Equidad de género. Acciones conjuntas para erradicar el uso del lenguaje sexista

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Equidad de género Acciones conjuntas para erradicar el uso del lenguaje sexista.

Jesús Daniel Casillas Quintana Licenciado en letras hispánicas "Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque

del

varón

fue

tomada.

(Génesis 2: 23).

Resumen. El propósito de este trabajo es ofrecer, primeramente, datos generales sobre el proceso de construcción sociocultural de los conceptos sexo/género, así como las posturas encontradas entorno al mismo. En un segundo momento se plantea la problemática del lenguaje sexista que se hereda como código que invisibiliza a las mujeres, así como la importancia del mismo como

vehículo transformador de paradigmas discursivos. La tercera parte del trabajo se enfoca en algunas propuestas metodológicas que tienen por fin erradicar el uso androcéntrico del lenguaje.

Palabras clave. Sexo/género, lenguaje, hombre, violencia de perspectiva de género.

mujer, género,

Introducción Cuando se tiene la oportunidad de versar sobre el concepto de género, pareciera ser que de entrada se nos situara en un escenario de adversos irreconciliables. Y no es gratuita la impresión que se desprende de este tipo de


coyunturas, en un esfuerzo por tratar de comprender la raíz de un problema que ha aquejado a las sociedades de todos los tiempos 1. El concepto en cuestión se ha enmarcado preferentemente en el paradigma cultural del feminismo, por lo que su análisis se inscribe entre la teoría de género 2 y la llamada perspectiva de género3. Atendiendo a Teresa Ortiz, el concepto hace referencia alternativamente a dos cosas4: a) A un sistema de relaciones sociales y simbólicas en las que se evidencia

las desigualdades que existen entre hombres y mujeres, y b) a una categoría de análisis científico que permite estudiar el sistema

mencionado, y contemplar así a los sexos como entidades políticas, sociales y culturales. Siguiendo la lectura de Ortiz, el concepto se “empobrece” 5 al hacer generalizaciones con su uso recurrente, y no sólo eso, sino que la ciencia favorece al redefinirlo otorgándole un nuevo orden semántico y contextualizarlo en diferentes conflictos del devenir histórico. A pesar de ello, se requiere que el concepto sea retomado desde diferentes perspectivas, no sólo para comprobar los efectos de las relaciones asimétricas 1 Debe entenderse que el concepto tiene relevancia en el contexto feminista de los años sesenta y setenta. Pero es Eva Espinar Ruiz quien nos ofrece un bosquejo sobre esta problemática, al reflexionar sobre la violencia de género, y menciona la preocupación que ha existido en torno a este término en diferentes momentos de la historia, aunque no siempre denominado de la misma manera. Ver Espinar Ruiz, Eva. “Las raíces socioculturales de la violencia de género”. Escuela Abierta. N. 10 (2007). ISSN 1138-6908, pp. 23-48. 2 Entre las precursoras del feminismo se encuentra Gayle Rubin que ha analizado las relaciones de sexualidad, producción y opresión en un ensayo titulado El tráfico de mujeres: notas sobre “la economía política del sexo”, y con el que hace una reflexión crítica feminista demostrando el fracaso de la teoría marxista. Ver Rubin Gayle. El tráfico de mujeres: notas sobre la "economía política" del sexo. Nueva Antropología, vol. VIII, núm. 30, noviembre, 1986, pp. 95-145, Asociación Nueva Antropología A.C. México. 3 Perspectiva que reconoce la diversidad de géneros, la existencia de mujeres y hombres como un principio esencial en la construcción de una humanidad diversa y democrática. 4 Ortiz Gómez, Teresa. “El papel del género en la construcción histórica del conocimiento científico sobre la mujer”, en La salud de las mujeres: hacia la igualdad de género en salud. Elvira Ramos (ed.) Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales-Instituto de la Mujer, 2002, 31. Ver en línea http://www.ugr.es/~tortiz/Genero%20y%20androcentrismo.PDF. 5 Teresa Ortiz enfatiza en que se hace un uso arbitrario del concepto de género en textos de corte feminista. Ejemplo de ello es cuando se confunde por sexo y con ello reforzar el androcentrismo. Otros usos son parciales cuando se confunde por mujeres, feminismo o cuando se ignora la complejidad de las identidades sexuales, así como categorías y formas culturales, como clase, etnia o raza.


