El último artículo de este año 2016

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El último artículo de este año 2016...

120 años del nacimiento de mi abuelita Soledad

Hoy último día del año que termina y lo terminaremos, escribiendo el último artículo de este 2016, después de 9 meses escribiendo artículos hasta un total de 33 artículos de este blog que nació a mediados de marzo del presente año, incluyendo este último. Y que mejor imagen para comenzar este último artículo que estos lápices escribiendo líneas, "iluminados" por mis musas, por todas ellas, las que me inspiran cada vez, las que me ayudan a ver la luz cuando alguna vez me ofusco con algún laberinto de datos o incógnitas por descubrir. También representan la imagen de unos globos de colores que ascienden en este último día de este año que termina y que sólo espero que el próximo nos traiga salud, lo único importante, lo único realmente importante para afrontar todo lo demás. Este artículo se lo dedico a una de mis cuatro bisabuelas (Pilar, María, Rosario y Soledad), una de las dos maternas (Rosario y Soledad), en este caso a la única que llegué a conocer en vida, la única que le llamábamos “abuelita” mis hermanos y yo, no por su baja estatura sino por lo grande que era como abuela: mi bisabuela Soledad.


En la foto histórica, se nos puede observar con mi bisabuela Soledad y con mi madre Charo en la casa de la calle Nogales, 8 donde vivía mi “abuelita” en pleno mes de agosto de 1971.

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Parece ser que me costaba estarme quieto para una foto, mientras mis hermanos Javi y José Luís sí que saben posar en ese patio de casa de mi bisabuela y donde se puede apreciar el Solazo que hacía en ese mes de agosto, aunque la foto esté en blanco y negro.

Tal y como expliqué en el artículo de junio, mi bisabuela Soledad nació a las 11 h del último jueves día 31 de diciembre de 1896 en el barrio de Isla Canela en el municipio de Ayamonte de la provincia de Huelva.


Una vista aérea de Isla Canela, lugar de nacimiento de mi bisabuela Soledad y que se encuentra al sur de Ayamonte (Huelva) y que se halla separada por un brazo de mar de 300 metros de ancho. Su nombre da origen al de la isla donde está situada, entre los ríos Guadiana (frontera con Portugal) y Carreras (con Isla Cristina).

fuente imagen: https://www.eltiempo.es/playa-de-isla-canela.html

Aporté en el artículo de junio, la firma de mi tatarabuelo Vicente García Pérez, que fue quien compareció al registro el día 2 de enero de 1897. También adjunté el recorte del certificado de nacimiento donde se demuestra que él sí que era carabinero y no su yerno, mi bisabuelo Pedro. De hecho, he conseguido recientemente el expediente militar de la profesión de carabinero de mi tatarabuelo, en el que le dedicaré su correspondiente artículo, una vez pueda tratar toda la información y poderla extraer un resumen de esas 16 páginas.

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También diré que en el artículo de junio, expliqué que basándome en la información de un recuerdo que tengo, había en el pasillo de la entrada que iba hacia el comedor de la casa de mi bisabuela, había un marco con una foto de tamaño grande colgado en la pared de un señor con bigote y uniforme, creyendo siempre que sería mi bisabuelo.


Bien podría ser la foto de mi tatarabuelo Vicente vestido de carabinero o a lo mejor la de mi bisabuelo vestido de militar, pero sí que es cierto que expliqué que podría ser la primera opción. En cualquier caso, en el expediente militar y como un avance de ese artículo futuro, aparece la descripción física de mi tatarabuelo, algo de incalculable valor para la familia. Pero centrándonos en su hija, mi bisabuela, hoy adjunto el recorte del certificado donde se contrasta la información de su fecha de nacimiento.

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Puedo dar fe que no sólo digo yo que mi "abuelita" era grande de corazón y que siendo niño ya percibimos, con muchísimas muestras de cariño y detalles que se te quedan grabados. Y ya se sabe, los niños tienen un sexto sentido para las personas. Como decía, no sólo yo, su bisnieto o mi madre, que se querían con locura, puede atestiguar lo que digo, también el pueblo entero de San Juan del Puerto la quería y ella también se sentía querida. A las nacidas en Isla Canela el gentilicio se les llama Caneleras, pero tengo recuerdos de haber oído que era "Isleña". De hecho, ella a pesar de nacer en Isla Canela y decirlo bien alto, se sentía muy sanjuanera, seguramente más que muchos que hayan nacido allí. Por ese mismo motivo, siempre tuve una especial predilección por San Juan del Puerto y no sólo por mi bisabuela por parte de la rama materna de mi madre, sino también por otros familiares aunque en este caso de la rama paterna de mi madre, mis tíos abuelos Rocío Tirado Rodríguez (hermana de mi abuelo materno Juan) y José Minchón Pérez. Estos últimos también nos querían mucho y el hecho que no tuviesen hijos, supongo sumaría a que siempre nos trataran como nietos a mis hermanos y a mí. Algún día también les daré su merecido artículo.


