me despierta unas sensaciones especiales, algo misterioso y quién sabe, con un punto esotérico que me llevan a elucubrar y pensar en lo diferente que hubiese sido todo, si la verdad respecto lo que pasó en la vida y después de Cristo, se supiera tal y como fue. Son muchas casualidades, Francia, castillos, Languedoc, viñas, de ahí la foto del principio de este artículo, no sabemos si de esa zona provienen los Tayllefert, pero en cualquier caso, seguro que estamos más cerca de la verdad. Y ahora con la aparición de mis hexabuelos franceses, es cuando aparecería la que sería la cuarta hipótesis. Pero antes de hablar de la Cuarta hipótesis, haremos un receso donde el protagonismo de este artículo ha sido el orígen francés de mi pentabuelo Juan Tayafer, para hablar de su nuera, mi trastarabuela Concepción Márquez Cruzado que se casó con mi trastatarabuelo José María Tallafer Ramos. Mi trastatarabuela Concepción Márquez Cruzado nació el sábado 17 de abril de 1841 a las 18.05 h en San Juan del Puerto. A los cuatro días, el miércoles día 21 de


abril, fue bautizada en la Iglesia de San Juan Bautista por el párroco Mateo Borrero Labrador, que casualmente es el mismo que bautizó a su hija Juana, 28 años más tarde.

Fue bautizada con el nombre completo de María de la Concepción de Jesús de la Santísima Trinidad. Parece ser que a todos los niños se les imponía el nombre de Santísima Trinidad porque ya lo he visto en muchas actas sacramentales de bautizos.

Y ahora conocemos a mis pentabuelos Juan Márquez Espinoza y María de los Dolores Cruzado, naturales de San Juan del Puerto y de profesión labrador el primero. También conocemos ahora por el acta sacramental, a los 4 abuelos de mi trastatarabuela Concepción, es decir, a los 4 heptabuelos de mis hijos o sobrinos que se añadirían al árbol, añadiéndose a los de la otra rama de mi trastatarabuelo José María Tallafer.

Los abuelos paternos de Concepción, son Juan Márquez Rivero y María Espinoza. He de hacer constar que el apellido Rivero también lo tengo por la rama paterna, mi bisabuela María Riviero Barroso, apellidos portugueses y que se castellanizaban con Rivero.


Los abuelos maternos son Manuel Cruzado y María Concepción Caseres. Ahora también sabemos porque le pusieron el nombre de Concepción a mi trastarabuela, por su abuela materna. Los padrinos fueron José María Cruzado y Ana Rebollo, que eran matrimonio entre ellos y el primero de oficio labrador. Rebollo también es un apellido muy común en San Juan del Puerto y del cuál en la rama materna tenemos algunos. Como testigos José Zenon Sánchez (sorchante) y Francisco José de Giménez (secretario del Ayuntamiento). Supongo que cumplían sus funciones de testimonios como en los certificados de nacimiento, sin ninguna vinculación familiar. Explico que sorchante era como el jefe de monaguillos de la parroquia.

Lástima que en las actas sacramentales como no ocurre en los certificados de nacimiento, no aparezcan las firmas de los padres del bautizado, aunque sí la del párroco. Y ahora volvemos a los orígenes de los Tayllefert y las causas de su viaje a España... 4) Cuarta hipótesis origen Tayllefert Francisco Tayafer y María Magdalena Escaller, no se sabe si estaban en España en el momento de nacer su nieto José María o si no estaban. Lo que sí parece ser, es que no estaban difuntos, porque normalmente en las actas sacramentales cuando algún miembro era difunto, se hacía constar. Siendo así, hay tres teorías dentro de la cuarta hipótesis: - que estén en España porque Francisco hubiese venido con las tropas napoleónicas entre 1808 y 1814, cosa probable por edad, mucho más probable que no su hijo Juan. Lo que ya no parece tan probable es que después se casara con una francesa y aún más que se quedaran en España, en aquella España que "echó" a los franceses. - que hubiesen estado ya en España cuando empezó la Revolución francesa en 1789 y que hizo que muchos franceses liberales tuvieran que huir de Francia por las represalias del golpe de Estado de Napoleón en 1799 y del cuál Robespierre hizo estragos con su guillotina en la época del Terror (40.000 personas ejecutadas acusadas de ir contra la Revolución y que paradójicamente también terminó con su vida).


