DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA Empresa que supuso el mayor ensanchamiento de las fronteras oceánicas de Europa, la aventura descubridora más importante en la historia de la humanidad, cuya figura más distinguida y esencial fue la de Cristóbal Colón, y que sobre todo destacó por hacer posible lo que recientemente se ha dado en llamar el encuentro de dos mundos. Larga y costosa, nada casual, estuvo motivada por una serie de factores sociales, económicos, religiosos y técnicos; y se apoyó en impulsos políticos y científicos. Tras un largo aprendizaje mediterráneo, esta empresa marítima adquirió protagonismo indiscutible en la zona del golfo de Cádiz y bajo el impulso de los marinos portugueses y andaluces, los más capaces y mejor conocedores del Atlántico durante los siglos XV y XVI. Cristóbal Colón
(C. 1451-1506), navegante y descubridor, tal vez de origen genovés, al servicio de España, hombre polémico y misterioso, autodidacta y gran observador, descubrió el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492, fue el primer almirante, virrey y gobernador de las Indias, y enseñó a los hombres de mar de su tiempo el camino a seguir para ir y volver de América. Cristóbal Colón nació el año 1451 en Génova. Algunos autores, sin embargo, defienden que era catalán, mallorquín, judío, gallego, castellano, extremeño, corso, francés, inglés, griego y hasta suizo. Siguiendo la tesis genovesa, sus
padres fueron Doménico Colombo, maestro tejedor, lanero o tabernero, y Susana Fontanarrosa. De los cinco hijos del matrimonio, dos, Cristóbal y Bartolomé, tuvieron pronto vocación marinera; el tercero fue Giácomo (Diego Colón), que aprendió el oficio de tejedor; y de los dos restantes, Giovanni murió pronto, y la única mujer no dejó rastro. Recordando estos primeros años, Cristóbal escribía en 1501: "De muy pequeña edad entré en la mar navegando, e lo he continuado fasta hoy… Ya pasan de cuarenta años que yo voy en este uso. Todo lo que fasta hoy se navega, todo lo he andado". El aprendizaje colombino se debió hacer en galeras genovesas primero, como grumete; como marinero, desde los 15 años, y con mando en barco desde los 20 o 22 años. Entre 1470 y 1476 recorrió todas las rutas comerciales importantes del Mediterráneo, desde Quíos, en el Egeo, hasta la península Ibérica, al servicio de las más importantes firmas genovesas. También participó en empresas bélicas, como el enfrentamiento entre Renato de Anjou y el rey de Aragón, Juan II, por la sucesión a la Corona de Nápoles. Se afirma que, al amparo de tantas guerras y conflictos como entonces había, ejerció de corsario, actividad muy lucrativa y reconocida hasta en los tratados internacionales de la época. Colón y Portugal Según cronistas contemporáneos, Colón llegó a las costas del sur de Portugal (Lagos), cerca de Sagres, tras un durísimo combate naval acaecido cerca del cabo de San Vicente, el 13 de agosto de 1476. Incendiado su barco, Colón salvó su vida agarrándose a un remo y nadando hasta la costa. Empezaba la estancia colombina en Portugal, que duró casi diez años, tan importantes y decisivos como misteriosos. Fue en el pequeño reino ibérico, y de la mano de portugueses, donde aprendió a conocer el océano, a frecuentar las rutas comerciales que iban desde Islandia a Madeira, a tomar contacto con la navegación de altura, con los vientos y corrientes atlánticos y a navegar hasta Guinea. Dicen los cronistas que Colón, una vez repuesto, marchó de Lagos a Lisboa, donde se dedicó al comercio. En 1477 viajó hasta Inglaterra e Islandia,
