Revelarse vende

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REBELARSE VENDE EL NEGOCIO DE LA CONTRACULTURA JOSEPH HEATH y ANDREW POTTER

Brenda Lizeth Trujillo Díaz S18013369 Grupo: 402

Abril 16, 2020


LA CULTURA, ¿UNA IDEOLOGÍA?

Por el supuesto que la cultura no es más que una ideología, la única manera de “liberarse” es resistirse a la cultura, de ahí que se crea la idea de contracultura, esta idea mantiene que la propaganda y la mentira imperan en la sociedad actual, como consecuencia de la publicidad, se ha convertido a la cultura como un sistema para vender. Obliga al individuo a avanzar en línea recta por el «carril de la humanidad», pero la reveldía no puede seguir ese camino, . El rebelde necesita su libertad. Tiene que saber que en cualquier momento puede desviarce y empezar a seguir su propio camino, hacer sus propios productos y nos revenderlos a través de la publicidad y los medios de comunicación. De la mano con la alineación que se da en la sociedad, se aparenta el espectáculo, como un sueño que se ha hecho necesario entre todas las personas, como una manera para olvidarse de la realidad. Gracias a la idea de la contracultura varios grupos de personas que decidieron salirse del camino, han creado su propia subcultura, como lo son los hippies liderados por Marcusse, tranformandose en una idea revolucionaria que va en un camino propio muy diferente a los demás y negandoce a vivir de manera alineada y unidos a las masas.


EL NACIMIENTO DE LA CONTRACULTURA

En los siglos XVIII y XIX, el objetivo de los activistas y pensadores radicales no era eliminar el juego, sino nivelar el terreno donde se desarrollaba la acción. El objetivo era espolear a las masas contra sus gobernantes, posteriormente se le empieza a considerar a la sociedad en su conjunto como un ente sospechoso pasando a ser el problema cultural. La sociedad era dividida en clase alta y baja, la clasa alta se tomaba de las inversiones y el trabajo de la clase baja, que pasaba horas en sus labores para vivir en la miseria. La contracultura se basó en eso para su odio al capitalismo. Según Marx, la clase trabajadora era víctima de una ilusión, que él llamaba «fetichismo de la mercancía». En vez de concebir la economía como una relación esencialmente social entre una serie de individuos, la veían como un mercado gobernado por un sistema de leyes naturales.


EL NACIMIENTO DE LA CONTRACULTURA

La contracultura se ha convertido en el modelo conceptual de toda la política izquierdista contemporánea, de ahí que se generaran aun más grupos apoyándola como lo son los Punks, una gran parte de la filosofía punk consistía en rechazar lo que habían defendido los hippies. “Podemos disfrazarnos del enemigo para infiltrarnos en la mecánica del sistema y fomentar su podredumbre desde dentro, sabotear el imperio fingiendo jugar su juego, comprometemos sólo lo suficiente para denunciar sus mentiras” caso que muchos artistas de la contracultura han tenido en mente hacer, pero a la mayoria le falla. El consumismo es considerado como una manera de manipulación a la sociedad que va de ricos a pobres, la manera de mantenerlos alineados y de mantener la idea de un mundo feliz.


EL NACIMIENTO DE LA CONTRACULTURA

Con el surgimiento de la publicidad en la década de 1950, la contracultura le dio mucho más sentido, creían y siguen creyendo que la clase trabajadora es bombardeada con publicidad, transmitiendo el falso mensaje de que acumular productos equivalía a ser feliz. La incómoda suposición de que al gran público pueda gustarle el capitalismo se ve reforzada por la constatación de que la rebeldía contracultural no parece servir para nada.


SER NORMAL

Normas, esa es la palabra clave, Aunque se crearon de la mejor voluntan para la sociedad,el exceso de normas lleva al conflicto, La teoría contracultural nacida en la década de 1960 parte de una pregunta muy importante: ¿Por qué necesitamos tener normas? El hombre nace libre, pero las leyes del gobierno lo encadenan. Curiosamente, la revolución sexual destruyó todas las normas sociales que habían regido las relaciones entre ambos sexos, pero sin sustituirlas por otras nuevas. Lo que dejó fue un vacío absoluto, Para la derecha, el libre mercado genera un beneficio mutuo y proporciona el incentivo necesario para una cooperación armónica. Los teóricos de la contracultura van más lejos. Afirman que se puede llegar al «orden espontáneo" sin la mano invisible del mercado. El orden social al que nos sometemos es impuesto, somos regidos bajo las normas éticas, morales, sociales y del derecho.


