La quinta del biberón de mi abuelo Juan Tirado Rodríguez Hoy 18 de julio de 2016 se cumplen 80 años del inicio del golpe de estado de Franco de 1936. Aunque oficialmente éste es el día que ha pasado a los libros de historia, en realidad el golpe se gestó días antes, entre el 16 y 17 empezó la sublevación militar (por eso a partir de ahora les denominaré en este post al bando franquista, los sublevados).
En esta fecha que nunca se tendría que olvidar, no para honrarla sino para que la historia la recuerde como una fecha fatídica para la paz, fatídica para la convivencia, fatídica para la democracia en definitiva. Por ello, dedico este post en especial a mi abuelo materno Juan Tirado Rodríguez, que fue alistado en la famosa Quinta del Biberón, de la cual, intentaré usar como siempre como hilo conductor mi familia, para contar una historia verídica que me enseñe tanto como lo está haciendo y que aporte un poco de luz a ese pasado dramático de nuestros antepasados o coetáneos suyos y como no, que ayude a las generaciones venideras a que no se olvide esa historia....que no nos contaron nuestras generaciones anteriores, sea por miedo, sea por protegernos, sea....por olvidar ese pasado oscuro.
La Nueva España, con su represión franquista tan extrema, hizo que el miedo se apoderara de todos, luchasen en el bando que luchasen y ese miedo, se traducía en esos silencios, en esas expresiones que aparecían incluso ya en los años finales de Dictadura o primeros de la Transición, porque el miedo es cuando se teme a lo desconocido, pero muchísimo peor es cuando ese miedo es a algo conocido, algo que conocieron nuestros abuelos y por ellos, el silencio siempre acompaña al miedo, por eso nos hacía callar esas canciones inocentes pero que nombraban al "demonio" mismo, personalizado en Franco. Era como el Voldemor de Harry Potter, el innombrable, que no se puede nombrar, porque si no se dice, es como si no existiera. Así de triste fue lo que vino después de la maldita Guerra civil. Ya le dediqué un post a mi abuelo materno Juan, el pasado 18 de mayo, cuando se cumplieron 97 años de su nacimiento y cuando también se cumplieron 35 años de su jubilación como ferroviario. Mi abuelo siempre fue un hombre que se merecía
que investigáramos su vida laboral porque era un elemento vocacional porque se dedicó toda la vida a ello y se sentía muy orgulloso de su profesión. Hoy, no me referiré a su alistamiento en la Quinta del biberón como un motivo de orgullo por parte de él, ni por parte de nadie, pero sí, como un ejemplo de lo que pasó entre otras barbaridades, en esos años oscuros, de lo que le pasó a mi abuelo y de lo que nunca habló, por los motivos que entonces se entienden que así lo hiciera, pero que hoy yo sí hablaré, para honrarle con respeto, como siempre hago con toda mi familia, aunque sea 80 años después del comienzo de esa maldita guerra. Ya hice otro post anteriormente dedicado a mi abuelo paterno Juan Carbón Antero, el 29 de marzo, que era su aniversario y que trataba de rendirle tributo explicando cómo fue preso por inducción a la rebelión, delito por el cuál fue juzgado y condenado, por el sólo hecho de ser un demócrata republicano, por elegir ser más libre por muchas cadenas o celdas donde fuese encerrado, por transmitirnos ese valor tan grande y verdadero de libertad, paradójicamente. En el caso de mi abuelo paterno, tuvo el "glorioso honor" de los caídos, de los que "pierden", de los que son exiliados o asesinados, todo aparentemente así, aunque en realidad, en esta maldita Guerra Civil todos perdieron, todos los bandos, el sublevado, el republicano y los que no eligieron bando y tuvieron que elegir entre aceptar el bando que les imponían o no aceptarlo y ser un héroe nacional. No nos engañemos, este último caso no existió o al menos los que lo hicieron, no lograron sobrevivir y contarlo, no cuando terminó la maldita guerra sino en los 40 años posteriores de dictadura. Las elecciones de 1931 y las de 1933 fueron democráticas, imperfectas y seguro que mucho, pero democráticas, al fin y al cabo. El bando sublevado rompió esta democracia existente y como siempre ocurre, cuando hay un golpe de estado, se usó la fuerza, la fuerza militar, el ejército. Imperfecta pero que permitió que en 1933 por ejemplo, las mujeres por primera vez en España, ya pudiesen tener derecho a voto. Quién iba a imaginarse que este avance democrático en el país, se terminaría 3 años después y ya ni mujeres ni hombres no pudiesen votar hasta 41 años después (el 15 de junio de 1977), en la que se iniciaría la mal llamada Transición española. El pueblo sólo hizo lo que pudo, resistirse hasta cierto punto. Aquí es donde encontramos a la inmensa mayoría de españoles que simplemente aceptaron sobrevivir, aceptaron luchar si en ese pueblo no estaba ocupado y era republicano, hacerlo en ese bando. O al revés, aceptar el bando sublevado si en ese pueblo o ciudad los sublevados ocupaban. Lo que está claro es que aunque todos perdieron, no fueron todos, ya que Franco y sus secuaces, no perdieron, de eso sí que no hay duda. Al igual que también está claro que estos años de guerra y los 40 siguientes de Dictadura, el único culpable fue el Generalísimo (título ostentoso y de pompa, similar a los Césares de la Roma Antigua, en la que una persona se cree que sólo Dios está por encima de él, que sólo demuestra su ridícula personalidad y gran complejo por su pequeñez no sólo física sino humana). En resumen y como ya dije en el mencionado post de mi abuelo paterno Juan Carbón, éste y también este abuelo materno Juan Tirado y todos los abuelos que tanto padecieron junto a sus familias, tienen DERECHO A LA VERDAD, DERECHO A LA JUSTICIA Y DERECHO A LA REPARACION.