Por ello, ir a San Juan del Puerto en cada verano era “una fiesta” para nosotros, tanto en el patio de la casa de mis tíos José y Rocío como en casa de mi "abuelita". Era encontrarnos muchísimo cariño en ese pueblo que es origen de la rama materna de mi familia y por ello esos recuerdos de nuestra niñez siempre permanecerán imborrables, como esa bebida fresquita que siempre tenían en sus neveras para cuando nosotros llegáramos: el refresco Godovi.

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En la foto, se puede observar en el "corral" (patio) a mi tío José con mi padre detrás y con las dos hermanas Loli y Rosarito, hijas de los amigos y vecinos Domingo y Rosario. Como digo, ya hablé de mi “abuelita” Soledad en el artículo de junio, aunque en ese caso el protagonismo se lo dimos a su esposo, mi bisabuelo Pedro Tayllefert Márquez, del cual el mismo día de San Pedro, 29 de junio nacería en 1891, es decir aproximadamente 5 años y medio antes que mi bisabuela Soledad y del cual le dedicábamos dicho artículo al cumplirse 125 años de su nacimiento. En dicho artículo descarté la información que me había llegado por transmisión verbal de mi rama materna de su origen francés, de su oficio e incluso de su edad cuando falleció. Por suerte pude averiguar la verdad de todos sus datos (nacimiento, matrimonio y defunción) e incluso fui más allá del siglo XIX hasta llegar al origen francés de su apellido hasta el siglo IX, dato que era el único que era cierto. También expliqué como el apellido Tayllefert se introdujo en España a través de Málaga, aunque como en todas las ciencias y más en la de la genealogía, en el mes de junio no tenía la información que obtuve más tarde y publiqué en octubre, explicando 5 hipótesis y descartando esa primera vía de entrada al tratarse de otra rama Tayllefert más tardía. También mencionamos la fecha de nacimiento de mi bisabuela, que habíamos averiguado y por ello hoy le podemos rendir este recordatorio. E incluso íbamos más allá y explicábamos sus ramas paternas y maternas, haciendo hincapié en que eran naturales del pueblo de Oliva de Jérez de la provincia de Badajoz.


Este dato descubierto de mis orígenes en Extremadura por la rama materna, vendría a ser como otra piedra angular en la que desde el primer día que intenté buscar la verdad sobre mis antepasados vendría a corroborarlo.

Eso hace que el “zoom” de la localización familiar se amplíe a cada paso que avanzamos en la reconstrucción y también se podría decir por la otra rama, la paterna, en la que cuando más subimos esas ramas del árbol genealógico, nos lleva a Galicia, a Portugal o también a Extremadura (Cáceres). Es decir, como ya podía presentir desde que era muy pequeñito, no todo empieza ni termina en Huelva, aunque Huelva siempre fuera un destino para todos aquellos antepasados que de una forma u otra, terminarían allí viviendo. En dicho artículo de junio, no aporté prueba documental del matrimonio en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista de mis bisabuelos Pedro y Soledad, el domingo 2 de mayo de 1920 y que ahora sí adjunto.

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Mi bisabuelo Pedro, de profesión jornalero, se casó a los 29 años con Soledad García Pinilla de 24 años, el domingo 2 de mayo de 1920 en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista de la villa de San Juan del Puerto. Los casó José Sánchez Fernández que se trasladó a dicha parroquia, con el permiso del presbítero Pedro García García, titular de la misma. También dice este certificado de matrimonio que mi bisabuela Soledad era natural de Ayamonte (Huelva), aunque de esta vecindad (se refiere que vivía en San Juan del Puerto). Fueron testigos Antonio Villegas Suárez y Manuel García González vecinos de la villa. Mi bisabuela Soledad se quedó viuda el sábado día 8 de marzo de 1947 con 50 años y 7 hijos (Juana, Vicente, María, José, Concha, Pedro y Margarita), la primogénita mi abuela con 25 años y la pequeña Margarita con 4 años. En realidad tuvo a 8 hijos porque mi tío abuelo José era mellizo con una niña, que falleció en el momento del parto. Uno de mis recuerdos que tengo es que siempre vi a mi bisabuela vestida de luto, siempre la recuerdo así vestida. Teniendo en cuenta que su esposo falleció en 1947, parece una barbaridad pero así era en esas décadas de los años 50, 60 e incluso 70, la mujer que se quedaba viuda en general ya lo era para siempre y más en los pueblos. Aunque también es cierto que mi bisabuela se buscaba la vida como buenamente podía vendiendo carne en Huelva y siempre me contaron que era una buscavidas y no necesitaba a nadie para sacar adelante a su familia. También es cierto que su amiga y "consuegra" mi bisabuela Rosario, le echaría una ayuda también con lo que sembraba de sus campos de frutas y verduras, porque mi otra bisabuela también era muy generosa con todo el mundo que lo necesitara. Este detalle de generosidad de mi bisabuela Rosario ya lo mencioné en el artículo de mayo con motivo del 60 aniversario de mi bisabuelo Cristóbal Tirado. Y con este dato del fallecimiento de mi bisabuelo Pedro, el día que se celebra a nivel internacional, el día de la Mujer trabajadora, este misterio también resuelto, sabemos hoy que fue a la edad de 55 años y no con 47 como me llegó por transmisión verbal, como así indiqué. Mi abuela Juana Tayllefert, la primogénita, llevaba un año casada con mi abuelo Juan Tirado (miércoles 2 de enero de 1946). Por cierto, se cumplirán pasado mañana 71 años de esa fecha y también curiosamente 49 años después de registrar mi tatarabuelo a mi bisabuela Soledad, se casaba ese mismo día. En el artículo de octubre, adjunté un árbol parcial de la rama Tayllefert Márquez, por ello hoy haré lo mismo pero de la rama García Pinilla, ambas ramas que unidas serían las pertenecientes a mi abuela Juana Tayllefert García y también a sus 6 hermanos y los descendientes de todos ellos.


