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EL SEÑOR DE LAS BESTIAS

Debutó a los 17 años y ya era un poco ‘outsider’. Desde entonces, ha interpretado como pocos a personajes oscuros, otro de los cuales defiende en ‘Lobo feroz’. También ha dirigido teatro, se ha reconciliado con el mundo y ha trabajado con los grandes. Por Laura Pérez.

Soy muy friqui, lo veo absolutamente todo, confiesa Rubén Ochandiano (Madrid, 1980). Así que una noche viendo en el cine la película israelí Big Bad Wolves (2013) pensó: ‘Ese personaje podría haberlo hecho yo’. Años después se enteró a través de FOTOGRAMAS de que la productora de Santiago Segura planeaba un remake, y le escribió para contarle aquello. ‘No se me ocurre nadie mejor para hacerlo’, le respondió. Una pandemia después, lo llamaron para ofrecerle este papel de un –presunto– asesino de niñas. Lleva ya unos cuantos roles de psicópata en su currículo. ¿A qué cree que se debe?

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Me parecen más interesantes los personajes con estados mentales heridos, al límite o torturados. No he buscado esos papeles, pero han debido de ver algo en mí y es natural. Durante un tiempo, siendo adolescente, estaba muy conflictuado con mi ser, mi sexualidad, con la vida, y al final eso se rezuma. No tiene que ver solo con quien uno es, sino con quien parece ser, con mi cara, mi voz y mi energía. Dice que es el papel más difícil que ha interpretado. Para mí era esencial que el espectador dudara hasta el final de sus propias convicciones. Que en una secuencia creyese firmemente que yo era culpable y en la siguiente, lo contrario. Pero sin hacer trampa, y que en un posible segundo o tercer visionado todas las piezas encajaran, que estuviera todo ahí. Para eso debía tener muy clara la partitura de en qué secuencias jugaba a hacer creer una cosa y en cuáles otra.

Ha trabajado con directores como Almodóvar, Iñárritu, Soderbergh, Campanella, Armendariz, Calparsoro… ¿Quién le ha hecho crecer más como actor? Los que, pese a pedirme un resultado concreto y darme un margen de creación acotado, me han hecho sentir que confiaban en mí y me daban libertad para proponer e inventar. Así que diría que Iñárritu, con quien hice Biutiful; Brad Furman, director de Infiltrado, y David Maler, con quien acabo de rodar la que creo que es la película más bonita que he hecho, Zumeca Comenzó en series como Al salir de clase y Periodistas. ¿Qué ve cuando mira a aquella etapa? Yo no cambiaría mi carrera por la de ningún otro. Llevo 25 años currando sin haber estado nunca instalado en una serie, enfrentándome cada día al examen de un casting, a que te digan ‘sí’ o ‘no’ y sin tener el perfil más fácil del mundo, porque no soy precisamente el más guapo. Estoy muy contento y agradecido de mi camino, porque aun con todo eso he tenido la suerte de trabajar con gente fascinante. ¿Habría podido quedarse instalado en una serie? La única vez que tuve la oportunidad fue en Al salir de clase. Me ofrecían mucha pasta para que me quedara. Pero con 19 años tenía tal seguridad y tal certeza de que iba a trabajar… Luego, a veces, a uno la vida le pasa por encima y tropieza y le da miedo. ¿Cómo ha manejado esas fases de miedo? Con mucha paciencia. He aprovechado para escribir, hacer deporte, estudiar idiomas, viajar si tenía dinero. Y confiando y sobreviviendo. ◆

‘LOBO FEROZ’

Gustavo Hernández

Ibáñez (La casa muda, No dormirás) dirige esta versión del thriller israelí Big Bad Wolves (2013), del que Quentin Tarantino dijo que era lo mejor que había visto aquel año. En él una madre y un policía se toman la justicia por su mano tras el asesinato de una niña. Junto a Rubén Ochandiano están Adriana Ugarte y Javier Gutiérrez. Pasé dos semanas de rodaje en un sótano siendo torturado. Había confinamiento y ni siquiera podíamos salir a cenar después. Decidí que la única manera de soportarlo era no quejarme nunca. Al terminar, María Luisa Gutiérrez y Álvaro Ariza, los productores, me regalaron una sesión de spa. Debes de estar agotado, dijeron. Y lo estaba.

ESTRENO: 27 ENERO

Lobo feroz (España, 2023, 106 min.). THRILLER.

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