SUSURROS DEL CORAZÓN POEMAS
Aún no sé como, pero te voy a encontrar, te voy a encontrar después de buscarte en cada persona del mundo y entender que aunque vea rayos de esperanza, ninguno tiene tu luz. Cuando aprenda a sonreír a pesar de mi misma, cuando mi necesidad de huir se escape, no te encontraré con la piel deshecha si aún me reconoces, aún no sé como, pero me vas a encontrar después de tantos silencios.
Compañía mía que me arrullas en mi silencio inocente, en el dolor aprendido, y la sutileza de desconocerme, por favor, quédate a mi lado un rato más. Me gusto mía, me gusto propia, e incluso, cuando no sé gustarme.
Si he de habitar un lugar por el resto de mi vida, quiero vivir en tu abrazo. En el abrazo que apacigua mis miedos, en el que nunca nos dimos, en que tiene tu aroma, y me hace sentir menos enjaulada y más libre.
Octubre, hoy no quiero que me des solo la mano, quiero que me abraces entera entre tus miedos, bailes conmigo y me hagas sentir todo lo que ya he olvidado. Quédate a mi lado, a limpiarme el rostro del llanto mientras el vacío aún toca la puerta y grita mi nombre a un paso de un adiós, a kilómetros de un te amo.
Aún no sé si me rompí o me rompiste el corazón, pero de uno u otra manera yo misma recojo las piezas y las coso.
Estoy cansada de aparentar que no soy intensa, porque lo soy y amo serlo. Amo ver películas y llorar y reír y gritar por historias y personajes ficticios.
Amo enamorarme no solo de personas, sino también de ideas, conceptos y sueños. Amo la manera en la que conecto con la naturaleza y ante mis ojos, el cielo no solo es cielo, el océano no solo es océano y mi corazón no solo es un musculo.
Podrás ser mar en calma tu oleaje acariciaría mi piel y la sal no quemaría mis heridas. Serías suave arena pero no movediza, yo podría enseñarte que en la oscuridad el silencio no es tan mortal si lo compartes conmigo tal vez, creo, supongo, podrías, podríamos, hubiera, querría, amaría.
Te traigo atado, enredado en mis recuerdos te he perdonado por la avalancha de “hubiera“ y este infierno podría atravesarlo descalza, de nuevo. Pero en el pasado luces bien, aquí ya no, no va a quemar por ti de nuevo, traigo el corazón empapado en gasolina pero será otro fuego el que me queme, tu no.
El hogar es un sentimiento y entre 4 paredes noté grietas en mi cuerpo abandonado. Alguna vez has reconocido tu propio fantasma? Es la peor manera de declararte perdida, hay guerras que no comienzan con la primera bala, sino la primera mirada.
Verte siempre supone perder partes de mi misma, me di cuenta que aún no sé ser sin ti y eso es una desgracia. A pesar de todo, estoy felíz de haber sobrevivido a lo nuestro, me deseo un sano reencuentro hacía lo propio.
Maria Fernanda Gómez Viveros o también conocida como Jifer nació el 13 de enero del 2000, actualmente está estudiando la carrera de Diseño Gráfico. El contenido de este libro no solo es reconocido por su autoria sino que también por el reconocimiento de sus ilustraciones y de sus poemas que vienen desde sus pensamientos.