Tres Derechos fundamentales, tres Derechos innegociables que aún hoy en día, año 2016, después de 80 años, no se han dado y fue debido básicamente a que ya empezó mal, la mal llamada Transición, con un "café para todos" y después con los sucesivos gobiernos democráticos que nunca han cogido el toro por los cuernos ni siquiera, cuando se aprobó la Ley de la memoria histórica en 2007, tampoco, porque solo fue una capa de chapa y pintura porque ya estaba algo añeja esa Transición. De hecho, siguen habiendo miles de muertos en las cunetas de las carreteras españolas, en los muros de los cementerios siguen habiendo incluso los agujeros de las balas y la hierba ya no crece debajo, siguen habiendo personas desaparecidas y sin saber ni siquiera donde están enterrados, siguen habiendo jueces que cuando intentan recuperar esa poca dignidad de recuperar la memoria de esas personas, son inhabilitados y para conseguir que se identifiquen unos huesos, has de gastarte el dinero y pedírselo a un juez de Argentina o lo más sencillo del mundo, la mayoría de personas familiares no saben que hay unos documentos personales, propiedad exclusiva de la familia, que está en los diferentes archivos militares o Civiles, de nuestros antepasados y que como mucho, conseguiremos fotocopias o copias digitales. O incluso nos sorprendemos cuando en un programa de Jordi Evole, nos abre un mundo que la mayoría de ciudadanos del Estado español ni sabían, como es la existencia de campos de concentración en todo el Estado español. Desde aquí, gracias Jordi, por tanta labor divulgadora y periodística que hiciste con este tema y con otros muchos. Empezaré explicando mis recuerdos familiares, en esas vacaciones de agosto en la maravillosa tierra de mis padres, Huelva. Siempre veraneábamos en casa de mis abuelos maternos, Juan y Juana y ya desde muy pequeñito, tengo el recuerdo de la expresión alegre de mi abuelo Juan por tenernos cerca, pero que se tornaba triste e incluso casi enfadado cuando alguna vez nos oía cantar canciones. Me explicaré mejor, eran canciones, que los que lean este post y sean de la generación de la EGB, entenderán lo que les explico. Eran las relativas a "Franco Franco que tiene el culo blanco...". Pues sí, para los que vivimos en los años que aún había dictadura (en mi caso del 67 al 75), pero que éramos tan pequeños que no éramos conscientes, pero sí que tenemos recuerdos en blanco y negro de esos años y de los posteriores en los que ya sí, se podía cantar canciones burlonas e inocentes con rimas fáciles. Mi abuelo Juan Tirado era un santo, un buenazos como se dice normalmente, muy buena gente con todos y para todos, pero también sufrió mucho como la gran mayoría de los de su generación. ¿Y quién no tiene un abuelo que ha estado en la guerra civil o que ha estado en la cárcel o incluso peor, en un campo de concentración español (que parece mentira que hoy en día todavía no se estudie en los libros de historia porque aún hay muchísimos que ni lo saben); abuelos que sigan en una cuneta de carretera sin identificar, o que hayan sido exiliados o incluso que una vez terminada la guerra civil española y comenzase la 2a Guerra Mundial fueran los exiliados a Francia llevados a los campos de exterminio o a los de concentración nazis (hay que decir que no son lo mismo) ?
Al golpe de Estado de julio del 36, siguió de forma casi inmediata una brutal represión ejercida desde ambos bandos que, persiguiendo la eliminación física del adversario, produjo decenas de miles de muertes.
Soldados de la Quinta del Biberón en el fragor de la batalla Los estudios demográficos, cifran en 540.000 la sobre mortalidad de los años de la Guerra Civil y la inmediata posguerra y en 576.000 la caída de la natalidad. La estimación de víctimas mortales en la Guerra Civil Española consecuencia de la represión puede cifrarse en 200.000 personas. De ellas, se calcula en unos 50.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona republicana, calculándose en 100.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona sublevada, a las que hay que añadir unas 50.000 ejecuciones en la represión franquista que siguió a la Guerra Civil. Estas estimaciones, siempre son sometidas a revisión; aunque las víctimas producidas por el bando republicano fueron bien identificadas, las producidas por los sublevados, habiendo sido ignoradas durante el franquismo, hoy todavía existen serias dificultades para cuantificarlas e identificarlas.
