Fco. J F Javier Gó Gómez C Caja Cristina Lorente Karnetzky Lucía Gómez Lorente Martín Gómez Lorente Carmen Gómez Lorente
Diarios del Camino De Roncesvalles a Santiago de Compostela en familia
Prólogo de Gregorio Parra García
© de la edición, sus autores © de los textos, sus autores © de las fotografías, sus autores Corrección: Fco. José Molina Sandoval Diseño y maquetación: Juana Mª Gómez Caja Primera edición: junio 2012 ISBN: 978-84-615-8653-0 Depósito Legal: MU-314-2012 Impresión: Guillén Artes Gráficas, S.L. Plaza San Ginés, 5 30005, Murcia. España
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Ayto. Alhama de Murcia
Índice Prólogo Introducción Día 1 Día 2 Día 3 Día 4 Día 5 Día 6 Día 7 Día 8 Día 9 Día 10 Día 11 Día 12 Día 13 Día 14 Día 15 Día 16 Día 17 Día 18
Alhama de M.-Roncesvalles-Burguete => 02 km. Burguete-Zubiri => 19,5 km. Zubiri-Huarte => 17 km. Huarte-Zariquiegui => 17 km. Zariquiegui-Mañeru => 18 km. Mañeru-Estella => 16,2 km. Estella-Los Arcos =>20,5 km. Los Arcos-Viana => 18 km. Viana-Navarrete =>22,3 km. Navarrete-Nájera => 17 km. Nájera-Santo Domingo => 21 km. Santo Domingo-Grañón => 07 km. Grañón-Tosantos => 20 km. Tosantos-Agés => 22,7 km. Agés-Burgos => 23 km. Burgos-Hornillos del Camino => 20,5 km. Hornillos del C.-Castrojeriz => 20 km. Castrojeriz-Frómista => 25 km.
7 9 13 23 33 43 53 63 71 81 89 99 109 119 127 135 143 153 163 173
Día 19 Día 20 Día 21 Día 22 Día 23 Día 24 Día 25 Día 26 Día 27 Día 28 Día 29 Día 30 Día 31 Día 32 Día 33 Día 34 Día 35 Día 36 Día 37 Día 38 Día 39
Frómista-Carrión de los Condes => 19 km. Carrión de los C.-Ledigos => 23 km. Ledigos-Sahagún => 16 km. Sahagún-El Burgo Ranero => 17,5 km. El Burgo R.-Mansilla de las Mulas => 19 km. Mansilla-León => 18,5 km. León-San Martín => 25,9 km. San Martín-Astorga => 24,5 km. Astorga-Rabanal del Camino => 21 km. Rabanal-Molinaseca => 25,5 km. Molinaseca - Pieros => 25,5 km. Pieros - Vega de Valcarce => 22 km. Vega de V. - O Cebreiro => 12 km. O Cebreiro-Triacastela => 21 km. Triacastela-Sarria => 18 km. Sarria-Portomarín => 22 km. Portomarín-Palas de Rei => 25 km. Palas de Rei-Melide => 14,5 km. Melide-Salceda => 25 km. Salceda-Monte do Gozo => 22 km. Monte do Gozo-Santiago => 05 km.