y en 1478 se movía entre Lisboa y el archipiélago de Madeira con cargamentos de azúcar. Hacia 1480, parece que se casó con Felipa Moñiz, quien le ayudó a acreditarse y restaurarse y a moverse como vecino y cuasi natural de Portugal. De este matrimonio, nació hacia 1482 en la isla de Porto Santo, del archipiélago de Madeira, su sucesor Diego Colón. ¿Conocía Colón antes de 1492 las tierras de América? Hay grandes indicios y alguna prueba razonable, como el preámbulo de las Capitulaciones, de que Colón, cuando elaboró su plan descubridor, sabía más de lo que decía. Tal convencimiento, que se extendió ya desde el principio entre los primeros pobladores y cronistas, se corresponde con el llamado "Predescubrimiento de América". Parece que, entre los años 1477 y 1482, en que Colón no dejó de realizar frecuentes viajes a las islas Madeira, Azores y Canarias, algo trascendental, que él califica de "milagro evidentísimo", le sucedió, si hacemos caso a sus palabras: "Me abrió Nuestro Señor el entendimiento con mano palpable a que era hacedero navegar de aquí a las Indias, y me abrió la voluntad para la ejecución de ello. Y con este fuego vine a Vuestras Altezas". Los defensores del predescubrimiento de América sostienen que ese algo trascendental, repentino y milagroso que le sucede a Colón en cualquier momento de estos años fue que alguien, con conocimiento de lo que decía, le informó de la existencia de unas tierras al otro lado del océano. Tal información aportaba detalles bastante ajustados sobre algunas islas y sus naturales, sobre ciertos parajes y, especialmente, acerca de las distancias. Ese alguien fue, según unos, un piloto portugués o castellano (la conocida como "leyenda del piloto anónimo") que al regresar de Guinea se vio impulsado por alguna tormenta hasta las Antillas. Tras un tiempo allí, regresó, se encontró con Colón, le informó y murió. Según otra teoría, la información colombina procedería, no de un europeo, sino de algún grupo indígena que en un desplazamiento por las Antillas se vio obligado a desviarse océano adentro hasta encontrarse con Colón. Ambas teorías coinciden en señalar que tal encuentro debió producirse a bastantes leguas al Oeste de las Canarias, Azores o Madeira, en una zona que por aquel entonces frecuentaba. Cristóbal Colón se sintió elegido por la
Providencia para descubrir aquellas tierras, y, a partir de ahí, comenzó a elaborar su proyecto, sabiendo que la mayor dificultad que iba a tener era cómo articularlo teóricamente para defenderlo ante los mayores expertos del momento: portugueses y castellanos. El proyecto descubridor colombino. Por los años 1480-1482, Cristóbal Colón era un buen navegante, un hombre práctico y autodidacta, pero carecía de ciencias y saberes teóricos: "En la marinería se hizo abundoso; de astrología me dio lo que abastaba, y ansí de geometría y aritmética". Para elaborar su plan descubridor, Colón, que era más medieval que moderno, y se sentía instrumento de la Providencia, utilizó varias fuentes informativas: la Historia rerum ubique gestarum del papa Pío II; la I'mago Mundi del cardenal francés Pierre D'Ailly; y la Correspondencia y Mapa que, en 1474, el sabio florentino Paolo del Pozzo Toscanelli había hecho llegar al rey de Portugal a través de su amigo, el canónigo lisboeta Fernando Martins. De las dos primeras obras, que eran como enciclopedias del saber del momento y que estudió muy detenidamente, como demuestran las casi 1.800 apostillas o anotaciones al margen, extrajo referencias muy concretas sobre parajes bíblicos, situados en el fin del Oriente, como el Paraíso Terrenal, los Jardines del Edén, Tarsis y Ofir, el reino de Saba, los montes de Sophora, la isla de las Amazonas, que pronto situaría en distintas zonas de las Indias, porque para él allí estaba el extremo de Asia. De Toscanelli, que seguía a Marco Polo, recogió Colón todo lo relativo al gran kan, a la tierra firme asiática (Catay, Mangi y Ciamba) y sobre todo al Cipango, isla distante 1.500 millas del Continente y famosa por su riqueza. Sin embargo, hay un punto en el que Colón discrepaba del sabio florentino: las distancias entre ambos extremos del Océano. Toscanelli asignaba al mismo 120 grados de la esfera terrestre (casi el doble de la que en realidad tiene), y, aunque situaba algunas islas en el camino, la empresa resultaba muy arriesgada. Por esta razón, los portugueses, tras estudiar el plan, lo rechazaron y archivaron. Colón, sin embargo, sabía que, en el capítulo de las distancias, Toscanelli estaba equivocado: al empezar el viaje descubridor, anunció que las primeras tierras se encontrarían a 800 leguas de las islas Canarias.
