Propuesta Mejorar calidad grafica ¿Tus juegos no funcionan tan bien como en las computadoras de tus amigos? Ves capturas de pantalla increíbles y piensas, "desearía que mi computadora pudiera hacer eso". En la mayoría de los casos, para obtener estos resultados debes comenzar teniendo una buena tarjeta de video. Actualizar tu tarjeta de video puede ser una tarea desalentadora, sobre todo porque existen cientos de opciones diferentes, pero con un presupuesto en mente y un destornillador en mano, tendrás una gran tarjeta de video instalada incluso antes de que lo sepas. 1. Abre el gabinete de tu computadora. Para poder encontrar la tarjeta antigua e identificar la fuente de alimentación, primero debes abrir el gabinete de tu computadora. La mayoría de los gabinetes modernos tienen tornillos en la parte trasera que permiten quitar con facilidad los paneles laterales, pero quizás necesites un destornillador Phillips para poder quitar los tornillos en gabinetes que son más antiguos. Antes de quitar los paneles laterales, debes desconectar el cable de alimentación y todos los periféricos. Quita el panel que se encuentra en el lado opuesto de la placa base. Si miras en la parte de atrás de tu computadora verás un panel que contiene distintos puertos, incluyendo USB, Ethernet, puertos de pantalla y otros más. Este es el panel de entrada y salida de la placa base y te ayudará a saber en qué lado se ubica la misma. Puedes colocar tu computadora sobre ese lado y quitar el panel opuesto para poder acceder a la placa base con facilidad.
2. Asegúrate de que tu fuente de alimentación tenga la potencia suficiente. Las tarjetas de video de gama alta requieren una fuente de alimentación que les pueda dar la energía necesaria. Si tienes una fuente de alimentación muy antigua o tienes muchos componentes que usan la fuente, esta no podrá brindar la energía necesaria. Si este es el caso, considera actualizar tu fuente de alimentación en el mismo momento en que actualizas tu tarjeta de video. Existen muchos sitios en internet que te ayudan a calcular los requerimientos de energía analizando todo el hardware que tienes instalado o que planeas instalar. Usando tu buscador favorito, busca las palabras "calcular fuente de alimentación".[1] Tu fuente de alimentación también necesitará conectores PCI-E. Esto no representa ningún problema si tu fuente de alimentación es nueva, pero aquellas que tienen más de 10 años de antigüedad podrían no tener los conectores correspondientes.
La potencia máxima de tu fuente de alimentación debería estar impresa en una etiqueta adherida sobre la misma fuente. Quizás debas quitar la fuente de alimentación para poder encontrar esta etiqueta.
3. Asegúrate de que tu placa base sea compatible con la tarjeta de video. Prácticamente todas las tarjetas de video actuales utilizan conectores PCI-E, por lo que debes asegurarte de tener al menos una ranura de este tipo. Normalmente, estas ranuras se encuentran cerca del procesador en la fila de las ranuras PCI. Si no tienes ninguna ranura PCI-E, es probable que tengas que instalar una placa base nueva para poder actualizar tu tarjeta de video. Consulta el manual de tu placa base para saber cuál es el diagrama de distribución. Esto te ayudará a identificar la ubicación de las ranuras PCIE. Si instalas una placa base nueva, será necesario que reinstales el sistema operativo. Nota: la mayoría de los ordenadores portátiles no permiten actualizar la tarjeta de video.
4. Asegúrate de que la tarjeta encaje. Gran parte de las tarjetas de video modernas son muy grandes y en muchos casos necesitan el espacio de dos ranuras PCI. También pueden ser muy largas y anchas, por lo que debes asegurarte de tener el espacio vertical y horizontal suficiente. Utiliza una cinta métrica para medir el espacio vertical y horizontal que tienes disponible. Casi todas las tarjetas tienen anotadas sus dimensiones en la descripción del producto, lo que te permite asegurarte de que encaje antes de que realices la compra.
5. Logra un equilibrio entre precio y potencia. Las tarjetas de video pueden ser muy caras. Excesivamente caras. Llega un momento en que el usuario promedio no obtiene ningún beneficio por el costo excesivo de una tarjeta de gama alta. Ten en cuenta las aplicaciones en las cuales vas a usar tu tarjeta de video y busca una tarjeta que te brinde la máxima potencia y fiabilidad teniendo en cuenta tu inversión.[2] Las tarjetas de video más caras están destinadas a aquellos usuarios que realizan overclocking o que quieren usar configuraciones de tarjetas dobles o cuádruples. Antes de decidirte por una tarjeta, asegúrate de leer tantas críticas y opiniones como sea posible. Existen muchos recursos en internet en los que podrás encontrar las mejores prestaciones teniendo en cuenta tu
presupuesto. Sitios como Tom's Hardware publican tablas comparativas donde se clasifican las tarjetas más populares para todos los rangos de precios y en sitios como Newegg podrás ver opiniones de los clientes que te permitirán tener una idea de la experiencia que tuvieron los usuarios con una tarjeta determinada. Comprueba los requerimientos del sistema para tus juegos favoritos. Fíjate qué tarjeta de video se recomienda para obtener el mejor rendimiento en los juegos que más te gustan y también ten en cuenta los requerimientos de los juegos que saldrán en el futuro.
6. Busca las tarjetas recomendadas para tus intereses. Cada modelo de tarjeta funciona mejor dependiendo de las aplicaciones en las que se usa; sin embargo, la mayoría de las tarjetas sobresalen por servir para distintos usos. A continuación se enumeran algunas de las tarjetas de video más populares del 2014: Nvidia GTX 670: esta es una tarjeta buena para cualquier tipo de uso y puede correr la mayoría de los juegos en definición Ultra sin ningún tipo de inconveniente. Es muy recomendable para diseñadores gráficos y también para aquellos que utilizan Photoshop. Generalmente se pueden comprar por un precio que ronda los $400. Por un precio similar, el modelo Radeon R9 290 también es una buena elección. AMD Radeon HD 6670: esta es una tarjeta de gama baja que puede correr la mayoría de los juegos en definición media o alta. Puedes conseguir esta tarjeta por menos de $70. Nvidia GTX 780 Ti: esta es una de las mejoras tarjetas de gama alta actuales y puede manejar prácticamente cualquier cosa que le pidas. También tiene un precio muy elevado, cuesta alrededor de $700. [3] Si te dedicas al diseño gráfico, busca tarjetas que tengan una buena cantidad de memoria integrada, es decir, entre 3 o 4 GB. Estos modelos son más caros, pero aumentarán tu velocidad de codificación y renderizado.
7. Echa un vistazo a las capacidades de visualización de la tarjeta. A medida que las tecnologías de pantalla mejoran, también aumentan las opciones disponibles en las tarjetas de video. Tu tarjeta nueva podría ser compatible con HDMI, DVI, DisplayPort, VGA o cualquier combinación de estos puertos. Comprueba qué tipo de conexión tiene tu monitor y compra una tarjeta en función de esto. Para obtener la máxima calidad posible, tendrás que conectar la tarjeta vía HDMI o DisplayPort.
Si quieres utilizar varios monitores, asegúrate de que la tarjeta de video soporte monitores múltiples con puertos de calidad. No querrás tener un monitor en HDMI y el otro en VGA, ya que el monitor VGA tendrá una definición menor y lucirá muy mal junto al que utiliza HDMI.