183 191 199 209 217 225 233 243 253 261 271 279 287 297 307 317 327 335 343 351 361
Prólogo El autor de este prólogo conoce a los protagonistas de la gesta y los admira desde hace años. Hecha esta aclaración quiero hacerles llegar que el testimonio que van a leer es el fruto de unos jóvenes padres para los que educar a sus hijos ha sido desde la llegada a este “barrio” de Lucía, la mayor de los tres hijos, una premisa prioritaria que emerge de los escritos que el padre recoge al terminar cada una de las jornadas. El libro da cuenta de algo que probablemente sea inédito en la historia del Camino de Santiago. Quiero con ello decir que el haber salido airosos del imponente reto de hacer con tres críos de ocho, seis y cinco años el camino de Santiago desde Roncesvalles es una prueba inequívoca de que Cristina y Javier van a aprobar con nota muy alta la asignatura más difícil que la vida presenta: educar y formar a los hijos. Los hay que la hemos suspendido más allá de haber puesto a contribución del objetivo un montón de cariño. Los hay que creen haber aprobado porque educaron a sus retoños con disciplina, que como se puede comprobar y al igual que el cariño, no asegura el éxito de la prueba. Y hay unos pocos que encontraron la vara mágica que asegura el acierto de la alquimia que exige la educación de los hijos en las proporciones debidas de cariño, sentido común, exigencia y responsabilidad. A este último grupo pertenecen los padres de esta preciosa historia que se inició en Alhama de Murcia un 30 de junio de 2011 y terminó en Santiago el 7 de agosto de 2011. De la lectura de los variados testimonios de los que superaron el desafío,
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cada uno de los lectores sacará sus conclusiones. Yo quiero destacar las que me han emocionado y me han llevado a reflexionar y a constatar lo bien que lo están haciendo los padres Cristina y Javier. Las gentes que saben de la dureza del esfuerzo físico y de sus consecuencias no dan crédito a la gesta, pero los que los conocemos, a los grandes y a los pequeños, bien sabemos que en esta historia no hay ni trampa ni cartón y sí un montón de ilusión, de coraje y de voluntad férrea que posibilitó el terminar una proeza colosal. Todos, los cinco, son protagonistas admirables; pero no tengo la menor duda en reconocer a Carmen, cinco años, Martín, seis años y Lucía, que empezó con ocho y terminó el Camino con nueve, a los héroes. Es bastante probable que muchos lectores convengan conmigo que niños tan niños fueran capaces de hacer una media diaria superior a los 25 kilómetros, entre el 24 y el 28 de julio, es mucho más que admirable. Sólo cuando uno sabe que sus padres los han acostumbrado, desde el momento en que cada uno fue capaz de andar a triscar por Sierra Espuña cada domingo de sus vidas, se da cuenta que en ese hábito semanal de la familia Gómez Lorente está la razón del éxito. Pero, de la lectura de este ejercicio de ilusión, podrán deducir que muy por encima de la resistencia física que los pequeños pusieron de manifiesto está un muy bien trazado plan psicológico de los padres, que es lo que de verdad posibilitó el éxito. Carmen, Martín y Lucía, que sin llegar a los diez años ya han andado por casi toda España, serán, de esto no tengo la menor duda, seres de mente abierta, con una fuerza de voluntad que en los tiempos que corren no se ve. Además, serán solidarios porque sus padres les han hecho crecer con esas cualidades. Creo que cuando terminen de leer esta historia de ilusión les emocionarán muchas secuencias y momentos de estos cinco protagonistas que yo sitúo como autores de una gesta en una tradición que forma parte de la historia con mayúsculas del viejo continente. Lean, disfruten y admírense de lo que fueron capaces.
Gregorio Parra García Septiembre 2011
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Introducción Tras hacer el Camino de Santiago en pareja en el año 1998, tomamos la determinación, catorce años después, de intentar hacer al menos una parte con nuestros hijos. Pensábamos que sería una experiencia enriquecedora llena de nuevos aprendizajes. Estos treinta y nueve días de camino han colmado nuestras expectativas: no sólo han llenado de vivencias y sentimientos a nuestros pequeños, sino que nosotros mismos hemos aprendido a través de sus ojos. Este libro es la suma de nuestros diarios, que fuimos escribiendo durante nuestro “camino”. El lector no encontrará una guía que destaque o recomiende etapas, lugares, albergues, etc. Sin embargo, conocerá la experiencia de una familia con tres niños desde el punto de vista de cada uno de ellos. Cada uno de los diarios viene diferenciado por un color. Así, se podrá elegir hacer una lectura día a día, como viene estructurado el libro, o elegir uno de los diarios y leerlo en su totalidad. Comprobar que tres pequeños han sido capaces de completar y disfrutar de todo el trayecto comprendido entre Roncesvalles y Santiago de Compostela, puede servir de estímulo a personas que duden de sus posibilidades al acometer esta empresa. Nuestra faceta de padres y maestros ocupa una parte importante de los diarios. Mencionamos la forma de actuar con nuestros hijos, así como nuestras creencias y premisas a la hora de enseñar. Por supuesto, no son las únicas ni las mejores, pero son las que nosotros ponemos en práctica y nos guían en la difícil tarea de educar. 11
Como familia ha resultado una experiencia única, que nos ha formado y preparado para afrontar futuras vivencias. Lo que nos llevamos es un aprendizaje que intentaremos trasladar a nuestras vidas, además de los agradables momentos que hemos vivido. Queremos agradecer a Juana y Fran su apoyo, trabajo y buen gusto, que han hecho posible que el libro sea lo que es. También a Juan Pedro, que ha corregido los textos con precisión matemática. Y por supuesto a nuestro amigo Gregorio, que se ha prestado a realizar el prólogo, además de alentarnos y apoyarnos en todo momento. Gracias a nuestros amigos y familiares, por querernos y entendernos. Y a nuestros padres, por enseñarnos lo que es una familia. En especial queremos acordarnos de Paquita, que habría deseado poder vivir esta experiencia, y que tan orgullosa estaría de sus nietos y de lo que han logrado realizar.