existentes y quedarnos, por ejemplo, en la discusión azorada de la violencia de género, dejando de lado otras interpretaciones que podrían llegar a convertirse en aplicaciones codificadas para crear relaciones interpersonales solidarias.

I.

Sexo/género. Datos generales sobre su proceso y desarrollo histórico. Para poder hablar de su significado y su aplicación en diferentes

lineamientos, se debe considerar las circunstancias que han dado origen al concepto desde su enunciación, ya que las condiciones históricas son las que explican el desarrollo de la diferenciación sexo/género. Como todo cambio sustancial, el concepto de género emerge en circunstancias de difícil asimilación, ya que el término auxiliará, tanto en el

discurso como en la práctica, en la

resolución de problemáticas ancestrales que han sumergido a las mujeres en condiciones de desigualdad frente a los hombres. La literatura científica ofrece múltiples perspectivas para poder hablar del tema, pero no por ello imposible de compaginar. Stoller al estudiar los resultados de los trastornos de la identidad sexual, se percató de que existían similares disfunciones en las personas analizadas y que éstas podían definir su identidad, sobre todo aquéllas en las que la asignación del sexo había “fallado”6. El caso del hermafroditismo es ejemplo de ello. Al mismo tiempo descubre que en mujeres y hombres,

se determina la identidad y el

comportamiento dependiendo de la forma en que las personas habían sido socializadas y no de datos biológicos que determinaron a los primeros casos. Con estas observaciones se propone una distinción estructural entre sexo y género. Siendo el sexo de características biológicas y fisiológicas y el género correspondiente a la construcción cultural partiendo de roles asignados, pero determinados por el sexo de las personas, tema que se desarrollará en la segunda 6 Hernández García, Yuliaba. “Acerca del género como categoría analítica”, Nómadas. Revista crítica de Ciencias Sociales y jurídicas. 13, España, 1, 2006. Ver en http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/13/yhgarcia.pdf.


parte de este trabajo. Desafortunadamente este sistema sexo/género no sólo hunde sus raíces en la asignación de funciones continuas (macho/hembra) (masculino/femenino), además se da lugar a una “jerarquización de forma que tanto las mujeres como los roles, funciones y rasgos a ellas asociados son socialmente inferiorizados”7 Debe apuntarse, sin embargo, que se corre el riesgo de caer en un determinismo reduccionista al considerar que la cultura es la que configura a las personas. María Jesús plantea este problema a partir de dos vertientes. La primera que “concede primacía a lo social sobre lo individual, ejemplos destacados de lo cual son el marxismo vulgar y el relativismo sociológico. Otra vertiente es la que toma la oposición individuo-sociedad atribuyendo a las experiencias tempranas un papel determinante, un ejemplo de esta posición sería la freudiana vulgar o los planteamientos skinnerianos, según los cuales el ser humano estaría directamente determinado por los estímulos, recompensas y castigos, a que haya estado sometido desde su nacimiento”8. En respuesta a ello, el interaccionismo simbólico 9 “considera que ningún factor de los que intervienen en las características individuales puede tomarse como a priori”10. Según Blumer, la esencia de la sociedad se encuentra en los actores y en su acción, pero no está compuesta de actos aislados. En la sociedad se produce la acción colectiva realizada por individuos que acomodan unos a otros sus líneas de acción. Son participantes que se hacen indicaciones unos a otros, no sólo así mismos. Según Ritzer, la clave para entender el planteamiento de Blumer sobre las grandes organizaciones reside en su concepción de la acción 7 Espinar Ruiz, op.cit., 26. 8 Izquierdo, María Jesús, “Uso y abuso del concepto de género", en Mercedes Vilanova (comp.), Pensar las diferencias. Barcelona: Seminario Interdisciplinario Mujeres y Sociedad, Universidad de Barcelona, 1994, 7. http://www.fongdcam.org/manuales/genero/datos/docs/1_ARTICULOS_Y_DOCUMENTOS_DE_REFERENCIA /A_CONCEPTOS_BASICOS/Marco_Tco_de_la_Igualdad__Sist__sexo_genero.pdf 9 El representante de esta corriente es Herbert Blumer quien había afirmado que la conducta individual no está determinada por macrofuerzas exteriores, llámese cultura, rol, costumbres, instituciones, normas, etc. Ritzer, George. “Interaccionismo simbólico” en Teoría sociológica Contemporánea, México, Mc GRAW-HILL, 1997, 253. 10 Izquierdo, op. cit., 8.