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Y con esta aclaración en forma de árbol de bisabuela Soledad se podría complementar a los datos explicados en el artículo de junio y como siempre, intentando que sigan apareciendo nuevas ramas ascendentes de la rama García Pinilla que nos quedamos en Badajoz. También hay otra vía que intentaré próximamente también investigar y es que mis tatarabuelos Vicente y Margarita no sólo tuvieron a mi bisabuela Soledad. Me consta por transmisión verbal de mi madre que tuvieron 6 hijos, de los cuales 5 eran niñas y un sólo varón. Mis padres llegaron a conocer a Manuela, la más pequeña de los 6, que vivía cerca de la calle Nogales de San Juan del Puerto y también conocieron a Concepción, que vivía en Sevilla y la visitaron cuando fueron de viaje de novios. El resto de hermanas y el único hijo, no sabemos sus nombres. La anécdota que me cuenta mi madre y que a su vez le contó su abuela y su madre es también curiosa. Debido al oficio de carabinero y el tener que ir desplazándose a cada nuevo destino, resulta que tenía que ir alquilando las casas donde iban a vivir y la pregunta que siempre se le hacía era ¿cuántos hijos tenían? Mi tatarabuelo siempre respondía que uno. La sorpresa aparecía cuando se estaban mudando y el propietario de la casa veía que iban entrando uno tras otro hasta llegar a la cantidad de seis. Y la nueva pregunta era que ¿por qué le había dicho que sólo tenía un hijo cuando no era así? Mi tatarabuelo ni corto ni perezoso siempre respondía lo mismo, que efectivamente, sólo tenía un hijo, el resto eran hijas. A saber si esa anécdota le pasó una o más veces, pero curiosa y divertida de unos tiempos que la picaresca y el buscarse la vida estaban a la orden del día y eso en el caso que nos ocupa, con un oficio de carabinero del reino pero en unos tiempos de reinado de Alfonso XIII y en una posterior Dictadura de Primo de Rivera en 1923 que duraría hasta 1931 que España vivió con más penuria que gloria, como en prácticamente todo el siglo XX.


Como dato nuevo a añadir más en este artículo tributo a mi bisabuela Soledad, decir que falleció el sábado 15 de abril de 1978 a las 3 h en la Residencia Sanitaria (la Agroman) de Huelva, a la edad de 81 años.

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En dicho certificado de defunción aparece como domicilio calle Nogales,18, supongo que la numeración habría cambiado como ocurrió cuando también falleció mi bisabuelo que indicaba el número 6. El número que aparece y recuerdo de casa de mi bisabuela es el número 8. Por otro lado, también aparece como dato erróneo, que nació en 1897, cuando está contrastado en su certificado de nacimiento que no fue así sino un año antes. Por tanto, la edad con la que sería anotada está errónea ya que falleció con un año más y no con 80 como así constará. Se da la circunstancia que en este caso de investigación genealógica de mi bisabuela Soledad, primero encontré su certificado de nacimiento y después el de la defunción, pasos que como alguna vez ya he explicado no serían los "naturales", sino siempre desde el final hacia atrás para llegar al nacimiento. Que mejor imagen para terminar este artículo que la de una postal navideña de su pueblo de adopción San Juan del Puerto, en el que vivió toda su vida desde que se casó en 1920 y tuvo a sus 7 hijos allí hasta que falleció en 1978.


Cuya postal de felicitación de estas fiestas navideñas un año representó a uno de sus mayores símbolos: su patrón San Juan Bautista y al campanario de la Iglesia que lleva su nombre, en la plaza de la Iglesia.

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En esa postal de felicitación que el Ayuntamiento de San Juan del Puerto entregaba a sus habitantes decía textualmente y así terminaré este artículo, con un mensaje de paz y concordia: "Permitirme tener el valor de creer en un brillante futuro: no en un mundo perfecto, pero sí en un mundo mejor. Debemos sembrar la PAZ, apagar los incendios del odio, construir puentes, derribar muros,... debemos ser instrumentos de PAZ." Firmado por la Corporación municipal.

Seguramente ese año sería de alguna guerra del Golfo de la primera o de la segunda, pero completamente actual en estos tiempos actuales de las guerras sirias o de las que hay en el mundo y hacen que los refugiados huyan de ellas buscando la paz. Ojalá sea así y que el próximo año, todos tengamos un poco de paz y de salud para todos y yo que pueda seguir contando mis historias verídicas, un lugar de mi memoria para poder ver el bosque… precioso.


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