Las investigaciones realizadas hasta la fecha, demuestran que un alto porcentaje de desaparecidos no consta en registro alguno. Debido a ellas, España, con más de 114.000 desaparecidos, es el segundo país del mundo, tras Camboya, con mayor número de personas víctimas de desapariciones forzadas, cuyos restos no han sido recuperados ni identificados. Mi proceso de búsqueda comenzó en el Archivo Histórico Provincial de Huelva (AHPH), organismo perteneciente a la Diputación de Huelva. Después de contactar con ellos para la búsqueda del proceso penal y militar con su paso a la Prisión provincial de Huelva de mi abuelo paterno Juan Carbón y habiendo tenido resultados espectaculares con ello, creí oportuno preguntarles por mi abuelo materno, por su alistamiento en la Quinta del Biberón. Me dirigí a ellos, porque aparte de toda la sensibilidad que me demostraron en el caso de mi abuelo paterno y que además con el objetivo resuelto, era desde donde debía empezar a buscar, ya que mi abuelo materno también nació en Huelva e imaginé que ahí empezaría todo. Mi decepción fue que en este caso, desde este AHPH, me informaron que ellos no tenían esa documentación o expediente militar, que en el caso anterior de mi abuelo paterno sí, porque la Junta de Andalucía había digitalizado todos los Consejos de Guerra Sumarísimos (documentos militares), porque Andalucía, sí que había aplicado la Ley de la Memoria Histórica 52 / 2007. Doy fe que en otras comunidades, sigue sin aplicarse esta Ley, con placas y esculturas. Me dijeron que lo solicitara al Archivo General Militar de Ávila y así hice. Por correo postal, me respondieron que ellos tampoco disponían de ninguna documentación relativa a mi abuelo Juan. Entonces empecé a cavilar que ya era extraño que ni en Huelva ni en Ávila hubiera nada de la Quinta del biberón de mi abuelo. Empecé a dudar de si realmente había estado en esa Quinta y si se trataba de otra información incompleta o errónea como me había pasado ya tantas veces desde que empecé esta investigación genealógica. Me acordé que una cosa sí recordaba de mis recuerdos familiares, era que un abuelo (paterno) estuvo en la cárcel por Bueno y el otro (materno), que era más Bueno que el pan, había luchado con Franco. Por supuesto que una cosa son los recuerdos infantiles y la percepción de cómo se viven en ese momento y otra muy distinta, cuando nos hacemos adultos, intentamos razonar esos recuerdos y si lo hacemos bien, entonces llegamos a percibirlos más reales que nunca y sobretodo más objetivos y racionales que en suma son más ciertos que nunca. A mi abuelo nunca le oí una palabra amable hacia Franco y tampoco nunca se quejó (como tampoco mi abuelo paterno que estuvo en la cárcel por ser republicano). Los dos tenían en común a sus nietos, hijos de sus hijos Pepe y Charo respectivamente, pero uno fue preso republicano y el otro luchó con Franco (frase que se usaba de forma errónea ya que tiene el matiz de voluntariedad). Los dos, callaron para proteger a sus esposas e hijos y familiares, los dos callaron como el país entero calló, por miedo, por protección o porque no les quedaba otra. Los dos tuvieron en común, que fueron víctimas del mayor fascista y dictador que tuvo este país en el siglo XX, comparable a la época de la vil Inquisición española, comparable a la Alemania nazi de Hitler, la Italia de Mussolini o tantos dictadores que ha habido en la historia.
Pero la historia, siempre la escriben los vencedores, no los perdedores y en este país, no hubo más vencedor que Franco y sus secuaces, porque mi abuelo materno Juan Tirado Rodríguez NO ELIGIÓ BANDO, no eligió alistarse en la Quinta del biberón, siendo un niño, NO ELIGIÓ tener un Generalísimo durante 40 años (en su caso vio fallecer al Dictador, no en el caso de mi abuelo paterno), como tampoco lo hizo este país, que pasó a ser UNA, GRANDE y LIBRE.
Recorte de la propaganda franquista con la divinidad como aliada Qué pena, que paradójico, que nunca será suficiente esta reparación, esta justicia y esta verdad que se debería explicar en todos los libros escolares en la asignatura de historia, para que la enseñanza en este país, sin entrar en temas políticos (como se justifica esta ausencia de cultura histórica), comience a ser una realidad. Y prosiguiendo con mi búsqueda de documentos que demostraran lo que por transmisión verbal de mi madre, me había llegado, sin ninguna pista por la que proseguir, ya que desde el Archivo General Militar de Ávila (AGMA), me dijeron que ellos no tenían nada relativo a mi abuelo. Entonces fue cuando decidí al menos saber más de esa famosa (habría que decir célebre en realidad por ser famosa sin haberlo pretendido y además de forma triste y fúnebre). Y es donde volví a desesperarme porque descubrí que básicamente era un reemplazo del Servicio militar que se adelantó a su reemplazo cronológico, debido a la guerra. Era como un "adelanto" del Servicio militar por imposición, era como rescatar de la Reserva a ciudadanos que han hecho el Servicio militar pero que en caso de guerra por falta de personal, así se hace, Pues eso, pero al revés, niños que aún no tienen la mayoría de edad o la tienen recién cumplida, que en vez de irse a la edad que les tocaría en esos años, tienen que empezarla antes. Bien es cierto que en esos años de Guerra, no sólo eran llamados a quintas los jóvenes sino también las personas más mayores, todos los varones que ya habrían hecho el servicio militar y estaban en la reserva. Después de no conseguir nada del AGMA, decidí entonces acudir al Portal de la Cultura y éstos me remitieron al Área de Cultura de Defensa y el responsable funcional del Portal de Cultura de Defensa. Desde este servidor, me informaron que acudiese a dos fuentes: - Portal de Archivos españoles (PARES) que depende del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte - Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca (CDMH)
Básicamente la única pista que disponía era que a que mi abuelo Juan, estuvo 3 o 4 años aproximadamente cumpliendo el servicio militar y que según me habían contado, lo "cogieron" en la Quinta del biberón. Como única información complementaria, les facilité su fecha de nacimiento, el 18 de mayo de 1919 y que además había luchado en el bando no republicano (usé esas palabras para evitar también suspicacias con el primer organismo militar al que acudía). Anteriormente había buscado toda la información relativa a la Quinta del biberón y mis dudas de si mi abuelo había estado en esa célebre Quinta, iban in crescendo, ya que lo encontré fue que ese reemplazo era básicamente republicano. De hecho, fue el nombre que recibieron los reemplazos militares que se convocaron a finales de abril de 1938, cuando el presidente elegido democráticamente Manuel Azaña, viendo que las tropas sublevadas avanzaban y ocupaban después de casi dos años de guerra transcurridos (1936-38) y que la guerra estaba perdiéndose, pensó en esta fórmula de movilización militar. En aquel momento, las tropas franquistas habían atacado Lérida, Gandesa, Balaguer, Tremp y Camarasa y se estaban haciendo con el control de los últimos puntos de resistencia republicana. Se cree que recibió este nombre cuando Federica Montseny, se refirió a todos ellos de esta manera: «¿Diecisiete años? Pero si todavía deben tomar el biberón».