Para defender su proyecto ante los expertos, tenía que entrar en mediciones sobre el grado y la esfera terrestres. Coincide con Alfragano: 1 grado = 56 millas y 2/3 (milla árabe de casi 2.000 metros); por tanto, la circunferencia del ecuador era igual a 20.400 millas. Esto daría 40.000 kilómetros para la circunferencia del ecuador (prácticamente la medida real). Sin embargo, Colón achica la esfera terrestre y da al ecuador una medida de unos 30.000 kilómetros, es decir una cuarta parte menos, porque está manejando la milla itálica, de unos 1500 metros. Hacia 1483 o 1484 defendió este proyecto ante los portugueses, que lo rechazaron. De mediciones, cálculos y Toscanelli, ellos sabían más que Colón. No les aportaba nada nuevo y además exigía mucho. Colón en Castilla. A finales de 1484 o principios de 1485 dejó Portugal lo más secretamente que pudo y entró en Castilla: "Siete años estuve yo en su real corte, que a cuantos se habló de esta empresa todos a una dijeron que era burla", recordaría después. Tras arribar con su hijo Diego a algún puerto del golfo de Cádiz, quizá Palos de la Frontera, visitó el monasterio franciscano de Santa María de La Rábida, en donde siempre halló Colón ayuda material, amigos y conversación. El 20 de enero de 1486, los Reyes Católicos recibieron por primera vez a Colón en Alcalá de Henares (Madrid), y a continuación nombraron una junta de expertos para valorar el proyecto colombino. La voz de la ciencia, al igual que en Portugal, le fue contraria. A pesar de que muchos no daban crédito a lo que prometía, nunca faltaron protectores a Colón. Algunos de los más constantes fueron frailes con influencia ante los Reyes, como el incondicional, buen astrólogo y entendido en navegación, fray Antonio de Marchena. Otro religioso influyente, maestro del príncipe don Juan, y siempre favorable a Colón fue fray Diego de Deza. Es posible que el futuro descubridor revelase a ambos sus conocimientos en secreto de confesión. Un tercer religioso, decisivo en 1491 y 1492, fue el fraile de La Rábida, Juan Pérez. En la última fase de la negociación, además de hombres de religión, el genovés contó con el apoyo de algunos cortesanos distinguidos, como fue el caso de Luis de Santángel, Juan Cabrero o Gabriel Sánchez.
Entre los años de 1487 y 1488, mientras esperaba en Córdoba la decisión de los Monarcas, conoció a Beatriz Enríquez de Arana, una joven de humilde procedencia, que el 15 de agosto de 1488 le dio un hijo: Hernando Colón. Para hacer frente a sus necesidades, trabajó con sus manos pintando mapas de marear o portulanos que vendía después a los navegantes, e hizo de mercader de libros de estampa. En 1488, invitado sorprendentemente por el rey portugués Juan II, parece que hizo un viaje rápido a Portugal. Poco después, se movía por Andalucía y visitaba a los duques de Medinasidonia y a los de Medinaceli, mientras llegaba a su fin la guerra de Granada, que tenía ocupados a los Reyes Católicos. Las Capitulaciones de Santa Fe. Después de muchas tentativas de que intercediera favorablemente de nuevo el monasterio de La Rábida y fray Juan Pérez, los Reyes Católicos, en un acto personal, no científico, decidieron respaldar el plan colombino. El 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe o documento-contrato, que estipulaba las condiciones en que Cristóbal Colón haría el viaje descubridor. El documento tiene dos partes, un preámbulo sorprendente que dice así: "Vuestras Altezas dan e otorgan a don Cristóbal Colón en alguna satisfacción de la que ha descubierto en las Mares Océanas y del viaje que agora, con el ayuda de Dios ha de fazer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que se siguen". Ese "ha descubierto" es, para los partidarios de la teoría del Predescubrimiento, la prueba documental decisiva, ya que Colón se atribuye, antes de 1492, descubrimientos en el océano que ahora transfiere a los Reyes Católicos, en virtud de lo cual estos le corresponden dándole una serie de privilegios, que forman la segunda parte del documento: 1) El oficio de almirante de la Mar Océana, vitalicio y hereditario, en todo lo que descubra o gane, y según el modelo del almirante mayor de Castilla.
2) Los oficios de virrey y gobernador en todo lo que él descubra o gane. No se habla de hereditariedad. Para cubrir los cargos en las Indias, puede proponer terna a los reyes para que estos escojan.
3) La décima parte de todas las ganancias que se obtengan en su almirantazgo.
4) Que todos los pleitos relacionados con las nuevas tierras los pueda resolver él o sus justicias. Este punto nunca se cumplió porque estaba condicionado a los precedentes castellanos.