conjunta. Acción conjunta que se caracteriza por ser la suma de los actos individuales, con carácter propio y flexible. La sociedad puede convertirse en cualquier cosa que los actores deseen11. Con ello se da la oportunidad de hablar del gran papel de la naturaleza humana en la transformación de paradigmas universales, y contemplar la posibilidad de empoderamientos colectivos, en los que sus integrantes han tomado conciencia de sus derechos y capacidades, y cómo es que con estas cualidades pueden lograr acciones conjuntas en favor de la sociedad a la que pertenecen. Ante estos planteamientos, es indudable que los diferentes estudios que se han hecho entorno al concepto de género existan enfoques relacionales, a pesar de la arbitrariedad en su uso. Estos estudios no son sobre las mujeres, es un estudio global de las relaciones que existe entre los hombres y las mujeres, y sólo podrán comprenderse las experiencias de las mujeres si se analizan las experiencias de los hombres y viceversa, de ahí que se permitan establecer nexos entre las posibilidades de vida de mujeres y varones y los tipos de sociedad, momento histórico, diversidad cultural y modelos de desarrollo en que viven 12. No todos los estudios que se han ocupado del concepto de género se deben calificar de insulsos por el hecho de haber reflexionado sobre un grave problema. En diferentes momentos esos estudios ofrecieron materiales de gran valor, porque develaron por vez primera los efectos de la invisibilidad en la que se había sometido a las mujeres por cientos de años. Gayle Rubien ya lo había mencionado en 1986,

“La Literatura sobre las mujeres […] es una larga

meditación sobre la cuestión de la naturaleza y génesis de la opresión y la subordinación social de las mujeres. No es una cuestión trivial, puesto que las respuestas que se le den condicionan nuestras visiones del futuro y nuestra 11 Ritzer, op. cit. 254. 12 Martínez Benlloch, Isabel. “Actualización de conceptos en perspectiva de género y salud. Programa de Formación de Formadores/as en Perspectiva de Género en Salud, establecido mediante Convenio entre el Ministerio de Sanidad y Consumo (Observatorio de la Salud de la Mujer) y la Universidad Complutense de Madrid (Grupo de Investigación Estilos Psicológicos, Género y Salud), 2005-2006. Ver en línea: http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/03modulo_02.pdf