La mayoría de participantes en esta Quinta del Biberón fallecieron en la batalla del Ebro y los que no, acabada la guerra corrieron suertes bien diferentes. Algunos se exiliaron en Francia y acabaron en los campos de concentración de Argelès-sur-Mer, SaintCyprien y Agda. Otros, en las prisiones franquistas y en los campos de concentración de Vitoria y Miranda del Ebro y otros fueron a batallones de trabajadores repartidos por toda España e hicieron el servicio militar en Zaragoza, Barcelona y hasta en el Sáhara español. La inmensa mayoría de los jóvenes alistados en el bando republicano y en el franquista, como fue normal durante todo el conflicto, en su mayoría la ideología de los llamados a filas no era recíproca al bando que les obligaba a alistarse bajo coacción en gran parte de los casos. Desde la perspectiva de los reclutas obligados a prestar servicio militar porque no tuvieron otra opción que la de acudir al llamamiento o ser perseguidos por desertores. Incluso se dio el caso de zonas ocupadas o republicanas que reclutaban de forma obligada a los habitantes de esas zonas y que luego si esas zonas eran reconquistadas
por el bando contrario, volver a reclutar a los mismos que habían luchado en el bando contrario, con lo cual hubo soldados que lucharon en ambos bandos. Hay un libro que representa muy bien este aspecto que antes explicaba de la obligación forzosa de la mayoría de combatientes, sea en un bando democrático o en el otro sublevado, porque al final, lo que importa es sobrevivir y nadie quiere una guerra, nadie quiere jugarse la vida en un campo de batalla, nadie quiere ir a una batalla en la que el azar o la mala suerte de una bala perdida termine con toda una vida o lo que es peor, sin poder saber si por ello, su familia después sobrevivirá sin él.
Este libro es Soldados a la fuerza. Reclutamiento obligatorio durante la guerra civil, 1936-1939 de James Matthews. La obra se estructura en seis capítulos bien trabados que abordan sucesivamente varias facetas del asunto: 1º) Las formas de reclutamiento militar tradicionales en España (las quintas que movilizaban a los mozos al cumplir 21 años). 2º) Los mecanismos de movilización forzosa impuestos tras el estallido de la guerra (el bando insurgente de inmediato y sin reservas; el republicano más tarde y con menos entusiasmo debido al antimilitarismo miliciano). 3º) Los mitos y estrategias desplegados para sostener la moral de combate de los reclutas (el bando franquista apelando al combate “por Dios y por España”; el bando republicano dividido entre la defensa de la democracia parlamentaria o la defensa de la revolución social). 4º) La experiencia de la vida cotidiana de unos soldados que estaban menos preocupados por esas grandes ideas que por otros motivos más prosaicos: el riesgo que corrían sus vidas, la calidad de la comida, el azote de los piojos, la sed, el frío o el calor, la frecuencia de sus permisos o el bienestar de sus familias.