5) El derecho a participar con la octava parte de los gastos de cualquier armada, recibiendo a cambio la octava parte de los beneficios. Con este documento capital y otras mercedes, se dirigió a la villa de Palos a preparar la flota descubridora. El gran viaje. El 2 de agosto de 1492, Cristóbal Colón embarcó con toda su tripulación, y al día siguiente, antes de salir el sol, zarpó del puerto de Palos de la Frontera (Huelva). El 9 de septiembre llegaron a las Islas Canarias donde se habrían quedado durante unos días. Primero navegaron hasta La Gomera (una de las siete islas principales de las Canarias, España), donde visitó a Beatriz de Bobadilla que era la gobernadora de la isla, y posteriormente, anclaron en Gran Canaria (una isla española del archipiélago canario), donde arreglaron el timón de La Pinta y sustituyeron las velas triangulares originales de La Niña ,que la convirtieron en la más rápida de la flota. Finalizadas las reparaciones, desde la isla de Gomera continuaron su travesía por el Atlántico el 6 de septiembre. El día 6 de septiembre continuaron su viaje hacia lo desconocido. Su objetivo era Cipango (el actual Japón). El día 13 de septiembre, descubrieron la declinación magnética de la tierra mediante sus instrumentos medievales (brújula,astrolabio,sonda...), y el 16 de setiembre llegaron al mar de los Sargazos. El 24 de setiembre tuvo a bordo de las naves un intento de motín, pero la crisis fue superada. A partir del 1 de octubre se da cuenta de que algo no va bien. El 6 de setiembre ya han sobrepasado las 800 leguas sin ver indicios de tierra, porque según sus estimaciones habrían tenido que tocar tierra después de haber navegado 700 leguas. Durante la noche del 6 al 7 de octubre, se produjo el primer motín entre los marineros de la Santa María. Los
hermanos Pinzón en conjunto con Colón y ahogaron el motín. Sin embargo, la noche del 9 al 10 de octubre el malestar se extendió a todos, incluidos los propios hermanos Pinzón. Entonces, decidieron navegar tres días más y al cabo de este tiempo, si no encontraban tierra, volverían. El día 10 de octubre vieron pájaros, y finalmente el 11 por la noche, el marino Rodrigo de Triana gritó desde La Pinta: «¡Tierra a la vista!», Al día siguiente desembarcaron en la isla de Guanahaní (que ellos bautizaron como San Salvador), actual isla de Watling, en el archipiélago de las Bahamas, y tomaron posesión de la nueva tierra en nombre de los Reyes Católicos. El 28 de octubre, arribaron a Cuba, y el 21 de noviembre se apartó de la flota Martín Alonso Pinzón. El 6 de diciembre llegaron a la isla de La Española; y el 24 encalló la Santa María, con cuyos restos y la ayuda del cacique de la zona, Guacanagarí, construyeron el fuerte de la Navidad. Tras dejar a 39 españoles ahí, siguieron la costa, encontraron a Martín Alonso Pinzón (6 de enero), y navegaron hasta la costa de Samaná. Desde esta zona, el 16 de enero de 1493, el almirante dio la orden de regresar a España. El viaje fue tranquilo hasta llegar a las Azores, donde sobrevino una fuerte tormenta (12-15 de febrero) que forzó a la Pinta a separarse del almirante y arribar a Bayona (Pontevedra). Otra tempestad, cerca de Lisboa (4 de marzo) obligó al descubridor a desembarcar en Portugal. El 15 de marzo, don Cristóbal, al mando de la Niña, entraba triunfal en Palos. Martín Alonso lo hacía con la carabela Pinta pocas horas después. Llegaba muy enfermo, y a los pocos días murió. Tras el éxito descubridor, don Cristóbal informó a los Reyes, que estaban en Barcelona, se dirigió a su encuentro y fue recibido por ellos con todos los honores. Para anunciar el acontecimiento a toda la Cristiandad, escribió la famosa Carta de Colón. Desembarco en América y los primeros asentamientos españoles en el Nuevo Mundo Desembarcaron el 12 de octubre, habiendo tardando 36 días de viaje a una isla conocida por los nativos como Guanahani, que Colón rebautizó con el nombre de San Salvador, llamada así por ser un alivio o salvación para el marino