ME ODIO A MÍ MISMO Y QUIERO COMPRAR ¿EL CONSUMISMO ES CONFORMISMO?

El anticonsumismo es uno de los movimientos culturales más importantes en la Norteamérica del nuevo milenio, que abarca todas las clases sociales y etnias. La contracultura odia el consumismo y la publicidad, pero necesitan de ella para llegar a más personas, algo que no soportan. Aún no entienden la verdadera naturaleza de la sociedad de consumo. Identifican el consumismo con el conformismo. Por eso no se dan cuenta de que es la rebeldía, y no el conformismo, lo que controla el funcionamiento del mercado desde hace décadas. el consumismo parece el resultado de la batalla de los consumidores por superarse unos a otros. El origen del problema es el consumo competitivo, no el conformismo. Este surge por el intento de masificar el consumo humano acorde con los requisitos de la mecanización productiva, así el precio de cualquier bien, depende de las personas que están dispuestas a adquirirlo.


ME ODIO A MÍ MISMO Y QUIERO COMPRAR

Según Thomas Frank Tras hacerse una «cirugía estética alternativa», la «rebeldía» sigue cumpliendo con su función tradicional de justificar los constantes ciclos de obsolescencia económica con una eficacia admirable. Como nuestra capacidad para llenar los armarios de las cosas que compramos depende del eterno baile de productos que tenemos ante los ojos y de creer incansablemente que lo nuevo es mejor que lo viejo, deben convencernos una y otra vez de que las «opciones» son más valiosas que las existentes o las previas. Desde la década de 1960, la expresión más empleada en publicidad es «lo último»; e «inconformismo» es el término que emplean para enseñarnos a abandonar viejas pertenencias y comprar lo que ellos Ofrecen. con los años, el rebelde se ha convertido en la imagen obvia de esta cultura consumista, simbolizando un eterno cambio sin rumbo y una eterna preocupación por el sistema o, más concretamente, por los trastos que el sistema Produce.


UNIFORMES Y UNIFORMIDAD

NUESTRA IDENTIDAD ESTÁ BIEN PROTEGIDA POR EL ENVOLTORIO DE NUESTRA ROPA

Un capitalismo dominado por la tecnología de la comunicación, las grandes corporaciones, las franquicias y los artículos de consumo adiferencia de otros programas completamente homogéneos, La idea de que el uniforme elimina todo individualismo tampoco es cierta porque limita la forma en que cada persona puede expresar su individualidad. El consumismo se basa en la idea de que los bienes materiales expresan y definen la identidad individual. Cuando el consumismo se combina con una obsesión cultural y con el intento de expresar la auténtica personalidad, produce una sociedad colectivamente inmovilizada por un número inagotable de trampas consumistas.


CUANDO EL TREPA QUIERE SER

En el siglo pasado las clases solo eran altas y bajas, pero poco a poco surgió un nuevo concepto dentro de las clases, lo cool. Como sucede con todos los bienes posicionales, el valor de lo cool es básicamente comparativo. Si hay personas cool es porque los demás no lo son. Los enemigos del consumismo han sabido ver el nexo entre el capitalismo y lo cool. Pero la idea les inquieta lo suficiente como para plantearse que sea un error. La contracultura reacciona con el argumento de que el estilo cool comercializado a gran escala es una versión fraudulenta, industrial y edulcorada que el público compra engañado, creyendo que se trata de algo genuino, Afirma que las empresas no sólo explotan a la sociedad vendiéndo productos cool, sino que provocan el deseo de poseer los productos en cuestión. Somos sistemáticamente engañados, manipulados, programados como entes consumistas, embaucados para comprar productos que de otro modo no querríamos jamás y todo “gracias a la publicidad”.

Al final la duda sigue para quienes piensan diferente, ¿la cultura existe? O solo es la manera de convertinos en alineados de las masas.


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