Fco. Javier Gómez Caja y Cristina Lorente Karnetzky
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Cristina Javier Lucía Martín Carmen
DĂa 1
Etapa: Alhama de Murcia - Roncesvalles - Burguete Distancia: 02 Km Fecha: 30 de Junio de 2011
DĂa 2 Etapa: Burguete - Zubiri Distancia: 19,5 Km Fecha: 01 de Julio de 2011
La liebre y las tortugas Suena el despertador y nos levantamos como un rayo. Nos despedimos de las sábanas y las camas. Si todo sale bien, esta noche dormiremos en el albergue de Zubiri. Una noche peregrina de las de verdad, sin tantas comodidades como ésta. Aunque unos han dormido más cómodos que otros, ya que Carmen y yo hemos compartido cama, y es increíble que alguien tan pequeño ocupe tanto espacio. Además, se levanta varias veces a hacer pipí, con la consiguiente salida de la habitación hasta el baño. Por suerte estamos acostumbradas a estas interrupciones nocturnas y nos levantamos sin sueño, sin acusar el viaje de ayer, que puede resultar tan agotador como una caminata. Desayunamos en el comedor de la casa nuestros víveres de la capaza, y Javier decide seguir transportándola también hoy, ya que nos queda bastante comida y no nos encontraremos ninguna tienda por el camino. Hoy afrontaremos una etapa más larga de lo deseado, 19,5 km. Es más de lo que hemos caminado hasta ahora, y además nos hubiera gustado empezar a hacer distancias más cortas, e ir aumentándolas progresivamente. Sin embargo, no encontramos otra alternativa viable. De todas formas, vinimos con la conciencia de ser flexibles y estar abiertos a cualquier variación que pueda surgir. Así que intentaremos llegar hasta Zubiri y pondremos todo nuestro empeño en lograrlo, pero no nos importará tener que dormir en cualquier sitio intermedio o coger un taxi si es necesario. Hace buen tiempo y comenzamos con buen ánimo. A los niños les ilusiona coincidir con algunas personas que conocimos ayer. Además, se sienten protagonistas al llamar la atención por ser tan pequeños y caminar con su mochila a cuestas. En la preparación del camino nos planteamos cuánto peso podrían llevar, pues pensamos que para ser partícipes del camino deberían transportar su mochila todo el tiempo. Cada uno carga con su ropa y un bidón de agua. Además, Martín lleva los playmobil y las cartas. Lucía el parchís y los walkies. De esta forma, la mayor es la que lleva más peso, y el mediano un poquito más que la pequeña. El camino transcurre por espacios verdes y con sombras, que son los favoritos de Lucía. Además están plagados de animales, lo que nos obliga a hacer paradas de forma intermitente. Los peques hacen verdaderos esfuerzos por no dejarse llevar por la euforia y comportarse como tortugas y no como liebres. Les contamos la fábula de la tortuga y la liebre para que aprendan a dosificar su esfuerzo y dejen reservas para el final. Aun así hay que ir recordándoselo para que no echen a correr y saltar. A esto también ayuda el trasiego constante de peregrinos, que además nos piden alguna foto de familia en cualquier parada. 26
Diarios del Camino
Durante el trayecto observamos peregrinos de diferentes edades y condiciones. Entre ellos nos llama la atención una mujer muy mayor que camina encorvada y sudorosa. Le preguntamos cómo está, y nos responde en inglés que le duelen las caderas y le gustaría parar en el pueblo en el que nos encontramos. Hacemos de intérpretes, ya que es un pueblo pequeño y sus habitantes, casi todos mayores, no saben inglés. Una mujer muy amable se ofrece para acompañarla a una posible posada, tras explicarle lo ocurrido. Es agradable encontrar gente dispuesta a perder su tiempo en ayudar a otro sin esperar nada a cambio. Continuamos y paramos unos metros más adelante a almorzar junto al frontón del pueblo. Tras unos minutos de inactividad, los peques nos piden ir a jugar al pequeño parque que hay enfrente. Mientras “descansan” haciendo volteretas y saltos, aparece la mujer que pensábamos estaría reposando en el hostal. Nos dice que estaba cerrado y que continuará caminando, aunque no se siente capaz de ello. Recordamos haber visto un poco más abajo un teléfono de un taxi, así que Javier vuelve para conseguirlo y llamamos para ver si pueden venir a recogerla. Se muestra muy agradecida, incluso nos pregunta que si queremos que nos lleve alguna mochila, aunque rehusamos ya que nos encontramos con fuerzas suficientes. En la comida hacemos la primera parada con aislantes, que tan ansiosamente espera Martín. Nos tumbamos y comemos, mientras los caminantes paran a retomar el aire charlando con nosotros. Conocemos a una mujer que hace el camino en bici junto a una amiga, y a un alemán que nos cuenta que ha conocido el Camino de Santiago por medio de un escritor muy famoso en Alemania. Esto nos aclara por qué encontramos tanta proporción de alemanes entre los peregrinos. Mis nociones de este idioma me resultan muy útiles para hablar con él, ya que se expresa en una mezcla de inglés y alemán. Es un personaje tan singular que los niños ya se habían fijado en él durante el día. Lleva unas pesadas botas que le están lastimando los pies y viste totalmente de negro, color que contrasta con unos ojos muy vivos y una sonrisa picaruela que aflora constantemente.
