Un país aparte llamado FIFA La casa madre del fútbol, tranquilamente podría funcionar como país. Tiene su estructura política, un ente encargado de impartir justicia, sus “embajadas internacionales”, tiene cierta preponderancia sobre el resto de los Estados nacionales, maneja un gran negocio con un amplio mercado, y tiene altos niveles de corrupción. Para armarse de una idea, la FIFA se creó en 1904, cuya sede es Zúrich donde trabajan 310 personas. Mil lo hacen distribuidas en los 208 países miembros (la ONU cuenta con 192 naciones participantes). La rotación de los 24 empleados de la Federación es mínima, y muchos de ellos cuentan con 15 años en el puesto. Como dijera alguna vez el escritor Eduardo Galeano: “La FIFA es el FMI del fútbol”. De manera muy parecida al Fondo Monetario Internacional, la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol es obscenamente rica, extremadamente poderosa y está dirigida como un club hiperexclusivo. El negocio de Blatter y compañía, claro está, es el fútbol. Es responsable de la comercialización de todos los productos del mundo fútbol, como también, de los patrocinios y la televisación. Los negocios se centran en un mercado de 250.000 millones de dólares. En el 2010, sólo con la Copa del Mundo, ganó US$3.800 millones. La casa madre nunca sale perdiendo, ni aun cuando realiza tratados con los gobiernos nacionales. Sudáfrica planificó un gasto de 450 millones de dólares y terminó perdiendo 6000. Otro detalle a tener en cuenta, es que tanto la FIFA como sus sociedades y delegaciones están exentas del pago de impuestos. Entre ellas Host, la empresa del nieto de Blatter, que administró la venta de entradas del Mundial, los hoteles oficiales y los paquetes receptivos. En cuanto a la parte política del asunto, la organización mayor del fútbol hay una clara afirmación: “no vamos a intervenir en el sistema político de los países. El fútbol no interviene en política. Pero la FIFA debe intervenir frente a las interferencias políticas en el fútbol”. Esto quiere decir que ésta estructura tiene establecida su autonomía frente a los estados. Lo que llama la atención, es que siempre que hay una crisis económica se pide la ayuda de éstos. Por ello es muy difícil que un estado pueda influir, ya que la FIFA funciona con normas y lógica de ONG. Es por este motivo sumado al poderío financiero que trae consigo, que posee un poder absoluto al de las naciones por el peso mismo del fútbol y la lógica legal que tiene la Federación. Tan es así, que no se puede fiscalizar, porque ante una posible investigación estatal, se cierra. El poder que proviene de Zúrich, se maneja mediante la presión contra las naciones, para evitar su injerencia en el deporte, utilizando la suspensión y exclusión como sanciones, que aunque en la mayoría de los casos no se concretan, han funcionado como amenazas. Uno de los casos más relevantes en los últimos tiempos, y que puede ejemplificar con exactitud lo mencionado, es el del Barcelona. El club había sido sancionado por irregularidades en la contratación de menores de edad,
pero luego, dicha sentencia se levantó. Para darle un marco más amplio al accionar de la FIFA, podemos citar el caso Uruguay. En el corriente año, el presidente de la Asociación Uruguaya dimitió de su cargo, debido a que José Mujica, primer mandatario de ése país, ordenara retirar de las canchas de Montevideo, toda la seguridad. Por ello, Blatter y toda la cúpula mayor, manejaba la posibilidad de retirar al conjunto “oriental” del Mundial, y desafiliar a la AUF, en caso que se demuestre que el gobierno se haya inmiscuido en el ámbito que rodea a la pelota. De todas maneras, no hubo sentencia y la selección estará en Brasil. Una situación similar se dio con la reciente confrontación rusa-ucraniana, y la petición por parte de la ONU, para que el conjunto ruso no participe de la próxima competición y le sea retirada la localía en 2018. Así