genoves que afrontaría grandes martirios y dificultades con su tripulación y el reino español, en el archipiélago de las Bahamas También desembarcó en la isla de Cuba, a la que llamó Juana, y de La Española (actual Santo Domingo). En esta, el 25 de diciembre de 1492, se hundió la nave Santa María. Sus restos fueron usadas para construir el fuerte de La Navidad o Natividad, constituyendo así, el primer asentamiento español en América (tierras no continentales americanas). Regreso de Colón a España para entrevistarse con los reyes Católicos Durante la travesía de regreso a España las dos naves se separaron por culpa de una fuerte tempestad, en la que los tripulantes de la Niña al verse a punto de naufragar, realizaron el denominado voto colombino. Finalmente Colón, con la Niña, consigue arribar a duras penas en Lisboa, Martín Alonso Pinzón hace lo propio en el puerto de Bayona. El día 9 de marzo, Colon se entrevistó con el rey de Portugal, convenciéndolo de que la expedición no interfería con sus propiedades de ultramar Las naves, por fin, llegaron al puerto de Palos el 15 de marzo con pocas horas de diferencia, y Colón marchó a Barcelona para informar a los reyes de sus descubrimientos. "La siguiente isla" Los indígenas del lugar se mostraron amistosos y por signos le indicaron que sus ornamentos de oro provenían de la isla siguiente. Durante dos semanas navegaron de isla en isla escuchando la misma respuesta: "La siguiente isla". Cuando Colón avanzó hasta Cuba, estaba convencido de que se encontraba en la China y envió una expedición al interior a buscar la ciudad de Zaitán, descrita por Marco Polo en su libro. Se le informó que sólo había chozas con techos de paja. En diciembre, llegó a una isla grande que llamó La Española y que hoy corresponde a República Dominicana y Haití. Luego de construir el fuerte Navidad a consecuencia de la perdida da la nave Santa María ante las costas de La Española -en el cual quedaron 39 de sus
hombres con instrucciones de reunir la mayor cantidad posible de oro-, Colón emprendió el regreso a Europa. El recibimiento de los Reyes Católicos Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos relata su hazaña de conquistar una nueva tierra y sobre la forma de vida de sus singulares habitantes. (Juan Cordero, S. XIX). Después de haber arribado a la península (marzo de 1493), Colón fue a descansar dos semanas a la Rábida. Allí esperó su audiencia en la corte. El recibimiento de Colón por parte de los Reyes Católicos en Barcelona fue grandioso. Se engalanó la ciudad como para una fiesta, y cuando el Almirante y su séquito llegaron a las afueras, lo recibieron altos cortesanos. Al penetrar en el salón del trono se levantaron los soberanos, y cuando Colón quiso arrodillarse y besarles la mano, le hicieron que se levantara y sentara en una silla cerca de ellos. Colón fue el único al que se le permitió permanecer sentado en su presencia. Entonces les hizo el relato del viaje y de las islas con su fresca vegetación y sus habitantes desnudos, entre otros temas. Les presentó a los indios casi desnudos, quienes rezaron el Ave María y se santiguaron. Sus hombres traían jaulas con cacatúas, grandes ratas indias y pequeños perros que no podían ladrar. Abrieron barriles con extraños pescados en salazón y arcas con algodón, áloe, especias y pieles de grandes iguanas. Les mostraron arcos, flechas y porras, y el Almirante les habló de los caribes devoradores de carne humana o caníbales, y de las sirenas frente a Monte Christi, pero aseguró que no había visto ninguno de los monstruos que los cosmógrafos creían existentes en las islas al fin de la tierra. Luego les mostró el oro: coronas de oro, grandes máscaras decoradas con oro, ornamentos de oro batido, pepitas de oro, polvo de oro. Los soberanos se arrodillaron, y con ellos todos los presentes, dando gracias a Dios que había puesto estas cosas en sus manos. El coro cantó un Te Deum, y las crónicas dicen que todos los ojos se llenaron con lágrimas de indescriptible alegría.
Colón vivió su momento de mayor esplendor y gozó durante este tiempo de todo el favor real. Los reyes se mostraban contentos con su hazaña, alegría que aumentó tras la dictación de las bulas de donación por parte del papa Alejandro VI.
El segundo viaje. Objetivos del Segundo viaje de Cristobal Colón El objetivo de este viaje fue explorar, colonizar, encontrar el camino hacia India y Catay y predicar la fe católica por los territorios que habían descubierto, bajo el cobijo de las bulas alejandrinos que protegían los territorios descubiertos de las reclamaciones portuguesas. Una vez Cristóbal ya había zarpado, dirección de Cádiz a América, llegó de la Corte de Francia su hermano Bartolomé Colón en Barcelona, y los reyes le proporcionaron tres barcos, y fue a buscar a su hermano a América. El 25 de septiembre de 1493 partió de Cádiz al Nuevo Mundo la flota del segundo viaje de Colón. Esta vez, en vez de dirigirse al oeste, Colón trazó una nueva ruta hacia el sudoeste.