- la tercera teoría, es que si no estaban en España, entonces volveríamos de nuevo a Juan Tayafer como primer francés que entra en España y con ello a una quinta hipótesis. 5) Quinta hipótesis origen Tayllefert En mayo de 1823, las tropas del Duque de Angulema (la misma saga familiar de la cual procedemos los Taillefer) toman Madrid con objeto de restaurar la monarquía absoluta de Fernando VII y se produce una inmediata represión de los liberales que habían apoyado la constitución de 1812 (la famosa Pepa por aprobarse el día de San José, también llamada Constitución de Cádiz), vigente de nuevo durante el Trienio Liberal (1820-23), llamada también la I República. El rey francés Luis XVIII era el más interesado en acabar con la etapa liberal de España que Riego había instaurado en 1820. Dijo el monarca francés: “Cien mil franceses están dispuestos a marchar invocando el nombre de san Luis para conservar en el trono de España a un Borbón, para preservar ese hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con Europa”. En realidad eran 95.062 soldados, pero para redondear, así se llamaron. A petición de Fernando VII, Francia, apoyado por Prusia, Austria y Rusia aprobarán en el congreso de Verona (1822) la invasión de los territorios. Inglaterra no participó en el congreso pero no se opuso a la invasión, siempre y cuando el ejército se retirara del territorio una vez depuesto el gobierno actual y Fernando VII asumiera el reino. Cualquier intento de anexión o apropiación de territorios sería considerado como acto de guerra por Inglaterra.

Sea como fuere, España volvió a la monarquía y de nuevo el país iba en contra del progreso liberal y a favor del absolutismo borbónico (heredado del Rey Sol, todo para el pueblo pero sin el pueblo) y en la batalla de Trocadero (Cádiz), se instauró de nuevo la monarquía borbónica, en la figura de Fernando VII de sobrenombre el Deseado (nada más lejos de la realidad). Parece mentira como la historia se repite una y otra vez y no aprendemos de los errores del pasado y siempre las guerras han terminado con un vencedor que no era legitimado por el pueblo y con un gobierno más progresista, como ocurrió con la última guerra civil. No hay que olvidar que esta guerra la del siglo XIX tiene en común con la del siglo XX


que las dos fueron impuestas por un usurpador del poder establecido legítimamente, sea Napoleón o sea Franco. Toda la provincia de Huelva fue sitiada para intentar el asalto al gobierno que terminó en Cádiz, después de trasladarse de Madrid a Sevilla y de ésta a Cádiz. En estos asentamientos de provisiones y de soldados en los pueblos de Huelva fue donde podría haberse dado la hipótesis de la entrada de Juan Tayafer a Huelva. Pero en España aún se recordaba la mala experiencia de la "Guerra de la Independencia" y el odio del español al soldado francés, así que los mandos franceses aprovisionaron bien a sus tropas y tomaron medidas para causar el menor trastorno posible a la población civil, el soldado francés era elegante y todo un caballero en su comportamiento, que acabaría dando pie a " eres más bonito que un San Luis" Para esta ocasión los franceses, que habían aprendido la reciente lección recibida de manos de los hispanos durante la Guerra de la Independencia, procuraron a sus “Cien Mil Hijos de San Luis” unos bellos y elegantes uniformes, que, sin duda, llamaron poderosamente la atención de los españoles y cuadran a la perfección con el origen del dicho que aquí comentamos. A esto habría que unir el hecho de que los soldados franceses habían recibido de sus superiores órdenes estrictas de alterar lo menos posible la vida de la población civil y tratarla con guante blanco, caballerosidad y cortesía. Para evitar los saqueos y agresiones sobre la población se aprontó una gran cantidad de fondos en efectivo. Unos agentes acompañarían al ejército y comprarían los suministros sobre el terreno, a proveedores autóctonos, pagando con dinero contante y sonante. Además, se dio una importancia capital a las pautas de comportamiento de la tropa. Los agentes vigilarían en todo momento que, éste, fuese ejemplar de la misma manera que la imagen. Estas medidas tuvieron un gran éxito entre la población civil. Tanto que la población recibía a los franceses como auténticos libertadores. La estampa del soldado francés de elegante uniforme y excelente comportamiento podría haber dado pie al dicho popular “eres más bonito que un San Luis”.


Y hasta aquí todas las posibles hipótesis de la posible causa de la entrada de nuestro antepasado Juan Tayafer o quién sabe, incluso de su padre Francisco, a la provincia de Huelva. He intentado como siempre, contextualizar el momento histórico, usando como hilo conductor a antepasados nuestros pero que cualquier lector puede hacer suyo, ya que todas nuestras familias han estado presentes, en menor o mayor grado, en los momentos clave y sobretodo, poco conocidos, de la historia de este país. Después de haber hecho este ejercicio de historia, vuelvo al terreno personal de los nuevos descubrimientos genealógicos explicados en este artículo y que para hacernos una idea aproximada del valor histórico y valor emocional que tiene conocer 8 miembros más de la 8ª generación. Con este árbol de se podrá hacer una idea el lector y sobretodo los descendientes de esta rama materna mía, que hemos llegado por primera vez a la 8ª generación, aunque haya hecho un árbol desde mi madre, extensible a todas las ramas paralelas de sus hermanos y primos que también llevan el apellido histórico de Tayllefert y como no, también a los que no lo llevamos pero que descendemos de los mismos.