evaluación de si es realista o no la esperanza de una sociedad sexualmente igualitaria”13. Pese a lo que menciona Teresa Ortiz sobre el uso arbitrario del concepto de género, y sobre todo al correr el riesgo de confundirlo por mujeres, feminismo o feminista (ya que responde a una estrategia de despolitización impuesta por el sistema médico14 y por la academia que tienen unos efectos simplificadores o simplistas, o bien, porque es una forma de despolitizar la investigación, lo que implica la desaparición del sujeto 15), irremediablemente es en ese contexto del movimiento feminista donde las mujeres han encontrado las herramientas teóricas y políticas para exigir el trato justo para ellas, en todo ámbito social. Artemisa Flores en su artículo titulado “La segunda ola del Movimiento Feminista: el surgimiento de la Teoría de Género Feminista 16”, evoca, sin siquiera mencionarlo, el pensamiento claro de Blumer cuando señala que la esencia de toda sociedad se encuentra en sus actores y en su acción. Y sucede hacia finales de los años 60, cuando las condiciones históricas favorecieron para el surgimiento de aquellas grandes movilizaciones, en diferentes partes del mundo, con fines comunes por bandera: la libertad de expresión y de acción. ¿Cuáles son esas problemáticas por las cuales las personas tuvieron que salir a las calles y protestar? La pobreza y explotación, la falta de oportunidades, la propiedad privada y las desigualdades del capitalismo. Y fueron las mujeres quienes tuvieron un papel sumamente importante en la reconstrucción simbólica del mundo al no estancarse en el plano político y trascender al plano ideológico, y plantear seriamente una de las ideas innovadoras del movimiento feminista: la 13 Rubin, op. cit. 95. 14 Cabe mencionar que Teresa Ortiz realiza una extraordinaria investigación, desde una perspectiva de género, para reflexionar sobre la construcción de las categorías mujer y diferencia sexual, a partir del análisis de textos médicos de diferentes épocas, y en los cuales se observa la presencia de valores sexistas, así como metáforas que discriminan a las mujeres. 15 Ortiz Gómez. op. cit. 31. 16 Flores Espínola, Artemisa. La segunda Ola del movimiento feminista: el surgimiento de la teoría de Género Feminista, mneme. Revista de humanidades, 2004. Ver en línea: http://www.academia.edu/6254932/La_segunda_ola_del_feminismo


teoría de género17. Se debe destacar que este proceso es difícil de consolidar y que no son suficientes las personas que han sido precursoras o las aún activistas al denunciar que las características físicas no causan el orden social, que el lenguaje utilizado para llamar a las cosas debe sufrir afectaciones positivas y que la asignación de roles no depende del sexo de las personas.

El lenguaje sexista, motivo de subordinación femenina

II.

Existe una utilización del lenguaje común que justifica la clasificación de las personas y las cosas en las categorías que hoy conocemos. La cosmovisión de la que gozan los grupos sociales depende del código empleado para comunicarse. Dicho código empleado ha manifestado diferencias sociales de género: masculino y femenino. En función de ello, las niñas y los niños aprenden a incluirse o excluirse de cualidades, situaciones y posibilidades del mundo que les rodea 18. Y es a partir de estas exclusiones lo que supone que a lo masculino y lo femenino le corresponden funciones particulares. Las diferencias culturales se manifiestan de modo similar, ya que se transmite como verdadero y universal, dependiendo de los atributos sexuales, la asignación de roles,

justificando la

desigualdad que existe entre hombres y mujeres. Pero esta manera de concebir “el orden de las cosas” no descansa sólo en diferencias biológicas. Lo idóneo sería conocer cuáles son las "Ideologías de género" y los valores simbólicos asociados a lo femenino y lo masculino en cada sociedad19. Sin embargo existe esta preocupante, y es saber cuál es la característica común en todas las culturas para que ellas sitúen a la mujer en una 17 Ibidem, 3. 18 Diaz Aguado, María José. “Guía informativa sobre el sexismo y la violencia de género”, EMAKUNDE, Programa coeducativo para la prevención de la violencia contra las mujeres, 2002, 1. http://www.emakunde.euskadi.net/contenidos/informacion/nahiko_materialak/eu_ponencia/adjuntos/ ROS A%20PULIDO%20Guia%20informativa%20sobre%20sexismo%20y%20violencia%20de%20g%C3%A9nero.pdf