Otro libro que recomiendo desde aquí, es el de Sueños rotos de Manuel Pintor Utrero, que ya recomendé su lectura en mi post del día de Sant Jordi y que próximamente saldrá publicado su segundo libro y que esperamos todos con impaciencia. Y como no, también recomiendo El impostor de Javier Cercas, que también comenté en mi post de Sant Jordi y del cual se puede también discernir como la mal llamada Transición española, se representó muy bien con una persona que engañó a todos, haciéndonos creer que fue preso por su lucha franquista y también deportado a un campo de concentración nazi, gracias al café para todos... Volviendo al hilo conductor del protagonista de este post, mi abuelo materno Juan Tirado y retomando la idea contradictoria entre que la Quinta del biberón fue básicamente republicana y que mi abuelo lo "cogiesen" en el bando sublevado, no sólo hacía que mis dudas de que no perteneciera a la Quinta del biberón fuesen creciendo sino que también aumentaban mis ganas de averiguar la verdad, la única verdad objetiva que siempre se ha de perseguir, de buscar, de encontrarla y al fin y al cabo, de transmitirla, sin menoscabo lógicamente de las personas que representan esos hechos, como lo fue mi abuelo materno Juan Tirado. Aunque casi convencido que no encontraría seguramente ninguna documentación personal de mi abuelo, al menos sí que quería conocer la historia, aunque no fuese la de mi abuelo en concreto, conocer la historia de todos esos jóvenes menores de edad militar (en aquellos años era a los 21 años) y como no, saberlo todo de la célebre Quinta del biberón, formara parte o no mi abuelo Juan Tirado. Desde el Portal de PARES tampoco me llegó resultados óptimos y era paradójicamente otro Portal que me cerraba las Puertas de mi búsqueda. Pero, desde el CDMH de Salamanca, sí que vi una luz por la que seguir indagando en esta investigación en la que iba a oscuras, ya que el Técnico superior de archivos, José Luís, me respondió textualmente:
"Lo cierto es que la documentación de estos jóvenes que se vieron obligados a ir a la guerra debería estar junto con el resto de los reclutas de más edad." "En otro orden de cosas, por desgracia bibliografía específica prácticamente no existe, pues los estudios se han centrado más en las operaciones militares que en las vivencias de los combatientes. No obstante, puede utilizar alguna de las historias militares de la Guerra civil para aproximarse a las hechos de guerra donde participara su familiar." Quise mantener el contacto con este técnico de Salamanca porque creí que podría ayudarme al menos si seguía insistiéndole para que al menos me diese alguna pista por donde seguir mi búsqueda. Ya lo dice el dicho, quien la sigue la consigue y yo no soy de los que me rindo a las primeras de cambio, ni a las segundas ni a las terceras, eso sí, siempre lo hago cuando sé que voy en el camino correcto y eso, ya es como andar a ciegas pero desarrollando otros sentidos que en este caso, era sólo mi intuición. Esto era mejor que nada pero a la tercera fue la vencida y por fin me dio dos pistas por las que seguir buscando documentación militar relativa a mi abuelo Juan: Le escribí pidiéndole que me ayudara para poder recuperar la Memoria histórica de mi familia y que ya no sabía a qué organismo militar acudir, porque tampoco sabía ya a que zona geográfica militar habría ido a parar esa documentación. Pensé incluso que igual los expedientes se habrían perdido o quemado por parte de los dos bandos, ya que durante la Guerra civil, pasó eso con muchísimos documentos eclesiásticos y civiles (certificados de nacimiento, de matrimonio o de defunción que se certificaron en tiempos de la II República). Pero una vez más, mi intuición y lógica me hacía pensar que cuando terminó la Guerra, mi abuelo, aunque me duela decirlo porque para él no fue así, fue del bando "vencedor", por tanto, esos "papeles de Salamanca" no podían haberse perdido ni desaparecido... Fruto de esta insistencia, en la cual le relacioné todas mis búsquedas anteriores (Huelva, Ávila y Portal Cultura de Madrid) y me respondió, el Técnico del CDMH de Salamanca, que le estoy eternamente agradecido por su paciencia: "En nuestro Centro fundamentalmente conservamos documentación del bando republicano. Para el caso de su abuelo, y teniendo en cuenta que ya le han buscado en el Archivo General Militar de Ávila, la única posibilidad que nos queda es dirigirnos a los siguientes centros: " - Archivo General militar de Segovia (para oficiales y clases) - Archivo General militar de Guadalajara Tenía ante mí, dos nuevas pistas, dos caminos, en otras dos nuevas ciudades y llegados a este punto, ya intuía que era ahora o nunca, que si no aparecía, ya podría sino darme por vencido, al menos decir que lo intenté con todas mis fuerzas y aunque no sirva de consuelo, hablando en términos ciclistas, que recorrí las etapas de la carrera aunque no la gané pero que si la terminé por lo menos. Escribí a los dos Archivos Generales militares y recibí dos respuestas de Segovia. La primera que había sido registrada mi petición y que en un plazo aproximado de 15 días me la remitirán por correo postal si la tenían archivada. La verdad es que me hice ilusiones, aunque mis últimas negativas, soy por naturaleza optimista y casi siempre veo el vaso medio lleno, pero volví a frustrarme porque cuando recibí el correo postal, también esta vez, me informaron que tampoco tenían ellos ninguna documentación militar de mi abuelo Juan Tirado.
Tengo que decir que cada vez que pedía dicha documentación militar relativa a mi abuelo, adjuntaba todos los documentos que acreditaban que yo soy nieto de Juan Tirado y también su documentación en forma de DNI e incluso los libros de familia de mi madre y del mío, para que no hubiese duda que quien lo solicitaba era familiar directo. También decir que todo esto no haría falta ya que por la Ley de Protección de Datos (LOPD) desarrollada en 2007, si han pasado más de 25 años del fallecimiento de esa persona y 50 en los otros casos que no se sabe y es a partir de la fecha de los documentos. Estaba claro que hablamos de documentos de los años 38 al 41 o 42 y mi abuelo falleció en 1985, cumpliendo los dos requisitos. Me faltaba que respondiese el Archivo General Militar de Guadalajara y mientras tanto, intenté seguir el consejo del Técnico del CDMH de Salamanca y saber lo máximo que pudiese de la Quinta del biberón. Estuve buscando en las hemerotecas de los diarios de entonces y al saber que el periódico ABC siguió imprimiéndose durante la Guerra, busqué si aparecía algo sobre el reclutamiento de la Quinta del Biberón y esto fue lo que encontré en la pág. 3 de la edición del jueves 14 de abril de 1938:
En la columna izquierda donde hace mención a la movilización del reemplazo del 28, se puede leer "Asimismo se decreta la movilización del reemplazo de 1941, que comprende a todos aquellos que hayan cumplido o cumplan los dieciocho años de edad antes del 31 de diciembre del corriente año." Es decir, si los habías cumplido antes de abril, tenías los 18, si los cumplías entre abril y diciembre, tendrías 17 y te incorporabas al ejército. Hay que mencionar que las movilizaciones se hacían con reemplazos antiguos (de la reserva) con reemplazos más jóvenes o adelantados incluso.