Llegada a América y nuevos descubrimientos El 4 de noviembre del 1493 Cristóbal Colón "descubrió" la isla de Guadalupe, situada a unos 480 kilómetros (300 millas) al sureste del actual Puerto Rico, en el centro del archipiélago de las Pequeñas Antillas. El día anterior había visto en el mismo archipiélago de Guadalupe las islas La deseada y Maire-Galante ( Marigalante) que recibirá el nombre de la segunda carabela. El 11 de septiembre de 1493 llego a la isla de Santa María de Monserrate (Monserrate), el 16 de noviembre de 1493 la isla de San Juan Bautista, hoy Puerto Rico.
El 27 de noviembre de 1493 llegan al fuerte de Natividad, en la isla Española, encontrandolo destruido con todos sus compañeros muertos. Colón rastrea la costa buscando un emplazamiento más seguro, y el 6 de enero de 1494 fundó la ciudad de la Isabella.
La Isabela o Villa Isabela : La primera ciudad europea del llamado NuevoMundo
La Isabela fue fundada el 6 de enero de 1494, por Cristóbal Colón durante el transcurso de su segundo viaje, tras haber conocido la destrucción por los taínos de un primer asentamiento, el llamado Fuerte de La Navidad. Este último fue un fuerte construido con los restos del naufragio de la Santa María en la costa noroccidental de la isla de La Española, donde Colón había dejado treinta y nueve hombres al mando del cordobés Diego de Arana. Su destrucción en 1493 por los aborígenes de la isla, comandados por el cacique Caonabo llevó al Almirante a preferir establecerse en otro lugar de la misma costa, pero muchas millas al este. Aquel fue el origen de La Isabela.
La Isabela se compuso de unas doscientas casas de madera, que fueron construidas en unos cuatro días también había edificaciones de piedra, entre las cuales se encontraban: La torre del observatorio, la segunda casa de Cristóbal Colón, la iglesia, entre otros.
Su primer alcalde, nombrado por Colón y ratificado por los Reyes Católicos, fue Antonio de Torres.
A mediados de febrero vuelven doce barcos hacia la península española, bajo el mando de Antonio de Torres, quien llevó un Memorial a los reyes católicos reclamando ayuda desesperadamente, especialmente comida y que se pague
los sueldos de la gente. Se reclamaba en este memorial que se habían enviado 200 personas sin sueldo, y que así no tenían recursos para resolver sus necesidades, y que muchos de los enviados con supuestos oficios los desconocían.
El 12 de marzo inicia su penetración en la isla, y hace construir el fuerte de Santo Tomás. A mediados de abril inició la exploración de Cuba y Jamaica.
A poco tiempo de partir Torres los problemas que Colón afrontaba se volvían más frecuentes, y un grupo de expedicionarios tomaron unas naves para volver a la península, los soldados restantes se dedicaron a robar bienes y mujeres a los indígenas.
A finales de año llega una flota de refuerzo comandadas por Antonio de Torres. Flota que vuelve a la península el 24 de febrero de 1495, con un cargamento de 400 esclavos, con otra carta donde se quejaban amargamente tanto religiosos como seculares que la gente enviada solo se embarcaba a las indias para enriquecerse "sin trabajo ni pena". Descubrimientos geográficos en el Segundo viaje de Cristobal Colón
Con la ayuda de los vientos alisios, el almirante Colón y su tripulación lograron arribar a las Antillas en solamente veintiún días.
A las primeras islas que Colón encontró las llamó Dominica y Marigalante. Luego, la flota llegó a Guadalupe y allí los españoles supieron que los habitantes de la isla eran los caribes.
Luego de Guadalupe, la flota continuó su viaje y descubrió Santa María de Monserrate (Monserrate), Santa María la Antigua (Antigua), San Jorge (San Kitts), Santa Cruz (Santa Cruz), las Once Mil Vírgenes (islas Vírgenes) y San Juan Bautista (Puerto Rico).
Este viaje se dedicó a consolidar el dominio sobre La Española. El 11 de marzo de 1496 regresó a España, llegando a Cádiz el 11 de junio.