posición inferior. Esa respuesta está en que a la mujer siempre se le ha asociado con algo que las culturas desvalorizan y que intentan dominar, la naturaleza 20. A los hombres, que se les asocia con la cultura, la imagen superior, “tienen el derecho sobre las mujeres” que simbolizan la función esencial de la naturaleza: la reproducción (lo maternal y doméstico). Y es en la imagen de lo masculino donde se confía “el correcto nombre que se les asigna a las cosas”. Este postulado resulta violento para cualquier sociedad que está compuesta por hombres y mujeres. La violencia de género viene a manifestarse también en esta exclusión que se hace de ellas al negarles participar del lenguaje, lo que demuestra la existencia del sexismo en el mismo, así como sus consecuencias en la formación de las personas. Desde esta perspectiva de género, el lenguaje invisibiliza a las mujeres y contribuye a forjar una imagen negativa de ellas al transmitir mensajes estereotipados que las desvalorizan y refuerzan su posición subordinada en la sociedad21. Todas las palabras que mencionamos adquieren, de manera irremediable, una lectura de género. Con ello se refuerza los diferentes estereotipos que han sido asignados ancestralmente a mujeres y hombres. Algunos de los ejemplos que podemos advertir corresponden a los primeros años de vida de las personas. La educación ha sido marcada por paradigmas enajenantes que son difíciles de erradicar, o al menos de redefinir en favor de tratos igualitarios para hombres y mujeres. Es común que en el nacimiento de un varón, en comparación de una mujer, se denote acciones soberbias y muestras de superioridad por el “logro obtenido por parte del padre”. El nacimiento de una niña comprende expectativas de una educación severa al configurar a una mujer “femenina” para ser agradable 19 Para no profundizar en esto, quedémonos con lo que menciona Gayle Rubin sobre las relaciones entre sexo y género que conforman todo un sistema que varía de sociedad en sociedad; es decir, un conjunto de arreglos por los cuales una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de actividad humana. Rubin, op. cit. 97 20 Montecino Sonia y Loreto Rebolledo. “Conceptos de género y desarrollo”, Serie Apuntes docentes 1. Programa interdisciplinario de Estudios de Género. Universidad de Chile. Ver en línea: http://www.biblioteca.org.ar/libros/concepge.pdf 21 “El mundo se escribe y habla en femenino y en masculino. Guía para el uso del lenguaje inclusivo. Ver en línea: http://www.aeci.org.pe/publicaciones/store/pub.43.pdf


ante sus hijos y esposo, y en el peor de los casos capacitarla para trabajos específicos del mercado laboral, que no son otra cosa que una prolongación del trabajo doméstico22. Todas las normas, creencias y costumbres condicionan relaciones basadas en la sexualidad desde la primera comunidad a la que pertenecen los niños y las niñas. En ese espacio donde existe un lenguaje sexista se ha preparado a la mente para naturalizar la idea de subordinación e inferioridad femeninas. Es común ver que el trato para los niños es más brusco, los juegos con ellos implican el uso de una fuerza conveniente. En cambio el trato para las niñas es delicado, los juegos con ellas mimetizan acciones de la progenitora en el espacio en el que es ama y señora. La escuela tiene un papel importante en la formación de nuevas generaciones. En ella los alumnos y las alumnas adquieren las herramientas para formarse como ciudadanos y ciudadanas capaces de aprender siempre y adoptar una