En ese momento, tenía ante mí, la prueba escrita (publicada en prensa) de la movilización y convocatoria del reemplazo de 1941, denominado el de la Quinta del Biberón. Pero me asaltó la duda, ¿a qué bando se refería?, ya que aunque sabía que la mayoría de esa Quinta era republicana, también sabía que mi abuelo estuvo en el bando sublevado y que también me contaron cada vez que preguntaba, que perteneció a la Quinta del biberón. Por otro lado, mi abuelo nació el 18 de mayo de 1919 y en esa convocatoria de 1938 tendría 18 años aún. Por otro lado, todos los jóvenes nacidos entre abril y abril de 1920 también tendrían 18 años y esa Quinta del Biberón eran niños de 18 y 17 incluso (los nacidos entre abril y diciembre de 1920). Indagué sobre este asunto, y descubrí que cuando estalló la Guerra Civil española, el gobierno republicano incautó los diarios no adictos al gobierno, entre ellos el diario monárquico ABC y el diario Informaciones, al tiempo que cerraba los diarios YA y El Debate.
El caso del diario ABC fue especial, ya que tuvo durante la Guerra, dos Ediciones, una desde Madrid, después de ser incautada, afín al bando republicano y otra desde Sevilla, en el bando de los golpistas sublevados.
Primeras portadas impresas y que salieron de las rotativas el 20 de julio de 1936, en la que se puede observar la afinidad propagandística de cada zona (Madrid y Sevilla), que coincide con Madrid, aún republicano y la ocupada Sevilla (los sublevados entraron en la Península por Andalucía). El diario ABC, en sus días con dos ediciones durante la Guerra civil, fue una metáfora periodística de lo que sucedía en España en esos momentos. Distintas cabeceras en Madrid y Sevilla, con un mismo nombre, luchando con la propaganda mientras el resto de españoles luchaban en las trincheras. La lucha de la propaganda y la incautación de ABC fue también una lucha política, no solamente bélica, como dejaron claro los trabajadores que se hicieron cargo de la edición republicana de Madrid del ABC. Mi abuelo fue reclutado en 1938 con 18 años, 3 años antes de la quinta que le correspondía que era la del reemplazo del 40 y como él vivía en San Juan del Puerto provincia de Huelva, estaba claro que el bando que lo iba a alistar sería el sublevado. A esa edad, si tienes ideas republicanas o falangistas, ya te has ido de voluntario cuando empieza el golpe militar en julio de 1936; a esa edad, en esos tiempos, solo se piensa en trabajar el campo o en progresar como mi abuelo que tenía el sueño de ser ferroviario y esta maldita guerra, le haría que ese sueño tuviera que esperar hasta junio de 1944. Por tanto, la edición del 14 de abril de 1938 en la que se movilizaba a los jóvenes de 18 y 17 años, estaba claro que era de la edición de ABC de Madrid y entonces supe que mi abuelo paterno Juan Tirado Rodríguez, no había estado de forma oficial en la célebre Quinta del Biberón, al menos en el bando republicano. Entonces, procedí a mirarme de nuevo la hemeroteca, pero esta vez en el ABC de Sevilla (bando sublevado), para poder encontrar alguna movilización de reemplazo, en este caso, el reemplazo del 40, que sería el que correspondería al reemplazo cronológico de mi abuelo.
EncontrĂŠ diversos anuncios de convocatorias de reclutamiento, del reemplazo del 40, del diario ABC de Sevilla del dĂa 3 de febrero de 1938 a las Cajas de reclutamiento con las fechas que se indicaban
y del dĂa 8 de febrero de 1938 en la que se especificaban detalles para este reclutamiento a fin de informar a los reclutas que iban a ser alistados.
El día 10 de febrero, también del reemplazo del 40, en la que se volvía a repetir el mismo artículo de prensa de convocatoria.
Pero en todos los casos hacían mención a los nacidos en 1919 pero en el primer trimestre enero, febrero o marzo y en el caso que nos ocupa, no era lo que yo buscaba, Cómo mi abuelo nació en mayo, su reemplazo del 40 correspondía al segundo trimestre y seguí buscando y encontré que en el ABC de Sevilla, de fecha 13 de marzo de 1938, sale la convocatoria de mi abuelo Juan para presentarse en la Caja de Reclutamiento en los días 15, 16 y 17 del mes del corriente (marzo).