El tercer viaje. El 30 de mayo de 1498, se inicia el Tercer Viaje de Cristobal Colón a América. partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda, Cadiz capitaneando ocho barcos (Santa Cruz, Santa Clara, La Castilla, La Gorda, La Rábida, Santa Maria de Guía, La Gaza y la Vaqueña, con una tripulación de 226 personas y llevando consigo a Bartolomé de Las Casas, quien después proporcionaría parte de las transcripciones de los Diarios de Colón. Cristóbal Colón en su tercer viaje llevó su flota a la isla portuguesa de Porto Santo, tierra natal de su esposa. Después navegarón hacia Madeira y pasó algún tiempo allí con el capitán portugués João Gonçalves da Camara antes de navegar a las Islas Canarias y Cabo Verde. Colón desembarcó en la costa sur de la isla de Trinidad el 31 de julio. El 4 al 12 de agosto exploraron el Golfo de Paria, que separa Trinidad de Venezuela. Que explorado el territorio continental de Sudamérica, incluyendo el río Orinoco. Él también navegaron por las islas de Chacachare y Margarita y renombró Tobago ("Bella Forma") y Granada ("Concepción"). Inicialmente, describió las tierras como pertenecientes a un continente desconocido para los europeos, pero luego se retrajo y dijo que pertenecían a Asia. De regreso a Santo Domingo, Colón tuvo que tratar con los colonos descontentos después de haber sido engañados supuestamente por Colón acerca de las riquezas que supuestamente abundaban en el Nuevo Mundo.
Los indígenas se encontraban diezmados por las enfermedades y el trabajo forzado, por eso se rebelaron en contra de lo españoles por los maltratos y su afán de esclavizarlos Arresto de Cristóbal Cólon en América y regreso a España Los Reyes Católicos, asesorado por los veteranos de los disturbios en la isla envió a Francisco de Bobadilla en 1500 con una flota de tres naves y el título de gobernador para poner orden en La Española, donde sus habitantes estaban descontentos con la familia Colón. Los disturbios provocaron que arrestaran a Colón y a sus hermanos embarcándolos de vuelta a España. A su llegada Cristóbal Colón es liberado por Isabel la Católica, pero tuvo que abandonar sus títulos, el título de virrey de las tierras descubiertas, siendo su prestigio menguado. En setiembre de 1501, ocho meses después, en lugar de enviar a Colón a La Española con sus fueros restituidos, ordenan la destitución de Bobadilla, nombrando en su lugar con el título de Gobernador aDon Nicolás Ovando. Cuarto viaje. Los monarcas sintieron el mal trato dado a su almirante, algo lo desagraviaron, pero no lo repusieron en sus oficios perdidos. Prometieron que lo harían, mientras le encargaban el cuarto viaje. Con cuatro navíos y 150 hombres partió de Cádiz el 11 de mayo de 1502. El objetivo era encontrar un paso que permitiera llegar a la Especiería ya que Colón seguía creyendo que la zona antillana era la antesala de Asia. Para atravesar el Océano, siguió una ruta parecida al segundo viaje. Llevaba orden de no detenerse en Santo Domingo. Atravesó el Caribe hasta el cabo de Honduras; siguió hasta el de Gracias a Dios y recorrió la costa de Panamá. No encontró lo que buscaba: ni paso, ni oro, ni especias, pero en cambio sí tuvo muchas penalidades y sufrió la pérdida de dos barcos. El 1 de mayo de 1503 ponía rumbo a La Española, pero se vio obligado a recalar en Jamaica, en la bahía de Santa Ana, donde tuvo que encallar los dos barcos y esperar. La hazaña de Diego Méndez y Bartolomé
Fiesco logrando llegar en dos canoas desde Jamaica a La Española logró salvarlos. Colón insistía en buscar el paso a la India y fracasó. Se dice que cuando navegaba por las costas de Honduras, se encontró con unos mercaderes que iban en una canoa a un lugar llamado Maya. No quiso seguirlos, y rechazó así, sin saberlo, una invitación a la tierra de los mayas. El 28 de junio de 1504, dejaban Jamaica y el 12 de septiembre, en dos navíos, se dirigían a España. Después de arribar a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre de 1504, fracasado y enfermo, siguió hasta la corte y reclamó infructuosamente sus derechos. Murió el 20 de mayo de 1506 en Valladolid.