participación

responsable

en

su

entorno

que

es

susceptible

de

transformaciones significativas. Sin embargo como en toda zona de cambios, de asimilación y acomodación se corre el riesgo de que dentro del salón de clases se incorporen actitudes que se encuentran implícitas en el curriculum oculto 23.Los docentes tienen que estar atentos a estos indicios que puedan encontrarse durante el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que una gran cantidad de información se encuentra signada por lo masculino. Así se puede ver imágenes en los mismos textos de estudio que indican preponderancia en la imagen de los hombres, como subordinación en las imágenes de las mujeres. Esto es un trabajo que implica sensibilizar a todos los actores de la comunidad escolar si se desea reorientar la cultura desde una perspectiva de género. 22 Lamas, Marta. La perspectiva de género, en La Tarea, Revista de Educación y Cultura de la Sección 47 del SNTE. No. 8. Eneromarzo 1996. Ver en línea: http://www.ses.unam.mx/curso2007/pdf/genero_perspectiva.pdf. 23 Es un fenómeno que genera al interactuar entre sí los alumnos y maestros y que tienen una repercusión en los procesos de aprendizaje. Algunas de sus características son el trato diferente a niños respecto a las niñas; existe un esfuerzo extra de los y las maestras por los varones que tienen problemas de aprovechamiento escolar, porque por ellos existe expectativas más elevadas. Ver: Pérez Cervera, María Julia. Manual para el uso no sexista del lenguaje. Lo que bien se dice… bien se entiende . México, CNPEVM, 2011, 14.


Se podría continuar con ejemplos de cómo el lenguaje ha estereotipado de manera parcial a mujeres y hombres en diferentes ámbitos, desde el seno familiar, como se ha dicho, pasando por la influencia que tiene sobre los medios de comunicación24, y el influjo aún pernicioso en el discurso de los comunicados de las instancias públicas, administración del Estado y oficinas de gobierno. Pero sería una tarea descriptiva para otro momento. III.

Ejemplificaciones que contrarrestan los usos verbales de la discriminación femenina. Afortunadamente existen los recursos que orientan sobre el adecuado uso

del lenguaje, imprescindible en toda actividad humana. No se puede decir que sea obstáculo, más bien, son las ideologías por las que existe resistencia a un uso correcto de las palabras y las expresiones incluyentes. Como un primer paso debe reconocerse que las costumbres culturales han limitado la participación de las mujeres en las diferentes dimensiones política, religiosa, económica, etc. No es necesario ser tan abstractos, y pensar en acciones nacionales que responsabilizan a todos y a nadie. Se debe pensar en circunstancias concretas, donde la participación sea democrática. Para ello, se debe desvincular la idea de que mujer es igual a naturaleza, objeto de dominación despiadada; desesencializar la idea de mujeres como entes femeninos 25 y, consecuentemente, redefinir el paradigma; las mujeres no sólo cumplen con trabajos domésticos. Son seres sociales que cumplen con funciones políticas aún invisibilizadas. El lenguaje inclusivo favorece a que existan logros en materia de

24 Cabe enfatizar que tanto en la prensa, la radio, el cine y la publicidad en televisión se observan imágenes y expresiones que engrandecen la imagen de lo masculino sobre lo femenino, deformando y trivializando, sobre todo, a las mujeres que han sido objeto de maltrato, o inclusive han sido asesinadas. Los diarios fungen con un papel importante en la visión de un mundo permisivo, ya que es difícil escapar de los tópicos frívolos de la prensa de nuestro país, que lejos de redactar de manera diferente las noticias, rompen con el código deontológico del periodista. 25 Lamas, op. cit. 9


justicia e igualdad. Sin embargo no es un trabajo simple, ya que la cultura se encuentra nombrada y estereotipada por símbolos masculinos. Se requiere que desde los hogares, la escuela y los medios de comunicación se interesen en construir una sociedad equitativa, teniendo idea clara de que la descripción del mundo que se ha hecho ya no corresponde a la vida cotidiana. Propuestas como El manual para el uso no sexista del lenguaje, promovido por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, en México,

coadyuvan a que existan avances sociales con

perspectiva de género. Es un manual que promueve a hablar con mayor claridad, sin excluir, denigrar y enjuiciar a las mujeres, partiendo de ejemplos de la gramática normativa que comprende algunas “normas que de forma incorrecta se han venido utilizando para que, aquellos que sólo se rigen por quienes tienen el título de la sabiduría, puedan utilizar correctamente el lenguaje sin temor a caer en lo que algunas personas consideran argumentos feministas” 26. Estas observaciones ponen de manifiesto que el lenguaje no sólo está construido desde la perspectiva de los hombres, sino que muestra abiertamente la intención de remarcar de manera negativa al sexo femenino. Algunos de los ejemplos que podemos encontrar en dicho manual son: Hombre público — ”el que interviene públicamente en los negocios políticos” Mujer pública — ”ramera”. Gobernanta — ”ama de llaves” Gobernante — ”persona que dirige un país”