Ahora añado a esta rama materna, el de 8 heptabuelos que igualaría esta primera vez anterior, aunque con la diferencia sutil que hablamos de un grado más por arriba, a nivel cronológico y no por abajo como hicimos en la rama paterna. También añadiremos como miembros nuevos a 4 hexabuelos, los padres de José María y Concepción. Cómo ya expliqué en anteriores artículos, yo llevo los apellidos Carbón y Tirado, pero otros miembros de la familia, pero, todos descendemos de los mismos antepasados. De la misma manera que es igual de válido un antepasado que lleve el apellido Carbón como el apellido Andújar, Cruz, Nuñez, Nodar, Barroso, Domínguez, Riviero, Antero, etc. (rama paterna), como igual de válido Tirado, Tayllefert, Márquez, Espinoza, Aquino, Garrido, etc. En próximos artículos iré dibujando diferentes ramas genealógicas para mayor comprensión, para poder ver el bosque, tienes que ver desde la distancia... Eso sí, siendo papistas he de decir también que en el estudio genealógico que estoy realizando, aparte de las investigaciones históricas, no es la primera vez realmente que alcanzamos la 8ª generación entre el miembro más joven y el antepasado más antiguo, ya que en mi rama paterna Carbón, ya lo hicimos y así me lo hizo constar en un comentario mi primo segundo José Manuel Medel Carrasco, que tan bien sabe leer el pasado para aplicarlo al presente. Me refiero al artículo 116 aniversario sobre mi tatarabuelo José Antero Laguna, dónde explico que habíamos llegado a la 7a generación de 8 hexabuelos de mis hijos y menciono a un nieto de una prima segunda mía Pili Carrasco Martín que en su caso serían heptabuelos y que mi primo segundo José Manuel me amplió informándome que había más nietos de mis primos segundos, dando lugar a un total de 9 miembros de la familia paterna que pueden saber ya hoy, el nombre de 8 heptabuelos., entre ellos el mencionado Jacobo Carbón de A Estrada (Pontevedra). Para ir finalizando este artículo, recomendaré, para complementar a éste, el capítulo número 1 de la serie que ya mencioné en otros, el Ministerio del Tiempo, en el que


el protagonista durante un incendio, descubre a unos soldados napoleónicos y es contratado por la agencia para viajar en el tiempo a 1808 y evitar que los franceses maten al Empecinado antes de que éste organice las famosas guerrillas que tanto hizo sufrir al ejercito usurpador. Y entre toda esta amalgama de lugares, personas y hechos históricos y que en común tienen las viñas y los franceses, me vienen a la memoria infantil, recuerdos familiares de cuando estaba en el patio de mis tíos abuelos José y Rocío en la calle Conde de San Juan del Puerto (recuerdo que mis tíos le decían corral supongo que porque había gallinas y también alguna cabra). Es una casa histórica donde han nacido varios miembros de mi rama materna) y que en dicho patio, aparte de las gallinas y cabras, también había muchas parras de uva, que aunque eran para comer y no para hacer vino, sí que es cierto, que recuerdo lo buenas que estaban pero siempre mirando de reojo a las avispas que las circundaban pero que no hacían nada si no se les provocaba.

Agosto de 1971 en el patio de mis tíos abuelos José y Rocío y con mis padres y hermanos (yo en medio de ellos y único sentado de todos, jeje)

Una mezcla de sabores y olores con la atracción de esas parras y a su vez el miedo a estos insectos, como metáfora de lo que pasó en aquel siglo XIX, el tirar para adelante con el miedo a lo desconocido de unos antepasados que fuesen franceses o onubenses, de los cuáles desciende esta rama materna nuestra de la que hablo hoy. Actualmente, por términos municipales, Bollullos par del Condado es el que más superficie de viñedo arranca, con un total de 89 hectáreas. A éste le sigue Almonte, con 67 hectáreas; Rociana del Condado con 39 hectáreas y La Palma del Condado, con 35. El resto de los municipios no alcanza las 20 hectáreas y algunos de ellos como Gibraleón y San Juan del Puerto ni siquiera llegan a una. Para terminar este artículo, que mejor final que unir lo francés, las viñas y como no, San Juan del Puerto, encontrándome con el insigne escritor Juan Ramón Jiménez en su obra cumbre Platero y yo, escrita para los niños pero también para los adultos que siguen manteniendo viva la niñez...