Tras el descanso nos cuesta mucho más caminar, ya que aparecen los dolores y el cansancio. La mochila pesa y parece traspasar la clavícula, y Javier se queja de dolor en los glúteos. Los peques demandan más atención porque están cansados. Se sorprenden de que aún queden rezagados como nosotros que no han llegado al albergue. Las liebres llegaron temprano y ya estarán descansando. A las tortugas nos queda seguir pasito a pasito, porque ahí residen nuestras posibilidades de finalizar con éxito. Por la tarde conseguimos llegar al albergue. Ahora queda la ducha, la colada y hacer la cena. En cuanto están limpios y la ropa tendida salimos a comprar la recompensa prometida, un huevo de chocolate. No encontramos en el bar cercano, pero están dispuestos a seguir caminando y llegar hasta la gasolinera que está a las afueras para conseguirlo. De camino juegan en el parque, y el resto de peregrinos se muestra muy asombrado de verlos jugar después de la hazaña que acaban de hacer. Todavía nos queda afrontar la prueba más dura, dormir en el barracón junto a más personas y conseguir descansar sin molestar. Martín está acostumbrado a dormir con luz, por lo que transporta una pequeña lamparita para la noche, pero no sabemos si podremos utilizarla, ya que podría molestar al resto de las personas que comparten habitación con nosotros. No es lo único que le ayuda a dormir, también le acompaña un muñeco que sustituirá a su querido Abracitos, que le espera en casa. No creo que Lucía tenga problemas, ya que duerme fácilmente en cualquier sitio, pero Carmen es harina de otro costal. Y no hablemos de sus viajes al baño. Espero que no sean muchos, ya que el baño está lejos del cuarto, y hay que salir al exterior para acceder a él. Nos acostamos satisfechos e ilusionados. No esperamos llegar al final del Camino, sólo queremos disfrutar el día que nos espera. 28
Diarios del Camino
DĂa 2 // Burguete - Zubiri
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Diarios del Camino
¡Son unos fenómenos! Es la expresión que más se ajusta a los pensamientos que me sobrevenían durante el final de la etapa de hoy. Me estoy refiriendo con ello a los tres “mengajos”, que han sido capaces de caminar 19,5 km por estos territorios pre-pirenaicos, con sus correspondientes subidas y bajadas. Hemos caminado desde Burguete hasta Zubiri, desde las 7h hasta las 15.30h, desde la incertidumbre de llegar al albergue hasta las inmensas posibilidades que se nos abren para los días siguientes, desde el temor de lo que se comienza hasta la satisfacción de la etapa cumplida..... Han sido merecedores nuestros “campeones” de ser recompensados. Las recompensas se las hemos ido dando durante toda la etapa en forma de elogios por su buen hacer, alabanzas por su sacrificio y superación, así como todo tipo de refuerzos orales positivos.1 Otro tipo de recompensa que les damos por la tarde es más básica, y persuasiva en muchas ocasiones. Se trata de un huevo de chocolate con su inseparable juguetito. Además de ser un premio para ellos, nos servirá para que asocien etapa terminada con huevo Kinder de regalo, y les ayudará a reponer parte de las energías gastadas durante la etapa. También por la tarde los recompensamos con la visita a un parque infantil, donde juegan de la misma manera que cualquier otro día, es decir, corriendo, saltando, trepando... Increíble, cuando hace apenas tres horas estábamos todavía caminando. Siendo importantes e imprescindibles todas las recompensas mencionadas, la mayor recompensa para ellos es la sensación que tienen de haber cumplido con lo que nos habíamos marcado. Durante la mañana nos acompañaron las conversaciones con una mujer inglesa afincada en Galicia, las preguntas y respuestas que nos da Markus, un alemán de Hannover, y los trámites que realizamos a Audrey, una anciana surafricana, para que un paisano de la zona la lleve hasta Zubiri. Todos parecen contentos, ilusionados y dispuestos a llegar hasta el final. Lo que no parece tan claro es dónde está el final del “Camino” para cada uno de ellos; esperemos que resulte ser el deseado en cada caso. Gran parte de culpa de esta “excesiva” socialización la tienen nuestros nenes. Están despertando gran interés entre el resto de peregrinos, con continuas muestras de apoyo hacia ellos y nosotros. Nos suelen decir: “¡Qué valientes!” (nosotros pensamos que quizá inconscientes), “¡Nice!”... 1 Es importante que el elogio, la alabanza y el refuerzo sea administrado de forma inmediata a su conducta, a posteriori no resulta tan eficaz y es menos recompensador para ellos.