Estos tópicos se mantienen en el común hablar de la gente y son utilizados sin reparar en que discriminan a las mujeres y ocultan la realidad de las cosas. Una mujer pública rompe hoy con la imagen que se tenía de aquella mujer que se había atrevido a salir de la atmosfera patriarcal. Por ello es que se podría decir que el lenguaje crea cultura e ideología. Si se empezara a escribir y hablar desde la perspectiva de género se abrirían las puertas de la mente colectiva y las actitudes de los hombres en relación con las mujeres serían dignas de mención. 26 Pérez Cervera, op. cit. 21


Mujeres y hombres podemos ser agentes de cambio desde los diferentes centros donde nos desenvolvemos, porque son asequibles los recursos que ofrece el lenguaje. Algunos recursos son innovadores e impulsan para que más propuestas con perspectiva de género sean publicados. Ejemplo de ello son las obras digitales, como es el caso de nombra.en.red, que partiendo de la lectura de construcciones sintácticas con sesgo sexista, ofrece “nuevas formas de mejorar las relaciones a través de la palabra, a hablar y a escribir con precisión 27. El Instituto de la Mujer, en Madrid, ofreció gratuitamente este programa en un CD que se instalaba en el ordenador como un diccionario electrónico y con el que se permitía hacer consultas y así evitar utilizar el lenguaje sexista. Es toda una base de datos que ofrecía alternativas y “que nacen de un profundo y legítimo deseo de muchas mujeres de sentirse representadas por la lengua, de utilizarla e investigar y opinar sobre ella 28. Aunque no se tuvo la fortuna de encontrar este programa, al menos se ofrece la versión en pdf, esperando que pueda ser de ayuda para este proyecto de acción conjunta.

Otros recursos son los siguientes: -

El mundo se escribe y habla en femenino y en masculino 29. Guía para el uso del lenguaje inclusivo, que da una serie de recomendaciones para el uso del lenguaje inclusivo. Es una herramienta sencilla de seguir y que puede formar parte de algún taller donde se reflexione sobre esta temática.

27 Méndez Miras, Ana y Sasiain Villanueva. (Coordinadores) nombra.en.red, Madrid, Instituto de la Mujer, Madrid, 2006.. Ver en http://www.upm.es/sfs/Rectorado/Gerencia/Igualdad/Lenguaje/Nombra%20en%20red.pdf 28 Ibídem, 11. 29 Ver en línea: http://www.aeci.org.pe/publicaciones/store/pub.43.pdf


-

El enfoque de género en la intervención social 30. Interesante proyecto que realiza la Cruz Roja Española con el fin de que funja como guía dentro del proceso amplio de impulso y reformas para mejorar la integración de género. Este documento no sería opuesto a los objetivos de las diferentes corporaciones de asistencia social, en México.

-

Informe Nacional sobre Violencia de género en la Educación Básica en México. Se trata de un trabajo colaborativo que la Secretaría de Educación Pública (SEP) solicitó al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) para que hiciera un estudio sobre la violencia de género en todas las escuelas públicas de nuestro país. El proyecto está dirigido a toda la comunidad escolar.

Existe una cantidad de recursos que pueden auxiliarnos a erradicar de nuestra cultura toda la carga simbólica masculina que degrada la imagen de la mujer. Pero como se ha dicho, no es labor sencilla por el gran peso del lenguaje empleado que es androcéntrico. Pese a ello, cada vez más se suman personas interesadas en este proyecto de acción conjunta.

30 Ver en línea: http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/carmen_verde/manual.pdf


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