Había encontrado la prueba de la convocatoria de los reclutas del bando sublevado pero de la misma Quinta del reemplazo del 40 que la del bando republicano. Por tanto, por edad sí que eran niños que fueron llamados a Quintas antes de lo que les tocaba, aunque también es cierto, que la Quinta del Biberón, fue el nombre que se les llamó a esa generación de esos niños que lucharon en el bando republicano y que la mayoría murieron o fueron exiliados como ya expliqué al principio del post. Pero en todos los casos hacían mención a los nacidos en 1919 pero en el primer trimestre enero, febrero o marzo y en el caso que nos ocupa, no era lo que yo buscaba, Cómo mi abuelo nació en mayo, su reemplazo del 40 correspondía al segundo trimestre y seguí buscando y encontré que en el ABC de Sevilla, de fecha 13 de marzo de 1938, sale la convocatoria de mi abuelo Juan para presentarse en la Caja de Reclutamiento en los días 15, 16 y 17 del mes del corriente (marzo). No resto ni un ápice de lo que he dicho, pero también añado que mi abuelo Juan Tirado Rodríguez, aunque no formara parte de la célebre Quinta del Biberón, si que fue reclutado con la misma edad que ellos, meses arriba, meses abajo, más cerca de los 19 que de los 17, pero con 18 años al fin y al cabo.
Uniforme caqui de soldado del bando sublevado
Y mientras iba averiguando todo lo que podía de esta Quinta y consultaba las hemerotecas, por fin el día 19 de abril recibí un sobre grande por correo postal. Las anteriores veces, los sobres eran igual de grandes pero con una diferencia, tenían poco peso y al cogerlos se intuía que sólo había una hoja. Ahora no, se notaba que habían muchas hojas y así fue, después de intentar sin éxito recuperar ese pasado, con el Archivo Histórico de Huelva y Archivos militares de Ávila, Madrid, Salamanca y Segovia. Cuando ya empezaba a creer que no lo conseguiría y que igual era una leyenda familiar, por fin, sé que, aunque no fue un preso político como
mi abuelo paterno por ser republicano, sí que fue secuestrado, por un bando y por una guerra, siendo un niño, en su pueblo natal de San Juan del Puerto de Huelva, desde febrero del 38 hasta mayo del 42.
78 años después del alistamiento obligado en el bando sublevado de mi abuelo materno Juan Tirado y 80 años que empezó el Golpe de Estado y con ello, la maldita Guerra Civil, gracias al Archivo General Militar de Guadalajara, por fin, tenemos en nuestro poder, 16 páginas documentadas que reconstruyen esa historia y sus vicisitudes siendo soldado, cuando él lo único que quería, era pasar del campo a trabajar de ferroviario, como hizo luego toda su vida laboral. Pero la historia de ferroviaria, ya la conté en el post de 19 de mayo pasado.
En la primera página, aparece por fin que este Archivo tiene documentación de mi abuelo y ya aparece que pertenecería a este reemplazo de 1940. Como información complementaria, explicaré la movilización a quintas en esos años de guerra: La República llegó a movilizar a 1,7 millones de hombres en 28 reemplazos, mientras que el bando sublevado movilizaban a 1,2 millones de hombres en 15 reemplazos. El ejercito republicano reclutó a los reemplazos del 15 hasta el del 42 (este último reemplazo sería el de la Quinta del chupete, que ya con la guerra perdida en enero de 1939, apenas tuvo trascendencia y fueron los nacidos en 1921). Por tanto serían
reclutados los jóvenes con edades entre los 18 y los 45 años (nacidos entre 1918 como mínimo y 1894 como máximo). También añadir que el número de voluntarios de guerra al principio de la contienda era de 120.000 voluntarios, formados básicamente por anarquistas, comunistas y socialistas. El ejército sublevado reclutó durante los 3 años que duró la Guerra Civil a todos los jóvenes con edades entre los 18 y 35 años. Es decir, entre los reemplazos del 39 (nacidos en 1918) hasta el reemplazo del 26 (nacidos en 1905). Hay que decir que al principio de la contienda, hubo también unos 100.000 voluntarios de guerra, formados básicamente por falangistas, carlistas y monárquicos. Para entender el concepto de reemplazo, explicaré por ejemplo el reemplazo del 39 es el que si le restas 21 años de edad para reclutar, te sale el año que nacieron que es 1918, que hasta 1936 sale la edad mínima de 18 años en la que serían alistados en esos años de Guerra Civil, algo que en la "mili moderna", si ya pasará pero no en aquellos tiempos. Respecto al reemplazo del 26, menos los 21 años da el año de 1905, fecha en la que nacieron los que en 1936 tendrían 31 pero en 1939, 34 como máximo. La célebre Quinta del biberón, fueron la mayoría de niños nacidos entre 1919 y 1920 o lo que es lo mismo, niños con edades comprendidas entre 17 y 18 años en ese año 1938, en ese Segundo Año Triunfal como así se hacía constar en la mayoría de documentos que se usaban en las zonas ocupadas o incluso en los Consejos de Guerra que les eran aplicados a los condenados por delitos de inducción a la Rebeldía, como ya mencioné en el post de mi abuelo paterno Juan Carbón Antero. Mi abuelo nació en 1919, que si le sumas 21 años, tendría que ser del reemplazo de 1940, por la cual no le tocaría hacer el servicio militar hasta ese año, pero todo y que en la primera página ya se detallan aspectos que definen lo que sería su singladura durante más de 4 años. Intentaré resumir estas 16 páginas del expediente personal militar de mi abuelo materno Juan Tirado, aunque ya hayamos contextualizado este post en la Guerra civil española de la cual hoy día 18 de julio se cumplen 80 años de ese estallido.