Día 2 // Burguete - Zubiri
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También nos preguntan por nuestro lugar de destino final -ante lo que decimos: “Hasta donde lleguemos”-, nos chocan la mano a modo de jugadores de baloncesto, y hasta se fotografían con nosotros. Para los niños es una sorpresa este grado de expectación generado, nosotros lo intuíamos y no era lo que más deseábamos. Al menos está sirviendo para que tengamos mayor contacto con personas, algo que no ocurriría de ir Cristina y yo solos. Cuando me refería a que son unos fenómenos, es conveniente saber que la edad de Lucía es de 8 años, la de Martín de 6 años y la de Carmen de 5 años. Edades impropias para estar realizando el “Camino” como si de adultos se tratase. Nosotros nos sentimos muy orgullosos de ellos, a la par que esperanzados en seguir disfrutando como lo estamos haciendo durante estos dos días. Disfrutar del “Camino” es nuestra mayor motivación para seguir adelante; aunque también sabemos que ese disfrute lleva aparejado otra serie de experiencias que no descartamos, todo lo contrario, buscamos. Me refiero a austeridad, sacrificio, superación, solidaridad, conocimiento, respeto, tolerancia.... Valores que ya pudimos apreciar Cristina y yo en el “Camino de Santiago” que realizamos en el año 1998 -dos meses antes de comenzar una vida en común de forma oficial- junto a mi hermana y tres grandes amigos: Alfonso, Sonia y Pablo. Aquella hermosa experiencia es la que intentamos que conozcan también nuestros hijos ahora, y nosotros con ellos, dándole una dimensión aún mayor. Después de los quehaceres cotidianos del peregrino tras la caminata (ducha, colada, nutrición, hidratación cutánea y no cutánea) creemos importante que el primer día fijemos las rutinas que tendremos de aquí en adelante hasta que el “Camino” termine. Es por ello que tomamos nuestras agendas , bolígrafos, lápices y colores para escribir cada uno sus pensamientos, anécdotas, ideas y demás comentarios en su diario personal.2 Ha resultado ser un largo día. Estamos cansados y satisfechos, doloridos y agradecidos, soñolientos e ilusionados... E inmensamente felices.
2 Los niños tienen que encontrarse seguros y cómodos, siendo una buena manera para conseguirlo el tener unos hábitos, unas rutinas que se repetirán diariamente en la medida de lo posible. También hay que ser flexible cuando las condiciones son otras a las habituales, o cuando los niños están en condiciones poco adecuadas para seguir el “guión”. Con la rutina del diario personal estamos consiguiendo varios objetivos: • Que durante el periodo vacacional continúen teniendo contacto con la lecto-escritura. • Que tengan una tarea clara y precisa a realizar por la tarde. • Que estén sentados y descansando físicamente. • Que tengamos un documento escrito de los cinco sobre lo que estamos realizando. Que si no llega a bestseller, al menos nos ayudará a recordar en un futuro esta experiencia de forma clara y entrañable.
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Diarios del Camino
DĂa 2 // Burguete - Zubiri
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DĂa 3 Etapa: Zubiri - Huarte Distancia: 17 Km Fecha: 02 de Julio de 2011