mismo, no se han tomado cartas en el asunto, pues no había intromisión en el deporte. El doping de Maradona En la copa mundial celebrada en el año 1994, se dio uno de los hechos que marcarían la vida del mejor jugador de todos los tiempos. Estamos hablando del doping de Diego Armando Maradona, quien fuera retirado de aquella competición sin oportunidad de defenderse. La AFA retiraría al diez del plantel y sin posibilidad de éste de recurrir a la Justicia laboral. Era una decisión unánime de la FIFA, sin necesidad de resolución alguna. Claro que el máximo organismo del fútbol se escondía detrás de la Federación Argentina, presionándolo para que ejecute la medida. El acontecimiento habla a las claras de la fortaleza y el poder que posee ésta organización mundial. Claro está, que Julio Grondona, el responsable del fútbol local, era vicepresidente de João Havelange en la sede de Suiza, por lo que la obligación por mantener la imagen, lo llevó a acompañar la decisión. Corrupción qatarí Dinero, poder y corrupción parecen ir de la mano en todo espacio político. Y la FIFA, justamente no queda exenta de dicha presunción. Al contrario, se han sucedido a lo largo del tiempo, diferentes situaciones que han manchado el nombre de la institución. El mundial de Qatar se disputará en el 2022, pero de ésta parte hasta el día de la fecha de comienzo, cada vez que se hable de ello, también entrará en juego la palabra “polémica”. Es que el país organizador pago en concepto de coima 3,7 millones de euros a la casa madre del fútbol. Mohamed ben Hammam, ex directivo dicha estructura no gubernamental, le pagó a responsables del fútbol africano esa suma para comprar el Mundial. La intención era lograr un clamor general a favor de la candidatura para el mencionado país, logrando finalmente, el objetivo propuesto. El Mundial de las marcas deportivas Está claro que el gran acontecimiento deportivo es una oportunidad para varios sectores. Para Brasil, para los jugadores, para las marcas deportivas, entre otros. En éste apartado nos interesa saber qué, o mejor dicho, cuánto mueve a
quienes confeccionan las indumentarias, balones, logos de selecciones y el Mundial. Las estadísticas muestran que la mayoría de los conjuntos participantes, vestirán Nike, siendo un total de 10 equipos los que lleven impresa la pipeta en el pecho. Entre ellas, las de Brasil, Inglaterra, Holanda y Estados Unidos, son las más compradas por los aficionados. Las ganancias de la firma no sólo se relacionan con las selecciones, sino que apuestan a sus figuras para promocionar los productos. Algunas de ellas son Neymar, Landon Donovan, Alexis Sánchez, Wayne Rooney, Frank Ribéry, Andrés Iniesta, Mario Balotelli, Didier Drogba y Cristiano Ronaldo. El Mundial es el acontecimiento marcado en el calendario para hacer explotar las ventas. En un negocio que genera más de US$7.000 millones, la marca estadounidense recauda anualmente casi US$2.000 mill. Es un número más que importante, si se tiene en cuenta que Nike ingresó al fútbol en los años 90. Pocos mercados nacionales serán tan buscados como el brasileño, gran favorito de la competición y potencia económica creciente. Hasta el 12 de junio, día de comienzo, el auspiciante norteamericano espera haber realizado una cifra anual de 1.000 millones de dólares en el país del organizador. La Copa del Mundo permite tener "un impacto a largo plazo en materia de imagen de marca y de fidelización del consumidor", confirma Magdalena Kondej, del gabinete Euromonitor, especialista de los análisis de mercados. Sobre todo, para la empresa que se estampe en la camiseta del campeón. Cabe recordar, que de las últimas ediciones de la Copa del Mundo, Adidas es la gran ganadora. Desde Alemania 1974 hasta Sudáfrica 2010, entre las que se jugaron 10 mundiales, la marca de las tres tiras vistió a cinco equipos campeones del mundo. El resto: Le Coq (2), Puma (1), Nike (1) y Umbro (1). En