En uno de los capítulos habla de la primavera y de la lluvia que caía sobre el campo de San Juan (en dichos campos destacaron siempre todo tipo de cereales, el olivar y la vid). Las bodegas eran un elemento muy importante por ello, en concreto aparece en el capítulo de "Almirante", donde se menciona a un tal Dupont (que existió en realidad y así lo encontré en una bibliografía sobre las tropas francesas en la provincia de Huelva). Más tarde a finales del siglo XIX y principios del XX, se establece en San Juan del Puerto, el francés Francisco Ribeill Garridou, del cual descienden muchísimos sanjuaneros. De hecho charret la usa JR Jiménez y es una palabra que desciende de la francesa charrette y que significa carruaje inglés de dos ruedas. Almirante Tú no lo conociste. Se lo llevaron antes de que tú vinieras. De él aprendí la nobleza. Como ves, la tabla con su nombre sigue sobre el pesebre que fue suyo, en el que están su silla, su bocado y su cabestro. ¡Qué ilusión cuando entró en el corral por vez primera, Platero! Era marismeño y con él venía a mí un cúmulo de fuerza, de vivacidad, de alegría. ¡Qué bonito era! Todas las mañanas, muy temprano, me iba con él ribera abajo y galopaba por las marismas levantando las bandadas de grajos que merodeaban por los molinos cerrados. Luego, subía por la carretera y entraba, en un duro y cerrado trote corto, por la calle Nueva. Una tarde de invierno vino a mi casa monsieur Dupont, el de las bodegas de San Juan, su fusta en la mano. Dejó sobre el velador de la salita unos billetes y se fue con Lauro hacia el corral. Después, ya anocheciendo, como en un sueño, vi pasar por la ventana a monsieur Dupont con Almirante enganchado en su charret, calle Nueva arriba, entre la lluvia. No sé cuántos días tuve el corazón encogido. Hubo que llamar al médico y me dieron bromuro y éter y no sé qué más, hasta que el tiempo, que todo lo borra, me lo quitó del pensamiento, como me quitó a Lord y a la niña también, Platero. Sí, Platero. ¡Qué buenos amigos hubierais sido Almirante y tú! En el capítulo de Río, Juan Ramón Jiménez nos cuenta la nostalgia del río Tinto, donde antes se podía pescar en él y la gran cantidad de barcos grandes que había "vinateros, laúdes, ... que había dejado el río Tinto muerto". Los barcos grandes se refiere a los que iban y venían de Francia. Se ha de mencionar que realmente la explotación de Río Tinto se produce a partir de 1873 (mi tatarabuela Juana Tallafer Márquez tenía 4 años), cuando los ingleses compran las minas y del cual sería la cuna del fútbol en España, con la fundación en 1889 del Decano de todos los clubes de España y del cuál en futuros artículos trataré.


El río Mira, Platero, cómo han puesto el río entre las minas, el mal corazón y el padrastreo. Apenas si su agua roja recoge aquí y allá, esta tarde, entre el fango violeta y amarillo, el sol poniente; y por su cauce casi sólo pueden ir barcas de juguete. ¡Qué pobreza! Antes, los barcos grandes de los vinateros, laúdes, bergantines, faluchos —El Lobo, La Joven Eloísa, el San Cayetano, que era de mi padre y que mandaba el pobre Quintero, La Estrella, de mi tío, que mandaba Picón—ponían sobre el cielo de San Juan la confusión alegre de sus mástiles ¡sus palos mayores, asombro de los niños!; o iban a Málaga, a Cádiz, a Gibraltar, hundidos de tanta carga de vino... Entre ellos, las lanchas complicaban el oleaje con sus ojos, sus santos y sus nombres pintados de verde, de azul, de blanco, de amarillo, de carmín... Y los pescadores subían al pueblo sardinas, ostiones, anguilas, lenguados, cangrejos... El cobre de Ríotinto lo ha envenenado todo. Y menos mal, Platero, que con el asco de los ricos, comen los pobres la pesca miserable de hoy... Pero el falucho, el bergantín, el laúd, todos se perdieron.¡ Qué miseria! ¡Ya el Cristo no ve el aguaje alto en las mareas! Sólo queda, leve hilo de sangre de un muerto, mendigo harapiento y seco, la exangüe corriente del río, color de hierro igual que este ocaso rojo sobre el que La Estrella, desarmada, negra y podrida, al cielo la quilla mellada, recorta como una espina de pescado su quemada mole, en donde juegan, cual en mi pobre corazón las ansias, los niños de los carabineros.

Fotografía realizada en agosto de 2016 en Tossa de mar

"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal… "


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.