En la primera página que encabeza el número de alistamiento número 27, consta de sus datos personales, sus señas de identidad físicas y todo ello a 5 de febrero de 1938 en San Juan del Puerto, que queda constancia su alistamiento.
Aquí es donde llego a la conclusión que al constatar que mi abuelo ingresa el día 10 de febrero de 1938 como recluta, no me cuadra con la convocatoria de reclutamiento de fecha 13 de marzo del ABC de Sevilla. Eso significaría que mi abuelo entró aproximadamente un mes antes que le tocara, por ello, volví a mirar la hemeroteca de ABC pero esta vez, de la edición de Madrid de fecha 25 de febrero de 1938 y encontré lo siguiente:
Una convocatoria para todos los jóvenes nacidos en 1919, sin distinción de trimestres, por tanto, aunque también es posterior a la entrada de mi abuelo en la Caja de reclutas número 12 de Huelva, por 15 días, seguramente mi abuelo tuvo que presentarse porque una cosa son los anuncios publicados y otra, la presión que tenían todos los jóvenes, en plena guerra, obligados a alistarse, incluso aunque no les tocara hacerlo y posterior publicación en la prensa en este caso del ABC. Mi abuelo en su expediente militar, se le distinguen 4 etapas: 1) Ingreso en la Caja de Reclutas número 12 de Huelva, el jueves día 10 de febrero de 1938 (estuvo un mes y 10 días). Este tiempo fue el de recluta. 2) Ingreso en el Regimiento de Infantería Granada número 6 de Sevilla, el domingo día 20 de marzo de 1938 (estuvo 1 año, 6 meses y 5 días). En este tiempo el grado que tenía era de soldado de infantería en la 11 compañía.
Foto de "bonito" de mi abuelo
Una vez acabada la guerra en abril de 1939, se pasaba a seguir enrolado en el bando ya, entonces pasando a ser nacional, cumpliendo el resto del tiempo en la llamada mili de Franco. 3) Ingreso en el Regimiento de Artillería Ligera número 4 el lunes 25 de septiembre de 1939 (estuvo 5 días). Aquí ascendió de grado y fue Artillero 2a 4) Ingreso en el Regimiento de Artillería Ligera número 14 el sábado día 30 de septiembre de 1939 (estuvo 2 años, 8 meses y 6 días) y ya es licenciado hasta el 30 de mayo de 1942). El grado que tuvo fue ya hasta el final de Artillero 2a.
Foto de mi abuelo, que respecto a la anterior se nota que ya tenía mucha mili encima
En las diferentes hojas que recibí hay una descripción detallada y anotada en las diferentes maniobras militares y ascensos de grado o cambios de cuartel por los que pasó, desde Huelva, Sevilla, Córdoba, Granada, Badajoz, Sevilla, Ceuta (Marruecos) y para volver a Huelva ya licenciado de activo.
Queda reflejado también en los estadillos de estas hojas que también estuvo en la sierra de la Mesegara (en la Cota 460 de Córdoba), en Puerto Buitreras en la sierra de Castril (Granada), en La Milanera (Badajoz), pasando por varias zonas donde hay diferentes Cortijos en los que van reponiendo fuerzas de sus avances en las posiciones estratégicas de combate. Cuando pasa a la Artillería ligera, pasa de diferentes secciones de 1a Batería de Obuses, 2a Batería de Cañones o en la Batería experimental.
5) Tuvo que sellar su Cartilla militar, hasta febrero de 1952 en el Regimiento de Artillería número 14 y desde este año hasta 1956 donde queda licenciado absoluto.
Por tanto, estuvo en activo, un total de 4 años, 3 meses y 26 días, desde el 10 de febrero de 1938 hasta el 30 de mayo de 1942, donde fue después a su domicilio de la calle Nueva, número 15 de San Juan del Puerto.
Desde este blog, más que intentar describir "sus batallas" en la Guerra o sus incursiones durante el servicio militar, he intentado contextualizar y sin dejar de lado el hilo conductor de mi abuelo materno Juan, para que se pueda uno hacerse una idea de esos malditos años, en los que sobrevivir era lo más importante para la mayoría de personas, que incluso la dignidad era muchas veces perdida y que todos no olviden que eso pasó en este país y que no hay que olvidarlo, También he explicado el cómo llegué a conseguir este preciado tesoro, aunque pueda ser engorroso al intentar comprenderse, en realidad lo explico para que también sepamos que no es fácil rescatar del olvido esos papeles que nos pertenecen a cada familia, a cada descendiente de esos hombres y mujeres que tanto padecieron y sufrieron. Y sobre todo para homenajear también a esos niños que fueron a la Guerra, a esa Quinta del biberón, la republicana y a esa Quinta que no lo era pero que eran iguales de niños.
El 18 de julio de 1936, Pau Casals estaba dirigiendo su orquesta y el Orfeó Gracienc en el Palau de la Música Catalana, sin público, el último movimiento de la Novena de Beethoven, mientras en las calles se levantan las barricadas. Al día siguiente debían inaugurar las Olimpiadas Populares con un concierto de apertura, que nunca llegó a producirse por culpa de la maldita Guerra.
Y terminarĂŠ este post dedicado a mi abuelo Juan Tirado, con estas frases de Pau Casals, todo un sĂmbolo de la paz.