el caso de Argentina, ésta es su marca mundialista, que lo acompaña desde 1990, salvo un pequeño paso de Reebok entre Francia `98 y Corea-Japón 2002. Aunque resulte paradójico, Nike tendrá supremacía en el calzado de los 11 titulares albicelestes. Si bien la firma alemana vestirá a ocho selecciones, al igual que Puma, cuenta con el incentivo de ser el patrocinador oficial del evento hasta el año corriente, por lo que recibió US$350 millones aproximadamente. Pero la ambiciosa proyección de las tres líneas, llega al Mundial del 2030. Al retraso financiero de Adidas, se le suma que su principal oponente tiene un mayor espacio de publicidad. Con esto no hablamos solamente de las cinemáticas propagandas, sino que también domina el ámbito virtual, teniendo en Twitter 3 millones de seguidores, sobre 780 mil de los alemanes. Toda gran innovación tecnológica produce, generalmente, dolores de cabeza para los ambientalistas. Si bien las marcas se jactan de un avance en éste
sentido reutilizando, por ejemplo, botellas de plástico, dichas organizaciones no parecen estar muy de acuerdo con dicha afirmación. Greenpeace ha llevado a cabo una investigación que ha revelado que algunos productos de fútbol de las marcas Adidas, Nike y Puma contienen sustancias químicas peligrosas. Se analizaron elementos en un total de 33 productos entre botas, camisetas oficiales, guantes de portero y, sin faltar, el balón oficial “Brazuca”. Se han encontrado sustancias con nombres tan complicados como compuestos per y polifluorados (PFC), nonilfenol y etoxilato de nonilfenol (NP y NPE), ftalatos o la dimetilformamida (DMF). Todas ellas pueden generar cáncer o alterar el sistema hormona, como así también, ser tóxicos para la reproducción. En éste sentido, la principal apuntada es Adidas, que es acusada de producir elementos con la mayor cantidad de dichas sustancias. Pero claro, para la empresa de Herbert Hainer, el Mundial es un negocio de entre 830 y 930 millones de euros netos y por el cual, ninguna entidad intervendría. Por otro lado, muchas son las marcas que hacen uso y abuso de las selecciones, que ya tienen patrocinadores oficiales. Es lo que se conoce como “ambush marketing” o “marketing parasitario”, y por lo cual la AFA pidió respetar las buenas prácticas del marketing.
La rentabilidad de las estrellas Los futbolistas dejan de ser deportistas y pasan a ser emblemas, estandartes y objetos de las marcas. Cuando alguno de ellos pierde notoriedad, o su carrera comienza a desvanecerse, es ligeramente cambiado por una estrella ascendente u algún exponente de la competición. Pero veamos cuáles son los cinco jugadores más importantes para el mercado de las marcas en el fútbol: Cristiano Ronaldo (Portugal): Considerado el mejor jugador de fútbol del mundo en estos días, capitán del Real Madrid de España, tiene un contrato con Nike con un valor aproximado de 9,5 millones de dólares al año, además de patrocinios de Herbalife y KFC, de Yum! Brand. Lionel Messi (Argentina): La estrella del futbol argentino, quien gana aproximadamente 27,5 millones de dólares por año, también es el jugador mejor pagado en el mundo. Tiene un acuerdo con Adidas por un valor aproximado de 9 millones de dólares por año. Gerard Piqué (España): El jugador del Barcelona, es una de las figuras de la empresa de la pipeta y ha ganado la mayoría de los principales campeonatos de fútbol. Además, su relación con la cantante Shakira, le ha otorgado un gran impulso publicitario.
Fernando Torres (España): Tiene contratos publicitarios con Adidas y Pepsi. Los aficionados lo ven como un "modelo a seguir" y como un "vocero influyente", como así también un héroe de España, tras conseguir la primer Copa del Mundo. Wayne Rooney (Inglaterra): Tiene un contrato publicitario con Nike por un aproximado de 4 millones de dólares al año, junto a patrocinios por HarperCollins y Samsung. Salió en la portada de la serie británica de Fifa.